La percepción     

El juego de palancas efectuado por los huesecillos del oído medio amplifican la señal que alcanza el tímpano.El nivel de intensidad sonora es una medida objetiva de la intensidad del sonido, pero está lejos de representar con precisión lo que realmente se percibe. Esto se debe a que la sensibilidad del oído depende fuertemente de la frecuencia

En general, hace falta menos intensidad para oír un sonido agudo que uno grave.
Mientras que un sonido de 1.000 Hz y 0 dB ya es audible, es necesario llegar a los 50 dB para poder escuchar un tono de 50 Hz, aunque sólo un 1 por ciento de las personas pueden oír esta frecuencia a tan bajo volumen.  

 

Un oído normal necesita 30 decibelios de nivel de intensidad para poder oír una frecuencia de mil hercios.

Gráfica de Fletcher y Munson

Nuestro oído es más sensible a unas frecuencias que a otras. 

La línea que marca el umbral de audición recoge los datos de los que tienen un oído muy fino. El umbral de audición de la mayoría de las personas sigue la línea azul. La línea que marca el umbral de dolor varía poco, salvo alrededor de los 4 kHz, que es la zona en donde el oído humano se muestra más sensible.

 

 

Nota 1: observa que la escala de frecuencias (en hercios) sitúa a igual distancia las sucesivas potencias de diez. A este tipo de escalas se les llama escalas logarítmicas y se utilizan cuando la diferencia entre el valor máximo y el valor mínimo es muy grande. 

Nota 2: cada curva de la gráfica parte de la percepción de volumen que tenemos de una intensidad (por ejemplo de 40 dB) cuando la frecuencia es de 1.000 Hz. Después, variamos la frecuencia y registramos en la gráfica las variaciones necesarias de intensidad para mantener constante nuestra percepción de volumen. 

 

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