De las cosas del campo.
LIBRO PRIMERO. .
PRÓLOGO a PUBLIO SILVINO.
Con frecuencia oigo los primeros hombres de nuestra
ciudad, culpar unas veces la esterilidad de los campos, otras
la intemperie que se nota en el aire de roncho tiempo
acá, como perjudicialeslos frutos: también oigo á
algunos mitigar estas quejas con una razón ciertasu pa
recer, pues piensan que la tierra fatigada y desustanciada
con la excesiva fertilidad de los primeros tiempos , no puede
dar alimentolos mortales con la abundancia que lo
daba entonces. Cuyos motivos, Publio Silvino, tengo por
cierto que están muy lejos de ser verdaderos ; lo uno por
que no es justo creer que la naturaleza de la tierra, dotada
por el primer Criador del mundo de una fertilidad perpetua 1,
haya sido invadida por la esterilidad, como pudiera
serlo por cierta especie de dolencia ; lo otro . porque no es
propio de una persona sensata pensar que la misma tierra
se ha envejecido como el hombre, habiéndole cabido en
parte una juventud-divina y eterna» y llamádose madre
común de todas las cosas, por haberlas producido siempre
y haberlas de producir en adelante. En vista de lo cual no
pienso que nos han sucedido estas cosas por la intemperie
del aire, sino mas bien por culpa nuestra; pues hemos
puesto el cultivo de nuestras tierrascargo del peor de
nuestros esclavos, como si fuera un verdugo que las castigara
por delitos que hubieran cometido: siendo asi que
nuestros antepasados , mientras mejores eran ellos, mejor
las trataron. Y no puedo acabarme de admirar, cuando
considero que escogiendo los que desean hablar bien un
orador cuya elocuencia imiten ; buscando los que quieren,
aprender las reglas del cálculo y de las medidas un maestro
de esta enseñanza que tanto les agrada; procurando I09
aficionadosla danza yla música con el mayor cuidado
maestros de éstas artes; llamando los que quieren hacer un
edificio operarios y arquitectos ; los que quieren confiar al
mar una embarcación hombres que sepan manejarla ; los
que emprender guerras pérsonas inteligentes en la táctica;
y, para decirlo todo de una vez, haciendo cada cual diligen
cia, para el estudioque quiere aplicarse, del mejor director
que pueda encontrar; y finalmente, eligiendo cada uno
de entre el número de los sabios una persona que forme su
espíritu y sea su maestro en la virtud: solamente la agricultura,
que sin duda alguna está muy cerca de la sabiduría,
y tiene cierta especie de parentesco con ella , carece de
discípulos que la aprendan y de maestros que la enseñen.
Pues no solo he oido , sino yo mismo he visto , que hay jeri
nuestros dias escuelas de retóricos, y (como acabo de decir)
de geónietras y músicos , y (lo que es mas de admirar) que
también hay oficinas en que se hace profesión de los vicios
mas despreciables, enseñándose en ellascondimentar los
manjares, de modo 'que exciten la glotonería,disponer
los banquetes con el mayor lujo,adornar las cabezas y
peinar el pelo; pero de agricultura no he conocido personas
que se dediquenenseñarla, ni discípulos que la estudien.
En efecto, aunque no Hubiese 'en la ciudad maestros
de aquellas artes, podría estar floreciente la república ¿ coT
trio se verificó en tiempo de nuestras antepasados : puea1 en
lo antiguo fueron bastantemente felices las ciudades, y lo
serán en adelante sin escuelas donde se aprenden los ejercicios
del cuerpo, y aun en las que se adquiere la práctica
de la abogacía; mas sin agricultores es evidente que no
pueden subsistir ni alimentarse los mortales. Cuanto mas
qué es una especie de prodigio lo que sucede, y es que
una cosa la mas convenientenuestros cuerpos yla uti
lidad de nuestra vida, sea la que hasta el tiempo presente
tenga menos perfección que todas; y que un medio tan
inocente de aumentar y conservar el patrimonio se vea
. LIBRO PRIMERO
despreciado. Pues los demás, que son diversos y como
opuestosél, son contrariosla justicia:menos que no
creamos mas conformeésta percibir despojos por medio
de la guerra , que nada nos trae sin sangre y destrucción de
otros. ¿Por ventura los que tienen aversiónla guerra,
querrán mas bien el azar del mar y del comercio marítimo,
basta el punto de que el hombre, siendo animal terrestre,
se atreva rompiendo las leyes de la naturaleza ,entregarse
á las olas, expuesto al furor de los vientos y del mar, y
que desterrado siempre de su patria , ande como las aves,
vagando por tierras desconocidas en costas lejanas? ¿Será
un medio de enriquecerse que merezca mas aprobación el
prestar con usuras, acción odiosa aunaquellosquienes
parece socorrer? Ni aun es mejor por cierto la profesión
canina2, como la llamaron los antiguos, de ladrarlos
mas poderosos , la cual es un latrocinio contra los inocentes
y en favor de los criminales despreciado por nuestros mayores,
y permitido por nosotros dentro del recinto de las
murallas de la ciudad , y en el mismo loro. ¿Tendré tal vez
por mas decoroso el acecho ilusorio del adulador mercena
rio, que anda haciendo la. corte por las casas de los pode
rosos , y por las conversaciones que oye infiere si su pa
trón está todavía durmiendo, pues si pregunta algo de lo
que pasa adentro , no se dignan de responderle los esclavos?
¿Creeré encontrar mas felicidad en estar arrimado hasta bien
entrada la nocheunas puertas incómodas , después de ha
ber sido despedido muchas veces por un portero encadenado, y esto por comprar con la mas miserable esclavitud
y con deshonor el honor de las fasces 4 y el mando, que sin
embargo no conseguiré sin disipar mi patrimonio? Pues
éste honor se paga con dones, y no con una servidumbre
que nada produzca al que lo proporciona. Por consiguiente
si los hombres de bien han de evitar éstos medios de acre
centar su patrimonio , y otros semejantes , resta solamente
uno decoroso y noble, que es la 1 agricultura. Aunque sus
preceptos se ejecutáran sin inteligencia y por hombres ignorantes,
con tal que fueran poseedores de las heredades, como sucedía
antiguamente, sufriría menos pérdida
el cultivar, pues la aplicación de los dueños los recompensaría
en muchas ocasiones de los daños que les causase su ig
norancia; y tratándose de su interés personal, no querrían
que se les viese toda su vida estar sin conocimiento de lo
que les importa , y por lo mismo concibiendo mayores de
seos de aprender, llegaríantener una instrucción com
pleta en la agricultura.
Al presente no solo nos desdeñamos de labrar por nosotros
mismos nuestras heredades, sino que tenemos por
cosa de ninguna importancia hacer capataz 5un hombre
el mas inteligente, ólo menos, si es ignorante, que ten
ga capacidad y vigor para aprender prontamente lo que
no sabe : por el contrario si es un hombre rico el que ha
comprado una hacienda, envía desterradoella al mas en
deble por sobra de añospor falta de fuerzas , que encuen
tra en la turba de lacayosconductores dé literas : aunque
el ejercicioque lo destina exija no solamente ciencia,
sino también una edad que esté en su flor, y una robustez
de cuerpo suficiente para aguantar el trabajo: y si el que
hace esta adquisición es un hombre de medianas faculta
des , echa mano para capataz, de alguno de los mozos,
que no puede ya dar su trabajo diario, y qüe no tiene co
nocimiento de lo que se vaponersu cargo. Cuando yo
advierto este manejo, considerando en mi interior muchas
veces y reflexionando con cuán torpe consentimiento se ha
abandonado y echado en el olvido la agricultura, me recelo
que parezcalos hombres decentes criminal y en cierto
modo vergonzosa y fea.
Pero como muchos monumentos
consignados en los escritores me hagan ver que nuestros
mayores tuvieronmucha honra dedicarsela agricultu
ra: que de ella y del arado fue llamadoser dictador
Quincio Gncinato 6, libertador de un cónsul y de su ejér
cito que estaba cercado; y que después, habiendo dejado
los fasces, que había devuelto asi que venció, con
mas celeridad que las tomó al ser nombrado general,
volviólos. mismos novillos yJa misma pequeña
haza de cuatro yugadas que había heredado de sus
abuelos 7: que también Cayo Fabricio 8 y Curio Dentato 9, el
uno después de haber echadoPyrrho 10 de los confines
de Italia, y el otro después de haber sujetadolos Sabinos,
cultivaron las siete yugadas de tierra de la conquistada al
enemigo, que les tocaron en parte de las que se repartían
entre los ciudadanos, con tanta aplicación, como valor ha
bían empleado en conquistarla con las armas : y para no
hacer mención ahora intempestivamente de cada uno en
particular , al ver que tantos generales romanos ademas de
éstos se han distinguido siempre en los dos ejercicios, de
defender y de cultivar las tierras conquistadasheredadas
de sus padres , conozco que han dejado de agradarnues
tro iujo ynuestra molicie las costumbres antiguas y la vi
da varonil. Pues todos los padres de familia (como se quejó
ya Marco Varron 11 en tiempo de nuestros abuelos) después
de haber dejado la hoz y el arado , nos hemos metido de
murallas adentro , y movemos mas bien las manos en los
circos y en los teatros, que en las mieses y en las viñas: y
admiramos atónitos los gestos de los afeminados, porque
contrahacen un sexo que la naturaleza ha negadolos va
rones, y engañan los ojos de los espectadores. En seguida,
para ir bien preparadoslos lugares de disolución , cocemos
en las estufas nuestras indigestiones diarias , excitamos
Ja sed provocando ef sudor, y pasamos ¡as noches en livian
dades y borracheras, y los dias en jugar y dormir, tenién
donos por afortunados por no ver salir ni ponerse el Sol ia.
Y así la consecuencia de esta vida indolente es la falta de sa
lud: pues están los cuerpos de los jóvenes tan débiles y ex*
tenuados , que no parece que quedala muerte mudan
za que hacer en ello9. Pero seguramente aquellos verdade
ros descendientes de Rómulo , ejercitados continuamente en
la caza, y no menos en los trabajos del campo, tuvieron
unos cuerpos robustísimos, y aguantaron, cuando fue me¡
nester, el servicie militar, como que estaban endurecidos
con los trabajos que daban en tiempo de paz; y así siem
pre dieron la preferencialos ciudadanos que vivianeri el
campo sobre los que habitaban en la ciudad : pues as< co
mo entre los primeros se tienen por mas perezosos los que
están siempre metidos en las casas de campo, qué los que
trabajan fuera de ellas, del mismo modo parece que son
mas flojos los que están paradosla sombra en la ciudad
de murallas adentro, qué los que cultivaban los campos ó
gobernabanlos que lo hacían. Es también constante que
se solían tener las asambleas en los dias de mercado13, pa
ra no ocuparse de los negocios de la ciudad mas que un dia
de cada nueve, y destinar los demáslos del campo: pues
allí vivian entonces, como hemos dicho, los primeros hom
bres de la ciudad ; y cuando se necesitaba tener consejo pa
ra los negocios públicos, se les hacia venir de las casas de
campo, para reunirse en el senado. De lo cual ha resultado
que los que los ibancitar se llamaban viadores: y mientraa
se observó esta costumbre de labrar cada uno sus tierras con
la mas constante aplicación, aquellos antiguos Quirites sabi
nos y nuestros ascendientes los romanos, han recogido,
aunque entre el hierro y el fuego, mayores cosechas, sin
embargo de ser devastadas por las incursiones de los ene
migos , que las que recogemos nosotros , quebeneficio de
una larga paz hemos podido adelantar en la agricultura. Por
consiguiente en este Lacio y en esta tierra de Saturno14 en
la que los dioses enseñaronlos descendientes de éste á
cultivar los campos , aquí mismo tratamos en subasta que
ee nos traiga trigo de las provincias ultramarinas, para no
morir de hambre, y guardarnos en nuestras bodegas los
productos de las vendimias de las islas Cicladas , de la Bética
y de las Gálias. Y no es ésto estraño, siendo una opinión comunmente recibida y sentada, qne la agricultura es
un ejercicio vil , y que es un oficio que no necesita de la
enseñanza de ningún maestro. Pero cuando yo considero la
magnitud de toda ésta ciencia , como cierta extensión des
mesurada de un cuerpo,reflexiono en particular sobre
pada una de sus partes, que miro como si fueran sus
miembros, recelo que me coja el último dia de mi vida,
antes de poderla comprender toda. Porque el que quiera
hacer ver que se ha perfeccionado en ella, conviene que
sea muy sagaz investigador de la naturaleza de las cosas,
que esté bien instruido en los diferentes climas, que ten
ga averiguado lo que es convenientecada pais y lo que
no lo es: que tenga presentessu memoria los tiempos
precisos del orto y del ocaso de los astros, para no comeih
zar las labores cuando amenacen las lluvias y los vientos,
y no dar el trabajo en valde: que examine con cuidado la
temperatura habitual del aire, y la del año en que se ha
lla, pues no siempre siguen unas mismas reglas, ni todos
los años viene el estíoel invierno de una misma for
ma: ni la primavera es siempre lloviosa, ni el otoño hú
medo, cosas que creo no puede prever persona alguna
sin bastante talento y una enseñanza muy exquisita. Fuera
de quepocos es concedido discernir las diferencias de las
tierras y la cualidad de los terrenos, como también el saber
qué es lo que nos concede y lo que nos niega cada uno.
¿Quién ha llegadoconsiderar atentamente todas las parte*
de ésta arte , para percibir la práctica de las siembras y de
las labores, y conocerfondo las varias y muy desemejantes
especies de tierras, de las cuales unas engañan por su color,
y otras por su cualidad: pues en unos paises se aprecia la tier
ra negra que llaman pulla, como en la Campania; en otros
corresponde mejor la roja pingüe; en otros (como en laNumidia
en Africa) las arenas sueltas vencen por su fecundidad
al terreno mas recio; en el Asia y en la Mysia la tierra
compacta y pegajosa produce mas que todas? ¿Quién ha
llegadoconocer , ni aunmirar con reflexión , qué es lo
que en estas mismas tierras no se dá en la colina, en el ter
reno llano, en e\ cultivado, en el inculto, en el húmedo y
herboso, en el seco y pelado? ¿Quién lo pertenecientela
plantación yla conservación de los árboles y de las viñas,
de que hay infinitas especies? ¿Quién la adquisición y con
servación de los ganados: porque éste objeto lo hemos
admitido como parte de la agricultura,pesar de estar se
parada de ella el arte pastoril? Mas ésta última comprende
muchas partes: porque el ganado caballar exige ser cui
dado de un modo, el vacuno de otro, de distinto el la
nar; y en éste mismo pide el tarentino un método diver
so de el del burdo; de otro el cabrío, y en éste mismo el
mocho y de pelo claro se cuida de una manera, y el
que tiene astas y mucho pelo, como el de Cilicia, de
otra. La profesión del porquero que guarda puercas de cria
y lechones , y la del que guarda cerdos grandes son diver
sos: también son diversas las comidas que deben dárseles:
y no menos diversos los climas , modos de criar , y de cui
dar, que convienenéste ganado, si es pelón,si es cerdoso.
Y dejando aparte los ganados , en cuya clase se incluyen las aves de corral y las abejas, ¿quién ha sido tan
aplicado que ademas de éstas cosas que hemos referido con
iudividualidad , sepa practicar tantas especies de injertos y
de podas , y cultivar tantos géneros de frutales y hortali
zas? ¿quién ha dedicado sus cuidadostantas especies
de flores, como por ejemplo las rosas , cuando los mas aun
desprecian cosas de mayor importancia? sin embargo esas
han empezadoser útilesmuchas personas. Los prados,
los saucedales , las retamas y las cañas exigen también alguna aplicación, aunque sea pequeña. No se me oculta
después de la relación que he hecho de tantas cosas y tan
multiplicadas, que si trato de sacar de entre los que se
dedicanlos trabajos del campo un labrador tal como
lo deseo y lo describo, se retardarán los estudios de los
que aprenden la agricultura , los cuales llenos de terror
con la desesperación que infunde una ciencia tan variada
y tan vasta, no querrán emprender lo que desconfían po
der conseguir. Pero sin embargo es una cosa razonable,
como ha dicho muy bien Cicerón ' 5 en su tratado del ora
dor, que los que desean inquirir las cosas que son mas
útiles al género humano, y después de consideradas y ave
riguadas confiarlasla memoria, deben no omitir medio
alguno para conseguirlo. Y si nos faltare la fuerza de un
ingenio sobresalienteel auxilio de las bellas artes, no
debemos entregarnos luego al ocio yla desidia , sino pro
seguir con perseverancia en las esperanzas que hemos
cencebido con sabiduría. Pues aspirando al lugar mas ele
vado, se nos verá con bastante honor aunque nos quede
mos en el segundo. ¿Por ventura las Musas16 Latinas han
admitido solamente en sus santuariosAccio 7 yVirgilio? 8 ¿No han concedido también sagrados asientos no so
lolos que se han acercado masellos, sino también
á los que se han quedado lejos de estos segundos? Los
rayos de la elocuencia de Cicerón no separaron de éste es
tudioBruto 19,Celio 20,Polion M ,Messala 32, ni á
Cátuto 23 ; pues ni el mismo Cicerón habia cedidolos de
Demóstenes24 nilos de Platón25; ni el padre de la elo
cuencia, aquel dios Meonio26, extinguió con los caudalosísmos
ríos de su facundia los estudios de la posteridad.
¿Vemos por ventura que los artistas que han admirado las
obras de Protógenes 27, Apeles 28 y Parrasio 29, aunque ellos
fuesen de menos fama que éstos , hayan abandonado su trabajo después de tantos siglos? Ni Bryaxis3", Lysipo3', Praxiteles32
y Polycleto 33, artistas posterioresPhidias 34 que
habían visto atónitos las estatuas hermosas de Júpiter Olyinpico 3S
y de Minerva 36, hechas por éste, tuvieron detención en probar lo que
podían hacer, ni hasta donde podían adelantar. De aquí podemos inferir
que si en todo género de ciencia los que ocupan el lugar mas alto se llevan
tras sí la admiración y la veneración , no se quedan los que
están en otro inferior sin el elogio que merecen.
A esto se
agrega, que si el labrador que queremos nosotros sea perfecto, no es consumado en ningún arte, si no ha alcanzado
en la naturaleza universal de las cosas, la sagacidad de Demócrito 37
o de Pitágoras 38 ; en los movimientos de los
astros y de los vientos la previsión de Menon 3 de Eudoxio 4
en la cria de ganados el conocimiento de Quiron 41 ó
de Melampo 1; en el cultivo de los campos la pericia de
Triptolemo 43 .ó de Arisreo 44: sin embargo mucho habrá
aprovechado si ha podido igualar en la práctica a nuestros
Tremelios 45, Sasernas 46 y Estolones 47; pues la Agricultura puede ejercerse por una persona que no tenga grandes
talentos, aunque no por quien no tenga ningunos,(como
dicen los láminos) séa pingui Minerva 3. Porque lo que al
gunos han dicho ,' ésto es ,' que es un arte muy fácil y que
no necesita ingenio alguno, está lejos de ser cierto. No es
menester tratar mas al presente de ésta ciencia en general,
cada vez que se han de ir explicando tocas sus partes, cada
una por su orden, en unos cuantos volúmenes destinados
al intento; loque haré luego que haya hablado de las cosas que creo pertenecen mas principalmente a su universalidad.
CAPITULO l
Preceptos que han de seguir los que quieran dedicarse al
cultivo del campo.
El que quisiere aplicarsela Agricultura ha de saber
que tiene que llamarsu auxilio, con preferenciatodo lo
demás, éstas tres cosas: inteligencia en ella, facultades para
gastar, y voluntad de hacerlo. Porque, como dice Tremelio,
aquel tendrá su campo mas cultivado, que sabrá, podrá
y querrá labrar: ynadie bastará saber y querer, si no
hace los gastos que exigen las labores; ni por el contrario la
voluntad de hacer y de gastar aprovechará sin el arte, por
que en todo negocio el punto capital es, /saber lo que se def
be hacer, y sobre todo en la agricultura , en lacual lavoHifti
tad y las facultades sin ciencia acarrean perjuicios grandes
á los amos , y las labores dadas sin inteligencia son causa
de que sean inútiles los gastos. Y así el padre de familia
aplicado que desea seguir en el cultivo un método segura
para aumentar en patrimonio, .ha de procurar principalmen
te consultar sobre cada cosalos labradores mas inteligen
tes de su tiempo, meditar con atención los tratados de los
antiguos, considerar lo que cada uno de ellos ha opinado,
las reglas que ha dado , y si todo lo que han enseñado es
adoptable al cultivo del dia,algunas cosas no lo son:
pues me consta que muchos autores célebres están per
suadidos de que el tiempo dilatado que ha transcurrido
ha cambiado la cualidad del aire y las estaciones; y que
H¡ parco1, doctísimo profesor de Astronomía, había dado
por cierto que llegaría tiempo en que los polos del mun
do mudasen de lugar: lo que parece haber creido también
Saserna, autor no despreciable de Agricultura, pues en el
libro que dejó escrito sobre ella infiere haberse cambiado
las estaciones de que los países que no podian conservar
planta alguna de vidde olivo que se pusiese en su campo,
por el constante rigor de los inviernos , mitigado y templa
do cuando él escribia el frió antiguo, producian muy copio
sas cosechas de aceituna y de uva ; peroésta razón , sea
falsaverdadera , solamente se le puede dar pa9o en los li
bros de Astronomía. No se han de ocultarun labrador los
demás preceptos de la Agricultura, que habiendo sido dados
muchísimos de ellos por escritores cartagineses , hacen ver
sin embargo nuestros cultivadores que muchos de ellos son
falsos , como por ejemplo Tremelio , que quejándose de és
to mismo, lo excusa sin embargo, porque siendo el terre
no y la atmósfera de Italia y de Africa de diversa naturale
za entre si, no pueden tener Jas mismas producciones. Pe
ro sean Jas que sean Jas causas de diferencia entre la Agri
cultura de nuestro tiempo y la de los anteriores, no de
ben arredrar al que la está aprendiendo de la lectura de los
autores antiguos, pues se encuentran en ellos muchas mas
cosas dignas de ser aprobadas que de ser desechadas. Hay
ciertamente entre los griegos una gran porción de escritores
que han dado reglas de Agricultura,la cabeza de los cua
les se puede poner Hesiodo, de Beocia, poeta celebérrimo^
que Ha contribuido no muy poconuestra profesión : mas
la ayudaron después los sabios Demócrito de Abdera, Xenofonte,
discípulo de Sócrates3, Arquitas de Tarento, y los pe
ripatéticos maestro y discípulo Aristóíe/es* y Tfieopfirasto*.
Los sicilianos Hieron5, su discípulo Epicarmo7, y Philometor
Atalo8, adelantaron en ésta ciencia por efecto de su mu
cha aplicación. Athenas también ha producido una gran
multitud de escritores en ésta materia, de los cuales los mas
estimados fueron Quereas , Aristandro , Amphiloco9, Querestoto
y Euphronio," elatheniense, y no como muchos pien
san el; de Ampbípolis q«e está tenido por un labrador reco
mendable.
Las islas han hecho asimismo célebre ésta profe
sión , como acreditan Epígenes12 de Rhodas, AgathocJes
de Scio, Evagon y Anaxipolis deThaso. Menandro y Diodoro, paisano de aquel Bias, uno de los siete sabios, adqui
rieron una completa instrucción en la Agricultura: y no ce
dieronéstos Baqtaio y Mnaseas'3 de Mileto, Ántígono de
Cumas, Apolonio de Pérgamo, Dion de Golophon, y Hege*
sias14 de Maronea. Diophanes de Bythinia compendió en
seis breves tratados todas las obras de' Dionysio de Utica, intérprete de Mago'n el carthagines, tan difusas que ocupa
ban muchos volúmenes. También han contribuido con algún auxilionuestro estudio otros autores, aunque mas
obscuros, cuyas patrias ignoramos: éstos son Androcion1*,
Escrion16, Aristómenes, Athenágoras, Crates, Dadis,Dionysio , Euphy ton y Euphorion. Y no nos han pagarlo con
menos lealtad Lysimaco'7, Cleobulo,s, Meneetrato, Pleusiphanes,
Persis y Theophilo, cada uno por su parte. Por
último,' para darla Agricultura el dereoho dé ciudadana
romana, pues en tiempo de estos autores no era todavía
mas que griega, hagamos ahora mención de aquel Marco
Catón el Censor19 , que fué el primero que la hizo hablar
en; Ja tin : hagámosla después de éste de los dos Sasernas pa
dree y hijo que la han' enseñado con .mas esmero : 1 én segui
da, (Je Tremelio.Escrofa que la ha hecho elocuente:! de Mar
co ^crencio Varron20 que la ha limado, y de Virgilio que la
ha hermoseado también con sus versos; sin desdeñarnos de
baperla finalmente de Julio20 Hygino, que ha sido como su
ayq; con tal sin embargo que veneremos mas quetodos,
comopadre de la Agricultura, al cartilágines Magón21,
pues aquellos memorables volúmenes que escribió sobre ella, han sido traducidos al latin por decreto del Senado.
No lian merecido menores elogios Cornelio Celso" y Julio
Atico, autores de; nuestro tiempo, el primero por haber
comprendido en chaco libros un cuerpo completo de ésta
qiencia, y el segündo por haber escrito uno único sobre la
especie particular de cultivo que pertenecelas vides. Ju
lio Grecino23 que se puede mirar como discípulo de éste ,
ha cuidado de dejarla posteridad dos ' Volúmenes de re
glas semejantes icón respectolas viñas, escritos con mas
elegancia y erudición. A éstos pues, roh Publio Silvino, has
de consultar ántes de entregartela Agricultura: pero sin
persuadirte de que sus doctrinas te han de conducirposeer
la con ¡perfección , pues los libros de* semejantes escritores
mas bien :instruyen al que ya es maestro, que lo forman,:
El uso y la experiencia tienen el principal influjo en las aites,
y ninguna hay en que no se aprenda errando; pues
luego que una operación, por haber sido mal ejecutada, tie
ne imal éxito, se evita lo que ha sido causa del error, y la
advertencia dej maestro dá luz para entrar en el camino de
recho. Por lo cual nuestros preceptos no prometen dar la
. LIBRO PRIMERO i3
perfección de la ciencia, sino ayudarconseguirla: ni al
instante que cualquiera los haya leido la poseerá, como no
quiera ponerlos en ejecución y sus facultades se lo permi
tan. Y así nosotros ofrecemos éstos preceptoslos que se
dedicanaprender la Agricultura, como auxilios que no
aprovecharán por sí solos, sino con las otras cosas que he
mos indicado. Y aun los demás , esto es , el continuo traba
jo y la experiencia del capataz, y las facultades y voluntad
de gastar, no valen tanto como la sola presencia del amo: la
cual si no interviene con frecuencia en las labores, todas
ellas aflojan, como sucede en un ejército cuando falta el ge
neral. Lo que creo quiso darentender el cartilágines Magon,
poniendo al frente de sus escritos está sentencia: El
que comprare una heredad en el campo venda su casa , no
sea que quiera vivir mas bien en ésta que en la de aquella :
porque el que prefiriere habitar en la ciudad, no tiene nece
sidad de posesión en el campo. Cuyo precepto, si se pudiera
observar en estos tiempos , no lo alteraría yo. Pero como al
presente el deseo de empleos llame muchas vecesla ma
yor parte de nosotrosJa ciudad, y nos retiene muchas
Jilas, pienso en consecuencia que Ja hacienda mas cómoda
es la que está cerca de ella ,la cual , aun el tambre que
tiene ocupaciones , pueda dar con facilidad una vuelta to«
<3os los dias después de haber concluido los negocios del fo
ro. Porque los que compran posesiones lejanas , por no de
cir ultramarinas, ceden el patrimoniosus esclavos como
6i fueran sus herederos, y lo que es peor estando vivos: .
porque seguramente, si están sus amos distantes, ellos se
corrompen , y apoderada de ellos Ja corrupción , después de
las maldades que han cometido, esperando ser reemplaza*
dos por otros, se dedican mas bienJa rapiña que al cul
tivo.
CAPITULO IL
De la situación y disposición que ha de tener la casa
de campo y la heredad.
Soy pues de opinión que la hacienda que. se compre esté
cerca, de la ciudad , a la cual vaya el amo con frecuencia, y anuncie que ha de ir con mas frecuencia que lo
que haya de hacerlo; pues con éste temor el capataz y
la gente cumplirán con su obligación. Siempre que tenga
lugar se detendrá en el campo, y ésta detención no ha
de ser inútil ni ociosa; pues conviene que un padre de
familia cuidadoso dé vueltamenudo y en todos los
tiempos del añolas diferentes partes de sus hereda
des, para observar con mas conocimiento la naturaleza
¡del terreno, ora estén los frutos en hojas y en yerba, ora
estén ya maduros, y para no ignorar nada de lo que sea
conveniente hacer en ellas. Pues hay una máxima antigua
aprobada por Catón1 que dice: que es severamente cas
tigada una hacienda cuyo dueño no enseña al capataz lo
que selia de hacer en ella , sino que lo aprende de él. Por lo
cual el principal cuidado del que ha heredado de sus ma
yores una finca ,trata de comprarla , es saber cuáles son
las mas estimadas en aquel pais, para deshacerse de la que
sea inútil,comprar una buena. Y si la fortuna suscri
bierenuestros deseos, la tendremos en clima saludable,
tierra fértil, parte en llano y parte en colinas , con pen
diente suave hácia el orientemediodía : habrá en ella
porciones de terrenos cultivados , y otras de silvestres y
ásperos, no lejos del marele un rio navegable que facilite
la exportación de los frutos, y la importación de las mer
cancías que hagan falta. Por bajo de la casa de campo ha
brá una llanura distribuida en prados , tierras de labor,
saucedales y cañaverales. Las colinas unas estarán sin ár
boles ,fin de que únicamente sirvan para siembra de gra
nos, los cuales sin embargo se dan mejor en tierras llanas,
medianamente secas y pingües, que en laderas muy pen
dientes, Y por tanto las tierras de pan, aun las mas altas, de
ben tener llanuras, y cuando mas una pendiente muy sua
ve y muy parecidaposición de vega. Ademas otras colinas
se cubrirán de olivaros, de viñas, y de árboles que puedan
dar horquillas para éstas, y otras que den, madera y piedra
para obras, cuando sea menester, como también pastos pa
ra los ganados menores. También será del caso un naci
miento de agua, de donde se saquen acequias que rieguen
los prados, los huertos y , los saucedales ¡, y que no falten
rebaños de ganado mayor y de otros cuadrúpedos que paz
can Jos terrenos cultivados y los matorrales. Mas ésta situa
ción que deseamos es raía y difícil , y pocos la encuentran:
la próximaésta es la que tiene mas ventajas de éstas que
hemos referido : la que no tuviere muy pocas es tolerable.
CAPITULO m.
Cuando se reconozca una posesión para comprarla qué
cosas se han de observar en ella mas principalmente.
Porcio Catón1 pensaba que al comprar y reconocer una
heredad, se habian de considerar sobre todo dos cosas , la
salubridad del clima y la fertilidad del terreno; de las cua
les si faltaba una, y sin embargo babia quien quisiese cul
tivarla , era un mentecato , y por consecuencia debia po
nerse bajo de la curaduría de sus parientes % pues nadie
que esté en su: juicio debe hacer gastos en el cultivo de un
terreno estéril ; ni por el contrario en un campo mal sano,»
por mas feraz y pingue que sea , jamas llega el amover
sazonados los frutos , porque cuando se ha de ajustar la
cuenta con la muerte, no solo es dudosa la percepción de
los frutos , sino también la vida de los cultivadores ,poc
mejor decir, su muerte es mas cierta que la ganancia. Des
pués de éstas dos cosas, que son las mas principales, añadía
otras que no deben tenerse menos presentes, y son el ca«
mino , el agua , y los vecinos : que un camino cómodo e3
muy útil para las haciendas , lo primero , y es lo mas esen
cial , porque les proporciona la presencia del amo que irá á
ellas con mas gusto, si no teme la molestia de uno malo;
lo segundo porque facilita la importación de las provisiones
y la extracción de los frutos, lo cual aumenta el valor de
éstos y disminuye el costo de aquellas , pues se conducen
con mas equidad adonde se llega con menos trabajo. Ni es
de desatender tampoco poder irellas por poco dinero, si
se va en bestias de alquiler; lo que conviene mas que man
tener las propias: y al mismo tiempo los esclavos que han
de acompañar al amo harán sin dificultad el caminopie.
Pe la bondad del agua no hay para qué extenderse en hablar,
siendo una cosa tan evidente para todos. ¿Pues quién
dudará que deba ser lo mejor posible una cosa sin la cual
ninguno de nosotros, sea de buenade mala salud, puede
prolongar su vida ? Con la comodidad de un buen vecino
no se puedela verdad contar, pues algunas veces lo cam
bia la muerte, ú otras diversas causas. Y por ésto algunos
no admiten en ésta parte la opinión de Catón; los cuales sin
embargo parece que van muy errados, pues así como es
propio de un hombre sabio sufrir con fortaleza los acciden
tes impensados , lo es igualmente de un loco ser artífice de
su propia desgracia : lo que hace el que con sus dineros ad
quiere un mal vecino , pues si ha nacido de padres libres,
ha podido oir decir desde su infancia, que no perecería
jamas un buey si no hubiera un mal vecino: lo que no se
dice solamente del buey , sino de todo lo demás que tene
mos : de suerte que muchas gentes han tomadopartido
carecer de sus casas y huir de sus patrias por las injurias de
los suyos:menos que no pensemos que cS haber abando
nado naciones enteras su suelo patrio, y refugiádose en
países extrangeros , haya, sido por otro motivo que por no
poder aguantarsus malos vecinos, hablo délos Aquéos,
de los Hiberos, , ' también de los Albanos , y no menos de
los Sicilianos; y para no olvidar los pueblosquienes de
bemos nuestro origen^ hablo también de los Pelasgos , de
los Aborigines y de los Arcades. No me ceñiré sololas
calamidades públicas ; la historia nos ha enseñado también
que en las regiones de la Grecia , y en ésta misma Hespe
ria hubo vecinos particulares detestables;menos que di
gamos que aquél Autolico^ ha podido serlo tolerableper
sona alguna, oque Caco4, habitante del monte Aventino
trajo algún gustosus vecinos los Palatinos. Pues mas quiero
hacer mención de los que ya no existen que de los presentes,
para no nombrar un vecino mió, que no deja en nuestro
pago un árbol en pie, luego que descuella, ni almáciga á
que no toque, ni rodrigón que no quite de la viña , ni da
lugarque se dé de comer al ganado con algún descuida
Con razón pues, opinó Catón en mi juicio que se debia
evitar tal peste, y advirlió sobre todo al que habia de ser
labrador , que no se acercáraella por su voluntad.
Nosotros añadiremoséstos preceptos, el que uno delo9 sie
te sabios ha dadola posteridad , y es que en todas las cosas
se ha de guardar modo y medida , y éste no se ha de en
tender proferido solamente para los que hayan de hacer otra
cualquier cosa , sino también para los que hayan de com
prar alguna hacienda ,fin de que nadie quiera comprar una
mayor de lo que permitan sus fondos , puesésto pertene
ce la excelente sentencia de nuestro poeta 5 : Celebra las ha
ciendas grandes , pero cultiva una pequeña. Cuyo antiguo
precepto lo puso en verso este varón eruditísimo, habién
dose dado antes por otros , según mi opinión , pues todos
convienen en que los cartagineses, gente habilísima, habian
dicho que la heredad debía ser mas débil que el la
brador, porque como ha de luchar con ella, si puede mas
ésta él queda arruinado : y no hay duda que una hacienda
grande mal cultivada rinde menos que una pequeña que
lo está bien. Y por eso después de la expulsión de los reyes, aquellas siete yugadas de tierra que Licinio, siendo
tribuno de la plebe , había repartido por cabezascada
ciudadano, dieron mayores cosechaslos antiguos, que
ahoranosotros los barbechos de mas extensión. Con efec
to Curio Dentato, de quien hemos hecho mención poco
antes, habiéndose conseguido una victoria tan grande bajo
su feliz mando , como el pueblo le hubiese concedido en
premio de su raro valor quinientas yugadas de tierra , cre
yó que ésta era una fortuna muy grande para un cónsul y
un triunfador ; y habiendo desechado el don que le hacia
el pueblo , se contentó con éstas siete yugadas que se daban
á los de la plebe. Después, aunque nuestras victorias y las
mortandades de nuestros enemigos hubiesen dejado mu*
chas tierras vacantes, se imputó como crimenun sena
dor haber poseido mas de cincuenta yugadas: y Cayo Lici¿
nio fue condenadoconsecuencia de la misma ley que
había promulgado, siendo tribuno, porque excitado del
inmoderado apetito de poseer, había excedido de la cabida
de tierra prefijada por ellacada ciudadano. Y ésto no fue
tanto porque pareciese nna altanería poseer tanta tierra, co
rno porque parecía criminal que un ciudadano romano
abandonase de un modo nuevo los campos que el enemigo
había asolado en su fuga, poseyendo mas terreno que el
que las fuerzas de su patrimonio le permitían cultivar. Por
consiguiente en la adquisición de tierras se guardará la
misma justa medida que en las demás cosas ; pues solo se
ha de adquirir lo necesario para que parezca que hemos
comprado fincas que disfrutar, y no que nos sirvan de
carga , privandootros de su goce ,ejemplo de los muy
poderosos , que poseen comarcas enteraslas que no pue
den dar la vuelta ni auncaballo , y las dejan abandonadas
á los ganados para que las pisoteen ,á, las fieras para que
las devasten y destruyan ,las ocupan con ciudadanos en
cadenados por deudas,con esclavos' en mazmorras. La
medida pues para cada cual será su voluntad moderada y
sus facultades, pues no basta, como ya he dicho antes, que
quieras poseer si no puedes cultivar.
CAPITULO IV.
De la fertilidad de la hacienda, y de la situación de la
casa de campo.
Después se sigue el precepto de Ceson , de que se dice
haber usado también Catón * , y es que los que , quieren
comprar una heredad revisen, muchas veces aquella en que
hayan puesto los ojos ; porquela primera vista no mani
fiesta sus defectos ni sus buenas cualidades ocultas , y tanto
los primeros como las segundas se dejan ver con mas faci
lidad de los que repiten las visitas. Nuestros mayores nos
han dado también una especie de fórmula para conocer ;á
la simple vista si un campo es pingüe y feraz, de cuya
cualidad hablaremos en su lugar, cuando tratemos de los
géneros de tierra. Sin embargo tengo que manifestar y dar
publicidad en general,lo que se escribe haber dicho
Marco Afilio Régulo1, inclitísimo general ya en tiempo de
la primera guerra púnica , y es : que así como no se ha de
comprar una heredad , aunque su suelo sea el mas fecundo,
si es insalubre, del mismo modo no se ha de adquirir la que
Jo tenga estéril , por mas saludable que sea : lo cual persua
día Atiliolos labradores de su tiempo, con tanta mas aur
toridad cuanto estaba enseñado por la experiencia : pues las
historias dicen que cultivaba una hacienda pestilencial , y
ai mismo tiempo estéril, en el campo Pupinio. Por lo cual
como un hombre sabio no debe comprar en todas partes,
ni dejarse engañar por el atractivo de la fertilidadpor los
encantos de la diversión , del mismo modo un padre de fa
milia verdaderamente hábil , debe hacer productivo y útil
todo lo que comprareadquiriere de otra manera; pnes
nuestros mayores nos han enseñado muchos remedios para
el aire malo , con I09 que se mitigue su cualidad pestífera;
y en la tierra endeble la inteligencia y aplicación del labra
dor puede superar la esterilidad del suelo. Y esto lo conse
guiremos si creemos comoun oráculo al mas verídico de
los poetas, que dice3: Téngase cuidado de conocer de ante
mano los vientos, las variaciones de la atmósfera, los usos
del pais con respecto al cultivo , lo que puede dar cada re
gión , y lo que no puede producir : y no contentándonos
con la autoridad de los cultivadores antiguos ,de los del
dia, pasemos por alto nuestros ensayos, y los experimen
tos nuevos que hayamos hecho. Los cuales aunque en al
gunos casos particulares son costosos, sin embargo en su
totalidad son provechosos , porque nunca se cultiva el
campo sin utilidad: al mismo tiempo el poseedor consigue
formarse para las operaciones que están massu alcance;
y también ésto hace mas productivos los campos mas fér
tiles. Por tanto en ninguna parte 9e ha de omitir hacer
varios experimentos, debiendo obrar con mucha mas re
solución en el terreno pingüe, porque el buen éxito que
tendrán en él , hará que no emplee en vano el trabajo y el
dinero. Pero así como importa conocer la cualidad de una
hacienda y el modo de cultivarla, no importa menos saber
cómo se ha de edificar la casa de campo, y qué disposición
se le ha de dar para que sea útil ; pues se sabe por la his
toria que muchos han errado en este punto, como los
muy eminentes varones Lucio Lóculo y Quinto Escévolá
4 , uno de los cuales habia hecho la casa mayor , y el otro
menor de lo c|ue exigia la extensión de la hacienda, sien
do uno y otro contrariolos intereses del dueño; pués las
casas mayores, no solo cuesta mas construirlas, sino que
necesitan mayores gastos para su conservación; y cuando
son menores de lo que exije la heredad , se pierden los fru
tos, pues tanto los líquidos como los áridos se deterioran
fácilmente, si no hay sitio9 techados donde guardarlos, ó
son incómodos por estrechos. También debe el padre de
familia tener la mejor habitación posible,proporción de
sus facultades , para que vaya al campo con mas voluntad,
y permanezca en él con mas gusto , mayormente si lo acom
pañare la señora, cuya alma, así como su sexo, es mas de
licada; por lo cual se ha de granjear con alguna amenidad
que se déaquel paraje,fin de que se conforme mas bien
en residir allí con él. Ha de edificar pues el labrador con
buen gusto ; pero no manifieste prurito de hacer obras , y
ha de ocupar tanto terreno cuanto baste , para que no su
ceda lo que dice Catón : Que la heredad tenga que buscar
casa,la casa heredad. Cuál haya de ser en general la
situación de una casa de campo, lo vamosexplicar ahora.
El edificio que se hace de nuevo, así como se ha de cons
truir en un pago saludable, se ha de hacer en la parte mas
saludable de aquel pago. Porque si el aire que lo rodea está
corrompido, traenuestros cuerpos muchísimas incomo
didades que les son perjudiciales. Hay algunos paises don
de no hace mucho calor en los solsticios , pero los frios del
invierno son intolerables, como dicen que sucede en Thebas
de Beocia : hay otros que en el invierno son templa
dos, pero donde el calor es muy cruel en el estío, como
afirman de Calcis en Eubea. Búsquese pues nn aire tem
plado , que no sea muy caliente ni muy frió, como se ex
perimenta comunmente en el medio de las colinas, porque
como éste parage no está muy bajo, no se hiela en el in
vierno con las escarchas , ni se abrasa en el estío con los
calores; y como no está encaramado en lo alto de las mon
tañas, no tiene que temer los vientos, que por pequeños
que sean en lo llano son allí furiosos , como también las IIut
vias en todo tiempo5. Esta posición pues del medio de
una, colina es la mejor, pero sin embargo ha de ser en un
sitio un poco mas elevado que lo demás del terreno, no sea
que si baja un torrente formado por las lluvias de lo alto
de la colina conmueva los cimientos de la casa.
CAPITULO v.
Del agua, de la situación de la casa nuestra en particular
y de su exposición.
Debe haber una fuente que siempre tenga agua, ora
nazca dentro de la casería, ora se introduzca de afue
ra i y cerca de élla un parage donde poderse proveer de le
ña y que tenga pastos. Sino hubiere agua corriente, búaquese
en Ja inmediación agua de pozo que no sea hondo,
si ella sea amargasalobre. Si esta, también faltare, y la po
ca esperanza de encontrar manantial obligareello, se cons
truirán cisternas muy capaces para los hombres, y charcas
para los ganados ,fin de recoger en último recurso el agua
de lluvia , que es la maspropósito para la salubridad del
cuerpo; pero el . modo de tenerla excelente es conducirla
por atanores de barrouna cisterna cubierta,algibe. Des
pués de ésta la mejor es el agua corriente que tiene su orígen
de las montañas, 6Í se precipita por entre peñascos
como la del monte Gaurano en Campanea. La tercera la de
pozo abierto en una colina,quelo menos no lo esté en
lo mas bajo de un valle 1 : es malísima la de laguna que tie
ne una corriente pausada, pero la que está siempre estan
cada con ella es pestilencial; sin embargo esta misma agua,
aunque dañosa por sn naturaleza, se mejora cuando se cor
rige por las lluvias del invierno: por donde se entiende que
el agua llovediza es \a mas saludable de todas , porque des
vanece lo perjudicial de aquel venenoso líquido: pero ya
hemos diclio que ésta agua es Ja mejor para beJaer. Mas pa
ra templar los calores del esljíoy, ¡haoerjque un sitio sea
ameno , contribuyen muchísimo los arroyos de agua corrien
te; los cuales si la condición del sitio lo permite, soy de
sentir que se han de dirigir precisamentela casería,
sean como sean sus aguas con tal que sean dulces. Y si hu
biere un rio suficientemente retirado de las colinas, y la sa
lubridad del lugar y la elevación de la orilla permiten co
locar Ja casería sobre su margen, 6e podrá hacer, procuran
do que el rio quede mas bienla espalda que delante, y
b3
. aa COLUMELA.
que la fachada esté apartada de los vientos malos de aquel
pais, y expuestalos mas favorables, porque la mayor par
te de los ríos están cubiertos en el estío de nieblas calientes
y en el invierno de frias, las cuales si no se disipan por la
violencia de los vientos, causan enfermedadeslos gana
dos ylos hombres. La mejor exposición que se darála
casería^ será como he dicho, en los parages. saludables al
orienteal mediodía, y en los enfermos al septentrión:
también estará bien mirando al mar, con tal que la toquen
las aguas y la salpiquen las olas, nunca fuera de la orilla y
poco retirada de ella: pues es mejor apartarse del marlar
ga distancia quecorta, porque los espacios intermedios
exhalan vapores dañosos. Tampoco conviene que haya laguna cerca de los edificios, ni camino real , porque aquella
despide con los calores un vapor pestilencial y produce en
jambres espesísimos de insectos que vienen volando sobre
nosotros armados de aguijones dañinos, y al mismo tiempo*
echa fuera las pestíferas serpientes de la tierra y del agua4
queprivadasde lahumedad del'invierno1iy,¡envenenadas
con el cieno y el lodo fermentado, son causa muchas ve*
ees de que se contraigan unas enfermedades desconocidas,
cuyos motivos ni aun los médicos pueden descubrir;que
se agrega que en todo el tiempo del año el moho y la hu
medad echanperder los instrumentos de la labor , los
muebles y los frutos, tanto los que no están guardadosy «w
mo los que lo están: no conviene éste, ésto es el camino
real, porque los destrozos de los caminantes que pasan por
ellos y los continuos hospedages de los que quieren alojarse
en la casería perjudicannuestros intereses. Por cuyos mo
tivos pienso que conviene evitar éstas incomodidades, y no
edificarla en camino ni en parage pestilencial, sino lejos
de éstas dos plagas, y en un sitio elevado, de suerte que su
fachada esté mirando al punto del cielo por donde sale el
sol en el equinoccio: pues semejante posición tiene un me
dio entre los vientos del invierno y los ¿leí estío, y es en
la que están en equilibrio entre sí: y cuanto mas al oriente
esté el suelo del edificio, con tanta mas libertad podrá re*
cibir los vientos en el estío, y tanto menos infestado será con
las tempestades del invierno, y luego que .salga el sol se
. LIBRO PRIMERO a3
deshelará la escarcha: por lo cual lo que no participa de la
luz de éste astro y de los aires calientes , sino de ladopor
Ja espalda, se tiene comunmente por pestilencial; y si ca
rece de uno y otro, nada hay que pueda secar las heladas
de Ja noche, ni limpiar todo el moho e inmundicias que
se hubieren' pegado: y éstas cosas no solo son perjudiciales
á los hombres, sinolos ganados,las plantas ysus fru
tos. Y si cualquiera quisiere construir edificios en declive,
empiece siempre por Ja parte inferior; porque habiéndose
principiadoechar los cimientos por ésta parte, no solo
sostendrán con facilidad lo que se levante sobre ellos, sino
servirán de entivo y apoyolas obras qué después se apli
quen por la parte superior, si por casualidad se quisiere
ampliar la casería , porque las que se hayan construido por
bajo resistirán poderosamente al peso de Jas que después
vendránapoyarse sobre ellas: en lugar de que sí los ci
mientos se comenzasen por la parte superior del declive,
como estarían ya cargados con su propria mole, todo lo que
pusieres después juntoellos por \a parte de abajo, formará
mala unión y tendrá grietas. Pues cuando se construye un
edificio nuevo juntouno antiguo y que amenaza ruina,
éstefuerza de resistir el empuje del que se levanta arri
madoél cedesu peso, y dejándose caer el que se había
hecho antes sobre el que cede agoviado con su propio peso,
será aquel atraido pocopoco hasta arruinarse. Y así éste
defecto de construcción se ha de evitar desde el instante en
que se empiecesacar el edificio de cimientos.
CAPITULO VI.
De la distribución de sus habitaciones y oficinas.
Mas la capacidad y número de los miembros de la casería
se ha de arreglar al total de su recinto, y se ha de dividir en
tres partes : la una urbana , que es la que se destinala ha
bitación del amo; la otra rústica; y la tercera fructuaria. La
urbana se ha de dividir en habitación de invierno v de
verano, de suerte que los dormitorios de invierno miren al
oriente de ésta estación, y los comedores al occidente de los
. a4 C COLUMELA. ' I
equinoccios. Los dormitorios de' verano mirarán al medio
día de los equinoccios1, y los comedores al oriente de in
vierno. Los baños estarán ácia el occidente del estío, para
que tengan luz después del mediodía y hasta la caída de la
tarde; los paseos al mediodía de los; equinoccios, para que
reciban al invierno el mas sol posible, y en el estío el me
nos*. Pero en la parte rústica se pondrá una cocina grande
y alta, para que el enmaderado del techo esté libre del pe
ligro de incendio, y los de la familia puedan estar en ella có
modamente en todo el tiempo del año. La mejor exposición
para el cuarto donde estén los esclavos isüeltos será la del me
diodía equinoccial : para los encadenados la cárcel mas saluda
ble será subterránea con muchas ventanas, y éstas angosta*
y tan altas que no se pueda llegarellas con la mano. A los
ganados se les harán establos que estén al abrigo tanto deí
frió como del calor. A los bueyes domados se harán tinados
para el invierno y para el estío; perolos demás animales
que conviene estén dentro de la casa , se harán cobertizos
en un lado y en otro corrales con paredes altas, para que
estén tranquilos en aquellos el invierno y en éstos el estío,
y libres de los ataques de las fieras. Y todos los establos se
arreglarán de maneiá que no pueda introducirse en ellos
humedad alguna, y que la que resultáre de los animales sal
ga lo mas pronto posible, para que no se deterioren los ci
mientos de las paredes ni las pesuñas de dichos animales.
Los tinados convendrá que tengan diez pies de ancho ólo
menos nueve, cuya extensión dá bastante anchuralas reses
para echarse, y al pensador para andar al rededor de
ellas: no es menester que los pesebres estén mas altos que
lo preciso para que el buey ú otro animal de trabajo pueda
comer en pie cómodamente. Al capataz se le hará la habi
tación juntola puerta , para que vea los que entran y saen, y al mayordomo encima de ella potf las mismas causas,
y para que observe de cerca al capataz : e inmediatodm«
tos liabráun cuarto donde se reúnan todos los instrumentos
' de la labor , y dentro otro con cerradura , en el cual se guar
darán las herramientas. A los boyeros ylos pastores se les
dispondrán cuartos cerca de sus respectivos ganados para que
vayan con comodidadcuidarlos. Sin embargo todos deben
. LIBRO PRIMERO a5
tener sus habitaciones inmediatas unasotras, para que no
se distraiga la atención del capataz teniendo que dar vuelta
á diversas partes, y que ellos sean mutuamente testigos entre
sí de la aplicacióndesidia de cada uno. La parte fruc
tuaria se divide en bodega de aceite, molino y lagar, bode
ga de vino, otra para el arrope, heniles, pajares, despen
sas y graneros: con la cualidad de que los líquidos, como el
aceite para vender y el vino, se guardarán en piezas bajas,
y en las altas los áridos, como el heno, las hojas, la paja,
y los demás forrages. PeroJos graneros se subirá por esca
leras, y se ventilarán con los aquilones por medio de ven
tanillas pequeñas, pues estos vientos vienen del punto mas
frió y menos húmedo, cualidades que ambas contribuyen á
la mayor duración de los granos entrojados. La misma ra
zón hay para tener en bajo la bodega del vino, ésto es su
conservación , y ésta oficina debe estar bien lejos de los ba
ños, del horno, del muladar y de las demás inmundicias,
que exhalan mal olor, como también de las cisternas y de
las aguas corrientes, que esparcen al rededor de sí una hu
medad qne echaperder el vino. Y no se me oculta que
muchas personas opinan ser el mejor sitio para guardar
los granos un granero embovedado, cuyo suelo terrizo ántes
de pavimentarlo se cava muy bien, se riega con alpechin
fresco sin sal, y se apisona como la obra de Segni*!,
Después, así que está seco, se ponen encima ladrillos, que
se sientan con mezcla de cal y arena, amasada con alpechín
en lugar de agua, se golpean muy fuertemente con los pi
sones , y todas las junturas de las paredes entre si y con el
suelo se cubren con molduras de barro: pues por lo común
cuando. los edificios se agrietan en estos sitios, proporcio
nan cavidades y esconditeslos animales subterráneos. Y
estos graneros se dividen en trojes , para que se ponga con
separación cada clase de granos. Las paredes se enlucen con
barro amasado con alpechín, al cual se mezclan hojas se
cas de acebuche, y si no las hubiere, de olivo, en lugar de
paja. Después, así que se ha secado este enlucido, se ro
cían otra vez con alpechín, y en enjugándose se echa el gra
no. Estos preparativos parece que defienden muy bien los
granos entrojados del daño de los gorgojos, y del de otros in
. 26
•' COLUMELA.
sectos , que si no se guardan con precaución , los consumen
prontamente. Pero ésta clase de graneros que hemos des
crito, como no estén en un sitio seco de la casería, echan
á perder con la humedad el grano, por muy sano que esté:
y si no hubiere humedad alguna, pueden conservarse aun
que sea debajo de tierra, como sucede en algunas provincias
ultramarinas, donde la tierra excavadamanera de pozos,
que llaman silos4* recibe en su seno los frutos que habia pro
ducido. Mas en nuestros países que abundan de humedad,
tenemos por mejores los graneros en alto , y ésta precau
ción de los pavimentos y enlucido de las paredes; porque, co
mo he dicho, los suelos y los lados* de los graneros prepara
dos de ésta manera, impiden que entre el gorgojo, cuya es
pecie de plaga cuando acometelos granos , son muchos de
opinión que puede remediarse, si se apalean en el granero,
con que se ventilan y como que se refrescan ; pero ésto es fal
sísimo, pues haciéndolo no se echan los insectos fuera, sino
que se dispersan por todos los montones : en lugar de que
si permanecen sin moverse, solo se infestan las partes mas
superficiales , pues el gorgojo no nace mas adentro de un
palmo, y es mejor sujetar al peligro lo que está echado á
perder que todo; y cuando la necesidad lo exija, es fácil
después de quitar lo que está picado, aprovechar lo que es
té sano debajo. . Aunque estas observaciones parezcan extrañasla materia de que estamos hablando, creo que no es
tán aqüí fuera de su lugar. Las prensas principalmente y
las bodegas del aceite deben estar calientes, porque el ca
jón dilata los .líquidos y el frió los condensa mas. El aceite
sise cuaja (lo que sucede raras veces) se enranciará. Pero
así como esrpré¿iso el calor jo.atur.al, que resulta de la expe
dición y del Clima, del mismo modo no se necesita de fue
go ni de llamas, porque el aceite, toma mal gusto con el
¡humo y con el hollín : por Jo cual deben darsela prensa
Jas luces por la parte del mediodía,fin de que cuando se
cargue la aceituna no tengamos necesidad de fuego ni da
luz artificial. El sitio ddnde se hace el arrope no ha de ser
estrecho ni obscuro, para que el que haya de cocer el mos
to pueda manejarse sin incomodidad. Él desecador donde
se haya de secar la leña pronto, si no hace mucho tiempo
. LIBRO PRIMERO a?
que se ha cortado , se puede hacer también en la parte rús
tica , juntolos baños de la familia; pues conviene que los
hayar para ella, y que solo los usen los dias feriados; porque
no es convenientela robustez del cuerpo tomarlos con fre
cuencia. Las despensas será bueno ponerlas sobre los parages
de donde sale habitualmente humo, 'porque los vinos 6e
enrancian mas pronto, y la continuación del humo Jos lleva
á que se maduren temprano. Por lo cual deberá haber otro
cuarto donde se lleven , no sea quefuerza de ahumarse
se echenperder. Basta con Jo que liemos dicho de Ja si
tuación de Ja casa de campo y de Ja distribución de sus par
tes: ahora resta advertir las cosas que deberá haber inme
diatasella, y son las siguientes: un horno y un molino de
pan proporcionadola gente que ha de haber: dos charcas á
lo menos, una para los gansos y los ganados, y otra para remo
jar los altramuces , las mimbres , las varetas , y otras cosas que
sonpropósito para nuestros usos. También habrá dos iaulaclares , uno donde se lleven las inmundicias i nuevas y se
tengan un' año , y otro de donde se saquen las antiguas para echarlas en la tierra ; pero ambos deberán estar como las
charcas , con un declive suave, y el suelo empedrado y apiso
nado, para que no den pasola humedad: pues es de Ja
mayor importancia que no se seque el estiércol, y que dé
este modo conserve su virtud y se macere con la continua
da humedad, para que si hay revueltas con la paja algunas
semillas de matas espinosasde gramas, mueran y no lienen de yerba las sementeras cuando se lleven al campo.
"Y por ésto los cultivadores inteligentes cubren todo lo que
sacan de los apriscos y de Jos establos con zarzos de mim
bres, para que no se deseque con Jos vientos, ni se abrase
con Jos rayos del sol. La era se ha de hacer de suerte que si
es posible la pueda ver el amo, ólo menos el mayordo
mo. La mejor es la que está empedrada con guijarros, por
que los granos se trillan pronto , como que el suelo no ce
lelos golpes de los cascos de las bestias y de los trillos,
y cuando se avientan salen mas limpios, sin chinos ni terroncillos
que dá de sí por lo común la era terriza en la trilla.
Cerca de ésta se debe hacer un nubilario, sobre todo en Italia,
por la circunstancia de su clima , para poder Cubrir las riñeses
. a8 ' COLUMELA.
á medio trillar, si sobreviniere alguna lluvia repentina; pero
esta precaución está de mas en algunos países ultramarinos,
donde no llueve en el estío. Los huertos de frutales y de
hortalizas conviene que estén cercados con un seto y cerca
de la casería, en .parte donde pueda desembocar toda la
porquería del corral y de los baños, como también el al pechin
que se exprime de las aceitunas, pues con semejantes
alimentos se fertiliza también la hortaliza y el árbol.
CAPITULO VII.
Dé los deberes del padre de familia.
Arreglado todo de éstá suerte , bien, por el dueño , ó
bien por las personas de quien ha recibido la hacienda , su
principal cuidado se ha de dirigirlas demás cosas, de
que no liemos tratado, y sobre todolos hombres. Estos
6on de dos maneras, colonos,esclavos; y éstos sueltos , ó
con grillete. A los colonos los tratará con atención, y se les
mostrará afable ; será mas ejecutivo para obligarloslabrar
bien, que para cobrarles la renta; porque ésto es menos
ofensivo, y en general nos es mas provechoso. Pues cuando
la tierra se cultiva con cuidado , trae por lo común ganan
cia y nunca pérdida ( si no ha sobrevenido fuerza mayor de
temporalde ladrones), y por consiguiente el colono no
ee atrevepedir perdón de la renta. Ni tampoco debe ser
el amo muy rigoroso en mantener su derecho sobre cada
una de las cosasque haya obligado aí colono , como en
cobrar las rentas el dia aplazado, en exigirles la leña y
otra9 pequeñas adealas, cuyo cuidado acarreaJa gente del.
campo mayor molestia que gasto. Y en efecto no hemos de
reivindicar todo aquello que nos es lícito pedir; pues los
antiguos opinaban que el rigor del derecho era un suplí*
ció rigoroso. Ni por el contrario se ha de aflojar del todo,,
pues, como se cuenta, haber dicho el usurero Alphio con
muchísima verdad, los buenos créditos, no reclamándolos,
s,e hacen malos. Yo he oido asegurar en nuestros dias á
Lucio Volusio 1 antiguo consular y hombre opulentísimo,
que para un padre de familia sería la heredad mas feliz
. LIBRO PRIMERO a9
la que tuviese colonos indígenas y los retuviese , como si
hubieran nacido en una posesión de sus padres, teniendo
una larga familiaridad contraída ya desde la infancia , así
como yo creo que es malo renovar con frecuencia los ar
rendamientos, y aun peor tener un arrendador que viva en
la ciudad , y quiera mas bien labrar por medio de sus es
clavos la hacienda, , que por si mismo. Saserna decia que
semejante hombre por lo común en lugar de renta daba
pleitos, y que por lo mismo se debía procurar conservar
Jos colonos que estén criados en el campo y que asistan
de continuo en él, en caso que no podamos labrar,no
nos tenga cuenta hacerlo por nosotros mismos ,por nues
tros sirvientes ; lo cual sin embargo no sucede mas que en
aquellos países que se destruyen por lo enfermo del clima
ó la esterilidad del terreno. Pero cuando aquel es mediana
mente saludable y éste bueno, nunca ha dejado de daf
mas utilidadcualquiera en su campo su cuidado que el
del colono; lo mismo sucede con el del capataz si no media
una grandísima desidiarapacidad de éste. Cuyos dos pe
cados no hay duda que se cometense fomentan por cul
pa del amo; pudiendo guardarse de poner semejante hom
bre al frente del cultivo de su heredad ,si lo ha puesto,
procurar separarlo. Sin embargo en las haciendas que están lejos adonde no puede ir con facilidad el padre de
familia , como quiera que todo género de campo está mas
tolerablementecargo de un colono libre, que al de un
capataz esclavo, lo está sobre todo el de pan sembrar, pues
éste no \o puede desunir e\ colono (como las viñas y la
arboleda maridadaellas J, y ios esclavos lo administran
muy mal, pues alquilan Jos bueyes, dan mal de comer á
éstos ylos demás ganados, no labran la tierra bien, po
nen en cuenta mucha mas simiente de la que le han echa
do en la siembra, no ayudan ésta para que produzca bien,
cuando llevan la miesla era para trillarla , mientras ésta
dura disminuyen diariamente el grano por fraudepor ne
gligencia, pees no solo lo roban ello3, sino que no lo guardan
de otros ladrones; y después de puesto en "el granero, no
lo sientan fielmente en sus cuentas. De aquí resulta que el
capataz y la gente faltansu obligación, y que la hacienda muchas veces cobra mala fama. Por lo que yo 9oy de opi
nión que la hacienda que' es dé ésta clase, si como he dicho
ha de carecer de la presencia del amo, se debe dar en
arrendamiento.
CAPITULO VIIL
Del capataz, de sus cualidades y obligaciones, y como
. hade tratar el padre de familiala gente del campo.
Los primeros cuidados que siguenlos que hemos ex*
plicado son con respectolos esclavos , ésto es , qué car
go convenga darcada uno , y cuáles se han de destinar á
cada especie de trabajo. Ante toda9 cosas pues, advierto que
no elijamos el capataz de aquel género de esclavos que han
servidonuestros placeres , ni de los que hayan ejercido ar
tes de lujo,de las que se ejecutan en la ciudad. Pues es
ta casta de esclavos es perezosa , aficionadadormir , acos
tumbrada al descanso ,Ja palestra , al circo ,los teatros,
al juego ^la crápula ylos lupanares: nunca deja de
pensar en éstas mismas tonterías, las cuales si lo siguen á
los trabajos del campo, no recibe el amo tanto perjuicio en
el mismo esclavo, como el que sufre en todo su caudal. Se
ha de escoger por consiguiente uno que esté desde la niñez
endurecido en los trabajos del campo, y que la experiencia
lo haya dadoconocer, Pero si no lo hubiere se escogerá
de entre los que lian sufrido una esclavitud laboriosa: que
haya pasado la primera juventud y no haya tocado todavía
en la vejez: lo primero, para que aquella no rebaje la au
toridad necesaria al que manda, pues los mayores de edad
se desdeñan de obedecerun jovencillo; y lo segundo pa
ra que no sucumbaun trabajo sumamente penoso. Sea
pues de una edad mediana, de robustez constante, inteli
gente en la agricultura , ólo menos muy aplicado , para
que aprenda mas pronto , pues no nos tiene cuenta que
Uno mande y otro enseñe ; y no puede mandar trabajar coa
acierto al que le está subordinado el que tiene que apren
der de él lo que se ha de hacer, y cómo lo ha de ejecutar.
Este cargo lo puede desempeñar bastante bien un hombre
. LIBRO PRIMERQ 3i
que no sepa leer ni escribir, con tal que sea de una me
moria muy tenaz; y un capataz que se halla en este caso,
dice Cor ne lio Celso, que trae muchas mas veces dineros al
amo que un libro de cuenta, porque como no sabe escri
bir , tiene menos posibilidad de forjar una cuenta por sí
mismo,teme hacerlo por medio de otro por no descu
brirseél. Pero sea cual sea el capataz, le has de asignar
una muger propia que lo contenga, y sin embargo lo ayu
de en algunas cosas. Y se Je ha de advertir también que
no coma con ningún doméstico, y mucho menos con nin
gún estraño. Con todo eso no se desdeñará de admitirsu
mesa en un dia de fiesta al eme conociere ser muy aplica
do y de mucha resistencia para el trabajo , lo' que hará
como una señal de distinción. No hará sacrificios sin or
den de su amo, no admitirá en la casería agoreros ni he
chiceras, cuyas dos clases de gentes excitan con su vana
superstición los ánimos de los ignoranteshacer gastos,
y en seguidacometer delitos. No irá con frecuenciala
ciudad, niningunos mercados sino para comprarven
der cosa que le pertenezca; pues el capataz , como dice Ca
tón, no debe ser andariego ni salir de Jos límites de Ja
hacienda, como no sea para aprender alguna especie de
cultivo , y ésto si esun sitio tan inmediato que pueda
volver pronto. No consienta que se hagan en la hacienda
sendas ni lindes nuevas, ni admita huéspedes que no sean
parientesamigos de su amo. Así como se le han de
prohibir éstas cosas,, del 'mismo, modo se le ha de exhor
tarqi\e tenga cuidado con los instrumentos de la labor-
y con las herramientas; que los tenga dobles de lo qus
exije el número de esclavos, y los sobrantes estarán cor
rientes y custodiados, para no tener que pedir nada pres
tado al vecino, pues importa mas el trabajo que pierden
los esclavos en irbuscar éstas cosas, cuandot les hacen
falta, que el valor de ellas. Tendrá vestida la gente coo
mas comodidad que delicadeza , y exactamente resguardada
del viento, del frió y de la lluvia; todo lo cual se evita
con pellicos que tengan mangas, con esclavinas viejas1,
ó con sayos con capuchas. Si ésto se hace , ningún dia
hay tan intolerable que no se pueda dar alguna labor al
. él " C. 'COLÜMELA. r-í
raso. Ni ha de estar solamente instruido en los trabajos del
campo, sino también ha de estar adornado de las virtudes
del alma, cuanto cabe en la índole de un esclavo, de suer
te que no , mande floja ni cruelmente. Proteja siempre á
algunos denlos mejores; perdone también sin embargo á
los menos buenos, de manera que mas bien teman su se
veridad que detesten su crueldad. Esto podrá verificarse,
si prefiere impedir que sus subditos cometan delitos á
dar lugar con su negligenciaque los cometan, y tener
que castigarlos; y no hay un medio mejor de impedir que
un hombre delinca, aunque sea malísimo, que echarle
tarea, que la cumpla con exactitud, y que esté siempre el
capatazla vista ; pues de éste modo los manijeros de ca
da labor cumplirán perfectamente con sus funciones , y los
demás, después de la fatiga del trabajo, procurarán el re
poso y el sueño mas bien que la diversión. Ojalá se pu
diese conseguir de un capataz que se conformase con
aquellas prácticas antiguas que, aunque excelentes, han
dejado de usarse en nuestros dias; convienesaber: no
servirse de sus consiervos, sino en cosas del amo ; no
comer sinopresencia de ellos, ni otra comida que la
que se dálos mismos; pues así cuidará de que el pan
se haga con esmero, y las demás cosas de comer se com
pongan de modo que sean saludables. No dejará que salga
persona alguna de la hacienda sin su orden , ni los enviará
fuera de ella si no le obliga una gran necesidad. No co
merciará para su utilidad, ni empleará el dinero de su ama
en animales, ni en otras ningunas mercancías, pues éstas
negociaciones lo distraen de su obligación y no le permi
ten jamas quedar solvente en las cuentas que dásu amo;
y cuando éste le pide el dinero le muestra en su lugar las
cosas que ha comprado con él. Sin embargo lo que se ha
de conseguir de él principalmente sin excepción , es que
no crea saber lo qüe ignora, y que procure aprender lo
que no sabe; porque por mucho que aproveche hacer una
cosa con inteligencia , perjudica mas hacerla mal. Pues la
principal máxima , y acaso la única de la agricultura , es
haber hecho de una vez todo lo que exijen las reglas del
cultivo , porque cuando se corrige lo que se ha errado por
. LIBRO PRIMERO
ignoranciapor descuido , ya se ha perdido para el amo
Jo que esperaba ganar , y no se producen después los frutos
en tanta abundancia que resarzan éstas ganancias perdidas,
y las que han debido resultar de ellas en los tiempos pasa
dos. Con los demás esclavos se han de seguir poco mas ó
menos las reglas siguientes que no me pesa haber observado:
hablar mas veces y con mas familiaridadlos del campo que
á los del pueblo, con tal que no se hayan portado mal; y
como yo conociese que con la afabilidad del amo se ali
viaba su continuo trabajo, algunas veces me chanceaba con
ellos, y mas veces les permitía que lo hiciesen ellos con
migo. Ahora lo que hago frecuentemente es. conferenciar
con ellos sobre algunas labores nuevas que pienso hacer,
como si lo entendieran mejor que yo , y por este medio veo
cuál es el talento y cuál la instrucción de cada uno. Tam
bién veo que emprenden con mas gusto la labor que creen
haberse consultado con ellos y que se vahacer por su
dictamen. Por lo demás , todos los hombres circunspectos
acostumbran observar las reglas siguientes: reconocer los
esclavos que están en la mazmorra para ver ñ están bien
encadenados, si ella está bastante segura y fuerte, si el ca
pataz ha puestoquitado las prisionesalguno sin noti
cia de su amo : porque se han de observar sobre todo estas
dos cosas; una que el capataz no quite los grillos al que
el padre de familia haya impuesto ésta pena sin su per*
miso : y . la otra que no suelte al que él hubiere encadena
do de su propio movimiento antes de haber dado cuenta
al amo , y éste debe indagar si los esclavos que se hallan
en éste caso están . mal tratados en punto de ropa y de las
.demás cosas que deben suministrárseles, con tanta mas
escrupulosidad, cuanto que estando sujetosmuchas per
sonas , comolos capataces ,los manijeros ylos car
celeros, están mas expuestossufrir injusticias: y por el
contrario si se les ofende por la crueldad y la avaricia de
éstos son mas temibles: por lo cual un diligente padre de
familia se informará no solo de éstos, mismos esclavos , si
no también de los que están suelto& , cuyoí testimonio para
el caso es mas seguro, de si reciben lo qué les correspon
de , con arreglosos órdenes, Y él examinará por si mis-
c
. 1 COLUMELA.
mo la bondad del pan y de la bebida, gustando uno y otro,
y reconocerá el vestido , los guantes y el calzado. Les per
mitirá también muchas veces quejarse de los que los tra
tan mal , sea por crueldadsea por fraude. Nosotros ,la
verdad, al paso que algunas veces vengamoslos que se
quejan con razón, del mismo modo castigamoslos que
perturban con sediciones la familia y calumniansus su
periores : y por otro lado premiamoslos que se portan
con agilidad y destreza. A las mugeres mas fecundas, que
tuvieren cierto número de hijos , se las debe también dar
premio; nosotros algunas veces las hemos dispensado de
trabajar , y aun les hemos dado la libertad ; lo primerola
que tenia tres hijos, y lo segundola que tenia mas; pues
ésta justicia y éste cuidado del padre de familia contribuye
muchoaumentar su patrimonio. También tendrá presen
te , cuando vuelva de la ciudad , hacer oraciónlos dioses
penates % en seguida ver al instante los conñnes de su he
redad si hubiere tiempo, y si no al dia siguiente registrar
y reconocer todas sus partes , examinando si en su ausen
cia ha habido alguna relajación en la disciplinaen la cus
todia de sus esclavos, si falta alguna cepa de viña, algún
árbolalgunos frutos: también pasará revista al ganado,
á la familia,los instrumentos de la labor, ylos mue
bles ; todo lo cual si se propusiere hacerlo por muchos años,
cuando llegue su vejez conseguirá tener una disciplina
bien ordenada; y en ninguna edad, por consumido que lo
tengan los años , lo despreciarán sus esclavos.
CAPITULO IX... ......
De qué estatura han de ser los hombres que se destinan á
cada clase de trabajo , y de las cualidades que han de
tener.
Tenemos también que hablar de las diferentes cualidades
de almade cuerpo que creemos ser necesarias en los
hombres que se destinancada especie de trabajo. Para
manijeros conviene echar mano de hombres aplicados y
muy frugales: ámbas cosas son mas conducentes para éste en»
. LIBRO PRIMERO
35
cargo que la estatura y la fuerza del cuerpo: porque éste
ministerio tienesu cargo la custodia exacta de hombres é
instrumentos, y necesita de instrucción en la agricultura, al
gañan , aunque le son precisas las cualidades del alma , no
le son suficientes, si lo lleno de su voz y lo alto de su cuer
po no lo hacen temible al ganado : pero es menester que se
templen las fuerzas con la moderación , y que sea mas for
midable que rigoroso, para que los bueyes le obedezcan y
puedan resistir mas , no abrumándolosun mismo tiempo
con Ja molestia del trabajo y la de los golpes. Sin embargo
de esto repetiré en su lugar las obligaciones de los manije
ros y las de los gañanes: baste por ahora haber advertido que
en aquellos nada importan las fuerzas y la corpulencia, y que
en éstos es de la mayor consecuencia. Dedicaremos pues á
gañanes, como he dicho, los de mas cuerpo, no solo por
las razones que acabo de referir, sino porque en el cultivo
con ningún trabajo se fatiga menos el hombre muy alto
que con el de arar, pues mientras lo hace, se apoya sobre
la esteva casi sin doblar el cuerpo. El trabajador que hace
las demás labores puede ser de cualquiera talla , como sea
suficiente para resistir el trabajo. Las viñas no exigen tanto
hombres altos, como recios y membrudos, porque éste
porte de cuerpo espropósito para las cavas, podas y
demás labores que se les dan. En estos últimos exige
la agricultura menos frugalidad; porque dan su trabajo
en cuadrilla y bajo la dirección de otro, y porque los
picaros, que son los que requiere la condición de ésta
labor, son los que se. imponen mas pronto: porque ésta
clase de trabajo no solo pide fuerza en el que lo dá, sino desf
treza y agilidad. Y por ésto las viñas lo mas ordinario es que
las labren esclavos encadenados. Pero no habrá cosa, qué
no haga un hombre de bien mejor que un bribón , sien
do de igual agilidad. He hecho ésta advertencia para que
nadie piense que yo estoy en el caso de querer cultivar mas
bien los campos por medio de picaros que por medio de
inocentes. Lo que si opino es que no se deben confundir
los trabajos de la familia, de manera que todos hagan todas
las cosas : pues ésto de ninguna manera conviene al labra
dor» sea porque nadie cree que hay trabajo alguno que le
cx
. COLUMfcLA. ' f.
corresponda peculiarmente , sea porque el que se esfuerza
en adelantar su tarea no lo hace para sí, sino para el común
délos trabajadores , por lo que se sustrae mucho del trabájo;
y cuando entre muchos se hacen las cosas, no se conoce con
distinción quienes son los que las han hecho mal : por lo cual
se han de separar los gañanes de les que labran las viñas,
éstos de aquellos , y unos y otros de los demás trabajadores.
Asimismo las cuadrillas en que se dividan no se han de ha
cer mas que de diez hombres:éstas llamaron los antiguos
decurias1, y fueron muy de su aprobación, porque en no
pasando de éste número, podía el manijero, que iba de
lante, atenderellos muy cómodamente, y la multitud no
confundía su atención. Por lo cual , si la hacienda es de mu
cha extensión, se han de distribuir las cuadrillas en distin
tos pedazos de terreno, y se ha de dividir la labor de ma
nera que no haya solamente unodos juntos, porque si es-
tan dispersos no se atiendeellos con facilidad ; ni mas de
diez, no sea que si por el contrario la cuadrilla es demasia
do grande, no mire cada uno de los' que la componen el
trabajo que hay que dar como propio. Esta división en cua
drillas no solo excita la emulación , sino facilita que se co
nozca los que son flojos, porque alentándose las gentes á
trabajar con la competencia, parece que se emplea justa
mente y sin motivo de queja el castigo en 'los perezosos. Y
prescribiendo al que vaser labrador lo que ha de dispo
ner principalmente acerca de la salubridad, del camino, del
vecino, del agua, de la situación de la casa de campo, de
la cabida de la hacienda, de las especies de colonos y de es
clavos, de la distribución de oficios y de trabajos, hemos lle-<
gado ya oportunamentedeber tratar ¡del cultivo de la tier-i
ra, lo que vamoshacer con extensión en el libro siguiente;
. LIBRO PRIMERO $7
Notas al prólogo.
1. Sigue la opinión de los que creen qne el mundo no tu
yo principio ni tendrá fin; como fueron Lucano Ocelo, y
Aristóteles, pues los Epicúreos, que eran de contrario sentir,
también opinaban que estaba expuestoenvejecerse.
2. Con ésta palabra criticaban los antiguos la malignidad
de los causídicos.
3. Entre los Romanos los porteros eran unos esclavos ata
dos con cadenas i Ja puerta, como entre nosotros los perros.
4. Las fasces eran unos líos de varas, en medio de los cua
jes había una hacha, cuyo hierro salía sobre ellas. Se llevaban
delante de los cónsules, de los pro-cónsules, de los presiden
tes de las provincias y de los pretores, por los lictores. Los
primeros llevaban cada uno doce de éstos, y los demásseis,
por honor y para inspirar terror.
5. Capataz: en Andalucía y otras partes se llama así la per
sonacuyo cargo está la labranza y administración de las ha
ciendas de campo. Villicus.
. 6. Lucio Quincio Cincinnato , según refieren los autores,
estaba ocupado en el cultivo de cuatro yugadas de tierra que
tenia , y estaba desnudo cuando le llevaron la noticia de ha
ber sido nombrado Dictador. Se puso su roga para recibir con
decencia las ordenes del Senado y del pueblo romano, y lue
go que esruvo vestido lo saludaron los comisionados en cali
dad de Dictador, y lo llevaronla ciudad:, al dia siguiente
marchó al frente de los romanos,quienes había hecho tomar
las armas, y en la mañana del otro atacólos Equos, que te
nían cercado en su campo al cónsul Lucio Minucio, los ven
ció, y les hizo pasar por debajo del yugo. Desde entonces qui
so dejar la dictadura, que podía retener seis meses; pero ne
cesitándose de sus servicios todavía para desempeñar otro en
cargo distinto de éste, no Ja dejó hasta el decimosexto dia des
pués de su nombramiento.
7. Valerio Máximo en el Iib. 4. cap. 4. ejemplo 87. dice
que al principio poseyó siete yugadas, pero que le habían
quitado tres, por haber fiadoun amigo suyo.
8. Este fué aquel cónsul romano que cuando hacía la guer
raPyrro, hizo encadenar al médico de este rey que le ha
bía ofrecido matarlo, y se lo envió.
9. Este cónsul hizo la guerralos Samnites ,los Sabinos
ylos Lucanios, y echóPyrro de Tarento, por lo cual
triunfó de todos.
10. Rey de Epiro, descendiente de Hércules por su padre,
y de Aquiles por su madre.
c3
11. Marco Terencio Varron fué lugar-teniente de Pompeyo
en la guerra contra los Pyraras, y mereció una corona na
val; pero menos dichoso en España, se vio obligadorendir
seJulio César. Vivió cien años, que empleó en el estudio.
Fué tenido por el mas sábio de los romanos. Escribió varias
obras que le merecieron ésta gloria, y entre ellas un tratado
de agricultura que anda con la de nuestro autor, quien lo
elogia en el capítulo primero de éste libro. Yo pienso
traducirlo.
12. Parece calcado el fin de éste periodo sobre nuestras
costumbres,lo menos sobre las de aquellos que se llaman del
gran mundo. Esta aplicación que hace Saboureuxsus com
patriotas, puede hacerse tambiénmuchos españoles: y aun
que bastantes grandes propietarios no son viciosos, los mas tie
nen abandonado el cultivo de sus haciendasadministradores
ignorantes y capataces rutineros.
13. Habia en Roma de nueve en nueve dias un mercado
que por éste motivo se llamaba nundincex como el pueblo ro
mano venia del campohallarse en él , los que proponian las
leyes se aprovechaban del dia en que se celebraba para veri
ficarlo, y ninguna se publicaba sin haber sido propuesta en
tres dias de mercado consecutivos,fin de que nadie diese
su voto sin conocimiento.
14. Este rey, del cual la mitología hizo un Dios, era hijo
del Cielo. Destronósu padre, y él fue destronado por su
hijo Júpiter.
15. Marco Tulio Cicerón, el primero entre los oradores
romanos, del que nos han quedado dichosamente un gran nú
mero de obras. Por ellas se puede conocer una j|ran parte de
su vida y de su consulado. Fue una de las victimas de las
proscripciones de Marco Antonio.
16. Diosas que los poetas hicieron hijas de Júpiter y de
la Memoria,las cuales dieron el imperio de la Poesía y de
la Música. Se contaban nueve , y el poeta Hesiodo dio nom
brescada una de ellas.
17. Célebre poeta trágico, del cual hace Quintiliano un
grande elogio, y atribuye al siglo en que vivió lo poco lima
do de su estilo que notó Cicerón.
18. Publio Virgilio Marón, el primero de los poetas la
tinos. Era natural de una aldea cerca de Mantua : se dedicó
al principiola veterinaria, lo que le dió ocasión para ha
cerse conocer y llegarser favorito de Augusto. Andan en ma
nos de todos las excelentes obras que nos quedan de él.
19. Este es uno de los que quitaron la vidaCesar. Era
.nieto de Catón por su madre, y descendía de Junio Bruto,
el que echó los reyes de Roma.
. LIBRÓ PRIMERO
39
20. Era discípulo de Cicerón. Tenia un carácter turbulen
to: hubo sospechas contra él de haber entrado en la conjura
ción de Catilina, y fue acusado de éste crimen. Cicerón tomó
su defensa , y la oración que hizo con éste motivo ha llega
donosotros.
31. Este célebre orador, amigo de Augusto, ha merecido
ser comparadoCicerón. Sin embargo, Quintiliano dice en
el lib. 10 cap. 1 de sus Instituciones oratorias, que está tan
distante de la belleza y amenidad de éste orador, que puede
parecer anteriorél un siglo.
22. Horacio cita con elogioéste orador en sn Arte poé
tica. Era de la familia de Valerio Corvino, conquistador de
Mecina en Sicilia, llamada en latin Messana, de la que to
mó el sobrenombre, que se cambió insensiblemente en el de
Messala. Quintiliano en el lugar citado, dice que su elocuen
cia parecia que anunciaba la nobleza de su nacimiento.
23. Este es el orador que siendo cónsul con Mario habia
deshecholos Cimbros, yquien éste mismo Mario conde
nó después a muerte,pesar de las instancias de muchas
ciudadanos que le pedían lo perdonase ; por lo cual Cátulo
se encerró en su cuarto dormitorio, y se hizo sofocar por el
vapor de carbones encendidos.
24. Este es el primero de los oradores griegos,mas bien
el modelo de todos los oradores que han existido de cual
quier nación que sean: era de Atenas.
2;. Los epítetos que le han dado manifiestan lo estimado
que ha sido, pues le llaman el divino Platón y el Home
ro de los filósofos. Era de Atenas y se llamaba Aristóteles;
le dieron el nombre de Platón por lo ancho de sus hombros.
Fae en Atenas discípulo de Sócrates, y en Italia de Pitágoras
: Aristóteles fue su discípulo y digno de tal maestro.
26. Este fue Homero , el primero de los poetas griegos:
su verdadero nombre fue Melesígenes : se ignora su patria:
fue ciego. Cornelio Nepos dice que vivió ciento y sesenta
anos antes de ia fundación de Roma.
27. Este pintor era natural de Cauno en la Caria: era
muy pobre. Demetrio no quiso incendiarRodas por temor
de quemar las obras de éste pintor: después de tomada la
ciudad lo llamó , y habiéndole preguntado cómo se habia
atrevidopermanecer tranquilamente trabajando en su casa
durante el sitio, le respondió que sabia bien que él hacia la
guerralos Rodios y nolas artes. Era también al mismo
tiempo célebre fundidor.
28. El primero de los pintores de la antigüedad. Alejan
dro Magno le tuvo particular estimación, y mandó que nin
gún pintor fuera de él lo retratase. No estuvo poseído de la
c4
. 4o COLUMELA.
baja envidia que envilece muchas veces a las personas de mé
rito, pues dio reputaciónProtógenes, ofreciendo por sus
cuadros un precio excesivo, y esparciendo el rumor de que
los compraba con la intención de venderlos por suyos pro
pios.
29. Este célebre pintor era de Epheso. Se cuenta una dis
puta de talentos entre él y Zeuxis : éste último habia pinta
do unos racimos de uvas tan naturales, que venian los pájaros
á picarlas : Parrasio habia pintado una cortina , y acercándose
Zeuxis al cuadro para verlo, le dijo que descorriera la corti
na; pero reconociendo su error dio la preferenciaéste cua
dro sobre el suyo, porque el suyo habia engañadolos pá
jaros, y el de Parrasioun conocedor. Es sensible que éste
artista no unió la modestialos talentos; pues era el hombre
mas jactancioso del mundo, y no le daba vergüenza de decir
que era el primero en su arte.
30. Este era uno de los artistas que habían trabajado en
aquel célebre monumento que erigió Artemisiala gloria de
Mausolo su marido, rey de Caria, monumento que pasaba por
una de las siete maravillas del mundo.
31. Este famoso escultor , que Alejandro miraba como el
ue solamente era digno de hacer su estatua, era natural de
ieyone. Plinio dice que habia hecho mil y quinientas esta
tuas, y que ninguna habia que no fuera capaz de hacer su
reputación.
32. Escultor célebre, nacido en la Grecia grande, hoy Ca
labria. Trabajaba principalmente en marmol de Paros, que
parecía lo animaba con su arte. Hizo la famosa estatua de
Venus do Guido, que pretendió comprar Nicomedes rey de
Bithynia, pagando .1 los habitantes de la isla todas sus deu
das, que eran muy grandes, lo que jamas quisieron consentir.
33. Este célebre estatuario habia hecho dos estatuas sobre
un mismo objeto ; una con arreglolos preceptos de su arte,
Í otras según los votos del públicoquien había consultado:
abiéndolas mostrado ambas , fue mucho mas elogiada la pri
mera , y él dijo al pueblo : sabed que yo he hecho la que se
lleva vuestros elogios , y vosotros la que despreciáis.
34. Este artista , superiortodo elogio, habia comenzado
por ser pintor. Quintiliano dijo de él que era maspropósi
to para formar Dioses que hombres.
35. Era el primero de los dioses del paganismo: los poetas
le daban el título de Padre de los dioses y de los hombres.
Su estatua hecha por Phidias, que aquí se cita, era de marfil
y de oro; y se tenia por una de las siete maravillas del
mundo.
36. Los paganos pretendían que ésta diosa habia salido del
. LIBRO PRIMERO
41
celebro de Júpiter. Era la diosa de todas las artes , de lo que
tuvo origen ésta fábula. Su estatua, que aquí se cita, hecha
por el mismo escultor, era de los mismos materiales que la de
la nota anterior: tenia veinte y seis codos de alto, y estaba
adornada de relieves admirables, cuya descripción se puede
ver en el lib. 36, cap. 5 de la Historia natural de Plinio.
37. Demócrito era natural de Abderaen Tracia: dejó obras
de cosmografía y geografía, de historia y de agricultura, des
pués de haber viajado mucho para extender sus conocimientos.
38. Nacido en Samos, fundador de una secta de filósofos
que tuvo su nombre: fue hijo de un comerciante, y se dedi
cóviajar para instruirse. Murió en Metaponto en Italia , cu
yos ciudadanos hicieron en su casa un templo , donde le ado
raron como Dios.
39. Matemático de Athcnas que publicó el 432 antes de
Jesu-Cristo su Ciclo de 19 años, que ahora entendemos por
áureo número.. . ... .
40. Este astrónomo era natural deGnído, y discípulo de
Piaton. Cicerón dice en el lib. 2 de DivinatUnibus : que los
sabios lo miraban como el primero de los astrónomos.
41. Personage fabuloso, hijo de Saturno y de Filira: fue
según la fábula, mitad hombre y mitad caballo : luego que
llegócierta edad, se retiró i los bosques, y cultivándolos
descubrió todas ¡as virtudes de Jas yerbas, y Jos remedios que
se podían sacar de eJJas. ' "
42. Famoso adivino entre Jos paganos , y hábil médico,
hijo de Amythaon y de Aglaya, y hermano de Bias. Entre
muchos conocimientos que le atribuye la fíbula, no se cuen
ta el de la cria de ganados, que tampoco se le atribuye al
anterior; pero puede ser que Columela hubiese disfrutado li-^
bros en que se les atribuyese éste conocimiento, y que no
hayan llegadonosotros.
43. Era, según la fábula , hijo de Celeo que reinaba en la
Atica. Habiendo recibido bien éste reyCeres que buscaba á
su hija , ella por recompensarlo Je descubrió rodos Jos secretos
de la agricultura, y dio de mamarsu hijo Triprolemo, que
envió en seguida por todo el mundo, para enseñarlos hom
bres el uso del trigo y del arado que ella habia inventado.
44. Hijo de Apolo, y de Cyrene, hija de Peneo rey de
Arcadia. Inventó el uso de la miel, el modo de cuajar la le
che, de extraer el aceite, &c.
45. Uno de los interlocutores de Varron en su obra de
Agricultura: hombre, según éste dice, de un mérito singular,
y que pasaba por el romano mas instruido en dicha ciencia.
46. Por Jas medallas antiguas consta que era de la fami
lia Hostilia.
47. Descendiente de Cayo Licinio Estolón, autor de una
. 4» " COLUMELA.
las leyes que limitaban la medida de las tierras que podía
poseer un ciudadano, y castigado por haberla quebrantado.
48. Como era ésta la diosa de las artes , como se ha dicho
en la nota 36, se servían los antiguos de ésta expresión para
designar cosas que no se habían estudiado,las personas gro
serasignorantes.
Notas al
CAPITULO I.
1. Era de Nicea en Bithynia. Escribió mucho sobre la as
tronomía , y es el primer inventor del astrolabio.
2. Era de la ciudad de Cumas en Eolida; pero se le llama
el poeta de Ascra, porque fijó en ella su domicilio. Hay va
riedad sobre el tiempo en que floreció. Plinio dice que es el pri
mero que dió preceptos sobre la Agricultura.
3. Era de Atenas: escribió una obra de Agricultura; le
llamaban la Musa Atica,causa de su elocuencia.
4.. Natural de Estagira , discípulo de Platón y maestro de
Alejandro Magno. Fué uno de los filósofos mas sabios de la
antigüedad, y se le llamó hasta fines del siglo diez y siete el
príncipe de ellos. Ha dominado mucho tiempo en las escuelas
mas célebres de Europa.
5. Discípulo y sucesor de Aristóteles en la escuela de Ate
nas, y maestro del poeta cómico Menandro. Era natural de la
isla de Lesbos : se llamaba Tytamo, y le dieron el nombre de
Theofrastocausa de su elocuencia.
6. Este rey había nacido en Síracnsa; su habilidad pa
ra el mando lo había elevadola dignidad real. No había teni
do educación alguna , y habiendo caido malo se dedicóla
física.
7. Era filósofo, discípulo de Pitágoras; había escrito unos
comentarios sobre la naturaleza de las cosas y sobre la medi
cina. Era también poeta cómico.
8. Este es aquel Atalo, rey de Pérgamo, hermano de Enmenes
, conocido por su amistad con el pueblo romano , al
cual instituyó heredero. Estudió mucho las plantas y buscó
remedios en todos los reinos de la naturaleza. Escribió un
libro sobre los que sacó del reino animal.
9. Publicó un tratado sobre la avena y el cytiso.
10. Varron lo llama Cheresteo, y dice que era de Atenas.
11. Varron lo llama Euphranio.
12. Plinio en el lib. 7, cap. 56 de la Historia natural di
ce que es autor muy grave.
13. Nuestro autor en el lib. 12, cap. 4, núm. 2 dice que
era autor griego no obscuro.
14. Escribió sobre las propiedades de las aguas.
. LIBRO PRIMERO
43
if. Plínío en el índice del lib. 8 dic-.: que había hecho una
obra sobre Agricultura.
16. Lo mismo dice de éste en el mismo lugar.
17. Lo mismo de éste allí.
18. Uno de los siete sabios de Grecia , hijo de Evagoras:
viajóEgypto para hacer progresos en la filosofía.
19. Autor de un tratado de Agricultura que corre impreso
con las obras de nuestro autor , y pienso también traducirlo.
Fue conocido con los nombres de Catón el antiguo , y de Ca
tón el censor. Se le puede mirar justamente como el primero
de los hombres de su siglo en todos géneros. Había pasado
por todos ios cargos de la república , y merecido los honores del
triunfo: reunía ademas en una persona, como dice Plinio en
el lib. 7, cap. 77, las cualidades de orador excelente, de ge
neral completo y de senador perfecto ;que se puede añadir,
según Valerio Máximo , la de muy buen jurisconsulto. Este
grande hombre , que los romanos miraron como el padre de
las letras, compuso muchas obras; pero entre los preceptos
de todos géneros que diola nación romana , obtienen el
primer lugar, en sentir de Plinio lib. 14, cap. 4, los de Agri
cultura.
20. Este era español, liberto de Augnsto y su biblioteca
rio: era íntimo amigo de Ovidio. Escribió entre otras cosas de
Agricultura. Los padres Monédanos ocupan coa la noticia de
él y de sus escritos todo el libro 9 de su Historia literaria,
21. Floreció por los años 140 antes de Jesucristo. De to
das las riquezas que encontró Escipion en Cartago cuando
la tomó, conservó solamente su obra de Agricultura, la llevó
al senado, que la hizo traducir al latin, la consultó muchas ve
ces, y le dio mas honor quelos libros de las Sybilas.
22. Este autor vivía en el reinado de Tiberio. Sus obras de
medicina le han merecido el titulo de Hypócrates latino.
23. Tácito dice en la vida de Julio Agrícola, hijo de éste,
que era un senador conocido por su aplicación al estudio de
la elocuencia y de la sabiduría; aplicación que le había acar
reado el odio de Calígula: y Séneca en el lib. 2, cap. 21 de Benrficiis
añade que este emperador lo mandó matar solamente
porque era mas hombre de hiende lo que conveníaun tirano
que lo fuese cualquiera. No quiso admitir una gran cantidad
de dinero que le daba Fabio Pérsico para los gastos de unos
juegos públicos , ni otra mayor que le enviaba Revilo , varón
consular, hombres uno y otro de mala nota.
Notas ai
CAPITULO II.
1. Esta máxima no se halla con éstas mismas palabras en la
obra de Agricultura de Catón, tal como hoy la tenemos; pe
:
ro es casi la misma la que se encuentra en el cap. y , núm. 2
de dicha obra.
Notas ai
CAPITULO III.
r. No hallándose en la obra de Catón lo que le atribuye
aquí Columela, y estando la mayor parte en la de Varron,
no ha faltado quien piense que se ha engañado, citandoun
autor por otro; pero siendo Columela un hombre tan instrui
do, no se debe presumir en él tál error , sino es mas natural
considerar todo lo que se encuentra aquí, como una paráfrasis
de lo que dice Catón en el cap. 1 paráfrasis adornada por
nuestro autor con sus propios pensamientos y los de Varron
sobre el camino, el agua y el vecino.
2. Aludela ley de las doce tablas, que ordenaba que los
mentecatos estuviesen bajo la curaduría de sus parientes.
3. Este hombre, que Columela pinta como un insigne la
drón, de acuerdo con Homero, era hijo de Mercurio y abue
lo materno de Ulises.
4. Era, según la fábula, un hijo de Vulcano que vomita
ba fuego y que fué muerto por Hércules , cuyos bueyes ha
bía robado.
5. Virgilio Georg. lib. 2, v. 397.
6. Entre los romanos, los hombres libres gravados con deu
das podían ponerse en la cárcel prtr sus acreedores y obligarse
á trabajar en su beneficio. Ley dura, sí se quiere, pero que
aseguraba bien la confianza pública. " >
Notas al
CAPITULO IV.
fi Con esta palabra d.íentender Columela que no había
tomado este precepto tanto del libro de Catón (aunque en el
principio del cap. 1 se lee algo semejanteesto ) cuanto de
una especie de tradición. "
2. Este es el que habiendo sido hecho prisionero por los
carthagineses , fue enviadoRoma bajo su palabra, para tra
tar del cange de prisioneros y se declaró en el Senado contra éi
En Consecuencia de lo, cual volvióCarthago donde lo hicie
ron morir cruelmente, no dejándolo dormir.
3. Virgilio Georg. lib. 1, v. 42.
4. Plinio dice en el mismo sentido quela hacienda de Escevola
le faltaba casería, yla casería de Lúculo le faltaba
hacienda.
5. Esto debe entenderse de las montañas comunes; pero no
de las muy altas y elevadas sobre la región de las nubes , co
mo el monte Athos y el Olympo, pues en ellos no se siente
. LIBRO PRIMERO
45
viento , ni caen lluvias hasta tal punto que en los altares que
están al raso no se mueven las cenizas.
Notas ai
CAPITULO V.
I. Efectivamente el agua de estos últimos pozos, no en
contrando salida por abajo, no puede dejar de contraer algún
vicio de resultas de su estagnación.
Notas ai
CAPITULO VI.
" 1. A Ja verdad se distinguen tres levantes y tres ponientes;
á saber los de los equinoccios , los del invierno y los del es
tío; pero el mediodía, como también el septentrión, son siem
pre los mismos: ¿qué quiere decir pues el mediodía equinoc
cial , y cómo interpretar esta expresión, que 6o se halla en
ningún otro autor, y que al mismo tiempo parece contraria á
la razón , en cuanto dáentender que admite diferentes es
pecies de mediodía ? Vela aquí. Así como el oriente y po
niente equinoccial hacen ángulos rectos con el septentrión y el
mediodía, sin acercarse mas al uno que al otro, como lo ha
cen por el contrario los orientes y ponientes del estío y del
invierno , se puede dar el nombre de mediodíaseptentrión
equinoccial al punto preciso que hace un ángulo recto con el
orienteponiente equinoccial, sin acercarse ni alejarse al uno
ni al otro.
2. No se puede concebir que éstos paseos expuestos al me
diodía de los equinoccios, puedan tener el menos sol posible
en el estío y el mas posible en el invierno, como no se les su»
ponga en forma de pórticos cubiertos, cuyo techo esté incli
nado-, de manera que llegando los rayos del sol al suelo de él,
mientras éste astro no está mas queuna pequeña elevación,
como sucede en el invierno, son interceptados por el techo en
el estío, en cuya estación sube el solmayor altura, de suer
te que se puede pasear por debajola sombra. La misma su
posición debe hacerse con respectolas otras partes de la ca
sería,que señala el mediodía equinoccial.
3 Obra de Segni se llamaba una mezcla que hacían los an
tiguos con tiestos de barro cocido molidos y cal s se llamaba
obra de Segni, porque las mejores vasijas de barro que sé
hacian entonces eran de esta ciudad, que está situada en Ip
a-lto del monte Lepino, hoy montaña di Carpinettotrein
ta millas de Roma.
4. Nosotros los conocemos , y se guarda en ellos el trigo
por mucho tiempo. Herrera citandoVarron dice que dura
cincuenta años, y previene que cuando se destapen los silos,
. 46
COLUMELA.
que es como se llaman en castellano, no se entre en ellos in
mediatamente, porque es grandísimo peligro, y acontece mo
rir allí dentro súbitamente ; y que no entre ninguno hasta
que metan dentro un candil o candela y no se apague. En
Cabra hay muchos junto al camino de Aguilar, pero están sin
uso: en Arjona hay algunos en las calles que sirven para guar
dar cebada , y se conserva muy bien en ellos.
Notas ai
CAPITULO VII.
i. Este es Lucio Volusio Saturnino , que murió Prefecto
de Roma con mas de noventa años, según Plinio en el lib. II.
cap. 38, después de haber sobrevividotodos los senadores,
cuyos votos nabia recogido durante su consulado, según el
mismo autor en el lib, 7 cap. 48. Sin embargo en los Fastos
consulares no se halla mas que un Quinto Volusio Saturni
no, y no un Lucio.
Notas al
CAPITULO VIII.
1. Vestidura larga y tosca que usaban los esclavos, de
donde tomó el nombre, y ahora usan los que van en rome
ríaperegrinación. No se debe equivocar con una especie de
muceta pequeña que traen los peregrinos, de badanacor
dobán negro por lo regular, y se pone sobre los hombros al
rededor del cuello, abierta por delante del pecho. Nuestro
autor las llama en latín centones , que traduce Saboureux en
francés c asaques; Faccíolati en italiano schiavine. Quizase
pareceríanunos sacos de paño pardo que usan los hombres
del campo de Lucena que les cubren hasta las rodillas : tienen
mangas y cuello como de casaca , y los llaman gallegas.
2. Lo mismo que los Laresdioses domésticos.
Notas al
CAPITULO IX.
1. Estas son aquellas decurias en que estaban divididos los
esclavos, tanto los que estaban en el campo , como los que esta
ban en la ciudad. Trimalquion en Petronio, preguntóun
cocinero: de cuál decuria eres} y él respondi :de la cuaren
ta. Entre nosotros, como todos los trabajos se hacen por hom
bres libres , cuando se llevan muchos jornalerostrabajar, los
buenos capataces los subdividen en cuadrillas, y cada una la
ponencargo de un hombre que tenga afecto al amo.
. LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA.
De las cosas del campo.
LIBRO SEGUNDO.
CAPITULO L
Que la tierra no se envejece ni se fatiga si se estercola.
Me preguntas, Publio Silvino, lo que yo no reuso res
ponderte al momento \saber : por qué en el libro anterior
deseché desde el principio la opinión y falso sentir de casi
todos los autores antiguos que lian hablado del cultivo de
Jos campos , y pensaban que la tierra fatigada y desustanciada
con su larga edad y con el ejercicio en que se la ha
tenido por tan dilatado tiempo, se ha envejecido. Y no ig
noro que tú respetarás la autoridad , no solo de otros ilustres
escritores, sino principalmente la de Tremelio , que ha
biendo dejadola posteridad muchísimos preceptos de la
Agricultura con tanta elegancia como sabiduría , ha creído
falsamente, movido sin duda de la demasiada estimación
que hacía de los antiguos que habían tratado de la misma
materia , que la tierra madre de todas las cosas, consumida
ya con la vejez, como las mugeres, estaba inhábil para pro
crear. Lo que yo mismo también confesaría, si de todo pun
to no produjese frutos algunos. Porque en la naturaleza hu
mana se declara la vejez estéril , no cuando una muger deja
de parirdostres de cada parto, sino cuando enteramen
te no puede darluz criatura alguna. Y así en habiendo pa
sado el tiempo de la juventud, aunque queda larga vida, la
fecundidad que se ha denegadolos años, ao se restituye.
. 43
COLUMELA.
Pero por el contrario la tierra abandonada, bien sea volun
tariamente, bien por cualquier acontecimiento, cuando se
vuelvecultivar, corresponde al labrador con grandes usu
ras por el tiempo que ha estado parada. No es pues la vejez
de la tierra causa de los pocos frutos , pues que cuando ha
llegado una vezlos hombres, no se pueda volver atrás,
ni reverdecerserejovenecerse ; pero ni aun el cansancio
de ella disminuye los frutos al labrador: pues no es propio
de una persona sensata persuadirse que así como los hom
bres se fatigan con el demasiado ejercicio del cuerpocon
el peso de alguna carga, la tierra se cansa cultivándola y
moviéndola. ¿Pues cuál es la causa, dirás, de que (como ase
gura Tremelio) las tierras eriales e incultas, cuando em
piezanlabrarse producen con mucha abundancia, y des
pués no corresponden del mismo modo al trabajo de los co
lonos? sin duda ves lo que sucede, pero no penetras el
motivo : pues no se debe tener por mas fecunda la tierra in
culta y acabada de transformar de erial en campo labrado,
porque esté mas descansada y sea mas jóven , sino porque
engrasada, por decirlo así, con los alimentos mas abun
dantes que le suministraban las hojas y yerbas de muchos
años, que ella producía naturalmente, se presta con mas
facilidadcriar y alimentar los frutos. Pero como las yer
bas, por haber descuajado sus raices por los rastros y el ara
do , y los bosques habiendo sido talados por el hierro han
-dejado de alimentarsu madre con sus hojas, y que las
que caían de los arbustos y árboles en el otoño y quedaban
encima de la tierra trastornadas después con los arados so
han mezclado y como incorporado con la tierra de la capa
inferior que por lo común es de menos sustancia , se sigue
que privada de sus antiguos alimentos esta misma tierra se
esteriliza. No por la fatiga, pues, como muchísimos han creí
do, ni por la vejez, sino seguramente por nuestra pereza nos
corresponden con meno3 liberalidad los campos. Y asi se
pueden recoger frutos mas abundantes, si se vuelve la tier-
-fa por sí , estercolándola frecuente , oportuna y moderadampnte.
Y habiendo ofrecido en el volumen anterior hablar
de su cultivo , vamos ya ahoracumplir nuestra palabra.
. LIBRO SEGUNDO
CAPITULO IL
Cuántos géneros hay de terreno', en cuántas especies se
divide cada uno ; qué suelo se apruebe mas ; cómo se
mete en cultivo un sitio inculto y se hace de labor. Có
mo se conoce un campo pingüe y propio para granos.
Qué es loque sehade seguir, y qué esloque sehade
evitar cuando se dá la primera laborla tierra.
ios mas instruidos en las cosas del campo, Silvino, han
dicho que hay tres géneros de terrenos; el de las llanuras,
el de las colinas, y el de las montañas", los que' mas aproba
ron fueron, en el primér género no el terreno enteramente
llano y nivelado, sino er rnaniftísta'do él método de limpiar
él terreno inculto, sigue iél 'modo de cuidar las tierras
. 5a COLUMELA.
nuevamente metidas en labor, sobre el cual manifestaré des
pués mi modo de pensar, en habiendo instruidolos. apa
sionados al cultivo en algunas reglas que deben aprender
antes, fie acuerdo que la mayor parte de los antiguos que
escribieron de las cosas del campo han dado por señales como
admitidas e indubitables de un campo pingüe y fértil en
grauos la dulzura propia de la tierra , la abundancia de yer
bas y árboles , y el color negroceniciento. De las demás
señales dudo: del color no puede ser suficiente mi admira*
ración al ver que tanto otros autores, como Cornelio Celso,
varón sabio no solo en la Agricultura sino en el conoci
miento de toda la naturaleza, se hayan extraviado en la opi
nión y én la vista de tal suerte, que no se presentasensus
ojos tantas lagunas y tantas tierras de salinas, que tienen
comunmente dichos colores. Pues ningún parage vemos, aun
sin hacer mucho reparo, que con tal que tenga agua estan
cada no sea negroceniciento,menos que yo mismo
me engañe en creer que no se pueden criar sementeras fér
tiles en el suelo de una laguna cenagosa y de agua amarga, ó
en las tierras de salinas que estánla orilla del mar. Pero
éste error de los antiguos es demasiado evidente para que sea
menester convencerlo con mas pruebas. No es pues el color
un indicio seguro de la bondad de las tierras: y así si el,
campo ea propio para granos, esto es, si es pingüe, se ha «le,
juzgar mas bien por otras cualidades. Porque así como las
reses mas robustas tienen diversos y casi innumerables tolo-,
res, del mismo modo las, tierras mas fuertes los tienep mu-¡
chísiraos y varios. Por lo, cual, hemos de coosidri¡;ir si.el ter-,
reno que queremos comprarcausa de su color, es pin
güe. Pero ésto por sí solo es poco, si carece de dulzura ; cu-,
yas dos cualidades podemos conocerlas por un medio muy
fácil, pues rociando con una poca de agua un terrón y
amasándolo con la mano; y si es, glutinosa y apretándola,
aunque, sea ligeramente, se pegavy teniéndola, entre los de
dos se extiende .como la pez,, según dice Virgilio-* , y. ri
lada contra la tierra no se deshace, ésto nos manifiesta que
tiene cierto jugo y crasitud natural. Pero si quisieres tam
bién volverechar en un hoyo la tierra que hubieres ¡saca*
do de él, y apisonándola sopra de llenarla como si hubiere
. LIBRO SEGUNDO
fermentado, no habrá duda que ésta tierra es pingüe; si fal
tare, será endeble; y si viniere cabal, mediana. Aunque estas
señales que acabo de referir no son tan fijas como lo es la
de ser la tierra negruzca, que se tiene por la mejorcausa
de su producir. Por el sabor también la conoceremos, si ca
vando en aquella parte del campo que nos agrada menos se
sacan unos terrones , y echados en una vasija de barro se les
mezcla agua dulce , y coladosmanera de vino que está so
bre la madre se gusta el agua ; tal como fuere el sabor de és
ta diremos que es el de aquel terreno. Pero fuera de éste ex
perimento hay muchas señales que indican ser la tierra
dulce ypropósito para granos, como el junco, el carrizo,
la grama, el yezgo, las zarzas, el trébol, los ciruelos silves
tre, y otras muchas producciones, que siendo también co
nocidas de los que buscan manantiales, no se crian sino en
venas de tierra que son dulces. Ni conviene que nos conten
temos con la primera vista de Ja superficie, sino que se ha de
examinar con cuidado la cualidad de la materia inferior,
para asegurarnos de si esno tierra cultivable. Para los gra
nos será suficiente que haya dos pies de tierra de igual bon
dad; para Jos árboles bastarán cuatro4. Así que hayamos ex
plorado ésto en los términos que hemos dicho, preparare
mos el campo para hacer las sementeras. Y éste no es muy
poco fértil si se labra con cuidado e inteligencia. Por éste
motivo casi todos los autores mas antiguos han escrito el
método de éste trabajo, para que lo sigan los labradores,
como una ley en el arar las tierras. Conviene pues tener en
ésta operación los bueyes estrechamente uncidos, para que.
entren con mejor disposición , con el cuerpo derecho y las
cabezas levantadas, se lastimen menos sus cuellos, y haga el
yugo mejor asiento en las cervices; pues éste es el modo de
uncir mas bien recibido. Pues el que se usa en algunas provin
cias de atar el yugolas astas lo desechan casi todos los que
han escrito preceptos para las gentes del campo, y no ún ra
zón ; pues mas esfuerzo pueden hacer los animales con el cuc
lio y el pecho que con las astas: y uncidos de este modo su es
fuerzo se hace con toda la mole y todo el peso del cuerpo; pero
unciéndolos de la otra forma, se atormentan retirando ha
cia atrás y levantando las cabezas, y con trabajo arañan con
d3
una reja muy ligera la superficie de la tierra. Y por ésto
aran con arados muy pequeños , con los cuales no pueden
romper profundamente la tierra nuevamente desmontada, la
cual cuando se ara de ésta manera contribuye muchísimo para
el fomento de todos los vegetales, porque arados los cam
pos profundamente toman mayor incremento los granos y
los frutos de los árboles. Y en esto me aparto de la opinión
de Celso, quien por temor del gasto, que efectivamente es
mayor en el ganado grande , piensa que conviene labrar la
tierra con rejas y dentales pequeños, para que se pueda hacer
con bueyes de menos cuerpo: ignorando que hay mayor
utilidad en la abundancia de frutos, que costo en la com
pra de reses mas grandes, principalmente en, Italia, donde
el campo plantado de árboles maridadosvides y de olivos,
quiere labores mas profundas que en otras partes, para que
las raices de dichas vides y olivos que estánflor de tierra
se corten con la reja del arado , las cuales st quedan en la
tierra perjudicansus producciones , y para que las mas
profundas, labrada la tierra bien hondo, reciban mas pronto
el alimento de la humedad. Sin embargo puede éste méto
do de Celso ser conveniente en Numidia y en Egypto, don
de por lo común se siembran los granos en terrenos que
no tienen árboles ,por mejor decir la tierra está sin éstoá
y solo se emplea en sembrar aquellos. Y es bastante mover,
con un arado, aunque sea muy ligero, ésta tierra que se com
pone de arenas pingües y está suelta como una ceniza. Pe
ro el gañan debe anclar jx>r lo arado, y en un surcos! y otro
nó tener el arado ladeado, y en los que alternan con éstos
llevarlo derecho y bien metido; pero de tal snerte que en
ninguna parte deje la tierra cruda y sin mover,lo que
llaman los labradores escaño. Cuando los bueyes lleguen á
algún árbol, debe retenerlos y retardarlos fuertemente, no
sea que chocando la reja del arado con la raiz con mucha
violencia ocasione una fuerte conmoción en el cuello de los
bueyes,que den ellos un golpe récio con el cuerno en el
tronco,lo rompan con la extremidad del yugo y le desga
jen alguna rama. Intimídelos mas bien con la voz que con
los golpes, y sean las heridas los últimos remedios para los
que reusan trabajar. Nunca irrite al novillo con la vara de
. LIBRO SEGUNDO 55 '
ahijada, pues ésto lo hace reacio y coceador; sin embargo
avísele alguna vez con el látigo. Pero no pare en medio
del surco , y sí les hará descansar al fin de él , para que con
la esperanza de éste descanso ponga su conato el buey en
anclarlo con mas agilidad. Mas el hacer un surco de mas de
ciento y veinte pies es contrario al ganado, porque en pa
sando de ésto se fatiga excesivamente: en llegandolo
último de él, empuje el yugo hacia delante y pare los bue
yes , para que se les refresquen los cuellos : sin ésta precau
ción se Jes enciendenmenudo, de que les resultan tumo
res, y éstos se convierten en úlceras. Y no use menos el ga
ñan de la azada que de la reja, y arrancará y perseguirá to
das las cepas que estén muy agarradas, y las raices superio
res con que esté embarazado el campo que está plantado de
árboles maridados con vides.
CAPITULO III.
Cómo se han de cuidar los bueyes después que han de
jado de trabajar y se han desuncido.
Así que haya desuncido los bueyes frótelos después de
haberlos atado, apriételes la espalda con las manos, tíreles
del pellejo , y no permita que se les pegue al cuerpo , por
que éste género de enfermedad es muy dañoso al ganado.
Manoséeles los cuellos, y si tuvieren calor introdúzcales
vino en las fauces; y será bastante darcada uno dos sextarios
; y no conviene atar los bueyeslos pesebres antes
que hayan dejado de sudar y que hayan tomado aliento:
después, cuando sea tiempo de que puedan comer, no con
viene darles mucha comida, ni toda de una vez, sino por
partes y pocopoco. Después que hayan comido se deben
llevar al agua, y silbarles para que beban con mas gusto.
Hasta aquí hemos hablado suficientemente de las obliga
ciones del gañan; ahora resta que enseñemos también en
qué tiempos se ha de labrar el campo.
CAPITULO IV.
En qué tiempos y cómo se ha de alzar y se ha de bi
nar cada género de terreno.
Las tierras llanas pingües que retienen el agua por mu
cho tiempo, se han de alzar cuando haga ya calor, hayan
arrojado todas las yerbas, y no hayan granado todavía las
semillas; pero se les han de hacer los surcos tan multi
plicados y tan espesos que apenas se distingan los vesti
gios de lajreja , porque destrozadas todas las raices de las
yerbas perecen. Mas conviene también que se repitan las
labores de arado tantas veces1 que el barbecho se haga pol
vo , de suerte que cuando hayamos sembrado no se nece
site gradarlo ,si se necesita sea muy ligero. Porque los
antiguos romanos dijeron que estaba mal labrado el cam
po que , después de haberlo sembrado, era menester gradar
lo. Debe ademas el labrador examinar con frecuencia si
está bien arado, y no fiarse solamente de la vista, que
engaña algunas veces con la tierra que cae encima de
los escaños ocultos , sino también con el tacto, que se
engaña menos , metiendotravés de los surcos una esta
ca tuerte: si ésta penetra con igualdad y sin encontrar re
sistencia, es evidente que todo el suelo está movido; pero
si alguna parte mas dura de la tierra le estorba el paso, esa
prueba de que el barbecho está cnido. Cuando los gañanes
ven hacer ésto muchas veces , no incurren en el defecto
de hacer escaños. Las llanuras húmedas, pues, deben alzar
se después de los idus del mes de abril % y alzadas en éste
tiempo convendrá binarlas algunos días al rededor del sols
ticio, que es el día séptimosexto antes de las calendas
de julio , y que estén terciadas cerca de las calendas de se
tiembre. Estando convenidos los inteligentes en la agricul
tura que en todo éste tiempo desde el solsticio del estío no
se ha de arar la tierra,no ser que se haya calado por
grandes y repentinas lluvias como las del invierno, como
6ucede algunas veces; en cuyo caso no hay inconveniente en
que se aren los barbechos el mes de julio. Pero cuando quie
ra que se are, observarérnos no hacerlo en el terreno que es
. LIBRO SEGUNDO
57
té hecho lodo , ni en el que esté mé*dio mojado por lluvias
ligeras, al cual llama la gente del campo vario y carioso.
Esto último se verifica cuando después de sequías largas
una lluvia pequeña ha mojado solamente la paite supe
rior sin penetrarla inferior. Porque las tierras que se la
bran atascadas , dejan de poderse arar en todo el año , y no
estánpropósito para ararlas , gradarlas ni plantarlas;
y por el contrario las que se lian sembrado varias óme
dio mojar, quedan estériles por tres años seguidos 3. Siga
mos pues en Ja Jabor de Jas tierras un término medio , de
suerte que no carezcan de jugo cuando se la demos, ni abun
den de humedad; porque si ésta es demasiada, las pone
como he dicho cenagosas y atascadas ; y las que se han
desecado por falta de lluvias, no se pueden labrar bien, por
quesu dureza no deja entrar la reja del arado ,si ha
penetrado por alguna parte no la desmenuza , sino levanta
unos céspedes grandes, que embarazando el terreno, im
piden que se bine bien , porque estorbando el paso la móle
de los terrones, como lo podrían hacer unos cimientos,
eclian el arado fuera del surco ; de que resulta que en la
bina se Jiagan también escaños, y que Jos bueyes padezcan
mucho con lo penoso del trabajo. A que se agrega que
toda tierra, aun Ja mas fértil, tiene la capa inferior de me
nos sustancia que Ja superior, y como los grandes terrones
que se levantan traen consigo mucha de aquella, se in
corpora con ésta, y toda ella resulta menos fértil, y dá
cosechas menos abundantes, y el gasto del labrador se au
menta por lo poco que cunde el trabajo , pues cuando se
ha endurecido Ja tierra, 110 se puede hacer la tarea ordina
ria. Por lo cual soy de sentir que en Jas sequías no se bine
lo que se ha alzado, sino que se espereque llueva para
que Ja tierra humedecida nos facilite los medios de culti
varla. Finalmente, la tierra que esté en éstos términos se
despacha cada yugada de ella con cuatro obradas; porque
con dos se alza , con una se bina , con tres cuartas partes
de otra se tercia, y se reduceliras después de sembrada
con una cuarta parte. Las gentes del campo llaman liras, y
también porcas,unas elevaciones de tierra que sobresa
len entre dos surcos bien distantes entre si , para que el
. 58
COLUMELA.
grano que se siembra en ellas quede en seco: en castellano
se llaman caballones. Las colinas cuyo suelo es pingüe, se
han de alzar en el mes de marzo después de concluida la
sementera tremesina ; pero si lo permitiere la templanza del
cielola sequedad del pais , se podrá hacer en febrero,
sin aguardar mas. En seguida se han de binar desde media
do abril hasta el solsticio, y terciarlas en setiembre hacia
el equinoccio: la yugada de ésta tierra se labra con tantas
obradas como la de llanuras húmedas. Pero en la labor de
la tierra de montaña lo que se ha de observar principal
mente es llevar siempre los surcos al través de su pendien
te, porque de éste modo se minora la dificultad que ésta
ocasiona , y se disminuye con mucha comodidad el trabajo
del ganado y el de los hombres. Sin embargo, siempre que
se bine convendrá dirigir los surcos oblicuamente, unas ve
ces ácia lo mas alto, y otras ácia lo mas bajo de la pen
diente , para que rompamos la tierra por ambas partes , y
no la labremos por el surco anterior. El campo llano y de
poca sustancia que abunda en aguas , se ha de alzar des
pués de mediados de agosto, en seguida se binará en se
tiembre, y estará preparadoque se le siembre al rededor
del equinoccio. Pero el trabajo para semejante terreno es
mas expedito , pues se emplean menos obradas, siendo sufi
cientes tres para una yugada. Tampoco se han de labrar en
el estío las tierras endebles que están en pendiente, sino al
rededor de las calendas de setiembre , porque si se alzan
antes de éste tiempo, como están sin sustancia ni jugo, se
abrasan con los calores del sol del estío, y no conservan
restos algunos de fuerza. Por lo cual es muy bueno ararlas
entre las calendas y los idus de setiembre, y en seguida bi
narlas para que se puedan sembrarlas primeras aguas del
equinoccio ; y una tierra de ésta clase no se ha de sembrar
en el lomo, sino en lo hondo del surco4.
CAPITULO V.
Cómo se estercola la tierra endeble.
Sin embargo, antes de binar una tierra endeble conven
drá estercolarla , porque con ésta especie de alimento toma
. LIBRO SEGUNDO
59
sustancia. Los montones de estiércol se distribuirán de á
cinco modios cada uno, en lo llano mas claros, y en la
colina mas espesos; y será bastante que de montónmon
tón haya ocho pies de distancia en todas direcciones , por
lo que hacelas tierras llanas , y dos menos en las de
colina. Y queremos que ésto se haga en la menguante de la
luna, pues de éste modo se libertan las tierras de yerba. Y
la yugada necesita veinte y cuatro carros de estiércol ,
cuando se le echa mas espeso, y diez y ocho cuando se le
echa mas claro. Al instante que se haya extendido el estiér
col , convendrá arar la tierra y enterrarlo , no sea que cou
el calor del sol pierda la fuerza ; y para que la tierra incor
porada con éste alimento se engrase. Y así cuando se echa
ren los montones de estiércol en un campo, no se exten
derán mas que los que puedan enterrar Jos gañanes en el
mismo día.
CAPITULO VL
De los géneros de granos cereales.
Después de haber manifestado cómo se ha de preparar la
tierra para la sementera, vamos ahorareferir los diferen
tes géneros que hay de semillas. Los primeros y los mas
útiles de todos los granos son el trigo y la escaña Hemos
conocido muchos géneros de trigo; pero el que se debe
sembrar con preferenciatodos, es el que llaman rubion,
porque se aventajatodos en el peso y en lo limpio. En
la segunda clase se lia de poner al candeal ; cuya principal
especie, de que se sirven para hacer el pan, tiene poco pe
so. El tercero será el tremesino, cuyo uso es muy agradable
á los labradores , porque cuando por las aguaspor otro
motivo no se ha sembradotiempo , les sirve éste de re
curso. Las demás especies de trigo son supérfluas, sino para
los que se deleitan con una multiplicada variedad de fru
tos,' y con una vanagloria. Pero de escaña hemos visto
emplear comunmente cuatro géneros: el grano que se lla
ma de Chiusi de una blancura brillante; la llamada venú'
culo1, roja y otra blanca, pero de mas peso que la de Chiu
si; y la tremesina, que se llama Haücastro*^ y ésta es la
. 6o COLUMELA.
principal en peso y en bondad. Pero éstos géneros de trigo
y de escaña los han de conservar los labradores , jxnque
rara vez sucede que la situación de un campo sea tal , que
nos podamos contentar con una sola especie de grano, ha
llándose en él siempre alguna parte húmeda y alguna seca.
Mas el trigo se dá mejor en un paraje seco, y la escaña re
cibe menos daño con la humedad.
CAPITULO VIL
De los géneros de legumbres.
Siendo muchísimos los géneros de legumbres1, parece que
las mas agradableslos hombres , y las que mas usan son
el haba , Ja lenteja, el guisante, el garbanzo, el cáñamo, el
mijo, el panizo, el ajonjolí, el altramuz, el lino también,
y la cebada, porque de ella se hace la ptisana. Asimismo
los mejores forrages son la alfalfa , la alholva , y no menos
la veza. Después la gálgana , el yero , y el verde de ceba
da. Pero en primer lugar tratarémos de lo que se siembra
por causa nuestra," teniendo presente aquel antiquísimo
precepto en que se nos previene, que en los parages frios
se siembre muy temprano, en los templados no tanto, y
los últimos sean los cálidos. Pero los preceptos que vamos
ahoradar son como para un pais templado.
CAPITULO VIII.
1 " " "
Cuál sea el tiempo de sembrar. , . -»
Nuestro poeta quiere que no se siembre la escaña , ni
tampoco el trigo antes que se hayan dejado de ver las ca
brillas , lo mismo que expresa en sus versos de ésta ma«
ñera1 : pero si labrares la tierra para recoger cosecha de
trigo y granadas escañas , y tu único objeto son las espi
gas, espera el ocaso matutino de las hijas de Atlante, Pero
se ocultanlos treinta y un dias después del equinoccio de
otoño, que por lo común es el inono dia an tes de las ca
lendas de octubre; por lo que se debe entender que hay
. LIBRO SEGUNDO.
61
cuarenta y seis dias para la siembra del trigo , contados des
de el ocaso de las cabrillas, que se verifica antes del nono
de las calendas de noviembre, hasta el solsticio de invierno.
Pues los labradores prudentes observan el no arar ni podar
árbolvid quince dias antes, y otros tantos después de
éste solsticio. Nosotros no negamos tampoco que se deba
hacer así la sementera en el campo templado y nada hú?
medo ; pero si es. acuoso , endeble , frió ,también som-.
brío, conviene sembrar ordinariamente antes de las calen»
das de octubre2, mientras Ja sequedad de Ja tierra per
mita hacerlo, y mientras las nubes están suspendidas ; para
que Jas raices de los granos tomen fuerzas antes que los
echenperder las lluvias del invierno , las heladas y las
escarchas. Pero aunque se haya concluido la sementera con
tiempo, sin embargo se tomará la precaución de hacer liras
anchas, y surcos inmediatos , unosotro9, que algunos
llaman elices, para dirigir toda el agualas zanjas, y des
de éstas echarla fuera de las siembras. Y no ignoro que al
gunos autores antiguos previnieron que no se sembrasen
los campos hasta que la tierra se hubiese mojado bien con
las lluvias. Lo que yo no dudo que sea mas conducente al
labrador, si Jas aguas vienentiempo. Pero si, como su
cede algunas veces, éstas vienen tarde, será bueno sembrar,
aunque el terreno esté seco-, y ésto se practica en algunas
provincias que están en climas donde las lluvias son tar
días. Porque el grano que se ha echado en un terreno se
co y se ba gradado después de haberlo enterrado se con
serva sin echarseperder , como si estuviera encerrado
en el granero, y Juego que viene la lluvia, nace en un dia
solo la sementera de muchos. Es verdad que Tremelio ase
gura que los pájaros y Jas hormigas se lo comen antes que
llueva , si la tierra está desecada con los dias serenos del
estío: lo que nosotros hemos hallado por repetidas expe
riencias ser cierto. Sin embargo , en semejantes campos e9
mas conveniente sembrar escaña que trigo , porque la glu
ma en que está encerrado su grano , es fuerte y durable pa
ra resistirla humedad aunque sea de mucho tiempo.
. 6 a COLUMELA.
CAPITULO IX.
Cuántos módios de simiente necesita cada yugada de
tierra ; cómo se han de elegir los granos para sembrar ,
y de las preparaciones de éstos para emplearlos.
La yugada de tierra pingüe necesita ordinariamente cua
tro módios de trigo, la mediana cinco; de escaña nueve
módios si el terreno es fértil, si es mediano diez; porque
aunque los autores no están de acuerdo sobre ésta medida,
nuestra propia experiencia nos ha enseñado parecer ésta la
mas conveniente; la cual si alguno no quisiere seguir, ar
régleselos preceptos de los que dicen que en el campo
bien fértil se siembren cinco módios de trigo y ocho de es
caña por yugada, y opinan quelos medianos se les eche
la semilla con ésta misma proporción. Nosotros no preten
demos que se emplee siempre ésta cantidad de simiente,
porque la hace variar la condición del lugar , de la estación,
ó de la atmósfera : del lugar, cuando se siembra el grano en
llanurasen colinas, y las unas y las otras son pingües,
medianasendebles: de la estación , cuando echamos los
granosla tierra en el otoño, óla entrada del invierno;
porque la primera sementera permite que se siembre mas
claro; la última exije que se eche mas espeso 1 : de la at
mósfera, cuando está lluviosaseca; porque en el primer
caso quiere que se haga lo que en la sementera primera, y
en el segundo lo que en la última. Pero todo grano ama
principalmente la llanura rasa inclinada al sol, templada y
suelta ; pues la colina dá menos trigo aunque sea mas re
cio3. La tierra densa, gredosa y húmeda, no cria mal el tri
go candeal y la escaña. La cebada no aguanta mas terreno
que el seco y suelto. Aquellos granos de que hemos habla
do antes , quieren una tierra que sea muy fértil , que des
canse un año y se labre al siguiente: éste desecha toda
medianía, porque se echa en tierra muy pingüe,en la
muy endeble; aquellos, si después de lluvias continuadas
los esparcieres , en caso de necesidad , en un terreno atas
cado todavía y calado, sostienen éste contratiempo; éste se
. LIBRO SEGUNDO
63
pierde si lo echas en tierra que esté hecha barro. Si el cam
po es medianamente gredosohúmedo, necesita aun algo
mas de los cinco módios de candealtrigo, que dije ya
antes, para sembrar cada yugada. Pero si es seco y suelto,
sea pingüeendeble , cuatro ; porque también por el con
trario, aquel siendo endeble necesita otra tanta simiente;
pues si no se siembra claro cria una espiga vacía y pequeña;
pero cuando de un grano han salido muchas cañas, hace
también que una sementera clara sea espesa. No debemos
nosotros ignorar entre otras cosas que la tierra plantada de
árboles maridados con vides, consume una quinta parte
mas de simiente que la desocupada y descubierta3. Pero
nosotros no hemos hablado hasta aquí mas que de la siem
bra de otoño que creemos ser la mejor. Mas hay también
otea cuando obliga la necesidad ; los labradores la llaman
tremesina: ésta se hace con buen éxito en los parages muy
frios y abundantes de nieves, y donde el estío es húmedo
y sin calores; en los demás muy raras veces sale bien, y
sin embargo convendrá hacerla pronto, y siempre antes
del equinoccio de primavera; pero si la cualidad del lugar,
y Ja temperatura del aire lo permitiere, cuanto mas tem
prano sembrásemos, tanto mejor saldrá; pues no hay semi
lla alguna, como muchos han creído, tremesina por na
turaleza 4 : porque la misma semilla tremesina echadala
tierra en otoño corresponde mejor. Con todo eso hay algu
nas que son preferiblesotras para éste objeto , porque
aguantan mejor que otras el calor moderarlo de la primave
ra,comoeltrigocandeal ,\acebadadeGalacia,laescañaha-
licastro, el haba de los Marsos; pues los demás granos fuer
tes deben sembrarse siempre en Jos países templados antes
del invierno. Pero suele la tierra arrojar aJgunas veces una
agua salada y amarga que corrompe con el humor nocivo
que mana los sembrados», aunque ya estén sazonados , y en
los sitiosquequedan sinunahebra delgranoque sehasem
brado, hacemodo de eras. Estos sitios conviene
. algunas señales, para que les apliquemos á
remedio oportunosemejantes vicios. Porque en
donde la humedadalguna otra cosa dañosa h
cho perderse los granos, conviene esparcir palom\^rt£», y si
. 64
( COLÜMELA.' I
no la hubiere, hojas de ciprés, y enterrar uno ú otro aran
do encima. Pero lo que mas importa es echar hiera de Ja
tierra toda el agua por medio de una zanjaatajea: de otra
suerte serán inútiles los remedios que acabamos de decir.
Algunos forran, una sembradera de tres módios con una
piel de hiena, y teniendo la semilla en ella un poco de
tiempo, la echan desde la misma, no dudando que la que
se ha sembrado de ésta manera ha de salir bien. No faltan
algunos vichos subterráneos que destruyen las mieses royén
doles las raices cuando ya han crecido. El remedio para qué
ésto no suceda es el zumo de la yerba que la gente del
campo llama sedo * mezclado con agua , porque después de
estar la semilla remojándose una noche en ésta composi
ción, se echanla tierra. Algunos deslien en agua el zu
mo espriraido del cohombro y su raiz molida , y Confian á-la
tierra la semilla, después de haberla tenido en remojo en
éste líquido. Otros , cuando empiezainfestarse la semen
tera, riegan los surcos con ésta misma agua,con alpechin
sin sal ; y de ésta suerte quitan los animales nocivos.
Esto tengo ademas que prevenir , que después de estar se
gadas las mieses se trate ya desde la era de tomar precau
ciones,fin de mejorar el grano que ha de servir' para
sembrar. Pues, como dice Celso, cuando la cosecha es me
diana , conviene escojer las mejores espigas , y guardar
aparte, el grano que se saque de ellas pira semillas; cuando
después haya habido una cosecha mayor, todo lo que se
trillare se ha de aechar con un arnero , y se ha de reservar
siempre para sembrar el grano que por su peso y magni
tud quedare en el fondo del montón ; pues éste cuidado es
muy útil , porque si no se tiene , aunque los granos dege
neran mas pronto en los sitios húmedos, sin embargo'
también se verifica en los secos ; pues no hay duda que de
la semilla vigorosa puede hacerse grano que no lo sea,
pero es evidente que la que desde el principio es endeble,
no adquiere vigor jamas; y por ésto Virgilio entre otras
cosas excelentes dijo de las semillas6: yo he visto que las
semillas escogidas detenidamente y examinadas con mucha
atención , degeneraban sin embargo ,menos que la pro
lijidad de los hombres no escogiese todos-los años los gra
. LIBRO SEGUNDO <
65
nos mas gruesosmano; tal es el destino de todas las cosas,
ir de mal en peor, y no parar de volver atrás. Si un giano
rojo se parte y tiene por dentro el mismo color, no tene
mos duda que es bueno: el que por fuera está blanquizco,
y por dentro se vé blanco, se debe entender hueco y lige
ro. Y no nos engañe el candeal, como si se debiera desear
por los labradores, pues éste es un trigo viciado, y aunque
se aventaje al otro en blancura, le cede en el peso. Pero en
el clima húmedo acude bien , y por lo tanto es maspro
pósito para los parages donde mana agua. Mas sin embargo,
no Jo liemos de irbuscar lejos, ni donde nos sea difícil
adquirirlo; pues todo trigo en sembrándolo tres veces en
tierra húmeda , se vuelve candeal. El grano de uso mas co
mún después de ésto es la cebada, que la gente del cam
po llama hexástica7, ésto es, de seis órdenes; que otros
llaman también caballuna porque alimenta mejorlos
otros animales que están en el campo, y es mas saludable
para el hombre que el mal trigo. Y ninguna otra cosa
preserva mas de la miseria, cuando hay necesidad. Se siem
bra en tierra seca y suelta, y muy fuerteendeble; porque
es constante que esquilman sus mieses el campo que las
cria: por Jo cual se echa en uno muy pingüe,cuyas
demasiadas fuerzas no pueda perjudicar,en uno ende
ble, al que no se confia otra alguna semilla. Se debe sem
brar en tierra labrada de dos rejas, después del equinoccio
casila mitad de la sementera , si es en terreno fértil, y
mas temprano en el que sea endeble. Una yugada se em
panará con cinco módios; y luego que haya madurado un
poco se segará antes que cualquier otro grano, porque
como tiene la caña quebradiza , y su grano no está cubierto
de cascarilla, se cae mas pronto; y por los mismos motivos
se trilla mas fácilmente que los deroas. Mas así que hayas
levantado sus mieses de las tierras, es muy bueno dejarlas
descansar un año, ólo menos llenarlas de estiércol y echar
de ellas todo el veneno que tienen todavía. Hay también
otro género de cebada que unos llaman dística , ésto es, de
dos órdenes , y otros galática , ésto es de Galacia , de un
peso y de una blancura sobresaliente: de suerte que mezclada
con el trigo da un mantenimiento superior para la familia.
e
. 66
COLUMELA.
Se siembra en sitios de los mas pingües , pero frios, acia el
mes de marzo. Corresponde siu embargo mejor sembrán
dolo, si lo templado del invierno lo permite, al rededor de
los idus de enero: la yugada necesita seis módios. El panizo
y el mijo se han de poner también entre los granos cereales,
aunque yo los haya colocado en la clase de las legumbres;
porque en algunos países sirven de mantenimientolos
colonos. Quieren una tierra ligera y suelta , y no solo se
crian bien en un terreno arenisco, sino en la misma arena,
con tal que el clima sea húmedo ,el suelo tenga riego,
porque temen el que es seco y gredoso. No pueden sem
brarse éstos granos antes de la primavera , porque gustan
mucho de lo~. calores moderados; pero se conñanla tierra
muy cómodamente después de mediado el mes de marzo.
No causan mucho gasto al labrador, porque con cuatro sextarios
poco masmenos se empana una yugada de tierra;
pero quieren frecuentes escaldas de almocafre y demano,
para libertarse de yerbas. Luego que han espigado , y an
tes que las semillas se abran con los calores , se arrancan á
mano, y en habiéndose secado colgadas al sol lás espigas ó
mazorcas se guardan , y duran encerradas de ésta manera
mas que los demás granos. Del mijo se hace un pan. que
se puede comer sin fastidio antes de ponerse frío. El panizo
molido y separado de su salvado, y auu también el mijo,
dan unas gachas no despreciables en cualquier tiempo de
escasez, mayormente cuando se hacen con leche.
CAPITULO X. "
De las legumbres ; qué terreno conviene d cada especie;
y de su cultivo después de sembradas.
Después de haber dado con bastante extensión preceptos
acerca de los granos cereales, vamostratar en seguida de
las legumbres. El primer lugar lo tiene el altramuz, porque
se invierten muy pocos jornales en su cultivo, se compra
muy barato, y de todas las legumbres que se siembran en
el campo es la que mas lo beneficia: porque dá un exce
. LIBRO SEGUNDO
67
lente estiércollas viñas cansadas ylas tierras de labor,
acude bien aunque en un terreno desustanciado, y guarda
do en el granero dura eternamente. Cocido y remojado ali
menta bienlos bueyes en el invierno, y si acometeJos
hombres alguua escasez de víveres destierra cómodamente
el hambre. Se esparce cuanto sale de la era. Es la única entre
todas las legumbres que no necesita estar encerrada en el
granero, ya la siembres en eriales el mes de setiembre an
tes del equinoccio,ya inmediatamente después de las ca
lendas de octubre, y de cualquier manera que lo siembres
aguanta la negligencia del colono. Pero apetece el calor mo
derado del otoño , para tomar fuerzas prontamente, porque
si no ha adquirido consistencia antes del invierno le perju
dican los fríos. La semilla que queda sobrante , se guarda
muy bien en un sobrado donde entre el humo, porque si
lo ha acometido la humedad cria gusanos, que luego que
han roido el germen lo que queda no puede nacer. Estos,
como he dicho, quieren tierra endeble y principalmente la
roja, pues temen la greda y no 9alen en tierra cenagosa.
Una yugada se siembra con diez módios. Después de ésta
legumbre será bueno que se siembre el habichuelajudía, y
se echará en barbechomas bien en un campo pingüe
que se siembre todos los años: y no se echan en una yuga
da mas de cuatro módios. El mismo método se observa con
el guisante, solo que quiere una tierra fácil de labrarse y
suelta, y un parage templado y clima lluvioso. Se puede
sembrar la yugada con la misma semilla que la habichuela ó
con un módio menos, y se podrá sembrar al principio de la
sementera después del equinoccio del otoño. Al haba se des
tina un terreno muy pingüeestercolado, y si hubiere al
gún erial situado en un valle, que reciba el agua de la par
te superior, primeramente echaremos la semilla, después
alzaremos la tierra, en seguida la dispondremos por liras y
la gradaremos para que se arrope mas la simiente y quede
mas honda. Porque es de la mayor importancia que las rai
ces de las legumbres que han nacido estén bien profundas.
Pero si se ha de ocupar la tierra que ha estado sembrada el
año antes, así que se hayan segado los rastrojos, repar
tiremos en cada yugada veinte y cuatro carros de estiércol y
e st
. 68
COLUMELA. . «
los extenderemos. Y del mismo modo cuando echáremos la
semilla en tierra sin labrar, la araremos, la dispondremos en
liras y la gradaremos: aunque hay quien diga que en los
sitios frios no conviene gradar el haba : porque los terrones
que quedan encima de la tierra la defienden de las heladas
mientras está todavía tierna, y dáu un calor moderadolas
que son molestadas por el frió. Hay también algunos que
piensan que ésta misma legumbre suple en las tierras labra
das por el estiércol: lo que yo interpreto de suerte que creo
noque con sembrarla se engrase la tierra, sino que ésta
semilla consume menos su fuerza que las demás. Pues yo
tengo por cierto que un campo que nada habrá llevado el
año anterior, es mejor para granos que el que ha llevado
esta legumbre. La yugada de tierra , según parecer de Treroelio,
si es pingüe necesita cuatro módios de habas, según el
nuestro seis: si es mediana un poco mas: y el haba no aguan
ta un sitio nebuloso ni endeble: sin embargo en la tierra den
sa muchas veces acude bien. Parte debe sembrarse al mediar
la sementera y otra parte al fin; esta última siembra se lla
ma septimoncial 1 : la temprana es pon mas frecuencia la
mejor; lo es sin embargo alguna vez la tardía. Después del
solsticio de invierno no es del todo bueno sembrarla, en la
primavera malísimo ; aunque hay también haba tremesina,
que se siembra en el mes de febrero y entra una quinta par
te mas de semilla que en la temprana: pero da poca paja y
no muchas vainas : y asi oigo comunmentelos hombres
del campo antiguos querer mas bien habares sembradossu
tiempo que tremesinos. Pero en cualquier tiempo del año
que se siembre se ha de procurar que toda la porción que
se destine al efecto se echela tierra el dia quince de la lu "
na, con tal que ella no quede aquel dia detras de los rayos
del sol , lo que llaman los griegos bpójrousiri1 \ si no
se echará el dia catorce, sin embargó de que esté todavía en
creciente, aunque no se pueda cubrir inmediatamente to
da la semilla. Pues ningún perjuicio tendrá por los rocíos
de la noche, ni por otras causas , siempre que se guarde
del ganado y de los pájaros. Los antiguos labradores, y no
menos Virgilio, quisieron que se reroojára en alpechinen
nitro ántes de sembrarla3; para que sus granos se cria
. LIBRO SEGUNDO
69
sen nías medrados dentro de la vaina engañosa y que se
ablandasen pronto, aunque se pusiesenun fuego manso.
Nosotros heme» experimentado también que preparada así
el baba cuando ba llegadomadurar la infesta menos el gor
gojo. Pero para lo que vamosdecir en seguida estamos
también fundados en nuestra propia experiencia: arranca el
baba cuando no se vé la luna y ántes del dia: después asi que
se baya secado en la era , en habiéndola trillado y refrescado
antes que la luna empiececrecer, llévala al granero; en
trojada de esta suerte estará libre de gorgojos; y de todas las
legumbres ella es la que mas bien>se puede trillar sin bes*
tias y limpiar mas fácilmente sin viento, lo que se bará de
esta manera. Coloqúese un número mediano de haces desata
dos en la extremidad de la era, el cual irán echando ácia ade
lante con los pies por enmedio de ella4 que es el espacio mas
largo que hay en la misma, y los irán-golpeando al mismo
tiempo con palos ú horcas: después, luego que hayan llegado
á la otra extremidad de la era, harán un montón con las pa
jas mas largas. Con lo que las habas quedarán extendidas en
la era, y los demás haces se irán, trillando sobre ellas po»
copoco del mismo modo. Y las pajas mas duras se habrán
quebrado y separado por los que las apalean , pero las me
nudas, que habrán salido de las vainas con el haba, y ha
brán quedado en la tierra, como ellas, se separarán de otra
manera. Pues luego que se haya hecho un montón de pa
jas y habas mezcladas, váyase echando con bieldos poco, á
pocouna larga distancia: hecho lo cual la paja que es
roas ligera caerá del lado de acá del aventador, y el haba que
se enviará mas Jejos llegará limpia , adonde éste la habrá ar
rojado. La lenteja odnviene sembrarla al demediar la se
mentera en la creciente de la luna hasta el dia doce, en
terreno endeble y sueltoen uno pingüe, y sobre todo se
co, porque cuando está en flor se echaperder fácilmente
con la lozanía y la humedad: para que nazca pronto y crez
ca se debe mezclar antes de sembrarla con estiércol seco; y
habiendo estado así cuatro.cinco dias,. echarlala tierra.
Acostumbramos sembrarlas en dos tiempos; uno temprano,
mediada la sementera , y otro mas tarde en el mes de febre
ro. Poco mas de un módio ocupa una yugada de tierra. Pura
e3
. 7o COLUMELA.
que no la roigan los gorgojos (pues aun en la vaina lo ha
cen) se cuidará luego que se haya trillado, de echarla en
agua , y de separar la entera de la vacía , que nada sobre
ella: en seguida se secará al sol, y se rociará con vinagre
en que se se haya echado raiz de silphio molida con él, se
lavará con agua, se secará otra vez al sol, y refrescándola
después, se guardará si es mucha cantidad en el granero, si
es menos en tinajas que hayan tenido aceite,en salade
ras: si éstas vasijas se llenan e inmediatamente se tapan con
yeso, en-cualquier tiempo que saquemos la lenteja para
el uso la encontraremos entera : sin embargo también pue
de guardarse sin ésta preparación mezclándola con ceniza.
La linaza, como su producto no sea grande en el pais en que
vives, y el precio del lino no convide', no 'se ha de sem
brar, pues es en extremo dañosa al terreno, y así pide uno
que sea muy pingüe y mediánamenté húmedo. Se siembra
desde las calendas de octubre hasta la salida del águila, que
es el dia séptimo ántes de los idus de diciembre. La yugada de
tierra se siembra con ocho módios. Algunos quieren que se
siembre muy espesa en terrena endeble ,m para que el lino
salga fino. También dicen que si se siembra en terrenoifértil
conviene echar diez módios en cada yugada. Los ajonjo
líes que se riegan se han de sembrar, ántes del equinoccio
de otoño; los de secano desde ésta época hasta los idus de
octubre: quieren comunmente un terreno suelto, que los de
Campania llaman pulo; pero sin embargo, no acuden peor
en arenas pingüesen tierra muy mullida: se echa en una
yugada tanta semilla como de mijopanizo; alguna vez
también dos sextarios mas. Pero yo mismo, he visto sem
brar ésta semilla en las regiones de Cilicia y Sy ria pOr los me-"
ses de junio y julio, y recogerla en el otoño después de ha
ber madurado bien. La guija, que es semejante al alberjon
, se ha de sembrar en el mes de eneroen el de febre
ro, en terreno fértil y clima húmedo. Sin embargo en al
gunos parages de Italia se siembra ántes de las calendas de
noviembre. Tres módios llenan una yugada, y ninguna le
gumbre perjudica menos al campo; pero raras veces corres
ponde, porque cuando está en flor no aguanta la sequía ni
los vientos del sur; cuyas dos incomodidades vienen de or
. LIBRO SEGUNDO 7*
dinarío en el tiempo del año en que se le cae la flor. El garbanzo
que llaman arietino^, y también otro de distinto géne
ro que se llama púnico6, se puede sembrar en todo el mes de
marzo y en terreno de la mayor fertdidad y en tiempo húmedo.
Pues también es perjudicialla tierra ésta legumbre:
y por lo tanto no es de la aprobación de los labradores mas
hábiles, pero si no obstante esto se ha de sembrar, se echará
en agua el dia antes para que nazca mas pronto: para una
yugada hay bastante con tres módios. El cáñamo quiere un
terreno pingüe, estercolado y de riego;llano, húmedo y
labrado profundamente. En cada pie cuadrado se siembran
seis cañamonesla salida de Arctúro que esúltimos de
febrero, ácia el dia quintosexto ántes de las calendas de
marzo. Sin embargo no es malo sembrarlo hasta el equi
noccio de primavera , si el tiempo está lluvioso. Después de
éstas legumbres tienen su lugar los nabos y las nabas, por
que unos y otras sirven de alimentola gente del campo.
Con todo eso las nabas son mas útiles, porque producen mas
y mantienen no solo al hombre, sino tambiénlos bueyes,
sobre todo en las Galias, donde ésta hortaliza dá de comer
el inviernodicho ganado Una y otra quieren un terreno
suelto y no nacen en tierra densa. Pero las nabas quieren
llanuras y sitios húmedos, y los nabos aj>etecen tierra en pen
diente, seca y casi ligera, y a9i sale mejoren tierras cascajosas
y areniscas: y Ja cualidad del terreno cambia la naturaleza
de los dos; pues la naba sembrada en uno se convierte en na»
bo al cabo de dos años , y en otro el nabo en naba. En la tier
ra «le Tiego se siembran bien ámbas después del solsticio, y
en la de secano en la ú'tima parte de agostoen la primera
de setiembre: quieren un terreno labrado con muchas vueltas
de aradorastro y lleno de estiércol. Lo que es muy impor
tante, n > solo porque ellas acuden mas, «¡no porque después
de arrancadas, el suelo con esta labor dá abundantes cosechas*
La yugada de tierra no se ha de sembrar mas que con cuatro
sextarios de semilla de nabas: de nalws se ha de esparcir una
cuarta parte mas, porque no engordan , formando vientre, si
no penetran hacia abajo con una raiz delgada. Y éstas cosas
son las que creemos deber sembrarse para el uso de los hom
brea ; las que siguen se siembran para los ganados.
e4
. 7a COLUMELA.
" ;, i .:, ^
CAPITULO XI.1
De los forragcs; de la alfalfa, de la veza , del verde de
cebada, de la avena , de las alholvas, de los yeros, y
de la gálgana.
Hay mucho9 géneros de forrages como la alfalfa, la veza,
el verde de cebada, la avena, laalholva, y no menos el
yero, y la gálgana. Pues los demás no nos dignamos de
enumerarlos ni menos de sembrarlos: excepto sin embargo
el cytiso (Mcdicago arbórea -Lili. Alfalfa arbórea); del
cual hablaremos en los libros que hemos escrito de los gé
neros de árboles. Pero de todos los que aprobamos por bue
nos el mas sobresaliente es la alfalfa , porque en sembrán
dola una vez dura diez años: porque después se siega bien
Cuatro veces al año, y algunas seis; porque estercola la tier
ra ; porque todo el ganado mayor que se ba puesto flaco en
gorda con ella; porque sirve de remedio al menor que es
tá enfermo; y porque una yugada de ella dá comida mas que
suficiente para tres caballos un año. Se siembra del modo que
vamo9prescribir. El sitio donde has de sembrar la alfalfa
en la primavera inmediata , álzalo al rededor de las calen
das de octubre , déjalo que se fermente por todo el invierno;
en seguida bínalo con cuidado en las calendas de febrero,
saca todas las piedras, y desterrónalo: después hácia el me»
de .marzo téicialoi y grádalo. Así que hayas; labrado la tierra
de ésta suerte, haz eras como en las huertas, de diez pies
de ancho y cincuenta de largo, para que se pueda suminis
trar el agua por las sendas, y haya paso poi entrambas partes
para los que arranquen la yerba. Después echa estiércol pa-
«ado, y hecho todo ésto siembraúltimos de abril,razón
de un cyatho.de simiente en cada espacio de diez pies de
largo y cinco de ancho: así que la hayas sembrado, cúbre
la inmediatamente con un rastro de madera , pues ésto im
porta mucho, porque se abrasa muy pronto con el sol. Des
pués de la siembra no debe tocarse el sitio con hierro; si-;
no escardarlo como he dicho con rastros de madera , y de
tiempo en tiempomano , no sea que la yerba sofoque la¡
. LIBRO SEGUNDO ¿3
alfalfa cuando está endeble. La-primera siega de ella con
vendrá hacerla bien tarde, cuando se le habrá caido alguna
parte de la semilla: después, si la quieres tener tierna, la
puedes segar desde que haya retoñado y darlalas bestias;
perolos principios y hasta que se hagan , con econo
mía , para que la novedad del forrage no les haga daño,
pues los infla y les hace criar mucha sangre. Pero así que
la hayas segado, riégala con mas frecuencia. En seguida así
que hayan pasado unos pocos dias, y haya empezadore
toñar, arranca todas las yerbas extrañas. Cultivada de ésta
suerte se podrá segar seis veces al año y permanecerá diez.
La veza se siembra en dos tiempos diferentes: en el prime
ro que es para forrage , sembramos hácia el equinoccio de
otoño siete módios de ella en cada yugada de tierra: en el
segundo echamos el mes de eneroaun mas tarde seis mo
chos, para coger la semilla seca. Ambas siembras pueden ha
cerse en tierra erial , pero mejor en la labrada de una reja:
y ésta casta de semilla es la que quiere menos los rocíos
cuantío se siembra: r>or lo cual se ha de esparcir en la tier
ra después de la segundatercera hora del dia* cuando el
solel viento hayan enjugado toda la humedad, y no se
puede echar mas que lo que pueda cubrirse en el mismo
dia, porque si sobreviene la noche, por poca humedad
que perciba se pierde. Se ha de tener cuidado de no sem
brarla antes del dia veinte y cinco de la luna: de otra suerte
tenemos observado que casi siempre le hacen nial los caraco
les. La cebada para verde conv;ene echarla en un terreno de
los que se siembran todos los años muy estercolado y bina*
do. Se cria un verde muy bueno sembrando diez módios
de cebada caballuna en cada yugada de tierra acia el equi
noccio de otoño, pero ha de ser cuando estén amenazan
do las lluvias, para que después de sembrada y regada
con ellas nazca prontamente y tome consistencia ántes del
rigor del invierno. Porque cuando han faltado los otros forrages
por causa de los frios , es muy bueno dar éste segado
á los bueyes ylos otros animales, y si quisieres hacerlo pa
cer mas veces, alcanza basta el mes de mayo. Pero si qui
sieres coger también grano de él, se han de echar fuera
todos los animales desde las calendas de marzo , y se ha de
. 74
COLUMELA.
preservar todo daño,fin de que puede espigar y granar. Lo
mismo es la siembra de la avena , la cual echadala tierra
en el otoño, parte se corta para henoforrage mientras to
davía está verde, y parte se conserva para semilla. La alholva,
que la gente del campo llama siliqua, tiene dos tiem
pos para sembrarla, uno el mes de setiembre (cuando se
siembra para forrage) en los mismos dias que la veza , esto
es, acia el equinoccio; y otroúltimos de eneroprinci
pios de febrero, cuando se siembra para seca: pero en éste
último caso ocupamos la yugada con seis modios, en el
primero con siete: una y otra siembra se hace cómodamen
te en tierra erial, y se procura labrar yunto y no hondo,
pues si se cubre su semilla con mas de cuatro dedos de tier
ra no sale fácilmente. Por lo cual algunos, antes de sembrar
la, dan una rejala tierra con arados muy pequeños , y es
tando así echan la simiente y la cubren con escardillos. Pe
ro el yero quiere tierra endeble y no húmeda, porque con
la fertilidad de la tierra se pierde por lo común. Puede sem
brarse en el otoño y no menos después del solsticio de in
vierno,los últimos de eneroen todo febrero, con tal
que sea ántes de las calendas de marzo, pues dicen los la
bradores que todo éste mes de ninguna manera conviene á
ésta semilla, porque la que se siembra en él es dañosa al
ganado y principalmentelos bueyes,los cuales cuando
la comen pone furiosos. Con cinco módios hay bastante pa«
ra sembrar una yugada de tierra. En la España Bética se dá
á los bueyes en lugar de yeros gálgana molida, lo cual así
que se ha hecho con la muela suspendida se echa en agua
un rato hasta que se ablande, y de ésta suerte se da al
ganado revuelta con paja menuda: pero para cada yun
ta hay bastante con doce libras de yeros, y de gálgana
con diez y seis. Esta no es inútil para los hombres ni desa
gradable:lo menos nada difiere en el gusto de la guija,
solamente se distingue en el color, que lo tiene muy obscu
ro y que tira bastantenegro: se siembra el mes de marzo,
en tierra labrada de unados rejas, según lo exige su ferti
lidad, porque con atenciónella se sembrará mas 6 menos,
pues unas veces serán menester para una yugada cuatro mó
dios, otras tres, y algunas dos y medio.
. LIBRO SEGUNDO
75
CAPITULO XII.
De qué modo y con cuántos jornales se cultiva cada espe
cie de granos cerealesde legumbres. ,
Después de haber tratado del tiempo en que se lia de sem
brar cada especie de semilla, ahora vamosmanifestar de qué
modo y con cuántos jornales se ha de cultivar cada una de las
que hemos referido. Concluida la sementera, la labor que se
sigue es la escarda , sobre la cual no están conformes los au
tores. Algunos dicen que no es útil porque con el almoca
fre se descubren las raices del grano y algunas se cortan , y
si sobrevienen los frios les hacen morir; pero que es me
jor arrancar la yerbamano en estando para ello. Sin em
bargo, mas son los que quieren que se escarde de almocafre;
pero que no se haga en todas partes del mismo modo ni en
los mismos tiempos. Porque en los campos secos y expues
tos al sol , luego que el sembrado pueda resistir la escarda,
se debe mover la tierra y recalzar con ella las matas para
que echen hijos: lo cual conviene hacerlo ántes del invier
no y repetirlo pasarlo éste. Pero en parages frios y panta
nosos quieren por lo común que no se escarde hasta que pa
se dicha estación y que no se recalcen las matas con tierra,
sino que se remueva ésta con una escarda corrida e igual.
Sin embargo, nosotros hemos experimentado que ésta escar
da en el invierno es útil en muchos países , con tal que la
sequedad del aire y la benignidad del tiempo lo permita.
Pero no somos de opinión que se haga en todas portes, si
no que es preciso conformarse en cada pais con la costum
bre de los habitantes: pues hay algunos que tienen de la
naturaleza dones que les son peculiares, como Africa y
Egypto, donde el labrador no llegalas mieses desde la
siembra hasta la siega, porque es tal la condición del clima
y la bondad de la tierra, que apenas nace mas yerba que la
que produce la semilla que se le ha echado: sea porque las
lluvias son raras,sea por prestarse de ésta suerte al colono
la cualidad de la tierra. Pero en los sitios donde se necesita
la escarda de almocafre, no se ha de llegarlos sembrados,
. 76
C COLUMELA. -I
aunque la temperatura del aire lo permita, antes que ha
yan éstos cubierto los surcos. El trigo y la escaña será bue
no escardarlos cuando empiecentener cuatro hojas, la ce
bada cuando tenga cinco, el haba y las demás legumbres cuan
do estén cuatro dedos por encima de la tierra. De ésta regla
se exceptúa sin embargo el altramuz, al cual le es contra'
ria ésta escarda, porque tiene solamente una raiz, y si se
corta.se hiere con el hierro, muere toda la mata. Y aun
que esto no sucediese, sería supérflua la escarda, porque en
vez de recibir é3ta legumbre perjuicio de las yerbas las des
truye todas. Pero otros sembrados que aunque estén húme
dos se pueden mover, sin embargo es mejor escardarlos,
cuando están secos , pues de ésta manera se preservan de la
alheña; masla cebada no se debe llegar si no está muy se
ca. El liaba creen muchos que ni aun se ha de escardar,
porque arrancándosemano cuando está madura, no lleva
consigo las demás yerbas que se han criado con ella, y és
tas se reservan para heno : de cuya opinión es también Cornelio
Celso, que entre las demás buenas propiedades de ésta
legumbre, cuenta la que después de arrancada se puede segar
heno del mismo sitio donde estaba. Pero $ mí me parece
que solo un labrador muy malo puede dejar crecer la yerba
mucho, pues se disminuye demasiado el producto del haba
si se deja de arrancar. Pues no es propio de un labrador pru
dente poner mas conato en los forrages de los animales que
en. la comida de los hombres, principalmente cuando se pue
den conseguir aquellos con el cultivo de los prados: y de tal
suerte creo que se han de escardar las habas, que pienso se
debe hacer hasta tres veces : porque cultivadas de ésta suerte
tenemos experiencia de que no solo se multiplica el fruto,
eino que las vainas hacen una parte pequeña de ellas, y que
rin módio de habas molidas y limpias de las vainas está tan
lleno casi como cuando están enteras, pues apenas se dis
minuye la medida quitadas las cascaras. Y en general es muy
útil, como hemos dicho, la escarda de invierno en los dias
serenos y secos después del solsticio en el mes de enero, con
tal que no haya heladas. Finalmente ésta labor se debe ha
cer de manera que no se lastimen las raices de los sem
brados, antes bien ^e recalcen y se les arrime tierra para que
. LIBRO SEGUNDO
77
amacollen mas. Esto será ventajoso hacerlo en la primera
escarda; en la segunda será perjudicial, porque como ha
dejado de matear el grano se pudre si se ha recalzado. Y así
en la segunda escarda nada mas debe hacerse que remover
la tierra con igualdad , y convendrá darla inmediatamente
de como ha pasado el equinoccio dentro de veinte dias, an
tes que las siembras se encañen, porque si se escardan mas
tarde, se pierden con las sequías y calores del estío, que se
siguenésta labor. Después de la escarda de almocafre se
ha de dar Ja demano, cuidando de no tocar la mies cuan
do está en flor, sino antes de tenerladespués de habérse
le caido. Los granos cereales todos , y la cebada , y general
mente todos los que no tienen la semilla doble1, echan la
espiga desde el tercero al cuarto nudo, y luego que ha sali
do todalos ocho dias se le cae la flor ylos cuarenta to
ma incremento, en los cuales llega desde la florla madu
rez. Por el contrario los que son de semilla doble2, como
el haba, el guisante y la lenteja, en cuarenta dias flore
cen y en e\ m'iBmo tiempo toman su incremento.
CAPITULO XIII.
Cuántos jornales y obradas se regulan d cada yugada
de tierra.
Y para ajustar ya con cuántas obradas y jornales se llevan
á la era los granos que hemos confiadola tierra , dire
mos que cuatrocinco módios de trigo emplean cuatro
obradas de arar; una de gradar, dos jornales en la primera
escarda de almocafre, uno en Ja segunda, uno en Ja de á
mano, y uno y medio de siega; total cinco obradas y
cinco jornales y medio. Cinco módios de candeal necesi
tan las mismas obradas y jornales. Nuevediez módios de
escaña quieren tantas obradas y jornales como cinco de
trigo. Cinco módios de cebada exigen tres obradas de ara*
da , una de gradar, peón y medio de escarda de almocafre,
y uno de siega. En todo cuatro obradas y dos peones y me
dio. Cuatroseis modios de habas emplean , si es en bar
becho , dos obradas de arada, si en rastrojo una; sea como
. 78
COLUMELA.
sea, una y media de gradar, peón y medio en la primera
escarda, en la segunda y tercera uno en cada una, y otro
de siega , que todo es dostres obradas y media de arada
y gradar, y cuatro peones y medio. Seissiete módios de
veza quieren en barbecho dos obradas de arada y en ras
trojo una i para gradar una, y un peón de siega; total dos ó
tres obradas y un peón. Cinco módios de yeros se siem
bran con tras tantas obradas, se gradan con una; y ademas
se escardan de almocafremano, y se siegan cada labor
con un peón; total dostres obradas y tres peones. Seis ó
siete modios de alholvas se siembran con otras tantas obra
das , y se siegan con un peón. Cuatro modios de judías se
siembran con igual número de obradas, se gradan con una,
y se siegan con un peón. Cuatro módios de gálgana ó
de guijas quieren tres obradas de arada , una de gradar , un
peón de escardamano, y otro de arrancarlas; en todo
cuatro obradas y dos peones. Módio y medio de lentejas ne
cesita las mismas obradas para sembrarse, una para gra
darse , se escarda de almocafre con dos peones ,mano con
uno y se arranca con otro; que hacen la suma de cuatro
obradas y cuatro peones. Diez módios de altramuces se entierran
con una obrada , se gradan con otra , y se siegan con
un peón. Cuatro sextarios de mijo y otros tantos de pani
zo emplean cuatro obradas de arada, tres de grada, y
tres peones de escarda; el número de éstos que se necesita
para arrancarlo no es fijo. Tres módios de garbanzos se
siembran con igual número de obradas, se gradan con dos,
se escardan de almocafre con un peón,mano con otro,
y se arrancan con tres; total seis obradas y cinco peones.
Diez ú ocho módios de lino se siembran con cuatro obra
das , se gradan con tres , se escardanmano con un peón, y
6e arrancan con tres ; que hacen la suma de siete obradas y
cuatro peones. Seis sextarios de ajonjolí se cultivan desde que
se ha alzado la tierra con tres obradas de arada, se gra
dan con tres , se escardan de almocafre la primera vez con
cuatro peones, la segunda con dos,mano con uno, y se
arrancan con dos; que hacen la suma de seis obradas y
nueve peones. El cáñamo se siembra como hemos manifes
tado arriba ; pero no es fijo el gasto y el cuidado que nece
. LIBRO SEGUNDO
79
sita. Pero la alfalfa se cubre de tierra, no con el arado, si
no, como he dicho , con rastros de madera. Una yugada
de tierra sembrada de ella se grada con dos obradas , se
escarda de almocafre con un peón, y se siega con otro. De
éste total de obradas y jornales resulta, que un campo de
doscientas yugadas se puede cultivar con dos yuntas de
bueyes, otros tantos gañanes, y seis trabajadores; con tal,
no obstante, que no tenga árboles; porque si está plantado
de ellos , asegura Saserna que Ja misma porción de tierra 3e
puede cultivar bastante bien añadiendo tres hombres; cuyo
cálculo nos demuestra que puede ser suficiente una yunta
de bueyes para ciento veinte y cinco módios de trigo; y
otros tantos de legumbres: de manera que la siembra de
Otoño ascienda por mayordoscientos y cincuenta módios;
y con todo eso después de ésta sembrará setenta y cinco de
gtanos tremesinos. Esto se prueba ademas de ésta manera:
las semillas que se siembranla cuarta reja necesitan cien
to y quince obradas de arada de bueyes; porque un campo
de ésta cabida se alza aunque esté muy duro, con cincuen
ta obradas, se bina con veinte y cinco, se tercia y se siem
bra con» cuarenta1 : las demás legumbres emplean sesenta;
ésto es, dos meses; también se computan en cuarenta y cin
co dias los en que no se ara por ser de aguade fiesta , ó
igualmente treinta que se les dan de descanso concluida la
sementera: de ésta suerte se hace el tot.il de ocho meses y
diez dias. Sin embargo sobran del año tres meses y veinte
y cinco dias que emplearemosen la siembra de los tre
mesinos,en la conducción del heno, de los forrages, de
los estiércoles, y de las demás cosas que sean menester.
CAPITULO 'XIV.
Qué legumbres perjudicanlas tierras, y cuáles les
aprovechan.
Pero entre las semillas que he referido , el mismo Saser
na cree que hay algunas que estercolan las tierras y les son
útiles, y otras al contrario, que las abrasan y desustancian.
Que el altramuz , el liaba, el yero, la lenteja, la guija y el
. 8o COLUMELA.
alverjon la estercolan. Del altramuz ninguna duda tengo,
como ni de la veza que se siembra para forrage, con tal
que desde que se haya cortado verde se le eche inmediata
mente el arado, y lo que haya dejado la hoz lo destroce
el arado y lo entierre antes que se seque, pues ésto sirve
de estiércol ; porque si las raices de ella que se han dejado
después de haber cortado el forrage se secaren , quitarán
al terreno todo el jugo, y consumirán su tuerza; lo que
también es verosímil que suceda en el haba y demás le
gumbres con que parece se engrasa la tierra: de suerte,
que si no se le dá una labor al instante que se han reco
lectado éstas legumbres , de ninguna utilidad seránlas se
millas que en seguida deben sembrarse en aquel sitio. De
todas las legumbres que se arrancan, dice Tremelio, que
las mas perjudiciales al terreno son el garbanzo y el lino,
por la ponzoña que dejan en él ; el uno porque es de na
turaleza salada, y el otro por ser de naturaleza ardiente:
lo que dá tambiénentender Virgilio cuando dice 1 : pues
la cosecha del lino abrasa el campo , lo abrasa la de avena,
lo abrasan las adormideras llenas de un jugo que provoca
el mas profundo sueño. Y no hay duda que con éstas se
millas se infesta el campo, como también con el mijo y el
panizo. Pero para todo el terreno que se aniquila con las
cosechas de las legumbres de que he hablado, hay un re
medio eficaz, que es ayudarlas con estiércol , restableciendo
con ésta especie de alimento las fuerzas que ha perdido. Y
no se ha de hacer ésto solamente por las semillas que se han
confiadolos surcos del arado, sino también por los árbo
les y arbustos que se fertilizan en extremo con semejan
te sustento. Por lo cual , si es , como parece , de la mayor
utilidadlos labradores,* pienso que se ha de hablar de él
con mucho cuidado, supuesto que los autores antiguos,
aunque no lo han omitido, han tratado de él muy por
encima.
. LIBRO SEGUNDO
CAPITULO XV.
De las especies de estiércol.
Tres pues, son los principales géneros de estiércol: el que
proviene de las aves, el que proviene de los hombres, y el
que proviene de los cuadrúpedos. El de las aves se nene por
el mejor, y en ésta clase el primero es el que se saca de los
-palomares; en seguida el de Jas gallinas y demás aves, ex
ceptuando sin embargo, el de las acuáticasnadadoras,
como los patos y gansos; porque éste no solo no es útil,
sino que también es dañoso ; y el ser mas de nuestra apro
bación el de palomas, es porque esparcido moderadamen
te sobre la tierra la hace fermentar. El segundo, después
de éste , es el que hacen los hombres , con tal que se mez
cle con las otras inmundicias de la casería , porque él por
sí es de una naturaleza muy cálida; y por lo tanto abrasa la
tierra echándolo solo. Sin embargo , para los árboles es mas
apropósito la orina humana que hayas dejado añejar por
seis meses; si la echareslas vides ólos frutales, con
ninguna otra cosa producen fruto mas abundante; y no
solo ésto , sino que mejora el gusto y el olor del vino y de
las frutas. Puede también el alpechin añejo, que no tiene
sal , servir mezclado con ésta orina para dar un riego útil
á los árboles frutales, ylos olivos principalmente; aun
que empleado solo les es también muy provechoso. Pero
el uso de éstos dos líquidos es mas conveniente que nunca
por el invierno, y aun por la primavera antes de los ca
lores del estío, con tal que las vides y los árboles es
tén también excavados. El tercer lugar lo obtiene el es
tiércol de los cuadrúpedos; y en él también hay diferen
cia, porque se tiene por el mejor el de los borricos, pues
que éstos animales mascan con muchísima lentitud, y de
consiguiente digieren con mas facilidad, y echan un es
tiércol bien cocido y apropósito para emplearlo inmedia
tamente en la tierra. Después de estos estiércoles , de que
acabamos de hablar, es el de ovejas; en seguida el de ca
bras , y después el de las demás bestias de carga , y el de]
. 8a COLUMELA.
ganado vacuno; pero el de los cerdos pasa por el peor de
todos. Y aun también ha sido bastantemente provechoso pa
ra los sembrados el uso de la ceniza y del hollín. Pero el
tallo del altramuz cortado tiene lugar igualmente de un
estiércol escelente. Y no ignoro que hay también cierta
clase de campo en que no se pueden tener ganados ni aves;
mas sin embargo, soloun labrador desidioso podrá fal
tarle estiércol , aun en éste paraje ; pues puede recojer toda
clase de hojas , despojos de los setos , y barreduras de las
encrucijadas ; puede cortar los heléchos de la tierra del ve
cino sin perjuicio de éste, antes bien haciéndole favor, y
mezclarlos con la basura del corral ; puede hacer una hoya
honda, y en ella juntar en un montón la ceniza y el cieno
de las cloacas, la paja de los rastrojos, y las demás cosas
que se barren: ésta hoya ha de ser como la que dijimos en
el primer volumen se habia de hacer para recojer el es
tiércol , y en medio de ella se ha de clavar un pedazo de
madera de roble, para evitar que se oculten en el es
tiércol las serpientes venenosas. Esto se hará en donde
no tiene ganados la heredad ; porque donde hay rebaños de
ellos, hay algunas oficinas que se deben limpiar todos los
dias , como la cocina y la quesera ; y otras donde debe ha
cerse en los dias lluviosos , como los tinados de los bueyes,
y los apriscos de las ovejas. Si la hacienda es solamente de
pan sembrar , nada importa que no se separen las diferen
tes especies de estiércol ; pero si está distribuida de mane
ra que hay en ella árboles, tierras de labor, y también
prados , se ha de poner aparte cada clase de estiércol , co
mo el de las cabras y el de las aves. Las demás cosas se han
de echar juntas en la hoya de que se ha hablado j y re
garlas de continuo con mucha agua, para que las semillas
de las yerbas que se han mezclado con la paja y demás se
pudran. Después en los meses del estío conviene que todo
el estercolero se remueva con rastros, no de otra suerte que
si dieras un agostado1fin de que se pudra con mas facili»
dad, y sea apropósito para los campos. Y en efecto, tengo
por poco cuidadososlos labradores que no sacan en un
mes de cada cabeza de ganado menor un carro de estiércol,
y de cada una de mayor diez , y otros tantos de cada hóm
. LIBRO SEGUNDO
83
bre,'que puede recoger y echar en la hoya no solo sus pro
pios excrementos , sino también las inmundicias del corral
y del edificio. También tengo que advertir que todo el es
tiércol que, recogido en tiempo oportuno, haya reposado
un año, es muy útil para las siembras, porque tiene to
da su virtud y no cria yerbas; pero cuanto mas añejo es
aprovecha menos , porque tiene menos fuerza , y así que á
los piados se eche lo mas fresco que pueda ser , porque
cria mas yerba ; y que ésto conviene se haga el mes de
febrero en Ja creciente tle la luna, pues ésto también coad
yuva algún tantola producción del heno. Por lo demás,
cuál deba ser el uso del estiércol en cada cosa, lo diremos
cuando tratemos de cada una en particular.
CAPITULO XVI.
En qué tiempos se han de estercolar los campos.
Entre tanto , el que quisiere preparar las tierras para gra
nos , si ha de hacer la sementera en el otoño , distribuirá
en ellas montones pequeños de estiércol el mes de setiem
bre; y si en la primavera , en cualquier tiempo del invier
no, en la menguante de la luna; de suerte que haya diez
y ocho carros por yugada en tierra llana , y en la pendien
te veinte y cuatro; y como he dicho poco antes, no ex ten»
derá los montones antes de irarar. Pero si algún motivo
ha impedido estercolar la tierra en tiempo conveniente , el
segundo modo de hacerlo es esparcir por la siembra antes
de la escarda de almocafre, polvo de estiércol de aves, co
mo quien siembra. Si éste no lo hubiere, echar con Ja ma
no el de cabras , y revolverlo con la tierra por medio de
almocafres: éste procedimiento fertiliza las sementeras. Y
no conviene que ignoren los labradores que así como un
campo que no se estercola se pone frió, del mismo modo
se abrasa si se estercola' demasiado ; y que es mas conve
nienteun labrador hacer ésto con frecuencia que con
exceso. Ni hay duda que el terreno de mucha agua quie
re mas abundancia de él que el seco : el uno porque
estando frió con las continuas humedades , se deshiela por
. 84
COLUMELA.
medio ele él ; el otro porque teniendo calor por sí mismo
con motivo de las sequedades, echándoselo con abundan
cia se quema ; por lo cual no conviene que le falte seme
jante materia, ni que le sobre. Si con todo eso no encon
trare el labrador ninguna especie de estiércol, le será muy
provechoso hacer lo que hago memoria haber practicado
muchas veces mi tio paterno Marco Columela , labrador muy
instruido y aplicado, quelos terrenos arenosos les echa
ba greda , ylos gredosos y muy densos arena ; y por éste
medio , no solo excitaba las sementerasacudir mucho , si
no también formaba unas viñas hermosísimas. Pues decia
él mismo que no se debia echar estiércollas viñas , por
que corrompía el gusto del vino , y que era mejor material
para tener vendimias abundantes la tierra amontonada en
los muladares,la de los setos;ñnalmente otra cual
quiera tomada de otra parte, y traida adonde se ha de
echar. Por último, yo creo que si el labrador se halla des»
tituido de todas éstas cosas,lo menos no le faltará el fa
cilísimo recurso de los altramuces; que 6Í los echala
tierra acia los idus de setiembre, los cubre con el arado, y
luego los corta en tiempo oportuno con el mismo ,con la
azada , le servirá como una capa de excelente estiércol. Pe
ro el tiempo de cortar el altramuz en los terrenos areniscos
es cuando haya echado Ja segunda flor; y en los rojos
cuando haya echado la tercera. En los primeros se entierra
cuando está tierno, para que se pudra prontamente, y se
incorpore con el suelo endeble : y en los segundos cuando
está mas recio, porque sostiene mas tiempo los terrones
duros, y los mantiene levantados, para que calentándose
con los soles del estío se deshagan.
CAPITULO XVII.
Cómo se forman los prados.
Y el labrador podrá ejecutar éstos preceptos si no solo hu
biere acopiado los géneros de forrage que he referido , sino
también heno en abundancia para que pueda mantener
mejor el ganado de la labor , sin el cual es difícil cultivar
bien la tierra ; y por tanto le es precisa también la labor de
. LIBRO SEGUNDO
los prados,la cual dieron los antiguos romanos la prima
cía en los objetos del cultivo. También le pusieron el nornbre
de pratum,>qne viene de paratum, porque desde lúe*
go estaba preparado, y no necesitaba gran cuidado. Marco
Porcio hizo mención también de las ventajas que tienen
de no padecer con las tempestades, como otras partes del
campo, y la de que ,< sin necesitar de gasto alguno, redi
tuaban todos los años, no por un lado solo, sino por dos,
pues no rinden menos en pasto que en heno. Debemos
observar que hay dos géneros de prados , de Jos cuales uno
es de secano y otro de riego. En Ja llanura fértil y pingüe
no se necesita que entre arroyoregarla, y pasa por me
jor el heno que por su propia naturaleza se cria en un sue
lo jugoso , que el que se producefuerza de aguas , las cua
les sin embargo son precisas , si la poca substancia de la
tierra las exije ; pues el prado se puede hacer tanto en la
tierra apretada como en la suelta, aunque sea endeble, ha
biendo proporción de regarla; y la llanura no debe tener
un1^ situación honda, ni la colina escarpada; lo uno para
que no esté parada mucho tiempo el agua que se recoge en
ella; lo otro para que no corra al instante despeñada. Sin
embargo un campo con mediana pendiente, si es pingüe ó
dé riego, puede hacerse prado. Pero sobre todo se tiene por
buena para éste objeto la llanura que teniendo un peque
ño declive no deja parar las aguas de las lluviasde los
arroyos que corren por ella,si le sobreviene alguna hu
medad va saliendo lentamente. Y así si hay en alguna par
te chancos de agua estarp'cada se ha de echar fuera por me
dio de atajeas. Porque-'íante' la-abundancia como la escasez
de aguas son la perdición de las yerbad '>
CAPITULO XVIII.
» .'i" .ii : ».11 *(>i' . ' " j
Cómo se cultivan los prados después de haberlos formado.
Pero el cultivo de los prados quiere mas cuidado que tra
bajo. Este cuidado consiste en primer lugar, en no dejar
cepas, ni espinas, ni yerbas que tomen mucho incremento;
arrancando unas antes del invierno por el otoño , como las
zarzas , el monte bajo , y los juncos ; otras la primavera , co
mo las chicorias y las espinas cpjc salen en el solsticio: en
no consentir que pazcan en ellos los cerdos, porque soca
ban la tierra con el hocico, y levantan los céspedes; ni
tampoco el ganado mayor, sino cuando el suelo está muy
seco, porque no estándolo se les sumen las pesuñas, piso»
tean las yerbas, y cortan sus raices. Asimismo en socorrer
con estiércol el mes de febrero en la creciente de la luna
las tierras mas endebles y las que están en pendiente. Tam
bién se deben recoger todas las piedras, y si hay algunas co
sas que estorbenlas guadañas , para sacarlas y llevarlas le
jos, y estorbar la entradalos demás ganados mas temprano
ó mas tarde según la naturaleza de los sitios. Hay también
algunos prados que por su mucha vejez están cubiertos de
un musgo antiguogrueso; los que suelen remediar los
labradores sembrando en ellos semillas que sacan de deba
jo de las hacinas de heno,echando estiércol: ninguno de
los cuales remedios es tan útil como esparcir repetidas ve
ces ceniza; pues ésta destruye el musgo. Sin embargo éstos
remedios son muy lentos, siendo el mas eficaz de todos
arar de nuevo el sitio. Pero los cuidados que acabamos de
referir se han de emplear en los prados que hayamos ad
quirido ya formados. 3Ias si se han de formar nuevos,re
novar los antiguos (porque hay muchos, como he dicho,
.que se envejecense hacen estériles por descuido), con
viene ararlos alguna vez, aun con la mira de sembrarlos de
granos , porqm; éstas clases de tierras después de haber es
tado descuidadas por mucho tiempo , dan abundantes co
sechas. Aquel terreno, pues, que hayamos destinado para
prado , después de haberlo alzarlo en el estío, y dádole mu
chas rejas en el otoño lo sembraremos de nabasde na
bos,aunque sea de habas; después al año siguiente de
trigo; el tercero lo ararémos bien, y arranca rémos de raiz
todas las yerbas mas fuertes, las zarzas y los árboles que
hubiere,no ser que el querer aprovechar el fruto de és
tos nos muevano arrancarlos; después sembraremos ve
za mezclada con las semillas del heno; en seguida desterronarémoscon
escardillos, e igualarémos el terreno, haciendo
pasar por él unos zarzos, y esparciremos la tierra que éstos
. LIRRO SEGUNDO
87
amontonan al dar las vueltas ; de suerte que en ninguna
parte pueda tropezar el hierro de la guadaña. Pero ésta veza
no conviene segarla antes que haya madurado muy bien,
y que haya dejado caer al suelo algunas semillas: entonces
conviene que entre el segador, siegue, y haga haces de la
yerba segada , los que se sacarán', en seguida regar el ter
reno , si hubiere proporción de agua , con tal sin embargo
que la tierra sea muy densa, porque si es suelta, no con
vendrá introducir grandes corrientes de agua en ella, antes
que esté apretada y sujeta con las yerbas, porque el ímpetu
de aquella, inundándola tierra descubre las raices de las
yerbas y no las deja que prendan ; por lo cual no conviene
que entren los ganados en los prados mientras están todavía
tiernos , sino segar la yerba conforme vaya creciendo; pues,
como ya he dicho antes , cuando e6tá blando el suelo clavan
las pesuñas en él , y cortando las raices de las yerbas , no las
dejan extenderse ni espesarse. Sin embargo en el segundo año
permitiremos que éntre el ganado menor después del corte
del heno , con tal que la sequedad y la cualidad del terreno
lo permita. En el tercero cuando el prado esté mas sólido y
firme, podrán e/itrar en él también Jos ganados mayores.
Pero sobre todo se ha de tener cuidado de echar estiércol
mezclado con semillas del heno en los sitios mas endebles,
y principalmente en los mas elevados, ácia los idus de fe
brero , después que se pone el sol por el lado donde sopla
el Favonio; pues que el sitio superior dá éste alimentolos
inferiores, porque las lluvias que sobrevienen,el agua diri
gida por mano del hombre, llevan consigola parte mas
baja el jugo del estiércol; y por ésto los labradores prudentes
aun en ias tierras labradas echan mas estiércol en las colinas
que en los valles;causa de que, como he dicho, las lluvias
traen siempre la materia mas pingüelos sitios mas bajos.
CAPITULO XIX.
Cómo se haya de cuidar y guardar el heno después
de segado. ,
Pero el mejor tiempo de segar el heno es antes que se
seque , porque se recoge con mas abundancia , y da un ali
...T
mentó mas agradablelos ganados. Y en el secarlo se
han de guardar sus límites, porque no se ha de recoger muy
seco, ni por el contrario verde: lo uno porque cuando ba
perdido todo el jugo es lo mismo que paja; lo otro porque
si ba conservado! demasiado , se pudre en la cámara; y mu
chas veces en calentándose se quema y ocasiona incendio.
Agunas veces también así que hemos cortado el heno, lo
ha cogido de improviso la lluvia; y si se ha calado, es inú
til moverlo mientras esté húmedo;, y será mejor dejar que
se seque al sol la parte superior: después volverlo, y en es
tando enjuto por ambas partes, lo dispondremos en filas es
trechas, y estando así iremos haciendo haces que ataremos.
Y no tendremos detención de modo alguno en amontonar
lo dentro de la casería, y si no hubiere proporción de llevar
loellade atarlo en manojos,lo menos convendrá
formar bacinas de todo lo que se ha secado del modo que
se debe , de manera que remate en punta. Pues de ésta
6uerte se preserva el heno muy bien de las lluvias, y aun
que no las haya, no es fuera de propósito hacer éstas ba
cinas, para que si las yerbas tienen alguna humedad la su
den y se consuma en los montones; por lo cual los labra
dores prudentes, aunque ya esté el heno en b casería no
lo hacinan antes de haberlo dejado amontonado sin arreglo
por unos pocos días , para que se recueza y fermente entre
sí. Pero va viene después de la siega del heno el cuidado
de la recolección de los granos , y para poderla hacer bien
se han de preparar antes los instrumentos con que se ejecuta.
CAPITULO XX. '
De la formación de la era. , -<.! . -"
La era también si fuere terriza,fin de que sea bastante
mentepropósito para que se trille en ella , en primer lugar
se ha de rozar , en seguida se ha dé cavar y regar con alpechin
sin sal, al que se habrá mezclado paja, pues ésto deenderá
los granos del estrago de los ratones y hormigas;
depues apriétese, allanándola con pisones,con una pie
dra de molino que se haga rodal sobre ella, y echando pa
. LIBRO SEGUNDO
89
ja, se apisonará otra vez, y estando así se dejará secar al
sol. Sin embargo, hay también algunos que prefieren des
tinar para la trilla una parte de los habares inmediatos, y
forman en ella una era perfecta, después de haber segado
y recogido las habas; porque al paso que van las bestias
trillando éstas mismas habas, se destrozan también las yer
bas con el casco de sus pies, y de ésta suerte queda aquel
sitio limpio de ellas, y queda hecho una erapropósito
para las trillas. >
CAPITULO XXI.
De la siega y de la trilla.
Pero cuando la mies estuviere madura, siegúese pronta
mente antes que se queme con los calores del estío que son
excesivos al nacer la canícula; pues la tardanza es per
judicial : en primer lugar porque se la comen los pájaros y
los demás animales ; en segundo porque los granos y las
mismas espigas , secándose las cañas y Jas aristas , se caen
prontamente, y si sobrevienen huracanesremolinos de
vientos, la mayor parte se revuelca. Por lo cual no se ha
de dilatar la siega, sino se ha de hacer así que los sembra
dos estén uniformemente dorados, y antes que los granos
se endurezcan del todo, cuando empiecenponerse rojos,
para que mas bien engruesen en la era y en la hacina que
en la tierra 1 : pues es constante que si se han segado á
tiempo toman incremento después. Pero hay muchísimos
modos de segar : muchos cortan la caña por medio con gua
dañas, y éstasde un filo solo y encorvado,con dientes;
muchos quitan la espiga misma con horquillas, otros con
rastrillos; y ésto es muy fácil en el sembrado claro, pero
en el espeso muy dificultoso. Mas si la mies se ha segado
con hoces y guadañas , y lleva consigo parte de la caña , se
amontona inmediatamente en una hacina,se lleva al nubilario,
y después que se haya oreado como corresponde
con el calor del sol, se trilla: en jugar de que si se han
cortado solamente lás espigas, pueden llevarse al granero,
y después al invierno apalearlastrillar con bestias. Pero si
sucede que se trille la mies en la era , no hay duda alguna
. 9o COLUMELA.
que ésta operación se hace mejor con caballos que con bue
yes; y si hay pocos pares podrás ponerlescada uno un
trilloun carro sin ruedas; pues estas dos cosas desbara
tan las cañas muy fácilmente. Y si las espigas están solas,
es mejor apalearlas con estacas y cribarlas con arneros. Pe
ro cuando el grano está revuelto con la paja , se separa lo
uno de lo otro por medio del viento: para ésto se tiene
por excelente el Favonio que sopla suave y uniformemen
te en los meses del estío; sin embargo solo un labrador
descuidado será el que lo espere, porque mientras se está
aguardando, nos sorprende el rigor del invierno. Y así los
granos que se han trillado en la era, se han de amonto
nar de manera que se puedan aventar con toda clase de
vientos. Pero si por muchos dias no soplare el viento por
parte alguna, se acribarán con harneros, no sea queuna
calma muy larga suceda una furiosa tempestad , que haga
ilusorio el trabajo de todo el año. En seguida convendrá
limpiar otra vez los granos, que están limpios, si se van á
guardar para muchos años , pues cuanto mas lo están menos
riesgo tienen de que los roigan los gorgojos. Pero si se des»
tinan para gastarlos inmediatamente, no es preciso volver
loslimpiar, y será bastante refrescarlosla sombra, y
en seguida llevarlos al granero. El cuidado que se ha de
tener con las legumbres, no es tampoco distinto del que se
tiene con los demás granos, pues ellas también,se gas
tan al instante,se guardan. Y he aquí el principal emo
lumento del labrador, recoger los granos que había confia
dola tierra.
CAPITULO XXII.
De las cosas que se permitenlos labradores hacer en
dias feriados, y de las que no se les permiten.
Pero, como nuestros mayores han pensado que 1 lo mis
mo se debia dar cuenta del descanso que del trabajo , noso
tros también creemos que se ha de. advertirlos labrado
res lo que deben hacer, y lo que no han de hacer en los
dias feriados. Pues hay cosas, como dice el poeta % que
permiten el derecho y las leyes ejercer en los dias de fiesta»
. LIBRO SEGUNDO 9i
Ninguna religión ha prohibido dar corrientelos arroyos,
poner setouna sementera, lazoslos pájaros, ni bañar
el rebaño de ganado lanar en un rio de aguas saludables.
Aunque los pontífices niegan que se pueden cerrar con se
tos los sembrados en dia de fiesta , y prohiben que se ba
ñen las ovejas para mejorar la lana, y solo permiten que
fe haga por medicina, Virgilio previno como era licito
bañar el rebaño en los dias feriados; y por ésto añadió
que se metieran en un rio de aguas saludables, pues hay
enfermedades por cuya causa es útil bañarlo. Pero en las
festividades también hay trabajos que permiten los ritos
de nuestros mayores: éstos son moler la escaña3, aviar las
teas, hacer velas de sebo, cultivar la viña arrendada, lim
piar y sacar el fango de las piscinas, balsas y hoyas anti
guas4, repasar los prados, extender el estiércol, poner el
heno con arreglo en las cámaras, recoger los frutos de los
olívales arrendados, extender las manzanas, las peras y
los higos, hacer queso, traer acuestasen mulo de albarda
árboles para plantar; pero no se permite traerlos
con mulo uncidoun carro, ni plantar los que se han
traido, ni labrar la tierra, ni podar el árbol, y ni ¿un
trabajar en la siembra como no hayas sacrificado antes un
cachorro, ni cortar heno, ni atar los haces de él , ni con
ducirlos; ni tampoco es permitido por los ritos de los pon
tífices hacer la vendimia en los dias de fiesta , ni esquilar
las ovejas sin haber hecho antes el sacrificio del cachorro.
También es lícito hacer arrope y arropar el vino; asimismo
lo es coger las uvas y aceitunas para aliñarlas; no lo es cu
brir con pieles las ovejas. Todo lo que bagas en el huerto
con respectolas hortalizas es permitido. No lo es enterrar
un muerto en las fiestas públicas. Marco Porcio Catón dijo
que no hay fiestas algunas para los mulos, los caballos ni
los borricos. Y el mismo permite que se unzan los bueyes
para traer leña y granos. Nosotros leemos en los ritos de los
pontífices, que no es permitido uncir los mulos en las fies
tas denicalesJ solamente, y que en las demás lo es. Tengo
por cierto que algunos, viendo que en éste. lugar he hecho
mención de lo que se suele hacer y omitir en Jos dias de
fiesta , desearán que les diga los ritos que usaron los anti»
. 9» COLUMELA.
guos en las lustraciones y demás sacrificios que se hacen
por los frutos de la tierra 6: yo no reuso el trabajo de ense
ñarlos, pero lo dejo para un libro que tengo ánimo de
componer luego que haya escrito todo lo concernientela
ciencia del cultivo7. Entretanto daré fin al presente tratado,
para decir en el siguiente libro lo que han enseñado los au
tores antiguos sobre las viñas y sobre las vides maridadas á
árboles, y ademas lo que yo mismo he descubierto después.
NOTAS AL LIBRO SEGUNDO.
Notas al
CAPITULO II,
1. Georg. lib. 2, núm. 204.
2. Catón sin embargo en el capítulo Ide su obra de Agri
cultura no dalos prados sino si quinto lugar.
3. Georg. lib. 1, v. 250.
4. Omitió Columela hablar de las vides, en las cuales (co
mo él mismo dice en el cap. 1, lib. 4) basta la profundidad de
de tres pies de tierra de igual bondad.
Notas al
CAPITULO IV.
1. Plinio en el libro 18 , cap. 20, dice que el terreno mas
denso, como es comunmente el de Italia, es mejor sembrado
á la quinta reja, y el de Toscanala novena.
%. Los, romanos no ponían las fechas como nosotros por el
número de los días del mes. Tenían en él tres épocas princi
pales,saber: los Idus, las Nonas, y las Calendas. Los Idus
dividían el mes en dos partes, y caían en los dias quince de los
meses de marzo , mayo, julio y octubre, y trece de todos los
otros, según nuestro modo de contar. Las Nonas, llamadas así
porque eran el dia noveno antes de los Idus, eran por consi
guiente el dia siete de los cuatro meses que hemos dicho pri
mero, y el cinco de todos los otros, de donde venía la diferen
cia de las Nonas septimanas y quintanas. Las Calendas eran el
primero de cada mes. Todos los dias desde la una de éstas épo
cas hasta la otra tomaban el nombre de la que venía inmedia
tamente después. Así se decía tal dia antes de las Nonas, tal
dia antes de las Calendas, tal ántes de los Idus: por consi
guiente, siendo el dia séptimo ántes de los Idus de febrero el
siete del mismo mes, el dia que le precede es el seis.
. LIBRO SEGUNDO 93
% Para esto es menester suponer que el año siguiente no se
habrá remediado este mal, y que no se habrá dadola tierra
en ese año mas que su preparación ordinaria, por no haber
hecho reparo en lo que causaba la esterilidad.
4 Efectivamente los lomos que están entre los surcos , co
mo están mas elevados que éstos, son la parte mas seca de la
tierra labrada ; en lugar de que siendo el surco la mas húme
da, porque en él se junta el agua de la lluvia, es también la
parte mas propia para recibir el grano.
Notas al cAPiTüto VI.
i Traduzco semen adoreum por escaña. Saboureux en la nota
1.a al cap. 34 de la obra de Catón de Re rustica pregunta qué
es ador y y deja al cuidado de otros el referirnuestros granos y
á nuestras legumbres modernas todas aquellas cuyos nombres
nos han dejado los antiguos: añade que quizá no habrá inves
tigación mas útil que ésra; pero que pide mucho conocimien
to y lectura. El motivo que yo he tenido para creer que es
la escaña , es en primer lugar que está encerrado su grano en
una gluma fuerte y durable, como dice nuestro autor al fin de
cap. 8 de éste libro: en segundo el necesitarse para sembrarlo
doble cantidad que de trigo -. y en tercero el recibir menos
daño con la humedad, como asegura al fin de éste
CAPITULO: to
do lo cual conviene perfectamentela escaña, y nootro grano
alguno que yo sepa. De esta misma opinión es don Estevan
Boutelou en una notasus observaciones sobre la cebada ra
mosa que se hallan en el tomo 20, pag. 177 y siguientes del
Semanario de Agricultura, fundado en que la descripción del
Jar adoreum que hace Plinio en el lib. 18, cap. 7 de su His
toria natural cuadra perfectamentela escanda. Sobre las cua
lidades de la escaña que en otras provincias de España se lla
ma escanda, esprilla, espelta 6 carraón, y sus variedades, se
puede ver la última edición de Herrera tomo 1 , pag. 73 y si
guientes: yo tengo sembradas ocho variedades que he debido
á (a generosidad del catedrático de Agricultura don Antonio
SandaTio de Arias.
2 Gesnero dice que venucula es equivocación de los li
breros, y cree debe restituirse vermícula , que significa entre
los escritores de la edad media roja; y que rutilum que significa
lo mismo, es glosaexplicación de vermtculum. Saboureux quie
re mantenerpesar de esto la variedad venuculum que lo ha
ce común al adoreum blanco, y ai rojo, contra lo literal del
original, y quiere que se llame asicausa de las venas peque
ñas que tiene.
3 De altea, y según Gesnero es lo mismo: Plinio lo hace
distinta especie de grano que el adoreum j pero tiene los mis
. 94
' COLUMELA.
mos caracteres de éste. También llama el mismo Plinio altea á
una composición hecha con granos de cea majados y una gre
da particular que se halla entre Puzzol y Nápoles.
Nota al
CAPITULO VIL
i. Daré siempre el nombre de legumbrestodas las plan
tas que llamaban los romanos legumina , conformela etimo
logía de ésta palabra, que se aplicaba entre ellostodo lo que
se cogía arrancándolo sin segarlo. ...
NoTAS -AL
CAPITULO VIII.
1. Georg. lib. I, v. 219.
2. Id. ibid. t. 214.
Notas al
CAPITULO IX.
T. Cuando se siembra en el otoño ^e necesita menos grano
que si se siembrala entrada del invierno. Pues éste último
no se puede fortificar por causa de los frios , ni echar muchos
gérmenes, y las heladas pierden muchos granos; de suerte que
si no se siembra una gran cantidad de ellos, la cosecha será
mediana: en lugar de que el que se siembra primero y en un
tiempo en que hace todavía calor, adquiere fuerza, y se ex
tiende por debajo de tierra antes de los frios; y como necesita
mayor espacio para crecer se siembra mas claro. Por lo mismo
cuando se siembra en tiempo lluvioso se echa mas claro que en
el seco, pues la sequedad hace tanto daño al grano como el frió,
como que dálos animales subterráneos proporción de roerlo.
2. Porque como las cañas, del trigo son perpendiculares á
la base de las colinas, no puede haber mas cañas que lo que
dé de sí dicha base.
3. No ocurre otra razón de ésta diferencia, sino que dis
minuyendo la sombra y las raices de los árboles la bondad del
terreno, conviene compensar el perjuicio que resulta de esto
con la abundancia de simiente.
4. Plinio en el lib. 18, cap. 12, núm. 3 dice: lo hay tam
bién bimestre (habla del trigo). Tanto se engaña Columela que
ha creido no haber trigo que fuera propiamente tremesino. Pe
ro ya dioesto Harduino una buena respuesta, diciendo que
Columela no negaba que hubiese trigo tremesino, sino que
fuese diverso del que sembrándose en el otoño acude mejor.
Este pasage, dice Saboureux, puede probar lo que había ya di
cho en su prólogo, que Plinio procura morder sin razónCo
lumela.
j. Yerba puntera.
6. Virg. Georg. lib. I, v. 197.
7. Gesnero pone aquí una nota muy larga para probar que
. LIBRO . SEGUNDO
95
el hordeum exastichitm es el centeno llamado en latín sécale;
porque este grano , dice, tiene en bondad el primer lugar des
pués del trigo: su caña es quebradiza; y su grano, como no
está cubierto de cascarilla, se cae pronto: por lo qué como en
tre las plantas cereales no tengamos ninguna especie que se
acerque mas que el centenoesta cebada exástica , cree que
es el mismo. Saboureux se conforma con ésta opinión, pero
yo no , pues pienso que la cebada exástica és verdadera ce
bada, porqueella y no al centeno convienen todas las pro
piedades que le atribuye Columela. El centeno no tiene la ca
ña frágil, y la cebada sí. Aquel se siembra solamente en tier
ras endebles, y ésta en las que lo son y en las muy buenas. La
fínica cualidad que no le conviene es la de tener los granos
descubiertos, pero está la gluma tan adheridaellos que pue
den pasar por descubiertos. Y aun el mismo Gesnero advierte
que el centeno no tiene su espiga con seis órdenes como debía
para llamarse exástica, ni tampoco es grano que se acostumbra
darlos caballos, como debia serlo para llamarse caballuna ó
cantherina , y la cebada sí. No es Columela el único autor
ue hace mención de la cebada exástica, pues la hace también
linio en el lib. 18, cap. 7, donde asegura que la cebada tie
ne el grano muy desnudo. De los modernos Línneo la hace
una de las especies del género cebada; y don Claudio Boutelou
en Ja 2.a adición al cap. 8 lib. 1 de la Agricultura gene
ral de Herrerala cebada ramosa, con cuya opinión me con*
formo, pues yo he sembrado esta cebada y tiene las seis órdenes.
6. Lib. 1 Georg. v. 137.
Notas al
CAPITULO X.
1. De septimontium, que era una fiesta que se celebraba en
Roma el mes de diciembre poco antes de los Saturnales, en
memoria del día en que se había incluido en el recinto de la
ciudad la séptima colina.
2. Esta palabra significa la acción de ocultarse, y se aplica
al principio de la menguante de la Luna, que se verifica lue
go que deja de precederlos rayos del Sol que está diametralmente
opuestoella, de suerte que no solo no los precede,
sino los sigue.
3. Lib. 1, Georg. v. iof,
. 4. Efectivamente la era (segunVarron lib. I, cap. ji n.°
debe ser redonda,, y de consiguiente el espacio mas largo que
hay en ella es el medioel diámetro.
5. De Aries, que significa carnero, porque se asemejala
cabeza de este animal, como dice Plinio en el lib. 18, cap. 12.
6. Cartaginés.
. $6 t COLUMELA. '
Notas al
CAPITULO XI.' -<
1 Este lugar confirma también lo que se ha dicho en el pró
logo,saber: que ia división por capítulos no es deColumela,
que seguramente no había de continuar la oración si hu
biera querido empezar con éstas palabras un nuevo capítulo.
2 Los antiguos distiguían dos especies de dias, naturales y
civiles. Los naturales estaban compuestos de veinte y cuatro
partes iguales, contando desde la media noche de un dia has
ta la del siguiente , de suerte que contenían dos medias no
ches y el dia claro intermedio : éstas partes se llamaban horas
equinocciales, según dice Saboureux. Los civiles se componían
de doce partes iguales, contando desde que salía el Sol, hasta
que se ponía, y éstas partes se llamaban horas temporales ó
vulgares, Aqui se trata de las horas de los dias civiles , y así
es fácil sabercuál de las nuestras, que son ¡guales, corres
ponden las de Columela, que se alargan y se acortan según las
estaciones.
Notas al
CAPITULO XII.
1 La semilla que no tiene dos lóbulos ,la mono cotiledón.
2 La que tiene dos lóbulos, llamada dicotiledon.
Nota al
CAPITULO XIII.
i Es decir que de éstos cuarenta dias se deben emplear
veinte en terciar y otros veinte en cuartear al mismo tiempo
que se siembra, pues se trata de un terreno que necesita cua
tro rejas.
Nota al
CAPITULO XIV. í
i Georg. lib. I, v. 77.
Nota al
CAPITULO XV.
1 Labor que se d.í en San Lucar de Barrameda y otras
partesla tierra para prepararla al plantío de viñas: los roma
nos la llamaban ptfstinatio j y repastinatio; ylos instrumen
tos con que la ciaban ptist'tnum. La de estos últimos que es la
misma la describe nuestro autor en el cap. 18, lib. 3 de esta
óbr a.
Nota al
CAPITULO XXI.
1 Piinio en el lib. 18, cap. 30, dice: el trigo mientras
mas presto se siega mas hermoso y mas fuerte es. Aqui no di
ce lo que nuestro autor; pero Gesnero y Saboureux quieren
que lo diga. El primero de estos, a quien copia el segundo,
dice creer que los granos se engruesan en la era en el caso de
que después de la sequedad que los encogió, venga aire un poco
mas frió y húmedo, que penetrándolos los hincha, y de con
siguiente se ponen mas gruesos. Nosotros tenemos una expe
riencia muy constante de que el trigo crece en el granero , y
. LIBRO SEGUNDO 97
yo he visto multar muchas v«ces la Superintendencia general
de pósitoslas Intervenciones por compensación de créces na
turales» No así la cebada, que merma, como todos saben.
Notas ax
CAPITULO XXII. !
1 Cicerón, en la oración por Plancio cap. 27, cita coa
elogio este adagio, y dice haberlo escrito Catón en el princi
pio de su libro de los orígenes. Por el contrario Galba solia
decir que í nadie se podía obligardar cuentas de su descanso.
2 Virg. Georg., lib. I, v. 268.
3 En un mortero para que soltara la gluma , pues el tri
go la soltaba en la era. 4
Esto es lo mismo que dice Virgilio , dar corriente á
los arroyos. ,t I\! 1.
5 Estas fiestas eran particulareslas familias en que habia
muerto alguna persona. Se cree que se llaman así por los diez
días que duraban. .
6 Este es un objeto que parece pertenecerla Agricultu
ra , pues Catón no ha creído deberlo omitir en su obra so
breella. •» > . -.\ • t
7 Si Columela ha escrito esta obra , no ha llegadonoso-
"o^.., . ,,. ' : ..;.. , .. . ...i
S
. »•" ." " > , ¡ .':ii. :il'; 'u
LUCIO JUNIO MODERATO GOLUMELA.
De las cosas del campo. , . .
LIBRO TERCERO.
CAPITULO L :
Qué especie de vid convengacada terreno ycada
clima.
íasta aquí hemos tratado del cultivo de los campos que
Ha
se siembran-, como dice el mejor de los podas1. Pues
nada nos impide, Publio Silvino, que habiendo de tratar
de los mismos objetos que él , demos principioeste libro
con el del segundo de su celebérrimo poema. Se sigue el
cu» lado de los árboles, que es parte y aun muy principal
de la Agricultura. Las especies de ellos son diversas y mu
chas sus formas: poiqóe hay variedad de ellos que (como
dice el mismo autor') vienen espontáneamente por sí
mismos y Vm ser violentados por hombre alguno, y otros
muchos tjfobien vienen plantados p<(r muestra mano. Pero
los que no se producen. con el auxilio-jle 'kísiliombres y son
silvestres y bravios, llevan las hutassemillas naturales
propiascada cual: en lugar de que los que se cultivan son
maspropósito para llevar frutos de que nos alimente
mos. De esta especie pues se ha de hablar antes, la cual se
divide en otras tres. Porque de un renuevo procedeun
árbol propiamente tal, como el olivo;un arbusto, como
el rosal de los campos;una tercera clase de producción,
que no llamaré propiamente árbol ni arbusto, tal es la vids.
Esta la anteponemos justamentetocias las plantas, tanto
por la dulzura de su fruto, como por la facilidad con que
. LIBRO TERCERO
99
corresponde al cuidado de los mortales, casi en todos los
paises y bajo todos los climas, exceptuando los glaciales ó
Jos muy ardientes, y con tanta felicidad en las llanuras co
mo en las colinas, no menos en las tierras apretadas que
en las sueltas, muchas veces también en las endebles como
en las pingües, y en las secas como en las húmedas. Sola
mente ésta planta es la que sobre todo tolera las dos in
temperies del aire, bien esté bajo un cielo frió, bien bajo
uno caloroso y sujetotempestades. Sin embargo es intere
sante saber qué especie de viña piensas cultivar, y qué gé
nero de cultivo darle, según la diferente posición del pais,
pues no espropósito un mismo cultivo para todo clima y
terreno, y no solo no es siempre una misma la especie de
ésta planta, sino que no es fácil de decir cuál es la mejor
de todas, enseñando la experiencia que en cada pais las
hay que le son masmenos propias. Tendrá por cierto
el cultivador inteligente que el vidueño propio para llanuras
es el que aguanta sin perjuicio las nieblas y la escarcha; pa
ra la colina el que tolera la sequía y los vientos: al campo
pingüe y fértil dará la vid endeble, y que no sea natural
mente fecunda en demasía ; al delgado la feraz ;la tierra
apretada una vid fuerte y que eche muchos sarmientos; á
la suelta y fértil una que los eche claros. Sabrá que en sitio
húmedo no es bueno plantar vides cuyos racimos tengan
granos tiernos y muy gruesos, sino de hollejo duro, peque
ños y con muchos cuesquezüelos , y que en el seco convie
ne poner vides de diferente naturaleza. Pero no ignorará
ademas el dueño del terreno que puede mas que él la tem
peratura del aire, friacálida, secahúmeda, abundan
te de granizo y ventosasosegada, serenanebulosa: y
que pondrá bajo la nebulosa y fría-vides de dos especies, ó
tempranas, la madurez de cuyos fiutos se anticipará al in
vierno:de grano firme y duro cuyas uvas dejan caer la
flor con mas seguridad en medio de las nieblas, y se sazo
nan con las heladas y escarchas como otras con los calores.
Bajo del clima ventoso y tempestuoso plantará con con
fianza las mismas vides firmes y de grano duro: por el con
trario en el cálido las que tengan el grano tierno y los ra
cimos apretados *:
CAPITULO IL
Qué vides se hayan de poner en las inmediaciones del
pueblo para uvas de comer , cuáles para vino. Nom
bres y cualidades de las vides masmenos generosas.
. I . . ;•" -'!' :' ,i \ c >= . •í'O'' ''ílli .ii>< .'
Pero la viña se planta para comer su frutopara hacer
con ella vino. Para comer la uva , no conviene poner viñas
si no está tan inmediata al pueblo la tierra donde se van á
. LIBRO TERCERO
101
plantar, que tenga cuenta vender el frutolos que lo com«
pran, sin tener el trabajo de guardarlo, como se hace con
la fruta: y en estando en éste caso, se han de poner prin
cipalmente vides tempranas, jaénes purpúreas y teta de
vaca, datilillos de Rhodas, de Lybia, y cabrieles: y no
solo se deben plantar con éste fin las que son recomenda
bles por el sabor grato de su fruto, sino las que lo son
por su hermosa vista, como las afestonadas, las tripedáneas,
las deonzaunciarías, las cydonitas; también
aquellas que para que sean durables en los tiempos de in
vierno se guardan en vasos, como las venúculas y las Numisianas,
que poco ha se ha experimentado ser útiles para
éste objeto. Pero, cuando se trata de hacer vino, se elige
una vid que produzca mucho fruto y crie mucha madéra:
lo primero contribuyela utilidad del cultivador, y lo
otrola larga duración de la planta. Mas la mejor es la que
no se cubre muy temprano de hoja, deja caer pronto la flor,
y no madura el fruto demasiado tarde, se defiende al mis
mo tiempo fácilmente contra las escarchas, la niebla y la
quemadura, y asimismo no se pudre con las lluvias, ni se
destruye con las sequías. Tal la hemos de elegir, aunque
sea medianamente fecunda , con tal que se tenga un terre
no en que el vino sea de un sabor excelente, y se venda
caro: porque si es malo y ordinario, conviene plantar cual
quiera vid , en siendo feraz , para que multiplicando el pro
ducto se aumente la renta. Pero por lo común en cualquier
terreno los llanos dan vino con mas abundancia , aunque
las colinas lo producen mas agradable: y éstas mismas son
mas fértiles si el clima es templado y están expuestas al
norte; pero si lo están al mediodía son mas generosos los
vinos*. Y no hay duda que es tal la naturaleza de algunas
vides , que según la posición de los lugares , unas veces son
superiores y otras inferioresellas mismas. Solas las amineas
se dice que exceden en el gusto de sus vinostodas
las demás, en cualquier clima en que se hallen, con tal que
no sea demasiado frió, aunque degeneren , por mas que
comparadas entre sí , den unas veces vino de mejor gusto
y otras de menos bueno. Sin embargo de ser todas de un
mismo nombre , no es una sola la especie de ellas. Hemos;
93
. ica COLUMELA. , ; "
conocido dos especies de amineas verdaderas , de las cuav
les la menor deja caer la flor mas prontq-y: mejor que la,
mayor : es buena para maridarla con árboles, y para aplicar
la al yugo: para el primer caso quiere tierra pingue, para,
el segundo mediana: se aventaja muchola mayor, por»,
que resiste con mas firmeza las lluvias y los vientos: pues
ésta se pierde cuando está en flor y, mas si está ,apl'i,cada al,
yugo, que estando maridada con árboles v por locúal no es(
á propósito para viñas, y aun apenas para .maridarlaár-,
boles, sino en tierra muy pingüe y húmeda, pues en la
mediana no prospera, y en la endeble mucho menos. Se
reconoce por la multitud de sus largos sarmientos, pámpanos
y racimos, y por la magnitud de sus uvas:. los cañutos
son también mas largos: la menor le excede en la abundan-*
cia de fruto , pero no en el gusto. Estas dos especies «orí
ambas amineas, pero hay también otras dos que son las
amineas dobles: éstas se llaman gemelas, porque echan
racimos dobles, dan un y'mo mas áspero» de igual; duracLonal
de las anteriores. La menor de ellas es muy conocida,
por todos» porque, viste en la Campania las celebérrimas,
colinas del Vesubio y las de Sorrento; lozana en. medio de
los favonios del estío la incomodan los vientos australes,
y asi en las demás partes de Italia no es tanpropósito
para viñas como para el árbol, al paso que en los antedi
chos países el yugo, mantiene muy. cómodamente la ma
dera y el fruto. Su racimo no es muy diferente del de la
aminea pequeña verdadera , sino en que es doblen lo mis
mo que el de la doble grande se parece al de la verdadera
grande^ la cual sin, embargo es. mejor que la menor en
ser: inas fecunda, aún en,;terreno mediano; en lugar que#
(comp ya hemos dicho) aquella no corresponde sino en éi,
muy pingüe. Algunos también celebran muchísimo la
aminea borrosa, que se llama así no porque ella sea la que
se pone blanca solamente con la borra entre tpdas las
amineas, s,ino porque. $us'¡ >hojaa están mas blancas que.
las 'de todas las dornas. A la verdad dá bueq vino, pero
es mas . ligero que el de las anteriores : también echa mu
cha. madera, y por ,ésto,causa de la espesura de los pám
panos^ deja caer menos bien Ja flor muchas veces, y . ella.
. LIBRO TERCERO to3
misma se pudre con frecuencia , en estando el fruto ma
duro. Ademas de este número de amineas que hemos re
ferido, hay otra aminea singular, no desemejantela ge
mela mayor al primer golpe de vista de 6us pámpanos y
tronco , pero algún tanto inferior en el gusto de su vino,
aunque muy generoso: es preferible tambiénla próxima
anterior por las buenas cualidades que le son propias: pues
es mas feraz, deja caer mejor la flor , sus racimos son apre
tados, blanquizcos y de grano mas grueso, y no degenera
en la tierra endeble, y así se numera entre las vides mas
fecundas. Las nomeatanas van después de las amineas en
la generosidad -del vino , pero en la fecundidad aun las
preceden , como que se cargan con frecuencia y conservan
muy bien el fruto. Y en éstas es también mas feraz la me
nor, cuyo pámpano tiene menos profundos los senos, y
cuyos sarmientos son mas rojos que los de las amineas, y
por este color se llaman rebeliones', y también f canias
porque su vino deja posar mas heces que el de las demás.
Pero ésta incomodidad la recompensan con la multitud de
uvas que producen armadas en el yugo, pero mejor sobre
el árbol. Sufren fuertemente los vientos y las lluvias, y
dejan caer pronto la flor, y por lo mismo maduran mas
presto, aguantando toda incomodidad, fuera de la del ca
lor: pues como sus uvas son de grano menudo y hollejo
duro, se contraen con los calores. Gustan sobre todo del
terreno pingüe, porque puede dar alguna fecundidadsus
uvas, que son naturalmente endebles y pequeñas. Las 'Eu
genias1 sufren muy cómodamente un suelo y un clima
frió y húmedo, cuando están en la colina de -Alba, pues
mudando de lugar apenas, correspondenla derivación
de su nombre : y no menos las de los Alobroges, que
mudando de pais mudan lo gustoso de su vino. Igualmen
te son recomendables por sus grandes cualidades Jas tres
especies que hay de apianasmoscateles1, todas feraces,
y bastante idóneas para el yugo y para los árboles ; pero
mas generosa la que tiene los pámpanos lampiños: pues
las dos que los tienen borrosos aunque son semejantes en
tre sí por eljos y por los sarmientos, son desiguales en la
calidad del vino, pues el de tina de ellas adquiere el
64
. jo4 ( COLUMELA. .T
gustorancio mas tarde que el de. la otra. Son feracísi
mas en el terreno pingüe, en el. mediano también son
fecundas: el fruto es temprano, y por ésto muy propias
para los parages frios: su vino es dulce, pero nopro
pósito para la cabeza, nervios ni venas. Si n;o. se co
gen temprano sirven de presalas lluvias;los vientos
ylas abejas : de estas últimas han tomado el nombre de
apianas ,causa del destrozo que hacen en ellas. Y éstas
que hemos referido hasta aquí , son las mas célebres por lo
exquisito de su gusto. Sin embargo pueden también ser re
comendables las viñas de segunda cíase por su producción
y por su fertilidad ; tales son la de Berri , y la Basílica ó
Real ,la menor de las cuales llaman los españoles cocolur
bis , una y otra mucho mas inmediataslas primeras que
todas las demás , pues su vino aguanta mucho tiempo , y á
fuerza de años adquiere cierto grado de bondad. Ultimamente
ellas exceden en fecundidadtodas las que he rer
ferido antes, y también en aguante, porque resisten con
mucha fortalezalos huracanes ylas lluvias , dan mucho
vino, y no degeneran en la tierra endeble. Sufren mas bien
el frió que el agua , y ésta mas cómodamente que las se
quías , y con todo eso no las perjudican los calores. Des
pués de éstas entran la visula y la argitis menor, les aco
moda la tierra mediana, pues en la pingüe se avician por
las demasiadas fuerzas que toman , y en la endeble son rui
nes y de poco fruto : son mas amigas del yugo que de los
árboles, pero la argitis fértil, aunque se encarame muy al
ta, produce en abundancia sarmientos largos y racimos
gruesos. La visula es maspropósito para las ramas bajas
de los árboles, echa sarmientos y pámpanos anchos, con
cuya magnitud defiende muy bien el fruto del granizo : el
cual si no se coge inmediatamente que está maduro , cae á
tierra, y aun se pudre con las humedades antes de caerse.
Hay también las vides heluolas que algunos llaman várias;
no son purpúreas ni negras , y su color rojo pálido que en
latin es helvus les ha dado (si no me engaño) el nombre
de heluolas. La uva mas negra es la mejor por el mucho
vino que produce , pero ésta de color mas claro es mas
apreciable por el sabor del suyo: ni en la una ni en la
. LIBRO TERCERO io5
otra tienen todos los granos un mismo color ; ambas pro»
ducen mosto blanco cuya cantidad es alternativamente
mayormenor, de los dos años uno. Visten mejor el ár
bol, pero no dejan de cubrir bien el yugo: son fecundas
aun en un terreno mediano, como también las precias
mayor y menor ; pero estas últimas son mas recomendables
por la generosidad de su vino : echan muchos sarmientos y
maduran pronto. La albuel, como dice Celso, es mas útil
en la colina que en la llanura ; en el árbol que en el yu.
go; y en Jo alto de aquel roas que en io bajo: es abun
dante tanto en madera como en uvas. Las vides griegas,
como las Mareóticas, las deThaso, las Fsithias, y lasSophorcias,
asi como tienen buen gusto , asi son de poco producir
en nuestros paises, tanto por el corto número de sus racimos
como por la pequenez de sus granos. Sin embargo la inerticula3
negra, que algunos griegos llaman amethysto4,
puede estar colocada casi en la segunda clase, porque es
de buen vino y no hace daño, de donde ha resultado to
mar éste nombre , porque pasa por inerte para atacar los
nervios , aunque al paladar ne es insípido. En la tercera cla
se pone Celso las qne no son recomendables roas que
por su fecundidad , como las tres helvenacias , de las
cuales las dos mayores de ninguna manera pasan por igua
les en la poca bondad y abundancia de su mosto : una de
ellas, que los habitantes de las Gálias llaman emarco, es de
vino mediano : y la otra que llaman larga y también avara
lo hace ordinario, y no en tanta abundancia como debía
esperarse del número de racimos que promete cuando em
piezandejarse ver. La mas pequeña y mejor de las tres,
se distingue muy bien por su pámpano, que lo tiene mas
redondo que las otras dos : y tiene su mérito , porque aguan
ta muchísimo las sequías; sufre los fríos, con tal no obs
tante que no vengan con lluvias; porque en algunos paises
también se conserva su vino hasta ponerse rancio, y prin
cipalmente porque ella es sola la que hace recomendable
por su fertilidad aun al terreno mas endeble. Pero la espionia5
es abundante de mosto, y fértil mas bien por la
magnitud que por el número de sus racimos ; lo mismo
sucedela oleaginia6;la murgentina, que -también se
. ^q6
.Jlama Pompeyana;la Numisiana;la venucula7, que
también se llama escrípula y esticula;la Fregelana negra;
á la nierica ,la de Rhecia , yla arcelaca mayor , que
es la mas abundante de todas las que liemos conocido, y
que muchos creen falsamente ser argitis. Porque éstas que
yo he conocido poco ha; la pergulana8 digo, la irciola,
y la fereola, no aseguraré fácilmente en qué clase se han
de colocar, porque aunque sé que sou bastante fecundas,
no he podxdo sin embargo todavía hacer juicio de la bon
dad de su vino. También hemos hecho el descubrimiento
de una vid temprana, que no habíamos conocido antes de
ahora , y se llama en griego draconcio, comparable por su
fecundidad y buen gusto de sus uvasla arcelaca ,la bar
silica yla de Berri , y en la generosidad del vinolas
aiuineas. Hay ademas muchas especies de vides cuyo nú
mero y nombre no podemos decir con certeza. Pues como
dice (¿1 poeta9, no es importante especificar so número:
el cual querer conocerlo, es querer saber cuantos granos
de arena levante el zephiro en las llanuras de. la Lybia.
Porque todas las regiones y casi cada una de las partes de
ellas tienen especies de vides que les sou propias ylas
cuales dan nombre»; en .su idionia; algunas en mudando
de lugar mudan el nombre: otras que por aquellas mudan*
zas de lugares, como hemos dicho arriba, han perdido
su cualidad , de manera que no pueden ser reconocidas.
Y por tanto en ésta misma Italia, para no hablar de toda
la extensión de la tierra, que tan dilatada es, aun las na
ciones vecinas entre sí no están acordes en ios nombres
que danlas vides, y suelen "darlos diferentesuna mis
ma especie. Por lo cual un maestro prudente no debe de
tenersus discípulos con la investigación de semejante
nomenclatura, que no pueden conseguir, sino darles en
general éste precepto que han dado Celso, y antes de él Ca
tón "* que ningún género de vides se ha de plantar que no
esté aprobado por su reputación, y que ninguna se ha de
conservar mucho tiempo , si no lo está por la experiencia:
y donde las muchas proporciones del pais nos convidaren
á plantar vides afamadas buscaremos la que sea generosa,
como dice Jujio Grecino: donde nada hay que nos excite.
. LIBRO TERCERO i o?
ó no hubiere mucho, nos atendremos mas bienla feraw
ciclad, porque su mérito no será inferior al de las prime-,
ras en la misma proporción que su abundancia será supe-'
riorla de ellas. Pero aunque yo haya sido antes de ésta
opinión , diré después eu su lugar lo que pienso y no he
manifestado. Pues mi objeto es darconocer cómo se
pueden formar -viñas que sean esquilmeñas y al mismo
tiempo de vino exquisito. "
•> ''
CAPITULO III.
Que nada es mas convenientelos agricultores que el
* tuitivo de la vid, y se satisfacelos reparos que sue
len oponerse.
Ahora, antes de tratar de la plantación de las viñas, creo
no será fuera de propósito poner cierta especie de cimien
to al discursó que vamosescribir, examinando e inves
tigando de antemano «i el cultivo de la9 viñas enriquece
al padre de familia. Pues es casi supérfluo dar reglas sobre
el modo de plantarlas, mientras no se esté de acuerdo en
si se han de tener absolutamente, que es lo primero: y és
to son tantos los que lo dudan, que muchos reusan y te
men tal plantío, y creen mas apetecible poseer prados,
pastos,bosque tallar. Pues en razón de las vides mari
dadasárboles ha habido no pequeña disputa entre los au
tores , desaprobando Saserna ésta especie de cultivo , y aprobándolo
altamente Tremelio. Peroésta opinión dare
mos también en su lugar el valor que merezca. Entretanto
conviéne manifestar ante todas cosasJos que están . en-*
' fregadosJa Agricultura que es de mucha consideración
el producto de las viñas. Y dejando aparte aquella antigua
feracidad de las tierras en que manifestó antes Marco Ca
tón y después Terencio Varron haber dado cada yugada/
de viñas seiscientas urnas de vino, puesto lo asegura posi
tivamente Varron en el primer libro de su Tratado de las 1
coyas del campo \ y que éste producto no era común sola--
mente en. un pais; sino también en el campo de Faenza, "
y en las tierras que ' e,stan ahora incorporadas al. Piceña;
. io8 COLUMELA.
y asi ésto es indubitable con respectoaquellos tiem»
pos. Pero ahora el campo de Nomento es sumamente céle
bre en este punto , sobre todo las haciendas que en él po
see Séneca 1 varón de excelente ingenio y ciencia , pues es
constante que cada yugada le ha dado ordinariamente ocho
cáleos de vino. Pues parece cosa de prodigio lo que ha su
cedido en nuestras haciendas de los Ceretanos ,saber, ha
ber en la tuya una vid que haya pasado su producto del
número de dos mil racimos, y en la mia ochenta plantas
injertas quelos dos años de esta operación dieron siete
culeos de vino, y que las primeras viñas dieran cien ámphoras
por yugada, cuando los prados, las dehesas, y los tallares
si rindenrazón de cien sextercios por yugada , se tienen
por de muy buen producto para su amo: pues los granos
apenas podemos acordarnos de cuando han salido,lo menos
en la mayor parte de Italia,catorce por uno: ¿pues por qué
están desacreditadas? No es seguramente, dice Grecino, por
culpa suya, sino por la de los hombres. Primeramente,
porque nadie pone cuidado en la elección de las plantas, y
asi los mas ponen viñas del peor vidueño; en segundo lu
gar no crian los majuelos de manera que tomen fuerza j
crezcan antes que se les endurezca la corteza, y si por ca
sualidad tomaren todo su incremento, las cultivan con po
co cuidado. Ya desde el principio creen que nada im
porta la calidad del terreno en que vanplantar la
viña ; antes bien escogen para esto la parte peor de la he
redad, como si para éste plantío fuera únicamentepro
pósito la tierra que ninguna otra cosa puede llevar. Pero
ni conocen el método de ponerlas , y aunque lo conozcan
no lo ponen en práctica : también rara vez preparan la do
te para las viñas, ésto es los instrumentos para su cultivo;
Cuando si ésto se omite, es causa de que siempre se em
pleen muchos jornales , y no menos de que se apure la ga*
veta del padre de familia. Otros aspiranun fruto muy
abundante en el momento, y no tienen previsión para lo
futuro, sino como si no hubieran de hacer mas que salir del
dia, podan tan largo las vides, y las cargan tanto de sar
mientos, que no tienen cuenta con la posteridad. Habien
do incurrido en todos éstos defectos, ólo menos en mu
. LIBRO TERCERO
109
chos de ellos, todo lo quieren confesar mas bien que su cul
pa , y se quejan que sus viñas no les corresponden , cuando
son ellos mismos los que las han perdklo por su avaricia, por
su ignorancia,por su descuido. Pero si algunos acompaña
ren el cuidado con la ciencia, cogerán de cada yugada, yo
no digo cuarenta ólo menos treinta amphoras de vino,
como pienso, sino veinte, como dice Grecino, aunque ha
ciendo un cálculo muy bajo , y superarán fácilmente en el
aumento de su patrimoniolos que se dedicansu heno
ysus hortalizas. Y no yerra en ésto, porque corno buen
calculador tirada la cuenta ve que este género de cultivo es
mas conducente para aumentar el caudal. Pues por muy
grandes que sean los gastos que exigen las viñas, sin em
bargo no es menester para siete yugadas mas que el traba
jo de un viñero: el cual cree el vulgo seguramente que se
puede adquirir por poco dineroque se puede escoger de
entre los picares que se venden en la almoneda: pero yo
pienso contra la opinión mas común que un viñero de mu
cho precio es una cosa muy esencial; y aunque éste haya
costado ocho mil sextercios, calculando yo que la8 siete yu
gadas se habrán comprado cada una en mil, y que la pos
tura de las viñas con su dote, ésto es, con los rodrigones
y mimbres para atarlos, habrán importado dos mil: será
el total de lo gastado veinte y nueve mil sextercios. A ésto
ee agregan tres mil cuatrocientos y ochenta numos por el
interés de seis por ciento en los dos primeros años, en que
no llevan todavía fruto las viñas , porque están por decirlo
así en su infancia. Que unidos éstos intereses al capital ha
cen la suma detreinta y dos mil cuatrocientos y ochenta sex
tercios, cuya especie de deuda, si la quisiere imponer so
bre sus viñas el dueño de ellas, como el usurero sobre su
deudor, pactando un rédito perpetuo de seis por ciento al
año, percibirla en cada uno mil novecientos y cincuenta1
numos sextercios: en cuyo cómputo excede sin embargo el
rédito de las siete yugadas de viña , arreglándonosla opi
nión de Julio Grecino, al. interés de los treinta y dos mil
cuatrocientos y ochenta sextercios. Porque por de mas mala
calidad que sean éstas viñas, con todo eso si se cultivan,
dará seguramente cada yugada de ellas un cúleo de vino , y
. iro COLUMELA.
como las cuarenta urnas se venden en trescientos sextercios
que es el menor precio del vino, suman los siete culeos
dos mil y cien sextercios, suma que sin duda excede al in
terés del seis por ciento. Pero éste cálculo que hemos
hecho es con arreglo al cómputo de Grecino. Mas nos
otros somos de opinión que se debe arrancar la viña,
que no lleverazón de tres cúleos lo menos por yugada.
Y sin embargo hemos hecho la cuenta como si no hubie
ra barbados algunos que sacar de los claros cavados, cuan
do ésto solo paga con su valor todo el costo del terreno,
con tal que el campo sea no de provincia, sino de Italia:
y ésto no debe dudarlo persona alguna que haya exami
nado nuestro método y el de Atico. Nosotros plantamos en
efecto entre los liños veinte mil cabezudos por yugada de
viña; aquel pone cuatro mil menos, y aunque su método
se prefiera al mió, sin embargo no habrá terreno alguno,
por mas malo que sea , que no rinda mas de Jo que haya
costado. Supongamos que por descuido del cultivador se
pierdan seis mil plantas, sin embargo no faltará compra
dor que dé con buena voluntad y con lucro tres mil sex
tercios por las diez mil restantes; cuya cantidad excede
en una tercera partelos dos mil sextercios que hemos
dicho costar la yugada de viñas : aunque nuestro cui
dado ha adelantado tanto, que los cultivadores me dan
gustosos seiscientos sextercios por cada millar de bar
bados. Pero apenas otro tendrá ésta ganancia. Pues tam
poco habrá quien crea fácilmente que en nuestras hacendillas
hay tanta abundancia de vino como tú , Sil-
vino, conoces. Y asi he puesto al bsrbado un precio me
diano y común , a fin de poder traer mas prontomi sen
tir sin que nadie se oponga,los que por ignorancia tie
nen horroresta especie de cultivo. Sea pues el producto
de los barbados,sea la esperanza de las futuras vendi
mias, nos deben persuadirplantar viñas: y habiendo
manifestado que es racional el ponerlas, vamosdar aho
ra los preceptos para formarlas.
¡'í 'ií
. LIBRO TERCERO m
CAPITULO IV. ,
' 1 Lo que debe observar el que forma viñas.
El que quisiere formar viñedos debe procurar sobre todo no
fiar esto al cuidado de otros mas bien que al suyo, y debe
no comprar barbados, sino plantar en su hacienda la clase
de vid que sea mas de su aprobación, y hacer una almá
ciga , de donde pueda sacar planta para cubrir de vides su
campo. Porque Jas plantas cstrañas, que se trasponen de
diverso pais , son menos familiaresnuestro suelo que las
indígenas, y por tanto teme como un hombre extrangeio
en un pueblo, la mudanza de clima y de terrenQ. Y no
hay tampoco certeza de 6U generosidad , siendo dudoso 9Í
el que las ha plantado ha examinado antes con cuidado
y ha experimentado bien 6U especie. Por lo cual no se ha
de tener por largo el espacio de dos años, dentro del que
podamos hacer juicio si la planta debe trasponerse, pues
siempre, como he dicho, será de la mayor importancia ha
ber plantado especies exquisitas. Después de esto tenga
presente escoger con cuidado el terreno para Jas viñas:
acerca del cual, asi que haya formado su juicio, sepa que
se ha de poner el mayor esmero en el agostado: y conclui
da ésta plantará la viña con no menor cuidado, y asi que
esté plantada se dedicará con una extremada aplicación á
su cultivo: pues este es el punto principal y ma9 impor
tante de los gastos, porque en él consiste hacer juicio de
si un padre de familia ha obrado mejorpeor en confiar
6u dinerola tierra, que ganar con él en la ociosidad. En
este supuesto voy yatratar de cada una de Jas cosas que
he propuesto por su orden. > .
CAPITULO V.
De las cualidades del terreno en que se ha de poner el
plantel de vides, y cómo se ha de hacer.
*rr •rt *
, . !
CAPITULO VI
Cómo ha de ser el cabezudo, y de qué parte de la vid se
'-sha de cortar. ( '
Pero en la elección se han de observar dos cosas, pues no
es bastante que sea fecunda la madre de donde se toman
las plantas, sino que se ha de examinar mas particular
. LIBRO TERCERO n3
mente sí las partes del tronco de donde se toman son pro
ductivas y las mas fértiles. Mas la fecundidad de una vid,
cuya casta procuramos propagar, no se debe graduar sola
mente porque echa muchos racimos, pues ésto puede pro
venir de la magnitud del tronco y multitud de los sar
mientos, y que aunque tenga muchos racimos, no la diré
yo feraz, si se ve solamente uno en cada sarmiento. Pero
si por cada uno de los vastagos cuelgan muchos racimos;
si dé cada una de las yernas brotan muchos sarmientos
con fruto; si finalmente aun de lo duro1 arroja vara con
algunos racimos; si también está cargada con fruto de los
nietos, ésta, que sin duda es fértil, se debe destinar para
escoger el cabezudo. Este es un sarmiento nuevo nacido
sobre una vara del año anterior: y por la semejanza que tie
ne con un martillo pequeño se llama en latin mo/fcolust
que quiere decir martilluelo, porque sobresaliendo por
arnhos lados en la parte que se corta del sarmiento viejo,
presenta la figura de un martillo. Este somos de sentir que
8e ha de escoger de la cepa mas fecunda en todo tiempo
en que se podan las viñas, y ponerlo con cuidado en un
terreno medianamente húmedo, y no pantanoso, dejando
fuera de él trescuatro yemas: con tal que lo primero
de todo sea examinar si la vid de que se toma es certera
en dejar su flor, si engorda con dificultad lá uva, si ma
dura muy tempranomuy tarde: porque en el primer ca
so se la comen los pájaros, y en el segundo la perjudican,
también las tempestades del invierno. Finalmente, seme
jante clase de vid no se comprueba con una vendimia so
la; pues aun la que por su naturaleza es infecunda, puede
por la fertilidad del añopor otras causas poducir una
vez con abundancia. Pero luego que nos hemos asegurado
de la bondad de una planta después de muchos años de
servicio, para explicarme así, ninguna duda se ha de tei
ner de su fecundidad: y no se ha de extender sin embar
go ésta pesquisa mas allá de cuatro años: pues éste tiem
po es el que ordinariamente se necesita para conocer la
fecundidad de las plantas, porque él es el que emplea el sol,
siguiendo el orden de los signos, desde el principio de su
carrera, para volver al mismo punto del zodiaco por donde la babia empezado. A cuyo periodo, que comprende mil
cuatrocientos sesenta y un dias , llaman los astrónomos
ápocafistasin1 . " . :.¡
CAPITULO VII.
Cómo has de examinar la fecundidad de la vid, y si ésta
cualidad la poseen exclusivamente ciertos vidueños.
Pero tengo por cierto, Publio Silvino, que mucbo tiempo
ha estás tú preguntando de quedo, de qué especie es ésta
\jd fecunda que describimos con tanto cuidado, y si que
rremos hablar fie alguna de aquellas que comunmente se
tienen por mas feraces , pues los mas ponderan la de Berri,
muchos la Espionia, unos cuantos la Basílica, y algu
nos la Arcelaca. Nosotros tampoco defraudamos éstos vidue-,
ños de nuestros elogios, pues son de muchísimo vino. Pe
ro lo que nos hemos propuesto es hacer ver que se plan
ten viñas de tal especie que no lleven frutos menos abun
dantes que los antedichos vidueños, y que ademas sean de
un gusto exquisito, como las Amíneas, ólo menos de
uno que no difiera mucho del de éstas: yo sé que casi
todos los cultivadores son de diverso sentir que el mió en
éste punto, y que siguen la opinión antigua que ha preva
lecido ya por mucho tiempo acerca de las Amíneas, cre
yendo que padecen una esterilidad natural : este es mayor
motivo para que hayamos de confirmar con muchos ejem
plos nuestro método, que hemos tomado de muy arriba,
y se halla condenado no menos por la desidia que por la
falta de reflexión de los cultivadores, y como obscurecido
por las tinieblas de la ignorancia ha carecido de la luz de
Ja verdad. Por lo cual no es fuera de propósito que noso
tros expongamos ante todas cosas las razones que parece
pueden corregir este error común.
CAPITULO VIII.
Se confirma lo contrario con ejemplos.
Si queremos pues, Publio Silvino, mirar con los ojos pers
picaces del entendimiento la naturaleza de las cosas , halla
. LIBRO TERCERO u5
remos que ella ha dictado una ley de fecundidadlos ve
getales igualla que ha dadolos hombres ylos demás
animales, y que no ha concedido ventajas particulares á
ciertas naciones yciertas comarcas, de manera que nega
seotras del todo semejantes dones. A algunas naciones
dio el de procrear una prole numerosa, comolos Egypcios
ylos Africanos1, entre los cuales son frecuentes y Casi de
costumbre los partos dedos : pero también quiso que hu
biera en Alba mugeres de linage italiano en la familia de
los Curiacios 3 de tan singular fecundidad, que cada uua íué
madre de tres nacidos de un parto. A la Germania le ha
dado estimación por sus ejércitos de hombres muy altos;
pero no ha defraudadootras naciones de hombres de gran
estatura; pues Marco Tulio Cicerón3 es testigo que hubo un
ciudadano romano llamado Nevio Polion, que tenia un pie
mas de cuerpo que el de mayor corpulencia, y nosotros
hemos tenido poco há proporción de ver en el aparato de
la pompa de los juegos del Circo, un hombre judío de na
ción mas alto que el germano de mas cuerpo. Pasoha
blar de los animales. Mevánia es célebre por lo alto de su
ganado mayor; la Liguria por lo pequeño del suyo: pero
en Mevánia se ve alguna vez un buey bajo, y en la Ligu
ria un toro de mucha alzada. La India se dice que causa
admiración por los grandes cuerpos de sus fieras: con to
do eso ¿quién negará que en ésta tierra nuestra se procrean
animales feroces de igual tamaño? cuando vemos que han
nacido elefantes dentro del recinto de nuestras murallas.
Vuelvolas especies de producciones de la tierra. La Mysia
y la Lybia dicen que abundan de granos ; y que sin
embargolas campiñas de Apulia y de Campania no les
faltan opimas miéses. Que el Tmolo y el Coryco son fa
mosos por la flor de azafrán : que la Judea y la Arabia lo
son por sus exquisitas plantas olorosas, pero quenuestra
ciudad no le falta lo uno ni lo otro: pues que en muchos
parages de ella vemos ya la casia4 con hojas, ya el árbol
del incienso, y jardines con flores de mirrha y azafrán.
Estos ejemplos nos prueban que la Italia corresponde muy
bien al cuidado de los mortales, puf s se ha habituado me
diante la aplicación de los cultivadoresproducir los fruhA
. ,,6 COLUMELA.
tos de casi todo el orbe : de suerte que no tenemos duda
con respectoéste fruto, que es corno indígena peculiar y
nativo de éste suelo. Pues ni tampoco la hay que las viñas
del campo Másico, de Sorrento, de Alba, y del Cécubo, en
la generosidad del vino son las primeras de todas las que
sostiene la tierra.
CAPITULO IX.
Cómo harás feraces las vides amineas.
Tal vez se deseará en ellas la fecundidad, pero la indus
tria del cultivador puede ayudarlasadquirirla: pues si la
naturaleza, ésta madre liberal de todas las cosas, ha enri
quecido (como he dicho poco antes),cada nación yca
da tierra con dones particulares, de manera que no obstan
te eso no ha defraudado absolutamentelas demás de se
mejantes ventajas, ¿porqué hemos de dudar que haya ob
servado la misma ley con respectolas vides, y que aun
que haya querido que algún vidueño sea singularmente fe
cundo, como el de Berri y el basílico, no haya hecho sin
embargo al amineo tan estéril, que entre muchos millares
de sus vides no puedan encontrarse algunas, aunque muy
pocas, tan fecundas como aquellas hermanas de Alba en
tre los habitantes de Italia? pero no solo es ésto verosímil,
sino que la experiencia nos ha demostrado su verdad , co
mo que ht-mos tenido en la heredad que poseimos no
sotros mismos mucho tiempo há en el término de Ardea,
en la del de Carseolo y en la del de Alba, vides ami
neas con semejante nota de fecundidad, muy pocas en
númerola verdad, pero tan fértiles que cada una
de las armadas en yugo daba tres urnas de vino, y diez
ámphoras1 las emparradas; y no debe parecer increíble en
las amineas esta fecundidad; ¿pues cómo podía afirmar Terencio
Varron, y antes de él Marco Catón, que cada yugada
de viñas dabalos cultivadores antiguos seiscientas urnas
de vino, si hubiera faltado fecundidadlas amineas, que
eran las únicas que por lo común conocian las gentes de
aquel tiempo?menos que pensemos que hayan cultivado
viñas de Berribasílicas, que hemos traído sin duda de pro
. LIBRO TERCERO ti7
vineras lejanas mü y poco ha, y que hemos conocido ayer
de mañana, siendo también ciertp que cualesquiera viñas,
en siendo muy antiguas las tenemos por a mineas. Si algu
no, pues, después de haber observado este vidueño en mu
chas vendimias, encontrare que las viñas son como las que
yo he dicho poco ha que he poseido, y las señala para ele
gir los cabezudos mas feraces de ellas, éste podria criar
unas viñas que fueranun mismo tiempo generosas y es
quilmeñas. Pues no hay duda que la naturaleza ha queri
do que Ja prole sea semejantela madre* lo que hizo de:
ciraquel pastor en las Bucólicas 3 : de esta manera sabía
yo que los cachorros eran parecidoslas perras, y los ca
britossus madres: por lo mismo los que se dedican á
los sagrados combates 3 conservan con el mayor cuidado
las crias de los caballos mas veloces de tiro, y conciben la
esperanza de las futuras victorias propagando la raza de esr
te excelente ganado. Nosotros también fundemos la esperanr
za de una abundante vendimia en la elección de plantas sa
cadas de las amineas mas feraces, como las concebían de la
victoria los que escogían las crias de las yeguas, que la habian
conseguido en los juegos olympicos. T no hay motivo
para que el mucho tiempo que hay que invertir en ésto ar
redrenadie; pues toda la detención que hay que gas
tar es en el examen de Ja planta. Pero luego que se ha com
probado su fecundidad , con mucha prontitud se multipli
ca por medio de los injertos. Tú, Publio Silvino, puedes
ser testigo de la certeza de ésto, como que te acordarás
muy bien que /i,! ii.. r.:'f»i< kh üiífjifiit; uñí
,i . •" -mí. cÁt>imb;;:^;::ii^;;;/';
De cuál, parte de la vid se han de escoger las plantas par
ra que sean fértiles. n.t, ;¡m uqrm,": i \>r.. ¡;i o;»j ;"<¡
"' ' : 'J'J-' I 'I'Jiül'í.'» i,.' f;T» »J fjjld.n " "I"'
Pero los sármientos mas;feráces para planta no son, como
han dicho los autores antiguos, la extremidad de lo que
llaman cabeza de la vid, ésto es,el último y mas largo re
nuevo: pues en ésto también se engañan los cnltivadorés.' ¥
la primera causa del errbres'lá' hermosura yel 'número d«
los racimos* que se ven de ordinario en el sarmiento más
largo, lo cual no nos debe engañar: pues ésto sucede no
por su fertilidad nativa ^ sino por la ventaja do su 0081010»,
porque toda la savia y el aliniento que le suministra él
Sucio, va discurriendo por las ¡demás paites dél1 tronfco hasta
llegarla extremidad, Pwea todo éi.alimentoidé la plan
ta es atraído como una especie de almála üarte superior
por una aspiración natural, que se hace por enmedio de la
médula <^el tronco, como por enmedio de un siphon de és
tos quetfoi «maquinistas llaman diabetes: y en llegando alM
«e detiene y se consume. Por le cual los sarmientos mas re
. LIBRO TERCERO
119
cios se hallan en la cabeza de la vid ,en la parte de la ca-"
na vecinalas raices. Pero éstos últimos renuevos que sa
len de lo duro se han aprobado también por algunos
por dos motivos; porque no tienen fruto, y porque se ali
mentan del jugo próximo de la tierra, que es el mas ente
ro y el mas puro: y los de la extremidad también se han
aprobado por otros, porque son fértiles y robustos, porque
salen de la tierra, y (como dije arriba) todo el alimento que
llegaellos, no se distribuye en, otra parte'. Los de come
dio son tenidos por los mas endebles, porque el jugo no
hace mas que pasar por ellos, siendo interceptado. en parte
por los inferiores, y atraido en parte por los superiores. No
debe pires tenerse por fecundo el sarmiento de las extremidades,
aunque lleve muchísimo fruto, pues por la fertilidad
de su posición se ve obligadodarlo: sino el que situad»
enmedio de la vid, no deja de producir, aunque en una
posición nada oportuna , y con un abundante fruto da prue
bas de su fertilidad. Esta rama trasladadaotra parte rara
vei degenera , como que pasa de un estado peorotro me
jor, pues bien se ponga en los entreliños de una tierra
agostada,bien se injerte sobre un tronco de vid , se sacia
con alimentos mas abundantes que cuando estaba en un sitio
falto de jugos. Y así observaremos tomar las plantas de los
sitios referidos, que la gente del campo llama humerosos*,
pero con tal que los hayamos visto antes llevar fruto: pues
si no lo tienen, aunque estén, en una parte laudable de la
vid , no creamos que ésta contribuya en cosa alguna para
la feracidad del cabezudo; por lo cual es muy poco fun
dada la opinión de aquellos cultivadores que creen impor
tar muy poco examinar cuántos racimos ha llevado un sar
miento, como se tome, de una vid fértil y no hav a salida
del tronco duro, al cual llaman pampiriarLo. Pero ésta opi
nión, que proviene de la ignorancia en la elección de las
plantas, es causa en primer lugar-de que las viñas sean po
co fecundas, después también demasiado estériles; ¿pues
quien ha prevenido en tan larga 6écie. de años al cultivador
que escoge los cabezudos lo que acabarnos, de., decir? Por
mejor decir, . ¿quien no encarga este negociocualquiera, por
mas ignorante que sea, y al que no puede dar algún otro
. trabajo? Y a9Í ésta costumbre es causa de que ésta operación,
que es una de las indispensables, se. cometalos mas igno
rantes ylos de menos confianza , porque (como he dicho)
se aplica el mas inútil y el qiie ningún otro trabajo puede
soportar. Este finalmente, aunque tenga algún conocimien
to para la elección de los cabezudos, la disimula por falta
de fidelidad,no hace uso de ella ; y para poder completar
el número que le ha mandado escoger el capataz nada ha
ce con diligencia, nada con cuidado, y no tiene mas objeto
que cumplir la taréa que se le ha señalado: como que no'ha
recibido de sus maestros mas que un precepto para saber
lo, y después de sabido ejecutarlo, que es no cortar para
planta el sarmiento pampinario, y destinar para ésto todos
los demás. Pero nosotros hemos-seguido al principio la ra
zón, y ahora también la experiencia de un tiempo dilata
do, y en su consecuencia rto elegimos otra planta ni Creemos
que sea fructífera, sino la que colocada en la parte produc
tiva de la vid haya llevado (ruto. Poesla verdad, la que
ha brotado efi un sitio estéril y se, manifiesta fértilrobus
ta,-aunque sin fruto, no tiene mas que una apdriencife en*
gáñosá de fecundidad, y no posee Virtud alguna5 'para pro*
ducir. La tazón nos hace ver que ésto es indubitablemente
verdadero j si es cierto que, al modo que en nuestros cuer
pos-cada miembro tiene sus oficios particulares, así cada
parte dé las plantas fructíferas tiene funciones que le son pro
pias. 'Vetnos que se 'ha1 inspirado al hombret el áhna como
conductora y 'directora dé sus miembros; que sé le han dádo
los sentidos para discernir aquellas cosas que se indagan
Con el tacto i el olfato, el oido y la vista; que los pies se han!
puesto-en onder
siemprela fecundidad de sus madres. Sigamos nosotros
también este mismo método en ías vides, tanto mas que es
tamos asegurados por la experiencia que las semillas exa
minadas con el mayor cuidado degeneran alguna vez por
cierta malignidad natural: y esto nos inculca el poeta co
mosordosla voz de la verdad 4 diciendo : he visto que
las semillas escogidas mucho tiempo há , y. examinadas con
.mucho.ojúdado, degeneran no obstante,menos que todos
los años tuvieran los hombres el cuidado de escoger las mas
medradas: tal es el destino de todas las cosas, empeorarse
. LIBRO TERCERO ja3
y retrogradar. Lo cual se ha de entender haberse dicho no
solo de las semillas de las legumbres, sino de todo lo que
pertenecela Agricultura. Si la observación hecha por lar
go espacio de tiempo nos ha hecho ver, lo que cierta
mente es así , que el cabezudo que ha llevado cuatro raci
mos de uvas, si después se ha cortado y puesto en la tierra,
degenera de tal suerte de la fecundidad de la madre, que
alguna vez lleva uno menos y otras dos. ¿Pero hasta qué
plinto creemos que descaecerán aquellos que no habrán pro
ducido mas que dostal vez uno, cuando estaban unidos
á la madre, pues que los roas feraces temen muchas veces
la traslación? y así yo confieso francamente, que soy mas
bien demostrador que inventor de éste método: para que
nadie piense que trato de defraudarnuestros mayores del
elogio que han merecido: pues no hay duda que ellos han
sido del mismo sentir, aunque en ningún otro escrito se ha
ya dadoconocer,excepción de los versos que hemos co
piado de Virgilio, sin embargo que los preceptos >que dá en
ellos son relativoslas semillas de las legumbres. En efecto
¿ porqué desechaban la vara que salía de lo duro ,la saeta
cortada de un cabezudo fecundo que ellos mismos habían
aprobado, sí creían que era indiferente el sitio donde se esco
gía la planta ? Pero 00^116' rio dudaban que la fuerza de la
fecundidad estaba por decirlo así en miembros determina
dos de la vid , por esto condenaron muy prudentemente al
pampinario yla saeta -como inútiles para la plantación.,
Lo cual si:es así, no hav duda qne hayan ellos reprobado
también mucho mas el sarmiento que , habiendo nacido en
sitio fructífero, no hubiese llevado fruto. Pues si creían que
la saeta , esto es, la parte superior del cabezudo , se había de
reprobar, siendo ella misma parte de una rama fructífera,
cuanto mas hace Vér la misma razón que haya sido repro
bada por estos una vara si es estéril , aunque haya salido de
la mejor párte la vid. A no ser sin embargo que creyeran
(lo que es un disparate) que una vara que había sido i nú*
til unidala madre, se había vuelto fructífera cuando se
habia separado de ella, se habia trasplantado y estaba prii
vada del alimento materno. Hemos tratado esto tal vez con
mas extensión de lo que exigía la prueba de esta verdad:
. 184
COLUMELA.
pero con mucho menos de lo que pedía la extraviada e inr
veterada opinión de la gente del campó.
CAPITULO XI.
Qué cualidades se lian de tener en consideración en el tcrreno
que destinares para viña. , ,l
Vuelvo ahoratomar el hilo de mi discurso, para con
cluir lo que resta de lo que he propuesto. Al cuidado de la
elección de cabezudo se sigue la labor del agostado , con tal
sin embargo que estemos seguros de la calidad del suelo;
porque no hay duda que ella contribuye muchísimola
bondad yla abundancia de los frutos. Y antes de examinar
el suelo, creemos que lo mas importante de todo es elegir, si
hay proporción, mas bien un campo erial, que uno que
haya llevado cosechas de granoscriado árboles maridados
á vides: pues por lo que hace á. las viñas que se hán des
truido por su mucha vejez, convienen todos los autores ea
que son malísimas si las queremos plantar otra vez, porque
el suelo por bajo esta embarazado y como enredado con las
muchas raices y no ha perdido todavía la ponzoña ni aque
lla corrupción que causa la vejez, con lo que embotada la
tierra como con cierta especie de veneno, pierde su vigor.
Por cuya causa se ha de elegir mas bien un terreno erial, el
cual aunque tenga matasárboles ¡se desmonta fácilmente,
porque todo lo que ,dace espontáneamente UO ) interna nt
profundiza con sus raices sino las desparrama y extiende so
bre la superficie de la tierra , las cuales, después de cortadas
con hierro y arrancadas, lo poco que queda debajo de tier
ra se puede sacar con rastros, amontonarlo y. colocarlo pa
ra que pueda ésta fermentar. Pero si no hubiere tierra mon
tuosa , la mejor después de ésta es la labrada que no tenga
árboles: si ni ésta hubiere, se destinará para viñas una ar
boleda muy claraun olivar1 que no hayan estado mari
dados con vides. La últimaclase (como he dicho) es la que ha
estado de viña. Sin embargo si la necesidad obligaplan
tarla, primero se deben arrancar todas las cepas que que
den: en seguida estercolar todo el terreno con estiércol seco,
. LIBRO TERCERO ia5
y si éste no lo hubiere , con otro de otra clase qne sea muy
fresco; después cavarlo, amontonar sobre la tierra todas las
raices que se hayan sacado, y quemarlas-; en fin cubrir otra
vez la tierra cavada con bastante estiércol antiguo, que no
cria yerbas,con tierra sacada de los vallados. Pero Juego
que las tierras desmontadas están libres de árboles, es me
nester considerar antes de agostarlas si sonuopropó
sito para plantío; y ésto se reconoce con muchísima facili
dad por las plantas que nacen espontáneamente en ellas.
Pues no hay un suelo tan desprovisto de plantas, que no
crie a /gimas, como perales silvestres, ciruelos, ólo menos
zarzas. Porque aunque éstas sean especies de arbustos espi
nosos , " suelen crecer con fuerza y fertilidad , y llenarse de
frutó. Si los viéremos pues no desecados ni ásperos, sino li
sos, limpios, altos y fecundos, conoceremos que la tierra
que los cria es buena para plantío. Pero éstas observaciones
son generales y adaptablestoda clase de arbustos : mas pa
ra hacer juicio de si un terreno es propio para viñas, se ha
de considerar si la tierra es muelle y medianamente suelta,
que hemos dicho llamarse pula1, y no porque ella sola sea á
propósito para viñas, sino porque lo es mas que todas. ¿Pues
qué cultivador hay, aunque sea mediano, que ignore que
aun la toba^ mas dura y el carbón, luego que se han que
brantado y amontonado sobre la superficie de la tierra se
ablandan y se hacen polvo con las tempestades y las hela
das , y no menos con los calores del estío , y que refrigeran
muy bien por aquella estación las raices de las vides, y no
dejan que se evapore e\ )*f.o, lo cual es muy esencial para
alimentar la planta. Por la misma causa suelen también
aprobarse el cascajo suelto, el terreno pedregoso y los cantos
movibles, con tal sin embargo que todo esto esté mezclado
con tieria pingüe, pues si lo están con endeble, se desechan
absolutamente. Perb aun»el sílex, según mi opinión, es
amifiO de las viñas, siempr.é que tenga por encima una ca
pa mediana de tierra, porque siendo fresco y conservando
bien la humedad, no deja que se sequen las raices, cuando
aparece la canícula. Higino, siguiendoTrémelio, ase
gura que las faldas de las montañas que hubieren recibido
la tierra vegetal que cae de las cimas, y los valles que se
. ia6 COLUMELAR " v
•levantan con las tierras que acarrean las crecientes de los
ríos y las. inundaciones, son particularmentepropósito pa
ra viñas s de lo que yo no disiento. La tierra gredosa pasa
por útil para la vid : porque la greda pura de que se sirven
Jos alfareros y que algunos llaman arcilla, le es muy con
traría, y no menos el cascajo sin mezcla de tierra buena; y
en general, como dice Julio Atico, todo lo que deseca la
planta, y esto es el terreno muy húmedo, el salobre, ei
amargoel falto de humedad y el muy seco. Sin embargo
los antiguos aprobaron la arena gruesa negraroja que esté
mezclada con tierra húmeda , porque el terreno en que se
encuentra carbón han dicho que como no lo ayudes con es
tiércol, ponía las viñas endebles. La tierra roja, como dice el
mismo Atico, es pesada, y dificultosa para que prenda la
planta por medio de sus raices. Pero asi que ha asido la vid
la alimenta bien: mas es difícil de labrarse, pues no se pue
de cavar cuando está húmeda, por ser muy glutinosa, ni
cuando está demasiado saca , por ser excesivamente dura.
CAPITULO XII.
Lo que ha enseñado Julio Grecino acerca de la tierra
propia para viña. ." > ;
Pero para no andar ahora divagando por infinitas especies
de terrenos, no será fuera de propósito referir una especie
de fórmula que escribió Julio Grecino, teon, arreglola cual
se han fijido los límites dentro dfc los-'cuales están com
prendidas las tierras propias para viñas. Pues ei mismo
Grecino dice de ésta manera : que hay alguna tierra que es
cálidafría, húmedaseca, sueltaapretada, ligera ó
pesada, pingüedelgada: pero que la vid no puede aguan
tar el terreno demasiado cálido, porque la abrasa, ni el muy
frió, porque no deja' extenderse las raices, que están heladas
y como pasmadas por el excesivo frió; ni el húmedo, por
que cuando las vides arrojan con el calor moderado atraen
de la tierra mas humedad de la que es menester , la cual
las pudre. Por el contrarío, dice que la demasiada sequedad
privalas plantas'de su natural alimento , y quelas ma
. LIBRO TERCERO ía7
ta del todo,las pone ásperas y secas: que la tierra muy
apretada no embebe las aguas llovedizas, ni recibe con fa
cilidad las influencias del aire: que se abre muy fácilmente y
hace grietas , por las cuales penetra el sol hasta las raices de
las plantas, que comprime y ahoga, por estar como presas
y encerradas en ella: que la suelta con exceso, deja pasar las
aguas como por un embudo, y con el sol se le evapora
el agua enteramente y se seca: que la tierra pesada ape
nas puede superarse con cultivo alguno: que la ligera apenas
hay uno que Ja sostenga: que Ja muy gruesa y muy fértil
es mala por su. lozanía, la delgada y tenue por su i al ta de
jugo. Es menester, dice, enmedio de estas diversas des
igualdades, un gran temperamento, cjue también se necesi
ta en nuestros cuerpos, cuya buena salud se conserva con
una determinada y como equilibrada proporción de cálido
y de fiio, de húmedo y de steo, de espeso y claro. Y con
todo eso dice que éste temperamento no debe estar en equi
librio en la tierra que se destina para viñas, sino que debe
correr la balanzaun lado mas queotro; de suerte que
sea> mas cálida quefiia, mas seca que húmeda, mas suelta
que apretada, y del mismo modo respectootras cualida
des semejantesque dirija su atención el que vaplantar
viñas: cuyas cualidades son mas provechosas (en mi opi
nión) sisón ayudadas por el clima. Entre los antiguos se
movió una disputa sobrequé parle del cielo deben mirar
las viñas: Saserna aprueba rn primer lugar la exposición á
levante, en seguida \a del mediodía y después la de po
niente: Tremélio Escrofa cree que la principal es al medio
día : Virgilio desecha expresamente la de poniente en éstos
términos' : no miren tu9 viñedos al sol cuando se pone.
Demórrito y Magon alaban la parte septentrional del cielo,
porque piensan que las viñas que miran acia ella se hacen
muy fértiles, pero que en la bondad del vino las ven
cen las demás. A nosotros nos ha parecido lo mejor pres
cribir en general que en los parages frios se expongan los
viñedos al mediodía, y en los de moderado calorlevante,
Con tal sin embargo que no estén infestados por los venda
vales y solanos, como lo están las costas marítimas en la Bética.
Pero si los pavees estuvieren sujeto»dichos vientos,
. tatt COLUMELA.
será mejor la exposición acia donde sopla el Aquilónel
Favonio. En las provincias ardientes, como Egypto y Numidia,
será mejor no exponerlos sino al septentrión. Des
pués de haber examinado diligentemente todos éstos pun
tos , vamos en fintratar del agostado.
CAPITULO XIII.
. Cómo se agosta la tierra. . >
Pero es menester manifestar el método con que se ha de
hacer, tantolos cultivadores que han de labrar las viñas
á la moda de Itaüa, comolos que las han de cultivar á
la de las provincias^ porque en los países lejanos no se
practica esta labor de volcar la tierra; sino que comun
mente se plantan las viñas en hoyosen zanjas. En hoyos
se ponen de ésta manera: los que tienen costumbre de po
ner la vid en hoyos, después de cavado el suelo |>or casi
tres pies de largo, dos de hondo, y el ancho determinarlo
por el instrumento de que se sirven, extienden de un lado
y otro Jos cabezudos , de suerte que las cabeaas estén ácia el
medio del hoyo, y encorvándolos en los dos frentestes
teros opuestos los enderezan ; en seguida lo vuelvencu
brir todo de tierra, y dejando fuera de ella dos yemas igua
lan lo demás; cuyos hoyos siguen .haciendo en la misma
línea , dejando intérvalos sin labrar del mismo largo y an
cho que ellos hasta concluir el liño. En seguida, dejando el
intervalo arregladola costumbre que tiene cada cultiva
dor de labrar, ya sea con arado, ya con azada, forman otro
liño que siguen en los mismos términos. Y si la labor e9
solamente de azada , el menor entreliño que se debe dejar
es de cinco pies , y el mayor de siete ; pero si es de bueyes
y arado, el menor será de siete pies, y será de suficiente
anchura el de diez pies. Algunos sin embargo disponen
toda la viña en tresbolillodiez pies de distancia de vid
á vid, para poder arar la tierra en surcos rectos, y al través
como las de sembradura. Este género de viña no conviene
al cultivador , sino en donde por ser el suelo muy sustan
cioso toma la vid un incremento grande. Pero los que te
men el gasto del agostado , mas quieren imitarlo en alguna
. LIBRO TERCERO. ia9
parte, forman zanjas de seis pies de ancho, dejando entre
ellas espacios iguales sin labrar, y después de haberlas ca
vadotres pie3 de hondo, levantan la tierrala misma
altura sobre I03 bordes, y en los lomos de ésta tierra van
poniendo las videscabezudos, siguiendo la dirección de la
zanja. Algunos obran con mas economía, y la hacen de dos
pies y nueve pulgadas de hondo, y cinco pies de ancho;
después dejan sin labrar un espacio tres tantos mas ancho,
y hacen del mismo modo la zanja siguiente , y de ésta ma
nera hasta ocupar todo el terreno destinado para la viña,
y así que han concluido ponen en el lomo de la tierra que
han sacado de la zanja barbadossarmientos nuevos aca
bados de cortar, poniendo entre las plantas ordinarias mu
chos cabezudos, los cuales así que se han fortificado, los pro
pagan poniéndolos en hoyos que hacen en el terreno que
dejan sin labrar entre las zanjas, y arreglan la viña por intérvalos
iguales. Pero estos métodos que hemos referido de
plantar las viñas se han de adoptardeshechar según la
naturalezafertilidad de cada pa'vs. Ahora me he propues
to manifestar el método de agostar un terreno. Y en primer
lugar sea el que destinamosviñas plantado de árboles ó
erial , se debe sacar de él , y quitar de enmedio toda mata y
todo árbol, para que no detenga después al cavador,no
se apriete el suelo después de cavado con el peso de los ár
boles que estarán tendidos sobre él , ni lo pisoteen los que
éntrensacar las ramas y los troncos. Pues no es de poca
importancia que la tierra agostada esté muy mullida , y si
puede ser nadie ponga el pie en ella , para que estando mo
vida con igualdad , ceda con blanduralas raices de la nue
va planta por cualquiera parte que se extiendan ; para que
no haga retroceder lo que aumenten por su dureza, si
no las reciba , por decirlo así, en su tierno seno nutricio,
se empape de las aguas del cielo, las distribuyalas plan
tas para alimentarlas, y conspire con todas sus partescriar
su nueva prole. La llanura se ha de cavarla profundidad
de dos pies y medio, el terreno pendientela de tres, y la
colina mas escarpada aunla de cuatro, poique si no se hace
á lo agostado un lecho mucho mas hondo de tierra labra
da en éste sitio que en lo llano1, corriéudose la tierra de
. j3o COLUMELA. :
la parte superiorla inferior, apenas quedaría la suficiente
cantidad de tierra mullida en el agostado. Por otrp lado no
me parece bien que en lo más tejo de los valles, se ponga
la viñamenos profundidad qiie Ja de dos pies, porque
es mejor no plantarla, que dejarla como suspendida en la
superficie de la tierra. A no ser sin embargo que la hume
dad pantanosa que se encuentraflor de tierra como suce
de en el término de Ravena, impida cavarmas profun
didad que la de pie y medio. Eáta operación no debe co
menzarse , como hacen los mas de los cultivadores de nues
tros ilias, ahondando pocopoco la zanja, y llegando succesivamente
por el segundotercer gradola profundidad
que han determinado dar al agostado, sino cavando sin in
terrupción hasta todo el hondo que debe tener, gobernán
dose por un cordel que se pondrá para que los lados salgan
derechos, arreglando detras de sí* la tierra conforme la
vayan cavando, hasta llegará la profundidad prescrita. En
seguida se ha de ir adelantando el cordel con igualdad por
todo el espacio de la ducha , y se ha de hacer qUe tenga en
lo hondo la misma anchura con que empezó en lo alto.
Pero es menester que haya un sobrestante inteligente y
cuidadoso que haga se lleve la margen de la zanja perpen
dicular 3j que ésta se desocupe y procure que la tierra sin
labrar que está contiguala zanja se confunda con la que
se ba movido ya en ésta, cuando llegue el caso de que se
labre, como he prevenido en el libro anterior, cuando en»
señaba el modo de arar, y prescribí que no se pasasen en
ninguna parte por alto los escaños, ni se cubriese el ter
reno duro con los terrones tle encima. Nuestros mayores
habían inventado una especie de máquina para regular és
te trabajo : ésta es una regla en medio de la cual hay una
varilla, cuyo largo es igualla profundidad que debe te
ner la zanja ; de suerte que puesta la regla en el suelo de
ésta llega la varilla al borde. Esta especie de medida la lla
ma la gente del campo cigüeña , pero también cabe en
ella fraude , porque hay muchísima diferencia de ponerla
perpendicularponerla inclinada4, por lo-cual hemos
añadido ciertas piezasesta máquina que dirimiesen las
contestaciones y disputas que pueda haber. Porque hemos
. Llftlfa TERCERO i3i
cruzado dos regla» ien forma de X griega, de manera que
sus extremidades disten entre sí tanto como el ancho que
el cavador ha de darla Tanja en medio de la X donde las
reglas se tocan, hemos fijado aquella antigua cigüeña de
manera que se mantenga como sobre una base , encima de
la cual estuviera puesta perpendicularmen te, en seguida
hemos puesto sobre la varilla que está fijada en medio de
la regla un nivel de artesano. Compuesto así éste instrumentó,
en habiéndolo introducido en la zanja termina sin
injusticia las contestaciones que puede haber entre el pro
pietario y el destajero. Porque la estrella que hemos dicho
parecersela letra griega, mide y nivela con exactitud el
suelo de la zanja; pues por la posición de la máquina se co
noce si está inclinadosi está llano, como que el nivel
puesto sobre dicha varilla manifiesta lo unolo otro, y no
permite que se engañe el sobrestante del trabajo. Medido y
nivelado de ésta suerte , el agostado vá adelante siempre
como un barbecho, ymedida que se vá caminando con
la cuerda, se ocupa tanto espacio como debe tener de largo
y ancho la zanja. He aquí el modo mas aprobado de pre
parar el terreno.
CAPITULO XIV.
De cuantas maneras se pone la viña, bien sea en las pro*
vincias, bien en Italia.
Después de esto se sigue la plantación de la viña, que es
tiempo de hacerla en la primaveraen el otoño. Es me
jor en la primavera, si el clima es lluviosofrió,es un
campo pingüe,una llanura como de vega y húmeda: al
contrario lo es en el otoño, si la cualidad del aire es seca,
si es cálida, si es un campo endeble y árido, si es una co
lina estéril y escarpada : y los dias de la postura de prima
vera son cuarenta poco masmenos, desde los idus de fe
brero hasta el equinoccio, y la de otoño desde los de octu
bre hasta las calendas de diciembre. Pero hay dos modos
de plantar , ambos usados por los labradores : de cabezudos,
y de barbados. Los cabezudos están mas en práctica en las
. i3a -COLUMELA.-I
provincias, porque no procuran tener almácigas, ni usan
criar barbados. É9te plantío lo reprueban con rázon los
ma9 de los cultivadores de Italia, porque el barbado tiene
muchísimas ventajas sobre el cabezudo, pues se pierde me
nos , como que por su fortaleza aguanta con mas facilidad
el calor , el frió y los demás temporales : crece también mas
pronto, de que resulta que mas pronto también esté en es
tado de llevar fruto: y por otro lado ningún peligro hay en
trasplantarlo muchas veces. Sin embargo el cabezudo pue
de plantarse desde luego en lugar de barbado en la tierra
suelta y franca; pero la apretada y pesada quiere segura
mente vid hecha.
CAPITULO XV.
Que es mejor ponerlas en el terreno agostado, que en ho»
jjosumjas abiertas en el erialinculto.
Se planta pues la viña en una tierra agostada, que se ha
ya limpiado antes, gradado y allanado, dejando cinco pies
entre cada liño, si el terreno es endeble: si es mediano seis;
pero en el pingüe se han de dejar de siete los intérvalos,
para que queden desocupados mayores espacios, por donde
se extiendan los muchos y largos sarmientos que tendrán
las vides. De esta suerte será muy fácil marcar Ja tierra pa
ra formar una viña en tresbolillo. Para ésto es menester
coserun cordel pedazos de púrpurade otra cualquiera
tela de color vivo,distancia entre sí de otros tantos pies
como hayas destinado de ancholos entreliños': luego que
el cordel esté señalado de esta manera , se extiende por Ja
tierra agostada, y juntocada pedazo de tela se clava una
caña: y de esta suerte se dirigen los. liños con intérvalos
iguales. Hecho esto, se pone el cavadortrabajar y dejan
do alternativamente un espacio de los señalados en el liño,
abrirá desde una cañala que le tigue un hoyo que no
tenga menos de dos pies de hondo en los sitios llanos, dos
pies y nueve pulgadas en los pendientes, y hasta tres pies
en loa escarpados. Hechos los hoyosésta profundidad, se
ponen los barbados de suerte que estén tendidos desde el
. LIBRO TERCERO i33
medio del hoyo en direcciones contrarias, y se enderecen
en Jos dos testeros opuestos aplicados cada unouna caña.
Lo que debe hacer el que planta es lo primero trasladar
desde el plantel la planta muy reciente, y si puede ser, en
el mismo momento que quiera ponerla , procurando sacar
la con cuidado y entera: en seguida podarla enteramente,
como si fuera una vid vieja, dejándola reducidaun sar
miento solo muy fuerte , y alisarle los nudos y las cicatri
ces : si también se lastimaren algunas raices al sacarlas ( lo
que se evitará con mucho cuidado ) cortarlas: finalmente
ponerla encorvada de manera que las raices de las dos vides
no se enreden entre sí, pues esto es fácil precaverlo, ponien
do transversalmente en el suelo del hoyo algunas piedras
que el peso de cada una no pase de cinco libras. Estas pa
rece que separan de las raices las aguas del invierno y Jas
preservan de los calores del estío, como lo escribe Magon:
al cual siguiendo Virgilio, previene que se defiendan y se
fortifiquen las plantas en estos términos1: "Echa en el hoyo
piedras esponjosasconchas inútiles"; y poco después: "y ya
»e ha encontrado quien cargue las plantas nuevas con una
piedra grandecon el peso de un tiesto grueso : ésto es un
defensivo contra Jas lluvias y contra la ardiente canícula,
cuando cretea los campos con la sequedad." Y el mismo
autor cartaginés prueba que el orujo de la uva mezclado
con estiércol da fuerzaslas plantas puestas en el hoyo,
porque el primero la provoca y excitaechar raicillas nue
vas , y el último suministra calor en los inviernos fríos y
húmedoslos hoyos, y en el estío da alimento y humedad
á las plantas. Pero si el terreno donde se pone la vid pa
rece endeble, piensa que se debe echar en los hoyos tierra
pingüe que se traiga de lejos: lo cual si convenga nos lo
enseñará el precio de los víveres en el pais, y el valor de
los jornales.
CAPITULO XVI.
Cuánta profundidad será suficiente darle al agostado.
Una tierra agostada poco húmeda conviene para la plan
tación ; sin embargo mejor es poner la planta en un terre
i3
. 134
COLUMELA.
no seco que en nno cenagoso : y cuando la parte de día
que sale fuera del hoyo se ve que tiene muchos canutos,
se corta lo que hay de mas en la punta, dejando dos ye
mas sobre la tierra, y el hoyo se llena con ella: en segui
da, allanado lo agostado, se han de plantar cabezudos en
tre las vides ordinarias, y será suficiente ponerlos en el es
pacio desocupado que media entre las vides, y sobre una
misma línea: pues de ésta suerte, no solo ellos se fortifica
rán mejor , sino que quedará algún terreno libre para el
cultivo de las plantas ordinarias. Después siguiendo la mis-
roa linea en que están colocados los barbados, se han de
plantar cabezudosrazón de cinco en cada pie, para po
der recurrirellos , en caso de ser necesario reemplazar los
barbados que se pierdan: el primer pie se ha de tomar á
medio de distancia del liño, para que estén retirados por
ambas partes con intervalos iguales. Julio Atico piensa que
para una plantación de ésta naturaleza hay suficiente con
diez y seis mil cabezudos. Nosotros plantamos cuatro mil
mas , poique gran parte sejñerde por descuido de los cul
tivadores, y mientras mas plantas de éstas se ponen mas
se aclaran las demás yerbas.
CAPITULO XVII.
Cómo y de qué manera se ha de poner la vid.
No ha sido muy pequeña la disputa que ha habido entre
los autores sobre la postura de la planta. Algunos creyeron
que todo el sarmiento, como se había quitado de la madre,
era bueno para plantarlo, y dividiéndole en trozos decin
co y aun deseis yemas, pusieron muchos en Ja tierra. Lo
que yo de ninguna manera apruebo, y me conformo mas
bien con los que han negado ser la parte superior del sar
miento idónea para llevar fruto, y admitiendo solamente la
que está unida al sarmiento antiguo, desecharon toda la sae
ta. La gente del campo dá este nombrela extremidad su
perior del sarmiento,porque se ha alejado mas de la ma
dre, y parece haber saltado lejos de ella,porque adelgaza
da por la punta , tiene figura de saeta. Los cultivadores ma
. LIBRO TERCERO i35
inteligentes han sido de opinión que ésta no debia plantarse,
sin darnos ia razón de su modo de pensar, sin iluda por
que estando muy instruidos en la Agricultura, les parecia
evidente y que saltabalos ojos de todos: pues todo sar
miento fecundo echa fruto con abundancia hasta la quinta
ó sexta yema ; en la parte restante, por largo que sea ,de
ja de echar,los racimos que muestra son muy pequeños;
por cuya causa los antiguos se quejaban con razón de h
esterilidad de la punta. Pero el cabezudo se plantaba por
ellos de manera que el sarmiento nuevo llevase unido al
guna parte del viejo: mas la experiencia ha condenado este
método : porque todo lo que se había dejado de la madera
antigua, se pudría prontamente con la humedad, lurgo que
se metía en la tierra y estaba cubierto con ella, y su cor
rupción acarreaba la pérdida de las raices tiernas, que es
taban inmediatas, apenas comenzabansalir; lo cual cuan
do habia sucedido, se desecaba la parte superior de la plan
ta. En seguida Julio Atico y Cornelio Celso, autores los
mas célebres de nuestra edad , siguiendolos dos Sasernas
padre e hijo, cortaron todo lo que habia quedado del sar
miento viejo por eí mismo punto por donde nace eJ nue
vo, y de esta suerte metieron en tierra el sarmiento con
su cabeza.
CAPITULO XVIU
Qué debe observar el que la pone.
Pero Julio Atico no metia en tierra la antedicha planta,
sin torcerle antes y encorvarle la cabeza, para que no se
esepase del pastino. Asi llaman los cultivadoresun ins
trumento de hierro con dos puntas, con el cual se ponen
las plantas, de donde también ha resultado llamarse repasti
nadas las viñas viejas que se arrancaban para volverlas á
plantar : pues este era el modo propio de nombrar la viña
antigua, que se habia sacado y plantado nuevamente de lo
mismo: ahora el uso común, ignorante de la antigüedad,
llama repastinadotodo terreno que se prepara por la la
bor, para plantarlo de viñas. Pero volvamos al asunto. El
modo de plantar de Julio Atico es en mi opinión detectuo
¿4
. ,36 COLUMELA. '
so, en cuanto admite el cabezudo con la cabeza torcida,
y para evitar ésto no hay una razón sola. Primeramente,
porque ninguna planta que se ha maltratado y quebrado
antes de ponerla en la tierra, ase mejor que si se ha plan
tado entera, ilesa y. sin detrimento: en segundo lugar todo
lo que se ha metido en tierra encorvado y mirando acia
lo alto de ella, cuando llega el tiempo de sacarlo resiste á
los esfuerzos del cavador como si fuera un anzuelo, y clava
do en la tierramanera de garfio se quiebra mas bien
que dejarse arrancar; pues la madera en aquella parte que
se ha lastimado al plantarla por haberla torcido y encor
vado es fácil de quebrarse: por lo cual pierde Ja mayor
parte de las raices, que igualmente se quiebran. Pero aun
dejaudo aparte éstas incomodidades,lo menos no puedo
disimular una, que es muy contrariaéste método, pues
tratando poco ha de la extremidad del sarmiento , que di
je llamarse saeta, sacaba la consecuencia de que el fruto
se producía dentro de la quintasesta yema mas inme
diatas al sarmiento viejo. Pues ésta parte fecunda la des
perdicia el que retuerce el cabezudo, porque la parte que
se dobla tiene trescuatro yemas, y las dostres restan
tes de fruto se sumen enteramente en la tierra, donde que
dando sepultadas no echan vastagos sino raices: de ésta
suerte sucede , que lo que evitaríamos, aunque fuese en él
plantío de un saucedal, lo adoptemos en semejante cabezu
do , que es preciso hacerlo mas largo , si lo queremos plan
tar torcido : y no hay duda que en éste caso se dejan en él
las yemas inmediatasla extremidad superior, que soñ
infecundas, y de ellas brotan renuevosestériles ólo me
nos no tan feraces, que la gente del campo llama recemarios.
Y qué ¿no es muy interesante que el cabezudo que se
planta arraigue por el mismo sitio por donde estaba uni
dola madre, y que se cicatrice prontamente? Si ésto no
se verifica, se atrae por la médula de la vid que está abier
ta , como por un tubo, demasiada agua, y ésta misma
pone el tronco hueco y facilita en él escondrijoslas
hormigas yotros animales, que pudren las cañas de las
vides: pero esto es lo que les sucedelas plantas que se
han retorcido: pues como al arrancarlas se han quebrado
. LIBRO TERCERO i37
sus prres inferiores, se ponen con las médulas abiertas: é
introduciéndoseles las aguas y los referidos animales, se en
vejecen prontamente. Por lo cual el mejor modo de plantar
un cabezudo es ponerlo derecho, cuya cabeza, asi que
se ha metido entre los gavilanes de la azada , se retiene fá
cilmente con lo estrecho de su boca y se hunde: este sar
miento asi hundido arraiga con mas brevedad : pues echa
igualmente raices por la cabeza que es el sitio por donde
se ha cortado: las cuales en habiendo crecido cierran la ci
catriz, y por otra parte la misma herida, como está vuelta
acia abajo, no recibe tanta agua como la que está encorva
da y vuelta acia arriba , la cual deja pasar por la medula,
como por un embudo, todas las aguas llovedizas que caen
sobre ella.
CAPITULO XIX.
Qué longitud debe tener el cabezudo.
La longitud que debe tener el cabezudo no es muy fija:
porque si tiene muchas yemas, se ha de hacer mas corto,
y si tiene pocas mas largo : sin embargo no ha de tener
mas de un pie, ni menos de nueve pulgadas; si fuera mas
pequeño, padecería con la sequedad en los estíos, pues es
taríaflor de tierra: si fuera mas largo, se introduciría
muy profundamente en la tierra, y sería muy dificultoso
arrancarlo cuando hubiese crecido. Pero esto se entiende
en lo llano , pues en lo pendiente , donde la tierra se corre,
puede ponerse de un pie y un palmo. En el sitio de valle
y llanura húmeda, plantamos también cabezudo trigemme,
el cual tiene poco menos de nueve pulgadas de largo, y
sin embargo mas de medio pie. Yeste no le dicen tri
gemme, porque absolutamente no tenga mas de tres hiemas,
pues cerca de la incisión, por donde se le ha sepa
rado de su madre, está lleno de ellas por lo común; sino
porqueexcepción de éstas de que está poblado en Ja
misma cabeza tiene ademas tres articulaciones, y otras tan
tas yemas. Ademas de lo que he dicho advierto al que
fuereplantar cabezudobarbado que evite el viento
fuerte y el sol, para que no se desequen, de cuyos dos pe
. i38 COLUMELA.
ligros se preservan cómoilamente, poniendo delante algu
na ropacualquiera género de cubierta tupida. Sin em
bargo es mejor escoger para plantación un día sin aire,
ó quelo menos el que corre sea ligero: porque del sol
fácilmente se preservan con sombrajos. Pero antes de con
cluir este tratado, es menester decir alguna cosa sobre
asuntos de que no liemos hablado todavía:saber, si se
han de tener viñas de muchas especies, y si teniéndolas
han de estar separadas y distinguidas particularmente., ó
confusas y mezcladas sin orden. Trataremos antes de lo que
hemos propuesto primero.
CAPITULO XX.
Cuántas especies de vides se han de poner.
Un cultivador inteligente debe plantar la vid de la casta
que sea mas de su aprobación , sin entremeter planta algu
na de otra, y aumentar siempre su número lo mas que pue
da; pero uno próvido debe poner de diferentes vidueños,
pues nunca es el año tan apacible y templado, que no mo
leste con alguna incomodidadalguna especie de vid, pues
ei es seco, la viña que prevalece con la humedad, padece;
si es lluvioso, la que le conviene la sequedad; si es frió y
sujetoheladas , la que no puede resistir la quemadura ; si
es ardiente, la que no aguanta el calor. Y para no indivi
dualizar ahora los daños que pueden originarse de mil cla
ses de temporales, siempre hay alguna cosa que ofenda á
las viñas: de donde se sigue, que si no hemos plantado
mas que de un solo vidueño, en haciendo el tiempo que
le es dañoso, nos privaremos de toda la vendimia, pues
no tendrá recurso alguno el que no tenga plantas de di
versos vidueños. Pero si formárémos viñedos de diversas
especies, alguna de ellas quedará ilesa y llevará fruto. Y
sin embargo este no ha de ser motivo que nos obligue á
tener muchas variedades de vides ; sino la que hayamos
hecho juicio ser la mejor aumentemos su número cuanto
podamos, en seguida la que mas se le acerque, después
las que son de bercera y aun de cuarta clase, de suerte que
. LIBRO TERCERO
139
nos contentemos con una especie de quaternion de vides
selectas; pues basta tentar la suerte de la vendimia por cua
tro, ólo mas por cinco vidueños. En cuantola segun
da cuestión que habia yo propuesto ahora poco no du
do que se hayan de distribuir las viñas por especies, y
colocarlas cada cual en cuadros particulares, divididos
por sendas y lindes. Y el no dudar yo que esto deba
hacerse , no es por haber podido conseguir de mis trabaja
dores que lo ejecutaran , ni porque alguno de los que mas
lo han aprobado Jo haya puesto en práctica antes que yo;
porque es Ja mas difícil de todas Jas operaciones rústicas,
pues exije una suma atención en la elección de las plantas,
y algún conocimiento para discernir las especies; en cuyas
cosas es menester de ordinario la mayor felicidad y pru
dencia: pero algunas veces (como dice el divino autor Pla
tón) la belleza de una cosa nos excitacorrer tras ella,
aunque la flaqueza de la humana naturaleza no nos permi
ta conseguirla. Sin embargo si vivimos bastante, y si se
juntan la ciencia y las facultades con la voluntad , llevare
mos ésto al cabo sin mucha dificultad. Aunque el tiempo
de nuestra vida en que hemos de perseverar en éste pro
yecto no ha de ser muy pequeño absolutamente si hemos
de discernir un gran número en algunos años; pues no to
do tiempo permite hacer este discernimierto ; porque las
vides que no se pueden distinguir por la semejanza de su
color , de su tronco , y de sus vástagos , se danconocer
por su fruto cuando está maduro y por sus pámpanos. Cuya
atención sin embargo no afirmare que pueda tenerla otro
que el mismo padre de familia; pues confiarla al capataz,
ó aunque sea al viñador, es cosa de un hombre descuidado;
siendo así que muy pocos cultivadores hayan conseguido
una cosa mucho mas fácil ; cual es conocer la cepa de uva
tinta , aunque el color de ésta se puede discernir por el mas
falto de atención.
. 140
COLUMELA.
CAPITULO XXI.
Si se fian de plantar los cuadros cada uno con distinto
vidueño, sin mezclar unos con otros.
Con todo eso me ocurre un medio único de hacer con mu*
cha prontitud lo que hemos propuesto, si las viñas son an
tiguas, que es injertar con separación las vides de cada cua
dro con diferentes especies de púas, en cada cual las de un
vidueño: de ésta suerte recogeremos en pocos años muchos
millares de cabezudos de las cepas injertas, y pondremos las
plantas de diferentes especies distribuyéndolas por suertes.
Muchos son los motivos de utilidad que pueden obligarnos
á hacer ésto: y, para empezar por el de menos considera
ción, el primero es que en todas las operaciones de la vida,
no solo en las relativasla Agricultura, sino en las que lo
sonotra arte cualquiera, agradan masun inteligente las
cosas que están distinguidas según sus especies particulares,
que las que están como tiradas por diversas partes , y con
fundidas, por decirlo así, en un montón. El segundo es, que
ei un hombre, aun el menos versado en la vida rústica, vie
neuna tierra plantada como corresponde , admirará con
el mayor placer la liberalidad de la naturaleza, cuando por un
lado se le presenten las vides de Berri cargadas de fruto , por
otro sus iguales las hel ñolas1, aquilas arcelacas, allí también
se junten las espioniasbasificas; y que la tierra que dará todos
los años éstas fértiles producciones, como una madre perpétuamente
preñada, presentarálos mortales su seno lleno de
mosto para alimentarlos. En medio de este espectáculo verá
brillar el otoño cargado por todas partes de frutas de varios
colores, favorecido por Baco que lleva sus sarmientos dobla
dos con el peso de los racimos de uvas blancas, amarillas,
rojas,de las que resplandecen con el color de púrpura. Pe
ro aunque éstos objetos agraden muchísimo , sin embargo
la utilidad excede al placer. Pues también el padre de fami
lias váver el espectáculo que le presenta su heredad con
tanto mas gusto cuánto ésta es mas fértil , y lo que dice el
poeta hablando de este sagrado numen. " Ydonde quiera
. LIBRO TERCERO
141
que el Dios volvió su cabeza está hermoso", podrá aplicarse
al dueño, pues adonde quiera que se dirigen sus ojos cuan
do está presente , en aquella parte se produce el fruto con
mas abundancia. Pero omito lo que puede también suce
der en las viñas que no están separadas por especies, y pa
sootras cosas que han de llamar mas la atención. Las
vides de diferentes especies ni dejan la florun mismo
tiempo, ni llegan sus uvasmadurar juntas. Por cuya cau
sa el que no tiene separadas sus viñas por vidueños, es
preciso que sufra una de estas dos incomodidades,re
coger el fruto tardío con el temprano, lo que causa lue
go la acidez ,si espera que madure el tardío perder la
vendimia del temprano que ordinariamente se destruye
con el pillage de los pájaros y con el destrozo de las
lluvias y los vientos. Pero si quisiere coger aparte y por
intervalos el fruto de cada vidueño , es menester en pri
mer lugar que se expongaser engañado por los vendimia-"
dores , pues no puede ponercada uno un manijero que
lo observe y que le mande no cortar las uvas verdes con
las maduras: ademas aun aquellas vides que maduran á
un tiempo, en siendo de diversos vidueños* el gusto de la
mejor se echaperder por el de la peor, y confundido en
uno el de muchas, no podrá conservarse mucho tiempo.
Y por esto la necesidad obliga al viñerovender pronto su
vino ; siendo así que lo vendería mucho mas caro si pu
diera dilatar la venta hasta cumplir el año, ólo menos
hasta el estío. Tiene ademas ésta separación por vidueños
una comodidad suma, porque el viñador darácada uno
mas fácilmente la poda que le corresponda cuando sepa de
qué vidueño es el cuadro que vapodar, y ésto es dificul
toso en las viñas de diferentes especies mezcladas , porque
la mayor parte de la poda se hace en un tiempo en que
las viñas 110 tieuen ni aun pámpanos que las puedan dar
á conocer. Pero importa mucho que el podador deje mas
ó menos sarmientos según la naturaleza de cada especie de
plantas; y que las excite podando largo^las contenga ha
ciéndolo corto. Ademas no es de menos, importancia la
parte del cieloque está expuesta cada especie de viña,
pues no acomodatodas la exposición cálida , ni por el
contrariotodas la fria ; sino que cada una tiene su pro
piedad particular ; de suerte que unas se fortifican acia el
mediodía, porque se deterioran con el frió: otras apetecen
el lado del norte, porque padecen con el calor; y algunas
gustan de la temperatura de levanteponiente. Estas variedades
las observa , según la situación y posición de los
lugares, el que separa los vidueños por cuadros. También
saca otra utilidad no pequeña en hacer la vendimia con
meno3 trabajo y gasto; porque cogetiempo las uvas que
maduran primero, y difiere sin pérdida la recolección de
las que no han madurado todavía; ni el fruto pasado se
junta con el que está en su punto de madurez para ha
cer precipitar la vendimia, ni obliganbuscar cortadores
á cualquiera precio que se encuentren. Asimismo es de una
ventaja grande poder guardar aparte el vino de caria espe
cie y gusto, sin mezclarlo sino en toda su pureza, bien se
haya hecho con uva de Berri, bien con basílica, bien con
espiónica , cfcyss especies de vinos habiéndose echa !o así
en las vasijas , como no hay en ellos cualidades contrarias,
adquieren famafuerza de años; pues después de quince
añosalgunos mas no se puede conocer en el gusto lo ordinarios
que son; pues es propio de casi todo el vino ad
quirir bondad con el mucho tiempo. Por lo cual es útilísi
ma, como nos hemos propuesto hacer ver, la separación de
los vidueños, la cual sipesar de ésto no pudieres conse
guir, el segundo partido que puedes tomar es no plantar
juntas otras vides de especies diferentes que las que den
frutos que se asemejen en el gusto y maduren al mismo
tiempo. Puedes también si gustas de frutas poner tallos de
higuerasperales y manzanos en los últimos liños , en la
orilla de la viña que está expuesta al septentrión , para que
no den sombra cuando hayan crecido: en teniendo dos años
se injertarán ,se trasplantarán si están fuertes y son de
buena cualidad. Esto es lo que tenia que decir sobre la
plantación de las viñas; resta la parte mas importante, que
es enseñar el modo de cultivarlas, de lo que trataremosla
larga en el volumen siguiente.
NOTAS AL LIBRO TERCERO.
Notas al
CAPITULO I.
1. Virg. Georg. lib. II, v. 1.
2. El mismo allí.
3. Plinio en el iib. 14 cap. 1° dice qne la vid fue con
tada con razón por los antiguos entre los árboles,causa de
su magnitud, porque de una vid se hizo una imagen de Jú
piter.
4. Estas viñas no pueden prevalecer sino en un clima de
ésta cualidad , porque como sus granos se tocan unosotros,
se podrirían en un terreno húmedo, y no madurarían en uno
frió.
5. Georg. lib. II, v. 238.
Notas al
CAPITULO II.
I. Nombre griego que en castellano sígniñea excelentes.
a. Apianas, de las abejas, que les tienen mucha afición,
así como nosotros las llamamos moscateles por las moscas.
3. Sin fuerza.
4. Deprivativo y vesvóo que significa estar borracho,
porque no embriaga el vino que se hace de ellas.
5. Plinio en el lib. 14 cap. 2 dice que algunas personas
la llaman espirita de espina.
6. Plinio en el lib. 14 cap. 2 dice que se llaman así por
la semejanza que tienen sus granos con las aceitunas, que en
latin se llaman olee.
7. Esta palabra , que se lee de mil maneras diferentes en
los manuscritos, tanto de Plrnio, como de Columela, podria
bien significar las lineas que estaban trazadas sobre las uvas:
lo mismo quiere decir escriptula que parece ser como debe es
cribirse, y no escripula ni escirpula.
8. De pérgula, parra, vid propia para emparrados.
9. Georg. lib. II, v. 103.
10. Este pasage no se encuentra hoy en Catón.
Notas al
CAPITULO III.
I. Lucio A nneo Séneca , apellidado el Filósofo, natural
de Córdoba, hijo de Marco, célebre declamador y hombre sa
bio: el hijo también lo fue, y asimismo maestro de Nerón,
quien, mientras se gobernó por sns consejos, fue las delicias
. i44 COLUMELA.
del género humano: después le quitó la vida y fue nn mons
truo de crueldad y de disolución. Muchas obras de este gran
de hombre han llegadonuestro tiempo.
2. Eri realidad no recibiría mas que 1348 J.
Notas al
CAPITULO VI.
1. Efectivamente ésta vara suele ser estéril , por lo que la
llaman sarmiento pampinario.
2, Es decir, conversiónrestablecimiento del Sol. Este
período está formado con arreglo al año Juliano, que es de
36? dias y 6 horas, las cuales al cabo de cuatro años dan un
día entero para completar los 1461. ¿Pero qué tiene que ver
éste período con la fecundidad de las plantas ? Sin embargo
hasta nuestros dias han llegado las vanas observaciones de los
años bisiestos: quizá no se encontrará un caparaz por éstos pue
blos que quiera plantar un olivaruna viña en, éstos años.
Notas al
CAPITULO VIII.
1. Los antiguos, y entre otros Plinio, atribuían esta fe
cundidadlas aguas del Nilo, cuyo efecto, según ellos, se ha
cia sentir, no solo en las tierras, sino también en las mugeres.
2. Columela nos manifiesta aquí, y aun mas bien al prin
cipio del cap. siguiente, lo que nos han dejado ignorar los
historiadores antiguos, cuando nos han contado la historia de
los Horacios y los Curiados; ésto es, que sus madres eran
hermanas e hijas de un ciudadano de Alba, de la familia de
estos últimos.
3. En las obras que nos quedan de Cicerón no se en
cuentra esta noticia, que se habrá sacado de un libro que ha
bía compuesto sobre las cosas maravillosas, citado por Plinio
en el libro 31 cap. 2. Este autor dice en el lib. 7 cap. 16
que no se sabia exactamente la estatura que tenia; pero sí que
se le miraba como un prodigio, y que estuvo expuestoaho
garse por el concurso de gentes que había atraído la curio
sidad para verlo.
4. Este es el árbol de la canela. Si se cultivaba en Roma,
-cómo pudo ignorarlo Plinio, y decir en el cap. 32 del lib. 16
que no prendía sino en los paises septentrionales de Italia ?
Sin embargo yo creoColumela sin tenerPlinio por em
bustero : pues Roma era muy grande , y no es extraño que
esto se ocultasePlinio.
Notas al
CAPITULO IX.
r. Teniendo el amphora dos urnas, ¿cómo es posible que
una cepa que producía solamente tres sobre el yugo produ
jese veinte armada en parra ? Yo confieso que ésta puede dar
. LIBRO TERCERO
mas bien qae el yugo la facilidad de extenderselos sarmien
tos de una misma cepa; pero la proporción de veintetres
roe parece excesiva. Se advierte en los números una negligen
cia extremada de parte de los escribientes de los libros anti
guos. Este ejemplo prueba que no se les puede corregir sin te
ner el don de adivinar.
2. Tytiro en la eglog. I de Virg. v. 33.
3. Se contaban cuatro de estos combates sagrados entre los
friegos: los de Neméa, instituidos en honor de Júpiter; los
ythios, en honor de Apolo; Istmicos, instituidos por Theséo
en honor de Neptuno, o según otros en el de Palemón ; y los
OJympicos en el de Júpiter Olympico.
. i •> Notas At
CAPITULO X.
1. Columela piensa que una vez que el jugo de la planta
ha llegadoso extremidad se para allí y no se reparte : siste
ma contrario al de la circulación. Es verdad que no está su
ficientemente averiguado si la sávia y jugos propios de las
plantas circulan; pero todos los físicos y naturalistas mas acre
ditados convienen en que una porción de sávia asciende pa
ra que broten y se desenvuelvan las ramillas, y que otra por
ción de la misma sávia vuelvebajar, para que se desple
guen y crezcan las raices.
2. De humerus , hombro.
Notas al
CAPITULO XI.
1. Aunque el olivo no esté comprendido entre los ár
boles que en seguida cita Columela, sin embargo se ve por
Plinio en el libro 17 cap. 13, que los antiguos maridaban la
viñaeste árbol con tal que no diese demasiada sombra, y de
este pasage se infiere lo mismo.
2. Vocablo latino, que significa negruzca y también po
llatierna; y parece deberse tomar en este último sentido.
3. Especie de piedra blanda y desmenuzable.
Nota al
CAPITULO XII.
1. Georg. lib. II , v. 298.
Notas al
CAPITULO XIII.
1. Es fácil conocer por qué las colinas necesitan un agos
tado mas profundo que el de la llanura , si nos hacemos car
go que son semejantesun triángulo rectángulo ; pues como
las plantas se han de poner no en ángulos rectosla hipote
nusa, sino perpendicularesla misma base, el pie de ellas
no puede estar asegurado sino en cuanto esté mas profunda
mente metido en la tierra.
k
. ,46 COLUMELA.
2. De aquí se infiere que el instrumento llamado pastinum
es una especie de azadaazadón que se tira ácia adelante
para cavar la tierra. Porque los que caban con pala , apoyan
do el pie sobre ella, echan delante de sí la tierramedida
que la mueven , y no la echan detras de sí, pues ellos mismos
van andando ácia atrás.
3. Para que sea tan ancha por arriba como por abajo. Si
las márgenes de dos zanjas que se tocan por lo alto no están
derechas sino en plano inclinado, se dejará entre ellas un es
caño en forma de prisma triangular, cuyo ángulo agudo es
tando en lo alto y la base en el fondo no se percibe fácilmen
te con la vista.
4. En efecto, si en colocándola en la zanja se inclina
masun lado queotro , mide una profundidad menor que
si estuviera perpendicularmente.
Nota al
CAPITULO XV.
1 Ceorg. Ub. II, 33,
Nota ai
CAPITULO XXI.
1 Las que^ienen el color entre rojo y blanco.
. LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA.
De las cosas del campo.
LIBRO GUARTO. « .
CAPITULO I.
Se establece,contralaopiniónde AticoydeCelso,que
no es suficiente profundidad la de dos pies en los
hoyos para plantar viñas.
Habiendo tú, Publio Silvíno, leídomuchos aficiona
dosla Agricultura el libro que yo he escrito sobre
el plantío de las viñas, dices haberse hallado algunos,
quela verdad han celebrado los demás preceptos
que hemos dado. Pero han censurado dos: el primero,
haber yo prevenido que se bagan los hoyos demasiado
hondos, habiendo añadido nueve pulgadasla profun
didad de dos pies señalada por Celso y Atico: el segundo,
haber destinado con poca inteligencia , según dicen ,cada
barbado un solo apoyo, cuando estos misinos autores han
permitidoconahorrodegasto,quecondosramasseparadas
y de un mismo barbado se cubran dos apoyos seguidos en
un liño: cuyas dos objeciones se fundan mas bien sobre un
juicio equivocado, que sobre uno verdadero. Porque ( pa
ra refutar antes lo que be propuesto primero ) si nos hemos
de contentar con un hoyo de dos pies, ¿para qué damos un
agostado tan profundola tierra, habiendo de poner la vid
á una profundidad tan pequeña? Dirá alguno que esto es
para que haya por bajo de ella tierra mullida, cuya dureza
nodesvíenirechacelas raicillas nuevasque se van introdu
ciendoen lamisma.Tambiénpuedesuceder esto enunho
yo de dos pies y medio de hondo, si se cava el terreno con
un azadón , pues el suelo fermentado e hinchado con la ca
va y la rellenadura del hoyo tiene mas de dos pies y medio
de tierra movida , y por esto dejalas raices lugar donde
6e extiendan: porque la tierra en lo lleno está siempre mas
levantada cuando está movida que cuando no lo está. Y á
la verdad la postura de las plantas no exige que se les deje
por bajo un lecho profundo de tierra mullida : sino que á
las vides basta dejarles medio pie de ésta tierra por bajo
de las raices , para que reciba los incrementos de éstas como
en un seno hospital y materno. Tomemos un ejemplo de
esto en las vides que se maridanárboles, pues cuando
abrimos los boyos, y plantamos en ellos los barbados, deja
mos debajo de estos muy poca tierra mullida. Es pues la cau
sa mas cierta de dar el agostado mas hondo, el que las vi
des destinadasyugos crecen mejor cuando se ponen én
hoyos mas profundos : pues los de dos pies , ni aun apenas
los pueden aprobar los cultivadores de las provincias, los
cuales ordinariamente dejan sus vides bajas y juntola
tierra, cuando las que se destinan al yugo han de estar ase
guiadas sobre fundamentos mas profundos: pero si suben
mas arriba necesitan mas ayuda y mas tierra. Y por esto, pa
ra las que se han de maridarárboles, nadie hace hoyos de
menos hondo que tres pies. Pero los cultivadores sacan poco
provecho de las dos principales utilidades que ofrece una
postura poco profunda: éstas 9on crecer mas pronto las plantas
que no se fatiguen oprimidas por el mucho peso de la tier
ra, y hacerse mas fértiles las que están mas superficiales;
Pues éstas dos razones de Julio Atico se convencen con el
ejemplo de las vides maridadasárboles, )as cuales segura
mente son mucho mas fuertes y fértiles ; lo que no les suce
dería 6i las plantas enterradasmayor profundidad padecie
sen. Y ¿á qué viene decir que la tierra agostada, al instante
que se ha mullido y dilatado se levanta como si estuviera
en fermentación , cuando después, sin que haya pasado mu
cho tiempo, se sienta condensándose, y se separa de las rai
ces, que quedan como nadando en la superficie del suelo?
Pero esto sucede menos veces en nuestro método de plantar
la vina, pues la ponemos mas honda. Porque en cuantolo
. LIBRO CUARTO
149
que se dice que las plantas padecen en lo profundo con el
frió, tampoco lo negamos nosotros. Mas la profundidad de
dos pies y nueve pulgadas no es la que puede producir és
te efecto; cuando principalmente (como hemos dicho poco
antes) la plantación de la vid para maridarlaárboles, aun
que mas profunda , se liberta de ésta incomodidad.
¡ '
CAPITULO II.
Que no conviene cubrir dos estacas con un barbado , sino
á cada planta se ha de destinar un apoyo.
Aquella otra opinión en que están de que se cubren con
menos gasto dos estacas con los sarmientos de una sola vid,
es falsa. Puesse pierde la cepa, en cuyo caso quedan dos
estacas desocupadas , y es menester remplazaría por dos bar
bados, que con su número aumentan el gasto del cultivador;
ó vivé esta cepa, y (como muchas veces sucede)es de uva
negra,poco fértil, entonces no hay falta de fruto en una
estaca sola, sino en muchas. Los mas inteligentes en las co
sas del campo creen que una vid seria menos fértil , aunque
fuera de vidueño generoso, si estuviera dividida de ésta ma
nera sobre dos estacas , porque formaría con sus sarmientos
una especie de zarzo. Y por esto el mismo Atico ordena que
las viñas viejas se propaguen mas bien por medio de mu
grones, que no hundiéndolas enteramente: porque los mu
grones arraigan con facilidad , de suerte que cada vid se sos
tiene sobre sus propias raices , que se deben mirar como sus
fundamentos. Pero la que está enteramente tendida, ha
biendo como enrejado y enredado la capa inferior del ter
reno, hace una especie de zarzo, se obstruye con una mul
titud de raices enlazadas entre sí, y perece, no de otra
manera que si estuviera cargada de muchos sarmientos.
Por lo cual yo preferiría en todo caso probar, poniendo
dos plantas mas bien que una sola, y no adoptar como
ahorro lo que por todos lados me puede acarrear mucho
mayor dispendio. Pero lo que hemos tratado en el libro
anterior exige ya que demos principiolo que hemos ofre
cido tratar en éste. '
CAPITULO III. , "
Que si el plantío nuevo de viña no se ayuda con gran
cuidado y diligencia prontamenté se pierde.
En todo género de gastos la mayor parte de los hombres,
como dice Grecino, tienen mas ánimo para empezar á
obras nuevas, que para cuidarlas cuando se han conclui
do. Pues algunos construyen casas sacándolas de cimien
tos, y después de haberlas acabado no las adoruan. Otros
fabrican navios con actividad, y después de hechos, no tie
nen la misma para equiparlos y marinarlos. Estos tienen
pasión por comprar ganados, aquellos por comprar esclavos,
pero no se toman la pena de mantenerlos. También hay
muchos que con su inconstancia destruyen los beneficios
que han hechosus amigos. Y para que esto no nos cause
admiración, Silvino, no falta quien crie con mezquindad
los hijos que ha tenido de su matrimonio yfuerza de pro?
mesas , y descuide de su educación con respectolas cien
cias ólos ejercicios corporales. ¿Qué pretendo yo inferir
de éstas cosas? que seguramente incurren también en ésta
misma falta por lo común los cultivadores que abandonan
por diferentes motivos las viñas que han puesto con la ma
yor perfección , antes de haber tomado.su incremento. Unos
hay que huyen del gasto que se repite todos los años, y tier
nen por muy cierto que el principal rédito y el mas seguro
es no expender cosa alguna, como si fuera absolutamente
preciso plantar viñas, para abandonarlas por avaricia en lo
sucesivo. Algunos hay que creen ser mejor poseer grandes
viñedos, que tenerlos bien cultivados. Yo he conocido ya
á muchísimos, que estaban persuadidosque el campo se
ha de cultivar, pero que es indiferente hacerlo con buenos
ó con malos métodos. Pero yo no solo soy de sentir que nin
guna clase de campo puede ser fructuosa si no se cultiva con
el mayor cuidado e inteligencia, sino que ésto se verifica
en las viñas mas que en otro alguno. Pues la vid es una
planta tierna, débil y que no puede aguantar cosa alguna
que la perjudique, que comunmente se consume por el
mucho trabajo y abundancia, y que perece víctima de su
fecundidad, si no se la moderas. Sin emb argo, así que se ha
fortificado algún tanto, y como que ha t ornado un vigor ju
venil, sufre el descuido del cultivador. Pero si al majuelo
no se le dan las labores correspondientes, hasta que haya
tomado su incremento, se reduceun a extrema debilidad,
y se consume de tal manera , que no hay gastos que pue
dan alcanzarrestablecerlo. Por cons iguiente, se han de po
ner, por decirlo así, sus fundamento s con el mayor cuida
do, y arreglar sus miembros desde e 1 primer día de haber
se plantarlo, como se arreglan los de los niños recien naci
dos: lo cual si no lo hiciéremos, vien einutilizarse todo el
gasto, y no se volverápresentar otra vez la oportunidad
de hacer cada cosasu tiempo , hab iéndolo dejado pasar.
Créeme, Silvino, comoexperimentado; la viña que está
bien plantada, es de buen vidueño, y se labra por un
buen cultivador, nunca ha dejado de recompensar con gran
usura el gasto que se ha hecho en ella. Y ésto nos lo de
muestra Grecino en el libro que escribió de las viñas, no
solo por la razón , sino también por un ejemplo , cuando
refiere haber oido decir muchas vecessu padre, que un
tal Paridio de Vetera, vecino suyo, había tenido dos hijas
y una tierra plantada de viña, de la cual había dado la ter
cera parte en dotela hija mayor cuando la casó, y sin em
bargo había solido coger igual cantidad de fruto de las dos
terceras partes que ántes del todo: que después había casado
la hija menor , dándole la mitad de lo que le quedaba , y que
tampoco haciendo esto había disminuido nada del pro
ducto antiguo. De lo cual ¿qué conjetura saca sino que la
tercera parte, que le quedaba de la posesión, se había cul
tivado después mejor que antes toda ella?
CAPITULO IV.
Que es conveniente tender la vid en el suelo del hoyo,
y después de encorvarla se ha de aplicar (endere
zándola desde lo hondo de él) d una caña que se
clavará.
Con que, Publio Silvino, plantemos también nosotros las
viñas con grande ardor, y cultivémoslas con mayor apli
k4
. !5a COLUMELA.
cacion. Y para plantarlas, el modo que hay mas ventajo
so es solamente el que hemos dadoconocer en el li
bro anterior , y que consiste en tenderlas en un hoyo,
formado en el terreno agostado , casi desde el medio de
él hasta sus extremidades, donde se levantarán pcrpendicularmente,
y se aplicaránunas cañad. Y sobre todo
se ha de observar que el hoyo no teríga hechura de pi
lón, sino que «us bordes estén perpendiculares, forman
do ángulos bien expresados. Porque la vid que se ha pues
to inclinada, y corno recostada en un pilón, está expuesta
á recibir heridas cuando después se excava. Pues mientras
mas profundiza el cavador la excava al rededor de la vid,
mas la hiere si está inclinada , y algunas veces la corta. Con.'
que tengamos presente aplicar el sarmiento al rodrigón, trayéndolo
derecho desde el fondo del hoyo , y guiarlo de ésta
manera hasta lo alto. Después hagamos las demás cosas, co
mo hemos prevenido en el libro anterior. Y en seguida po
dremos allanar la tierra al rededor del sarmiento, dejando
fuera dos yemas. Después de haber puesto el cabezudo en
tre los liños, mullir el agostado con frecuentes cavas, y re
ducirlopolvo. Pues los cabezudos, los barbados 4 y las de-
mas plantas que ' pusiéremos , se fortificarán si la tierra
muelle y enternecida les da su jugo sin comunicármelolas
yerbas inútiles, y la dureza del suelo no las comprime
mientras están todavía nuevas.
CAPITULO V:< ;»
.Que desde que se plante el majuelo se ha de cavar todos
los meses; que no se ha de dejar que nazcan yerbas
en él, y que se han de despampanar los barbados de
manera que queden reducidos cada uno ú un sarmientoi
•>
Pero para decir la verdad, no se puede fijar el número de
veces que se ha de voltear el terreno con las azadas, estando
todos de acuerdo en que, cuanto mas frecuente es la cava,
-es tanto mas provechosa. Pera como en razón de los gas
tos-es menester ceñirseun número determinado de labo
. LIBRO CUARTO i53
res, Jos mas han creído que es suficiente desde las calendas
de marzo hasta las de octubre cavar los majuelos de treinta
en treinta días, y arrancar de,ellos todas las yerbas, espe
cialmente las gramas, las cuales, si no se cogenmano, y
no se echan sobre la superficie del suelo, por poco que que
den cubiertas de tierra, reviven, y de tal suerte abrasan las
plantas, que las ponen ásperas y desecadas.
CAPITULO TL
Que se han de despampanar los cabezudos.
Finalmente , hayase plantado la viña de cabezudode bar
bado, lo mejor es formarla de manera desde el principio,
que se le quite todo lo supérfluo, despampanándola con fre
cuencia, y no consentir que suministre fuerzas y todo el
jugo nutricio mas queun sarmiento : sin embargo prime
ramente se dejan dos, para que si el uno se pierde casual
mente , haya el recurso del otro \ luego que en seguida se
hayan endurecido un poco, se quitarácada planta el peor.
Y para que los que se han dexado no Jos derriben Jas ven»
tiscas, convendrá asegurarlos, conforme vayan subiendo,
con una atadura blanda y floja, hasta que se agarrenJos
apoyos con sus zarcillos, que les tienen lugar de manos. Si
la escasez de jornaleros no permitiere hacer esto con los ca
bezudos, los cuales creemos que también se han de des
pampanar: perolo menos en las vides ordinarias se ha de
hacer sin falta , para que no se debiliten con la multitud de
varas,menos que no tratemos de proveernos de mugrones
para en adelante, sino que cada una crie un sarmiento; ca
yo crecimiento debemos excitar aplicándole un apoyo bien
largo , por el cual vaya subiendo , hasta pasar por encima del
yngo del año siguiente y encorvarse para llevar fruto. En
llegandoesta altura se les quebrarán las puntas, para que
mas bien tomen fuerzas engruesándose, que no que se debi
liten con una longitud supérflua. Sin embargo despampa
naremos el mismo sarmiento que hemos dejado para tron
co , desde junto al suelo hasta la altura de tres pies y medio,
y quitaremos muchas veces todos los nietos que hubieren
. 154
COLUMELA.
nacido dentro de éste espacio. Pero convendrá dejar intacto
todo lo que hubiere brotado de ahí para arriba. Pues es mas
á propósito cortar con la podadera en el otoño próximo la
parte superior, que despampanarla en el estío: porque del si
tio, de donde has quitado un nieto, inmediatamente arroja
otro, y nacido éste no se deja ninguna yema en la planta
que brote con fruto el año siguiente.
CAPITULO VII.
Que el tiempo oportuno de despampanar es cuando se qui
tan los renuevos fácilmente con el dedo.
El tiempo propio de despampanar es cuando los sarmien
tos están tan tiernos, que se echan abajo tocándolos lige
ramente con el dedo, pues si se han endurecido demasiado,
ó es menester desgajarlos con mayor esfuerzo,cortarlos con
la podadera ; uno y otro debe evitarse , lo uno porque destroza
la madre, lo otro porque la hiere, cosa muy perjudicial en
una planta verde y todavía inmatura. Pues la herida no se
queda solamente en el sitio por donde ha pasado el corte de
la podadera, sino que como se ha impreso muy profunda
mente la deseca por mucho espacio 1 durante los calores del
estío, de manera que hace morir una parte no muy peque
ña del cuerpo de la madre. Y por esto si fuere necesario apli
car la podaderasarmientos que ya estén duros, se han de
cortar un poquito retirados de la madre, y se han de dejar
como los tornillos, para que reciban el daño que ocasiona
rá el calor hasta el nudo por donde salen los renuevos late
rales ; porque su violencia no pasa roas allá. En el cabezudo
hay el mismo modo de despampanar y de excitar el sar
mientoalargarse , si queremos servirnos de él desde que
tenga un año, lo que yo he hecho muchas veces. Pero si
nos hemos propuesto no servirnos ue él hasta que tenga
dos años, luego que lo hayas reducidoun sarmiento, y
éste tenga mas de un pie de largo convendrá despuntarlo,
para que se fortifique mas por la cabeza , y sea mas robusto.
Y este es el primer cultivo de las vides después de su plan
tación.
. LIBRO CUARTO i55
CAPITULO VIII.
Que se ha de excavar la vid por el otoño.
El tiempo siguiente pide un cuidado mas extenso , según
han escrito Celso y Atico, que son los autores que ha apro
bado mas nuestra edad en la agricultura: pues se ha de ex
cavarabrir la vid después de los Idus de octubre, antes
que empiecen los frios : ésta labor descubre las raicillas que
han salido en el estío, y estaban cubiertas, Jas cuales el la
brador inteligente las corta con la podadera. Pues si ha de
jado que se fortifiquen , se pierden las inferiores , y sucede
que la viña extiende sus raices sobre la superficie del terreno,
las cuales se infestan con el frió, y con los calores se encien
den de manera que obliganla madrepadecer una terri
ble sequedad al salir la canícula. Por lo cual cuando hicie
res la excava se han de cortar las raices que hubieren sali
do mas arriba de la profundidad de pié y medio. Pero no se
ha de hacer éste corte del mismo que el de la parte supe
rior de la vid. Pues no se ha de alisar la herida, ni se ha de
aplicar la herramienta de modo algunola misma madre:
porque si cortares la raiz por junto al tronco,nacerán
mas de la cicatriz,el agua de las lluvias del invierno, que
pára en las pozas de la excava , con los hielos de aquella es
tación quemará las heridas todavía nuevas, y penetrará
hasta la médula. Para que esto no suceda , convendrá des
viarse cerca de un dedo del mismo tronco, y cortar las rai
cillasésta distancia: las cuales, quitadas con éstas precau
ciones, no brotan mas, y defienden al tronco de otro cual
quier daño. Concluida ésta labor, si el invierno es benigno
en aquel pais, se ha de dejar la vid abierta; pero si fuere
violento, y no permite que esto se haga, se han de allanar
dichos hoyos antes de los Idus de diciembre. Mas si hu
biere sospechas de que han de hacer frios muy grandes , an
tes de cubrir la vid , has de echar sobre sus raices un poco
de estiércol ,de palomina , si hay mas comodidad de ésta,
ó seis sextarios de orina añeja preparada para emplearla en
esto. Y en los cinco años primeros convendrá excavar la vi
. i56 COLUMELA.
ña todos los otoños hasta que se haya fortalecido; mas lue
go que el tronco haya tomado pié , se ha de hacer ésta labor
cada tres años » con corta diferencia. Pues se causa menos da
ño con él hierrolas cañas de las vides, y no salen tan
pronto las raicillas del tronco envejecido.
" *_«» ;
CAPITULO IX.""'
•/))')i; i 1 ... 1
Qye después de excavada la vid se pode, y cómo se fia de
, hacer ésta labor para que no la perjudique. ,. .
Después de la excava se sigue la poda, que (según el pre
cepto de los autores antiguos) se debe hacer de 6uerte que
la vid quede reducidauna sola vara. Cuya poda no debe
hacerse junto al nudo, para que la yema no se quede sin
brotar, sino casi por la mitad del canuto se hace el corte
con la podadera oblicua, no sea que si la cicatriz está orizontal,
se quede parada en ella el agua llovediza que le
cae encima. Pero tampoco conviene que esté la herida in
clinada hácia el lado donde se halla la yema , sino al opues
to, para que llore mas bien sobre la tierra que sobre el bro
te : porque la humedad que correría de ella cegaría la yema
y no la dejaría echar hojas.
CAPITULO X
Cuál es el mejor tiempo de podar.
De podar hay dos tiempos: mas el mejor es el de la
primavera (como dice Magon), y esto antes que la vid bro
te , porque como está llena de humedad , recibe el corte
con facilidad y sale éste liso e igual, y no resistela poda
dera. A este autor lo han seguido Celso y Atico. Nosotros
somos de sentir que no se ha de contener el incremento de
las plantas nuevas con una poda corta ,no ser que sean
muy endebles, y que no se han de podar siempre en pri
mavera. Pero en el primer año en que se han plantado se
han de ayudar con frecuentes cavas y despampane» todos los
meses mientras tienen hoja, yfin de que tomen fuerzas,
. LIBRO CUARTO 167'
y no mantengan mas que un sarmiento: el cnal luego que
lo hayan criado, creemos que se debe limpiar en el otorío,
ó si es mas conveniente en la primavera, y que se ha de
libertar de los nietos que habia dejado el despampanador
en la parte superior > y ponerla asi en el yugo. Pues la vid
que con el vastago del primer año se ha , levantado mas ar
riba de éste, es lisa, derecha y sin cicatriz: lo cual sin em
bargo sucede rara vez ymuy pocos cultivadores. Y por
esto dichos autores han sido de sentir que se cortasen en
teramente las primicias de la vid. Y á. la verdad no es en
todos los países la mejo^ poda la de la primavera; pero en
los parages expuestos al sol , y donde los inviernos son tem
plados, la mejor y mas natural es la del otoño, pues es
el tiempo en que por una ley divina y eterna dejan la»
plantas caer el fruto con la hoja. . ' '
" I '.'Mi !;''' '•u -"'i i " '< •>•! " .': « : ." '1 l'l.'j
CAPITULO XI.
'•i."Ci-i 1 i . .
., \a Cómo se ha de cortar el cabezudo^
Pienso, que ¡ésto es Ib que se ha dé hacer^ ' ya íe"a que
haya* puesto barbado,ya sea cabezudo: pues Ja experien
cia ha condenado la antigua opinión de que no se habían
«le . tocar con hierro los cabezudos de un año, porque tie
nen hofrOr al corte ; témor vano que tuvieron '"Virgilio1,
Saserna, los Estolones y los Catones: los cuales no solo er*
raban en dejar' intactos los sarmentvllos de las plantas el
primer año, sino que cuando se habia de cortar el barba
do al cabo de dos* Jo cortaban entre dos tierras, al rás de la
unión del tronco con la raiz para que brotase de lo duro.
Pero la experiencia, maestra de las artes, nos ha enseñado á
arreglar los brotas de," los cabezudos desde el primer año, y
á no dejar qué la vid fértil en hojas supérfluas se espese
demasiado; y por el contrariono rebajarla tanto como
ordenabán los' antiguos, cortando todo lo que salía de la
tierra: lo que seguramente les es muy contrario. En primer
lugar, porque cortando las plantas: de esta manera, la ma
yor parte de ellas mueren, como si hubieran recibido un
golpe superiorsus fuerzas, y aun las que han podido re
. i58 COLUMELA.
sistir llevan sarmientos menos fecundos; como que por
confesión de todos, los pampinarios que brotan de lo duro
las mas de las veces carecen de fruto. Se ha de tomar pues
un medio, y no cortar el cabezudo entre dos tierras, ni
excitarlo por el contrarioque crie un vastago muy largo:
sino, señalando un pulgar del año anterior, dejar por enci
ma de la misma unión con el sarmiento viejo unodos
yemas de las cuales eche brotes.
"
CAPITULO XII.
Cómo se ha de rodrigar la vid, y del cauterio.
Después de la poda se sigue el cuidado de poner apoyosla
vid; pero éste primer año no exige todavía una estaca fuerte
ni una pértiga; pues yo he notado que una vid tierna se
sostiene por lo común mas bien sobre un apoyo mediano
que sobre una estaca fuerte; y así aplicaremoscada vid
dos cañas viejas, no sea que si son nuevas echen raices, ó
si lo permite la situación del pais, se clavarán astiles viejos,
á cada uno de los cuales se han de, atar pértigas atravesadas
ácia la parte mas baja del liño:cuya dase de yugo lia»
ma la gente del campo canterio. Este importa que esté don»
de lo pueda asir inmediatamente el sarmiento que sale po
co mas abajo de la curvatura de la vid, para que tenga fa
cilidad de extenderse mas bien orizontal que perpendicu?
lamiente, y que resista los vientos con menos dificultad,
apoyado en el canterio. Y este yogo convendrá levantarlo á
cuatro pies, hasta que la viña se fortifique. < ,
i
CAPITULO: XIII. «i •'.
Como se ha de atar la vid.
A la postura de los apoyos se sigue el cuidado de atar la vid.
La obligación del que ha de hacer esto es llevarla derecha
hasta el yugo: 91 está puesta juntola estaca, como han
querido algunos autores, observará no seguir al atarla la
Curvatura de ésta, si por casualidad está ladeada, porque
. LIBRO CUARTO i59
esto hacela vid torcida pero si ee dejare algún espacio
entre i la cepa y ,1a estaca (corno ha parecidoAtico yotros
cultivadores, y'á raí no me desagrada), se ha de arrimar á
la cepa una caña derecha y sujetarlaella por medio de
muchas ataduras, y de esta manera guiarla al yugo. Impor«
ta muchísimo la cualidad de las ataduras con que se afian
zan las plantas, pues mientras la viña es nueva, se le han
de poner ataduras muy blandas: porque si la atares con va
retas de saucede olmo, se cortará ella misma conforme
vaya engruesando. Con que la mejor atadura es de retama,
de junco cortado en las lagunas,de espadaña. Sin embar
go no sirven muy mal para éste uso las hojas de las cañas,
secándolasla sombra. . < ».' '" ' "
CAPITULO XIV.
Pero también se ha de dar el mismo cultivolos cabezudos,
esto es, que así que se hayan podadounados ye»
masen elotoño,áenlaprimavera,antesdefbrotarseaten
al yugo. A éstas se les ha de poner el cantér.ip mas cerca de
la tierra queJas vides ordinarias : y no debe tener mas al
tura que la de un pie, para que los. sarmientos todavía tier
nos tengan donde agarrarse con sus zarcillos:,fin de que
no loa arranquen los. vientos. En "seguida, el ,cavador con
frecuenteslabores.:deazadavoltearála supciíicie del terre
no, desmenuzándolo con igualdad.. Esta enva corrida es
muy de nuestra aprobación : pues, la que en España llaman
de invierno , y se hace quitando la, tierra de las vides ; y lle
vándola al medio de,los-entreliños,1nos parece supérftua,
porqueyahaprecedido Iai.ej¿cavádelotoño„que¡ha.descu
bierto las raicillas superficiales , ha llegado hasta las mas
profundas y les ha transmitido las aguas del jnyiern,©. Pero
el número de las cavas, ha de ser eL mismo que el del pri
mer año, óse hade dar una menos. Porque.la verdad el.
suelose debe labrarmenudo, hasta, que la» vides con su
incremento le hagan sombra, y no dejen crecer la yerba.
. i6p '•" COLUMELA.
por bajo de ellas. El despampano de este año debe ser como
el del anterior, pues todavía se ha de contener, por decir
lo asi, la puericia de las plantas, y no se le ha de dejar mas
que un vastago: tanto masla verdad, cuanto su tierna
edad no puede aguantar la carga de fruto y de maderaun
mismo tiempo.
CAPITULO XV.
Cómo se ha de poblar el majuelo y se han de echar los
mugrones. ,:
...«•' " ; )l,: ) . /ii." ': <
Pero cuando al cabo de un año y seis meses ha llegado á
la vendimia, inmediatamente después de haber cogido el
fruto se ha de poblar, y propagar los cabezudos subsidiarios
que se habían puesto para este efecto , y si no los . hay se
han de atraer de Lis vides que están en los liños mugrones
á otras estacas, pues es de la mayor importancia qne cuando
está todavía nuevo el plantio , se cubran todos los apoyos, y
que no se replante el majuelo cuando se ha de coger fruto de
él. Es una especie de mugrón 'cuando se encorva la vid por
encima de la tierra cerca de sil apoyo, y hundida en aquella
se guía desde el hoyouna e$taca que está desocupada. En
seguida echa con mucha; fuerza renuevo^ de la parte arquea
da, que aplicados inmediatamentesu apoyo, se les hace
llegar al yugo. De9ptfes d añ* siguiente se corta la parte su
perior de la 'curvatura, hasta llegarla médula, no sea que
el sarmiento amugronado atraigasí todas las fuerzas de su
madre, y para qué se habitúe pocopocoalimentarse con
sus propias raices. Cuando tenga dos años, se corta por «erca
dél vástago ¡que se dejó eiv la parte arqueada; en seguida
se da una cavá'hóhda al -rededor de esta planta)irueva separa*
da de su mádre , y dejando allí uní hoyo pequeñoi,se corta
ésta entre dos tierras en su fondo, y 6e cubre para que eche
raices hácia abajo, porque si se corta sobre la superficie del
suelo sin precaución, brotará por ía punta que está cerca de
ella, lo que se trata deieVitátt fí no'hay' tiempo maspro
pósito para cortar los rougroneáy^quej desde los idus de oc-;
cubre hasta los de noviembre, para que fortifiquen sus raices
. " LIBRO CUARTO
161
en los meses de invierno. Pues si hiciéremos esto en la
primavera, cuando empiezan las ramasarrojar, destituido
repentinamente de los alimentos de la madre, pierde las
fuerzas.
CAPITULO XVL
En qué tiempo se ha de trasplantar el barbado.
Ei mismo método se observa en la trasplantación del cabe-
nido: pues al segundo otoño, si la calidad del clima y del
terreno lo permite, se planta muytiempo, si se ha arran
cadoeste fin, después de los idus de octubre; pero si lo
impide la mala disposición de la tierradel aire , no será
tiempo de hacerlo hasta la primavera inmediata: y no se
ha de dejar mucho tiempo en las viñas , porque consume
Jas fuerzas del terreno y perjudicalas plantas que están
en los liños, que se fortificarán tanto mas fácilmente, cuan
to mas pronto se liberten de la compañía de los barbados;
pero en la almáciga se puede conservar la vid de tres y aun
de cuatro años, cortándola enteramentepodándola corta,
porque no se trata en estas almácigas de tener cosecha. Lue
go que la viña que se ha puesto pase de treinta meses , esto
es, al tercer otoño, se le han de poner apoyos mas fuertes
inmediatamente, y esto no se ha de hacer por capricho ú
á la ventura. Porquese clava la estaca cerca del tronco,
en cuyo caso se retirará de él cerca de un pie , para que no
oprimahiera la raiz , y para que el cavador cave por to
dos lados al rededor de las plantas; y se ha de poner de ma
nera que reciba la violencia de los fríos y de Jos aquilones
y proteja la vid:se pone enmedio del entreliño, y en és
te caso,se ha de meter en la tierra,haciendo antes un
agujero en el suelo con una estaquilla se ha fie introducir
bien hondo, para que sostenga con mas facilidad el yugo
y el fruto. Pues por lo que hace al rodrigón cuadrado, mien
tras mas cerca se pone del tronco es mas estable, aunque
no esté muy metido en tierra, porque como la toca, es sos
tenido por ella , y la sostiene mutuamente. En seguida se
han de atarlos rodrigones yugos mas fuertes, que se ha
. t6a COLUMELA.
ráa con varales de sauce,con muchos hacecillos de cañas,
por decirlo así , para que estén tiesos , y no se blandeen con
el peso de los frutos. Porque ya deberán dejarsecada plan
ta dos sarmientos,no ser sin embargo que la pequenez de
alguna cepa exija que se pode mas corta,la cual se deja
rá un sarmiento solo , y éste con pocas yemas.
CAPITULO XVII.1
Como se ha de hacer el yugo de cañas, y que después de
los primeros dos años se han de seguir dando las mis
mas labores que en ellos.
Los varales hacen el yugo mas firme, y se necesita para
formarlo menos trabaja Los yugos de cañas emplean mas
jornales, porque también se atan por muchas partes, ponien*
do las puntas de las unas con las cabezas de las otras, pa
ra que todo el yugo sea igualmente grueso; porque si las
puntas se juntan en un lado solo, gravada la debilidad de
este ladu con su peso echatierra el fruto ya maduro , y lo
exponeque se lo coman los perros y las fieras. Pero cuan
do se ha arreglado el yugo con muchas cañas hechas haz, de
manera que sus puntas estén vueltas alternativamentedi
ferentes lados, sirve por casi cinco años. Y no es distinto
el método de la poda y el de las demás labores del que se
ha seguido en los primeros dos años: pues se ha' de hacer
con cuidado, la excava de otoño, y no menos se han de
aplicar mugroneslas estacas desocupadas: porque no
se ha de pasar un año tan solo sin repetir ésta labor. Pues
la9 cosas que plantamos nosotros no pueden ser inmortales;
sin embargo el medio que tenemos de proveersu perpe
tuidad , es sustituir otras plantaslas que se han perdido,
y no dejamos que toda la especie vayapararsu total
ruina por la negligencia de muchos años. Se han de dar asi*
mismo frecuentes cavas, aunque se puede dar una menos
que el año anterior. Los de?pajnpános se han de hacer tam
bién muchas veces, y no e9 suficiente quitarla vid la ho
ja supérflna unados veces en todo el estío. Pero sobre to
do se han de echar abajo cuantos renuevos hubieren brota*
. LIBRO CUARTO i63
do por bajo de la cabeza 3 del tronco : asimismo si cada yema
hubiere echado por bajo del yugo dos sarmientos de una
vez, aunque muestren abundancia de fruto, se les ha de
quitar uno, para que el otro se levante con mas fuerza, y
crie mejor el fruto que le quede. A los cuarenta y un me
ses, concluida que sea la vendimia, se ha de podar la vid
de manera , que dejando muchos sarmientos , se distribuya
en forma de estrella. Pero el deber del podador es: acor
tar la vid hasta dejarla un pie por bajo del yugo, para
que todo lo tierno que hubiere brotado por encima de la
cabeza al través de los brazos, se excite, y encorvándose
por encima del yugo se precipite hacia la tierra , de
suerte que no pueda llegarella. Mas es menester po
ner límitesesto en proporciónlas fuerzas del tronco j
no dejar mas ramas de las que pueda sostener la vid. Por lo
común en esta edad, siendo fértil el terreno y el tronco,
quiere tres sarmientos y rara vez cuatro, que se deben re
partir por el aligador por otras tantas partes, pues cfe nada
sirve cruzar el yugo y dividirlo formando estrella, si no se
Je aplican los sarmientos en la misma forma. La cual no ha
sido sin embargo de la aprobación de todos los cultivadores;
pues muchos se han contentado con arreglar las ramas de
un modo sencillo: pero tiene mas consistencia , asi para sos
tener los sarmientos como para llevar el fruto , la vid que
atada al yugo por un lado y otro , está retenida por un con
trapeso igual , como por cierta especie de áncoras : ademas,
cuando está sostenida por todos lados, extiende sus saruaien*
tos en mas brazos , y I03 abre con mas facilidad , que «nan»
do tiene una porción de ramas amontonadas confusamente
" sobre un simple cauterio. Sin embargo si la viña no está
plantada con mucho desahogo,que es poco fértil,está
bajo de un clima que no está sujetotempestades, podrá
contentarse con un yugo: pues donde hay mucha abundan
cia de lluvias y las tempestades son fuertes; donde por Jas
muchas aguas está la vid, poco firme; donde, estando como
suspendida sobre colinas escarpadas, necesita muchos apo.
yos , se deberá fortificar por todos lados , y sostenerla como
por un batallón cuadrado. Pero en los parages cálidos y
muy secos se ha de extender el yugo hacia todas partes, para
. i64 COLUMELA. '
que los sarmientos que salen de todas las ramas se reú
nan , y condensándose en forma de bóveda cubran con su
sombra la tierra que está sedienta. Por el contrario en los
paises fríos y ocasionadosheladas se han de ordenar sobre
una línea sola ; pues de ésta manera la tierra se asolea con
mas facilidad , el fruto madura muy bien y goza de un ai
re mas saludable; los cavadores juegan con mas libertad y
comodidad las azadas, los viñadores tienen masla vista el
fruto, y los vendimiadores lo recogen mas cómodamente.
CAPITULO XVIII.
Cómo se han de dividir las viñas en cuadros separados
por sendas.
Pero cuando se quisieren poner las viñas en orden , se se
paran cuadros por medio de sendas , que cada uno tenga
cien cepas,como algunos quieren, se distribuirá todo el
terreno por suertes demedia yugada. Cuya distribución,
ademas de la comodidad que les proporciona de tener mas
sol y viento las vides, facilita mas que el amo las vea y en
tre en la viña, cosas muy útiles para la heredad, y fija el
juicio para regular los jornales que se han dado, pues no
nos podemos engañar, en estando divididas las yugadas en
porciones iguales. Y ademas la distribución por cuadros, á
medida que su extensión es menor, disminuye por decirlo
así la fatiga, y al mismo tiempo excitalos que están dan
do las laboresdespacharlas pronto: pues \o inmenso del
trabajo que tenemos por hacer, por lo común nos des
alienta. También es de alguna utilidad conocer las fuerzas y
producto de cada parte de las viñas, para hacer juicio de
cuales se han de cultivar mas y cuales menos. Asimismo es
tas sendas facilitanlos vendimiadores ylos qué reparan
los yugos y los apoyos la amplitud conveniente, para que
por ellas se acarreen los frutos y los rodrigones» '-
. LIBRO CUARTO i65
CAPITULO XIX.
A qué altura se debe levantar el yugo.
En cuantola posición del yugo hasta qué altura se ha de
levantar de la tierra , baste decir , que su menor elevación
es de cuatro pies, y la mayor de siete. Y esto último no obs
tante eso se ha de evitar en las plantas nuevas. Pues no de
ben levantarse desde el principioesta altura, sino que se
han de conducirella por una larga serie de años. Pero
cuanto mas húmedo es el suelo y el clima y los vientos mas
apacibles, tanto mas se debe levantar el yugo, porque la fer
tilidad de las vides permite que Se eleven mas, y el fruto, es
tando retirado de la tierra, se pudre menos, y éste es el único
modo de que goce de los vientos que secan prontamente las
nieblas y el rocío pestilencial , y que contribuyen muchísi
mohacer caer la flor yla bondad del vino. Por el contra
rio, la tierra endeble, pendiente, y la abrasada por el calor, ó
la que está expuestala violencia de las tormentas, quiere
yugo mas bajo. Pero si todas las cosas sonmedida de nues
tro deseo, la altura regular de la viña es de cinco pies: y no
hay duda sin embargo que las vides dan el mosto de tanto
mejor gusto , cuanto mas elevados son los yugosque se
levantan.
CAPITULO XX.
Cómo se ha de llevar la vid al yugo cuando sea tient'
po de hacer ésta maniobra.
Después de puestos rodrigonesla viña, y de haberla
echado sobre el yugo, se sigue el cuidado del aligador, el
que debe poner todo su conato (como dije arriba) en con
servar el tronco derecho, y que no siga la comba del ro
drigón, para que la deformidad de los apoyos no déla
vid una configuración semejantela suya. Porque el tron
co que es derecho tiene la médula del mismo modo, y
por ella, como por una especie de camino, pasan los ali
mentos que suministra la madre tierra sin rodeo ni es
13
. 166
COLüMELA.
torbo, y lleganlo alto de la planta. Pero las qne están
encorvadas y torcidas no se «rnpapau con igualdad en el
jugo de la tierra, por estorbarlo los nudos, y por retar
dar su llegada la comba, como podria hacerlo ñn mal pa
so. Por lo cual , luego que la vid ha subido en linea rec
ta hasta lo alto de la estacarse afianzaella con una
atadura , para que con el peso de su fruto no se aplome
ni se encorve. En seguida desde el sitio que se ha atado
mas cerca del yugo, se distribuyen los brazos ácia diver
sas partes, y los sarmientos de fruto que están por enci
ma , se encorban ácia abajo con otra atadura , después de ha
berlos hecho pasar sobre el yugo, y así lo que cuelga de
éste se llena de fruto, y por otra parte la curvatura ha
ce que broten sarmientos cerca de la atadura. Algunos
extienden por encima del yugo la parte que nosotros
echamos ácia abajo , y la sujetanél con muchas ata
duras de mimbre: cuyo método creo que no 6e ha de
aprobar. Pues las lluvias, ni las heladas, ni los granizos
no hacen tanto dañolos sarmientos que están colgan
do ácia abajo, comolos que están atados, y puestos
como de frentelos malos temporales: sin embargo-es
tos mismos sarmientos que se han dejado colgando, de
ben atarse antes que maduren los frutos , cuando empie
zapintar la uva y está todavía en agraz,fin de que
se pudran menos con los rocíos, y que no las destrocen
las fieras y los vientos. Juntolas lindes y las sendas se
han de torcer los sarmientos ácia dentro , para que los que
pasan no les hagan daño. Y este es el modo de condu
cir al yugo la vid regular. Pues la que es endeblecorta
se ha de podardos yemas,fin de que eche un sar
miento mas fuerte, y que pueda subir desde luego has
ta el yugo.
CAPITULO XXI.
Cómo se ha de formar la vid, y conservar siempre nueva.
La viña que tiene cinco años no tiene otra poda que
la conveniente para continuarle la forma que le hemos
designado arriba, e impedirle que se extienda por alto,
. LIBRO CUARTO
167
sino hacer que la cabeza del tronco esté cerca de un pie
mas baja que el yugo, y que se distribuya por cuatro
brazos, que algunos llaman duramenlos, en otras tantas
partes. Será bastante qu«cada uno de estos brazos se le
deje un sarmiento para fruto, hasta que las viñas tengan
toda su robustez. Pero cuando algunos años después ha
yan llegado, por decirlo así,la edad juvenil , no es fi
jo el número de sarmientos que se les ha de dejar. Por
que la fertilidad del terreno exige muchos, y la esteri
lidad menos. Supuesto que la vid viciosa , si no se la re*
prime dejándola llevar fruto , deja mal la flor y toda se
vuelve madera y pámpanos ; la endeble por el contrario
padece en cargándose mucho. Y así en un terreno pin
güe se podrán dejar dos sarmientoscada brazo; y sin
embargo no se han de cargar mas que con los corres
pondientesque una vid sola mantenga ocho :no ser
que la excesiva fertilidad del terreno exigiere mas. Pues
la que tiene mas número del que acabamos de decir, pa
rece mas bien parra que cepa. Y no debemos consentir
que los brazos sean mas gruesos que el tronco , sino siem
pre que se pudieren dejar sarmientos de los que salen por
los lados de los brazos , se cortarán estos con frecuencia,
para que no superen el yugo, sino que se vaya renovan-;
do continuamente la vid con ramas jóvenes, las que, si
crecieren suficientemente , se pongan sobre el yugo; pe
ro si alguna se quebrarefuere de poca longitud , y es
tuviere en parte apropósito para que desde ella se pue
da renovar la viña el año siguiente, pódese, dejándola
hecha pulgar, al cual unos llaman custodio, otros resex,
algunos presidiario: éste es un sarmiento de dostres
yemas , del cual así que han salido ramas de fruto , se
corta todo lo que hay de él para arriba en el brazo viejo,
y de esta suerte brota la vid por un vastago nuevo. Y
este método, por el cual se habrán puesto las vi
buen estado , se ha de observar siempre.
l4
CAPITULO XXII.
Cómo se han de renovar las viñas viejas.
Pero si hubiéremos adquirido viñas formadas de otra ma
nera , y por haber estado descuidadas muchos años hu
bieren subido mas arriba del yugo, se deberá examinar
de qué largo son los brazos que pasan de dicha medi
da. Porque si fueren de dos piespoco mas , se podrá
poner todavía en el yugo toda la viña, con tal que su
estaca esté aplicada al mismo tronco: pues aquella se des
vía de la vid , y se clava en tierra sobre el mismo liño
en el espacio que media entre dos de sus brazos: después
de lo cual , ladeando la vid , se conducela estaca , y de
ésta manera se ata al yugo. Pero si sus brazos se alarga
ren mucho mas ,se extendieren hasta la cuarta ,aun
hasta la quinta estaca, se restablecerán, pero con mayor
gasto, por medio de mugrones; pues por éste medio, que
es muy de nuestro gusto, se propagará la viña con mu
cha prontitud. Sin embargo, si la superficie del tronco
está vieja y corroída, exige esto mayor trabajo; pero si
está robusta y entera , con menos hay bastante. Porque
después de haber excavado la vid , se le echa en el in
vierno mucho estiércol , se la poda corto, y entre los tres
ó cuatro pies de altura sobre la tierra , se le hace una
herida con la punta de la podadera en la parte mas ver
de de la corteza: en seguida se voltea la tierra con fre
cuentes cavas , para que pueda excitarse la vid, y arrojar
renuevos, sobre todo por la parte que ha sido herida. Pero
muchas veces sale un germen de la cicatriz , que si crece
mucho se deja para vara , si se queda mas corto para pul
gar, y si es demasiado pequeño para alarife: éste último
se puede formar, aunque sea del mas corto filamento. Pues
cuando ha brotado de lo duro un sarmiento , aunque no
tenga mas que unados hojas , con tal que lleguema
durar, sino se ha cortado ni escamondado en la prima»
vera siguiente dará un sarmiento recio : el cual , así que
se ha consolidado y formado cierta especie de brazo, se
. LIBRO CUARTO
puede cortar la parte del duramento que había subido so
bre el yugo , y atarél la que queda. Muchos , con la
mira de ahorrar tiempo, desmochan esta clase de vides
por mas arriba de cuatro pies sobre la tierra , sin temer
nada de éste corte: porque de ordinario la mayor par
te de las plantas se presta naturalmenteechar nuevos
brotes por juntola cicatriz. Pero nosotrosla verdad no
aprobamos éste método : pues que una herida muy gran»
de si no tiene por encima madera sana, por cuyo me
dio pueda consolidarse Ja cicatriz 1 se deseca bien pron
to con el calor del sol, y después se pudre con los ro
cíos y las lluvias. Sin embargo , cuando hay precisión de
cortar absolutamente una vid , conviene excavarla prime
ro , y en seguida cortarla un poco por bajo de tierra , pa
ra que la que se le eche por encima la ponga al abrigo
del calor del sol , y dé pasolos retoños que saldrán
de las raices ,fin de que puedan maridarse con sus
apoyos,si hay algunos desocupados en la inmediación,
cubrirlos con sus mugrones. Pero ^sta operación no debe
rá hacerse (como hemos dicho) si las vides no están pues
tas bien hondas, de suerte que no tengan las raices va
cilando en la superficie , y si no fueren de buen vidue
ño : pues de otra suerte se emplea el trabajo en valde;
porque las degeneradas , aunque se hayan renovado, con
servarán su antigua calidad , y las que apenas estarán asi
dasla superficie de la tierra , perecerán antes de to
mar fuerza. En el primer caso será mejor injertar
las con púas fructuosas, y en el segundo arrancarlas de
cuajo y plantar otras nuevas, con tal que la bondad del
suelo lo persuada ; pero si se han deteriorado por vicio de
éste , no creemos que se deban restablecer de modo algu
no. Los vicios del terreno, que por lo común llevan las vi
ñassu destrucción , son la poca sustancia y esterilidad,
la tierra saladaamarga , la humedad , la situación despe
ñada y escarpada, la muy sombría y privada de los rayos
del sol , los valles arenosos , la toba también arenosa , la
arena gruesa mas estéril de lo regular , y no menos el cas
cajo sin tierra y puro, y si hay alguna tierra de propieda
des semejanteséstas que no suministra alimentola
. i7<*i COLOME L A. '
vid. Pero' si está libre de 'tátas incomodidades y otras serie-¡
jantes ¿ ee^tfette arrancar y 'plantar 'de nuevo del modo 'que <
hemos enseñado en el libro anterior. Por el contrario, ios
viñedos de mala especie , que por su esterilidad carecen de
fruto; , aunque estén robustos, se corrigen (como hemos
dicho )! por la incisión , de la cual hablaremos en su lugar
' /cuando lleguemostratar de ella. " »t >
CAPITULO XXIII.
Cómo se han de podar las viñas.
Ahora , supuesto que parece que hemos hablado poco de la
P°da de las viñas, vamostratar con ma3 cuidado de esta
labor, que es la parte mas necesaria de todas las que nos
Proponemos darlas viñas. Somos pues de sentir que si en
el país donde cultivamos , lo permite la benigna y mo
derada suavidad del clima, se comience ia poda después
de haber hecho la vendimia, acia los Idus de octubre, con
tal sin embargo que hayan precedido las lluvias del equi
noccio , y los sarmientos hayan adquirido la madurez re
gular. Pero si una temperatura fria y con heladas anun
cia un invierno rigoroso, diferiremos esta labor hasta los
Idus de febrero , y esto se podrá hacer si la posesión fue
re de poca cabida : pues donde la extensión de nuestra ha
cienda nos niega la elección del tiempo, convendrá podar
la parte mas vigorosa de la viña durante los fríos, la mas
endeble en la primavera ú otoño, y también las vides ex
puestas al sur en el solsticio.de invierno; las que lo están al
aquilón por la primavera y otoño. Y no hay duda, que es
tal la naturaleza de estos arbustos, que cuanto roas tempra
no se hayan podado dan roas madera , y cuanto mas tarde
mas fruto. . .-.
CAPITULO XXIV.
Qué cosas ha de observar y cuáles lia de evitar el buen
viñero en ¡a poda de la viña.
En fin, siempre que el viñero haya de dar esta labor, ha
de observar tres cosas principalmente. La primera llevar '
. LIBRO CUARTO i?I
latirá, teuanto sea posible , de que produzca fruto ; la se.
guada e$coger ya desde entonces para el año siguiente los
sarmientos mas fértiles ; y por último asegurarla viña la
mas larga duración. Pues cualquiera de éstas cosas que se
omita acarrea al dueño un perjuicio grande. Pero como la
vid está.dividida en cuatro partes, miraotras tantas pla
gas del cielo ; y CQmQ' estas: , plagas tengan cualidades con
trarias entre sí , piden, también arreglos diversos en las vi
ñas en razón de sil exposición. Por k) cual , los brazos que
están expuestoslos septentriones deben recibir muy poeos
cortes; y sobre todo, si se podaren cuando ya amena
zan loé friOs, con los Cuales se queman las cicatiices. Y así
solo se ha. de. dejar un sarmiento próximo, al yugo, y un
torni'Uoipor bajo, que renueve la vid el año siguiente.. Pe
ro por el contrario, ácia el mediodía se dejarán muchas ra
mas que hagan sombrala madre , cuando padezca con
los calores del estío , y no dejen míe el fruto se seque an
tes de madurar. En cuantola exposición de levante y de
poniente no hayla verdad una diferencia grande en la
poda , porque en ambas recibe la vid el sol por igual nú
mero de horas. Y así el número de sarmientos que se ha
de dejar es el que dictare la fertilidad del terreno y de la
misma planta. Estos sop los preceptos generales de la poda:
los que siguen se han de observar en particular. Porque
para comenzar por la parte mas baja de la vid, como por
sus fundamentos (para explicarme así) siempre se ha de
desviar con un azadoncillo la tierra que tiene alrededor del
pie ; y si está unidolas raices el renuevo que la gen
te del campo llama suffrago 1 , se ha de arrancar con cui
dado, y alisar con el hierro para que despida las aguas
del invierno. Pues es mejor quitar los brotes que salen
del corte, que dejarlo lleno de nudos y desigual. Porque
en el primer caso se cicatriza pronto la herida, y en el
segundo se excava y se pudre. Después de haber cuida
do los pies (por decirlo así) se han de registrar las mis
mas cañas y los troncos, para no dejar sarmiento alguno
pampinario, que haya brotado del medio de ellos,al
gún tumor semejanteuna verruga .no ser que la vid
haya subido mas alta que, el yugo y necesite rebajarse.
. 17a COLUMELA.
Pero si la parte del tronco que se ha cortado se ha
quedado séca del todo por el ardor del sol,la vid se
ha puesto hueca con las aguas,los insectos dañosos que
se introducen por la médula, convendrá limpiarla con la
azuela de toda la madera muerta; después rasparla con
la podadera hasta lo vivo, para que se cicatrice en lo ver
de del tronco. Y no es dificil untar las heridas, después
de haberlas alisado, con tierra que hayas humedecido an
tes con alpechin. Porque ésta especie de untura desvía de
la vid la carcoma y las hormigas, y la preserva del sol
y de las lluvias , por lo que se consolidan mas pronto,
y se conserva el tronco verde. Asimismo se ha de qui
tar hasta lo vivo la corteza seca y hendida, que está col
gando por lo alto del tronco; porque libertada Ja vid de
esta especie de inmundicias se recupera mejor, y deja su
vino menos heces. Igualmente se ha de quitar y raspar
con el hierro el musgo que tiene liadas y comprimidas las
cañas de la vid como con grillos, y con la suciedad y
orrura antigua las debilita. Y esto es lo que hay que ha
cer en la parte inferior de la vid. Y no menos se prescri
birá en seguida lo que se ha de observar en la cabeza.
Las heridas que se hacenla vid en lo duro deben ser
oblicuas y redondas, parque se recuperan mas pronto,
y mientras no se hayan cicatrizado, dejan correr mas có
modamente el agua: las horizontales reciben mas agua j
la retienen. Esta es una falta que ha de evitar sobre to
do el viñero. Corte los sarmientos chupones , los viejos,
los que han salido en mal sitio, los torcidos , los que mi
ran ácia abajo ; deje los nuevos y los fructuarios que sean
derechos : conserve los brazos tiernos y verdes ; corte con
la podadera los secos y viejos; pode los espolones de los tor
nillos de un año. Cuando la vid haya subidola altu
ra de casi cuatro pies, fórmele otros tantos brazos, ca
da uno de los cuales esté mirandocada una de las par
tes del yugo cruzado : en seguida , si la vid fuere muy
endeble, deje un sarmientocada brazo, y si fuere mas
grueso dos , y después de puestos en el yugo los deja
rá caer ácia abajo. Pero convendrá tener presente no per
mitir haya sobre la misma línea y en un mismo lado
. LIBRO CUARTO i73
del brazo dos 6 mas sarmientos, pues es muy perjudi
cialla vid que todas las partes de un brazo no tra
bajen igualmente , y que no suministre iguales porciones
de jugo nutriciosus hijos , sino se le saca por un la
do solo todo el jugo, de que resulta que la vena cuyo jugo
se agota queda seca como si la hubiera herido un rayo.
Se llama focáneo el sarmiento que suele salir en el seno
de la horquilla, que forman dos brazos de la vid; y por
eso le da La gente del campo este nombre, pues nacien
do -entre dos de los brazos en que se divide la vid, tie
nen sitiadas sus fauces por decirlo así , e intercepta los
alimentos de uno y otro. Este sarmiento, pues, tienen los
mismos buen cuidado de cortarlo , y de alisar el corte
antes que se fortifique. Sin embargo, si ha turnado tan
ta fuerza qué ha hecho padeceruno úotro brazo,
se corta el que está mas débil de los dos, y se le sus
tituye el mismo focáneo. Pues cortado el brazo, la madre
da fuerzas con igualdaduna parte yotra. Después pon
drás un pie por bajo del yugo la cabeza de la vid, des
de la cual se desplegarán (como he dicho) los cuatro bra
zos, sobre los cuales se renueve la misma todos los años,
cortandolos sarmientosantiguos,ydejandoen sulugarnue
vos, cuyá elección se debe hacer con inteligencia. Pues
donde hay mucha abundancia de ellos , ha de procurar
el podador no dejar los mas inmediatoslo duro; esto
es , al tronco yla cabeza , ni por el contrario los ma»
retirados: pues aquellos contribuyen muy poco para la
-vendimia , porque producen un fruto escaso , respectoque
ion semejanteslos pampinarios, y esfbs apuran la vid,
porque la cargan de demasiado' fruto, y se extienden has
ta una segundatercera estaca , lo que hemos dicho ser
vicioso. Por lo cual será lo mejor dejar los sarmientos que
se hallen en medio del brazo , para qué no nos hagan per
der la esperanza de la vendimia , ni desustancien su plan
ta. Algunos , movidos de codicia , hacen producir fruto
á la vid , dejando los sarmientos de la extremidatP y los
de enmedio, y podando también para tornillo el mas cer
canolo duro: lo cual de ninguna manera pienso que
se ha de hacer , si no lo permiten las fuerzas del suelo y
. i74 . . -COLUMELA. del
tronco: porque se cubren de tantas uvas, que no pue
den llegarmadurarlas si no hay. fertilidad; en Ja tierra)
y en el tronco. El subsidiariocustodio no se debe de-,
jar de pulgar , cuando los sarmientos de que se esperan
los frutos próximos están situados en lugar convenien*
te: pues luego que los hayas atado y los hayas encorva
do acia la, tierra, los excitarásque arrojen sarmientos
por bajo de la, atadura. Pero si la vid se hubiere., exten
dido maj lejos de kr que permite la costumbre, de los
cultivadores, y que arrojando por la cabeza se hubiere
adelantado con sus brazoslos caballetes de los yugos ex
traños, dejaremos junto al tronco un tornillo vigorosq y
muy_ grande*:. de dostres nudos : para que el sarmien
to que arroje ésta especie de pulgar el ano siguiente se
fprme de. él un brazo ,fin de que podada de esta suer
te la vid, se renueve, y se contenga dentro de los lí
mites de su yugo. Pero para dejar este tornillo se han de
observar sobre todo estas cosas. Primeramente que el cor
te no esté horizontal. >ni mirando al, cielo, $inp mas bien
oblicuo e inclinado,.ápia. la, tierra , pues de ésta suerte se
defiende por sí mismo de las heladas, y se oculta del sol:
en segundo lugar que ,éste corte no jsea semejanteuna
saeta,, sinolos, cascos, de. Jas. b&tiaB 'Virque, aquel se
deseca, mas prpnto,|y en, rnayor.dBXtQnsiopii.ésíe^olo cesa
de crecer , pero mas tarde; y ppr^. mexio^, espacio. Y sobre
tocio se ha de evitar una cosa que veo practicarle muy
viciosamente. Pues sin mas : objeto que el 'que el tornillo
esté bonito, cprtan ej!(sarmien,to, junto a), nudo j$ra que
sea mas corto aquel y semejante al pulgar. Pero estoes
muy perjudicial, porque la yema que-esta junto alicor
te padece con las heladas y el trio, y después con el ca
lor. Y así lo mejor es cortar el sarmiento -subsidiario ó
tornillo por la mitad poco masmenos del cañuto, in
clinando el corte ácia.el lado ppuestpla yema, para
que no llore sobre ellap como hemos dicho ya,1 y la cie
gue cuando vabrotar. Pero si no hubiere de que for
mar un tornillo, se ha.de ver si hay con qué hacer un
, alarife, que aunque se pode muy corto,manera de ver
ruga, dé en la primavera inmediata un sarmiento que de
. LIBRO CUARTO hifi
jemos para brazopara fructuario. Si ni aun éste se 'en
cuentra, se ha de herir la vid con un hierro enáque-
Jla parte de donde queremos hacer brotar sarmientos. En
fin, soy de sentir que los sarmientos de fruto, qué pre
paramos para la vendimia, se han de limpiar muy bien
de zarcillos y de nietos. Mas se ha de observar distin
to método en el corte de estos, que en el de los que salen
del tronco. Pues lo que sale de lo duro , se corta aplicando
fuertemente la podadera, y se alisa el corte para que se ci
catrice mas pronto; por el contrario, iodo lo qué ha sa
lido de lo tierno se corta un poco mas lar^o: pcngo por
ejemplo el nieto, porque ordinariamente tiéné en el la
do una yema, por la cual sé ha de mirar para que no
se corté 'ton la podadera, pues si la podas ma3 al casco
aplicándole la podadera ,se quita toda la yema,se
hiere: por lo cual el sarmiento qué arrojare en llegan
do el 'tiempo de la germinación , será endeble y poco
fructuoso t ademas padecerá mas con los vientos , sin du
da porqúe salió-sin vigor de la cicatriz. Pero la tongU
tud de estos mismos sarmientos que hemds de dejar es
difícil determinarla^ Sin embargo, la mayor parte de los
cultivadores los prepara de modo que tengan la longitud
suficiente para pasar por encima del yugo , encorvarse y
caer por él , sin llegarla tierra. Nosotros creemos que
se ha de examinar más por menor., en primer lugar la
naturaleza de la vid : porque si es robusta sostiene sar
mientos mas largos; en segundó si el terreno es pingüe,
porque si no lo es, por mas robusta que sea la vid, la
haremos morir prontamente, debilitada con sarmientos muy
largos. Pero Ja longitud de estos no se estimar por su me
dida, sino púr él liúrnerb de sus yemas: porque cuando
son mayores los éspacióS que hay entré los nudos, se pue
den dejar crecer hasta que casi lleguenla tierra , pues
á pesar dé esto echará pocos renuevos : mast: cuando aque
llos son cortos y-las yemas muchas, aunque' no es largo
el sarmiento, se cubre dé muchos vastagos, y produce fru
tó en abundancia. Por lo que et sarmiento dé 'ésta clase1
es dé toda precisión acontarlo, para que rio se cargue Ja'
VÍd !de ramas de fruto muy altas. Tf ha de examinar el'
. (-i7/5 (. \.
viñero, si la vendimia del año anterior ha sido grande
ó no, pues después de haber producido la vid muchos
frutos se debe dejar descansar, y por lo tanto podar cor
to,, y después de haber tenido cosecha escasa, se ha de
podar largo. Sobre todo lo demás , creemos que toda esta
labor , se debe ejecutar con herramientas duras , muy del
gadas y afiladas: pues una podadera obtusa, gruesa y blan
da detiene al podador , y hace menos trabajo con mas fa
tiga » porquese dobla el filo , lo que sucedela herra
mienta blanda,tarda mas en penetrar como se verifi
ca en la obtusa y gruesa, y entonces se necesita de mas
esfuerzo; y también los cortes ásperos y desiguales des
pedazan la viña, pues la operación no se hace con un so-
Jo golpe, sino con muchos: de lo que resulta frecuente
mente, que lo que se habia de cortar se quiebra, y que
la vid , despedazada y llena de desigualdades , se pudra con
las aguas, y las heridas no se sanen. Por lo cual se ha
de hacer al podador el mas estrecho encargo para que sa
quesu herramienta un filo largo y de. tanto corte si
puede ser como el de una navaja de afeitar, y que no ig
nore de qué parte de la podadera se ha de servir para ca
da operación , pues yo he sabido que muchas personas por
ignorar esto han destruido los viñedos.
•;n J! ..x
CAPITULO XXV. :
Figura de la podadera.
Pero la figura de la podadera está dispuesta de suerte que
la parte mas inmediata al mango se llama cuchillo, por la
semejanza que tiene con este instrumento; la que está en
corvada, seno; la que baja de la curvatura, tranchete; la
que la sigue y está engarabitada, pico; la que tiene por encima
ésta última en forma de media luna, hacha; y el que
está inclinado ácia adelante en el remate, se llama punta.
Cada una de estas partes tiene sus funciones particulares,
con tal que el viñero sepa manejar esta herramienta. Pues
cuando debe cortar alguna cosa, apoyando la mano delante
de sí, se sirve del cuchillo; cuando tirar, del seno; cuando
. LIBRO CUARTO i77
alisar, del tranchete; cuando excavar, del pico; cuando dar
un golpe, del hacha; cuando limpiar algún sitio de abertu
ra estrecha, de la punta. Pero la mayor parte de ésta labor,
que se hace en la viña , debe ejecutarse mas bien tirando
ácia sí, que dando golpes: porque el corte, que se hace del
primer modo, se alisa con una vez que pase el instrumen
to, pues el podador lo aplica antes y corta lo que ha deter
minado cortar. Pero el que da golpesla vid, si ha errado
alguno (loque sucede muchas veces), hiere con muchos
la planta. Por consiguiente es mas segura y mas útil la po
da, que se hace (como he dicho) tirando el podador de la
podadera ácia sí, que la de golpe.
CAPITULO XXVI.
Del cuidado que se ha tener en poner apoyos y aplicar
al yugo la viña.
Concluidas estas operaciones, se sigue (como ya hemos
dicho antes) el cuidado de apoyar la viña y de ponerla so
bre el yugo; y para hacer lo primero con mas estabilidad
es mejor el rodrigón que la estaca; y aquel no cualquiera,
pues el mejor es el que se hace de madera de olivo, de en
cina y de alcornoque, y si hay algunos robles, que son se
mejantesestos últimos, hendida con cuñas: el segundo
lugar lo obtiene la estaca rolliza, de las cuales, las mas apro
badas son las de enebro, las de laurel , y las de ciprés. Tam
bién sirven para esto los pinos silvestres, y asimismo se
aprueba el sabuco para el mismo destino. Sin embargo estos
apoyos y otros semejantes se han de reparar después de la
poda, y las parte9 de ellos que estuvieren podridas se han
de acepillar, los sanos se han de volver; otros se han de
quitar, que son los que están carcomidos,mas cortos de
lo que se necesita , y se han de poner en su lugar otros que
seanpropósito; los caidos se han de levantar, y los ladea
dos se han de enderezar. Si el yugo no necesita renovarse,
póngansele ataduras nuevas: si pareciere que se debe reha
cer de nuevo, antes que la vid se aplique al rodrigón, fór
mese con varalescañas , y entonces por último atemos la
m
. i78 COLUMELA.
vid al rodrigón juntola cabeza y por bajo de los brazos,
como hemos prescrito para la vid nueva; y esto no con
vendrá hacerlo tocios los años en un mismo sitio, no sea
que la atadura apriete y corte el tronco. En seguida se dis
tribuirán los brazos en cuatro partes por bajo de la estrella
formada por el yugo; y se atarán los sarmientos nuevos so
bre éste , sin forzar en nada su naturaleza , sino encorván
dolos ligeramente, según se preste cada uno, para que no
se quiebren cuando se doblan,no se arrollen las yemas
ya hinchadas y prontasbrotar. Y cuando dos sarmientos
se echaren por una misma parte del yugo, habrá enniedio
de ellos un varal,fin de que dejándose caer por el
que formará el tejado del yugo, tomen con sus puntas la
dirección ácia la tierra, como si se hubieran sumergido
desde el caballete de éste tejado. Para que esto se haga con
perfección , tenga presente el aligador que no ha de retor
cer el sarmiento, sino atarlo después de haberlo encorvado,
y que toda la madera que puede dejarse caer ácia abajo
se ha de poner sobre el yugo, para que mas bien esté apo
yada en el varal que colgando de la atadura. Pues he repa
rado muchas veces que la gente del campo ponen por igno
rancia los sarmientos por bajo del yugo, y los atan de ma
nera que solamente estau colgando de la atadura de mim
bre: cuya viña en recibiendo el peso del sarmiento y délos
racimos se quiebra.
CAPITULO XXVII.
Que se saquen de la viña los sarmientos y los fragmentos
de los yugos; y de la cava y despampano.
Ordenadas de ésta manera las viñas, nos daremos prisa á
limpiarlas, ysacar de ellas los sarmientos y los fragmen
tos de los yugos. Los cuales sin embargo no se deben reco
ger si no está el suelo seco, para que la tierra pisoteada
cuando está hecha barro no dé mayor trabajo al cavador,
él que se debe enviarlas viñas prontamente cuando to
davía no se han movido. Porque si lo envías cuando han
empezadobrotar, serás causa de que caiga al suelo gran
. LIBRO CUARTO i 79
parte de la vendimia. Por consiguiente se ha de darlas
viñas una cava muy profunda, antes que arrojenla salida
del invierno y entrada de la primavera, para que broten con
mas lozanía y abundancia , y luego que se cubran de pám
panos y uvas se ha de disminuir el número de los sarmien
tos mientras están tiernos y jóvenes. Y el mismo viñero,
que antes los ha echado abajo con el hierro, los echará
ahora con la mano, quitará las sombras, y derribará los pám
panos supérfluos: pues es de la mayor importancia que es
ta labor se dé con inteligencia, porque el despampáno aun
es de mas utilidadla vid que la poda;causa de que
aunque ésta les aprovecha mucho, las hiere sin embargo
al cortarlas, y éste cura con mas piedad sin hacer heridas,
y hace mas fácil la poda del año siguiente. Deja asimismo
menos cicatricesla vid: porque la parte de ella, de don
de se ha separado lo verde y lo tierno, prontamente se res
tablece. Fuera de que los sarmientos que tienen fruto se
fortifican mejor, y las uvas asoleándose se sazonan con mas
comodidad. Por \o cual un viñero que sea prudente y muy
hábil , debe discurrir y examinar en qué sitios deberá de
jar sarmientos para el año siguiente, y no quitar solamente
los que no tienen fruto, sino también los que lo tienen,
si su número se hubiere multiplicado excesivamente: su
puesto que sucede que algunas yemas echan de una vez dos
6 tres vastagos ,las cuales conviene quitarles uno ú dos á
fin de que tengan mas facilidad para alimentar cada una
el único que le quería. Pues un cultivador sábio debe cal.
cular si se ha cargado de mas fruto del que puede sostener.
Y así no debe quitar solamente la hoja supérflua, lo cual se
debe hacer siempre, sinoJas veces derribar alguna parte del
fruto, para aliviarJa vid agoviada bajo el peso de su fer
tilidad. Y esto lo hará por varios motivos el despampanador
diestro, aunque no haya mas fruto del que pueda ma
durar. Pues si la vid estuviere fatigada por una série conti
nuada de cosechas abundantes en los años anteriores, justo
será que se deje descansar y reponerse, y proveer por éste
medioque haya rama en los años sucesivos. Por lo tocan
tequebrar las puntas de los sarmientos para reprimir la
lozanía de la vid , quitar los que salen de una parte dura ó
m. x
. ,8o COLUMELA.
del tronco,no ser que se haya de conservar uno íí dos pa
ra renovar la vid , arrancar de la cabeza asimismo todo lo
que brota entre los brazos, quitar los que están en ellos
mismos, y siendo estériles ocupan inútilmentela madre,
son cosas que puede hacer cualquiera , aunque sea un mu
chacho.
CAPITULO XXVIII.
Cuándo se ha de despampanar la viña , y cuántas cavas
se han de dar, y en qué tiempos.
Pero el tiempo que se ha de elegir con preferencia para el despampáno
es ántes que la vid muestre su flor, bien que se pue
de también repetir después que la baya dejado caer. Por
consiguiente el espacio medio de los dias en que se forman
las uvas, nos niega la entrada en las viñas, porque no con
viene mover el fruto mientras está en flor; pero desde que
ha salido de la infancia y está, por explicarme así, en la ado
lescencia , conviene atarlo , despojarlo de todas las hojas,
darle cavas frecuentes, porque se hace mas grueso con los pol
vos. Y no niego que la mayor parte de los maestros de Agri
cultura anterioresmí han estado contentos con tres cavas;
de los cuales es uno Grecino que dice así: "puede parecer
suficiente cavar una viña hecha tres veces". Celso también y
Atico convienen en que hay tres movimientos naturales en
la vid ,por mejor decir en toda especie de árbol , uno pa
ra germinar, otro para florecer, y el tercero para madurar.
Estos movimientos, pues, piensan que se excitan con las ca
vas. Pues la naturaleza no llega completamente al objeto de
sus deseos, si para ayudarla no empleas el trabajo junto
con el estudio. Y éste es el cuidado de cultivar las viñas que
finaliza con la vendimia. ,
CAPITULO XXIX
Del injerto de la vid, en qué tiempo se debe hacer, y có*
mo se ha de cuidar.
Vucl vo ahorala parte de este tratado , en que prometí
dar reglas para injertar las vides y cuidar los injertos. El
. LIBRO CUARTO iSi
tiempo de injertar ha dicho Julio Atico ser desde las calen
das de noviembre hasta las de Junio, que es el tiempo que
asegura se puede conservar una púa sin brotar; y de esto
debemos inferir que ninguna parte del año hay exceptuada,
si hay proporción de sarmiento que no haya brotado. Yo á
la verdad concedería que esto pudiera hacerse en otros gé
neros de plantas que son de corteza mas firme y jugosa.
Pero no correspondemi sinceridad disimular que ha ha
bido demasiada indiscreción en permitirlos cultivadores
de viñas injertarlas durante el espacio de tantos meses. No
porque yo ignore que el injerto que se hacela vid en el
solsticio de invierno prende algunas veces; sino porque de
bemos enseñarlos que aprenden, no lo que resulta por
casualidad de uno ú dos experimentos, sino lo que sucede
comunmente y por razones ciertas. En efecto, si se ha de f
hacer el ensayo en corto número , en el que el mayor cui
dado remediala temeridad, podré conformarme hasta
cierto punto; pero cuando la inmensidad de la obra que
hay que hacer ocuparía toda la atención del cultivador,
aun el mas aplicado, debemos remover todo escrúpulo. A la
verdad es contrarioesto lo que prescribe Atico ; pues él
mismo dice que por el solsticio de invierno no es bueno
podar la viña: en lo que tiene razón, porque aunque ésta
operación la perjudica menos, en tiempos de frió todas las
plantas están pasmadas , y por causa de las heladas no mue
ven la corteza para que consolide la cicatriz. Y con todo
eso el mismo Atico no prohibe que se injerte en este tiem
po mismo, y prescribe que se haga desmochando entera
mente la vid , y hendiéndola en el mismo sitio en que se
ha desmochado. Y asi el mejor tiempo de injertar es cuan
do ya hacen dias templados después del invierno, cuando
mueven naturalmente las yemas y la corteza, y cuando no
amenaza frió que pueda quemar el injertola herida de
la hendidura. Sin embargo yo permitiríalos cjue tienen
prisa injertar la vid por el otoño, porque la cualidad del
aire no es desemejantela del de la primavera. Pero en
cualquier tiempo que quiera alguno injertar, sepa que no
tiene que tener otro cuidado para la elección de las púas,
que el que hemos prescrito en el libro anterior para la de
m3
. 18a COLUMELÁ.1
los cabezudos. Luego que haya escogido púas de vidueño
excelente, fecundas y las mas maduras, escoja también un
dia templado y que no corra viento. En seguida examine si
la púa es rolliza, si su cuerpo es sólido, si la médula no es
fungosa , si tiene muchas yemas , y si los entrenudos no son
largos : pues es de la mayor importancia que no sea largo
el sarmiento que se injerte, y que tenga muchas yemas
por donde brotar. Y así , si los cañutos son largos es preciso
cortar la púauna yemacuando masdos , para que no
la formemos mas larga que lo suficiente, y que pueda aguan
tar las tempestades, los vientos, y las lluvias sin moverse.
La viña se injerta cortándoladejándola entera, y hora
dándola con una barrena. Pero el primer modo de injertar es
el mas frecuente y el mas conocido por casi todos los cultiva
dores de viñas; el segundo es mas raro y practicado por po
cos. Por consiguiente trataré en primer lugar del que está
mas en uso. La vid se corta comunmente sobre la tierra; sin
embargo algunas veces también se corta por bajo dé ella,
en cuyo sitio es mas sólida y con menos nudos. Cuando se
ha injertado juntola tierra, se éntierra el injerto hasta
la punta ; pero si se ha injertado mas levantado sobre ella,
se cubre la hendidura cofí barro bien amasado, y se
lía con musgo por encima, lo cual la preserva de los calo
res y de las lluvias. Se corta la púa de suerte qué, no sien
do desemejanteuna flauta, una la hendidura: debajo de
la cual conviene que en la vid haya un nudo que haga ve
ces de atadura, y no deje pasar esta hendidura adelante.
Aunque éste nudo esté cuatro dedos distante del corte,
convendrá que se lie ántes que se hienda la vid, para quecuando
se haga caminola púa con el tranchete de la podade
ra, no se abra la hendidura mas de lo regular. Y la púa no
debe adelgazarse mas que tres dedos , y se adelgazará de
suerte que esté lisa por la parte que se le hace ésta opera
ción; y se hace de manera que por un lado lleguela mé
dula, y por el opuesto pase poco de la corteza dándosele la
figura de cuña, de modo que aguzada por abajo sea por un
lado mas delgada y por otro mas gruesa, e injerida por la
parte mas delgada , se apriete por el lado mas grueso y to
que por ambas partes la hendidura, pues si una corteza no
. LIBRO CUARTO i83
se aplicala otra de forma que por ninguna parte pase la
luz, no puede incorporarse. No es una sola la clase de ata
duras que hay para el injerto: unos se sirven de mim
bre , otros lian la hendidura con corteza , la mayor parte lo
lia con junco, que es lo maspropósito ; porque la mim
bre, luego que se ha secado, penetra y corta la corteza;
por lo cual son mas de nuestra aprobacien las ligaduras blan
das, las cuales luego que han rodeado al tronco, se aprie
tan metiendo entre ellas y el árbol cuñas de caña. Pero el
principal cuidado que se ha de tener, es que autes de ésta
operación se excave la vid, y se corten las raices someras V
las sierpes, después de lo cual se cubra el tronco. Y este,
luego que el injerto haya asido, pide también otro cuida
do: pues cuando brote, se ha de despampanar muchas ve
ces, y quitarle con mas frecuencia los renuevos que arro
je de los lados, y de , las raices. En seguida se debe atar lo
que brota el injerto, no sea que éste movido por el viento,
vengatierra,que el brote todavía tierno se desgaje. Lue
go que haya tomado incremento , se le han de quitar los
nietos;no ser que se les deje para mugrones, por estar
aquel sitio sin cepas. En seguida, Juego que estén Jos sar
mientos en estado de podarlos, se Ies aplicará en el otoño
la podadera. Pero el método que se observa en la poda de
los injertos es que , donde ningún mugrón se necesita , no
se lleve al yugo mas de un sarmiento, y el otro se corte al
ras del tronco, pero de manera que nada se quite de lo duro.
No se ha de¡ despampanar la vid injertada de otra manera
que , el barbado nuevo, pero se ha de podar de suerte que
se le deje poca madera hasta el cuarto año, tiempo en el
cual ja herida del tronco estará cicatrizada; y éste es el mo
do de /injertar la vid por hendidura y de cuidar el injerto.
Pero en el que se hace t\e barreno, conviene en primer lugar
examinar, cual es la vid mas fructuosa de la inmediación, de
la que atraerás un sarmiento como los que se pasan de un
árbolotro sin separarlos de la madre que los alimenta, y lo
introducirás por el agujero que habrás hecho en la vid
que vasinjertar: pues éste es el modo mas seguro y mas
cierto de hacerlo, porque aunque no prenda en la prima
vera próxima, en la segunda sin duda , luego que ha engrue
m4
. " COLUMELA. sado,
está en la necesidad de prender; después se separa de
la madre , y en seguida se corta la parte superior de la vid
injertada, hasta el sitio donde se ha puesto el injerto. Si no
hay proporción de atraer este sarmiento, sin separarlo de
la madre, se escoge, el mas nuevo que se pueda encontrar
y se separa de la vid, y raspado ligeramente, de suerte qne
tan solo se le quite la corteza, se ajusta al agujero, y están-
do así se embarra la vid cortada , para que el tronco ente-,
ro se emplee en alimentar ésta vid de otro vidueño, lo que
á la verdad no sucede en estos sarmientos largos de que he
mos hablado, que se alimentan del seno materno mientras
crecen. Pero el instrumento con que los antiguos horada
ban la vid es diferente del que la experiencia me ha hecho
conocer ahora ser máspropósito para ésta operación. Por
que la barrena antigua, que era la única que conocian los
cultivadores de los tiempos pasados, hacía serrin y quema-'
ba la parte que habia horadado, pero después de quemada
aquella parte, rara vez reverdecíase unía con la primera,
ni la púa que se habia injertado en ella asía. Ademas que
nunca se sacaba el serrin tan perfectamente que no queda
se alguno pegado dentro del agujero, el cual con su interposicion
impedía que el cuerpo de la púa se aplicase al de
la vid. Nosotros-, habiendo discurrido para ésta clase de in-1
jerto una barrena que llamamos gálica, la hemos halla
do mucho maspropósito y mas útil, porque horada de
tal manera el tronco que no quema el agujero: pues no ha
ce serrin sino virutas, sacadas las cuales, queda el 'agujero
liso, el cual toca con mas facilidad en toda su superficie el
sarmiento que se ha introducido en él , respecto k no inter
ponerse el serrin que formaba la barrena antigua. Por consi
guiente tened concluida la incisión de las vides hácia el equi
noccio de primavera , y en los sitios áridos y secos injertadlas
en vid negra, en los húmedos en blanca. No hay 'necesidad'
de multiplicar los injertos sobfe'un mismo tronco , con tal
que sea su grueso tan mediano que una sola púa pueda cu^
brir la herida luego que haya engruesado ,que no haya si
tio vacío que necesite se ponga una vid nueva en lugar de
otra qpe «e haya perdido: iól cual cuando sucede, una de las'
dos pua&sé acoda, y Ja otra se deja ir' al yugo para llevar
i. >
. LIBRO TERCERO i85
fruto. Y no es inútil criar los sarmientos que nazcan en el ar
co de un mugrón que hayas echado, para poder después, si
conviniere, amugronarlos,dejarlos para que lleven fruta
CAPITULO XXX.
Ve lo que se lia de plantar para proveerse de apoyos,
yugos y mimbres.
Después de haber dado los preceptos que nos han parecido
mas útiles para el establemiento y cultivo de las viñas, se
debe manifestar el modo de proveerse de apoyos, yugos y
mimbres*, pues estas cosas se preparan de antemano como
cierta especie de dote para las viñas, de las cuales si carece
el cultivador no tiene motivo para formar viñedos, habien
do de buscar fuera de su heredad todas las cosas que son
precisas : y no solo como dice Atico el precio de su compra
aumentaría el gasto de la viña, sino que su adquisición se
ría muy molesta , por haber de acarrearlas en un tiempo tan
contrario como el del invierno. Por lo cual se han de plan
tar mimbrerales, cañaverales, bosques comunes,planta
dos expresamente de castaños. Cada yugada puesta de mim
bres, en sentir de Atico, puede dar para atar veinte y cin
co yugadas de viña : cada yugada de cañaveral puede surtir de
yugosveinte de viña: y la yugada de castañar dará estacas
para tantas yugadas de viña como surte de yugos la de cañave
ral. La mimbresauce viminal, que es lo mismo, se cria
muy bien en un terreno de riegoen el pantanoso, y sin em
bargo no se cria mal en el llano y pingüe.Y este debe voltearse
con la azada hasta dos pies y medio de hondo (pues asi lo pre
vienen los antiguos). Y no importa cuál ha de ser el géne
ro de mimbre que pongas, con tal que sea muy flexible. Sin
émbargo se cree que hay tres géneros principales de sauce:
el Griego, el Gálico, y el Sabino que muchísimos llaman
Amerino. El Griego es él de color amarillo, él Gálico de
purpúreo rancio y vareta muy delgada: el sauce Amerino
tiene la vareta delgada y roja. Se plantan por estacaspor
tallos. Estos, en siendo dé'un grueso regular, que sin embar
go no exceda el dé'una pesa de dús libras, son muy buenos
. i86 COLUMELAR
para plantarlos, pero se han de meter en tierra hasta que su
extremidad quede en la superficie del suelo. Las estacas de
pie y medio, después de haberlas introducido en la tierra,
se cubren ligeramente con una poca de la movida. La tierra
de riego quiere mayores distancias entre las plantas, y es
bueno que sean de seis pies en tresbolillo : la de secano mas
pequeñas, pero de suerte que los que las cultivan puedan
llegarellas con facilidad. Los entreliños es suficiente que
tengan cinco pies de ancho en este caso , pero las plantas
en el mismo liño estarándos pies de distancia una de otra.
Se plantan antes que germinen , cuando todavía no han te*
nido movimiento las varetas, que convendrá cortar de los
árboles ya enjutas, porque si se hace cuando están cubier
tas de rocío, prosperan poco, y asi se huye de los dias llu
viosos para escamondar los sauces. En los primeros tres años
se han de cavar los saucedales muymenudo , como se hace
con los majuelos: después en habiendo tomado fuerzas, es-
tan contentos con tres cavas; cultivándolos de otra manera
descaecen prontamente, pues, aunque se ponga cuidado
se pierden muchísimos sauces, y en lugar de estos se de
ben propagar otros por medio de mugrones, que se toma
rán de las plantas inmediatas, cuyas puntas se encorvarán
y enterrarán para con ellas reemplazar todo lo que se habrá
perdido. Después en teniendo el mugrón un año se separa
rá de su planta, para que pueda sacar, como la vid,. el ali
mento de sus propias raices. . . , ...
•
CAPITULO XXXV, cVnr. .'.'.H vm
De la retama y de los mimbrones, ' ';" r! '
Los sitios muy secos, en que no ase esta clase de árboles,
quieren retamas: la atadura que se hace de ella, al paso que
es bastante firme, es también muy flexible. Se siembra sugrana,,
la cual luego que ha nacido,se trasplanta un barba
do de ellalos dos años,se deja después de pasado este
tiempo, y se puede segar todos los años por juntola tier
ra como las mieses. Las demás ataduras, como por ejemplo
las de zarza1, piden mayor trabajo, pero indispensable en
. LIBRO CUARTO
187
caso de necesidad. El sauce mimbrón para vigas quiere casi
el mismo terreno que el para mimbres mimbremimbrera:
sin embargo se da mejor en la de riego y se planta de esta
cas ,las que no se deja mas que un varal : asi que han ar
rojado, se cavanmenndo, se les quita la hierba y no se des
hoja menos que la viña, para que se excite mas bienla
longitud quela latitud de las ramas: cultivado de esta suer
te se corta por último al cuarto aúo. Pues el que se destina
para ataduras puede cortarse cuando tenga un añodos pies
y medio sobre la tierra , para que eche varetas del tronco y
se arregle en brazos como la viña baja ; pero si el terreno éa
muy seco , será mejor cortarlelos dos años.
CAPITULO XXXII.
De los cañaverales y de su cultivo.
La caña se pone en tierra cavada con el azadónmenos
profundidad, pero es mejor hacerlo con la azada. Como
quiera que sea muy vivaz y no le sea contrario terreno al
guno, se pone con mejor éxito en el suelto que en el apre
tado, en el húmedo que en el seco, en los valles que en las
pendientes: y con mas comodidad en Jas orillas de los rios,
en las lindes, y en setos, que en medio de las heredades.
Se siembra un tubérculo de la raiz , se pone un trozo de la
misma caña,se tiende toda ella en la tierra. El tubérculo
enterradotres pies de distancia de los otros , da en menos
de un año una caña madura. El trozo y la caña entera echan
mas tiempo. Pero, bien sea que se pongan trozos dedos
pies v medio, bien cañas enteras tendidas, es menester que
Jas puntas queden fuera de la tierra, porque si están entera
mente cubiertas se pueden rodar ellas. El cultivo de los ca
ñaverales en los tres primeros años no es' distinto del de las
demás plantas de que hemos hablado: cuando en seguida se
han envejecido se ha de agostar la tierra otra vez. Y su ve
jez ha llegado cuando se ha secado con el moho y el descuido
de muchos años,cuando se ha espesado de suerte que so
lo produce cañas delgadas y semejanteslos carrizos. Pero
en el primer caso se debe arrancar enteramente; en el se
. i88 . : COLUMELA.
gundo se pueden cortar algunas entremedias y aclararlas, ¿
cuya labor llaman las gentes del campo castración: sin etnbargo
esta reparación del cañaveral esciegas, pues no se
ve en la tierra lo que se ba de quitar ni lo que se ha de de
jar: no obstante es mas tolerable castrar la caña antes de
cortarla poique los carrizos indican lo que se ha de arran
car. El tiempo de cavar la tierra y plantarla de cañas es an
tes que germinen los tubérculos de éstas, se cortan después
del solsticio de invierno, pues hasta este tiempo están to
mando incremento, y se paran cuando se han endurecido
con los frios del invierno. Se han de dar al cañaveral tantas
cavas comolas viñas; pero su esterilidad se ha da socor
rer con cenizacon otra especie de estiércol : por lo cual
muchos pegan fuego al cañaveral después de haberlo cor
tado.
CAPITULO XXXIII.
De los castaños y de las encinas.
El castaño se acercala naturaleza de los robles, por lo tan
to es apropósito para proveer de apoyoslas viñas. Pues la
castaña sembrada en una tierra agostada nace prontamente.
Y si se corta la plantalos cinco años, se renueva como el
sanee, y la estaca que se hace de ella dura casi hasta el cor
te siguiente1. Necesita una tierra obscura y suelta, y. no le
es contraria la arena gruesa húmeda, ni la toba deshecha: le
acomodan las pendientes sombrías y septentrionales ; teme el
terreno denso y el rojo. La tierra seca y agostada hasta dos
pies y medio de hondo se siembra por todo el invierno desele
el mes de noviembre: las castañas en el liño estándis
tancia de medio pie una de otra, pero los liños tienen en
tre sí espacios de cinco pies. La castaña se pone en surcos
cavadosnueve pulgadas de profundidad y luego que es
tán sembrados antes de allanarlos se elevan cañas al lado de
cada castaño para que sirviendo de señales se pueda cavar
y escardarmano con mas precaución. Así que tienen pies
que poder trasplantar, lo que se verificalos dos años , se
arrancan algunos de en medio de los liños de manera que
queden dos pies de vacío entre cada arbolito para que la es
. LIBRO CUARTO
189
pesnra no debilite las plantas. Pero el sembrarlas espesas es
por varios accidentes que pueden sobrevenir: pues algunas
veces se seca la castaña por falta de. humedad,se pudre
por abundancia de aguas: otras veces se devastan por los
animales subterráneos, como los ratones y los topos, y por
este motivo muchas veces se despueblan los castañares nue
vos, y cuando se han de repoblar vale mas si hay propor
ción de hacerlos abajar un varal' de un árbol inmediato , á
manera de mugrón para propagarlo , que arrancarlo y plan
tarlo. Pues aquel como no se ha movido de su lugar arroja
con fuerza: pero la que se ha atrancado de raiz y se ha
plantado otra vez , no se restablece hasta pasados dos años.
Por lo cual es una cosa averiguada que semejantes bosques
se forman mejor con castañas que con barbados. Sembran
do las castañaslas distancias que se han escrito arriba, ca
ben en cada yugada dos mil ochocientos y ochenta castaños
que darán fácilmente, como dice Atico , doce mil apoyos.
Porque los trozos cortados de la parte de la rama mas inme
diata al tronco suministran ordinariamente rodrigones, que
cada uno tiene la cuarta parte del trozo partido de alto'á ba
jo; y los mas retirados, que llaman segundos, dos que cada
uno tiene la mitad. Esta especie de apoyo hendido dura
mas tiempo que la estaca cilindrica. Lo mismo se cava la
tierra y se pone que la viña. Se debe escamondar cuando ten
ga dos años y aun cuando tenga tres : pues se le debe apli
car dos veces el hierro al principio de la primavera. Puede
también ponerse la encina de un modo semejante, pero se
corta dos años mas tarde que el castaño , por lo que la ra
zón pide que se gane mas bjen tiempo , poniendo esta con
preferencia: si no es que los montes llenos de malezas y de
cascajo, y aquellas tierras que hemos dicho arriba pedirán
mas bien bellota qne castaña. Hasta aqui he tratado copiosámente,
y nb sin utilidadmi parecer, de laí -viñas de Ita
lia y de sus adminículos, para manifestar en seguida el cul
tivo que danlas viñas los viñeros de las provincias, y no
menos el de las vides maridadasárboles tanto en nuestro
pais como en la Galia.
. 190
COLUMELA.
NOTAS AL LIBRO CUARTO.
Nota al
CAPITULO VII.
1. Tanto por causa de la solución de continuidad que se
causala corteza, como porque la savia se extravasa por las
aberturas que ha hecho la podaderalos conductos por don
de pasa.
Nota al
CAPITULO XI.
1. Ceorg. lib. 2, v. 362 y 363.
Notas al
CAPITULO XVII.
1. ¿Para qué haber desunido las diferentes especies de yu
gos y empezado aquí un capítulo? Ya he repetido muchas
veces que las divisiones por capítulos no son de nuestro autor.
No es menester mas prueba que ésta.
2. Llama cabeza del troncola misma distribución de los
brazos , donde suele haber algún nudo que es como la cabeza.
Notas al
CAPITULO XXII.
1. Como sucede en algunos injertos cuya herida se cica
triza con tanta mayor facilidad cuanto la sávia, que tiene
siempre su tendencia ácia lo alto , la consolida pocopoco
con la madera superior, ólo menos no la deja secarse.
2. Véase el capítulo XXIX.
Notas al
CAPITULO' XXIV.
1. Sierpes.
2. Efectivamente en el primer corte la herida es larga , y
la parte que se ha dejado y la ha recibido delgada : en el se
gundo es la herida pequeña y mas, redonda, y la parte que
la ha recibido mas gruesa. Es pues preciso' que en aquella se
seque mas pronto la parte herida y que muera ; pero en ésta
no solo no muere tan fácilmente, pues ésto de ningún modo
sucede , sino solamente deja de crecer.
Nota al
CAPITULO XXXI. ,
1. Plinio en el lib. 3 cap. 37, pone las zarzas en el núme
ro de las plantas que sirven para atar las vides , pero con tal
que se les quiten las espinas.
Nota al
CAPITULO XXXIII. .
1. Esto es hasta otros cinco años, pues pasados se puede
cortar de nuevo el castañar.
. LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA.
De las cosas del campo.
LIBRO QUINTO.
CAPITULO I.
Cómo deberás medir las diferentes formas de campos que
te se presenten.
Me has dicho, Silvino, que en los libros anteriores, que
yo te habia escrito sobre la formación y cultivo de las vi»
ñas, faltaban algunas cosas, que echaban menos los afi
cionadosJas labores del campo; y no niego que he omi
tido algunas, aunque he hecho una indagación exacta de
lo que han dejado por escrito los cultivadores de nuestro
siglo, y los antiguos v pero cuando he prometido dar los
preceptos de agricultura, no he asegurado, si no me en
gaño, que habia de decir todas las cosas que contuviese
la inmensidad de esta ciencia, sino la mayor parte. Por
que aquello no cabe en la capacidad de un hombre solo;
pues no hay ciencia ni arte alguna que se haya llevado
á Ja perfección por el ingenio de un hombre. Por lo cual,
así comoun cazador, que va persiguiendo fieras en un
bosque dilatado, no se le puede pedir mas que el que co
ja muchas, yninguno se ha culpado por no haberla»
cogido todas : así tambiénnosotros nos basta haber en
señado la mayor parte de una materia tan difusa, como la
que hemos emprendido tratar : siendo así que las cosas que
se echan menos en nuestra obra , son extrañasnuestra
profesión: como por ejemplo nuestro Marco Trebelio, cuan
do poco ha pretendía que yo diese reglas para medir las.
. iq» COLUMELA.
tierras , porque estaba entendido en que demostrar el mo
do con que hemos de agostar un terreno , y enseñar como
hemos de medirlo después de agostido, son dos cosas muy
semejantes , y que deben ir juntas: la cual decia yo que no
era función de labrador, sino de agrimensor, principal
mente cuando los arquitectos que tienen precisión de sa
ber el método de tomar las medidas , ni aun se dignan ha
cerlo con los edificios de que ellos mismos han dado el plan
despues que se han acabado ; sino que creen que una cosa
es la que correspondesu profesión , y otra distinta la que
es del cargo de los que miden los edificios que se han
construido ya, y hecha la cuenta calculan el valor de la
obra. Por lo cual con tanta mas razón se ha de disimular á
nuestra profesión , si solo llega hasta el punto de decir el
modo con que se ha de hacer cada cosa , y no cuanto sea
lo que se haya hecho. Pero como tú también, Silvino, quie
resfuer de amigo , que yo te dé los preceptos de las me
didas , condescenderé con tus deseos, con tal que no dudes
que esto es mas bien cosa de geómetras, que de gentes del
campo, y que me disculpes , si hubiere cometido algún er
ror en una C03a cuya ciencia no me atribuyo. Mas para en
trar en materia, digo, que todas las medidas se reducen á
la del pie , que consta de diez y seis dedos. El pie multi
plicado da. progresivamente pasos, actos, climas, yugadas,
estadios y centurias, y enseguida también otras medidas
mayores. El paso tiene ci,ncp pies.. El acto, menor * como di
ce Marco Varron 1 , tiene cuatro pies de ancho y ciento y
veinte de largo. El clima es de sesenta pies ácia todas par
tes. El acto cuadrado se termina por todos lados con ciento
y veinte phs. Este duplicado hace la yugada, que ha toma-,
do este npiábre por estar juntos los dos actos.; Maseste ac
to llama la gente .del campo de la provincia Bélica acnua\
y al espacio de treinta pies de ancho, y ciento y ochenta de
largo llaman los mismos porca. Pero los Galos llaman cán
delo en las superficies urbanas al espacio de cien pies , y
en las rústicas al de eiento y cincuenta, i y también arepennis
á la media yugada. Por consiguiente, como he di
cho , dos actos hacen una yugada de doscientos y cuarenta
pies de largo, y ciento y veinte de ancho, cuyas cantidades
. LIBRO QUINTO i93
multiplicadas entre sí dan el producto de veinte y ocho mil
y ochocientos pies cuadrados. En seguida viene el estadio,
que tiene ciento veinte y cinco pasos de largo, tsto es,
seiscientos veinte y -cinco pies, que multiplicados |>or ocho
hacen mil pasos, que son cinco mil pies. Ahora llamamos
centuria (como dice el mismo Varton)una medida de
doscientas yugadas, que antes se llamaba así por tener
ciento2: mas aunque después se ha duplicado, ha conser
vado su nombre antiguo, al modo que Jas tribus, llamadas
así al principio por haberse dividido el pueblo romano en
tres partes: las cuales sin embargo, multiplicadas al presen»
te, conservan el nombre anticuo. Ha sido conveniente explicar
ríe antemano estas palabras, que no son agenas ni
distantes de los cálculos que vamosdar. Vamos ahora á
nuestro propó-ito. No hemo* puesto aquí todas las parres
en que puede dividirse la yugada, sino solamente aquellas
que erítran en la estimación del trabajo que se ha dado;
pues sería sapérftuo tratar
CAPITULO II.
Continuación del anterior.
Todo campo es cuadrado,rectangular,en forma de
cuña,triangular,circular,también presenta la for
ma de un semicírculo,de un arco de círculo: asimismo
algunas veces la de un polígono. La medida de un cua
drado es muy fácil , porque como es por todos lados de
un misino número de pies , se multiplican dos lados en
tre sí, y el producto da el número de pies cuadrados que
contiene. Como por ejemplo, hay un terreno de cien pies
por todos cuatro lados; multiplicamos ciento por ciento,
resultan diez mil. Diremos por consiguiente que este ter
. LIBRO QUINTO
195
reno tiene diez mil pies cuadrados, que hacen un tríente y
una séxtula de yugada; por cuya proporción convendrá
calcular el trabajo que se ha dado. Pero si fuere mas lar
go que ancho, como v. gr. la figura de la yugada, esto
es, doscientos y cuarenta pies de largo, y ciento y vein
te de ancho (como dije poco antes) multiplicaremos los
pies de la longitud por los de la latitud de ésta manera:
ciento y veinte veces doscientos y cuarenta son veinte y ocho
mil y ochocientos. Diremos que la yugada de tierra tiene es
tos mismos pies : e igualmente se hará con todos los terrenos
cuya longitud sea mayor que su latitud. Pero si tuviere la for
ma de una cuña, como por ejemplo, si tiene cien pies de lar
go 1 , veinte pies de ancho por un lado , y diez por otro , eu
este caso sumaremos las dos latitudes , que harán el total de
treinta. Su mitad es quince , que multiplicaremos por la
longitud, y sacaremos un mil y quinientos pies. Por consi
guiente diremos que este es el número de pies que hay en
aquel terreno en forma de cuña, cuya parte de yugada será
media onza y tres escrípulos. Pero si debieres medir un trián
gulo equilátero 1 , seguirás este método. Sea un terreno trian
gular de trescientos pies por cada lado. Multiplicado éste
número por sí mismo , el producto es noventa mil. To
ma su tercera parte, esto es, treinta mil; toma también la
décima , esto es , nueve mil ; suma ambas partidas : el total
será treinta y nueve mil , este es el número de pies cuadra
dos que diremos haber en éste triángulo , cuya medida es
una yugada, un triente y un sicílico. Pero si el terreno fue
re un triángulo con los lados desiguales, que tiene un án
gulo recto, se ordenará la cuenta de otra manera. Sea la
línea de un lado de los que forman el ángulo recto de
cincuenta pies, y la del otro de ciento. Multiplica estas
dos cantidades entre sí: cincuenta veces ciento hacen cin
co mil ; su mitad son dos mil y quinientos , cuya parte
hace una onza y un escrípulo de yugada. Si el campo fue
re redondo, de suerte que tenga figura circular, ajusta los
pies que tiene de esta manera. Sea una área redonda , cu
yo diámetro tenga setenta pies. Multiplica este número por
sí mismo; setenta por setenta hacen cuatro mil y nove
cientos. Multiplica este total por once; resultan cincuenta y tres mil y novecientos pies. Divido este producto
por catyrce, saco de cuociente tres mil ochocientos y cim
cuenta pies. Estos son los que digo haber cuadrados en
aquel círculo 3 , cuya cantidad, hace ouza, y media y dos
escrípulos y medio de yugada. Si .el terreno fuere un se
micírculo, cuya hase tenga ciento cuarenta pies, y la Ja«
titud de la curvatura, esto es, el radio, setenta, con
vendrá multiplicar ésta por la base: setenta veces ciento
y cuarenta son inieve mil y ochocientos, que multiplica
dos por once hacen ciento siete mil y ochocientos. La déci
ma cuarta parte de este totales siete mil y setecientos4.
Estos pies diremos que hay en el semicírculo, que hacen,
un cuadrante, y cinco escrípulos de yugada. Pero si fue»,
re lóenos que un. semicírculo j, mediremos, el arco ( eje, esta,
manera.. Sea. un arco , cuya base tenga diez? y seis pies, y su¡
latitud cuatro. Sumo la base y, la. latitud; el total.es veinte»
que multiplicados por cuatro hacen ochenta. La mitad de
estos es cuarenta. También tomo Ja mitad dejá base, que es'
Qcho pies» y multiplicada por.qí injsnia . Íiac_e.^se»ta y cua-,
tro. Saco, la décima -ciiar, ta parte, que es,, cuatro ;p.iefl.
y un., poco mas, añado esto, á, los cuarenta Ja s tuna será,
cuarenta y «uatro pies. Estos digo que soii los. pies cua
drados quo hay en el arco. 5 y hace» med»o. escrúpulo Je
yugada menos, una vigésioiarqumta parpe.6. Si fuere de, seis,
ángulos, se reduce.pies cuadrados de esta manera. Sea un
exágono, cuyos lados tengan todostreinta pies. Mullí-,
plico un lado por sí mismo: treinta veces treinta son no
vecientos. Tomo la tercera parte de este producto que es
trescientos; tomo ademas la déoima qpe es noventa: la
añadoía anterior, y hace la suma de trescientos y no
venta. Esta se ha de .multiplicar, por seis, porque, hay seis,
lados, cuyo producto es dos mil trescientos y cuarenta.
Por consiguiente diretnos que hay este número de pies
cuadrados.,7.. ¡Y así hahrá una ouza de yugada menos seis,
decimas .paites de. escríputo.
CAPITULO III.
Cuántas plantas quepan en una yugada distribuidas á
tres pies de distancia entre, ómayores, hasta diez
pies de una otra.
Conocidos pues bien estos principios de semejante cál
culo, haremos sin dificultad las, medidas de las tierras,
cuyas especies todas es cosa dilatada yárdua exponer aho
ra. Al presente voyañadirlo >que he dicho otras dos
fórmulas de que se sirven con frecuencia los labradores
en la colocación de las plantas. Sea un terreno de mil y
doscientos pies de largo y ciento y veinte, de ancho: en
él se han de colocar las vides de manera que se dejen cin "
co pies entre los liños. Pregunto, ¿cuántas plantas se ne
cesitan cuando se quiere que estén, en el liñocinco pies
de distancia unas de otras? Saco la quinta parte de la lon
gitud, que son doscientos y cuarenta, y la quinta de la la
titud, esto: es, veinte y cuatro:cada , una rde estas dos can
tidades, añado siempre una unidad por la planta de la ex
tremidad de los liños que llaman angular : de consiguien
te se hace una suma de doscientos cuarenta y uno, y otra
<3e veinte y ' cinco.. Multiplica estas sumas de esta mane
ra:, ¡veinte y cinco veces doscientos cunreata.y uno son seis
•mil y veinte y cinco. Tantas són las plantas que se necesi
tan. Del mismo moda si las quisieres poner-á'seis pies de
distancia, tomarás la sexta párte dé la longitud de mil y dos
cientos 'que =es doscientos^ y-la sexta parto tío Ja latitud
de ciento y veinte, que es veinte. A cada una deíestas canrielad
tií añadirá? la-unidad que -dije: por las plantas angolares
que hará doscientos y uno* y veinte y uno. Estas
sumas las multiplicarás entre sí veinte y una veces dos
cientos y uno, y de esta suerte harás cuatro mil. doscien
tos veinte y uno, y dirás, que se necesitan otras tantas plan
tas. Asimismo, si las : quisieres ponersiete pies, toma
rás la séptima parte de la longitud y 'de la latitud: aña
dirás las unidades angulares, y del mismo modo , y por el
misino orden hallarás el número de plantas que se necesi
n3
. iQ8 COLUMELA.
tan. Finalmente, sea el que fuere el número de pies que
has de dejar de intervalo entre cada planta , has de multi
plicar por él la longitud y la latitud del terreno, y has de
añadir las antedichas unidades. Siendo esto así , se sigue que
la yugada de tierra que tiene doscientos y cuarenta pies
de longitud y ciento y veinte de latitud , poniendo las plan
tastres pies de distancia (que es el menor intervalo que
se deja cuando se ponen las vides) , necesitará de ochenta
y una plantas para la longitud , y veinte y cinco para la la
titud , estando en ella alineadascinco pies de distancia,
cuyos números, multiplicados entre sí, hacen dos mil y
veinte y cinco plantas. O si estuviere la viña puesta'cua
tro pies de distancia en ambas direcciones, tendrá el liño
á lo largo sesenta y una plantas, ylo ancho treinta y una,
cuyos números hacen en la yugada mil ochocientas noven
ta y una vides. O si estuviere puestacuatrb pies de distan
cialo largo , ycincolo ancho , el liño de la longitud
tendrá sesenta y una plantas , y el de la latitud veinte y cin-
OOi Pero si el plantío es'cinco pies tendrá el liño de
lo largo cuarenta y nueve plantas, y el de lo. ancho veinte
y cinco r cuyos dos números multiplicados entre sí hacen
•mil doscientos veinte y cinco. Pero si se quisieren poner las
vides en un terreno de la misma; cabidaseis; pies de dis
tancia, no hay duda que se han de darla longitud cua
renta y una vides, yla latitud veinte y una; que mul
tiplicadas entre sí hacen el número de ochocientas sesen
ta y una. Mas si se quiere poner la viñasiete pies de dis
tancia , recibirá el liñolo largo treinta y cinco plantas,
ylo ancho diez y ocho, cuyos números multiplicados
entre sí hacen seiscientas y treinta, por. lo que diremos
que se ha de prevenir igual número dé plantas; Stai se
plantare la viñaocho pies , recibirá el liño de laMongitud
treinta y una plantas, y por la latitud diez y seis, cuyos
números multiplicados entre sí hacen cuatrocientos noven
ta y seis. Pero si las plantannueve pies, tendrá e! liño á
lo largo veinte y siete plantas , ylo ancho catorce: estos
números, multiplicados entre sí, hacen trescientas seten
ta y ocho. Mas si se plantarendiez pies, al liñolo lar
go la cabrán veinte y cinco plantas , ylo ancho trece,
. LTBRO QUINTO i99
I09 cuales números , multiplicados el uno por el otro,Jia-
cen trescientas veinte y cinco. Y para no llevar el cálcu
lo al infinito, se pondrán las plantas en la misma propor
ción que quiera cada cual dejar mas largos los intervalos.
Baste ya con lo que se ha dicho de la medida de las tierras,
y del número de plantas que necesitan. Ahora vuelvo al or
den que me he prescrito.
CAPITULO IV.
Del cultivo de las viñas en las provincias.
lie observado que hay muchos géneros de viñas en las pro
vincias: pero de las que yo mismo he conocido, las que se
tienen por las mejores son Jás que semejantesarbolitos tie
nen la caña corta y se mantienen por sí solas sin apoyo:
después de éstas las que sostenidas por apoyos se ponen so
bre yugos separados cada una:éstas llama la gente del
campo cuntheriadus: en seguida vienen las que están rodea
das de cañas clavadas en el suelo, y cuyos sarmientos aplica
doséstas cañas, que les sirven de apoyos , se encorvan,
formando emparrados circulares:estas las llaman algunos
characatas. La última clase es la de las vides tendidas, y que
al salir la cepa de la tierra, se extienden por ella como si las
hubieran tirado. Pero el modo de plantarlas es en todas casi
uno mismo , pues las plantas se ponen en hoyoen zanja,
porque los cultivadores de las naciones extrangeras no en
tienden de agostado; él cual sin embargo es casi supérflua
en aquellos países en los cuales el terreno está mullido, y
suelto naturalmente, porque. éste (como dice Virgilio, Georg.
lib. II, v. 184.) lo imitamos arando,también agostándo
lo. Y asi la Campania , aunque puede tomar éste ejemplo de
nosotros, como que es nuestra vecina, no usa dar esta la
borla tierra , porque la franqueza 'dé su suelo necesita
menos trabajo. Pero si en algunas provincias lo muy com
eto del terreno exige mayor gasto de parte del cultivador,
que nosotros hacemos agostando la tierra, él lo consigue
haciendo una zanja, esto es, para poner, las plantas en ua
terreno mas bien labrado. . !, .!.•" ... . <
n4
. aoo COLUMELAR!
CAPITULO V.
De las diferente? clases que hay de ella$¡ y del cultivo de,
cada cual.,
Pero para tratar de cada una de las especies de viñas que
he propuesto, lo iré haciendo por el orden con que las
he nombrado. La vid qlíejsí (rúajatiene por sus propias
fuerzas sin apoyo, si la tierra es suelta, se ha de poner en
hoyo ; si es muy densa , en zanja : pero tanto los hoyos ,
como las zanjas , son muy ventajosas , si en los países
templados y donde los estíos son muy ardientes se ha
cen un año antes de plantar las viñas. Sin embargo-se ha
de examinar primero la bondad del suelo, pues si las planJ
tas se. han de poner en el que sea endeble y ligero, se debe
hacer el hoyo ú la zanja;al mismo tirmpo de la plantación.
Si se hace. el hoyo el año antes de ésta, es-suficiente que
tenga tres pies de largO'y de hondo, y dos de anchov pero si
hemos de dejar los entreliños de" cuatro pies de ancho tene^
mos por mas cómodo que los hoyos tengan esta misma inej
dida eu ancho y largo, y Con solos tres de profundidad. Mas
las plantas se apiicará«-á los cúatroáñgnlos , poniendo debajo
tierra desmenuzada^ después de lo cual secubvirán los hoyos.
Y en cuátttd á; los' éntreliños solamente tenemos que preve
nir que tengan enterfdlido los cultivadores , si han de labrar
las viñas con el otado, que los dejen mas anchos, y si con
tes ázatjáe, más angostos. Y ¡no han de ser mas anclíos que
dfe diez' 'p'fés ,' ni' d"la$> estréchos que de cnaíro. Sin embargo
mucho» disponen los* -liños» de manera que en línea recta de
jan dos pie?, y cuaúdo mas tres, entre planta y planta: por
el contrario, los entreliños los hacen de mayor extensión,
par* qnrt;ahde ipor-elk)(S'el' cavado» <ó-el arador. Pero el cui
dado de te' plantación fnoirjehefcer otro que el que he pres-*
crito"1 en' el ' tercer ¡¡libro. .:8in ¡embargo el' cartaginés MttgOn
añade1éste método una cosa:, y es qne las plantas se
pongan de'manera que nó se llene desde luego el hoyo en
tecamente de1 áccra , ginq que se deje desocupada la mitad jx>-
eo masmenos, y en los dos afi09 siguiente» se vaya 11c
. LIBRO QUINTO aoi
nando pocopoco: pues cree que de ésta suerte se obliga á
la vidque eche raices acia abajo. Yo no negaré que esto
se haga con utilidad en los terrenos secos ; pero donde el
pais es húmedoel cielo lluvioso, no creo que deba ha
cerse, porque la mucha agua que está parada en estos ho
yos medio llenos de tierra, mata las plantas antes que se
fortifiquen. Por lo cual pienso que es mas útil llenar los ho
yos asi que se Vían puesto Ia3 plantas; mas luego que ha
yan asido convendrá excavarlas cuidadosa y profundamen
te, al instante que haya pasado el equinoccio de otoño, y
después de haberles cortado las raicillas, si hubieren echa
do algunas en la superficie del suelo, cubrirlas al cabo de
pocos dias. Pues de ésta suerte se evitarán ámbas incomodi
dades; la de que no se exciten las raicessalir en la parte
superior, y la de que las plantas que todavía tienen poca
fuerza padezcan con las lluvias inmoderadas. Pero cuando
hayan tomado ya fuerzas no hay duda que las aguas del cie
lo les sirven de muchísima utilidad. Y así en los garages en
que lo permita la suavidad del invierno, convendrá dejar las
vides descubiertas, y tenerlas excavadas en toda esta estación.
En cuantola cualidad de Jas plantas que se han de po
ner, no están conformes los autores; unos creen que es me
jor plantar la viña desde luego con cabezudos, otros con
barbados: sobre lo cual ya he manifestado mi modo de pen
sar en los libros anteriores. Y sin embargo añado aho
ra que hay ciertas tierras en las cuales no se dan también las
vides trasplantadas, como las que se ponen de asiento: pero
esto sucede raras veces. Por consiguiente se ha observar y
examinar con cuidado lo que lleva cada pais, y lo que reusa
producir1. Conviene pues arreglar Ja planta que se ha
puesto, ésto es, el cabezudoel barbado, de manera que dé
una cepa que se mantenga derecha sin apoyo: pero esto
no se puede hacer desde luego. Pues si no pones apoyola
vid mientras está tierna y endeble* los sarmientos caerán
á tierra conforme vayan saliendo. Y por eso al ponerla plan
ta se le aplica una caña que proteja, por decirlo así, y man
tenga su infancia, y la llevetanta altura comoquiera dar
le el cultivador: la cual seguramente no debe ser muy con
siderable ,-pues no se debe dejar pasar de pie y medio. Así
. aoa COLUMELA.
que en seguida toma fuerza, y puede sostenerse ya sin apo
yo, recibe su incremento por la cabezapor los brazos.
Porque de esta cultura hay también do3 especies: unos
aprueban mas las viñas que solo tienen cabeza , y otros las
que están distribuidas en brazos. Los que gustan armar la
viña de esta última manera , conviene que conserven todo
Jo que habrá arrojado la vid nueva al rededor de la cicatriz
que le habrán hecho al cortarla por lo alto, y la distribuyan
en cuatro brazos de un pie de largo, de manera que miren
'todos los puntos cardinales del cielo. Pero estos brazos no
se dejan inmediatamente al primer año con todo su largo,
para que no se cargue la vid mientras todavía está endeble;
sino al cabo de muchas podas se les hace llegarésta medi
da. Después conviene se dejen cierta especie de cuernos,
que salgan de los brazos, y que de ésta suerte se extienda la
vid entera por todas partes en redondo. El método de la poda
es el mismo que en las viñas yugadas: pero se diferencia en
una cosa, y es que en lugar de sarmientos mas largos se dejan
pulgares de cuatrocinco yemas, y en lugar de subsidiarios,
tornillos de dos yemas. En la vid que dijimos con
cabeza, se corta el sarmiento-que rodeala misma madre
al casco, dejándole unados yemas adherentes al tronco.
Pero esto se puede hacer con seguridad en las tierras de
riegoen las muy pingües , cuando sus fuerzas pueden dar
á un tiempo fruto y madera. Los que dan ésta formasus
viñas las cultivan principalmente con el arado, y siguen es
te sistema de quitar los brazoslas vides, porque no te
niendo las cabezas cosa alguna que sobresalga , no están ex
puestasque las per judiquen el arado ni los bueyes. Pues
en las que están distribuidas en brazos, sucede comunmen
te que las ramillas de las vides se quiebran con la pierna ó
con las astas de los bueyes : también muchas veces se veri
fica lo mismo con la esteva , cuando el gañan cuidadoso se
empeña en llegar con la reja hasta el liño, y en labrar lo
mas inmediato que puede serlas cepas. Y éste cultivo se
dalas vides con cabeza, ólas distribuidas en brazos an
tes que broten. Luego que esto se verifica , viene el cava
dor, y labra con las azadas las partes donde no ha podido
llegar el gañan. En seguida, luego que la vid echa sarmien
. LIBRO QUINTO ao3
tos, entra el despampanador, quita los supérfluos y deja
los fructíferos, los cuales asi que se han endurecido los atan
en forma de corona: esto se hace por dos motivos: el uno
no sea que si se dejan crecer con libertad se extiendan vi
ciosamente y atraigansí todo el alimento: y el otro, para
que atada la vid de ésta manera , dé entrada libre al gañan
y al cavador para que la labren. Pero el modo de despam
panar será éste: en los sitios sombríos, húmedos y fríos se
despojará el verano la vid, y se quitarán los pámpanoslos
sarmientos, para que el fruto pueda madurar, y no se pu
dra con la humedad; pero en los secos, calientes y abriga
dos, por el contrario se cubrirán los racimos con los sar
mientos, y si Ja vid tuviere pocos, se resguardará el fruto
con hojas,, y alguna vez con paja, que se traerán de otra
parte al efecto. Marco Columela mi tio, varón instruido en
las bellas artes, y cultivador aplicadísimo de la provincia
Bética , hacía sombralas vides ácia el nacimiento de la
Canícula con esteras de palma, porque en el tiempo en que
aparece esta constelación, algunas partes de aquella provin
cia son por lo común tan infestadas del aire solano, que los
habitantes llaman Vulturno, que si no se hace sombralas
vides con algunas cubiertas, se quema el fruto como si hu
biera pasado la llama por ellas. Y este es el cultivo de Ja
vid distribuida en brazos y de la que solo tiene cabeza. Pues
la que se pone sobre un yugo solo,la que se le dejan cre
cer los sarmientos, para aplicarloscañas que les sirven de
apoyos redondeándolas en forma circular, exigen poco mas
ó menos el mismo cuidado que la vid yugada. Con todo eso
he advertido que algunos enterraban en la superBcie del
suelo,modo de mugrones, unos sarmientos largos de las
vides characatas, sobre todo cuando son del vidueño heluenaco,
que después los enderezaban otra vez aplicándolos á
cañas, y los dejaban para fruto:estos los llaman mergos
nuestros cultivadores, y los Galos candosoceos , y los cu
bren con tierra por un motivo sencillo ; y es , porque creen
que ésta da mas alimentoéstos sarmientos de fruto. Y asi
después de la vendimia los cortan como inútiles y los se
paran de la cepa. Pero nosotíos mandamos que éstas mis
mas varas, luego que se hayan separado de la madre, se
. 204
COLUMELA.
pongan en lugar de barbados, si bubiere algunos sitios des
ocupados en los liños, por haberse perdido algunas plantas,
ó si alguno quisiere poner un majuelo, porque las partes
de los sarmientos que han estado enterradas tienen segu
ramente bastante cantidad de raices, que desde que han si
do plantadas en los hoyos , prenden al instante. Resta ha
blar del cultivo de la viña tendida , que no se debe empren
der, como no sea en un clima muy sujetovientos, por
que dalos cultivadores un trabajo difícil y porque nunca
se saca de ellas vino de gusto generoso. Pero donde
la cualidad del pais admite solamente éste cultivo, se pone
el cabezudo en hoyos de dos pies , y luego que ha brotado,
se reduceun sarmiento solo , el cual el primer año se cor
ta, dejándole dos yemas: después el siguiente, así que ha
echado mas sarmientos, se deja crecer uno y se suprimen
I03 demás. Y así que el que se ha dejado ha dado fruto, se
poda en términos que estando tendido en tierra, no pase
del claro del entreliño: y no hay gran diferencia entre la
poda de la viña tendida , y la de la que está derecha : sino
quela primera se le deben dejar los sarmientos mas cor
tos; y los tornillos también han de quedar muy cortos á
manera de alarifes: pero después de la poda, que en esta
clase de viña se ha de hacer indispensablemente en el oto
ño, se doblará toda entera acia el otro entreliño, y de es
ta suerte aquella parte que había estado ocupada se cava
ó se ara , y asi que esté labrada se le echa otra vez la misma
vid, para que la otra parte pueda también labrarse. Sobre
el modo de despampanar esta viña no están muy de acuer
dó los autores : unos dicen que no se ha; de despojar de ho
jas la vid, para que proteja mejor el fruto contra la injuria
de los vientos y de las fieras: otros quieren que se despam
pane con mas moderación, p'ara que la vid no se cargue
de hojas enteramente supéifluas, y sin embargo pueda cu
brir y proteger el fruto : cuyo método me parecemí tam
bién mas conveniente.
. LIBRO QUINTO ao5
t
CAPITULO VI
De los árboles y vides maridadasellos.
Pero ya hemos hablado bastante de las viñas: ahora es me
nester dar preceptos acerca de los áibolcs. El que quisiere
tener una arboleda mandadavides, poblada, y distribuida
á iguales distancias y íructuoüa, tendrá cuidado que no se
ponga clara por jierderse los árboles; sino que sacará los que
padezcan con la vejezla tempestad, y en lugar de ellos,
sustituirá [llantas nuevas: lo que podrá conseguir con fa
cilidad, si tuviere pieparada una almáciga de olmos:, la cual,
no tendré inconveniente en prescribircontinuación <ór,
nao se ba de hacer y de qué especies de olmos. Todos es»
t,án acordes en que hay dos especies de olmos, de Galja y
de nuestro pais: aquel se dice Atinio, y éste de la tierra.
Tremelio Escrofa lia opinado falsamente que el olmo Ati
nio no,llevaba samara (que es la grana de este, aibol), pitea,
sin duda,cHa muy poca, y por lo mismo parece;muchos
estéril, estando como está») escondidas las, granas cutre la
hoja qiie echa al primer brote, y así nadie la pone de si
miente, sino de sierpes. Pero este olmo es micho mas fronr
doso. y; altó que el de la tierra, y da una hoja agradable á
los bueyes, con la cual si has mantenido mucho', tiempo á
éste ganado y después tratas de darle la de los de la otra es?
pecíe, les causa lastidio. Por lo que, si pudiere hacerse,
plantaremos todo el campo solamente de Ja especie Atinja:
si nó, procuraremos al arreglar las hileras, poner alterna^
pvamente, y en igual número, de la tierra y Atinios. De
ésta suerte usaremos siempre de hoja mezclada, y atraído el
ganado con esta especie de condimento, consumirá mas
pronto la comida que necesite. Perola v'rd parece que el
árbol que mas bien la sostiene es el dunllo, en seguida
olmo, en tercer lugar también el fresno. ,EI durillo, ppr,da<
ppca hoja y no ser ^(.¡para el ganado, lo lian desechado
la, mayor, parte denlos, cultivadores. El fresno, que es muy
agradablelas cabras ylas ovejas, y no inútil para los
bueyes, se planta con justo .motivo en lus sitios ásperos y
. ao6 COLUMELA.
montuosos, en los cuales no se da bien el olmo. Este lo pre
fieren los mas, porque sostiene la vid muy cómodamente,
dálos bueyes un pasto muy de su gusto, y prospera en
muchas especies diferentes de terrenos. Y asi el que se pro
pone criar una arboleda nueva para maridar con vides, pre
parará de antemano almácigas de olmosde fresnos, del
modo que vamosmanifestar en seguida: pues los durillos
es mejor plantar desde luego de asiento tallos en la arbole
da. Después en un suelo que sea pingüe y medianamente
húmedo, cavaremos la tierra con la azada, y gradándola y
mulléndola muy bien, la distribuiremos por la primavera
en tablas. En seguida echaremos en éstas tablas la samera
que ya estará de color rojo, y habrá estado muchos dias ten»
dida asoleándose, de suerte sin embargo que tenga algún
jugo y humedad : la samera se echará tan espesa que se cu
bran enteramente las tablas. Y en éste estado cerneremos so
bre ella con una criba tierra desmenuzada, hasta que tenga
dos dedos encima, regaremos ligeramente las tablas, y las
cubriremos con paja, para que no piquen los pájaros las
puntas de los tallos que vayan naciendo. Después, asi que las
plantas hayan acabado de nacer, recogeremos la paja, y
arrancaremos la yerbamano: lo que se ha de hacer con
tiento y cuidado , para no arrancar al mismo tiempo las rai
ces de los olmos, que todavía están tiernas y cortas. Y éstas
mismas tablas las arreglaremos tan estrechas, que los que les
han de arrancar las yerbas , alcancen con facilidad al medio
de ellas : pues si fueren mas anchas, se les hará daño , como
tambiénlas mismas plantitas que se pisarán. En seguida
conviene rociar de cerca mas bien que regar las almácigas
durante el estío, antes de salir el sol óla tarde, y cuando
las plantas tengan tres pies de alto se trasladaránotra al
máciga, y para que no echen raices muy profundas (lo cual
trae mucho trabajo en lo sucesivo, cuando queremos mu
dar las plantasotra almáciga diferente) convendrá abrir
unos hoyuelos no muy grandes,distancia de pie y me
dio unos de otros : después se anudarán las raices si son cor
tas, y si son mas largas se retorcerán en redondo en for
ma de corona , y después de untarlas con boñiga de buey
se pondrán en los hoyuelos y se pisotearán todo al rededor
. LIBRO QUINTO ao7
con cuidado. El mismo método se ha de seguir con las plan
tas que se han cogido con su tallo: lo que es preciso hacer
con el olmo Atiuio, que no se siemhra de samera. Pero es
te olmo se planta mejor en el tiempo de otoño, que en el
de primavera , y sus ramillas se quitan con la mano poco á
poco retorciéndolas, porque en los dos primeros años teme el
corte con hierro. Finalmente al tercero se limpia con tina
podadera afilada , y luego que está en estado de trasplantar
se se pone bien desde el tiempo de otoño , en que la tierra
se habrá mojado bastante con las lluvias hasta la primavera,
antes que la raiz del olmo se descortece al arrancarlo. Des
pués se harán hoyos detres pies en todas direcciones , si la
tierra es suelta: pero si fuere densa , se prepararán zanjas de
la misma profundidad, para que reciban los árboles. Y
ademas se cuidará, si se han de plantar los olmos en terre
no abundante de rociadas y nebuloso, que se dirijan sus ra
maslevante yponiente, para que el medio de los árbo
les , donde está aplicada y atada la vid , y donde se apoya,
reciba mas sol. Mas si tratamos también de sembrar granos,
se pondrán estos árbolescuarenta pies de distancia unos de
otros, siendo el terreno fértil; y si es endeble, solo se reti
rarán veinte pies1. En seguida, cuando empiecenponer
se grandes, se han de arreglar con el hocino, y formar los
órdenes de ramas horizontales, que en latin se llama tabú*
lata. Pues con éste nombre suelen los cultivadores distin
guir las ramas y troncos que salen hacia afuera, y estos los acor
tanlos alargan con el hierro para que las vides se extien
dan con mas libertad; esto en el terreno pingüe, aquello
en el endeble. Los tablados no han de estarmenos de tres
pies de distancia unos de otros, y se han de formar de ma
nera que la rama superior no esté en la misma línea que Ja
inferior, pues ésta quebrantará el sarmiento que germine
y caiga de la superior y le echará abajo el fruto. Mas cual
quier árbol que hubieres plantado no conviene podarlo en
los dos primeros años. Después 6Í el olmo toma un incre
mento pequeño, en la primavera antes que suelte la corte
za* se ha de descabezar por juntola ramilla que parecie
re mas brillante, dejando sin embargo en el tronco por en
cima de ella nueve pulgadas, al cual llevada y aplicada se
. ao8 COLUMELA.
atará,fin que corregida y tomando la dirección del tron
co, provea de cabeza al árbol. En seguida convendrá cortar
al cabo de un año este pedazo de tronco que se había de
jado sobre la ramilla, y alisar el corte. Pero si el árbol nin
guna rama tuvierepropósito para esto , será bastante de
jarlo de nueve pies de alto, cortándole toda la parte supe
rior, para que las ramas nuevas que arroje estén al abri
go del daño del ganado. Y si pudiere hacerse convendrá
cortarlo de un solo golpe, y si no aserrarlo y alisar el corte
con el hocino y cubrirlo con barro amasado con paja, pa
ra que no se pudra con el solcon las lluvias. Un año ú
dos después, cuando las ramillas nuevas hubieren tomado
bastante fuerza, convendrá cortar las supérniia"3 y dejar las
que seanpropósito para arreglarlas. En el olmo que desde
que se plantó ha sido de buen medro, se deben quitar
los nudoslas ramas mas altas. Pero, si las ramillas fueren
robustas, se han de cortar de manera que quede un pedaeo
de ellas fuera del tronco. Luego que en seguida el árbol
haya tomado toda su fuerza, se ha de cortar y alisar todo
aquello adonde se pueda llegar con el bocino, sin tocar
al cuerpo de la madre. El olmo nuevo se ha de formar de
esta manera: en él terreno pingue se han de dejar sin ramas
Ocbo pies sobre la tierra ;: en el endeble siete: por encima
dé este espacio se Ha de distribuir el árbol en tres partes
por su circunferencia,cada una de las cuales se dejará una
rama para formar el primer tablado. En seguida, después
de haber dejado tre9 pies por encima desocupados, se ban
de arreglar otras ramas de modo que no estén puestas etl
•las mismas líneas que las anteriores, y bajo del mismo mé¿
todo se deberá arreglar el árbol hasta lo alto. En la limpia
ee ha de procurar ;nó dar mucha longitudlos espolones
que se dejarán al cortar las ramas, ni por el contrario atu*
sarlos tanto' que se haga daño al mi^mo troncosé Je des
cortece, porque el olmo que se le quita parte de la corteza
del tronco está poco frondoso. También se ha de evitar qué
se haga de dos llagas una, puessemejante cicatriz no la
cubre con facilidad la corteza, El cultivo de e?te árbol e«
continuo y no solo se ha de arreglar con cuidado al princi
pio, sino que se ha de cavar al rededor de su tronco, y cor»
. LIBRO QUINTO
tar con el hierrodesgajar con Ja mano un año sí y otro n o
todas las hojas que habrá echado, para que la demasiada
sombra no sea perjudiciallar vid. En seguida, cuando el
árbol se hubiere puesto viejo, se horadará juntouna ra
ma hasta la médula , para que por allí tenga salida la hu
medad , que se habrá juntado de la parte superior. También
conviene plantar la vid juntoél , antes que baya tomado
toda sn fuerza. Pero si' maridaresun olmo nuevo una vid
nueva la sostendrá: si le aplicáres uñar vid vieja , ésta mata
rásu compañero. De tal suerte conviene que los árboles y
las vides que se les maridan sean iguales en edad y en fuerzas.
Masfin de maridar una vidun árbol, se debe hacer para
el barbado un hoyo , si es en tierra lijera de dos pies de
ancho y otro tanto de hondo, y si es en tierra densa de dos
pies y nueve pulgadas, y de seis pies de largo,cuando me
nos de cinco : y ha de estar éste retirado del árbol no me
nos de pie y medio. Pues si lo juntareslas raices del olmo
prenderá mal la vid, y aun cuando haya prendido, se opri
mirá en creciendo el árbol. Este hoyo, si hay proporción,
hazlo en otoño, para que se ablande con las lluvias y
con las heladas. En seguida al rededor del equinoccio de
primavera se han de poner dos vides en cada hoyodis
tancia de un pie una de otra, para que cubran mas pronto
el olmo, y se cuidará de no ponerlas con vientos del norte,
6 mojadas con el roclo, sino secas. Esta observación preven
go que se tenga, no solo en la plantación de las vides, sino
también en la de loa olmos y los demás árboles: como tam
bién que cuando se sacan de la almáciga; se les señale por
un lado con lápiz colorado ; para recordarnos que no demos
á los árboles distinta posición de la que tenían en ella, pues
es de la mayor importancia que mirenla parte dei cielo
á que están acostumbrados desde pequeños. Pero en los si
tios que estáíl expuestos ai 'sol, donde el clima nd'«s muy
fino ni demasiado lluvioso,' el mejOr tiempo de plantar los
árboles y las-vides es el otoño después del equinoccio.-Mas
se han de poner de manera qne -echemos medio* pie de la
tierra de la superficie labrada con el -arado debajo de ld$
plantas, desenredemos todas fa6i 'íbices*-, ia^íestercQlettios segun
mi opinión, después de-plomadas las clibram'os tkm
. aio 'COLUMELA.
tierra labrada , y la pisoteemos al rededor del mismo tronco
de la planta. Las vides conviene ponerlas en la extremidad
del hoyo mas' retirada del árbol, ele jar extenderse los sar
mientoslo largo de él, en seguida levantarlos y aplicarlos
al mismo, y resguardarlos con un seto de los insultos del ga
nado. Pero en los parages cálidos se han de aplicar las vides
al árbol por el lacio del nortev'en, los Jribs por el del me
diodía; en un clima templadopor el de levante -ó por
el de poniente, para que no sufran todo el dia -el sel.la
sombra. Celso piensa que es mejor en la primera poda des
pués de la plantación abstenerse del hierro, y rodear al árbol
con los mismos vastagos retorcidos.' ten. forma .de corona,
para que la curvatura arroje sarmientos, y ;se pueda em
plear el año siguiente el mas fuerte de estos para formar Ja
caheza de la vid. Peromí me ha enseñado una larga ex»
periencia ser mucho mas útil aplicarlas vides la podaderá
desde el principio, y no dejar que se. hagan un bosf
que de sarmientos inútiles. Y tamban pierdo «jué di pib
mero, que se le deje se corte)á segundatercera
yema , para que arroje vastagos mas robustos ; los cua
les luego que hayan llegado al primer tablado en Ja po»
da inmediata se distribuirán en todas -sus ramas, dejando
por otra parte, siémpre un sarmiento, que' 6e excitará.subir
al tablado superior;, y que se aplicará al tronco, del áfboL,
para que sé dirija' ácia su cima. Yla vid que se halla ya
maridada al árbol, le imponen los cultivadores «vía ley fija;
muchos pueblán de sarmientos los tablados mas bajos , con
la mira de tener mas abundancia de frutos. y , mas facilidad
en el cultivo, i Pero los que van tras dé, la bondad del vino
excitan la vidá subirlo mas alto de los árboles, y conforme
va echando sarmientos nuevos así van extendiéndoloslas
ramas mas altas, de manera quedo mas alto de-fe vid siga
lo mas alto del árbol, esto es.^qUe. los-dos sarmientos aia's
elevados se apliquen al ¡troncó'del -árbol: ton-direcciónsu
cima, ymedida que. cada rama se baya: fortificado, reciba
la vid. En las ramas mas gruesas del árbol se pondrá mas
número de sarmientos* que estaráh separados unos de otros»
y en las mas,deJgadas j8©ipondkán:meno9¿ y, Jai-vid nueva se
atará al árbol con tres cordeles: uno en la caña del árbol, á
LIBRO QUINTO in
cuatro pies cíe distancia de la tierra: otro que coge la vid
por la paute nías alta; y el tercero que la abraza per el me
dio. No conviene poner el cordel mas bajo porque quita las
fuerzasla vid 3 : sin embargo algunas veces es preciso: la
primera, cuando el árbol está desmochado y sin ramas": la
segunda cuando la vid llena de vigor se extiende con loza
nía 5 i Lo demás que se ha de observar en la poda es cortar
todos los sarmientos antiguos que han tenido fruto en el
año anterior, dejar los nuevos, quitándoles todos los zarci
llos y los nietos; y si la. vid es fértil dejar caer por las pun
tas de las ramas del árbol mas bien los últimos sarmientos
que otros; si es endeble, los mas inmediatos al tronco; y
si es mediana los de enmedio : porque el último sarmiento
lleva muchísimo fruto, y el mas inmediato apura y exte
núa muy pocola vid. Y éa de la mayor utilidad a las vi
des . desatarlas todos los años, porque, *e limpian con mas
comodidad y se refrescan6: cuando se lían por otro sitio,
reciben menos daño y convalecen mas pronto. Y conviene
que estos mismos sarmientos expongan sobre los tablados, de
suerte que estén colgando atados por. la terceracuarta yema,
y que no se les apriete krlatadurá, no, sea que se corten con
ella. Pero si el tablado ésta tan lejos que no 6e puede conducir
á él cómodamente el sarmiento, lo ataremosla vid por en
cima déla tercera yema. El motivo queteiiemos para prevenir
que se haga esto, es porque la partedpl sarmiento que se ha
dejado caer del tablado , se llena ide fruto ; pero la qué está
atada, se dirige hacia arriba y da madera para el año si
guiente. Mas de estos mismos sarmientos hay dos géneros,
uno que nace de lo duro, el cual porque comunmente el
primer año da hojas sin fruto, lo llamacr pampinario-. al
otro que nace de un sarmiento de, un año , por producir fru
to inmediatamente, lo llaman fructuario1. Para tener siem
pre abundancia de estos en la viña, se han de atar las partes
del sarmientotres yemas, para que todo lo que está
por bajo de la atadura , arroje madera. Cuando en seguida
la vid ha aumentado sn fuerza con los años, se han de ha*
cer pasarlos árboles inmediatos sarmientos largos, y es»
tos conviene cortarloslos dos años, haciendo pasar al
mismo tiempo otros mas tiernos, porque aquellos con su
,ata o;COLUMELA. [
vejez fatigan la vi»3. También ha sido alguná vez conve
niente , cuando la vid no puede abrazar todo el árbol, hun
dir en tierra alguna parte de ella , que se ha encorvado al
intento, y excitarsubir al mismo árbol dostres vástagos
de este. mugrón , para que estando rodeado de mas núme
ro de vides , se cubra mas pronto. A la vid nueva no con
viene dejarle pampinario,no ser que haya salido de un
sitio donde sea necesario para maridar una rama que haya
perdido los que la cubrían. A las vides viejas les son útiles
los sarmientos pampinariosi, que les hayan nacido eu un
sitio conveniente, y es muy bueno dejarles la mayor parte
cortándolosla tercera yema, porque el año siguiente dan
madera. Todo sarmiento nacido en un sitio conveniente,
que se ha quebrado cuando se podabacuando se ataba la
vid, no 6e debe quitar con' tal que Icquede alguna yema,
porque al año siguiente criará un sarmiento mas fuerte
aunque no haya quedado mas deituna sola. Se llaman sar
mientos precipitados los que nacidos de varas de un año se
atanlo duro. Estos llevan muchísimo-trino, pero son muy
perjudicialesla madre. Y así' no conviene precipitar el sarluiento
sino de la extremidad de las ramas,si-la vid su
biere mas arriba de la cima tlel árbol. Pero si alguno qui
siere dejar esta especie de rama, con la mira de tener mu*-
cho fruto, lo doblará, después, lo atará y " la précüprtará.'
Pues detras del t sitio que, se habrá doblado echará mucho»
sarmientos, y precipisándolas atraerán menossí las-fuerzas»
de la vid , aunque den fruto en abundancia. Mas el sar
miento precipitado no conviene dejarlo mas que un año»
Hay otra especie de sarmiento, que nace de uno nuevo y
se atala parte tierna de éste para dejarlo colgando: lo lla
mamos materia: éste produce bastante fruto y sarmien
tos nuevos: y aunque se dejen dos varas de una misma-
cabe/a, se llaman ambas materia. Mas arriba he ensena
do la fuerza que tiene el pampinario. El focaneo es el
que nace de enrttedio de1 dps brazos como de enme-_
dio de una horca. Este sarmiento he observado que es
el peor de todos, porque no lleva fruto y extenúa los dos
brazos entre que se ha nacido, por lo cual se ha de quitar.
Muchos han creido falsamente que una vid fuerte y viciosa
LIBRO QUINTO ai*
se hace mas feraz si se carga dejándole muchos sarmientos.
Eu Jo que se, han eugañado, ppes teniendo muchas varas,
echa de ellas mucho* pámpanos, y cubriéndose de infinidad,
de hojas , deja caer peor la flor , retiene mas las nieblas y
los rocíos, y pierde toda la uva. Yo pienso pues que la vid
que sea fuerte se distribuya en las ramas del árbol , que se
extienda en forma de radios, dispersando sus sarmientos
largos en los árboles inmediatos, que se precipiten los de
más , y si se enviciare demasiado, se dejan sueltas las mate
rias : este es el método de hacer la vid mas feraz. Pero así
como una arboleda con v irles es recomendable cuando está
espesa, por su fruto, y, hermosura, del mismo. modo cuan
do se aclara por la vejez., es inútil y fea. Y para que esto no
suceda, un padre de familia que sea cuidadoso, debe in
mediatamente que cualquier árbol vengamenos por
la vejez arrancarlo, para substituir eu su lugar otro nuevo,
dándole una vid,, no tanto de barbado aunque tenga pro
porción , cuanto de mugrón tomado de )os mas inmediatos,
que es mucho mejor. E)í métodoide upa,. y otra manera dj
propagación es semejante al que hemos ya enseñado. Y bas
te con Jos preceptos que hemos dado sobre loa árboles ma
ridadosvides al uso de Italia. ; (i '.. j .
CAPITULO Y IJ.
Ve la arboleda Gálicaque se maridan vides.
•Hay también otra especie de arboleda mandadavides,
.que está en uso en las Galias^y, se llama rumpolinq1. Esta
.desea árboles bajos y de pocas, hojas. . Para lo cual parece
muypropósito el durillo; este es un árbol semejante al
cornejo. Y aun también muchas personas ponen para esto
mismo el cornejo, el carue ¡y,, el fresno silvestre, y alguna
. vez también el sauce. Pero -éste no se ha de poner sino en si
tios húmedos, donde otros árboles asen con dificultad. Se
puede también poner el olmo , de manera que se descabece
cuando esté todavía tierno, para que no pase de quince pies
de alto. Pues yo he advertido que el rumpotino está ordina
riamente formado de manera que, los tablados se disponen en
oS
ai4 COLUMELA.
los sitios secos y pendientesocho pies de altura , y en los
llanos y húmedosdoce. Pero por lo común este árbol se
divide en tres ramas ,cada una de las cuales se les dejan
muchos brazos por ámbos lados, y se les cortan casi todas
las varetas al tiempo de la poda de la vid, para que no ha
gan sombra. Si no se siembra trigo entre los árboles rumpotinos
, se deja de claro de unootro por ámbos Jados vein
te pies ; pero si se trata de tener cosecha de granos , se de
jan por un lado cuarenta pies, y por otro veinte2. Lo de-
mas del cultivo se da por el mismo orden que en la arbole
da con videsuso de Italia, esto es, que se ponen las vi-*
des en hoyos largos, que se labran con el mismo cuidado,
que se distribuyen sobre las ramas de los árboles , que se
hagan pasar de unosotros , y se enlacen entre sí nuevos
sarmientos largos, y se corten los antiguos. Pero si un sar
miento largo de estos no llegasu inmediato, se atará una
varalos dos. Cuando después el fruto los encorve con su
peso , se sostendrán con apoyos que se les pondrán por de
bajo. Pero esta clase de arboleda , y todos los demás árbo
les, mientras mas profundamente se aran y se Ies cavan los
pies, mas abundantes dan los frutos. Lo cual si sea conve
niente al padre de familia hacerlo, lo hace ver el producto.
CAPITULO mu
Del 0/1V0, de sus variedades, y qué terreno sea convenien
te para plantarlo.
No obstante el cultivo de todo árbol es mas sencillo que el
de las viñas, y el olivo qué es el primero de todos los ár
boles, es entre todas las plantas el que necesita menos gas
to. Pues aunque no lleva fruto todos los años de seguida,
sino por lo común uno sí y otro no, merece la mayor con
sideración, porque se sostiene cdn'hn cultivo ligero, y cuan
do no tiene fruto, apenas exige gasto alguno, y por poco
quese cultive, multiplica inmediatamente el fruto: cuan
do se descuida por muchos años, no desenere romo la viña,
y entretanto en aquel mismo tiempo da algun producto al
padre de familia, y cuando se le vuelveciar cultivo en
un año se reforma. Por esto hemos determinado dar precep*
LIBRO QUINTO ai5
tos exactos para este género de árbol. Creo que hay muchas
variedades de olivas, como las hay de vides: peromi
noticia solamente han llegado diez: la Pausia, la Algia'
na, la Liciniana1, h Sergia, la Nevia, fa Calminiana*,
la Orquis3, la Regia*, la Circitesi y la Murtea6. De las
cuales la aceituna mas agradable es la Pausia , la mas her
mosa la Regia7, y ambas son mejores para comerlas que pa
ra aceite. Sin embargo de que la Pausia , mientras está ver
de, da aceite de un gusto superior, en añejándose se echa
á perder. También es mejor coger la Orquis y el Radio pa
ra comer que para aceite. La Liciniana da el mejor aceite, la
Sergia en mas abundancia. Y por lo común toda la aceitu
na mas grande es mejor para comerla, y la mas pequeña
para sacar aceite. Ninguna de estas clases aguanta la tem
peratura muy ardiente ni la muy fria: y así en los paragea
muy cálidos aman las colinas que están al norte, y en los
frios, las que están al mediodía. Pero no quieren los sitios
muy bajos, ni los muy elevados, sino mas bien pendientes
moderadas , como las que vemos en Italia en el pais de los
Sabinos,por toda la provincia Bética. Este árbol creen
muchos que no viveno es fértilmas distancia del mar
que la de sesenta millas, pero en algunos parages que es
tán mas distantes prevalece bien. La Pausia aguanta gran
demente los calores, y la Sergia el frió. El terreno mejor
para las olivas es e\ que tiene el fondo de cascajo, y la ca
pa de encima de arcilla mezclada con arena gruesa. No me
rece menos aprobación el suelo donde hay arena pingüe.
La tierra densa, si es húmeda y pingüe,' recibe también con
comodidad este árbol. La greda se ha de desechar entera
mente, sobre todo si nacen en ella manantiales y está siem
pre parada el agua. Igualmente le es contrario el terreno,
que no tiene mas que arena estéril y cascajo pelado. Pues
aunque no muere en él, no obstante nunca toma vigor. Sin
embargo se puede plantar en tierras de granos ,donde se
han criado madroñoscoscojas. Por lo que hacela enci
na, ésta aun después de cortada deja raices dañosas al oli
var, cuya ponzoña mata estos árboles. Esto es lo que he te
nido que deciros en general sobre toda la especie de este ár
bol. Ahora voyexplicar por partes su cultivo.
04
ai6 COLUMELAR T
I :
CAPITULO IX.
J)e los planteles.de olivos y de su cultivo en ellos, del
trasplante y del cultivo después de éste.
La almáciga para el olivar se preparará al aire libre, en un
terreno medianamente fuerte, pero jugoso, no denso ni
suelto, sin embargo es mejor en el suelto. Este género de
tierra es por lo común negra: la cual luego que la ha
yas agostadotres pies de profundidad , la dejarás fer
mentar, cercándola antes con una zanja profunda para
que no entre el ganado : en seguida quitaráslos árboles
unas ramas nuevas largas y brillantes , que puedas abar
car con la mano, y de las mas fértiles, y de ellas corta
rás estacas muy frescas, de suerte que no lastimes la cor
teza ni otra parte alguna, sino la que la sierra cortare.
Y esto se consigue con facilidad, si pones una horquilla
por bajo de la rama que se vacortar , y cubres aquella
parte de la horquilla sobre que se vaponer la rama con
henopaja, para que se asierre suavemente, y sin per
juicio de la corteza. En seguida se cortarán estas estacas
de pie y medio de largo con la sierra, y sus cortes de am
bas partes se alisarán con el acha , y se señalarán con lápiz
colorado para ponerlas en la tierra en la misma posición
en que estaban sobre el árbol, y de suerte que se dirijan
por su extremidad inferior ácia la tierra, y por la pun
ta ácia el cielo, pues si se entierran en modo inverso,
nacen con dificultad , y aunque hayan adquirido mucho
vigor serán perpetuamente estériles. Pero será convenien-'
te untar las cabezas y las partes inferiores de las estacas
con estiércol mezclado con ceniza, y enterrarlas enteramente,
de manera que estén cubiertas con tierra mullidala altu
ra de cuatro dedos. Pero se entierran con dos señales , una
por cada parte: estas son de cualquier árbol , y se ponen á
muy corta distancia de ellas: se unirán entre sí por las pun
tas con una atadura , no sea que si están separadas se echerí
abajo fácilmente. Estoes útil hacerlo, para prevenir la ig
norancia de los cabadores, y que cuando determinares la
LIBftO QUINTO ái7
brar la almáciga con los azadonescon los escardillos, na
se lastimen las estacas que se habrán plantado. Hay algu
nos que creen ser lo mejor plantar las yemas de los oli
vos, arreglándolas con una cuerda por un método seme
jante ; pero sea de un modode otro se debe hacer des
pués del equinoccio de primavera , y escardarse la almáci
ga las mas veces que se pueda el primer año , el segundo y
los siguientes labrarla con los rastros cuando hayan ya toma
do fuerzas las"raicillas. Pero convendrá abstenerse de podar
las en los dos primeros años , y dejarcada una el tercero
dos ramillas, escardandomenudo la almáciga. Al cuarto
¡año se cortará la rama mas endeble de las dos. Cultivados
de esta suerte los arbolitos por cinco años, están buenos pa
ra trasplantarlos. Se colocan las plantas en el olivar con mu
cha oportunidad, si el terreno es seco y nada pantanoso
por el otoño;por la primavera, poco antes que arrojen,
si es pingüe y húmedo; y se les preparan un año antes
hoyos decuatro pies; y si el tiempo no da lugar, an
tes que se pongan los árboles se quemarán los hoyos con
paja , para que la ablande el fuego , como debían haberlo
hecho el sol y las heladas. El intervalo menor que de
be haber entre los liños , si el terreno es pingüe y pro
pio para sembrar granos es de sesenta pies por un lado,
y cuarenta por otro; y si es endeble y no bueno para siem
bras de veinte y cinco. Pero los liños conviene dirigirlos
ácia la parte de donde viene el viento Favonio, para que
se refresquen con él en el estío. Estos mismos arbolitos
pueden trasplantarse de esta manera : antes de arrancar uno
señalarás con lápiz encarnado la parte que mira al me
diodía,fin de que se plante del mismo modo que esta
ba en la almáciga. En seguida se dejará al rededor de él un
pie de tierra , y de esta suerte se sacará con su césped ; y para
que éste no se desbarate al arrancar la planta conviene en
lazar entre sí unas varetas medianas y aplicarlas al césped
que se está sacando, sujetándolas con mimbres, de tal mane
ra, que estrechada la tierra con ellas se retenga como si es
tuviera encerrada. Desarraigado en seguida el arbolko se sa
cudirá el césped ligeramente , se ataráunas varas que se le
pondrán por debajo, y se trasplantará. Antes de ponerlo en
ai8 COLUMELA
el hoyo convendrá cavar con azadones el suelo de éste: en
seguida echar dentro tierra de la que habrá sido labrada en
la superficie con el arado, si es pingüe, poner debajo unos
granos de cebada, y si hay agua parada en los hoyos se ha
de sacar enteramente antes que se pongan en ellos los ár
boles: en seguida se han de echar piedras menudas,cas
cajo mezclado con tierra pingüe t y puestas las plantas se
han de rebajar todo al rededor los lados de los hoyos , y po
ner entre la tierra un poco de estiércol. Pero si no conviene
plantar el árbol con su tierra, entonces será lo mejor despo
jar el tronco de todas sus hojas , alisar los cortes, untarlos
con estiércol y ceniza, y ponerlos en un hoyo ú en una
zanja. El tronco maspropósito para trasplantarlo es el
que tiene el grueso de un brazo ; pero se puede también
trasplantar el que sea mucho ma9 grueso y robusto: el
cual conviene ponerlo de manera que quede una parte muy
pequeña de él fuera del hoyo , si no tiene peligro de par
te del ganado , pues brota con mas pujanza. Si', no obstante
esto , no se pudieren evitar de otra suerte los insultos del
ganado, se elevará mas el tronco, para que esté libre de
ellos. Y también se han de regar las plantas cuando han
llegado las sequedades, y no se les ha de llegar con hierro
hasta que hayan pasado dos años ; y en el primero se les
deben quitar todos los renuevos, sin dejarle mas que un ta
llo solo , que será mas alto que el buey de mas alzada , pa
ra que, cuando éste are, no se lastime el anca ú otra cual
quiera parte de su cuerpo. Es también muy bueno resguar
dar con setos las plantas, después de haberlas puesto, y dis
tribuir en seguida el olivar, cuando ya está formado y en
estado de producir, en dos partes que se cubran de fruto al
ternativamente cada una su año, pues el olivo no lo da
con abundancia dos consecutivos. Cuando el terreno en que
está plantado el olivar no está sembrado, echan brote los
olivos; cuando se siembra llevan fruto, y así distribuido
como hemos dicho da todos los años igual producto. Pero
se ha de arar lo menos dos veces al año, y se le han de
cavar los pies profundamente con azadones. Porque como
la tierra se abre con los calores después del solsticio, se
ha de procurar que el sol no penetre por estas grietas has
LIBRO QUINTO aio
ta las raíces cíe los árboles. Después del equinoccio de
otoño se han de excavar, de manera que, si están en pen
diente, se hagan regueras por la parte superior que con
duzcan agua cenagosa hasta el tronco. En seguida se han de
arrancar todos los años todas las sierpes que nacen al pie
del árbol , y de tres en tres se han de alimentar con es
tiércolcon alpechin. Y estercolando el olivar por el mis
mo método que he propuesto en el libro segundo, apro
vecharálos granos que se sembraren en él ; pero si no
quieres buscar mas que la utilidad de los árboles planta
dos, deben echarsecada uno seis libras de estiércol de
cabras,unmodiode ceniza,óuncon«iodealpechin,pa
ra que mezclado con la tierra caliente el invierno las rai
ces. £1 alpechin se ha de echarlos que estén sanos,
porque si por el invierno sobrevinieren gusanos ú otros
animales, se matan con este líquido. Muchas veces tam
bién, tanto en sitios secos como en húmedos, se infestan
los árboles con el musgo , del cual si no lo libertares con
el hierro , no se cubrirá el olivo de fruto ni de mucha
hoja. También conviene podar el olivar, aunque con in
termisión de muchos años, porque debe tenerse presen
te el proverbio antiguo, que dice: que el que ara el oli
var le pide el fruto , el que Jo estercola se lo ruega con
instancia , y el que lo corta lo obligaque lo dé. Pe
ro será bastante hacerlo de ocho en ocho años , no sea
que se corten una ú otra vez las ramas de fruto. Suelen
también los árboles, aunque estén frondosos, no llevar
fruto. Estos conviene horadailos con una barrena gáli
ca,introducir en el agujero un trozo de acebuche ver
de : de esta manera el árbol , como fertilizado por una
semilla fecunda, queda mas feraz1. Pero también se ha
de ayudar sin excavarlo, con alpechin sin sal, con ori
na añeja de cerdo ,con Ja de hombre : ambas se sumi
nistran con moderación , porque para el árbol mas gran
de habrá bastante con una urna como no se le mezcle
otra tanta agua. Suelen también las olivas negar el fruto
por vicio del terreno, que se remediará de esta manera:
las excavaremos haciendosus pies pozas hondas, des
pués las rodearemos de cal masmenos según la mag
aao COLUMELA.
nitud del árbol; pero el mas pequeño exige un modio.
Si no se hubiere adelantado nada con este remedio , se
debe acudir al recurso del injerto. Pero después diremos
de qué modo se ha de injertar el olivo. Alguna vez tam
bién hay en este árbol una rama un poco mas frondo
sa que las demás, la cual si no la cortares, todo el árbol
se deteriorará. Lo que hemos dicho hasta aquí de los oli?
vos es suficiente. Resta el cultivo de los árboles frutales:
vamosdar preceptos en seguida para él.
CAPITULO X.
De los árboles frutales, su plantío y cultivo.
Antes de plantar los árboles frutales conviene que cerques
con albarradas, con setocon una zanja perpendicular, el
sitio de la arboleda, para que estorve la entrada no solo al
ganado, sino al hombre: porque, si éste manosea1 muchas
veces las cimas de los árboles ,el ganado las roe , no pue
den tomar jamas incremento. Y es útil distribuir estas plan
tas por clases, sobre todo para que la endeble no sea opri
mida por la mas fuerte , porque no son iguales en fuerza ni
en magnitud, y toman su incremento en espacio desigual
de tiempo. La tierra que espropósito para las vides es
también útil para los árboles. Un año antes que quieras
plantarlos, abre los hoyos: de esta manera se ablandará la
tierra con el sol y con las lluvias, y lo que se ha puesto asi
rá pronto. Pero si quisieres hacer los hoyos y plantar, loe
árboles en un mismo año, ábrelos con dos meses de auticir
pación , y en seguida caliéntalos con paja que quemará?
dentro de ellos: si los hicieres mas anchos y abiertos seráu
mas hermosos y mas abundantes los frutos que cojas. Pero
estos hoyos se han de hacersemejanza de ollas, cuyo fon
do es mas ancho que la boca, para que las raices se extien
dan mas, y penetre por su boca angosta menos frió en el
invierno y menos calor en el estío , y asimismo para que
la tierra de que se les habrá rellenado no se arrastre por las
•lluvias si el terreno está en pendiente. Pon los árboles cla
ros, para que cuando hayan crecido, tengan espacio eufi
LIBRO QUINTO an
cíente para extender Ia9 ramas : pues si I09 pusieres espesos,
no podrás sembrar debajo cosa alguna, ni ellos serán fruc
tuosos si no los entresacares : por Jo cual conviene dejar de
entreliños cuarenta pies,lo menos treinta. Escoge plantas
gruesas, no menos que el astil de un azadón, derechas, al
tas, lisas, sin heridas y con la corteza entera: estas asirán
bien y pronto. Si las tomáres de ramas antiguas, escóge
las también de las que llevan todos los años timos buenos
y mas abundantes, y mas bien de las que están expuestas al
sol, que de Jas que están privadas de él |x>r la sombra de las
ramasde las plantas. Pero antes que trasplantes los ai bo
híos, notaqué vientos estaban antes dirigidos, después
aplica tus manos para trasplantarlos de un terreno jjendiente
y secouno húmedo. Cuida sobre todo de ponerla
con tres brazos y de tres pies de alto cuando menos. Si qui^
sieres poner en un mismo hoyo dostres arbolaos, pro
cura que no se loquen unos con otros, porque con el con
tacto mutuo,se podrirán,los matarán los gusanos.
Cuando pusieres las plantas, mete por la «lerecha y la iz
quierda hasta lo hondo del hoyo unos hacecillos de sarmien
tos deJ grueso de un brazo, de suerte que asomen un poco
sobre Ja tierra, por cuyo medio puedas con poco trabajo
suministrar en el estío aguaJas raices. Los árboles y plan
tas que las. tengan, ponías en el otoño, esto es, hácia las ca
lendas y los idus de octubre. Las estacas y ramas ponías al
principio de la primavera, antes que broten los ai botes. Y
para que las polillas no incomodenlas de higuera, pon en
lo honrlo del hoyo unos trozos de lentisco con las puntas acia
abajo. No plantes este árbol cuando hace frió. Ama los sitios
abrigados, Jos pedregosos, los cascajosos y algunas veces los
peñascosos. Presto se hace grande si hicieres los lioyos ancho»
y abiertos. Las varias especies de higueras, aunque se dife
rencian en el sabor de su fruto y en su porte exterior, se
plantan de un mismo modo, pero se ha «le tener conside
raciónla diversidad de terrenos: en los que son frios y
aguosos, por el otoño se ponen higueras tempranas, pura
coger el fruto antes de las lluvias: en los cálidos plantarás
higueras de invierno. Pero si quisieres hacer tardía una hi
guera, aunque ella no lo sea por su naturaleza, echa abajo las
»aa COLUMELA.
brevasel primer fruto, y producirá otra vez otro, que
se conservará en el árbol hasta el invierno. Alguna vez
también, cuando han empezadoechar hojas las puntas
de las r.imas de las higueras es provechoso cortar con hierro
sus extremidades: de esta manera se hacen los árboles mas
fuertes y mas fértiles; y siempre será conveniente, desde
que las higueras comiencencubrirse de hojas , desleír al
magra en alpechín, y echar esta composiciónla raiz mez
clada con estiércol humano. Esto hace que el fruto sea mas
abundante, y que la pulpa esternas llena y mejor. Pero so
bre todo se han d-3 plantar higueras de Livio, de Africa,
de Calcis, de Chio, de Lydia, Calistruthias, Mariscas, de R bo
das, de la Libia^ de Invierno, y también todas las que prome
ten dos^ y las que prometen tres frutos al año. Planta el al-»
mendro, que es el árbol que brota primero 4 liácia las calen
das de febrero; quiere un terreno duro, cálido y seco, pues
si lo pusieres en terreno de diferente cualidad , se pudre co
munmente. Antes de sembrar la almendra, remójala en agua
de aloja que no esté demasiado dulce: de esta suerte cuando
el almendro esté gnnde, dará fruto de sabor mas agradable,
y entretanto se cubrirá de hojas mejor y mas pronto. Pon
tres almendras en triángulo de suerte que disten entre sí un
palmolo menos1, y que la que esté en el vértice3 mire al
punto del cielo de donde sopla el viento Favonio. Cada una
de las tres no dará mas que una raiz sola y un solo tallo: y
cuando aquella llega al fondo del hoyo rechazada por la du-f
reza de la tierra, se encorva, y extendiéndose arroja otras raí»
eesmanera de ramas. A la almendra yla avellana las po
drás hacer Tarentinasmollares de esta suerte. En el ho
yo que le hubieres destinado echarás tierra desmenuzada
hasta la altura de medio pie, y allí sembrarás semilla de
cañaheja. En habiendo ésta nacido , hiéndela , y en su
médula introducirás una almendrauna avellana monda
da, y estando así cúbrela con tierra. Esto lo harás antes de
las calendas de marzo,aunque sea entre las nonas y los
idus de este mes. En el mismo tiempo conviene sembrar la
nuez, el piñón y la castaña. El granado es bueno plantarlo
desde este tiempo hasta las calendas de abril. Pero si su
fruto es agrio,menos dulce, se corregirá de esta manera:
LIBRO QUINTO aa3
echasus raices estiércol de cerdos , de hombres , y orina
añeja : esto hará mas fértil el árbol ; en los primeros años
pone el fruto vinoso, y al cabo de cinco dulce y de pipa tier
na. Nosotros hemos desleído en vino una porción muy pe
queña de asafétida y con ella hemos untado las extremida
des del árbol , y esto ha corregido la acidez de las granadas.
Para que estas no se abran, el remedio es tres piedras, si al
plantar el ai bol las colocares juntosu mitma raiz. Pero si
^ya lo' tuvieres plantado, siembra una cebolla alharrana ter
ca de su raiz. Otro remedio hay que se aplica cuantío están
ya maduras, y es torcerles las ramillas, por cuyo medio es
tán colgando de los árboles. De este mismo modo se con
sejarán todo el año sin podrirse. Planta el peral en el oto
ño antes del solsticio de invierno, veinte y cinco d ías lo me
nos antes de éste. Para que sea fértil conviene luego que es
té grande excavarlo profundamente, henderle el tronco jun
to a Ja misma raiz y en la hendidura introducirle una cuña
de tea de pino que se dejará allí: en seguida luego que se ha
ya cubierto la excava, se echará ceniza sobre la tierra. Pero
ee ha de cuidar de plantar en las huertas de árboles frutales
perales de las mejores especies. Estos son Jos de Palombara,
Jos Reales , los de Señi , Jos de Taranto, los que se JJaman Syrios,
los Purpúreos, Jos Soberbios, los Hordeáceos, Jos Anicianqs,
los Nevianos, los Favonianos, los Lateritanos, los de
Dolábela, los deTurranio, los de Fruto grande, los Melares,
los Tempranos, los de Venus, y algunos otros cuya enumera
ción sería ahora larga. Se han de buscar ademas diferentes'
especies de manzanos, principalmente los de Escandio, los de
Matio, los peros, los manzanos de Scxtio, los de Pelusio,
los de Ameria, los colorados, Jos Melapios; y también Jos
membrillos de que hay tres especies , Jos pequeños, Jos
phrysomelianos y los Zamboos. Todos los cuales no solotraen
deleite al paladar, sino salubridad. Igualmente los servales,
Jos albaricóques y los duraznos, no son los que tienen me
nos estimación. Plantarás los manzanos, Jos servales, y los
ciruelos desde mediados de invierno hasta los idus de febrero.
El plantío de los morales es desde estos idus hasta el
equinoccio ele primavera. La algarroba, que algunos llaman
ceratio, y el durazno, plántalos por el otoño antes del sois*
1*4 COLUMÉLA.
tioio de invierno. El almendro, si fuere poco fértil, horá
dalo y métele una piedra , que dejarás cubrirse con su cor
teza. Conviene después de haber labrado y estercolado la
tierra de las huertas ácia las calendas de marzo, poner sobre
los caballones de las tablas ramas de todas especies de
árboles. Se ha de tener cuidado de que, mientras las plan
tas tienen las ramillas tiernas, se despampánen, por decir
lo así , y se reduzcanun solo tallo el primer año: y cuan
do haya entrado el otoño , y antes que el frió queme las ci
mas , conviene quitarles todas las hojas , y estando de esta
manera , cubrirlas con canutos gruesos que tengan por un
lado los nudos enteros y les sirvan como de sombreros, pre
servándose de esta suerte las varetas , que están todavía tier
nas , del frió y de las heladas. En seguida pasados dos años,
bien quieras trasplantarlos y distribuirlos en liños, bien in
jertarlos, puedes hacer ámbas cosas con bastante seguridad.
'.
CAPITULO XI.
De los injertos. \
-* •" i».
Toda púa se puede injertar en todo árbol, si no es dese
mejante en la cortezaaquel en que se injerta; pero si
también produce frutos parecidoslos de éste y en el mis*
mo tiempo, se injerta admirablemente y sin escrúpulo; Pe
ro los antiguos nos han enseñado tres especies de injer
tos. Uno por el cual el árbol cortado y hendido recibe
púas cortadas de otro árbol1. Otró por el cual las admite
entre la corteza y la madera": estas dos clases de injertos se
hacen en la primavera. El tercero es por el que recibe la
misma yema con un pedacito de corteza sobre una parte
de su cuerpo, que han despojado de la suya:este llaman
algunos cultivadores empastracion y otros inociilacion*. Es
ta especie de injerto se hace muy bien en el estío. Luego que
hayamos manifestado el modo de hacer estos injertos, en
señaremos también uno de nuestra invención. Injerta to
dos los árboles luego que empiecendesarrollar las yemas,
y en la creciente de la luna : pero el olivó ácia el equi
noccio de la primavera hasta los idus de abril. El árbol de
LIBRO QUINTO aa5
que quieras injertar y de que ha9 de tomar púas para la inci
sión, procura que sea tierno, fértil, y con muchos nudos, y
cuando empiecenhincharse las yemas, toma lns púas del
grueso del dedo pequeño, y con dostres brazos de rami
llas de un año, que miren al nacimiento del sol y estén in
tactas. El árbol que quisieres injertar, lo has de aseirar con
precaución por la parte que esté mas brillante y sin cica
triz, cuidando de no lastimar la corteza. En seguida, cuan
do hayas cortado el tronco, alisarás el corte con una herra
mienta afilada; después introducirás una cuña delgada de hier
rode hueso entre la corteza y la madera , no menos de
tres dedos, pero con precaución, para que no lastimes ó
rompas la corteza. En seguida raspa por un lado en las
púas que quieras introducir, con una podadera afilada, una
parte igual al lugar, quedará la cuña que se habrá clavado
de suerte que no hagaslas médulas nila corteza de la
otra parte daño alguno. Luego que tengas preparadas las
púas , saca la cuña y mételas en los agujeros que has hecho
con ella entre la corteza y la madera. Introducirás dichas
púas hasta donde hubiere llegado la raspadura , de tal ma
nera que quede fuera del árbol medio pie y no mas. En un
árbol podrás injertar bien dos púas,mas, si el tronco es
mas grueso, dejando entre ellas un espacio de cuatro dedos:
lo que harás según la magnitud del árbol y la bondad de la
corteza. Asi que hayas puesto en un árbol todas las púas
que pueda recibir, lo atarás con una corteza de olmo, con
un juncocon una mimbre: después untarás todo el cor
te con barro bien amasado con paja , y lo mismo harás con
el espacio que hay entre las púas , de manera que queden
descubiertos cuatro dedos de éstas lo menos : en seguida
ponle encima musgo, que atarás de suerte que no se in
troduzca la lluvia. Algunos hay sin embargo, que quieren
mas bien hacer lugar en el tronco del árbol con una sierra
para poner las púas y alisar con una navaja bien afilada las
partes que han aserrado , y hecho ésto , a justar dichas púas.
Si quieres injertar un árbol pequeñito, córtalo por abajo,
de modo que no quede fuera de tierra mas de pie y
medio : y después de haberlo cortado , alisa con cui
dado el corte: hiende muy ligeramente el tronco por el
P
aa$ COLIMELA;.-. t
medio con una navaja afilada', de manera qüe.la hendidura
Bea de tres dedos: en seguida introducirás en ella una cuña,
para separar sus labios, y pondrás púas raspadas por una
parte y por otra , de suerte que su corteza esté al nivel de
la del árbol. Luego que bayas ajustado con cuidado estas
púas, saca la cuña, ata y unta el árbol, como be dicho ar
riba: en seguida amontona tierra todo al rededor de él has
ta el mismo injerto: esto lo defenderá muy bien del viento
y del calor. El tercer género de injerto, como es muy deli
cado, no convienetoda especie de árboles, pero ordina
riamente lo reciben los que tienen la corteza húmeda , ju
gosa y fuerte, como la higuera. Pues echa mucha leche, y
tiene la corteza récia , y por consiguiente se injerta muy bien
por éste, método. Escoge en el árbol de que quieres tomar el
injerto unas ramas nuevas y brillantes , y observa en ellas una
yema bien aparente y que tenga esperanza segura de brotar,
hazle una señal al rededor de dos dedos cuadrados, de suer
te que quede la yema en medio, y hecho esto corta la cor
teza con una navaja siguiendo la señal, despréndela con
cuidado, de suelte que no, hagas dañola yema. Escoge en
seguida igualmente la, rama: mas brillante del otro árbol
que vasinjertar , .corta en ella un pedazo de corteza del
mismo tamaño que la primera , y quítala , dejando descubier
ta la madera: en seguida aplica la corteza que tienes pre
paradala parte que has despojado de la suya , de modo
que corresponda exactamenteelía. En habiendo hecho
esto así, átalo todo bien al rededor de la yema, cuidando
de no hacer daño al mismo germen. En seguida untarás las
junturas y las ataduras eon barro, dejando un intérvalo has
ta la yema, para que esté en libertad, y la atadura no Ja
apriete. Corta, las -sierpes y las ramas superiores del árbol
injertado, para que no haya cosa alguna que pueda hacer
llamada al jugo,para que no se emplée éste mas que en
alimentar al injerto. Pasados, veinte y un dias desátalo, y
de este modo se injerta tarobjen grandemente el olivo. Ya
hemos enseñado la cuarta, .especie de injerto, cuando trata
mos de las vides: por, tanto es supérfluo repetir en este lu
gar, el método que enseñamos de injertar de barrena. Pero
comp los antiguos hayan negado que toda especie de púa
LIBRO QUINTO aa7
puede injerirse en todo árbol, y hayan «stablecido como
una ley invariable la decisión de que hemos usado poco
antes, diciendo que solamente pueden prender aquellas
púas que son semejantes al patrónárbol en que se in
jertan, por su corteza exterior e interior y por6u fruto: he
mos creído deber disipar el error de esta opinión, y mani
festarla posteridad el método de poder injertar toda es
pecie de púa en toda especie de árbol. Y' para no fatigar al
lector alargando mas este libro, pondremos un ejemplo
que pruebe poderse injertar toda especie de púa sobre todo
árbol. Haz un hoyo de cuatro pies en todas dimensiones,
tan retirado de un olivo, que lo último de sus ramas pue
da llegarel. Pon en el mismo una higuera pequeña, te
niendo el mayor cuidado en que tome, fortaleza y brillo.
Tres a'jos después, cuando la higuera habrá tomado ya bas
tante incremento, encorvarás la rama del olivo que parezca
mas brillante, y la atarásla caña de la higuera: y hecho
esto , y habiéndole cortado todas las mas de la3 ramillas,
dejarás solamente las que quieras injertar: en seguida des
mocharás la higuera , alisarás el corte y la henderás por
medio con una cuña: después rasparás por ambos lados
los tallos del olivo, sin mudarlos de la posición en que
están unidossü madre, y preparados así los introducirás'
en la hendidura de la higuera, saca la cuña y ata con Cui
dado los tallos , para que ninguna fuerza los saque. De esra
manera al cabo de tres años se une la higuera con el olivo,
y al cuarto, cuando se hayan incorporado bien, se separan
los tallos del último dé su madre ',' como se hace con los mu
grones: de este modo injertarás toda püa en todo árbol. Pe
ro antes de dar fineste libros ya que en 'los anteriores
hemos tratado de casi todas las especies' de plantas, ahora
es tiempo de hablar del cítiso,4. > .
. " > •'" >'í '.V.I.;" ' >
i,:
CAPITULO XII. V; ! '
" Del cítiso.
>~erá muy útil que haya en la heredad la mayor porción po
sible de cítiso, porque es muy provechoso para las gallinas,
P*
aa8 COLUMELA.
las abejas y las cabras, y también para los bueyes y toda clase
tle ganados: pues los engorda pronto y da mucha lechelas
ovejas: e igualmente puedes emplearlo ocho meses en cali
dad de forrage verde, y después en la de pasto seco. Ade
mas prende presto en cualquier terreno, aunque sea muy
endeble; y aguanta cualquier contratiempo sin detrimento.
A la verdad, si las mugeres tienen falta de leche, convie
ne echar en agua cítiso seco , y asi que haya estado en ella
toda la noche , al dia siguiente se esprimirá el jugo y se
mezclarán tres heminas de él con un poco de vino, y se
le daránbeber: de este modo ellas estarán buenas, y los
niños se pondrán robustos con la abundancia de leche. Y
la siembra y plantío del cítiso se puede hacer en el oto
ño hacia los idus de octubre,en la primavera. Luego que
hayas labrado bien la tierra , harás unos tablares pequeños,
en los cuales sembrarás el otoño la simiente del cítiso , co
mo se siembra la de albahaca: en seguida arreglarás por la
primavera las plantas, de suerte que disten entre sí por to
dos lados cuatro pies. Si no tuvieres semilla , pon por la pri
mavera cogollos de cítiso, y arrímales al rededor tierra es
tercolada. Si no viniere la lluvia, los regarás los quince días
inmediatos, y al instante que empieceechar la hoja nue
va, lo escardarás, y tres años, después lo cortarás y se lo
darás al ganado. Para el caballo hay bastante con quince Vi
bras de cítiso verde , para el buey con veinte :los demás
ganados se les daproporción de sus fuerzas. También se
puede plantar el cítiso de estaca con bastante oportunidad
antes del mes de setiembre, porque prende fácilmente, y
nada le hace daño. Cuando se les da secolos animales , ba
de ser en menor cantidad que verde, porque tiene mayor
virtud : y antes lo remojarás en agua y lo mezclarás des
pués de haberlo secado, con paja. Cuando quieras secar el
cítiso, lo cortarás hácia el mes de setiembre, luego que
principieengruesar su semilla , y lo tendrás al sol algunas
horas hasta que se marchite: en seguida lo acabarás dese
carla sombra , y en estando seco , lo guardarás. Basta ha
ber dado hasta aquí preceptos en ordenlos árboles: en
el siguiente volumen los daré acerca del cuidado y de los
remedios del ganado.
LIBRO QUINTO
NOTAS AL LIBRO QUINTO.
. No TAS AL
CAPITULO I.
1. Estas palabras no se leen en el dia en la obra de lascotas
del campo de Marco Varron, pero si las que siguen, de
que infiero que allí taita algo.
a. ¿ Y por qué no se ha de decir de cien heredios, que cada
uno tiene dos yugadas, y es la cuenta de Varron en el lib. i
cap. ioflum. 3 de dicha obra?
Notas al
CAPITULO II.
T. Aquí se debe observar que por la longitud de un cam
po en forma de cuña , no entiende Columela la de sus lados;
en éste caso su método sería falso. Llama longitud la altura
de la cuña, que siempre se mide por una perpendicular que
se baja desde la base superior*la inferior, y en éste senti
do su método es exacto, pues su procedimiento se reduce á
éste principio cuya verdad se extiendetodos los casos par
ticulares. Para valuar la superficie de un terreno en foima de
cuña, multiplica la altura por la semisuma de sus bases supe
rior e inferior. La prueba de éste principio se halla resolvien
do el terreno en dos triángulos y un rectángulo; aunque se
ría mas sencilla si se resolviera en dos triángulos, tirando
una diagonal sola desde la extremidad de una de las basesla
extremidad opuesta de la otra.
2. ¿Cuánto mas fácil era, y cuánto mas cierto seguir en
éste caso el cálculo común de los geómetras , por el cual se
encuentra la superficie de un triángulo multiplicando la base
por la mitad de la altura? no siendo verdadero el resultado
de 39000 pies que dá Columela, sino aproximado.
3. Sale mas exacto el cálculo multiplicando el radio por la
mitad de la circunferencia,ésta entera por la mirad del radio.
4. Esta superficie se encuentra mejor siguiendo el método
de la nota antecedente.
f. El medio de que se valen los geómetras para medir la
superficie de éste arco, que ellos llaman segmento, es medir
la del sector, cuyos radios intercepten el mismo arco: de la
extremidad de uno de é«tos radios se tirará una línea rectala
del otro, que se llama cuerda, se mide la superficie del trián
gulo que forman éstas tres lineas, y deduciéndola de la del
Sector , lo que resta es la del segmento.
6, La vigésimaquinta parte de un escrípulo es cnatro
P3
a3o COLUMELA.
pies; habiendo cuarenta y cuatro en la superficie del segmen
to, faltan seis pies para cincuenta, que es el medio, escrípulo,
y no cuatro.
7. Columela resuelve el exágono en seis triángulos iguales,
y repite seis veces la operación que hizo para medir la super
ficie del triángulo, y por la misma razón que se dio en la no
ta segunda, sale mas exacta la medida, haciéndola como allí
se indicó.
Nota al
CAPITULO V. \
. I. Virg. Georg. lib. 1, v. 53.
Notas al
CAPITULO VI.
t. Se trata de terreno en que se siembran granos: éste,es
fértil de suerte que haya esperanza de que los árboles tomen
mayores incrementos, y así se han de distribuirmayores
distancias , para que no hagan dañolas mieses con la dema
siada sombra;es endeble, en el cual se crian mas pequeños
los árboles, y por eso se han de plantar menos retirados unos
de otros.
2. Aquí creo que se indica le nota del tiempo, como poco
mas arriba en el número 3 habia dicho antes que la raiz se
descortece al arrancarla, pues consta que cuanto mas lleno de
sávia está el árbol, con tanta mayor facilidad se le quita
la corteza.
3. Apretándola mucho en ésta parte, por la cual debe pa
sar toda la sávia.
. 4. Porque en éste caso la vid tiene necesidad de estar bien
sujeta,causa de no encontrar ramas que poder abrazar.
5. Porque entonces conviene reprimirla estrechándole los
canales de la sávia.
6. En efecto, la ataduracordel quema y corta la vid.
, 7. Es decir , rama de fruto.
Notas al
CAPITULO VIL
1. De la palabra rumpi, que significa entretejido de ramal
de vides de árboles en árboles. 2.
Quizá será el motivo porque los árboles distribuí3os de
ésta manera, dirigidos por lo común al Favonio, están ex
puestos al sol una vez todos los dias ,lo menos por un lado,
por medio de éstos espacios desiguales, para que las raices
puedan calentarse; lo que no podría conseguirse tan fácilmen
te si las distancias fueran iguales por todos lados.
Notas al
CAPITULO VIII.
1. El padre Harduino en sus notasPlinio lib. if, cap. j
LIBRO QUINTO a3i
dice que éste nombre le viene de Licinio Craso.
2. Tanto menos podemos saber [a etimología de éste nom
bre cnanto es incierto: Varron llama ésta aceituna colminia
, Columela cu ¡minian a , Plinio y Paladio cominia.
3. " Palabra tomada del griego, y significa testículo.
4. Sería extrangera, pues éste epíteto lo daban los romanos
á los frutos de los países extr&ngeros donde habia reyes.
<¡. De la palabra griega xesxis que significa lanzadera
de tejedor.
6. Sin duda porque ésta aceituna era semejantelas bayas
de myrto ú arrayan.
7. En el cap. 17 del tratado de los árboles ha dado nues
tro autor la preferencia sobre la regia, aun en cuantola
hermosura, a otras tres variedades;saber, la Liciniana , la
Orquis y la Pausia. Pero es verosimil que allí hablase del ár
bol , como se puede inferir del título de éste tratado, en lu
gar de que aquí habla del fruto.
Nota al
CAPITULO IX.
ia No se piense que esto es una especie de injerto, sino
una medicina, pues el trozo que se introduce por medio del
tronco se corta por ambas partes, . . ,,,, ., ,, , ,, ...
1 '. i. ' .II!., II ',
Notas al
CAPITULO X.
1. En el libro de los árboles cap. 18, en lugar de manu
nominis tractata, que he traducido si el hombre manosea las
cimas de los árboles , se lee cacumina manu pro/acta , que
significa quebradas con la mano.
.. 2* Pareqe.que aquí se debe añadir lo siguiente, tomado del
Jibro de {pj ¿ir boles, cap.22: y la parte mas agudala pun~
ta esté ácia abajo , porque de alli echará las raices.
' ,3. ' Para'sáber cuíl está en el vértice del triángulo, en caso
fie ser equilátero, es menester suponer que la que está en dicho
punto est.i sobre una línea perpendicular, y ¡a* dos restantes se
balian con les cabezas inclinadas ácia ella de ésta manera.
" ' Notas." al '
CAPITULO XI.
v< k'. '" Iiijertode púa. "" "' '
2. De corona.
3. De escudete.
.4. El cítiso es la alfalfa árbol, según el señor Arias-en las
adiciones ai Herrera, tom. 2, pag. 444. ..
-« " -i-i:' . ' 1 u\.i..-;>.,-
1. 1,
LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA.
De las cosas del campo. ..
. . . _ LIBRO SEXTO.
*j
De los bueyes, caballos y mulos, y de sus mediciuas.
Prefacio.
De la unión que hay entre la ganadería y la labor, y de
las excelencias del buey.
Yo sé, oh Publio Silvino, que algunos labradores enten*
didos han condenado la cria de ganados, y que lian des*
echado con la ,mayor constancia la profesión de los pastores,
como contrariala suya. Y yo no niego que esto lo han
hecho con alguna razón, considerando el objeto que se pro»
pone el pastor, como opuesto al del Librador: pues que és
te tiene su mayor complacencia en tener un terreno muy
bien labrado y limpio de yerbas, y aquel en tener uno in
culto y lleno de ellas: éste tiene su esperanza en el fruto
de la tierra , y aquel en el del ganado: de que resulta que la
copia de yerbas, que es lo que abomina el labrador, es lo
que por el contrario apetece mas el pastor. Perosin embargo
en estos deseos tan opuestos hay cierta especie de sociedad
y de unión: lo uno porque comunmente es de mas utilidad
aprovechar el pasto de nuestra heredad con ganado propio
que con el ageno , y lo otro porque con el copioso alx>no,
que se consigue con el estiércol de los rebaños, abundan
los frutos de la tierra. Y no hay tampoco ¡>ais alguno en
que, si se producen granos, -no se ayuden las operaciones
conducentesesto, tanto con el auxilio de los ganados co
mo con el de los hombres: por lo cual los jumentos1 han
traído el nombre de la cosa misma,causa de que ayudan
LIBRO SEXTO a33
nuestro trabajo, bien sea conduciendo cargas, bien arando
la tierra. Y asi yo pienso que conviene conocer tan perfec
tamente lacriadelosganados,comoelcultivodeloscam
pos, según lo previnieron los antiguos romanos. Pues en la
agricultura la industria de apacentar ganados aun es la mas
antigua y al mismo-tiempo da mas lucrativa: pqr lo cual los
nombres latinos de pecunia y peculium, que el primero
significa la moneda y el segundo lo que suena, y también el
pegujari, parecen, haberse derivado de pecuj, que significa
ganado: porque esto fue solamente : Jo que poseyeron I09
antiguos,, y íe¿> algunas naciones es esta todavía Ja única es*
peciederiquezasqueseacostumbratener:y 'á¡laverdad
entre.nuestroscultivadoresningunacosa lesproducemasel
cha de. ihoy. De quya opinión fue también MarcoCaron , que
consultando cón él uno en qué paite de Ja industria rural
se ejercitaría para poderse poner en poco tiempo rico, le
respondió, que en apacentar bienel ganado: y preguntán
dole otra vez, qué haría en segundo lugar para sacar utili
dad de bastante consideración, le aseguró que la sacaría si
lo apacentaba medianamente bien. Pero me e9 molesto re
ferir3 de un varon'tan sábio lo qíie cuentan algunos auto
res, y es: que preguntándole el miqm©,» qué era lo que te
nía en la agricultura el tercer lugar en faton de lucrativo,
había asegurado quejel apacentar el ganado, aunque fuera
mal: cosa muy extraña, cuando es mayor la pérdida que
haceunpastordesidioso6ignóramevq^ 'agananciaque
tiene uno entendido y'diligente!' Por lo q«é! haeéla se
gunda respuesta , no hay duda que la utilidad del ganado es
superior al descuido mediano del dueño de él. Por este mo
tivo, Silvino, nosotros siguiendo los; preceptos de nuestros
mayores, hemos transmitido también¡la posteridad esta
parte de la industria rural con todo el cuidado que hemos
podido. Por consiguiente, como hay dos especies de cua
drúpedos, de las cuales la una la adquirimos para que nos
acompaño y ayude en nuestros trabajos , como et btléy, la.
muía1, el caballo y él asno; y los de la otra que los tene
mosparanuestradiversión,'parárinestrautilidad,y para'-la
custodia de los demás, como la oveja, la cabra, el cerdo y el
perro: hablaremos primerode la especie'de losqueson par
»34 columüla: '
tícipes de nuestros trabajos. Y no hay duda en qne, como
dice Varron', debe superar en honorlos demás animales
el buey, sobre todo en Italia, que se cree haber traído de
este su denominación, porque los priegos antiguamente
llamabanlos toros Ítalas, y mas toda vil en esta ciudad,
en la que se sirvieron al construirla de<«ste animal, tanto
machos como hembras, pora trazar con el arado las mura
llas y las puertas4 : también por decirse que en Athenas fue
ministro de Ceres? y de Triptolemo: >porqne tiene lugar en
el cielo entre das raas 1 refulgen tes oortstelaoionesíj porque arlemas
ehel día es el mas laborioso compañero del hombre en
la agricultura: al cual tuvieron tanta veneración los antiguos,
que fue un crimen tan capital entre ellos haber qui*
tado la vidaun buey, como habérsela quitadoun ciu
dadano. Por este, pues, demos principiola obra que he
mos prometido; . :<: . : .i ; ni. ; ,¡ 'i
' " :r'1-' CÁPITUEO X! •' '•••'l>
De la compra y adquisición de los bueyes,, y de su forma.
JNoes fácil que. yp.digalp que sé ha de buscan y lo que se
ha de evitar en la, cowrpra de 4os bueyes, supuesto; que es
tos animales tienen l« talla, las propiedades y el color del
pelo según es el :pais y el clima: unas formas tienen, los de
Asia, otra* Jo/§[tl¿l^Qál¿as,, y otras; lóftfleJ EpiifOí y no¡ so
lo se encuentra est^. diversidad fen |*s diferentes provincias,
siuo ep ¡aviarias partes de)¡haÜa> La Catupania por lo coi
mun cria bueyes blancos y ¡pequeños, pero no inhábiles
para el trabajo y para el cultivo de su pátrio suelo. La Umbria
los efiagraades y.,blaiíQOs., también lo« cria rojos y no
menos eétiiuadosjpQr t6tf ¡b,$a>uía,ique por sus cuerpo». La
Etrurin y el Laci^ reheclios^.pero fuertes para tfl trabaje>
El Apefiiiio durísimos y qne sufren todo iñal rato, y. al mis;
mo tiempo no de buena presencia. Cuyas cualidades, como
quiera «pie sean tan .varias y tan ¡diversas, el labrador
.sin embargo debe seguir, p^ra. Ja compra de los novillos
fiinps preceptos como comunes ¡y, ciertos, que el cartilágines
(Mag0u d)ó según nosotros los expondremos en seguida. Se
han de. comprar bueyes nuevos, cuadrados, que téngan lo»
LFBRO SEXTO
235
miembros grandes, las astas largas, negras y fuertes, la
frente ancha y crespa, las orejas erizadas, los ojos y los
belfos negros, las narices romas y abiertas, el cerviguillo
largo y carnoso, la papada grande y que baje hasta cerca
de las rodillas, el pecho ancho, las espaldas espaciosas, la
barriga gruesa y como de vaca preñada, las costillas largas,
los lomos anchos, el espinazo derecho y llano,aunque
«sté abajado , las ancas redondas , las piernas recias y dere
chas, pero mas bien cortas-que largas, las rodillas no ma
las, las pezuñas grandes, las colas muy largas y pobladas
de cenias, el pelo en todo el cuerpo espeso y corto, el co«
k>r rubio ú obscuro, el tacto del cuerpo muy suave. -»
.> •"•'. : •" .i •'»
" :
CAPITULO n.
De cuánta edad , y cómo se han de domar.
Los becerros que son de esta suerte conviene, mientras son
todavía nuevos, acostumbrarlosmanosearlos, yatarlos
á los pesebres, para que haya menos trabajo al domarlos, y
menos peligro. Pero yo soy de parecer que no se domen an
tes de los tres años, ni después de los cinco, porque aque
lla edad es todavía tierna, y ésta es ya muy .dura: pero los
que se cojen cerriles de la manada, conviene domarlos de
esta suerte. Ante todas cosas se preparará un establo espa
cioso, donde el domador pueda andar de una parteotra
con facilidad, y de donde pueda salir sin peligro. Delante
del establo no habrá estrechuras algunas, sino un campo
rasoun camino bien ancho, para que, cuando se echan
fuera, tengan libertad para correr, y que con el miedo no
se enreden en los árbolesen otra cualquier cosa que es
té al paso y se lastimen. En el establo habrá pesebres gran
des, y encima de ellos se pondrán vigas atravesadassie
te pies del suelo ymodo de yugos, para que se puedan
atarellas. Escogerás, para empezarlosdomar un dia sin
tempestades y que no sea de fiesta1, y los at;uás por las as
tas con cordeles de cáñamo. Pero los lazos que se les echan
para cogerlos han de estar envueltos en pieles con su lana^
para que no se les lastimen las frentes tiernas por bajo
a36 COLUMELA.
de las astas. En seguirla así que hayas cogido los novillos,
los llevarás al establo y los atarásestacas, de suerte que
tengan una poca libertad y estén separados unos de otros á
alguna distancia, no sea que se lastimen rifando los que es
tán inmediatos. Si son demasiado fieros, los dejarás un dia
y una noche que desfoguen , y luego que hayan quebrado
la cólera, hágaseles salir, conduciéndolosmano, de suer
te que los retengan con cordeles, uno que vaya delante y
muchos que irán detras, y los seguirá pasoá paso otro que
llevará una maza de sauce, y les dará con ella de cuando en
cuando unos golpes ligeros para reprimir sus esfuerzos.
Pero si fueren pacíficos y sosegados, los podrás hacer salir
del establo, aun el mismo dia que los hayas atado antes
de la tarde, y enseñarlosandar despacio y sin espantarse
por espacio de una milla: cuando los hayas traidoea*a,
los atarás cortoslas estacas, de manera que no puedan
mover la cabeza. Ultimamente así que estén atados, te lle
garásellos con agrado, y adulándolos , por decirlo así,
con el tono de la voz, no por detras ni por lado, sino de
frente, para que se acostumbrenmirar caracara al que
se les arrima. En seguida les frotarás les narices, para que
se habitúenconocer el hombre por el olor. Después tam
bién conviene manosearle todo el pellejo y rociárselo con
vino, para que se familiaricen mas con el boyero: también
pasarle la mano por bajo de la barriga y de las bragadas,
para que no se espanten en lo sucesivo cou esta clase de
tocamiento, cuando se le arranquen los reznos, que or
dinariamente se peganesta última parte. Por lo cual,
cuando esto se hace, debe estar el domador por el lado
del animal , para que no le puedan llegar las coces En
seguida les abrirás la boca, les echarás fuera de ella la
lengua, les frotarás todo el paladar con sal, les meterás
tortas delibra mojadas en pringue bien salada , y les
echarás con el cuerno un sextario de vinocada uno,
pues por medio de estos halagos ordinariamente se amansan
en tres dias, y al cuarto reciben el vugo: al cual se atará
una rama , de que tirará como lo habia fie hacer del timón
del arado, y alguna 'vez se le aplicará una cosa de peso, pa
ra que con el mayor esfuerzo que tiene que hacer , se haga
LIBRO SEXTO a37
prueba de su aguante para el trabajo. Después de semejan
tes ensayos, se han de unciruna carreta vacía, y en ade
lante se les ha de ir haciendo pocopoco alargar el cami
no con carga. Así que se hayan domado de esta manera,
en seguida se han de aplicar al arado, pero en un campo
labrado, para que no tomen desde luego horror al trabajo
por la dificultad que encuentren en él ,no se magullen los
cuellos que están todavía tiernos con el fuerte tiro que tie
nen que hacer para romper la tierra. En cuanto al modo
con que el gañan ha de enseñar al bueyarar ya lo he expli
cado en el primer volumen1. Se ha de aiidar que en el tiempo
que el buey se está domando, no dépersona alguna coz ni
cornada , porque si no se evitan estas cosas, jamas se le po
drán quitar estos resabios aunque esté domado. Pero esto,
que prescribimos se haga como hemos dicho, es en el ca
so de que no haya bueyes domados, porque si los hay, el
método mas fácil y seguro que hay de domar novillos, es
el que nosotros seguimos en nuestras heredades. Pues cuan
do vamosacostumbrar el novillola carretaal arado,
uncimos el de mas poder y que al mismo tiempo sea el mas
sosegado de los bueyes domados, con el que está sin domar
para que lo detenga cuando vaya muy apriesa, y le haga
andar cuando vaya despacio. Pero si no tenemos dificultades
en fabricar un yugo al cual se unzan tres bueyes , conseguire
mos con esta industria que aun los que son mas reacios , no
repugnen los trabajos, por mas fuertes que sean : pues cuan»
do un novillo flojo se unce enmedio de dos bueyes doma
dos , y aplicándolo de esta manera al arado , se le obliga á
labrar la tierra, no tiene facultad alguna para dejar de ha.
cer lo que se quiere que haga. Pues si salta enfurecido, se
contiene por los otros dossu arbitrio: si se para, tiene
también que seguirlos cuando van adelantándose; y si ha
ce esfuerzos para echarse en tierra, los compañeros mas
tuertes que él kHevantan y lo llevan consigo: por lo cual
se ve obligado forzosamente por todos ladosdeponer su
tenacidad, y con muy pocos golpes se le hace llegarso
portar el trabajo. Hay también algún buey de especie mas
delicada, que después de domado se echa en el surco. Es
te creo que no se ha de corregir con rigor, 6ino con un mo»
»38 COLUMELA.
do particular: porque los que hacen juicio que este vicio se
quita mejor con las aguijadas , con el fuegocon otros
tormentos, ignoran el verdadero medio de conseguir esto,
pues la obstinada tenacidad por lo común fatiga al que es
tá irritado. Por lo que es mas útil corregir al. buey que
acostumbra echarse en el surco con hambre y sed, sin mal
tratarle el cuerpo, pues le hacen mucha mayor impresión los
deseos naturales, que los golpes. Y asi, si un buey se ha
echado, será muy útil atarle los pies con cordeles de ma
nera que no pueda estar en pie, ni andar, ni pacer. Hecho
lo cual , el hambre y la sed lo obligandeponer su floje
dad; la cual sin embargo es muy rara en el ganado de la
tierra: y todo buey nacido en ella es mucho mejor que el
de otra; poique no se incomoda con la mudanza del agua,
del pasto ú del clima, ni es molestado por la naturaleza del
país, como lo seria el que se llevase de sitios llanos y ata
bleslos montañosos y ásperos,délos montañososlos
llanos. Y asi también , cuando tenemos precisión de ha
cer venir bueyes de tierras lejanas, se han de procurar traer
de la que sea semejanteá la nuestra. También se ha de obser
var en la formación de la yunta, no juntar al inferior en al
zada y fuerzas con el que le excede en cualquiera de estas
cosas, pues la disparidad en unaen otra, acarrea pronta
mente la ruina del inferior. Las cualidades que se tienen
por apreciables en estos animales son , si se acercan mas á
sosegados quevivos, pero no flojos: si temen los golpes
y las voces, pero confiados en sus fuerzas no se espantan
de nada que vean ni oigan, ni son medrosos para pasar los
riospuentes : grandes comedores pero espaciosos para
mascar: pues los que comen pocopoco, digieren mejor
que los que lo hacen apriesa, y por lo mismo mantienen la
robustez de sus cuerpos y no se ponen flacos. Pero tanto
defecto es en el boyero poner el buey gordo como flaco:
pues e| cnerpo del ganado de labor debe ser proporcionado
y mediano, robuíto en nervios y músculos, no pesado por
la mucha gordura, para que no sea oprimido por su peso,
ni por la fatiga del trabajo. Pero después de haber dado los
preceptos que se han de seguir para comprar y domar los
bueyes , vamosdarlos para cuidarlos.
LIBRO SEXTO. ¡»39
CAPITULO III.
Del modo de cuidar d los bueyes, y de la comida que se
les ha de dar.
Los bueyes conviene que en tiempo de calor estén al raso, y
en el de frió debajo de techado: para tenerlos el invierno en
el establo, se ha de prevenir paja, que se segará el mes de
agosto treinta dias después de alzada Ja cosecha y se amon
tonará. La siega de esta paja es útil, tanto al ganado, como
á la heredad : con ella se libertan las tierras de matas espi
nosas, que cortadas por el nacimiento de la canícula, or
dinariamente mueren basta las raices, y puestas debajo de
las camas del ganado, hacen muchísimo estiércol. Después
de haber dispuesto estas cosas de Ja manera que hemos di
cho , prevendremos forrage de toda especie, y pondremos
nuestro conato en que éste ganado no se ponga flaco por
falta de comida. No es uno solo el método de mantener bien
los bueyes : porque si la fertilidad del pais subministra for
rage verde nadie duda que se ha de preferir éste género de
comida: pero esto no sucede sino en los parages que se rie
ganestán cubiertos de rocío. Y en los de esta naturaleza
hay una comodidad muy grande, y es que con un hombre
hay suficiente para dos yuntas , que en un mismo dia aran
ó pacen alternativamente. En las tierras mas secas se han
de mantener los bueyes en los pesebres,los cuales se da
de comer según la naturaleza de los paises: y nadie duda
que la mejor comida es veza atada en manojos, gálgana y
heno de los prados. No mantenemos tan ventajosamente es
te ganado con la paja , la cual es un recurso para esto en
todas partes, y en algunas el único. La mas estimada es la
de mijo, en seguida Ja de cebada, y en tercer lugar también
Ja de trigo. Pero ademas de la paja se dalos bueyes ceba
da, cuando trabajan todo el dia. Mas la cantidad de forrage
se arregla según los diferentes tiempos del año. En el
mes de enero se han de darcada uno cuatro sextarios de
yeros molidos, remojados y revueltos con paja.,un modio
de altramuces remojados ,medio de gálgaua también
240
COLUMELA.
remojada , y ademas mucha paja. Se puede también , si hay
falta de legumbres, revolver con la paja el orujo de la uva que
se habrá labrado para estrujar el agua -pie después de haberlo
secado : y no hay duda que es mucho mejor darlo con sus
hollejos antes de lavarlo: porque teniendo virtud de ali
mento y de vino, pone al ganarlo lustroso, alegre y corpu
lento. Si no les damos grano, basta darles una espuerta de
las que sirven para el forrage de veinte mochos de cabida
llena de hoja seca,treinta libras de heno,sino un modio
de hoja verde de laurelde carrasca ; peroestas co
sas se añade bellota, si la abundancia con que la produce
el pais lo permite: la cual, si no se Ies da hasta que se
harten, Ies causa sarna. Se puede también darles medio modio
de habas molidas, si por haber sido la cosecha abun
dante, se encuentra utilidad en ello. En el mes de febrero
son suficientes por lo común las mismas cantidades de forrages.
En marzo y abril se debe añadir algo al peso del
heno, porque se da la primera rejala tierra: y será bas
tante darcada uno cuarenta libras de heno. Se hará bien
sin embargo en segar forrage verde, para darles desde los
idus de abril hasta los de junio: se podrá también darles
lo mismo en los lugares mas frios hasta las calendas de ju
lio: desde cuyo tiempo, tanto en el estío como en el otoño
hasta las calendas de noviembre, se les darán hojas de ár
boles hasta que no quieran mas: las cuales sin embargo
no les son provechosas antes que hayan madurado con las
lluviascon las rociadas continuas : las mas estimadas son
las de olmo, en seguida las de fresno, y después las de
álamo. Las últimas son las de carrasca , las de enci
na y las de laurel , pero indispensablemente después del es
tío, por faltar las demás. Pueden darse asimismo bien las
hojas de higuera , si las hay en abundancia 6 fuere conve
niente talar los árboles. Las de carrasca son mejores que las
de encina , pero ha de ser de la especie que no tiene espi
nas : pues el buey no la quiere en teniéndolas , como
ni tampoco las de enebro, por el mismo motivo. En los me
ses de noviembre y diciembre, durante la sementera, se ha
de dar al buey tanto como apetezca : sin embargo basta pa
ra cada uno un modio de bellota con toda la paja que quie
LIBRO SEXTO »4i
ra,un modio de altramuces remojados, 6 siete sectarios
de yeros rociados con agua y revueltos con paja,doce
«extarios de gálgana: sodados del mismo modo y mezcla
da con paja,un.modip de orujo de uvas, condal que , se
les añada paja en abundancia :en fin , si nada de estas
cosas hay, cuarenta libras de heno sin mezcla alguna.
CAPITULO IV.
Remedios para mantener los bueyes saludables., ,
.' :> '.i '.\t.! i
Pero de ningún provecho será saciar de comida los ganados,
si no se les ayuda con todo cuidadoque'tengan el
cuerpo saludable, yque conserven sus fuerzas: cuyos dos
objetos se consiguen dándoles con abundancia tres días se
guidos una composición, que se hace con partes iguales de
altramuces molidos y ciprés y con agua , la cual se tendrá
una noche al sereno; y esto se debe hacer cuatro veces al
año:fin de primavera, de estío, de otoño, y de invierno.
Muchas veces se puede también desechar la debilidad y el
tédioJa comida que tienen los bueyes, si se les introdu
ce en las fauces un huevo de gallina entero y crudo, cuan
do están en ayunas ; y al dia siguiente les molerás ajos castañuelos
ó comunes con vino, y les echarás éste por las na
rices. Y no son solamente estos remedios los que loe mantie
nen saludables:, muchas personas mezclanlos forrages una
porción grande de sal: algunas les han dado manrubio
con aceite y vino: otras echan en infusión en vino hojas
de puerro: otras granos de incienso, y otras sabina, y
les danbeber alguna de éstas infusiones.. Muchos medici
nanlos bueyes con tallos de nueza blanca y vainillas de
yeros: algunos echan en infusión en vino camisas de cu
lebra molida. Sirve también de remedio el serpol molido
con vino dulce y la cebolla albarrana cortada y echada en
agua. Todas las sobredichas bebidas dadas en la dosis de tres
heminas al dia por tres consecutivos* purgan el vientre, y
echando fuera los humores pecantes, restablecen las fuer»
eas: pero se tiene por el remedio mas saludable de todos el
alpechin, si se le mezcla igual cantidad de agua, y se ha¡
''Cíílüm'ela; ¡
bitúa el ganadoél; pero no se le puede dar desde luego,
sino al principio se rocía con él la comida; en seguida se
tintura el agua con una ligera porción: y en fin, mezclada
con ella en partes iguales, se les da hasta saciarlos, ¡ ¡¡' " ;>
K...a •)' " r»;i u-».1. ¡, r ,i
CAPITULO V.
Cosas que se han de evitar-para que no enfermen les bue
yes, medidas que se han de tomar si les ataca una
epizootia, y remedios que se les fian de aplicar si lle
ga este caso.
'' O'V; *•*
No conviene excitar los bueyescorrer en tiempo alguno
del año, pero menos en el estío, pues ésto,les mueve el
vientreles ocasiona calentura. También se ha de evitar
que se metan en los pesebres las gallinaslos cerdos, pues
sus excrementos mezclados con el forrage causan la muerte
á los bueyes, y principalmente los de una puerca enferma
son capaces de causar una epizootia; la cual cuando ha aco
metidola boyada, se ha de mudar al punto de clima, y
distribuido el ganado en muchas partes, enviarlopaises
lejanos ; y se han de separar los animales enfermos de Jos
sanos, en tal manera que no haya ninguno de aquellos en
tre é3tos que los contagie. Y así cuando se han de alejar , se
han de llevarparages en que ningún ganado se apacienta,
no sea que con stí ida , si hay alguno , le lleven la enfermedad
pestilencial. Pero por roas pestíferas que sean , se han de supe
rar con remedios que se buscarán con toda diligencia. En
llegando este caso, se han de mezclar raices de panace y de
eryngio con semillas de hinojo, y se han de rociar con harina
de trigo molido, arrope y agua hirviendo, y con este medi
camento se han -de poner fomentos al ganado enfermo. Tam
bién se hace una infusión de partes iguales de cásia , mirra
é incienso, y otra tanta porción de sangre de tortuga mari
na en tres sextarios de vino añejo, y estando así, se le echa
por las narices. Pero será suficiente dar el mismo medica
mento en tres dias, dividido en porciones iguales deonza
y media, v mezclado con vino. Hemos conocido también por
un remedio eficaz la raicilla que los pastores llaman consi
LIBRO SEXTO
ligo1. Esta nace en grande cantidad en los montes Marsos, y
es muy saludabletodo ganado. Se arranca con la mano iz
quierda , antes que salga el sol , pues se cree que cogida de esta
manera tiene mayor virtud. El uso de ella se dice que es de
esta suerte : con una lesna de cobre se raya en redondo la
parte mas ancha de la oreja , de modo que con la sangre que
«ale aparezca un circulito que tenga la forma de la letra O.
Después de haber hecho esto en la parte interior y en la
exterior de la oreja , se pasa de parteparte con la lesna el
centro del circulito trazado y se introduce en el agujero di»
cha raicilla. La cual asida por la herida reciente, la retiene
esta tan bien , que no puede escaparse : en seguida acude á
aquella oreja toda la fuerza de la enfermedad y la ponzoña
pestilencial , hasta que la parte que se ha circunscrito con
la lesna cae muerta y con la pérdida de una parte muy pe*
quena se conserva la restante. Cornelio Celso previene
también que se les eche por las narices vino en el cual se
habrán machacado hojas de muérdago. Estas, cosas se han
de hacer si toda una piara está mala : las que siguen se ha*
rán si lo están algunas reses en particular. > i
" " .•i '.j?
CAPITULO VI. «! , >-<
Qué remedio se aplica al buey que tiene indigestión. "
Has señales de crudeza son eructos frecuentes, ruido en
el vientre, astíola comida, contracción de los nervios,
los ojos débiles: por cuyos motivos el buey no rumia, ni
se lame. El remedio será dos congios de agua caliente 4 y
en seguida treinta tronchos de col ligeramente cocidos y
echados en vinagre ; pero se ha de abstener un dia de otra
Comida. Algunos lo tienen encerrado en casa para qne no
pueda pacer: después de lo cual echan en un congiodeágna
cuatro libras de tallos de lentisco y de acebuche, y una li
bra de miel, molido todo junto; dejan-esta infusión al sé-
reno una noche, y pasada ésta, se la introducen en las fau
ces: al cabo de una hora les echan cuatro libras de yeros
remojados, y no les permiten otra alguna bebida. Esto se
debe hacer por espacio de tres días, hasta que se desva
»44 COLUMELA/
nezca toda la causa de la enfermedad. Porque si no se ha
hecho caso de la crudeea se sigue la hinchazón del vientre^
mayor dolor en los intestinos, que no le deja comer, le ha
ce bramar, no le permite estar en su lugar, lo obliga á
echarsetierra,agitar la cabeza, ymenear continua
mente la cola. El remedio evidente es apretarle fuertemen
te con una ligadura la parte de ésta que está mas inme
diataLis ancas, introducirle en las fauces un sextario de
Vino con una hemina de aceite, y excitado de esta manera,
hacerle anclar mil y quinientos pasos. Si el dolor permane
ce, se le han de cortar las pesuñas todo al rededor, e intro
duciéndole por el ano la mano untada con manteca, extraer
le el estiércol, y hacerle correr otra vez. Si ni aun esto ha
aprovechado, se machacan unos cabrahigos secos, y se le
dan con tres raciones1 de agua caliente. Cuando ni aun
con esta medicina se ha adelantado nada, se pulverizan dos
libras de hojas de arrayan silvestre, y echándolas en dos sexíarios
de agua caliente, se le introduce en las fauces con un
vaso de madera , y hecho esto, se le hace una sangria por
debajo de la cola: y en habiendo salido bastante sangre, se
sujeta con una ligadura de papyroa. Después se le hace cor-
•rer aprisa, hasta quede falte el aliento. Hay también, es
tos remedios ,que se puede recurrjr antes de hacerlo á
la Sangria: sé mezclan tres onzas de ajos molidos con tres
heminas de vino, y después de haberle dado esta bebida,
se le haíe correr:se muelen dos onzas de sal con diez ce
bollas, y añadiendo miel hervida se hacen calas, que se le
introducen por el ano; después de lo cual se le hace correr
apriesa. '-o ~".n. " " * >
-,! ?. v.u
CAPITULO VII.
fpn, ifu,é remedio se calma el dolor de vientre y el de lo$
. ,.. intestinos. , . . , . (. .•"
»>'. r /. '< :•.'•! u: .
También se sosiega el dolor de vientre y de los intestinos,
con ver las aves acuátiles, sobre todo los patos,Jos cua
les si mira unO el buey que le duelen los intestinos, pron
tamente se liberta de su dolor. El mismo pato sana coa
mayor seceso los mulos y caballos con su vista. Pero algu
LIBRO SEXTO
145
ñas veces ninguna medicina aprovecha, en cuyo caso estos
males son seguidos de una disenteria , que se reconoce por
la evacuación del vientre sanguina y mucosa. Los remedios
son quince pinas de ciprés con igual número de agallas,
y otro tanto en peso de queso muy añejo , lo cual molido todo
junto, se echa en cuatro sextarios de vino fuerte, que se
les dará en cuatro dias, y cuatro porciones iguales, sin que
falten cogollos de lentisco, de arrayan, y de acebuche ver
de. Los cursos quitan las fuerzas, debilitan el cuerpo, y
dejan al animal inútil para el trabajo: Jos cuales, cuando
le acometen, no se ha de dejar beber al buey en tres dias, y
en el primero ni comer: pero después se le han de dar co
gollos de acebuche y de caña, y también bayas de lentisco
y de arrayan, y no se le ha de dejar beber sino muy parca
mente. Hay algunos que le dan una libra de cogollos de
laurel con otra de abrótano remojado y dos sextarios de
agua caliente, y se los introducen eu las fauces, y les echan
los mismos forrages que hemos dicho arriba. Otros tuestan
dos libras de orujo de uvas , después las muelen y se las dan
á beber echadas en dos sextarios de vino fuerte; sin que
falten los cogollos de dichos árboles. Pero si no se contuvie
ren las frecuentes evacuaciones del vientre, ni cesare el
dolor de éste* aüel de los intestinos, y reusare el animal la
comida, si tiene la cabeza pesada, le caen las lágrimas de
los ojos, y la pituita de las narices con mas abundancia
hastao acostumbrado , se le quema la frente por medio de ella
que 1 los huesos, y se le hará con un hierro una incisión en
las orejas. Pero las llagas que habrá hecho el fuego, con
vendrá lavarlas con orina de buey , hasta que se sanen ; mas
lo cortado con el hierro se cura mejor con pez y aceite.
CAPITULO VIH
De las ránulas, de la inapetencia, y cómo se cura uno
y otro. . ¡: .
Suelen también ocasionarles fastidiola comida las excres
cencias viciosas de la lengua, que llaman los albéitares ra
na1. Estas se cortan con hierro, y se frotan con sal molida
q3
346
COLUMELA.
juntamente con ajo, hasta que fluye la pituita provocada con
la frotación. En seguida se le lava la boca con vino, y pasada
una hora se le da yerba verde ú hojas, hasta que las úlce
ras se cicatricen. Si no tuviere ranas ni cursos , y con todo
eso no apetece la. comida, le será provechoso introducirle
por las narices ajo molido con aceite ,frotarle las fauces
con salajedrea ,untarle la misma parte con ajo molido
y salsa de aleche3. Pero estos remedios se harán si el buey
no tiene mas que inapetencia.
CAPITULO IX.
De la calentura.
Cuando un buey tiene calentura , conviene tenerlo un dia
sin comer: al dia siguiente sacarle, cuando esté todavía en
ayunas, un poco de sangre debajo de la cola, y pasada una
hora , hacerle tomar treinta tronchos medianos de col cocida
en aceite y garó1, en forma de salivato" ; esta comida se le se
guirá dando en ayunas por espacio de cinco dias, y ademas se
le darán tallos de lentisco,de olivo,cualquiera otra
hoja muy tierna,pámpanos de vid: asimismo se le lim
piarán los lábios con una esponja , y se les dará de beber
agua fría tres veces al dia. Cuya curación debe hacerse en
la casa , y no dejar salir al buey hasta que esté bueno. Las
señales de calentura son llorarle los ojos y tenerlos cerra
dos, la cabeza cargada, echar babas de la boca, la respira
ción mas larga que lo acostumbrado, y coa cierto embara
zo , y alguna vez con bramido.
CAPITULO X.
De la tos de los bueyes.
La tós reciente se quita muy bien con un salivato de hari
na de cebada. Algunas veces son de mas provecho las gra
mas picadas, mezclándoles habas molidas. También se echan
en dos sextarios de agua caliente, anas lentejas sin vainas
bien molidas, y hecho el caldo, se le echa con el cuerna
LIBRO SEXTO
147
La tos antigua se cura con dos libras de hysopo, echadas á
remojar en tres sextarios de agua. Pues este medicamento
se machaca y se da en forma de salivato, mezclado con cua
tro sextanas de lentejas bien molidas, como dije, y des
pués se le echa el agua de hysopo por el cuerno. También
es remedio el zumo de puerro con aceite ,su misma hoja
machacada y revuelta con harina de cebada. Las raices del
mismo, lavadas con cuidado y molidas con harina de trigo
y dadas al buey en ayunas, quitan Ja tos, por mas invete
rada quesea. Lo mismo hacen los yeros sin vainas, moli
dos con parte igual de cebada tostada, e introducido por las
fauces en forma de salivato.
CAPITULO XI.
De las apostemas, y del modo de curarlas.
La apostema es mejor abrirla con hierro que con medica
mento. Después de haber exprimido la concavidad que
contenia la materia, se lava con orina de buey caliente, y
se ata poniendo hilas empapadas en pez líquida y aceite; ó
•i la parte donde se halla la apostema no se puede lavar, se
le echa gotagota sebo de cabrade buey por medio de una
plancha de hierro hecha ascua. Algunos después de haber
quemado la parte enferma, la lavan con orina añeja, y en
seguida la untan con pez líquida cocida con manteca rancia
en partes iguales.
CAPITULO XII.
De la cojera y de los dolores.
La sangre agolpadalos pies, ocasiona cojera. Cuando es
to sucede, inmediatamente se le registra la pesuña al buey:
al tacto se conoce si hay ardor, y no consiente que se le
apriete muy fuertemente la parte accidentada. Pero si la
sangre está todavía en las piernas mas arriba de las pesuñas,
se resuelve por friegas continuadas; y cuando no se ha ade
lantado con ellas cosa alguna, se le hace salir escarificando
la parte. Pero si ya está en las pesuñas, se hace entre las dos
?4
248
COLUMELA.
una ligera incisión con un cuchillo : en seguida se le apli
can lulas empapadas en sal y vinagre, se le cubre el pie
con una esparteña , y sobre todo se procura que no lo meta
en agua , y que esté el establo seco. Si no se echa fuera esta
sangre, hará materia, que si formare apostema, la cura
ción perfecta tardará, y se conseguirá, si al principio la
cortas todo al rededor y la limpias, y en seguida metes un
clavo de hilas empapadas en vinagre, sal y aceite, echán
dole encima manteca añeja y sebo de macho derretido uno
y otro en partes iguales. Si la sangre está en la parte infe
rior de la pesuña, se corta su extremidad hasta lo vivo, y de
esta suerte se echa la sangre fuera, y envuelto el pie en hilas,
se cubre con una esparteña. No conviene abrir por medio la
pesuña en la parte inferior si no se ha hecho ya Ja supura
ción en aquel sitio. Si cojea el buey por causa de dolor de
nervios, se le han de frotar las rodillas, los corvejones y las
piernas con aceite y sal, hasta que se ponga bueno. Si se le
hincharen las rodillas, se le han de fomentar con vinagre ca
liente, y se lia de poner encima linazamijo molido y ro
ciado con aguamiel : también es bueno aplicarlelas rodi
llas esponjas mojadas en agua caliente y exprimidas untadas
también con miel , y bendarlas con fajas. Pero si debajo de
la hinchazón hay algún humor, se aplica encima levadura
ó harina de cebada cocida con vino de pasasaguamiel, y
luego que madure la apostema se abre con una lanceta; y
asi que se haya echado fuera la materia, se cura con hilas,
como lo hemos enseñado arriba. Pueden también sanarse
todas las apostemas que se han abierto con hierro (según
ordena Cornelio Celso) con raiz de azucenacon cebolla
albarrana y sal,con la yerba1 sanguinal que los griegos
llaman polígono,con manrubio. Pero casi todos los do
lores del cuerpo, si* están sin herida, y son recientes, se
desvanecen mejor con fomentos; si son antiguos, se caute»
rízala parte dolorida, y sobre ella, después de hecho, se
eclia manteca de vacassebo de cabras gotagota.
LIBRO SEXTO
CAPITULO XIII.
Remedios para la sarna , para la mordedura de perra
rabiosade lobo, y para cuando se les pega el pellcjo
á los huesos. ,
La sarna pierde su malignidad frotándola con ajo molido,
y con el mismo remedio se cura la mordidura de perra ra
biosade lobo, la cual sin embargo se cura igualmente
bien aplicando sobre la herida pescado salado añejo. Y pa
ra la sarna hay otra medicina : se muelen juntos orégano y
azufre, y se cuecen con aceite, agua y vinagre, mezclán
doles al pechin : en seguida, cuando esta composición está
tibia, se le polvorea con alumbre de pluma molido. Este me
dicamento es muy provechoso si se aplica al buey puesto á
un sol muy fuerte. Para las úlceras sirven de remedio las aga
llas molidas, y no menos el zumo de manrubio con hollín.
Hay también una enfermedad per judicial al ganado vacuno,
que la gente del campo llama coriago1, que consiste en es
tar la piel tan pegada al espinazo, que asiéndola con las
manos, no se puede separar de las costillas. Este accidente
no lo tienen nunca, sino cuando de resultas de alguna en
fermedad se han puesto flacos ,se han enfriado estando
sudando por haber trabajado,si se han mojado con la llu
via cuando estaban cargados. Lo cual como es pernicioso,
se ha de tener cuidado así que los bueyes hayan vuelto del
trabajo y estén todavía calientes y jadeando, de rociarlos
con vino y de introducirles en las fauces unas bolillas de
manteca. Pero , si tuvieren esta enfermedad , será prove
choso cocer laurel y fomentarles las espaldas con este co
cimiento caliente, apretarlo inmediatamente, echándole por
encima mucho aceite y vino, y asirle la piel por todas par
tes, tirando de ella hacia sí, y esto se hace muy bien al ra
so, cuando el sol calienta mucho. Algunos mezclan borras
de aceite con vino y manteca, y se sirven de esta medicina
después de dichos fomentos.
«" COLUMELA. "
CAPITULO XIV.
Para las úlceras del pul/non y para los tumores del paladar.
, »m »" .
También es una enfermedad muy grave cuando se ulce
ran los pulmones: de que resulta tós, consunción, y últi
mamente tisis. Y para que no acarreen la muerte , se intro
duce eu la oreja horadada la raiz de consíligo del modo que
hemos ensenado arriba; después se mezcla al rededor de
una hemina de zumo de puerros con igual medida de acei
te, y se dabeber por muebos dias con un sextario de vi*
no. Algunas veces por tener una hinchazón en el paladar
reusa la comida, echa frecuentes suspiros, y parece que se
deja caer hacia un lado. En este caso es necesario abrirle el
paladar con una lanceta, para que salga la sangre, y darle
hasta que sane yeros mondados y remojados, hojas verdes
ú otro forrage tierno. Si se le hubiere magullado el pescue
zo con el trabajo, el remedio mas eficaz será sangrarlo de
una oreja, y si esto no se hubiere hecho, se aplicará la
yerba llamada avia 1 machacada y con sal. Si el cerviguillo
se le ha conmovido y abatido, se observará hacia cuál par
te se inclina , y lo sangraremos de la oreja contraria. Y aque
lla vena, que, parece ser -la mayor de todas las de la oreja,
se le dan antes golpes con un sarmiento, y en seguida lue
go que los golpes la han engruesado , se abrirá con una lan
ceta; al dia siguiente se hará otra sangría del mismo sitio,
y se le darán dos dias de descanso. Al tercero se le da nn
trabajo ligero, y pocopoco se va llevando al ordinario. Pe
ro si el cerviguillo no se ha dejado caer hacia lado algu
no, y se ha hinchado por medio, se sangra el buey de las
dos orejas: y si esto no se ha hecholos dos dias de haber
contraído esta enfermedad, se le hincha el pescuezo, se le
atirantan los nervios, y la dureza que resulta en aquella
parte no le permite recibir el yugo. Para esta enfermedad
hemos descubierto un remedio excelente, que se compone
de pez líquida, tuétano de buey, sebo de macho cabrío, y
aceite añejo, cocido todo junto por partes iguales. De cuya
LIBRO SEXTO. a5i
composición se Ka de usar en esta forma. Así que se haya
desuncido el buey después de su trabajo , se baña el tumor
del cerviguillo con agua en la piscina donde bebe, y en estan
do algún tanto enjuto , se frota y se unciona con dicho me
dicamento. Si el animal reusa absolutamente el yugo por
causa de este tumor , se le ha de dar descanso unos pocos
dias: se le ha de lavar el cerviguillo con agua fria, y se le
untará con litargirio. Celsola verdad ordena que se machaque
la yerba llamada avia, como dije arriba, y se ponga so
bre el tumor. Los callos , que por lo común infestan el cer
viguillo, son menos difíciles de curar: pues es fácil echar
les por encima aceite gotagota con una candileja , sin des
uncir los. bueyes. Sin embargo es mejor procurar que no se
formen estos callos,que no se ponga calvo el pescuezo de
los bueyes , lo que no sucede sino cuando se le9 ha mojado
mientras trabajan, bien sea con el sudorbien con la llu
via : y así en caso de verificarse, se frotarán dos ladrillos vie
jos uno con otro , y con aquel polvo se rociarán sus cuellos,
antes de desuncirlos, y en seguida luego que estén secos, se
les echará aceite de cuando en cuando.
;
CAPITULO XV.
Para las heridas de las, pesuñaspiernas con la reja del
arado , y para cuando se despean.
Si la reja del arado hubiere herido el talónla pesuña del
buey, derrite sobre la herida por medio de un hierro he»
cho ascua pez dura y manteca envueltas con azufre en lana
sucia. Este mismo remedio es también excelente para el ca
so en que el buey haya pisado por casualidad una rama
de árbol, sacándole antes la astilla que se le hubiere meti
do dentro del pie,si hubiere roto la pesuña con algún
tiesto puntiagudocon alguna piedra. Pero si la herida há
sido mas profunda, se le dilata mas en redondo, y se
quema , como he prevenido arriba. En seguida se cura tenién
dole el pie cubierto con una esparteña, y echándole vina
gre por encima tres dias. También , si la reja hubiere heri
doalgún buey en la pierna , se le pone sobre la herida le
chuga marina, que los griegos llaman tühymala\ con sal.
a5a COLUMELA. ,
Cuando se ha despeado el buey se le lavan los pies con ori
na tle la misma especie de animal, puestacalentar; en se
guida se enciende una gavilla de sarmientos, y cuando con
eJ fuego se ha reducidoceniza, se le obligapisarla y estar
parado sobre ella cuando está todavía bien caliente, y se le
untan las pesuñas con pez líquida y aceitemanteca de puer
co. Sin embargo cojearán menos los bueyes si después de
desuncidos y concluido el trabajo se les lavan los pies con
mucha agua fria , y se les frota con manteca añeja los jarre
tes, las coronas y la misma separación que hay entre Jas
dos pesuñas.
CAPITULO XVI.
Para cuando se despaldillan, se quiebran las astas, y
cuando les salen gusanos en las llagas.
Muchas veces también se despaldilla el buey,por la fa
tiga de un trabajo dilatado,por el violento esfuerzo que
lia hecho al romper un suelo muy duro,por encontrar
el arado una raizsu paso. Cuando ésto sucede se le ha de
sangrar de las piernas delanteras. Si la espaldilla desencaja
da es la derecha, se ha de hacer la sangría en la pierna iz
quierda, y en la derecha si el mal se ha hecho en la espal
dilla izquierda: si han sido lastimadas con mucha gravedad
ámbas, también se han de abrir las venas en las piernas
traseras. Si se han quebrado las astas, se les ponen encima
unos pedazos de lienzo empapados en sal , vinagre y aceite,
y se les refresca con lo mismo tres dias seguidos sin desliar»
los. Al cuarto; por último, se les pone manteca tle puerco j
pez líquida en partes iguales y corteza de pino pulverizada.
Y al fin cuando van ya cicatrizando, se les polvorea con
hollin. Suelen también las llagas de que no se ha hecho caso,
llenarse de gusanos,los cuales , si se les echa por la ma
ñana agua fria, caen encogidos con la frialdad :si por este
medio no se, pueden q rutar, se machaca manrubiopuerro,
y se aplica polvoreado con sal: esto mata prontamente los
referidos bichos. Pero desde que la* úlceras se han limpiado,
se les, han de aplicar inmediatamente unas hilas con pez,
aceite y manteca añeja, y con el misino medicamento se
LIBRO SEXTO a53
tan de frotar por fuera para que no las infesten las moscas,
las cuales , en habiendo estado paradas sobre las úlceras,
crian gusanos.
CAPITULO XVII.
Para las mordeduras de las culebras y animales venenosos»
Pero también es mortal para los bueyes la mordedura de
una serpiente; les es también dañosa la ponzoña de algu
nos animales mas pequeños: pues muchas veces la víbora y
la culebra cieg.i, cuando se lia echado el buey sobre ellas
en el pastadero sin precaución, fatigadas con su peso, le ti
ran un bocado. Y la musaraña , que los griegos llaman mygale,
aunque con dientes pequeños, les ocasiona una enfer
medad que no es chica. Los venenos de la víbora los echa
fuera una yerba que llaman personada1 , majada y puesta
con sal sobre la escarificación que se habrá hecho con
hierro en la parte mordida. La raíz machacada es mas útil,
y también el sesel de las montañas. El trcbol , que se en
cuentra en sitios pedregosos, pasa por muy eficaz: tiene el
olor fuerte y semejante al del betún, por lo que los grie
gos lo llaman aspfwltion; los nuestros por su figura lo lia*
man trébol agudo, pues tiene hojas largas y vellosas, y su
tallo es mas recio que el del trébol de prados. El zumo
de esta yerba se le echa en las fauces mezclado con vino; y
sus hojas machacadas con sal se aplicanla escarificación
en forma de cataplasma : pero si la estación del año no es á
propósito para que se encuentre la yerba verde, se echan en
vino las semillas pulverizadas, y se les dabeber: y las raices
machacadas con el tallo y mezcladas con harina y sal echadas
en aguamiel , se ponen sobre la escarificación. Hay también
un remedio eficaz, que consiste en machacar cinco libras
de cogollos tiernos de fresno con cinco scxtarios de vino y
dos de aceite, y echarles en las fauces el licor que habrás expri
mido de todo esto, y en poner sobre la parte escarificada co
gollos del mismo árbol machacados con sal. La mordedura de
la culebra ciega cansa tumor y supuración; lo mismo hace
la de la musaraña: pero aquella se cura punzándola con una
lesna de cobre , con la cual se punza la parte mordida, y
a54 COLUMELA.
después se unta con tierra cíe jaboneros desleida en vinagre.
La musaraña paga con su cuerpo el*mal que ha hecho, pues
se la mata sumergiéndola en aceite, y así que se ha podri
do se machaca, y con este medicamento se unta el sitio mor
dido. O si no estámano cuando el tumor anuncia la mor
didura, se muelen cominos y se les añade un poco de pez
líquida y de manteca, de manera que tenga la consistencia
de cataplasma , que puesta sobre la mordedura , echa fuera
el veneno. Pero si antes de resolverse el tumor se vuelve
apostema, es mejor abrirla con una hoja de hierro hecha
ascua , quemar todo lo que esté corrompido , y en seguida
untar la parte con pez líquida y aceite. Suele también em
barrarse el mismo animal vivo con arcilla de alfareros y ea
seguida colgarse, después de haberse secado, del pescuezo
de los bueyes: y esto los liberta del daño que podía cau
sarles esta mordedura. Las enfermedades de los ojos se les
curan comunmente con miel : pues si se han inflamado
se polvorea con un poco de aguamiel con harina de
trigo, y se pone sobre ellos: si le sale alguna nube
en el ojo, la disipa la sal gema de Españade Armenia,
ó también la de Gapadocia , molida bien menuda y mez
clada con miel. Lo mismo hace el hueso de xibia molido
y soplado tres veces al dia en el ojo por medio de un tubo:
asimismo lo hace la raíz que los griegos llaman silphio, y el
vulgo en nuestra lengua láserpido. A esta raíz, tenga el pe
so que tuviere la porción que se toma, se le añaden diez
tantos de sal amoniaco, y ámbas cosas se muelen juntas, y
se soplan del mismo modo en el ojo,se machaca esta
misma raiz, se echa en aceite de lentisco y aplicada sobre
el ojo, lo limpia de este defecto. La fluxión la cura la hari
na de cebada , sobre la cual se habrá echado aguamiel, pues
ta en las cejas y en las mejillas. La simiente de la chirivía sil
vestre, y el zumo de la coclearia, aplicados con miel aplacan
el dolor de los ojos. Pero todas ias veces que entrará miel
ú otro jugo en los remedios , se ha de untar al rededor del
ojo con pez líquida mezclada con aceite, para que no lo in
festen las moscas; pues no son solas estas las que acudeo
volandola dulzura de la miel y de otros medicamentos, si
no también las abejas. ,
LIBRO SEXTO
CAPITULO XVIIL
Remedio para si ha tragado alguna sanguijuela.
También cansa mucho daño la sanguijuela que se ha tragado
con el agua que se bebe: ella, pegándoselas fauces,
chupa la sangre, y engrasándose cierra el pasola comida.
Si está en un sitio tan dificultoso que no se puede separar
con la mano, introducirás un tubouna caña, y por ella
echarás aceite caliente, pues con su contacto inmediata
mente cae este insecto. Se puede también hacer llegarla
sanguijuela por medio de un tubo el olor de las chinches
quemadas. Pues desde que este insecto está en el fuego,
despide un humo que llena el tubo, y lo lleva con su mal
olor hasta donde está la sanguijuela , y éste olor la despega
del sitio adonde está adherente. Pero si está asida al estó
mago úlos intestinos, se mata echando al buey vinagre
caliente por medio de un cuerno. Aunque hemos prescrito
estos remedios para los bueyes, no hay duda alguna que la
mayor parte de ellos pueden también convenirtodo el
ganado mayor.
CAPITULO XIX.
De cómo se ha de hacer la máquina para curar las bes
tias y bueyes.
Pero se ha de fabricar una máquina en la cual se encerra
rán las bestias de carga y los bueyes para curarlos, yfin
de que los albéitares que los medicinan se puedan acercar
masellos, sin que puedan estos animales dejar de tomar
los medicamentos resistiéndosetomarlos. Y la hechura de
la máquina es de esta manera. Se entarima con tablones de
roble un pedazo de terreno de nueve pies de largo , dos y
medio de ancho por la parte anterior y de cuatro por la pos
terior. A este entarimado se le aplican cuatro estacas derechas
por un lado y otro, las cuales están clavadas en los cuatro
ángulos , y tiene cada una siete pies de largo. Todas estas
estacas se sujetan entre sí por seis travesanos, formando en
a56 COLUMELA.
rejado, de suerte que pueda entrar por la parte posterior,
que es 'a mas ancha , el animal como en una jaula,y no pue
da salir por lar otra,causa de impedírselo los pequeños
pernios que están atravesados en ella. Sobre las dos estacas
de delante se pone un yugo firme, yeste se sujetan las
bestias de cargase atan los bueyes por las astas. O se pue
den fabricar allí mismo unas cabezadascollares, para que
metiendo en ellas la cabeza, se sujete Ja cerviz con unos
palos, eme bajarán por agujeros hechos para el caso. Peto
el cuerpo atado y extendido está aseguradolos travesa
nos; y de esta manera queda sin movimiento, y abandona
dola voluntad del que lo vacurar. Esta misma máqui
na podrá servir para todo el ganado mayor.
«-. .
CAPITULO XX
De la figura del toro.
Después de haber dado bastantes preceptos acerca de los
bueyes, es tiempo de hablar de los toros y de las vacas. Yo
pienso que se deben preferir principalmente los toros que
tengan los miembros muy grandes, el natural pacífico y la
edad mediana. Las demás cosas que hemos de observar pa
ra elegirlos serán casi jas mismas que en los bueyes, pues
un toro bueno no se diferencia del buey castrado en otra co
sa sino en que aquel tiene el semblante fiero, el aspecto
mas vigoroso, las astas mas cortas, el cerviguillo mas car
noso, y tan grueso, que es la mayor porción de su cuerpo,
el vientre un poco mas enjuto; y se ha de buscar uno que
sea ágil ypropósito para cubrir las vacas.
v
CAPITULO XXL
De la figura de la vaca.
También se aprueban las vacas de talla muy alta y larga,
que tengan los vientres muy grandes, las frentes muy an
chas, los ojos negros y abiertos, las astas hermosas, lisas
y que tirannegras, las orejas pobladas de pelo, las quijar
LIBRO 'SEXTO a57
das angostas, las papadas y las colas muy largas, las pesu
ñas mediana», y medianas Jas piernas. Las demás cosas que
«e desean en las hembras, son también las mismas que en
los machos, principalmente que sean nuevas: porque en
habiendo pasado de diez años son inútiles para la genera
ción; por lo contrario, no conviene que se cubran antes
que tengan dos años. Sin embargo si hubieren concebido
antes, conviene quitarles la »cria , y sacarles la leche duran
te tres dias, pero después no dejar que se las ordeñe. .
CAPITULO XXII.
De la separación que se ha de hacer anualmente.
Pero conviene procurar todos los años hacer en este ganado
una separación , como se hace en los rebaños de los demás.
Pues se deben separar las que, por estar apuradasviejas,
no pueden concebir; y sin duda alguna las machorras, que
están ooupando el higar de las fecundas, se han de echar
fueradomarlas para que aren , porque con motivo de su
esterilidad no tienen menos aguante para el trabajo y para
la labor que los novillos. Esta clase de ganado quiéré du«
rante el invierno pastos marítimos y que les dé el sol , y en
el estío los de los bosques mas espesos, y los altos de las
montañas mas bien que los de las llanuras. En efecto las no»
villas viven mas tiempo en los bosques abundantes de yer«
ba en los sotos y en los carrizales , que en los sitios
pedregosos. Y no quieren tanto los rioslos arroyos, co
mo las charcas hechasmano, porque, el agua dedosjríos,
que comunmente es mas fría, las hace abortar, y la de lluvia
las es mas agradable. Sin embargo la vaca) aguanta mas bien
que el caballo todo frío exterior, y por consiguiente inver
na corr'facilidád al raso.^ -\: v.o', ' <» .»•'•' -O
t . . . " , r:
CAPITULO XXIIL,;
-Cómo se han de hacer las corralizas y los establos.' '»
'jv ; i-i: i
CAPITULO XXIV.
Qué edad ha de tener el toro para echarlolas vacas.
De éstos, los que son menores de cuatro años y mayores
de doce, no se les deja cubrir las vacas: aquellos porque es
tando, por decirlo asi, en la edad pueril, no se tienen por
idóneos para el caso ; estos , por tenerlos apurados la vejez.
Ordinariamente se permitelos machos acercarselas
LIBRO SEXTO a59
hembras en el mes de julio,fin de que quedando éstas
preñadas en este tiempo, paranla primavera siguiente,
cuando ya esten ios pastos en su fuerza, pues su preñado du
ra diez meses, y no sufren que se les acerque el macho por
orden del vaquero , sino de su propia voluntad. Y por el
tiempo que he dicho poco masmenos corresponden en
ambos sexos los deseos naturales, porque alegrándose los
animales con los demasiados pastos deja primavera, se
ponen lozanos. Pero si la hembra reusa al macho,éste no
siente deseos de ella , se excita su ardor por el modo que
prescribiremos después para los caballos que miran con
astíolas yeguas , esto es , aplicandosus narices el olor
de las parres naturales. Pero acia el tiempo en que se de
ben cubrir las hembras , se les acorta el pienso , para que
la demasiada obesidad de sus cuerpos no las haga estériles,
y se les aumentalos toros, para que las cubran con mas
vigor. Un toro es suficiente para quince vacas, y lupgo
que ha cubiertouna novilla, se puede conocer por seña
les ciertas el sexo de lo que ha engendrado, porque si ha
bajado por el lado derecho, es evidente que ha engendrado
un macho; si por el izquierdo, una hembra. Sin embargo no
se conoce ser cierta esta señal, sino en el caso de que, cu
bierta una vez la vaca, no admite segunda vez al toro: lo
cual rara vez sucede, pues, aunque está llena, no está sa
tisfecha su pasión ; tanto es el poder de los lison ¡eros atrac
tivos del deleke, aun sobre los animales, excediendo los lí
mites prescritos por la naturaleza. Mas no hay duda que
donde liay abundancia de pastos, se puede criar todos los
años un becerro por cada vaca; pero donde hay escasez, se
puede cubrir solamente uno sí y otro no: lo que queremos
que se haga principalmente en las de labor, para que los
becerros puedan hartarse de leche durante un año, y la va
ca no tengaun mismo tiempo el gravamen del trabajo y el
déla preñez. Luego que una vaca ha parido, por buena
criadora que sea, si no se la mantiene bien , fatigada con el
trabajo, sustrae el alimentosu hijo. Por lo cualla pa
rida se le dá cítiso verde , cebada tostada y yeros remojados,
y al tierno becerro un salivato compuesto de mijo molido
y tostado y de leche. Pero para criar se prefieren las vacas
ra
a6o O XIOLUMELA.:
de Altino ,las cuales llaman cevas los habitantes de aquel
pais: ellas son de talla pequeña y abundantes de leche, por
lo cual se les quitan sus crias , y aplicándoles otras de raza
superior, se mantienen e9tas con leche agena,si falta es
te recurso las alimenta bien el haba molida y el vino; y es
to conviene hacerlo principalmente en las piaras numerosas.
. g.ii . . .:.«.;r i<.< > e g -j
y l> i ''
CAPITULO XXV. í:",,',; 1 1
<" i " > i _ ;í.-*«vi "ii ;-•<*.:"q
.fc . . , Remedios para las lombrices de los becerros.
...... <-. c '
Suelen también ser perjudiciales á.los becerros ías lombri
ces, que se originan comunmente de crudezas. Por lo cual
-se les ha de dar con arreglo la comida , para que la digie
ran bien ,si padecen ya este achaque , se muelen altra
muces medio crudos , y se hacen con la harina bolillas,"
que se les introducen en las fauces, como el salibato. Tam
bién puede machacarse la artemisa santónica con higos pa
sados y yeros , y haciendo con todo una bolita , introducir
la del mismo modo. Igual efecto hace una parte de mante
ca mezclada con tres de hisopo. El zumo de marrubio y el
de puerro pueden también matar semejantes animales. ->.
CAPITULO XXVI. '
. ...Déla castración de los becerros. , ,
Magon es de parecer que se castren los novillos mientra»
están todavía tiernos, y que esto no se haga con hierro» sinoque
se compriman los testículos con un pedazo de caña*
hoja hendida, y se vayan quebrantando pocopoco, y
cree que el mejor género de castraciones es el que se ha-
Ce en la edad tierna sin herida; pues cuando se ha endu
recido ya el animal, se castra mejor de dos años que de
uno. Y ordena que esto se haga en la primaveraen el
otoño., cuando la luna esté menguando, y que el becerro
se atela máquina; en seguida, antes de aplicar el hierro,
quiere: quet :se cojan con dos listones angostos de madera:
((¡ue su van como de tenazas) los nervios de los testículos»
LIBRO SEXTO a«i
qne los griegos llaman chremnsteras , porque' las partes ge
nitales están suspendidas de ellos, y después de asidos se abra
inmediatamente el escroto, y apretándolos para que» salgan
•de él , 1 se" ¡corten de manera que sé' 'deje (la " extremidad' " por
donde están unidosdichos nervios. Pues de este modo , ni
el becerro peligra por la erupción de la sangre , ni se afe
mina enteramente , como si se le hubiera; quitado toda la
-roasculini^ad , y epnsfcrvala forma' dé macho ¡¡ habiendo de
jado el poder-dfe engendrar'/leí'coal ski embargo no pierde
desde liiegd rprWsi'fo^déjaS^lwiri una',hWrkibraTecieti¡ cas
trado, es constante que puede concebir de-' él ; pero esto no
ee ha de permitir de modo alguno, -tío «ea-que muera de un
flujo de sangre. Mas las heridas se han de'Wntar con ceniza
de sarmitífito y'liiargnio , feméndelo aqtiel"dia sin-beber-,
odiándole mu^poc* comida. En lo» tres diaá'siguierttessé ha
dé re^álar coifco c-nfei'mo'cón cogbllrjs'de árboles , y segárU
dolé forrage verde, y no sé Icha" de dejar qne beba muerto.
Tamb-etime parece que ^ pasados tresdias, se unten-las
mismas heridascon pez líquida, ceniza, y un poco de aceite,
para que sb éieátrlcén'mak ¡prontamente, y no lásiinfes(eil
las moscas. Bastante eé¡ > lo 'hablado Hasta aquí de los
^tU/fhü" ' "' ^w •' k'u,u"v i " rt*' -:/9iq I irxni.íat ni > /ti
t\ -{ev .', -v¿n, ¿APÍTÜLo XXVII.
orp o.jTri:: I : i -"tt <" •••" > ,.¿l . / . un-na
* ¡ -'Mi'.-íüj aoi A-y> i De los caballos. ' , ¡i
ah che! Í'jIj VMi'.Ml" *cl lot. ., 1H .'" <> ,: . i . .¡i «»i,n
Los qué'tÁeftén'aficiórjrti ctiár 'tabalips , conviene sobre to-
A> q\ie,se'rprdyéari de1 líhí yegüero diestro-, yd^ürra? grarí
cantidad de forrage , enyas dos cosas pueden emplearse en
Jos' demás gañidos ,; áunqró sean medianas; pero él caballar
desea: sumo cuidado V y estar1 inüy harto de comida. Esté
átíJmd'gáhadó.'se 'Bi*Wé 'éh; tres 'especies dé'razas: Pues -U
Sáy 'géh&rfisa , wSt ríá'cabatlós ^arWtef'c'ircb'y ^«rá los cotfl-
bátes'sagráHds'i'la'riay tirulaT, q.né'pof 'el valor de sús cñasí lié
compara a la géríerósa; y lá hay común,' que procrea machos
f héinbías mediar/Ss'. Mientras mas sobresaliente es cada
Una.de estás raras , pace en carrfpó tatito mas fértil. Pero
p^raMds^WrWs'de1 1 éW'ga riada' Sé-'liad 'He 'e'scoger' pastade-
rc^ ü7m] ^APiTUE:(y"i-xxviii-,K:r5'5 r-
10'">iFV& "9ít9 ir.'.'\ .íviy i >' -i é"¡ í .ov» j ."Hli'< '"
De laedaddelcaballopadreyde layeguadevientre.
' •''i : •' •»:!!• ' t •' I»! .••» • •«»
e hace juicio que un caballo menor de tres años no es
idóneopara la-monta,peroquepuedeiengendrarhastalos
.veinte ; v que .la hembra concibe bienlos dos años, para
.quepariendo'despuésdoJosttes-* pueda criar su hijo;y
después dé los dietz, que no ea útil , porque la cria de ma
dredeedadespesaday.desidiosa..Demócrito aseguraque
estará en nuestro arbitrio el que sea macho ú hembra lo
que se conciba; y ordena que, cuando queramos que sea
macho, liguemos el testículo izquierdo dol caballo con un
cordoncillo de liuo ú deotrucualquieracosa ^ycuandoque
LIBRO SEXTO. a65
ramos herribra el derecho; Y opina que se' ha 'efe' hacer lo
misma «n. casi todos los animales. 1 . '«>.> --X < ' > sí
" " -"ir.ei"'mi : ' " i
CAPITULO XXIX. 1 -: " .
Del natural y buena conformación del caballo, y delco,
nocimicntp ,de su edad. , . . ,
Pero cuándo ha nacido el potro se puede juzgar de su na
tural inmediatamente. En efecto, si es alegre, si es intré
pido, si no se espanta al veral oir alguna cosa nueva, si
yá corriendo delante de la piara, si excedesus iguales
en lozanía, ligereza, y alguna vez en la carrera, si salta
sin titubear una zanja, y pasa jo mismo un puente y un
río , estas serán señales de un natural noble. Pero la her-
niosuradeVtfúér^HÍ córisistiité^n 'lene* la cabeza pequeña-,
los ojos negros, las narices abiertas, las orejas cortas y de
rechas, la cerviz flexible, ancha y no larga, la crin espesa,
y que cae por el lado derecho, el pecho ancho y lleno de
músculoi', las espaldas grandes y derechas , los costados > ar
queados, el espinazo doble, el vientre angosto, los testícu
los pequeños e iguales, los lomos anchos y deprimidos,' la
cola larga, cerdosa y crespa, las piernas iguales, altas y de
rechas, la rodilla rolliza, pequeña y que: no esté vuelta
acia dentrot, las ancas redondas, los-muslos musculosos y
proporcionados; los cascos duros^ alto», cóncavos, y redon^
dos, que tengan unas edronas medianas. El cuerpo ha dé
estar dispuesto en general de manera que sea grande, alto,
derecho, que parezcala vista ágil, y (en cuanto lo permi
te su figura) entre redondo y largo. El carácter que se es
tima en estos animales, es que, sin ser arrebatados,. tengan
viveza, y sin embargo de tenerla sean mansos, pues estos
se hallan hábiles para obedecer, y muy: prontos para los
combates y para el trabajo. Un caballo es bueno domarlo
á los dos años para el tiso doméstico; pero para los comba
teslos tres cumplidos: de manera sin embargo que no se
dediqueellos hasta después de los cuatro. Las señales de
los años se mudan con el cuerpo. Poes cuando tiene, dos y
medie se le caen los dientes de enmedio, tatito tos de ar
a66 COLUMELA.
riba, como los ele abajo. A los cuatro, después de habérse
le caído los colmillos, le salen otros: en seguida, antes de
seis años se le caen las muelas de arriba ;los seis años se
le igualan los dientes que mudó primero: al séptimo todos
sin distinción se le igualan: y de éste en adelante se le po
nen huecos y no se puede conocer con certeza la edad que
tiene: sin embargolos diez años empiezanhundírsele
las sienes, y alguna vezponerse canas las cejas, y salir*
sele los dientes de la boca. Basta con lo que se ha dicho
acerca del natural, del carácter del cuerpo y de la edad del
caballo. Ahora corresponde manifestar el cuidado que se
ha de tener con él, ya cuando está sano, y ya cuando está
enfermo. -¡¡ »*'" »»' ' ¿!" >. ;'.» ,¡ .ürr-. r v. .
'
CAPITULO XXX; r-u\ ,: *
Del cuidado que se ha de tener con este animal, y reme*
dios para algunas de sus enfermedades.
Si estando sanos se ponen flacos, mas pronto se restable
cen con trigo tostado que con cebada: pero al mismo
tiempo se les ha de dar de beber vino, y en seguida irles
quitando pocopoco esta especie de mantenimiento, mez
clando salvadola cebada , hasta que se les acostumbre á
las habas yla cebada pura. Todos los dias se han de
limpiar los cuerpos de estos animales, no menos que los
délos hombres, y muchas veces les es mas provechoso
manosearles las espaldas , apretándoles la mano , que si les
dieras largamente de comer. Y es muy importante conser
varles la robustez del cuerpo y de los pies. Cuyas dos cosas
guardaremos, si los llevamossu debido tiempolos pe
sebres, al agua, ysus ejercicios, y si se tiene cuidado de
que la caballeriza esté seca, para que los cascos no se Jes
ablanden con la, humedad. Lo que evitaremos fácilmente
si se entarima el suelo con tablas de roble,si se limpia
con cuidado de cuando en cuartdo, y se le echa paja por
encima. Comunmente contraen enfermedades estos anima
les con el cansancio, con el calor, y algunas veces con el
ifrio, y cuando, no han orinadosu tiempo,si sudan en
la carrera e inmediatamente después de ella beben,si
LIBRO SEXTO
267
después de haber estado mucho tiempo parados, se les ha*
ce correr de repente. £1 mejor remedio para el causaucio
es la quietud, con tal que se le eche en las fauces aceite, ó
manteca con vino. Para el frió se aplican abrigos, y tam
bién se les unta la cabeza y el espinazo con manteca tibia
ó con vino. Si no orina se usan casi los mismos remedios,
pues se le vierte sobre los hijares y sobre los ríñones acei
te mezclado con vino; y si esto ha aprovechado poco, se
le introduce tpor la via de la orina una candelilla delgada,
hecha con miel hervida y sal,una mosca viva,un
grano de incienso,una candelilla de betún. £1 mismo
remedio se aplica si la orina le hubiere escocido las par
tes. El dolor de cabeza lo indican las lágrimas que les cor
ren de los ojos, y el tener las Orejas agachadas, la cerviz y
Ja cabeza cargadas, hasta caer en tierra. En este caso se le
•angra de la vena que está debajo del ojo, Sé le fomenta la
boca con agua caliente, y no se Je da de comer el primer
dia. El siguiente se le da de beber agua tibia en ayunas, y
yerba verde. £11 seguida se le echa debajo heno añejo ó
paja blanda, y al anochecer se le da otra vez agua, y una
poca de cebada con dos libras y media de veza, para que
dándole raui poca comida, vuelva pocopocopoder to
mar su ración ordinaria. Si le duelen al caballo Jas quija
das, se le han de fomentar con vinagre caliente, y frotar
con manteca añeja: el mismo remedióle le ha de aplicar
cuando se le hinchen. Si se lastimare las espaldasecha
re sangre de ellas , se sangrará casi de en medio de las dos
piernas, y se untarán las espaldas con manná de incienso,
mezclado con la sangre que salga de las piernas, y para
que no evacué mas de lo regular se aplicarálas cisuras
del animal un poco de su estiércol, y se ligarán con bendas.
Al dia siguiente se, le sacará sangre de las mismas ve
nas., se curará del mismo modo, no se le dará cebada, y sí
solamente una corta cantidad de heno. Desde el tercer dia
hasta el sexto se le echará en las fauces como tres cyathoa
de zumo de puerros, mezclados con una hemina de acei
te, lo que se hará por medio del cuerno. Después del sexto
dia se: le hará andar despacio, y asi que haya vuelto del
paseo convendrá hacerle entrar en la piscina, de manera
»68 COLUMELA."
que nade: de eeta suerte,i ayudado con comidas mas sustan
ciosas, se Vá trayendo pocopococumplir su tarea or
dinaria. Pero é\ -la bilis molestaeste animal , se le infla
el vientre y rio puede ventosear.. En este caso se le intrd-
•duce-la niano untada con aceite f>> manteca, Se abren los
.conductos naturales que estaban obstruidos, y después de
-echado fuera el estiércol, se machaca orégano y yerba pe-
*iicular(con sal, se cuecen y se mezclan con iinelj se liaren
jcalasv-qué se Je entran por el conducto regulor, las cua
les le mueven el vientre; y 'te hacen expeter toda la éilísl-
Algunos le echan por las fauces un cuadrante* de mina
molida con un hemina de vino, y le froten el ano con pe¿
liquida. Otros le lavan'el vientfe-con* agua del mar, y otros
con salmuera reciente. Suelen también < hacerles daño ' erl
lis intestinos unos gusanos' como1 las lombrices: las señales1
dé esto son, si los animales se revuelcanmentido Con lá
fuerza del doler, si llevan la cabeza al vientre, y si meneaii
uiuebas veces la cola. El remedio eficaz es, como se hd
dich,o ¡arriba, rrccterle la mano-en el vientre, sacarlé el es4
tiercol , en seguida lavárselo corí agua del mar, ó1 con saH
muera fuerte, después echarlepor las fauces raiz de alca4
parro machacada con-un séxtafio de vinagre, ptíes de este*
modo mueren dichos gusanos.
" i .1 •/.-: .... •-f . ".íi
, e.. ^ApITtJLO' XXXI.
. ,(! #»Ó -< ! '! : > til Olti ti)-. „':" .' ¡: > •_ >-'mi«. iJ
(til, :•,,[ Refriedlos para la tos y los empánest u.;t : -.i
. . ¡.it: i 'i. . i -.1.•i-1-.' '•« ' i i '|
A toda bestia enferma se le ha de echar roncha pajadebap,
para que teuga la cama mas blanda. La tos recién-'
te seiuura pronto con lentejas mondadas y ¡molidas, hnsta'
reducirlasharina mui fina. Lo cual; después de haberse
hecho de esta manera', se mezcla tlli sextario de agua ca-'
líenteigual medida de lentejas, y se ' M ¡echa en las fáuces:
se le dá e6te remedio por espacio de tres dias, y para
que se restablezca el ganado enfermó, se le mantiene con'
yerbas iverdes y cogollos de árboles; Pero¡ la tós antigua ser
quita Ochándole por las fauces rumio r -.; . ••o .¡i,f < 11, " " " .
CAPITULO XXXU
t:'. Para las rozaduras y para la sarna.
Olí!
La rozadura se, lava dos vece9 al dia con agua caliente , en
seguida-se frota con sal molida y hervida córi manteca,
hasta que la sangre-corrompida 9alga en abundancia. La
sarna es mortal para este cuadrúpedo si prontamente no
se le aplica remedio. La cual, si e9 ligera, se frota al sol
con resina de cedro,aceite de lentisco,con semilla
de ortigas molida con aceite,con aceite de ballena, ó
con el licor que suelta en los platos el atún salado: sin em
bargo, lo que es saludable sobre todo parae9ta enfermedad
es la grasa del becerro marino: pero si y^a se ha inveterado,
se necesitan remedios mas activos; por lo cual se cuecen
betún, azufre, y eléboro con pez líquida y manteca añeja,
de todo partes iguales, y sé cura con esta composición, des
pués de haber' raspado la saina con un hierro, 'y.lavádola
con orines. Muchas veces también há aprovechado cortar
hasta lo vivo la sarna con un bisturí, separar lo cortado, y
después curar las heridas que se han hecho de resultas de
esta operación con pez líquida y aceite, pues este reme
dio hace que se limpien y llenen las llagas hasta igualar
las. Las cuales, 'luego que sé'han igualado, les será de la
mayor utilidad polvorearlas con tizne dé caldera, para que
se cicatricen mas pronto , y les nazca el pelo.
¡ 1 ," •!-ji.».;'. 1' < i-•< ..
U.Ui«it. «•_>._" ',. »»" .i ó""''1'] ' '' ' "'
COLUMELA.
CAPITULO XXXIII.
Para las moscas , males de ojos y hemorragias.
Las moscas que infestan las llagas las desviaremos tam
bién con pez mezclada con aceitemanteca echada por
encima. Las cicatrices de los ojos se alivian frotándolas con
saliva en ayunas y sal,con polvos de xibia mezclados
con sal gema molida, ó. exprimiendo por un lienzo sobre
los ojos semilla de mostaza silvestre molida. Y todo dolor
de ojos se alivia prontamente con una unción de zumo de
llantén y miel sacada sin humo, y si no la hay,lo me
nos con miel de tomillo. Algunas v.eces ha puesto también
en peligroestos animales el flujo de 6angre por las nari
ces, y se ha contenido echándoles por ellas zumo de ci
lantro verde.
CAPITULO XXXIV.
Remedios contra la inapetencia , la gana de vomitar y
elmuermo. , . ." .
Algunas veces también se descaece este ganado por tener
astíola comida. Cuyo remedio es la especie de semilla
que se llama git1: dos cyatho$ de la cual se muelen, se
echan en tres de aceite y un sextario de vino, y se le in
troducen en las fauces. También se le quita la gana de
vomitar haciéndole beber muchas veces una hemina de
vino con una cabeza de ajos molida. La apostema es me
jor abrirla con una chapa ú hoja de hierro hecha ascua que
con un instrumento de hierro frío, y estrujándola para;
que salga la materia, se cura después con hilas. Hay taro*
bien una enfermedad pestilencial , que consiste en que de
repente y en pocos clias se ponen flacas las yeguas, y en
seguida se mueren: lo cual cuando sucede, es bueno echar
lecada una por las narices cuatro sextarios de garó, si
son de menos alzada, pues si son de mucha, se les echará
hasta un congio. Este remedio les hace echar toda la pitui
ta por las narices , y purga enteramente estos animales.
LIBRO SEXTO a7i
CAPITULO XXXV.
Del furor de las yeguas y sus remedios.
Es rarala verdad , pero conocida esta rabia de las yeguas,
que consiste en que cuando han visto su figura en el agua,
se apodera de ellas una pasión vana, que les hace olvidar
Ja comida,) y morir consumidas por ella. Las señales de es
ta locura son cuando andan dando carreras de una parte á
otra por medio de las dehesas, como si las hubieran exci
tado, y mirando de tiempo en tiempo hacia todas partes,
de manera que parece buscardesear alguna cosa. Este
error de su imaginación se les disipa si las llevas al agua:
pues,' como ven su deformidad, se les borra la memoria
de su antigua figura. Lo que hemos dicho basta con res
pectolas yeguas en general. Ahora daremos preceptos
particulares para los que quieren dedicarsetener pia
ras de millas. « "
CAPITULO XXXVI.
De las muías.
Para la cria de muías lo mas principal de todo es exami
nar y escoger con cuidado los padres de ta futura prole,
así el macho, como la hembra, pues si uno de los dos no
es idóneo, es defectuosa la cria que producen ambos. Con
viene escoger la yegua en los diez años primeros de su
edad, pues hasta cumplirlos, tiene una forma muy grande
y hermosa, de miembros fuertes y mucho aguante para la
incomodidad,fin de que pueda recibir con facilidad una
especie extrangera, que se vá, por decirlo así,injertar en
ella,llevar en su vientre un feto que no concuerda con
su naturaleza, para comunicarle no solamente la bondad
de su cuerpo, sino las cualidades de su instinto. Porque al
paso que se anima el referido feto con dificultad en el
útero de la yegua, después de concebido echa mucho
tiempo en adquirir el grado de perfección necesaria para
salir al mundo, pues apenas nace cumplido un año al dé
*7a COLUMELA.I
cimotercío mes y tiene mas de la flojedad de] padre que
del vigor de la madre., Pero, sin embargo, con cuanto me
nor cuidado se encuentran yeguas para dichos usos, tanto
mayor es el trabajo para escoger machó, porque muchas
veces la experiencia deja burlado el juicio del que lo aprueba.
Pues muchos garañones , admirables en la apariencia,
producen unas crias muy malas en cuantosu figura, 6
en cuanto al sexo , porque bien procreen hembras de poca
alzada,,, bien porque aunque la tengan hermosa, dan mas
machos que hembras, con cualquiera de estas dos cosas dis¿
minuyeu la utilidad al padre de familia. Mas algunos des*
preciablesla vista son fecundos en crias de mucho valor.
Algunos tal cual vez transmiten su generosidadsus hijos,
pero debilitados por el placer, rarísimas veces se excitan al
amor. A semejante garañón deben los que cuidan de esto
arrimarle hembra de su misma especie, porque la natura
leza ha hecho mas familiares entre sílos que son seme
jantes. Pues con esto se consigue que, encendido, por de*
cirio así , y obcecado con la pasión de la que se le ha pre
sentado, y aun ser le ha atraído, dejándoje que la monte,
quitándole ésta, sé arroje sobre la yegua que había des
deñado.
CAPITULO XXXVII. .
Que se madere el furor del garañón., y, modo que hay
de hacerlo; precauciones que se han de tomar-para es'
ta monta; y del mulo romo. ., /i.n: e:.'.i u
Hay otra especie de" garañones furiosos en su pasión , y
que , si no se contienen con destreza , causan perjuicio á
la piara. Pues el que es de esta suerte , rompe muchas ve
ces las cadenascordeles conque está atado, e inquieta
las yeguas preñadas, y cuando cubre las otras les tira bo
cados en las cervices y en las espaldas. Lo cual , para que
no lo haga , atándolo por un ratouna atahona , modera
con el trabajo la vehemencia de su pasión , y cubre la ye-f
gua cuando ya está maS1 calmada aquella. Y sin embargo
no se le ha de echar de otra manera aquel cuyas pasiones
son meuos exaltadas, porque es muy importante que el
LIBRO SEXTO a73
natural de este animal, de suyo dormido, se sacuda y ex
cite con un ejercicio moderado, y que el macho no cubra
á Jas hembras hasta que, habiéndose hecho mas vivo, co
muniquesu producción por medio de una fuerza oculta
principios mas ágiles para su formación. Pero la ínula no
solo se engendra por un asno y una yegua, sino también
por una burra y un caballo , y por un asno silvestre y una
yegua. Mas algunos autores , que no se deben pasar en si
lencio , como Marco Varron 1 , y antes de él Dionisio 2 y
Magon han dicho que las crias de las muías pasaban en loa
países de África por una cosa tan poco prodigiosa, que es
tán tan familiarizados los habitantes con los partos de ellas,
como nosotros con los de las yeguas. Y sin embargo, no
hay en esta casta de animales otro mejor, así en cuanto á
u natural, como por lo respectivo al cuerpo, que el pro
creado por el asno: aunque puede compararse algún tan-'
toéste el que proviene de un asno silvestre ,no ser que
sea indómito y rebeldela sujeción, según la costumbre
de los animales que no están domesticados, y que haya
salido 6 la figura macilenta de su padre. Y así un asno de
esta clase es mas útil para dar nietos, que para dar hijos.
Pues cuando se echauna yegua un garañón , hijo de una
burra y de un asno silvestre, quebrantado gradualmente
el natural silvestre, saca la cria que resulta de esta unión
la figura y moderación del padre , y la fortaleza y agilidad
del abuelo, Los mulos procreados por un caballo y una bur
ra , aunque turnan de su padre el nombre, pues se llaman
en latin hinni 3 , se parecen mas en todosu madre. Y
así es muy -conveniente destinarla cria de muías un as
no cuya especie habrá dadoconocer la experiencia ser
mas bien formado. Sin embargo, no se debe aprobar por
el aspecto, sino el que tenga el cuerpo muy grande, la
cerviz fuerte, los costados robustos y anchos, el pecho mus
culoso y extendido , los muslos nerviosos , las piernas com
pactas, el color negropiel de rata:, pues el rucio,pe
sar de ser común en el asno, no prueba muy bien en la
muía. Y no nos dejemos engañar por el con junto de la fi
gura de este animal, si la vemos tal como es de nuestra
aprobación , porque así como las manchas que se hallan ea
a74 COLUMELA.
las lenguasen los paladares de los carneros , se encuen
tran comunmente en los vellones de los corderos, del mis
ino modo , si el asno tiene en las pestañasen las orejas
pelos de otro color que el de lo restante de su cuerpo, saca
también con frecuencia crias de color diferente del suyo,
y que el mismo color, aunque se haya examinado en el
garañón con la mayor prolijidad por el amo, lo engaña sin
embargo muchas veces; pues en algunas ocasiones, aun sin
las antedichas señales, engendra muías que rto se le pare
cen lo que no pienso sea motivado dé otra cosa que de ha
ber dé resucitarse en los nietos él color de su abuelo, por
la mezcla de los principios generativos del padre. Por coneiguiente
, desde que un rucho, tal como yo lo he delinea
do, acaba de nacer, conviene que se le quitesu madre»
y se apliqueuna yegua sin que ésta lo conozca. Es muy
fácil eiigañarla en las tinieblas , pués quitándole su hijo en
un sitio oscuro , criará al rucho como si lo hubiera parido,
y desde que se ha acostumbradoél por espacio de diez
días, en lo sucesivo siempre que quiera mamar leda la
fétá." Criado -el garañón fie esta manera aprendeamar
las yeguas. Algunas vécés también , aunque se haya criado
Con la leche de su madre , puede apetecer tener comercio
con aquellas, si ha estado desde pequeño con ellas. Pero no
convierte que las cubra antes que tenga tres años, y si es
to se le concede, será del casó que 6ea en primavera, co
mo que se lia de foWrficatf , y aun engordar con forrage ver
de,' que se lé cortarátrozos, y con cebada en abundan
cia. Y sin embargo, no se echaráyegua nueva ; pues, sí
ésta no ha sido cubierta-antes por macho de su esi>ecie,
echa de sícoces al garañón al irla6altar, y la ofensa
que ha recibido de ella , le hace concebir aversión aun á
las demás yeguas. Para que esto no suceda; se arrimala
yegua un burro degenerado y común, que solicite sus favo
res; y 6¡n embargo no se deja que la cubra: pero fi ella
está dispuestarecibirlo gustosa, separando ininedi llámen
te el mas ordinario , se le echa el garañón fie ia?a supe
rior; Hay un sitio dispuesto para este efecto ( las gentes del
Campo le llaman maquina 4), el clial tienp dos paredes le
vantadas en uu repecho, ytan corta distancia uua de
LIBRO SEXTO a75
otra, que la hembra no se puede resistir, ni hurtar el cuerpo
al garañón que la vacubrir : hay entrada por ambas
partes, pero la de la inferior la cierran rejas de hierro,la»
cuales atan Ja yegua, poniéndole una cabezada, de suerte
que esté en lo mas bajo del repecho, para que estando in
clinada acia adelante, reciba mejor [al garañón , y en
atenciónser mas pequeño que ella , le proporcione subir
«obre sus espaldas con mas facilidad desde un sitio eleva
do. Luego que la yegua haya parido lo que concibió del
asno , lo cria , estando vacía, por todo el año siguiente : pues
esto es mas útil que lo que hacen algunos , que aunla
recien parida le echan el caballo. Así que la muía tiene un
año, será bueno apartarla de su madre, y después de ha
berla apartado llevarlapacermontañasparages incul
tos ,fin de que se le endurezcan los cascos , y después sea
á propósito para caminatas largas; pues para albarda es me
jor el mulo. Aquellala verdad es mas ágil ; pero uno
y otro sexo anda bien al camino, y rompe cómodamen
te la tierra,no ser que el precio de este cuadrúpedo sea
gravoso al labrador,el campo, por lo pesado de la tierra,
exija Jas fuerzas de los bueyes. . . . v t
CAPITULO XXXVIII.
De las enfermedades de este ganado y de sus remedios,
y cómo se han de aplicar.
Ya he manifestado la mayor parte de los remedios que
convienenéste ganado al tratar de las otras especies: sin
embargo, no omitiré algunas enfermedades que le son pro
pias , cuyos remedios voyescribir. Cuando una mulá tie
ne calentura se le da col cruda. A la que tiene huérfago,
se sangra y se le echa como una hemina de zumo de marrubio
, mezclado conj un sextario de vino, y media onza de
aceite de incienso. A la que tiene esparavanes se le pone ha
rina de cebada, después se le abre la apostema con hierro,
y se cura con hilas,se le echa por la nariz izquierda un
sextario de garó superior, mezclado con una libra de aceite,
y se añadeneste medicamento las claras de trescuatro
$*
a76 COLUMELA.
huevos, separando las yemas: se suele abrirla los muslos, y
alguna vez aplicarles fuego. Si la sangre se les bajalos pies
se les extrae lo mismo quelos caballos,si hay la yer
ba que llama la gente del campo veratro 1 , se les da en lu
gar de forrage. Hay otra llamada hyosciamo 1 ,cuya semilla,
molida y dada con vino , cura dicha enfermedad, La fal
to de carnes y la languidez se remedia dando muchas ve
ces una bebida compuesta de azufre molido, un huevo
crudo, y Una dragma de mirra molida. Estas tres cosas se
mezclan con vino, y después se le echan en las fauces.
Y estos mismos remedios curan igualmente la tós y los do
lores de vientre. Para la falta de carnes nada es tan eficaz
como la alfalfa. Esta yerba verde , pero cuando ya no tarda
rá en secarse, dada en lugar de heno, engorda las bestias;
pero se les ha de dar con moderación , no sea que se so
foquen con la mucha sangre que cria. Cuando una muía
está cansada y acalorada, se le echa grasa en las fauces, y
vino puro en la boca. Las demás cosas , con respectolas
Inulas , se harán como hemos manifestado en los primeros
capítulos de este volumen , que contienen el modo de cui
dar los bueyes y las yeguas.
LIBRO SEXTO
NOTAS AL LIBRO SEXTO./ í -./I.
Notas ax prefacio.
1. De juvo que significa ayudar.
2. Seguramente le fue molestoPlínjo, que habiendo re
ferido en el lib. 18, cap. V, las dos primeras preguntas y ^nr
respuestas, calla la tercera, sin embargo de ser muy amante de
las hipérboles. Pero no fue molestoCicerón, que en el libro
2. cap. 25 De Officiii refiere la tercera y añade la cuarta que
es arar la tierra.
3. Lib. 2, cap. Tf de su obra de las cosas del campo.
4. Fue costumbre entre los antiguos cuando querían fondar
una ciudad, uncir un buey y una vacaun arado y con
él ir trazando el sitio en que ¡a habían de edificar : iban ce
ñidos al modo de los Gabinos, y llevaban el arado con la man
cara ladeada, para que los terrones cayesen al lado de adentro,
y trazaban un surco todo al rededor del terreno que había de
ocupar la ciudad, para levantar allí las murallas, levantando el
arado en el lugar donde se habían de poner las puertas.
CAPITULO II.
X. En el cap. 138 de Catón y en el 22 lib. 2 de nuestro
autor, se dice que en los días de fiesta se permite uncir los bue
yes solamente para ciertos trabajos que allí se refieren y. no
para otros algunos. . 'j i. Y;., " Sí ,n ,j. J|
,-i¿ En él cap. 2 , del lib. 2. Este primer volúmen contie
ne los dos primeros libros.
Nota ai
CAPITULO V-\
x. En castellano pulmonaria. . A .:j oír:-* ,\
t' " . 'v..\t'. ' " [ í'o'j" :up*. 0;ij; . 3u ;:!'jO« M.p ¡}[ .¿>
Notas al
CAPITULO VL;' ¡j -a
Nueve onzas.
' 2. El papiro es una planta conocida en Egypto, que ha
servido para varios usos, y entre otros para ligaduras; como se
.« en la sátira 4.* de Juvenal, y en la oda 4.a de Anacreonte.
. " ' ; Nota s al cXMtbIo VlIIi' -"
1. En castellano ránula. ""
2. En el original .dice allecula, que significa un pez muy
s3
»78 ..
pequeño; y como es diminutivo de hallec , que significa tam
bién esta salsa, por eso lo he vertido así.
Notas ai
CAPITULO IX.
1. La misma salsa.
2. Bebidamedicamento que usaban administrar los albeytares
á los animales enfermos , llamado tal vez así porque
les excitaba la salivación. ^ ., v
„,.... ,, .. Nota ai
CAPITULO XII.
I. CentinóJia,polígono avicular.
Nota al
CAPITULO XIII.
X. De corium , que significa pellejo.
Nota al
CAPITULO XIV.
Solo Columela nombra esta yerba. Sus anotadoves em
plean mucha erudición para averiguar qué nombre tiene en el
dia , pero no se ha averiguado.
Notas al
CAPITULO XV.
I. Bardanalampazo. '
NEn castellano lechetrezna. «
' •)
Notas .
CAPITULO XXVII..
1. Virg. Georg. lib. a. v. 266 y siguientes.
2. Este Glauco, hijo de Sisipho, rey de Potnia, fue devo
rado según unos por las yeguas que mantenía con carne hu
mana; según otros fue hecho pedazos por las yeguas que ti»
raban de; su carro, en castigo del desprecio que había mani
festado por los sacrificios de Venus.
-Viento que sopla por el punto cardinal del horizonte,
por la parte del occidente.
4. £1 que sopla entre el oriente y el mediodía, que se lla
ma Sudeste. . ."
j. Viento del Norte. .;.'.'.:> ..... .:
6. El que sopla de entre el septentrión y el occidente, que
es elNoroestcl r.~ ( . »*t : ': " :> .* "
7. Viento de MediodíaSur. 'A t
'8. PJinio en el lib. 4, cap. 22 confirma éste hecho; pero
no debe dejar de tenerse por una fábula que dehe verosímil
mente su origen tantola fecundidad de las yeguas de éste
pais, comosu excesiva ligereza, que habrá dado lugar sin
dudala cóstiímbre^de
CAPITULO XXVIII.
r» Este pasage se cita en varios autores, como de Afri
cano ; sin embargo Paladio lo atribuye tambiénDemócrito.
Aunque la ridiculezade esta opinión sea evidente, no sería fá
cil quitársela de la cabezamuchas mugeres , y aunciertos
hombres.
Nota ai
CAPITULO XXXIV.
i. Neguilla , yerba muy común en los sembrados.
Notas al capituxo XXXVII.
1. En el lib. 2.0 cap. i." de las cosas del campo.
2. Este es Casio Dionisio de Ütica, que tradujo al griego
la obra de Magon.
3. De hinnitus que es el relincho del caballo.
4. Máquina en latin y en castellano, significa todo lo que
puede servir para aumentar las fuerzas motrices.
Notas al
CAPITULO XXXVIII.
1. Vedegambre,eléboro.
2. Beleño.
3. Aunque en el prefacio de esta traducción me he empe
ñado , siguiendo la opinión de Saboureux, en persuadir que
Columela no es el autor de la división de su obra por capítu
los, como la tenemos en el día ; sin embargo y por este pasage
parece que sus libros estaban divididos en muchas partes, que
asi llama el autorlo que yo, conformándome con el modo
vulgar de hablar adoptado por los editores , llamo capítulos.
LUCIO JUNIO MODEKATO COLUMELA.
De las cosas del campo.
LIBRO SEPTIMO.
.1 1VV.XY. n t-r i i\ '
Del, ganado menor.
CAPITULO I.
Del borrico.
IT'T,, "
Habiendo de tratar del ganado menor, Publio Silvíno, fendrá
el primer lugar el asnillo menor de Arcadia: este ani
mal yil y común que quieren los mas de los autores de las
cosas del campo que cuando se trata de comprar y mante
ner bestias de carga, sea el que principalmente se procure
adquirir; y no sin razón. Porque se puede mantener, aun
que sea en un campo que carezca de pastos, pues se con
tenta con poco forrage y con cualquiera que seá: como que
se alimenta con hojas de árbolcon matas espinosas , con
ramas de saucecon un haz de sarmientos. Pero con la pa
ja que abunda en casi todos los países aun se pone gordo.
Aguanta muy bien la desidia de un borriquero atolondrado,
y no menos los golpes y la escasez; por lo cual tarda mas
en perder las fuerzas que cualquiera otro animal, pues co
mo resiste sobre manera el trabajo y el hambre , rara vez le
acometenlasenfermedades.Esteanima),cuyomantenimiento
esdetanpococosto,seempleaenmuchísimostrabajosymuy
precisos,' mayores de lo que correspondesu valor, pues no
solorompeconaradosligerosla tierrafranca,comoeslade la
Bética y la de toda la Lybia, sino que tira de los carros en
no teniendo demasiado peso. Muchas veces también , como
dice el mas célebre de los poetas (virgaioOsono. ia>. i.t. a73) el
conductor de un borriquillo pesado lo carga de frutas os
LIBRO SEPTIMO a8i
diñarías, y al volver de la ciudad trae una piedra de moli«
no picada sobre él ,una carga de pez negra. Pero el tra
bajo casi ordinario de este animal es hacer dar vueltaslas
piedras referidas y moler trigo. Por lo cual toda hacienda
de campo ha menester el borrico, como el instrumento mas
necesario, el cual puede llevar cómodamentela ciudad y
retornar de ella , como he dicho , en el cuelloen la es
palda las mas de las cosas que sirven para nuestro uso. Pe
ro cuál sea la especie mas apreciable, y cuál el mejor modo
de cuidar estos animales, se ha explicado suficientemente en
el libro anterior1 cuando se dieron preceptos en ordenlos
de raza superior.
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CAPITULO Ií.
De las ovejas y de sus diferentes castas.
Después de los cuadrúpedos mayores tienen el segundo lu
gar las ovejas , qúe tendrían el primero con respectola*ufili-
dad tan grande que se saca de ellas. Pues este ganado es el que
nos defiende principalmente del frió, y nos provee de los ves
tidos mas decentes para cubrir nuestros cuerpos. Ademas de
que no solo hartanlos campesinos con la abundancia de le
che y queso , sino también adornan las mesas de las personas
de gusto con agradables y copiosos manjares. Yalgunas
naciones que les falta el trigo les sirven de único alimento,
por lo cual la mayor parte de los Nómades y Getas se llaman
galactopotasbebedores de leche. En fin este ganado, aun
que es delicadísimo, como dice muy sabiamente Celso, es de
una salud muy segura y no padece enfermedad pestilencial.
Sin embargo se ha de escoger acomodadola naturaleza
del pais: lo cual previene Virgilio (Gioho. ia>. a. t. 89) , que se
observe siempre, no solamente en ordeneste ganado, sino
con respectotodas las partes de la agricultura, cuando
dice: "Pero ni todas las tierras pueden llevar todas las cosas."
Los terrenos pingües y llanos mantienen ovejas grandes : el
endeble y de colinas las cuadradas, el inculto y montuoso
las pequeñas : el ganado que se cubre con pieles se apacien
ta con muchísima comodidad en los prados y en los barbe
a8a COLUMELA.
cbos que están en llanos. Y este ganado no solo es de muy
diferentes castas, sino de muy diferentes colores. Nuestros ma
yores tenían por de una casta sobresaliente las ovejas de Mileto,
las de Calabria y las de Apulia, y por las mejores de estas las
de Tarento. Ahora pasan por mas excelentes las de Ja Galia,
y entre ellas principalmente las de Altino, y también Jas
que pastan en los campos de Macra, cerca de Parma y Mó»
dena. En cuanto al color no solo es el mejor el blanco, sino
también el mas útil : pues con él se tienen muchísimos co
lores , y este color no se puede tener por medio de otro.
Son también de un precio recomendable por su naturaleza,
el color obscuro y negruzco, los que dan en Italia Polen-
cia, y en la Bética Córdoba. También los de Asia rojos,
que llaman erythreos. Pero la experiencia ha enseñado á
sacar otras variedades en esta clase de ganado : pues como
6e hubiesen traido de los países de Africa vecinos al muni
cipio de Cádiz, entre otros animales feroces, carneros silves
tres y montaraces de un color admirablelos empresarios
de espectáculos, Marco Columela mi tio paterno, varón
de agudo ingenio y célebre labrador, habiendo comprado
algunos, los enviósus haciendas, y después de haberlos
amansado los echóovejas cubiertas. Al principio parieron
corderos burdos, pero del color de los padres, y estos mis
mos, echados despuésovejas de Tarento, procrearon carne
ros de vellón mas fino. Después de lo cual todo lo que pro
vino de estos sacó la suavidad de la lana de las madres y el
color de la de los padres y abuelos. De este modo decía Co
lumela que la especie de un animal silvestre fuese como fuese
volvíareproducirse en sus nietos, mitigado por grados su
natural silvestre. Volveré al asunto. Hay pues dos especies
de ovejas, finas y burdas. Pero aunque hay muchas cosas qne
conviene observar con respectoánibas y son comunes á
una y otra, ya en la compra y ya en la manutención de
ellas, hay algunas peculiares de la especie mejor. Si lo que
mas agrada es la blancura de la lana, siempre escogerás los
moruecos mas blancos, porque muchas veces un carnero
que lo es tiene un hijo de color obocuro, pero de uno de
este colorrojo, nunca se produce uno blanco.
LIBRO SEPTIMO a83
CAPITULO IIIT.
Be la elección de moruecos , de la edad que han de te
ner éstos y las ovejas que lian de cubrir, y del cuidado
que exigen.
Y así no solo es motivo para aprobar un morueco el que
su vellón sea blanco, sino también el que el paladar y la
lengua sean del mi«mo color de la lana: pues cuando éstas
pai tes del cuerpo sonnegrasmanchadas, nacen también
los corderos obscuros y pintados, y esto lo ha explicado
grandemente entre otras cosas el mismo poeta que cité arri
ba iv¡rg. Gkoro. i¡b. 3. r 38-j) por estas palabras : "Pero por mas
blanco que sea un carnero, si tiene en su húmedo paladar
una lengua negra, deséchalo, no sea que obscurezca con
manchas negruzcas los vellones de sus hijos". Lo mismo se
ha de observar en los carneros rojos y en los negros, en los
cuales el paladar y la lengua deben ser igualmente (como
he dicho ya) del mismo color de la lana, y mucho menos
ha de ser manchado el todo de la piel: por lo cual no con»
-viene comprar las ovejas sino cuando están sin esquilar,
para que se manifieste mejor la unidad del color, que, si
no es muy completa en los'carneros, las manchas del pa
dre las sacan por lo común los hijos. La figura que mas
se apcueba en un carnero es cuando es alto y largo, tiene
el vientre descolgado y cubierto de lana, la cola muy lar
ga, el vellón espeso, la fíente ancha, las criadillas gruesas,
los cuernos retorcidos, no porque en teniéndolos sea mas
Útil, pues es mejor el carnero mocho, sino [jorque hacen
mucho menos daño los cuernos retorcidos que los levantados
y abiertos. Sin embargo en algunos países en que el clima
es húmedo y airoso, escogeremos los machos de cabrío y
los carneros que tengan cuernos aunque sean muy grandes,
porque siendo extendidos y altos defienden de la tempestad
la mayor parte de la cabeza. Y así si el invierno es común*
mente muy rigoroso, escogeremos esta casta de cuernos
grandes: si es m«t3 benigno, aprobaremos un morueco mo
cho; pues en el que tiene cuernos hay el inconveniente de
a34 COLUMELA.
que como se siente armado de cierta especie de dardo natu
ral en la cabeza corre frecuentementepelear y se hace
mas atrevido con las hembras: pues persigue con la mayor
violenciasu rival, aunque él solo no sea suficiente para
cubrir el rebaño, y no permite que otro lo haga sino cuan
do él está fatigado. Pero el mocho , conociéndose como de
sarmado, al paso que no es inclinadopelear, es mas mo
derado en los placeres. Y asi los pastores reprimen la vio
lencia del machocarnero topador con esta industria: Cla
van alambres puntiagudos en una tabla de roble de un pie
de largo que le atanlos cuernos con las puntas acia la
frente. Esta precaución impide al animal , por mas feroz que
sea , que riña con los otros , porque no puede dar una tope
tada sin herirsesí mismo con el golpe que da contra las
puntas. Pero Epicarmo de Syracusa, que escribió con mu
cha exactitud de las medicinas de los animales, asegura que
el carnero peleador se aplaca barrenándole los cuernos por
la parte de la curvatura mas inmediatalas orejas. La me
jor edad de este cuadrúpedo para la generación es la de tres
años, y con todo eso no es inhábil hasta los ocho. La ove
ja debe cubrirse después de los dos años; pasa por nueva á
los cinco, y deja de parir después de los siete. Con que (co
mo he dicho) comprarás las ovejas sin esquilar: desecharás
la que tenga la lana manchada y la de color obscuro con
pelo blanco, porque es color incierto. También desecharás
la que sea mayor de tres años , tenga los dientes fuera de la
boca y sea estéril. La escogerás de dos años , de cuerpo gran«
de , larga de cola, y de lana que esta no sea áspera , que ten
ga el vientre cubierto de lana y ancho, porque se ha de
evitar el lampiño y pequeño. Y estas cosas son las que se
han de observar comunmente poco masmenos en la com
pra de las ovejas. Estas se hau de tener también presentes
para cuidarlas: los establos hacerlos bajos, pero mas largos
que anchos, para que"un mismo tiempo estén calientes en
el invierno y las estrechuras no sofoquen las crias. Se expon
drán hácia el mediodía, porque este ganado aunque es el mas
vestido de todos los animales, es sin embargo el que menos
aguanta el frió así como el calor del estío. Por lo cual debe
haber delante de la entrada un corral cercado con paredes
LIBRO SEPTIMO a8S
altas para que pueda salir el ganado con seguridad durante
el estío. Y se procurará que no pare humedad alguna en los
establos, y que estén siempre cubiertos de heléchos muy se
cospaja, para que las paridas tengan camas muy limpias
y blandas. Estarán los establos muy aseados, para que la sa
lud de las ovejas, que es lo que se debe atender principal
mente, no padezca con la humedad. Perotodo ganado se
le han de dar pastos abundantes. Pues aunque sea un corto
número, si está harto de ellos, rinde massu dueño, que
un hato muy grande que sienta escasez. Pero buscarás unas
dehesas no solo yerbosas sino libres de espinas, porque pa
ra usar de la autoridad del divino poema (Virgilio Gto»o. Ub, 3.
». 384 y 44») muchas veces, si tienes aficiónla lana, en pri*
mer lugar huye de los bosques ásperos , no haya bardana
mayor , ni abrojos. Porque estas plantas ocasionan sarna á
las ovejas, como dice el mismo, cuando después de haber
las esquilado se les ha pegado el sudor por no haberse lava
do , y las pinchudas espinas han desgarrado sus cuerpos, dis
minuyéndoseles también la lana de dia en dia , supuesto
que mientras mas le crece al ganado, mas expuesta está á
arrancársele de Ja piel, mientras está paciendo, por las zar
zas que se agarranella como anzuelos. Pero el ganado fi
no 2 pierde también su cubierta con que está resguardado,
y ésta no cuesta poco reponerla. Convienen comunmente
los autores en que el primer tiempo para echar el morueco
á las ovejas, es, si está la oveja temprano en disposición, el
de la primavera en las fiestas de Pales; pero si ha parido
por aquel tiempo, ácia el mes de julio. Sin embargó el primer
tiempo es sin duda mejor, porque así comola recolección
de granos sucede la vendimia,esta suceda el parto de las
üvejas, y el cordero harto con la yerba de todo el otoño, to
me fuerzas antes de la tristeza de los frios, y del ayuno del
invierno. Pues el cordero de otoño es mejor que el de pri
mavera, y es mas útil que se fortifique antes del solsticio de
estío que antes del de invierno; y este es el único de todos
los animales que nace cómodamente en este último. Pero si
el caso exige que se hayan de procrear muchísimos machos,
Aristóteles, varón el mas instruido en las cosas de la natura
leza, ordena que en el tiempo de cubrir las ovejas se obser
a86 ' COLUMELA. * "
ven en los dias secos los vientos del septentrión?fin de ha
cer pacer el ganado ácia este viento y se cubran las ovejas
mirandoél: pero si son hembras las que se han de producir
se deben buscar los vientos del mediodía y hacer cu»
brir las ovejas mirando al sitio por donde soplan. Pues lo
que hemos enseñado en el libro anterior de que se ligue el
testículo derechotambién el izquierdo, en los hatos gran
des es engorroso. Cuando el pastor ha de irbuscar pastos
á algún parage lejano después de haber parido las ovejas, pues
el capataz reserva casi toda la cria para que paste en las in
mediaciones del pueblo, entregará al carnicero los cordero*
tiernos, antes que hayan gustado la yerba, porqué no solo
se llevan con poco gasto, sinj porque destetados se percibe
no menor utilidad de la leche de las madres. Sin embargo
convendrá dejar crecer algunos en la inmediación de la eiudad,
pues el ganado del pais es mucho mas útil que el foras
tero, y no se debe dar lugarque el dueño se quede de una
vez sin todo el rebaño, por haberse consumido con la vejez:
principalmente siendo el primer cuidado de un buen pastor,
sustituir todos los años en lugar de las ovejas muertasenfer
mas, otras tantasaun mas cabezas; porque muchas veces
el rigor de los frids y del invierno engaña al pastor y mata
aquéllas ovejas que habia él dejado en el otoño, y persua
dido que todavía podian aguantar el invierno no las habia
quitado dé enmedio: cuanto mas que también por estas ca
sualidades no se completará el número sino con las» criaí
nuevas y mas fuertes que rio se encierren en el establo el
invierno. Lo cual el que lo luciere tendrá presente no dejar
la criala oveja menor de cuatro años, ni*á la que pase de
ocho, pues ninguna de estas dos edades es propia para criar.
Ademas de que :1o que .s& forma ;de un material viejo, saca
la vejez.deisU) Gfigerii'por.lo. cojmuri : pueses estéril .ó débil.
£1 parío de Ja^ovejase ha de .asistir no de otra maoexa que lo
hacen las corrJadres parteras con las mugeres, pues no pare de
otra manera e$t0 animal que como lo hacen las mugeres, y
muchas veces también padece tanto mas en el parto, cuanto
mas privado está de toda razón : por lo cual el mayoral de este
ganado debe estar instruido en la veterinaria, para que si
el caso lo exige si está, el feto atravesado en la matriz lo ex
LIBRO SEPTIMO »37
traiga entero ópedazos, partiéndolo con un instrumento de
hierro sin perjuicio de la madre,lo que llaman los griegos
embrosxein. Pero desde que el cordero ha nacido se debe'
poner en pie y aplicarlolas tetas de la madre, y ademas
abrirle la boca y humedecérsela con leche que se hará sa
lir de la madre ordeñándola para que aprendasacar el alimentó
de ella: mas antes de hacer esto se ha de extraer un
poco de la leche que los pastores llaman calostros, la que si
no se hace salir algún tanto, hace mal al cordero: el cual
dos dias después de haber nacido se encierra con su madre
para que ella lo abrigue y él aprendaconocerla. Después,
mientras no retoza, se guardará en un encierro obscuro y
caliente: y cuaudo ya retoce, convendrá que se le encierre
en un aprisco formado coh varetas junto con lo6 de suedad,
no sea que con los demasiados brincos y saltos pueriles, por
decirlo así, se ponga flaco: y se ha de procurar que el mas
delicado se separe de los mas fuertes, porque el robus
to fatiga al endeble. Y es bastante que por la mañana, an
tes que el rebaño ealgapacer, después tambiénla en
trada de la noche, cuando vuelvan las ovejas hartas, se
junten con ellas los corderos:los cuales, así que empiecen
á 'tomar fuerzas, se les ha de echar dentro del establo cítiso ó
alfalfa y también salvado,si el precio de los granos lo
permite, harina de cebadade yeros; después de lo cual
luego que hayan tomado toda su robustez, se arrimarán las
madreslos prados ólos barbechos contiguosla casa de
Campo, y los corderos se harán salir de su encierro para
que aprendanpacer fuera. En cuanto al género de forrage
que les conviene, tendremos presente (como hemos di
cho antes, y acordándonos ahora de lo que hemos omitido)
que las yerbas mas agradables son las que nacen en los
campos labiados con el arado: en seguida las que se crian
en los campos que carecen de humedad , y que las de las
lagunas y bosques pa«an por las menos convenientes: y sin
embargo uiugunns forragesni aun pastos hay tan gratos que
á Ij larga no dejen de disgustarlas ovejas, si no ocurresu
fastidio el pastor dándoles sal, la cual puesta en dornajos
de madera, como para condimento. del .torrage. la lamen
las ovejas cuaudo vuelven de pastar, y sen su sabor se les
»88 COLUMELA.
abre la gana de beber y pacer. Y por el contrario se socor
re la escasez del invierno echándoles de comer en los pe
sebres debajo de techado: se alimentan muy bien con ho
jas de olmode fresno que se habrán guardado,con he
no de otoño que se llama cordo: pues este es mas tierno, y
por lo mismo mas agradable que el que se ha cogidosu
tiempo. También se mantienen muy bien con cítiso y veza
cultivada. Sin embargo cuando las demás cosas faltarán es
menester paja aunque sea de legumbres : pues la cebada so
lael haba molida con sus vainasla gulga son mas cos
tosas que para poderlas dar en las inmediaciones del pueblo
por poco dinero; pero si su precio equitativo lo permite
son sin duda muy buenas. En cuantolos tiempos de apa
centar el ganado y de llevarlo al agua , no soy de distinto
sentir que Virgilio (Georo. iüj. 3. r. 324). cuando dice: "Cuando
aparece el lucero de la mañana4 , cuando apunta el dia,
cuando las yerbas blanquean con la helada , llevemos el ga
nadopacer en los campos frios, pues el rocío le es muy
agradable en la yerba tierna." En seguida luego que la ho
ra cuarta del dia les hará sentir la sed, lo conduciremoslo»
pozos ólos estanques profundos , y al mediodía (como di
ce el mismo) al valle, si en alguna parte de él una grande
y antigua encina consagradaJúpiter extiende sus largas
ramas,si hay algún bosque sagrado, inaccesiblelos rayos
del sol por su espesura y multitud de acebos. Después, mi
tigado ya el calor, los llevaremos otra vez al agua ypa
cer, cuando se pone el sol y el fresco lucero de la noche
templa los aires, y la luna trayendo el rocío da nuevo vi
gorlos bosques. Pero se ha de observar en el estío mien
tras aparece la Canícula, que antes del mediodia se conduz
ca el ganado con la cabeza mirando ácia el poniente, y
después de mediodia ácia levante: como que es muy im
portante que las cabezas de los animales que pacen no es
tén caracara con el sol , que por lo común les es perjudi
cial al nacer dicha constelación. El invierno y la primave
ra se tendrán encerradas en el aprisco por las mañanas has»,
ta que el sol quite la heladalos campos, porque la yer
ba que está cubierta de ella ocasiona catarro al ganado, y.
le alarga el vientre: por lo cual también en los tiempos
LIBRO SEPTIMO. a89
fríosyhúmedosdelañono9e lehadedejarbebermasde
una vez al día. Ademas de esto el que va con el rebaño ha
de ser muy cauto y vigilante (lo que se previenetodos los
que guardan toda especie de ganados ), y lo ha de gobernar
conmuchablandura:massemejanteáconductorque ádue
ño; y para reunirías y recoger las ovejas las amenazará con la
voz y el cayado; y jamas les ha de tirar dardo: ni se reti
rará muy lejos de ellas: ni se recueste ni se siente, pues si
noandadebeestarenpie :porquelaobligacióndeunguar
da de ganado , es tener los ojos colocados , por decirlo así,
sobre una atalaya muy alta y elevada, para no permitir que
las mas pesadas y las preñadas deteniéndose, y las ágiles y
paridas corriendo, se separen de las demás: no sea que al
gún ladrónalguna fiera engañe al pastor que se descuide.
Pero estos preceptos son generalescasi toda especie do
ovejas. Ahora diremos los que son propios de las de raza su
perior.
CAPITULO IV. . , . ¡
De las ovejas cubiertas.
El ganado griego, que comunmente se llama tarentino,
apenas conviene tenerlo, sino cuando el amo está presente:
pues necesita mas cuidado y mas alimento que los demás.
Porque si todo el ganado lanar es mas delicado que los otros
ganados, entre los de esta especie ninguno bay que lo sea
tanto como el deTarento, que no aguanta descuido alguno,
y mezquindad mucho menos de parte del amo ni de la de
los mayorales, 'ni puede tolerar el calor ni el frió. Comun
mente se mantiene en la casa, y rara vez fuera, y es muy
ansioso de comida : por lo que si se le sisa por fraude del
capataz se sigue la destrucción del rebaño. Cada cabeza se
mantiene bien al pesebre en el invierno con tres sextarios
de cebadacuatro de habas molidas con sus vainas,de
gálgana, con tal que ademas se le dé hoja de árbol seca, al*
faifa secaverde,cítiso, y también siete libras de heno
de otoño,paja de legumbres en abundancia. En este ga
nado es muy pequeña la utilidad que se puede sacar de la
venta de los corderos, y de la leche ninguna, porque ios
t
que no se han de conservar; se mataft p0f loitfomu'niá muy
pocos días de haber nacido, sin aguardarque estén for
mados, y las madres que han quedado sin hijos dan de
mamarlos ágenos, puescada cordero señalan dos ove
jas que lo crien ; y no conviene privarlos de la mas peque
ña parte de la leche , para que estando mas saciados de ella,
se fortifiquen prontamente , y la que los lia parido , asociada
con la nodriza, tenga menos trabajo en. criar su hijo. Por¡
cuyo motivo se han de observar con el mayor cuidado^
aplicar todos los dias los corderoslas tetas de las madres,
ylas extrañas que no les tienen cariño; Mas en semejantes
rebaños conviene criar mas machos ¿jue en ItoSde lana bur
da: pues castrados estos antes que' puedan cubrir las hera-i
bras, asi que han cumplido los dos. años, se matan, y su»
pieles por la hermosura de su lana se vendenlos comer
ciantesmayor precio que otros vellones. Pero teugamos
presente que la oveja griega se apaciente en campiñas rasas
limpias de todo arbusto y zarza, nc-sea que, como dije arri
ba, se arranque la lária y ta cubierta. Y sin embargo ella
no quiere el cuidado menos diligente que se tiene fuera,
porque no salga todos los diaspacer , sino el mayor que se
tiene dentro de la casa de campo: pues se ha de descubrir
y refrescar masmenudo: se ha de abrir su lana y regar con
aceite y vino mas veces: alguna vez se ha de lavar entera
mente si el buen temple del dia lo permite, y esto es bas
tante que se haga tres veces al año; pero los establos se han
de barrer y limpiar frecuentemente, y se ha de dar salida
á toda la humedad que ocasiona la orina, la cual se seca
con muchísima comodidad horadando las tablas con que se
entariman para que el rebaño se eche sobre ellas. Y no so
lamente se han de libertar los establos del cienodel es
tiércol, sino también de las serpientes venenosas: lo cual
para que se haga ( Virgilio Gborg.ui». 3.». 414.) habitúatequemar
en los establos el oloroso cedro , yahuyentar con el olor
del galbano las venenosas serpientes. Muchas veces la víbo»
ra peligrosa para tocarse ha estado oculta bajo de los pese
bres que están fijos;, y llena de terror ha huido de la luz: ó
la culebra acostumbradaestar debajo de techado. Por lo
cnal, según el mismo ordena , toma piedras en la mano , ps
LIBRO SEPTIMO. a9i
tor; toma el cayado y echa fuera este reptil que te amenaza
y que infla bu cuello dando silbidos. Y para que no sea pre
ciso hacer esto con peligro, quema muchas veces cabellos
de mugerasta de ciervo: cuyo olor sobre todo no deja
parar en los establos semejante peste. Para el esquilo no se
puede fijar un tiempo cierto, y que sea el mismo en todos los
paises, porque el estío no es en todos tardío , ni en todos tem
prano: y asi lo mejor es examinar los tiempos en que la ove
ja, si le quitares la lana, no sienta el frió , ni el calor si to
davía no la hubieres esquilado. Pero cuando quiera que se
esquilare se debe untar con la composición siguiente: Se
mezclan partes iguales de caldo de altramuces cocidos , he
ces de vino añejo y alpechín , y con esta mezcla se rocía ; y
cuando su piel, que se frotará bien con ella por espacio de
tres dias , la hubiere embebido , el dia que baga cuatro si el
mar está cerca se llevala orilla y se mete dentro : si no lo
está , se echará sal en agua llovediza que se dejará al raso
hasta que se impregne bien de ella, y con ella se lava bien el
rebaño. Curado de esta manera el ganado , afirma Celso que
no puede tener sarna en aquel año ; y no hay duda que
también por este motivo la lana que les vuelvenacer es
mas fina y mas larga. '. -<
CAPITULO V.
r
J)e las enfermedades del ganado lanar y de sus remedios.
Después de haber referido el cuidado y atención que exi«
gen las ovejas que están sanas, ahora vamosprescribir el
modo con que se han de curar las que tienen defectos ó
adolecen de enfermedades, aunque esta parte del libro está
ya casi apurada toda, cuando tratamos en el anterior del
modo de curar el ganado mayor : porque como la naturale
za de los cuerpos es casi la misma en los ganados menores
que en los mayores , las diferencias que se pueden encon
trar en las enfermedades y en los remedios, son
pequeñas; sin embargo por mas pequeñas que sea
omitiremos. Si se pone malo todo el rebaño, es
(conformelo que hemos prevenido antes, y ahc
tx
soa / COLUMELA. r I
naos, porque creemos ser sumamente saludable ) mudarlos
pastos y los aguaderos de todo el pais, y buscar otro clima;
procurando, si la enfermedad atacó al ganado por motivo del
calor y del ardor del sol, escoger campos sombríos, y si ha
sido ocasionada por el frió, buscarlos abrigados: pero con
vendrá conducir el ganadoun paso regular y sin prisa,
para que su debilidad no se agrave con la fatiga de un ca
mino largo; aunque no acomodará llevarlo absolutamente
con desidia y lentitud, porque así como no es conducente
sacar mucho de pa6o las ovejas fatigadas con el mal, así
también es útil ejercitarlas moderadamente, despertarlas
(por decirlo así) de su letargo, y rio dejar que desfallezcan
y perezcan en su adormecimiento. En seguida luego que el
rebaño haya llegadosu destino se distribuirálos colonos
en pequeñas manadas, pues dividido en esta forma conva
lece mas fácilmente,porque el vapor de la misma enfer
medad es menor en un número corto de cabezas,porque
se tiene con mas facilidad mayor cuidado con los menos.
Estas cosas pues , y las demás que hemos especificado en el
libro anterior (para no repetir ahora las mismas) son las
que debemos observar si todas las ovejas están generalmen
te enfermas; pero si lo estuviere una ú otra haremos lo si
guiente. Las ovejas se inficionan de sarna con mas frecuen
cia que algún otro animal: la cual les acomete, como dice
nuestro poeta (v¡rgii¡0, geobc, i¡b. 3. t. 440 cuando una lluvia fría,
ó en el crudo invierno la helada blanca, las ha penetrado
mas profundamente en lo vivo:si después del esquilo
no les aplicas dicho remedio , si no les lavas en el maren
un rio el sudor del estío, si dejas que el rebaño después de
esquilado se hiera con las zarzas silvestreslos espinos, si
te sirves para ellas de un establo donde ha habido muías,
caballosborricos: pero 6ohre todo la escasez de comida
hace que las ovejas se pongan flacas, y de estarlo se origina
la sama. Se conoce que ha empezadoentrarestos ani
males la enfermedad , si se rascan con los dientes la parte
en que la tienen , si se dan en ella con el cuernocon el
pie,si la refriegan con un árbol,si se la frotan contra
las paredes : lo cual así que veas que alguna lo hace , con
viene que la agarres y le abras la lana: pues debajo está el
LIBRO SEPTIMO " 2q3
cutis áspero , y en él haymodo de postillas :cuyo mal se
ha de poner remedio inmediatamente, no sea que contagie
todo el rebaño; lo quela verdad sucederá pronto, porque
otros ganados se infestan por el contagio; pero principal
mente las ovejas. Son muchos los remedios que hay, los
cuales vamosreferir, no por que sea preciso servirse de
todos, sino porque como hay paises donde no se encuen
tran algunos , con uno ú otro de entre estos muchos que se
hallen se puede curar. En primer lugar es útil la composi
ción que hemos dadoconocer poco antes, si mezclasla
hez de vino, al alpechin y al cocimiento de altramuces igual
porción de eléboro blanco molido: puede también quitar la
sarna el zumo de cicuta verde : la cual cortada en primave
ra cuando ha entallecido ya y no ha echado todavía semilla,
se muele, y el zumo que se exprime de ella se guarda en una
vasija de barro echandodos urnas de él medio modio de
sal tostada : luego que se ha hecho esto se tapa la vasija y se
entierra en el estercolero, y después de cocido por espa
cio de un año entero con el calor del estiércol, se saca,
y se unta la parte enferma con el medicamento tibio, ha
biéndola frotado antes con un ladrillo sin rasparcon pie
dra pómez hasta lo vivo. También es remedio para la mis
ma enfermedad el alpechin cocido hasta que embeba dos
terceras partes: asimismo orina de hombre añeja en que se
haya metido un tiesto hecho ascua. Algunas personas sin
embargo ponen esta misma orina al fuego hasta que dis
minuya la quinta parte, y le mezclan igual porción de zu
mo de cicuta verde: en seguida echan polvo de ladrillo,
pez líquida y sal frita, de cada cosa un sextario: aprovecha'
también el azufre molido y la pez líquida en partes iguales
espesadasfuego lento. Pero el poema de Jas Geórgicas
(Virgilio iib. 3 v. 45i.) afirma: que no hay medicina mejor que si
alguno ha podido cortar con el hierro la extremidad de los
labios de las úlceras, pues este mal subsiste y hace progre
sos manteniéndolo cubierto. Por lo cual se han de abrir las
úlceras y se han de curar con medicamentos como las demás
heridas. Añade en seguida con igual prudencia, quelas ove
jas que tienen calentura conviene sangrarlas del talónde
entre las do3 pesuñas : puesla verdad ha sido muy prove
a94 COLUMELA.
choso corregir los ardores de la fiebre , y picar la vena que
hay entre las extremidades de los pies y que pulsa con la
mucha sangre que tiene. Nosotros también las sangramos
por bajo de los ojos, y en las orejas. Los callos infestan la
oveja de dos maneras,cuando aparece en la misma sepa
ración de la pesuña alguna materia y rozadura,cuando
en el mismo sitio hay un tumorcillo en cuyo medio casi se
levanta un pelo semejanteuno de perro, debajo del cual
hay un gusanillo. La materia y la rozadura desaparecerán un
tándolas con pez líquida sola;mezclándole alumbre, azu
fre y vinagre,con granada que aun no haya formado los
granos molida con alumbre y rociada con vinagrecon
cardenillo pulverizarlo ,aplicando sobre ella polvos de aga
lla quemada con vino fuerte. El tumorzuelo que tiene de
bajo un gusanillo se debe cortar al rededor con hierro, usan
do de la mayor precaución , no sea que cuando se hace la
amputación, él animal que está debajo se hiera: pues cuan
do se verifica esto echa una sangre envenenada , la cual si
cae en la llaga la hace tan incurable, que es menéster cor
tarle todo el pie : ' luego que se haya cortado con cuidado el
tumorcillo, echa en la llaga gotagota sebo derretido por
medio de una vela encendida. A la oveja que tenga pulmo
nía conviene curarla del mismo modo que;la cochina , in
troduciéndole en la oreja la raiz que los veterinarios llaman
consiligo: de esta ya hemos hablado cuando enseñamos el
método de curar al ganado mayor. Pero esta enfermedad
ordinariamente acometetodos los animales en el estío si
les ha faltado el agua, por lo cual en tiempo de calores se
les ha de proporcionar que la beban en abundancia. Celso
es de opinión que así que la enfermedad ha acometidola
oveja en los pulmones, se le dé tanto vinagre fuerte como
pueda beber:tres heminas poco masmenos de orina
añeja de hombre tibia que se le echen con un cuerno pe
queño por la nariz izquierda, y que se le introduzca en las
fauces un sextante de manteca de puerco. Es también incu
rable el fuego sacro que los pastores llaman piísula. Si no
se sujeta en la primera oveja que ha sido acometida de él,
destruye todo el rebaño contagiándolo como que no sufre
los remedios de apositos ni del fierro: pues se irrita común
LIBRO SEPTIMO a95
mente con todo lo que le toca: sin embargo los remedio»
que admite solamente son los fomentos de leche de cabras,
la cual sirve únicamente para mitigar el rigor de la enfer
medad, difiriendo mas bien que impidiendo la destrucción
del rebaño. Pero Bolo Mendesio, célebre autor de nación
Egypcia, cuyos comentarios (que se llaman en griego
ipomnémata) se atribuyen falsamenteDemócrito, es de
sentir que se deben registrar muchas veces y con atención
las espaldas de las ovejas por ver si tienen esta enfermedad;
y si por casualidad se encontrare en alguna, que se haga
inmediatamente un hoyo en la puerta del establo, y enter
remos viva y boca arriba la oveja que tenga el fuego sacro,
dejando que pase sobre ella todo el rebaño; hecho lo cual
se quita la enfermedad. Se echa la bilis, que no es muy po
co perjudiciallas ovejas en el estío, bebiendo orina añeja
de hombre, la cual asimismo sirve de remedio al ganado
cuaudo tiene ictericia. Pero si las molesta el moquillo, se le
introducen en las nances palillos de oréganode yerba ga
tera silvestre envueltas en lana, y se mueven hasta que es
tornude la oveja. Cuando se quiebran las ovejas las piernas,
no se Jes curan sino comoá los hombres, envolviéndoselas
en lana empapada en aceite y vino, y en seguida entabli
llándoselas y ligándoselas. Es también grave el daño que
causalas ovejas la yerba sanguinaria , la cual si la ha
comido la oveja, tiene todo el vientre tirante, se encoje,
y echa por la boca una espuma sutil de muy mal olor.
Conviene sangrarla prontamente por bajo de la cola en la
parte inmediatalas ancas, y también del labio superior.
A las que tienen dificultad para respirar, se les ha de hacer
incisiones con hierro en las orejas , y se les ha de mudar de
pais, lo que somos de opinión que debe hacerse en todas
las enfermedades contagiosas. Los corderos se han de curar
también cuando tienen calentura ú otra enfermedad, los
cuales cuando están malos no se han de arrimarlas ma
dres para que no las contagien ; y a8Í se han de ordeñar las
ovejas separadamente, v se ha de echarla leche igual can
tidad de agua llovediza , y esta bebida se ha de darlos
eorJeros que tengan calentura. Muchos medicinanestos
mismos con leche de cabras que les echan en las fauces con
t4
296
COLUMELA.
un cuerno. Hay también una especie de empeine que los
pastores llaman ostigo , y es mortal para los corderos que
están mamando. Esta se origina comunmente de haber te
nido los pastores el descuido de dejar salirlos corderos, ó
tambiénlos cabritos que la padecen igualmente, y haber
pastado yerbas cubiertas de rocío: lo que de ningún modo
se debe hacer. Pero cuando se ha hecho, se les llena la bo*
ca y los labios de úlceras sucias como cuando tienen el fue
go sacro. El remedio es el hysopo molido con una parte
igual de sal : pues con esta mezcla se les frota muy bien el
paladar , la lengua y toda la boca : en seguida se les lavan
las úlceras con vinagre, y después se les untan con pez Jíquida
y manteca de puerco. A algunos les parece bien mez
clar una parte de cardenillo con dos de manteca añeja , y
usar de este medicamento tibio. Algunos mezclan hojas de
ciprés molidas con agua, y con ella lavan las úlceras y el
paladar. Por lo tocantela castración ya se ha enseñado,
pues no se hace de otra manera en los corderos que en el ga
nado mayor.
CAPITULO VL
Del ganado cabrío.
Habiéndose ya hablado suficientemente de las ovejas, voy
á tratar ahora de las cabras. Este género de ganado apetece
mas bien los matorrales que una situación llana: se apacien
ta muy bien aun en parages ásperos y silvestres. Pues no
repugna las zarzas, no le ofenden los espinos, y mas que to
do la agradan los arbustos y sitios llenos de matas: los ar
bustos que le gustan son el madroño, el alaterno y el cíti
so silvestre, y no menos las matas de carrasca y chaparro
que no descuellan. Un macho cabrío se tiene por excelen
te, cuando tiene debajo de las quijadas dos verruguillas que
le cuelgan del pescuezo, el cuerpo muy grande, las piernas
gruesas, el cerviguillo gordo y corto, las orejas caidas
y pesadas, la cabeza pequeña, el pelo negro, espeso, lucio
y muy largo, pues también se esquila (Virgilio, georg.i¡i>. 3. v. 3i3)
para que sirva en las campañas, y para velaslos infeli
ces marineros, Perolos siete meses es suficientemente
LIBRO SEPTIMO
197
hábil para la generación, porque es tan poco contenido en
la liviandad que cuando está todavía mamando cubresu
madre; y por esto se envejece pronto, y antes de los seis
años,causa de estar desustanciado por los placeres prema
turos de que ha gozado en los primeros tiempos de su infan
cia: y asílos cinco años se tiene por pocopropósito pa
ra cubrir las hembras. La cabra se aprueba sobre todo si es
muy semejante al niacho que hemos descrito, y si tiene tam
bién las tetas muy 'grandes y muy abundantes de leche. Este
ganado en un clima templado Ib adquiriremos mocho: pues
en el tempestuoso y lluvioso siempre tiene cüernos. Los pa
dres han de ser mochos en todo pais: porque los que tie
nen cuernos son perjudiciales por sü inclinación 4 topar.
Pero no conviene tener -en un establo mas dé 'cien cabezas
de este ganado, al paso que se pueden tener con igual co
modidad mil del lanar; Y cuando se empiezancomprar ca
bras es me jor tomar un rebaño entero que comprar por par
tes de muchos, para que no se paren en atajos cuando van á
pacer, y estén enel establo con mas urtion y tranquilidad. A
este ganado-le perjudica el calor, pero roas el frió , porque las
heiadaBideJ'inwwrnodestntíyeníelíetode ja* hembras que están
preñadasvüfi sin embargo ño son sola men te él calor y el frió
causas de los abortos, sino también la bellota si no se les ha
dado hasta que se-rj arten^ y asi ,no podérsela dar con
abundancia , no se les ha de dejar que la coman. El tiempo
de cubrirlas Revenimos que sea ^br*l'ótóño poco antes del
mes de diciembre, para que paran al acercarse la primave
ra cuándo empiézarfró'bró^if 'íás matas. Pero el mismo es
tablo ee ha de escoger cubierto el suelo naturalmente de
piedraempedradomano, porqueeste ganado no se Je
echa nada para cama:1 y eltpastor cuidadoso barre todos los
diás el establo, y no deja que pare en él el estiércolJa
humedad, ni que se haga lodo, pues todas estas cosas son
perjudiciales. Pero si la cabra es de raza superior, pare con
frecuencia dos de una vez, y alguna vez tres: la peor cria es
cuando entre dos madres paren tres cabritos. Luego que es
tos han nacido se crian del mismo modo que los corderos,
sino que se ha de reprimir mas su lozanía y se ha de con
tener en límites mas estrechos. Ademas de que han de te
498
COLUMELA.
ner leche en abundancia , se les ha de dar semilla de olmo,
ó cítiso,yedra,se les han de echar también cogollos de
lentisco ú, otras hojas menudas* Pero de dos mellizos se re
serva, una-cabeza la que parezca mas robusta, y la otra se
vendelos marchantes. A la cabra de un añode dos no
conviene dejarle el cabrito (pues paren las cabras de ambas
¡edades): porque no debe criar sino la que tenga tres años.
PeroU de uno inmediatamente se le ha de quitar la cria,
eu Jugar de;que á,la de dos se le ba de dejar hasta que sea
buena para venderla, y las madres no se han de conservar
jen pasando de ocho años: porque la fatiga que experimen
tan con la continuación de parir las hace estériles. El ma
yoral de este ganado ha de ser diligente, duro, activo, muy
laborioso, vigilante y atrevido, y que ande con facilidad
.por las rocas, los desiertos y las malezas, y que no vaya
.detrás del refbaño como los pastores de otras especies de ga
nado, sino delante las mas veces, por lo cual es preciso que
sea vivo en extremo.. Cuando las cahras pacen en terrenos
cubiertos de matas, van delante de los machos, pero la que
va así se debe contener de cuándo en cuando,fin de que
no corra, sino que pazca tranquila y lentamente, para que
sus tetas engruesen y no tenga el cuerpo muy flaco. ' ,
CAPITULO VII.
.. t. ¡i . . <~y-i-H í'j. •"'
De sus enfenneciares y remedios. j,¡¡i
Otras especies de; ganado cuando les acomete una enferme»
dad contagiosa, se ponen antes flacos con el mal y la languidez.
Solas las cabras, aunque estén gruesas y alegres, caen
muertas repentinamente, como si algún desastre general
hubiese arruinado todo ,el rebaño: esto suele suceder sobre
todo por abundancia de comida. Por. lo .cual al instante que
la enfermedad pestilencial ha atacadouna óotra, se han
de sangrar todas, y no se les ha de dejar pacer durante to
do el día, sino que se han de encerrar en el establo por
cuatro horas ácia el medio de él. Pero si padecen otra en
fermedad^ se curan con un brevage de caña y raices de uva
cspin,que molidas con manos de mortero que sean de hier
LIBRO SEPTIMO
299
ro, las mezclamos con agua llovediza, y esta es la que 'sé
les dá solamentebeber. Si esto no cura la enfermedad , sé
venderá el ganado; y si esto no puede lograrse, se degolla
rá y se salará. Después al cabo de algún tiempo convendrá
formar otro rebaño , pero esto no se hará antes que haya pa
sado la estación pestilencial del año, esto es , que si fue éste el
invierno, se forme aquel en el estío; y 6i fue el otoño, en la
primavera. Mas cuando algunas padecieren en particular en
el establo, les aplicaremos los mismos remedios quelas ove
jas. Pues cuando el agua habrá hinchado su cutis,cuya en
fermedad llaman los griegos odrouxa1, se hará una incisión
ligerala piel por debajo de la espalda , para dar salida al hu
mor pernicioso, y en seguida se curará la herida que se ha hé*
cbo con pez líquida. Cuandola que ha acabado de parir' sé
le hayan hinchado las partes,no hubiere echado las pares,
se le echará por las fauces un sextario de arrope, ófalta
de éste uno de vino bueno4. Pero para no ir hablando de
cada enfermedad de por sí, baste decir que lo mismo he
mos de curar las cabras que hemos dicho se han de curar
las ovejas. ¡I »: n:.> >> ^ t'íAVli t..\;^ 1-' .> t.viA ,
i. iK.nv r.i on; , CAptTÜta ,fVHÍ.": ír'lb';:l
Del modo con que se 1ia. de hacer el queso. . .
iNfo.se deberá tampoco omitir el cuidado de hacer el queso,
sobre todo én parages retirados de los pueblos, en los que
no conviene traer a ellos la leche1. Si la qué se emplea pa
ra hacerlo es muy clara, se ha de vender loi mas pronto que
se pueda, mientras que por estar todavía fresco conserva el
jugo: si se hace con leche mantecosa y espesa, aguanta que
se le guarde por mas tiempo: pero se debe hacer de leche
pura y lomas fresca que pueda ser,, porque la reposada ó
mezclada prontamente se aceda. Se cuaja por lo común con
cuajo de corderode cabrito; aunque también puede ha
cerse con la flor del cardo silvestre,con la grana del cardo
llamado gnico, y no menos con leche de higuera, que es la
que da este árbol , si le haces una incisión en la corteza verde.
Pero el mejor queso es el que tiene menos ingredientes: lo
menos que necesita de cuajo un tarro de leche, e6 el peso de
3oo COLUMELA.
un denaiio de plata. Y no hay duda que el queso cuajado con
ramillas de higuera tiene un gusto muy agradable. Mas cuan
do la vasija en que se recoge la leche que se ordeña está llena
no debe estar sin un poco de calor , aunque no ha de arrimar
selas llamas , como algunos quieren , sino que se ha de po
ner no lejos del fuego, e inmediatamente que se ha cuajado el
heor, se ha de trasladarlas canastillascestillas, óJasencelias,;
pues es muy importante que el suero se cuele, y se se
pare de la materia coagulada. Por cuya causa la gente del cam
po no dejan que vaya goteando por sí mismo lentamente2, si
no así que ha tomado un poco mas de consistencia , Je car
gan peso para exprimir el suero: en seguida así que se ha
sacado de las cestillasde las encellas, se coloca en un si
tio sombrío y fresco sobre tablas muy limpias: para que no
se pueda echarperder se le rocía con sal molida ,fin de
que sude el suero acedo: luego que ha tomado consistencia,
se comprime fuertemente, para que se ponga compacto: des
pués se polvorea con sal molida , y por último se condensa
echándole cosas de peso. Cuando se ha hecho esto por nue
ve dias, se lava con agua dulce, se colocanla sombra en
zarzos hechos al intento, de suerte que no toque un queso á
otro, y que se sequen medianamente: después para que
se conserven mas tiernos se ponen unos sobre otros, por
muchas tandas, en un sitio cerrado y no expuestovientos.
De esta manera no salen con ojos, ni salados, ni secos. El
primero de estos tres defectos suele resultar de haberlos com
primido poco , el segundo de haberles echado demasiada sal,
y el tercero de haberse requemado al sol. Este género de
queso se puede transportar del lado de allá del mar. Pues el
que se debe gastar fresco dentro de pocos dias, se hace con
menos esmero : como que en habiéndole sacado de las cestjllas,
se echa en sal ó. en salmuera, y en seguida se seca
Un, poco al sol. Algunos antes de sujetar las cabras con las
cabezadas echan piñones verdes en el herrado, en seguida
ordeñan las cabras sobre ellos, y no los sacan sino cuando
han pasado el material coaguladoJas encellas. Otros mue
len los mismos piñones, los mezclan con la leche y Ja cua
jan. Hay quien cuaja con la leche el tomillo molido y pa
sado por tamiz. De este mismo modo puedes hacerlo del sa
LIBRO SEPTIMO 3oi
bor que'quieras echándole el condimento que escojas. Pero
es muy conocido aquel método de hacer queso que llama*
mos comprimido con la mano. Poes luego que la leche es
tá un poco cuajada en el herrado, se corta mientras está ti
bia, y después de haberle echndo por encima agua hirviendoó
se figura con la manose comprime en encellas de box.
Es también de gusto no desagradable el que se ha endure
cido con salmuera y después se le ha dado color con humo
de leña de manzanode paja. Pero volvamostomar el
hito,m -.. , \ . :«1
CAPITULO IX.
Del ganado de cerda y cria de lechones.
•En todo género de cuadrúpedos se escoge con cuidado él
porte exterior del macho , porque la progenie es con fre
cuencia mas parecida al padre quela madre. Y así en el
ganado de cerda se han de aprobar sin duda los que son so-
bresalientes-por el grueso general del cuerpo, y mas bien
los que son cuadrados que los qué son largosredondos,
que tengan el vientre bajo, los cuartos traseros grandes, las
piernas y las pesuñas menos largasproporción,' el cerviguillo
ancho y lleno de glándulas, los hocicos cortos y ro
mos. Pero lo que importa mas para el objeto es que Jos ma
chos sean muy inclinadoslas hembras: estos procrean
muy bien desde la edad de un año hasta la de cuatro; sin
embargo pueden cubrir las hembras aunla de seis meses.
Las cochinas se aprueban si tienen el cuerpo muy largo, y
en los demás miembros se asemejanlos varracos que he
mos descrito. Si el pais es frió y sujetoescarchas, se ha de
escoger el rebaño de cerda muy dura, densa y negra. Si es
templado y abrigado, se puede criar ganado pelónaun
blanco, como el que ceban los tahoneros. La cochina pasa
por idónea para parir hasta los siete añoscorta diferencia,
y cuanto mas fecunda es, mas pronto se envejece. De un
año no concibe mal ; pero se debe cubrir el mes de febrero,
á fin de que habiendo estado preñada cuatro meses, páraal
quinto, cuando ya estarán las yerbas mas fuertes, para que
los lechones encuentren una leche sazonada y nutritiva, y
3oa COLUMELAR '
cuando dejen de mamar se puedan mantener con la rastro*
jera y los demás granos que se caigan de las vainas. Mas
esto. sé hace en parages retirados de la ciudad donde nada
tiene cuenta sino sacarlos adelante ; pero en los inmedia
tos se ha de vender el lechon : pues de esta suerte no crian
do la madre se liberta de esa pensión, y tendrá mas pron
to otro parto. Los machos, cuando han empezadocubrir
las hembraslos seis meses,cuando lo han hecho mu
chas veces, se castranlos trescuatro años, para que
puedan engordar. A las hembras se les hace una incisión
también en las vulvas, y se cierran con las cicatrices, para
que no puedan concebir. Lo que no entiendo qué razón los
obliguehacerlo, como no sea la escasez de comida: pues
cuando hay abundancia de ella , siempre conviene hacer
crias. Todas, las situaciones del campo acomodan seguramen
teeste ganado : pues pace convenientemente en las mon
tañas y en las llanuras; sin embargo lo hace mejor en las
tierras pantanosas que en las secas. Le son muy útiles los
bosques que están cubiertos de encina , alcornoque , haya,
rebollos, carrascas, estacas ,de acebuches, avellanos y fru
tales silvestres, como son: la uva espin, los algarrobos,
el enebro, el almez, el pino, el cornejo, el madroño,
el ciruelo , y los perales silvestres, pues estos se madu
ran en diversos tiempos, y hartan el ganado casi todo el
año. Pero donde hay falta de árboles, buscaremos el pasto
de la tierra, y preferiremos la cenagosala seca, para que
hocen qn los pantanos, saquen las lombrices, y se revuelquen
en el fango , lo que es muy agradableeste ganado, y tara»
bien para que puedan desperdiciar las aguas : porque el ha
ber hecho esto sobre todo por el estío les ha sido muy pro
vechoso, y también el haber sacado las raicillas dulces de
la .selva acuática, tales como las de las juncias y los juncos,
y las de la caña degenerada que el vulgo llama carrizo. El
campo cultivado sin duda engorda las cochinas cuando es
abundante de yerbas gramíneas, y está plantado de muchas
especies de árboles frutales , para que produzca por los di
versos tiempos del año manzanas, ciruelas , peras, y nueces
de muchas formas , y higos. Y sin embargo no por esto se
dejará de gastar de los graneros: pues muchas veces cuan
LIBA O SEPTIMO 3p3'
do no hay (que darles de comer fuera 6«"le8i dafáiíf'ttnanóf1
por lo cual'se' encerrará. muchísima bellota, feñ 'ciá!r>:.-¡' » !i [ «i.» .:i' ' 1> ' "
: ci : t <
CAPITULO X. '
De las, enfermedades de los cerdos, y sus remedios.
Ahora sigue el .decir el cuidado que se ha de tener con el
enfermo. Las señales de tener calentura las cochinas, son
cuando llevan la cabeza de través inclinada hácia la tier
ra, cuando han corrido un poco de tiempo y de repen
te se paran enmedio de los pastaderos y caen atacadas de
vértigo. Se advertiiá hácia qué parte se les inclina la ca
beza para sangrarlas de la oreja contraria. También le he
mos de abrir una vena que tiene debajo del rabodos de
dos de los jamones, y es bastante gruesa, y conviene dar
le antes golpes con un sarmiento : en seguida , cuando esté
hinchada con ellos, abrirla con la lanceta, y así que se ha
ya sacado la sangre , se bendará la cisura con corteza de
saucede olmo. Asi que hayamos hecho esto, tendremos
las cochinas encerradas en las zahúrdas unodos dias, y
les daremos agua tibia cuanta quisieren, ycada una un
LIBRO SEPTIMO 3o5
sexfario de harina de cebada.los que tienen paperas se les
ha de sangrar por debajo de la lengua , y en habiéndoles sa
lido la sangre , conviene frotarles toda la boca con sal molida
y harina de trigo. Otros creen que e9 remedio mas eficaz
echarles con un cuernocada uno tres-sextarios de gerso : en
seguida lian con un cordoncillo de lino unos pedazos de
caña lie ja partidos por medio, y se los cuelgan al pescue
zo de suerte que toquenlas paperas. También se tiene
por saludable para los que tienen ganas de vomitar el ser
rín de marfil mezclado con sal frita y harina menuda de
habas , dándoselo en ayunas antes que vayanpacer. Suele
también ponerse mala toda la porcada, de suerte que se po
nen flacos los cochinos, no toman la comida, y cuando los
sacanpacer se tienden enmedio del campo, y oprimidos
por cierta especie de letargo, se duermen al sol del estío.
Lo cual , cuando lo hacen , se encierra toda ella en un esta
blo cubierto, y se tiene un dia sin beber ni comer: el si
guiente se dalos que tienen sed raíz de cohombro cule
brina machacada y echada en agua: la cual luego que la
han bebido , les dá náusea , vomitan y se limpian : después
de haber arrojado toda la bilis , se les deja que coman galgana
ó haba rociada con salmuera fuerte, y en seguida se
les permite (comolos hombres) que beban agua caliente.
Pero al paso quetodo cuadrúpedo le es perjudicial la sed
en el estío, es todavía mas contraria quelos demás al cer
do. Por lo cual no prescribimos que se lleve este animal al
agua dos veces al dia como la cabrala oveja , sino que si
es posible se tenga , cuando nazca la canícula , bien despa
ciola orilla de un riode un estanque , porque como es
calidísimo no se contenta con beber agua, si no zabulle , y
refresca su gorda papada y su panza llena de comida: y con
ninguna cosa se recrea mas que con revolcarse en los arro
yosen los cenagales. Pero si la situación de los lugares no
permitiere hacer esto, se les ha de dar agua sacada del po
zo que se les eche en los dornajos con abundancia , de la
cual si no se sacian copiosamente les dá pulmonía. Y . esfa
enfermedad se cura grandemente introduciéndoles consíligo
en las orejas: de cuya raiz hemos ya hablado con exac
titud muchas veces. Suele también molestarlos el dolor del
3o6 COLUMELA.
bazo por habérseles éste viciado, lo que sucede cuando viene
una grande sequedad , y como dice el poema bucólico (Virgau
Egloga 7 t. 54) están las frutas esparcidas cada una debajo de su
árbol. Porque es un ganado insaciable, y procurándose con
exceso la dulzura del alimento, padecen en el estío hincha
zón del bazo. La cual se cura fabricando dornajos de taray
y de brusco3 llenándolos de agua, y en seguida arrimándo
selos cuando tengan sed. Porque bebido el jugo medicinal
de esta madera, contiene la hinchazón interna.
CAPITULO XI.
En qué tiempo y cómo se han de castran
Pero se observa castrar este ganado en dos tiempos \ en
primavera y en otoño: y hay dos métodos de hacer es
ta operación. El primero que ya hemos manifestado, y
consiste en hacer dos heridas y sacar por cada una un
testículo: el otro és mas curioso, pero mas peligroso,
el cual sin embargo no lo tengo de omitir, y se hace
de esta manera: Así que hayas arrancado un testículo y
lo hayas cortado, introducirás la lanceta por la abertura
que hayas hechoeste fin, cortarás la telilla que hay en
tre los dos , y con los dedos encorvados sacarás también el
otro: de esta manera se hará una cicatriz sola aplicando los
remedios que hemos dado antesconocer. Pero no he creí
do deber pasar en silencio una cosa que pertenecela re
ligión tíel padre de familia. Hay algunas cochinas que se
comen sus cria6 ; lo Cual cuando sucede, no se debe tener
V)or ^rqdi^i6i pUes 'as cochinas' son entre todos los ganados
las que menos aguantan el hambre, de manera que algu
nas •veces si tienen necesidad de comida, devoran* (si las de
jan) no solo los lechones ágenos, sino también los suyos.
He tratado con bastante exactitud (si no me engaño) de los
ganados mayores, de los menores, y de los pastores que
•;coh ía industria que cabe en los hombres cuidan y custo
dian los rebaños de cuadrúpedos en la casa de campo y fuera
de ella.
LIBRO SEPTIMO.
CAPITULO XII.
De los perros.
Ahora voyhablar, como he ofrecido en el libro ante rior,
de los guardas raudos del ganado: aunque al peno se le di
ce falsamente guarda mudo. ¿Pues qué hombre anuncia la
presencia de una fierade un ladrón con mas distinción
ó con un grito tan alto, como lo hace éste animal con su
ladrido? ¿(jué criado hay mas amante de su amo? ¿qué com
pañero mas fiel? ¿qué guarda mas incorruptible? ¿qué cen
tinela se puede encontrar mas vigilante? y finalmente ¿qué
vengadordefensor de mas constancia? Por lo cual un la
brador debe comprar y mantener este animal con preferen
ciaotro cualquiera, porque custodia la casería, los frutos,
la familia y los ganados. Tres motivos hay para adquirirlo
y mantenerlo. Pues una especie hay que se escoge para ser
virse de él contra las asechiinzas de los hombres , y éste
guarda la casería y lo dependiente de ella: otra hay de los
que se emplean en rechazar los ataques de los hombres y
de las fieras, y estos guardan en la casa los establos, y fuera
los ganados mientras están paciendo: la tercera especie es
la de los que se adquieren para cazar, y estos no solo no son
útiles al labrador, sino lo distraen de su trabajo y lo hacen
desidioso en él. Conque se ha de hablar del de la casería
y del del ganado: pues el de caza en nada pertenecenues
tra profesión. £1 perro para guardar la casería se ha de es
coger de un cuerpo muy grande, de ladrido espacioso y so
noro, para que amedrente al malhechor, primero cuando
lo oiga, y después también cuando lo vea, y para que ahu
yente alguna vez, aun sin ser visto, con el horror de sus
ahullidos, al que trata de poner asechanzas. Pero ha de ser
de un color solo, y este 6e ha de elegir mas bien blanco
en el de pastor, y en el de la casería negro: el manchado no
se aprueba en uno ni en otro. El pastor prefiere el blanco,
porque es desemejantela fiera, y algunas veces es preci
so cuando se trata de rechazar los lobos en la obscuridad de
la madrugadade la prima noche, que sea muy diferente
va
3o8 'COLUMELA.
de ellos, no sea que si el color blanco no se lo dacono
cer , hiera al perro, en lugar de herir al lobo. El de la
casería que se oponelos ataques de los hombres, si el la
drón viene de dia claro, siendo negro, es mas terriblela
vista: y si viene de noche, por la semejanza que tiene este
color con la obscuridad, ni aun siquiera se ve, por lo cual
cubierto como está con las tinieblas puede llegar con mas
seguridad al que está poniendo asechanzas. Se aprueba mas
bien un perro cuadrado que uno largocorto, y que ten
ga la cabeza tan grande que parezca la parte mayor de sur
cuerpo, las orejas caídas y colgando, los ojos negroszar
cos que centelleen con una luz viva, el pecho ancho y bien
j)oblado de pelo , las espaldas espaciosas , las piernas grue
sas y peludas, la cola corta, los dedos y uñas de los pies
muy grandes, en griego se llaman draxai1. Esta es la figu
ra mas recomendable en el perro de la casería. Pero su
natural no debe ser ni muy sosegado , m por el contra
rio feroz y cruel : porque en el primer caso alhaga aun al
ladrón , y en el segundo enviste hastalas gentes de la ca
ca. Basta que sean severos y no cariñosos, de suerte que al"«
guna vez miren con ceñosus consiervos *, y siempre se ir
riten con los de fuera. Y sobre todo deben mostrarse vigi
lantes en la custodia de lo que estásu cargo; y no vaga
mundos, sino estar de continuo en la casería; y mas bien
circunspectos que temerarios, pues aquellos no anuncian
sino lo que han averiguado ser cierto: estos se alborotan
con un ruido vano y una sospecha mal fundada. He creido
deber advertir estas cosas, porque las propiedades no soló
las da la naturaleza, sino también la enseñanza las forma,
para que, cuando podamos comprarlos, los escojamos de Ja
manera que hemos dicho, y cuando criáremos los que han
nacido en nuestra casa , los enseñemos conformeestos
principios. Y no importa mucho que los perros de las ca
serías sean pesados ú poco ligeros: pues deben hacer de cer
ca y en el sitio en que están , mas que de lejos yla car
rera dilatada; como que deben hallarse siempre al rededor
de las cercas y dentro del edificio, y por mejor decir ni
aun deben separarselarga distancia, y cumplen suficien»
teniente con su obligación si ventean con sagacidad al que
LIBRO SEPTIMO 3c9
viene y lo espantan con su ladrido, si no lo dejan acercarse
demasiado, y si, en caso de obstinarse en llegar alguno, le
acometen con ímpetu : pues lo primero es no dejarse atacar;
y lo segundo, en caso de haberlo sido, vengarse con valen
tía y tesón. Y esto es lo que tenia que decir de los perros que
han de guardar la casería. Ahora lo que sigue pertenecelos
de ganado. Este perro no debe ser tan flaco ni tan ligero
como los que persiguenlos gamos,los ciervos ylos
animales mas veloces ; ni tan grueso ni pesado como el que
guarda la casería y el granero: pero sin embargo ha de ser
en algun tanto pronto y ágil: porque nos hacemos con él
para que riña y pelée, y no menos para que corra: pues
debe rechazar las asechanzas del lobo , seguireste ladrón
Cero cuando huye, hacerle que suelte la presa, y traérsela}
por lo cual si su cuerpo es largo , es maspropósito para
estas ocurrencias que si es cortocuadrado: porque (como
he dicho) algunas veces exige la necesidad que se persiga
con ligereza la ligereza de la fiera : los demás miembros se
aprueban si son semejanteslos del perro de la casería. A
estas dos especies de perros se ha de darcorta diferencia
el mismo alimento: porque si las heredades son de tanta
extensión que sostengan rebaños de ganados, todos sin dis
tinción se mantienen cómodamente con harina de cebada y
suero: pero si la hacienda está plantada de árboles y sin pasto,
se han de hartar de pan de escañade trigo , mezclándole
sin embargo caldo de habas cocidas, pero tibio: pues el
que está hirviendo les ocasiona rabia. A este animal , sea
machohembra , no se le ha de permitir juntarse hasta que
tenga un año, porque si se les deja hacerlo cuando están
tiernos, padece su cuerpo y pierden las fuerzas y el brio» A
la primeriza se le ha de quitar la primera cria, porque co
mo inexperta no cria bien, y el hacerlo le impide que crez
ca todo lo que habia de crecer. Los machos engendran
con vigor juvenil hasta los diez años; después de este tiem
po no parece que sonpropósito para esto, porque los hi
jos de un perro viejo son flojos. Las hembras conciben has
ta los nueve años, y no son útiles después de los diez. No
'conviene dejar salir los cachorros en los seis primeros me
ses, hasta que se fortifiquen, sino para que vayan con su
3io COLUMELA.
madrejugar y retozar: después se han de atar con cade
nas de dia, y se han de soltar de noche. Y nunca oonsen*
tiremos que aquellos cuyo natural generoso queramos con
servar, se crien por nodriza extraña, porque la leche y el
aliento de su madre promueve siempre mucho mas los au
mentos de sus buenas propiedades y de su cuerpo : y si Ja
parida no tiene leche, convendrá sobre todo dársela de ca
braslos cachorros hasta que tengan cuatro meses. Se les han
de poner nombres que no sean muy largos , para que en lla
mandocualquiera lo oiga mas pronto; pero no mas cortos
que de dos sílabas. Tales son el griego Sxilas (cachorro), el
latino Ferox, el griego Lexion (perro de Laconia), el lati
no Celer (veloz en la carrera ) ,para las hembras como los
griegos Sjjodé (pronta), Alxé (fuerte), Goime (fuerte);
y los latinos Lupa, Cerva, Tigris (loba, cierva, tigre).
Las colas de los cachorros convendrá castrarlaslos cuaren
ta dias de haber nacido, de esta manera. Hay un nervio que
atraviesa por las vertebras del espinazo y llega hasta la ex
tremidad de la cola: éste se ase con los dientes, y sacándo
lo algún tanto, se corta: en haciendo esto, la cola no toma
una extensión desagradable en longitud, y (como asegu
ran muchísimos pastores) se precave la rabia, enfermedad
mortal para esta especie de animales.
CAPITULO XIII.
De sus enfermedades, remedios para ellas, y para li
bertarlos de los insectos que los infestan..
Pero en el estío se ulceran comunmente las orejas de los
perros, de tal manera que muchas veces las pierden del
todo: para que ésto no suceda se les han de frotar las
orejas con almendras amargas molidas; pero si ya estuvie
ren con úlceras convendrá destilar sobre ellas-pez líquida1
cocida con manteca de puereo. Los reznos aplicándoles
este mismo medicamento se caen; pues no se han de ar
rancar con la mano, para que (como había yo dicho an
tes 2 ) no se les hagan úlceras. Los-remedios; para el perro
que tiene pulgas ,-*on ;frotarlos con cominos molidos-, con
LIBRO SEPTIMO 3il
igual parte de eléboro, y humedecido todo con agua; ó
con zumo de cohombro culebrino; ó, si no hay uno ni
otro, echándole por encima de todo el cuerpo alpechín
añejo. Si lo infestáre la sarna, muele partes iguales de ye»
so y de ajonjolí, mezcladas con pez líquida; y unta la
parte enferma con ésta mezcla: cuyo medicamento se cree
ser también convenientelos hombres: si esta misma en
fermedad es mas violenta, se quita con resina líquida de
cedro. Las dema3 enfermedades se han de curar como he
mos prescrito respectolos otros animales. Hasta aquí lo
concerniente al ganado menor. En el volumen siguiente
darémos preceptos «obre las crias que se hacen en las ca
sas de campo, en que se contienen la de las aves, la de los
pescados, y la de los animales silvestres, y el modo de
cuidarlos.
NOTAS AL LIBRO SÉPTIMO.
Nota al
CAPITULO I.
x. Capítulos 36 y 37.
Notas ai
CAPITULO TIL
T. ¿Cómo nos hemos de persuadir que sea Columela el que
ha desunido el principio de «ste capituk) del fin del preceden
te ?
2. Esto es , el cubierto con pieles , el griego , -el tarentino,
del cual se hablará en el capítulo inmediato.
3. Casi todos los autores prescriben este método sin dar
la razón. La que dá san Alberto el grande no me parece muy
convincente. Dice que el motivo -de concebirse macho cuando
sopla el viento norte , es porque éste sujeta dentro del cuerpo
el calor natural, y por lo mismo lo hace mas robusto, y la
genitura se hace mejor; por el contrario , cuando sopla el del
sur , están Jos cuerpos abatidos y debilitados por falta del ca
lor que se evapora hacia fuera por la transpiración, y por
consiguiente en este caso se conciben con mas facilidad hem
bras, que son mucho mas endebles y delicadas que los machos.
4. Los antiguos malos astrónomos hacían dos luceros del
planeta que nosotros conocemos con el nombre de Venus , y
que como dice P linio, mejor instruido que Virgilio 1 en el
04
3i4 COLUMELA.
líb. 2, cap. 8 de su Historia natural) previene el dia por la
mañana, y prolonga su luz por la noche como otra luna, y
también nuestro autor en el libro 10.
Notas al
CAPITULO VII.
1. Hydrops en latín , y en castellano hidropesía.
2. Y se le llenarán las partes de cerato líquido.
Notas al
CAPITULO VIII.
i No puede tener cuenta llevar la leche al pueblo, sí éste
no está muy cerca, porque se acedaría en el camino. Por lo
que en estando la cabaña retirada, acomoda mas hacer queso,
que es mas fácil de conducir y de conservar.
-2. En efecto , «mientras el suero no destila mas que gota á
gota, hay algunos sitios donde se detienen porciones, que
corrompiéndose bastan para corromper el queso.
3. Hermolao Bárbaro enmienda este pasage , que en latía
está efcrlto: si fabrüentur canales, ex tamaricibus, et rusco;
si fabiiccntur canales tamaricis i trunco: cuya enmienda
adopta Pontedera, y Escho et gennio, porque del brusco no se
pueden hacer canales , que en castellano se llaman dornajos. Y
en este caso se dirá '. fabricando dornajos del tronco del taray.
Dioscórides en el lib, 1. cap. 93, y Plinio en el" lib. 24 cap. 9
recomiendan que así los animales como los hombres coman y
beban en vasijas hechas de esta madera para curarse de la hincha
zón del bazo; pero Saboureux en este lugar dice que este re
medio es semejante al pan remojado en vino que prescribe
Moliere para hacer hablarlos mudos.
Notas al
CAPITULO XII.
1. Los artejosarticulaciones de los dedos de los pies, y
fas uñas.
. 2. He aqui adonde llega el desprecio que hacían los Romaeos
de los esclavos, que los llamaban consiervos de los perros.
(1 . Notas al
CAPITULO XIII.
j tu Brea.
. 2. 'Tal vez en el cap. <¡.° de este libro, cuando habla de
ún gusanillo encerrado bajo de un tumor, que aconseja quitar
á las ovejas con precaución , no sea que se hiera.
3i3
ÍNDICE
de los libros y capítulos contenidos en
este primer tomo.
LIBRO PRIMERO.
PrólogoPublio Silvino pág. -i*
Capítulo I. Preceptos que seguirán los que '
quieran cultivar el campo. . .: .:. í -10'
H Cuál ha de ser la disposición y situación de la
heredad que merezca mas nuestra aprobación, i 3
III. Qué cosas se han de observar principal-•'
mente cuando-se reconozca antes de comprarIti\-"i <
IV. De su salubridad y fertilidad. . .'i V. ;" " 18
V. Del agua , y de la situación y exposición
de la casa de campo ai
VI. De la distribución, y de sus habitaciones
y oficina?. . . .-. \ í'-.-'i''. *'¿ J a
VII. De los deberes del padre de familia. '; . : a 8"
VIII. Del capataz, de sus cualidades y obli
gaciones, y cómo ha de tratar el padre de
familiala gente del campo. . 30
IX; De qué estatura han de ser los hombres
que' se destinancada ciase de trabajó , y
de las cualidades que han de tener para ca
da encargo. > . . .... .... 34
Notast 37
a LIBRO SEGUNDO. 4 1 v.
Gap. I.. Qjue la tierra no se envejece ni sefa~ .'
tiga si sé estercola T 47
Cuántos .géneros hay de terreno, en cuántas
± ¿especies, se . divide cada .uno , qué, suelo se.'..
3r4
apruebe mas, cómo se mete en cultivo un si
tio inculto y se hace de labor', cómo se co
noce un campo pingüe y propio para granos.
Qué es lo que se ha de seguir, y qué es lo
que se ha de evitar cuando se da la prime
ra labor a la tierra 49
III. Como se han de cuidar los bueyes después
que han dejado de trabajar y se han desuncido. 5 5
IV. En qué tiempos, y cómo se ha de alzar
y se ha de binar cada género de terreno. . 5 6
V. Cómo se estercola la tierra endeble 58
VI. De los géneros de granos cereales 59
VII. De los géneros de legumbres 60
VIII. Cual sea el tiempo de sembrar id.
IX. Cuántos módios de simiente necesita cada
yugada de tierra, cómo se han de elegir
los granos para sembrar, y de las prepara
ciones de estos para emplearlos 6 1
X. De las legumbres; qué terreno convienecada
especie, y de su cultivo después de sembradas. 66
XI. De los forrages ; de la alfalfa , de la ve
za, del verde de cebada, de la avena, de
las alholvas , de los yeros, y de ¡a gálgana. 7»
XII. De qué modo y con cuántos jornales se
cultiva cada especie de granos cereales 6 de
legumbres 7 5
XIII. Cuántos jornales y obradas se regulan
cada yugada de tierra 77
XIV. Qué legumbres perjudicanlas tierras,
y cuáles les aprovechan 79
XV. De las especies de estiércol. 81
XVI. En qué tiempos se han de estercolar los
campos. . . " 85
XVII. Cómo se forman los prados * 84.
3i5
XVIII. Cómo se cultivan los prados después dt
haberlos formado 85
XIX. Cómo se haya de cuidar y guardar el
heno después de segado 87
XX. De la formación de la era 8 8
XXI. De la siega y de la trilla. . . ¿>. v 89
XXII. De las cosas que se permiten a los la
bradores hacer en dias feriados , y de las
que no se les permiten 90
Notas 92
LIBRO TERCERO.
" •"
L Qué especie de vid convengacada terreno
ycada clima.. 98
II. Qué vides se hayan de poner en las inme
diaciones del pueblo para uvas de comer, .
cuáles para vino. Nombres y cualidades de
¡as vides masmenos generosas 100
III. Que nada es mas couvenientelos agriculcultores
que el cultivo de la vid i y se .sa*-. \
tisfacelos reparos que suelen oponerse. . . 107
IV. Lo que debe observar el que forma viñas. . id.
V. De las cualidades del terreno en que se ha
de poner el plantel de vides, y cómo se ha
de hacer ni
VI. Cómo ha de ser el cabezudo , y de qué
parte de la vid se ha de cortar. ......... nü
VII. Como se ha de examinar la fecundidad de
la vid, y si esta cualidad la poseen exclu
sivamente ciertos vidueños 114
VIII. Se confirma lo contrario con ejemplos. . . id.
IX. Cómo se harán feraces ¡as vides Amineas. . 116
X. De cuál parte de la vid se han de escoger
3i6
las plantas para que\seán fértiles. ....... i ig
XI. Qué cualidades se han de tener en considera
ción en el terreno que se destina para viña, i 2 4
XII. Lo que ha enseñado Julio Grecino acerca
de la tierra propia para viña 126
XIII. Como .se agosta la tierra 128
XIV. De cuántas maneras se pone la viña , bien . 1
sea en las provincias , bien en Italia 131
XV. Que es mejor ponerlas en el terreno agostado
y que-en. hoyos,zanjas abiertas enyel erial
ó inculto. 132
XVI. Cuánta profundidad será suficiente darle
al agostado 133
XVII. Cómo y de qué manera se ha de poner la
vid. 134
XVUI-. Qué debe observar el que la pone. .... 135
XIX. Qué longitud debe tener el cabezudo. .... 137
XX. Cuántas especies de vides se han de poner 138
XXI. Si se han de plantar los cuadros cada uno
con distinto vidueño sin mezclar unos con otros 140^
JWotas~. í*»-. «,-" " # w.«r. '*.-..« * " ... i*43
"O! . .*!'.' 1' ; 1 't\' ,> '.. . » .«'..
¿;. . .-: LIBRO CUARTO. :.: : .VI
I. Se establece, contra la opinión de Atico y
; 1 de Celso, que no .es .suficiente profundidad la
de 'dos 'pies1; envíos, hoyas para plantar 'viñas. 147
IL Que no conviene cubrir dos estacas con un
barbado , sinocada planta . se ha de deS~ . •'
finar un apoyo. . ; 149
líl. Que.si el. plantía nuevo de viña no se ayu
da, con gran cuidado y diligencia, pronta* ¡.
u 1viente .sépierden.> ... . . .-. .\ . . ; .. . -. •, ... .. . 1f6
IV. Que es conveniente tender la vid en el sue
3,7
lo del hoyo, y después de encorvarla se ha
de aplicar, enderezándola desde lo hondo de
el,a tina caña que se clavará. . . , i 5 i ^
V. Que desde que se plante el majuelo-se ha
de cavar todos los meses ; que no se ha de
dejar que nazcan yerbas en él, y que se han
de despampanar ios barbados de manera que
queden reducidos cada unoun sarmiento. 15»
Vi. Que se han de despampanar los cabezudos. 153
VII. Que el tiempo oportuno de despampanar
es cuando se quitan los renueves fácilmente
con el dedo , 154
Vllt. Que se ha de excavar la vid por el otoño, r 5 5
IX. Que después de excavada la vid se podeY
y cómo se ha de hacer esta labor para que
no la perjudique r 5 6
X. Cuál es el mejor tiempo de podar 156
XI. Cómo se ha de cortar el cabezudo 157
XH. Cómo se ha de rodrigar la vid, y del
canterio * 5 8
XIII. Cómo se ha de atar la vid . , id.
XIV. Quelos cabezudos se ha de poner canterio
, y qué altura se ha de daréste. . 159
XV. Cómo se ha de poblar el majuelo y se
han de echar los mugrones. . . I 160
XVI. En qué tiempo se ha de trasplantar el
barbado .-. , 161
XVII. Como se ha de hacer el yugo de cañas,
y que después de los primeros dos años se
han de seguir dando las mismas labores que
en ellos. 16a
XVIH. Como se han de dividir las viñas en
cuadros separados por sendas. 164
XIX. A qué altura se debe levantarro el yugo. 1 6 5
3i8
XX. Cómo se hade llevar' ¡a vid al yugo cuan
do sea tiempo de hacer esta maniobra. . . . ,/;»•> '" t *. » vf * 224
XII. Del cítiso , .v.;...t. ; . *r. . ^ , .... 227
Notas «.....«.» 229
i LIBRO SKXTO~, , .
De los bueyes, caballos y mulos,, y de sus me
dicinas.
Prefacio. De la unión que hay entre la gana
dería y la labor, y de las excelencias del
buey. " " " '. .v. .'* .•••». » av.'. . 232
I. De la .compra y adquisición de los bueyes,
y de su forma. . 2 J4
II. De cuánta edad, y cámo se .han. de domar. .235
III. Del modo de ctiidar.las bueyes ± y de' la :
comida que se. les ha de éáfi.;t-l. i-'. 239
IV. Remedios, para, mantener los bueyes' jAV
ludables. . . . .... .. 241
V. Cosas que se han de evitar para que no
t 4 tnfermen. los . bueyes^, medidas .que-se -han
de tomar si les\ ataca una epizootia , y re
medios que se les han jde . aplicar si llega .
Sao
este caso 242
VI. Qué remedio se aplica ai buey que tiene
indigestión *" « ** 243
Vil. Con qué remedio se calma el dolor de vien
tre y el de los intestinos. 244
VIII. De las ránulas, de la inapetencia, y có
mo se cura uno y otro 1 245
IX. De la calentura. 246
X. De la tos de los bueyes id.
XI. De las apostemas, y del modo de curarlas. 247
XII De la cojera y de los dolores . id.
XIII. Remedios para la sarna, para la morde
dura de perra rabiosade lobo, y para
cuando se les pega el pellejolos huesos. 249
XIV. Para las úlceras del pulmón, y para los
tumores del paladar »$"
XV. Para las heridas de las pesuñaspier,
ñas con la reja del arado, y para cuand»
se despean a $ 1
XVI. Para cuando se despaldillan, se quiebran
las astas, y cuando Jes salen gusanos en
las Hagas. 252
XVII. Para las mordeduras de las culebras y
animales venenosos. i$3
XVIII. Remedio para si ha tragado alguna
sanguijuela. . . . 255
XIX. De cómo se ha de hacer la máquina pa
ra curar las bestias y bueyes id.
XX. De la figura del toro f 256
XXI. De la de la vaca id.
XXII. De la separación que se ha de hacer
anualmente. . . ...... . j ." '. a 57
XXIII. Cómo se han de hacera las corralizas
y los establos. . , ....... " Id.
3*i
XXIV. Qué edad ha de tener el toro para
echarlo a las vacas,
XXV. Remedios para las lombrices de los be -" >
cerros . . i.'w '. . 260
XXVI. De la castración de los becerros id.
XXVII. De los caballos . a 61
XXVIII. De la edad del caballo padre , y de
la . yegua de vientre. -. 364
XXIX. Del natural y buena conformación del
caballo , y del conocimiento de su edad. . . 26 5
XXX. Del cuidado que se ha de tener con este
animal^ y remedios para algunas de sus en
fermedades. . ;A» .'. .v.4 i . . . (-... ... . \266
XXXI. Remedios para Ja tós-y los empeines. . 268
XXXII. Para las rozaduras y para la sarna. 269
XXXHL Para las moscas, males de ojos , y he
morragias. 270
XXXIV. Remedios contra la inapetencia , Ja ga
na de vomitar , y el muermo id.
XXXV. Del furor de las yeguas y sus remedios. 271
XXXVI. De las muías id.
XXXVII. Que se modere el furor del garañón,
y modo de hacerlo ; precauciones que se han
de tomar para esta monta, y del mulo romo. 272
XXXVIII. De las enfermedades de este ganado,
y de sus remedios , y cómo se han de aplicar. 275
Notas 277
LIBRO SEPTIMO.
Del ganado menor.
I. Del borrico 280
II. De las ovejas, y de sus diferentes castas. . a 8 2
x
3ai
III. De la elección de moruecos , de la edad
que han de tener éstos y las ovejas que han
de cubrir, y del cuidado que exigen.
283
IV. De las ovejas cubiertas
289
V. De las enfermedades del ganado lanar, y
de sus remedios.
291
VI. Del ganado cabrío . . 296
VII. De sus enfermedades y remedios.
298
VIII. Del modo con que se ha de hacer el queso. 299
IX. Del ganado de cerda y cria de ¡echones. . . 301
X. De las enfermedades de los cerdos, y sus
remedios « " 304
XI. En. qué tiempo y cómo se han de castrar. . . 306
XII. De los perros 307
XIII. De sus enfermedades, remedios para ellas
y para libertarlos de los insectos que los
infestan. 310
Notas i1i
Fin del toho primero.
LOS DOCE LIBROS
DE AGRICULTURA
QUE ESCRIBIÓ EN LATIN
LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA,
traducidos al castellano
POR
D. JUAN MARIA ALVARIZ DE SOTOMAYOR T RUBIO.
TOMO IL
Comprende los cinco últimos libros.
MADRID 1824,
IMPRENTA DE D. MIGUEL DE BURGOS
r-'\\
.
».\.:. » . -ir¡J. •!
. y,". VI r :.
1
LUCIO JUNIO MODERATO COLIMELA.
De las cosas del campo.
LIBRO OCTAVO.
De las crias que se hacen en la casería.
i8 I
CAPITULO I.
De las utilidades que rinden estas crías.
Nosotros hemos expuesto, oh Fublio Silvino , en estos sie
te libros todas las cosas en que consiste poco masmenos
la ciencia de cultivar el campo , y las que exige la granje*
ría de la cria de ganados. Este libro tendrá el título del nú
mero que sigueestos , esto es , el octavo i y no se une á
«esta obra porque las cosas que hemos de decir en él nece
siten el cuidado inmediato y propio del labrador, sino por
que no deben administrarse sino en las heredades!en las
caserías, y redundan mas bien en utilidad de la gente del
campo que de la del pueblo : como que las crias de las ca
serías, lo mismo que las de ganados, no rinden un produc
to pequeño al colono, porque con el estiércol de las aves
remedia no solo las viñas que están muy endebles, sino to
do plantío y tierra de labor: y con las mismas aves provee
de manjares el hogar familiar y las mesas suntuosas; por lo
cual he creido deber también hablar de esta especie de cria.
Ella por lo común se hace en la caseríacerca de ella. En
la casería está la que llaman los griegos ornibionas 1 xaiperisereionas
*. Y también se manejan con mucho cui
dado cuando hay proporción de agua los ixduoiropca3.
Estas son para explicarme en latin como4 stabula de las
4 COLUMELA.
aves de corral , y no menos de las que se engordan encer
radas en cuartosreceptáculo. 5 de los animales acuátiles.
Por el contrario cerca de la casería se ponen los melissiones 6
xaixenotropeia 7, y aun también se cuidan con esmero los
lagotropeia*, los que nosotros igualmente llamamos, cuan
do sirven de acogidalas abejas, apiario.9 i si sirven de de
pósitoslas aves acuátiles que gustan de los estanquescis
ternas, aviaria10; y cuando sirven para los animales sil
vestres que se custodian en bosques cerrados, vivaría11.
CAPITULO n.
De las especies que hay de gallinas; de la compra, cui
dado y manutención de las de corral.
Voydar pues en primer lugar preceptos sobre las que se
mantienen dentro del recinto de la casería. Y de algunos
animalesla verdad quizá se dude si los han de tener las
gentes del campo; pero la cria de gallinas la tienen ordi
nariamente la mayor parte de los labradores. Hay tres es
pecies de ellas: de corral, silvestres, y africanas. Las de cor
ral son las que se ven ordinariamentre en casi todas las
casas de campo: las silvestres, que se les parecen, son las
que se cogen por el cazador; y de éstas hay muchas en una
isla del mar Ligústico, que los marineros alargando el
nombre de esta ave han llamado gallinera: las africanas, que
muchos llaman gallinas de Numidia, son parecidaslas
meleagrides1,excepción de que tienen la cresta y la bar
ba roja, y éstas la tienen azulada. Pero de estas tres especies
las hembras de corral se llaman propiamente gallinas, los
machos gallos , y los medio machos capones , que se les ha
dado este nombre cuando han sido castrados para extinguir
en ellos la inclinaciónlas gallinas. Y no solo les sucede esto
si se les quitan las partes genitales , sino quemándoles los
espolones con un hierro hecho ascua , después de lo cual,
luego que se han consumido con la actividad del fuego, se
untan con barro de alfareros las llagas que se les han hecho
hasta que se pongan buenas. No es despreciable pues la
utilidad de esta especie doméstica, si se emplea la inteli
LIBRO OCTAVO
5
gencia para hacer las crias ; lo que hizo célebresla mayor
parte de los griegos, especialmentelos de Délos2: pero
estos también, como buscaban gallos altos de estatura y de
ánimo constante para las riñas, aprobaban principalmente »»
la casta de Tanagra y de Rhodas, y no menos la de Calcis
y la de Media,la cual el vulgo ignorante mudándole una
letra llama mélica:nosotros la especie que mas nos agra
da es la de nuestro pais , no haciendo sin embargo caso de
aquella afición de los griegos 3 que preparaban para las pe
leas y las riñas la mas feroz de estas aves; pues nosotros tra
tamos de proporcionar una gananciaun industrioso pa
dre de familia, no la de un adiestrador de aves para las
peleas, cuyo patrimonio enteco se ha llevado muchas ve
ces en una apuesta sobre riña de gallos el atleta que ha sa
lido vencedor. Así el que quisiere seguir nuestros precep
tos, conviene que considere cuántas gallinas ponedoras y de
qué cualidades han de ser las que ha de adquirir: en se
guida cómo los ha de custodiar y mantener: después en qué
tiempos del año $e han de reservar los huevos para que los^
incuben y saquen la echadura; y por último el modo de
cuidar los pollos para que se crien como corresponde : pues
con estos cuidados y estos trabajos se saca adelante un cor
ral de aves,cuyo ejercicio llaman los griegos ognidongopian.
Lo mas que te debe comprar son doscientas cabeza», que
ocuparán el cuidado de un guardián , con tal sin embargo
que se ponga una vieja cuidadosaun muchacho para que
Custodie las que se separan de la» demás y evitar que sean
presa de los hombresde los animales que las acechan.
Ademas no conviene comprar aves si no son muy ponedo
ras. Han de tener el plumage encendidonegruzco y las
alas negras; y si fuere posible se escogerán todas de cual
quiera de estos coloresde uno que se les acerque : pero
sitio se evitarán las blancas que son por lo común delici
as y poco vivas, ni tampoco so encuentran con facilidad
que sean ponedoras , y también como son notables por su
color blanco , esta divisa es causa de que muchas veces las
arrebaten los gavilanes y las águilas. Sean pues las gallinas
que se destinanponer de buen color, cuadradas, de pe
cho ancho, con las cabezas grandes, las crestas derechas y
Tom,JJ. A 3
COLUMELA. ; :
encarnadas, las orejas blancas, y bajo esta conformación lo
mas grandes que puedan ser, y las uñas desiguales; se cr-;e
ser las mejores las que tienen cinco dedos, pero con tal
que no les sobresalgan espolones de través en las piernas:
pues la que tiene esta divisa peculiar de los machos, es rea
cia para dejarse pisar por el gallo y no lo recibe, fuera de que
rara vez es fecunda, y aun cuando empolla quiebra los hue
vos con los espolones. Gallos no conviene tenerlos , si no
son muy alentados ; y en éstos se busca el mismo color y
el mismo número de unas que en las gallinas: la talla se
desea mas alta, las crestas altas, de color de sangre y derechas,
los ojos rojosque tirennegros , los picos cortos y en
corvados, las orejas muy grandes y , muy blancas, las bar
billas rojas que tirenblanquizcas, y cuelguen como barbas
de anciano, las plumas del cuello pintadasamarillas
color de oros, y que por los cuellos y las cervices bajen á
extenderse en los hombros: asimismo los pedios-anchos y
musculosos, las alas fuertes semejantesbrazos, las colas
muy largas, dobladas én dos órdenes, sobresaliendo por ca*
da lado una pluma; al mismo tiempo los muslos gran
des y poblados de plumas que seerizen frecuentemente»
las piernas fuertes y no largas, pero armadas ofensivamen»
te de una especie de chuzo prontoherir. La índole , aunque
no se destinen para pelear ni para la gloria del vencimiento,
se aprueba sobre todo que sea noble, y por consiguiente
que los gallos sean orgullosos, vivos, vigilantes, prontos á
cantar qon frecuencia, y que no se espanten con facilidad,
porque algunas veces deben hacer frenteotros animales
y proteger el rebaño conyugal , y aun matar la' serpiente
amenazadoraalgún otro animal dañino. Pero para se
mejantes machos se previenen cinco gallinas para cada
uno, pues en la especie de Rhodasde Media, por
su pesadez ni los padres son demasiado alentados ni las
madres fecundas: y éstas sin embargo se destinan tres á
cada gallo ; y ademas de poner pocos huevos son pere
zosas para incubar, y mucho mas para sacar los pollos , que
crian raras veces: y así los que quieren tener gal luías de es
tas especies por su hermosura , luego que han recogido sus
huevos, se los echanlas comunes que crian los pollos que
LIBRO OCTAVO.
salen. Las gallinas de Tanagra , iguales por lo común en lo
grandeslas de Rhodas y Media, no difieren mucho en
sus propiedades de las de nuestro pais, como igualmente las
de Calcis. Sin embargo los bastardos de todas especies pro
cedentes de gallinas del pais y gallos extrangeros, son muy
buenos pollos, porque tienen la hermosura de los padres
y el aliento y fecundidad de las madres. Las aves ena
nas no las apruebo demasiado, ni por su fecundidad, ni
por otra ganancia que puedan dejar, y lo mismo me su
cede con el gallo peleador, y que anda con pendencias
por satisfacer 6ii pasión : pue6 envistelos demás , no
los deja 'pisar las hembras, no siendo él mismo suficiente
para muchas. Por lo cual -se ha de refrenar su avilan
tez con un pedaz-o de pellejo de bota 4 de vino cortado
en redondo que se abre por enmedio, y por su abertu
ra se introduce el pie del gallo: con cuya especie de gri
llo se reprime su feroz natural. Pero voytratar ya como
Jie propuesto del cuidado de todas estas especies.
CAPITULO III.
. ,» Del establecimiento de los gallineros.
ios gallinetos se deben colocar en la parte de la casería
que mire al oriente de invierno; han de estar contiguos al
horno óla cocina, para que llegue el humo al ave , por
que es muy saludableesta especie. Pero de toda la oficina,
esto es, del gallinero, se hacen tres separaciones en una
misma línea, cuyo frente entero, .como he dicho, estará
mirando al oriente. En seguida se dará en este frente una
entrada sola y pequeña por la separación de enmedio, la
cual será la de menor altura de todas tres y tendrá siete
pies en todas direcciones. En sus . paredes de derecha e izquierdase
hará en cada una una entradacada separa
ción, y esta entrada estará juntola paredqiie iiace fren*
tela entrada principal. Yésta pared se aplicará un ho
gar de tal longitud, que al paso que no impida dichas en
tradas, el humo que haga llegueuna y otra separación;
j éstas tendrán de largo y alto doce pies, y el mismo ancho
COLUMELA.
que la de enmedio. La elevación se dividirá por medio de
tablados que tendrán por encima de sí cuatro pies y por
debajo siete, libres unos y otros, porque cada uno de ellos
ocupa uno: ambos tablados deben servirlas gallinas, y
cada uno iluminarse con una ventanilla pequeña bácia el
oriente que les dará por la mañana salida al corral, y no
menos entrada por la tarde: pero se cuidará que siempre se
cierren de nocbe, para que estén las aves con mas seguri
dad. Por bajo de los tablados se abrirán ventanas mayores
que se resguardarán con rejas para que no entren los ani
males dañinos; pero sin embargo de manera que estén es
tos sitios claros para que habiten en ellos las aves con mas
comodidad: y el pollero debe registrar de tiempo en tiem
po los huevos de las lluecasde las que ponen. A este efec
to conviene también que las paredes de los gallineros sean
tan gruesas que den lugarque se puedan hacer en ellas
excavándolas órdenes de nidales para las gallinas, en los cua
les pongan los huevossaquen los pollos; pues este méto
do ts mas saludable y mas primoroso que el que usan algu
nas personas de meter profundamente en las paredes unas
estacas, y sobre ellas poner cestos de mimbres. Pero sean
los nidales excavados en las paredes como hemos dicho, ó
de cestos de mimbre, se les han de poner delante unos
vestíbulosentradas, por donde pasen para llegarellos
bien seaponer, bienempollar, para que no entren de
vuelo, no sea que al caer quiebren los huevos con los pies:
en seguida se facilitalas aves la subidalos tablados ea
ambas separaciones, arrimandola pared unas alfagías me
dianas, que se desigualan un poco formando escalones, pa
ra que no se resbalen al subir por ellas. También se aplica
rán por fnera de la parte del corraldichas ventanillas unas
alfagías en forma de escaleras para que por ellas suban las
aves al descanso nocturno. Pero sobre todo se ha de procu
rar que así estos gallineros, como las demás oficinas deque
hemos de hablar después, se enluzcan de fino por dentro y
por fuera, para que ni los gatos ni las culebras puedan acer
carselas aves, y se impida la entradaotros animales igual
mente dañinos. No conviene que el ave cuando duerme se
apoye sobre el tablado, para que no ki perjudique su es
LIBRO OCTAVO 9
tiercol , que pegándoselelos pies le ocasiona gota. Para
evitar este perjuicio se labranescuadra unos palos, no sea
que si están rollizos y lisos no puedan recibir el ave al sal
tar sobre ellos: después de haberlos labrado así, se intro
ducen por sus extremidades en las dos paredes opuestas de
manera que estén un pie mas altos que el tablado ydos
de distancia entre sí. Esta será la disposición del gallinero.
Pero el corral por donde se pasean las gallinas no ha de
estar tan libre de estiércol como de humedad, pues es de
la mayor importancia que no haya agua en él, sino en un
sitio solo para que la beban, y ésta muy limpia, pues cuan
do está llena de basura les ocasiona pepita. Sin embargo no
se puede conservar pura sino encerrada en vasijas fabrica
das al intento. Pero estos son unos dornajos de plomo que
se llenan de aguade comida, los cuales está averiguado
ser mas útiles que los de maderade barro cocido. Estos se
cierran con tapaderas que se ponen sobre ellos y se horadan
por los lados mas arriba de la mitad de su altura con aguje
ros medianos, por los que puedan las aves meter y sacar las
cabezas, y disten un palmo los unos de los otros. Pues sino
se resguardan estos dornajos con tapaderas, las poca agua
ó comida que hay en ellos la echan fuera las gallinas con
los pies. Hay algunos que agujerean las mismas tapaderas
por la parte superior, lo que no conviene que se haga , por
que el ave poniéndose encima, ensucia con su basura la
cernida y el agua. 1
CAPITULO IV.
t , , De la comida de las gallinas.
jLa mejor comida que se dalas gallinas es cebada molida
pn un mortero y veza, y no menos gálgana, también mijo
y panizo; pero estos granos donde lo barato de su valor lo
permite, mas donde están mas caros es cómodo darles aecha
duras menudas de trigo: aunque éste grano, aun en los parages
en que está mas barato, no es útil dárselo, porque ha
ce mallas aves. También se les puede dar vallico cocido,
y no menos salvados medianamente apurados, los cuales si
io COLUMELA.
ho tienen harina alguna, de nada sirven, ni aun son apete
cibles." A las que tienen hambre les gustan en extremo las ho
jas y las semillas de cítiso, que les son muy agradables; y no
hay pais alguno en que no pueda haber muchísima abun
dancia de este arbusto. El orujo de la uva aunque las man
tiene tolerablemente no se les debe dar sino en los tiem
pos del año en que no ponen , porque con esta comida lo
hacen raras veces, y ésas huevos pequeños: mas cuando des
pués del otoño dejan de poner absolutamente pueden soste
nerse con ella. Pero dése la comida que se délas que an
dan por el corral , se dividirá en dos porciones , una se le»
dará al principio del dia , y otra cuando ya va declinando la
tarde, no solo para que por la mañana no se alejen mucho
desde que salen del gallinero, sino para que antes de ano
checer vuelvanél mas temprano por la esperanza de la
comida y se pueda reconocer mas veces el número que hay
de cabezas, pues el ganado de pluma burla con facilidad la
vigilancia del que lo guarda. Donde quiera que hubiere en
el corral un sitio cubierto por un colgadizo ú otra clase de
techado se pondrá juntolas paredes polvo secoceniza,
para que las gallinas puedan echárselo , pues con estas co
sas se limpian las plumas y las alas, si es que damos crédi
toHeracleto de Epheso 1 que dice lavarse los cerdos con
cieno y las aves de corral con polvoceniza. A la gallina
se le debe hacer salir del gallinero después de la hora pri
mera del dia, y se ha de encerrar antes de la undécima. Es
te cuidado que hemos referido es el que se ha de tener con
la gallina que está libre en el corral: y sin embargo no se
rá distinto el que se tendrá con la encerrada, sino queés
ta no se deja salir y se le echa de comer en eí gallinero tres
veces al dia y en mayor porción, pues la comida diaria de
cada cabeza es cuatro cyathos , al paso quelas que están
en libertad se les dan dostres. También conviene que la
encerrada tenga un vestíbulo espacioso donde salga y tom$
el sol: y este ha de estar resguardado con redes, no sea que
se arrojeél el águilael gavilán: cuyos gastos y cuidados
no es útil emplearlos sino en los parages en que éstas aves
tienen buenos precios. Pero lo mas principal así en estas
aves como en toda especie de animales es la fidelidad del
LIBRO OCTAVO n
que cuida de ellas, el cual si no la observa para con su amo,
ninguna ganancia que deje el corral excederásus costos.
Basta con lo que se ha dicho sobre el modo de cuidar las
gallinas : ahora vamoscontinuar tratando lo que resta
por el orden propuesto.
CAPITULO V.
De los huevos , su custodia , y modo de echarlos d las
lluecas.
Esta especie de aves acostumbra poner por lo común pasa-
.do el solsticio de invierno; y las que son mas fecundas co
mienzanhacerlo en los países mas templados al rededor de
las calendas de enero; pero en los frios después de los idus
del mismo mes. Mas conviene excitar su fecundidad con
comidapropósito para que pongan mas temprano : es
muy bueno darles cebadamedio cocer cuanta quieran»
porque hace que los huevos sean mayores y que los pon
gan masmenudo; pero esta comida se ha de sazonar, por
decirlo así, mezclándole hojas y semillas de cítiso, porque lo
uno y lo otro se cree que aumenta muchísimo la fecundidad
de Jas aves. La porción de comida que se les ha de darlas
que están en libertad será, como he dicho, dos cyathos de
cebada; sin embargo se les ha de mezclar un poco de cítiso,
y en su defecto1 de vezamijo. Pero el pollero deberá te
ner cuidado de que éstas aves tengan cuando vayanpo
ner los nidales cubiertos con paja muy limpia, y de bar
rerlos de tiempo en tiempo, y de poner en su lugar otra
paja lo mas fresca que pueda ser , pues en no haciendo es
to se llenan de pulgas y de otros insectos semejantes que
.lleva consigo el ave cuando vuelve al mismo nidal. Debe el
pollero ser cuidadoso, y acechar las que están para poner , lo
que ellas indican con frecuentes cacaréos interrumpidos por
gritos agudos. Y así deberá observarlas hasta que .pongan
los huevos, y visitar inmediatamente los nidales para reco
ger los que hubieren puesto, y anotará los que haya reco
gido y el dia en que lo ha hecho de cada cual, para poner
á las lluecas los mas frescos: las lluecas las llamaban las gen
la COLUMELA.
tes del campo glocientes en Roma, y son las que quieren
incubar. Los demás huevos se guardaránse venderán. Pe
ro los maspropósito para echarloslas gallinas son los
mas frescos , aunque también pueden echársele los que se
han guardado con tal que no tengan mas de diez dias. Pe
ro por lo común desde que las gallinas han concluido la
primera postura , desean incubar cuanto pasan los idus de
enero, lo que no se ha de permitirtodas que lo hagan;
porquela verdad las nuevas son mas propias para po
ner huevos que para empollarlos, y se les quita la gana de
incubarlos con una plumilla que se les pase por las naric3s¡.
Por lo cual convendrá echar mano para esto de gallinas
viejas , que lo hayan hecho ya muchas veces , y sobre
todo conocer bien sus propiedades , porque unas son
mejores para sacar los pollos, otras son maspropósito
para criar los que han salido; pero por el contrario hay
otras que quiebran y se comen sus huevos y los ágenos,
en cuyo caso se les deben quitar al instante. Mas los
pollos sacados por dostres aves se deben trasladar,
mientras todavía son chiquitos ,una que sea mejor cria
dora, y esto ha de ser el primer dia que se pueda, an«
tes que la madre pueda distinguir los suyos de los ágenos,
por la semejanza que tienen entre sí. Sin embargo convie
ne que esto tenga sus límites, pues no deben darseuna.
gallina mas de treinta cabezas, y se asegura que no puede
criar un número mayor. Se observa echarlas gallinas los,
huevos en número impar, el cual no es siempre el mismo,
pue3 en el primer tiempo, esto es, en el mes de enero, se
les deben echar quince, y nunca mas; en marzo diez y nue*
ve, y no menos que éstos: en abril veinte y uno¡ en seguí»
da en todo el estío hasta las calendas de octubre otros tan
tos : después es lupérfluo el cuidado de esto, porque los
pollos que se sacan durante los frios mueren. Sin embargo
muchas personas creen que no es bueno el echar lluecas
desde ci solsticio del estío en adelante, porque aunque des
de este tiempo es fácil criarlos, no toman sin embargo bal*
tanto incremento, Pero en los parages inmediatosla ciu»
dad, donde los pollos sacados de debajo del ala de la roa»
dre se vendenprecios no pequeños, y no se mueren por
LIBRO OCTAVO. i3
lo comnn, se ha de aprobar que se saquen en el estío.
Cuando se echan los huevosuna llueca, se ha de tener
siempre cuidado de hacerlo en la creciente de la luna, des
de el décimo dia hasta el decimoquinto ; porque el echár
selos en estos dias es ordinariamente lo mejor, y porque se
debe manejar ésto de manera, que cuando salen los pollos
esté la luna otra vez en creciente. Los huevos de gallina ne
cesitan veinte y un dias para animarse y tomar la figura de
aves ; pero los de pava real y los de gansa han menester un
poco mas de veinte y siete : los cuales si se echanlas ga
llinas dejaremos que los estén empollando diez dias antes
de echarles los de su especie, que se les pondrán cuatroá
lo mas cinco: pero estos de los mas grandes, pues de hue
vos pequeños salen aves diminutas. Fuera de esto cuan
do alguno quisiere sacar muchisimos machos pondrála
gallina los huevos mas largos* y puntiagudos que encuen
tre; y por el contrario cuando quisiere tener hembras los
mas redondos. Pero la práctica de echar lluecas que han en
señado los que ponen mas esmero en estas cosas, es del mo
do siguiente. En primer lugar escogen los nidales mas reti
rados para que las lluecas no sean inquietadas por las otras
aves: en seguida, antes de extender cosa alguna por encima
de ellos, los limpian con cuidado y sahuman con azufre,
betún y tea encendida la paja que han de echar debajo
de los huevos ; después de sahumada la echan en los ni
dales, excavándola de suerte que no caigan los huevos
trastornados por ellas cuando entran en el nidalcuan
do salen de él. Hay también muchísimas personas que
ponen debajo de la paja un poco de grama y unas ra
millas de laurel , y asimismo cabezas de ajo con clavos de
hierro: todo lo cual se cree ser remedio contra los true
nos , que echanperder Jos huevos y matan los pollos á
medio formar, antes que se desenvuelvan todos sus miem
bros. Pero el que pone los huevos debajo de la gallina pro
cura no irlos arreglando unouno con la mano, sino los
junta todos en un dornillo, y en seguida los deja caer con
suavidad en el nidal que ha preparado. Maslas gallinas
que están empollando se les ha de poner la comida inme
diata, para que estando satisfechas se mantengan en el
i4 COLUMELA.
nidal con mas afición, no sea que alejándose mas enfrien
los huevos, los cuales aunque ellas los vuelvan con los pies,
sin embargo cuando las madres hayan salido del nidal el
pollero debe registrarlos y rodearlos con la mano, para que
que recibiendo el calor con igualdad se animen fácilmente y
para si algunos se han lastimadoquebrado con las uñas de
la llueca, los saque. Y cuando haga esto examine el dia diez
y nueve si los pollos han horadado los huevos con los piquillos
, y escuche si pian , pues muchas veces no pueden
salir por lo recios que son los cascarones. Y así convendrá
sacar con la mano los pollos que se detengan en salir, y
ponerlos debajo de la madre para que les dé calor, sin ha
cer esto mas que tres dias, pues pasados los veinte y uno,
los huevos en que no pian pollos no los tienen , y se han
de sacar para que la gallina no se detenga mas tiempo so
bre ellos con la vana esperanza de sacar pollos. Pero no
conviene quitárselossu madre unouno conforme van
saliendo, sino dejarlos un dia en el nidal con la madre sin
darles de comer ni de beber hasta que todos estén fuera. Al
dia siguiente, cuando toda la echadura habrá salido, se sa
ca del nidal del modo siguiente. Se pondrán los pollos so
bre un harnero que haya servido ya para acribar vezaaun
vallico, en seguida se les sahumará con ramas de poleo; este
sahumerio parece que los preserva de la pepita, la cual los
mata con mucha prontitud cuando son chiquitos. En se
guida se han de encerrar con la madre, y se han de man
tener moderadamente con harina de cebadade escaña que
se rociará con vino; pues se ha de evitar sobre todo el que
tengan indigestión , y por esolos tres dias se han de en
cerrar con la madre en una jaula, yantes que se echen fue
ra para tomar comida nueva , se han de tentar cada uno de
por sí para ver si tienen en el buche alguna cosa del dia
anterior , pues si no está vacío es señal de indigestión , y
en este caso no se les debe dejar comer hasta que digie
ran. A los pollitos pequeños no se les debe permitir alejar*
se , sino que se les debe retener cerca de la jaula y se les ha
de dar de comer harina de cebada hasta que se fortifiquen:
también se ha de procurar que no les llegue el aliento de
las serpientes, cuyo olor es tan pestilencial quetodos los
LIBRO OCTAVO i5
mata. Esto se precave quemando muchas veces asta de
ciervo,galbauo,cabello de muger; porque ordinaria
mente con el humo de todas estas cosas se alejan dichos ani
males pestilenciales. Pero se ha de procurar mantenerlos en
un calor moderado , porque no aguantan el calor ni el
frió; y lo mejor es tenerlos encerrados en el gallinero con
ra madre, ylos cuarenta dias dejarlos andar por donde
quieran. Pero en los primeros dias de su infancia por de
cirlo así se han de tomar en las manos y quitarles las plu
millas de debajo de la cola , no sea que ensuciándose con la
basura se endurezcan y le tapen el orificio; y aunque se
tomen estás precauciones muchas veces sucede que el vien
tre no tiene por donde desocuparse, y entonces se aguje
rea el sitio tapado con una pluma y se abre caminolos
excrementos. Pero se ha de evitar1 que Ies dé la enfermedad
de la pepita , tantolos pollos cuando ya se han fortifica
do j cOraolas mismas madres; la cual para que no se les
forme, les daremos agua muy limpia en vasijas muy asea
das, les sahumaremos siempre los gallineros, y los limpia
remos de suerte que no quede estiércol en ellos. Mas sipe
sar de ésto les acometiere esta enfermedad , hay algunos
que les introducen en las fauces unos pedacitos de ajo mo
jados en aceite tibio. Otros les echan en el pico orina tibia
de hombre, y se lo aprietan hasta que lo salado de la ori
na con la náusea que les causa les obligueechar la pe
pita por las narices. También les hace provecho la uva que
los griegos llaman angian saphilén* mezclada con la comida,
ó molida y dadabeber en el agua. Y estos remedios se
aplicanlas que no están todavía muy malas, pues si la
pepita rodea los ojos y el ave reusa ya la comida, se le
abren la mejillas con un hierro, se exprime toda la mate
ria que se ha recogido debajo de los ojos, y después se pol
vorea sobre las heridas un poco de sal molida. Esta enfer
medad se origina principalmente cuando las aves padecen
frió y escasez de comida ; también cuando por el estío be
ben el agua encharcada en los corrales: igualmente cuando
se les ha dejado comer higosuvas sin madurar, aunque
no haya sido todo lo que han querido, de cuyos alimentos
se han de abstener seguramente las aves; y para que las
i6 , {
tomen oposición se presentalas que tienen hambre un
racimo de uva silvestre cogido sin madurar de los vallados
y cocido con harina fina de trigo , e incomodadas las aves
con el mal gusto que tiene, desprecian toda clase de uvas.
Lo mismo sucede con el cabrahigo que se dalas aves co
cido con la comida y les causa fastidiolos higos. Obsér
vese, como en los ganados, la costumbre de escoger las me
jores cabezas y vender las peores, para que todos los años
por el tiempo de otoño, cuando cesa su producción, se dis
minuya su número. Y nos desharemos de las viejas, estoes,
de las que han pasado de tres años : asimismo de las que
son poco ponedoraspoco buenas criadoras , y principal
mente las que se comen sus huevoslos ágenos, y no me
nos de las que empiezancantar como gallos ypisar las
otras gallinas; asimismo ,de los pollos1 tardíos, que habien
do nacido después del solsticio no han podido tomar todo sn
incrementa Pero en los machos no se observará el mismo
método, sino que los conservaremos en siendo de buena casta
todo el tiempo que puedan cubrir las hembras» porque en es
tas aves es muy raro el macho que sale bueno. En el tiempo
que hemos dicho dejan de poner las aves , esto, es , des
pués de los idus de noviembre , se les han de dejar de dar
las comidas mas costosas, y se les ha de dar orujo de uvas
que las mantiene bastantemente bien , añadiendo alguna
vez aechaduras de trigo.
'>•(. -j •;,.,!....... r . . ;
'*
CAPITULO VL
De cómo se han de guardar los huevos para que duren
mucho tiempo.
La conservación de los huevos por un largo espacio de
tiempo no es tampoco agena del cuidado que se ha de tp?
ner con estas aves: estos se conservan bien en el invierno
si los cubres con paja, y en el verano con salvado, Algunas
personas los cubren antes durante seis horas con sal moli
da: después los limpian y los meten en pajasalvado. Al
gunos los ponen entre habas enteras y otros entre las mis«
mas molidas; otros los cubren con sal sin moler, otros los
LIBRO OCTAVO
endurecen con salmuera caliente. Pero la sal , esté como
estuviere, así como no los deja corromperse, así también lo*
disminuye1, impidiendo -que permanezcan llenos, lo cual
aleja al comprador. Y asi ni aun los que echan los huevos
en salmuera los conservan en su integridad. ..
"
CAPITULO VII.
tj. 1 , Del modo de cebar las gallinas.
Aunque el engordar las gallinas sea mas de la incumben
cia de un recovero que de la de un labrador, con todo eso,
como se consigue sin dificultad-, be creído dar preceptos al
intento. Para esto se necesita un sitio muy caluroso y de
muy poca luz: en él se meterán las gallinas cada' una en
una jaula muy estrecha,en una espuerta, que se colgarán,
pero tan apretadas que no puedan revolverse. Mas las jau
laslas espuertas tendrán unas aberturas por ámbos lados, la
una para que saquen la cabeza, y la otra para la cola y el cuarto
trasero ,fiu de que puedan tomar la comida, y, después
de haberla digerido echar el excremento de manera que
no se ensucien con él. Se les extenderá por debajo paja muy
limpiaheno blando, esto es tardío, porque si la cama es
dura, no engordan con facilidad. Toda la pluma de la ca
beza , de por bajo de las alas y de los muslos , se les arran
ca, aquella para que no crie piojos, ésta para que no se les
ulcere el ano con la basura. Y para comer se les dá harina
de cebada que se amasa con agua y se hacen pelotas con
las cuales engordan. Los primeros dias se les deben dar és
tas con mas economía , hasta que se hagandigerir .una
porción mayor; porque es menester sobre todo evitar las in
digestiones, y darles solamente la cantidad que puedan di
gerir; y no se les lia de arrimar la comida nueva antes de
que tocándoles el buche se reconozca no haberles quedado
nada de la antigua. En seguida, luego que el ave se lia har
tado de comer, se baja un poco la jaula y se echa fuera,
pero no para andar por todas partes, sino para que en el
caso de que algún vicho la piquela muerda, lo persiga
con el pico. Este es por lo común el método que siguen los
Tom. II. B
18
'" COLUMELA. -!
que engordan aves. Pues los que ademas de ponerlas gordast
quieren que estén tiernas" V echan aguamiel nueva sobre la
harina que hemos dicho, y de pstá suerte las ceban: algu
nos mezclan una parte de vino buen» con tres de agua, y
engordan el ave con pan de trigo-remojado en ella. La ga
llina que se ha empezadocebar el primer dia de la luna
(porqueesto también se^ha de atender) está perfectamen
te gorda al vigésimo. Pero si la fastidiare la comida , con
vendrá dismiiiuírséía por btVos tantos dias' corno han pasado
desde que se empezócebar: de suerte sin embargo que el
tiempo de la ceba no pase del dia vigésimoquinto de la lu
na. Pero lo mas esencial es destinar las aves ma3 grandes á
las mesas mas suntuosas: pues-de esta suerte tiene el traba*1
jó / el gasto una digna recompensa! 1 1 '
QAPITULO VIII. '."',
Del modo de engordar las palomas torcaces y de otrat
castas , y del establecimiento del paloináf¿' '
. .. ...(.. .. . "
Por estetismo método se consigue poner muy gordos los
palomos tanto' torcaces como caseras: V sin embargo no hay
tanta utilidad en cebarlos como en criarlos. Pero el tener
estas aves no desdice del cuidado de un buen labrador. Y se
mantienen con menos comida en los parages que están le
jos de poblado, etilos duales se les permite salir libremen
te, porque entran con frecuencia en los sitios que se Ies se
ñalan en las torres mas altasen los edificios mas elevados
por las ventanas que se les dejan abiertas , por las cuales sa
len volandobuscar su alimento. Sin embargo por dos ó
tres meses se les da comida que se ha tenido el cuidado de
prevenirles; en los demás del año ellas mismas se mantie
nen con las semillas que encuentran eh el campo. Pero es
to no lo pueden hacer en los sitios inmediatospoblado,
porque caen en las Varias especies de lazos que Ies ponen
los cazadores: y así se les debe echar de comer debajo de
techado, en un sitio de la casería que no esté en bajo ni
sea frió, sino sobre un piso que se hará eri un sitio eleva
do que mire al' medio dia de invierno. Y sus paredes, para
no repetir lo que ya hemos dicho, se excavarán con órde
LIBRO OCTAVO.
nes de hornillas, como Hemos prevenido para el gallinero,
ó si no acomodare de este modo, se meterán en la pared
unos palos y sobre ellos se pondrán tablas que recibirán ca
silleros en los cuales harán las aves sus nidos, ú hornillas de
barro con sus -vestíbulos por delante, por los cuales pasen
para llegarlos nidos. Pero todo el palomar y las mismas
hornillas de las palomas se deben cubrir con un enlucido
blanco, porque es el color con que se deleita principalmen
te esta especie de aves, y también se han de enlucir por
fuera las paredes-principalmente en la inmediación de la
ventana; que 'estará colocada de manera que dé entrada al
sol la mayor parte del dia de inviernovy tendrá puesta una
jaula bien espaciosa rodeada de redes que no deje entrar á
los gavilanes y dé acogidalas palomas que salgantomar
el sol, proporcionando asimismo á.las que éstán en huevos
ó sobre los pichones la facilidad de salín del palomar, no sea
que las fatigue demasiado la pesada esclavitud de una cárcel
perpétua: pues así que hayan volado un poco al rede
dor de los edificios1, con el gusto que tienen se restablecen
y vuelven con mas ardorestar con sus pichones, que son
causa de que no procuren alejarse ni huir. Los bebederos
deben ser semejantesJos de las gallinas, queden entrada á
los cuellos de los palomos que hayan de beber en ellos, pero
nolos cuerpos de los que quieran bañarse, pues no es con veniente
para los huevos, ni para los pichones que han de cu
brir, que hagan esto.' La comida convendrá echárselalo
largo de la pared , porque éstas son ordinariamente las par
tes del palomar que están sin palomina. La comida que se
cree convenirles mas es la vezael yero, también la len
teja, el mijo, el vallico, y no menos las aechaduras de tri
go , y si hay algunas otras legumbres con que se manten
gan igualmente las gallinas. El palomar se debe barrer y
limpiar de tiempo en tiempo, porque mientras mas aseado
esté, mas alegre se deja ver el ave, y es tan difícil de con
tentar, que muchas veces toma aversión
CAPITULO
-I
IX.
: .>
De cómo se engordan las tórtolas. ,
». . , »*»'.•; " •.. .) : i .,!:;•; :fV| r. (»i.o i. i >•; .i':.¡ib r. )
La cria de las tórtolas es;in«til, porque esta especie no po*
ne ni saca en la pajarera: del mismo modo que están cuan
do se cogen al vuelo se destinan para cebarlas: y por lo
mismo se engordan con menos trabajo que las demás aves;
pero no eü todo^ tiempos,' pues en el invierno aunque se
pongan los medios lo hacen con dificultad , y sin embargo
baja su precio por haber mas abundancia de zorzales. Por
el contrario en el estío engorda la tórtola por sí misma, con
tal que no le falte comida. Pues no hay nada mas que ha
cer que echarle de comer; pero sobre todo mijo , y no por
que engorden menos con el trigocon otros granos, sino
porque éste es el que mas les gusta: sin embargo las sopas
de pan remojadas en vino las engorda en el invierno así á
ellas comolos palomos torcaces mas que las deroas comi
das. Para que se aniden no se les hacen comolas palomas
casilleros ú hornillas excavada» en la pared , sino que se cla
van en ella palos en líneas, y sobre estos se ponen esterillas
de cáñamo, y por delante redes que les impiden volar, pues
si hacen esto se ponen flacas. Aquí se les echa continua
mente para alimentarlas mijotrigo ; y estos granos no
Tom. II. B3
Mi columela.
convienen sino secos; quedando satisfechas ciento y veinte
tórtolas con medio inódio de comida que se les dé cada dia.
El agua se les dá siempre recien cogida y muy limpia en
bebederos como los que sirven para las palomas y las galli
nas, y las esterillas se limpian para que la basura no les
queme los pies: ésta sin embargo se debe conservar con cui
dado para el abono de los campos y de los árboles, lo mismo
que la de todas las avesexcepción de las acuáticas. La edad
avanzada de esta ave no es tanpropósito para engordarla
como lo es la nueva. Y así se escoge cerca de la recolección
de granos cuando ya se ban fortificado los pichones.
CAPITULO X. '' " r '"!" '
j .. Del modo de engordar los zorzales, i . .. r " ó
Los zorzales necesitan mas trabajo y mayor gasto. A Ta ver
dad en toda clase de campos pueden mantenerse, pero les
es mas saludable el en que se han cogido, pues se trasladan
con dificultadotro parage: porque en estando encerrados
en jaulas la mayor parte 6e desesperan, lo . que les sucede
también si en el mismo momento en que han sido cogidos
se trasladan desde la redlas pajareras, y asi, para que es
to no se verifique, se deben mezclar entre ellos algunos co
gidos algún tiempo antes, que criadoseste efecto por los
cazadores , sirvan de añagaza para los que se cogen nueva»
mente, y volando entre ellos, mitiguen su tristeza, pues
de esta suerte se acostumbrarán los silvestresquerer beber
y Comer , si vieren que los amansados lo hacen. Quieren
un sitio resguardado y expuesto al sol , como lo quieren los
palomos: pero en él se ponen varales atravesados que se me
ten en agujeros que se hacen en las dos paredes opuestas,
en los que se encaramarán cuando después de haberse satis
fecho de comida quieren descansar : estos varales no de
ben estar mas elevados de la tierra que lo que permita la
estatura de un hombre, de suerte que estando en pie pue
da llegarellos. La comida se pone en los sitios de la pa
jarera que lio tienen varales sobre sí, para que se manten
ga mas limpia: pero siempre se les deben dar higos secos
molidos con cuidado, y mezclados con ñor de harina tan co
LIBRO OCTAVO a3
piosamente que se los dejen de sobra. Algunas personas hay
que los mascan y se los echan después de mascados, pero
esto apenas tiene cuenta cuando hay un número grande de
zorzales, porque no es corta la paga de los que los mascan,
y ellos mismos se comen algunos por lo agradable de su sa»
bor. Muchas gentes piensan que se les debe dar variedad
de comidas, no sea que se fastidien si se les da una sola.
£sta variedad es cuando se les echan semillas de arrayan
y de lentisco, también aceitunas de acebuche, bayas de ye»
dra y no menos madroños, pues esto es'io que también-
apetecen ordinariamente erf los campos; lo cual, asimismo
lesquita ladesganacuando'estánenlaápajareras,yalmis
mo tiempo les excita el apetito,; lo quei' es muy ventajoso;
pues mientras mas comen mas pronto engordan. Sin embar
go también se les ponen comederos llenos de' mijo,' que es
unalimentomuysólido,porque lasCosasquehemosdicho
arriba se Ies dán por vía de postres. Los bebederos en que;
se les dará agua recien cogida y limpia serán no desemejan
teslos de las gallinas. Marco Terencio dice que con este'
gasto y con este cuidado se habia vendido en tiempo de
nuestros abuelos cada, uno en tres denafios, cuando los que
triunfaban daban Un convite al pueblo. Pero como ahora el
lujo de nuestra édad ha hecho cuotidianos estos precios, no
deben despreciar seguramente los labradores esta utilidad.
Ya hemos recorrido casi todas las especies de animales que
se mantienen dentro de la casería: ahora es menester tratar
de los que se dejan salircomer en el campo. ' * • 1 "
J '
CAPITULO XI. 1
Delospavosreales,ymododecriarlos. •)í¡-, j.,
v. i: . • , • •.. r Hj •:>". ,u:¡: > t.u .t.t> :?• n'tt, •>», aiV ->
La criadelospavosrealespidemasbienelcuidadodeun
padre de familias que habite en la ciudad que el de nn
campesino tétrico. Pero sin embargo no es este cuidado age*
no de un labrador que procura adquirir de todos modos
placeres con que hacer agradables las soledades del campo.
La hermosura de estas aves deleita aunlos extraños, y cori
mayor motivosus dueños. Y así se guardan con facilidad
¿4 O COLUMELA.
en islas pequeñas y cubiertas de bosques , como son las que
están cerca de las costas de Italia : porque como no pueden
volar muy alto ni muy largo, y por otra parte no hay te
mor de que las arrebaten los ladrones, ni los animales no
civos, vagan con seguridad sin guarda, y se adquieren la ma
yor parte de la comida. Las hembrasla verdad, como que
están libres de la esclavitud, crian espontáneamente y con
mas afición sus hijos i y el que cuida de estas aves no debe
hacer otra cosa que llamarlasciertas horas del dia con una
señal, que les dará, y echar un poco de cebadaá.las que acu
dan,paraque elavenotengahambreysereconozcaelnúme
rode lasquevienen.Peroraravezse poseeuna islasemejan
te;por loqueenloslugaresqueestán tierraadentroen elcon*
tinenteesmenestertenermayorcuidado:yéste esen la for
ma siguiente. Se cerca con una tapia elevada un campo llano
cubiertodeyerbas iybosque:átresdesusladosseaplican
unos colgadizos, y en el cuarto se hacen dos apartamentos,
para que uno sea habitación del guarda, y el otro establo de
los pavos. En seguida se hacen debajo de los colgadizos uuos
encañados ámaneradejaulascomolasqueseponensobrelos
palomares. Estosencañadosseseparan por ciertasespeciesde
rejas formadas de cañas que se atraviesan, por mediotre
chos y cada parte debe tener dos entradas, una por cada la
do. Y el establo debe estar libre de humedad, en su suelo
se clavarán hiladas de estaquitas pequeñas, cuya extremi
dadsuperior estaráaguzadaformando lengüeta,queseintro
ducirán en varales transversales que estarán agujereados al
intento. Estos varales que se han de poner sobre las está-
quitas deben ser cuadrados; pero son de quita y pon, para
que cuando el caso lo exigiere , sacándolos de las estaquitas,
den entrada librelos que vayanbarrer el establo. Esta
especie de aves así que ha cumplido tres años procrea muy
bien, como quiera que en la edad tierna es estérilpoco
fecunda. El pavo tiene la lubricidad de los gallos , y por es
to necesita tener cinco hembras, porque si ha pisado mu
chas vecesuna ú otra que están llenas echaperder los
huevos apenas formados en el vientre, y no deja que el ave
llegue a ponerlos naturalmente, porque caen de Ja matriz
antes de llegarsu perfección. A fines de invierno se ha
LIBRO OCTAVO a5
de excitar el ardor de estas aves en uno y otro sexo con co
midas estimulantes : contribuye muchísimoesto tostar
habasun fuego ligero , y dárselas calientes en ayunas
de cinco en cinco dias , sin exceder no obstante la tasa de
seis cyathos para cada ave. Esta comida no se ha de echar á
todos en común , sino separadamente en las divisiones que
he propuesto conviene hacer con cañas entretejidas se ha
de poner lo que correspondacinco hembras y un ma
cho, y también agua que sea para beber. Así que se ha
hecho esto se llevan los machos cada unosu división
con las hembras, ytoda la pavada se da de comer con
igualdad. Lo que es muy conveniente, pues en esta es
pecie de aves hay algunos machos peleadores, que no de
jan que los mas endebles coman ni pisen las hembras,
como no estén separados de esta manera. Pero por lo co
mún en los parages expuestos al sol , el deseo de pisar
las hembras fatigalos machos cuando empiezanso
plar los vientos favonios : este tiempo es después de los
idus de febrero antes del mes de marzo. Las séllales de
estar estimulada su pasión son cuando se cubre como si
se admirara de sí mismo con las plumas brillantes de su
cola, y cuando hace esto se dice que hace la rueda. Des
pués del tiempo en que se han pisado las hembras se
han de guardar para que no pongan en otra parte que
en el establo; y se les ha de tentar muchas veces con
los dedos el orificio , porque las que están cerca de po
ner , tienen los huevos asomados ; y así las que están en
este caso se han de encerrar para que no pongan fuera
del establo. Y sobre todo en el tiempo de la postura se
ha de extender en éste mucha paja , para que se reci
ban con mas seguridad los huevos, y sin quebrarse, por
que por lo común las pavas, cuando vienentomar el
descanso de la noche, ponen los huevos subidas en los
antedichos varales , pues mientras mas de cerca y mas
en blando caigan, mas intactos se conservan. Por consi
guiente en los tiempos de postura se han de recorrer to
dos los dias los establos , y se han de recoger todos los
huevos que están en el suelo, los cuales cuanto mas fres
cos se echenlas gallinas, con tanta mas facilidad se sa
a6 COLUMELA.
can los pavillos1. La primera postura es ordinariamente
de cinco huevos ; la segunda de cuatro ; y la tercera de
tresde dos. Y no hay que permitir que las gallinas de
Rhodas incuben los huevos de pava real ', pues ni aun
sus pollos los crian bien; sino que se escojerán gallinas vie
jas de las mas grandes entre las de nuestro pais , y se las
tendrá nueve días contados desde la entrada de la luna
sobre nueve huevos , cinco de ellos de pava , y cuatro
de gallina : el dia décimo se sacarán estos últimos , y se
pondrán en su lugar otros tantos nuevos de la misma es
pecie, para que salgan con los de pava el dia treinta de
la luna, que por lo común es el de la luna nueva. Pe
ro no se ha de escaparla vigilancia del guarda' el ob
servar cuando sale la llueca del nidal para llegarseél
con frecuencia, y rodear con la mano los huevos de pa
va que por su magnitud se mueven con mas dificultad
por la gallina , y para hacer esto con mas exactitud , se
ñalará un lado de ellos con tinta, lo que le servirá de se
ñal para ver si la gallina los ha rodeado. Mas tengamos
presente que se preparen para esta operación las gallinas
mas grandes de corral , porque si son medianas de cuer
po , no deben empollar mas que tres huevos de pava,
y seis de su especie. Así que haya sacado los pollos se
deberán poner los de gallina con otra, y juntar con una
los que salgan de pava, hasta que se forme una camada
de veinte y cinco cabezas. Pero en habiéndose sacado
los pollos no se quitarán (como ni los de gallina) el pri
me* dia de debajo de la madre: al siguiente se trasla
daránuna jaula con la que los ha de criar : en los pri
meros días se mantendrán con harina de cebada rocia
da con vino ,con una papilla hecha con cualquiera es
pecie de grano, y dejada enfriar. Pocos dias después se
ha de añadiíéste alimento puerro de Tarento picado,
y queso tierno fuertemente exprimido, porque es evi
dente que el suero es -dañosolos pavillos. Las lan
gostas que 6e les han quitado los pies se tienen por úti
les para mantenerlos, y se les deben dar hasta el sexto
mes ; después basta echarles cebadamano. También pue
den sacarse con bastante seguridad al campolos trein
LIBRO OCTAVO a7
ta y cinco días de haber salido del cascaron , y sigue la
carnadala gallina que va cacareando, como si ésta fue
ra su madre. El guarda la lleva al campo metida en una
jaula, y echándola fuera, la custodia teniéndola atada de un
pie con una guita larga, y van voleteando al rededor de ella
los pa vi líos: los cuales, así que han comido hasta no que
rer mas, dan la vueltala casería, siguiendo como he
dicho los cacareos de la que los está criando. Y están
bastante conformes los autores en que no se debe echar
de comer en el mismo sitio queesta gallina ,otras
que estén criando pollos de su especie , porque desde que
han visto los pavillos, dejan de querersus pollos, y los
abandonan sin haberlos acabado de criar , habiéndoles se*
guramente tomado aversión, porque no igualan al pavo
ni en magnitud ni en hermosura. Las mismas enferme
dades sufren estas aves que suelen padecer las gallinas,
y no se les dan otros remedios que los que se aplican á
éstas : pues la pepita , la indigestión , y otras cualesquie
ra enfermedades, si les dan, se curan con las mismas me
dicinas que hemos propuesto. Pasados siete meses de ha
ber salido, deben encerrarse en el establo con Jos demás*
para que tomen el descanso de la noche; pero se ha de
procurar que no se mantengan sobre la tierra, pues los
que se acuestan así se han de levantar, y poner sobre
los varales, para que no los incomode el frió.
CAPITULO XII.
De las gallinas de Numidia y de las rústicas, .. .
El modo de criar las gallinas de Numidia es poco mas
ó menos como el de los pavos reales ; pero las silvestres,
que se llaman rústicas , no ponen en la esclavitud , y por
esto nada prescribimos con respectoellas , sino que se
Jtes dé de comer hasta que no quieran mas ,fin de que
sean maspropósito para cubrir las mesas en los convites.
a8 COLUMELA.
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CAPITULO XIII. ;
De las aves amphibias en general, y de los gansos
en particular.
Ahora pasotratar de las aves que llaman amphibias \
porque no solo apetecen los pastos de la tierra , sino tara-
bien los del agua, no t estando mas habituadosaque
lla quelos estanques, Y entre las de esta clase ningu
na hay tan gratala gente del campo como el ganso,
pdrque no exige ei mayor cuidado, y es un guardián
mas vigilante que el perro , pues eon su graznido des
cubrelos que ponen asechanzas, según se nos ha trans
mitido por la historia haber sucedido en el asedio del
capitolio 2 cuando gritó unola llegada de los galos,
mientras los perros no chistaron. Y esta ave no se pue
de tener en todas partes , como opina muy verdadera
mente Celso, que 'dice de >esta "manera : wel ganso no sé
sostiene fácilmente sin agua ni sin mucha yerba, ni es
útil en los plantíos , porque arranca todas las produc
ciones tiernas-á que puede alcanzar." Pero si en algún parage
hay un; rio .ó una laguna, abundancia de yerbas,
y no menos siembras inmediatas, también se ha de criar
esta especié de aves , lo que pensamos nosotros hacer
igualmente, no porque sea de gran producto , sino por
que es de poco gravamen : sin embargo da de sí ansa
rones y plumas , que se pueden arrancar no una vez al año,
como se corta la lana a las ovejas , sinb'düs, en la pri
mavera y en el otoño. Y por estas causas conviene segur
ramente, si la dualidad de los lugares 'lo permite , criáf,
aunque sean pocos , y destinarcada macho tres hem
bras : pues por su pesadez no pueden pisar mas. Asimis
mo para que estén puestoscubierto , conviene hacerles
en lo interior del corral, y en rincones retirados, unos co
bertizos donde se echen y hagan sus posturas, •1"
LIBRO OCTAVO
CAPITULO XIV.
Del modo de criar los gansos , y de la preparación del
tugar donde se haga esto con comodidad.
L09 que quieran tener manadas de aves nadadoras han
de formar chenoboscios 1 , que solo estarán florecientes si
se hubieren dispuesto del modo siguiente: se cerca un cor
ral separado de todo el demás ganado con una tapia de
nueve pies de alto , y sus colgadizos de manera que en
alguna parte de elios esté el cuarto para el guarda. En se
guida se construyen debajo de estos colgadizos unos co
bertizos cuadrados de mampuesto,aunque sea de unos
ladrillemos, los cuales basta que tengan tres pies en todas
direcciones cada uno, y una entrada con puerta sólida,
porque en el tiempo de la postura se deben cerrar exac
tamente. Y si fuera de la casería , y no lejos de ella hubie
re rio ú estanque, no se buscará otra agua; pero si no hay
uno ni otro, se harán una cisterna y una piscina ar
tificiales, para que baya donde puedan zabullirse, pues
sin este recurso no pueden vivir con comodidad mas que
con el de la tierra. Se les destinará también un campo
pantanoso , pero abundante de yerbas , y se sembrarán
otros pastos, como veza, trébol, alholva , y sobre todo
aquella especie de chicoria que los griegos llaman se-
gis \ También se han de sembrar para este efecto muy
particularmente semillas de lechuga, porque es una ven.
dura muy tierna, y la apetecen con muchísima ansia
estas aves : fuera de que es una comida útilísima para
los ansarones» Preparadas estas cc«as, se ha de procurar
escoger machos y hembras de cuerpo muy grande, y blan»
eos, pues hay otra especie de ganso pintado, que sien*
do al principio silvestre se ha amansado , y se ha hecho
doméstico: este no es igualmente fecundo, ni de tanto
precio, por lo cual de ninguna manera se ha de criar,
£1 tiempo maspropósito para juntar los gansos con las
hembras es desde el solsticio de invierno, y el-mas ade«
cuado para que pongan y empollen las gansas es desdé
3o COLIMELA. !
las calendas ele febreromarzo, hasta el solsticio que se
verifica ácia fines de junio. Y se juntan, no como las aves
anteriores de que hemos hablado manteniéndose sobre
la tierra, sino que lo hacen comunmente en ios rios
ó en las piscinas; y cada hembra hace tres posturas al
año , si no se la deja que empolle sus huevos , lo que es
mas conveniente que el dejarlas que lo hagan: pues las
gallinas crian mejor los ansarones, y se hace la carnada mu*
cho mayor. En la primera postura ponen las gansas cin
co huevos, en la segunda cuatro, y en Ja tercera tres:
algunas personas dejan que saquen esta última las mis
mas madres , porque han de estar sin poner en el resto
del año. Pero de ninguna manera se ha de permitirlas
hembras poner fuera de su corral , sino cuando se viere que
buscan sitio donde hacerlo , se les ha de apretar el vien
tre para examinar su estado, porque si se acerca la ho
ra de poner se tocan con el dedo los huevos que están
abocadosla boca de la matriz, por lo cual se deben lle
var al cobertizo , y encerrarlas en él para que pongan;
y esto es suficiente hacerlo una vez con cada una , por
que todas ellas vuelven al mismo sitio donde han pues
to la primera vez. Mas en la última postura, cuando que
remos que ellas mismas empollen, se han de señalar los
huevos de cada gansa , para que se echenlas que los
lian puesto : porque se dice que la gansa no saca los agenos
si no incuba al mismo tiempo los suyos. A las gallinas
se les echan tantos huevos de esta especie como de pava
real ; esto es , cinco cuando mas , y tres cuando menos;
perolas mismas gansas , sietelo menos , y oncelo
mas. Y se debe tener cuidado de poner raices de ortigas
debajo de los huevos. Con cuya especie de remedio se curan
para que no se pueda hacer dañolos ansarones cuando
hayan salido del cascaron , los cuales mueren si les pican
las ortigas cuando chiquitos: para que estos se formen, y
salgan se necesitan treinta dias cuando hace frió, porque
en los días calientes son bastantes veinte y cinco ;isin embar*
go el ansarón sale muchas mas veceslos treinta. Y mien
tras es pequeño, en I09 diez dias primeros come en el co
bertizo con su madre: después, cuando el buen tiempo lo
LIBRO OCTAVO 3i
permite, se sacalos prados ylas piscinas , y se ha de
cuidar que no se pique con las espinas de la ortiga, y que
no entre con hambre en el pastadero, sino que antes co
ma chicorias picadas ú hojas de lechuga hasta que no
quiera mas, porque si váél cuando todavía está poco
fuerte, y con necesidad de comida, se obstina tanto en
tirar de las matas y de las yerbas mas chiras, que se le
rompe el pescuezo3. También es bueno echarle mijo, y
aun trigo mezclado con agua ; y luego que se ha pues
to algún tanto fuerte se junta con sus iguales en la ma
nada, y se mantiene con cebada, la cual no es inútil
dársela tambiénlas madres. No conviene-meter en nn
cobertizo mas de veinte ansarones, ni de manera algu
na encerrar los pequeños con los mayores, porque el mas
fuerte mata al mas débil. Los nidales en que empollan
conviene que estén muy secos , y que tengan paja exten
dida ; y si no la hubiere, heno, que les es muy agradable:
En cuantolo dema» se ha de observar lo mismo que
en los pollos de oirás especies-, que no puedan llegar don
de están la culebra, el hurón, el gato, ni aun la co
madreja, porque esto» animales dañinos hacen una car
nicería terrible en estas aves cuando son pequeñitas. Hay
algunas personas que arrimanlas gansas que están em
pollando cebada remojada, y no-dejan que desamparen
muchas veces el nidal: después, en habiendo sacado los
ansarones, les echan los cinco dias primeros polentaha
rina amasada con agua, comolos pavos reales. Algu
no» también les dan mastuerzo verde picado muy menu
do1 en el agua, y es para ellos una cernida muy agrada
ble. Después, así que tienen cuatro meses, los 'mas gran
des se destinan para cebarlos, porque la tierna edad se
tiene principalmente por la maspropósito para esto: y
el engordar estas aves es una cosa muy fácil, porque no-
hay necesidad de darles otra' cosa mas que polenta ,' y
flor de harina tres veces al dia :, con tal que' se les pro
porcione beber copiosamente, y no se les deje! libertad
para andar de una parteotra , y estén en un sitio ca
liente y obscuro : cosas que contribuyen muchocriar
gordura. De esta manera en dos meses engordan, y por
3» COLUMELA.
lo mismo aun los ansarones mas nuevos se ponen gordos
muchas veces en cuarenta días.
CAPITULO XV.
De los patos domésticos y silvestres, de las cercetas, mergansares
y otras aves semejantes.
El cuidado del nesotrophio 1 es semejanteeste , pero su
costo es mayor: porque se mantienen encerrados en él los
patos , las cercetas , los patos silvestres , los mergansares y
otras aves semejantes que escarban en los estanques y lagu
nas. Se escoge un sitio llano que se cerca con una tapia de
quince pies de alto: en seguida se cubre con un enrejado
que se le pone por encimacon redes de malla grande,
para que no puedan irse las aves domésticas, ni entrar las
águilasgavilanes. Y toda esta cerca se enluce bien por
dentro y fuera, para que no se introduzca ningún gato ni
hurón * : en seguida se abre en medio del nesotrophio un
estanque de dos pies de hondo : dándole de largo y ancho
el espacio que permita la situación del lugar. Para que las
orillas del estanque no se destruyan con la impetuosidad del
agua que siempre debe correr al través de él, en caso que
rebose, se solarán con obra de Segni, y no conviene que
estén cortadas en forma de gradas, sino que se vayan decli
nando pocopoco en pendiente para bajar al agua como
se baja al mar desde la orilla. Pero el suelo del estanque se
ha de cubrir en . todo su circuito hasta las dos terceras par
tes de su longitud y latitud con piedras clavadas y mezcla
para que no pueda criar yerba, y presentelas aves, cuan
do nadan, el agua libre de estorbos : por el contrario la par
te que está en medio debe ser de tierra para que se pueda
sembrar de colocasias y otra9 yerbas acuáticas que hacen
sombralas guaridas de las aves, pues hay algunas que tie
nen gusto en estarse aun en bosquecillos de tarayes,en jun
cadas. Pero no por esto ha de estar todo el estanque cubier
to de bosquecillos, sino ha de estar, como he dicho, des
ocupado por su circuito, para que cuando por lo templado
del dia estén las aves contentas porfíencuál nada con mas
LIBRO OCTAVO
55
velocidad : pues así como desean tener donde meterse y don "
de poner asechanzaslos animales acuáticos que estén ocul
tos; del mismo modo se enfadan si no encuentran espacios
libres por donde atraviesen. Estarán ademas de esto las ori
llas fuera del estanque cubiertas de yerba por todas partes
hasta vemté pies, y "después de este espacio habrá unas hor
nillaslo largo de las tapias de un pie en cuadro, fabrica
das de piedra y enlucidas, en las cuales harán las aves sus
nidos: y éstas se separarán por boxes y mirtos que las cu
brirán, y no pasarán de la altura de las paredes En segui
da se abrirá inmediatamente en la tierra un caño pequeño
que seguirá por todo el largo, de las hornillas, en el cual se
echará todos los dias la comida, que correrá mezclada con
el agua , pues este es el modo con que se dáesta clase de
aves. Entre las semillas terrestres ningunas les son tan agra
dables como el panizo y el mip, como también la ceba
da : asimismo donde hay proporción se les dá bellota ' f
orujo de uvas. En cuantocomida acuática , si hubiere
facilidad , se les dará camarón ,la barata anchoa ,si
hay algunos animales fluviátiles de poco tamaño. Los tiem
pos de juntarse estas aves son los mismos que guardan las
demás silvestres, esto es, el mes de marzo y el siguiente,
en los cuales se ban de esparcir por todos lados en el cor
ral paja y ramillas de árboles,fin de que puedan recoger
las aves las que hayan menester para hacer sus nidos. Pe
ro lo mas importante que hay que hacer cuando se quie
ra establecer un nesotrophio es recoger I09 huevos de diehas
ave9 de las inmediaciones de las lagunas donde fcs ponen
comunmente, y echárselosgallinas de corral para que los
saquen: pues sacados y criados por ellas los pollos deponen
su carácter salvage, y encerrados en viveros procrean sin
duda: pues 9i quieres encerrar aves acabadas de coger y
acostumbradasvivir en libertad, tardan en poner en ;él
cautiverio. Pero bastante se ha hablado de la manntcncioü
de las aves nadadoras. 1 ; ;; " f ' ""
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Tom, II. 0
34 i COLUMELA.
CAPITULO XVI.
De las piscinas , y del mantenimiento de los peces.
Al tratar de los animales acuáticos llegaremos opor
tunamentehablar del cuidado que 6e debe tener con los
peces, cuyo producto aunque yo lo contemple muy ageno
de los labradores ( ¿ pues qué cosa se puede concebir
mas contraria que lo de tierralo fluido?) sin embargo
no lo omitiré. Porque nuestros mayores celebraron la afi
ciónestas cosas, hasta el punto de encerrarlos pesca
dos de mar en agua dulce , y de mantener con tanto cui
dado el mujol y la pintaroja , como ahora la murena y el
lobo marino. Pues tenia en mucho aquella antigua y rús
tica progenie de Rómulo y de Numa comparando Ja vi
da del campola del pueblo, el que no les faltara ren
glón ninguno de provisiones: por lo cual, no solo pobla
ban las piscinas que ellos mismos habían construido , sino
también llenaban de pescados que hacían traer del mar, los
lagos formados por la naturrleza. De ahí resultó que el lago
Volino, el Sabatino, el de Volsena y el de Viterbo, hubie
sen procreado lobos marinos , y doradas , y todas las demás
especies de pescados que aguantan en el agua dulce. Des
pués la edad siguiente abandonó este cuidado, y el lujo de
los opulentos cerró el mar, y al mismo Neptuno en tiempo
de nuestros mayores, cuando corría como muy agudo un
hecho y un dicho de Marcio Philipo: que eran dictados por
una vanidad excesiva. Pues cenando por casualidad en una
casa donde estaba hospedado en Casino, y habiendo gustado
un lobo pescado en un rio inmediato que le habían servido
y echado fuera el bocado, continuando su mala acción coa
un dicho igual dijo : muera yo, si no pensé que era un pescado.
Este juramento falso hizo mas sutil' la gula de mu
chas personas, y enseñólos paladares mas inteligentes y
delicadosmirar con hastío los lobos de rio como no fue
sen los que el Tiber hubiera fatigado cuando subiesen su
corriente arriba. Y así dice Terencio Varron: ningún faramallista,
ni ningún hombre bajo hay en este siglo que
LIBRO OCTAVO
35
no esté entendido en que es indiferente tener el vivero po*
blado de semejantes pescadosde ranas. Sin embargo en
los mismos tiempos en que Varron referia este lujo, se
alaba sobremanera la austeridad de Catón, que con todo
eso cuando era tutor de Lúculo vendió en la suma enorme
de cuatro millones de sextercios las piscinas de su pupilo;
pues ya eran célebres las comilonas en las hosterías cuan
do se hacia venir el agua del mar para llenar los vive
ros ; y Sergio Grata y Licinio Murena , muy apasionados á
ellas, que se complacían tanto con estos sobrenombres que
tomaron por razón de los peces que hablan pescado, como
los que tomaron antes los de Numantino e Isáurico, por
las naciones que habian vencido. 1 Pero como las costumbres
se han pervertido de suerte que estas cosas se tengan no
por de moda, sino por muy laudables y decorosas; nosotros
también para no parecer censores tardíos de tantos siglos
como han pasado, enseñaremos igualmente esta ganancia
que puede sacar el padre de familia con su casería. El que
hubiere comprado islashaciendas marítimas, y no pudie
re sacar frutos de la tierra por la esterilidad del suelo que
se advierte comunmente en la orilla del map, constituirá un
fondo de rentas sobre sus aguas. Pero es como el princi
pio de esta empresa examinar la naturaleza del lugar don
de se hubiere determinado hacer las piscinas , pues no se
pueden tener todas las especies de pescados en todas las cos
tas. La situación fangosa cria el pescado aplastado, como el
lenguado, el rodaballo y la platija: esta misma es también
muy conveniente para los conchylios , para los múrices y
para las ostras, como también para las pechinas de púrpu
ras y perlas , para las bellotas marinas y para los esphondyles.
Mas la situación arenosala verdad no mantiene muy
mal los peces aplastados, pero alimenta mejor los de alta
mar, como las doradas, los dentones y las ombrinas, bien
sean de Cartago ,bien de nuestro pais ; y para las conchas
son menospropósito. Por otra parte el mar, que está lle
no de peñascos, cria pescados de su nombre, esto es saxáti
les en latin, que equivale en castellanocosa de peñascos,-
porque se recogen en ellos, como los meros, los tordos ma
rinos y los melanuros. Y así como conviene saber las dife
36
r COLUMELAR '
renciasde costas, así también es conveniente conocer las de
los mares, para no dejarnos engañar con pescados extrangeros;
pues no pueden todos estar en todos los mares; co«
mo el helope, que vive en el mar de Pamphilia, y no en
otro: como en el mar Atlántico la gallineta, que en nuestro
municipio de Cádiz se cuenta entre los mejores pescados, y
por una costumbre antigua lo llamamos seo, y como el es
caro que sale con muchísima abundancia de las costas de
toda el Asia y de la Grecia hasta Sicilia, y nunca ha llega
do al mar de Liguria , ni ha pasado por las costas de las Ga»
lias al de Iberia. Y así aunque después de cogidos se trai
gannuestros viveros, no se pueden conservar mucho
tiempo. De todos los pescados exquisitos solamente la mu
rena, aunque originaria del mar de Tarso y del de Escar
pante que estála extremidad de éste , aguanta cualquie
ra mar extrañoque se transporte. Pero ya es menester
hablar de la situación de las piscinas.
CAPITULO XVH."'"'
De la posición de la piscina*
Creemos que un estanque es perfecto, cuando está dis
puesto de manera que la ola del mar que entra en él
echa fuerala anterior, y no deja que permanezca allí.;
Pues el estanque es muy semejante al mar , que agita
do por los vientos se renueva continuamente, y no pue
de calentarse, porque hace subir el agua fresca desde el
fondola parte superior. Pero este estanque,se abre
en piedra, para lo que se presenta muy rara vez la oca
sión,se construye en la orilla con obra de Segni. Pero
como quiera que se haya fabricado, si está siempre fres
co por el agua que le está entrando, debe tener caver
nas junto al suelo, unas sencillas y derechas para que se
metan en ellas los rebaños escamosos, otras con revuel
tasmanera de caracol , y no demasiado espaciosas para
que se escondan las murena»; aunquealgunas personas
no Ies agrada que se mezclen con pescados de otra es
pecie, porque si les acomete la rabia1 ,la cual están su
LIBRO OCTAVO 3^
jetas por lo común como los perros, persiguen con fu
rialos pescados de escama, y consumen muchísimos co
miéndoselos. Y si la naturaleza del sitio lo permite, se
rá conveniente dar paso al agua por todos los lados de
la piscina, pues, sale fuera con mas facilidad la que ha
estado en ella algún tiempo cuando al entrar la ola por
alguna parte, tiene abierta la salida por la opuesta. Y los
conductos para este paso, somos de opinión que se ha
gan por la parte inferior del dique, si la situación del lu
gar es tal que puesto el nivel en el suelo ele la piscina,
haga ver estar la superficie del marsiete pies de ele
vación sobre él: porquelos peces del estanque es su
ficiente tener el aguaesta altura ; y no hay duda que
cuanto de mayor profundidad viene el agua , mas fresca
está , lo que es muy convenientelos peces. Pero si el si
tio donde tratamos establecer el vivero está á. nivel con el
agua del mar, se abrirá una piscina de nueve pies de
hondo, y se conducirán las aguas por dos canales que se
harán en la parte superior , y se ha de procurar que ven
gan con muchísima abundancia, pues las aguas estancadas
que están por bajo de dicho nivel no se echan fuera de otra
suerte si no entra un gran golpe de agua nueva. Muchas
personas piensan que se han de hacer en semejantes estan
ques largos escondrijos para los peces , y en los lados ca«
vernas con revueltasfin de que cuando tengan calor pue
dan estarla sombra. Pero si no entra continuamente en el
estanqueaguanueva les es perjudicialque sehaga esto:por
que estos escondrijos no reciben fácilmente las aguas nuevas,
y no saliendo las antiguas sino con dificultad, les hacen mas
dañoestaspudriéndose,queprovecho lasombra.Sinembar
go se deben excavar en las paredes cierta especie de horni
llas, de tal manera que sean capaces de ponercubierto los
peces que huyen del ardor del sol , y con todo eso den fácil
salida al agua que haya entrado en ellas. Pero convendrá te
ner presente poner en las bocas de los conductos por donde
sale el agua de las piscinas unos enrejados de cobre
agujeros pequeños para impedir que se escapen los pee
si la anchura de ellas lo permitiere, no será fuera dey^u
sito que queden dentro algunos peñascos de la orill/cepai:-^. if.TCPll
Tom. II. c 3 • ^^Blouuitun
38
COLUMELAR
tidos en el espacio que ocupan , sobre todo los que están cu
biertos de alga,fin de que representen, en cuanto puede
alcanzar el ingenio del hombre, la imagen de un verdade
ro mar, y que los peces que estén encerrados en ellas sien*
tan su prisión lo ménos que sea posible. Así que se hayan
dispuesto I09 establos por este orden introduciremos en ellos
el ganado acuátil ; y sea para nosotros lo primero de todo
terier presente aquella máximá adoptada con respectola ne
gociación terrestre, que también tiene lugar en la de rio, re
ducidaque se observe lo que da de sí cada pais. Pues,
aunque queramos, no podemos mantener en un vivero una
multitud de barbos1 como la que hemos visto algunas veces
Milel-mar, porque está especie de pescados es muy delicada
y que lleva muymal la esclavitud: y así entre muchos
millares -es cosa rara encontrar uno ú otro que aguante el
encierro; pero por el contrario advertimos dentro de las pis
cinas cpn frecuencia rebaños marinos de flojo mujol y de
lobo rapaz. Por lo cual hemos de considerar, como yo habia
propuesto, la cualidad de nuestra costa para ver si he
mos de evitar dejar en nuestras piscinas peñascos,no lo
hemos de evitar. Echaremos en ellas tordos de muchas es
pecies, meros , lampreas glotonas, como igualmente lobos
sin manchas (pues los hay manchados). Y también mure
nas de Sicilia, que son las mas celebradas; y si hay algunos
otros pescados de buenos precios entre los saxátiles; pues
los ordinarios no digo mantenerlos, pero ni aun pescarlos
acomoda. Estas mismas especies pueden también encerrarse
en estanques que se hagan en la playa arenosa : pues los
que están llenos de fango y cieno son maspropósito, co
mo he dicho antes , para las conchas y para pescados
aplastados. Y no es la misma posición la de los estanques
que recibenestos, pescados que la dejos que reciben los
que se mantienen derechos, ni se les dá la misma comida:
porquelos lenguados,los rodaballos yotros pescados
semejantes, se les abre una piscina de la pequeña profun
didad de dos pies en aqualla parte de la orilla que nunca
deja el reflujo en seco. En seguida se fijan en las márgenes
enrejados cerrados que excedan siempre la altura del agua
por muy grande que sea la marea. Después se rodea de di
LIBRO OCTAVO 3$
que» que se forman delante, de suerte que comprendan eu
su seno toda Ja extensión del estanque y tengan mas eleva
ción que él : pues así con la oposición de este parapeto se
quebranta la impetuosidad de las olas, y los pescados, man
teniéndose en calma, no son arrojados desús moradas, fue
ra de que el estanque no se llena del cúmulo de algas que
vomita la violencia del piélago en las tempestades. Pero
convendrá que en algunas partes se hagan cortaduras tor
tuosasestos diques, y que sean pequeñas y angostas, pa
ra que den paso sin agitaciónlas aguas del mar en lo mas
rigoroso del invierno. La comida de los peces aplastados de
be ser mas tierna que {a de los. saxátiles, porque como no
tienen dientes,la lamed ,se la tragan enteca sin poder
la mascar. Y así conviene darles anchoas secas, cálcides sa
ladas, sardinas podridas, y no menos aletas de escaros, y
todos los intestinos que tiene el atún nuevo y la chocha ma
rina; asimismo los ventrículos de la caballa, del can mari
no, y de la elacata, en una palabra todas las inmundicias
de I03 pescados salados que se arrojan de las tiendas de los
que tratan en ellos. Pero nosotros hemos referido todas es
tas especies de alimentos, no porque se encuentran en to
das las costas, sino porque de todos ellos se den algunos que
*e tenganmano. Entre las frutas verdes les acomoda el
higo abierto ; también se les han de dar nueces partidas con
los dedos , y no menos servas tiernas cocidas en agua , y
aquellas especies de comida que se acercanlas que se pue
den sorber, como queso fresco hecho de leche recien orde
ñada, si la condición del lugar y el valor de la léchelo per
miten; sin embargo ninguna comida se les dá maá conte
niente que las referidas salazones, porque tienen olor, y to
do pez aplastado busca mas bien la comida con las narices
que con los ojos , porque como siempre está tendido boca
arriba, dirige la vista ácia lo alto, y no vé con facilidad. la»
cosas que están en el suelosu derecha ysu izquierda;
y así cuando se le echa pescado salado siguiendo su olor
llegaesta comida. Estos pescados salados son suficientes
para alimentar los demás peces, tanto saxátiles como los de
kalta~ mar» per° se mantienen mejor, con los frescos. Pues la
anchoa recien pescada, el camarón, y el gobio pequeño, y
G4
4o < 'COLUMELA.
.por último cualquiera pescado menudo sirve de comida al
mayor. Sin embargo si lo rigoroso del invierno no permi
te que se les dé comida de esta especie, se les echan pe
dazos de pan bazofrutas de la estación picadas. El hi
go pasado se les echa siempre si lo hay en mucha abun
dancia (como en las provincias de Bética y Numidia). Pe
ro no se debe incurrir en lo que hacen muchas gentes
de no darles cosa alguna , bajo el pretesto desque se pue
den mantener sin comer , aunque estén encerrados mucho
tiempo. Pues si el pez no se engorda con la comida de
su amo, lo flaco que está cnando se llevala pescadería in
dica que no se ha pescado -en medio dei mar, sino que se
ha sacado de la piscina, lo que hace bajar muchísimo su
precio. Y con esta cria que se hace desde la casa de cam
po, daré fineste tratado , para que el lector no se fati
gue con lo-demasiado largo de este volumen. Pero volve
remos en el siguiente la vista al cuidado que se ha de te»
ner con los animales silvestres, y al de las abejas. 1 "
NOTAS AL LIBRO OCTAVO.
•_. ||, I_
' 'líoTÁS Al
CAPITULO! Íl ' '
' i. Pajareras.
2. Palomares.
3. Estanques de peces.
-4. Establos. > ' <
:5-Acogidas. , , . .>,,.-; , . ' . ,:
. Colmenares.
7. Lugares donde se mantienen los gansos y otras aves
amphibias.
8. Parques donde al principio no se encerraban mas que
liebres, y después toda especie de animales silvestres.
;¡ 9, 10 y 11. Nombres latinos, de los que hemos dado los
castellanos en los números anteriores. )." >. ,<.:...
•V 1
Notas al
CAPITULO II.
1. Plínio en el libro 10 , cap. 26, dice que el sepulcro de
Meleagro en Beoda las ha hecho célebres, y que vienenél
desde Ethiopia en ciertos tiempos ; pero ni él ni Varrorr nos
dices de qué especie son. ., , . ¡ .> ¡.
t"
LIBRO OCTAVO.
41
2. Dice Plinio en el libro 10, cap. 50, que estos pueblos
son los primeros que han pensado en criar gallinas: llevaron
tan adelante este arte, que Cicerón dice en el libro 2 de las
Cuestiones académicas, que habia entre ellos personas, que so
lo con mirar un huevo conocían cuál era la gallina que lo ha
bia puesto.
. -3-Por este pasage, por Varron en el libro 3 , cap. 9 De
las cosas del campo, y por Plinio en el lib. 10, cap. 21 se ve
que los antiguos se divertían en ver las peleas de gallos, que
los criaban sin otro destino que éste, y que habia grandes apues
tas sobre cuál vencia. Esta afición dura en el día entre noso
tros, unas veces con mas fervor y otras con menos: yo he co
nocido en esta ciudad de Lucena un reñidero, y en Cabra dos,
que servían todos los dias festivos. En Inglaterra la hay mucho
mayor , en Méjico y en Bohemia.
4. Nuestro autor dice: ampullaceo coreo, sea que quiera
que este pellejo sea un pedazo de bota (pues los antiguos tam
bién las hacían), ólo menos que estuviese doblado como si
se hubiera cortado de ella. " or
'. Nota al
CAPITULO IV.
1. Este filósofo es el que lloraba continuamente sobre las
miserias de la naturaleza humana. Escribió mucho, aunque se
dice no haber tenido maestro y haberse formadosi mismo.
Habiéndose puesto hidrópico consultólos médicos por enig
mas , preguntándoles ¿ si podrían poner sereno un tiempo llu
vioso? y no habiendo entendido su pregunta, se enterró en el
estiércol , creyendo disipar por su calor la demasiada hume
dad que tenía en el cuerpo, y como no se curó con este re
medio, se dejó morirla edad de 60 años.
Nota» ai
CAPITULO V.
o, ¡i-, Parece sin embargo, por lo que ha dicho en el capítulo
precedente , que nunca debe faltar el cítiso.
2. Los antiguos atribuían también otras cualidadeslos
huevos largos, que los hacían superioreslos otros. Horacio en
el lib. 2. sátira 4. v. 12 y siguientes dice que son los de me
jor gusto y mas nutritivos. Plinio se valió también de este pa
sage en el libro 10 cap. 5 2.
4. Staphis agria en latín y en castellano albarraz.
Nota al
CAPITULO VI.
i. ¿No se podría atribuir este efectola misma causa que
hacela sal liquidarse en el aire húmedo ? y éstos dos erec
tos ¿no provienen de que la sal atrae hácia sí las partes líquidas
del huevo, como atrae la humedad del aire, en consecuencia
4»
de este principio de adhesión , que hace que todos los cuerpos
fluidos se apliquenlos sólidos mas graves que ellos ?
,;, .--..!••.. r .
Nota al
CAPITULO XI.
i. Y al padre de familia tiene mucha cuenta echar estos
huevoslas gallinas, pues las pavas que no sacan hacen por
Jo común tres posturas al año, y las que sacan gastan todo el
tiempo de poner en incubar y criar los pavillos. . .
Nota al
CAPITULO XIII.
i. £1 Capitolio era una ciudadela grande edificada porTarquino
el Soberbio en el monte Saturnino en Roma. Se llamaba
así porque cuando se cavaba para poner los cimientos del tem
plo; que se construyó en ¿1, en honor de Júpiter, se encontró
una calavera de un hombre.. ... ...
Notas al
CAPITULO XIV.
1. Lugares donde se crian los gansos y otras aves nadadoras.
2. Lemeri dá el nombre de serisdos especies de chico
rias,la endivia verdadera yla riza.
3. Por mas extraño que nos parezca esto, parece que no
se puede dudar que se verifica en Italia , pues está confirmado
por Varron en el lidro 3.0 cap. 10 de su obra De las cotas
del campo, y por Plinio en el libro 10 cap. 59.
... N°TAS AL
CAPITULO XVn.,: ... ;
i. Lugar donde se crian ánadespatos que es lo mismo.
_ ,.3. En la edición latina que tengola vista dice viverra
que significa hurón, en lugar ¿e vípera qat se leía en las edi
ciones anteriores, y significa víbora ; no porque las víboras no
puedan subirlo alto de una pared, como quiere Victorio
autor de esta enmienda , sino porque éstas son menos perni
ciosas y temibles que los hurones , como dice Gronovio, que
adopta también esta enmienda. --" Nota
al
CAPITULO XVI.
1. Sobrenombres el primero de Publio Escipion Emiliano
el menor por haber destruidoNumancia, y el segundo de
Publio Servilio por haber conquistadolsauria. .
.... .*..,
Nota"' "al'
CAPITULO XVII. "
1. Yo creo que ésta es una hipérbole, de que se sirve Co-
Jumela, para expresar la voracidad de estos pescados; y que
un animal que está continuamente en el agua, no puede estar
sujetoesta enfermedad, que proviene siempre de un exceso
de calor y sequedad.
LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA.
'De las cosas del campo.
LIBRO NOVENO.
" ©e las crias de la casa dé campo.
¡I p« > i ,PREFACIO.
Paso ahoratratar de Ja manutención de los anímales
silvestres, y de la cria de las abejas, que yo llamaría con
razón , oh Publio Silvino, crias de la casa de campo, supues
to que había ía costumbre antiguamente de poner vive
rosJas liebres ,'los corzos yotras fieras semejantes
juntola casería , y por lo común por bajo de Jas habita
ciones del amo , para que no solo recrease los ojos de su
dueño la vista de la caza encerrada , sino también para
qué se sacasen de allí, como de una despensa, cuando la nt''
cesidad de ponerlas en la mesa lo exigiese. También se
excavaban todavía en nuestro tiempo moradas para las abe-;
jas en las mismas paredes de la casería ,sé les hacían
en corredores cubiertos ,en huertas de árboles frutales
CAPITULO I.
De la formación, de cotos , y que se encierren en ellos
los animales montaraces.
Los animales silvestres, como los corzos y los gamos, y
no menos todas las especies de cabras monteses , venados
y javalíes, sirven unas veces para la magnificencia' y pía
44
COLUMELA.
cer de los dueños , y otras para ganancia y renta. Los que
encierran la caza para su diversión se contentan con cer
rar el coto en un parage inmediatola casería , sea co
mo fuere, y con darles siempre de comer y beberma
no; pero los que desean ganancia y rentas, en habiendo
un bosque próximola casería, lo destinan sin detención
para estos animales (pues importa que no estén retira
dos de la vista del amo). Y si faltáre agua que nazca allí,
se introduce agua corriente,se abren albercas que se
pavimentan con obra de Segni, para que retengan la que
recojan de lluvia. La extensión' del bosque que se ocu
pa es con arreglolas facultades de cada cnal; y si Ta
equidad de la piedra y del trabajo lo persuade, se cer
ca sin duda con un muro de cal y canto, y si sucede lo
contrario, con uno de adobes y barro. Pero cuando no
tiene cuenta al padre de familia una ni otra cerca , la
razón dicta que se cierre con vacerras : pues así se lla
ma cierta especie de enrejados que se forman de roble,
encina ,de alcornoque , porque rara vez hay propor
ción de olivo. Por último , para esto se echa mano de
cualquiera madera que resista maslas lluvias, según la
condición del pais. Y bien sea un palo entero,según;
diere de sí su grueso un medio palocuartón, se ho
rada por el lado en muchos sitios, y después de clava
dos perpendicularmente al rededor del coto, de trecho en
trecho se introducen varales por los agujeros de los la
dos, para que impidan que salgan las ñeras. Y es suficien
te clavar las vacerras de ocho en ocho pies , y formar los
enrejados con los varales que se introduzcan transversal-
mente, de manera que la anchura de los espacios que
hay de agujeroagujero no facilite la fugaJos ani
males. Y de este modo se pueden cerrar aun países de
muchísima extensión , y cadenas de montañas , como lo
permite en las Gálias y en otras algunas provincias tam
bién lo vasto del terreno: pues no solo hay grande abun
dancia de madera para fabricar las vacerras , 6Íno que las
demás cosas necesarias para formar estos cotos están por
fortuna de sobra , porque el terreno no solo tiene gran
muchedumbre de manantiales, cosa en extremo saluda
LIBRO NONO "
45
blelas antedichas especies de animales, sino también
les suministra pastos con la mayor abundancia , y es
pontáneamente; y sobre todo se eligen bosques fértiles en
producciones de la tierra y. de los árboles, pues tantía
necesidad tienen de frutos de árboles como de yerbas
gramineas; y se celebran mas que todos los que son mas
fértiles en bellota de encina , de carrasca , y no menos en
la de rebollo , como asimismo en madroño , y en las
demás frutas silvestres de que hemos hablado con mas
individualidad al tratar de las aves de corral: pues por lo
común casi lo mismo es la comida de los animales silvestres
que la de los domésticos. Sin embargo, no se debe
contentar el diligente padre de familia con los manteni
mientos que lar tierra produce por sí misma, sino que
en los tiempos del ' año en que los bosques no tienen pas
tos , ha de socorrerlos animales que tiene encerrados con
los granos que ha entrojado, y mantenerlos con cebada,
con escañacon habas, como también con orujo de uvas
en muchísima cantidad ; y en vina palabra, darles de to
do aquello que esté mas barato. Y para que las fieras ad
viertan que se les da esto , convendrá soltar en el coto
unados de las que se habrán amansado en la casa, pa
ra que discurriendo por todo él atraigan al sitio donde
se les ha echado la comida la9 que duden irél. Y no
solo conviene hacer esto! durante ía escasez del invierno,
sino también cuando hayan parido las hembras para que
crien mejor sus hijos. Y así el guarda del coto debe exa
minarmenudo si lo han hecho ya para que se man
tengan con grano , que se les darámano. Pero no se ha
de permitir que ninguna cabra monté9, ningún javalí, ni
otro algún animal silvestre se envejezca mas allá de cua«
tro años; pues hasta esta época van cada vezmas, y
después con la vejez se enflaquecen: por lo cual se han
de vender mientras el vigor de la edad les conserva la
hermosura del cuerpo. Pero el venado se puede conser
var por muchos años, porque le dura bastante tiempo la
juventud, pues que le ha cabido en parte una vida mas
larga. Mas por lo tocantelos animales pequeños , como
«8 la liebre, lo que tenemos que prevenir es que en los
46
' COLUMELA.
cotos que están cercados con tapias, se echen granos de
mixtura , y semilla de chicoria silvestre , y de lechuga en
er illas pequeñas, que se harán en diversos sitios. Y tam>
bien se sacarán del granero garbanzos de Cartago ,de
estos de la tierra , y no menos cebada y gáigana , que se
les darán después de haberlos remojado en agua llovedi
za , pues 6ecos estos granos no los apetecen mucho las
liebrecillas. Por último , estos animales ú otros semejan
tes, se entiende fácilmente (aunque yo no lo diga) que no
conviene encerrarlos en cotos cercados con vacerras : su.
puesto que por la pequenez se introducen fácilmente por
los enrejados ; y consiguiendo salidas libres , disponen la
fuga.
1
CAPITULO II.
De las abejas.
Paso ahoratratar del cuidado que se ha de tener con
las colmenas, del cual no se pueden dar preceptos con
mas exactitud que los que ha dado ya Hygino, con
estilo mas florido que Virgilio , ni con mas elegancia que
Celso. Hygino recogió las opiniones de los autores an
tiguos que estaban esparcidas en monumentos separados;
Virgilio las adornó con las flores de la poesía; Celso se ar
regló por los dos referidos. Por lo cual, ni aun debíamos
empezartocar la materia de este tratado,no ser por
que el complemento de la enseñanza que hemos toma
donuestro cargo exige, como una de sus partes, el ha
blar de ella ,fin de que el todo de nuestra obra que
hemos empezado no pareciese mutilada e imperfecta, co
mo si se le hubiese cortado algún miembro. Y aquellas co
sas que se han contado fabulosamente sobre el origen de
las abejas, y que Hygino no ha omitido, mas bien las
condonaré, haciéndome cargo de la licencia poética , que
admitirlas para darles crédito. Yla verdad , no corres
pondeun hombre del campo investigar si hubo una
muger muy hermosa llamada Melisa 1 que Júpiter con
virtió en abeja ,si (como dice el poeta Euhemero) las
abejas engendradas por los tábanos y el sol , y que fueron
LIBRO NONO
47
criadas por las ninfas Phryxonides * , después han sido ámás
de Júpiter en la caverna de Dicte , y han tenido por con
cesión de este Dios la misma comida con que lo criaron
cuando pequeño. Pues aunque estas cosas no desdigan de
un poeta , sin embargo Virgilio las tocó sumaria y lige
ramente tan solo en un verso, diciendo de esta mane*
ra: «mantuvieron al Rey del cielo bajo del centro de Dic»
te." Pero ni aun pertenecelos labradores saber cuándo
y en qué pais han nacido primero: si en Thesalia bajo
Aristeo3,en la isla Cea, como escribe Euhemero; en
el monte Hymeto en tiempo de Erichtonio, como dice Euthronio;
ó en Creta 4 en el de Saturno, como quiere Ni»
candió ; y no les corresponde mas saber si los enjambres
se multiplican por la unión de los dos sexos , como los
demás animales ,si cogeu los herederos de su especie en
las flores, lo que afirma nuestro ¡Marón (oeorg. iu>. 4. ». ™í] y
si vomitan por el pico el licor de la miel,lo echan
por ptra parte. Pues es mas propio de los que están de
dicadosdescubrir los secretos de la naturaleza , que de
las gentes del campo, hacer indagaciones sobre estas cosa?,
y sobre otras semejantesellas. Y este trabajo es mas agrá*
dablelos hombres estudiosos , que tienen lugar de leer,
quelos labradores que están con ocupaciones , pues en
nada alivian su trabajo, ni aumentan sus ganancias.
CAPITULO III 1
Cjudntas especies hay de ellas » y cuál " es la mejor
de todas.
Por lo cual volvamosaquellos objetos que son mas con-,
venienteslos que tratan en colmenas. Aristóteles, fun
dador de la secta peripatética, en los libros que escribió
sobre los animales hace ver que hay muchas especies de
abejasde enjambres ; y de estos unos tienen abejas
grandes y abultadas, como también negras y peludas: otros
las tienen mas pequeñasla verdad, pero igualmente re
dondas, de color obscuro, y con el pelo herizado : otros
mas pequeñas que estas , y no tan redondas ; pero con to
4* O'CÓLUMELÁ."
do eso gruesas, anchas, y de color de miel; algunas mujr
pequeñas , delgadas , con el vientre puntiagudo, manchas
de color de oro y lisas. Virgilio (oeorg. tib. 4: T. siguien
do su autoridad, aprueba sobre todas las peqneñitas , oblon
gas, lisas 4 brillantes j que resplandezcan como el oro>,: y
manchadas con pintas iguales , é1 igualmente déuri carác
ter pacífico: pues cuanto mas grande1 y -mas redonda es la
abeja , tanto peor es. Pero la cólera de las abejas de lá
especie mejor se aplaca' fácilmente con la asistencia con
tinua de los que cuidan las colmenas ; pues andando mas
con ellas, se amansan mas pronto, y sí^se lian cuidado con!
c6m3ro duran diez años, y ningún enjambré puede pasar
de esta edad, aunque se sustituyan todos los años abe
jas nuevas en lugar de las que han muerto, porquelos
diez años por lo común sé consume enteramente la pobla
ción de una colmena. Y así para que esto no suceda en
todo *1 colmenar, siempre se 'ha dé, estar propagando Ja
raza de estos insectos, y se ha de tener cuidado eñ la pri
mavera, cuando salgan los enjambres nuevos, de recoger
los, y de aumentar el número de las colmenas, pues mu
chas veces son sorprendidas por enfermedades, las cuales
M dirá en su lugar tómtir convenga curaras. tí " '•••»
Pe la situación en que se han de colocar , y cuál es la
mejor comida para ellas, . ,. [ > > '
Así que se han escogido las abejas con arreglolas cua
lidades que hemos dicho, se les deben destinar sitios don
de se provean de comida, yestos deben ser muy solita
rios, y como previene nuestro Marón, (ceorg. iib. 4bres
dé ganados y en un clima templado, y de ninguna
manera expüeátotormentas, donde no tengan, dice, én«
trada los vientos, porque ellos las impiden que-lleven sus
provisionesla colmena; ni las ovejas ni los petulantes
machos de cabrío insulten las flores; ni la ternera, qué va
guea por la llanura, sacuda el rocío que cubre las yerbas,
ni las pisotee cuando van naciendo. Y el mismo para ge ha
de ser fecundo en plantas pequeñas, sobré iodo éa tomillo,
LIBRO NONO
49
en orégano, igualmente en mejorana silvestre,en cunila
de nuestro pais, que la gente del campo llama ajedrea. Ade
mas de estas plantas habrá también otros arbustos m as des
collados, como el romero, las dos especies de cytiso , pues
lo hay sativo y silvestre , el laurel de esta clase siem pre ver
de, y la carrasca, llamada en latin ilex minor, pues el ace
bo, que es ilex major, se reprueba por todos : las yedras tam
bién se aprueban no por su bondad, sino porque dan mu
chísima miel Pero los árboles que se aprueban mas son el
azufaifo rojo y el blanco, y no menos el taray; también los
almendros, los pérsicos, los perales: en una palabra, la ma
yor parte de los árboles frutales, para no detenerme en nom
brarlos uno por uno. Pero entre los árboles silvestres sirven
grandemente los que producen bellotas, como también la
cornicabra, el lentisco, que no le es desemejante, y el cedro
oloroso. Mas de todos los árboles solo los tilos 1 son los que
perjudicanestos insectos; los tejos también se desechan.
Ademas de estos hay una infinidad de semillas que produ
cen yerbas en el césped inculto,en las tierras labradas,
que echan flores muy agradableslas abejas , como son en
Ja tierra de riego las matas de amelo, los tallos de acan
tilo, los de gamón, la espatha del narciso. Mas en las tablas
del jardin brillan las blancas azucenas, los alelíes que no
les ceden en hermosura , como también los rosales de Cartago
, las violetas amarillas y las moradas, y no menos el
jacinto de color azul celeste : también se ponen bulbos de
azafrán de Corycosde Sicilia , para que den color y olor
á las mieles. Por último , nacen tanto en las tierras cultiva
das como en las de pastos innumerables yerbas de clase in
ferior que hacen llenar de miel los panales: como la lapsa»
na silvestre común , el rábano rusticano, que no es mas es
timado que ésta, algunas hortalizas como el m yagro y la
chicoria silvestres , las flores de la adormidera negra , la za
nahoria silvestre y la cultivada, que los griegos llaman saphuquinón
*. Pero de todas las yerbas que he propuesto , y
de las que he omitido, por ahorrar tiempo (pues su nú
mero era incalculable ) el tomillo es el que dá miel de me
jor gusto: después de éste se siguen la mejorana silvestre,
el serpol y el orégano : el romero y la cunila de nuestro pais,
Tom.II. ' d
5o COLUMELA.
que he dicho llamarse ajedrea , aunque superiores , están en
tercer lugar; las flores de taray 3, las de azufaifo y las de-
mas especies de comida que liemos propuesto, la dan de un
gusto mediano. Pero la miel que pasa por peor que todas
es la de bosques que se saca del esparto y del madroño;
y la de la. casería que dan las hortalizas y las yerbas que se
crian en el estiércol. Y una vez que he expuesto la situación
de la comida de las abejas, y las especies que bay de ella,
ahora voyhablar de las mismas acogidas y domicilios de
los enjambres;:.
! '
CAPITULO V.
••, .•.
De la elección de sitio para el colmenar.
Se ha de colocar el domicilio, de las abejas frente del me
diodía de invierno1, lejos del tumulto y de la compañía de
los hombres y de loa animales, en un sitio que no sea ca
liente ni frió, pues ambas cosas les son dañosas. Y este
sitio ha de estar ea la parte mas baja del valle , para que
cuando salgan las abejas vacíastraer la comida , suban vo
lando con mas facilidadloa sitios mas altos, y después de
haber recogido lo que necesiten, bajen sin, trabajo con su
carga, siguiendo la pendiente. Si la situación: de la casería
lo diere de sí, no hay duda que conviene poner el colme-
.nar unido al. edificio y cercarlo con tapias; pero en parte
que esté libre de los olores pestilentes de la letrina, de
la estercolera y* del baño» Pero si la posición de-la case
ría no permitiere evitarlos , y sin embargo no se siguieren
muy grandes inconvenientes, aun en este caso conviene mas
que el colmenar estéla vista del amo. Mas si todo fuere
contrario,lo menos se pondrán las colmenas en un va
lle vecino, donde no sea molesto al dueño bajar muchas
veces , pues esta granjeria, exige una fidelidad muy grande,
y como esta sea una virtud rarísima, se guarda mejor y
con mas seguridad con las-visitas-del amo. Yla adminis
tración del colmenar, no solo le es contrario un hombre frau
dulento, sino el que es perezoso y desaseado, y no menos
le perjudica ser tratada, con porquería, que manejada con
fraude. Pero donde quiera que estén las colmenas, no ha
LIBRO NONO 5i
de ser muy elevado el muro que las cerca: pero sí seqvilsie"
re hacer mas alto por miedo de lo s ladre res, tenga entra"
das para las abejas por ventanillas que se abriréntres pie8
por encima del suelo; y juntoeste cercado se hará una
choza en la que habitarán los colmeneros y se guardarán
los utensilios convenientes: y sobre todo estará provista
de colmenas preparadas para r ecoger los enjambres nuevos,
como también de yerbas medicinales, y todas las demás
cosas que se aplican alas en ferinas. ( Virgilio Georg.ub. 4. » 20.)
Haga sombra al vestíbulo una palmaun acebuebe gran
de, para que cuando las reinas nuevas conduzcan Jos
primeros enjambres en la pr imavera , y la juventud que
sale de los panales se pongajugar, las orillas de un arro
yo vecino las convidenguarecerse del calor, y el árbol
que encuentrenla salida los mantenga en su frondosa
acogida. También si hay proporción se les introducirá agua
que corra de continuo; si no , se les echará en una pileta á
mano, pues sin ella no se pueden formar los panales, la
miel i ni finalmente las abejas nuevas. Ademas de esto, ya
sea que se les haya introducido agua corriente, ya que se
les haya echado en piletas la de pozo, se pondrán en ella
muchas varas y piedras por causa de las abejas ( li-Ceorg.
ta». 47-) para que puedan reposarse sobre esta especie de
puentes multiplicadas, y extender sus alas al sol del estío,
si por casualidad un fuerte aire solano las ha dispersado
cuando estaban paradas,las ha sumergido en el agua.
Se deben asimismo plantar todo al rededor del colmenar
arbustos pequeños, y sobre todo los que son conducentes
para conservar la salubridad de las abejas: pues también
el cy tiso , la cásia , el laurel silvestre, y el romero, como
igualmente la ajedrea y el tomillo, y asimismo las viole
tas,cualesquiera otras plantas que la cualidad de la
tierra permita que se pongan ^n ella con utilidad, sirven
de remediolas abejas que están enfermas. No solo se ale
jarán las plantas de olor fuerte y fastidioso, sino también
cualquiera cosa que lo tenga , como el del cangrejo quema
do %el del cieno de Jas lagunas : igualmente se han de evi
tar los sonidos que causan las cavidades de las rocas, que
los griegos llaman exos3.
5a COLUMELA.
CAPITULO VI.
Cuáles son las mejores, colmenas.
Ordenados pues los domicilios de las abejas, se han de-
fabricar las colmenas según la condición del país. Si es»
te es abundante en alcornoque, sin duda las haremos con
la mayor utilidad de corcho, porque no están muy frias en
el invierno ni muy calientes en el verano: si es muy fecun
do en cañahejas, se hacen de ellas con igual utilidad , pues
que la naturaleza de éstas es semejante al corcho : si no hu
biere uno ni otro, se hacen con mimbres entretejidas : y si
ni aun éstas hay , se fabricarán con troncos de árboles ex
cavados ,aserrados , y hechos tablas. Las peores de todas
son las de barro cocido , que se encienden con Tos calores
del estío , y se hielan con los fríos del invierno. Las demás
especies que hay de colmenas son dos , que unas se hacen con
boñiga, y otras se construyen con ladrillos; una de las
cuales la condenó con razón Celso, porque está' muy expues
taquemarse, y aunque aprobó la otra, no disimuló su
principal inconveniente, que consiste en no poderse mudar
si el caso lo exige. Y así no pienso como él quepesar dé
esto se han de tener colmenas de la últimaespecie: pues no
solo es contrario el que sean inmuebleslos intereses der
dueño , si quiere venderlasproveer de ellas otras hereda
des (razones de comodidad relativas solamente al padre dé
familia) sino también lo eslo que se debe hacer por cau
sa de las mismas abejas, cuando convenga trasladarlas á-
otros parages , por estar afligidas de enfermedadpor la esterilidad
ó escasez de los lugares en que se hallan, y no pue
dan moverse por el referido motivo. Esto se ha de evitar
absolutamente. Y así, aunque yo veneraba la autoridad de
este doctísimo varón, no obstante, dejando aparte los res
petos, no he dejado de decir mi sentir. Pues lo que mueve
principalmenteCelso , que es el temor de que las colme
nas estén expuestas al fuego ylos ladrones , se puede evi
tar revistiéndolas con ladrillos, lo que las preservará de la
rapacidad de los ladrones, y las protegerá contra la violen
LIBRO NONO
cia de las llamas, y cuando se hayan de ihóvefc se podrá
hacer rompiendo el revestimiento de ladtillos. '." V . . .'. o
•i.j/in ') i-, : ' i )i <•'!-n,t-.•!" '.i " i; r-t: :' \ •nt
-
CAPITULO VII.
... Cómo se /jan tic colocar éstas. " ¡
Perq corrió esto parecerá engorrdíomuchas personas , sean
.como > sean las colmenas que se quisieren emplear, se debe*
ra hacertodo lo largo del colmenar un poyo de piedra de
tres pies de alto y otro tanto de grueso, y después que se
haya construido de esta suerte, se enlucir». de manera que
no puedan subir los lagartos v las culebras ni otros animales
nociVos. Después $e pondrán encima de él las colmenas , ya
sean hechas de ladrillos, como quiere Celso,' ó. ya de 'otro
material, rodeadas, según mi opinión, de fábrica por todas
partes menos por detras ,lo que practican casi todos los
que las cuidan con atención: recójanse las colmenas pues*
tas en fija con ladrilloscantos , de modo que cada una
quede encerrada entredós paredes inmediatas unaá otra, de
manera que las frentes estén libres por delante y por detras,
pues por delante se han de abrir algunas veces, y muchas
mas por la parte posterior,, pues por ella se cuidan de euan*
do en cuando los enjambres. Pero si ningunas paredes hu
biere entre las colmenas , s'm embargo se han.de colocar de
manera que esténalguna distancia unas de otras, no sea
que cuando se les dá vuelta,, la que se toca para cuidarla
conmueva la otra que está pegadaella, y despachurre las
abejas vecinas, que 'temen todo movimiento que se comuni
casus delicadas obras de cera, como 'si fuera una ruina.
Es suficiente que haya tres filas de colmenas colocadas las
unas mas arriba de las otras, pues aun en este caso registra
el colmenero con poca comodidad las de la fila superior.
Las piqueras que dan entradalas abejas han de estar mas
inclinadas que la parte posterior, para que no entre el agua
de la lluvia, y si hubiere entrado por casualidad, no pare,
sino salga por la piquera. Por lo cual convendrá que los
colmenares se resguarden por encima con cobertizos ,con
bardales unidos con barrola Cartaginesa , cuya cubierta
Tom.II. D 3
54
COLUMELA.
las pone al abrigo, tanto del frió y do la lluvia, como del
calor. Y sin embargo no perjudica tanto éste, aunque sea
muy fuerte,las abejas, como el invierno: y así conven
drá que haya siempie detras del colmenar un edificio, que
reciba la violencia del Aquilón , y délas colmenas un ca
lor moderado; y no basta que estén defendidas por un edi
ficio , sino que deben estar expuestas al oriente del invier
no , para que les dé el sollas abejas cuando salgan por ta
mañana, y 'estén mas ágiles, pues el frió las hace perezosas.
Por lo cual también las piqueras por donde entran y salen
deben ser muy estrechas, para que penetre en la colmena
el menos frió que sea posible; Y es suficiente que tengan
la anchura precisa para, que quepa una abeja. De esta suerte
ni la venenosa salamanquesa , ni la casta inmunda del e*
caraba jode la mariposa1de las polillas, ni las cochinillas
que huyen de la luz , como dice Marón ( oeorg. i¡b. 4. 343.)
podrán entrardevastar los panales como lo harían por
piqueras mas anchas. Y es útilísimo abrir , según lo pobla
do de la colmena , en la misma tapadera del agujero gran
de que ésta tendrá , dostres piquerasalguna distancia
unas de otras , para precaver las abejas de la malicia del la
garto, que está con la boca abierta como si fuera guarda
de la piquera , acechandoque salgan para matarlas , y
tantas menos mueren , cuando podrán evitar las asechanxas
de este enemigo escapando por. otra piquera.. > .
CAPITULO VIÚ
De la, adquisición ,, de los enjambres y y del modo de
cogerlos silvestres^., , , •! .
Suficientemente hemos hablado de la comida de las abejas,
de las colmenas, y colocación que se les debe dar; así
que se habrá proveídoestas cosas, se 6Ígue que procu
remos los enjambres. Estos los adquirimos por el dinero
ó gratuitamente. En el primer caso, comprobaremos con
mas atención su bondad por las señales que hemos da
do, y examinaremos, antes de comprarlos, sisón nume
rosos, abriéndolas colmenas al intento; y sí no hay pro*
LIBRO NONO ,
55
porción de verlas por dentro,lo menos' observaremos
lo que se pueda examinar: por ejemplo veremos si hay
muchas paradas en la piquera ,si se oye dentro de la
colmena un zumbido considerable. Y también (si da la
casualidad que todas estén tranquilas y en silencio dentro
de la colmena) aplicando los labiosla piquera , y so
plando por ella» por el ruido con que corresponderán in
mediatamente, podremos hacer juicio de si hay muchas ó
pocas. Pero sobre todo se ha de tener cuidado de adqui
rirlos mas bien de la vecindad que de paises lejanos., por
que suelen, incomodarse) con la novedad del clima. Mas si
no hay proporción de esto, y nos viéremos en precisión
de hacer un largo viage para traerlos , procuraremos que
no se molesten por los caminos malos, y será muy bien
hecho portear las colmenascuestas , y de noche , por
que de dia se les ha de dar descanso, y se les han de
echar licores agradableslas abejas, para que, se manten
gan con ellos dentro dé su encierro. Después, luego que
hayan llegadola casa, si fuere ya de dia, no se abri
rá la colmena , ni se colocará en su lugar sino al ano
checer , para que salgan gustosa», por la mañana las abejas,
después de haber descansado toda la noche; y debemos
observar cerca de tres dias, si toda» salen de una vez , lo
cual cuando lo hacen, es señal que tratan de huirse. Des
pués prescribiremos los remedios con que se les debe im
pedir esto. Pero los que se adquieren por regalo,cazán
dolos, se han de examinar con menos escrúpulo; aunque
ni de esta manera quisiera yo tenerlos, sino excelentes,
porque los mismos gastos y los mismos cuidados de un
colmenero exigen las buenas que las malas. Y lo mas im
portante de todo es que no se mezclen las degeneradas
con las superiores, que quiten el créditoestas; pues hay
menos cosecha de miel cuando hay algunos enjambres
perezosos en el colmenar. Pero sin embargo , como según
la naturaleza del pais se ha de adquirir algunas veces
ganado , aunque sea mediano (pues el malo seguramente
de ningún modo se debe adquirir), procuraremos buscar
los enjambres del. modo siguiente. En nada penen mas co
nato las abejas, donde, quiera, que hay bosques , que les
»4
5E . OGOI/UMEIiAJ
acomodan y' de donde pueden sacar miel que en esco
ger para sn uso manantiales; inmediatos al lugar en que
están. Y así conviene ponerles sitio comunmente desde
la hora segunda del dia , y observar qué porción de ellas
van por agua. Pues si son muy pocas Jas que vuelan al
rededor del agua* se ha desconocer su escasez (si no suce
de sin embargo que la* multitud i de manantiales las ¡ ha*
ce parecer mas claras, por estar repartidas en ellos), por
la cual sospecharemos también -que' aquel parage no tie
ne miel ; péro si jviena^imnchár^dBnj motivb de espe
rar también < con' mas fondámento coger enjambres, los
cuales se; encuentran .-de esta; manera.' Primeramcpte se ha
de averiguar lo distantes' ¡que están, yeste fin se ha
de preparar un vasito con almagra eohada en agua: en
et mojarás unas pajas ; y untando con ellas las espaldas
de las abejas que están tomando agua, ^manteniéndote en
el mismo sitio1, ¡podrás' reconocer con ¡ mas facilidad las
que vuelvan $ y si no tardan en hacer esto conocerás que
están en la inmediación ; pferia si pasa' algún tiempo sin
que vuelvanyerse, se inferirá* la distancia del sitio don
de están del tiempo que' tardan en dar Ja vuelta. Guan
do se advirtiere que vuelven .pronto; 's\ ¡ siguieres «n /tra
bajo su vuelo ¿< seras guiado á' ¡ la habitación 'del enjam
bre. Pero con* aquellas que parece van' mas' lejos, se em*
pleará un cuidado mas esmerado, el cual es de esta suer
te. Se corta un canuto de caña con sus nudos, se barre-
fiapjSo'í ún lado^' rjoifi el< ggafató' se -le echa un poco ¡de
itóeldé 'arrope5 yi'se' p*ohe jimtoaj manantial': después,
así que 'han entrado en él muchas abejas , atraidas por el
olor de este licor dulce se recoge, y poniendo el dedo pul
gar en él agujero, no se deja salir mas que una, Ja cuaí
aáí 'qne há escapado!, hace ver al observador la dirección
dé sti fllga ,' y éste ' mieritras puedá sigue su *¡uelo. Después;
isí qute ba' dejado de* ver la abejay eofup Otra fueran y s¿
.a por ei' mismo lado que la primera 4 ¡sigue el mismo ca^
mino; pero si :va"> por otro, deja salir muchas , abriendo el
*gojé**o< y poniendo atención al lado»-acia > el cual irán
^oláttdo 'toas1;! lA';Beg«}rá^^ hasta ' llegar al sitio donde está
itóetWa:'el^a}alt>br^^l" cual si estántmiuua-ctieva*,1 6é^t
LIBRO: --NONO ¿£
bace salir por medio -del humo; y así que lia salido-, se le
detiepe haciendo ruido con instrumentos de metal.. Pues
amedrentado con él , se deja caer inmediatamente sobre
un arbusto,sobre la cima del árbol mas elevado que hay
en el bosque, y se introduce por el ,que lo wa buscando
en una colmena, que tendrá preparada al efecto. Pero si
tiene su domicilio en, el hueco de un árbol, ya sea en una
rama, ya en el tronco del mismo árbol, entonces, si la
medianía de uno ú otro lo permite, se corta primerb'4a
parte superior que no ocuparán Jas abejas con una sier
ra muy afilada, para que esto se haga mas pronto; des
pués la inferior hasta donde parezca que está ocupada por
ellas. En seguida, luego que se haya cortado el tronco ó
la rama por ambas partes, se cubre con un paño limpio,
porque esto es de la mayor importancia también, y des*
pues de haberle embarrado los agujeros, si tiene algunos;
se llevará al sitip donde se ha de colocar; y dejándole
piqueras pequeñas (como he dicho ya) se pone como
las demás colmenas. Y conviene que el que se dedica á
buscar enjambres, destineello las mañanas,fin de te
ner todo un dia para examinar el camino que toman las
abejas: pues «i, es tarde cuando empiezaseñarlas, su*
cede muchas veces, que: acabada su tarea se recogen, y
no vuelven mas al agua, aun cuando están en la inme
diación , y por consiguiente el que busca los enjambres,
se queda sin saber cuánto distan del manantial. Hay atgunaá
personas que «>' principios de primavera hacen
un manójoi de torongil-cidrado, y como dice el poeta
(otorg. su.,4-». de torongil común ¿ y de la ordinaria san
dáraca, can otras yerbas semejantes que son agradables á
esta especie de insectos, y con ellas frotan las colmenas,
de suerte que queden impregnadas de su olor y de su
jugo; y en seguida, después de haberlas limpiado, las rocían
con un poco de miel, y las colocan en los bosques no
lejos de los manantiales, y cuando están llenas de abe
jas las llevansu casa. Pero esto no conviene hacerlo
oino en los parages en qué hay abundancia de abejas: pue,s
-machias veces-Ios que pasan por casualidad encontrándose
las colmenas' vacías se las llevan consigo, en cuyo caso kt
58
COLUMELA.
ventaja de conseguir unados llenas no recompensa la
pérdida de muchas vacías. Pero en donde hay mas abun
da de abejas, aunque roben muchas colmenas, es mas lo
que se adquiere en las abejas que se han encontrado. Y
este es el modo de coger los enjambres silvestres.
CAPITULO IX.
Cómo se observan los enjambres de nuestras colmenas,
. y cómo se,recojcn en otras. . ,i •(, -,
El modo de retener los enjambres que se forman en núes»
tras colmenas es el que voydecir en seguida. El colmenero
á la verdad debe visitarlas siempre con cuidado,
pues no hay tiempo alguno en que no necesiten su aten
ción ; pero la exigen mas esmerada cuando viene la pri
mavera, y hormiguean sus crias nuevas, las cuales, si no
está en acecho el colmenero para recogerlas al instante,
huyen. Porque la naturaleza de las abejas es tal , que cada
enjambre se engendra al mismo tiempo que sus reinas,
las cuales, así que han adquirido fuerzas para volar, des
deñan la compañía de los mas antiguos, y mucho mas
su mundo, porque en el reinar no hay compañía , no so
lo entre la especie de mortales dotada de razón , sino mas
bien entre los animales mudos que carecen de ella. Por
«ato los gefes nuevos salen al frente de su juventud , que
parada en pelotón unodos dias en la misma pique
ra de la colmena, manifiesta con su. salida el deseo que
tiene de un domicilio peculiar , y si se \e designa inme
diatamente por el colmenero, está tan comenta con él
como con el paterno ; pero si éste ha caido en falta , se
dirigeparages extraños, como si se le hubiera echado
deL en que estaba por el mal tratamiento. Para que es
to no suceda, debe el buen colmenero observar en los tiem
pos de primavera las colmenas hasta la hora octava del
dia poco masmenos, después de cuya hora no se van
por lo común los nuevos batallones, y también debe atender
con el mayor cuidado cuando salen, y cuando vuelven á
entrar , pues algunos al instante que salen suelen ponerse
LIBRO NONO 5$
en fuga sin detenerse. Podrá de antemano certificarse de si
meditan verificarla, aplicando por la tarde el oidocada
colmena , supuesto que cerca de tres dias antes de haber de
hacer esta tuga se levanta un alboroto y ruido sordo, co
mo el que arman los soldados, cuando mueven las insignias
militares; el cual, como dice Virgilio (ocorg. iu>. 4. v. 70^
con muchísimo fundamento, daconocer de antemano
la intención de la multitud, porque aquel ruido bélico
del bronce ronco reprendelas perezosas , y se oye una
voz que imita los sonidos interrumpidos de las trompetas.
Por lo cual debe observar sobre todolas que hacen es
to , para que si 6alencombatir ( porque pelean entre sí,
como en la guerra civil ,con las de otra colmena, como
cuando la hay con naciones extrangeras),si salen para
huir,fin de que esté prevenido para uno y otro caso: la
pelea de un enjambre, cuyas abejas están mal avenidas en
tre sí,de dos enjambres que están discordes, se corta
con facilidad, pues, comodice el mismo poeta (Georg. iu>. 4. t. g7.J
se apacigua echando sobre ellos un poco de polvo ,rodándolos
con vino mezclado con miel ,con vino de pa
sas , ú otro cualquier licor semejante : mitigando segura
mente con la dulzura, que les es familiar, sus iras, por
mas encarnizadas que estén. Pues esto mismo reconcilia
maravillosamentelas reinas que están opuestas entre sí.
Pues frecuentemente sucede que en un mismo enjambre
hay muchas reinas, y la multitud se divide en partidos,
como se verifica en las sediciones excitadas por los gran
des, lo cual se ha de estorbar que se hagamenudo,
porque las naciones enteras se consumen con la guerra
intestina. Por esto cuando los gefes están amigos, perma
nece la paz , y no hay derramamiento de sangre. Pero
si vieres que las abejas pelean muchas veces, procurarás
matarlos gefes que mueven las sediciones ; mas los com
bates que están travados se mediarán por los medios que
hemos dicho antes. Y cuando en seguida de esto se hu
biere puesto la tropa en una rama de un arbusto verde
que esté cerca , repara si todo el enjambre está colgando
de ellamanera de un racimo de uvas, y esto será se
ñal de que hay una reina sola , ólo menos de que sí
6ó COLUMELA..'
lia v muchas están reconciliadas de buena fe , las quede*
jarás de esta manera hasta que vuelvansu domicilio;
. pero bí estuviere dividido en dosen tres como en pe
chos, no te quedará duda de que no solo hay muchos gefes
, sino que están todavía irritados entre sí , y deberás
buscarlos en aquellas partes en donde vieres que hay mas
abejas amontonadas. Y por consiguiente después de ha
berte frotado la mano con el zumo de dicha* yerbas, esi»
toes, de torongil comúncidradq y para que no huyan
Jas abejas cuando las toques, introducirás suavemente los
dedos, y registrarás las abejas después de desunirlas, hasta
que. encuentres al autor de la discordia (pie debes des
pachurrar. :>•>•> > •> , ¡! ; . .1*1 ";J " CiOrUV»
«•' J ^
CAPITULO x." 5 d
i. . ."•:)•' ''.i ' i¡ i ;. lí
. ... Qué figura tiene la reina de las abe/ast,, . r, '
E stas reinas son un poco ma9 gruesas y mas lar
gas que las demás abejas, con las piernas mas derechas,
pero con las alás menos grandes, de un color hermoso
y limpio , lisas y sin pelo ni aguijón ,menos que alguno
tal vez tenga por tal una especie de cabello mas grue
so que tienen én el vientre, del cual sin embargo no
se sirven para hacer daño. También se encuentran algu
nas obscuras y herizadas de pelo , por cuya apariencia
juzgarás mal de sus propiedades (virgiUo geo»g. iü>. 4, ». 8j, 91, 93.J
Porque hay dos figuras entre las reinas, como entre las
abejas comunes , las unas brillan con manchas de color
de oro,iy se distinguen por sus escamas rojas, como tambien
son notables por su pico. Y éstas son las que mas
se aprueban, y son las mejores : pues las mas mala» pa
recidasun gargajo son tan feas como cuando un via
jero viene de pasar por un camino lleno de polvo , y es
cupe tierra de su boca seca, y (como dice el mismo -Vir-
-gilio, de quien se ha copiado lo que precede) 'son des
preciables por su desidia, y por el vientre abultado que
arrastran por el suelo. Por consiguiente darás muertelos
gefes de peor especie , y dejarás reinar solos en su cor
te los de la mejor. Los cuales sin embargo se han de des
LIBRO NONO
pojar de sus álas, siempre que se empeñen en hacer á
menudo salidas impetuosas con su enjambre y huirse. Pues
quitando las álaseste gefe vagamundo, lo retendremos
como con cierta especie de grillete, y destituido del recurso
de la fuga , no se atrevesalir de los límites de
su reino, y por lo tanto no permite al pueblo de su man
do alejarse
CAPITULO XI.
Cómo se enmienda la despoblación de las colmenas.
Alguna vez conviene matarlo, cuando aína colmena vie
ja disminuye el número de sus abejas, y se ha de res
tablecer su despoblación con algún enjambre. Y así lue
go que al principio de la primavera se hubiera avivado
la cria nueva en aquella colmena , se despachurra el rey
nuevo,fin de que la multitud viva con sus padres sin
discordia. Pero si los panales no hubieren producido pro
le alguna, se podrán incorporar las abejas de dostres
colmenas en una ; mas se han de haber rociado antes con
algún licor dulce: por último se podrán encerrar, y te
nerlas así casi tres dias, poniéndoles comida hasta que se
acostumbrenestar unidas con las otras , y dejándoles
nnas aberturas pequeñas. Hay algunas personas que pre
fieren quitar de enmediola rema mas vieja; lo cual es
contrario al bien estar de la colmena ; pues si esto se ve
rifica , la tropa mas antigua , que se debe considerar co
mo un senado, es preciso que obedezcalas mas jóve
nes , y si hay algunas que se empeñen en despreciar el
mando de éstas que son mas fuertes, las castigan y las
dan muerte. Sin embargo, cuando la reina que hemos de
jado de las abejas antiguas muere de vejez, suele tener
el enjambre nuevo la incomodidad de que la familia con
la demasiada licencia está discorde, lo que nace de la muer
te del gefe. A cuya incomodidad se ocurre fácilmente;
pues se elige una de aquellas colmenas que tienen mu
chas reinas , y trasladándolalas que no tienen quien las
gobierne, se constituye gefe de ella. Pero en aquellas co
62, COLUMELA.
menas que son perseguidos por algún animal dañino, se
puede enmendar la escasez de abejas con menos mo
lestia. Pues luego que se ha conocido . la mortandad , con
viene visitar los panales de una que esté poblada; y en
seguida cortar en los que contienen Jos huevecillos de las
abejas la parte en que se anima la prole real. Y-ésta
es fácil de reconocerse , porque aparece comunmente en
la extremidad de los panales como un pezón , mas levan
tada , y con abertura mas ancha que las otras celdillas don
de se anidan los gusanos de las abejas comunes. Celso á
la verdad asegura que en la extremidad de los panales
hay tubos transversales que contienen los pollitos que han
de ser reinas. Hygino también , siguiendo la autoridad
de los griegos, dice que el gefe no proviene de un gu
sanillo , como las demás abejas, sino que al rededor de
los panales se encuentran alveolosceldillas poco ma
yores que los que contienen la semilla de éstas, cubier
tos y llenos de una especie de basura de color rojo, de
la cual se forma en un instante la reina alada.
CAPITULO XII.
Del modo de recoger los enjambres y de impedir su fuga
Hay también otro cuidado que tener con el enjambre que
se ha formado en nuestro colmenar, si por casualidad ha
hecho una salida en el tiempo que hemos dicho, y fasti
diado de la vivienda paterna ha manifestado que procura
huir mas lejos. Y esto lo danentender las abejas cuando
se alejan de la entrada de tal suerte que ninguna vuelve
adentro, antes bien se van volando inmediatamente eleván
dose muchísimo. En este caso se ha de atemorizar la ju
ventud que va huyendo con sonajas de metal,haciendo
ruido con tiestos de los que se encuentran comunmente,
en todas partes esparcidos por el suelo; y luego que ésta
obligada del susto habrá vuelto al domicilio materno, y
esté colgando amontonada en la piquera ,que en el mis
mo instante se habrá idoun árbol próximo, el colme
nero estregará inmediatamente con las yerbas referidas por
LIBRO NONO.
63
dentro una colmena nueva que tendrá preparada al inten
to; en seguida la rociará con una3 gotas de miel y la
arrimará: después encerrará en ella las abejas que están
amontonadas, bien sea con la mano,bien con un cazo.
Y cuando habrá tomado las demás medidas convenientes
para el cuidado de la colmena, como es de su obligación, y
la haya compuesto y embetunado con exactitud, dejará que
se mantenga en el mismo sitio hasta que anochezca, y al
principio de la noche la trasladará, y la pondrá en hilera
con las demás. Y conviene también tener en los colmenares
colmenas desocupadas. Pues hay algunos enjambres que
cuanto han salido buscan un domicilio en la inmediación
de su colmena y ocupan la que encuentran vacía. Esto es
poco masmenos lo que hay que enseñar en orden al cui
dado de adquirir y conservar las abejas.
" VCÁPITULO tilt " l'V '' ;;
De las enfermedades de las abejas y de sus remedios , y
precauciones para que no las contraigan.
Ahora se sigue buscar remedios para las que padecen en.
fermedades comunespestilenciales. El estrago de estas úl
timas es raro en-las abejas , y sin embargo no encuen
tro que se pueda hacer otra cosa que lo que hemos pres
crito para el demás ganado, es decir, que se trasladen las
colmenas roa» lejos. Pero por lo tocanteJas enfermedades
comunes, se descubren las causas y se encuentran los re
medios con mas facilidad. Mas su mayor enfermedad es
todos los años al principio de la primavera cuando em.
piezanflorecer las lechetreznas, y los olmos echan su gra
na. Porque-atraídas por estas primeras flores como si fueran
frutas-tempranas , comen de ellas con ansia después
de haber pasado la-hambre del invierno; cuya comida por
otra parte no les haria mal Vi no se llenaran de ella, de Ja
cual en habiéndose atestado en demasía, mueren de flujo de
vientre,.si no se les socorre prontamente. Pues la-lechetrez-
na alarga el vientre aun de los animales mayores, y la gra
na del olmos hace el mismo efecto, particularmente en las
abejas: y esta es la causa de que en los países de Italia
64
COLUMELA.
que están plantados de esta especie de árboles es raro que
duren las colmenas con bastantes abejas. Por consiguiente
si se les dan al principio de la primavera comidas medi
cinales,un mismo tiempo se podrá precaver que les
moleste semejante enfermedad, y cuando ya la padecen cu
rarlas. Porque lo que ha dicho Hygino siguiendolos auto
res antiguos, como yo no lo he experimentado por mí mis
mo, no me atrevo i asegurarlo, sin embargo los que quieran
podrán ensayarlo. Pues previene que los cadáveres de las
abejas, que cuando les ha acometido semejante enferme»
dad pestilencial se encuentranmontones debajo de los
panales, se guarden en un lugar seco durante el invierno;
y que cerca del equinoccio de la primavera se saquen al
sol después de la hora tercera del día , cuando lo templado
del tiempo convideello, y se cubran con ceniza de hi
guera. Hecho lo cual asegura que reanimadas al cabo de
dos horas con este calor vivificante, recobran su espíritu jr
entran en una colmena preparadaeste efecto, si se les
presenta. Nosotros creemos que es mejor darlos enjam
bres enfermos para que no mueran , los remedios que va
mosdecir en seguida. Pues se les deben dar granos de gra
nada molidos y regados con vino Amineo,pasas molidas
con una parte igual de zumaque, y humedecido uno y otro
con vino áspero;si cada una de estas medicinas de por sí
no han hecho efecto, se muelen todas juntas en pesos igua
les, se hierben en un puchero con vino Amineo, y después
de haberse enfriado se les ponen en comederos de madera.
Algunas personas les dan para que beban agua miel en que
se haya cocido romero , echándola después de haberse en*
friado en unas tejas. Otros , como asegura Hygino , les po
nen juntolas colmenas orina de bueyde hombre. Es
también muy conocida aquella enfermedad que las debili
ta y lás pone feas y encogidas, y la señal de tenerla es cuan
do unas sacan de sus domicilios frecuentemente los cadá
veres de las que han muerto, y otras están dentro de ellos
sin movimiento en un triste silencio, como cuando hay
un luto público. Cuando esto sucede, se les pone comida
en comederos de caña , y ésta consiste principalmente en
miel cocida y molida con agallarosa seca. También con
LIBRO NONO
viene quemar gálbano, para que con su olor se medicinen,
y fortificarlas que están descaecidas con vino de pasas ó
con arrope añejo. Sin embargo lo que les aprovecha mal
es la raiz de amelo, cuya flor es amarilla y purpúrea: és
ta, después de haberla hervido con vino amineo añejo, se
exprime, y en seguida se dá este jugo colado. Hygino
en el libro que escribió sobre las abejas dice: Aristomaeo 1
es de opinión que se han de socorrer las abejas enfermas
de esta manera : en primer lugar se quitarán todos los pana
les viciados , se les pondrá comida nueva enseguida álas
abejas, y por último se fumigarán. También cree que es
útillas abejas degeneradas agregarles un enjambre nuevo,
aunque hay el peligro de que se destruya con la discordia;
pero que se han de alegrar con la multitud que se les agre
ga, y quefin de mantener la unión entre unas y otras, se
quiten las reinas del enjambre que se traslada de otra colme
na , como que pertenecenun pueblo estrangero. Y con to
do eso no hay duda que los panales y los enjambres muy po.
blados, que tienen formadas las abejas, se han de trasladar
y agregarlos que han quedado con menos, para que se
fortifiquen las colmenas con la adopción, por decirlo así,
de esta nueva prole. Pero también se ba de tener la adver
tencia , cuando esto se haga , de no poner mas panales que
aquellos en que las abejas nuevas abren ya sus celdillas, y
roen la cera que cubre las bocas de estas, sacando por ellas
la cabeza. Pues si se trasladan los panales con las abejas sin
acabar de formar, morirán estas así que se les deje de dar
calor. Muchas veces también se mueren las abejas de la en
fermedad que los griegos llaman phagedasnan (phagedena
) *. Esta enfermedad proviene de que teniendo las abejas
la costumbre de hacer desde el principio tantos alveolos
como creen poder llenar, sucede algunas veces, que des
pués de concluidas estas obras de cera , el enjambre que se
ha alejado mucho por irbuscar miel , se halle sorprendi
do en los bosques por lluviasuracanes imprevistos, y pier
da la mayor parte de su pueblo: lo cual en habiéndose ye*
rificado, las pocas abejas que restan no son suficientes pa
ra llenar los panales; y entonces las partes que quedan va*
cías se pudren, y cundiendo la corrupción paulatinamente;
Tom. II. E
66
COLUMELA.
la miel también se pudre y las mismas abejas se mueren.
Para que esto no suceda, se deben juntar dos enjambres que
puedan llenar los panales que estén todavía sanos, y si no
hay proporción de otro enjambre, se han de cortar con una
herramienta muy afilada las partes de los panales que estén
vacías, antes que se pudran. Pues es importante la perfec
ción de la herramienta , no sea que si ésta está muy embo
tada, la dificultad de penetrar haga que se dé un golpe
muy fuerte y que éste disloque los panales, lo cual si suce
de abandonan las abejas su domicilio. Hay también otra cau
sa de mortandad para las abejas, y es haber en algunos años
seguidos muchísimas flores, y dedicarse mas bienhacer
miel quemultiplicar. Y así algunas personas que tienen
menos inteligencia en estas cosas, se alegran con la mucha
abundancia de fruto, ignorando la destrucción que amena
zalas abejas, porque no solo mueren muchas fatigadas
por el excesivo trabajo , sino que no reponiéndose por otras
nuevas las que quedan, por último vienenperecer. Por
lo cual si entra una primavera en que los prados v campos
labrados tengan flores en mucha abundancia , es útilísimo
cerrar las piqueras de las colmenas de cada tres dias uno,
dejando unos agujeros pequeños por donde no puedan sa
lir las abejas,fin de que separadas de la fabricación de
miel, por tener perdida la esperanza de poder proveer todos
los alveolos de este licor, los llenen de prole3. Estos son po
co masmenos los remedios de que nos valemos para los
enjambres que padecen alguna enfermedad.
CAPITULO XIV.
Método para gobernar las abejas en toda el año, y lo que
. ha de. evitar el colmenero. , . •,
Vamostratar en seguida de aquel cuidado que para todo
el año prescribe con tanto acierto Hygino. Desde el primer
equinoccio, que se verifica en el me» de marzo ácia el octa
vo dia antes de las calendas de abril, cuando el sol se halla
en el octavo grado de Aries hasta que se dejan ver las Plé
yade , hay cuarenta y ocho dias de primavera. Durante es
LIBRO NONO
te tiempo," dice, se han de principiarcuidar la9 abejas,
abriendo las colmenas,fia de sacar todas las inmundicias
que se han juntado en el invierno, y después de haber qui
tado las arañas que destruyen los panales, se introduzca bu*
mo de boñiga de buey: pues éste, por cierta afinidad 1 que
hay entre las dos especies, es muy conveniente para las abe
jas. También se han de matar los gusanillos que llaman po
lillas, y asimismo sus mariposas: cuyos animales dañinos
que comunmente se peganlos panales, se caen si mez
clas con la boñiga de buey tuétano del mismo animal , y
quemando uno y otro introduces el humo en la colmena.
Con este cuidado se fortificarán los enjambres en el
tiempo que hemos dicho, y se dedicarán con mas vi
gorsus trabajos. Pero lo principal que debe observar el
colmenero cuando deberá andar con las colmenas, es ha
berse abstenido el dia anterior de los placeres sensuales, no
acercarseellas borracho ni sin haberse lavado, privarse
de todos los comestibles que echan olor fuerte, como los
pescados y demás cosas saladas, y todos los jugos que des
tilan también de las hediondas acrimonias del ajode las
cebollas, y de las demás cosas semejantes. El dia cuarenta
y ocho después del equinoccio de primavera, cuando se
empiezandejar ver Jas Pleyadas ácia el dia quinto an
tes de los idus de mayo, principian los enjambresau
mentar sus fuerzas y el número de las abejas. Pero en los
mismos dias se destruyen los que tienen pocas y enfermas,
y en este tiempo se procrean en las extremidades de los pa
nales fetos de mayor tamaño que las demás abejas , y algu.
ñas personas hacen juicio que estas son reinas, perola
verdad no faltan autores griegos que los llaman ocstrost
porque atormentanlas abejas y no las. dejan sosegar:
por lo cual previenen que se maten. Desde el nacimien
to de las Pleyadas hasta el solsticio , que esúltimos de
junio ácia el tiempo en que el sol está en el octavo grado
de Cáncer, enjambran por lo común las colmenas: en cuyo
tiempo se deben guardar con mas cuidado, no sea que hu
yan las crias nuevas. Y entonces desde que se ha verificado
el solsticio hasta el nacimiento de la canícula, que son casi
treinta dias, se hace la cosecha de los panales juntamente
£a
68
COLUMELA.
con la de los granos. Pero cómo deban recogerse aquellos lo
enseñaremos en seguida, cuando tratemos del modo de sa
car la miel. En cuantolo demás Deniócnto, Magon, y no
menos Virgilio, han hecho correr la especie de que en este
mismo tiempo se pueden procrear abejas matando un no.
villo3. Magon asegura que se puede hacer lo mismo con
panzas de bueyes. Cuyo método pienso que es supérñuo ex
plicarlo con mas individualidad, agregándome al parecer
de Celso, que dice muy prudentemente, no causar la pér
dida de estos insectos un perjuicio tal , que se ha de procu
rar adquirir por este medio. Mas en este tiempo y hasta el
equinoccio de otoño se han de abrir y fumigar las colme
nas : lo cual , aunque es molestolos enjambres, convienen
todos en que les es muy saludable. En seguida luego que
las abejas habrán sido perfumadas, y se les habrá dado ca
lor, convendrá refrescarlas regando las partes de las colme
nas que estén vacías con agua fria muy recien cogida , y
aquellas que no se hayan podido regar será bueno limpiar
las con plumas de águilade cualquiera otra ave grande,
que tengan resistencia. Ademas de esto se barrerán las po
lillas, si se dejáren ver, se matarán sus mariposas , que es
tando por lo común dentro de las colmenas son la destruc
ción de la9 abejas, porque roen los panales, y porque en
gendra su estiércol los gusanos que llamamos polillas de las
colmenas. Y así en el tiempo en que las malvas echan flor,
que cs-cuando hay la mayor multitud de ellas, si se pone
por la tarde dentro de las colmenas Una vasija de cobre se
mejante á-un miliario 3, y en su fondo se pone alguna luz,
acuden mariposas de todas partes, y revoloteando al rede
dor de la llama se abrasan, porque no pueden salir volan
do con facilidad ácia arriba ,causa de lo estrecho de la
vasija, ni retirarse del fuego, estando como están rodeadas
de sus paredes que son de cobre; por lo que se queman con
el ardor del fuego que tienen inmediato. Casi cincuenta dias
después del nacimiento de la canícula es el de Arcturo : en
tonces es cuando las abejas hacen las mieles de las flores
de tomillo, de orégano y de mejorana silvestre: y la miel
que se tiene por de mejor calidad en esta misma es la que
hacen en el equinoccio de otoño , que cae antes de las ca*
LIBRO NONO
lendas de octubre cuantío el soi toca al octavo grado de Li-:
bra. Después del nacimiento de Arcturo , que es cer
ca del equinoccio de Libra, como he dicho, es la segunda
castra. Pero se ha de tener cuidado en el tiempo que me
dia entre el nacimiento de la canícula y el de Arcturo de
que las abejas no sean sorprendidas por la violencia de los
tábanos , que están por lo común delante de las colmenas^
acechandolas que salenu En seguidaf;desde el equinoc
cio , que es acia el día octavo antes de las calendas de
octubre hasta el ocaso dé las Pleyadas, emplean las abe*
jas cuarenta días en > hacer sa repuesto de las mieles que
han recogido dé las doces del taray y de las de los arbustos
silvestres para mantenerse en el invierno: y de estas mieles
nada se les ha de quitar absolutamente, no sea que fatiga
das con las frecuentes injurias que reciben huyan desespe
radas. Desde el ocaso de las Pleyadas hasta el solsticio de in
vierno, que es el dia octavo antes de las calendas de enero,
cuando el sol se' halla en el grado octavo de Capricornio, se
sirven ya los enjambres de la miel que tienen de repuesto*
y se mantienen de ella hasta el nacimiento de Arcturo. Y no
ignoro el modo de contar de Hiparco* que pretende que
los solsticios y los equinoccios se verifican no cuando el sol
está en el octavo grado de los signos, sino cuando está en el
primero. Pero en este arreglo de los trabajos del campo si
go yo ahora los calendarios de Eudoxio , de Meton y de los
astrólogos antiguos que están adaptadoslos sacrificios pú
blicos; poique esta opinión abrazada desde tiempos anti
guos es mas conocida de los labradores, y porque esta suti
leza de Hiparco no es necesariala grosera instrucción de
la gente del campo. Por lo cual desde que comience el oca
so de las Pleyadas, convendrá abrir inmediatamente las col
menas, limpiarlas de toda inmundicia, y cuidarlas con el
mayor esmero , porque en el tiempo de invierno no es conveniente
moverlas ni abrirlas. Y así mientras queda algún
tiempo de otoño todavía, después de haberlas limpiado en
un dia muy templado, se han de meter las coberteras den
tro de ellas hasta que lleguenlos panales, dejando fuera
lo vacío, para que estando estrechas por este medio se ca
lienten con mas facilidad. Y esto se ha de hacer siempre
Tom. II. E3
7e COLUMELA.
aun en aquellas colmenas que están pobladas por un nú
mero pequeño de abejas. En seguida untaremos por defuera
con boñiga y barro amasados tolas las rendijas y aguje
ros que hubiere , sin dejar mas aberturas que las piqueras,
por donde entren y salgan: y aunque estén las colmenas
debajo de un colgadizo, con todo eso las cubriremos con
paja y bojas que se amontonarán por encima de ellas, y en
cuanto sea posible las resguardáremos con esto del frió y
de las tem[ t stades. Algunas personas meten dentro de las
colmenas aves muertas, después de haberles sacado las tri
pas y las entrañas, las cuales en tiempo de invierno dan ca
lorlas abejas, que se ocultan entre sus plumas; al mismo
tiempo que si se han consumido las provisiones las alimen
tan cómodamente, cuando tienen hambre, de suerte que
no les dejan mas que los huesos *, pero si hay bastantes pa
nales, permanecen sin tocarlas, y aunque son tan amantes
de la limpieza las abejas, no las ofenden estas aves muertas
con su olor. Sin embargo nosotros somos de sentir que esi
mejor darlas que tienen hambre en uno* comederifos,
que se pondrán juntolas mismas piqueras, higos secos
machacados y remojados en agua,bien arropevino de
pasas. En cuyos licores será conveniente empapar lana que
esté limpia , para que poniéndose sobre ella las abejas chu
pen estos jugos como por un sifón. También será bueno
darles pasas picadas y un poco rociadas con agua. Y con es
tos géneros de comidas se han de mantener no solamente
en el invierno, smo también en aquellos tiempos (como ya
he dicho) en que estarán en flor la lechetrezna y los olmos.
En casi cuarenta dias contados desde el solsticio de invier
no consumen toda la miel que tienen de repuesto (á no
se:' que el colmenero se la haya dejado en mueba abundan
cia), y aun muchas veces después de haber desocupado los
panales se echan juntoellos y están 6in comer y adorme
cidasla manera de las serpientes 5 hasta el nacimiento de
Arcturo que es desde los idus de febrero, conservando la
vida con su reposo, la cual sin embargo para que no la
pierdan, si sobreviniere una hambre mas larga , es muy
bueno introducirles con sifones por la piquera licores
dulces, hasta que el nacimiento de Arcturo y la llegada
LIBRO NONO 71
de las golondrinas les anuncien tiempos mas favorables. Por
lo cual después de este tiempo, cuando lo despejado del dia
lo permite , se atrevensalirlos pastos. En efecto, desde
que ha llegado el equinoccio de primavera ya andan sin
detención por todas partes, cogen florespropósito para las
crias y las llevanlas colmenas. Esto es lo que prescribe
Hygino para que se observe con exactitud en los diferentes
tiempos del año. Pero Celso añade que como en pocas par
tes hay la felicidad de que se puedan darlas abejas unos
pastos en la primavera y otros en el estío, en los parages
donde pasada la primera estación faltan floresproj>ósito
para las abejas, no deb;n dejarse las colmenas, sino que así
que se hayan consumido éstas flores, se han de trasladar á
aquellos que puedan mantener las abejas mejor con las flo
res tardías de tomillo, de orégano y de mejorana silvestre:
10 que dice practicarse no solo en Acaya, de donde las tras
ladanlos pastos de la Atica, en la Eubea, y en las islas
Cy ciadas, en donde las mudan desde las otrasla de Scyros
, sino, también en Sicilia, llevándose al monte Ilybla las
de las demás partes de la isla. Y el mismo autor dice que
la cera se hace de las flores , y la miel del rocío de la maña
na, y que una y otra toman tanto mejor cualidad, cuanto
mas agradable sea el material de que se ha hecho la cera.
Pero previene que antes de la mudanza se reconozcan con
atención las colmenas, y que se saquen los panales viejos,
los que tengan polillas, y los que estén poco asegurados, y
que no se reserven sino pocos, y que esqs sean los mejores,
para que también al mismo tiempo se hagan muchísimos
de la flor mejor : y que las colmenas que cualquiera per
sona quiera trasladarotra parte, no las lleve sino de no
che y sin agitarlas; . < : u .
' , ' '
CAPITULO XV.
11 > .'l'J"r. '' >
. D.el {nodo de sacarla miel, y cuándo se deben castrar
¿as colinchas.
Después de pasada la primavera viene en seguida , como
he dicho, la recolección de la miel,la cual se dirige
e4
7a COLUMELA.
«1 'trabajo de-todo -el año. Se conoce qne es tiempo de
hacerla cuando se advierte que las abejas echan de la
colmena y ahuyentanlos zánganos. Los cuales son una
especie cíe insectos de mayor tamaño que Jas ahejas, y
muy semejantesellas; y (como dice Virgilio, Georg. ub. 4
¡*Ji«8.) un ganado perezoso y que está juntolos panales
«in industria, pnes no solo no. proveen de alimento, si
no que consumen eh que han traído las abejas. Pero sin
embargo parece que estos zánganos contribuyen en algo
á la procreación, incubando las semillas de que se forman
las abejas. Por lo cual los admiten con mas familiaridad
para que fomenten y crien la nueva prole. En se
guida, después de sacados los pollos, los echan fuera de
las colmenas; y, como dice el mismo poeta, los alejan
de los pesebres. Estos , previenen algunos autores que es
conveniente exterminarlos xlel todo: lo cual, conformándo
me yo con Magon, soy de opinión que no se ha de ha
cer, sino que se ha de moderar este rigor, pues nb/sé
ha de hacer una matanza universal de ellos, no sea que
las abejas se hagan perezosas1, supuesto que cuando los
zánganos les comen alguna parte de sus provisiones, se
hacen mas ágiles reparando sus daños: ni por el contrario
se ha de permitir que tome cuerpo esta multitud de la
drones , para que no devasten todas estas riquezas que no
son suyas. Por consiguiente r cuando vieres que se arman
masmenudo peleas entre los zánganos y las abejas , abri
rás las colmenas, y las registrarás, para que si los pana
les están medio llenos se difiera la castra , y si están llenos,
y cubiertos de cera por encima de los alveolos, se haga.
Pero para esta operación se ha de elegir comunmente la
mañana; pues no conviene irritar en medio del calor*
á las abejas que ya están exasperadas. Para este efecto son
menester dos herramientas de pie y medio de largo,un.
poco mas, una de las cuales será un cuchillo largo de dos
filos que tenga en la punta un tranchete corvo ; la otra es
plana por un lado, y muy afilada, para que con ésta se
corten mejor los panales, y con aquella ee raigan, y se
saque toda la porquería que hubiere caído. Pero cuando
por la parte posterior en que no hay ningún vestíbulo
LIBRO NONO
73
estuviere abierta la colmena , se introducirá humo de gálbano
ó de boñiga seca. Esto se echa con ascua9 en una
vasija de barro; y esta vasija se hace con asas, y de fi
gura de olla estrecha, de suerte que por una parte sea
mas delgada , y tenga un agujero mediano por donde sal
ga el humo , y por la otra mas ancha con una boca bien
abierta , por la cual se pueda soplar. Cuando una olla tal
como esta se habrá introducido su pico en la colmena •%
soplando por el otro lado, 6e hace llegar el humolas abe
jas , las cuales , no pudiendo soportar este olor , se pa
sanla parte anterior de la colmena inmediatamente, y
alguna vez salen de ella. Y cuando hay proporción de
registrarla con mas libertad , si hay dos enjambres se en
cuentran por lo común dos especies de panales. Pues, aun
que estén en paz cada uno guarda su costumbre para ar
reglar y dar figurasus ceras. Pero todos los panales es
tán siempre suspendidos en la parte superior de las col
menas , y ligeramente adheridoslas paredes , de suerte
que no lleguen al suelo, porque esto dá pasolos en
jambres. Por otra parte la torma de los panales está mo
delada por la de las colmenas, pues sus capacidades, ya
sean cuadradas, ya redondas , y ya largas, danaquellos
sus figuras como una especie de molde ; y por esto no se
hallan siempre los panales de una misma forma. Pero es
tos, sean como sean, no se sacarán todos; pues en la
primera castra , cuando todavía abundan los campos de co
mida , se ha de dejar la quinta parte; en la segunda, cuán
do ya se está temiendo que llegue el invierno , se de
jará la tercera. Sin embargo, esta proporción no es fija
en todos los países, pues se ha de proveerla subsisterícia
de las abejas en cada uno según la multitud de flo¡-
res y abundancia de comida. Pero si las ceras suspendi
dasla colmena están alargadas perpendieularmente,
se han de cortar los panales con la herramienta parecida
á un cuchillo: en seguida se han de recibir en los dos
brazos que se pondrán debajo t y de esta manera se han
de sacar : mas si los panales están adheridos horizontalmente
á lo alto de la colmena, entonces es precisa una
hertauiienta con la punta encorvada, para que se corten
74
COLUMELA.
apretándolos con esta. Y se deben sacar los viejosdefec
tuosos, y dejar sobre todo los sanos y llenos de miel, y
si hay algunos que tengan pollos,fin de que se reser
ven para la reproducción de un enjambre. En seguida se
han de llevar todos los panales que se hubieren sacado al
sitio en que quieras sacar la miel , y se han de tapar exac
tamente los agujeros de las paredes y de las ventanas, pa
ra que las abejas no puedan entrar en él por parte al
guna, porque se obstinan en buscar sus riquezas, por de
cirlo así, que han perdido, y en encontrándolas las con
sumen. Por lo cual se ha de hacer también humo con los
referidos materiales en la entrada de aquel sitio, que eche
de allílas que intenten entrar. En seguida las colme
nas castradas que tengan panales atravesados en la entra
da se han de volver: para que las partes posteriores sir
vansu turno de entradas; pues de esta suerte en la cas
tra próxima se sacarán mas bien los panales antiguos que
los nuevos, y se renovarán las ceras, que son tanto peo
res, cuanto mas antiguas4. Pero si por casualidad estu
vieren las colmenas revestidas de fábrica, y por lo mis
mo inmobles, tendremos cuidado de que se castren unas
veces por la parte posterior, y otras por la anterior; y es
to deberá hacerse antes de la hora quinta del dia , después
repetirlo pasada la nona ,al dia siguiente. Mas sean
cuantos fueren los panales que se han recogido, convie
ne extraer de ellos la miel el mismo dia de la castra : mien
tras están calientes se cuelga en un sitio obscuro un ces
to de sauce,una manga de mimbre menuda de regi
do claro, parecidaun cono inverso , como el que sir
ve para colar el vino ; en seguida se echan en ella
los panales hechos pedazos; pero se ha de tener cuida-
do.de separar aquellas partes de ellos que tengan pollos
ó inmundicias rojas: pues son de mal gusto, y con su
jugo echanperder la miel. En seguida ," luego que la
que se ha colado ha caido en un librillo, que se habrá
puesto debajo, se mudavasijas de barro, que estarán
destapadas, hasta que deje de hervir la miel nueva, y es
ta se ha de limpiarmenudo con una espumadera. Des
pués se exprimen con las manos los fragmentos de los pa
LIBRO NONO
75
nales que han quedado en la manga; y la miel que dan
es de segunda calidad, la cual los mas curiosos la guar
dan aparte , no sea que la que es de un gusto excelen
te, se deteriore mezclándole ésta.
CAPITULO XVI.
De la cera.
El fruto de la cera , aunque de poco valor 1 , no se ha
de pasar en silencio , siendo su uso necesario para
muchas cosas. Los restos de los panales, así que se han
exprimido, y se han lavado bien en agua dulce, se po
nen en una caldera de cobre, y echándoles agua por en
cima , se derriten al fuego. Luego que esto se ha hecho,
•e derrama la cera sobre pajajuncos , y se cuela ; se cue
ce de nuevo como la primera vez, y se vacia en los-mol
des que cada uno tienebien , llenándolos antes de agua:
en estando cuajada la cera es fácil sacarla, porque el agua
que hay debajo impide que se peguelos moldes. Mas,
una vez que hemos concluido el tratado de los ganados
y de las crias de la casa de campo, vamosdar en ver
so (para dartetí ynuestro Galion gusto) lo que nos
queda que explicar de las cosas del campo, esto es, el
cultivo de los huertos.
COLUMELA,
NOTAS AL LIBRO NONO.
Notas al
CAPITULO II.
1. Hija de Meliso, rey de Creta, que mantuvoJúpi
ter, juntamente con su hermana Amalthea, con leche de cabras
y miel , de donde se originó la fábula de que lo habia criado
una cabra , y que habían ido volando las abejas y llenado de
miel la boca del niño.
2. No se conoce otro autor mas que el nuestro que hable
de estas ninfas.
3. Por esto en las medallas de plata de los Cretenses se vé
por un lado la figura de una abeja, lo que tieue relación coa
esta fábula.
4. Esto lo afirma Virgilio en las Geórgicas Iib. 4. v. 283.
Notas al
CAPITULO IV.
1. Sin embargo Plinio es de contraria opinión en el libro
11. cap. 13; pero lo mas estraño es que Virgilio aprueba tara-
bien este árbol en el libro 4. v. 141. de las Geórgicas.
2. Staphi linos.
3. En el original dice amarantos; pero Pontedera, 4
quien sigue Escoetgenio, en lugar de esto ponen tamarix,
que significa taray , porque el amaranto es yerba anual, y
el autor va hablando de árboles. Ademas que aquel es inútil,
para las abejas, y al rededor de éste, cuando está en flor,
vuelan en gran número. Lo que alguno estrañará es que al prin
cipio del capítulo se dice que el azufaifo y el taray son los
que se aprueban mas para la miel, y mas adelante que la dan
de un gusto mediano:lo que se satisface, advirtiendo que
aunque estos sean para el efecto los mejores entre todos los
árboles , son inferioreslas yerbas y demás plantas que se
han citado aquí.
Notas al
CAPITULO V.
I. Esta expresión y otras semejantes que se encuentran en
nuestro autor podrian muy bien entenderse de un sitio frente
del cual no se encuentre cosa alguna que impida el que lle
guenél los rayos del sol, aunque este lugar esté cubierto
por lo alto, en cuyo caso un sitio expuesto al mediodia del
estío seria aquel delante del cual se hallaría un cuerpo que in
terceptaría los rayos del sol en el invierno, sin estar bastante
mente elevado para interceptarlos en el estío.
LIBRO NONO
i. No es de creer que hable aquí Columela de los cangre
jos que se cuecen para la mesa , sino de los que se queman pa
ra medicinas; y no se hace con ellos una sola, pues se aplican
para la mordedura de perro rabioso, para la gangrena, y para
otras que se pueden ver en la Historia natural de Plinio.
3. Ecos.
Nota al cípiíuiq VIL
1. Esta mariposa hace dañolas colmenas de varios mo
dos, como nos lo enseña Plinio eri el libro it cap. 10, ya co
miéndose los panales, ya dejando sus excrementos, de que se
producen las polillas , y ya haciendo telarañas. El decir que
de los excrementos se producen las polillas es un error, pues
de lo que se engendran es de los huevos que ponen las mari
posas.
Notas al
CAPITULO XIII.
1. Este autor, natural de Solos, tenia una pasión tan grande
á las abejas que en cincuenta y ocho años no hizo mas que
cuidarlas, y también escribió libros acerca de ellas, como dice
Plinio en el lib. 11 cap. 9.
Z.' Plinio en dicho libro cap. 19 llamaesta enfermedad
citrónsclcron , voz de origen obscuro (como dice el pa
dre Harduino). La de phugedena se halla numerada por el
mismo Plinio en el libro 20, cap. 7 entre las enfermeda
des, de que infiero ser una putrefaccióncorrupción que
suele extenderse demasiado, y consume las carnes por don
de corre. ' " .>'•"' ""*.' , ">
' j. ' No puedo decir si las 'abejas ajustan de esta manera
seis cuentas. Pero puede suceder que este «ramalillo inquie
to, impidiéndole una especie de trabajo, se dediqueotro.
Notas al
CAPITULO XIV.
X. Por la opinión en que estaba de que un buey muerto
engendra las abejas, como va prontodecirlo.
2. El no querer explicar Columela el modo de producirse
las abejas de un novillo muerto, convence el desprecio con que
miraba esta simpleza.
3. Esto es , alto y angosto , como dice Paladio en el li
bro 5 cap. 8 núm. 9.
4. Petavio en la Uranología dice que Hiparco no fue au
tor de este modo de contar, y que se engaña Columela.
5. Cuya razón es conocida por la fábula del hombre del
campo, que abrigaba en su seno una serpiente amortecida por
el frió, y que después fue muerto por ella.
COLUMELA.
Notas ai
CAPITULO XV.
1. Y lo principal es porque no se acabe todo el enjambre,
pues matándolos todos, que son los únicos machos, no podrá
fecundarse la reina, que es la sola hembra.
2. Creo que su picada es mas fuerte así que han entrado
mucho en calor. Es constante que las mordeduras de otros ani
males, y las picadas de los demás insectos son mucho mas ás
peras durante los ardores de la canícula.
3. Parece que el humo se echaría levantando un poco la
colmena por la parte posterior, y que huyendo de él las abe
jas, subiránla parte superior de la colmena, pues de otra
suerte se meterían en medio del humo. Sobre todo lo mejor es
tener una colmena que pueda abrirse por arriba,fin de ha
cer pasar las abejasotra, que se pondrá por encima de la
primera. Esto se conseguirá mejor en las colmenas de muchas
alzas, inventadas por P altean, y perfeccionadas por otros sa
bios agrónomos, como se puede,, ver en Rozier y Quinta.
4. Tanto mas que los gusanos, al transformarse en abejas,
dejan sus camisas pegadaslas paredes de las celdillas, lo que
indispensablemente debe comunicar alguna porqueríala
cera.
Nota al
CAPITULO XVI.
1. No es ahora de muy poco valor la cera, pues con una
libra de ella se pueden comprar cuatro de miel ; lo que tiene
dos motivos, uno el mucho consumo que hay de ella para el
culto divino; y otrp el menor que hay de mjel que ejn tiem
po de Columéla, por darse, la preferencia al azúcar, que en
tonces era raro, y ahora se ha hecho muy común.
LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA.
De las cosas del campo.
LIBRO DÉCIMO.
Prefacio.
I?ecibe, oh Silvino, el resto de los intereses que me habia
obligadopagartepropuesta tuya. Porque en los nueve
libros anteriores te habia satisfecho la deuda ,excepción
de la parte que ahora te solvento. Resta pues el cultivo de
los huertos, singularmente despreciado en otro tiempo por
Jos labradores antiguos, y ahora ya el mas célebre. En efec
to, al paso que la frugalidad en nuestros mayores tocaba en
Ja parsimonia, los pobres tenian la comida mas abundante,
manteniéndose, tanto los mas principales como los mas ba
jos, con abundancia de leche y con carne de caza y de ani
males domésticos, lo mismo que con agua y trigo. Después,
como la edad siguiente y principalmente la nuestra, haya
dado valorlos manjares exquisitos, y no se regulen las ce
nas por los deseos naturales, sino por los bienes que se po
seen , la pobreza de la plebe , no teniendosu alcance las
comidas delicadas, ha quedado reducidalas ordinarias.
Por lo cual nosotros hemos de dar preceptos con mas cui
dadosobre elcultivode loshuertosque lohanhechonues
tros mayores; porque el fruto de ellos está ahora mas en uso
que entonces ; y este tratado lo daría yo en prosa, como me
habia propuesto para ponerlocontinuación de los libros
anteriores, si no hubieran combatido mi determinación tus
8o COLUMELA.
repetidas instancias que me han vencidocompletar en
verso las partes omitidas en el poema de las Geórgicas que
el mismo Virgilio habia dadoentender las dejabala
posteridad para que los tratara después de él (Georg.iib. 4, v. 147%
Pues nosotros no nos debíamos atreveresta empresa de
otra suerte que por la voluntad del mas respetable poeta; y
así como por su inspiración hemos tomadonuestro car
go (sin ganala verdad por la dificultad del trabajo, bien
que no sin esperanza de feliz suceso), una materia de muy
poca sustancia y casi sin cuerpo, que es tan fútil que si se
considera el todo de mi obra se puede contar por una partecilla
de ella; pero si se mira de por sí, y como ceñida á
sus propios límites, de ningún modo puede parecer bien.
Pues aunque hay muchos miembros de ella, por decirlo así,
de que podemos hablar algo, con todo eso son tan peque
ños como granos de arena, de cuya incomprehensible pequeñez
(como dicen los griegos) no se puede hacer un corele!
Por lo cual este fruto de mis vigilias, sea como sea,
está tan lejos de aspiraralgún elogio particular, que se da
rá por servido si no se hace juicio que deshonra los libros
que he publicado antes. Pero concluyamos ya el prefacio.
POEMA.
También voyenseñarte ¡oh mí Sil vino!
A cultivar el huerto deleitoso ,
Con lo demás que el Vate Mantüano
(Cuando cantaba las jocundas mieses,
Los dones de Lyéo, las fragantes1
Mieles, ytí ¡oh gran Pales"! invocaba)
Oprimido. del tiempo por la angustia
Omitió adréde porque mas despacio
Nosotros completásemos sú obra.
Lo primero de todo es que tu huerto
Para ser fértil , se coloque en tierra
Pingüe, no pegajosa sino afable,
Que no estalle en terrones al labrarla,
Mas antes la menuda arena imite.
Señal es de tal tierra el que se vista
Por sí de mucha grama y bayas rojas
De yezgos, que con dulce y no excesiva
Humedad se fomentan ; pues no cumple
La tierra seca , y menos la encharcada
Bajo inmóbiles limos do resuenen
De vocinglera rana eternos gritos,
Tampoco será mala en la que nazcan
Olmos frondosos espontánamente,
Y en parras fértil sea , y que se cubra
De perales, ciruelos y manzanos
No plantados por mano de mótales;
Y no produzca eléboro3, ni tejos,
Tom> II. r
COLUMELA. v.
Ni gálbanos, dañosos por su jugo,
Ni otra especie de yerbas ponzoñosas,
Aunque crie la planta parecida
A la inferior mitad del cuerpo humano \
¡Atropa! monstruo vegetal que llama
Mandragora el botánico estudioso;
Ni la letal cicuta5, úpar della,
La férula , cruel para las manos 6,
Las zarzas, enemigas de las piernas ,
Ni espinos de sangrientos aguijones.,
Haya en la inmediación aguas corrientes
Que el hortelano atraiga para ajivio-
De la continua sed que al huerto aqueja;
O nazca .yn manantial en cuya concha
No esté tan honda el haz que la6 entrañas
Le comprima el tirar de la cigüeña. ¡ ,,
Dueño de tal terreno cercaráslo . . : "
De tapia,bien de arbustos espinosos,
Que no dejen entrar ladroiv pi bestia.
Pon en él una estátua de ItipháloWK . ¡ ;
Que, teniendo en la mano su guadaña,
Al rapaz y al ladrón, torvo amenace.;
Y no emplees en ella la. alta industria
De. Dédalo7, ú Phradmón8, ú Pojigléto,,
U Agelades9; pues bastatal servicio , " ;
Que un árbol viejo labres toscamente,
Y la torpe deidad con él figures.
Ea pues , Musas , hijas de Piério ,
Cantad en versos dulces bien que humildes
El cultivo, y los tiempos oportunos
De entregarla tierra las .semillas ,
Y los desvelos que después reclaman.
Y cuando empiezanbrillar las ñores,. . .
6o. LIBRO DECIMO
Cuando el pésto rosal su prole ostenta. :
Cuando la vid se encorva y mece el fruto.
Y cuando el árbol, hijo de la inculta
Selva, regido por injerto extraño,'
Nos ofrece sus frutos adoptivos. <' ' '
Luego que la canícula insaciable
Habrá ca9i agotado el Oceáno*0,
Y el hijo de Latona y del gran Jove ;-'
Igualado las noches con los dias,
Y Vertumnio, de frutas satisfecho, <"
La corona pomífera manchada11 ' v
De dulce mosto, la espumante uva
Habrá exprimido ; entonces es el tiempo
De voltear la tierra, (con la laya ; T
De roble,quien el hierro tenaz calce).
Si es que restablecida del cansancio '
La lluvia la esponjó; pero si yerta,
Con el adusto tiempo, permanece '" '<>'' f
Inactiva por agua suspirando, r -'-^
Venga én declivio providente acequia
Que mitigue su sed, y redundante '
Entre y rebose en sus abiertas bocas. i
Mas ay! si ni sus venas ni los cielos . >; ¡
Jugo le dan; si el natural avarq-1 ' A
Del clima se lo niega, y el gran Jove" fl
Desoye sus clamores, esperemos
Al infalible Invierno, en que del todo
Quede en el mar cerúleo sumergida
De Ariádna la fúlgida corona,'. ü< '. ¡. 1
Por Baco en el Empírio colocada;
Y las Pléyades'^ teman quesu frente
Parezca Febo; y Febo14 mal seguro
Se juzgue en el Olimpo, y cauto huya ' <.
COLUMELA; í v.
Del Escorpión cruel y de sus dardos, ,.!,. "
Montado en áncas del centauro Cróta
A tu mentida madre no respetes1*,
Pueblo incauto, ignorante de tu origen;
Porque en verdad , aunque ella ya fue madre
Del linage infeliz de Proraetheo,
Nosotrosotra madre el sér debimos
Allá cuando colérico Neptano . ,
La tierra sumergió bajo sus moles,
Y, el báratro profundo conturbando, . ,
Terror pusolas ondas del Lethéo. "
Entónces vieron por la vez primera
L09 infiernos temblar al Rey EstígtolS;
Y bajo el peso del inmenso Ponto vi i
Los ecos de los Mánes resonaron. t -,< ¡
A nosotros, estando el orbe yermo,
Una fecunda mano dió la vida.
De los montes sublimes arrancadas t .. )
Por Deucalion, las rocas nos parieron.
Mas , héla yá quemas tenaz y duro
Afán os llama. Sús: lanzad del pecho
Esos sueños estériles , y al punto "
La yerta enmarañada cabellera *:
A la tierra quitad y el mustio ornato ,
Para forzarladarse nuevas galas. ' i " ;
Rompan luego los rastros ponderosos
La dura costra que oradar no puede
La planta tierna; las azadas anchas . -'.
Osen herir la tierra y revolverla
Sobre sí misma; 6us entrañas rotas i ,
Mézclense con el césped extendidas
En flojos lechos, porque el Noto adusto
Y la nocturna escarcha las marchiten, ;
v. i2Ó LIBRO DECIMO
Y el Cauro occidental y el vorticóso : " '
Bóreas con sus embates las condensen ,
Ysu vez el Solano las dilate.
Después, cuando ya Céfiro apacible
Con su fundente soplo habrá disuelto
Las aguas que cuajó bruma Riphéa,
Y ansiosa de arrojarse al mar profundo
La Lira'7 descendiere huyendo el polo;
Cuando la golondrina ya en su nido
Al amor y al verano haya cantado :
Entonces de la tierra se repare
La escasez de alimentos con jugosos
Desperdicios y estiércol de ganado
Grandepequeño, de cualquiera raza.
Ni desdeñe cargarse el hortelano
Los trabados cestones rehenchidos
De cuanta inmunda escoria los conductos
Arrojan de sus fétidas cloacas.
Con esto han de nutrirse los tablares,
Del tanto procrear desustanciados.
Segunda vez, después hiera y revuelque
De la azada con ambos gavilanes t '
La tierra, que la lluvia habrá cuajado,
Y endurecido las heladas frias; "
Yá de los azadones., con los dientes,
Ya con la misma azada , rompa y corte
Del verde césped las vivaces yerbas,
Y los terrones, que reduzcapolvo.
El ágil escardillo, reluciente
A fuerza del ludir, empuñe luego;. ,
Y haciendo de una lindela otra linde
Eras angostas, pártalas de nuevo,
Transversalmente con pequeñas sendas.
Tom. II. r3
COLUMELA. v.
En fin, cuando la tierra ya esté limpia,
En eras dividirla, y (su dureza
Domeñada) reclame el beso amante
De la semilla, désela, y produzca
De flores un terrestre firmamento.
El cándido alelí ; la rutilante
Caléndula dorada; del hermoso
Narciso tas guedejas; las terribles
Abiertas bocas de león rugiente18;
La azucena fragante esplendorosa;
Albinoscerúleos los jacintos;
Amarilla y morada la que esparce
Su olor, cual la virtud, aunque escondida,
¡Violeta! por humilde mas preciada.
Y la purpúrea rosa , sol del prado ,
Tipo de las que pinta en las mejillas
El cálido pudorlas doncellas.
También es tiempo de entregarla entonces
Del correctivo pánace ta grana:
Y la del Glaucio, de salubre jugo;
Y adormideras, grillos de los sueños
Cuando intentan fugarse de los ojoa;
La preciada semilla Megarense
Del restaurante Bulbo, y del que el suefo
De Getúlia produce19; y lá que siembran
Cabe la estatua del germíneo numen ;
El galán perifollo , y la achicoria
Gratalos paladares embotados ;
El tierno y diminuto lechuguino ;
Los blancos ajos, de apretados dientes;
Los úlpicos, que huelen desde lejos;
Los aliños que diestra cocinera
Emplear suele en sazonar las habas.
195. LIBRO DECIMO
Siémbrese Chirivía; y la simiente
De Asíria, fértil madre de raices
Que en rodajas partiéndolas se comen
Juntas con altramuces remojados ;
Cuya mixtura excita el apetito ' .
A beber la cerbeza de Pelusio.
También entonces de sembrar es tiempo
Las alcaparras; énulas campanas;
La cañaheja, gárrula y tremante;
La yerbabuena ; el oloroso eneldo ;
La ruda, aliñadora de aceitunas50;
La mostaza , que saca alegre llanto
Tragada mal; de Esrairnio las raices;
Y la que si la partes descuidado
También te hará llorar, blanca cebolla;
La yerba quela leche abona el gusto21 ,
Borra al esclavo prófugo las marcas,
Y su virtud declara por el nombre
Que la Grecia le dió. Siémbrese entonces
La hortaliza común que en todo clima
Rica y fácil vejeta , y en invierno
Al pobre como al rico da repollos ,
Y mórbido bretón en primavera.
Muchas sus razas son: las de la costa
De Cumas, en cebollas abundante,
Es la primera. Sígnenla indistintas
Las marrucinas ; las que en copia ofrecen
Segni la amena en el Lepino monte., ..
Cápua la exuberante, y los caudinos , ¡
Desfiladeros ; las que cria Estábia ,
Célebre por sus fuentes de aguas vivas;
Las que adornan los campos del Vesubio;
Las que la docta Ñapóles cultiva
f4
COLUMELA. .í v. aa5.
Regadas por el plácido Sebéto; i-'
Las del sabroso lago de Pompeya, "
Cerca de las salinas Herculánas;
Las que riega con onda transparente
Próvido el Síler; las de tallo envuelto
En retoños copiosos, que cultiva
El inculto Sabélo; las del lago
De Turno; las que Tívoli en sus vegas,
Las que el Abruzo, las que Aricia crian. "
Luego que éstas simientes ofrecido
Hubieresla tierra, bien mullida,
Asistirásla en su preñez con cuanto
El buen cultivo y tu interés exigen
Si'el premio ba de pagarte con usura.
Lo primero, has de ser profuso en riegos
A fin de que no muera el fermentado
Fruto de sed, hiriendo sus entrañas.
Cuando al parto la vieres ya cercana y
Y que dilata el seno descogiendo ,•>>.' 'KiO
Los lazos que la oprimen , y la prole
Lívida salga del materno vientre, . "
Próvido auxiliador darás entonces
A las primicias de su amor un riego
A manera de lluvia moderada,;
Y en seguida con hierro de dos puntas
Escardarás las excrecentes yerbas
Quela prole legítima sofocan. . ' . "
Mas-, si la situación del huerto fuere
En colina abundante de maleza >
A quien el bosque superior no envíe
Perenne arroyo, elevarás la tabla
Colmándola de tierras porque logre
La planta acostumbrarse al seco polvo
t. aS8. LIBRO DECIMO
Y de él nritrirse y a! -calor resista, -' 'i
Y no muera al secano trasplantada.
Después, al presentar su frente altiva
Sobre las aguas el primero signo,
También entre los brutos el primero",
(De Phriso portador, mas no de Heles
El seno ensanchará la-madre tierra 4 . '
Y , pidiendo al plantél agenas crias ,
Semillas nutrirá ya germinadas.
Hortelanos, alerta! porque el tiempo
Huye con pasos sordos, y volando 1
£1 año silencioso se desliza.
Ved cómo la mas tierna de las madres
No ya solalos hijos que pariera " ' ' Abraza,
y nutre f y minia, y engalana,
Sino que hace lomtsmo'á sus alnados 3K
Ea , pues , comomadre ynodriza
Dadla cuanto os reclama: llegó el tiempo.
Cercadla de sus hijos y sus crias. '
Arreglad su tocado, y que la cubra
Su rica y matizada cabellera.
Adórnela encrespado el apio verde ;
O yá se goce en recoger la luenga
Melena de los puerros cabezudos; 7
O la azenória sombra désu seno. " '" '
También descienda yá para alegrarla
De las montañas simias de Hybla
Planta extrangera de azafrán odóro.
Las mejoranas que en Canópo nacen ,
(Ciudad alegre) vengan; y la mirra
De Acáya 34 que tus lágrimas retrata
Doncella ilustre de Cinaras hija ,
Y prefierela líquida. Hechas plantas
COLUMELAi . v. as
Las que sembró semillas, ramos forme .
El hortelano de las flores bellas
De Caco '5, y las que nacen de la sangre
Del varón condenado injustamente,
Y de los inmortales amarantos, .,.
Y la infinita copia de colores . r !
Que pinta la feraz Naturaleza.
Venga yá la corambre Jí, aunque enemiga
De los ojos ; parezca la lechuga
Que disipa con sueño saludable
De terca enfermedad la fastidiosa . : /
Melancolía. Varia en sus especies, .' >
Dos de ellas se conocen con el nombre
De Cecilio Mécelo; una con hoja -.••..![
Rugosa y verde, la otra oscura y tersa;
Mas la tercera el nombre de su origen
Conserva (que lo fue la Capadocia)
Y es de hoja lisa, pálida y molluda. ,
Venga también la que mi Cádiz cria1}7, . )
De troncho y de cogollo albo y suave,
En la arenosa costa de Tarteso.
Las que produce Chipre en las fecundas
Vegas de Paphos, de encrespadas hojas !
Y blanco troncho. Cuantas son las razas
De tal verdura, tantos son los tiempos
De entregarlala tierra. En el principio
Del año planta Acuario las Cecilias,
Pan las de Capadocia en el mes mismo
En que para memoria y honor suyo
Se celebran las fiestas lupercales.
Tú plantas , oh Mavorte, en tus calendas
Las de Cádiz. Y tú, de Paphos diosa ,
En las tuyas nos das las de tu Chipre,
3a4. LIBRO DECIMO
En tanto que deseas y procuras
Unirte con, tu aladre, que impaciente
Te llama , por tu abrazo suspirando,
Y como madre tierna nupcial lecho
Bajo su superficie te prepara
De terreno feraz, húmido y blando.
1
Engendra pues ¡oh Venus! Llegó eldiá
A la generación predestinado.
Hoy corre amante amorlas uniones.
Hoy el alma del mundo se dedica
A engendrar, y de amor estimulada
Se enamora ella misma de sus miembros
Y de fetos los hinche. Hoy el gran padre
Del mar29, hoy el potente de las aguas*",
Abrazan, á.su Théri*el primero,
El otrosu Amphitríte , y las fecundan,
Porque les den después cerúleos hijos ,
Quefuer de esposas tiernas les presenten,
Y con ellos lea pueblen sus imperios.
Hasta el rey ¿de -los dioses3' hoy olvida
El rayo, y sus falacias repitiendo,
(Por la hija de Acrisio3* sus amores 1 « "
Antiguos imitando otra vez), cáe
De su madre en el seno, ardiente siempre,
Bajo la forma dé violenta Ihrviíf.
Mas esta vez' la amada no se opone
Del amante al abrazo, aunque es su hijo /
Y enamorada acepta sus caricias.
He aquí por qué los mares, las montañas,
El firmamento, el universo todo,
Celebran la florida primavera.
He aquí por qué el amor , por qué el deseo ,
Del hombre, del cuadrúpedo, del avey
columelar: v. 357.
Hoy se enciende en sus mentes, y cual llatna
Penetra devora? en sus medulas,' * *H::',; ¡
Hasta que ya saciada de placeres
La misma Venus, los maternos senos
Hinche, engendrando tantos seres varios.
Así continuamente puebla al mundo
De-nueva prole , porque no se. véa
Bruto y yermo en edades sin guarismo.^ A
Mas ¡ah! ¡cómo osé yo soltar la rienda
A mis caballos» y dejar que hendiendo
Espacio tan suhli me desbocados . :" >
Hayan dejado atrás con raudo giro u "
Las regiones ethéreas! Esto cante
Aquel varón quecoronarse aspire..
De deifico laurel , y que consiga
La inspiración del hijo de Latona. . v/:¡ I.
Las causas de las cosas éste canté. ; Este
cante el supremo Sér que rige
De la Naturaleza los arcános,
Y del Empíreo las ignotas leyes.
Cibeles 33este vate influya y guie
Para que corra y grite por los montes
Díndimo, Cytherón , Nysa y Parnaso ¿
(Altanes suyo», yi de Baco y Phébo), '
Entre el silencio amigo de lás musas
En el Pierio bosque, cual bacante:
«Viva Apolo de Délos! Evio viva34!"' '.
A mí, que vago humilde con cuidados L
Dé menor excelencia , me previene
Calíope que un círculo mas corto . .,<
Recorra, y con su ayuda haga una estrofa
De humilde verso, que cantarla puedan,
Al compás que ella diere (desde el alba
39o LIBRO DECIMO
Hasta que ledos al bogar tornaren)
El labrador del huerto deleitoso,
Y el podador de maridadas vides.
Volvamos, pues,hablar de las labores;
Veremos cuáles siguenlas dichas.
En el hendido de un somero surco
Espárzanse semillas de mastuerzo,
Tósigolas lombrices que se crian
En los vientres cargados de manjares
No digeridos, échense igualmente
Las de ajedrea, cuyo gusto imita
Los del común tomillo y del salsero.
Las de la calabaza y el cogómbro,
De cuellos éste tierno , aquella frágil.
Plántese el herizado cardo hortense
QueBaco cuando bebe es agradable ,
DesapacibleFhébo cuando canta.
Éste unas veces conglobado sube
Formando una maceta purpurina;
Otras esvelto crece, con guedeja •, .
De color de arrayan; otras la frente,
Por partes separada, humilde dobla;
Otras hiere con puutas aguzadas; . < . . ¡
Otras al canastillo imita , lleno . ,
De espinas que amenazan entre ñores;
Otras pálido, en fin, torpe retrata
Lias hojas retorcidas del acántho. > < i
Pues, cuando el árbol de Cartágo, luego
De sanguinos granates se cubriere, ' '" Y
Tiempo es entonces de sembrar los yáros,
Y el célebre cilantro nace entonces ,
Con el melánthio, que al comino imita.
Del espárrago entonces se levanta " . 1
orí neo LUMEL A. v.
£1 tallo entre sus matas espinosas. « '" ' ;
La malva, que del sol el curso sigue,
Y al perderlo reclina la cabeza.
La planta en fin que sin pudor se atreve
T.us videsimitar ¡oh Dios de Nysa!
Y malezas arrostra, y con descaro
Por en tre los abrojos campa y sube
Del silvestre peral y abraza al chopo.
De tí digo, brióniablanca nueza. >Al
modo que el experto pendolista
La béta,B del alphabéto griego '
Con punzón graba en la encerada tabla ,
Así el agricultor en pingüe suelo
Hinca el ferrado palo en cuya huella
Pone la verde acelga de pie blanco,
Que también llama beta el docto griego. .
Ea , ya la avenida de fragancias
Próxima está; ya vuelve Primavera
De púrpura teñida; ya se engríe
La madre universal de ver que adornan
Su sieu-guirnaldas dé sus propios hijos.
Yá los lotos de Phrigia su brillante
Blancura Ostentan ; yá las aromosas •'
Violetas abretí sus dormidos ojos;-
Yá en flores brota él anthirríno bello;
Yá la tímida rosa con su sacro
Pudor, cubrir queriendo sus mejillas
Virginales, dá honoreslos dioses, '' i
Y al sabéo su olor mezcla en los templos.
Hora pues ¡compañeras de las musas!
¡Del Aquelóo ninfas! hora humilde
Os imploro; y del Ménalovosotras3*
Oh Dryadas! ¡Napeas habitantes
56. LIBRO DECIMO
Del sacro inspirador bosque de Ainphryso37!
Las que del' prado del ameno Tempe{>^>i A
Las que las cumbres de Cyléne-erguidas', ¡
Las que el sombrío campo del Lycéo! ' i
Las de las grutas que contino manan "
Furo el humor dé la Castalia fuente!
Yvosotras también imploro ¡oh nkifas
Que os ornabais con flores del Haléso
Mientras de Ceres38 se os robó la hija
(Allá cuando asistiendovuestras danzas
Cogía las. brillantes azucenas :>•* :. *
De los pensiles de Enría), y al fin diose
Por esposa al tirano del Lethéo3? : ... " .t
Prefiriendo las sombraslos astros ,
Los infiernos-al cielo, PlútoJove¿ ¡ /I
Ala vida la muertes, y hora reina ; mi-''
En el averno: ¡insana Proserpina! : !" '
Venid vosotras, ya dejado el llanto;
Encaminad, aquí , con pasos vivos -¡ :" ;
Y sin pavor, la planta delicada, : " oui>
Y en loa sagrados canastillos vuestro» > < ~
Recoged el tocado de la tierra.
Aquí no hay robadores que las ninfas
Deban temer y ni engaños, ni asechanzas, .
Pues son de nuestro culto los objetos,
La fé .incorrupta y los peni tea santos. . !
Hoy todo brilla aquí de gracias lleno, < '<
Lléno de vino y risas, despojado
Tan solo de peligros y zozobras, ' » . , . )
Cubiertas de convites las praderas. ?f 1 ' Y
Ya tenemos la hermosa de las flores,
La Primavera dulce y jubilosa;
Del año la estación mas apacible -."i
••"COLUMELA. v.
Nos cerca ya; ya Febo nos incita
A recosíamos en la verde alfombra
Perfumada , y beber las aguas puras
Del fugaz arroyuelo, que salpica
Al marañado césped, murmurando
Templado de las brisas del Invierno,
Y del calor ingente del Estío.
Con flores de la hija de Dióne4Ya
se corona el huerto; ya la rosa
Brilla más que la púrpura de Tiro,
Y vence en esplendorla rotunda
Faz de Lucina, pálida y mudable,
Aun cuando Bóreas de su trono aléje
Las nubes, y le bruña el Orizoute.
Ni Pyrois rojo, ni el ardiente Syrio,
Tanto esplenden , ni el nuncio de la noche
Cuando regresa precediendo al dia;
Ni alegra el tricolóro arco celeste
De la garrida prole de Thaumante, '
Como luce y se alegra el fértil huerto -^
Con las hermosas flores que lo bordan. "
Venid, pues, ninfas; óra cuando el Alba
Dé el primer beso al Céfiro adormido
Ante el lucero confidente suyo;
Ora cuando de Iberia en el templado
Mar su cuadriga bañe el áureo Phebo.
Sus : coged la olorosa mejorana
Que ha cubierto la tierra con su sombra;
Cortad el árdua greña del narciso ,
Y del estéril granadal silvestre.
Y tú, Náyade41 ; tú que eres mas bella,
Cierto, que el bello adolescente Alexis!
Para que no desprecie las riquezas
v.5a* LIBRO DECIMO 97.
De Coridón, en tus cestilias poale
Violetas , con atados ramilletes
De bálsamo, y de casia, y de aligustre,
Y flores de azafrán , sobre los cuales
Vino rociarás , puesto que Baco
Es solo quien exalta los olores.
Y vosotros, ¡oh agrestes! que con toscos
Dedos troncháis los tallos de las flores,
De jacintos azules las uiimbréas
Bandejas cogolmad, y las cestilias, 1
Imitadas coa juncos retorcidos, . J
De rosas rehenchidas las rebosen ,
Yla espuerta rebienten apretadas
lias gualdosas caléndulas brillantes. . , .
. -.1 \iVertumnio4* el rico, próvido administre
Los caudales que en dote obtuvo Flora ;
Y el mozo quela plaza los conduzca
Volverá de! lapasos vacilantes ,
Por el mucho licor que habrá bebido , ' j
Y henchidas de metal las faltriqueras. , r
Mas, cuando las espigas ya maduras
Los campos dorarán, y el sol entrando
En Géaúnis dará prórroga al diaé .... It; ,
Y habrá deshecho con su activa llama „,
Los angulosos brazos del cangrejo
Que mordió en Lerna el pie del grande Alcides,
Entonces con el ajo y la cebolla
Juntad. la cereal43 adormidera -; -. ',
Y el eneldo oloroso, y (mientras verdes)
Llevadlos en manojos al mercado, .. a
Y cantad , en habiéndolos vendido ,
De la Buena-Fortuna los loores,
Alegres retornandovuestros huertos.
Tom. II, o
COLUMELA. y. 555»
También entonces con pesados rollos
Condensareis las verdes albahácas,
Que habréis sembrado en campos regadíos,
Porque no las abrasen los ardores
Del terreno, volátil hecho polvo,
Ni que el pulgón pequeño con su diente
Las acometa ,la rapaz hormiga
Pueda llevarse su menuda grana.
Mas no solo roer las tiernas hojas
Osan el caracol y el erizado
Invólvulo, pues suele muchas veces
Airado ú impropicio el mismo Jóve
Lanzar aguas cuajadas desde el cielo
Destruyendo con piedra, que ellas forman,
Del hombre y de su buey flor y esperanzas,
Cuando la col cetrina campa oronda
Sobre el nudoso troncho, y cuando hinchada
La penca amarillosa de la acelga,
Celebra, yá seguro el hortelano,
Tener prevalecidas y maduras
Sus legumbres, y empuña victorioso
La segadora hoz.... que llega tarde!!
Otras veces adverso el mismo Numen
Lanza contra el cultor aguas preñadas,
De que nacen gusa; os revoltones, " "
Dañososlos sauces ylas vides;
Y la ortiga también, que el huerto asalta,
Se arrastra por su faz, mutila y quema
Las plantas con su diente ponzoñoso,
Dejando en un instante sus cabezas
Despojadas, y heridas mortalmente
Sus entrañas con tósigo violento.
La experiencia casual, constante y varia,
y. 588 LIBRO DECIMO
99
Junta con el estudio, ha descubierto
Modo nuevolos tristes labradores
Si nó de obviar el nial de remediarlo.
Ese infalible y gran maestro, el Uso,
Les ha enseñadopropiciar los viento*
Y conjurar las recias tempestades
Con Thúscoe sacrificios. El origen l.<: > .
Es éste de que aplaquen con la sangre
T las entrañas de un mamón cachorro
A la dañina alheña44. De aquí vino
Que Táges el Tirréno, colocara4' -,
En el confin de su heredad nativa
La calavera de un Arcádio rucho ;
Y que Tarcón 4Í, para esquivar los rayo*
Del Potente, cercase su morada
Con seto de Brionia; y que Melampo47
(Del centauro Qtiiron alumno docto)
En cruces suspendiese aves nocturnas
Que entonces y por siempre causa fueron
De que siniestros cantos no se oyeran
En los lóbregos bosquesaltas cumbre*.
También alguna vez fué provechoso.
Para salvar las plantas ternezuelas
Del voraz diente de animal nocivo,
Rociar las semillas con jámila
Sin sal,revolverlas con el polvo > ni.
Del atezado hollín de los hogares.
Otras veces lo fué esprimir sobre ellas
De los marrubios el amargo zumo,
O yá de la puntéra con la savia .,! : "
Frotarlas y frotarlas muchas veces.
Mas sí de estos remedios no se
El anelado fin, vengan las artes
^BIBLIOTECAV't
Ca
ioo COLUMELA. y. 6ai.
De Dardano48, y tres veces dé la vuelta
Contra las mustias éras de tu huerto,
Y en derredor del séto que las guarda,
Una doncella con el pie desnudo ,
Que su infalible deuda esté pagando
A la edad juvenil, y ruborosa,
Vertiendo lentamente sangre impura, " O
Camine triste, con el pelo suelto,
Y el cinto virginal desanudado.
Al punto en que este rito haya cumplido,
Verás caér rodando ¡oh maravilla! " " •<„'
Al suelo las orugas, enroscadas ••" 1
Y sin vida, con lluvia tan espesa
Como cae del árbol vareado " « ",
Granizada de nuecesbellotas,
Con mágicos encantos adormida ••" '•« '
Así vio ya rodar precipitada1[.'" <<: •>
Yolcos del vellocino la serpiente. ^
Mas, ya es llegado el tiempo favorable
De cortar los bretones tempraneros, / '
Y las lechugas del Tartéso y Páphos
Arrancar, y de hacer bellos manojos ¡
De ápio curado, y de sectívo puerro.
Ya la provocativa oruga nace i /J
En el fecundo huerto, y la acedera ! ;¿ .<¡l
De diurético efecto; los serbales " , 'n tu .
De gérmen no sembrado, y la albarrana;
La dulce de jardin esparraguera, \ . . \
Y la amarga silvestre,quien imita. -< ! J '<
Ya la jugosa verdolaga cubre ; i ! i!. .
•\ Las secas éras. Ya las luengas matas I
De la judía, que al armuelle ofuscan,
A levantarse empiezan. Ya el cogó rubro,
' •.c ,
.*-1
r. 654. LIBRO DECIMO io\
A veces dé encanados suspendido,
A veces por las eras arrastrado
A manera de acuática serpiente
Que se oculta en la herbosa y fresca sombra
Mientras la asesta el sol en el Estío.
También parecen ya las calabazas, " "
Quegrado tnyo crecerán biformes;-
i
Pues si las quieres largas, y que cuelguen
Del vértice sutil de su cabeza ,
Tomarás de la parte mas delgada
Del cuello la semilla; y si te gustan*
Globosas, como hidrópica barriga,
La sacarás del mismo centro de ellas.
Estas te serviránvarios usos: ' > :"
O bienconservar peces Narycios ,
Y dulce ática miel del monte Hyméto;
O para sacar agua ,verter vino ;
0 en fin para ayudartus hijuelos
Cuando en ios ríosnadar empiecen.
Pero el cogómbrof cárdeno que nace
Panzon, velludo, y cual reptil maligno
Se fija en tierra , echado sobre el vientre
Corbo,;y cubierto de nudosa yerban . ..; .".
Siempre enroscado y frío, es pernicioso,
Y los males agrava del verabo.
Pestilente es su jugo, y sus pepitas
Se distinguen en ser mas abultadas.
No así el otro que ansioso se desliza
Por bajo el encañado tras del agua,
Cuyo curso acompaña , y por efecto
De amante simpatía se extenúa;
Mas que ubre de cochina blanco y trémulo;
Mas dulce y tierno que reciente nata
Tom. II. G3
COLUMELA.
Servida en banderillas de hoja y juncos.
Este es el que maduro palidece,)
Y algún dia se aplicalos mortales
En sus dolencias por remedio simple49.
Cuando ardiendo de fuego Hyperionéo5*
De Erígone la perrá comenráce
A mostrar de los árboles el fruto;
Y cuando la cestilla blanca , henchida
De moras atezadas , el sanguino >
Jugo destile que matice el suelo:
Entonces se recogen Jas primicias "
De la higuera -brevál, y los canastos
Con colmo encerrarán albaricóques,
Tierna ciruela blanca ó.tlamasceoa , n
Y la fruta que un tiempo (según fama) '
De la bárbara Férsia recibimos " _>'•.
Con su veneno patrio corrompida,
Y hoy olvidada del mortal oficio,
Y despojada del poder siniestro,, . o'twi: O
Nos dá jugo de célica ambrosía.-, '
Las mas pequeñas de éstas, que conservan
El nombre de su patria, se apresuran ..„,
A madurar; las que la extensa Galia . i k)
Nos dá, al tiempo ordinario se sazonan. ¡¿
Los árboles del Asia son tardíos, 'i •, •(,!
E inmaturos esquivan el verano;
Mas después que Boótes aparece,
Dán sus frutos: la higuera de la Livia,
Que emula, si no vence,la de Calcis;
Las tardas purpurinas chelidólias;
Y las mariscas; y la calistrútia
De tersa grana de color rosado,
Que guarda el nombre de amarilla cera.
7ao. LIBRO DECIMO
La de Libia, que tiene abierto el fruto;
Y la lidiaría de pintado olléjo.
Después de santamente celebradas
Las fiestas de Vuleano, y mientras pendan
Quietas las aguas en las altas nubes,
Sembraránse las nabas , que nos vienen
De las famosas vegas de la Nursia ,
Y los nabos, del campo de Amiterno.
Mas ¡ah! que al ver las uvas ya maduras
Evio, inquieto nos llama y nos ordena
Que cerremos el huerto cultivado.
Sí, Numen! con placer te obedecemos,
Como humildes y gratos labradores ;
Y ufanos entre sátiros traviesos54,
Y entre bicornes panes 5 5 que sacuden
Los brazos con el vino entorpecidos,
Cogeremos tus dones ¡dulce Yáco!
Y en nuestro hogar, después, himnos gloriosos
Te cantarémos dándote los nombres
De gran padre Lenéo56, y de Menálio¿
De Baco y de Liéo, porque hiervan
Los lagares , y henchidas de Falerno
Espeso mosto, las tinajas hondas
Rebosen y echen la espumosa nata.
He aquí cuanto enseñarte ¡oh mi Silvino!
Te prometí del cultivar los huertos,
ImitandoMarón (divino Váte!),
Aquel que osó el primero descubrirnos
Las de sacro, raudal antiguas fuentes,
Y por los pueblos del romano imperio
Cantó los versos del poeta de Ascra*7. . .
NOTAS AL LIBRO DECIMO.
» ii iBini m
v
Nota al prefacio.
1. Refrán usado entre los griegos para designar una cosa
enteramente imposible , la cual sin embargo se empeñaba al
guno en hacerla. ' .
Notas al poema.
X. Diosa de los pastores y de los pastos.
2. Columela dice celestialla miel, bien sea por confor
marse con la opinión de los antiguos que creían formarse del
rocío, bien por el origen que atribuíanlas abejas.
3. Hay cinco especies de eléboros, el blanco 6 de invier
no, el negro, el verde, el fétido, y el de hojas de tres en
rama. ... ' "
4. La mandrdgora parece en su raizla mitad inferior
del hombre, esto es,las piernas ylos pies. Los médicos
antiguos creían que el jugo de esta planta era un veneno que
ponia tontoslos que lo bebian.
í Aludela costumbre que habia en Athenas de condenar
a los criminalesbeber el jugo de esta planta. A esta muerte
fue condenado Sócrates. •,
6. Con esta planta castigaban los antiguoslos muchachos.
Ha quedado esté nombre en latín para designar un instrumen
to con que se les castiga, el que llamamos palmeta en nuestro
idioma, aunque no es de esta planta, sino de madera.
7. Hubo dos artistas conocidos por este nombre en la anti
güedad ; el de Athenas, que era un arquitecto famoso y hizo el
Laberindo de< Creta, y el de Sicione del que hace mención Plinio
en el libro 34, cap. 8 como de un célebre estatuario. Es
te verso lo entiendo del último ion relaciónPriapo. Tam
bién se podría referir al primero respectola cerca de que
acaba de hablar Columela.
8. Este era un artista de Argos, pintor y escultorá, un mis
mo tiempo, del "cual hace también mención Plinto en' el lugar
citado. ' ' ¡ ;'
9. Este artista fue maestro de Policleto.
10. La huerta se cava después del ocaso de la canícula: y
como los poetas fingían que iban las estrellas, cuando se ponían,
á beber al Océano, por eso dice esto, para denotar el ocaso de
esta constelaejon.
LIBRO DECIMO io5;
it. Alusiónla embriaguez que pone la cabeza pesada
basta el extremo de no poderla llevar derecha.
12. Júpiter lo toman los poetas por el aire.
13. Estas son las PléyadesCabrillas, llamadas Atktntidas
porque según la fábula eran hijas de Atlante y de Pleyone.
14. Uno de los nombres del sol.
-15. La ficción de nuestro poeta consiste en aconsejarlos
labradores que no dejen de romper la tierra bajo el pretestode
que es su madre , pues no lo es, respectoque aunque Prometheo
hubiese hecho los primeros hombres con el cieno, noso
tros no descendemos de ellos ; pues todos perecieron en el
diluvio de Deucalion, y por consiguiente no estamos hechos
de la tierra, sino de las piedras que dichos Deucalion y Pyrra
arrojaron hacia atrás. Esto como he dicho es una ficción, pues
por la sagrada escritura sabemos que todos descendemos de
Adam formado por Dios de la tierra, y animado por obra su
ya-.
16. Este es Pluton hijo de Saturno y de Ops, y hermano
de Júpiter y Neptuno,quien tocó en la partición del reino
de su padre el infierno, y por pertenecer según la mitología
la laguna Stygia al infierno , se llama aquí rey de ellarey
Stjgio.
17. Esta lira la hizo Mercurio y se la dioApolo, y es
teOrpheo, después de cuya muerte la colocaron las Musas
en el cielo, y hoy es una de las constelaciones.
18. Aigunos quieren que por esta figura designe Columela
al leontapétaloal leontopodio; pero dice Saboureux que es
mas probable sea el antírrino (es con efecto el antírrino lla
mado vulgarmente becerra , boca de dragón, conejitos , galli
tos y cabeza de ternera).
19. Este era el Dios de los jardines. Era hijo de Baco y de
Venus, y se le representaba comoCeres con una corona de
espigas. .....
20. La ruda la usaban los antiguos como antídoto. Y la
empleaban en aliñar las aceitunas, como consta de este pasage
y de los cap. 47 y 48 lib. 12, y del cap. 1 19 de Catón.
21. Este es el Carnero, colocado entre los astros por haber
llevadoPhrixo y i Hele cubiertos con una nube. El día on
ce antes de las calendas de abril hace el sol su pasoAries,
nombre latino de este signo y del carnero. Aries es el princi
pal de los signos,porque los romanos empezaron el año por
marzo,porque el ganado lanar es el mas digno de todos. Marr
co Varron dice en el libro a.° cap. i.° de Re rustica que los
antiguos tuvieron en tanta estima este ganado, que dijeron te
nía la lana de oro. *
106
COLUMELA.
22. Este es el carnero que llevóPhríxoy no pasóHele,
porque la dejó caer en el mar, que por este fracaso se llamó
Helesponto.
23. Columela mira la tierra adonde se trasponen las plan
tas comosu madrastra, porque han nacido en el seno de otra
madre;por mejor decir mira en generalla tierra como ma
dre de las plantas que produce naturalmente, y como madras
tra de las que se han sembrado en ella.
24. Entiende Columela por esta mirra la yerba que los la
tinos llaman smyrnium y olus atrum , que nosotros llamamos
apio caballar: la dice Acalca porque se cria en Grecia,la
que decían los romanos Acaya.
' 2'j. Esta es la flor del jacinto. Pli'nio dice en el lib. 2r,
eap. it: "de la sangre de Ayax, cuando se mató, dicen que
nació la yerba llamada jacinto." Este héroe se quitó la vida de
despecho por la injusticia que cometieron los arbitros en la con
tienda que tuvo con Ulises sobre las armas de Aquiles, adjudi
cándoselassu contrario. Fue nieto de Eaco ; por eso llama
Columela i los jacintos flores de este.
; 26. No es fácil explicar lo que entiende Columela por co«
ramble (es la col marina). Jacobo Constantino de Fano opina
que es la col, fundado en un pasage del comentariola come
dia los caballeros de Aristóphanes que traduce al latin, y pues
to ert castellano dice así : La crambe llamada por los antiguos
cor amble de dos dicciones griegas que significan dañarlot
ojos; la cual dicen que nació de los ojos de Licurga. Pues te
niendo Baco temor de éste , lo echó al mar atado con vides y
llorando, de cuyas lágrimas nació la col. De aquí dicen que
resultó tener la vid y la col virtudes contrarias entre sí.
27. Esto es, la que yo, por ser coman en mi tierra, co
nozco bien ,suelo comer con gusto. De este lugar y de otros
dé nuestro autor se infiere que era de Cádiz.
28. Es decir, en enero , en cuyo mes entra el sol en Acua
rio. 1"
29. El Océano, marido de Thetis.
30. Neptuno ? marido de Amphitrite hija del Océano.
31. Júpiter.
32. Esta hija de Acrisio fue Dánae, de quien se enamoró
Júpiter, y para poder entrar donde la tenía su padre encerra
da, se dejó caer por el techo en forma de lluvia de oro : por
eso dice que imita estos amores coando cae en forma de llu
via en el seno de la tierra , que es su madre.
33. Muger de Saturno y madre de los dioses.
-34. Habiendo muerto Baco elprimer gigante en la guerra
de los dioses contra los gigantes, % dijo Júpiter: tu uic , que
LIBRO DECIMO
107
quiere decir: valor, hijo mío. De este apostrofe tiene origen el
nombre de Evio.
35. Una de las Musas. ,
36. Ninfas de los bosques. .' " 37.
Ninfas de las fuentesde los ríos.
38. Hija de Júpiter y de Ceres.
39. Este esPluton. . . ;.. : . , "
. 40. Esta es Venus diosa de los jardines.
41. Este es el nombre de las ninfas de las aguas.
. 42. Tenía un templo en Roma en la calle donde se ven
dían todos los aromasespecias. Lo coronaban con las flores
primeras de la primavera. ,
43. Columela dice que la adormidera es de Ceres ,por
que servía de alimentolos hombres como el trigo,porque
Ceres usó de ella para olvidar su dolor de resultas del robo
de su hija Proserpina.
44. Los romanos hicieron una diosa de esta enfermedad
que llamaban en su idioma rubigo 1 nosotros llamamos roya,
herrumbre , orin y trigos atabacados , para preservar de ella
los granos por ef culto que le daban. Es la roya propiamente
dicha.
45. Cicerón cuenta en el libro 2.0 de Divinationibus que
un hombre del campo que estaba labrando una tierra suya en
Etruria vio salir del surco un muchacho repentinamente que
se llamaba Tages, y que lo instruyó en el arte de los arúspices.
46. Este era uno de los capitanes .de los etruscos que au
xilióEneas contra Turno y los Rótulo;.
47. Melampo, que era un médico famoso.
48. Este es uno de los mágicos mas célebres de la antigüedad.
49. Erígone era hija de Icaro , cuyo padre habiendo sido
muerto por unos hombres del campo de Áthenas, su perro la
llevó al sitio donde estaba el cadáver, el cual ella enterró, y
después se ahorcó en el monte Hymeto. Después,petición
de Baco, Erígone y su perro fueron puestos en el cielo entre
los astros: Erigone se llamó Virgo, y su perro Sirio.
50. Hyperion es el padre del sol, y muchas veces lo en
tienden los poetas por el sol mismo.
5 r. Duraznos.
52. Pérsicos pequeños.
53. Este es Vulcano, hijo de Jtípiter y de Jnno. Habien
do Júpiter, arrebatado de cólera, echado i los dioses del cielo
y atadoJuno en el Olympo, quiso Vulcano desatarsu
madre, y Júpiter irritado de este atrevimiento lo precipitó á
la isla de Lemnos, de cuyas resultas se quebró un muslo. Su
fiesta se celebraba en el mes de agosto.
108
COLUMELA.
54. Anímales cuadrúpedos de figura .humana que corren en
dos pies, muy lascivos: se crian en el fondo de la Libia,los
que dieron culto los antiguos comodioses silvestres. Pu
nió lib. 7, cap. 2.
55. Dioses de los campos,los que se Ies suponían dos
cuernos encorvados, pies de cabra, barba y cola semejante á
la de un macho cabrío.
56. Nombre de Baco de la palabra griega loco que signi
fica soltar, porque el vino suelta el entendimiento.
57. Otro sobrenombre de Baco de la palabra griega Une
que significa lagar,
58. Este es Hesiodo que ha celebrado la agricultura ea
sus poesías.
LUCIO JUNÍO MODERATÓ' COLUMELA.
De las cosas del campo.
LIBRO UNDÉCIMO.
El caserocapataz.
í: i,. .¡.'.-3 ,m ' ,:-
i--
CAPITULO I.
,' .( 2>e Zo que ha de hacer éste dentro de la casa.
„.,%,•>f..«...l< i-iY .;• •• -'''»}• ' »
Claudio Augustal, tan recomendable joven pórsu noble
índole como por su erudición , animado por lo que le han
dicho muchos hombres aplicados particularmentela agri
cultura, ha conseguido de mífuena de instancias que
escribiese en prosa del cultivo de las huertas, Y no se me
ocultaba, cuando yo adornaba dicha . materia según las
leyes de la poesía , en lo que esto habia de venirpar
rar. Pero no podía negarme, Publio Silvino , al empeño
con que me pedías te diera el gusto de versificar, pudiendo
hacer en seguida, si me parecía, loque emprendo ahor
ra, que es tratar de las obligaciones del hortelanocon
tinuación de las del capataz; y aunque habia yo referido
las de este último, hasta cierto punto en el libro primero
de esta obra , sin embargo , como el mismo Augustal , nues
tro amigo, me pedia con las mismas instancias que tra
tase de las del primero, he excedido el número de vo
lúmenes con que parecía haberla concluido, y he escrito
este undécimo libro de preceptos sobre la agricultura. Con
viene poner al frente de la hacienda y de la gente que
la ha de labrar un capataz que no esté en la primera
edad ni en la última: porque aquel no conoce todavía
no COLÜMELA.
las labores del campo, y éste no puede ya ejecutarlas; y
al primero lo hace ta juventud negligente, al paso que
al último lo hace perezoso; lo que es causa de que los
esclavos desprecien tantoun joven aprendiz comoun
viejo. La edad media, pues, es la maspropósito para este
oficio; y cualquiera tendrá bastantes fuerzas para ejercer
la3 funciones de un labrador desde los treinta hasta los
sesenta años, si no le sobreviniere casualmente algún defecto
corporal. Mas cualquiera que se destinaseeste cargo con
vendrá que seaun mismo tiempo muy inteligente y muy
robusto, para que enseñelos que le están subordinados,
y él mismo haga con facilidad lo que ordene: supuesto que
nada se enseña ni se aprende sino con el ejemplo, y que
es mas ventajoso que el capataz sea maestro de los ope
rónos, que el que sea su. discípulo; pues Catón1, que es
un modelo en tratándose de usos antiguos , ha dicho ha
blando del padre de familia, que van mal los intereses del
amoquien enseña el capataz. Y así se lee en el eco*
nornisrno de Xenofonte 2 , que tradujo al latín Marco Ci
cerón , que habiendo preguntado Sócratesaquel insigne
varón Iscomaco ateniense, si en caso de necesitar un ca
pataz para su hacienda , acostumbrabacomprarlo como
un artesano,lo Formaba él por sí mismo, le respon
dió: »yo mismo lo formo sin duda, pues el que se sus
tituye eü mi' lrtgar1 cuando yo me ausento , y entra á
suplir mi vigilancia , debe saber lo que yo sé." Pero es
tas cosas son demasiado antiguas , yla verdad pertene
cenaquel' tiempo , 'en que el mismo Iscomaco decía
que nadie dejaba de saber labrar el campo. Mas' nosotros,
haciéndonos cargo de nuestra ignorancia^ pondremos al
gunos jóvenes de buena comprensión y de cuerpo robus*
to bajo la dirección de cultivadores muy instruidos, para
que aunque sea uno entre muchos ( pues es difícil el en*
señar) consiga con sus advertencias la ciencia , no solo de
cultivar, sino de mandar. Pues algunos , aunque muy es
timados artífices, teniendo poca prudencia para mandar,
perjudican los intereses del amo, haciéndolo con ma*
rigorcon mas blandura de lo que conviene. Por lo cual,
como he dicho, el que se destinacapataz se ha de en*
LIBRO UNDECIMO ni
tenar y se ha de endurecer en los trabajos del campo dedde
la niñez ; y nos hemos de asegurar de antemano con
repetidas experiencias , no solo de que ha aprendido bien
la agricultura , sino también de que manifiesta fidelidad
y afectosu amo, sin lo cual de nada sirve la ciencia del
capataz por grande que sea. Pero lo que debe observar
principalmente el capataz es saber y graduar qué oficio
y qué trabajo ha de ponercargo de cada cual : pues
ni el mas fuerte podrá hacer lo que se le manda , si no
sabe loque ha de hacer, ni el mas inteligente si no tiene
fuerza. Y así se ha de examinar la cualidad de cada cosa,
pues hay algunos trabajos que son solamente de fuerzas,
como ayudarcargar y llevar cargas; otros hay de fuer
zas acompañadas de destreza, como el arar , cavar, y se
gar las ruieses y los prados; en algunos se emplean rae-
nos fuerzas , y mas destreza , como en las podas y en los
injertos de la viúa ; y otros en que el papel principal lo
hace la* ciencia* como en el apacentar ,y curar el ganado.
De tocios los cuales oficios no puede ser buen juez el ca
pataz de que hemos hablado antes , si no fuere también
inteligente para que pueda corregir lo mal hecho en ca
da cosa. Pues no es suficiente que reprenda al que yer
ra si uo le enseña el camino del acierto. Con gusto insis
to en lo mismo que he dicho: no menos se ha de en
señar al que vaser capataz, que al que vaser al
farero , óejercer otra arte cualquiera. Y no diré fácil
mente si estas son. tanto menos dificultosas para los que
las aprenden, cuanto menos extensión tienen ; pero el ob
jeto de la agricultura es grande y . difuso en tanto grado,
quesi queremos pasar revistasus partes, apenas las po
dremos contar. Por lo cual no me puedo admirar sufi
cientemente de una cosa de que me he quejado con , ra
zón en el primer libro de mi obra, y es, de que se Jbayan
encontrado personas muy sobresalientes en las demás
artes menos necesariasla vida, y de la agricultura no
se hallan maestros ni discípulos ,no ser que la mag
nitud inmensa de esta ciencia haya sido causa del temor
que han tenido unos de aprenderla , ú otros de enseñar
la: siendo asi que no se debería haber descuidado el apren
na GOLUMELA
derla por una vergonzosa desesperación de conseguirlo.
Pues la oratoria no se abandona porque en ninguna par^
te se ha hallado un orador perfecto, ni la filosofía por
no haberse encontrado un hombre de sabiduría consuma
da; sino al contrario muchísimos se excitansí mismos
á aprender algunas partes de estas ciencias , aunque no las
puedan adquirir enteramente. Porque ¿qué razón plausi
ble hay para enmudecer porque no puedes ser un ora
dor perfecto,de entregartela desidia por haber per
dido la esperanza de conseguir la sabiduría? No es muy
pequeña gloria haber adquirido parte , por corta que sea,
de una cosa grande. Pero, dices ¿quién ha de enseñar,
al que se destina para capataz, si ningún profesor hay?
Yo comprendo también que es muy dificultoso aprender
de un solo autor, por explicarme así , todos los precep
tos de la agricultura ;> 1 *in embargo, así como es dificil
'encoptrar alguno que c$té instruido en toda está artey así
también hallaras muchísimos maestros de cada una de sus
partes, por cuyo medio podrás formar un capataz perfec
to. Pues se encuentra alguno que are bien , excelentes ca.
vadoressegadores de heno, y no menos inteligentes po-
dadores de árboles, viñeros',' igualmente buenos veierina-*
rios y buenos pastores , cada uno de los cuales no se escusará
á enseñar lo que' sabe al que quiera instruirse. Por
consiguiente , el que tomare el oficio de capataz, después de
haberse impuesto en la mayor parte de las labores del
campo , y de los conocimientos que tienen los diferen
tes trabajadores, evitará principalmente el comercio con los
esclavos de la casa , y atin con los de fuera. Será muy
contenido en el dormir y en vino : pues estas dos cosas son
muy contrariasla exactitud, como que el que acostum
braembriagarse pierde el cuidado de su deber junta
mente con la memoria de-él , y el dormilón se le es
capa una gran parte. Pues un hombre que está continua
mente durmiendo , ¿qué puede hacer por sí mismo,qué
puede mandarotro ? No sea tampoco inclinadolos
"amores impuros,los cuales si se entrega, no podrá pen
sar en otra cosa mas que en el objeto de ellos. Porque
el alma, atraida por semejantes-vicios, no cree que hay
LIBRO UNDECIMO n3
-una recompensa mas agradable que la satisfacción de su
apetito, ni suplicio mas duro que la privación de sus
.deseos. Por consiguiente ha de ser el primero que des
pierte, y que haga salir pronto, según las estaciones del
año, al trabajo la gente (que siempre, va despacio), y ha
de ir delante de todosi con rescJuciop., .poique importa
mucho que los colonos empiecen su. trabajo muj.de ma
ñana , y que no lo continúen lenta y perezosamente pa
rándose con frecuencia: pues que el mismo Iscomaco di-»
ce: »mas quiero el jornal de un hombre solo activo, y la*
boi loso, que el negligente y espacioso de diez", pues es
muy perjudicial dejar al . trabajador libertad de perder el
tiempo en bagatelas : porque así como en un viaje, lle
ga al término de él muchas veces la mitad mas tem-
.prano el que camina con cuidado y sin parar, que el
que habiendo salido, con -/¿h, habrá, buscado las sombras
de los , áf boles, Ja amenidad de las. fuentezúelas,la fres
cura del aire ; del mismo modo apenas se puede decir
cuánto se aventaja en. punto de labores de campo un tra
bajador cuidadosouno flojo e indolente. Por consiguien
te, lo que ha de observar el capataz es que la gente no
vaya al trabajo al apuntar el . dia perezosa y lánguida
mente , sino que yendo él con vigor y alegría de espí
ritu , como si fuera.una batalla, tosigan con ardor, no
de otra suerte, que si fuera su general ; y ha de alegrar
con varias exhortacioneslos trabajadores en la mbrna la
bor; y de tiempo en tiempo, como que vaayudar al
que desmaya, tome por un rato su herramienta, y él mis
mo haga lo que habia de hacer éste , adviniéndole que
lo debe ejecutar con el mismo brio que él lo ha lucho.
Y luego que anochezca no dejeninguno detras de sí,
sino vaya detras de todosmanera de un excelente pas
tor, que no consiente que se quede en el campo cabe
za alguna de su rebaño. Luego que en seguida haya vuel
toentrar en la casa , haga lo mismo que un pastor vir
gilante, y no se meta al instante en su cuarto, sino ten
ga el mayor cuidado con cada uno de los trabajadores,
ya aplicando remedioslas heridas que podrá haberse
hecho alguno trabajando (lo que sucede comunmente); ya,
Tom. II. H
n4 ' ' COLUMELAR 7
ú alguno está malo , llevándolo al momentola enfer
mería , y mandando se le haga la cura conveniente. Pero
de los que estén buenos no se ha de tener menor cui
dado, sino procurará que los despenseros li s den de co
mer y de beber sin fraude. Apostumbrarálos trabajajadores
á comer cerca del lar' del amo, y del hogar de
la familia ,'y él mismo comerá igualmentepresencia de
ellos , y será modelo de frugalidad : no cenará recostado
Bino los dias de fiesta, y en ellos regalará al mas fuerte
para, el trabajo, y al mas moderado: alguna ves lo pon
drásu mesa, y se prestará tambiénconcederle otras
distinciones, igualmente reconocerá en los mismos dias
los instrumentos de la labor , sin los cuales ningún tra
bajo puede hacerse, y mas veces los de hierro, y siem
pre los tendrá dobles \ y tendrá cuidado de hacerlos com
poner de tiempo ert tiempo antes de guardarlos , no sea
que si alguno se echa'perder trabajando con éí , sea
menester pedírselo' al, "vecino , porqué se perderá mas en
los jornales de los esclavos que se separan del trabajo con
motivo de pedir los instrumentos prestados, que lo que
Be gasta en comprarlos. Tendrá la gente cuidada y ves
tida con mas utilidad que delicadeza ,! esto es , resguar
dada exáctamentede Vos fríos yde la* lluviasy cuyasdos
cosas se evitan muy bien con pellicos que tengan man
gas y sayos con capucha; y si 'esto se hace se puede
aguantar trabajando un dia de invierno casi entero. Por
Ib cual pasará revista dos veces al mes, tantola rr>
pa de los esclavos , como (según he dicho)las herra
mientas, porque el reconocimiento frecuente no les dá es
peranza de impunidad ni ocasión de delinquir. Por lo
mismo deberá llamar por sus nombreslos esclavos que
estarán encadenados en la carecí, y examinará si tienen
los grillos bien puestos, si ésta está segura y bien res
guardada , y no soltará sin orden del amo los que se ha
brán puestola cadena por mandato de éstede él
mismo. No hará sacrificios si su amo no se lo manda:
no trabará conocimiento voluntariamente con agorero ni
con hechicera, dos clases de gentes que infestan las al
mas ignorantes con una vana superstición. No frecuen
LIBRO UNDECIMO nS
tara la ciudad ni mercados algunos, sino para venderpara
comprar lo que sea preciso : pues no debe salir de los
límites de la hacienda que estásu cargo , para no dar
con su ausenciala gente ocasión de pararsedelinquir.
No consienta que se hagan en las posesiones sendas ni lindes
nuevas. Muy rara vez recibirá buesped que no sea de los
amigos del amo. No empleesus consiervos en sus mi
nisterios, ni permitaalguno de ellos salir de los con»
fines de la posesión, (si no lo obligáreello una grande
necesidad). No destine el dinero del amocomprar ga
nado ni otras mercancías: pues esto distrae al capataz de
«us ocupaciones, y hace de él mas bien un comercian
te que un labrador: fuera de que esto no le permite ja
mas estar corriente en sus cuentas con el amo ; sino que
cuando éste le pide dinero contante, le presenta en su
lugar géneros. Y así, tanto ha de evitar esto, como huir
sin duda la aficiónla caza de aves y cuadrúpedos, pues
con estas cosas se pierden muchísimos jornales. También
deberá tener presentes ciertas: cosas, que se observan con
dificultad aun en los mayores gobiernos, convienesa
ber, no tratarlos que le están sujetos con mucha se
veridad, ni con mucha indulgencia : proteger siempre á
los buenos ylos aplicados, perdonar tambiénlos me-,
nos buenos, y usar con ellos de un temperamento tal,
que mas bien teman su severidad , que detesten su cruel
dad; lo que podrá conseguir, si quisiere mas bien impe
dir que el trabajador cometa alguna falta, que castigarlo
tarde después de cometida. Efectivamente, no hay medio
mejor para impedir esto, aunque sea al hombre mas mal
vado, que exigir todos los dias de él que trabaje, pues na
da hay mas verdadero que aquel oráculo de Marco Ca
tón 3, que dice: »No haciendo cosa alguna los hombres,,
aprendenhacer mal." Por consiguiente, el capataz ten
drá cuidado de que toda» las labores se hagantiempo,
lo que conseguirá > sin trabajo sitestá siemprela vista
de loa trabajadores , pues de esta manera los manijeros de
cada labor diferente desempeñarán exactamente sus fun
ciones , y la gente fatigada después del ejercicio que ha
hecho trabajando , se dedicará mas biencomer, des-
HA
Íi6 ' COLUMELA.
cansar y dormir, qnepicardear. Finalmente, en todas
las partes de la administración de, una casa de campo, lo
mismo que en lo restante de la vida, lo mas apteciable
es, que cada uno conozca que ignora lo que ignora, y
desee siempre aprender lo que no sabe : pues aunque
la ciencia es de mucha utilidad, sin embargo, la impruden
ciala negligencia perjudican mas que lo que ella apro
vecha, sobre todo en la agricultura; porque en este arte
lo mas esencial es hacer de una vez todo lo qne exige el
método del cultivo, pues aunque alguna vez se haya en
mendado lo que se habrá hecho mal por imprudencia ó
por negligencia, sin embargo, la cosa misma ya se ha
perdido para el amo y nunca sale tan bien , que repa
re la pérdida del capital , y resarza el lucro que éste debia
haber producida ¿Pero quién duda lo irreparable que
es la fuga del tiempo que va corriendo? Las labores del
campo son muy falaces para los que las retardan, lo mis
mo que dióentender con mas claridad el antiquísimo
autor Hesiodo en este verso: »el hombre que deja las co
sas para después , tiene siempre que luchar con las pér
didas." Por lo que aquel proverbio vulgar, »no dudes plan
tar," aplicado por la gente del campo al plantío de árbo
les, esté entendido el capataz que se refieretodo el
cultivo del campo; y tenga por cierto, que como no
haya hecho cada una de las cosas que instan en su dia
propio , ha perdido no solo las doce horas de que éste
se compone, sino un año entero4. Pues como cada co
sa se debe hacer hasta cierto punto en ios momentos que
se. le han destinado, si una' labor se ha concluido mas
tarde de lo que debia, las demás que se siguen se hacen
también mas tarde, y después del tiempo regular; con
lo que perturbado todo el orden del trabajo se desvane
cen las esperanzas del año entero. Por lo que es nece
saria una instrucción de las labores que corresponden ha
cerse eh cada mes, 1* "que depende del conocimiento de
los astros y de su influjo ; pues (como dice Virgilio) lo
mismo hemos de observar las estrellas de Arcturo, los
dias de los Cabritos, y la brillante constelación del Dra
gón , que observan los que vuelvensu patria , navegan
LIBUO UNDECIMO 117
" do por mares tempestuosos , el Ponto y el estrecho de
Abydos abundante en ostras. No niego que he disputado
con muchos argumentos contra estas observaciones en los
libros que he escrito contra los astrólogos. Pero en aque
llos tratados se criticábala opinión de los Caldeos, que
afirman con la mayor desvergüenza que las mutaciones del
tiempo correspondendias fijo3, comotérminos inva
riables : mas en esta arte rústica no se necesita semejan te
escrupulosidad; pero será útil al capataz prever el tiem
po futuro , aunque sea groseramente , si estuviere persua
didoque la virtud de una constelación obra unas ve
ces antes, otras después, y algunas en el dia fijo de su na
cimientode su ocaso. Pues bastante previsión tendrá
el que pueda precaverse con muchos días de anticipa*
cien de I09 tiempos sospechosos. | "
. '
CAPITULO II.1 ? , !'. ' :
i ' •' )!:< " ¡t:¡ !.. ' ..' ir-* ;o-r.'T r 'V, .
Qué se ha de hacer en cada mes , acomodando las labores
á los tiempos,sea calendario rústico.
. . .—>'.7 '/mu! -. i
Y así prescribiremos lo que se ha de hacer en cada mes,
acomodando las labores del campolos diferentes tiempos,
según lo permita la temperatura del aire: de cuya variedad
y mudanza si estuviere instruido el capataz de antemano, ó
no se engañará jamas, ólo menos no será con frecuencia.
Y para no separarnos de lo que ha prescrito el mejor de los
poetas (v¡rg¡iio GEOiía.Kb. n. t. í3, J empezaráalzar la tierra des
de el principio de la primavera. Pero el labrador no debe
observar el principio de la primavera como el astrólogo, es
perando un dia fijo en que se dice comenzar esta estación,
sino también ha de tomar alguna parte del invierno, por
que pasado el solsticio de éste, ya se va templando el año,
y haciéndose los dias mas apacibles, permiten1 emprender
las labores. Por consiguiente (para arreglarse con atención
al primer mes del año romano) podrá empezar I09 trabajos
del cultivo desde los idus de enero. De los cuales los unos
que serán residuos de los pertenecientestiempos anterio
reséste los concluirá , y los correspondienteslos tiempos
Tom. II. H3
n8 en> losí primeros tiempos antes de hacer fttrft
cualquiera sementera , y sacar en los últimos después de
recogidos todos los frutos. Después de hecha la semen
tera,, conviene gradar lo que hayas echada ea la tierra^
Tres m jornalemos gradarán cómodamente dos yugadaá de
tierra , y excavarán los árboles que hubiere en ella; aun
que los antiguos quieran que se escarde de almocafre , y
se grade cada yugada de tierra con un peón: lo cual no
me atreveréasegurar si se puede hacer bien. En este
mismo tiempo conviene limpiar las zanjas y los arroyos,
Tom.II, i3
134
COLUMELA.
y hacer atajeas. En el mismo será bueno «larlos bue
yes hoja de fresno, si la hubiere; si no la hay, de fresno
silvestre ; y si no hay ésta, de carrasca. No es tampoco
inútil darcada yunta de bueyes un módio de bello
tas ; pero no les darás mas , ni por menos de treinta días.
Porque si se les da por menos dias, les da sarnaJos
bueyes la primavera , como dice Hygino. Pero la bello
ta se ha de revolver con paja , y se ha de dar de esta
maneralos bueyes. Ademas si alguna persona quiere
formar un bosque barbárico , esto es , que tenga árboles
de diferentes especies, puede muy bien sembrar bello
tas.Ahoratambién seha decoger laaceitunadequequie
ras hacer aceite verde : el cual se hace excelente de la que
ha variado de color, y empiezaponerse negra. Pues el
áspero no se debe hacer sino de aceituna blanca. En las ca
lendas de noviembre , y el dia después , se pone la ca
beza de Tauro; anuncia lluvia. El tres antes de Jas no
nas nace la Lyra por la mañana; hace frió y llueve. El
ocho antes de los idus de noviembre nace enteramente
esta constelación ; surfavonio; hace frío. El siete na
ce la estrella clara de Escorpión ; anuncia tempestad, frió
ó solano, alguna vez rociada. El seis se ponen las Pieyadas
por la mañana; anuncia tempestad, algunas ve
ces hace frió. El cinco es el principio del invierno; sur
ó solano, algunas veces cae rociada. En estos días hasta
los idus harás todavía tolerablemente lo que no hayas po
dido hacer en el mes anterior. Pero observarás particu
larmente lo que sigue, y es esparcir en la tierra en solo un
dia , él mal será el próximo anterior al de la luna llena,
6Jo menos este mismo, todas las habas que hubieres
de sembrar; pero podrás cubrirlas después, con tal que
las guardes de los pájaros y del ganado ; y las tendrás
gradadas si diere lugarello el curso de la luna , antes
de los idus de noviembre, cuidando antes de sembrarlas
en un terreno nuevo y muy pingüe; y si no, en uno que
esté muy estercolado. Será suficiente prevenir para ca
da yugada de tierra diez y ocho carros de estiércol , y te
niendo cada uno de estos ochenta módios, se infiere que
es menester esparcir cinco módios de estiércol en un es
LIBRO UNDECIMO i35
pació de diez pies en todos sentidos: cuyo cálculo hace
"ver que hay bastante para la yugada entera con mil cua
trocientos y cuarenta módios '-\ También es convenien
te excavar ahora los olivos , y si son poco fructífieros ó
tienen las hojas de las puntas de las ramas desecadas, echar
al pie de los grandes cuatro módios de estiércol de ca
bras , y al pie de los demásproporción de su tamaño;
y en el mismo tiempo conviene, después de haber ex
cavado las viñas, echarcada vid como un sextari o de
palomina,un congio de orina humana,cuatro sex-
«arios de estiércol. Con dos jornales se excava una yuga
da de viña que tenga las cepasseis pies de distancia
unas de otras. El dia de los idus de noviembre, vário; sin
embargo mas veces es sereno. El diez y siete antes de las
-calendas de diciembre, nordeste; algunas veces sur con llu
via. El diez y seis nace la Lyra por la mañana ; sur: al
gunas veces nordeste muy violento. El quince nordeste;
algunas veces sur con lluvia. El catorce entra el sol en
Sagitario; nacen por la mañana las Hyadas; anuncia tem
pestad. El doce se ponen al anochecer los cuernos de Tau
ro; nordeste, frió y lluvia. El once se pone por la ma
ñana una de las Hyadas , hace frió. El diez se pone la
Liebre por la mañana , anuncia tempestad. El siete se pone
4a canícula al salir el sol , hace frió. El dia antes de las ca
lendas de diciembre se ponen las Hyadas enteramente ; favo
niosur, algunas veces lluvia. En estos días conviene con
tinuar las labores que se habrán quedado sin dar en los an
teriores. Y sino es muchísimo la que sembramos, lo me
jor es haber concluido la sementera antes de las calendas de
diciembre. Pero también se ha de añadir algo de las no
ches largas al tiempo del dia , pues hay muchas cosas que
se hacen bien en la vela. En efecto, si tenemos viñas
se pueden labrar y aguzar las estacas: si el pais es fér
til en cañahejasen corchos, se deben hacer colmenas
para las abejas: si es fecundo en palmaen esparto, ca
pachosespuertas;si lo es en varetas, cestos de mim
bre. Y para no entrarindividualizar ahora las demás
cosas que se pueden hacer de noche , ningún pais deja
de producir alguna cosa en que se puedan emplear las
M
j36 ( COLUMELA. ' \
velas. En efecto, es :propio de .un labrador desidioso aguar
dar pra trabajarque llegue él dia, que por este tiempo
es muy breve ; mayormente en aquellos países en que los
dias próximos al solsticio de invierno son de nueve ho
ras, y las noches de quince. Se puede también limpiar
«n la vela la mimbre cortada el dia antes, y preparar
la para ataduras de las vides ; y si es ménos flexible por
6U naturaleza, se ha de cortar quince dias antes, y después
de limpiarla enterrarla en estiércol para que se ablande;
pero si hay ya mucho tiempo que se ha cortado se ba
de echarremojar en el estanque. También se amor
Jarán durante la vela los instrumentos de hierro, se le»
harán mangos,se les pondrán los que estén ya hechos;
Jos mejores de estos son los de carrasca , en seguida los
de carpe , y después los de fresno. El dia de las calen
das de diciembre, tiempo vario; aunque mas veces es seré»
jqo. El ocho antes de los idus se pone la mitad de -Sa
gitario; anuncia tempestad. El siete nace por la mañana
-el Aguila; ábrego, algunas veces sur, rociada. El tres no*
roestenorte, alguna vez sur con lluvia. En estos dias
se deben concluir las labores que han quedado , del mes
¡precedente, y esto se entiende, dé los parages templados
y calientes, pues. ¡en los fríos ya no puede ser bueno b*>
cerlas. El dia de los idus de diciembre nace Escorpión enV
tero por la mañana ; hace frió. El diez y seis antes de
•las calendas de enero entra: él sol en Capricornio ; sols-
•ticio de invierno según Hi pared, y así muchas veces anun
cia tempestad. El quince anuncia mudanza de vientos. El
diez se pone la Cabra por la mañana ; anuncia tempestad.
El nueve solsticio de invierno, según observación de los
Caldeos; anuncia tempestad. El seis empiezasalir el DeJün
por la mañana; anuncia tempestad. El cuatro se po
ne el Aguila al anochecer ; hace frió. El tres se pone Ja
canícula al anochecer ; anuncia tempestad. El dia antes
de las calenrlas de enero, tempestad de viento. Los mas
escrupulosos en punto de agricultura dicen que no de
be menearse la tierra con hierro en estos dias ,no ser
que la caves con el pastino para plantar viñas. Y así to
do lo que se puede hacer fuera de esta especie de labor
i
LIBRO UNDECIMO
jjd ejecdtafl ,;í(CQl»Q-Tel. coger la aceituna" , I hacef, el aceite,
•abarquillar la vid, liarla basta Ja cabeza, poner los yugos
en las viñas*, y asegurarlasellos. Pero no conviene en
.estos dias palmar, esto es, atar las ramas,, porque mu-
(ehas se quieran; ácatosa.de la rigidez, que. el frió les lia-
rforáib^c^rífQníraef^nfíMWlbifn ,pu«den ífljesrtarse cómodatmentee
» estos. dia$ los, cefiezos* ^melocotones, los albaricóques,
los almendros, y lósdemas, árboles que floreceo tempra
no. Algunas personas también siembran legumbres. El dia de
las calendas de eneip),j tiempo va*io. El; tres antes de las no
nas se pone Cáncer"; tiempo vario. El dia antes de estas deme
dia' el ¡invierno ^viento" fuerte del sur ; algúnas veces lia-
via.'Ei dia de las nonas nace la Lyrq'por la mañana; tiem
po vario. El seis antes de los idus sur; alguna vez favo*
4)ioí ¡El cinco sur; alguna vez lluvia. (El día antes-de loe idus
itienipoj varío. ¡Los labradores mas escrupulosos-sé abstienen
-taroJpied en -efetoebdía* de. labianla tierra; .pero (de 1 suerte
ique «L fniemoudia< do das itíalendasjde -«heno .empiezan to>
ida ésta* especie :dei trabajes* pasa, tener^¿uéne8'auspick»^I',!;
.pero» difieren , la labore basta los idus próximos. Mas no delie
ignorar el capataz < cuánta comida será suficipnte dar
(al dia a lina yunta de .bueyes en cada; mes-: por! lo -cual
:Vamoftidarlecondonación el .pormenor de-esíe? ramo
de su administración; En el mes de enero les dará paja
con seis " sextarios de yeros remojados,con medio mó»
dio de gálgaha molida,llenará de hojas un esportón
-de los quersirven: para llevarles la comida, que le que.
-pan veinte módios ,cuanta paja quieran, y veinte li
jaras de heno, ú hojas verdes de carrascade laurel en
Brocha abundancia ,( lo que es mejor que todas estas
cosas ) les dará verde de cebada seco. En el mes de febre
ro lo mismo. En el de marzo lo mismo,si han de
trabajar cincuenta libras de beuo. En abril hojas de en
cinade álamo, y desde las calendas hasta los idus de
este roes paja en abundancia, y cuarenta libras de heno.
En mayo forrage copiosamente : en junio desde las calen
das hoja de árboles en abundancia : en julio lo mismo:
en agosto lo mismo ,cincuenta libras de paja de ye
ros : en setiembre hoja en abundancia. En octubre hoja
i38 COLUMELA. ^
de cualquier árbolde higuera. En noviembre hasta los
idus un esportón de hojáde hojas de' higuera, ftesde
los idus un módio de bellota revuelto con paja,un
módio de altramuces remojados revueltos también con pa
ja,verde temprano. En diciembre hoja eecápaja,
con medio módio de yeros remojado*;-ó medié módio
de altramuces remojados antes de medirlos,un módio
•de bellota, como se ha escrito arriba, -6 verde. ' "
capituló nr. '
Tratado en prosa del cultivo de las huertas , pues el
. . libro X en el original está en versos exámetros.
Ya hemos recorrido los trabajos que debe ejecutar el ca
pataz en los tiempos del año que están destinados para
cada uno de ellos; vamos ahora , acordándonos de " nues
tra promesa,dar fin seguida una instrucción sobre el
cultivo de las hutírtas , ' cuyo cuidado deberá tomarsu
cargo, tanto para disminuir el gasto de su comida diaria,
cuanto para tener manjares del campo no comprados, como
,'dice ' el' poeta , > ( Virgilia Geoeo. lib. 4, t.i33. Horacio, Oda a , t. 48.^
que presentarsu amo cuando, venga. Deraócrito
en el libró que tituló Georgicon es de opinión que
obran con poca prudencia los qne hacen cercassus
huertas, porque la pared fabricada de ladrillo' no puede
durar mucho tiempo, maltratrada por lo común con iás
-lluvias y tempestades, y si se hace de piedra será un gas
to mucho mayor de lo que la cosa merece. Pero si al
guno quiere cercar una huerta de mucha extensión es me
nester un caudal. Por consiguiente, yo mismo daréco»
nocer un método con que sin grandes gastos resguarde
mos la huerta de las incursiones de los hombres y de los
ganados. Los autores mas antiguos prefirieron el seto vi
vo al hechomano, no solo porque exigía menos gas
to, sino porque duraba mas tiempo que otras obras de
mas entidad; y así han dado el método siguiente para
hacer setos, plantando arbustos espinosos. El sitio que determinares
cercar , se ha de rodear con dos zanjas distan*
LIBRO UNDECIMO iZ9
tes una de otra por el espacio de tres pies, desde el equi
noccio de otoño, luego que la tierra se baya humede
cido con las lluvias. Basta que estas zanjas tengan dos pies,
tanto de ancho como de hondo; pero las dejaremos pa
sar el invierno vacías, habiendo preparado las semillas
que se hayan de echar en ellas. Estas han de ser de los
mayores arbustos de esta clase , y principalmente de zar
za de espino, y del que los griegos llaman xúnos batonf
y nosotros espina de perro. Pero convendrá escoger las se
millas mas maduras de estos arbustos , y revolverlas con
harina de yeros : la cual después de humedecida con
agua , se pegarácuerdas viejas de navio úotras cua
lesquiera ; y estas se guardan en seguida en la cámara se
cándolas bien antes: después, así que han pasado cuaren
ta dias mas allá del solsticio de invierno ácia la llega
da de las golondrinas, cuando empiezasoplar el favo
nio , después de los idus de febrero, se saca el agua que
podrá haberse recogido el invierno en las zanjas , y la
tierra suelta que se había amontonado el. .Otoño en. loa
bordes de éstas se-vpeíveechar en ellas hasta que ocu.
pe Ja mitad de su profundidad. En seguida se sacan de la
cámara las antedichas cuerdas, se desdoblan , y extendién
dolasta; tlarga, de jaldos¡.zanjas , se cubren ; pero de
suerte , que las semillas de, los referidos arbustos que están
pegadaslos hilos deJas cuerdas no ttngan tanta.tierra
encima que no puedan . germinar. Ellas salen de la tier
ra ácia el dia treinta de haber enterrado la cuerda; y lue
go que han tomado algún incremento, se deben habituar
de suerte que se inclinen al espacio que media éntrelos
dos /S*rco8i Pero convendrá poner en este espacio un se»
to de varas, sobre el cual suban los arbustos de ambas
zanjas, con el que tendrán una especie de apoyo en que
sostenerse, hasta que se fortifiquen. Este seto es eviden
te que no se puede destruir ,no ser que quieras arran
carlo de raiz; pero por otra parte nadie duda que aun
después de quemado retoña mejor. Y este modo det cer
car una huerta ha sido seguramente el que mas ha me
recido la aprobación de los antiguos. Pero convendrá, si
la situación de la heredad lo permite, escoger, para co
14o 0 1 CDLüM>EIÍA?" íi
locar lahuertaun¡parajeinmediato*'a -la.casería,qoéso->
bretodo^sea^pingüe, y sepuedaregartooJ¿r*oyoqueen
tre en ella, y si :novhubiere agua^cor/iorítev cétt agua
de pozo. Ma9fin de tener seguridad de queeste po
zo nunca le faltará el agua , no se debe abrir hasta que
el sol esíé en los últimos grados de Virgo esto es , en
cimes de setiembre, antes del equinoccio del'otoño, su
puesto qne el mejor ¿tiempo de explorar las fuerzas de un
manantial es cuando por la larga'««quedad del e6tio la tier
ra está privada de todanel agua de la lluvia. Y se lia de
procurar que la huerta no esté por bajo de la era; para
que en el tiempo de la trilla no puedan llevarella los
vientos paja ni polvo, cosas una y otra contrariaslas
hortalizas. Hay dos estaciones en qne se puede disponer ,
el terreno, y labrarlo con el pastino: porque hay tam
bién dos estaciones en que se pueden sembrar las hor
talizas, pues la mayor parte se siembra tanto en el oto
ño como en la primavera: sin embargo , en tierras de rie
go* es mejor hacerlo en la'priniaverá , porque la templan
za del' tiempo que? se » experimenta al principio del año,
recibe las semillas al germinar , y la sequedad del estío
se apaga con el agua de los manantiales; Pero cuando la
naturalezadelátio 'nopermite'que se;suministreaguaá
las 9emiHas, bien sea introducida srtificialmehte , bien de
nacimientó,-nohay mas >reoursolá la verdad que te llu
vias del -invierno.-Sin embargo , puede salir adelante la
hortaliza sembrada aunque sea en los terrenos mas secos,
si desabra ¿1 suelo con el pastinomayor profundidad;
y es suficiente llevar un tajo de dos pies de hondai }iara
qne »la. <^etra¿ que se esponjará >cow la labor se levan
te hasta cuatro. Pero donde hay proporción de regar se
rá suficiente voltear la tierra cruda con un azadón; no
piofundamente ,sinoámenosdédos pies.Perotendremos
cuidado de cavar con el pastino en el otoño ácia las ca
lendas de noviembre, la tierra que se determine sembrar
por primavera; y en el mes de mayo la 'que se hubie
re de gobernar p ir el otoño, para que se desmenucen los
terrones con los frios del invierno,con los soles del
estío, y, perezcan las raices de las yerbas. No mucho ant
LIBRO UNDECIMO
141
tes se ha de estercolar; y cuando se acerque el tiempo
de sembrar se debe limpiar el terreno de yerbas , ester*
colarlo y binarlo con el cuidado necesario para que se in
corpore la tierra con la basura. Pero el mejor estiércol
para este efecto es el de borrico , porque cria menos yer
bas : el que le sigue es de ganado mayor ,el de ove
jas, si está repudriéndose un año: pues el que ha
cen los hombres, aunque se tiene por el mejor, sin em
bargo no es preciso emplearlo sino en el cascajo puro,
ó en la arena muy suelta y sin virtud alguna, en cu
yo caso se necesita alimento mas sustancioso. Por con
siguiente el terreno que hubiéremos destinado para sem
brarlo en la primavera después de haberlo cavado, lo de
jaremos pasado el otoño que se queme con los frios y las
escarchas del solsticio de invierno, porque la violencia del
frió sazona la tierra y la desmenuza , haciéndola fermen
tar, como lo hace por el contrario el calor del estío. Por
lo cual no se echará el estiércol hasta que haya pasado
dicho solsticio; y en seguida se dividirá el terreno en ta
blas acia los idus de enero: cuyas tablas se han de for
mar sin embargo de manera que lleguen con facilidad
las manos de los que las escardan al medio de su an
chura, no sea que los que buscan las malas yerbas, se
vean precisadospisotear las plantas , sino mas bien
entren por las sendas que rodearán dichas tablas , y es
carden alternativamente sus dos mitades. Lo que hemos
dicho de las labores que se han de dar antes de la siem
bra es bastante. Ahora vamosprescribir qué es lo que
6e ha de cultivarsembrar, y en qué tiempo; y en pri
mer lugar se ha de hablar de las especies que se pueden
Sembrar en dos estaciones, esto es en el otoño y en la
primavera. Estas semillas son las de col, lechuga, alca
chofa, oruga, mastuerzo, cilantro, perifollo, eneldo, za»
nahoria , chiiivia y adormidera : pues estas se siembran
ácia las calendas de setiembre ,mejor en febrero an
tes de las de marzo;, aunque se pueden confiarla tier
ra en los lugares secos y templados, como son los ma
rítimos de Calabria y Apulia,ácia los idus de enero. Al
contrario las que solamente se deben sembrar en el oto
i4» COLUMELA.
ño (con tal no obstante que cultivemos un terreno tria^
rítimoabrigado) son poco masmenos éstas: la de
ajo, cebolla, énula, cebolla de Chipre, y mostaza. Pero va
mos también ahoramanifestar, siguiendo el orden de
los meses, en qué tiempo convenga por lo común confiar
cada plantala tierra. Se podrá pues poner bien , inme
diatamente después de las calendas de enero , el mastuer
zo. Mas en febrero se pondrá de plantade semiila la
ruda, el espárrago, y alguna vez de este último inorlo
la cebolla y el puerro : también sembrarás las simientes
de rábano, de naba y de nabo, si quieres tener fruto ea
la primavera y en el estío: el ajo y la cebolla de Chi
pre i este es el último tiempo de sembrar uno y otro. Pe
ro el puerro (si se ha puesto ya recio) se puede trasplan
tar en los parages abrigados ácia las calendas de marzo,
y también el panacefines del mismo mes, como asi
mismo en seguida ácia las calendas de abril el puerro, la
énula y la ruda que se habrá sembrado tarde. También
se ha de sembrar en este tiempo el cohombro, la cala
baza y la alcaparra, para que nazcan mas temprano: pues
por lo que tocala simiente de las acelgas, el me
jor tiempo de-sembrarla es cuando florece el granado. Pe
ro la cabeza del puerro se trasplanta todavía tolerablemen
te ácia los idus de mayo. Después de este tiempo na
da se debe poner debajo de tierra cuando el estío se acer
ca , sino la semilla del apio , con tal no obstante que Ja
hayas de regar, pues de esta suerte se dá muy bien. Por
lo demás el tercer tiempo de sembrar es en agosto ácia
las fiestas de Vulcano ; y este es el mejor tiempo de sem
brar rábanos, nabas, como también nabos, chirivias, y
no menos apio caballar. Y estos que he dicho son los
tiempos de las siembras. Ahora voyhablar de cada una
de aquellas cosas que necesitan algún cuidado particular,
y las que omitiré se deberá entender que no necesitan mas
trabajo que el del escardador , del cual se ha de decir una
vez por todas , que se ha de procurar en todo tiempo ex
terminar las malas yerbas. La cebolla de Chipre, que al
gunas personas llaman ajo cartaginés , y los griegos
aphraxorodon crece mucho mas que el ajo, y se divi
LIBRO UNDECIMO
145
dirá en muchas partes una cabeza antes de ponerla en
Ja tierra acia las calendas de octubre, pues tiene como
el ajo muchos dientes unidos entre sí, y luego que es
tos estén divididos, se deberán sembrar por liras , para
que puestos en los lomos reciban menos perjuicio de las
aguas del invierno. Es la lira semejanteaquel caballón
que hacen los gañanes en la tierra llana para libertar el
grano de la humedad; pero este se ha de hacer menor
en las huertas, y por lo alto de él , esto es en el lomo , se
arreglaránun palmo de distancia uno de otro los dien
tes de la cebolla de Chipre ,los de ajo ( porque estos
se siembran también del mismo modo). Los surcos de las
liras estaránmedio pie de distancia los unos de los otros.
En seguida, así que los dientes han echado tres hojas,
se escardarán de almocafre: pues cuantas mas veces se ha
brá dado esta labor, mas incremento tomarán. Después,
antes que formen tallo, convendrá retorcer todo lo verde
que tienen fuera de la tierra, y tenderlo sobre ella, pa
ra que las cabezas se pongan mas gruesas. Pero en los
países sujetosheladas no debe sembrarse en el otoño
uno ni otro, porque se pierden en el solsticio del invier
no; pero como el rigor de esta estación se modera por
lo común en el mes de enero, el msjor tiempo de poner
el ajola cebolla de Chipre en los parages frios es ácia
los idus de dicho mes. Pero cuando quiera que los sem
bremos,los guardemos después de maduros en la, cáf
mará , se procurará que en aquellos países en que se pon
ganse arranquen, esté la luna debajo de tierra, por
que haciendo de esta manera lo uno y lo otro , se cree
que no tienen el sabor muy fuerte, ni que dan mal olor
al aliento del que los masca. Sin embargo hay muchas
personas que los siembran el mes. de diciembre antes, de
las calendas de enero en medio del dia, si lo permiten
lo templado del aire, y la situación de la tierra. La col
se debe trasplantar cuando tenga seis hojas, no ponién
dola sin untar antes sn raiz con estiércol líquido, y ha
berla envuelto en tres tirillas de alga. Pues esto hace que,
cuando se cuece se ponga mas pronto tierna, y con
serve su color verde sin echarle nitro. Y el mejor tiem
144
f' COLUMELA. ; 1
po de hacer este trasplante en los países fríos y lluvio
sos es después de los idus de abril. Cuyas plantas después
de puestas, así que hayan asido, escardándolas y esterco
lándolas las mas veces que el hortelano pueda , se fortifi
can mejor, y dan tallos y repollos mas gruesos. Algunas
personas ponen esta hortaliza en los sitios mas abriga
dos desde las calendas de marzo; pero la mayor parte de
ella subeformar repollo , y cuando se la ha cortado una
vez , no da después tallo grueso el invierno. Pero podrás
trasplantar los tallos muy gruesos aunque sea dos veces,,
y si haces esto, dicen que dan mas simiente y mas grue
sa. La lechuga se debe trasplantar con tantas hojas como
la col. En los sitios abrigados y en los marítimos es muy
bueno ponerla en el otoño , en los de tierra adentro y
frios al contrario ; en el invierno no es tan bueno po
nerla. Pero la raiz de ésta también se debe untar con es
tiércol , y necesita mas agua que la col : de esta suerte
se hace su hoja mas tierna. Y hay muchos géneros de le
chugas, que conviene sembrar las de cada uno en su tiem
po: entre ellas la que tiene hoja oscura y como purpú
rea ,también verde y crespa como la Ceciliana, es bue
no sembrarla en el mes de enero. Pero la de Capadocia,
que tiene la hoja pálida , peinada y espesa , en el de fe
brero: en seguida la que es blanca , como la que hay
en la provincia Bética en los confines del municipio de
Cádiz, se pone muy bien en el mes de marzo. H.iy tam
bién una especie de lechuga de Chipre blanca que tira
á roja con las hojas lisas y muy tiernas, que se pone
cómodamente hasta los idus de abril. Se puede sin em
bargo por lo común sembrar la lechuga casi por todo el
año siendo el clima templado , y habiendo abundancia de
agua. Y para evitar que suba su tallo muy pronto se pon
drá en medio de ella un casco pequeño de teja, así que
tenga algún incremento, y reprimida con esta especie de
carga, se extiende en latitud. El mismo método se sigue
tambiéncon lachicoria ,áexcepciónqueaguantamasbien
el invierno , y así se puede sembrar aun en los países frios
en el principio del otoño. La alcachofa será mejor que
la trasplantemos en el equinoccio de otoño ; su simien
LIBRO UNDECIMO
145
íe la sembraremos mas utilmente ácia las calendas de mar
zo, y aporcaremos su planta ácia las de noviembre, y la
estercolaremos con mucha ceniza , pues esta especie de
estiércol parece el mas convenienteesta hortaliza. La
mostaza , el cilantro , y no menos la oruga y la albahaca,
permanecen sin moverse del sitio donde se han sembra
do ; y no tienen otro cultivo que , después de haberlas
estercolado, escardarlasmano, pero pueden sembrar
se, no solo en el otoño, sino también en la primavera.
Las plantas de mostaza trasplantadasprincipios de in
vierno darán mas copa en la primavera. El panas se siem
bra en ambas estaciones en tierra ligera y labrada , y se
siembra muy claro , para que tome mejor incremento. Sin
embargo es mejor sembrarlo en la primavera. El puerro,
si lo quisieres hacer sectivo, han prescrito nuestros ma«
yores que se dejará sembrado mas espeso, y así que ha
ya crecido estando así 6e cortará. Pero la experiencia nos
ha enseñado que se hace mucho mejor si se trasplanta*
para ponerlo como el cabezudocortas distancias , esto e9 á
cuatro dedos unos de otros , y en habiéndose puesto fuer
te se corta. Mas en el que quieras hacer de cabeza gruesa,
se ha de tener cuidado cuantío se transplante de cortarle,
antes de ponerlo, todas las raicillas y las puntas de las ho
jas. Después se en tierra debajo de cada planta un tiestezuelo
ó una concha para que le sirva como de asiento, á
fin de que las cabezas se aumenten en latitud. El cultivo
del puerro cabezudo consiste en escardarlo y estercolarlo sin
cesar. Ni es otro sin embargo el del sectivo , sino que se de
be regar, estercolar y escardar tantas veces cuantas se cor
te. Su simiente en los lugares cálidos se siembra el mes de
enero, en los frios se siembra en febrero; y para que tomen
mayor incremento, se envuelven muchos granos en unos
liencecillos claros, y de esta manera se entierran. Y los que
han nacido en sitios donde no se les puede suministrar
agua, se deben trasplantar ácia el equinoccio de otoño: mas
en los que se les puede dar riego es bueno trasplantarlos el
mes de mayo. El apio se puede poner de planta y también
de semilla, pero sobre todo nada le viene tan bien como
el agua, y por esto lo mejor es ponerlo juntouna fuente.
Tom. II. K
146
COLUMELA.
Pero si alguno quisiere hacerlo de hoja ancha, envuelva
en un liencezuelo claro la semilla que pueda tomar con tres
dedos, y envuelta de esta manera la pondrá en las tablas, ó
si quisiere mas bien hacerlo de hoja rizada , echará su se*
milla en un mortero y después de molida con una mano de
madera de sauce y quitadas las cáscaras, la envolverá del mis
mo modo en unos liencezuelos y la pondrá deba jo de tierra.
Puede también hacerse rizado sin este trabajo, de cualquier
modo que se haya sembrado, si así que ha nacido reprimes
su incremento pasándole por encima un rodillo. El mejor
tiempo de sembrarlo es desde después de los idus de mayo
hasta el solsticio del estío. También por lo común se siem
bra en estos dias la albahaca , cuya semilla así que se ha cu
bierto con tierra se apisona cuidadosamente con un pisón ó
con un rodillo: porque si dejas la tierra esponjada, comun
mente se pudre. La zanahoria, la chirivia y la énula cam
pana toman fuerza en un terreno labrado profundamente y
estercolado: pero se han de poner muy claras para que to
men mayores incrementos. Mas la énula conviene sembrarla
con un intérvalo de tres pies , porque los tallos que echa
son grandes y sus raices se extienden por debajo de tierra
como los nudos de las cañas. Y no tienen otro cultivo todas
estas plantas, sino quitarles las malas yerbasfuerza de es
cardas. Se pondrán muy bienprincipios de setiembreá
últimos de agosto. El apio caballar, que algunos griegos lla
man ipposelinon y otros smicgnion , se debe sembrar de
semilla en un terreno cavado con el pastino, sobre todo
juntolas paredes, porque le conviene la sombra y se dá
bien en cualquier terreno: y éste así que lo hayas sembra
do una vez, si no lo arrancas enteramente de raiz, sino que
le dejas alternativamente tallos para semilla, dura eterna
mente y exige un cultivo ligero de escarda. Se siembra des
de las fiestas de Vulcano hasta las calendas de setiembre,
pero también en el mes de enero. La yerbabuena quiere
también humedad dulce, por cuyo motivo es bueno poner
la juntoun manantial , en el mes de marzo. Si por casua
lidad faltaren sus semillas , se puede coger de las tierras in
cultas yerbabuena silvestre , y ponerla con los cogollos
ácia abajo: lo cual le quita la aspereza y la vuelve sativa. La
ruda que ha nacido de semilla en el otoño, conviene tras
plantarla el mes de marzoun sitio abrigado, se le arrima
rá bastante ceniza al pie, y se le quitarán las malas yerba9
hasta que se fortifique, para que éstas no la hagan perecer.
Pero se deberá hacer esta operación , cubriendo Ja mano con
guantes, pues si no fuere así se harán en ella úlceras perni
ciosas. Sin embargo si por ignorancia hubieres escardado
con la mano desnuda, y te hubiere sobrevenido picazón
con hinchazón, te la frotarás de cuando en cuando con acei
te. Su tallo permanece muchos años ileso,no ser que le
toque alguna muger en el tiempo que está con la mens
truación , y por este motivo se haya secado. El tomillo , el
romero , la ajedrea y el serpol , tienen el cuidado de sem
brarlos los colmeneros mas bien que los hortelanos; pero
nosotros creemos que no es fuera de propósito tener estas
plantas también en las huertas, para servirnos de ellas en
clase de especias ( pues son muypropósito para sazonar
algunos manjares). Quieren un terreno que no sea pingüe
ni estercolado, sino que sea abrigado, como que por lo co
mún nacen en los países marítimos en la tierra mas ende*
ble espontáneamente. Se ponen , tanto de semilla como de
plantas, acia el equinoccio de primavera, pero es mejor po
ner plantas de tomillo, y en estando puestas en un terreno
bieu labrado , conviene .para que no tarden en prender , mo
ler tallos de tomillo seco, y así molidos echarlos en agua un
dia antes, y así que ésta se haya impregnado de su jugo
echarlalas plantas que se han puesto hasta que las fortifi
que bien. Por lo demás la ajedrea es una planta muy vivaz,
para haberse de afanar en cuidarla. El mastuerzo, si lo tuvieres
trasplantado antes de las calendas de marzo , lo po
dras cortar como el puerro sectivo, aunque mas raras veces:
pues no se habrá de cortar después de las calendas de no
viembre, porque perece maltratado por los frios: pero podrá
resistir dos anos si se escarda y se estercola con cuidado.
También hay muchos sitios donde prolonga su vivacidad
hasta diez años. La acelga se siembra cuando el granado es
tá en flor , y luego que tiene cinco hojas como la col , se
trasplanta en el estío, si la huerta e9 de riego-, pero si el ter
reno es de secano, se deberá trasplantar en el otoño, cuanka
*'
148
COLUMELÁj T
do haya empezado yallover. El perifollo y también la
hortaliza llamada armuelle, que los griegos llaman atrapha~
gon, conviene sembrarla ácia el dia de las calendas de oc
tubre en un lugar que no sea muy frió; pues si el pais tie
ne los inviernos rigorosos, se han de trasladar estas plantas
desde la almáciga, dividiéndolas después de los idus de
febrero. La adormidera y el eneldo se siembran con el mis
mo método que el perifollo y el atraphagon. Las semillas
del espárrago sativo y las del que la gente del campo lla
man corruda se preparan casi dos años antes de ponerlas
en sn lugar: estas se siembran en hoyos pequeños que se
abren en un terreno pingüe y estercolado después de los
idus de febrero, de suerte que en cada uno se eche la semi
lla que se podrá coger con tres dedos. A los cuarenta dias
poco masmenos las raicillas que habrán echado se en
redan entre sí y hacen como una masa : yestas raicillas
enredadas y enlazadas de esta manera llaman los hortelanos
esponjas. Y después de veinte y cuatro meses conviene tras
plantarlasun sitio abrigado , bien humedecido y esterco
lado. Pero los surcos se hacenun pie de distancia anos
deotrosy sitimasprofundidadqueladénueve pulgadas,
en los cuales sé ponen las esponjillas de manera que echán
doles tierra por encima germinen con facilidad. Mas en los
sitios secos se han de poner en lo mas hondo de los surcos,
paraquepermanezcan allícomoenunas piletas.Por elcon
trario en jos húmedos se han de colocar en lo alto del Jo
mo del caballón, para que no padezcan con la demasiada
humedad. Al primer ano de haber sido plantadas, conviene
tronchar el espárrago que hayan' ephado, porque si quisieres
arrancarlo de la tierra estando las raicillas tiernas y débiles
toda la esponjilla saldrá tras del espárrago: en los demás no
setronchará sinoquésearrancaráderaiz.Puessinosehace
asílostallosquebradossofocan losojosdelasraices,y loscie
gan, para decirlo así, y no los dejan qué arrojen espárra
gos.Porlodemáslos tallosquesaldránlosúltimosen laes
tación del otoño no se han de quitar todos, sino que se ha
dé dejar al^
hayan forinac
quemarlos
LIBJJO! UNDECIMO cual sin embargo no es tan incomodo (pues se pueden
arrancar de cuando en cuando) como perjudicial , pues
tienen una ponzoña perniciosa, y con su jugo esterilizan
«1 terreno. Ningún cultivo exige,se contenta con uno
-muy ligero, como que se mantiene fuerte aun en los
campos desiertos sin trabajo del labrador: se siembra en am
bos equinoccios. El cebollar quiere mas bien una tierra que
se labre con frecuencia, que la que se labre profundamente,
Y así desde las calendas de noviembre se debe alzar , para
qus se disuelva con los frios y con las heladas del invierno,
á los cuarenta dias binarse,los veinte y uno terciarse, j
después de esta última labor al instante estercolarse; en se
guida se distribuirá en tablas, después de haberla cabado
con igualdadpala de azadón, y arrancado todas las rai
ces. En seguida convendrá esparcir la semilla después de las
calendas de febrero en un dia sereno , mezclándole alguna
semilla de ajedrea, para que también tengamos esta planta
con las cebollas, porque es agradable para comerla mien
tras está verde, y cuando seca no es inútil para sazonar los
manjares. Pero los cebollares se han de escardar muchas ve
ces, ylo menos no han de bajar de cuatro; cuyas semillas,
si quieres recogerlas , pon el mes de febrero los bulbos mas
grandes de la especie de Ascalon, que es la mejor ,distan
cia de cuatrocinco dedos unos de otros : y cuando em
piecengerminar, dales no menos de tres escardas: en se
k4
i5a i COLUMELA.
guíela, cuando hayan echado tallos, consérvalos derechos,
poniendo entre las matas una especie de canterios peque
ños muy bajos, pues si no pusieres muchas cañas atravesa
das que las sostengan, al modo de las viñas aplicadas al yu
go, los tallos de las cebollas caerán al suelo con los vientos,
y se dispersará toda la semilla: la cual no hay duda que no
se ha de coger antes que empiecemadurar y tener color
negro. Pero no se ha de dejar que se seque mucho,que
ee caiga toda, sino que se han de arrancar los tallos ente
ros y se han de secar al sol. El nabo y la naba se siembran
en dos tiempos diferentes, y se cultivan lo mismo que el
rábano. Sin embargo es mejor sembrarlos el mes de agosto:
se necesitan cuatro sextarios de semilla para sembrar una
yugada, pero de suerte que ademas de esto se le eche poco
mas de una hemina de semilla de rábanos. El que sembra
re estas semillas en el estío, tendrá cuidado de que los mos
quitos que se producirán por causa de las sequedades, no
se coman las hojas -todavía tiernas, conforme vayan brotan»
dó: y para evitar esto se debe recoger el polvo que se en
cuentra sobre el piso alto,también el hollín que se pega
á los techos de encima de los hogares; y en seguida el día
antes que se haga la siembra revolverlo con las semillas y
rociarlo con agua, para que toda la noche estén embebien
do este jugo. Pues remojadas de está suerte , están buenas
para sembrarlas el día después. Algunos autores antiguos,
como Demócrito, prescriben que se aderecen todas Jas si
mientes con el zumo-de Ja yerba que se llama sedo, y que
se use del mismo remedio contra los insectos: lo que la ex
periencianoshaenseñadosercierto.Pero sinembargo,como
no hay mucha abundancia de esta yerba, nos servimos con
mas frecuencia del hollin y de dicho polvo, y con ellos con
servamosmuybien las plantasenbuen estado.Hyginocree
quesedebeesparcirlasemillade lasnabasenlaeradespués
de la trilla^, cuando está extendida todavía la paja-, porque
las raices engruesan mas, no dejándolas la dure7a del suelo
penetrar en él profundamente. Nosotros hemos hecho
muchas veces este ensayo inútilmente: y así creemos que es
mejor que se¡siembre la naba, el rábano y el nabo en tier
ra-labiada.Ytodavía los labradores más religiosos observan
La costumbre (de los antiguos , que cuando siembran la semilla de estas raices, niegan los dioses que nazcan para
ellos y para sus vecinos. Eh los lugares Trios donde hay te
mor de que la siembra del otoño se queme con las heladas
del invierno, se hacen con cañas unos canterios bajos; por
encima se les ponen varas atravesadas, y sobre estas varas
se extiende paja, con lo que se ponen las semillas a cubierto de las heladas. Pero en los países abrigados , cuando des
pués de las lluvias han sobrevenido aquellos animales perniciosos que nosotros llamamos orugas, y que se nombran
en griego xampaiyse deben recoger con la mano sa
cudir por las mañana los tallos de las hortalizas: pues de
esta suerte si se cayeren cuando están todavía pasmados con
el frió, no suben masla parte superior. Sin embargo es
inútil tomar estas precauciones , si se han remojado las
semillas como ya he dicho antes, antes de sembrarlas en
zumo de sedo, pueslas que están preparadas de esta ma
nera ningun daño les hacen las oiugas. Pero Demócrito en
él libro que ha intitulado pegi antipa¡)}ioon 4 , 'afirma que,
estos auimalillos perecen, si una muger que e6tá con la
menstruación dá tres vueltas al rededor de cada una de las
tablas que están sembradas con el cabello suelto y los pies
descalzos, porque después de esto todos los* gusanos caen al
suelo y se mueren. Hastá aquí he creído deber dar precep
tos sobre el cultivo de bis huertas y sobre las obligaciones
del capataz; el cual aunque yo haya opinado en la primera
paite de este libro que debe estar instruido y enterado en
todos los trabajos-del campo; sin embargo como ordinaria
mente sucede que nos falta la memoria de las cosas que he
mos aprendido, y se hán de recordar muchas veces viendo"
los escrito» que trata,n de ellas, he puestocontinuación los'
argumentos de todos mis libros para que cuando el caso lo
exija se pueda encontrar en cada uno lo que se ba de bus
car, y como se haya de hacer cada cosa. . . .;
54
COLUMELA.
NOTAS AL LIBRO UNDECIMO.
Notas m capitdio I.
X. Estas palabras no se encuentran en la obra de Catoa,
pero sí su sentido en el cap. 5 núm. t.
2. Era de Athenas. Compuso una obra de agricultura, j
por su elocuencia se le llamó la Musa Atica.
3. Este oráculo, que se atribuye aquíCatón , no se en
cuentra en su obra según la tenemos. Sin embargo, es regu
lar se hallase eu tiempo de Columela. Prueba de que no nos
ha llegado entera, como lo he observado en el prefacio.
4. Sin embargo conviene entender este precepto con el
temperamento que vadar nuestro autor al principio del ca
pítulo siguiente.
Notas ai
CAPITULO II.
1. Si alguno quisiere cotejar en este lugarColumela coa
Ovidio, Plinio en el lib. 18 cap. 16 y siguientes, con otros au
tores y con los calendarios antiguos, encontrarácada paso
muchas cosas que anotar.
2. Plinio redujo este trabajoun número menor, pues di
ce en el lib. 18 cap. 26 que en un dia se podían preparar
treinta rodrigones y sesenta estacas , y en las velas de la no
che y madrugada la misma cantidad que Columela. La medio
cridad de la tarea que señala aquel , hace dudar de la integri
dad de su pasage. Pero en este se nota que no guardan la mis
ma proporción los rodrigones que se labran de dia, y los que
se labran en las velas con las estacas , pues sesenta no está en
la misma proporción con ciento, que cinco con diez; y eu
Plinio se guarda, por lo que hay el mismo motivo de dudar
de la integridad del texto de Columela.
3. Si es cierto lo que dice Ovidio en el lib. II v. 192 de
los Fastos, y en el lib. II v. { 28 y siguientes de los Metamor
fosis que esta constelación no se pone jamas, ¿como se coucilia
este poeta con nuestro autor? ~ •. ..
4. Si treinta jornales son suficientes para pastinar ana yu
gada de tierrapie y medio de profundidad, cuarenta para
la de dos pies, y cincuenta para la de dos pies y medio, pa
recerá que para la de tres pies habrá bastante con sesenta. Pe
ro sin embargo esto no se ha de calcular asi, pues mientras á
mayor profundidad se cava la tierra, la parte inferior por ser
LIBRO UNDECIMO. i55
mas dura detiene maslos trabajadores que la superior ; ade
mas que es menester mayor esfuerzo para echar la tierra desde
lo hondo de una cava profunda que. desde la superficie; y
así no es maravilla que entren mas peonesproporción en las
cavas mas profundas que en las que lo son menos, aunque yo
pienso que hay yerro en los números, pues por mucha dure
za que se quiera suponer al medio pie de tierra que hay por
bajo de los dos pies y medio para completar tres en la pastinacion
de esta profundidad , y por mucho esfuerzo que ten
ga que hacer el cavador para sacar la tierra, no ha de ser tan
ta que necesite triple número de jornales, pues los cinco pri
meros medios pies sale cada unodiez, y el sextotreinta;
á no ser que sean tierras de poco suelo en que el sexto medio
pie sea de tobatosca.
5. Llamados así de ornis , que quiere decir pájaro.
6. Preciso es que baya alguna falta en el número 21 cuan
do dice que ios vientos ornithias duran treinta días, y que
después de ellos vienen las golondrinas, y según lo que dice
aquí vienenlos cuatro días ; por eso he puesto cuatro dias
en lugar de los treinta que pone nuestro autor.
7. Estas eran unas fiestas que se celebraban en honor de
esta diosa,la que se había dedicado en este tiempo del año
un templo en el monte Aventino. Duraban cinco dias; en el
Erimero se hacían sacrificios, durante los tres siguientes se daan
combates de gladiatores , y el quinto se purificaba el
pueblo.
8. Estas cuentas no vienen unas con otras, pues el hom
bre que abre en un dia diez y ocho hoyos de tres pies de lar
go y de ancho, y dos de hondo, levanta 324 pies cúbicos; el
que labre catorce de la misma profundidad y de cuatro pies de
Jareo y de ancho, cava 418 pus cúbicos; el que hace una zan
ja de 1 jo pies de largo , dos de ancho, y dos y medio de hondo,
cava 600 pies cúbicos , y antes habia señaladoun jornalero
en un dia 1440 pies cúbicos. Pues teniendo una yugada 28800
superficiales, multiplicados por dos hacen 57600, y repartidos
entre 40, que son los jornales que señala para cavar una yuga
dados pies de profundidad , cabencada uno 1440. Mu
chas veces observan los andadores que en nada están mas
corrompidos los libros que en los número1. En este supuesto,
reconocido por Saboureux, es una inconsecuencia decir, como
dice en su notaeste pasage, que Coluntela no procura ser
muy exacto en sus cálculos. ¡Ojalá fuera esta sola i
9. Mas bien se está en las dos terceras partes de esta es
tación si seguimos la división que hace Varron en el lib.
cap. 18 de Re rústica 6 la de otros autores; pero Columela
no tiene aqui mas consideración quela temperatura del aire
¿56 /'"ICOLUMELA, J.T
y al calor. Así en este mismo
CAPITULO se dice que está deme
diado el invierno cuando se pone la estrella que está en eí
pecho del León. En cuyo tiempo si cuentas los dias se inclina
á su fin.
" r io Como cada uno de los signos del Zodiaco comprende
treinta grados, todos doce comprenderán 360 ; y. teuieado el
año 36) dias, es preciso que el sol permanezca alguna vez dos
dias en un mismo grado, para correr en un año toda la exten
sión del Zodiaco. " ».",; . .
" 11. Esto se llama caprific ación* De ella hay un lugar clá
sico en el lib. 1 5 cap. 19 núm. 21 de la Historia natural de
Plinio que dice así : produce mosquitos el cabrahigo: esto»,
privados de alimento en su madíe por habérsele corrompido
el jugo, vuelan i las higueras, y picando frecuentemente lox
higos dan entrada al aire por las. aberturas que les hacen : des
pués sacan el humor lácteo y nocivo que tienen, con lo que se
mejoran estos notablemente. ' •" ' ' "
12. No indica fenómeno como otros dias. Plinio nota que
«11 esie.dia nace la Corona: Pero están 'muy discordes en otras
cosas , y no es extraño1 que lo estén en ésta. Lo mismo le sucede
en las calendas de diciembre y enero. •< -" nji<» .:
13. Esto es exacto, pues la yugada tiene 28800 pies cua
drados.
-14. Era costumbre de los romanos hacer este día alguna
cosa de su profesión, con la mira de comenzar felizmente el
año. :;
Notas a-i
CAPITULO III.
1. Aquí se habla verosímilmente de adobes, que son ladri
llos crudos y secados al sol.
2. Estas fiestas son lasque llaman quinquatria: se celebra
ban en marzo cuando se habia edificado un temploesra diosa
en el. monte Aventino. Duraban cinco dias. ~. "
3. No se trata de una era empedrada, sino de una parte
de campo, sobre la cual se habrá trillado trigo que se habrá
ablandado por las aguas del otoño, y en seguida se habrá la
brado. Este autor pretendía sin duda que estando sembrada
de esta manera con la paja, no se la comían los pájaros con
tanta facilidad ni' se la llevaban los-vientos , y que esr.mdo
.cubierta ligeramente de tierra, germinaba con mas facilidad,
o 4. De las cosas discordantes con una repugnancia natural.
Por eso Plinio dice que toda la doctrina de Deinócrito cons
taba de simpatía y de antipatía; esto es, de la concoxdia y
de la discordia de las cosas.
A "i»** " " r-
LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA.
De las cosas del campo.
LIBRO DUODÉCIMO.
.1
De la casera.
..'..! Prefacio.
Xenofoote el ateniense, Publio Silvino, dijo en su libro
que intituló Económico, que el matrimonio se ha instituido
por la naturaleza de tal manera, que no solo se contraía en
él una sociedad de vida la mas agradable, sino también Ja
mas útil: lo que ya hay tiempo que repitió Cicerón, y que
el varón se habia unido con la hembra , para que el género
humano no se extinguiese pasado mucho tiempo: como
también ademas de esto, para que esta sociedad preparase
á los mortales auxiliosfin de ayudarlos en la vejez. Como
asimismo el alimento y la manutención de los hombres no
se habia de preparar al raso y en sitios silvestres del mismo
modo que la de las fieras, sino en casa y debajo de techa
do, fue preciso que uno de los dos sexos estuviese fuera y
expuestolas injurias del temporal , para procurar lo nece
sariodicho fin con su trabajo e industria; y otro dentro
para encerrarlo y guardarlo en la casa : pues si era indis
pensable cultivar los campos, navegartambién dedicarse
á otro género de;comercio para adquirir algunas facultades,
convino igualmente, que después de haber acumulado en
la casa los bienes que se habían adquirido, hubiese otra
persona que los custodiase , y ejecutase los demás trabajos
que debian hacerse en ella , pues los frutos y los demás alr*
i58 COLUMELA.
mentos vegetales tenían necesidad de un techado , las crias
y otras producciones de las ovejas y demás animales se habian
de guardar debajo de llave, como también todas las
demás cosas con que se alimenta y se viste el género bu-
mano. Por lo cual , como lo que hemos propuesto exigiese
trabajo y cuidado, y no se adquiriesen fuera de casa con
poco afán las cosas que convenia guardar en ella: con ra
zón, como he dicho, se ha destinado por la naturaleza el
trabajo de la muger para el cuidado doméstico, y el del ma
rido para los ejercicios forenses y para los exteriores. Por
consiguiente ha asignado al hombre calores y frios que su
frir, también caminatas y trabajos de la paz y de la guer
ra, esto es, de la agricultura y del servicio militar: yJa
muger, por haberla hecho inhábil para todas estas cosas,
le dio el cuidado de las domésticas. Y como habia dado á
este sexo en parte la custodia y la diligencia, por tanto lo ha
hecho mas tímido que al viril, pues la timidez contribuye
muchísimo al cuidado para la custodia. Pero comolos que
procuraban fuera de casa y al raso buscar la comida les era
algunas veces preciso rechazar las injurias, por esto hizo al
varón mas atrevido quela muger. Y porque después de
adquiridos los bienes fueron la memoria y la diligencia
igualmente necesarias al hombre yla muger, no dotó en
estas facultades menos al uno que al otro. Ademas como la
simple naturaleza no quería que sér alguno reuniese todas
las perfecciones, tuvobien que uno necesitase de otro,
porqué comunmente lo queuno falta se halla en el otro.
Esto es lo que expusieron, no sin utilidad, Xenofonte en el
Económico, y después Cicerón que lo tradujo al latin. Pues
no solo entre las griegos, sino después entre los romanos,
hasta el tiempo de nuestros padres casi todo el trabajo do
méstico fue peculiar de las mugeres, como si los padres de
familia volviesensus casasdescansar de los negocios fo
renses desechando todos los cuidados. En efecto había en
ellas un respeto sumo, junto con concordia y exactitud, y la
esposa animadala vigilancia por una admirable emulación
ponía mucho empeño en aumentar y mejorar por su cuida
do los bienes de su marido. Nada se veía separado en la ca
sa , nada que dijese el maridola muger ser privativamen
LIBRO DUODECIMO i59
te suyo, sino ambos conspirabanbeneficiar el caudal comuo
, de suerte que la exactitud de la muger en las cosas
de la casa , era igualla industria del sPRrido en los nego
cios forenses. Por consiguiente el cargo del capataz y el de
la casera no era de gran trabajo, como que los mismos amos
visitaban diariamente y manejaban su caudal. Pero abora
que la mayor parte de las mugeres están entregadas al lujo
yla ociosidad, de tal manera, que ni aun se dignan de to
mar el cuidado de preparar la lana y hacerla hilar y tejer,
y se fastidian de las ropas de telas echadas en la casa, al pa
so que arrastradas de una perversa pasión, sacan desús ma
ridosfuerza de halagos otras mas exquisitas, que se com
pran por una excesiva suma de dinero que se lleva casi to
das sus rentas, no es maravilla que las fatigue el cuidado
del campo y de los instrumentos de Ja labor, y que tengan
por una cosa indecente estar unos pocos dias en la casería.
Por lo cual habiendo no solo dejado de usarse , sino aniquiládose
enteramente aquella costumbre antigua de las ma
dres de familia sabinas y romanas, se ha introducido por
necesidad que el cuidado de la casera se extiendaejercer
las funciones de aquellas: porque también los capataces han
entradoocupar el lugar de sus amos, que en otros tiem
pos por una costumbre antigua, no solo cultivaban los cam
pos, sino también habitaban en ellos. Perofin de que no
parezca que he tomado intempestivamente el oficio de
censor para reprender las costumbres de nuestros tiempos
voy ahoratratar de las obligaciones de la casera.
'
CAPITULO 1.
Cualidades de la casera , y reglas que debe observar pa
ra cuidar de las cosas de la casa.
Así (para no separarnos del orden que empezamosseguir
en el volumen anterior) la casera debe ser joven, esto es
no demasiado muchacha, por los mismos motivos que he
mos referido hablando de la edad del capataz : debe tener
también una salud robusta, no ser fea, ni por el contrario
muy bonita: pues si tiene robustez completa, resistirá las
,6o COLUMELA. 1 '
vigilias y otros trabajos: la demasiada fealdad hará que su
consorte se fastidie de ella, y la mucha hermosura lo hará
desidioso. Y así sq^ha de procurar no tener un capataz va
gabundo y que huya de su compañera , ni por el contrario
un holgazán metido en la casa y en los brazos de la muger.
Pero no son estas cosas que hemos dicho las que tan solo
hemos de observar en la casera. Pues se ha de examinar so
bre todo si tiene mucha oposición al vino,la glotone
ría,las supersticiones, al mucho dormir, ylos hombres,
si la ocupa el cuidado de lo que debe traerla memoria, y
de lo que debe preever para en adelante ,fin de que siga
poco masmenos las reglas que hemos prescrito al capa
taz : porque las mas cosas deben ser iguales en el hombre
y en la muger, y uno y otro han de de evitar tanto el obrar
mal, como deben esperar la recompensa de lo que han he
cho bien. También pondrá el mayor cuidado en que el ca
pataz tenga dentro de casa el menor trabajo que pueda ser,
como que ha de salir desde por la mañana con la gente , y
volver al anochecer fatigado con el trabajo que ha dado. Sin
embargo instruyendola casera en sus obligaciones, no
dispensamos al capataz del cuidado de las cosas de la casería
sino solamente aligeramos su trabajo , dándole quien le ayu
de. Por lo dema3 los cargos del interior de la casa no se han
de dejar enteramente de cuenta de la muger, sino se le han
de confiar de tal suerte, que de tiempo en tiempo echará
el capataz una mirada. Pues este es el medio de que sea mas
exacta , si tiene presente que hay allíquien ha de dar fre
cuentemente cuenta. Finalmente debe ella estar muy con
vencida de que debe permanecer siempre ólo menos la
mayor parte del tiempo en la casería: ademas que debe ha
cer salir los esclavos que tienen que hacer algo en el -cam
po : retener dentro de la casería los que le pareciere preci
sos para que hagan en ella alguna cosa , y procurar que no
se queden los trabajos sin ejecutar, por una diaria inacción:
examinar con cuidado si las cosas que se traenla casería
están echadasperder, y no recibirlas sin haberlas recono
cido bien, y estar cierta de que están en buen estado: se
parar asimismo las que están destinadas para el gasto y guar
dar las que no hacen falta, para no consumir en un mes Jo
LIBRO DUODECIMO
161
que puede alcanzar para todo el aúo. También si alguno de
la familia comenzareestar malo, tendrá cuidado de que
se le asista lo mejor que se pueda, pues de semejante aten
ción resulta la benevolencia, y no menos la sumisión. Fue.
ra de que, así que se han restablecido, procuran servir con
mas fidelidad que antes, si se les ha cuidado en su enfer
medad.
.1
CAPITULO II. (
El orden que debe tener para guardar las provisiones , las
ropas y los muebles.
i
Después de esto deberá tener presente que las cosas que se
traigan , permanezcan encerradas sin echarseperder, en
sitios convenientes y saludables. Pues de nada se ha de te
ner mayor cuidado que de preparar un parage en que se
guarde cada cosa , para sacarla cuando sea menester. Ya se
ha dicho las cualidades que estos deben tener, tanto en el
primer volumen cuando tratábamos de la construcción de
la casería, como en el undécimo al hablar de las obligacio
nes del capataz; pero ni aun ahora nos será molesto hacer
lo ver en pocas palabras. Pues el cuarto mas alto se destina
rá para los utensüios mas preciosos y las ropas: el seco y
enjuto pasa por conveniente para guardar los granos: el que
es fresco conserva excelentemente el vino: el que tiene bas
tante luz es bueno para los muebles quebradizos y para las
operaciones que necesitan mucha claridad. Preparados pues
los cuartos donde se han de guardar dichas cosas convendrá
en general colocar cada una en su lugar, y algunas aparte,
para que pueda tomar cada una cuando sea menester. Pues
hay un refrán antiguo que dice no haber pobreza mas cier
ta que cuando necesitas alguna cosa no poderte servir de
ella por no saberse donde está tirada. Por consiguiente es
mas trabajosa cu la economía doméstica la negligencia que
el cuidado. Pues ¿quién dudará que no hay cosa mas hermo
sa que el arreglo y el orden? lo que puede conocerse mu
chas veces en los espectáculos de los juegos públicos: pues
cuando un coro de cantores no está acorde eu medidas cier
tas , ni sigue el tono que le dá el maestro que lo dirige , pa
recelos oyentes que el canto tiene alguna cosa de diso-
Tom. JI. L
16a COLUMELA.
ríante y tumultuoso; pero cuando están acordes y forman,
por decirlo así , una unidad de canto cuya medida y pro
sodia están bien manifiestas, esta consonancia de voces no
solo hace oirlos misinos cantores cierta cosa agradable y
dulce, sino también encantalos espectadores ylos oyen
tes con un suavísimo placer. También en el ejército ni el
soldado ni el general pueden llevar cosa algunacabo sin
orden y arreglo, pues los armados se confundirían con los
desarmados , con el soldado de caballería el de infantería , los
carros con los soldados de caballería, si todos estuvieran
mezclados. Este mismo método de preparación y de orden es
muy ventajoso también en los bajeles, pues cuando sobre
viene una tempestad, y está el bajel equipado convenien
temente , el contramaestre vá sacando los aparejos del sitio
donde están colocados cada uno en su lugar sin alterarse al
momento que los ha pedido el piloto. Pues si el orden y el
arreglo hacen tanto efecto en los teatros, en los ejércitos,
ó también en los navios : no hay duda alguna que sean igual
mente necesarios en el cargo de la casera respectolas cosas
que debe encerrar , pues cada cosa de por sí se reconoce con
mas facilidad cuando tiene lugar señalado; y si alguna por
casualidad no está en el mismo lugar vacío, advierte que se
debe buscar lo que falta. Pero si es menester cuidarcom
poner alguna cosa, se conoce con mas facilidad cuando se
les pasa revista por su orden. De todo lo cual Marco Cicerón,
siguiendo la autoridad de Xenofonte, introduce de esta ma
neraIscomaco , respondiendo lo que siguelas pregun
tas que le hizo Sócrates.
CAPITULO III.
Preceptos que dd en órdenesto mismo Cicerón siguien
do la autoridad de Xenofonte.
Habiendo preparado sitios convenientes, hemos empeza
dodistribuir en ellos los instrumentos y los muebles: y
en primer lugar hemos puesto aparte las partes que acos
tumbramos emplear en los sacrificios, en seguida los ador
nos que sirvenlas mugeres en los días de fiesta , después
LIBRO DUODECIMO i63
también lo que sirvelos hombres para engalanarse en los
días solemnes, y no menos los calzados que convienen á
uno y otro sexo: últimamente se ponían con separación en
una parte las armas y las lanzas , y en otra los utensilios de
que se sirven para labrar la lana. En seguida se ponían en
su lugar, según costumbre, la batería de cocina, los mue
bles que sirven para el baño , los del tocador , la bajilla,
mantelería y demás que sirve para la comida de todos los
dias y la de los de convites. De las cosas del consumo diario
hemos hecho dos partes; hemos puesto aparte lo que se
puede gastar en el mes, y la provisión del año es la otra
que también hemos dividido en otras dos partes: mediante
lo cual se padece menos engaño en razón del tiempo en que
se han de acabar. Así que hemos separado todas estas cosas,
hemos colocado cada una en su lugar, después hemos entre*
gado las de un uso diariolos esclavos que suelen servirse de
ellas, como son las que pertenecenlas labores de la lana,
á cocer y aviar la comida, les hemos indicado el sitio don
de las han de poner, y les hemos prevenido que cuiden de
su seguridad. Pero aquellas cosas que empleamos los dias
de fiesta cuando nos vienen algunos huéspedesen algunas
ocasiones raras, éstas se las hemos entregado al despensero
señalandotodas su sitio ; se las hemos contado todas ; des»
pues de contadas, hemos formado nosotros una lista y le
advertimos que cualquiera cosa que hiciera falta supiera de
donde la daba, que la tuviese presente y anotase qué era
lo que habla dado, cuando yquién; y cuando lo recibie
se, que pusiese cada cosa en su lugar. Así nos han dado
los antiguos en la persona de Iscomaco los mismos precep
tos de industria y cuidado que damos ahora nosotrosla
casera. Y no se ha de ceñir su vigilancia solamenteguar
dar bajo de llave las cosas que se hayan traidola casa , si
no de tiempo en tiempo ha de reconocerlas y procurar que
los muebleslas ropas que tiene guardadas no se deterio
ren con la porquería, ni las producciones de la tierra ú
otros comestibles se echenperder por su negligenciapor
su desidia." Pero en los dias lluviosos,cuando los frioslas
heladas no dejaránlas mugeres emplearse al raso en los
trabajos rústicos, estarán preparadas y cardadas las lanas pa
164
COLUMELA.
ra que se dediquela labor de estas y pueda ella con mas
facilidad trabajar su tarea y echárselaotras. Pues nada per
judicará que su ropa , la de los aperadores y la de los otros
esclavos que Rengan alguna comisión particular se haya he
cho en casa , y con ésto tendrá menos gravamen el padre de
familia. Pero una cosa ha de observar también siempre, y
es registrar la casería desde que habrá salido ya la gente pa
ra ver si se ha quedado alguno de los que debían trabajar
en el campo; y si alguno (como sucede) rezagándose den
tro de la casa hubiere burlado la vigilancia de su marido,
le preguntará la causa de su desidia, y averiguará si algu
na enfermedad le ha obligadoquedarse,si se ha escon
dido por pereza. Y si entendiere que tiene enfermedad, aun
que sea fingida, lo llevará sin dilaciónla enfermería: pues
mas vale que si está fatigado descanse bajo de custodia uno
ó dos dias que el que contraiga una verdadera , abrumado
con el excesivo trabajo. En fin de ninguna manera conven
drá que esté de asiento en un mismo sitio ; pues su oficio no
es sedentario, sino unas veces se arrimará al telar, y si sa
be tejer mejor que el que está trabajando en él , enseñarlo;
si no sabe tanto, aprender del que entiende mas: otras
veces visitará los que preparan la comida para la gen
te : cuidará ademas de que se limpien la cocina , los ti
nados, y los pesebres: también abrirá de tiempo en tiem
po las enfermerías, si están desocupadas de enfermos, y
las libertará de inmundicias, para que cuando el caso lo
«xi|a, las encuentren loa que entren de nuevo bien arre
gladas, pertrechadas y sanas. Estará presente cuando los
despenseros y los reposteros pesenmidan alguna cosa , ó
cuando los pastores ordeñarán las ovejaslas cabras en los
establos,cuando apliquen los corderilloslas crias de los
demás animalesque mamen : asistirá también al esquilo,
recogerá con cuidado las lanas, y comparará el número de
los vellones con el de las cabezas: estrechará ademaslos
esclavos que tienen cargo de cuidar de los mueblesque
Jos aseen ,que limpien los instrumentos de hierro y les
quiten el moho,, y si los demás necesitan de repararse, los
llevenlos respectivos artesanos, para que los compongan.
-Ep fia, arregladas todas estas cosas, creo que de nada ser
LIBRO DUODECIMO i65
vira esta distribución si, como ya he dicho, el capataz, y
algunas veces el amo y la señora, no tienen su considera
ción puesta en que se observe el orden establecido. Lo cual
también se ha observado siempre en las ciudades, que tie
nen buena policía,cuyos gefes y magnates no les pare
ció suficiente que tuviesen buenas leye6, si no hubieran en
cargado que vigilasen sobre que se cumpliesenciudada
nos muy exactos nombrados al efecto,los cuales llaman los
griegos noxeophilaxas. El oficio de estos era llenar de elo
gios y no menos de honoreslos que obedeciesenlas le
yes; perolos que no las observan darlos castigo. Lo que
ahora hacen seguramente los magistrados que con jurisdic
ción permanente mantienen las leyes con vigor. Pero basta
ya de preceptos generales sobre esta administración.
CAPITULO IV.
Que se prepare un sitio y vasijaspropósito para encur
tidos y para guardar las frutas secas.
Vamos ahoradar preceptos sobre las demás cosas que se
habian omitido en los libros anteriores, porque se reserva
ban para cuando se tratase de las obligaciones de la casera:
y para guardar algún orden empezaremos por la primavera,
porque en esta estación habiéndose concluido las semente
ras de invierno y las tremesinas, hay ya tiempos desocupa
dos para hacer las cosas que vamosenseñar. La tradición
nos ha enseñado que no faltólos autores cartagineses, á
los griegos, ni tampocolos romanos, el cuidado de las co
sas pequeñas : pues Magon cartaginés , Hamilcarquien pa
rece haber seguido Mnaseas y Paxamo, escritores no obscu
ros griegos de nación, y finalmente algunos de la nuestra,
después que las guerras les dejaron lugar no se han desde
ñado de pagar cierta especie de tributola subsistencia de
los hombres, como Marco Ambivio, Menas Licinio y Cayo
Macio, que se dedicaroninstruir con sus preceptos la in
dustria del panadero, del cocinero, y no menos la del repos
tero. Pero todos estos autores han querido que el que tome
cualquiera de estos oficios sea casto y continente, porque es
Tom.II. i 3 '
j66 COLUMELA.
muy importante que las cosas de beberde comer no se
toquen sino por un impúbero, ólo menos por personas
muy abstenidas de la Venus; de suerte que un bonibre ó
una muger casados antes de llegarestas cosas, deben ba
ñarse en un rio ú en otra agua corriente, por lo cual estos
necesitan del ministerio de un muchachode una donce
lla por cuyo medio se saquen las cosas que hagan falta de
donde están encerradas. En seguida de este precepto pre
vienen que se prepare un sitio y vasijas convenientes para
guardar hortalizas encurtidas y frutas secas: que el sitio no
esté expuesto al sol, y sea muy fresco y muy seco, para que
las provisiones, si están allí mucho tiempo, no contraigan
moho. Pero que las vasijas sean de barrode vidrio, sean
mas bien muchas1 que grandes, y de ellas unas bien baña
das de pez, y sin embargo algunas sin baño, según lo exija
la calidad del aliño. Estas vasijas conviene que se hagan
expresamente de forma que tengan la boca grande y de una
misma anchura de altobajo, que su hechura no sea seme
jantela de las tinajas, para que después de haber sacado
parte de las cosas que están guardadas en ellas para el gas
to, se precipite al suelo de la vasija con igualdad todo Jo
que quede por medio de un peso que se le cargará3, pues
el modo de conservarlas sin que se echenperder es no de
jarlas nadar en el licor en que se han echado para guardar
las, sino tenerlas siempre sumergidas en él. Lo que apenas
podría hacerse si estuvieran en una tinaja por Ja desigual
dad de su figura. Pero que para esto es muy preciso el uso
del vinagre y de la salmuera muy fuerte, cuyas dos cosas se
hacen de esta manera.
CAPITULO T.
Modo de hacer vinagre de vino torcido.
Para hacer vinagre, echa en cuarenta y ocho sextarios de
vino torcido una libra de levadura, tres onzas.de higos se
cos y un sextario de sal, todo molido y desleído antes en un
cuartário de miel clara. Algunas personas echan en Ja mis
ma porción de vino cuatro sextarios de cebada tostada,
LIBRO DUODECIMO i67
cuarenta nueces encendidas , y media libra de yerbabuena
verde. Otros caldean unas barras de hierro hasta hacerlas
ascua y las introducen en la misma medida de vino, y
ademas encienden las cascaras de cincoseis piñones, y las
echan allí ardiendo: otros hacen lo mismo con piñones
encendidos de pinabete.
•." :" .i
"
CAPITULO VI.
Cómo se hace la salmuera fuerte.
La salmuera fuerte la harás de esta manera: pon en la parte
de la casería mas expuesta al sol una tinaja con la boca muy
ancha, llena ésta tinaja de agua de lluvia, pues es la mejor
para el efecto, y si no la hubiere, llénala de agua de fuente
muy dulce. Mete en ella una canastilla de juncouna esporti
lla de esparto que se ha de llenar de sal blanca para que la
salmuera salga mas blanca. Cuando vieres que pasados al
gunos dias se derrite la sal, inferirás de ello que la salmue
ra no está todavia bien hecha. Y asi continuarás echando
otra sal por algún tiempo, hasta que permanezca toda en
tera en la esportilla y no se disminuya. Y así que adviertas
que sucede esto, conocerás que la salmuera ha llegadosu
punto de perfección : y si quisieres hacer otra en la misma
vasija , echarás ésta en otras que estén bien dadas de pez, y
la tendrás cubierta al sol , pues su actividad le quita todo el
moho y le dá buen olor. Hay otra manera de saber si la sal
muera está en su punto: pues en echando en ella un poco
de queso fresco, si se fuerelo hondo, conocerás que no
está todavía hecha 1 : si se quedare nadando encima es que
está en su pnnto de perfección.
CAPITULO VII.
Qué yerbas se aliñan en cada una de las estaciones del
año , y de qué manera.
Preparadas estas cosas convendrá coger para el gasto hacia
©1 equinoccio de primavera pella y tallo de col , alcaparra,
l4
i68 COLUMELA.
tallos de apio, ruda, apio caballar con su tallo antes que
salga del zurrón , tallos de férulas antes que se desenvuel
van, la flor muy tierna de la zanahoria silvestrecultivada
con su tallo, la flor sin abrir de nueza blanca, la del espár
rago, la del brusco, la de la nueza negra, Ja de la yerba
puntera, la del poleo, la de la yerba gatera, la de la lapsana,
la del hinojo marino y su tallo que se llama pie de
milano. Todas estas yerbas se guardan muy bien con un
mismo aliño, esto es, mezclando dos partes de vinagre, con
una de salmuera fuerte. Pero la nueza blanca, el brusco, la
nueza negra, el espárrago, la lapsana, la zanahoria, la yer
bagateray elhinojomarinosecolocaná partecadaunaen
su librillo. En seguida después de haber polvoreado estas
yerbas con sal se ponenla sombra hasta que dén su hu
medad: si echan tanta que se puedan lavar en ella, está
bien; si no, se lavan con salmuera fuerte, que se les echa
por encima y se comprimen cargándoles un peso: después
se pone cada cosa en su vasija, y se echa sobre ella como
dije arriba un caldo compuesto de dos partes de vinagre y
una de salmuera fuerte y se le pone encima un haz de
hinojo seco cogido el año anterior por la vendimia; de
suerte que comprima las yerbas y haga subir el líquido
hasta el borde de la vasija. El apio caballar, la férula y
el hinojo, luego que los hayas cogido, los tenderás en
la casería hasta que se marchiten : en seguida les quita
rás las hojas y toda la corteza de los tallos. Estos, si fueren
mas gruesos que el dedo pulgar, los cortarás con una caña y
los dividirás en dos partes: y aun las mismas flores conven
drá henderlas y partirlas, para que no estén muy gruesas, y
echarlasdeestasuerteenlasvasijas.Enseguidase lesecha
rá por encima el líquido que se ha dicho arriba, añadiendo
unas pocas raicillas de la serpicio, que los griegos llaman
silphion, y cubriéndolo todo con un manojo de hinojo se
co, de suerte que el líquido suba por encima. Conviene se
car en la casería por muchas dias hasta que se marchiten
las pellas y los tronchos de col , las alcaparras , el hinojo
marino , el poleo y la yerba puntera , y en seguida encur
tirlas del mismo modo que la férula, la ruda, la ajedrea y
el orégano. Hay algunas personas que encurten la ruda so
LIBRO DUODECIMO
lamente con salmuera fuerte sin vinagre , y en seguida,
cuando es menester gastarla la remojan en aguaaun en
vino, y le echan aceite por encima, y asi la comen. Con es
te mismo condimento podría conservarse fácilmente la aje
drea y el orégano verdes.
CAPITULO VIII.
-, Cómo se hace la oxygala.
La oxygala la harás de esta manera. Toma uDa olla nneva
y barrénala por junto al fondo: en seguida tapa el agujero
que hayas hecho con un taruguillo, y llena esta vasija de le
che de ovejas muy fresca, y echa en ella unos manojillos
de estos» aliños verdes orégano, yerbabuena, cebolletas y ci
lantro. Estas yerbas las has de sumergir en la leche de suer
te que sus ataduras queden fuera. Cinco días después saca el
taruguillo con que habias tapado el agujero, y deja salir el
suero fuera : en seguida luego que la leche empiececorrer»
taparás con el mismo taruguillo el agujero, y pasados tres
días deja salir el suero como se ha dicho arriba, saca los ma
nojos de aliños y tíralos: después estrega sobre la leche un
poco de tomillo y orégano secos , echa la porción que te
parezca de puerro sectivo picado, y revuélvelo todo bien, y al
cabo de dos dias deja salir otra vez el suero, tapa el agu
jero, echa la sal molida que sea suficiente, revuélvelo todo,
y por último después de haber puesto una cobertera sobre
la olla y de haberla cogido con yeso no la abrirás antes que
la necesidad lo exija. Hay algunas personas que después de
haber cogido la yerba del mastuerzo sativoaun del silves
tre, le secanla sombra, en seguida echan en salmuera
sus hojas, tirando el tallo, las exprimen y las echan en la
leche sin mas aliños, añadiendo la porción de sal que esti
man suficiente, y en lo demás hacen lo que hemos prescrito
arriba. Otros mezclan en una olla hojas frescas de mas
tuerzo cultivado con leche dulce, ylos tres dias vacian el
suero como hemos prescrito: después de lo cual echan aje
drea verde picada, y también semillas secas de cilantro, de
eneldo, de tomillo y de apio molidas todas juntas y mez
170
COLUMELA. í
ciadas con sal bien cocida y tamizada. Y en lo demás ha
cen lo mÍ9mo que hemos dicho arriba.
CAPITULO IX. "'
Cómo se han de encurtir los tronchos de lechuga, la achi
coria, y los cogollos de zarza, tornillo, ajedrea, oréga
no y rábano rústico.
. ,>.o. '. ' .1'd ' !
Conviene salar en un lebrillo los tronchos de lechuga mon*
dados desde el pie hasta el sitio donde se verán salir hojas
tiernas, y dejarlos en él un día y una noche hasta que arro
jen la salmuera: en seguida lavarlos en ella, exprimirlos y
extenderlos sobre zarzos hasta que se sequen: ponerles un
lecho de eneldo seco, hinojo, con un poco de ruda y puer
ros picados, y mezclado todo: después poner eslos tronchos
secos de manera que haya entre ellos guisantes verdes ente
ros, los cuales asimismo deberán antes estar en remojo un dia
y una noche en salmuera fuerte, y luego que se hayan secado
del mismo modo se echarán con los manojos de lechugas, y
se les echará por encima un caldo compuesto de dos terceras
partes de vinagre y una de salmuera, y por último se com
primirán con un manojo de hinojo de manera que sobre
nade el caldo. Para que esto se verifique, la personacu*
yo cargo corra , deberá echar muymenudo caldo nuevo
sobre el primero y no dejar que se sequen las yerbas encur
tidas, sino ademas de lo dicho, que es muy propio para es
to, enjugará por defuera las vasijas con una esponja limpia,
y las refrescará con agua de fuente muy recien cogida. Del
mismo modo que la lechuga, conviene aliñar la chicoria,
los cogollos de zarza, como también ios de tomillo, los de
ajedrea, los de orégano, y los de rábano rústico. Y se ha
de advertir que ésto que hemos escrito, se compone en
el tiempo de la primavera.
LIBRO DUODECIMO i?t
;,..-: fu >'--"
CAPITULO X.
Del aliño de las cebollas, de las peras, ciruelas y otras
Jrutas. . ." i .
Ahora varaosdar preceptos acerca de las cosas que se de
ben recoger en el estío, para guardarlas hacia el tiempo de
la cosechadespués. Escoge la cebolla de Pompeyala de
Ascalon,también la sencilla del pais de los Marsos que
llama la gente del campo unión: ésta es la que no tiene ta
llos ni hijuelos juntosi. Esta la secarás antes al sol, en se
guida después de haberla refrescadola sombra, la pondrás
en una olla sobre un lecho de tomillo ú orégano, y echán
dole un caldo de tres partes de vinagre y una de salmuera,
le pondrás encima un manojillo de orégano de suerte que
la cebolla esté bien sumergida, y así que haya embebido,
se llenará la vasija del mismo líquido. En este tiempo se
componen para guardarlas las frutas del cornejo, las cirue
las harta -bellacos, las silvestres, y no menos las peras y las
manzanas de todas especies. Las frutas del cornejo de que
nos hemos de servir en lugar de aceitunas , y también las
ciruelas silvestres y los harta-bellacos, se han de coger cuan
do están todavía duras y no han madurado, pero sin embar
go no demasiado verdes: en seguida han de estar secándo
se un diala sombra: y después se mezclarán partes igua
les de vinagre y arropemosto cocido, y se les echará es
ta mezcla por encima. Pero será conveniente añadir un
poco de sal para que no crien gusanos ú otros vichos; se
guardan mas cómodamente, mezclando dos partes de ar
rope con una de vinagre. Las peras de Dolabela , las de Palombara,
las Reales, las de Venus que son muy coloradas
las Grandes, las de Nevio, las Zatericianas , las Decumanas,
las de olor de laurel, Jas Mosquéatelas, así que las
hayas cogido sin madurar, pero no muy verdes, míralas
con atención si están sanas, sin defecto y sin gusanos: en
seguida acomódalas en una olla de barro dada de pez, que
llenarás de vino de pasasde mosto cocido hasta quedar en
la mitad, de suerte que toda la fruta esté sumergida, y des
17a O COLUMELA. M
pues ponle una cobertera que cogerás con yeao. Lo que he
creído advertir como una ináxima general es que no hay-
especie alguna de fruta que no se pueda conservar en miel.
Por lo cual , como las frutas confitadas en miel son algunas
veces saludableslos enfermos, yo pienso que se conser
ven en miel aunque sean unas pocas, pero cada especie
aparte : pues si las revuelves unas con otras se echaránper
der mutuamente. Y por cuanto esto nos ha dado la oportu«
nidad de hacer mención de la miel , debemos recordar que
en este mismo tiempo se han de castrar las colmenas , se ha
de sacar la miel y derretir la cera : de cuya materia hemos
hablado ya en el libro nono; ni ahora exigimos de la case
ra otro cuidado , sino que asistaestas operaciones y custo
die el fruto.
CAPITULO XI.
Del modo de sacar la meloja.
Por lo que hacelo demás , como en esta estación se de
be guardar para bastante tiempo la meloja, y también el
agua de aloja , convendrá tener presente que así que se ha
ya extraído de los panales la miel de segunda clase , se des
menucen estos inmediatamente y se echen en agua de fuen
tede lluvia : que en seguida se cuele el agua después de
haberla exprimido, que se eche en un perol de plomo, se
cueza , y se le quite toda la porquería espumeándola. Así
que se haya cocido y haya tomado la consistencia del arrope
se dejará que se enfrie y se echará en frascos bien baña
dos de pez. De esta meloja se sirven algunas personas en lu
gar de agua de aloja: otras también la emplean en lugar de
arrope para aliñar las aceitunas: para estola verdad la creo
mas propia, pues tiene un gusto ordinario, y no pue
de servir de remediolos enfermos en lugar del agua de
aloja, porque si se bebe, ocasiona ventosidades en el estó
mago y en los intestinos.
LIBRO DUODECIMO i73
v ,.
CAPITULO XII.
Cómo se hace el agua de aloja.
Por lo cual puesta aparte la meloja y dejándola para contervar
las frutas, se ha de hacer agua de aloja con miel muy
buena. Y esta no se hace de un modo solo. Pues algunas
personas encierran muchos años antes. agua de lluvia, y la
tienen al raso en un sitio donde dé el sol , en unas vasijas:
en seguida después de haberla trasegadootras y haberla
aclarado ( pues todas las veces que se trasiega , aunque dure
mucho tiempo, se encuentran en el fondo de la vasija unos
asientos lo mismo que heces) mezclan un sextario de esta
agua con una libra miel. Sin embargo algunos que quieren
darle un gusto mas áspero , deslien en un sextario de agua
nueve onzas de miel, llenan con esta porción un frasco, lo
tapan con yeso, y lo dejan hacia el nacimiento de la canícu
la que esté cuarenta dias al sol ; y por último lo ponen en un
sobrado donde llegue el humo. Otros que no han tenido el
cuidado de añejar el agua de lluvia, la toman reciente y la
cuecen hasta que quede en la cuarta parte: en seguida así
que se ha enfriado, si quieren hacer mas dulce el agua de
aloja, mezclan un sextario de miel con dos de agua: y si
mas áspera, le echanun sextario de agua nueve onzas de
miel, y después de haberla hecho, guardando estas propor
ciones, la echan en un irasco, y habiéndola asoleado por
cuarenta dias, como he dicho arriba, la ponen en seguida
en un sobrado en que entre el humo. .. .-.
CAPITULO XIII.
Tiempo en que se ha de hacer el queso para el gasto de
la casería , y modo de encurtir la verdolaga y el hino
jomarine*. •,, , . t ' '
El tiempo mas propio de hacer queso para el consumo de
la casería es aquel en que el queso dá menos suero : ylo
último cuando ya hay poca leche , no es tan conveniente
j74 COLUMELA.
perder jornales en llevar estos esquilmosla plaza, yla
verdad muchas veces se echanperder los que se llevan en
tiempo de calor por ponerse acedos. Y asi vale mas hacer
los en este mismo tiempo para el gasto propio. Y el hacer
el queso con la mayor perfección es obligación del pastor de
ovejas ,quien hemos dado preceptos al intento en eJ li
bro séptimo, los cuales debe seguir. Hay también ciertas
yerbas que puedes encurtir al aproximarse la vendimia, co
mo la verdolaga y la hortaliza tardía, que algunos llaman
hinojo marino cultivado. Estas yerbas se limpian con cui
dado , y se extiendenla sombra : en seguidalos cuatro
dias se acomodan cada una con separación sobre un lecho
de sal que se pone en los fondos de las ollas, y echándoles
vinagre se les pone por encima una capa de sal: pueses
tas yerbas no les conviene la salmuera.
CAPITULO XIV.
Modo de secar las manzanas y las peras.
En este mismo tiempotambién k principios del mes de
agosto se escogen las manzanas y las peras de gusto mas
dulce, y después de haberlas partido en dostres pedazos
con una cañacon un cuchillo de hueso, se ponen al sol
hasta que se sequen. Si hay muchas no hacen la menor par
te del alimento de la gente del campo en el invierno, pues
les .tiene lugar de comida sólida: lo mismo sucede con les
higos , que si se han guardado secos , ayudanmantener
los durante la misma estación.
CAPITULO XY.
Modo de pasar los higos.
Estos no se deben escoger ni muy maduros ni sin
madurar, y se han de extender en un sitio donde dé
todo el dia el sol. Se clavan unas estacascuatro pies de
distancia unas de otras , y se unen en forma de yugo por
medio de pértigas : en seguida se ponen sobre los yugos unos
LIBRO DUODECIMO i75
cañizos hechos para este efecto , de suerte que estén dos
pies levantados,fin de que los higos no puedan atraer la
humedad que despide la tierra comunmente1 por las no
ches: entonces se echan los higos sobre este cañizo y se ex
tienden sobre la tierra por ambos lados unos zarzos entrete
jidos de paja larga, de carrizosde helécho, para que se
levanten al ponerse el sol , y echados el uno sobre el otro
en forma de bóveda como las chozas, defiendan los higos
mientras se van secando del rocío, y algunas veces de las
lluvias, pues ambas cosas echanperder dicha fruta. En
seguida luego que se hayan secado, convendrá meterlos al
mediodía cuando estén calientes en orzas bien bañadas de
pez y apretarlos con cuidado, teniendo sin embargo la pre
caución de extender por debajo de ellos un lecho de hinojo
seco, y de cubrirlos con una capa de lo mismo luego que estén
llenas las vasijas, las cuales conviene cubrirlas con tapade
ras y coger éstas con yeso, poniéndolas en un granero muy
«eco para que se conserven los higos mejor y por mas tiem
po. Algunas personas después de haber cogido los higos, Ies
quitan los cabillos y los extienden al sol : en seguida así
que se han secado un poco, y antes que se pongan duros,
los echan en unos lebrillos de barrode piedra : después los
pisotean con los pies lavados como se pisa la harina para
amasarla, y les mezclan ajonjolí tostado con anís de Egipto,
semilla de hinojo y cominos. Luego que han pisado bien
esto, y han amasado bien toda la pasta de higos deshechos,
hacen unas tortas medianas que envuelven en hojas de hi
guera , las lian con juncoscon otra cualquiera yerba , las
ponen sobre zarzos y las dejan secarse. En fin , luego que se
han secado bien , las encierran en vasijas bañadas de pez;
otros encierran esta misma pasta de higos en unas orzas sin
pez, y después de tapadas las calientan en una hornillaen
el horno para que se enjugue mas prontamente toda la hume
dad , y asi que están secas las ponen en un sobrado ; y cuando
es menester gastar la pasta quiebran la orza , pues no pueden
sacarla de otra suerte cuando está endurecida. Otros escogen
los higos mas gruesos cuando están todavía verdes y los ex
tienden al sol ; después de haberlos abierto con una caña ó
con los dedos, allí los dejan hasta que se sequen: luego que
176
' COLUMELA.
están bien secos los recogen durante el calor del mediodía,
cuando se han ablandado con el ardor del sol , y después de
haberlos colocado con orden , los prensan , como usan los
africanos y los españoles, haciéndoles tomar la figura de
una estrella, de una florecitala forma de un pan: des
pués los secan otra vez al sol , y en seguida los guardan en
vasijas.
. ,'" .
CAPITULO XVI. " /.
.. \ Modo de pasar las uvas y de secar las servas.
Fü\ mismo cuidado exije la uva. La cual conviene cogerla
blanca, muy dulce, que tenga los granos muy gruesos y no
apretados, en la menguante de la luna y en un tiempo se»
co y sereno después de la hora quinta del dia: se exten
derá un rato en unas tablas, no sea que se rebien ten
unas, con otras comprimidas con su propio peso : en segui
da conviene calentar en una calderaen una olla de bar
ro grande y nueva, legía que se habrá preparado de ceniza
de sarmientos :la cual cuando esté hirviendo se le echa
rá un poco de aceite superior, y se mezclará todo muy bien:
después de esto se introducirán en la caldera que está hir
viendo' dostres racimos, según sea su tamaño , atados entre
sí, y se dejarán un rato hasta que muden de color, mas no tan
to que se cuezan, pues se necesita cierta moderación y rier»
tos limites. Así que los hayas sacado, los pondrás sobre un
zarzo , retirándolos unos de otros lo bastante para que
no se toquen : tres horas después los volverás uno después
de otro, sin ponerlos otra vez en el mismo sitio que ocupa
ban, para que no se pudran, si se dejan en la legía, que
habrán escurrido: por las noches convendrá cubrirlas como
á Jos higos, para libertarlas de la rociada y de la lluvia. En
seguida, luego que se hayan secado medianamente, las pon
drás en un sitio seco, metidas en vasijas nuevas sin pez con
tapaderas cogidas con yeso. Algunas personas envuelven la
uva pasada en hojas de higuera y la secan: otros cubren las
uvasmedio pasar con hojas de vid, otros con hojas de plá
tano , y de esta suerte las guardan en cántaros. Hay alguuoí
LIBRO DUODECIMO
177
que queman paja de habas , de su ceniza hacen legía , y en
seguida echan en seis sextarios de esta tres cyathos de
ni y uno de aceite : después calientan esta mezcla ar
rimándole lumbre , y k» demás lo hacen del mismo mo
do que hemos dicho. Pero si se viere que hay poco acei
te en la caldera , se le añadirá lo que fuere suficiente pa
ra que la pasa se ponga mas gruesa y reluciente. En el
mismo tiempo echarás las servas , cogidasmano con cu
riosidad , en unas orcitas bañadas de pez con sus tapade
ras, que también lo estén; las cogerás con yeso, en se
guida las colocarás en unos hoyos de dos pies , que abri
rás dentro de la casería , de suerte que las bocas estén ácia
abajo; y por último les echarás tierra enci mi, y las apre
taras ligeramente con los pies. Pero es mejor colocar en
muchos hoyos estas vasijas en menor número , y distan
tes entre sí, pues si al sacarlas, al tiempo de quitar una
conmueves las otras , se echan prontamenteperder las
servas. Algunas personas conservan también cómodamen
te e*ta misma fruta en arrope , añadiéndole un manojo de
hinojo seco, con el cual sumen las servas de tal mane
ra en las vasijas, que siempre las esté cubriendo el líqui
do , lo que no quita que cojan exactamente con yeso
las tapaderas bañadas con pez, para que no pueda entrar
elaire. 1 ¡
CAPITULO XVII.
Modo de hacer vinagre de higos.
Hay algunos países donde escasea el vino, y por consi "
guiente no se puede hacer vinagre. Por lo cual se han
de coger en este mismo tiempo higos blancos muy ma
duros, aunque hayan venido las lluvias, y por causa de
ellas se hayan caído, y así qne se hayan cogido se echan
en tinajasen ámphoras , donde se dejan frrmentar: así
que se han agriado, y soltado su jugo, se colará con cui
dado todo el vinagre que haya, y se echará en vasijas
huelan bienla pez de que estarán bañadas,
tiene lugar de un vinagre muy fuerte de primera/
y nunca contrae husmo ni moho , como no se Wf^V^SjLlQJEQ^
to en un sitio húmedo. Hay algunas personas que aspi
randotener vinagre en mucha cantidad , echan agua so
bre los higos, y de tiempo en tiempo les añaden otros
frescos muy maduros, dejando que se consuman en aquel
licor, hasta que adquiera el gusto de un vinagre bastante
fuerte; en seguida lo cuelan en cestillas de juncoen sacos
de esparto, y hacen hervir este vinagre después de ha
berlo colado i hasta quitarle la espuma y toda la porque
ría t después le añaden un poco de sal tostada , lo cual lo
liberta de criar gusanos ú otros bichos.
CAPITULO XVIII.
CAPITULOPe lo que se ha de prevenir para la vendimia , y co-.
mo se ha de preparar el lagar y las vasijas para
el vino.
CAPITULOAunque en el libro anterior , que tiene por título el ca
pataz, hemos dicho ya las cosas que se lian de preparar
para ia vendimia, no deja sin embargo de ser del caso
instruir tambiénla casera de las mismas cosas , para
que tenga entendido que to«lo lo que se hace en la ca
sa relativola vendimia estásu cargo. Si la hacienda
es de mucha extensión , y hay viñedos plantíos de árboles maridados
vides considerables, se han de hacer
cestos cubetos de diez módios de cabida , otros de tres;
se han de hacer canastillas, y se las ha de dar un baño de pez: también conviene prevenir un gran número
de hocinillos y de garabatos de hierro, y amolarlos, pa
ra que el vendimiador no arranque los racimos con la
roano, y no caiga al suelo el fruto rodándose por él las
uvas, también se han de poner cordelillos las canastillas,
y correas los cestos de tres módios. En seguida se
fregarán los pozuelos, las prensas y los lagares, como también
todas las vasijas con agua del mar, si éste está cérca,
si no con agua dulce, se enjugarán, y se secarán pa
ra que no tengan humedad. La bodega del vino también se
ha de libertar de toda inmundicia, y se ha de sahumar
con buenos olores, para que no los tenga malos, ni huela ácido.
También 8c han de ofrecer muy piadosa y castamente sacrificios en honor de Baco, de Proserpina, y
de los instrumentos de la prensa. No se separará la case
ra en el tiempo de la vendimia de la prensa ni de la
bodega del vino , tanto para que los que sacan el mosto hagan todas las cosas con aseo y curiosidad , como pa
ra que no se dé ocasión al ladrón de robar parte de los
frutos. También se ha de dar de pez a las tinajas ,las
tinajillas y las demás vasijas, cuarenta dias antes de la
vendimia; y de una manera las que están empotradas l,
y de otra las que están fuera de tierra. Pues las que
están empotradas se calientan con candiles de hierro en
cendidos y llenos de pez, y así que ésta ha goteado al
fondo se sacan los candiles, y se quitan con una pala de
madera, y con una raedera de hierro encorvada , las gotas que han caído, y lo que se ha pegadolos lados:
&n seguida se limpia con un estropajo, y echando pez
hirviendo se baña con otra pala nueva 8 y una escobilla.
Pero las que están sobre la tierra se sacan al sol muchos
dias antes de darles de pez: en seguida, así que están su
ficientemente asoleadas, se vuelven boca abajo, de suerte que estén suspendidas por medio de tres piedras peque»
ñas, sobre las cuales se ponen; después de esto se les in
troduce fuego por debajo que esté encendido, hasta que
llegue al fondo de la vasija un calor tan fuerte , que puesta en él la mano no lo pueda aguantar: en fin se
vuelca la tinaja en tierra, y estando de lado se le echa pez
que esté muy hirviendo, y se la hace rodar, hasta que
todas sus partes queden bañadas. Pero estas cosas deben
hacerse en un dia que no corran vientos, no sea que apli
cando el fuego cuando soplen estos se quiebren las vasija?.
Mas para las tinajas de cúleo y medio son suficien
tes veinte y cinco libras de pez dura Y no hay duda que
si al total de la pez que se ha de derretir se le añade una
quinta parte de pez del p: is de los Brucios, será muy útil
para toda la vendimia.
CAPITULO XIX.
Cosas que se han de mezclar al vino para que tomefuerza;
y del arrope.
Se ha de poner también cuidado en que el mosto que se ha
sacado sea de larga duración , ólo menos se conserve has
ta el tiempo de la venta. Lo cual de qué modo deba hacer
se, y con qué ingredientes ayudarse, vamosexponer á
continuación. Algunas personas cuecen el mosto que han
echado en vasijas de plomo, hasta que disminuya la cuarta
parte; otros hasta que disminuyala tercera; y no hay duda
que si alguno lo cociere hasta que quede en la mitad hará
una sapa mejor, y por lo mismo mas útil para los usos á
que se destina , de tal suerte que aun puede servir en lugar
de arrope al mosto de las viñas viejas. Cualquiera clase de
vino que puede durar mucho tiempo sin arroparlo lo tene
mos por de primera calidad, y creemos que no se le ha
de mezclar cosa alguna con que se altere su sabor natural;
porque lo que puede agradar por su misma naturaleza es
lo mejor de todo. Pero cuando el mosto no fuere de bue
na calidad por defecto del pais,por ser de viñas nue
vas , se ha de escoger un pedazo de viña Aminea , si lo hu
biere, y si no, una que dé vino muy bueno, que sea muy
vieja, y de ninguna manera húmeda. En seguida observa
remos el tiempo de la menguante cuando la luna esté deba
jo de, la tierra , y en un dia sereno y seco cogeremos los
racimos mas maduros que haya en la viña, y después de
haberlos pisado, sacaremos del pozuelo inmediatamente el
mosto que haya caido en él antes que se haya prensado la
uva, lo llevaremoslas calderas del arrope, y encendere
mos la hornilla al principio con un fuego ligero y leña muy
menuda que llama la gente del campo cremia\ para que
hierva el mosto despacio. Y el que tenga el cargo de cocer
éste tendrá prevenidos coladeros de juncode esparto
crudo, esto es que no esté majado: y también unos palos
con manojos de hinojo atadosla punta , con los que pue
da llegar al fondo de las vasijas, para remover todas las
LIBRO DUODECIMO
181
heces que se hubieren sentado, y hacerlas subirlo alto,
y después quitar con los coladeros toda la porquería que
hubiere rebosado , y no dejará de hacer esto hasta que pa
rezca que el mosto está clarificado y enteramente sin heces.
Echará asimismo membrillos que sacará en estando bien
cocidos,cualesquiera olores convenientes, que escogerá
á su gusto, y sin embargo removerá de cuando en cuando
el mosto con el hinojo, no sea que se haya pegado al fon
do de la caldera de plomo alguna cosa que la pueda ho
radar. En seguida , cuando la caldera pueda ya resistir un
fuego mas fuerte, esto es, cuando el mosto se habrá ya co
cido en parte, e hirviere interiormente, entonces se echa
rán por debajo troncos y leña mas gruesa ; pero de suerte
que no toquen al fondo de la caldera, lo cual si no se evita
re se horadará la misma caldera 5 ,si esto no sucediere, se
quemará seguramente el mosto, y contraerá un amargor,
que lo hará inútil para arropar el vino. Pero convendrá , an
tea de echar el mosto en las calderas untarlas por dentro con
aceite bueno y frotarlas bien con él. Esto impide que el ar
rope se queme.
CAPITULO XX.
Especias que se han de echar al mosto con que se ha de
¿ hacer el arrope, y d éste después de haberlo hecho.
Y aun, lo que es mas, el arrope hecho con cuidado suele
agriarse como el vino: lo cual siendo así, acordémonos de
arropar éste con arrope de un año, cuya bondad esté ya
experimentada. Pues un mal arrope no puede menos de
echarperder el fruto que se ha recogido. Y las calderas
en que se cuece el arropela sapa mas bien deben ser de
plomo que de cobre; pues las de éste metal dan cardenillo
durante la cochura y echanperder el gusto del arrope.
Pero los perfumes que son por lo común mas convenientes
para el vino, y se han de cocer con el arrope, son el lirio,
la alholva y el junco oloroso; de cada una de estas cosas se
lia de echar una libra en la caldera que le quepan noventa
amphoras de mosto cuando haya acabado de hervir y esté
Tom.II. U3
i8» COLUMELA.
purificado. En seguida si el mosto fuere ligero por su natu
raleza, luego que esté cocido hasta quedar en la tercera par
te, se ha de quitar el fuego y se ha de refrescar la hornilla
echándole agua por encima: lo cual si lo hiciéremos queda
rá el arrope por bajo de la tercera parte de la caldera. Pero
aun cuando esto tenga algún detrimento, sin embargo es
útil , porque cuanto mas cocido está (con tal que no se haya
quemado) mejor y mas espeso se pone. Mas del arrope cocido
de esta suerte es suficiente echar un sextario ácada ámphora.
Por lo demás así que hayas cocido en la caldera del ar
rope noventa ámphoras de mosto, de suerte que ya quede
poco para acabarse de cocer, echarás las drogas que sean lí
quidasresinosas, esto es, diez sextarios de pez líquida1
Ñemetúrica , después de haberla lavado muy prolijamente
con agua del mar cocida: y también libra y media de tre
mentina. En habiendo echado estas drogas removerás el ar
rope para que no se quemen. Así que haya quedado en Ja
tercera parte, quitarás el fuego, y removerás de cuando en
cuando la caldera para que se incorporen las drogas con el
arrope; después, así que se vea que está éste algo tibio, le
polvorearás pocopoco las demás especias molidas y tami
zadas, y mandarás que se menée lo qne hubieres cocido
con una pala de madera hasta que se enfrie. Y si no hubieras
revuélto las especias de la manera que hemos prescrito, se
hubieran sentado en el fondo y se hubieran quemado. Y á
la referida cantidad de mosto se deben echar las especias si
guientes: hoja de nardo, lirio de Florencia, valeriana cél
tica, costo, palma, juncia y junco, de cada cosa media li
bra: ademas cinco onzas de mirra, una libra de cálamo aro
mático, media de canela, tres onzas de amomo, cinco de aza
frán, y una libra de meliloto. Estas especias, como he dicho,
deben echarse secas, molidas y tamizadas, y mezclarles ra
éis, que es una especie de pez cruda, que cuanto mas anti
gua es por tanto mejor pasa , pues habiéndose endurecido
mucho con el largo tiempo que ha pasado por ella, se re
ducepolvo cuando se muele y se revuelve bien con es
tos ingredientes. Es suficiente mezclarla cantidad que
hemos dicho de estos seis libras. No se sabepunto fijo
qué cantidad de esta composición se ha de echar en cuaren
LIBRO DUODECIMO i83
ra y ocho sextarios de mosto, porque esto se debe graduar segtin
la calidad del vino para ver lo que es suficiente, y se
ha de evitar que se conozca que el gusto del viuo proviene
del aliño, pues esto aleja al comprador. Yo sin embargo he
seguido la práctica de echardos ámphoras de mosto, si
la vendimia ha sido húmeda, cuatro onzas, y tres si ha sido
seca. Bien sé que alguuos labradores han echado tres onzas
á cada ámphora , pero también sé que lo lian hecho obliga
dos por la demasiada debilidad de su vino, que apenas
permanecía treinta dias sin torcerse. Sin embargo este mos
to, si hay proporción de leña, es mejor hacerlo hervir, y lim«
piarlo de todas las heces espumeándolo , hecho lo cual mer
mará la décima parte, pero lo restante se conservará mu
cho tiempo. Pero si hay escasez de leña convendrá echar
en cada ámphora una onza de la tierra que se llama ñor
de marmolde yeso,dos sextarios de arrope que ha
ya quedado en la tercera parte del mosto que se ha co
cido para hacerlo. Esto, aunque no hace al vino durable
enteramente ,lo menos le hace por lo común conser
var su gusto hasta otra vendimia.
CAPITULO XXI.
Cuánto arrope se ha de echar , y de otros aliños para
el vino.
Se cuece hasta quedar en la tercera parte un mosto que
tenga un gusto el mas dulce y cocido, como hemos di*
cho arriba, y se llama defruto1. Así que se ha enfriado,
se pasaunas tinajas, y se guarda para servirse de él al
cabo de un año. No obstante , puede echarse también al
vinolos nueve dias de haberse enfriado; pero es me
jor dejarlo reposar un año. A dos urnas de mosto se echa
un sextario de este defruto , si el mosto es de viñas que
están en cuestas; pero si es de las que están en llanos
se le echan tres heroínas. Y dejamos que, así que se ha
tacado el mosto del pozuelo, hierva por dos dias y se
purifique , y al tercero le echamos el de/ruto. En segui
da, pasados otros dos dias, luego que este mosto habrá
M4
184
COLUMELA.
dejado de hervir con el arrope, se desnata, y se echa á
cada dos urnas una cucharada colmada de sal tostada y
molida. Y se hechaeste efecto sal muy blanca en una
olla de barro sin pez: cuya olla así que se le echa la sal se
embarra toda cuidadosamente con mezcla amasada con pa
ja , y después se arrima al fuego donde se le deja mien
tras está decrepitando; así que empiezadejar de hacerlo
, se cree que se ha acabado de cocer. Ademas de es
to se echan albolvasremojar en vino añejo por tres
dias : en seguida se sacan y se enjugan en el horno ú al
sol ; así que están enjutas se muelen , y se echa un coclear
lleno de esta semilla molida,un vasito de igual cabi
da también lleno, que hace la cuarta parte de un cyatho
, en cada dos urnas de mosto después de salado : des
pués, cuando el mosto ha dejado entéramente de hervir
y está tranquilo, le mezclamos tanta porción de flor de
yeso cuanto le habíamos echado de sal , y en seguida desnatamos
la tinaja, cubrimos el vino después de haberlo
aderezado, y tapamos la tinaja. De este aderezo ha acos
tumbrado usar mi tío Columela, ilustre labrador, en aque
llas heredades en que tenia viñas pantanosas; pero el mis
mo, cuando aderezaba los vinos de cuestas, les echaba en
lugar de sal agua sal cocida hasta quedar en la tercera
parte. Ella sin duda hace cundir al vino, y le da mejor
olor ; pero tiene el peligro de que se echeperder , si
está mal cocida el agua. Esta se coge, como ya había yo
dicho, lo mas lejos que se pueda de la orilla, porque
mientras mas de alta mar se toma , es mas clara y mas
pura. Si alguno la guardare (como hacía Columela), y al
cabo de tres años la pasaotras vasijas , después de ha
berla aclarado, y al cabo de otros tres la cuece hasta que
quede en la tercera parte , será mucho mejor para com
poner el vino, y no habrá riesgo alguno de que lo eche
á perder. Y es suficiente echarcada dos urnas de mos
to un sextario de agua sal, aunque muchas personas echan
también dos, y otras hasta tres; v yo no reusaré hacer
esto, si el vino tiene tanta fuerza que no se conozca el
gusto al agua sal. Y así el diligente padre de familia, cuan
do adquiera una posesión, inmediatamente después de la
LIBRO: DUODECIMO i85
primera vendimia, ensayará trescuatro métodos de ade
rezar el vino en otras tantas ámphoras de mosto para cer
tificarse de cuanta agua sal es la mas que puede aguan*
tar el vino que haya hecho, sin ofender el gusto.
CAPITULO XXII.
Preparación de la pez Nemetúrica , y de la de los
Brucios para eeharla al vino.
Echa una metreta de pez líquida Nemetúrica en un le
brillo ú en un tinajón, y echa en el mismo dos cóngios
de legía de ceniza ; en seguida revuélvelo todo con una
espátula de madera. Así que se habrá reposado cuela la
legía; después echa otra tanta , revuélvelo todo del mismo
modo, y cuélala: haz lo mismo también tercera vez. La
ceniza quita el olorla pez, y la limpia de sus inmun
dicias. En seguida toma cinco libras de pez del pais de
los Brucios, y si no de otra que sea muy limpia. Esta la
desmenuzarás bien, y la mezclaras con la Nemetúrica: des
pués echarás dos congios de agua del mar muy añeja si
la tuvieres, y si no de la misma reciente y cocida hasta
que haya quedado en la tercera parte. Deja el lebrillo des
cubierto al sol durante el nacimiento de la canícula, y me
nea muchas veces lo que hay en él con una espátula de
madera , hasta que las cosas que hubieres echado se fun
dan en la pez líquida, y todo se incorpore. Pero por la
noche convendrá tapar el lebrillo, para que no caiga den
tro de él la rociada. En seguida, luego que parezca que el
agua del mar que has echado se ha evaporado con el sol,
harás que se lleve debajo de techado la vasija sin quitar
le cosa alguna. Hay algunas personas que han solido echar
á razón de tres onzas de esta composición en cuarenta y
ocho sextarios de vino, y estar contentos con esto: otros
echan tres cyathos en la cantidad de sextarios que hemos
dicho.
" " COLUMELA..!..!
CAPITULO XXIII.
De la pez que echan los Alobroges al vino.
Se llama pez con corteza 1 la que usan los Alobroges
para los aderezos del vino. Se hace de suerte que sea
dura, y cuanto mas se ha añejado tanto mejor es para
emplearla en esto, pues como ha perdido toda su viscosidad, se reduce mas fácilmentepolvo y se tamiza.
Por consiguiente conviene molerla y pasarla por tamiz:
en seguida, luego que el mosto haya hervido dos ve
ces, lo que sucede comunmentelos cuatro dias de
haberlo sacado del pozuelo, se limpia prolijamente con
las manos; y entonces por último se echan dos onzas
y media de dicha pez en cuarenta y ocho sextarios
de mosto, se mezcla muy bien con una pala de madera, y después no se llega él mientras esté hirvien
do, 15 que sin embargo no se le ha de dejar continuar mas de catorce dias contados desde el en que se
aderezó: pues será conveniente, pasados estos, desnatar
el vino inmediatamente, y si se han pegado algunas
heces los bordes o las paredes de las vasijas, raer
las y frotarlas suavemente, y puestas las tapaderas lo-
darlas al instante. Pero si quisieres aderezar con esta
pez toda la vendimia de manera que no pueda cono
cerse en el gusto del vino este aderezo, será suficien
te echar seis escrúpulos de pez en cuarenta y ocho sex
tarios de este mosto cuando haya dejado de hervir, y
v dejado las heces. Pero será conveniente echar en la mis
ma cantidad de mosto media onza de sal cocida y mo
lida. Y no solo se ha de echar sal al vino compues
to con pez, sino que se ha de salar toda especie de
vino en todos los países con esta misma cantidad de
sal, si puede hacerse, pues esto no deja que el vine
conserve husmo alguno.
LIBRO DUODECIMO
187
CAPITULO XXIV.
De la pez Nemetúrica, modo de echarla al vino, y
en qué cantidad.
La pez Nemetúriea se hace en la Ligaría. A fin de
que se ponga propia para aderezar el vino, se tomará
agua de alta mar muy lejos de la orilla y se cocerá
hasta que quede en la mitad: así que se haya enfria
do en términos de que metiendo la mano en ella no
se queme, mezclaremos alguna porción de ella que pa
rezca suficiente con dicha pez, y la menearemos exac
tamente con una espátula de madera,con la mano,
para que si tiene alguna porquería, se le quite. En se
guida se dejará que se siente la pez, y así que esto se
haya verificado, se vaciará el agua, y con la que que
dare cocida se lavará dostres veces, y se amasará
hasta que se ponga brillante: después que se haya pu
rificado la dejaremos que esté al sol catorce dias para
que la humedad que ha quedado del agua se seque.
Pero por las noches se cubrirá la vasija para que 00
le caiga la rociada. Así que hayamos preparado Ja
pez de esta manera y quisiéremos aderezar los vinos,
después que hayan hervido dos veces, 6e echarán dos
cyathos de dicha pez en cuarenta y ocho sextarios de
mosto del modo sigúeme. Del mosto que vamosade
rezar se tomarán dos sextarios, en seguida «e derra
marán estos dos sextarios sobre dos onzas de pez, y se
amasarán con la mano como el mulso, para que sé
mezclen mas fácilmente. Pero cuando estos dos sexta1rios
se habrán mezclado enteramente con la pez, y
no harán con ella mas que una sola substancia, por
decirlo así, entonces se volveránechar en la mis-
roa vasija de donde los habíamos tomado, y se me
neará el mosto con una pala de madera, para que se
mezcle bien con esta composición.
188
COLUMELA. . : T I
, .
CAPITULO XXV.
Del agua salada, y de la salmuera para aderezar
los vinos. .'. .
Como algunos y aun por mejor decir todos los grie
gos, aderezan el mosto con. agua salcon salmuera,
he creído que no debía omitir tampoco esta especie
de hacienda. En los países tierra adentro, donde no
es fácil .traer el agua del mar, se ha de hacer la sal
muera para los aderezos del vino de esta manera. El
agua maspropósito para esto es la de lluvia; en su
defecto la que saquemos de un manantial muy puro.
Una ú otra de estas aguas procurarás pouerla al sol
en vasijas muy buenas y en mucha cantidad cinco años
antes: en seguida cuando se haya corrompido, se de
jará el tiempo preciso para que vuelvasu primer esjtado.
Así que haya vuelto tendrás otras vasijas, y la
pasarásellas pocopoco, hasta llegarlas heces,
pues siempre se encuentra un sedimento espeso en el
Agua que ha estado en reposo. Después de estos cui
dados se ha de cocer hasta que quede en la tercera
parte como el arrope: en seguida se echarán en cin
cuenta sextarios de agua dulce uno de sal, y otro de
miel superior. Convendrá cocer esta mezcla junta y
Jim piarla de toda su porquería, y después en habién
dose enfriado echar otra tanta porción de mosto en
el ámphora como agua hay. Pero si se tiene la ha
cienda cerca del mar, se ha de tomar el agua de al
ta mar cuando no haya vientos y él esté en mucha
calma, y se ha de cocer hasta que quede en la ter
cera parte, echándole si pareciere algunas especias de
Jas que he referido arriba para que den mejor olor
¡A " vino. Pero antes de sacar el mosto del pozuelo
perfumarás las vasijas con romero,con laurel ,con
arrayan, y las llenarás bastante, para que el vino se
limpie bien hirviendo; después las frotarás suavemen
te con piñones. El vino que quisieres que esté mas
LIBRO DUODECIMO
189
dulce lo aderezarás al día siguiente de haberlo sacado
del pozuelo, ylos cinco el que quisieres que esté
nías áspero; en seguida rellenarás y taparás las vasijas.
Algunas personas también, así que han perfumado las
tinajas, les echan antes el aderezo y después el vino-
CAPITULO XXVI.
Remedios para el vino que se pone agrio.
Cuando en una heredad suele agriarse el vino, se ha
de procurar que así que hayas cogido y pisado la uva,
y antes que el orujo se exprima en la prensa, se der
rame el mosto en un cesto y se le añada una décima
parte de agua del pozo dulce de la misma y se cueza
hasta que se haya disminuido una cantidad igual al
agua que hubieres añadido. En seguida, luego que se
haya enfriado, lo echarás en las vasijas, las taparás, y
las lodarás: de esta suerte durará mas tiempo, y no
tendrá merma alguna. Mejor es, si le echares agua
añeja guardada por muchos años, y mucho mejor si
no le echas agua ninguna; lo cueces hasta que dismi
nuya la décima parte, lo trasiegas en estando frió, y
si mezclas yeso con élrazón de una hemina en siete
sextarios, así que se haya enfriado después de cocido.
El mosto restante que se exprima del orujo lo gastarás
inmediatamente,lo venderás^ .
'.. '<
CAPITULO XXVIL
Modo de hacer el vino dulce.
El vino dulce conviene hacerlo de esta manera. Co
gerás las uvas, las extenderás al sol por tres dias, el
cuarto las pisarás al medio dia, cuando estén calientes,
sacarás el mosto lixivo, esto es, el que haya caido en
el pozuelo antes de haber estrujado la uva : así que
haya dejado de hervir, echarás una onza de lirio bien
molido, y no mas, en cincuenta sextarios, y después
i9o LIBRO DUODECIMO
de purificado de las heces, échalo en las vasijas. Este
vino es suave , durable y saludable para el cuerpo.
CAPITULO XXVIII.
Aderezos para que el vino dure.
De esta suerte harás otras composiciones muypro
pósito para aderezar el vino y hacerlo durable. Muele
lirio muy blanco, echaremojar alholvas en vino añe
jo; ponías después al sol,mételas en el horno para
que se sequen, en seguida muélelas muy finas: tam
bién les mezclarás muy bien especias molidas, esto es
nueve onzas poco masmenosi de lirio pasado por
tamiz, igual peso de alholvas, y cinco onzas de junco
oloroso: después echarás en cada tinajiüa de siete ámphoras
de cabida una onza y ocho escrúpulos de esta
composición , y tres heminas de yeso ,; si el mosto es
de tierras pantanosas, un sextario si es dé majuelos, y
si es de viñas viejas y tierras secas una hemina. A los
tres dias de haber, pisado las uvas echarás el aderezo,
pero antes sacarás de la tinajilla un poco de mosto y
lo pasarásotra, no sea que hierva con la composi
ción, así que se le habrá echado, y rebose. Pero re
volverás muy bien él yeso y la composición en un le
brillo pequeño, procurando que uno y otro sea muy
bueno, y que sea lo preciso para cada tina jilla , y des
pués de haberlo desleído con mosto lo echarás en ellas
y lo revolverás bien: así que haya dejado de hervir el
mosto, llénalas y lúdalas. Así que hayas aderezado todo
el vino, no lo quieras trasegar al instante, sino déja
lo reposar en las tinajas: después cuando quieras tra
segarlo de éstasde las tina jil lasotras' vasijas, pro
cura que estén bien bañadas de pez y aseadas, y no ha
gas el trasiego hasta la primavera, cuando habrán abier
to las rosas, y el vino esté sin heces y muy limpio. Si
lo quisieres guardar para mucho tiempo, echa en na
barril de dos urnas de cabida un sextario de vino del
mejortres de madres recientes de vino generoso, ó
LIBRO DUODECIMO
si tuvieres vasijas de donde hayas sacado poco antes vi
no, vacia los barriles en estas vasijas. Si hicieres algu
na cosa de éstas, será el vino mucho mejor y mas du«
rabie. Aunque le hayas echado buenos olores, retira los
malos todos , y todas las cosas de mal gusto , pues nin
guna cosa hay que atraiga mas pronto el olor extra
ñoque el vino. 1 t-..'.
.v CA^lTULO XXÍX.
Para que el mosto se conserve siempre dulce como si
, fuera fresco. , ., f, , ' ,c . '.
Para que el mosto permanezca siempre dulce como si
fuera fresco , haz lo siguiente. Antes que se ponga el pie
debajo de. la prensa echa mosto muy nuevo en una ámphora,
que también lo sea, al instante que lo saques del
pozuelo, tápala y empégala exactamente, para que no pue
da entrar en ella agua ninguna : en seguida sumerge el
ámphora enteramente en una piscina de agua dulce y
fría , de suerte que nada de ella esté fuera del agua : en
seguida sácala al cabo de cuarenta dias, y de esta suerte
permanecerá dulce un año. é
CAPITULO XXX.
Modo de cuidar el vino y de remediarlo.
Desde el tiempo en que hayas empezadocubrir las tinajas
hasta el equinoccio de primavera es suficiente cui
dar el vino una vez cada treinta y seis dias; después de
este equinoccio dos,si el vino empezareformar na
ta , mas ; no sea que esta nata se vaya al fondo de la tina
ja , y deteriore el gusto del vino. Cuanto mayor fuere el
calor , tantas mas veces conviene que el vino se cuide,
ee refresque y se ventile, pues todo el tiempo que estu
viere bien fresco, se conservará en buen estado. Siempre
que se cuide el vino, se han de frotar suavemente con
piñones los. bordeslas gargantas de las tinajas. Si algu
i9i COLUMELA.
nos vinos fueren muy durosmenos buenos , sea por
defecto del terreno,por tempestades que hayan sobre
venido , toma heces de buen vino , haz con ellas panes,
sécalos al sol, y cuécelos al fuego: después muélelos , pol
vorea sobre cada ámphora tres onzas, tápalas, y se pon
drá buena
CAPITULO XXXI.
Remedios para si cayere y se ahogare algún animal en
el vino.
Si algún animal, como culebra, ratóntopo cayere en
el mosto y muriere en él, para que no haga que el vi*
no contraiga mal olor, quema su cuerpo como se haya
encontrado, y echa su ceniza luego que esté fria en Ja
misma vasija en que haya caído, y mézclese bien con
una pala de madera , y esto será el remedio.
CAPITULO XXXII.
Del vino de marrubio.
Muchas personas creen que el vino de marrubio es útil
para todas las enfermedades internas, y principalmente
para la tos. Cuando hicieres la vendimia coge tallos tier
nos de marrubio, principalmente en terrenos incultos y
endebles, y sécalos al sol: después harás con ellos unos
manojillos que . atarás con tomizas de palmade junco,
y los meterás en la tinaja dejando fuera la atadura: en
doscientos sextarios de mosto dulce echarás ocho libras de
marrubio para que hierva con él : después sacarás el mar-
rubio , y taparás exactamente el vino así que esté clari
ficado.
CAPITULO XXXIII.
Como se hace el vino escUítico.
Jül vino escilítico, que es bueno para la digestión, para
restablecer el cuerpo, como también para la tos invete
LIBRO DUODECIMO i93
rada , y para el estómago, conviene prepararlo de esta ma
nera. En primer lugar cuarenta dias antes de que quie
ras hacer la vendimia, coge la cebolla alcarrana, córtala
en rebanadas nmv delgadas, como se hace con el rába
no, y cuelga estas rebanadasla sombra para que se se
quen: en seguida, luego que estén secas, echa una libra
de ellas en cuarenta y ocho sextarios de mosto Aminco,
y déxalas en él treinta dias; después sácalas, y echa el
vino después de haberlo clariBcado en ámphoras buenas.
Otros escriben que conviene echar en cuarenta y ocho
sextarios de mosto una libra y tres onzas de cebolla albarrana
seca; lo qne yo tampoco rcpruebo.
CAPITULO XXXIV.
Del vinagre escilítico.
Los que quieren hacer vinagre escilítico echan e9ta mis
ma cantidad de cebolla albarrana en dos urnas de vina
gre j y la dejan en él cuarenta dias. Los que quieren ha
cer un embamma1 , echan en tres ámphoras de mosto
un congio de vinagre fuerte,dos si no lo es; y en una
olla en que quepan tres ámphoras cueces esta mezcla has
ta que disminuya un palmo, esto es la cuarta parte, ó
si el mosto no es dulce la tercera : se espumeará ; pero
el mosto ha de ser del cogollo y claro.
CAPITULO XXXV.
Modo de hacer el uno de ajenjos , de hysopo de abró
tano, de tomillo, de hinojo y de poleo. . .»
Ei vino de ajenjos, el de hysopo, el de abrótano, el de
tomillo, el de hinojo y el de poleo conviene prepararlo de
esta manera. Cuece una libra de ajenjos del Ponto con
cuatro sextarios de mosto hasta que quede en las tres cuar
tas partes, y echa el resto luego que esté frió en una ur
na de mosto A mineo: haz lo mismo con las demás plan
tas que se han escrito arriba. También se pueden cocer
Tom. II. N
i94 COLUMELA.
tres libras de poleo seco con un oongio de mosto hasta
que se disminuya la tercera parte, y cuando el líquido se
haya enfriado, sacar el poleo, y echar aquel en una ur
na de mosto: este vino se da después en el invierno con
utilidadlos que tienen tos, y esta especie se llama gleconites
\
.
CAPITULO XXXVL
Del mosto de recorte con romero.
El mosto de recorte es el que se exprime del pie cortado
en redondo después del primer estrujón. Este mosto lo
echarás en una ámphora nueva, y la llenarás hasta lo al
to; después echarás unas ramillas de romero seco liadas con
hilo, y se dejarán hervir con el vino siete dias: en se
guida sacarás el manojo de ramillas, y lodarás exactamen
te el ámphora en que está el vino después de clarifica
do. Pero será bastante echar libra y media de romero en
dos urnas de mosto. Se podrá emplear este vino como re
medio al cabo de dos meses.
CAPITULO XXXVII.
-Modq de hacer vino semejante al griego.
Manera de hacer el vino semejante al griego. Coge uvas
tempranas que estén muy maduras, sécalas al sol durante
tres dias, al cuarto písalas, y echa en una tinajilla el mos
to que nada tenga del recorte , y ten mucho cuidado de
que así que haya dejado de hervir se limpie de las heces:
en seguidalos cinco dias de haberlo limpiado echa dos
sextarios, ólo menos uno de sal tostada y molida en
cuarenta y ocho de mosto. Algunas personas revuelven tam
bién un sextario de arrope, otros echan dos si creen que
el vin