La vida de Jan Joest van Calcar , pintor

Biografía desde

Karel van Mander , Schilder-boeck



De todos los favorecidos por la naturaleza, entre los holandeses, a quien considero verdaderamente elegido por ella, para imponer silencio sobre la afirmación de los italianos, que ningún flamenco puede superar, o incluso igualar a sus maestros en la representación de la figura humana, es Jan de Calcar, de quien no puedo proclamar lo suficientemente alto el mérito, y de quien lamento tener tan poca información.

Nació en la tierra de Cleves, en el pueblo de Calcar, pero no sé qué obras pudieron despertar su gusto, y no sé por quién fueron encaminados sus primeros pasos en la carrera.
Todo lo que sé es: que hacia 1536 o 1537, vivía en Venecia, que vivía allí con una mujer que se había llevado, y cuyos padres tenían una posada, que eran unos degolladores, como se leerá en la vida de Heemskerck.

En Venecia, Calcar fue un digno discípulo del gran Tiziano, de quien adoptó el camino, hasta el punto de que no pudimos diferenciar sus obras.

Goltzius, cuyo testimonio acepto con confianza, estando en Nápoles, tuvo la oportunidad de ver ciertos retratos, que declaró desde el principio ser de Tiziano. Los artistas le dijeron "Tienes razón, y sin embargo, no son de Tiziano, sino de Jan de Calcar, cuyo manera es tan conforme a la del maestro, que el más hábil se engaña".

Según Vasari, que lo conoció en Nápoles, no se podía, según su estilo, clasificarlo entre los Flamencos.

Tenía un talento especial para manejar el lápiz y la pluma, procedió por poderosas eclosiones, en las que también era difícil distinguirle de Tiziano.
Fue él quien dibujó para el anatomista Vesalius, su preciosa obra, cuyas planchas, extremadamente bien hechas, bastan para probar el lugar eminente que ocupa entre los holandeses.

También dibujó la mayoría de los retratos de los pintores, escultores
y arquitectos italianos, que aparecen en el libro de Giorgio Vasari. (Vasari dice textualmente en la vida de Marcantonio, que son suyos y de sus alumnos, y que los grabados fueron hechos por Cristófano Coriolano)
Estas son nuevamente excelentes obras, dibujadas por una mano firme y que no puede ser superado.

Desafortunadamente para el arte, como para la gloria de los Países Bajos, murió en 1546, en Nápoles, a temprana edad, pero en plenitud de su talento.



 

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