LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELÁ

 

De las cosas del campo.



LIBRO PRIMERO. .

PRÓLOGO a PUBLIO SILVINO.

Con frecuencia oigo los primeros hombres de nuestra ciudad, culpar unas veces la esterilidad de los campos, otras la intemperie que se nota en el aire de roncho tiempo acá, como perjudicialeslos frutos: también oigo á algunos mitigar estas quejas con una razón ciertasu pa recer, pues piensan que la tierra fatigada y desustanciada con la excesiva fertilidad de los primeros tiempos , no puede dar alimentolos mortales con la abundancia que lo daba entonces. Cuyos motivos, Publio Silvino, tengo por cierto que están muy lejos de ser verdaderos ; lo uno por que no es justo creer que la naturaleza de la tierra, dotada por el primer Criador del mundo de una fertilidad perpetua 1, haya sido invadida por la esterilidad, como pudiera serlo por cierta especie de dolencia ; lo otro . porque no es propio de una persona sensata pensar que la misma tierra se ha envejecido como el hombre, habiéndole cabido en parte una juventud-divina y eterna» y llamádose madre común de todas las cosas, por haberlas producido siempre y haberlas de producir en adelante. En vista de lo cual no pienso que nos han sucedido estas cosas por la intemperie del aire, sino mas bien por culpa nuestra; pues hemos puesto el cultivo de nuestras tierrascargo del peor de nuestros esclavos, como si fuera un verdugo que las castigara por delitos que hubieran cometido: siendo asi que nuestros antepasados , mientras mejores eran ellos, mejor las trataron. Y no puedo acabarme de admirar, cuando considero que escogiendo los que desean hablar bien un orador cuya elocuencia imiten ; buscando los que quieren, aprender las reglas del cálculo y de las medidas un maestro de esta enseñanza que tanto les agrada; procurando I09 aficionadosla danza yla música con el mayor cuidado maestros de éstas artes; llamando los que quieren hacer un edificio operarios y arquitectos ; los que quieren confiar al mar una embarcación hombres que sepan manejarla ; los que emprender guerras pérsonas inteligentes en la táctica; y, para decirlo todo de una vez, haciendo cada cual diligen cia, para el estudioque quiere aplicarse, del mejor director que pueda encontrar; y finalmente, eligiendo cada uno de entre el número de los sabios una persona que forme su espíritu y sea su maestro en la virtud: solamente la agricultura, que sin duda alguna está muy cerca de la sabiduría, y tiene cierta especie de parentesco con ella , carece de discípulos que la aprendan y de maestros que la enseñen. Pues no solo he oido , sino yo mismo he visto , que hay jeri nuestros dias escuelas de retóricos, y (como acabo de decir) de geónietras y músicos , y (lo que es mas de admirar) que también hay oficinas en que se hace profesión de los vicios mas despreciables, enseñándose en ellascondimentar los manjares, de modo 'que exciten la glotonería,disponer los banquetes con el mayor lujo,adornar las cabezas y peinar el pelo; pero de agricultura no he conocido personas que se dediquenenseñarla, ni discípulos que la estudien. En efecto, aunque no Hubiese 'en la ciudad maestros de aquellas artes, podría estar floreciente la república ¿ coT trio se verificó en tiempo de nuestras antepasados : puea1 en lo antiguo fueron bastantemente felices las ciudades, y lo serán en adelante sin escuelas donde se aprenden los ejercicios del cuerpo, y aun en las que se adquiere la práctica de la abogacía; mas sin agricultores es evidente que no pueden subsistir ni alimentarse los mortales. Cuanto mas qué es una especie de prodigio lo que sucede, y es que una cosa la mas convenientenuestros cuerpos yla uti lidad de nuestra vida, sea la que hasta el tiempo presente tenga menos perfección que todas; y que un medio tan inocente de aumentar y conservar el patrimonio se vea . LIBRO PRIMERO despreciado. Pues los demás, que son diversos y como opuestosél, son contrariosla justicia:menos que no creamos mas conformeésta percibir despojos por medio de la guerra , que nada nos trae sin sangre y destrucción de otros. ¿Por ventura los que tienen aversiónla guerra, querrán mas bien el azar del mar y del comercio marítimo, basta el punto de que el hombre, siendo animal terrestre, se atreva rompiendo las leyes de la naturaleza ,entregarse á las olas, expuesto al furor de los vientos y del mar, y que desterrado siempre de su patria , ande como las aves, vagando por tierras desconocidas en costas lejanas? ¿Será un medio de enriquecerse que merezca mas aprobación el prestar con usuras, acción odiosa aunaquellosquienes parece socorrer? Ni aun es mejor por cierto la profesión canina2, como la llamaron los antiguos, de ladrarlos mas poderosos , la cual es un latrocinio contra los inocentes y en favor de los criminales despreciado por nuestros mayores, y permitido por nosotros dentro del recinto de las murallas de la ciudad , y en el mismo loro. ¿Tendré tal vez por mas decoroso el acecho ilusorio del adulador mercena rio, que anda haciendo la. corte por las casas de los pode rosos , y por las conversaciones que oye infiere si su pa trón está todavía durmiendo, pues si pregunta algo de lo que pasa adentro , no se dignan de responderle los esclavos? ¿Creeré encontrar mas felicidad en estar arrimado hasta bien entrada la nocheunas puertas incómodas , después de ha ber sido despedido muchas veces por un portero encadenado, y esto por comprar con la mas miserable esclavitud y con deshonor el honor de las fasces 4 y el mando, que sin embargo no conseguiré sin disipar mi patrimonio? Pues éste honor se paga con dones, y no con una servidumbre que nada produzca al que lo proporciona. Por consiguiente si los hombres de bien han de evitar éstos medios de acre centar su patrimonio , y otros semejantes , resta solamente uno decoroso y noble, que es la 1 agricultura. Aunque sus preceptos se ejecutáran sin inteligencia y por hombres ignorantes, con tal que fueran poseedores de las heredades, como sucedía antiguamente, sufriría menos pérdida el cultivar, pues la aplicación de los dueños los recompensaría en muchas ocasiones de los daños que les causase su ig norancia; y tratándose de su interés personal, no querrían que se les viese toda su vida estar sin conocimiento de lo que les importa , y por lo mismo concibiendo mayores de seos de aprender, llegaríantener una instrucción com pleta en la agricultura.
Al presente no solo nos desdeñamos de labrar por nosotros mismos nuestras heredades, sino que tenemos por cosa de ninguna importancia hacer capataz 5un hombre el mas inteligente, ólo menos, si es ignorante, que ten ga capacidad y vigor para aprender prontamente lo que no sabe : por el contrario si es un hombre rico el que ha comprado una hacienda, envía desterradoella al mas en deble por sobra de añospor falta de fuerzas , que encuen tra en la turba de lacayosconductores dé literas : aunque el ejercicioque lo destina exija no solamente ciencia, sino también una edad que esté en su flor, y una robustez de cuerpo suficiente para aguantar el trabajo: y si el que hace esta adquisición es un hombre de medianas faculta des , echa mano para capataz, de alguno de los mozos, que no puede ya dar su trabajo diario, y qüe no tiene co nocimiento de lo que se vaponersu cargo. Cuando yo advierto este manejo, considerando en mi interior muchas veces y reflexionando con cuán torpe consentimiento se ha abandonado y echado en el olvido la agricultura, me recelo que parezcalos hombres decentes criminal y en cierto modo vergonzosa y fea.
Pero como muchos monumentos consignados en los escritores me hagan ver que nuestros mayores tuvieronmucha honra dedicarsela agricultu ra: que de ella y del arado fue llamadoser dictador Quincio Gncinato 6, libertador de un cónsul y de su ejér cito que estaba cercado; y que después, habiendo dejado los fasces, que había devuelto asi que venció, con mas celeridad que las tomó al ser nombrado general, volviólos. mismos novillos yJa misma pequeña haza de cuatro yugadas que había heredado de sus abuelos 7: que también Cayo Fabricio 8 y Curio Dentato 9, el uno después de haber echadoPyrrho 10 de los confines de Italia, y el otro después de haber sujetadolos Sabinos, cultivaron las siete yugadas de tierra de la conquistada al enemigo, que les tocaron en parte de las que se repartían entre los ciudadanos, con tanta aplicación, como valor ha bían empleado en conquistarla con las armas : y para no hacer mención ahora intempestivamente de cada uno en particular , al ver que tantos generales romanos ademas de éstos se han distinguido siempre en los dos ejercicios, de defender y de cultivar las tierras conquistadasheredadas de sus padres , conozco que han dejado de agradarnues tro iujo ynuestra molicie las costumbres antiguas y la vi da varonil. Pues todos los padres de familia (como se quejó ya Marco Varron 11 en tiempo de nuestros abuelos) después de haber dejado la hoz y el arado , nos hemos metido de murallas adentro , y movemos mas bien las manos en los circos y en los teatros, que en las mieses y en las viñas: y admiramos atónitos los gestos de los afeminados, porque contrahacen un sexo que la naturaleza ha negadolos va rones, y engañan los ojos de los espectadores. En seguida, para ir bien preparadoslos lugares de disolución , cocemos en las estufas nuestras indigestiones diarias , excitamos Ja sed provocando ef sudor, y pasamos ¡as noches en livian dades y borracheras, y los dias en jugar y dormir, tenién donos por afortunados por no ver salir ni ponerse el Sol ia. Y así la consecuencia de esta vida indolente es la falta de sa lud: pues están los cuerpos de los jóvenes tan débiles y ex* tenuados , que no parece que quedala muerte mudan za que hacer en ello9. Pero seguramente aquellos verdade ros descendientes de Rómulo , ejercitados continuamente en la caza, y no menos en los trabajos del campo, tuvieron unos cuerpos robustísimos, y aguantaron, cuando fue me¡ nester, el servicie militar, como que estaban endurecidos con los trabajos que daban en tiempo de paz; y así siem pre dieron la preferencialos ciudadanos que vivianeri el campo sobre los que habitaban en la ciudad : pues as< co mo entre los primeros se tienen por mas perezosos los que están siempre metidos en las casas de campo, qué los que trabajan fuera de ellas, del mismo modo parece que son mas flojos los que están paradosla sombra en la ciudad de murallas adentro, qué los que cultivaban los campos ó gobernabanlos que lo hacían. Es también constante que se solían tener las asambleas en los dias de mercado13, pa ra no ocuparse de los negocios de la ciudad mas que un dia de cada nueve, y destinar los demáslos del campo: pues allí vivian entonces, como hemos dicho, los primeros hom bres de la ciudad ; y cuando se necesitaba tener consejo pa ra los negocios públicos, se les hacia venir de las casas de campo, para reunirse en el senado. De lo cual ha resultado que los que los ibancitar se llamaban viadores: y mientraa se observó esta costumbre de labrar cada uno sus tierras con la mas constante aplicación, aquellos antiguos Quirites sabi nos y nuestros ascendientes los romanos, han recogido, aunque entre el hierro y el fuego, mayores cosechas, sin embargo de ser devastadas por las incursiones de los ene migos , que las que recogemos nosotros , quebeneficio de una larga paz hemos podido adelantar en la agricultura. Por consiguiente en este Lacio y en esta tierra de Saturno14 en la que los dioses enseñaronlos descendientes de éste á cultivar los campos , aquí mismo tratamos en subasta que ee nos traiga trigo de las provincias ultramarinas, para no morir de hambre, y guardarnos en nuestras bodegas los productos de las vendimias de las islas Cicladas , de la Bética y de las Gálias. Y no es ésto estraño, siendo una opinión comunmente recibida y sentada, qne la agricultura es un ejercicio vil , y que es un oficio que no necesita de la enseñanza de ningún maestro. Pero cuando yo considero la magnitud de toda ésta ciencia , como cierta extensión des mesurada de un cuerpo,reflexiono en particular sobre pada una de sus partes, que miro como si fueran sus miembros, recelo que me coja el último dia de mi vida, antes de poderla comprender toda. Porque el que quiera hacer ver que se ha perfeccionado en ella, conviene que sea muy sagaz investigador de la naturaleza de las cosas, que esté bien instruido en los diferentes climas, que ten ga averiguado lo que es convenientecada pais y lo que no lo es: que tenga presentessu memoria los tiempos precisos del orto y del ocaso de los astros, para no comeih zar las labores cuando amenacen las lluvias y los vientos, y no dar el trabajo en valde: que examine con cuidado la temperatura habitual del aire, y la del año en que se ha lla, pues no siempre siguen unas mismas reglas, ni todos los años viene el estíoel invierno de una misma for ma: ni la primavera es siempre lloviosa, ni el otoño hú medo, cosas que creo no puede prever persona alguna sin bastante talento y una enseñanza muy exquisita. Fuera de quepocos es concedido discernir las diferencias de las tierras y la cualidad de los terrenos, como también el saber qué es lo que nos concede y lo que nos niega cada uno. ¿Quién ha llegadoconsiderar atentamente todas las parte* de ésta arte , para percibir la práctica de las siembras y de las labores, y conocerfondo las varias y muy desemejantes especies de tierras, de las cuales unas engañan por su color, y otras por su cualidad: pues en unos paises se aprecia la tier ra negra que llaman pulla, como en la Campania; en otros corresponde mejor la roja pingüe; en otros (como en laNumidia en Africa) las arenas sueltas vencen por su fecundidad al terreno mas recio; en el Asia y en la Mysia la tierra compacta y pegajosa produce mas que todas? ¿Quién ha llegadoconocer , ni aunmirar con reflexión , qué es lo que en estas mismas tierras no se dá en la colina, en el ter reno llano, en e\ cultivado, en el inculto, en el húmedo y herboso, en el seco y pelado? ¿Quién lo pertenecientela plantación yla conservación de los árboles y de las viñas, de que hay infinitas especies? ¿Quién la adquisición y con servación de los ganados: porque éste objeto lo hemos admitido como parte de la agricultura,pesar de estar se parada de ella el arte pastoril? Mas ésta última comprende muchas partes: porque el ganado caballar exige ser cui dado de un modo, el vacuno de otro, de distinto el la nar; y en éste mismo pide el tarentino un método diver so de el del burdo; de otro el cabrío, y en éste mismo el mocho y de pelo claro se cuida de una manera, y el que tiene astas y mucho pelo, como el de Cilicia, de otra. La profesión del porquero que guarda puercas de cria y lechones , y la del que guarda cerdos grandes son diver sos: también son diversas las comidas que deben dárseles: y no menos diversos los climas , modos de criar , y de cui dar, que convienenéste ganado, si es pelón,si es cerdoso.
Y dejando aparte los ganados , en cuya clase se incluyen las aves de corral y las abejas, ¿quién ha sido tan aplicado que ademas de éstas cosas que hemos referido con iudividualidad , sepa practicar tantas especies de injertos y de podas , y cultivar tantos géneros de frutales y hortali zas? ¿quién ha dedicado sus cuidadostantas especies de flores, como por ejemplo las rosas , cuando los mas aun desprecian cosas de mayor importancia? sin embargo esas han empezadoser útilesmuchas personas. Los prados, los saucedales , las retamas y las cañas exigen también alguna aplicación, aunque sea pequeña. No se me oculta después de la relación que he hecho de tantas cosas y tan multiplicadas, que si trato de sacar de entre los que se dedicanlos trabajos del campo un labrador tal como lo deseo y lo describo, se retardarán los estudios de los que aprenden la agricultura , los cuales llenos de terror con la desesperación que infunde una ciencia tan variada y tan vasta, no querrán emprender lo que desconfían po der conseguir. Pero sin embargo es una cosa razonable, como ha dicho muy bien Cicerón ' 5 en su tratado del ora dor, que los que desean inquirir las cosas que son mas útiles al género humano, y después de consideradas y ave riguadas confiarlasla memoria, deben no omitir medio alguno para conseguirlo. Y si nos faltare la fuerza de un ingenio sobresalienteel auxilio de las bellas artes, no debemos entregarnos luego al ocio yla desidia , sino pro seguir con perseverancia en las esperanzas que hemos cencebido con sabiduría. Pues aspirando al lugar mas ele vado, se nos verá con bastante honor aunque nos quede mos en el segundo. ¿Por ventura las Musas16 Latinas han admitido solamente en sus santuariosAccio 7 yVirgilio? 8 ¿No han concedido también sagrados asientos no so lolos que se han acercado masellos, sino también á los que se han quedado lejos de estos segundos? Los rayos de la elocuencia de Cicerón no separaron de éste es tudioBruto 19,Celio 20,Polion M ,Messala 32, ni á Cátuto 23 ; pues ni el mismo Cicerón habia cedidolos de Demóstenes24 nilos de Platón25; ni el padre de la elo cuencia, aquel dios Meonio26, extinguió con los caudalosísmos ríos de su facundia los estudios de la posteridad. ¿Vemos por ventura que los artistas que han admirado las obras de Protógenes 27, Apeles 28 y Parrasio 29, aunque ellos fuesen de menos fama que éstos , hayan abandonado su trabajo después de tantos siglos? Ni Bryaxis3", Lysipo3', Praxiteles32 y Polycleto 33, artistas posterioresPhidias 34 que habían visto atónitos las estatuas hermosas de Júpiter Olyinpico 3S y de Minerva 36, hechas por éste, tuvieron detención en probar lo que podían hacer, ni hasta donde podían adelantar. De aquí podemos inferir que si en todo género de ciencia los que ocupan el lugar mas alto se llevan tras sí la admiración y la veneración , no se quedan los que están en otro inferior sin el elogio que merecen.
A esto se agrega, que si el labrador que queremos nosotros sea perfecto, no es consumado en ningún arte, si no ha alcanzado en la naturaleza universal de las cosas, la sagacidad de Demócrito 37 o de Pitágoras 38 ; en los movimientos de los astros y de los vientos la previsión de Menon 3 de Eudoxio 4 en la cria de ganados el conocimiento de Quiron 41 ó de Melampo 1; en el cultivo de los campos la pericia de Triptolemo 43 .ó de Arisreo 44: sin embargo mucho habrá aprovechado si ha podido igualar en la práctica a nuestros Tremelios 45, Sasernas 46 y Estolones 47; pues la Agricultura puede ejercerse por una persona que no tenga grandes talentos, aunque no por quien no tenga ningunos,(como dicen los láminos) séa pingui Minerva 3. Porque lo que al gunos han dicho ,' ésto es ,' que es un arte muy fácil y que no necesita ingenio alguno, está lejos de ser cierto. No es menester tratar mas al presente de ésta ciencia en general, cada vez que se han de ir explicando tocas sus partes, cada una por su orden, en unos cuantos volúmenes destinados al intento; loque haré luego que haya hablado de las cosas que creo pertenecen mas principalmente a su universalidad.



CAPITULO l

Preceptos que han de seguir los que quieran dedicarse al cultivo del campo.
El que quisiere aplicarsela Agricultura ha de saber que tiene que llamarsu auxilio, con preferenciatodo lo demás, éstas tres cosas: inteligencia en ella, facultades para gastar, y voluntad de hacerlo. Porque, como dice Tremelio, aquel tendrá su campo mas cultivado, que sabrá, podrá y querrá labrar: ynadie bastará saber y querer, si no hace los gastos que exigen las labores; ni por el contrario la voluntad de hacer y de gastar aprovechará sin el arte, por que en todo negocio el punto capital es, /saber lo que se def be hacer, y sobre todo en la agricultura , en lacual lavoHifti tad y las facultades sin ciencia acarrean perjuicios grandes á los amos , y las labores dadas sin inteligencia son causa de que sean inútiles los gastos. Y así el padre de familia aplicado que desea seguir en el cultivo un método segura para aumentar en patrimonio, .ha de procurar principalmen te consultar sobre cada cosalos labradores mas inteligen tes de su tiempo, meditar con atención los tratados de los antiguos, considerar lo que cada uno de ellos ha opinado, las reglas que ha dado , y si todo lo que han enseñado es adoptable al cultivo del dia,algunas cosas no lo son: pues me consta que muchos autores célebres están per suadidos de que el tiempo dilatado que ha transcurrido ha cambiado la cualidad del aire y las estaciones; y que H¡ parco1, doctísimo profesor de Astronomía, había dado por cierto que llegaría tiempo en que los polos del mun do mudasen de lugar: lo que parece haber creido también Saserna, autor no despreciable de Agricultura, pues en el libro que dejó escrito sobre ella infiere haberse cambiado las estaciones de que los países que no podian conservar planta alguna de vidde olivo que se pusiese en su campo, por el constante rigor de los inviernos , mitigado y templa do cuando él escribia el frió antiguo, producian muy copio sas cosechas de aceituna y de uva ; peroésta razón , sea falsaverdadera , solamente se le puede dar pa9o en los li bros de Astronomía. No se han de ocultarun labrador los demás preceptos de la Agricultura, que habiendo sido dados muchísimos de ellos por escritores cartagineses , hacen ver sin embargo nuestros cultivadores que muchos de ellos son falsos , como por ejemplo Tremelio , que quejándose de és to mismo, lo excusa sin embargo, porque siendo el terre no y la atmósfera de Italia y de Africa de diversa naturale za entre si, no pueden tener Jas mismas producciones. Pe ro sean Jas que sean Jas causas de diferencia entre la Agri cultura de nuestro tiempo y la de los anteriores, no de ben arredrar al que la está aprendiendo de la lectura de los autores antiguos, pues se encuentran en ellos muchas mas cosas dignas de ser aprobadas que de ser desechadas. Hay ciertamente entre los griegos una gran porción de escritores que han dado reglas de Agricultura,la cabeza de los cua les se puede poner Hesiodo, de Beocia, poeta celebérrimo^ que Ha contribuido no muy poconuestra profesión : mas la ayudaron después los sabios Demócrito de Abdera, Xenofonte, discípulo de Sócrates3, Arquitas de Tarento, y los pe ripatéticos maestro y discípulo Aristóíe/es* y Tfieopfirasto*. Los sicilianos Hieron5, su discípulo Epicarmo7, y Philometor Atalo8, adelantaron en ésta ciencia por efecto de su mu cha aplicación. Athenas también ha producido una gran multitud de escritores en ésta materia, de los cuales los mas estimados fueron Quereas , Aristandro , Amphiloco9, Querestoto y Euphronio," elatheniense, y no como muchos pien san el; de Ampbípolis q«e está tenido por un labrador reco mendable.
Las islas han hecho asimismo célebre ésta profe sión , como acreditan Epígenes12 de Rhodas, AgathocJes de Scio, Evagon y Anaxipolis deThaso. Menandro y Diodoro, paisano de aquel Bias, uno de los siete sabios, adqui rieron una completa instrucción en la Agricultura: y no ce dieronéstos Baqtaio y Mnaseas'3 de Mileto, Ántígono de Cumas, Apolonio de Pérgamo, Dion de Golophon, y Hege* sias14 de Maronea. Diophanes de Bythinia compendió en seis breves tratados todas las obras de' Dionysio de Utica, intérprete de Mago'n el carthagines, tan difusas que ocupa ban muchos volúmenes. También han contribuido con algún auxilionuestro estudio otros autores, aunque mas obscuros, cuyas patrias ignoramos: éstos son Androcion1*, Escrion16, Aristómenes, Athenágoras, Crates, Dadis,Dionysio , Euphy ton y Euphorion. Y no nos han pagarlo con menos lealtad Lysimaco'7, Cleobulo,s, Meneetrato, Pleusiphanes, Persis y Theophilo, cada uno por su parte. Por último,' para darla Agricultura el dereoho dé ciudadana romana, pues en tiempo de estos autores no era todavía mas que griega, hagamos ahora mención de aquel Marco Catón el Censor19 , que fué el primero que la hizo hablar en; Ja tin : hagámosla después de éste de los dos Sasernas pa dree y hijo que la han' enseñado con .mas esmero : 1 én segui da, (Je Tremelio.Escrofa que la ha hecho elocuente:! de Mar co ^crencio Varron20 que la ha limado, y de Virgilio que la ha hermoseado también con sus versos; sin desdeñarnos de baperla finalmente de Julio20 Hygino, que ha sido como su ayq; con tal sin embargo que veneremos mas quetodos, comopadre de la Agricultura, al cartilágines Magón21, pues aquellos memorables volúmenes que escribió sobre ella, han sido traducidos al latin por decreto del Senado. No lian merecido menores elogios Cornelio Celso" y Julio Atico, autores de; nuestro tiempo, el primero por haber comprendido en chaco libros un cuerpo completo de ésta qiencia, y el segündo por haber escrito uno único sobre la especie particular de cultivo que pertenecelas vides. Ju lio Grecino23 que se puede mirar como discípulo de éste , ha cuidado de dejarla posteridad dos ' Volúmenes de re glas semejantes icón respectolas viñas, escritos con mas elegancia y erudición. A éstos pues, roh Publio Silvino, has de consultar ántes de entregartela Agricultura: pero sin persuadirte de que sus doctrinas te han de conducirposeer la con ¡perfección , pues los libros de* semejantes escritores mas bien :instruyen al que ya es maestro, que lo forman,: El uso y la experiencia tienen el principal influjo en las aites, y ninguna hay en que no se aprenda errando; pues luego que una operación, por haber sido mal ejecutada, tie ne imal éxito, se evita lo que ha sido causa del error, y la advertencia dej maestro dá luz para entrar en el camino de recho. Por lo cual nuestros preceptos no prometen dar la . LIBRO PRIMERO i3 perfección de la ciencia, sino ayudarconseguirla: ni al instante que cualquiera los haya leido la poseerá, como no quiera ponerlos en ejecución y sus facultades se lo permi tan. Y así nosotros ofrecemos éstos preceptoslos que se dedicanaprender la Agricultura, como auxilios que no aprovecharán por sí solos, sino con las otras cosas que he mos indicado. Y aun los demás , esto es , el continuo traba jo y la experiencia del capataz, y las facultades y voluntad de gastar, no valen tanto como la sola presencia del amo: la cual si no interviene con frecuencia en las labores, todas ellas aflojan, como sucede en un ejército cuando falta el ge neral. Lo que creo quiso darentender el cartilágines Magon, poniendo al frente de sus escritos está sentencia: El que comprare una heredad en el campo venda su casa , no sea que quiera vivir mas bien en ésta que en la de aquella : porque el que prefiriere habitar en la ciudad, no tiene nece sidad de posesión en el campo. Cuyo precepto, si se pudiera observar en estos tiempos , no lo alteraría yo. Pero como al presente el deseo de empleos llame muchas vecesla ma yor parte de nosotrosJa ciudad, y nos retiene muchas Jilas, pienso en consecuencia que Ja hacienda mas cómoda es la que está cerca de ella ,la cual , aun el tambre que tiene ocupaciones , pueda dar con facilidad una vuelta to« <3os los dias después de haber concluido los negocios del fo ro. Porque los que compran posesiones lejanas , por no de cir ultramarinas, ceden el patrimoniosus esclavos como 6i fueran sus herederos, y lo que es peor estando vivos: . porque seguramente, si están sus amos distantes, ellos se corrompen , y apoderada de ellos Ja corrupción , después de las maldades que han cometido, esperando ser reemplaza* dos por otros, se dedican mas bienJa rapiña que al cul tivo.



CAPITULO IL

De la situación y disposición que ha de tener la casa de campo y la heredad.

Soy pues de opinión que la hacienda que. se compre esté cerca, de la ciudad , a la cual vaya el amo con frecuencia, y anuncie que ha de ir con mas frecuencia que lo que haya de hacerlo; pues con éste temor el capataz y la gente cumplirán con su obligación. Siempre que tenga lugar se detendrá en el campo, y ésta detención no ha de ser inútil ni ociosa; pues conviene que un padre de familia cuidadoso dé vueltamenudo y en todos los tiempos del añolas diferentes partes de sus hereda des, para observar con mas conocimiento la naturaleza ¡del terreno, ora estén los frutos en hojas y en yerba, ora estén ya maduros, y para no ignorar nada de lo que sea conveniente hacer en ellas. Pues hay una máxima antigua aprobada por Catón1 que dice: que es severamente cas tigada una hacienda cuyo dueño no enseña al capataz lo que selia de hacer en ella , sino que lo aprende de él. Por lo cual el principal cuidado del que ha heredado de sus ma yores una finca ,trata de comprarla , es saber cuáles son las mas estimadas en aquel pais, para deshacerse de la que sea inútil,comprar una buena. Y si la fortuna suscri bierenuestros deseos, la tendremos en clima saludable, tierra fértil, parte en llano y parte en colinas , con pen diente suave hácia el orientemediodía : habrá en ella porciones de terrenos cultivados , y otras de silvestres y ásperos, no lejos del marele un rio navegable que facilite la exportación de los frutos, y la importación de las mer cancías que hagan falta. Por bajo de la casa de campo ha brá una llanura distribuida en prados , tierras de labor, saucedales y cañaverales. Las colinas unas estarán sin ár boles ,fin de que únicamente sirvan para siembra de gra nos, los cuales sin embargo se dan mejor en tierras llanas, medianamente secas y pingües, que en laderas muy pen dientes, Y por tanto las tierras de pan, aun las mas altas, de ben tener llanuras, y cuando mas una pendiente muy sua ve y muy parecidaposición de vega. Ademas otras colinas se cubrirán de olivaros, de viñas, y de árboles que puedan dar horquillas para éstas, y otras que den, madera y piedra para obras, cuando sea menester, como también pastos pa ra los ganados menores. También será del caso un naci miento de agua, de donde se saquen acequias que rieguen los prados, los huertos y , los saucedales ¡, y que no falten rebaños de ganado mayor y de otros cuadrúpedos que paz can Jos terrenos cultivados y los matorrales. Mas ésta situa ción que deseamos es raía y difícil , y pocos la encuentran: la próximaésta es la que tiene mas ventajas de éstas que hemos referido : la que no tuviere muy pocas es tolerable.



CAPITULO m.

Cuando se reconozca una posesión para comprarla qué cosas se han de observar en ella mas principalmente. Porcio Catón1 pensaba que al comprar y reconocer una heredad, se habian de considerar sobre todo dos cosas , la salubridad del clima y la fertilidad del terreno; de las cua les si faltaba una, y sin embargo babia quien quisiese cul tivarla , era un mentecato , y por consecuencia debia po nerse bajo de la curaduría de sus parientes % pues nadie que esté en su: juicio debe hacer gastos en el cultivo de un terreno estéril ; ni por el contrario en un campo mal sano,» por mas feraz y pingue que sea , jamas llega el amover sazonados los frutos , porque cuando se ha de ajustar la cuenta con la muerte, no solo es dudosa la percepción de los frutos , sino también la vida de los cultivadores ,poc mejor decir, su muerte es mas cierta que la ganancia. Des pués de éstas dos cosas, que son las mas principales, añadía otras que no deben tenerse menos presentes, y son el ca« mino , el agua , y los vecinos : que un camino cómodo e3 muy útil para las haciendas , lo primero , y es lo mas esen cial , porque les proporciona la presencia del amo que irá á ellas con mas gusto, si no teme la molestia de uno malo; lo segundo porque facilita la importación de las provisiones y la extracción de los frutos, lo cual aumenta el valor de éstos y disminuye el costo de aquellas , pues se conducen con mas equidad adonde se llega con menos trabajo. Ni es de desatender tampoco poder irellas por poco dinero, si se va en bestias de alquiler; lo que conviene mas que man tener las propias: y al mismo tiempo los esclavos que han de acompañar al amo harán sin dificultad el caminopie. Pe la bondad del agua no hay para qué extenderse en hablar, siendo una cosa tan evidente para todos. ¿Pues quién dudará que deba ser lo mejor posible una cosa sin la cual ninguno de nosotros, sea de buenade mala salud, puede prolongar su vida ? Con la comodidad de un buen vecino no se puedela verdad contar, pues algunas veces lo cam bia la muerte, ú otras diversas causas. Y por ésto algunos no admiten en ésta parte la opinión de Catón; los cuales sin embargo parece que van muy errados, pues así como es propio de un hombre sabio sufrir con fortaleza los acciden tes impensados , lo es igualmente de un loco ser artífice de su propia desgracia : lo que hace el que con sus dineros ad quiere un mal vecino , pues si ha nacido de padres libres, ha podido oir decir desde su infancia, que no perecería jamas un buey si no hubiera un mal vecino: lo que no se dice solamente del buey , sino de todo lo demás que tene mos : de suerte que muchas gentes han tomadopartido carecer de sus casas y huir de sus patrias por las injurias de los suyos:menos que no pensemos que cS haber abando nado naciones enteras su suelo patrio, y refugiádose en países extrangeros , haya, sido por otro motivo que por no poder aguantarsus malos vecinos, hablo délos Aquéos, de los Hiberos, , ' también de los Albanos , y no menos de los Sicilianos; y para no olvidar los pueblosquienes de bemos nuestro origen^ hablo también de los Pelasgos , de los Aborigines y de los Arcades. No me ceñiré sololas calamidades públicas ; la historia nos ha enseñado también que en las regiones de la Grecia , y en ésta misma Hespe ria hubo vecinos particulares detestables;menos que di gamos que aquél Autolico^ ha podido serlo tolerableper sona alguna, oque Caco4, habitante del monte Aventino trajo algún gustosus vecinos los Palatinos. Pues mas quiero hacer mención de los que ya no existen que de los presentes, para no nombrar un vecino mió, que no deja en nuestro pago un árbol en pie, luego que descuella, ni almáciga á que no toque, ni rodrigón que no quite de la viña , ni da lugarque se dé de comer al ganado con algún descuida Con razón pues, opinó Catón en mi juicio que se debia evitar tal peste, y advirlió sobre todo al que habia de ser labrador , que no se acercáraella por su voluntad. Nosotros añadiremoséstos preceptos, el que uno delo9 sie te sabios ha dadola posteridad , y es que en todas las cosas se ha de guardar modo y medida , y éste no se ha de en tender proferido solamente para los que hayan de hacer otra cualquier cosa , sino también para los que hayan de com prar alguna hacienda ,fin de que nadie quiera comprar una mayor de lo que permitan sus fondos , puesésto pertene ce la excelente sentencia de nuestro poeta 5 : Celebra las ha ciendas grandes , pero cultiva una pequeña. Cuyo antiguo precepto lo puso en verso este varón eruditísimo, habién dose dado antes por otros , según mi opinión , pues todos convienen en que los cartagineses, gente habilísima, habian dicho que la heredad debía ser mas débil que el la brador, porque como ha de luchar con ella, si puede mas ésta él queda arruinado : y no hay duda que una hacienda grande mal cultivada rinde menos que una pequeña que lo está bien. Y por eso después de la expulsión de los reyes, aquellas siete yugadas de tierra que Licinio, siendo tribuno de la plebe , había repartido por cabezascada ciudadano, dieron mayores cosechaslos antiguos, que ahoranosotros los barbechos de mas extensión. Con efec to Curio Dentato, de quien hemos hecho mención poco antes, habiéndose conseguido una victoria tan grande bajo su feliz mando , como el pueblo le hubiese concedido en premio de su raro valor quinientas yugadas de tierra , cre yó que ésta era una fortuna muy grande para un cónsul y un triunfador ; y habiendo desechado el don que le hacia el pueblo , se contentó con éstas siete yugadas que se daban á los de la plebe. Después, aunque nuestras victorias y las mortandades de nuestros enemigos hubiesen dejado mu* chas tierras vacantes, se imputó como crimenun sena dor haber poseido mas de cincuenta yugadas: y Cayo Lici¿ nio fue condenadoconsecuencia de la misma ley que había promulgado, siendo tribuno, porque excitado del inmoderado apetito de poseer, había excedido de la cabida de tierra prefijada por ellacada ciudadano. Y ésto no fue tanto porque pareciese nna altanería poseer tanta tierra, co rno porque parecía criminal que un ciudadano romano abandonase de un modo nuevo los campos que el enemigo había asolado en su fuga, poseyendo mas terreno que el que las fuerzas de su patrimonio le permitían cultivar. Por consiguiente en la adquisición de tierras se guardará la misma justa medida que en las demás cosas ; pues solo se ha de adquirir lo necesario para que parezca que hemos comprado fincas que disfrutar, y no que nos sirvan de carga , privandootros de su goce ,ejemplo de los muy poderosos , que poseen comarcas enteraslas que no pue den dar la vuelta ni auncaballo , y las dejan abandonadas á los ganados para que las pisoteen ,á, las fieras para que las devasten y destruyan ,las ocupan con ciudadanos en cadenados por deudas,con esclavos' en mazmorras. La medida pues para cada cual será su voluntad moderada y sus facultades, pues no basta, como ya he dicho antes, que quieras poseer si no puedes cultivar.



CAPITULO IV.

De la fertilidad de la hacienda, y de la situación de la casa de campo.

Después se sigue el precepto de Ceson , de que se dice haber usado también Catón * , y es que los que , quieren comprar una heredad revisen, muchas veces aquella en que hayan puesto los ojos ; porquela primera vista no mani fiesta sus defectos ni sus buenas cualidades ocultas , y tanto los primeros como las segundas se dejan ver con mas faci lidad de los que repiten las visitas. Nuestros mayores nos han dado también una especie de fórmula para conocer ;á la simple vista si un campo es pingüe y feraz, de cuya cualidad hablaremos en su lugar, cuando tratemos de los géneros de tierra. Sin embargo tengo que manifestar y dar publicidad en general,lo que se escribe haber dicho Marco Afilio Régulo1, inclitísimo general ya en tiempo de la primera guerra púnica , y es : que así como no se ha de comprar una heredad , aunque su suelo sea el mas fecundo, si es insalubre, del mismo modo no se ha de adquirir la que Jo tenga estéril , por mas saludable que sea : lo cual persua día Atiliolos labradores de su tiempo, con tanta mas aur toridad cuanto estaba enseñado por la experiencia : pues las historias dicen que cultivaba una hacienda pestilencial , y ai mismo tiempo estéril, en el campo Pupinio. Por lo cual como un hombre sabio no debe comprar en todas partes, ni dejarse engañar por el atractivo de la fertilidadpor los encantos de la diversión , del mismo modo un padre de fa milia verdaderamente hábil , debe hacer productivo y útil todo lo que comprareadquiriere de otra manera; pnes nuestros mayores nos han enseñado muchos remedios para el aire malo , con I09 que se mitigue su cualidad pestífera; y en la tierra endeble la inteligencia y aplicación del labra dor puede superar la esterilidad del suelo. Y esto lo conse guiremos si creemos comoun oráculo al mas verídico de los poetas, que dice3: Téngase cuidado de conocer de ante mano los vientos, las variaciones de la atmósfera, los usos del pais con respecto al cultivo , lo que puede dar cada re gión , y lo que no puede producir : y no contentándonos con la autoridad de los cultivadores antiguos ,de los del dia, pasemos por alto nuestros ensayos, y los experimen tos nuevos que hayamos hecho. Los cuales aunque en al gunos casos particulares son costosos, sin embargo en su totalidad son provechosos , porque nunca se cultiva el campo sin utilidad: al mismo tiempo el poseedor consigue formarse para las operaciones que están massu alcance; y también ésto hace mas productivos los campos mas fér tiles. Por tanto en ninguna parte 9e ha de omitir hacer varios experimentos, debiendo obrar con mucha mas re solución en el terreno pingüe, porque el buen éxito que tendrán en él , hará que no emplee en vano el trabajo y el dinero. Pero así como importa conocer la cualidad de una hacienda y el modo de cultivarla, no importa menos saber cómo se ha de edificar la casa de campo, y qué disposición se le ha de dar para que sea útil ; pues se sabe por la his toria que muchos han errado en este punto, como los muy eminentes varones Lucio Lóculo y Quinto Escévolá 4 , uno de los cuales habia hecho la casa mayor , y el otro menor de lo c|ue exigia la extensión de la hacienda, sien do uno y otro contrariolos intereses del dueño; pués las casas mayores, no solo cuesta mas construirlas, sino que necesitan mayores gastos para su conservación; y cuando son menores de lo que exije la heredad , se pierden los fru tos, pues tanto los líquidos como los áridos se deterioran fácilmente, si no hay sitio9 techados donde guardarlos, ó son incómodos por estrechos. También debe el padre de familia tener la mejor habitación posible,proporción de sus facultades , para que vaya al campo con mas voluntad, y permanezca en él con mas gusto , mayormente si lo acom pañare la señora, cuya alma, así como su sexo, es mas de licada; por lo cual se ha de granjear con alguna amenidad que se déaquel paraje,fin de que se conforme mas bien en residir allí con él. Ha de edificar pues el labrador con buen gusto ; pero no manifieste prurito de hacer obras , y ha de ocupar tanto terreno cuanto baste , para que no su ceda lo que dice Catón : Que la heredad tenga que buscar casa,la casa heredad. Cuál haya de ser en general la situación de una casa de campo, lo vamosexplicar ahora. El edificio que se hace de nuevo, así como se ha de cons truir en un pago saludable, se ha de hacer en la parte mas saludable de aquel pago. Porque si el aire que lo rodea está corrompido, traenuestros cuerpos muchísimas incomo didades que les son perjudiciales. Hay algunos paises don de no hace mucho calor en los solsticios , pero los frios del invierno son intolerables, como dicen que sucede en Thebas de Beocia : hay otros que en el invierno son templa dos, pero donde el calor es muy cruel en el estío, como afirman de Calcis en Eubea. Búsquese pues nn aire tem plado , que no sea muy caliente ni muy frió, como se ex perimenta comunmente en el medio de las colinas, porque como éste parage no está muy bajo, no se hiela en el in vierno con las escarchas , ni se abrasa en el estío con los calores; y como no está encaramado en lo alto de las mon tañas, no tiene que temer los vientos, que por pequeños que sean en lo llano son allí furiosos , como también las IIut vias en todo tiempo5. Esta posición pues del medio de una, colina es la mejor, pero sin embargo ha de ser en un sitio un poco mas elevado que lo demás del terreno, no sea que si baja un torrente formado por las lluvias de lo alto de la colina conmueva los cimientos de la casa.



CAPITULO v.

Del agua, de la situación de la casa nuestra en particular y de su exposición.

Debe haber una fuente que siempre tenga agua, ora nazca dentro de la casería, ora se introduzca de afue ra i y cerca de élla un parage donde poderse proveer de le ña y que tenga pastos. Sino hubiere agua corriente, búaquese en Ja inmediación agua de pozo que no sea hondo, si ella sea amargasalobre. Si esta, también faltare, y la po ca esperanza de encontrar manantial obligareello, se cons truirán cisternas muy capaces para los hombres, y charcas para los ganados ,fin de recoger en último recurso el agua de lluvia , que es la maspropósito para la salubridad del cuerpo; pero el . modo de tenerla excelente es conducirla por atanores de barrouna cisterna cubierta,algibe. Des pués de ésta la mejor es el agua corriente que tiene su orígen de las montañas, 6Í se precipita por entre peñascos como la del monte Gaurano en Campanea. La tercera la de pozo abierto en una colina,quelo menos no lo esté en lo mas bajo de un valle 1 : es malísima la de laguna que tie ne una corriente pausada, pero la que está siempre estan cada con ella es pestilencial; sin embargo esta misma agua, aunque dañosa por sn naturaleza, se mejora cuando se cor rige por las lluvias del invierno: por donde se entiende que el agua llovediza es \a mas saludable de todas , porque des vanece lo perjudicial de aquel venenoso líquido: pero ya hemos diclio que ésta agua es Ja mejor para beJaer. Mas pa ra templar los calores del esljíoy, ¡haoerjque un sitio sea ameno , contribuyen muchísimo los arroyos de agua corrien te; los cuales si la condición del sitio lo permite, soy de sentir que se han de dirigir precisamentela casería, sean como sean sus aguas con tal que sean dulces. Y si hu biere un rio suficientemente retirado de las colinas, y la sa lubridad del lugar y la elevación de la orilla permiten co locar Ja casería sobre su margen, 6e podrá hacer, procuran do que el rio quede mas bienla espalda que delante, y b3 . aa COLUMELA. que la fachada esté apartada de los vientos malos de aquel pais, y expuestalos mas favorables, porque la mayor par te de los ríos están cubiertos en el estío de nieblas calientes y en el invierno de frias, las cuales si no se disipan por la violencia de los vientos, causan enfermedadeslos gana dos ylos hombres. La mejor exposición que se darála casería^ será como he dicho, en los parages. saludables al orienteal mediodía, y en los enfermos al septentrión: también estará bien mirando al mar, con tal que la toquen las aguas y la salpiquen las olas, nunca fuera de la orilla y poco retirada de ella: pues es mejor apartarse del marlar ga distancia quecorta, porque los espacios intermedios exhalan vapores dañosos. Tampoco conviene que haya laguna cerca de los edificios, ni camino real , porque aquella despide con los calores un vapor pestilencial y produce en jambres espesísimos de insectos que vienen volando sobre nosotros armados de aguijones dañinos, y al mismo tiempo* echa fuera las pestíferas serpientes de la tierra y del agua4 queprivadasde lahumedad del'invierno1iy,¡envenenadas con el cieno y el lodo fermentado, son causa muchas ve* ees de que se contraigan unas enfermedades desconocidas, cuyos motivos ni aun los médicos pueden descubrir;que se agrega que en todo el tiempo del año el moho y la hu medad echanperder los instrumentos de la labor , los muebles y los frutos, tanto los que no están guardadosy «w mo los que lo están: no conviene éste, ésto es el camino real, porque los destrozos de los caminantes que pasan por ellos y los continuos hospedages de los que quieren alojarse en la casería perjudicannuestros intereses. Por cuyos mo tivos pienso que conviene evitar éstas incomodidades, y no edificarla en camino ni en parage pestilencial, sino lejos de éstas dos plagas, y en un sitio elevado, de suerte que su fachada esté mirando al punto del cielo por donde sale el sol en el equinoccio: pues semejante posición tiene un me dio entre los vientos del invierno y los ¿leí estío, y es en la que están en equilibrio entre sí: y cuanto mas al oriente esté el suelo del edificio, con tanta mas libertad podrá re* cibir los vientos en el estío, y tanto menos infestado será con las tempestades del invierno, y luego que .salga el sol se . LIBRO PRIMERO a3 deshelará la escarcha: por lo cual lo que no participa de la luz de éste astro y de los aires calientes , sino de ladopor Ja espalda, se tiene comunmente por pestilencial; y si ca rece de uno y otro, nada hay que pueda secar las heladas de Ja noche, ni limpiar todo el moho e inmundicias que se hubieren' pegado: y éstas cosas no solo son perjudiciales á los hombres, sinolos ganados,las plantas ysus fru tos. Y si cualquiera quisiere construir edificios en declive, empiece siempre por Ja parte inferior; porque habiéndose principiadoechar los cimientos por ésta parte, no solo sostendrán con facilidad lo que se levante sobre ellos, sino servirán de entivo y apoyolas obras qué después se apli quen por la parte superior, si por casualidad se quisiere ampliar la casería , porque las que se hayan construido por bajo resistirán poderosamente al peso de Jas que después vendránapoyarse sobre ellas: en lugar de que sí los ci mientos se comenzasen por la parte superior del declive, como estarían ya cargados con su propria mole, todo lo que pusieres después juntoellos por \a parte de abajo, formará mala unión y tendrá grietas. Pues cuando se construye un edificio nuevo juntouno antiguo y que amenaza ruina, éstefuerza de resistir el empuje del que se levanta arri madoél cedesu peso, y dejándose caer el que se había hecho antes sobre el que cede agoviado con su propio peso, será aquel atraido pocopoco hasta arruinarse. Y así éste defecto de construcción se ha de evitar desde el instante en que se empiecesacar el edificio de cimientos.

CAPITULO VI. De la distribución de sus habitaciones y oficinas. Mas la capacidad y número de los miembros de la casería se ha de arreglar al total de su recinto, y se ha de dividir en tres partes : la una urbana , que es la que se destinala ha bitación del amo; la otra rústica; y la tercera fructuaria. La urbana se ha de dividir en habitación de invierno v de verano, de suerte que los dormitorios de invierno miren al oriente de ésta estación, y los comedores al occidente de los . a4 C COLUMELA. ' I equinoccios. Los dormitorios de' verano mirarán al medio día de los equinoccios1, y los comedores al oriente de in vierno. Los baños estarán ácia el occidente del estío, para que tengan luz después del mediodía y hasta la caída de la tarde; los paseos al mediodía de los; equinoccios, para que reciban al invierno el mas sol posible, y en el estío el me nos*. Pero en la parte rústica se pondrá una cocina grande y alta, para que el enmaderado del techo esté libre del pe ligro de incendio, y los de la familia puedan estar en ella có modamente en todo el tiempo del año. La mejor exposición para el cuarto donde estén los esclavos isüeltos será la del me diodía equinoccial : para los encadenados la cárcel mas saluda ble será subterránea con muchas ventanas, y éstas angosta* y tan altas que no se pueda llegarellas con la mano. A los ganados se les harán establos que estén al abrigo tanto deí frió como del calor. A los bueyes domados se harán tinados para el invierno y para el estío; perolos demás animales que conviene estén dentro de la casa , se harán cobertizos en un lado y en otro corrales con paredes altas, para que estén tranquilos en aquellos el invierno y en éstos el estío, y libres de los ataques de las fieras. Y todos los establos se arreglarán de maneiá que no pueda introducirse en ellos humedad alguna, y que la que resultáre de los animales sal ga lo mas pronto posible, para que no se deterioren los ci mientos de las paredes ni las pesuñas de dichos animales. Los tinados convendrá que tengan diez pies de ancho ólo menos nueve, cuya extensión dá bastante anchuralas reses para echarse, y al pensador para andar al rededor de ellas: no es menester que los pesebres estén mas altos que lo preciso para que el buey ú otro animal de trabajo pueda comer en pie cómodamente. Al capataz se le hará la habi tación juntola puerta , para que vea los que entran y saen, y al mayordomo encima de ella potf las mismas causas, y para que observe de cerca al capataz : e inmediatodm« tos liabráun cuarto donde se reúnan todos los instrumentos ' de la labor , y dentro otro con cerradura , en el cual se guar darán las herramientas. A los boyeros ylos pastores se les dispondrán cuartos cerca de sus respectivos ganados para que vayan con comodidadcuidarlos. Sin embargo todos deben . LIBRO PRIMERO a5 tener sus habitaciones inmediatas unasotras, para que no se distraiga la atención del capataz teniendo que dar vuelta á diversas partes, y que ellos sean mutuamente testigos entre sí de la aplicacióndesidia de cada uno. La parte fruc tuaria se divide en bodega de aceite, molino y lagar, bode ga de vino, otra para el arrope, heniles, pajares, despen sas y graneros: con la cualidad de que los líquidos, como el aceite para vender y el vino, se guardarán en piezas bajas, y en las altas los áridos, como el heno, las hojas, la paja, y los demás forrages. PeroJos graneros se subirá por esca leras, y se ventilarán con los aquilones por medio de ven tanillas pequeñas, pues estos vientos vienen del punto mas frió y menos húmedo, cualidades que ambas contribuyen á la mayor duración de los granos entrojados. La misma ra zón hay para tener en bajo la bodega del vino, ésto es su conservación , y ésta oficina debe estar bien lejos de los ba ños, del horno, del muladar y de las demás inmundicias, que exhalan mal olor, como también de las cisternas y de las aguas corrientes, que esparcen al rededor de sí una hu medad qne echaperder el vino. Y no se me oculta que muchas personas opinan ser el mejor sitio para guardar los granos un granero embovedado, cuyo suelo terrizo ántes de pavimentarlo se cava muy bien, se riega con alpechin fresco sin sal, y se apisona como la obra de Segni*!, Después, así que está seco, se ponen encima ladrillos, que se sientan con mezcla de cal y arena, amasada con alpechín en lugar de agua, se golpean muy fuertemente con los pi sones , y todas las junturas de las paredes entre si y con el suelo se cubren con molduras de barro: pues por lo común cuando. los edificios se agrietan en estos sitios, proporcio nan cavidades y esconditeslos animales subterráneos. Y estos graneros se dividen en trojes , para que se ponga con separación cada clase de granos. Las paredes se enlucen con barro amasado con alpechín, al cual se mezclan hojas se cas de acebuche, y si no las hubiere, de olivo, en lugar de paja. Después, así que se ha secado este enlucido, se ro cían otra vez con alpechín, y en enjugándose se echa el gra no. Estos preparativos parece que defienden muy bien los granos entrojados del daño de los gorgojos, y del de otros in . 26 •' COLUMELA. sectos , que si no se guardan con precaución , los consumen prontamente. Pero ésta clase de graneros que hemos des crito, como no estén en un sitio seco de la casería, echan á perder con la humedad el grano, por muy sano que esté: y si no hubiere humedad alguna, pueden conservarse aun que sea debajo de tierra, como sucede en algunas provincias ultramarinas, donde la tierra excavadamanera de pozos, que llaman silos4* recibe en su seno los frutos que habia pro ducido. Mas en nuestros países que abundan de humedad, tenemos por mejores los graneros en alto , y ésta precau ción de los pavimentos y enlucido de las paredes; porque, co mo he dicho, los suelos y los lados* de los graneros prepara dos de ésta manera, impiden que entre el gorgojo, cuya es pecie de plaga cuando acometelos granos , son muchos de opinión que puede remediarse, si se apalean en el granero, con que se ventilan y como que se refrescan ; pero ésto es fal sísimo, pues haciéndolo no se echan los insectos fuera, sino que se dispersan por todos los montones : en lugar de que si permanecen sin moverse, solo se infestan las partes mas superficiales , pues el gorgojo no nace mas adentro de un palmo, y es mejor sujetar al peligro lo que está echado á perder que todo; y cuando la necesidad lo exija, es fácil después de quitar lo que está picado, aprovechar lo que es té sano debajo. . Aunque estas observaciones parezcan extrañasla materia de que estamos hablando, creo que no es tán aqüí fuera de su lugar. Las prensas principalmente y las bodegas del aceite deben estar calientes, porque el ca jón dilata los .líquidos y el frió los condensa mas. El aceite sise cuaja (lo que sucede raras veces) se enranciará. Pero así como esrpré¿iso el calor jo.atur.al, que resulta de la expe dición y del Clima, del mismo modo no se necesita de fue go ni de llamas, porque el aceite, toma mal gusto con el ¡humo y con el hollín : por Jo cual deben darsela prensa Jas luces por la parte del mediodía,fin de que cuando se cargue la aceituna no tengamos necesidad de fuego ni da luz artificial. El sitio ddnde se hace el arrope no ha de ser estrecho ni obscuro, para que el que haya de cocer el mos to pueda manejarse sin incomodidad. Él desecador donde se haya de secar la leña pronto, si no hace mucho tiempo . LIBRO PRIMERO a? que se ha cortado , se puede hacer también en la parte rús tica , juntolos baños de la familia; pues conviene que los hayar para ella, y que solo los usen los dias feriados; porque no es convenientela robustez del cuerpo tomarlos con fre cuencia. Las despensas será bueno ponerlas sobre los parages de donde sale habitualmente humo, 'porque los vinos 6e enrancian mas pronto, y la continuación del humo Jos lleva á que se maduren temprano. Por lo cual deberá haber otro cuarto donde se lleven , no sea quefuerza de ahumarse se echenperder. Basta con Jo que liemos dicho de Ja si tuación de Ja casa de campo y de Ja distribución de sus par tes: ahora resta advertir las cosas que deberá haber inme diatasella, y son las siguientes: un horno y un molino de pan proporcionadola gente que ha de haber: dos charcas á lo menos, una para los gansos y los ganados, y otra para remo jar los altramuces , las mimbres , las varetas , y otras cosas que sonpropósito para nuestros usos. También habrá dos iaulaclares , uno donde se lleven las inmundicias i nuevas y se tengan un' año , y otro de donde se saquen las antiguas para echarlas en la tierra ; pero ambos deberán estar como las charcas , con un declive suave, y el suelo empedrado y apiso nado, para que no den pasola humedad: pues es de Ja mayor importancia que no se seque el estiércol, y que dé este modo conserve su virtud y se macere con la continua da humedad, para que si hay revueltas con la paja algunas semillas de matas espinosasde gramas, mueran y no lienen de yerba las sementeras cuando se lleven al campo. "Y por ésto los cultivadores inteligentes cubren todo lo que sacan de los apriscos y de Jos establos con zarzos de mim bres, para que no se deseque con Jos vientos, ni se abrase con Jos rayos del sol. La era se ha de hacer de suerte que si es posible la pueda ver el amo, ólo menos el mayordo mo. La mejor es la que está empedrada con guijarros, por que los granos se trillan pronto , como que el suelo no ce lelos golpes de los cascos de las bestias y de los trillos, y cuando se avientan salen mas limpios, sin chinos ni terroncillos que dá de sí por lo común la era terriza en la trilla. Cerca de ésta se debe hacer un nubilario, sobre todo en Italia, por la circunstancia de su clima , para poder Cubrir las riñeses . a8 ' COLUMELA. á medio trillar, si sobreviniere alguna lluvia repentina; pero esta precaución está de mas en algunos países ultramarinos, donde no llueve en el estío. Los huertos de frutales y de hortalizas conviene que estén cercados con un seto y cerca de la casería, en .parte donde pueda desembocar toda la porquería del corral y de los baños, como también el al pechin que se exprime de las aceitunas, pues con semejantes alimentos se fertiliza también la hortaliza y el árbol.



CAPITULO VII.

Dé los deberes del padre de familia.

Arreglado todo de éstá suerte , bien, por el dueño , ó bien por las personas de quien ha recibido la hacienda , su principal cuidado se ha de dirigirlas demás cosas, de que no liemos tratado, y sobre todolos hombres. Estos 6on de dos maneras, colonos,esclavos; y éstos sueltos , ó con grillete. A los colonos los tratará con atención, y se les mostrará afable ; será mas ejecutivo para obligarloslabrar bien, que para cobrarles la renta; porque ésto es menos ofensivo, y en general nos es mas provechoso. Pues cuando la tierra se cultiva con cuidado , trae por lo común ganan cia y nunca pérdida ( si no ha sobrevenido fuerza mayor de temporalde ladrones), y por consiguiente el colono no ee atrevepedir perdón de la renta. Ni tampoco debe ser el amo muy rigoroso en mantener su derecho sobre cada una de las cosasque haya obligado aí colono , como en cobrar las rentas el dia aplazado, en exigirles la leña y otra9 pequeñas adealas, cuyo cuidado acarreaJa gente del. campo mayor molestia que gasto. Y en efecto no hemos de reivindicar todo aquello que nos es lícito pedir; pues los antiguos opinaban que el rigor del derecho era un suplí* ció rigoroso. Ni por el contrario se ha de aflojar del todo,, pues, como se cuenta, haber dicho el usurero Alphio con muchísima verdad, los buenos créditos, no reclamándolos, s,e hacen malos. Yo he oido asegurar en nuestros dias á Lucio Volusio 1 antiguo consular y hombre opulentísimo, que para un padre de familia sería la heredad mas feliz . LIBRO PRIMERO a9 la que tuviese colonos indígenas y los retuviese , como si hubieran nacido en una posesión de sus padres, teniendo una larga familiaridad contraída ya desde la infancia , así como yo creo que es malo renovar con frecuencia los ar rendamientos, y aun peor tener un arrendador que viva en la ciudad , y quiera mas bien labrar por medio de sus es clavos la hacienda, , que por si mismo. Saserna decia que semejante hombre por lo común en lugar de renta daba pleitos, y que por lo mismo se debía procurar conservar Jos colonos que estén criados en el campo y que asistan de continuo en él, en caso que no podamos labrar,no nos tenga cuenta hacerlo por nosotros mismos ,por nues tros sirvientes ; lo cual sin embargo no sucede mas que en aquellos países que se destruyen por lo enfermo del clima ó la esterilidad del terreno. Pero cuando aquel es mediana mente saludable y éste bueno, nunca ha dejado de daf mas utilidadcualquiera en su campo su cuidado que el del colono; lo mismo sucede con el del capataz si no media una grandísima desidiarapacidad de éste. Cuyos dos pe cados no hay duda que se cometense fomentan por cul pa del amo; pudiendo guardarse de poner semejante hom bre al frente del cultivo de su heredad ,si lo ha puesto, procurar separarlo. Sin embargo en las haciendas que están lejos adonde no puede ir con facilidad el padre de familia , como quiera que todo género de campo está mas tolerablementecargo de un colono libre, que al de un capataz esclavo, lo está sobre todo el de pan sembrar, pues éste no \o puede desunir e\ colono (como las viñas y la arboleda maridadaellas J, y ios esclavos lo administran muy mal, pues alquilan Jos bueyes, dan mal de comer á éstos ylos demás ganados, no labran la tierra bien, po nen en cuenta mucha mas simiente de la que le han echa do en la siembra, no ayudan ésta para que produzca bien, cuando llevan la miesla era para trillarla , mientras ésta dura disminuyen diariamente el grano por fraudepor ne gligencia, pees no solo lo roban ello3, sino que no lo guardan de otros ladrones; y después de puesto en "el granero, no lo sientan fielmente en sus cuentas. De aquí resulta que el capataz y la gente faltansu obligación, y que la hacienda muchas veces cobra mala fama. Por lo que yo 9oy de opi nión que la hacienda que' es dé ésta clase, si como he dicho ha de carecer de la presencia del amo, se debe dar en arrendamiento.



CAPITULO VIIL

Del capataz, de sus cualidades y obligaciones, y como . hade tratar el padre de familiala gente del campo.

Los primeros cuidados que siguenlos que hemos ex* plicado son con respectolos esclavos , ésto es , qué car go convenga darcada uno , y cuáles se han de destinar á cada especie de trabajo. Ante toda9 cosas pues, advierto que no elijamos el capataz de aquel género de esclavos que han servidonuestros placeres , ni de los que hayan ejercido ar tes de lujo,de las que se ejecutan en la ciudad. Pues es ta casta de esclavos es perezosa , aficionadadormir , acos tumbrada al descanso ,Ja palestra , al circo ,los teatros, al juego ^la crápula ylos lupanares: nunca deja de pensar en éstas mismas tonterías, las cuales si lo siguen á los trabajos del campo, no recibe el amo tanto perjuicio en el mismo esclavo, como el que sufre en todo su caudal. Se ha de escoger por consiguiente uno que esté desde la niñez endurecido en los trabajos del campo, y que la experiencia lo haya dadoconocer, Pero si no lo hubiere se escogerá de entre los que lian sufrido una esclavitud laboriosa: que haya pasado la primera juventud y no haya tocado todavía en la vejez: lo primero, para que aquella no rebaje la au toridad necesaria al que manda, pues los mayores de edad se desdeñan de obedecerun jovencillo; y lo segundo pa ra que no sucumbaun trabajo sumamente penoso. Sea pues de una edad mediana, de robustez constante, inteli gente en la agricultura , ólo menos muy aplicado , para que aprenda mas pronto , pues no nos tiene cuenta que Uno mande y otro enseñe ; y no puede mandar trabajar coa acierto al que le está subordinado el que tiene que apren der de él lo que se ha de hacer, y cómo lo ha de ejecutar. Este cargo lo puede desempeñar bastante bien un hombre . LIBRO PRIMERQ 3i que no sepa leer ni escribir, con tal que sea de una me moria muy tenaz; y un capataz que se halla en este caso, dice Cor ne lio Celso, que trae muchas mas veces dineros al amo que un libro de cuenta, porque como no sabe escri bir , tiene menos posibilidad de forjar una cuenta por sí mismo,teme hacerlo por medio de otro por no descu brirseél. Pero sea cual sea el capataz, le has de asignar una muger propia que lo contenga, y sin embargo lo ayu de en algunas cosas. Y se Je ha de advertir también que no coma con ningún doméstico, y mucho menos con nin gún estraño. Con todo eso no se desdeñará de admitirsu mesa en un dia de fiesta al eme conociere ser muy aplica do y de mucha resistencia para el trabajo , lo' que hará como una señal de distinción. No hará sacrificios sin or den de su amo, no admitirá en la casería agoreros ni he chiceras, cuyas dos clases de gentes excitan con su vana superstición los ánimos de los ignoranteshacer gastos, y en seguidacometer delitos. No irá con frecuenciala ciudad, niningunos mercados sino para comprarven der cosa que le pertenezca; pues el capataz , como dice Ca tón, no debe ser andariego ni salir de Jos límites de Ja hacienda, como no sea para aprender alguna especie de cultivo , y ésto si esun sitio tan inmediato que pueda volver pronto. No consienta que se hagan en la hacienda sendas ni lindes nuevas, ni admita huéspedes que no sean parientesamigos de su amo. Así como se le han de prohibir éstas cosas,, del 'mismo, modo se le ha de exhor tarqi\e tenga cuidado con los instrumentos de la labor- y con las herramientas; que los tenga dobles de lo qus exije el número de esclavos, y los sobrantes estarán cor rientes y custodiados, para no tener que pedir nada pres tado al vecino, pues importa mas el trabajo que pierden los esclavos en irbuscar éstas cosas, cuandot les hacen falta, que el valor de ellas. Tendrá vestida la gente coo mas comodidad que delicadeza , y exactamente resguardada del viento, del frió y de la lluvia; todo lo cual se evita con pellicos que tengan mangas, con esclavinas viejas1, ó con sayos con capuchas. Si ésto se hace , ningún dia hay tan intolerable que no se pueda dar alguna labor al . él " C. 'COLÜMELA. r-í raso. Ni ha de estar solamente instruido en los trabajos del campo, sino también ha de estar adornado de las virtudes del alma, cuanto cabe en la índole de un esclavo, de suer te que no , mande floja ni cruelmente. Proteja siempre á algunos denlos mejores; perdone también sin embargo á los menos buenos, de manera que mas bien teman su se veridad que detesten su crueldad. Esto podrá verificarse, si prefiere impedir que sus subditos cometan delitos á dar lugar con su negligenciaque los cometan, y tener que castigarlos; y no hay un medio mejor de impedir que un hombre delinca, aunque sea malísimo, que echarle tarea, que la cumpla con exactitud, y que esté siempre el capatazla vista ; pues de éste modo los manijeros de ca da labor cumplirán perfectamente con sus funciones , y los demás, después de la fatiga del trabajo, procurarán el re poso y el sueño mas bien que la diversión. Ojalá se pu diese conseguir de un capataz que se conformase con aquellas prácticas antiguas que, aunque excelentes, han dejado de usarse en nuestros dias; convienesaber: no servirse de sus consiervos, sino en cosas del amo ; no comer sinopresencia de ellos, ni otra comida que la que se dálos mismos; pues así cuidará de que el pan se haga con esmero, y las demás cosas de comer se com pongan de modo que sean saludables. No dejará que salga persona alguna de la hacienda sin su orden , ni los enviará fuera de ella si no le obliga una gran necesidad. No co merciará para su utilidad, ni empleará el dinero de su ama en animales, ni en otras ningunas mercancías, pues éstas negociaciones lo distraen de su obligación y no le permi ten jamas quedar solvente en las cuentas que dásu amo; y cuando éste le pide el dinero le muestra en su lugar las cosas que ha comprado con él. Sin embargo lo que se ha de conseguir de él principalmente sin excepción , es que no crea saber lo qüe ignora, y que procure aprender lo que no sabe; porque por mucho que aproveche hacer una cosa con inteligencia , perjudica mas hacerla mal. Pues la principal máxima , y acaso la única de la agricultura , es haber hecho de una vez todo lo que exijen las reglas del cultivo , porque cuando se corrige lo que se ha errado por . LIBRO PRIMERO ignoranciapor descuido , ya se ha perdido para el amo Jo que esperaba ganar , y no se producen después los frutos en tanta abundancia que resarzan éstas ganancias perdidas, y las que han debido resultar de ellas en los tiempos pasa dos. Con los demás esclavos se han de seguir poco mas ó menos las reglas siguientes que no me pesa haber observado: hablar mas veces y con mas familiaridadlos del campo que á los del pueblo, con tal que no se hayan portado mal; y como yo conociese que con la afabilidad del amo se ali viaba su continuo trabajo, algunas veces me chanceaba con ellos, y mas veces les permitía que lo hiciesen ellos con migo. Ahora lo que hago frecuentemente es. conferenciar con ellos sobre algunas labores nuevas que pienso hacer, como si lo entendieran mejor que yo , y por este medio veo cuál es el talento y cuál la instrucción de cada uno. Tam bién veo que emprenden con mas gusto la labor que creen haberse consultado con ellos y que se vahacer por su dictamen. Por lo demás , todos los hombres circunspectos acostumbran observar las reglas siguientes: reconocer los esclavos que están en la mazmorra para ver ñ están bien encadenados, si ella está bastante segura y fuerte, si el ca pataz ha puestoquitado las prisionesalguno sin noti cia de su amo : porque se han de observar sobre todo estas dos cosas; una que el capataz no quite los grillos al que el padre de familia haya impuesto ésta pena sin su per* miso : y . la otra que no suelte al que él hubiere encadena do de su propio movimiento antes de haber dado cuenta al amo , y éste debe indagar si los esclavos que se hallan en éste caso están . mal tratados en punto de ropa y de las .demás cosas que deben suministrárseles, con tanta mas escrupulosidad, cuanto que estando sujetosmuchas per sonas , comolos capataces ,los manijeros ylos car celeros, están mas expuestossufrir injusticias: y por el contrario si se les ofende por la crueldad y la avaricia de éstos son mas temibles: por lo cual un diligente padre de familia se informará no solo de éstos, mismos esclavos , si no también de los que están suelto& , cuyoí testimonio para el caso es mas seguro, de si reciben lo qué les correspon de , con arreglosos órdenes, Y él examinará por si mis- c . 1 COLUMELA. mo la bondad del pan y de la bebida, gustando uno y otro, y reconocerá el vestido , los guantes y el calzado. Les per mitirá también muchas veces quejarse de los que los tra tan mal , sea por crueldadsea por fraude. Nosotros ,la verdad, al paso que algunas veces vengamoslos que se quejan con razón, del mismo modo castigamoslos que perturban con sediciones la familia y calumniansus su periores : y por otro lado premiamoslos que se portan con agilidad y destreza. A las mugeres mas fecundas, que tuvieren cierto número de hijos , se las debe también dar premio; nosotros algunas veces las hemos dispensado de trabajar , y aun les hemos dado la libertad ; lo primerola que tenia tres hijos, y lo segundola que tenia mas; pues ésta justicia y éste cuidado del padre de familia contribuye muchoaumentar su patrimonio. También tendrá presen te , cuando vuelva de la ciudad , hacer oraciónlos dioses penates % en seguida ver al instante los conñnes de su he redad si hubiere tiempo, y si no al dia siguiente registrar y reconocer todas sus partes , examinando si en su ausen cia ha habido alguna relajación en la disciplinaen la cus todia de sus esclavos, si falta alguna cepa de viña, algún árbolalgunos frutos: también pasará revista al ganado, á la familia,los instrumentos de la labor, ylos mue bles ; todo lo cual si se propusiere hacerlo por muchos años, cuando llegue su vejez conseguirá tener una disciplina bien ordenada; y en ninguna edad, por consumido que lo tengan los años , lo despreciarán sus esclavos.

CAPITULO IX... ...... De qué estatura han de ser los hombres que se destinan á cada clase de trabajo , y de las cualidades que han de tener. Tenemos también que hablar de las diferentes cualidades de almade cuerpo que creemos ser necesarias en los hombres que se destinancada especie de trabajo. Para manijeros conviene echar mano de hombres aplicados y muy frugales: ámbas cosas son mas conducentes para éste en» . LIBRO PRIMERO 35 cargo que la estatura y la fuerza del cuerpo: porque éste ministerio tienesu cargo la custodia exacta de hombres é instrumentos, y necesita de instrucción en la agricultura, al gañan , aunque le son precisas las cualidades del alma , no le son suficientes, si lo lleno de su voz y lo alto de su cuer po no lo hacen temible al ganado : pero es menester que se templen las fuerzas con la moderación , y que sea mas for midable que rigoroso, para que los bueyes le obedezcan y puedan resistir mas , no abrumándolosun mismo tiempo con Ja molestia del trabajo y la de los golpes. Sin embargo de esto repetiré en su lugar las obligaciones de los manije ros y las de los gañanes: baste por ahora haber advertido que en aquellos nada importan las fuerzas y la corpulencia, y que en éstos es de la mayor consecuencia. Dedicaremos pues á gañanes, como he dicho, los de mas cuerpo, no solo por las razones que acabo de referir, sino porque en el cultivo con ningún trabajo se fatiga menos el hombre muy alto que con el de arar, pues mientras lo hace, se apoya sobre la esteva casi sin doblar el cuerpo. El trabajador que hace las demás labores puede ser de cualquiera talla , como sea suficiente para resistir el trabajo. Las viñas no exigen tanto hombres altos, como recios y membrudos, porque éste porte de cuerpo espropósito para las cavas, podas y demás labores que se les dan. En estos últimos exige la agricultura menos frugalidad; porque dan su trabajo en cuadrilla y bajo la dirección de otro, y porque los picaros, que son los que requiere la condición de ésta labor, son los que se. imponen mas pronto: porque ésta clase de trabajo no solo pide fuerza en el que lo dá, sino desf treza y agilidad. Y por ésto las viñas lo mas ordinario es que las labren esclavos encadenados. Pero no habrá cosa, qué no haga un hombre de bien mejor que un bribón , sien do de igual agilidad. He hecho ésta advertencia para que nadie piense que yo estoy en el caso de querer cultivar mas bien los campos por medio de picaros que por medio de inocentes. Lo que si opino es que no se deben confundir los trabajos de la familia, de manera que todos hagan todas las cosas : pues ésto de ninguna manera conviene al labra dor» sea porque nadie cree que hay trabajo alguno que le cx . COLUMfcLA. ' f. corresponda peculiarmente , sea porque el que se esfuerza en adelantar su tarea no lo hace para sí, sino para el común délos trabajadores , por lo que se sustrae mucho del trabájo; y cuando entre muchos se hacen las cosas, no se conoce con distinción quienes son los que las han hecho mal : por lo cual se han de separar los gañanes de les que labran las viñas, éstos de aquellos , y unos y otros de los demás trabajadores. Asimismo las cuadrillas en que se dividan no se han de ha cer mas que de diez hombres:éstas llamaron los antiguos decurias1, y fueron muy de su aprobación, porque en no pasando de éste número, podía el manijero, que iba de lante, atenderellos muy cómodamente, y la multitud no confundía su atención. Por lo cual , si la hacienda es de mu cha extensión, se han de distribuir las cuadrillas en distin tos pedazos de terreno, y se ha de dividir la labor de ma nera que no haya solamente unodos juntos, porque si es- tan dispersos no se atiendeellos con facilidad ; ni mas de diez, no sea que si por el contrario la cuadrilla es demasia do grande, no mire cada uno de los' que la componen el trabajo que hay que dar como propio. Esta división en cua drillas no solo excita la emulación , sino facilita que se co nozca los que son flojos, porque alentándose las gentes á trabajar con la competencia, parece que se emplea justa mente y sin motivo de queja el castigo en 'los perezosos. Y prescribiendo al que vaser labrador lo que ha de dispo ner principalmente acerca de la salubridad, del camino, del vecino, del agua, de la situación de la casa de campo, de la cabida de la hacienda, de las especies de colonos y de es clavos, de la distribución de oficios y de trabajos, hemos lle-< gado ya oportunamentedeber tratar ¡del cultivo de la tier-i ra, lo que vamoshacer con extensión en el libro siguiente; . LIBRO PRIMERO $7 Notas al prólogo. 1. Sigue la opinión de los que creen qne el mundo no tu yo principio ni tendrá fin; como fueron Lucano Ocelo, y Aristóteles, pues los Epicúreos, que eran de contrario sentir, también opinaban que estaba expuestoenvejecerse. 2. Con ésta palabra criticaban los antiguos la malignidad de los causídicos. 3. Entre los Romanos los porteros eran unos esclavos ata dos con cadenas i Ja puerta, como entre nosotros los perros. 4. Las fasces eran unos líos de varas, en medio de los cua jes había una hacha, cuyo hierro salía sobre ellas. Se llevaban delante de los cónsules, de los pro-cónsules, de los presiden tes de las provincias y de los pretores, por los lictores. Los primeros llevaban cada uno doce de éstos, y los demásseis, por honor y para inspirar terror. 5. Capataz: en Andalucía y otras partes se llama así la per sonacuyo cargo está la labranza y administración de las ha ciendas de campo. Villicus. . 6. Lucio Quincio Cincinnato , según refieren los autores, estaba ocupado en el cultivo de cuatro yugadas de tierra que tenia , y estaba desnudo cuando le llevaron la noticia de ha ber sido nombrado Dictador. Se puso su roga para recibir con decencia las ordenes del Senado y del pueblo romano, y lue go que esruvo vestido lo saludaron los comisionados en cali dad de Dictador, y lo llevaronla ciudad:, al dia siguiente marchó al frente de los romanos,quienes había hecho tomar las armas, y en la mañana del otro atacólos Equos, que te nían cercado en su campo al cónsul Lucio Minucio, los ven ció, y les hizo pasar por debajo del yugo. Desde entonces qui so dejar la dictadura, que podía retener seis meses; pero ne cesitándose de sus servicios todavía para desempeñar otro en cargo distinto de éste, no Ja dejó hasta el decimosexto dia des pués de su nombramiento. 7. Valerio Máximo en el Iib. 4. cap. 4. ejemplo 87. dice que al principio poseyó siete yugadas, pero que le habían quitado tres, por haber fiadoun amigo suyo. 8. Este fué aquel cónsul romano que cuando hacía la guer raPyrro, hizo encadenar al médico de este rey que le ha bía ofrecido matarlo, y se lo envió. 9. Este cónsul hizo la guerralos Samnites ,los Sabinos ylos Lucanios, y echóPyrro de Tarento, por lo cual triunfó de todos. 10. Rey de Epiro, descendiente de Hércules por su padre, y de Aquiles por su madre. c3 11. Marco Terencio Varron fué lugar-teniente de Pompeyo en la guerra contra los Pyraras, y mereció una corona na val; pero menos dichoso en España, se vio obligadorendir seJulio César. Vivió cien años, que empleó en el estudio. Fué tenido por el mas sábio de los romanos. Escribió varias obras que le merecieron ésta gloria, y entre ellas un tratado de agricultura que anda con la de nuestro autor, quien lo elogia en el capítulo primero de éste libro. Yo pienso traducirlo. 12. Parece calcado el fin de éste periodo sobre nuestras costumbres,lo menos sobre las de aquellos que se llaman del gran mundo. Esta aplicación que hace Saboureuxsus com patriotas, puede hacerse tambiénmuchos españoles: y aun que bastantes grandes propietarios no son viciosos, los mas tie nen abandonado el cultivo de sus haciendasadministradores ignorantes y capataces rutineros. 13. Habia en Roma de nueve en nueve dias un mercado que por éste motivo se llamaba nundincex como el pueblo ro mano venia del campohallarse en él , los que proponian las leyes se aprovechaban del dia en que se celebraba para veri ficarlo, y ninguna se publicaba sin haber sido propuesta en tres dias de mercado consecutivos,fin de que nadie diese su voto sin conocimiento. 14. Este rey, del cual la mitología hizo un Dios, era hijo del Cielo. Destronósu padre, y él fue destronado por su hijo Júpiter. 15. Marco Tulio Cicerón, el primero entre los oradores romanos, del que nos han quedado dichosamente un gran nú mero de obras. Por ellas se puede conocer una j|ran parte de su vida y de su consulado. Fue una de las victimas de las proscripciones de Marco Antonio. 16. Diosas que los poetas hicieron hijas de Júpiter y de la Memoria,las cuales dieron el imperio de la Poesía y de la Música. Se contaban nueve , y el poeta Hesiodo dio nom brescada una de ellas. 17. Célebre poeta trágico, del cual hace Quintiliano un grande elogio, y atribuye al siglo en que vivió lo poco lima do de su estilo que notó Cicerón. 18. Publio Virgilio Marón, el primero de los poetas la tinos. Era natural de una aldea cerca de Mantua : se dedicó al principiola veterinaria, lo que le dió ocasión para ha cerse conocer y llegarser favorito de Augusto. Andan en ma nos de todos las excelentes obras que nos quedan de él. 19. Este es uno de los que quitaron la vidaCesar. Era .nieto de Catón por su madre, y descendía de Junio Bruto, el que echó los reyes de Roma. . LIBRÓ PRIMERO 39 20. Era discípulo de Cicerón. Tenia un carácter turbulen to: hubo sospechas contra él de haber entrado en la conjura ción de Catilina, y fue acusado de éste crimen. Cicerón tomó su defensa , y la oración que hizo con éste motivo ha llega donosotros. 31. Este célebre orador, amigo de Augusto, ha merecido ser comparadoCicerón. Sin embargo, Quintiliano dice en el lib. 10 cap. 1 de sus Instituciones oratorias, que está tan distante de la belleza y amenidad de éste orador, que puede parecer anteriorél un siglo. 22. Horacio cita con elogioéste orador en sn Arte poé tica. Era de la familia de Valerio Corvino, conquistador de Mecina en Sicilia, llamada en latin Messana, de la que to mó el sobrenombre, que se cambió insensiblemente en el de Messala. Quintiliano en el lugar citado, dice que su elocuen cia parecia que anunciaba la nobleza de su nacimiento. 23. Este es el orador que siendo cónsul con Mario habia deshecholos Cimbros, yquien éste mismo Mario conde nó después a muerte,pesar de las instancias de muchas ciudadanos que le pedían lo perdonase ; por lo cual Cátulo se encerró en su cuarto dormitorio, y se hizo sofocar por el vapor de carbones encendidos. 24. Este es el primero de los oradores griegos,mas bien el modelo de todos los oradores que han existido de cual quier nación que sean: era de Atenas. 2;. Los epítetos que le han dado manifiestan lo estimado que ha sido, pues le llaman el divino Platón y el Home ro de los filósofos. Era de Atenas y se llamaba Aristóteles; le dieron el nombre de Platón por lo ancho de sus hombros. Fae en Atenas discípulo de Sócrates, y en Italia de Pitágoras : Aristóteles fue su discípulo y digno de tal maestro. 26. Este fue Homero , el primero de los poetas griegos: su verdadero nombre fue Melesígenes : se ignora su patria: fue ciego. Cornelio Nepos dice que vivió ciento y sesenta anos antes de ia fundación de Roma. 27. Este pintor era natural de Cauno en la Caria: era muy pobre. Demetrio no quiso incendiarRodas por temor de quemar las obras de éste pintor: después de tomada la ciudad lo llamó , y habiéndole preguntado cómo se habia atrevidopermanecer tranquilamente trabajando en su casa durante el sitio, le respondió que sabia bien que él hacia la guerralos Rodios y nolas artes. Era también al mismo tiempo célebre fundidor. 28. El primero de los pintores de la antigüedad. Alejan dro Magno le tuvo particular estimación, y mandó que nin gún pintor fuera de él lo retratase. No estuvo poseído de la c4 . 4o COLUMELA. baja envidia que envilece muchas veces a las personas de mé rito, pues dio reputaciónProtógenes, ofreciendo por sus cuadros un precio excesivo, y esparciendo el rumor de que los compraba con la intención de venderlos por suyos pro pios. 29. Este célebre pintor era de Epheso. Se cuenta una dis puta de talentos entre él y Zeuxis : éste último habia pinta do unos racimos de uvas tan naturales, que venian los pájaros á picarlas : Parrasio habia pintado una cortina , y acercándose Zeuxis al cuadro para verlo, le dijo que descorriera la corti na; pero reconociendo su error dio la preferenciaéste cua dro sobre el suyo, porque el suyo habia engañadolos pá jaros, y el de Parrasioun conocedor. Es sensible que éste artista no unió la modestialos talentos; pues era el hombre mas jactancioso del mundo, y no le daba vergüenza de decir que era el primero en su arte. 30. Este era uno de los artistas que habían trabajado en aquel célebre monumento que erigió Artemisiala gloria de Mausolo su marido, rey de Caria, monumento que pasaba por una de las siete maravillas del mundo. 31. Este famoso escultor , que Alejandro miraba como el ue solamente era digno de hacer su estatua, era natural de ieyone. Plinio dice que habia hecho mil y quinientas esta tuas, y que ninguna habia que no fuera capaz de hacer su reputación. 32. Escultor célebre, nacido en la Grecia grande, hoy Ca labria. Trabajaba principalmente en marmol de Paros, que parecía lo animaba con su arte. Hizo la famosa estatua de Venus do Guido, que pretendió comprar Nicomedes rey de Bithynia, pagando .1 los habitantes de la isla todas sus deu das, que eran muy grandes, lo que jamas quisieron consentir. 33. Este célebre estatuario habia hecho dos estatuas sobre un mismo objeto ; una con arreglolos preceptos de su arte, Í otras según los votos del públicoquien había consultado: abiéndolas mostrado ambas , fue mucho mas elogiada la pri mera , y él dijo al pueblo : sabed que yo he hecho la que se lleva vuestros elogios , y vosotros la que despreciáis. 34. Este artista , superiortodo elogio, habia comenzado por ser pintor. Quintiliano dijo de él que era maspropósi to para formar Dioses que hombres. 35. Era el primero de los dioses del paganismo: los poetas le daban el título de Padre de los dioses y de los hombres. Su estatua hecha por Phidias, que aquí se cita, era de marfil y de oro; y se tenia por una de las siete maravillas del mundo. 36. Los paganos pretendían que ésta diosa habia salido del . LIBRO PRIMERO 41 celebro de Júpiter. Era la diosa de todas las artes , de lo que tuvo origen ésta fábula. Su estatua, que aquí se cita, hecha por el mismo escultor, era de los mismos materiales que la de la nota anterior: tenia veinte y seis codos de alto, y estaba adornada de relieves admirables, cuya descripción se puede ver en el lib. 36, cap. 5 de la Historia natural de Plinio. 37. Demócrito era natural de Abderaen Tracia: dejó obras de cosmografía y geografía, de historia y de agricultura, des pués de haber viajado mucho para extender sus conocimientos. 38. Nacido en Samos, fundador de una secta de filósofos que tuvo su nombre: fue hijo de un comerciante, y se dedi cóviajar para instruirse. Murió en Metaponto en Italia , cu yos ciudadanos hicieron en su casa un templo , donde le ado raron como Dios. 39. Matemático de Athcnas que publicó el 432 antes de Jesu-Cristo su Ciclo de 19 años, que ahora entendemos por áureo número.. . ... . 40. Este astrónomo era natural deGnído, y discípulo de Piaton. Cicerón dice en el lib. 2 de DivinatUnibus : que los sabios lo miraban como el primero de los astrónomos. 41. Personage fabuloso, hijo de Saturno y de Filira: fue según la fábula, mitad hombre y mitad caballo : luego que llegócierta edad, se retiró i los bosques, y cultivándolos descubrió todas ¡as virtudes de Jas yerbas, y Jos remedios que se podían sacar de eJJas. ' " 42. Famoso adivino entre Jos paganos , y hábil médico, hijo de Amythaon y de Aglaya, y hermano de Bias. Entre muchos conocimientos que le atribuye la fíbula, no se cuen ta el de la cria de ganados, que tampoco se le atribuye al anterior; pero puede ser que Columela hubiese disfrutado li-^ bros en que se les atribuyese éste conocimiento, y que no hayan llegadonosotros. 43. Era, según la fábula , hijo de Celeo que reinaba en la Atica. Habiendo recibido bien éste reyCeres que buscaba á su hija , ella por recompensarlo Je descubrió rodos Jos secretos de la agricultura, y dio de mamarsu hijo Triprolemo, que envió en seguida por todo el mundo, para enseñarlos hom bres el uso del trigo y del arado que ella habia inventado. 44. Hijo de Apolo, y de Cyrene, hija de Peneo rey de Arcadia. Inventó el uso de la miel, el modo de cuajar la le che, de extraer el aceite, &c. 45. Uno de los interlocutores de Varron en su obra de Agricultura: hombre, según éste dice, de un mérito singular, y que pasaba por el romano mas instruido en dicha ciencia. 46. Por Jas medallas antiguas consta que era de la fami lia Hostilia. 47. Descendiente de Cayo Licinio Estolón, autor de una . 4» " COLUMELA. las leyes que limitaban la medida de las tierras que podía poseer un ciudadano, y castigado por haberla quebrantado. 48. Como era ésta la diosa de las artes , como se ha dicho en la nota 36, se servían los antiguos de ésta expresión para designar cosas que no se habían estudiado,las personas gro serasignorantes. Notas al

CAPITULO I. 1. Era de Nicea en Bithynia. Escribió mucho sobre la as tronomía , y es el primer inventor del astrolabio. 2. Era de la ciudad de Cumas en Eolida; pero se le llama el poeta de Ascra, porque fijó en ella su domicilio. Hay va riedad sobre el tiempo en que floreció. Plinio dice que es el pri mero que dió preceptos sobre la Agricultura. 3. Era de Atenas: escribió una obra de Agricultura; le llamaban la Musa Atica,causa de su elocuencia. 4.. Natural de Estagira , discípulo de Platón y maestro de Alejandro Magno. Fué uno de los filósofos mas sabios de la antigüedad, y se le llamó hasta fines del siglo diez y siete el príncipe de ellos. Ha dominado mucho tiempo en las escuelas mas célebres de Europa. 5. Discípulo y sucesor de Aristóteles en la escuela de Ate nas, y maestro del poeta cómico Menandro. Era natural de la isla de Lesbos : se llamaba Tytamo, y le dieron el nombre de Theofrastocausa de su elocuencia. 6. Este rey había nacido en Síracnsa; su habilidad pa ra el mando lo había elevadola dignidad real. No había teni do educación alguna , y habiendo caido malo se dedicóla física. 7. Era filósofo, discípulo de Pitágoras; había escrito unos comentarios sobre la naturaleza de las cosas y sobre la medi cina. Era también poeta cómico. 8. Este es aquel Atalo, rey de Pérgamo, hermano de Enmenes , conocido por su amistad con el pueblo romano , al cual instituyó heredero. Estudió mucho las plantas y buscó remedios en todos los reinos de la naturaleza. Escribió un libro sobre los que sacó del reino animal. 9. Publicó un tratado sobre la avena y el cytiso. 10. Varron lo llama Cheresteo, y dice que era de Atenas. 11. Varron lo llama Euphranio. 12. Plinio en el lib. 7, cap. 56 de la Historia natural di ce que es autor muy grave. 13. Nuestro autor en el lib. 12, cap. 4, núm. 2 dice que era autor griego no obscuro. 14. Escribió sobre las propiedades de las aguas. . LIBRO PRIMERO 43 if. Plínío en el índice del lib. 8 dic-.: que había hecho una obra sobre Agricultura. 16. Lo mismo dice de éste en el mismo lugar. 17. Lo mismo de éste allí. 18. Uno de los siete sabios de Grecia , hijo de Evagoras: viajóEgypto para hacer progresos en la filosofía. 19. Autor de un tratado de Agricultura que corre impreso con las obras de nuestro autor , y pienso también traducirlo. Fue conocido con los nombres de Catón el antiguo , y de Ca tón el censor. Se le puede mirar justamente como el primero de los hombres de su siglo en todos géneros. Había pasado por todos ios cargos de la república , y merecido los honores del triunfo: reunía ademas en una persona, como dice Plinio en el lib. 7, cap. 77, las cualidades de orador excelente, de ge neral completo y de senador perfecto ;que se puede añadir, según Valerio Máximo , la de muy buen jurisconsulto. Este grande hombre , que los romanos miraron como el padre de las letras, compuso muchas obras; pero entre los preceptos de todos géneros que diola nación romana , obtienen el primer lugar, en sentir de Plinio lib. 14, cap. 4, los de Agri cultura. 20. Este era español, liberto de Augnsto y su biblioteca rio: era íntimo amigo de Ovidio. Escribió entre otras cosas de Agricultura. Los padres Monédanos ocupan coa la noticia de él y de sus escritos todo el libro 9 de su Historia literaria, 21. Floreció por los años 140 antes de Jesucristo. De to das las riquezas que encontró Escipion en Cartago cuando la tomó, conservó solamente su obra de Agricultura, la llevó al senado, que la hizo traducir al latin, la consultó muchas ve ces, y le dio mas honor quelos libros de las Sybilas. 22. Este autor vivía en el reinado de Tiberio. Sus obras de medicina le han merecido el titulo de Hypócrates latino. 23. Tácito dice en la vida de Julio Agrícola, hijo de éste, que era un senador conocido por su aplicación al estudio de la elocuencia y de la sabiduría; aplicación que le había acar reado el odio de Calígula: y Séneca en el lib. 2, cap. 21 de Benrficiis añade que este emperador lo mandó matar solamente porque era mas hombre de hiende lo que conveníaun tirano que lo fuese cualquiera. No quiso admitir una gran cantidad de dinero que le daba Fabio Pérsico para los gastos de unos juegos públicos , ni otra mayor que le enviaba Revilo , varón consular, hombres uno y otro de mala nota. Notas ai

CAPITULO II. 1. Esta máxima no se halla con éstas mismas palabras en la obra de Agricultura de Catón, tal como hoy la tenemos; pe : ro es casi la misma la que se encuentra en el cap. y , núm. 2 de dicha obra. Notas ai

CAPITULO III. r. No hallándose en la obra de Catón lo que le atribuye aquí Columela, y estando la mayor parte en la de Varron, no ha faltado quien piense que se ha engañado, citandoun autor por otro; pero siendo Columela un hombre tan instrui do, no se debe presumir en él tál error , sino es mas natural considerar todo lo que se encuentra aquí, como una paráfrasis de lo que dice Catón en el cap. 1 paráfrasis adornada por nuestro autor con sus propios pensamientos y los de Varron sobre el camino, el agua y el vecino. 2. Aludela ley de las doce tablas, que ordenaba que los mentecatos estuviesen bajo la curaduría de sus parientes. 3. Este hombre, que Columela pinta como un insigne la drón, de acuerdo con Homero, era hijo de Mercurio y abue lo materno de Ulises. 4. Era, según la fábula, un hijo de Vulcano que vomita ba fuego y que fué muerto por Hércules , cuyos bueyes ha bía robado. 5. Virgilio Georg. lib. 2, v. 397. 6. Entre los romanos, los hombres libres gravados con deu das podían ponerse en la cárcel prtr sus acreedores y obligarse á trabajar en su beneficio. Ley dura, sí se quiere, pero que aseguraba bien la confianza pública. " > Notas al

CAPITULO IV. fi Con esta palabra d.íentender Columela que no había tomado este precepto tanto del libro de Catón (aunque en el principio del cap. 1 se lee algo semejanteesto ) cuanto de una especie de tradición. " 2. Este es el que habiendo sido hecho prisionero por los carthagineses , fue enviadoRoma bajo su palabra, para tra tar del cange de prisioneros y se declaró en el Senado contra éi En Consecuencia de lo, cual volvióCarthago donde lo hicie ron morir cruelmente, no dejándolo dormir. 3. Virgilio Georg. lib. 1, v. 42. 4. Plinio dice en el mismo sentido quela hacienda de Escevola le faltaba casería, yla casería de Lúculo le faltaba hacienda. 5. Esto debe entenderse de las montañas comunes; pero no de las muy altas y elevadas sobre la región de las nubes , co mo el monte Athos y el Olympo, pues en ellos no se siente . LIBRO PRIMERO 45 viento , ni caen lluvias hasta tal punto que en los altares que están al raso no se mueven las cenizas. Notas ai

CAPITULO V. I. Efectivamente el agua de estos últimos pozos, no en contrando salida por abajo, no puede dejar de contraer algún vicio de resultas de su estagnación. Notas ai

CAPITULO VI. " 1. A Ja verdad se distinguen tres levantes y tres ponientes; á saber los de los equinoccios , los del invierno y los del es tío; pero el mediodía, como también el septentrión, son siem pre los mismos: ¿qué quiere decir pues el mediodía equinoc cial , y cómo interpretar esta expresión, que 6o se halla en ningún otro autor, y que al mismo tiempo parece contraria á la razón , en cuanto dáentender que admite diferentes es pecies de mediodía ? Vela aquí. Así como el oriente y po niente equinoccial hacen ángulos rectos con el septentrión y el mediodía, sin acercarse mas al uno que al otro, como lo ha cen por el contrario los orientes y ponientes del estío y del invierno , se puede dar el nombre de mediodíaseptentrión equinoccial al punto preciso que hace un ángulo recto con el orienteponiente equinoccial, sin acercarse ni alejarse al uno ni al otro. 2. No se puede concebir que éstos paseos expuestos al me diodía de los equinoccios, puedan tener el menos sol posible en el estío y el mas posible en el invierno, como no se les su» ponga en forma de pórticos cubiertos, cuyo techo esté incli nado-, de manera que llegando los rayos del sol al suelo de él, mientras éste astro no está mas queuna pequeña elevación, como sucede en el invierno, son interceptados por el techo en el estío, en cuya estación sube el solmayor altura, de suer te que se puede pasear por debajola sombra. La misma su posición debe hacerse con respectolas otras partes de la ca sería,que señala el mediodía equinoccial. 3 Obra de Segni se llamaba una mezcla que hacían los an tiguos con tiestos de barro cocido molidos y cal s se llamaba obra de Segni, porque las mejores vasijas de barro que sé hacian entonces eran de esta ciudad, que está situada en Ip a-lto del monte Lepino, hoy montaña di Carpinettotrein ta millas de Roma. 4. Nosotros los conocemos , y se guarda en ellos el trigo por mucho tiempo. Herrera citandoVarron dice que dura cincuenta años, y previene que cuando se destapen los silos, . 46 COLUMELA. que es como se llaman en castellano, no se entre en ellos in mediatamente, porque es grandísimo peligro, y acontece mo rir allí dentro súbitamente ; y que no entre ninguno hasta que metan dentro un candil o candela y no se apague. En Cabra hay muchos junto al camino de Aguilar, pero están sin uso: en Arjona hay algunos en las calles que sirven para guar dar cebada , y se conserva muy bien en ellos. Notas ai

CAPITULO VII. i. Este es Lucio Volusio Saturnino , que murió Prefecto de Roma con mas de noventa años, según Plinio en el lib. II. cap. 38, después de haber sobrevividotodos los senadores, cuyos votos nabia recogido durante su consulado, según el mismo autor en el lib, 7 cap. 48. Sin embargo en los Fastos consulares no se halla mas que un Quinto Volusio Saturni no, y no un Lucio. Notas al

CAPITULO VIII. 1. Vestidura larga y tosca que usaban los esclavos, de donde tomó el nombre, y ahora usan los que van en rome ríaperegrinación. No se debe equivocar con una especie de muceta pequeña que traen los peregrinos, de badanacor dobán negro por lo regular, y se pone sobre los hombros al rededor del cuello, abierta por delante del pecho. Nuestro autor las llama en latín centones , que traduce Saboureux en francés c asaques; Faccíolati en italiano schiavine. Quizase pareceríanunos sacos de paño pardo que usan los hombres del campo de Lucena que les cubren hasta las rodillas : tienen mangas y cuello como de casaca , y los llaman gallegas. 2. Lo mismo que los Laresdioses domésticos. Notas al

CAPITULO IX. 1. Estas son aquellas decurias en que estaban divididos los esclavos, tanto los que estaban en el campo , como los que esta ban en la ciudad. Trimalquion en Petronio, preguntóun cocinero: de cuál decuria eres} y él respondi :de la cuaren ta. Entre nosotros, como todos los trabajos se hacen por hom bres libres , cuando se llevan muchos jornalerostrabajar, los buenos capataces los subdividen en cuadrillas, y cada una la ponencargo de un hombre que tenga afecto al amo. . LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA. De las cosas del campo. LIBRO SEGUNDO.

CAPITULO L Que la tierra no se envejece ni se fatiga si se estercola. Me preguntas, Publio Silvino, lo que yo no reuso res ponderte al momento \saber : por qué en el libro anterior deseché desde el principio la opinión y falso sentir de casi todos los autores antiguos que lian hablado del cultivo de Jos campos , y pensaban que la tierra fatigada y desustanciada con su larga edad y con el ejercicio en que se la ha tenido por tan dilatado tiempo, se ha envejecido. Y no ig noro que tú respetarás la autoridad , no solo de otros ilustres escritores, sino principalmente la de Tremelio , que ha biendo dejadola posteridad muchísimos preceptos de la Agricultura con tanta elegancia como sabiduría , ha creído falsamente, movido sin duda de la demasiada estimación que hacía de los antiguos que habían tratado de la misma materia , que la tierra madre de todas las cosas, consumida ya con la vejez, como las mugeres, estaba inhábil para pro crear. Lo que yo mismo también confesaría, si de todo pun to no produjese frutos algunos. Porque en la naturaleza hu mana se declara la vejez estéril , no cuando una muger deja de parirdostres de cada parto, sino cuando enteramen te no puede darluz criatura alguna. Y así en habiendo pa sado el tiempo de la juventud, aunque queda larga vida, la fecundidad que se ha denegadolos años, ao se restituye. . 43 COLUMELA. Pero por el contrario la tierra abandonada, bien sea volun tariamente, bien por cualquier acontecimiento, cuando se vuelvecultivar, corresponde al labrador con grandes usu ras por el tiempo que ha estado parada. No es pues la vejez de la tierra causa de los pocos frutos , pues que cuando ha llegado una vezlos hombres, no se pueda volver atrás, ni reverdecerserejovenecerse ; pero ni aun el cansancio de ella disminuye los frutos al labrador: pues no es propio de una persona sensata persuadirse que así como los hom bres se fatigan con el demasiado ejercicio del cuerpocon el peso de alguna carga, la tierra se cansa cultivándola y moviéndola. ¿Pues cuál es la causa, dirás, de que (como ase gura Tremelio) las tierras eriales e incultas, cuando em piezanlabrarse producen con mucha abundancia, y des pués no corresponden del mismo modo al trabajo de los co lonos? sin duda ves lo que sucede, pero no penetras el motivo : pues no se debe tener por mas fecunda la tierra in culta y acabada de transformar de erial en campo labrado, porque esté mas descansada y sea mas jóven , sino porque engrasada, por decirlo así, con los alimentos mas abun dantes que le suministraban las hojas y yerbas de muchos años, que ella producía naturalmente, se presta con mas facilidadcriar y alimentar los frutos. Pero como las yer bas, por haber descuajado sus raices por los rastros y el ara do , y los bosques habiendo sido talados por el hierro han -dejado de alimentarsu madre con sus hojas, y que las que caían de los arbustos y árboles en el otoño y quedaban encima de la tierra trastornadas después con los arados so han mezclado y como incorporado con la tierra de la capa inferior que por lo común es de menos sustancia , se sigue que privada de sus antiguos alimentos esta misma tierra se esteriliza. No por la fatiga, pues, como muchísimos han creí do, ni por la vejez, sino seguramente por nuestra pereza nos corresponden con meno3 liberalidad los campos. Y asi se pueden recoger frutos mas abundantes, si se vuelve la tier- -fa por sí , estercolándola frecuente , oportuna y moderadampnte. Y habiendo ofrecido en el volumen anterior hablar de su cultivo , vamos ya ahoracumplir nuestra palabra. . LIBRO SEGUNDO

CAPITULO IL Cuántos géneros hay de terreno', en cuántas especies se divide cada uno ; qué suelo se apruebe mas ; cómo se mete en cultivo un sitio inculto y se hace de labor. Có mo se conoce un campo pingüe y propio para granos. Qué es loque sehade seguir, y qué esloque sehade evitar cuando se dá la primera laborla tierra. ios mas instruidos en las cosas del campo, Silvino, han dicho que hay tres géneros de terrenos; el de las llanuras, el de las colinas, y el de las montañas", los que' mas aproba ron fueron, en el primér género no el terreno enteramente llano y nivelado, sino er rnaniftísta'do él método de limpiar él terreno inculto, sigue iél 'modo de cuidar las tierras . 5a COLUMELA. nuevamente metidas en labor, sobre el cual manifestaré des pués mi modo de pensar, en habiendo instruidolos. apa sionados al cultivo en algunas reglas que deben aprender antes, fie acuerdo que la mayor parte de los antiguos que escribieron de las cosas del campo han dado por señales como admitidas e indubitables de un campo pingüe y fértil en grauos la dulzura propia de la tierra , la abundancia de yer bas y árboles , y el color negroceniciento. De las demás señales dudo: del color no puede ser suficiente mi admira* ración al ver que tanto otros autores, como Cornelio Celso, varón sabio no solo en la Agricultura sino en el conoci miento de toda la naturaleza, se hayan extraviado en la opi nión y én la vista de tal suerte, que no se presentasensus ojos tantas lagunas y tantas tierras de salinas, que tienen comunmente dichos colores. Pues ningún parage vemos, aun sin hacer mucho reparo, que con tal que tenga agua estan cada no sea negroceniciento,menos que yo mismo me engañe en creer que no se pueden criar sementeras fér tiles en el suelo de una laguna cenagosa y de agua amarga, ó en las tierras de salinas que estánla orilla del mar. Pero éste error de los antiguos es demasiado evidente para que sea menester convencerlo con mas pruebas. No es pues el color un indicio seguro de la bondad de las tierras: y así si el, campo ea propio para granos, esto es, si es pingüe, se ha «le, juzgar mas bien por otras cualidades. Porque así como las reses mas robustas tienen diversos y casi innumerables tolo-, res, del mismo modo las, tierras mas fuertes los tienep mu-¡ chísiraos y varios. Por lo, cual, hemos de coosidri¡;ir si.el ter-, reno que queremos comprarcausa de su color, es pin güe. Pero ésto por sí solo es poco, si carece de dulzura ; cu-, yas dos cualidades podemos conocerlas por un medio muy fácil, pues rociando con una poca de agua un terrón y amasándolo con la mano; y si es, glutinosa y apretándola, aunque, sea ligeramente, se pegavy teniéndola, entre los de dos se extiende .como la pez,, según dice Virgilio-* , y. ri lada contra la tierra no se deshace, ésto nos manifiesta que tiene cierto jugo y crasitud natural. Pero si quisieres tam bién volverechar en un hoyo la tierra que hubieres ¡saca* do de él, y apisonándola sopra de llenarla como si hubiere . LIBRO SEGUNDO fermentado, no habrá duda que ésta tierra es pingüe; si fal tare, será endeble; y si viniere cabal, mediana. Aunque estas señales que acabo de referir no son tan fijas como lo es la de ser la tierra negruzca, que se tiene por la mejorcausa de su producir. Por el sabor también la conoceremos, si ca vando en aquella parte del campo que nos agrada menos se sacan unos terrones , y echados en una vasija de barro se les mezcla agua dulce , y coladosmanera de vino que está so bre la madre se gusta el agua ; tal como fuere el sabor de és ta diremos que es el de aquel terreno. Pero fuera de éste ex perimento hay muchas señales que indican ser la tierra dulce ypropósito para granos, como el junco, el carrizo, la grama, el yezgo, las zarzas, el trébol, los ciruelos silves tre, y otras muchas producciones, que siendo también co nocidas de los que buscan manantiales, no se crian sino en venas de tierra que son dulces. Ni conviene que nos conten temos con la primera vista de Ja superficie, sino que se ha de examinar con cuidado la cualidad de la materia inferior, para asegurarnos de si esno tierra cultivable. Para los gra nos será suficiente que haya dos pies de tierra de igual bon dad; para Jos árboles bastarán cuatro4. Así que hayamos ex plorado ésto en los términos que hemos dicho, preparare mos el campo para hacer las sementeras. Y éste no es muy poco fértil si se labra con cuidado e inteligencia. Por éste motivo casi todos los autores mas antiguos han escrito el método de éste trabajo, para que lo sigan los labradores, como una ley en el arar las tierras. Conviene pues tener en ésta operación los bueyes estrechamente uncidos, para que. entren con mejor disposición , con el cuerpo derecho y las cabezas levantadas, se lastimen menos sus cuellos, y haga el yugo mejor asiento en las cervices; pues éste es el modo de uncir mas bien recibido. Pues el que se usa en algunas provin cias de atar el yugolas astas lo desechan casi todos los que han escrito preceptos para las gentes del campo, y no ún ra zón ; pues mas esfuerzo pueden hacer los animales con el cuc lio y el pecho que con las astas: y uncidos de este modo su es fuerzo se hace con toda la mole y todo el peso del cuerpo; pero unciéndolos de la otra forma, se atormentan retirando ha cia atrás y levantando las cabezas, y con trabajo arañan con d3 una reja muy ligera la superficie de la tierra. Y por ésto aran con arados muy pequeños , con los cuales no pueden romper profundamente la tierra nuevamente desmontada, la cual cuando se ara de ésta manera contribuye muchísimo para el fomento de todos los vegetales, porque arados los cam pos profundamente toman mayor incremento los granos y los frutos de los árboles. Y en esto me aparto de la opinión de Celso, quien por temor del gasto, que efectivamente es mayor en el ganado grande , piensa que conviene labrar la tierra con rejas y dentales pequeños, para que se pueda hacer con bueyes de menos cuerpo: ignorando que hay mayor utilidad en la abundancia de frutos, que costo en la com pra de reses mas grandes, principalmente en, Italia, donde el campo plantado de árboles maridadosvides y de olivos, quiere labores mas profundas que en otras partes, para que las raices de dichas vides y olivos que estánflor de tierra se corten con la reja del arado , las cuales st quedan en la tierra perjudicansus producciones , y para que las mas profundas, labrada la tierra bien hondo, reciban mas pronto el alimento de la humedad. Sin embargo puede éste méto do de Celso ser conveniente en Numidia y en Egypto, don de por lo común se siembran los granos en terrenos que no tienen árboles ,por mejor decir la tierra está sin éstoá y solo se emplea en sembrar aquellos. Y es bastante mover, con un arado, aunque sea muy ligero, ésta tierra que se com pone de arenas pingües y está suelta como una ceniza. Pe ro el gañan debe anclar jx>r lo arado, y en un surcos! y otro nó tener el arado ladeado, y en los que alternan con éstos llevarlo derecho y bien metido; pero de tal snerte que en ninguna parte deje la tierra cruda y sin mover,lo que llaman los labradores escaño. Cuando los bueyes lleguen á algún árbol, debe retenerlos y retardarlos fuertemente, no sea que chocando la reja del arado con la raiz con mucha violencia ocasione una fuerte conmoción en el cuello de los bueyes,que den ellos un golpe récio con el cuerno en el tronco,lo rompan con la extremidad del yugo y le desga jen alguna rama. Intimídelos mas bien con la voz que con los golpes, y sean las heridas los últimos remedios para los que reusan trabajar. Nunca irrite al novillo con la vara de . LIBRO SEGUNDO 55 ' ahijada, pues ésto lo hace reacio y coceador; sin embargo avísele alguna vez con el látigo. Pero no pare en medio del surco , y sí les hará descansar al fin de él , para que con la esperanza de éste descanso ponga su conato el buey en anclarlo con mas agilidad. Mas el hacer un surco de mas de ciento y veinte pies es contrario al ganado, porque en pa sando de ésto se fatiga excesivamente: en llegandolo último de él, empuje el yugo hacia delante y pare los bue yes , para que se les refresquen los cuellos : sin ésta precau ción se Jes enciendenmenudo, de que les resultan tumo res, y éstos se convierten en úlceras. Y no use menos el ga ñan de la azada que de la reja, y arrancará y perseguirá to das las cepas que estén muy agarradas, y las raices superio res con que esté embarazado el campo que está plantado de árboles maridados con vides.

CAPITULO III. Cómo se han de cuidar los bueyes después que han de jado de trabajar y se han desuncido. Así que haya desuncido los bueyes frótelos después de haberlos atado, apriételes la espalda con las manos, tíreles del pellejo , y no permita que se les pegue al cuerpo , por que éste género de enfermedad es muy dañoso al ganado. Manoséeles los cuellos, y si tuvieren calor introdúzcales vino en las fauces; y será bastante darcada uno dos sextarios ; y no conviene atar los bueyeslos pesebres antes que hayan dejado de sudar y que hayan tomado aliento: después, cuando sea tiempo de que puedan comer, no con viene darles mucha comida, ni toda de una vez, sino por partes y pocopoco. Después que hayan comido se deben llevar al agua, y silbarles para que beban con mas gusto. Hasta aquí hemos hablado suficientemente de las obliga ciones del gañan; ahora resta que enseñemos también en qué tiempos se ha de labrar el campo.

CAPITULO IV. En qué tiempos y cómo se ha de alzar y se ha de bi nar cada género de terreno. Las tierras llanas pingües que retienen el agua por mu cho tiempo, se han de alzar cuando haga ya calor, hayan arrojado todas las yerbas, y no hayan granado todavía las semillas; pero se les han de hacer los surcos tan multi plicados y tan espesos que apenas se distingan los vesti gios de lajreja , porque destrozadas todas las raices de las yerbas perecen. Mas conviene también que se repitan las labores de arado tantas veces1 que el barbecho se haga pol vo , de suerte que cuando hayamos sembrado no se nece site gradarlo ,si se necesita sea muy ligero. Porque los antiguos romanos dijeron que estaba mal labrado el cam po que , después de haberlo sembrado, era menester gradar lo. Debe ademas el labrador examinar con frecuencia si está bien arado, y no fiarse solamente de la vista, que engaña algunas veces con la tierra que cae encima de los escaños ocultos , sino también con el tacto, que se engaña menos , metiendotravés de los surcos una esta ca tuerte: si ésta penetra con igualdad y sin encontrar re sistencia, es evidente que todo el suelo está movido; pero si alguna parte mas dura de la tierra le estorba el paso, esa prueba de que el barbecho está cnido. Cuando los gañanes ven hacer ésto muchas veces , no incurren en el defecto de hacer escaños. Las llanuras húmedas, pues, deben alzar se después de los idus del mes de abril % y alzadas en éste tiempo convendrá binarlas algunos días al rededor del sols ticio, que es el día séptimosexto antes de las calendas de julio , y que estén terciadas cerca de las calendas de se tiembre. Estando convenidos los inteligentes en la agricul tura que en todo éste tiempo desde el solsticio del estío no se ha de arar la tierra,no ser que se haya calado por grandes y repentinas lluvias como las del invierno, como 6ucede algunas veces; en cuyo caso no hay inconveniente en que se aren los barbechos el mes de julio. Pero cuando quie ra que se are, observarérnos no hacerlo en el terreno que es . LIBRO SEGUNDO 57 té hecho lodo , ni en el que esté mé*dio mojado por lluvias ligeras, al cual llama la gente del campo vario y carioso. Esto último se verifica cuando después de sequías largas una lluvia pequeña ha mojado solamente la paite supe rior sin penetrarla inferior. Porque las tierras que se la bran atascadas , dejan de poderse arar en todo el año , y no estánpropósito para ararlas , gradarlas ni plantarlas; y por el contrario las que se lian sembrado varias óme dio mojar, quedan estériles por tres años seguidos 3. Siga mos pues en Ja Jabor de Jas tierras un término medio , de suerte que no carezcan de jugo cuando se la demos, ni abun den de humedad; porque si ésta es demasiada, las pone como he dicho cenagosas y atascadas ; y las que se han desecado por falta de lluvias, no se pueden labrar bien, por quesu dureza no deja entrar la reja del arado ,si ha penetrado por alguna parte no la desmenuza , sino levanta unos céspedes grandes, que embarazando el terreno, im piden que se bine bien , porque estorbando el paso la móle de los terrones, como lo podrían hacer unos cimientos, eclian el arado fuera del surco ; de que resulta que en la bina se Jiagan también escaños, y que Jos bueyes padezcan mucho con lo penoso del trabajo. A que se agrega que toda tierra, aun Ja mas fértil, tiene la capa inferior de me nos sustancia que Ja superior, y como los grandes terrones que se levantan traen consigo mucha de aquella, se in corpora con ésta, y toda ella resulta menos fértil, y dá cosechas menos abundantes, y el gasto del labrador se au menta por lo poco que cunde el trabajo , pues cuando se ha endurecido Ja tierra, 110 se puede hacer la tarea ordina ria. Por lo cual soy de sentir que en Jas sequías no se bine lo que se ha alzado, sino que se espereque llueva para que Ja tierra humedecida nos facilite los medios de culti varla. Finalmente, la tierra que esté en éstos términos se despacha cada yugada de ella con cuatro obradas; porque con dos se alza , con una se bina , con tres cuartas partes de otra se tercia, y se reduceliras después de sembrada con una cuarta parte. Las gentes del campo llaman liras, y también porcas,unas elevaciones de tierra que sobresa len entre dos surcos bien distantes entre si , para que el . 58 COLUMELA. grano que se siembra en ellas quede en seco: en castellano se llaman caballones. Las colinas cuyo suelo es pingüe, se han de alzar en el mes de marzo después de concluida la sementera tremesina ; pero si lo permitiere la templanza del cielola sequedad del pais , se podrá hacer en febrero, sin aguardar mas. En seguida se han de binar desde media do abril hasta el solsticio, y terciarlas en setiembre hacia el equinoccio: la yugada de ésta tierra se labra con tantas obradas como la de llanuras húmedas. Pero en la labor de la tierra de montaña lo que se ha de observar principal mente es llevar siempre los surcos al través de su pendien te, porque de éste modo se minora la dificultad que ésta ocasiona , y se disminuye con mucha comodidad el trabajo del ganado y el de los hombres. Sin embargo, siempre que se bine convendrá dirigir los surcos oblicuamente, unas ve ces ácia lo mas alto, y otras ácia lo mas bajo de la pen diente , para que rompamos la tierra por ambas partes , y no la labremos por el surco anterior. El campo llano y de poca sustancia que abunda en aguas , se ha de alzar des pués de mediados de agosto, en seguida se binará en se tiembre, y estará preparadoque se le siembre al rededor del equinoccio. Pero el trabajo para semejante terreno es mas expedito , pues se emplean menos obradas, siendo sufi cientes tres para una yugada. Tampoco se han de labrar en el estío las tierras endebles que están en pendiente, sino al rededor de las calendas de setiembre , porque si se alzan antes de éste tiempo, como están sin sustancia ni jugo, se abrasan con los calores del sol del estío, y no conservan restos algunos de fuerza. Por lo cual es muy bueno ararlas entre las calendas y los idus de setiembre, y en seguida bi narlas para que se puedan sembrarlas primeras aguas del equinoccio ; y una tierra de ésta clase no se ha de sembrar en el lomo, sino en lo hondo del surco4.

CAPITULO V. Cómo se estercola la tierra endeble. Sin embargo, antes de binar una tierra endeble conven drá estercolarla , porque con ésta especie de alimento toma . LIBRO SEGUNDO 59 sustancia. Los montones de estiércol se distribuirán de á cinco modios cada uno, en lo llano mas claros, y en la colina mas espesos; y será bastante que de montónmon tón haya ocho pies de distancia en todas direcciones , por lo que hacelas tierras llanas , y dos menos en las de colina. Y queremos que ésto se haga en la menguante de la luna, pues de éste modo se libertan las tierras de yerba. Y la yugada necesita veinte y cuatro carros de estiércol , cuando se le echa mas espeso, y diez y ocho cuando se le echa mas claro. Al instante que se haya extendido el estiér col , convendrá arar la tierra y enterrarlo , no sea que cou el calor del sol pierda la fuerza ; y para que la tierra incor porada con éste alimento se engrase. Y así cuando se echa ren los montones de estiércol en un campo, no se exten derán mas que los que puedan enterrar Jos gañanes en el mismo día.

CAPITULO VL De los géneros de granos cereales. Después de haber manifestado cómo se ha de preparar la tierra para la sementera, vamos ahorareferir los diferen tes géneros que hay de semillas. Los primeros y los mas útiles de todos los granos son el trigo y la escaña Hemos conocido muchos géneros de trigo; pero el que se debe sembrar con preferenciatodos, es el que llaman rubion, porque se aventajatodos en el peso y en lo limpio. En la segunda clase se lia de poner al candeal ; cuya principal especie, de que se sirven para hacer el pan, tiene poco pe so. El tercero será el tremesino, cuyo uso es muy agradable á los labradores , porque cuando por las aguaspor otro motivo no se ha sembradotiempo , les sirve éste de re curso. Las demás especies de trigo son supérfluas, sino para los que se deleitan con una multiplicada variedad de fru tos,' y con una vanagloria. Pero de escaña hemos visto emplear comunmente cuatro géneros: el grano que se lla ma de Chiusi de una blancura brillante; la llamada venú' culo1, roja y otra blanca, pero de mas peso que la de Chiu si; y la tremesina, que se llama Haücastro*^ y ésta es la . 6o COLUMELA. principal en peso y en bondad. Pero éstos géneros de trigo y de escaña los han de conservar los labradores , jxnque rara vez sucede que la situación de un campo sea tal , que nos podamos contentar con una sola especie de grano, ha llándose en él siempre alguna parte húmeda y alguna seca. Mas el trigo se dá mejor en un paraje seco, y la escaña re cibe menos daño con la humedad.

CAPITULO VIL De los géneros de legumbres. Siendo muchísimos los géneros de legumbres1, parece que las mas agradableslos hombres , y las que mas usan son el haba , Ja lenteja, el guisante, el garbanzo, el cáñamo, el mijo, el panizo, el ajonjolí, el altramuz, el lino también, y la cebada, porque de ella se hace la ptisana. Asimismo los mejores forrages son la alfalfa , la alholva , y no menos la veza. Después la gálgana , el yero , y el verde de ceba da. Pero en primer lugar tratarémos de lo que se siembra por causa nuestra," teniendo presente aquel antiquísimo precepto en que se nos previene, que en los parages frios se siembre muy temprano, en los templados no tanto, y los últimos sean los cálidos. Pero los preceptos que vamos ahoradar son como para un pais templado.

CAPITULO VIII. 1 " " " Cuál sea el tiempo de sembrar. , . -» Nuestro poeta quiere que no se siembre la escaña , ni tampoco el trigo antes que se hayan dejado de ver las ca brillas , lo mismo que expresa en sus versos de ésta ma« ñera1 : pero si labrares la tierra para recoger cosecha de trigo y granadas escañas , y tu único objeto son las espi gas, espera el ocaso matutino de las hijas de Atlante, Pero se ocultanlos treinta y un dias después del equinoccio de otoño, que por lo común es el inono dia an tes de las ca lendas de octubre; por lo que se debe entender que hay . LIBRO SEGUNDO. 61 cuarenta y seis dias para la siembra del trigo , contados des de el ocaso de las cabrillas, que se verifica antes del nono de las calendas de noviembre, hasta el solsticio de invierno. Pues los labradores prudentes observan el no arar ni podar árbolvid quince dias antes, y otros tantos después de éste solsticio. Nosotros no negamos tampoco que se deba hacer así la sementera en el campo templado y nada hú? medo ; pero si es. acuoso , endeble , frió ,también som-. brío, conviene sembrar ordinariamente antes de las calen» das de octubre2, mientras Ja sequedad de Ja tierra per mita hacerlo, y mientras las nubes están suspendidas ; para que Jas raices de los granos tomen fuerzas antes que los echenperder las lluvias del invierno , las heladas y las escarchas. Pero aunque se haya concluido la sementera con tiempo, sin embargo se tomará la precaución de hacer liras anchas, y surcos inmediatos , unosotro9, que algunos llaman elices, para dirigir toda el agualas zanjas, y des de éstas echarla fuera de las siembras. Y no ignoro que al gunos autores antiguos previnieron que no se sembrasen los campos hasta que la tierra se hubiese mojado bien con las lluvias. Lo que yo no dudo que sea mas conducente al labrador, si Jas aguas vienentiempo. Pero si, como su cede algunas veces, éstas vienen tarde, será bueno sembrar, aunque el terreno esté seco-, y ésto se practica en algunas provincias que están en climas donde las lluvias son tar días. Porque el grano que se ha echado en un terreno se co y se ba gradado después de haberlo enterrado se con serva sin echarseperder , como si estuviera encerrado en el granero, y Juego que viene la lluvia, nace en un dia solo la sementera de muchos. Es verdad que Tremelio ase gura que los pájaros y Jas hormigas se lo comen antes que llueva , si la tierra está desecada con los dias serenos del estío: lo que nosotros hemos hallado por repetidas expe riencias ser cierto. Sin embargo , en semejantes campos e9 mas conveniente sembrar escaña que trigo , porque la glu ma en que está encerrado su grano , es fuerte y durable pa ra resistirla humedad aunque sea de mucho tiempo. . 6 a COLUMELA.

CAPITULO IX. Cuántos módios de simiente necesita cada yugada de tierra ; cómo se han de elegir los granos para sembrar , y de las preparaciones de éstos para emplearlos. La yugada de tierra pingüe necesita ordinariamente cua tro módios de trigo, la mediana cinco; de escaña nueve módios si el terreno es fértil, si es mediano diez; porque aunque los autores no están de acuerdo sobre ésta medida, nuestra propia experiencia nos ha enseñado parecer ésta la mas conveniente; la cual si alguno no quisiere seguir, ar régleselos preceptos de los que dicen que en el campo bien fértil se siembren cinco módios de trigo y ocho de es caña por yugada, y opinan quelos medianos se les eche la semilla con ésta misma proporción. Nosotros no preten demos que se emplee siempre ésta cantidad de simiente, porque la hace variar la condición del lugar , de la estación, ó de la atmósfera : del lugar, cuando se siembra el grano en llanurasen colinas, y las unas y las otras son pingües, medianasendebles: de la estación , cuando echamos los granosla tierra en el otoño, óla entrada del invierno; porque la primera sementera permite que se siembre mas claro; la última exije que se eche mas espeso 1 : de la at mósfera, cuando está lluviosaseca; porque en el primer caso quiere que se haga lo que en la sementera primera, y en el segundo lo que en la última. Pero todo grano ama principalmente la llanura rasa inclinada al sol, templada y suelta ; pues la colina dá menos trigo aunque sea mas re cio3. La tierra densa, gredosa y húmeda, no cria mal el tri go candeal y la escaña. La cebada no aguanta mas terreno que el seco y suelto. Aquellos granos de que hemos habla do antes , quieren una tierra que sea muy fértil , que des canse un año y se labre al siguiente: éste desecha toda medianía, porque se echa en tierra muy pingüe,en la muy endeble; aquellos, si después de lluvias continuadas los esparcieres , en caso de necesidad , en un terreno atas cado todavía y calado, sostienen éste contratiempo; éste se . LIBRO SEGUNDO 63 pierde si lo echas en tierra que esté hecha barro. Si el cam po es medianamente gredosohúmedo, necesita aun algo mas de los cinco módios de candealtrigo, que dije ya antes, para sembrar cada yugada. Pero si es seco y suelto, sea pingüeendeble , cuatro ; porque también por el con trario, aquel siendo endeble necesita otra tanta simiente; pues si no se siembra claro cria una espiga vacía y pequeña; pero cuando de un grano han salido muchas cañas, hace también que una sementera clara sea espesa. No debemos nosotros ignorar entre otras cosas que la tierra plantada de árboles maridados con vides, consume una quinta parte mas de simiente que la desocupada y descubierta3. Pero nosotros no hemos hablado hasta aquí mas que de la siem bra de otoño que creemos ser la mejor. Mas hay también otea cuando obliga la necesidad ; los labradores la llaman tremesina: ésta se hace con buen éxito en los parages muy frios y abundantes de nieves, y donde el estío es húmedo y sin calores; en los demás muy raras veces sale bien, y sin embargo convendrá hacerla pronto, y siempre antes del equinoccio de primavera; pero si la cualidad del lugar, y Ja temperatura del aire lo permitiere, cuanto mas tem prano sembrásemos, tanto mejor saldrá; pues no hay semi lla alguna, como muchos han creído, tremesina por na turaleza 4 : porque la misma semilla tremesina echadala tierra en otoño corresponde mejor. Con todo eso hay algu nas que son preferiblesotras para éste objeto , porque aguantan mejor que otras el calor moderarlo de la primave ra,comoeltrigocandeal ,\acebadadeGalacia,laescañaha- licastro, el haba de los Marsos; pues los demás granos fuer tes deben sembrarse siempre en Jos países templados antes del invierno. Pero suele la tierra arrojar aJgunas veces una agua salada y amarga que corrompe con el humor nocivo que mana los sembrados», aunque ya estén sazonados , y en los sitiosquequedan sinunahebra delgranoque sehasem brado, hacemodo de eras. Estos sitios conviene . algunas señales, para que les apliquemos á remedio oportunosemejantes vicios. Porque en donde la humedadalguna otra cosa dañosa h cho perderse los granos, conviene esparcir palom\^rt£», y si . 64 ( COLÜMELA.' I no la hubiere, hojas de ciprés, y enterrar uno ú otro aran do encima. Pero lo que mas importa es echar hiera de Ja tierra toda el agua por medio de una zanjaatajea: de otra suerte serán inútiles los remedios que acabamos de decir. Algunos forran, una sembradera de tres módios con una piel de hiena, y teniendo la semilla en ella un poco de tiempo, la echan desde la misma, no dudando que la que se ha sembrado de ésta manera ha de salir bien. No faltan algunos vichos subterráneos que destruyen las mieses royén doles las raices cuando ya han crecido. El remedio para qué ésto no suceda es el zumo de la yerba que la gente del campo llama sedo * mezclado con agua , porque después de estar la semilla remojándose una noche en ésta composi ción, se echanla tierra. Algunos deslien en agua el zu mo espriraido del cohombro y su raiz molida , y Confian á-la tierra la semilla, después de haberla tenido en remojo en éste líquido. Otros , cuando empiezainfestarse la semen tera, riegan los surcos con ésta misma agua,con alpechin sin sal ; y de ésta suerte quitan los animales nocivos. Esto tengo ademas que prevenir , que después de estar se gadas las mieses se trate ya desde la era de tomar precau ciones,fin de mejorar el grano que ha de servir' para sembrar. Pues, como dice Celso, cuando la cosecha es me diana , conviene escojer las mejores espigas , y guardar aparte, el grano que se saque de ellas pira semillas; cuando después haya habido una cosecha mayor, todo lo que se trillare se ha de aechar con un arnero , y se ha de reservar siempre para sembrar el grano que por su peso y magni tud quedare en el fondo del montón ; pues éste cuidado es muy útil , porque si no se tiene , aunque los granos dege neran mas pronto en los sitios húmedos, sin embargo' también se verifica en los secos ; pues no hay duda que de la semilla vigorosa puede hacerse grano que no lo sea, pero es evidente que la que desde el principio es endeble, no adquiere vigor jamas; y por ésto Virgilio entre otras cosas excelentes dijo de las semillas6: yo he visto que las semillas escogidas detenidamente y examinadas con mucha atención , degeneraban sin embargo ,menos que la pro lijidad de los hombres no escogiese todos-los años los gra . LIBRO SEGUNDO < 65 nos mas gruesosmano; tal es el destino de todas las cosas, ir de mal en peor, y no parar de volver atrás. Si un giano rojo se parte y tiene por dentro el mismo color, no tene mos duda que es bueno: el que por fuera está blanquizco, y por dentro se vé blanco, se debe entender hueco y lige ro. Y no nos engañe el candeal, como si se debiera desear por los labradores, pues éste es un trigo viciado, y aunque se aventaje al otro en blancura, le cede en el peso. Pero en el clima húmedo acude bien , y por lo tanto es maspro pósito para los parages donde mana agua. Mas sin embargo, no Jo liemos de irbuscar lejos, ni donde nos sea difícil adquirirlo; pues todo trigo en sembrándolo tres veces en tierra húmeda , se vuelve candeal. El grano de uso mas co mún después de ésto es la cebada, que la gente del cam po llama hexástica7, ésto es, de seis órdenes; que otros llaman también caballuna porque alimenta mejorlos otros animales que están en el campo, y es mas saludable para el hombre que el mal trigo. Y ninguna otra cosa preserva mas de la miseria, cuando hay necesidad. Se siem bra en tierra seca y suelta, y muy fuerteendeble; porque es constante que esquilman sus mieses el campo que las cria: por Jo cual se echa en uno muy pingüe,cuyas demasiadas fuerzas no pueda perjudicar,en uno ende ble, al que no se confia otra alguna semilla. Se debe sem brar en tierra labrada de dos rejas, después del equinoccio casila mitad de la sementera , si es en terreno fértil, y mas temprano en el que sea endeble. Una yugada se em panará con cinco módios; y luego que haya madurado un poco se segará antes que cualquier otro grano, porque como tiene la caña quebradiza , y su grano no está cubierto de cascarilla, se cae mas pronto; y por los mismos motivos se trilla mas fácilmente que los deroas. Mas así que hayas levantado sus mieses de las tierras, es muy bueno dejarlas descansar un año, ólo menos llenarlas de estiércol y echar de ellas todo el veneno que tienen todavía. Hay también otro género de cebada que unos llaman dística , ésto es, de dos órdenes , y otros galática , ésto es de Galacia , de un peso y de una blancura sobresaliente: de suerte que mezclada con el trigo da un mantenimiento superior para la familia. e . 66 COLUMELA. Se siembra en sitios de los mas pingües , pero frios, acia el mes de marzo. Corresponde siu embargo mejor sembrán dolo, si lo templado del invierno lo permite, al rededor de los idus de enero: la yugada necesita seis módios. El panizo y el mijo se han de poner también entre los granos cereales, aunque yo los haya colocado en la clase de las legumbres; porque en algunos países sirven de mantenimientolos colonos. Quieren una tierra ligera y suelta , y no solo se crian bien en un terreno arenisco, sino en la misma arena, con tal que el clima sea húmedo ,el suelo tenga riego, porque temen el que es seco y gredoso. No pueden sem brarse éstos granos antes de la primavera , porque gustan mucho de lo~. calores moderados; pero se conñanla tierra muy cómodamente después de mediado el mes de marzo. No causan mucho gasto al labrador, porque con cuatro sextarios poco masmenos se empana una yugada de tierra; pero quieren frecuentes escaldas de almocafre y demano, para libertarse de yerbas. Luego que han espigado , y an tes que las semillas se abran con los calores , se arrancan á mano, y en habiéndose secado colgadas al sol lás espigas ó mazorcas se guardan , y duran encerradas de ésta manera mas que los demás granos. Del mijo se hace un pan. que se puede comer sin fastidio antes de ponerse frío. El panizo molido y separado de su salvado, y auu también el mijo, dan unas gachas no despreciables en cualquier tiempo de escasez, mayormente cuando se hacen con leche.

CAPITULO X. " De las legumbres ; qué terreno conviene d cada especie; y de su cultivo después de sembradas. Después de haber dado con bastante extensión preceptos acerca de los granos cereales, vamostratar en seguida de las legumbres. El primer lugar lo tiene el altramuz, porque se invierten muy pocos jornales en su cultivo, se compra muy barato, y de todas las legumbres que se siembran en el campo es la que mas lo beneficia: porque dá un exce . LIBRO SEGUNDO 67 lente estiércollas viñas cansadas ylas tierras de labor, acude bien aunque en un terreno desustanciado, y guarda do en el granero dura eternamente. Cocido y remojado ali menta bienlos bueyes en el invierno, y si acometeJos hombres alguua escasez de víveres destierra cómodamente el hambre. Se esparce cuanto sale de la era. Es la única entre todas las legumbres que no necesita estar encerrada en el granero, ya la siembres en eriales el mes de setiembre an tes del equinoccio,ya inmediatamente después de las ca lendas de octubre, y de cualquier manera que lo siembres aguanta la negligencia del colono. Pero apetece el calor mo derado del otoño , para tomar fuerzas prontamente, porque si no ha adquirido consistencia antes del invierno le perju dican los fríos. La semilla que queda sobrante , se guarda muy bien en un sobrado donde entre el humo, porque si lo ha acometido la humedad cria gusanos, que luego que han roido el germen lo que queda no puede nacer. Estos, como he dicho, quieren tierra endeble y principalmente la roja, pues temen la greda y no 9alen en tierra cenagosa. Una yugada se siembra con diez módios. Después de ésta legumbre será bueno que se siembre el habichuelajudía, y se echará en barbechomas bien en un campo pingüe que se siembre todos los años: y no se echan en una yuga da mas de cuatro módios. El mismo método se observa con el guisante, solo que quiere una tierra fácil de labrarse y suelta, y un parage templado y clima lluvioso. Se puede sembrar la yugada con la misma semilla que la habichuela ó con un módio menos, y se podrá sembrar al principio de la sementera después del equinoccio del otoño. Al haba se des tina un terreno muy pingüeestercolado, y si hubiere al gún erial situado en un valle, que reciba el agua de la par te superior, primeramente echaremos la semilla, después alzaremos la tierra, en seguida la dispondremos por liras y la gradaremos para que se arrope mas la simiente y quede mas honda. Porque es de la mayor importancia que las rai ces de las legumbres que han nacido estén bien profundas. Pero si se ha de ocupar la tierra que ha estado sembrada el año antes, así que se hayan segado los rastrojos, repar tiremos en cada yugada veinte y cuatro carros de estiércol y e st . 68 COLUMELA. . « los extenderemos. Y del mismo modo cuando echáremos la semilla en tierra sin labrar, la araremos, la dispondremos en liras y la gradaremos: aunque hay quien diga que en los sitios frios no conviene gradar el haba : porque los terrones que quedan encima de la tierra la defienden de las heladas mientras está todavía tierna, y dáu un calor moderadolas que son molestadas por el frió. Hay también algunos que piensan que ésta misma legumbre suple en las tierras labra das por el estiércol: lo que yo interpreto de suerte que creo noque con sembrarla se engrase la tierra, sino que ésta semilla consume menos su fuerza que las demás. Pues yo tengo por cierto que un campo que nada habrá llevado el año anterior, es mejor para granos que el que ha llevado esta legumbre. La yugada de tierra , según parecer de Treroelio, si es pingüe necesita cuatro módios de habas, según el nuestro seis: si es mediana un poco mas: y el haba no aguan ta un sitio nebuloso ni endeble: sin embargo en la tierra den sa muchas veces acude bien. Parte debe sembrarse al mediar la sementera y otra parte al fin; esta última siembra se lla ma septimoncial 1 : la temprana es pon mas frecuencia la mejor; lo es sin embargo alguna vez la tardía. Después del solsticio de invierno no es del todo bueno sembrarla, en la primavera malísimo ; aunque hay también haba tremesina, que se siembra en el mes de febrero y entra una quinta par te mas de semilla que en la temprana: pero da poca paja y no muchas vainas : y asi oigo comunmentelos hombres del campo antiguos querer mas bien habares sembradossu tiempo que tremesinos. Pero en cualquier tiempo del año que se siembre se ha de procurar que toda la porción que se destine al efecto se echela tierra el dia quince de la lu " na, con tal que ella no quede aquel dia detras de los rayos del sol , lo que llaman los griegos bpójrousiri1 \ si no se echará el dia catorce, sin embargó de que esté todavía en creciente, aunque no se pueda cubrir inmediatamente to da la semilla. Pues ningún perjuicio tendrá por los rocíos de la noche, ni por otras causas , siempre que se guarde del ganado y de los pájaros. Los antiguos labradores, y no menos Virgilio, quisieron que se reroojára en alpechinen nitro ántes de sembrarla3; para que sus granos se cria . LIBRO SEGUNDO 69 sen nías medrados dentro de la vaina engañosa y que se ablandasen pronto, aunque se pusiesenun fuego manso. Nosotros heme» experimentado también que preparada así el baba cuando ba llegadomadurar la infesta menos el gor gojo. Pero para lo que vamosdecir en seguida estamos también fundados en nuestra propia experiencia: arranca el baba cuando no se vé la luna y ántes del dia: después asi que se baya secado en la era , en habiéndola trillado y refrescado antes que la luna empiececrecer, llévala al granero; en trojada de esta suerte estará libre de gorgojos; y de todas las legumbres ella es la que mas bien>se puede trillar sin bes* tias y limpiar mas fácilmente sin viento, lo que se bará de esta manera. Coloqúese un número mediano de haces desata dos en la extremidad de la era, el cual irán echando ácia ade lante con los pies por enmedio de ella4 que es el espacio mas largo que hay en la misma, y los irán-golpeando al mismo tiempo con palos ú horcas: después, luego que hayan llegado á la otra extremidad de la era, harán un montón con las pa jas mas largas. Con lo que las habas quedarán extendidas en la era, y los demás haces se irán, trillando sobre ellas po» copoco del mismo modo. Y las pajas mas duras se habrán quebrado y separado por los que las apalean , pero las me nudas, que habrán salido de las vainas con el haba, y ha brán quedado en la tierra, como ellas, se separarán de otra manera. Pues luego que se haya hecho un montón de pa jas y habas mezcladas, váyase echando con bieldos poco, á pocouna larga distancia: hecho lo cual la paja que es roas ligera caerá del lado de acá del aventador, y el haba que se enviará mas Jejos llegará limpia , adonde éste la habrá ar rojado. La lenteja odnviene sembrarla al demediar la se mentera en la creciente de la luna hasta el dia doce, en terreno endeble y sueltoen uno pingüe, y sobre todo se co, porque cuando está en flor se echaperder fácilmente con la lozanía y la humedad: para que nazca pronto y crez ca se debe mezclar antes de sembrarla con estiércol seco; y habiendo estado así cuatro.cinco dias,. echarlala tierra. Acostumbramos sembrarlas en dos tiempos; uno temprano, mediada la sementera , y otro mas tarde en el mes de febre ro. Poco mas de un módio ocupa una yugada de tierra. Pura e3 . 7o COLUMELA. que no la roigan los gorgojos (pues aun en la vaina lo ha cen) se cuidará luego que se haya trillado, de echarla en agua , y de separar la entera de la vacía , que nada sobre ella: en seguida se secará al sol, y se rociará con vinagre en que se se haya echado raiz de silphio molida con él, se lavará con agua, se secará otra vez al sol, y refrescándola después, se guardará si es mucha cantidad en el granero, si es menos en tinajas que hayan tenido aceite,en salade ras: si éstas vasijas se llenan e inmediatamente se tapan con yeso, en-cualquier tiempo que saquemos la lenteja para el uso la encontraremos entera : sin embargo también pue de guardarse sin ésta preparación mezclándola con ceniza. La linaza, como su producto no sea grande en el pais en que vives, y el precio del lino no convide', no 'se ha de sem brar, pues es en extremo dañosa al terreno, y así pide uno que sea muy pingüe y mediánamenté húmedo. Se siembra desde las calendas de octubre hasta la salida del águila, que es el dia séptimo ántes de los idus de diciembre. La yugada de tierra se siembra con ocho módios. Algunos quieren que se siembre muy espesa en terrena endeble ,m para que el lino salga fino. También dicen que si se siembra en terrenoifértil conviene echar diez módios en cada yugada. Los ajonjo líes que se riegan se han de sembrar, ántes del equinoccio de otoño; los de secano desde ésta época hasta los idus de octubre: quieren comunmente un terreno suelto, que los de Campania llaman pulo; pero sin embargo, no acuden peor en arenas pingüesen tierra muy mullida: se echa en una yugada tanta semilla como de mijopanizo; alguna vez también dos sextarios mas. Pero yo mismo, he visto sem brar ésta semilla en las regiones de Cilicia y Sy ria pOr los me-" ses de junio y julio, y recogerla en el otoño después de ha ber madurado bien. La guija, que es semejante al alberjon , se ha de sembrar en el mes de eneroen el de febre ro, en terreno fértil y clima húmedo. Sin embargo en al gunos parages de Italia se siembra ántes de las calendas de noviembre. Tres módios llenan una yugada, y ninguna le gumbre perjudica menos al campo; pero raras veces corres ponde, porque cuando está en flor no aguanta la sequía ni los vientos del sur; cuyas dos incomodidades vienen de or . LIBRO SEGUNDO 7* dinarío en el tiempo del año en que se le cae la flor. El garbanzo que llaman arietino^, y también otro de distinto géne ro que se llama púnico6, se puede sembrar en todo el mes de marzo y en terreno de la mayor fertdidad y en tiempo húmedo. Pues también es perjudicialla tierra ésta legumbre: y por lo tanto no es de la aprobación de los labradores mas hábiles, pero si no obstante esto se ha de sembrar, se echará en agua el dia antes para que nazca mas pronto: para una yugada hay bastante con tres módios. El cáñamo quiere un terreno pingüe, estercolado y de riego;llano, húmedo y labrado profundamente. En cada pie cuadrado se siembran seis cañamonesla salida de Arctúro que esúltimos de febrero, ácia el dia quintosexto ántes de las calendas de marzo. Sin embargo no es malo sembrarlo hasta el equi noccio de primavera , si el tiempo está lluvioso. Después de éstas legumbres tienen su lugar los nabos y las nabas, por que unos y otras sirven de alimentola gente del campo. Con todo eso las nabas son mas útiles, porque producen mas y mantienen no solo al hombre, sino tambiénlos bueyes, sobre todo en las Galias, donde ésta hortaliza dá de comer el inviernodicho ganado Una y otra quieren un terreno suelto y no nacen en tierra densa. Pero las nabas quieren llanuras y sitios húmedos, y los nabos aj>etecen tierra en pen diente, seca y casi ligera, y a9i sale mejoren tierras cascajosas y areniscas: y Ja cualidad del terreno cambia la naturaleza de los dos; pues la naba sembrada en uno se convierte en na» bo al cabo de dos años , y en otro el nabo en naba. En la tier ra «le Tiego se siembran bien ámbas después del solsticio, y en la de secano en la ú'tima parte de agostoen la primera de setiembre: quieren un terreno labrado con muchas vueltas de aradorastro y lleno de estiércol. Lo que es muy impor tante, n > solo porque ellas acuden mas, «¡no porque después de arrancadas, el suelo con esta labor dá abundantes cosechas* La yugada de tierra no se ha de sembrar mas que con cuatro sextarios de semilla de nabas: de nalws se ha de esparcir una cuarta parte mas, porque no engordan , formando vientre, si no penetran hacia abajo con una raiz delgada. Y éstas cosas son las que creemos deber sembrarse para el uso de los hom brea ; las que siguen se siembran para los ganados. e4 . 7a COLUMELA. " ;, i .:, ^

CAPITULO XI.1 De los forragcs; de la alfalfa, de la veza , del verde de cebada, de la avena , de las alholvas, de los yeros, y de la gálgana. Hay mucho9 géneros de forrages como la alfalfa, la veza, el verde de cebada, la avena, laalholva, y no menos el yero, y la gálgana. Pues los demás no nos dignamos de enumerarlos ni menos de sembrarlos: excepto sin embargo el cytiso (Mcdicago arbórea -Lili. Alfalfa arbórea); del cual hablaremos en los libros que hemos escrito de los gé neros de árboles. Pero de todos los que aprobamos por bue nos el mas sobresaliente es la alfalfa , porque en sembrán dola una vez dura diez años: porque después se siega bien Cuatro veces al año, y algunas seis; porque estercola la tier ra ; porque todo el ganado mayor que se ba puesto flaco en gorda con ella; porque sirve de remedio al menor que es tá enfermo; y porque una yugada de ella dá comida mas que suficiente para tres caballos un año. Se siembra del modo que vamo9prescribir. El sitio donde has de sembrar la alfalfa en la primavera inmediata , álzalo al rededor de las calen das de octubre , déjalo que se fermente por todo el invierno; en seguida bínalo con cuidado en las calendas de febrero, saca todas las piedras, y desterrónalo: después hácia el me» de .marzo téicialoi y grádalo. Así que hayas; labrado la tierra de ésta suerte, haz eras como en las huertas, de diez pies de ancho y cincuenta de largo, para que se pueda suminis trar el agua por las sendas, y haya paso poi entrambas partes para los que arranquen la yerba. Después echa estiércol pa- «ado, y hecho todo ésto siembraúltimos de abril,razón de un cyatho.de simiente en cada espacio de diez pies de largo y cinco de ancho: así que la hayas sembrado, cúbre la inmediatamente con un rastro de madera , pues ésto im porta mucho, porque se abrasa muy pronto con el sol. Des pués de la siembra no debe tocarse el sitio con hierro; si-; no escardarlo como he dicho con rastros de madera , y de tiempo en tiempomano , no sea que la yerba sofoque la¡ . LIBRO SEGUNDO ¿3 alfalfa cuando está endeble. La-primera siega de ella con vendrá hacerla bien tarde, cuando se le habrá caido alguna parte de la semilla: después, si la quieres tener tierna, la puedes segar desde que haya retoñado y darlalas bestias; perolos principios y hasta que se hagan , con econo mía , para que la novedad del forrage no les haga daño, pues los infla y les hace criar mucha sangre. Pero así que la hayas segado, riégala con mas frecuencia. En seguida así que hayan pasado unos pocos dias, y haya empezadore toñar, arranca todas las yerbas extrañas. Cultivada de ésta suerte se podrá segar seis veces al año y permanecerá diez. La veza se siembra en dos tiempos diferentes: en el prime ro que es para forrage , sembramos hácia el equinoccio de otoño siete módios de ella en cada yugada de tierra: en el segundo echamos el mes de eneroaun mas tarde seis mo chos, para coger la semilla seca. Ambas siembras pueden ha cerse en tierra erial , pero mejor en la labrada de una reja: y ésta casta de semilla es la que quiere menos los rocíos cuantío se siembra: r>or lo cual se ha de esparcir en la tier ra después de la segundatercera hora del dia* cuando el solel viento hayan enjugado toda la humedad, y no se puede echar mas que lo que pueda cubrirse en el mismo dia, porque si sobreviene la noche, por poca humedad que perciba se pierde. Se ha de tener cuidado de no sem brarla antes del dia veinte y cinco de la luna: de otra suerte tenemos observado que casi siempre le hacen nial los caraco les. La cebada para verde conv;ene echarla en un terreno de los que se siembran todos los años muy estercolado y bina* do. Se cria un verde muy bueno sembrando diez módios de cebada caballuna en cada yugada de tierra acia el equi noccio de otoño, pero ha de ser cuando estén amenazan do las lluvias, para que después de sembrada y regada con ellas nazca prontamente y tome consistencia ántes del rigor del invierno. Porque cuando han faltado los otros forrages por causa de los frios , es muy bueno dar éste segado á los bueyes ylos otros animales, y si quisieres hacerlo pa cer mas veces, alcanza basta el mes de mayo. Pero si qui sieres coger también grano de él, se han de echar fuera todos los animales desde las calendas de marzo , y se ha de . 74 COLUMELA. preservar todo daño,fin de que puede espigar y granar. Lo mismo es la siembra de la avena , la cual echadala tierra en el otoño, parte se corta para henoforrage mientras to davía está verde, y parte se conserva para semilla. La alholva, que la gente del campo llama siliqua, tiene dos tiem pos para sembrarla, uno el mes de setiembre (cuando se siembra para forrage) en los mismos dias que la veza , esto es, acia el equinoccio; y otroúltimos de eneroprinci pios de febrero, cuando se siembra para seca: pero en éste último caso ocupamos la yugada con seis modios, en el primero con siete: una y otra siembra se hace cómodamen te en tierra erial, y se procura labrar yunto y no hondo, pues si se cubre su semilla con mas de cuatro dedos de tier ra no sale fácilmente. Por lo cual algunos, antes de sembrar la, dan una rejala tierra con arados muy pequeños , y es tando así echan la simiente y la cubren con escardillos. Pe ro el yero quiere tierra endeble y no húmeda, porque con la fertilidad de la tierra se pierde por lo común. Puede sem brarse en el otoño y no menos después del solsticio de in vierno,los últimos de eneroen todo febrero, con tal que sea ántes de las calendas de marzo, pues dicen los la bradores que todo éste mes de ninguna manera conviene á ésta semilla, porque la que se siembra en él es dañosa al ganado y principalmentelos bueyes,los cuales cuando la comen pone furiosos. Con cinco módios hay bastante pa« ra sembrar una yugada de tierra. En la España Bética se dá á los bueyes en lugar de yeros gálgana molida, lo cual así que se ha hecho con la muela suspendida se echa en agua un rato hasta que se ablande, y de ésta suerte se da al ganado revuelta con paja menuda: pero para cada yun ta hay bastante con doce libras de yeros, y de gálgana con diez y seis. Esta no es inútil para los hombres ni desa gradable:lo menos nada difiere en el gusto de la guija, solamente se distingue en el color, que lo tiene muy obscu ro y que tira bastantenegro: se siembra el mes de marzo, en tierra labrada de unados rejas, según lo exige su ferti lidad, porque con atenciónella se sembrará mas 6 menos, pues unas veces serán menester para una yugada cuatro mó dios, otras tres, y algunas dos y medio. . LIBRO SEGUNDO 75

CAPITULO XII. De qué modo y con cuántos jornales se cultiva cada espe cie de granos cerealesde legumbres. , Después de haber tratado del tiempo en que se lia de sem brar cada especie de semilla, ahora vamosmanifestar de qué modo y con cuántos jornales se ha de cultivar cada una de las que hemos referido. Concluida la sementera, la labor que se sigue es la escarda , sobre la cual no están conformes los au tores. Algunos dicen que no es útil porque con el almoca fre se descubren las raices del grano y algunas se cortan , y si sobrevienen los frios les hacen morir; pero que es me jor arrancar la yerbamano en estando para ello. Sin em bargo, mas son los que quieren que se escarde de almocafre; pero que no se haga en todas partes del mismo modo ni en los mismos tiempos. Porque en los campos secos y expues tos al sol , luego que el sembrado pueda resistir la escarda, se debe mover la tierra y recalzar con ella las matas para que echen hijos: lo cual conviene hacerlo ántes del invier no y repetirlo pasarlo éste. Pero en parages frios y panta nosos quieren por lo común que no se escarde hasta que pa se dicha estación y que no se recalcen las matas con tierra, sino que se remueva ésta con una escarda corrida e igual. Sin embargo, nosotros hemos experimentado que ésta escar da en el invierno es útil en muchos países , con tal que la sequedad del aire y la benignidad del tiempo lo permita. Pero no somos de opinión que se haga en todas portes, si no que es preciso conformarse en cada pais con la costum bre de los habitantes: pues hay algunos que tienen de la naturaleza dones que les son peculiares, como Africa y Egypto, donde el labrador no llegalas mieses desde la siembra hasta la siega, porque es tal la condición del clima y la bondad de la tierra, que apenas nace mas yerba que la que produce la semilla que se le ha echado: sea porque las lluvias son raras,sea por prestarse de ésta suerte al colono la cualidad de la tierra. Pero en los sitios donde se necesita la escarda de almocafre, no se ha de llegarlos sembrados, . 76 C COLUMELA. -I aunque la temperatura del aire lo permita, antes que ha yan éstos cubierto los surcos. El trigo y la escaña será bue no escardarlos cuando empiecentener cuatro hojas, la ce bada cuando tenga cinco, el haba y las demás legumbres cuan do estén cuatro dedos por encima de la tierra. De ésta regla se exceptúa sin embargo el altramuz, al cual le es contra' ria ésta escarda, porque tiene solamente una raiz, y si se corta.se hiere con el hierro, muere toda la mata. Y aun que esto no sucediese, sería supérflua la escarda, porque en vez de recibir é3ta legumbre perjuicio de las yerbas las des truye todas. Pero otros sembrados que aunque estén húme dos se pueden mover, sin embargo es mejor escardarlos, cuando están secos , pues de ésta manera se preservan de la alheña; masla cebada no se debe llegar si no está muy se ca. El liaba creen muchos que ni aun se ha de escardar, porque arrancándosemano cuando está madura, no lleva consigo las demás yerbas que se han criado con ella, y és tas se reservan para heno : de cuya opinión es también Cornelio Celso, que entre las demás buenas propiedades de ésta legumbre, cuenta la que después de arrancada se puede segar heno del mismo sitio donde estaba. Pero $ mí me parece que solo un labrador muy malo puede dejar crecer la yerba mucho, pues se disminuye demasiado el producto del haba si se deja de arrancar. Pues no es propio de un labrador pru dente poner mas conato en los forrages de los animales que en. la comida de los hombres, principalmente cuando se pue den conseguir aquellos con el cultivo de los prados: y de tal suerte creo que se han de escardar las habas, que pienso se debe hacer hasta tres veces : porque cultivadas de ésta suerte tenemos experiencia de que no solo se multiplica el fruto, eino que las vainas hacen una parte pequeña de ellas, y que rin módio de habas molidas y limpias de las vainas está tan lleno casi como cuando están enteras, pues apenas se dis minuye la medida quitadas las cascaras. Y en general es muy útil, como hemos dicho, la escarda de invierno en los dias serenos y secos después del solsticio en el mes de enero, con tal que no haya heladas. Finalmente ésta labor se debe ha cer de manera que no se lastimen las raices de los sem brados, antes bien ^e recalcen y se les arrime tierra para que . LIBRO SEGUNDO 77 amacollen mas. Esto será ventajoso hacerlo en la primera escarda; en la segunda será perjudicial, porque como ha dejado de matear el grano se pudre si se ha recalzado. Y así en la segunda escarda nada mas debe hacerse que remover la tierra con igualdad , y convendrá darla inmediatamente de como ha pasado el equinoccio dentro de veinte dias, an tes que las siembras se encañen, porque si se escardan mas tarde, se pierden con las sequías y calores del estío, que se siguenésta labor. Después de la escarda de almocafre se ha de dar Ja demano, cuidando de no tocar la mies cuan do está en flor, sino antes de tenerladespués de habérse le caido. Los granos cereales todos , y la cebada , y general mente todos los que no tienen la semilla doble1, echan la espiga desde el tercero al cuarto nudo, y luego que ha sali do todalos ocho dias se le cae la flor ylos cuarenta to ma incremento, en los cuales llega desde la florla madu rez. Por el contrario los que son de semilla doble2, como el haba, el guisante y la lenteja, en cuarenta dias flore cen y en e\ m'iBmo tiempo toman su incremento.

CAPITULO XIII. Cuántos jornales y obradas se regulan d cada yugada de tierra. Y para ajustar ya con cuántas obradas y jornales se llevan á la era los granos que hemos confiadola tierra , dire mos que cuatrocinco módios de trigo emplean cuatro obradas de arar; una de gradar, dos jornales en la primera escarda de almocafre, uno en Ja segunda, uno en Ja de á mano, y uno y medio de siega; total cinco obradas y cinco jornales y medio. Cinco módios de candeal necesi tan las mismas obradas y jornales. Nuevediez módios de escaña quieren tantas obradas y jornales como cinco de trigo. Cinco módios de cebada exigen tres obradas de ara* da , una de gradar, peón y medio de escarda de almocafre, y uno de siega. En todo cuatro obradas y dos peones y me dio. Cuatroseis modios de habas emplean , si es en bar becho , dos obradas de arada, si en rastrojo una; sea como . 78 COLUMELA. sea, una y media de gradar, peón y medio en la primera escarda, en la segunda y tercera uno en cada una, y otro de siega , que todo es dostres obradas y media de arada y gradar, y cuatro peones y medio. Seissiete módios de veza quieren en barbecho dos obradas de arada y en ras trojo una i para gradar una, y un peón de siega; total dos ó tres obradas y un peón. Cinco módios de yeros se siem bran con tras tantas obradas, se gradan con una; y ademas se escardan de almocafremano, y se siegan cada labor con un peón; total dostres obradas y tres peones. Seis ó siete modios de alholvas se siembran con otras tantas obra das , y se siegan con un peón. Cuatro modios de judías se siembran con igual número de obradas, se gradan con una, y se siegan con un peón. Cuatro módios de gálgana ó de guijas quieren tres obradas de arada , una de gradar , un peón de escardamano, y otro de arrancarlas; en todo cuatro obradas y dos peones. Módio y medio de lentejas ne cesita las mismas obradas para sembrarse, una para gra darse , se escarda de almocafre con dos peones ,mano con uno y se arranca con otro; que hacen la suma de cuatro obradas y cuatro peones. Diez módios de altramuces se entierran con una obrada , se gradan con otra , y se siegan con un peón. Cuatro sextarios de mijo y otros tantos de pani zo emplean cuatro obradas de arada, tres de grada, y tres peones de escarda; el número de éstos que se necesita para arrancarlo no es fijo. Tres módios de garbanzos se siembran con igual número de obradas, se gradan con dos, se escardan de almocafre con un peón,mano con otro, y se arrancan con tres; total seis obradas y cinco peones. Diez ú ocho módios de lino se siembran con cuatro obra das , se gradan con tres , se escardanmano con un peón, y 6e arrancan con tres ; que hacen la suma de siete obradas y cuatro peones. Seis sextarios de ajonjolí se cultivan desde que se ha alzado la tierra con tres obradas de arada, se gra dan con tres , se escardan de almocafre la primera vez con cuatro peones, la segunda con dos,mano con uno, y se arrancan con dos; que hacen la suma de seis obradas y nueve peones. El cáñamo se siembra como hemos manifes tado arriba ; pero no es fijo el gasto y el cuidado que nece . LIBRO SEGUNDO 79 sita. Pero la alfalfa se cubre de tierra, no con el arado, si no, como he dicho , con rastros de madera. Una yugada de tierra sembrada de ella se grada con dos obradas , se escarda de almocafre con un peón, y se siega con otro. De éste total de obradas y jornales resulta, que un campo de doscientas yugadas se puede cultivar con dos yuntas de bueyes, otros tantos gañanes, y seis trabajadores; con tal, no obstante, que no tenga árboles; porque si está plantado de ellos , asegura Saserna que Ja misma porción de tierra 3e puede cultivar bastante bien añadiendo tres hombres; cuyo cálculo nos demuestra que puede ser suficiente una yunta de bueyes para ciento veinte y cinco módios de trigo; y otros tantos de legumbres: de manera que la siembra de Otoño ascienda por mayordoscientos y cincuenta módios; y con todo eso después de ésta sembrará setenta y cinco de gtanos tremesinos. Esto se prueba ademas de ésta manera: las semillas que se siembranla cuarta reja necesitan cien to y quince obradas de arada de bueyes; porque un campo de ésta cabida se alza aunque esté muy duro, con cincuen ta obradas, se bina con veinte y cinco, se tercia y se siem bra con» cuarenta1 : las demás legumbres emplean sesenta; ésto es, dos meses; también se computan en cuarenta y cin co dias los en que no se ara por ser de aguade fiesta , ó igualmente treinta que se les dan de descanso concluida la sementera: de ésta suerte se hace el tot.il de ocho meses y diez dias. Sin embargo sobran del año tres meses y veinte y cinco dias que emplearemosen la siembra de los tre mesinos,en la conducción del heno, de los forrages, de los estiércoles, y de las demás cosas que sean menester.

CAPITULO 'XIV. Qué legumbres perjudicanlas tierras, y cuáles les aprovechan. Pero entre las semillas que he referido , el mismo Saser na cree que hay algunas que estercolan las tierras y les son útiles, y otras al contrario, que las abrasan y desustancian. Que el altramuz , el liaba, el yero, la lenteja, la guija y el . 8o COLUMELA. alverjon la estercolan. Del altramuz ninguna duda tengo, como ni de la veza que se siembra para forrage, con tal que desde que se haya cortado verde se le eche inmediata mente el arado, y lo que haya dejado la hoz lo destroce el arado y lo entierre antes que se seque, pues ésto sirve de estiércol ; porque si las raices de ella que se han dejado después de haber cortado el forrage se secaren , quitarán al terreno todo el jugo, y consumirán su tuerza; lo que también es verosímil que suceda en el haba y demás le gumbres con que parece se engrasa la tierra: de suerte, que si no se le dá una labor al instante que se han reco lectado éstas legumbres , de ninguna utilidad seránlas se millas que en seguida deben sembrarse en aquel sitio. De todas las legumbres que se arrancan, dice Tremelio, que las mas perjudiciales al terreno son el garbanzo y el lino, por la ponzoña que dejan en él ; el uno porque es de na turaleza salada, y el otro por ser de naturaleza ardiente: lo que dá tambiénentender Virgilio cuando dice 1 : pues la cosecha del lino abrasa el campo , lo abrasa la de avena, lo abrasan las adormideras llenas de un jugo que provoca el mas profundo sueño. Y no hay duda que con éstas se millas se infesta el campo, como también con el mijo y el panizo. Pero para todo el terreno que se aniquila con las cosechas de las legumbres de que he hablado, hay un re medio eficaz, que es ayudarlas con estiércol , restableciendo con ésta especie de alimento las fuerzas que ha perdido. Y no se ha de hacer ésto solamente por las semillas que se han confiadolos surcos del arado, sino también por los árbo les y arbustos que se fertilizan en extremo con semejan te sustento. Por lo cual , si es , como parece , de la mayor utilidadlos labradores,* pienso que se ha de hablar de él con mucho cuidado, supuesto que los autores antiguos, aunque no lo han omitido, han tratado de él muy por encima. . LIBRO SEGUNDO

CAPITULO XV. De las especies de estiércol. Tres pues, son los principales géneros de estiércol: el que proviene de las aves, el que proviene de los hombres, y el que proviene de los cuadrúpedos. El de las aves se nene por el mejor, y en ésta clase el primero es el que se saca de los -palomares; en seguida el de Jas gallinas y demás aves, ex ceptuando sin embargo, el de las acuáticasnadadoras, como los patos y gansos; porque éste no solo no es útil, sino que también es dañoso ; y el ser mas de nuestra apro bación el de palomas, es porque esparcido moderadamen te sobre la tierra la hace fermentar. El segundo, después de éste , es el que hacen los hombres , con tal que se mez cle con las otras inmundicias de la casería , porque él por sí es de una naturaleza muy cálida; y por lo tanto abrasa la tierra echándolo solo. Sin embargo , para los árboles es mas apropósito la orina humana que hayas dejado añejar por seis meses; si la echareslas vides ólos frutales, con ninguna otra cosa producen fruto mas abundante; y no solo ésto , sino que mejora el gusto y el olor del vino y de las frutas. Puede también el alpechin añejo, que no tiene sal , servir mezclado con ésta orina para dar un riego útil á los árboles frutales, ylos olivos principalmente; aun que empleado solo les es también muy provechoso. Pero el uso de éstos dos líquidos es mas conveniente que nunca por el invierno, y aun por la primavera antes de los ca lores del estío, con tal que las vides y los árboles es tén también excavados. El tercer lugar lo obtiene el es tiércol de los cuadrúpedos; y en él también hay diferen cia, porque se tiene por el mejor el de los borricos, pues que éstos animales mascan con muchísima lentitud, y de consiguiente digieren con mas facilidad, y echan un es tiércol bien cocido y apropósito para emplearlo inmedia tamente en la tierra. Después de estos estiércoles , de que acabamos de hablar, es el de ovejas; en seguida el de ca bras , y después el de las demás bestias de carga , y el de] . 8a COLUMELA. ganado vacuno; pero el de los cerdos pasa por el peor de todos. Y aun también ha sido bastantemente provechoso pa ra los sembrados el uso de la ceniza y del hollín. Pero el tallo del altramuz cortado tiene lugar igualmente de un estiércol escelente. Y no ignoro que hay también cierta clase de campo en que no se pueden tener ganados ni aves; mas sin embargo, soloun labrador desidioso podrá fal tarle estiércol , aun en éste paraje ; pues puede recojer toda clase de hojas , despojos de los setos , y barreduras de las encrucijadas ; puede cortar los heléchos de la tierra del ve cino sin perjuicio de éste, antes bien haciéndole favor, y mezclarlos con la basura del corral ; puede hacer una hoya honda, y en ella juntar en un montón la ceniza y el cieno de las cloacas, la paja de los rastrojos, y las demás cosas que se barren: ésta hoya ha de ser como la que dijimos en el primer volumen se habia de hacer para recojer el es tiércol , y en medio de ella se ha de clavar un pedazo de madera de roble, para evitar que se oculten en el es tiércol las serpientes venenosas. Esto se hará en donde no tiene ganados la heredad ; porque donde hay rebaños de ellos, hay algunas oficinas que se deben limpiar todos los dias , como la cocina y la quesera ; y otras donde debe ha cerse en los dias lluviosos , como los tinados de los bueyes, y los apriscos de las ovejas. Si la hacienda es solamente de pan sembrar , nada importa que no se separen las diferen tes especies de estiércol ; pero si está distribuida de mane ra que hay en ella árboles, tierras de labor, y también prados , se ha de poner aparte cada clase de estiércol , co mo el de las cabras y el de las aves. Las demás cosas se han de echar juntas en la hoya de que se ha hablado j y re garlas de continuo con mucha agua, para que las semillas de las yerbas que se han mezclado con la paja y demás se pudran. Después en los meses del estío conviene que todo el estercolero se remueva con rastros, no de otra suerte que si dieras un agostado1fin de que se pudra con mas facili» dad, y sea apropósito para los campos. Y en efecto, tengo por poco cuidadososlos labradores que no sacan en un mes de cada cabeza de ganado menor un carro de estiércol, y de cada una de mayor diez , y otros tantos de cada hóm . LIBRO SEGUNDO 83 bre,'que puede recoger y echar en la hoya no solo sus pro pios excrementos , sino también las inmundicias del corral y del edificio. También tengo que advertir que todo el es tiércol que, recogido en tiempo oportuno, haya reposado un año, es muy útil para las siembras, porque tiene to da su virtud y no cria yerbas; pero cuanto mas añejo es aprovecha menos , porque tiene menos fuerza , y así que á los piados se eche lo mas fresco que pueda ser , porque cria mas yerba ; y que ésto conviene se haga el mes de febrero en Ja creciente tle la luna, pues ésto también coad yuva algún tantola producción del heno. Por lo demás, cuál deba ser el uso del estiércol en cada cosa, lo diremos cuando tratemos de cada una en particular.

CAPITULO XVI. En qué tiempos se han de estercolar los campos. Entre tanto , el que quisiere preparar las tierras para gra nos , si ha de hacer la sementera en el otoño , distribuirá en ellas montones pequeños de estiércol el mes de setiem bre; y si en la primavera , en cualquier tiempo del invier no, en la menguante de la luna; de suerte que haya diez y ocho carros por yugada en tierra llana , y en la pendien te veinte y cuatro; y como he dicho poco antes, no ex ten» derá los montones antes de irarar. Pero si algún motivo ha impedido estercolar la tierra en tiempo conveniente , el segundo modo de hacerlo es esparcir por la siembra antes de la escarda de almocafre, polvo de estiércol de aves, co mo quien siembra. Si éste no lo hubiere, echar con Ja ma no el de cabras , y revolverlo con la tierra por medio de almocafres: éste procedimiento fertiliza las sementeras. Y no conviene que ignoren los labradores que así como un campo que no se estercola se pone frió, del mismo modo se abrasa si se estercola' demasiado ; y que es mas conve nienteun labrador hacer ésto con frecuencia que con exceso. Ni hay duda que el terreno de mucha agua quie re mas abundancia de él que el seco : el uno porque estando frió con las continuas humedades , se deshiela por . 84 COLUMELA. medio ele él ; el otro porque teniendo calor por sí mismo con motivo de las sequedades, echándoselo con abundan cia se quema ; por lo cual no conviene que le falte seme jante materia, ni que le sobre. Si con todo eso no encon trare el labrador ninguna especie de estiércol, le será muy provechoso hacer lo que hago memoria haber practicado muchas veces mi tio paterno Marco Columela , labrador muy instruido y aplicado, quelos terrenos arenosos les echa ba greda , ylos gredosos y muy densos arena ; y por éste medio , no solo excitaba las sementerasacudir mucho , si no también formaba unas viñas hermosísimas. Pues decia él mismo que no se debia echar estiércollas viñas , por que corrompía el gusto del vino , y que era mejor material para tener vendimias abundantes la tierra amontonada en los muladares,la de los setos;ñnalmente otra cual quiera tomada de otra parte, y traida adonde se ha de echar. Por último, yo creo que si el labrador se halla des» tituido de todas éstas cosas,lo menos no le faltará el fa cilísimo recurso de los altramuces; que 6Í los echala tierra acia los idus de setiembre, los cubre con el arado, y luego los corta en tiempo oportuno con el mismo ,con la azada , le servirá como una capa de excelente estiércol. Pe ro el tiempo de cortar el altramuz en los terrenos areniscos es cuando haya echado Ja segunda flor; y en los rojos cuando haya echado la tercera. En los primeros se entierra cuando está tierno, para que se pudra prontamente, y se incorpore con el suelo endeble : y en los segundos cuando está mas recio, porque sostiene mas tiempo los terrones duros, y los mantiene levantados, para que calentándose con los soles del estío se deshagan.

CAPITULO XVII. Cómo se forman los prados. Y el labrador podrá ejecutar éstos preceptos si no solo hu biere acopiado los géneros de forrage que he referido , sino también heno en abundancia para que pueda mantener mejor el ganado de la labor , sin el cual es difícil cultivar bien la tierra ; y por tanto le es precisa también la labor de . LIBRO SEGUNDO los prados,la cual dieron los antiguos romanos la prima cía en los objetos del cultivo. También le pusieron el nornbre de pratum,>qne viene de paratum, porque desde lúe* go estaba preparado, y no necesitaba gran cuidado. Marco Porcio hizo mención también de las ventajas que tienen de no padecer con las tempestades, como otras partes del campo, y la de que ,< sin necesitar de gasto alguno, redi tuaban todos los años, no por un lado solo, sino por dos, pues no rinden menos en pasto que en heno. Debemos observar que hay dos géneros de prados , de Jos cuales uno es de secano y otro de riego. En Ja llanura fértil y pingüe no se necesita que entre arroyoregarla, y pasa por me jor el heno que por su propia naturaleza se cria en un sue lo jugoso , que el que se producefuerza de aguas , las cua les sin embargo son precisas , si la poca substancia de la tierra las exije ; pues el prado se puede hacer tanto en la tierra apretada como en la suelta, aunque sea endeble, ha biendo proporción de regarla; y la llanura no debe tener un1^ situación honda, ni la colina escarpada; lo uno para que no esté parada mucho tiempo el agua que se recoge en ella; lo otro para que no corra al instante despeñada. Sin embargo un campo con mediana pendiente, si es pingüe ó dé riego, puede hacerse prado. Pero sobre todo se tiene por buena para éste objeto la llanura que teniendo un peque ño declive no deja parar las aguas de las lluviasde los arroyos que corren por ella,si le sobreviene alguna hu medad va saliendo lentamente. Y así si hay en alguna par te chancos de agua estarp'cada se ha de echar fuera por me dio de atajeas. Porque-'íante' la-abundancia como la escasez de aguas son la perdición de las yerbad '>

CAPITULO XVIII. » .'i" .ii : ».11 *(>i' . ' " j Cómo se cultivan los prados después de haberlos formado. Pero el cultivo de los prados quiere mas cuidado que tra bajo. Este cuidado consiste en primer lugar, en no dejar cepas, ni espinas, ni yerbas que tomen mucho incremento; arrancando unas antes del invierno por el otoño , como las zarzas , el monte bajo , y los juncos ; otras la primavera , co mo las chicorias y las espinas cpjc salen en el solsticio: en no consentir que pazcan en ellos los cerdos, porque soca ban la tierra con el hocico, y levantan los céspedes; ni tampoco el ganado mayor, sino cuando el suelo está muy seco, porque no estándolo se les sumen las pesuñas, piso» tean las yerbas, y cortan sus raices. Asimismo en socorrer con estiércol el mes de febrero en la creciente de la luna las tierras mas endebles y las que están en pendiente. Tam bién se deben recoger todas las piedras, y si hay algunas co sas que estorbenlas guadañas , para sacarlas y llevarlas le jos, y estorbar la entradalos demás ganados mas temprano ó mas tarde según la naturaleza de los sitios. Hay también algunos prados que por su mucha vejez están cubiertos de un musgo antiguogrueso; los que suelen remediar los labradores sembrando en ellos semillas que sacan de deba jo de las hacinas de heno,echando estiércol: ninguno de los cuales remedios es tan útil como esparcir repetidas ve ces ceniza; pues ésta destruye el musgo. Sin embargo éstos remedios son muy lentos, siendo el mas eficaz de todos arar de nuevo el sitio. Pero los cuidados que acabamos de referir se han de emplear en los prados que hayamos ad quirido ya formados. 3Ias si se han de formar nuevos,re novar los antiguos (porque hay muchos, como he dicho, .que se envejecense hacen estériles por descuido), con viene ararlos alguna vez, aun con la mira de sembrarlos de granos , porqm; éstas clases de tierras después de haber es tado descuidadas por mucho tiempo , dan abundantes co sechas. Aquel terreno, pues, que hayamos destinado para prado , después de haberlo alzarlo en el estío, y dádole mu chas rejas en el otoño lo sembraremos de nabasde na bos,aunque sea de habas; después al año siguiente de trigo; el tercero lo ararémos bien, y arranca rémos de raiz todas las yerbas mas fuertes, las zarzas y los árboles que hubiere,no ser que el querer aprovechar el fruto de és tos nos muevano arrancarlos; después sembraremos ve za mezclada con las semillas del heno; en seguida desterronarémoscon escardillos, e igualarémos el terreno, haciendo pasar por él unos zarzos, y esparciremos la tierra que éstos . LIRRO SEGUNDO 87 amontonan al dar las vueltas ; de suerte que en ninguna parte pueda tropezar el hierro de la guadaña. Pero ésta veza no conviene segarla antes que haya madurado muy bien, y que haya dejado caer al suelo algunas semillas: entonces conviene que entre el segador, siegue, y haga haces de la yerba segada , los que se sacarán', en seguida regar el ter reno , si hubiere proporción de agua , con tal sin embargo que la tierra sea muy densa, porque si es suelta, no con vendrá introducir grandes corrientes de agua en ella, antes que esté apretada y sujeta con las yerbas, porque el ímpetu de aquella, inundándola tierra descubre las raices de las yerbas y no las deja que prendan ; por lo cual no conviene que entren los ganados en los prados mientras están todavía tiernos , sino segar la yerba conforme vaya creciendo; pues, como ya he dicho antes , cuando e6tá blando el suelo clavan las pesuñas en él , y cortando las raices de las yerbas , no las dejan extenderse ni espesarse. Sin embargo en el segundo año permitiremos que éntre el ganado menor después del corte del heno , con tal que la sequedad y la cualidad del terreno lo permita. En el tercero cuando el prado esté mas sólido y firme, podrán e/itrar en él también Jos ganados mayores. Pero sobre todo se ha de tener cuidado de echar estiércol mezclado con semillas del heno en los sitios mas endebles, y principalmente en los mas elevados, ácia los idus de fe brero , después que se pone el sol por el lado donde sopla el Favonio; pues que el sitio superior dá éste alimentolos inferiores, porque las lluvias que sobrevienen,el agua diri gida por mano del hombre, llevan consigola parte mas baja el jugo del estiércol; y por ésto los labradores prudentes aun en ias tierras labradas echan mas estiércol en las colinas que en los valles;causa de que, como he dicho, las lluvias traen siempre la materia mas pingüelos sitios mas bajos.

CAPITULO XIX. Cómo se haya de cuidar y guardar el heno después de segado. , Pero el mejor tiempo de segar el heno es antes que se seque , porque se recoge con mas abundancia , y da un ali ...T mentó mas agradablelos ganados. Y en el secarlo se han de guardar sus límites, porque no se ha de recoger muy seco, ni por el contrario verde: lo uno porque cuando ba perdido todo el jugo es lo mismo que paja; lo otro porque si ba conservado! demasiado , se pudre en la cámara; y mu chas veces en calentándose se quema y ocasiona incendio. Agunas veces también así que hemos cortado el heno, lo ha cogido de improviso la lluvia; y si se ha calado, es inú til moverlo mientras esté húmedo;, y será mejor dejar que se seque al sol la parte superior: después volverlo, y en es tando enjuto por ambas partes, lo dispondremos en filas es trechas, y estando así iremos haciendo haces que ataremos. Y no tendremos detención de modo alguno en amontonar lo dentro de la casería, y si no hubiere proporción de llevar loellade atarlo en manojos,lo menos convendrá formar bacinas de todo lo que se ha secado del modo que se debe , de manera que remate en punta. Pues de ésta 6uerte se preserva el heno muy bien de las lluvias, y aun que no las haya, no es fuera de propósito hacer éstas ba cinas, para que si las yerbas tienen alguna humedad la su den y se consuma en los montones; por lo cual los labra dores prudentes, aunque ya esté el heno en b casería no lo hacinan antes de haberlo dejado amontonado sin arreglo por unos pocos días , para que se recueza y fermente entre sí. Pero va viene después de la siega del heno el cuidado de la recolección de los granos , y para poderla hacer bien se han de preparar antes los instrumentos con que se ejecuta.

CAPITULO XX. ' De la formación de la era. , -<.! . -" La era también si fuere terriza,fin de que sea bastante mentepropósito para que se trille en ella , en primer lugar se ha de rozar , en seguida se ha dé cavar y regar con alpechin sin sal, al que se habrá mezclado paja, pues ésto deenderá los granos del estrago de los ratones y hormigas; depues apriétese, allanándola con pisones,con una pie dra de molino que se haga rodal sobre ella, y echando pa . LIBRO SEGUNDO 89 ja, se apisonará otra vez, y estando así se dejará secar al sol. Sin embargo, hay también algunos que prefieren des tinar para la trilla una parte de los habares inmediatos, y forman en ella una era perfecta, después de haber segado y recogido las habas; porque al paso que van las bestias trillando éstas mismas habas, se destrozan también las yer bas con el casco de sus pies, y de ésta suerte queda aquel sitio limpio de ellas, y queda hecho una erapropósito para las trillas. >

CAPITULO XXI. De la siega y de la trilla. Pero cuando la mies estuviere madura, siegúese pronta mente antes que se queme con los calores del estío que son excesivos al nacer la canícula; pues la tardanza es per judicial : en primer lugar porque se la comen los pájaros y los demás animales ; en segundo porque los granos y las mismas espigas , secándose las cañas y Jas aristas , se caen prontamente, y si sobrevienen huracanesremolinos de vientos, la mayor parte se revuelca. Por lo cual no se ha de dilatar la siega, sino se ha de hacer así que los sembra dos estén uniformemente dorados, y antes que los granos se endurezcan del todo, cuando empiecenponerse rojos, para que mas bien engruesen en la era y en la hacina que en la tierra 1 : pues es constante que si se han segado á tiempo toman incremento después. Pero hay muchísimos modos de segar : muchos cortan la caña por medio con gua dañas, y éstasde un filo solo y encorvado,con dientes; muchos quitan la espiga misma con horquillas, otros con rastrillos; y ésto es muy fácil en el sembrado claro, pero en el espeso muy dificultoso. Mas si la mies se ha segado con hoces y guadañas , y lleva consigo parte de la caña , se amontona inmediatamente en una hacina,se lleva al nubilario, y después que se haya oreado como corresponde con el calor del sol, se trilla: en jugar de que si se han cortado solamente lás espigas, pueden llevarse al granero, y después al invierno apalearlastrillar con bestias. Pero si sucede que se trille la mies en la era , no hay duda alguna . 9o COLUMELA. que ésta operación se hace mejor con caballos que con bue yes; y si hay pocos pares podrás ponerlescada uno un trilloun carro sin ruedas; pues estas dos cosas desbara tan las cañas muy fácilmente. Y si las espigas están solas, es mejor apalearlas con estacas y cribarlas con arneros. Pe ro cuando el grano está revuelto con la paja , se separa lo uno de lo otro por medio del viento: para ésto se tiene por excelente el Favonio que sopla suave y uniformemen te en los meses del estío; sin embargo solo un labrador descuidado será el que lo espere, porque mientras se está aguardando, nos sorprende el rigor del invierno. Y así los granos que se han trillado en la era, se han de amonto nar de manera que se puedan aventar con toda clase de vientos. Pero si por muchos dias no soplare el viento por parte alguna, se acribarán con harneros, no sea queuna calma muy larga suceda una furiosa tempestad , que haga ilusorio el trabajo de todo el año. En seguida convendrá limpiar otra vez los granos, que están limpios, si se van á guardar para muchos años , pues cuanto mas lo están menos riesgo tienen de que los roigan los gorgojos. Pero si se des» tinan para gastarlos inmediatamente, no es preciso volver loslimpiar, y será bastante refrescarlosla sombra, y en seguida llevarlos al granero. El cuidado que se ha de tener con las legumbres, no es tampoco distinto del que se tiene con los demás granos, pues ellas también,se gas tan al instante,se guardan. Y he aquí el principal emo lumento del labrador, recoger los granos que había confia dola tierra.

CAPITULO XXII. De las cosas que se permitenlos labradores hacer en dias feriados, y de las que no se les permiten. Pero, como nuestros mayores han pensado que 1 lo mis mo se debia dar cuenta del descanso que del trabajo , noso tros también creemos que se ha de. advertirlos labrado res lo que deben hacer, y lo que no han de hacer en los dias feriados. Pues hay cosas, como dice el poeta % que permiten el derecho y las leyes ejercer en los dias de fiesta» . LIBRO SEGUNDO 9i Ninguna religión ha prohibido dar corrientelos arroyos, poner setouna sementera, lazoslos pájaros, ni bañar el rebaño de ganado lanar en un rio de aguas saludables. Aunque los pontífices niegan que se pueden cerrar con se tos los sembrados en dia de fiesta , y prohiben que se ba ñen las ovejas para mejorar la lana, y solo permiten que fe haga por medicina, Virgilio previno como era licito bañar el rebaño en los dias feriados; y por ésto añadió que se metieran en un rio de aguas saludables, pues hay enfermedades por cuya causa es útil bañarlo. Pero en las festividades también hay trabajos que permiten los ritos de nuestros mayores: éstos son moler la escaña3, aviar las teas, hacer velas de sebo, cultivar la viña arrendada, lim piar y sacar el fango de las piscinas, balsas y hoyas anti guas4, repasar los prados, extender el estiércol, poner el heno con arreglo en las cámaras, recoger los frutos de los olívales arrendados, extender las manzanas, las peras y los higos, hacer queso, traer acuestasen mulo de albarda árboles para plantar; pero no se permite traerlos con mulo uncidoun carro, ni plantar los que se han traido, ni labrar la tierra, ni podar el árbol, y ni ¿un trabajar en la siembra como no hayas sacrificado antes un cachorro, ni cortar heno, ni atar los haces de él , ni con ducirlos; ni tampoco es permitido por los ritos de los pon tífices hacer la vendimia en los dias de fiesta , ni esquilar las ovejas sin haber hecho antes el sacrificio del cachorro. También es lícito hacer arrope y arropar el vino; asimismo lo es coger las uvas y aceitunas para aliñarlas; no lo es cu brir con pieles las ovejas. Todo lo que bagas en el huerto con respectolas hortalizas es permitido. No lo es enterrar un muerto en las fiestas públicas. Marco Porcio Catón dijo que no hay fiestas algunas para los mulos, los caballos ni los borricos. Y el mismo permite que se unzan los bueyes para traer leña y granos. Nosotros leemos en los ritos de los pontífices, que no es permitido uncir los mulos en las fies tas denicalesJ solamente, y que en las demás lo es. Tengo por cierto que algunos, viendo que en éste. lugar he hecho mención de lo que se suele hacer y omitir en Jos dias de fiesta , desearán que les diga los ritos que usaron los anti» . 9» COLUMELA. guos en las lustraciones y demás sacrificios que se hacen por los frutos de la tierra 6: yo no reuso el trabajo de ense ñarlos, pero lo dejo para un libro que tengo ánimo de componer luego que haya escrito todo lo concernientela ciencia del cultivo7. Entretanto daré fin al presente tratado, para decir en el siguiente libro lo que han enseñado los au tores antiguos sobre las viñas y sobre las vides maridadas á árboles, y ademas lo que yo mismo he descubierto después. NOTAS AL LIBRO SEGUNDO. Notas al

CAPITULO II, 1. Georg. lib. 2, núm. 204. 2. Catón sin embargo en el capítulo Ide su obra de Agri cultura no dalos prados sino si quinto lugar. 3. Georg. lib. 1, v. 250. 4. Omitió Columela hablar de las vides, en las cuales (co mo él mismo dice en el cap. 1, lib. 4) basta la profundidad de de tres pies de tierra de igual bondad. Notas al

CAPITULO IV. 1. Plinio en el libro 18 , cap. 20, dice que el terreno mas denso, como es comunmente el de Italia, es mejor sembrado á la quinta reja, y el de Toscanala novena. %. Los, romanos no ponían las fechas como nosotros por el número de los días del mes. Tenían en él tres épocas princi pales,saber: los Idus, las Nonas, y las Calendas. Los Idus dividían el mes en dos partes, y caían en los dias quince de los meses de marzo , mayo, julio y octubre, y trece de todos los otros, según nuestro modo de contar. Las Nonas, llamadas así porque eran el dia noveno antes de los Idus, eran por consi guiente el dia siete de los cuatro meses que hemos dicho pri mero, y el cinco de todos los otros, de donde venía la diferen cia de las Nonas septimanas y quintanas. Las Calendas eran el primero de cada mes. Todos los dias desde la una de éstas épo cas hasta la otra tomaban el nombre de la que venía inmedia tamente después. Así se decía tal dia antes de las Nonas, tal dia antes de las Calendas, tal ántes de los Idus: por consi guiente, siendo el dia séptimo ántes de los Idus de febrero el siete del mismo mes, el dia que le precede es el seis. . LIBRO SEGUNDO 93 % Para esto es menester suponer que el año siguiente no se habrá remediado este mal, y que no se habrá dadola tierra en ese año mas que su preparación ordinaria, por no haber hecho reparo en lo que causaba la esterilidad. 4 Efectivamente los lomos que están entre los surcos , co mo están mas elevados que éstos, son la parte mas seca de la tierra labrada ; en lugar de que siendo el surco la mas húme da, porque en él se junta el agua de la lluvia, es también la parte mas propia para recibir el grano. Notas al cAPiTüto VI. i Traduzco semen adoreum por escaña. Saboureux en la nota 1.a al cap. 34 de la obra de Catón de Re rustica pregunta qué es ador y y deja al cuidado de otros el referirnuestros granos y á nuestras legumbres modernas todas aquellas cuyos nombres nos han dejado los antiguos: añade que quizá no habrá inves tigación mas útil que ésra; pero que pide mucho conocimien to y lectura. El motivo que yo he tenido para creer que es la escaña , es en primer lugar que está encerrado su grano en una gluma fuerte y durable, como dice nuestro autor al fin de cap. 8 de éste libro: en segundo el necesitarse para sembrarlo doble cantidad que de trigo -. y en tercero el recibir menos daño con la humedad, como asegura al fin de éste

CAPITULO: to do lo cual conviene perfectamentela escaña, y nootro grano alguno que yo sepa. De esta misma opinión es don Estevan Boutelou en una notasus observaciones sobre la cebada ra mosa que se hallan en el tomo 20, pag. 177 y siguientes del Semanario de Agricultura, fundado en que la descripción del Jar adoreum que hace Plinio en el lib. 18, cap. 7 de su His toria natural cuadra perfectamentela escanda. Sobre las cua lidades de la escaña que en otras provincias de España se lla ma escanda, esprilla, espelta 6 carraón, y sus variedades, se puede ver la última edición de Herrera tomo 1 , pag. 73 y si guientes: yo tengo sembradas ocho variedades que he debido á (a generosidad del catedrático de Agricultura don Antonio SandaTio de Arias. 2 Gesnero dice que venucula es equivocación de los li breros, y cree debe restituirse vermícula , que significa entre los escritores de la edad media roja; y que rutilum que significa lo mismo, es glosaexplicación de vermtculum. Saboureux quie re mantenerpesar de esto la variedad venuculum que lo ha ce común al adoreum blanco, y ai rojo, contra lo literal del original, y quiere que se llame asicausa de las venas peque ñas que tiene. 3 De altea, y según Gesnero es lo mismo: Plinio lo hace distinta especie de grano que el adoreum j pero tiene los mis . 94 ' COLUMELA. mos caracteres de éste. También llama el mismo Plinio altea á una composición hecha con granos de cea majados y una gre da particular que se halla entre Puzzol y Nápoles. Nota al

CAPITULO VIL i. Daré siempre el nombre de legumbrestodas las plan tas que llamaban los romanos legumina , conformela etimo logía de ésta palabra, que se aplicaba entre ellostodo lo que se cogía arrancándolo sin segarlo. ... NoTAS -AL

CAPITULO VIII. 1. Georg. lib. I, v. 219. 2. Id. ibid. t. 214. Notas al

CAPITULO IX. T. Cuando se siembra en el otoño ^e necesita menos grano que si se siembrala entrada del invierno. Pues éste último no se puede fortificar por causa de los frios , ni echar muchos gérmenes, y las heladas pierden muchos granos; de suerte que si no se siembra una gran cantidad de ellos, la cosecha será mediana: en lugar de que el que se siembra primero y en un tiempo en que hace todavía calor, adquiere fuerza, y se ex tiende por debajo de tierra antes de los frios; y como necesita mayor espacio para crecer se siembra mas claro. Por lo mismo cuando se siembra en tiempo lluvioso se echa mas claro que en el seco, pues la sequedad hace tanto daño al grano como el frió, como que dálos animales subterráneos proporción de roerlo. 2. Porque como las cañas, del trigo son perpendiculares á la base de las colinas, no puede haber mas cañas que lo que dé de sí dicha base. 3. No ocurre otra razón de ésta diferencia, sino que dis minuyendo la sombra y las raices de los árboles la bondad del terreno, conviene compensar el perjuicio que resulta de esto con la abundancia de simiente. 4. Plinio en el lib. 18, cap. 12, núm. 3 dice: lo hay tam bién bimestre (habla del trigo). Tanto se engaña Columela que ha creido no haber trigo que fuera propiamente tremesino. Pe ro ya dioesto Harduino una buena respuesta, diciendo que Columela no negaba que hubiese trigo tremesino, sino que fuese diverso del que sembrándose en el otoño acude mejor. Este pasage, dice Saboureux, puede probar lo que había ya di cho en su prólogo, que Plinio procura morder sin razónCo lumela. j. Yerba puntera. 6. Virg. Georg. lib. I, v. 197. 7. Gesnero pone aquí una nota muy larga para probar que . LIBRO . SEGUNDO 95 el hordeum exastichitm es el centeno llamado en latín sécale; porque este grano , dice, tiene en bondad el primer lugar des pués del trigo: su caña es quebradiza; y su grano, como no está cubierto de cascarilla, se cae pronto: por lo qué como en tre las plantas cereales no tengamos ninguna especie que se acerque mas que el centenoesta cebada exástica , cree que es el mismo. Saboureux se conforma con ésta opinión, pero yo no , pues pienso que la cebada exástica és verdadera ce bada, porqueella y no al centeno convienen todas las pro piedades que le atribuye Columela. El centeno no tiene la ca ña frágil, y la cebada sí. Aquel se siembra solamente en tier ras endebles, y ésta en las que lo son y en las muy buenas. La fínica cualidad que no le conviene es la de tener los granos descubiertos, pero está la gluma tan adheridaellos que pue den pasar por descubiertos. Y aun el mismo Gesnero advierte que el centeno no tiene su espiga con seis órdenes como debía para llamarse exástica, ni tampoco es grano que se acostumbra darlos caballos, como debia serlo para llamarse caballuna ó cantherina , y la cebada sí. No es Columela el único autor ue hace mención de la cebada exástica, pues la hace también linio en el lib. 18, cap. 7, donde asegura que la cebada tie ne el grano muy desnudo. De los modernos Línneo la hace una de las especies del género cebada; y don Claudio Boutelou en Ja 2.a adición al cap. 8 lib. 1 de la Agricultura gene ral de Herrerala cebada ramosa, con cuya opinión me con* formo, pues yo he sembrado esta cebada y tiene las seis órdenes. 6. Lib. 1 Georg. v. 137. Notas al

CAPITULO X. 1. De septimontium, que era una fiesta que se celebraba en Roma el mes de diciembre poco antes de los Saturnales, en memoria del día en que se había incluido en el recinto de la ciudad la séptima colina. 2. Esta palabra significa la acción de ocultarse, y se aplica al principio de la menguante de la Luna, que se verifica lue go que deja de precederlos rayos del Sol que está diametralmente opuestoella, de suerte que no solo no los precede, sino los sigue. 3. Lib. 1, Georg. v. iof, . 4. Efectivamente la era (segunVarron lib. I, cap. ji n.° debe ser redonda,, y de consiguiente el espacio mas largo que hay en ella es el medioel diámetro. 5. De Aries, que significa carnero, porque se asemejala cabeza de este animal, como dice Plinio en el lib. 18, cap. 12. 6. Cartaginés. . $6 t COLUMELA. ' Notas al

CAPITULO XI.' -< 1 Este lugar confirma también lo que se ha dicho en el pró logo,saber: que ia división por capítulos no es deColumela, que seguramente no había de continuar la oración si hu biera querido empezar con éstas palabras un nuevo capítulo. 2 Los antiguos distiguían dos especies de dias, naturales y civiles. Los naturales estaban compuestos de veinte y cuatro partes iguales, contando desde la media noche de un dia has ta la del siguiente , de suerte que contenían dos medias no ches y el dia claro intermedio : éstas partes se llamaban horas equinocciales, según dice Saboureux. Los civiles se componían de doce partes iguales, contando desde que salía el Sol, hasta que se ponía, y éstas partes se llamaban horas temporales ó vulgares, Aqui se trata de las horas de los dias civiles , y así es fácil sabercuál de las nuestras, que son ¡guales, corres ponden las de Columela, que se alargan y se acortan según las estaciones. Notas al

CAPITULO XII. 1 La semilla que no tiene dos lóbulos ,la mono cotiledón. 2 La que tiene dos lóbulos, llamada dicotiledon. Nota al

CAPITULO XIII. i Es decir que de éstos cuarenta dias se deben emplear veinte en terciar y otros veinte en cuartear al mismo tiempo que se siembra, pues se trata de un terreno que necesita cua tro rejas. Nota al

CAPITULO XIV. í i Georg. lib. I, v. 77. Nota al

CAPITULO XV. 1 Labor que se d.í en San Lucar de Barrameda y otras partesla tierra para prepararla al plantío de viñas: los roma nos la llamaban ptfstinatio j y repastinatio; ylos instrumen tos con que la ciaban ptist'tnum. La de estos últimos que es la misma la describe nuestro autor en el cap. 18, lib. 3 de esta óbr a. Nota al

CAPITULO XXI. 1 Piinio en el lib. 18, cap. 30, dice: el trigo mientras mas presto se siega mas hermoso y mas fuerte es. Aqui no di ce lo que nuestro autor; pero Gesnero y Saboureux quieren que lo diga. El primero de estos, a quien copia el segundo, dice creer que los granos se engruesan en la era en el caso de que después de la sequedad que los encogió, venga aire un poco mas frió y húmedo, que penetrándolos los hincha, y de con siguiente se ponen mas gruesos. Nosotros tenemos una expe riencia muy constante de que el trigo crece en el granero , y . LIBRO SEGUNDO 97 yo he visto multar muchas v«ces la Superintendencia general de pósitoslas Intervenciones por compensación de créces na turales» No así la cebada, que merma, como todos saben. Notas ax

CAPITULO XXII. ! 1 Cicerón, en la oración por Plancio cap. 27, cita coa elogio este adagio, y dice haberlo escrito Catón en el princi pio de su libro de los orígenes. Por el contrario Galba solia decir que í nadie se podía obligardar cuentas de su descanso. 2 Virg. Georg., lib. I, v. 268. 3 En un mortero para que soltara la gluma , pues el tri go la soltaba en la era. 4 Esto es lo mismo que dice Virgilio , dar corriente á los arroyos. ,t I\! 1. 5 Estas fiestas eran particulareslas familias en que habia muerto alguna persona. Se cree que se llaman así por los diez días que duraban. . 6 Este es un objeto que parece pertenecerla Agricultu ra , pues Catón no ha creído deberlo omitir en su obra so breella. •» > . -.\ • t 7 Si Columela ha escrito esta obra , no ha llegadonoso- "o^.., . ,,. ' : ..;.. , .. . ...i S . »•" ." " > , ¡ .':ii. :il'; 'u LUCIO JUNIO MODERATO GOLUMELA. De las cosas del campo. , . . LIBRO TERCERO.

CAPITULO L : Qué especie de vid convengacada terreno ycada clima. íasta aquí hemos tratado del cultivo de los campos que Ha se siembran-, como dice el mejor de los podas1. Pues nada nos impide, Publio Silvino, que habiendo de tratar de los mismos objetos que él , demos principioeste libro con el del segundo de su celebérrimo poema. Se sigue el cu» lado de los árboles, que es parte y aun muy principal de la Agricultura. Las especies de ellos son diversas y mu chas sus formas: poiqóe hay variedad de ellos que (como dice el mismo autor') vienen espontáneamente por sí mismos y Vm ser violentados por hombre alguno, y otros muchos tjfobien vienen plantados p<(r muestra mano. Pero los que no se producen. con el auxilio-jle 'kísiliombres y son silvestres y bravios, llevan las hutassemillas naturales propiascada cual: en lugar de que los que se cultivan son maspropósito para llevar frutos de que nos alimente mos. De esta especie pues se ha de hablar antes, la cual se divide en otras tres. Porque de un renuevo procedeun árbol propiamente tal, como el olivo;un arbusto, como el rosal de los campos;una tercera clase de producción, que no llamaré propiamente árbol ni arbusto, tal es la vids. Esta la anteponemos justamentetocias las plantas, tanto por la dulzura de su fruto, como por la facilidad con que . LIBRO TERCERO 99 corresponde al cuidado de los mortales, casi en todos los paises y bajo todos los climas, exceptuando los glaciales ó Jos muy ardientes, y con tanta felicidad en las llanuras co mo en las colinas, no menos en las tierras apretadas que en las sueltas, muchas veces también en las endebles como en las pingües, y en las secas como en las húmedas. Sola mente ésta planta es la que sobre todo tolera las dos in temperies del aire, bien esté bajo un cielo frió, bien bajo uno caloroso y sujetotempestades. Sin embargo es intere sante saber qué especie de viña piensas cultivar, y qué gé nero de cultivo darle, según la diferente posición del pais, pues no espropósito un mismo cultivo para todo clima y terreno, y no solo no es siempre una misma la especie de ésta planta, sino que no es fácil de decir cuál es la mejor de todas, enseñando la experiencia que en cada pais las hay que le son masmenos propias. Tendrá por cierto el cultivador inteligente que el vidueño propio para llanuras es el que aguanta sin perjuicio las nieblas y la escarcha; pa ra la colina el que tolera la sequía y los vientos: al campo pingüe y fértil dará la vid endeble, y que no sea natural mente fecunda en demasía ; al delgado la feraz ;la tierra apretada una vid fuerte y que eche muchos sarmientos; á la suelta y fértil una que los eche claros. Sabrá que en sitio húmedo no es bueno plantar vides cuyos racimos tengan granos tiernos y muy gruesos, sino de hollejo duro, peque ños y con muchos cuesquezüelos , y que en el seco convie ne poner vides de diferente naturaleza. Pero no ignorará ademas el dueño del terreno que puede mas que él la tem peratura del aire, friacálida, secahúmeda, abundan te de granizo y ventosasosegada, serenanebulosa: y que pondrá bajo la nebulosa y fría-vides de dos especies, ó tempranas, la madurez de cuyos fiutos se anticipará al in vierno:de grano firme y duro cuyas uvas dejan caer la flor con mas seguridad en medio de las nieblas, y se sazo nan con las heladas y escarchas como otras con los calores. Bajo del clima ventoso y tempestuoso plantará con con fianza las mismas vides firmes y de grano duro: por el con trario en el cálido las que tengan el grano tierno y los ra cimos apretados *:
CAPITULO IL Qué vides se hayan de poner en las inmediaciones del pueblo para uvas de comer , cuáles para vino. Nom bres y cualidades de las vides masmenos generosas. . I . . ;•" -'!' :' ,i \ c >= . •í'O'' ''ílli .ii>< .' Pero la viña se planta para comer su frutopara hacer con ella vino. Para comer la uva , no conviene poner viñas si no está tan inmediata al pueblo la tierra donde se van á . LIBRO TERCERO 101 plantar, que tenga cuenta vender el frutolos que lo com« pran, sin tener el trabajo de guardarlo, como se hace con la fruta: y en estando en éste caso, se han de poner prin cipalmente vides tempranas, jaénes purpúreas y teta de vaca, datilillos de Rhodas, de Lybia, y cabrieles: y no solo se deben plantar con éste fin las que son recomenda bles por el sabor grato de su fruto, sino las que lo son por su hermosa vista, como las afestonadas, las tripedáneas, las deonzaunciarías, las cydonitas; también aquellas que para que sean durables en los tiempos de in vierno se guardan en vasos, como las venúculas y las Numisianas, que poco ha se ha experimentado ser útiles para éste objeto. Pero, cuando se trata de hacer vino, se elige una vid que produzca mucho fruto y crie mucha madéra: lo primero contribuyela utilidad del cultivador, y lo otrola larga duración de la planta. Mas la mejor es la que no se cubre muy temprano de hoja, deja caer pronto la flor, y no madura el fruto demasiado tarde, se defiende al mis mo tiempo fácilmente contra las escarchas, la niebla y la quemadura, y asimismo no se pudre con las lluvias, ni se destruye con las sequías. Tal la hemos de elegir, aunque sea medianamente fecunda , con tal que se tenga un terre no en que el vino sea de un sabor excelente, y se venda caro: porque si es malo y ordinario, conviene plantar cual quiera vid , en siendo feraz , para que multiplicando el pro ducto se aumente la renta. Pero por lo común en cualquier terreno los llanos dan vino con mas abundancia , aunque las colinas lo producen mas agradable: y éstas mismas son mas fértiles si el clima es templado y están expuestas al norte; pero si lo están al mediodía son mas generosos los vinos*. Y no hay duda que es tal la naturaleza de algunas vides , que según la posición de los lugares , unas veces son superiores y otras inferioresellas mismas. Solas las amineas se dice que exceden en el gusto de sus vinostodas las demás, en cualquier clima en que se hallen, con tal que no sea demasiado frió, aunque degeneren , por mas que comparadas entre sí , den unas veces vino de mejor gusto y otras de menos bueno. Sin embargo de ser todas de un mismo nombre , no es una sola la especie de ellas. Hemos; 93 . ica COLUMELA. , ; " conocido dos especies de amineas verdaderas , de las cuav les la menor deja caer la flor mas prontq-y: mejor que la, mayor : es buena para maridarla con árboles, y para aplicar la al yugo: para el primer caso quiere tierra pingue, para, el segundo mediana: se aventaja muchola mayor, por», que resiste con mas firmeza las lluvias y los vientos: pues ésta se pierde cuando está en flor y, mas si está ,apl'i,cada al, yugo, que estando maridada con árboles v por locúal no es( á propósito para viñas, y aun apenas para .maridarlaár-, boles, sino en tierra muy pingüe y húmeda, pues en la mediana no prospera, y en la endeble mucho menos. Se reconoce por la multitud de sus largos sarmientos, pámpanos y racimos, y por la magnitud de sus uvas:. los cañutos son también mas largos: la menor le excede en la abundan-* cia de fruto , pero no en el gusto. Estas dos especies «orí ambas amineas, pero hay también otras dos que son las amineas dobles: éstas se llaman gemelas, porque echan racimos dobles, dan un y'mo mas áspero» de igual; duracLonal de las anteriores. La menor de ellas es muy conocida, por todos» porque, viste en la Campania las celebérrimas, colinas del Vesubio y las de Sorrento; lozana en. medio de los favonios del estío la incomodan los vientos australes, y asi en las demás partes de Italia no es tanpropósito para viñas como para el árbol, al paso que en los antedi chos países el yugo, mantiene muy. cómodamente la ma dera y el fruto. Su racimo no es muy diferente del de la aminea pequeña verdadera , sino en que es doblen lo mis mo que el de la doble grande se parece al de la verdadera grande^ la cual sin, embargo es. mejor que la menor en ser: inas fecunda, aún en,;terreno mediano; en lugar que# (comp ya hemos dicho) aquella no corresponde sino en éi, muy pingüe. Algunos también celebran muchísimo la aminea borrosa, que se llama así no porque ella sea la que se pone blanca solamente con la borra entre tpdas las amineas, s,ino porque. $us'¡ >hojaa están mas blancas que. las 'de todas las dornas. A la verdad dá bueq vino, pero es mas . ligero que el de las anteriores : también echa mu cha. madera, y por ,ésto,causa de la espesura de los pám panos^ deja caer menos bien Ja flor muchas veces, y . ella. . LIBRO TERCERO to3 misma se pudre con frecuencia , en estando el fruto ma duro. Ademas de este número de amineas que hemos re ferido, hay otra aminea singular, no desemejantela ge mela mayor al primer golpe de vista de 6us pámpanos y tronco , pero algún tanto inferior en el gusto de su vino, aunque muy generoso: es preferible tambiénla próxima anterior por las buenas cualidades que le son propias: pues es mas feraz, deja caer mejor la flor , sus racimos son apre tados, blanquizcos y de grano mas grueso, y no degenera en la tierra endeble, y así se numera entre las vides mas fecundas. Las nomeatanas van después de las amineas en la generosidad -del vino , pero en la fecundidad aun las preceden , como que se cargan con frecuencia y conservan muy bien el fruto. Y en éstas es también mas feraz la me nor, cuyo pámpano tiene menos profundos los senos, y cuyos sarmientos son mas rojos que los de las amineas, y por este color se llaman rebeliones', y también f canias porque su vino deja posar mas heces que el de las demás. Pero ésta incomodidad la recompensan con la multitud de uvas que producen armadas en el yugo, pero mejor sobre el árbol. Sufren fuertemente los vientos y las lluvias, y dejan caer pronto la flor, y por lo mismo maduran mas presto, aguantando toda incomodidad, fuera de la del ca lor: pues como sus uvas son de grano menudo y hollejo duro, se contraen con los calores. Gustan sobre todo del terreno pingüe, porque puede dar alguna fecundidadsus uvas, que son naturalmente endebles y pequeñas. Las 'Eu genias1 sufren muy cómodamente un suelo y un clima frió y húmedo, cuando están en la colina de -Alba, pues mudando de lugar apenas, correspondenla derivación de su nombre : y no menos las de los Alobroges, que mudando de pais mudan lo gustoso de su vino. Igualmen te son recomendables por sus grandes cualidades Jas tres especies que hay de apianasmoscateles1, todas feraces, y bastante idóneas para el yugo y para los árboles ; pero mas generosa la que tiene los pámpanos lampiños: pues las dos que los tienen borrosos aunque son semejantes en tre sí por eljos y por los sarmientos, son desiguales en la calidad del vino, pues el de tina de ellas adquiere el 64 . jo4 ( COLUMELA. .T gustorancio mas tarde que el de. la otra. Son feracísi mas en el terreno pingüe, en el. mediano también son fecundas: el fruto es temprano, y por ésto muy propias para los parages frios: su vino es dulce, pero nopro pósito para la cabeza, nervios ni venas. Si n;o. se co gen temprano sirven de presalas lluvias;los vientos ylas abejas : de estas últimas han tomado el nombre de apianas ,causa del destrozo que hacen en ellas. Y éstas que hemos referido hasta aquí , son las mas célebres por lo exquisito de su gusto. Sin embargo pueden también ser re comendables las viñas de segunda cíase por su producción y por su fertilidad ; tales son la de Berri , y la Basílica ó Real ,la menor de las cuales llaman los españoles cocolur bis , una y otra mucho mas inmediataslas primeras que todas las demás , pues su vino aguanta mucho tiempo , y á fuerza de años adquiere cierto grado de bondad. Ultimamente ellas exceden en fecundidadtodas las que he rer ferido antes, y también en aguante, porque resisten con mucha fortalezalos huracanes ylas lluvias , dan mucho vino, y no degeneran en la tierra endeble. Sufren mas bien el frió que el agua , y ésta mas cómodamente que las se quías , y con todo eso no las perjudican los calores. Des pués de éstas entran la visula y la argitis menor, les aco moda la tierra mediana, pues en la pingüe se avician por las demasiadas fuerzas que toman , y en la endeble son rui nes y de poco fruto : son mas amigas del yugo que de los árboles, pero la argitis fértil, aunque se encarame muy al ta, produce en abundancia sarmientos largos y racimos gruesos. La visula es maspropósito para las ramas bajas de los árboles, echa sarmientos y pámpanos anchos, con cuya magnitud defiende muy bien el fruto del granizo : el cual si no se coge inmediatamente que está maduro , cae á tierra, y aun se pudre con las humedades antes de caerse. Hay también las vides heluolas que algunos llaman várias; no son purpúreas ni negras , y su color rojo pálido que en latin es helvus les ha dado (si no me engaño) el nombre de heluolas. La uva mas negra es la mejor por el mucho vino que produce , pero ésta de color mas claro es mas apreciable por el sabor del suyo: ni en la una ni en la . LIBRO TERCERO io5 otra tienen todos los granos un mismo color ; ambas pro» ducen mosto blanco cuya cantidad es alternativamente mayormenor, de los dos años uno. Visten mejor el ár bol, pero no dejan de cubrir bien el yugo: son fecundas aun en un terreno mediano, como también las precias mayor y menor ; pero estas últimas son mas recomendables por la generosidad de su vino : echan muchos sarmientos y maduran pronto. La albuel, como dice Celso, es mas útil en la colina que en la llanura ; en el árbol que en el yu. go; y en Jo alto de aquel roas que en io bajo: es abun dante tanto en madera como en uvas. Las vides griegas, como las Mareóticas, las deThaso, las Fsithias, y lasSophorcias, asi como tienen buen gusto , asi son de poco producir en nuestros paises, tanto por el corto número de sus racimos como por la pequenez de sus granos. Sin embargo la inerticula3 negra, que algunos griegos llaman amethysto4, puede estar colocada casi en la segunda clase, porque es de buen vino y no hace daño, de donde ha resultado to mar éste nombre , porque pasa por inerte para atacar los nervios , aunque al paladar ne es insípido. En la tercera cla se pone Celso las qne no son recomendables roas que por su fecundidad , como las tres helvenacias , de las cuales las dos mayores de ninguna manera pasan por igua les en la poca bondad y abundancia de su mosto : una de ellas, que los habitantes de las Gálias llaman emarco, es de vino mediano : y la otra que llaman larga y también avara lo hace ordinario, y no en tanta abundancia como debía esperarse del número de racimos que promete cuando em piezandejarse ver. La mas pequeña y mejor de las tres, se distingue muy bien por su pámpano, que lo tiene mas redondo que las otras dos : y tiene su mérito , porque aguan ta muchísimo las sequías; sufre los fríos, con tal no obs tante que no vengan con lluvias; porque en algunos paises también se conserva su vino hasta ponerse rancio, y prin cipalmente porque ella es sola la que hace recomendable por su fertilidad aun al terreno mas endeble. Pero la espionia5 es abundante de mosto, y fértil mas bien por la magnitud que por el número de sus racimos ; lo mismo sucedela oleaginia6;la murgentina, que -también se . ^q6 .Jlama Pompeyana;la Numisiana;la venucula7, que también se llama escrípula y esticula;la Fregelana negra; á la nierica ,la de Rhecia , yla arcelaca mayor , que es la mas abundante de todas las que liemos conocido, y que muchos creen falsamente ser argitis. Porque éstas que yo he conocido poco ha; la pergulana8 digo, la irciola, y la fereola, no aseguraré fácilmente en qué clase se han de colocar, porque aunque sé que sou bastante fecundas, no he podxdo sin embargo todavía hacer juicio de la bon dad de su vino. También hemos hecho el descubrimiento de una vid temprana, que no habíamos conocido antes de ahora , y se llama en griego draconcio, comparable por su fecundidad y buen gusto de sus uvasla arcelaca ,la bar silica yla de Berri , y en la generosidad del vinolas aiuineas. Hay ademas muchas especies de vides cuyo nú mero y nombre no podemos decir con certeza. Pues como dice (¿1 poeta9, no es importante especificar so número: el cual querer conocerlo, es querer saber cuantos granos de arena levante el zephiro en las llanuras de. la Lybia. Porque todas las regiones y casi cada una de las partes de ellas tienen especies de vides que les sou propias ylas cuales dan nombre»; en .su idionia; algunas en mudando de lugar mudan el nombre: otras que por aquellas mudan* zas de lugares, como hemos dicho arriba, han perdido su cualidad , de manera que no pueden ser reconocidas. Y por tanto en ésta misma Italia, para no hablar de toda la extensión de la tierra, que tan dilatada es, aun las na ciones vecinas entre sí no están acordes en ios nombres que danlas vides, y suelen "darlos diferentesuna mis ma especie. Por lo cual un maestro prudente no debe de tenersus discípulos con la investigación de semejante nomenclatura, que no pueden conseguir, sino darles en general éste precepto que han dado Celso, y antes de él Ca tón "* que ningún género de vides se ha de plantar que no esté aprobado por su reputación, y que ninguna se ha de conservar mucho tiempo , si no lo está por la experiencia: y donde las muchas proporciones del pais nos convidaren á plantar vides afamadas buscaremos la que sea generosa, como dice Jujio Grecino: donde nada hay que nos excite. . LIBRO TERCERO i o? ó no hubiere mucho, nos atendremos mas bienla feraw ciclad, porque su mérito no será inferior al de las prime-, ras en la misma proporción que su abundancia será supe-' riorla de ellas. Pero aunque yo haya sido antes de ésta opinión , diré después eu su lugar lo que pienso y no he manifestado. Pues mi objeto es darconocer cómo se pueden formar -viñas que sean esquilmeñas y al mismo tiempo de vino exquisito. " •> ''

CAPITULO III. Que nada es mas convenientelos agricultores que el * tuitivo de la vid, y se satisfacelos reparos que sue len oponerse. Ahora, antes de tratar de la plantación de las viñas, creo no será fuera de propósito poner cierta especie de cimien to al discursó que vamosescribir, examinando e inves tigando de antemano «i el cultivo de la9 viñas enriquece al padre de familia. Pues es casi supérfluo dar reglas sobre el modo de plantarlas, mientras no se esté de acuerdo en si se han de tener absolutamente, que es lo primero: y és to son tantos los que lo dudan, que muchos reusan y te men tal plantío, y creen mas apetecible poseer prados, pastos,bosque tallar. Pues en razón de las vides mari dadasárboles ha habido no pequeña disputa entre los au tores , desaprobando Saserna ésta especie de cultivo , y aprobándolo altamente Tremelio. Peroésta opinión dare mos también en su lugar el valor que merezca. Entretanto conviéne manifestar ante todas cosasJos que están . en-* ' fregadosJa Agricultura que es de mucha consideración el producto de las viñas. Y dejando aparte aquella antigua feracidad de las tierras en que manifestó antes Marco Ca tón y después Terencio Varron haber dado cada yugada/ de viñas seiscientas urnas de vino, puesto lo asegura posi tivamente Varron en el primer libro de su Tratado de las 1 coyas del campo \ y que éste producto no era común sola-- mente en. un pais; sino también en el campo de Faenza, " y en las tierras que ' e,stan ahora incorporadas al. Piceña; . io8 COLUMELA. y asi ésto es indubitable con respectoaquellos tiem» pos. Pero ahora el campo de Nomento es sumamente céle bre en este punto , sobre todo las haciendas que en él po see Séneca 1 varón de excelente ingenio y ciencia , pues es constante que cada yugada le ha dado ordinariamente ocho cáleos de vino. Pues parece cosa de prodigio lo que ha su cedido en nuestras haciendas de los Ceretanos ,saber, ha ber en la tuya una vid que haya pasado su producto del número de dos mil racimos, y en la mia ochenta plantas injertas quelos dos años de esta operación dieron siete culeos de vino, y que las primeras viñas dieran cien ámphoras por yugada, cuando los prados, las dehesas, y los tallares si rindenrazón de cien sextercios por yugada , se tienen por de muy buen producto para su amo: pues los granos apenas podemos acordarnos de cuando han salido,lo menos en la mayor parte de Italia,catorce por uno: ¿pues por qué están desacreditadas? No es seguramente, dice Grecino, por culpa suya, sino por la de los hombres. Primeramente, porque nadie pone cuidado en la elección de las plantas, y asi los mas ponen viñas del peor vidueño; en segundo lu gar no crian los majuelos de manera que tomen fuerza j crezcan antes que se les endurezca la corteza, y si por ca sualidad tomaren todo su incremento, las cultivan con po co cuidado. Ya desde el principio creen que nada im porta la calidad del terreno en que vanplantar la viña ; antes bien escogen para esto la parte peor de la he redad, como si para éste plantío fuera únicamentepro pósito la tierra que ninguna otra cosa puede llevar. Pero ni conocen el método de ponerlas , y aunque lo conozcan no lo ponen en práctica : también rara vez preparan la do te para las viñas, ésto es los instrumentos para su cultivo; Cuando si ésto se omite, es causa de que siempre se em pleen muchos jornales , y no menos de que se apure la ga* veta del padre de familia. Otros aspiranun fruto muy abundante en el momento, y no tienen previsión para lo futuro, sino como si no hubieran de hacer mas que salir del dia, podan tan largo las vides, y las cargan tanto de sar mientos, que no tienen cuenta con la posteridad. Habien do incurrido en todos éstos defectos, ólo menos en mu . LIBRO TERCERO 109 chos de ellos, todo lo quieren confesar mas bien que su cul pa , y se quejan que sus viñas no les corresponden , cuando son ellos mismos los que las han perdklo por su avaricia, por su ignorancia,por su descuido. Pero si algunos acompaña ren el cuidado con la ciencia, cogerán de cada yugada, yo no digo cuarenta ólo menos treinta amphoras de vino, como pienso, sino veinte, como dice Grecino, aunque ha ciendo un cálculo muy bajo , y superarán fácilmente en el aumento de su patrimoniolos que se dedicansu heno ysus hortalizas. Y no yerra en ésto, porque corno buen calculador tirada la cuenta ve que este género de cultivo es mas conducente para aumentar el caudal. Pues por muy grandes que sean los gastos que exigen las viñas, sin em bargo no es menester para siete yugadas mas que el traba jo de un viñero: el cual cree el vulgo seguramente que se puede adquirir por poco dineroque se puede escoger de entre los picares que se venden en la almoneda: pero yo pienso contra la opinión mas común que un viñero de mu cho precio es una cosa muy esencial; y aunque éste haya costado ocho mil sextercios, calculando yo que la8 siete yu gadas se habrán comprado cada una en mil, y que la pos tura de las viñas con su dote, ésto es, con los rodrigones y mimbres para atarlos, habrán importado dos mil: será el total de lo gastado veinte y nueve mil sextercios. A ésto ee agregan tres mil cuatrocientos y ochenta numos por el interés de seis por ciento en los dos primeros años, en que no llevan todavía fruto las viñas , porque están por decirlo así en su infancia. Que unidos éstos intereses al capital ha cen la suma detreinta y dos mil cuatrocientos y ochenta sex tercios, cuya especie de deuda, si la quisiere imponer so bre sus viñas el dueño de ellas, como el usurero sobre su deudor, pactando un rédito perpetuo de seis por ciento al año, percibirla en cada uno mil novecientos y cincuenta1 numos sextercios: en cuyo cómputo excede sin embargo el rédito de las siete yugadas de viña , arreglándonosla opi nión de Julio Grecino, al. interés de los treinta y dos mil cuatrocientos y ochenta sextercios. Porque por de mas mala calidad que sean éstas viñas, con todo eso si se cultivan, dará seguramente cada yugada de ellas un cúleo de vino , y . iro COLUMELA. como las cuarenta urnas se venden en trescientos sextercios que es el menor precio del vino, suman los siete culeos dos mil y cien sextercios, suma que sin duda excede al in terés del seis por ciento. Pero éste cálculo que hemos hecho es con arreglo al cómputo de Grecino. Mas nos otros somos de opinión que se debe arrancar la viña, que no lleverazón de tres cúleos lo menos por yugada. Y sin embargo hemos hecho la cuenta como si no hubie ra barbados algunos que sacar de los claros cavados, cuan do ésto solo paga con su valor todo el costo del terreno, con tal que el campo sea no de provincia, sino de Italia: y ésto no debe dudarlo persona alguna que haya exami nado nuestro método y el de Atico. Nosotros plantamos en efecto entre los liños veinte mil cabezudos por yugada de viña; aquel pone cuatro mil menos, y aunque su método se prefiera al mió, sin embargo no habrá terreno alguno, por mas malo que sea , que no rinda mas de Jo que haya costado. Supongamos que por descuido del cultivador se pierdan seis mil plantas, sin embargo no faltará compra dor que dé con buena voluntad y con lucro tres mil sex tercios por las diez mil restantes; cuya cantidad excede en una tercera partelos dos mil sextercios que hemos dicho costar la yugada de viñas : aunque nuestro cui dado ha adelantado tanto, que los cultivadores me dan gustosos seiscientos sextercios por cada millar de bar bados. Pero apenas otro tendrá ésta ganancia. Pues tam poco habrá quien crea fácilmente que en nuestras hacendillas hay tanta abundancia de vino como tú , Sil- vino, conoces. Y asi he puesto al bsrbado un precio me diano y común , a fin de poder traer mas prontomi sen tir sin que nadie se oponga,los que por ignorancia tie nen horroresta especie de cultivo. Sea pues el producto de los barbados,sea la esperanza de las futuras vendi mias, nos deben persuadirplantar viñas: y habiendo manifestado que es racional el ponerlas, vamosdar aho ra los preceptos para formarlas. ¡'í 'ií . LIBRO TERCERO m

CAPITULO IV. , ' 1 Lo que debe observar el que forma viñas. El que quisiere formar viñedos debe procurar sobre todo no fiar esto al cuidado de otros mas bien que al suyo, y debe no comprar barbados, sino plantar en su hacienda la clase de vid que sea mas de su aprobación, y hacer una almá ciga , de donde pueda sacar planta para cubrir de vides su campo. Porque Jas plantas cstrañas, que se trasponen de diverso pais , son menos familiaresnuestro suelo que las indígenas, y por tanto teme como un hombre extrangeio en un pueblo, la mudanza de clima y de terrenQ. Y no hay tampoco certeza de 6U generosidad , siendo dudoso 9Í el que las ha plantado ha examinado antes con cuidado y ha experimentado bien 6U especie. Por lo cual no se ha de tener por largo el espacio de dos años, dentro del que podamos hacer juicio si la planta debe trasponerse, pues siempre, como he dicho, será de la mayor importancia ha ber plantado especies exquisitas. Después de esto tenga presente escoger con cuidado el terreno para Jas viñas: acerca del cual, asi que haya formado su juicio, sepa que se ha de poner el mayor esmero en el agostado: y conclui da ésta plantará la viña con no menor cuidado, y asi que esté plantada se dedicará con una extremada aplicación á su cultivo: pues este es el punto principal y ma9 impor tante de los gastos, porque en él consiste hacer juicio de si un padre de familia ha obrado mejorpeor en confiar 6u dinerola tierra, que ganar con él en la ociosidad. En este supuesto voy yatratar de cada una de Jas cosas que he propuesto por su orden. > .

CAPITULO V. De las cualidades del terreno en que se ha de poner el plantel de vides, y cómo se ha de hacer. *rr •rt * , . !
CAPITULO VI Cómo ha de ser el cabezudo, y de qué parte de la vid se '-sha de cortar. ( ' Pero en la elección se han de observar dos cosas, pues no es bastante que sea fecunda la madre de donde se toman las plantas, sino que se ha de examinar mas particular . LIBRO TERCERO n3 mente sí las partes del tronco de donde se toman son pro ductivas y las mas fértiles. Mas la fecundidad de una vid, cuya casta procuramos propagar, no se debe graduar sola mente porque echa muchos racimos, pues ésto puede pro venir de la magnitud del tronco y multitud de los sar mientos, y que aunque tenga muchos racimos, no la diré yo feraz, si se ve solamente uno en cada sarmiento. Pero si por cada uno de los vastagos cuelgan muchos racimos; si dé cada una de las yernas brotan muchos sarmientos con fruto; si finalmente aun de lo duro1 arroja vara con algunos racimos; si también está cargada con fruto de los nietos, ésta, que sin duda es fértil, se debe destinar para escoger el cabezudo. Este es un sarmiento nuevo nacido sobre una vara del año anterior: y por la semejanza que tie ne con un martillo pequeño se llama en latin mo/fcolust que quiere decir martilluelo, porque sobresaliendo por arnhos lados en la parte que se corta del sarmiento viejo, presenta la figura de un martillo. Este somos de sentir que 8e ha de escoger de la cepa mas fecunda en todo tiempo en que se podan las viñas, y ponerlo con cuidado en un terreno medianamente húmedo, y no pantanoso, dejando fuera de él trescuatro yemas: con tal que lo primero de todo sea examinar si la vid de que se toma es certera en dejar su flor, si engorda con dificultad lá uva, si ma dura muy tempranomuy tarde: porque en el primer ca so se la comen los pájaros, y en el segundo la perjudican, también las tempestades del invierno. Finalmente, seme jante clase de vid no se comprueba con una vendimia so la; pues aun la que por su naturaleza es infecunda, puede por la fertilidad del añopor otras causas poducir una vez con abundancia. Pero luego que nos hemos asegurado de la bondad de una planta después de muchos años de servicio, para explicarme así, ninguna duda se ha de tei ner de su fecundidad: y no se ha de extender sin embar go ésta pesquisa mas allá de cuatro años: pues éste tiem po es el que ordinariamente se necesita para conocer la fecundidad de las plantas, porque él es el que emplea el sol, siguiendo el orden de los signos, desde el principio de su carrera, para volver al mismo punto del zodiaco por donde la babia empezado. A cuyo periodo, que comprende mil cuatrocientos sesenta y un dias , llaman los astrónomos ápocafistasin1 . " . :.¡



CAPITULO VII.
Cómo has de examinar la fecundidad de la vid, y si ésta cualidad la poseen exclusivamente ciertos vidueños.
Pero tengo por cierto, Publio Silvino, que mucbo tiempo ha estás tú preguntando de quedo, de qué especie es ésta \jd fecunda que describimos con tanto cuidado, y si que rremos hablar fie alguna de aquellas que comunmente se tienen por mas feraces , pues los mas ponderan la de Berri, muchos la Espionia, unos cuantos la Basílica, y algu nos la Arcelaca. Nosotros tampoco defraudamos éstos vidue-, ños de nuestros elogios, pues son de muchísimo vino. Pe ro lo que nos hemos propuesto es hacer ver que se plan ten viñas de tal especie que no lleven frutos menos abun dantes que los antedichos vidueños, y que ademas sean de un gusto exquisito, como las Amíneas, ólo menos de uno que no difiera mucho del de éstas: yo sé que casi todos los cultivadores son de diverso sentir que el mió en éste punto, y que siguen la opinión antigua que ha preva lecido ya por mucho tiempo acerca de las Amíneas, cre yendo que padecen una esterilidad natural : este es mayor motivo para que hayamos de confirmar con muchos ejem plos nuestro método, que hemos tomado de muy arriba, y se halla condenado no menos por la desidia que por la falta de reflexión de los cultivadores, y como obscurecido por las tinieblas de la ignorancia ha carecido de la luz de Ja verdad. Por lo cual no es fuera de propósito que noso tros expongamos ante todas cosas las razones que parece pueden corregir este error común.



CAPITULO VIII. Se confirma lo contrario con ejemplos. Si queremos pues, Publio Silvino, mirar con los ojos pers picaces del entendimiento la naturaleza de las cosas , halla . LIBRO TERCERO u5 remos que ella ha dictado una ley de fecundidadlos ve getales igualla que ha dadolos hombres ylos demás animales, y que no ha concedido ventajas particulares á ciertas naciones yciertas comarcas, de manera que nega seotras del todo semejantes dones. A algunas naciones dio el de procrear una prole numerosa, comolos Egypcios ylos Africanos1, entre los cuales son frecuentes y Casi de costumbre los partos dedos : pero también quiso que hu biera en Alba mugeres de linage italiano en la familia de los Curiacios 3 de tan singular fecundidad, que cada uua íué madre de tres nacidos de un parto. A la Germania le ha dado estimación por sus ejércitos de hombres muy altos; pero no ha defraudadootras naciones de hombres de gran estatura; pues Marco Tulio Cicerón3 es testigo que hubo un ciudadano romano llamado Nevio Polion, que tenia un pie mas de cuerpo que el de mayor corpulencia, y nosotros hemos tenido poco há proporción de ver en el aparato de la pompa de los juegos del Circo, un hombre judío de na ción mas alto que el germano de mas cuerpo. Pasoha blar de los animales. Mevánia es célebre por lo alto de su ganado mayor; la Liguria por lo pequeño del suyo: pero en Mevánia se ve alguna vez un buey bajo, y en la Ligu ria un toro de mucha alzada. La India se dice que causa admiración por los grandes cuerpos de sus fieras: con to do eso ¿quién negará que en ésta tierra nuestra se procrean animales feroces de igual tamaño? cuando vemos que han nacido elefantes dentro del recinto de nuestras murallas. Vuelvolas especies de producciones de la tierra. La Mysia y la Lybia dicen que abundan de granos ; y que sin embargolas campiñas de Apulia y de Campania no les faltan opimas miéses. Que el Tmolo y el Coryco son fa mosos por la flor de azafrán : que la Judea y la Arabia lo son por sus exquisitas plantas olorosas, pero quenuestra ciudad no le falta lo uno ni lo otro: pues que en muchos parages de ella vemos ya la casia4 con hojas, ya el árbol del incienso, y jardines con flores de mirrha y azafrán. Estos ejemplos nos prueban que la Italia corresponde muy bien al cuidado de los mortales, puf s se ha habituado me diante la aplicación de los cultivadoresproducir los fruhA . ,,6 COLUMELA. tos de casi todo el orbe : de suerte que no tenemos duda con respectoéste fruto, que es corno indígena peculiar y nativo de éste suelo. Pues ni tampoco la hay que las viñas del campo Másico, de Sorrento, de Alba, y del Cécubo, en la generosidad del vino son las primeras de todas las que sostiene la tierra.

CAPITULO IX. Cómo harás feraces las vides amineas. Tal vez se deseará en ellas la fecundidad, pero la indus tria del cultivador puede ayudarlasadquirirla: pues si la naturaleza, ésta madre liberal de todas las cosas, ha enri quecido (como he dicho poco antes),cada nación yca da tierra con dones particulares, de manera que no obstan te eso no ha defraudado absolutamentelas demás de se mejantes ventajas, ¿porqué hemos de dudar que haya ob servado la misma ley con respectolas vides, y que aun que haya querido que algún vidueño sea singularmente fe cundo, como el de Berri y el basílico, no haya hecho sin embargo al amineo tan estéril, que entre muchos millares de sus vides no puedan encontrarse algunas, aunque muy pocas, tan fecundas como aquellas hermanas de Alba en tre los habitantes de Italia? pero no solo es ésto verosímil, sino que la experiencia nos ha demostrado su verdad , co mo que ht-mos tenido en la heredad que poseimos no sotros mismos mucho tiempo há en el término de Ardea, en la del de Carseolo y en la del de Alba, vides ami neas con semejante nota de fecundidad, muy pocas en númerola verdad, pero tan fértiles que cada una de las armadas en yugo daba tres urnas de vino, y diez ámphoras1 las emparradas; y no debe parecer increíble en las amineas esta fecundidad; ¿pues cómo podía afirmar Terencio Varron, y antes de él Marco Catón, que cada yugada de viñas dabalos cultivadores antiguos seiscientas urnas de vino, si hubiera faltado fecundidadlas amineas, que eran las únicas que por lo común conocian las gentes de aquel tiempo?menos que pensemos que hayan cultivado viñas de Berribasílicas, que hemos traído sin duda de pro . LIBRO TERCERO ti7 vineras lejanas mü y poco ha, y que hemos conocido ayer de mañana, siendo también ciertp que cualesquiera viñas, en siendo muy antiguas las tenemos por a mineas. Si algu no, pues, después de haber observado este vidueño en mu chas vendimias, encontrare que las viñas son como las que yo he dicho poco ha que he poseido, y las señala para ele gir los cabezudos mas feraces de ellas, éste podria criar unas viñas que fueranun mismo tiempo generosas y es quilmeñas. Pues no hay duda que la naturaleza ha queri do que Ja prole sea semejantela madre* lo que hizo de: ciraquel pastor en las Bucólicas 3 : de esta manera sabía yo que los cachorros eran parecidoslas perras, y los ca britossus madres: por lo mismo los que se dedican á los sagrados combates 3 conservan con el mayor cuidado las crias de los caballos mas veloces de tiro, y conciben la esperanza de las futuras victorias propagando la raza de esr te excelente ganado. Nosotros también fundemos la esperanr za de una abundante vendimia en la elección de plantas sa cadas de las amineas mas feraces, como las concebían de la victoria los que escogían las crias de las yeguas, que la habian conseguido en los juegos olympicos. T no hay motivo para que el mucho tiempo que hay que invertir en ésto ar redrenadie; pues toda la detención que hay que gas tar es en el examen de Ja planta. Pero luego que se ha com probado su fecundidad , con mucha prontitud se multipli ca por medio de los injertos. Tú, Publio Silvino, puedes ser testigo de la certeza de ésto, como que te acordarás muy bien que /i,! ii.. r.:'f»i< kh üiífjifiit; uñí ,i . •" -mí. cÁt>imb;;:^;::ii^;;;/'; De cuál, parte de la vid se han de escoger las plantas par ra que sean fértiles. n.t, ;¡m uqrm,": i \>r.. ¡;i o;»j ;"<¡ "' ' : 'J'J-' I 'I'Jiül'í.'» i,.' f;T» »J fjjld.n " "I"' Pero los sármientos mas;feráces para planta no son, como han dicho los autores antiguos, la extremidad de lo que llaman cabeza de la vid, ésto es,el último y mas largo re nuevo: pues en ésto también se engañan los cnltivadorés.' ¥ la primera causa del errbres'lá' hermosura yel 'número d« los racimos* que se ven de ordinario en el sarmiento más largo, lo cual no nos debe engañar: pues ésto sucede no por su fertilidad nativa ^ sino por la ventaja do su 0081010», porque toda la savia y el aliniento que le suministra él Sucio, va discurriendo por las ¡demás paites dél1 tronfco hasta llegarla extremidad, Pwea todo éi.alimentoidé la plan ta es atraído como una especie de almála üarte superior por una aspiración natural, que se hace por enmedio de la médula <^el tronco, como por enmedio de un siphon de és tos quetfoi «maquinistas llaman diabetes: y en llegando alM «e detiene y se consume. Por le cual los sarmientos mas re . LIBRO TERCERO 119 cios se hallan en la cabeza de la vid ,en la parte de la ca-" na vecinalas raices. Pero éstos últimos renuevos que sa len de lo duro se han aprobado también por algunos por dos motivos; porque no tienen fruto, y porque se ali mentan del jugo próximo de la tierra, que es el mas ente ro y el mas puro: y los de la extremidad también se han aprobado por otros, porque son fértiles y robustos, porque salen de la tierra, y (como dije arriba) todo el alimento que llegaellos, no se distribuye en, otra parte'. Los de come dio son tenidos por los mas endebles, porque el jugo no hace mas que pasar por ellos, siendo interceptado. en parte por los inferiores, y atraido en parte por los superiores. No debe pires tenerse por fecundo el sarmiento de las extremidades, aunque lleve muchísimo fruto, pues por la fertilidad de su posición se ve obligadodarlo: sino el que situad» enmedio de la vid, no deja de producir, aunque en una posición nada oportuna , y con un abundante fruto da prue bas de su fertilidad. Esta rama trasladadaotra parte rara vei degenera , como que pasa de un estado peorotro me jor, pues bien se ponga en los entreliños de una tierra agostada,bien se injerte sobre un tronco de vid , se sacia con alimentos mas abundantes que cuando estaba en un sitio falto de jugos. Y así observaremos tomar las plantas de los sitios referidos, que la gente del campo llama humerosos*, pero con tal que los hayamos visto antes llevar fruto: pues si no lo tienen, aunque estén, en una parte laudable de la vid , no creamos que ésta contribuya en cosa alguna para la feracidad del cabezudo; por lo cual es muy poco fun dada la opinión de aquellos cultivadores que creen impor tar muy poco examinar cuántos racimos ha llevado un sar miento, como se tome, de una vid fértil y no hav a salida del tronco duro, al cual llaman pampiriarLo. Pero ésta opi nión, que proviene de la ignorancia en la elección de las plantas, es causa en primer lugar-de que las viñas sean po co fecundas, después también demasiado estériles; ¿pues quien ha prevenido en tan larga 6écie. de años al cultivador que escoge los cabezudos lo que acabarnos, de., decir? Por mejor decir, . ¿quien no encarga este negociocualquiera, por mas ignorante que sea, y al que no puede dar algún otro . trabajo? Y a9Í ésta costumbre es causa de que ésta operación, que es una de las indispensables, se. cometalos mas igno rantes ylos de menos confianza , porque (como he dicho) se aplica el mas inútil y el qiie ningún otro trabajo puede soportar. Este finalmente, aunque tenga algún conocimien to para la elección de los cabezudos, la disimula por falta de fidelidad,no hace uso de ella ; y para poder completar el número que le ha mandado escoger el capataz nada ha ce con diligencia, nada con cuidado, y no tiene mas objeto que cumplir la taréa que se le ha señalado: como que no'ha recibido de sus maestros mas que un precepto para saber lo, y después de sabido ejecutarlo, que es no cortar para planta el sarmiento pampinario, y destinar para ésto todos los demás. Pero nosotros hemos-seguido al principio la ra zón, y ahora también la experiencia de un tiempo dilata do, y en su consecuencia rto elegimos otra planta ni Creemos que sea fructífera, sino la que colocada en la parte produc tiva de la vid haya llevado (ruto. Poesla verdad, la que ha brotado efi un sitio estéril y se, manifiesta fértilrobus ta,-aunque sin fruto, no tiene mas que una apdriencife en* gáñosá de fecundidad, y no posee Virtud alguna5 'para pro* ducir. La tazón nos hace ver que ésto es indubitablemente verdadero j si es cierto que, al modo que en nuestros cuer pos-cada miembro tiene sus oficios particulares, así cada parte dé las plantas fructíferas tiene funciones que le son pro pias. 'Vetnos que se 'ha1 inspirado al hombret el áhna como conductora y 'directora dé sus miembros; que sé le han dádo los sentidos para discernir aquellas cosas que se indagan Con el tacto i el olfato, el oido y la vista; que los pies se han! puesto-en onder siemprela fecundidad de sus madres. Sigamos nosotros también este mismo método en ías vides, tanto mas que es tamos asegurados por la experiencia que las semillas exa minadas con el mayor cuidado degeneran alguna vez por cierta malignidad natural: y esto nos inculca el poeta co mosordosla voz de la verdad 4 diciendo : he visto que las semillas escogidas mucho tiempo há , y. examinadas con .mucho.ojúdado, degeneran no obstante,menos que todos los años tuvieran los hombres el cuidado de escoger las mas medradas: tal es el destino de todas las cosas, empeorarse . LIBRO TERCERO ja3 y retrogradar. Lo cual se ha de entender haberse dicho no solo de las semillas de las legumbres, sino de todo lo que pertenecela Agricultura. Si la observación hecha por lar go espacio de tiempo nos ha hecho ver, lo que cierta mente es así , que el cabezudo que ha llevado cuatro raci mos de uvas, si después se ha cortado y puesto en la tierra, degenera de tal suerte de la fecundidad de la madre, que alguna vez lleva uno menos y otras dos. ¿Pero hasta qué plinto creemos que descaecerán aquellos que no habrán pro ducido mas que dostal vez uno, cuando estaban unidos á la madre, pues que los roas feraces temen muchas veces la traslación? y así yo confieso francamente, que soy mas bien demostrador que inventor de éste método: para que nadie piense que trato de defraudarnuestros mayores del elogio que han merecido: pues no hay duda que ellos han sido del mismo sentir, aunque en ningún otro escrito se ha ya dadoconocer,excepción de los versos que hemos co piado de Virgilio, sin embargo que los preceptos >que dá en ellos son relativoslas semillas de las legumbres. En efecto ¿ porqué desechaban la vara que salía de lo duro ,la saeta cortada de un cabezudo fecundo que ellos mismos habían aprobado, sí creían que era indiferente el sitio donde se esco gía la planta ? Pero 00^116' rio dudaban que la fuerza de la fecundidad estaba por decirlo así en miembros determina dos de la vid , por esto condenaron muy prudentemente al pampinario yla saeta -como inútiles para la plantación., Lo cual si:es así, no hav duda qne hayan ellos reprobado también mucho mas el sarmiento que , habiendo nacido en sitio fructífero, no hubiese llevado fruto. Pues si creían que la saeta , esto es, la parte superior del cabezudo , se había de reprobar, siendo ella misma parte de una rama fructífera, cuanto mas hace Vér la misma razón que haya sido repro bada por estos una vara si es estéril , aunque haya salido de la mejor párte la vid. A no ser sin embargo que creyeran (lo que es un disparate) que una vara que había sido i nú* til unidala madre, se había vuelto fructífera cuando se habia separado de ella, se habia trasplantado y estaba prii vada del alimento materno. Hemos tratado esto tal vez con mas extensión de lo que exigía la prueba de esta verdad: . 184 COLUMELA. pero con mucho menos de lo que pedía la extraviada e inr veterada opinión de la gente del campó.

CAPITULO XI. Qué cualidades se lian de tener en consideración en el tcrreno que destinares para viña. , ,l Vuelvo ahoratomar el hilo de mi discurso, para con cluir lo que resta de lo que he propuesto. Al cuidado de la elección de cabezudo se sigue la labor del agostado , con tal sin embargo que estemos seguros de la calidad del suelo; porque no hay duda que ella contribuye muchísimola bondad yla abundancia de los frutos. Y antes de examinar el suelo, creemos que lo mas importante de todo es elegir, si hay proporción, mas bien un campo erial, que uno que haya llevado cosechas de granoscriado árboles maridados á vides: pues por lo que hace á. las viñas que se hán des truido por su mucha vejez, convienen todos los autores ea que son malísimas si las queremos plantar otra vez, porque el suelo por bajo esta embarazado y como enredado con las muchas raices y no ha perdido todavía la ponzoña ni aque lla corrupción que causa la vejez, con lo que embotada la tierra como con cierta especie de veneno, pierde su vigor. Por cuya causa se ha de elegir mas bien un terreno erial, el cual aunque tenga matasárboles ¡se desmonta fácilmente, porque todo lo que ,dace espontáneamente UO ) interna nt profundiza con sus raices sino las desparrama y extiende so bre la superficie de la tierra , las cuales, después de cortadas con hierro y arrancadas, lo poco que queda debajo de tier ra se puede sacar con rastros, amontonarlo y. colocarlo pa ra que pueda ésta fermentar. Pero si no hubiere tierra mon tuosa , la mejor después de ésta es la labrada que no tenga árboles: si ni ésta hubiere, se destinará para viñas una ar boleda muy claraun olivar1 que no hayan estado mari dados con vides. La últimaclase (como he dicho) es la que ha estado de viña. Sin embargo si la necesidad obligaplan tarla, primero se deben arrancar todas las cepas que que den: en seguida estercolar todo el terreno con estiércol seco, . LIBRO TERCERO ia5 y si éste no lo hubiere , con otro de otra clase qne sea muy fresco; después cavarlo, amontonar sobre la tierra todas las raices que se hayan sacado, y quemarlas-; en fin cubrir otra vez la tierra cavada con bastante estiércol antiguo, que no cria yerbas,con tierra sacada de los vallados. Pero Juego que las tierras desmontadas están libres de árboles, es me nester considerar antes de agostarlas si sonuopropó sito para plantío; y ésto se reconoce con muchísima facili dad por las plantas que nacen espontáneamente en ellas. Pues no hay un suelo tan desprovisto de plantas, que no crie a /gimas, como perales silvestres, ciruelos, ólo menos zarzas. Porque aunque éstas sean especies de arbustos espi nosos , " suelen crecer con fuerza y fertilidad , y llenarse de frutó. Si los viéremos pues no desecados ni ásperos, sino li sos, limpios, altos y fecundos, conoceremos que la tierra que los cria es buena para plantío. Pero éstas observaciones son generales y adaptablestoda clase de arbustos : mas pa ra hacer juicio de si un terreno es propio para viñas, se ha de considerar si la tierra es muelle y medianamente suelta, que hemos dicho llamarse pula1, y no porque ella sola sea á propósito para viñas, sino porque lo es mas que todas. ¿Pues qué cultivador hay, aunque sea mediano, que ignore que aun la toba^ mas dura y el carbón, luego que se han que brantado y amontonado sobre la superficie de la tierra se ablandan y se hacen polvo con las tempestades y las hela das , y no menos con los calores del estío , y que refrigeran muy bien por aquella estación las raices de las vides, y no dejan que se evapore e\ )*f.o, lo cual es muy esencial para alimentar la planta. Por la misma causa suelen también aprobarse el cascajo suelto, el terreno pedregoso y los cantos movibles, con tal sin embargo que todo esto esté mezclado con tieria pingüe, pues si lo están con endeble, se desechan absolutamente. Perb aun»el sílex, según mi opinión, es amifiO de las viñas, siempr.é que tenga por encima una ca pa mediana de tierra, porque siendo fresco y conservando bien la humedad, no deja que se sequen las raices, cuando aparece la canícula. Higino, siguiendoTrémelio, ase gura que las faldas de las montañas que hubieren recibido la tierra vegetal que cae de las cimas, y los valles que se . ia6 COLUMELAR " v •levantan con las tierras que acarrean las crecientes de los ríos y las. inundaciones, son particularmentepropósito pa ra viñas s de lo que yo no disiento. La tierra gredosa pasa por útil para la vid : porque la greda pura de que se sirven Jos alfareros y que algunos llaman arcilla, le es muy con traría, y no menos el cascajo sin mezcla de tierra buena; y en general, como dice Julio Atico, todo lo que deseca la planta, y esto es el terreno muy húmedo, el salobre, ei amargoel falto de humedad y el muy seco. Sin embargo los antiguos aprobaron la arena gruesa negraroja que esté mezclada con tierra húmeda , porque el terreno en que se encuentra carbón han dicho que como no lo ayudes con es tiércol, ponía las viñas endebles. La tierra roja, como dice el mismo Atico, es pesada, y dificultosa para que prenda la planta por medio de sus raices. Pero asi que ha asido la vid la alimenta bien: mas es difícil de labrarse, pues no se pue de cavar cuando está húmeda, por ser muy glutinosa, ni cuando está demasiado saca , por ser excesivamente dura.

CAPITULO XII. Lo que ha enseñado Julio Grecino acerca de la tierra propia para viña. ." > ; Pero para no andar ahora divagando por infinitas especies de terrenos, no será fuera de propósito referir una especie de fórmula que escribió Julio Grecino, teon, arreglola cual se han fijido los límites dentro dfc los-'cuales están com prendidas las tierras propias para viñas. Pues ei mismo Grecino dice de ésta manera : que hay alguna tierra que es cálidafría, húmedaseca, sueltaapretada, ligera ó pesada, pingüedelgada: pero que la vid no puede aguan tar el terreno demasiado cálido, porque la abrasa, ni el muy frió, porque no deja' extenderse las raices, que están heladas y como pasmadas por el excesivo frió; ni el húmedo, por que cuando las vides arrojan con el calor moderado atraen de la tierra mas humedad de la que es menester , la cual las pudre. Por el contrarío, dice que la demasiada sequedad privalas plantas'de su natural alimento , y quelas ma . LIBRO TERCERO ía7 ta del todo,las pone ásperas y secas: que la tierra muy apretada no embebe las aguas llovedizas, ni recibe con fa cilidad las influencias del aire: que se abre muy fácilmente y hace grietas , por las cuales penetra el sol hasta las raices de las plantas, que comprime y ahoga, por estar como presas y encerradas en ella: que la suelta con exceso, deja pasar las aguas como por un embudo, y con el sol se le evapora el agua enteramente y se seca: que la tierra pesada ape nas puede superarse con cultivo alguno: que la ligera apenas hay uno que Ja sostenga: que Ja muy gruesa y muy fértil es mala por su. lozanía, la delgada y tenue por su i al ta de jugo. Es menester, dice, enmedio de estas diversas des igualdades, un gran temperamento, cjue también se necesi ta en nuestros cuerpos, cuya buena salud se conserva con una determinada y como equilibrada proporción de cálido y de fiio, de húmedo y de steo, de espeso y claro. Y con todo eso dice que éste temperamento no debe estar en equi librio en la tierra que se destina para viñas, sino que debe correr la balanzaun lado mas queotro; de suerte que sea> mas cálida quefiia, mas seca que húmeda, mas suelta que apretada, y del mismo modo respectootras cualida des semejantesque dirija su atención el que vaplantar viñas: cuyas cualidades son mas provechosas (en mi opi nión) sisón ayudadas por el clima. Entre los antiguos se movió una disputa sobrequé parle del cielo deben mirar las viñas: Saserna aprueba rn primer lugar la exposición á levante, en seguida \a del mediodía y después la de po niente: Tremélio Escrofa cree que la principal es al medio día : Virgilio desecha expresamente la de poniente en éstos términos' : no miren tu9 viñedos al sol cuando se pone. Demórrito y Magon alaban la parte septentrional del cielo, porque piensan que las viñas que miran acia ella se hacen muy fértiles, pero que en la bondad del vino las ven cen las demás. A nosotros nos ha parecido lo mejor pres cribir en general que en los parages frios se expongan los viñedos al mediodía, y en los de moderado calorlevante, Con tal sin embargo que no estén infestados por los venda vales y solanos, como lo están las costas marítimas en la Bética. Pero si los pavees estuvieren sujeto»dichos vientos, . tatt COLUMELA. será mejor la exposición acia donde sopla el Aquilónel Favonio. En las provincias ardientes, como Egypto y Numidia, será mejor no exponerlos sino al septentrión. Des pués de haber examinado diligentemente todos éstos pun tos , vamos en fintratar del agostado.

CAPITULO XIII. . Cómo se agosta la tierra. . > Pero es menester manifestar el método con que se ha de hacer, tantolos cultivadores que han de labrar las viñas á la moda de Itaüa, comolos que las han de cultivar á la de las provincias^ porque en los países lejanos no se practica esta labor de volcar la tierra; sino que comun mente se plantan las viñas en hoyosen zanjas. En hoyos se ponen de ésta manera: los que tienen costumbre de po ner la vid en hoyos, después de cavado el suelo |>or casi tres pies de largo, dos de hondo, y el ancho determinarlo por el instrumento de que se sirven, extienden de un lado y otro Jos cabezudos , de suerte que las cabeaas estén ácia el medio del hoyo, y encorvándolos en los dos frentestes teros opuestos los enderezan ; en seguida lo vuelvencu brir todo de tierra, y dejando fuera de ella dos yemas igua lan lo demás; cuyos hoyos siguen .haciendo en la misma línea , dejando intérvalos sin labrar del mismo largo y an cho que ellos hasta concluir el liño. En seguida, dejando el intervalo arregladola costumbre que tiene cada cultiva dor de labrar, ya sea con arado, ya con azada, forman otro liño que siguen en los mismos términos. Y si la labor e9 solamente de azada , el menor entreliño que se debe dejar es de cinco pies , y el mayor de siete ; pero si es de bueyes y arado, el menor será de siete pies, y será de suficiente anchura el de diez pies. Algunos sin embargo disponen toda la viña en tresbolillodiez pies de distancia de vid á vid, para poder arar la tierra en surcos rectos, y al través como las de sembradura. Este género de viña no conviene al cultivador , sino en donde por ser el suelo muy sustan cioso toma la vid un incremento grande. Pero los que te men el gasto del agostado , mas quieren imitarlo en alguna . LIBRO TERCERO. ia9 parte, forman zanjas de seis pies de ancho, dejando entre ellas espacios iguales sin labrar, y después de haberlas ca vadotres pie3 de hondo, levantan la tierrala misma altura sobre I03 bordes, y en los lomos de ésta tierra van poniendo las videscabezudos, siguiendo la dirección de la zanja. Algunos obran con mas economía, y la hacen de dos pies y nueve pulgadas de hondo, y cinco pies de ancho; después dejan sin labrar un espacio tres tantos mas ancho, y hacen del mismo modo la zanja siguiente , y de ésta ma nera hasta ocupar todo el terreno destinado para la viña, y así que han concluido ponen en el lomo de la tierra que han sacado de la zanja barbadossarmientos nuevos aca bados de cortar, poniendo entre las plantas ordinarias mu chos cabezudos, los cuales así que se han fortificado, los pro pagan poniéndolos en hoyos que hacen en el terreno que dejan sin labrar entre las zanjas, y arreglan la viña por intérvalos iguales. Pero estos métodos que hemos referido de plantar las viñas se han de adoptardeshechar según la naturalezafertilidad de cada pa'vs. Ahora me he propues to manifestar el método de agostar un terreno. Y en primer lugar sea el que destinamosviñas plantado de árboles ó erial , se debe sacar de él , y quitar de enmedio toda mata y todo árbol, para que no detenga después al cavador,no se apriete el suelo después de cavado con el peso de los ár boles que estarán tendidos sobre él , ni lo pisoteen los que éntrensacar las ramas y los troncos. Pues no es de poca importancia que la tierra agostada esté muy mullida , y si puede ser nadie ponga el pie en ella , para que estando mo vida con igualdad , ceda con blanduralas raices de la nue va planta por cualquiera parte que se extiendan ; para que no haga retroceder lo que aumenten por su dureza, si no las reciba , por decirlo así, en su tierno seno nutricio, se empape de las aguas del cielo, las distribuyalas plan tas para alimentarlas, y conspire con todas sus partescriar su nueva prole. La llanura se ha de cavarla profundidad de dos pies y medio, el terreno pendientela de tres, y la colina mas escarpada aunla de cuatro, poique si no se hace á lo agostado un lecho mucho mas hondo de tierra labra da en éste sitio que en lo llano1, corriéudose la tierra de . j3o COLUMELA. : la parte superiorla inferior, apenas quedaría la suficiente cantidad de tierra mullida en el agostado. Por otrp lado no me parece bien que en lo más tejo de los valles, se ponga la viñamenos profundidad qiie Ja de dos pies, porque es mejor no plantarla, que dejarla como suspendida en la superficie de la tierra. A no ser sin embargo que la hume dad pantanosa que se encuentraflor de tierra como suce de en el término de Ravena, impida cavarmas profun didad que la de pie y medio. Eáta operación no debe co menzarse , como hacen los mas de los cultivadores de nues tros ilias, ahondando pocopoco la zanja, y llegando succesivamente por el segundotercer gradola profundidad que han determinado dar al agostado, sino cavando sin in terrupción hasta todo el hondo que debe tener, gobernán dose por un cordel que se pondrá para que los lados salgan derechos, arreglando detras de sí* la tierra conforme la vayan cavando, hasta llegará la profundidad prescrita. En seguida se ha de ir adelantando el cordel con igualdad por todo el espacio de la ducha , y se ha de hacer qUe tenga en lo hondo la misma anchura con que empezó en lo alto. Pero es menester que haya un sobrestante inteligente y cuidadoso que haga se lleve la margen de la zanja perpen dicular 3j que ésta se desocupe y procure que la tierra sin labrar que está contiguala zanja se confunda con la que se ba movido ya en ésta, cuando llegue el caso de que se labre, como he prevenido en el libro anterior, cuando en» señaba el modo de arar, y prescribí que no se pasasen en ninguna parte por alto los escaños, ni se cubriese el ter reno duro con los terrones tle encima. Nuestros mayores habían inventado una especie de máquina para regular és te trabajo : ésta es una regla en medio de la cual hay una varilla, cuyo largo es igualla profundidad que debe te ner la zanja ; de suerte que puesta la regla en el suelo de ésta llega la varilla al borde. Esta especie de medida la lla ma la gente del campo cigüeña , pero también cabe en ella fraude , porque hay muchísima diferencia de ponerla perpendicularponerla inclinada4, por lo-cual hemos añadido ciertas piezasesta máquina que dirimiesen las contestaciones y disputas que pueda haber. Porque hemos . Llftlfa TERCERO i3i cruzado dos regla» ien forma de X griega, de manera que sus extremidades disten entre sí tanto como el ancho que el cavador ha de darla Tanja en medio de la X donde las reglas se tocan, hemos fijado aquella antigua cigüeña de manera que se mantenga como sobre una base , encima de la cual estuviera puesta perpendicularmen te, en seguida hemos puesto sobre la varilla que está fijada en medio de la regla un nivel de artesano. Compuesto así éste instrumentó, en habiéndolo introducido en la zanja termina sin injusticia las contestaciones que puede haber entre el pro pietario y el destajero. Porque la estrella que hemos dicho parecersela letra griega, mide y nivela con exactitud el suelo de la zanja; pues por la posición de la máquina se co noce si está inclinadosi está llano, como que el nivel puesto sobre dicha varilla manifiesta lo unolo otro, y no permite que se engañe el sobrestante del trabajo. Medido y nivelado de ésta suerte , el agostado vá adelante siempre como un barbecho, ymedida que se vá caminando con la cuerda, se ocupa tanto espacio como debe tener de largo y ancho la zanja. He aquí el modo mas aprobado de pre parar el terreno.

CAPITULO XIV. De cuantas maneras se pone la viña, bien sea en las pro* vincias, bien en Italia. Después de esto se sigue la plantación de la viña, que es tiempo de hacerla en la primaveraen el otoño. Es me jor en la primavera, si el clima es lluviosofrió,es un campo pingüe,una llanura como de vega y húmeda: al contrario lo es en el otoño, si la cualidad del aire es seca, si es cálida, si es un campo endeble y árido, si es una co lina estéril y escarpada : y los dias de la postura de prima vera son cuarenta poco masmenos, desde los idus de fe brero hasta el equinoccio, y la de otoño desde los de octu bre hasta las calendas de diciembre. Pero hay dos modos de plantar , ambos usados por los labradores : de cabezudos, y de barbados. Los cabezudos están mas en práctica en las . i3a -COLUMELA.-I provincias, porque no procuran tener almácigas, ni usan criar barbados. É9te plantío lo reprueban con rázon los ma9 de los cultivadores de Italia, porque el barbado tiene muchísimas ventajas sobre el cabezudo, pues se pierde me nos , como que por su fortaleza aguanta con mas facilidad el calor , el frió y los demás temporales : crece también mas pronto, de que resulta que mas pronto también esté en es tado de llevar fruto: y por otro lado ningún peligro hay en trasplantarlo muchas veces. Sin embargo el cabezudo pue de plantarse desde luego en lugar de barbado en la tierra suelta y franca; pero la apretada y pesada quiere segura mente vid hecha.

CAPITULO XV. Que es mejor ponerlas en el terreno agostado, que en ho» jjosumjas abiertas en el erialinculto. Se planta pues la viña en una tierra agostada, que se ha ya limpiado antes, gradado y allanado, dejando cinco pies entre cada liño, si el terreno es endeble: si es mediano seis; pero en el pingüe se han de dejar de siete los intérvalos, para que queden desocupados mayores espacios, por donde se extiendan los muchos y largos sarmientos que tendrán las vides. De esta suerte será muy fácil marcar Ja tierra pa ra formar una viña en tresbolillo. Para ésto es menester coserun cordel pedazos de púrpurade otra cualquiera tela de color vivo,distancia entre sí de otros tantos pies como hayas destinado de ancholos entreliños': luego que el cordel esté señalado de esta manera , se extiende por Ja tierra agostada, y juntocada pedazo de tela se clava una caña: y de esta suerte se dirigen los. liños con intérvalos iguales. Hecho esto, se pone el cavadortrabajar y dejan do alternativamente un espacio de los señalados en el liño, abrirá desde una cañala que le tigue un hoyo que no tenga menos de dos pies de hondo en los sitios llanos, dos pies y nueve pulgadas en los pendientes, y hasta tres pies en loa escarpados. Hechos los hoyosésta profundidad, se ponen los barbados de suerte que estén tendidos desde el . LIBRO TERCERO i33 medio del hoyo en direcciones contrarias, y se enderecen en Jos dos testeros opuestos aplicados cada unouna caña. Lo que debe hacer el que planta es lo primero trasladar desde el plantel la planta muy reciente, y si puede ser, en el mismo momento que quiera ponerla , procurando sacar la con cuidado y entera: en seguida podarla enteramente, como si fuera una vid vieja, dejándola reducidaun sar miento solo muy fuerte , y alisarle los nudos y las cicatri ces : si también se lastimaren algunas raices al sacarlas ( lo que se evitará con mucho cuidado ) cortarlas: finalmente ponerla encorvada de manera que las raices de las dos vides no se enreden entre sí, pues esto es fácil precaverlo, ponien do transversalmente en el suelo del hoyo algunas piedras que el peso de cada una no pase de cinco libras. Estas pa rece que separan de las raices las aguas del invierno y Jas preservan de los calores del estío, como lo escribe Magon: al cual siguiendo Virgilio, previene que se defiendan y se fortifiquen las plantas en estos términos1: "Echa en el hoyo piedras esponjosasconchas inútiles"; y poco después: "y ya »e ha encontrado quien cargue las plantas nuevas con una piedra grandecon el peso de un tiesto grueso : ésto es un defensivo contra Jas lluvias y contra la ardiente canícula, cuando cretea los campos con la sequedad." Y el mismo autor cartaginés prueba que el orujo de la uva mezclado con estiércol da fuerzaslas plantas puestas en el hoyo, porque el primero la provoca y excitaechar raicillas nue vas , y el último suministra calor en los inviernos fríos y húmedoslos hoyos, y en el estío da alimento y humedad á las plantas. Pero si el terreno donde se pone la vid pa rece endeble, piensa que se debe echar en los hoyos tierra pingüe que se traiga de lejos: lo cual si convenga nos lo enseñará el precio de los víveres en el pais, y el valor de los jornales.

CAPITULO XVI. Cuánta profundidad será suficiente darle al agostado. Una tierra agostada poco húmeda conviene para la plan tación ; sin embargo mejor es poner la planta en un terre i3 . 134 COLUMELA. no seco que en nno cenagoso : y cuando la parte de día que sale fuera del hoyo se ve que tiene muchos canutos, se corta lo que hay de mas en la punta, dejando dos ye mas sobre la tierra, y el hoyo se llena con ella: en segui da, allanado lo agostado, se han de plantar cabezudos en tre las vides ordinarias, y será suficiente ponerlos en el es pacio desocupado que media entre las vides, y sobre una misma línea: pues de ésta suerte, no solo ellos se fortifica rán mejor , sino que quedará algún terreno libre para el cultivo de las plantas ordinarias. Después siguiendo la mis- roa linea en que están colocados los barbados, se han de plantar cabezudosrazón de cinco en cada pie, para po der recurrirellos , en caso de ser necesario reemplazar los barbados que se pierdan: el primer pie se ha de tomar á medio de distancia del liño, para que estén retirados por ambas partes con intervalos iguales. Julio Atico piensa que para una plantación de ésta naturaleza hay suficiente con diez y seis mil cabezudos. Nosotros plantamos cuatro mil mas , poique gran parte sejñerde por descuido de los cul tivadores, y mientras mas plantas de éstas se ponen mas se aclaran las demás yerbas.

CAPITULO XVII. Cómo y de qué manera se ha de poner la vid. No ha sido muy pequeña la disputa que ha habido entre los autores sobre la postura de la planta. Algunos creyeron que todo el sarmiento, como se había quitado de la madre, era bueno para plantarlo, y dividiéndole en trozos decin co y aun deseis yemas, pusieron muchos en Ja tierra. Lo que yo de ninguna manera apruebo, y me conformo mas bien con los que han negado ser la parte superior del sar miento idónea para llevar fruto, y admitiendo solamente la que está unida al sarmiento antiguo, desecharon toda la sae ta. La gente del campo dá este nombrela extremidad su perior del sarmiento,porque se ha alejado mas de la ma dre, y parece haber saltado lejos de ella,porque adelgaza da por la punta , tiene figura de saeta. Los cultivadores ma . LIBRO TERCERO i35 inteligentes han sido de opinión que ésta no debia plantarse, sin darnos ia razón de su modo de pensar, sin iluda por que estando muy instruidos en la Agricultura, les parecia evidente y que saltabalos ojos de todos: pues todo sar miento fecundo echa fruto con abundancia hasta la quinta ó sexta yema ; en la parte restante, por largo que sea ,de ja de echar,los racimos que muestra son muy pequeños; por cuya causa los antiguos se quejaban con razón de h esterilidad de la punta. Pero el cabezudo se plantaba por ellos de manera que el sarmiento nuevo llevase unido al guna parte del viejo: mas la experiencia ha condenado este método : porque todo lo que se había dejado de la madera antigua, se pudría prontamente con la humedad, lurgo que se metía en la tierra y estaba cubierto con ella, y su cor rupción acarreaba la pérdida de las raices tiernas, que es taban inmediatas, apenas comenzabansalir; lo cual cuan do habia sucedido, se desecaba la parte superior de la plan ta. En seguida Julio Atico y Cornelio Celso, autores los mas célebres de nuestra edad , siguiendolos dos Sasernas padre e hijo, cortaron todo lo que habia quedado del sar miento viejo por eí mismo punto por donde nace eJ nue vo, y de esta suerte metieron en tierra el sarmiento con su cabeza.

CAPITULO XVIU Qué debe observar el que la pone. Pero Julio Atico no metia en tierra la antedicha planta, sin torcerle antes y encorvarle la cabeza, para que no se esepase del pastino. Asi llaman los cultivadoresun ins trumento de hierro con dos puntas, con el cual se ponen las plantas, de donde también ha resultado llamarse repasti nadas las viñas viejas que se arrancaban para volverlas á plantar : pues este era el modo propio de nombrar la viña antigua, que se habia sacado y plantado nuevamente de lo mismo: ahora el uso común, ignorante de la antigüedad, llama repastinadotodo terreno que se prepara por la la bor, para plantarlo de viñas. Pero volvamos al asunto. El modo de plantar de Julio Atico es en mi opinión detectuo ¿4 . ,36 COLUMELA. ' so, en cuanto admite el cabezudo con la cabeza torcida, y para evitar ésto no hay una razón sola. Primeramente, porque ninguna planta que se ha maltratado y quebrado antes de ponerla en la tierra, ase mejor que si se ha plan tado entera, ilesa y. sin detrimento: en segundo lugar todo lo que se ha metido en tierra encorvado y mirando acia lo alto de ella, cuando llega el tiempo de sacarlo resiste á los esfuerzos del cavador como si fuera un anzuelo, y clava do en la tierramanera de garfio se quiebra mas bien que dejarse arrancar; pues la madera en aquella parte que se ha lastimado al plantarla por haberla torcido y encor vado es fácil de quebrarse: por lo cual pierde Ja mayor parte de las raices, que igualmente se quiebran. Pero aun dejaudo aparte éstas incomodidades,lo menos no puedo disimular una, que es muy contrariaéste método, pues tratando poco ha de la extremidad del sarmiento , que di je llamarse saeta, sacaba la consecuencia de que el fruto se producía dentro de la quintasesta yema mas inme diatas al sarmiento viejo. Pues ésta parte fecunda la des perdicia el que retuerce el cabezudo, porque la parte que se dobla tiene trescuatro yemas, y las dostres restan tes de fruto se sumen enteramente en la tierra, donde que dando sepultadas no echan vastagos sino raices: de ésta suerte sucede , que lo que evitaríamos, aunque fuese en él plantío de un saucedal, lo adoptemos en semejante cabezu do , que es preciso hacerlo mas largo , si lo queremos plan tar torcido : y no hay duda que en éste caso se dejan en él las yemas inmediatasla extremidad superior, que soñ infecundas, y de ellas brotan renuevosestériles ólo me nos no tan feraces, que la gente del campo llama recemarios. Y qué ¿no es muy interesante que el cabezudo que se planta arraigue por el mismo sitio por donde estaba uni dola madre, y que se cicatrice prontamente? Si ésto no se verifica, se atrae por la médula de la vid que está abier ta , como por un tubo, demasiada agua, y ésta misma pone el tronco hueco y facilita en él escondrijoslas hormigas yotros animales, que pudren las cañas de las vides: pero esto es lo que les sucedelas plantas que se han retorcido: pues como al arrancarlas se han quebrado . LIBRO TERCERO i37 sus prres inferiores, se ponen con las médulas abiertas: é introduciéndoseles las aguas y los referidos animales, se en vejecen prontamente. Por lo cual el mejor modo de plantar un cabezudo es ponerlo derecho, cuya cabeza, asi que se ha metido entre los gavilanes de la azada , se retiene fá cilmente con lo estrecho de su boca y se hunde: este sar miento asi hundido arraiga con mas brevedad : pues echa igualmente raices por la cabeza que es el sitio por donde se ha cortado: las cuales en habiendo crecido cierran la ci catriz, y por otra parte la misma herida, como está vuelta acia abajo, no recibe tanta agua como la que está encorva da y vuelta acia arriba , la cual deja pasar por la medula, como por un embudo, todas las aguas llovedizas que caen sobre ella.

CAPITULO XIX. Qué longitud debe tener el cabezudo. La longitud que debe tener el cabezudo no es muy fija: porque si tiene muchas yemas, se ha de hacer mas corto, y si tiene pocas mas largo : sin embargo no ha de tener mas de un pie, ni menos de nueve pulgadas; si fuera mas pequeño, padecería con la sequedad en los estíos, pues es taríaflor de tierra: si fuera mas largo, se introduciría muy profundamente en la tierra, y sería muy dificultoso arrancarlo cuando hubiese crecido. Pero esto se entiende en lo llano , pues en lo pendiente , donde la tierra se corre, puede ponerse de un pie y un palmo. En el sitio de valle y llanura húmeda, plantamos también cabezudo trigemme, el cual tiene poco menos de nueve pulgadas de largo, y sin embargo mas de medio pie. Yeste no le dicen tri gemme, porque absolutamente no tenga mas de tres hiemas, pues cerca de la incisión, por donde se le ha sepa rado de su madre, está lleno de ellas por lo común; sino porqueexcepción de éstas de que está poblado en Ja misma cabeza tiene ademas tres articulaciones, y otras tan tas yemas. Ademas de lo que he dicho advierto al que fuereplantar cabezudobarbado que evite el viento fuerte y el sol, para que no se desequen, de cuyos dos pe . i38 COLUMELA. ligros se preservan cómoilamente, poniendo delante algu na ropacualquiera género de cubierta tupida. Sin em bargo es mejor escoger para plantación un día sin aire, ó quelo menos el que corre sea ligero: porque del sol fácilmente se preservan con sombrajos. Pero antes de con cluir este tratado, es menester decir alguna cosa sobre asuntos de que no liemos hablado todavía:saber, si se han de tener viñas de muchas especies, y si teniéndolas han de estar separadas y distinguidas particularmente., ó confusas y mezcladas sin orden. Trataremos antes de lo que hemos propuesto primero.

CAPITULO XX. Cuántas especies de vides se han de poner. Un cultivador inteligente debe plantar la vid de la casta que sea mas de su aprobación , sin entremeter planta algu na de otra, y aumentar siempre su número lo mas que pue da; pero uno próvido debe poner de diferentes vidueños, pues nunca es el año tan apacible y templado, que no mo leste con alguna incomodidadalguna especie de vid, pues ei es seco, la viña que prevalece con la humedad, padece; si es lluvioso, la que le conviene la sequedad; si es frió y sujetoheladas , la que no puede resistir la quemadura ; si es ardiente, la que no aguanta el calor. Y para no indivi dualizar ahora los daños que pueden originarse de mil cla ses de temporales, siempre hay alguna cosa que ofenda á las viñas: de donde se sigue, que si no hemos plantado mas que de un solo vidueño, en haciendo el tiempo que le es dañoso, nos privaremos de toda la vendimia, pues no tendrá recurso alguno el que no tenga plantas de di versos vidueños. Pero si formárémos viñedos de diversas especies, alguna de ellas quedará ilesa y llevará fruto. Y sin embargo este no ha de ser motivo que nos obligue á tener muchas variedades de vides ; sino la que hayamos hecho juicio ser la mejor aumentemos su número cuanto podamos, en seguida la que mas se le acerque, después las que son de bercera y aun de cuarta clase, de suerte que . LIBRO TERCERO 139 nos contentemos con una especie de quaternion de vides selectas; pues basta tentar la suerte de la vendimia por cua tro, ólo mas por cinco vidueños. En cuantola segun da cuestión que habia yo propuesto ahora poco no du do que se hayan de distribuir las viñas por especies, y colocarlas cada cual en cuadros particulares, divididos por sendas y lindes. Y el no dudar yo que esto deba hacerse , no es por haber podido conseguir de mis trabaja dores que lo ejecutaran , ni porque alguno de los que mas lo han aprobado Jo haya puesto en práctica antes que yo; porque es Ja mas difícil de todas Jas operaciones rústicas, pues exije una suma atención en la elección de las plantas, y algún conocimiento para discernir las especies; en cuyas cosas es menester de ordinario la mayor felicidad y pru dencia: pero algunas veces (como dice el divino autor Pla tón) la belleza de una cosa nos excitacorrer tras ella, aunque la flaqueza de la humana naturaleza no nos permi ta conseguirla. Sin embargo si vivimos bastante, y si se juntan la ciencia y las facultades con la voluntad , llevare mos ésto al cabo sin mucha dificultad. Aunque el tiempo de nuestra vida en que hemos de perseverar en éste pro yecto no ha de ser muy pequeño absolutamente si hemos de discernir un gran número en algunos años; pues no to do tiempo permite hacer este discernimierto ; porque las vides que no se pueden distinguir por la semejanza de su color , de su tronco , y de sus vástagos , se danconocer por su fruto cuando está maduro y por sus pámpanos. Cuya atención sin embargo no afirmare que pueda tenerla otro que el mismo padre de familia; pues confiarla al capataz, ó aunque sea al viñador, es cosa de un hombre descuidado; siendo así que muy pocos cultivadores hayan conseguido una cosa mucho mas fácil ; cual es conocer la cepa de uva tinta , aunque el color de ésta se puede discernir por el mas falto de atención. . 140 COLUMELA.

CAPITULO XXI. Si se fian de plantar los cuadros cada uno con distinto vidueño, sin mezclar unos con otros. Con todo eso me ocurre un medio único de hacer con mu* cha prontitud lo que hemos propuesto, si las viñas son an tiguas, que es injertar con separación las vides de cada cua dro con diferentes especies de púas, en cada cual las de un vidueño: de ésta suerte recogeremos en pocos años muchos millares de cabezudos de las cepas injertas, y pondremos las plantas de diferentes especies distribuyéndolas por suertes. Muchos son los motivos de utilidad que pueden obligarnos á hacer ésto: y, para empezar por el de menos considera ción, el primero es que en todas las operaciones de la vida, no solo en las relativasla Agricultura, sino en las que lo sonotra arte cualquiera, agradan masun inteligente las cosas que están distinguidas según sus especies particulares, que las que están como tiradas por diversas partes , y con fundidas, por decirlo así, en un montón. El segundo es, que ei un hombre, aun el menos versado en la vida rústica, vie neuna tierra plantada como corresponde , admirará con el mayor placer la liberalidad de la naturaleza, cuando por un lado se le presenten las vides de Berri cargadas de fruto , por otro sus iguales las hel ñolas1, aquilas arcelacas, allí también se junten las espioniasbasificas; y que la tierra que dará todos los años éstas fértiles producciones, como una madre perpétuamente preñada, presentarálos mortales su seno lleno de mosto para alimentarlos. En medio de este espectáculo verá brillar el otoño cargado por todas partes de frutas de varios colores, favorecido por Baco que lleva sus sarmientos dobla dos con el peso de los racimos de uvas blancas, amarillas, rojas,de las que resplandecen con el color de púrpura. Pe ro aunque éstos objetos agraden muchísimo , sin embargo la utilidad excede al placer. Pues también el padre de fami lias váver el espectáculo que le presenta su heredad con tanto mas gusto cuánto ésta es mas fértil , y lo que dice el poeta hablando de este sagrado numen. " Ydonde quiera . LIBRO TERCERO 141 que el Dios volvió su cabeza está hermoso", podrá aplicarse al dueño, pues adonde quiera que se dirigen sus ojos cuan do está presente , en aquella parte se produce el fruto con mas abundancia. Pero omito lo que puede también suce der en las viñas que no están separadas por especies, y pa sootras cosas que han de llamar mas la atención. Las vides de diferentes especies ni dejan la florun mismo tiempo, ni llegan sus uvasmadurar juntas. Por cuya cau sa el que no tiene separadas sus viñas por vidueños, es preciso que sufra una de estas dos incomodidades,re coger el fruto tardío con el temprano, lo que causa lue go la acidez ,si espera que madure el tardío perder la vendimia del temprano que ordinariamente se destruye con el pillage de los pájaros y con el destrozo de las lluvias y los vientos. Pero si quisiere coger aparte y por intervalos el fruto de cada vidueño , es menester en pri mer lugar que se expongaser engañado por los vendimia-" dores , pues no puede ponercada uno un manijero que lo observe y que le mande no cortar las uvas verdes con las maduras: ademas aun aquellas vides que maduran á un tiempo, en siendo de diversos vidueños* el gusto de la mejor se echaperder por el de la peor, y confundido en uno el de muchas, no podrá conservarse mucho tiempo. Y por esto la necesidad obliga al viñerovender pronto su vino ; siendo así que lo vendería mucho mas caro si pu diera dilatar la venta hasta cumplir el año, ólo menos hasta el estío. Tiene ademas ésta separación por vidueños una comodidad suma, porque el viñador darácada uno mas fácilmente la poda que le corresponda cuando sepa de qué vidueño es el cuadro que vapodar, y ésto es dificul toso en las viñas de diferentes especies mezcladas , porque la mayor parte de la poda se hace en un tiempo en que las viñas 110 tieuen ni aun pámpanos que las puedan dar á conocer. Pero importa mucho que el podador deje mas ó menos sarmientos según la naturaleza de cada especie de plantas; y que las excite podando largo^las contenga ha ciéndolo corto. Ademas no es de menos, importancia la parte del cieloque está expuesta cada especie de viña, pues no acomodatodas la exposición cálida , ni por el contrariotodas la fria ; sino que cada una tiene su pro piedad particular ; de suerte que unas se fortifican acia el mediodía, porque se deterioran con el frió: otras apetecen el lado del norte, porque padecen con el calor; y algunas gustan de la temperatura de levanteponiente. Estas variedades las observa , según la situación y posición de los lugares, el que separa los vidueños por cuadros. También saca otra utilidad no pequeña en hacer la vendimia con meno3 trabajo y gasto; porque cogetiempo las uvas que maduran primero, y difiere sin pérdida la recolección de las que no han madurado todavía; ni el fruto pasado se junta con el que está en su punto de madurez para ha cer precipitar la vendimia, ni obliganbuscar cortadores á cualquiera precio que se encuentren. Asimismo es de una ventaja grande poder guardar aparte el vino de caria espe cie y gusto, sin mezclarlo sino en toda su pureza, bien se haya hecho con uva de Berri, bien con basílica, bien con espiónica , cfcyss especies de vinos habiéndose echa !o así en las vasijas , como no hay en ellos cualidades contrarias, adquieren famafuerza de años; pues después de quince añosalgunos mas no se puede conocer en el gusto lo ordinarios que son; pues es propio de casi todo el vino ad quirir bondad con el mucho tiempo. Por lo cual es útilísi ma, como nos hemos propuesto hacer ver, la separación de los vidueños, la cual sipesar de ésto no pudieres conse guir, el segundo partido que puedes tomar es no plantar juntas otras vides de especies diferentes que las que den frutos que se asemejen en el gusto y maduren al mismo tiempo. Puedes también si gustas de frutas poner tallos de higuerasperales y manzanos en los últimos liños , en la orilla de la viña que está expuesta al septentrión , para que no den sombra cuando hayan crecido: en teniendo dos años se injertarán ,se trasplantarán si están fuertes y son de buena cualidad. Esto es lo que tenia que decir sobre la plantación de las viñas; resta la parte mas importante, que es enseñar el modo de cultivarlas, de lo que trataremosla larga en el volumen siguiente.

NOTAS AL LIBRO TERCERO. Notas al

CAPITULO I.

1. Virg. Georg. lib. II, v. 1. 2. El mismo allí. 3. Plinio en el iib. 14 cap. 1° dice qne la vid fue con tada con razón por los antiguos entre los árboles,causa de su magnitud, porque de una vid se hizo una imagen de Jú piter. 4. Estas viñas no pueden prevalecer sino en un clima de ésta cualidad , porque como sus granos se tocan unosotros, se podrirían en un terreno húmedo, y no madurarían en uno frió. 5. Georg. lib. II, v. 238. Notas al

CAPITULO II. I. Nombre griego que en castellano sígniñea excelentes. a. Apianas, de las abejas, que les tienen mucha afición, así como nosotros las llamamos moscateles por las moscas. 3. Sin fuerza. 4. Deprivativo y vesvóo que significa estar borracho, porque no embriaga el vino que se hace de ellas. 5. Plinio en el lib. 14 cap. 2 dice que algunas personas la llaman espirita de espina. 6. Plinio en el lib. 14 cap. 2 dice que se llaman así por la semejanza que tienen sus granos con las aceitunas, que en latin se llaman olee. 7. Esta palabra , que se lee de mil maneras diferentes en los manuscritos, tanto de Plrnio, como de Columela, podria bien significar las lineas que estaban trazadas sobre las uvas: lo mismo quiere decir escriptula que parece ser como debe es cribirse, y no escripula ni escirpula. 8. De pérgula, parra, vid propia para emparrados. 9. Georg. lib. II, v. 103. 10. Este pasage no se encuentra hoy en Catón. Notas al

CAPITULO III. I. Lucio A nneo Séneca , apellidado el Filósofo, natural de Córdoba, hijo de Marco, célebre declamador y hombre sa bio: el hijo también lo fue, y asimismo maestro de Nerón, quien, mientras se gobernó por sns consejos, fue las delicias . i44 COLUMELA. del género humano: después le quitó la vida y fue nn mons truo de crueldad y de disolución. Muchas obras de este gran de hombre han llegadonuestro tiempo. 2. Eri realidad no recibiría mas que 1348 J. Notas al

CAPITULO VI. 1. Efectivamente ésta vara suele ser estéril , por lo que la llaman sarmiento pampinario. 2, Es decir, conversiónrestablecimiento del Sol. Este período está formado con arreglo al año Juliano, que es de 36? dias y 6 horas, las cuales al cabo de cuatro años dan un día entero para completar los 1461. ¿Pero qué tiene que ver éste período con la fecundidad de las plantas ? Sin embargo hasta nuestros dias han llegado las vanas observaciones de los años bisiestos: quizá no se encontrará un caparaz por éstos pue blos que quiera plantar un olivaruna viña en, éstos años. Notas al

CAPITULO VIII. 1. Los antiguos, y entre otros Plinio, atribuían esta fe cundidadlas aguas del Nilo, cuyo efecto, según ellos, se ha cia sentir, no solo en las tierras, sino también en las mugeres. 2. Columela nos manifiesta aquí, y aun mas bien al prin cipio del cap. siguiente, lo que nos han dejado ignorar los historiadores antiguos, cuando nos han contado la historia de los Horacios y los Curiados; ésto es, que sus madres eran hermanas e hijas de un ciudadano de Alba, de la familia de estos últimos. 3. En las obras que nos quedan de Cicerón no se en cuentra esta noticia, que se habrá sacado de un libro que ha bía compuesto sobre las cosas maravillosas, citado por Plinio en el libro 31 cap. 2. Este autor dice en el lib. 7 cap. 16 que no se sabia exactamente la estatura que tenia; pero sí que se le miraba como un prodigio, y que estuvo expuestoaho garse por el concurso de gentes que había atraído la curio sidad para verlo. 4. Este es el árbol de la canela. Si se cultivaba en Roma, -cómo pudo ignorarlo Plinio, y decir en el cap. 32 del lib. 16 que no prendía sino en los paises septentrionales de Italia ? Sin embargo yo creoColumela sin tenerPlinio por em bustero : pues Roma era muy grande , y no es extraño que esto se ocultasePlinio. Notas al

CAPITULO IX. r. Teniendo el amphora dos urnas, ¿cómo es posible que una cepa que producía solamente tres sobre el yugo produ jese veinte armada en parra ? Yo confieso que ésta puede dar . LIBRO TERCERO mas bien qae el yugo la facilidad de extenderselos sarmien tos de una misma cepa; pero la proporción de veintetres roe parece excesiva. Se advierte en los números una negligen cia extremada de parte de los escribientes de los libros anti guos. Este ejemplo prueba que no se les puede corregir sin te ner el don de adivinar. 2. Tytiro en la eglog. I de Virg. v. 33. 3. Se contaban cuatro de estos combates sagrados entre los friegos: los de Neméa, instituidos en honor de Júpiter; los ythios, en honor de Apolo; Istmicos, instituidos por Theséo en honor de Neptuno, o según otros en el de Palemón ; y los OJympicos en el de Júpiter Olympico. . i •> Notas At

CAPITULO X. 1. Columela piensa que una vez que el jugo de la planta ha llegadoso extremidad se para allí y no se reparte : siste ma contrario al de la circulación. Es verdad que no está su ficientemente averiguado si la sávia y jugos propios de las plantas circulan; pero todos los físicos y naturalistas mas acre ditados convienen en que una porción de sávia asciende pa ra que broten y se desenvuelvan las ramillas, y que otra por ción de la misma sávia vuelvebajar, para que se desple guen y crezcan las raices. 2. De humerus , hombro. Notas al

CAPITULO XI. 1. Aunque el olivo no esté comprendido entre los ár boles que en seguida cita Columela, sin embargo se ve por Plinio en el libro 17 cap. 13, que los antiguos maridaban la viñaeste árbol con tal que no diese demasiada sombra, y de este pasage se infiere lo mismo. 2. Vocablo latino, que significa negruzca y también po llatierna; y parece deberse tomar en este último sentido. 3. Especie de piedra blanda y desmenuzable. Nota al

CAPITULO XII. 1. Georg. lib. II , v. 298. Notas al

CAPITULO XIII. 1. Es fácil conocer por qué las colinas necesitan un agos tado mas profundo que el de la llanura , si nos hacemos car go que son semejantesun triángulo rectángulo ; pues como las plantas se han de poner no en ángulos rectosla hipote nusa, sino perpendicularesla misma base, el pie de ellas no puede estar asegurado sino en cuanto esté mas profunda mente metido en la tierra. k . ,46 COLUMELA. 2. De aquí se infiere que el instrumento llamado pastinum es una especie de azadaazadón que se tira ácia adelante para cavar la tierra. Porque los que caban con pala , apoyan do el pie sobre ella, echan delante de sí la tierramedida que la mueven , y no la echan detras de sí, pues ellos mismos van andando ácia atrás. 3. Para que sea tan ancha por arriba como por abajo. Si las márgenes de dos zanjas que se tocan por lo alto no están derechas sino en plano inclinado, se dejará entre ellas un es caño en forma de prisma triangular, cuyo ángulo agudo es tando en lo alto y la base en el fondo no se percibe fácilmen te con la vista. 4. En efecto, si en colocándola en la zanja se inclina masun lado queotro , mide una profundidad menor que si estuviera perpendicularmente. Nota al

CAPITULO XV. 1 Ceorg. Ub. II, 33, Nota ai

CAPITULO XXI. 1 Las que^ienen el color entre rojo y blanco. . LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA. De las cosas del campo. LIBRO GUARTO. « .

CAPITULO I. Se establece,contralaopiniónde AticoydeCelso,que no es suficiente profundidad la de dos pies en los hoyos para plantar viñas. Habiendo tú, Publio Silvíno, leídomuchos aficiona dosla Agricultura el libro que yo he escrito sobre el plantío de las viñas, dices haberse hallado algunos, quela verdad han celebrado los demás preceptos que hemos dado. Pero han censurado dos: el primero, haber yo prevenido que se bagan los hoyos demasiado hondos, habiendo añadido nueve pulgadasla profun didad de dos pies señalada por Celso y Atico: el segundo, haber destinado con poca inteligencia , según dicen ,cada barbado un solo apoyo, cuando estos misinos autores han permitidoconahorrodegasto,quecondosramasseparadas y de un mismo barbado se cubran dos apoyos seguidos en un liño: cuyas dos objeciones se fundan mas bien sobre un juicio equivocado, que sobre uno verdadero. Porque ( pa ra refutar antes lo que be propuesto primero ) si nos hemos de contentar con un hoyo de dos pies, ¿para qué damos un agostado tan profundola tierra, habiendo de poner la vid á una profundidad tan pequeña? Dirá alguno que esto es para que haya por bajo de ella tierra mullida, cuya dureza nodesvíenirechacelas raicillas nuevasque se van introdu ciendoen lamisma.Tambiénpuedesuceder esto enunho yo de dos pies y medio de hondo, si se cava el terreno con un azadón , pues el suelo fermentado e hinchado con la ca va y la rellenadura del hoyo tiene mas de dos pies y medio de tierra movida , y por esto dejalas raices lugar donde 6e extiendan: porque la tierra en lo lleno está siempre mas levantada cuando está movida que cuando no lo está. Y á la verdad la postura de las plantas no exige que se les deje por bajo un lecho profundo de tierra mullida : sino que á las vides basta dejarles medio pie de ésta tierra por bajo de las raices , para que reciba los incrementos de éstas como en un seno hospital y materno. Tomemos un ejemplo de esto en las vides que se maridanárboles, pues cuando abrimos los boyos, y plantamos en ellos los barbados, deja mos debajo de estos muy poca tierra mullida. Es pues la cau sa mas cierta de dar el agostado mas hondo, el que las vi des destinadasyugos crecen mejor cuando se ponen én hoyos mas profundos : pues los de dos pies , ni aun apenas los pueden aprobar los cultivadores de las provincias, los cuales ordinariamente dejan sus vides bajas y juntola tierra, cuando las que se destinan al yugo han de estar ase guiadas sobre fundamentos mas profundos: pero si suben mas arriba necesitan mas ayuda y mas tierra. Y por esto, pa ra las que se han de maridarárboles, nadie hace hoyos de menos hondo que tres pies. Pero los cultivadores sacan poco provecho de las dos principales utilidades que ofrece una postura poco profunda: éstas 9on crecer mas pronto las plantas que no se fatiguen oprimidas por el mucho peso de la tier ra, y hacerse mas fértiles las que están mas superficiales; Pues éstas dos razones de Julio Atico se convencen con el ejemplo de las vides maridadasárboles, )as cuales segura mente son mucho mas fuertes y fértiles ; lo que no les suce dería 6i las plantas enterradasmayor profundidad padecie sen. Y ¿á qué viene decir que la tierra agostada, al instante que se ha mullido y dilatado se levanta como si estuviera en fermentación , cuando después, sin que haya pasado mu cho tiempo, se sienta condensándose, y se separa de las rai ces, que quedan como nadando en la superficie del suelo? Pero esto sucede menos veces en nuestro método de plantar la vina, pues la ponemos mas honda. Porque en cuantolo . LIBRO CUARTO 149 que se dice que las plantas padecen en lo profundo con el frió, tampoco lo negamos nosotros. Mas la profundidad de dos pies y nueve pulgadas no es la que puede producir és te efecto; cuando principalmente (como hemos dicho poco antes) la plantación de la vid para maridarlaárboles, aun que mas profunda , se liberta de ésta incomodidad. ¡ '

CAPITULO II. Que no conviene cubrir dos estacas con un barbado , sino á cada planta se ha de destinar un apoyo. Aquella otra opinión en que están de que se cubren con menos gasto dos estacas con los sarmientos de una sola vid, es falsa. Puesse pierde la cepa, en cuyo caso quedan dos estacas desocupadas , y es menester remplazaría por dos bar bados, que con su número aumentan el gasto del cultivador; ó vivé esta cepa, y (como muchas veces sucede)es de uva negra,poco fértil, entonces no hay falta de fruto en una estaca sola, sino en muchas. Los mas inteligentes en las co sas del campo creen que una vid seria menos fértil , aunque fuera de vidueño generoso, si estuviera dividida de ésta ma nera sobre dos estacas , porque formaría con sus sarmientos una especie de zarzo. Y por esto el mismo Atico ordena que las viñas viejas se propaguen mas bien por medio de mu grones, que no hundiéndolas enteramente: porque los mu grones arraigan con facilidad , de suerte que cada vid se sos tiene sobre sus propias raices , que se deben mirar como sus fundamentos. Pero la que está enteramente tendida, ha biendo como enrejado y enredado la capa inferior del ter reno, hace una especie de zarzo, se obstruye con una mul titud de raices enlazadas entre sí, y perece, no de otra manera que si estuviera cargada de muchos sarmientos. Por lo cual yo preferiría en todo caso probar, poniendo dos plantas mas bien que una sola, y no adoptar como ahorro lo que por todos lados me puede acarrear mucho mayor dispendio. Pero lo que hemos tratado en el libro anterior exige ya que demos principiolo que hemos ofre cido tratar en éste. '

CAPITULO III. , "

Que si el plantío nuevo de viña no se ayuda con gran cuidado y diligencia prontamenté se pierde.

En todo género de gastos la mayor parte de los hombres, como dice Grecino, tienen mas ánimo para empezar á obras nuevas, que para cuidarlas cuando se han conclui do. Pues algunos construyen casas sacándolas de cimien tos, y después de haberlas acabado no las adoruan. Otros fabrican navios con actividad, y después de hechos, no tie nen la misma para equiparlos y marinarlos. Estos tienen pasión por comprar ganados, aquellos por comprar esclavos, pero no se toman la pena de mantenerlos. También hay muchos que con su inconstancia destruyen los beneficios que han hechosus amigos. Y para que esto no nos cause admiración, Silvino, no falta quien crie con mezquindad los hijos que ha tenido de su matrimonio yfuerza de pro? mesas , y descuide de su educación con respectolas cien cias ólos ejercicios corporales. ¿Qué pretendo yo inferir de éstas cosas? que seguramente incurren también en ésta misma falta por lo común los cultivadores que abandonan por diferentes motivos las viñas que han puesto con la ma yor perfección , antes de haber tomado.su incremento. Unos hay que huyen del gasto que se repite todos los años, y tier nen por muy cierto que el principal rédito y el mas seguro es no expender cosa alguna, como si fuera absolutamente preciso plantar viñas, para abandonarlas por avaricia en lo sucesivo. Algunos hay que creen ser mejor poseer grandes viñedos, que tenerlos bien cultivados. Yo he conocido ya á muchísimos, que estaban persuadidosque el campo se ha de cultivar, pero que es indiferente hacerlo con buenos ó con malos métodos. Pero yo no solo soy de sentir que nin guna clase de campo puede ser fructuosa si no se cultiva con el mayor cuidado e inteligencia, sino que ésto se verifica en las viñas mas que en otro alguno. Pues la vid es una planta tierna, débil y que no puede aguantar cosa alguna que la perjudique, que comunmente se consume por el mucho trabajo y abundancia, y que perece víctima de su fecundidad, si no se la moderas. Sin emb argo, así que se ha fortificado algún tanto, y como que ha t ornado un vigor ju venil, sufre el descuido del cultivador. Pero si al majuelo no se le dan las labores correspondientes, hasta que haya tomado su incremento, se reduceun a extrema debilidad, y se consume de tal manera , que no hay gastos que pue dan alcanzarrestablecerlo. Por cons iguiente, se han de po ner, por decirlo así, sus fundamento s con el mayor cuida do, y arreglar sus miembros desde e 1 primer día de haber se plantarlo, como se arreglan los de los niños recien naci dos: lo cual si no lo hiciéremos, vien einutilizarse todo el gasto, y no se volverápresentar otra vez la oportunidad de hacer cada cosasu tiempo , hab iéndolo dejado pasar. Créeme, Silvino, comoexperimentado; la viña que está bien plantada, es de buen vidueño, y se labra por un buen cultivador, nunca ha dejado de recompensar con gran usura el gasto que se ha hecho en ella. Y ésto nos lo de muestra Grecino en el libro que escribió de las viñas, no solo por la razón , sino también por un ejemplo , cuando refiere haber oido decir muchas vecessu padre, que un tal Paridio de Vetera, vecino suyo, había tenido dos hijas y una tierra plantada de viña, de la cual había dado la ter cera parte en dotela hija mayor cuando la casó, y sin em bargo había solido coger igual cantidad de fruto de las dos terceras partes que ántes del todo: que después había casado la hija menor , dándole la mitad de lo que le quedaba , y que tampoco haciendo esto había disminuido nada del pro ducto antiguo. De lo cual ¿qué conjetura saca sino que la tercera parte, que le quedaba de la posesión, se había cul tivado después mejor que antes toda ella?

CAPITULO IV. Que es conveniente tender la vid en el suelo del hoyo, y después de encorvarla se ha de aplicar (endere zándola desde lo hondo de él) d una caña que se clavará. Con que, Publio Silvino, plantemos también nosotros las viñas con grande ardor, y cultivémoslas con mayor apli k4 . !5a COLUMELA. cacion. Y para plantarlas, el modo que hay mas ventajo so es solamente el que hemos dadoconocer en el li bro anterior , y que consiste en tenderlas en un hoyo, formado en el terreno agostado , casi desde el medio de él hasta sus extremidades, donde se levantarán pcrpendicularmente, y se aplicaránunas cañad. Y sobre todo se ha de observar que el hoyo no teríga hechura de pi lón, sino que «us bordes estén perpendiculares, forman do ángulos bien expresados. Porque la vid que se ha pues to inclinada, y corno recostada en un pilón, está expuesta á recibir heridas cuando después se excava. Pues mientras mas profundiza el cavador la excava al rededor de la vid, mas la hiere si está inclinada , y algunas veces la corta. Con.' que tengamos presente aplicar el sarmiento al rodrigón, trayéndolo derecho desde el fondo del hoyo , y guiarlo de ésta manera hasta lo alto. Después hagamos las demás cosas, co mo hemos prevenido en el libro anterior. Y en seguida po dremos allanar la tierra al rededor del sarmiento, dejando fuera dos yemas. Después de haber puesto el cabezudo en tre los liños, mullir el agostado con frecuentes cavas, y re ducirlopolvo. Pues los cabezudos, los barbados 4 y las de- mas plantas que ' pusiéremos , se fortificarán si la tierra muelle y enternecida les da su jugo sin comunicármelolas yerbas inútiles, y la dureza del suelo no las comprime mientras están todavía nuevas.

CAPITULO V:< ;» .Que desde que se plante el majuelo se ha de cavar todos los meses; que no se ha de dejar que nazcan yerbas en él, y que se han de despampanar los barbados de manera que queden reducidos cada uno ú un sarmientoi •> Pero para decir la verdad, no se puede fijar el número de veces que se ha de voltear el terreno con las azadas, estando todos de acuerdo en que, cuanto mas frecuente es la cava, -es tanto mas provechosa. Pera como en razón de los gas tos-es menester ceñirseun número determinado de labo . LIBRO CUARTO i53 res, Jos mas han creído que es suficiente desde las calendas de marzo hasta las de octubre cavar los majuelos de treinta en treinta días, y arrancar de,ellos todas las yerbas, espe cialmente las gramas, las cuales, si no se cogenmano, y no se echan sobre la superficie del suelo, por poco que que den cubiertas de tierra, reviven, y de tal suerte abrasan las plantas, que las ponen ásperas y desecadas.

CAPITULO TL Que se han de despampanar los cabezudos. Finalmente , hayase plantado la viña de cabezudode bar bado, lo mejor es formarla de manera desde el principio, que se le quite todo lo supérfluo, despampanándola con fre cuencia, y no consentir que suministre fuerzas y todo el jugo nutricio mas queun sarmiento : sin embargo prime ramente se dejan dos, para que si el uno se pierde casual mente , haya el recurso del otro \ luego que en seguida se hayan endurecido un poco, se quitarácada planta el peor. Y para que los que se han dexado no Jos derriben Jas ven» tiscas, convendrá asegurarlos, conforme vayan subiendo, con una atadura blanda y floja, hasta que se agarrenJos apoyos con sus zarcillos, que les tienen lugar de manos. Si la escasez de jornaleros no permitiere hacer esto con los ca bezudos, los cuales creemos que también se han de des pampanar: perolo menos en las vides ordinarias se ha de hacer sin falta , para que no se debiliten con la multitud de varas,menos que no tratemos de proveernos de mugrones para en adelante, sino que cada una crie un sarmiento; ca yo crecimiento debemos excitar aplicándole un apoyo bien largo , por el cual vaya subiendo , hasta pasar por encima del yngo del año siguiente y encorvarse para llevar fruto. En llegandoesta altura se les quebrarán las puntas, para que mas bien tomen fuerzas engruesándose, que no que se debi liten con una longitud supérflua. Sin embargo despampa naremos el mismo sarmiento que hemos dejado para tron co , desde junto al suelo hasta la altura de tres pies y medio, y quitaremos muchas veces todos los nietos que hubieren . 154 COLUMELA. nacido dentro de éste espacio. Pero convendrá dejar intacto todo lo que hubiere brotado de ahí para arriba. Pues es mas á propósito cortar con la podadera en el otoño próximo la parte superior, que despampanarla en el estío: porque del si tio, de donde has quitado un nieto, inmediatamente arroja otro, y nacido éste no se deja ninguna yema en la planta que brote con fruto el año siguiente.

CAPITULO VII. Que el tiempo oportuno de despampanar es cuando se qui tan los renuevos fácilmente con el dedo. El tiempo propio de despampanar es cuando los sarmien tos están tan tiernos, que se echan abajo tocándolos lige ramente con el dedo, pues si se han endurecido demasiado, ó es menester desgajarlos con mayor esfuerzo,cortarlos con la podadera ; uno y otro debe evitarse , lo uno porque destroza la madre, lo otro porque la hiere, cosa muy perjudicial en una planta verde y todavía inmatura. Pues la herida no se queda solamente en el sitio por donde ha pasado el corte de la podadera, sino que como se ha impreso muy profunda mente la deseca por mucho espacio 1 durante los calores del estío, de manera que hace morir una parte no muy peque ña del cuerpo de la madre. Y por esto si fuere necesario apli car la podaderasarmientos que ya estén duros, se han de cortar un poquito retirados de la madre, y se han de dejar como los tornillos, para que reciban el daño que ocasiona rá el calor hasta el nudo por donde salen los renuevos late rales ; porque su violencia no pasa roas allá. En el cabezudo hay el mismo modo de despampanar y de excitar el sar mientoalargarse , si queremos servirnos de él desde que tenga un año, lo que yo he hecho muchas veces. Pero si nos hemos propuesto no servirnos ue él hasta que tenga dos años, luego que lo hayas reducidoun sarmiento, y éste tenga mas de un pie de largo convendrá despuntarlo, para que se fortifique mas por la cabeza , y sea mas robusto. Y este es el primer cultivo de las vides después de su plan tación. . LIBRO CUARTO i55

CAPITULO VIII. Que se ha de excavar la vid por el otoño. El tiempo siguiente pide un cuidado mas extenso , según han escrito Celso y Atico, que son los autores que ha apro bado mas nuestra edad en la agricultura: pues se ha de ex cavarabrir la vid después de los Idus de octubre, antes que empiecen los frios : ésta labor descubre las raicillas que han salido en el estío, y estaban cubiertas, Jas cuales el la brador inteligente las corta con la podadera. Pues si ha de jado que se fortifiquen , se pierden las inferiores , y sucede que la viña extiende sus raices sobre la superficie del terreno, las cuales se infestan con el frió, y con los calores se encien den de manera que obliganla madrepadecer una terri ble sequedad al salir la canícula. Por lo cual cuando hicie res la excava se han de cortar las raices que hubieren sali do mas arriba de la profundidad de pié y medio. Pero no se ha de hacer éste corte del mismo que el de la parte supe rior de la vid. Pues no se ha de alisar la herida, ni se ha de aplicar la herramienta de modo algunola misma madre: porque si cortares la raiz por junto al tronco,nacerán mas de la cicatriz,el agua de las lluvias del invierno, que pára en las pozas de la excava , con los hielos de aquella es tación quemará las heridas todavía nuevas, y penetrará hasta la médula. Para que esto no suceda , convendrá des viarse cerca de un dedo del mismo tronco, y cortar las rai cillasésta distancia: las cuales, quitadas con éstas precau ciones, no brotan mas, y defienden al tronco de otro cual quier daño. Concluida ésta labor, si el invierno es benigno en aquel pais, se ha de dejar la vid abierta; pero si fuere violento, y no permite que esto se haga, se han de allanar dichos hoyos antes de los Idus de diciembre. Mas si hu biere sospechas de que han de hacer frios muy grandes , an tes de cubrir la vid , has de echar sobre sus raices un poco de estiércol ,de palomina , si hay mas comodidad de ésta, ó seis sextarios de orina añeja preparada para emplearla en esto. Y en los cinco años primeros convendrá excavar la vi . i56 COLUMELA. ña todos los otoños hasta que se haya fortalecido; mas lue go que el tronco haya tomado pié , se ha de hacer ésta labor cada tres años » con corta diferencia. Pues se causa menos da ño con él hierrolas cañas de las vides, y no salen tan pronto las raicillas del tronco envejecido. " *_«» ;

CAPITULO IX.""' •/))')i; i 1 ... 1 Qye después de excavada la vid se pode, y cómo se fia de , hacer ésta labor para que no la perjudique. ,. . Después de la excava se sigue la poda, que (según el pre cepto de los autores antiguos) se debe hacer de 6uerte que la vid quede reducidauna sola vara. Cuya poda no debe hacerse junto al nudo, para que la yema no se quede sin brotar, sino casi por la mitad del canuto se hace el corte con la podadera oblicua, no sea que si la cicatriz está orizontal, se quede parada en ella el agua llovediza que le cae encima. Pero tampoco conviene que esté la herida in clinada hácia el lado donde se halla la yema , sino al opues to, para que llore mas bien sobre la tierra que sobre el bro te : porque la humedad que correría de ella cegaría la yema y no la dejaría echar hojas.

CAPITULO X Cuál es el mejor tiempo de podar. De podar hay dos tiempos: mas el mejor es el de la primavera (como dice Magon), y esto antes que la vid bro te , porque como está llena de humedad , recibe el corte con facilidad y sale éste liso e igual, y no resistela poda dera. A este autor lo han seguido Celso y Atico. Nosotros somos de sentir que no se ha de contener el incremento de las plantas nuevas con una poda corta ,no ser que sean muy endebles, y que no se han de podar siempre en pri mavera. Pero en el primer año en que se han plantado se han de ayudar con frecuentes cavas y despampane» todos los meses mientras tienen hoja, yfin de que tomen fuerzas, . LIBRO CUARTO 167' y no mantengan mas que un sarmiento: el cnal luego que lo hayan criado, creemos que se debe limpiar en el otorío, ó si es mas conveniente en la primavera, y que se ha de libertar de los nietos que habia dejado el despampanador en la parte superior > y ponerla asi en el yugo. Pues la vid que con el vastago del primer año se ha , levantado mas ar riba de éste, es lisa, derecha y sin cicatriz: lo cual sin em bargo sucede rara vez ymuy pocos cultivadores. Y por esto dichos autores han sido de sentir que se cortasen en teramente las primicias de la vid. Y á. la verdad no es en todos los países la mejo^ poda la de la primavera; pero en los parages expuestos al sol , y donde los inviernos son tem plados, la mejor y mas natural es la del otoño, pues es el tiempo en que por una ley divina y eterna dejan la» plantas caer el fruto con la hoja. . ' ' " I '.'Mi !;''' '•u -"'i i " '< •>•! " .': « : ." '1 l'l.'j

CAPITULO XI. '•i."Ci-i 1 i . . ., \a Cómo se ha de cortar el cabezudo^ Pienso, que ¡ésto es Ib que se ha dé hacer^ ' ya íe"a que haya* puesto barbado,ya sea cabezudo: pues Ja experien cia ha condenado la antigua opinión de que no se habían «le . tocar con hierro los cabezudos de un año, porque tie nen hofrOr al corte ; témor vano que tuvieron '"Virgilio1, Saserna, los Estolones y los Catones: los cuales no solo er* raban en dejar' intactos los sarmentvllos de las plantas el primer año, sino que cuando se habia de cortar el barba do al cabo de dos* Jo cortaban entre dos tierras, al rás de la unión del tronco con la raiz para que brotase de lo duro. Pero la experiencia, maestra de las artes, nos ha enseñado á arreglar los brotas de," los cabezudos desde el primer año, y á no dejar qué la vid fértil en hojas supérfluas se espese demasiado; y por el contrariono rebajarla tanto como ordenabán los' antiguos, cortando todo lo que salía de la tierra: lo que seguramente les es muy contrario. En primer lugar, porque cortando las plantas: de esta manera, la ma yor parte de ellas mueren, como si hubieran recibido un golpe superiorsus fuerzas, y aun las que han podido re . i58 COLUMELA. sistir llevan sarmientos menos fecundos; como que por confesión de todos, los pampinarios que brotan de lo duro las mas de las veces carecen de fruto. Se ha de tomar pues un medio, y no cortar el cabezudo entre dos tierras, ni excitarlo por el contrarioque crie un vastago muy largo: sino, señalando un pulgar del año anterior, dejar por enci ma de la misma unión con el sarmiento viejo unodos yemas de las cuales eche brotes. "

CAPITULO XII. Cómo se ha de rodrigar la vid, y del cauterio. Después de la poda se sigue el cuidado de poner apoyosla vid; pero éste primer año no exige todavía una estaca fuerte ni una pértiga; pues yo he notado que una vid tierna se sostiene por lo común mas bien sobre un apoyo mediano que sobre una estaca fuerte; y así aplicaremoscada vid dos cañas viejas, no sea que si son nuevas echen raices, ó si lo permite la situación del pais, se clavarán astiles viejos, á cada uno de los cuales se han de, atar pértigas atravesadas ácia la parte mas baja del liño:cuya dase de yugo lia» ma la gente del campo canterio. Este importa que esté don» de lo pueda asir inmediatamente el sarmiento que sale po co mas abajo de la curvatura de la vid, para que tenga fa cilidad de extenderse mas bien orizontal que perpendicu? lamiente, y que resista los vientos con menos dificultad, apoyado en el canterio. Y este yogo convendrá levantarlo á cuatro pies, hasta que la viña se fortifique. < , i

CAPITULO: XIII. «i •'. Como se ha de atar la vid. A la postura de los apoyos se sigue el cuidado de atar la vid. La obligación del que ha de hacer esto es llevarla derecha hasta el yugo: 91 está puesta juntola estaca, como han querido algunos autores, observará no seguir al atarla la Curvatura de ésta, si por casualidad está ladeada, porque . LIBRO CUARTO i59 esto hacela vid torcida pero si ee dejare algún espacio entre i la cepa y ,1a estaca (corno ha parecidoAtico yotros cultivadores, y'á raí no me desagrada), se ha de arrimar á la cepa una caña derecha y sujetarlaella por medio de muchas ataduras, y de esta manera guiarla al yugo. Impor« ta muchísimo la cualidad de las ataduras con que se afian zan las plantas, pues mientras la viña es nueva, se le han de poner ataduras muy blandas: porque si la atares con va retas de saucede olmo, se cortará ella misma conforme vaya engruesando. Con que la mejor atadura es de retama, de junco cortado en las lagunas,de espadaña. Sin embar go no sirven muy mal para éste uso las hojas de las cañas, secándolasla sombra. . < ».' '" ' "

CAPITULO XIV. Pero también se ha de dar el mismo cultivolos cabezudos, esto es, que así que se hayan podadounados ye» masen elotoño,áenlaprimavera,antesdefbrotarseaten al yugo. A éstas se les ha de poner el cantér.ip mas cerca de la tierra queJas vides ordinarias : y no debe tener mas al tura que la de un pie, para que los. sarmientos todavía tier nos tengan donde agarrarse con sus zarcillos:,fin de que no loa arranquen los. vientos. En "seguida, el ,cavador con frecuenteslabores.:deazadavoltearála supciíicie del terre no, desmenuzándolo con igualdad.. Esta enva corrida es muy de nuestra aprobación : pues, la que en España llaman de invierno , y se hace quitando la, tierra de las vides ; y lle vándola al medio de,los-entreliños,1nos parece supérftua, porqueyahaprecedido Iai.ej¿cavádelotoño„que¡ha.descu bierto las raicillas superficiales , ha llegado hasta las mas profundas y les ha transmitido las aguas del jnyiern,©. Pero el número de las cavas, ha de ser eL mismo que el del pri mer año, óse hade dar una menos. Porque.la verdad el. suelose debe labrarmenudo, hasta, que la» vides con su incremento le hagan sombra, y no dejen crecer la yerba. . i6p '•" COLUMELA. por bajo de ellas. El despampano de este año debe ser como el del anterior, pues todavía se ha de contener, por decir lo asi, la puericia de las plantas, y no se le ha de dejar mas que un vastago: tanto masla verdad, cuanto su tierna edad no puede aguantar la carga de fruto y de maderaun mismo tiempo.

CAPITULO XV. Cómo se ha de poblar el majuelo y se han de echar los mugrones. ,: ...«•' " ; )l,: ) . /ii." ': < Pero cuando al cabo de un año y seis meses ha llegado á la vendimia, inmediatamente después de haber cogido el fruto se ha de poblar, y propagar los cabezudos subsidiarios que se habían puesto para este efecto , y si no los . hay se han de atraer de Lis vides que están en los liños mugrones á otras estacas, pues es de la mayor importancia qne cuando está todavía nuevo el plantio , se cubran todos los apoyos, y que no se replante el majuelo cuando se ha de coger fruto de él. Es una especie de mugrón 'cuando se encorva la vid por encima de la tierra cerca de sil apoyo, y hundida en aquella se guía desde el hoyouna e$taca que está desocupada. En seguida echa con mucha; fuerza renuevo^ de la parte arquea da, que aplicados inmediatamentesu apoyo, se les hace llegar al yugo. De9ptfes d añ* siguiente se corta la parte su perior de la 'curvatura, hasta llegarla médula, no sea que el sarmiento amugronado atraigasí todas las fuerzas de su madre, y para qué se habitúe pocopocoalimentarse con sus propias raices. Cuando tenga dos años, se corta por «erca dél vástago ¡que se dejó eiv la parte arqueada; en seguida se da una cavá'hóhda al -rededor de esta planta)irueva separa* da de su mádre , y dejando allí uní hoyo pequeñoi,se corta ésta entre dos tierras en su fondo, y 6e cubre para que eche raices hácia abajo, porque si se corta sobre la superficie del suelo sin precaución, brotará por ía punta que está cerca de ella, lo que se trata deieVitátt fí no'hay' tiempo maspro pósito para cortar los rougroneáy^quej desde los idus de oc-; cubre hasta los de noviembre, para que fortifiquen sus raices . " LIBRO CUARTO 161 en los meses de invierno. Pues si hiciéremos esto en la primavera, cuando empiezan las ramasarrojar, destituido repentinamente de los alimentos de la madre, pierde las fuerzas.

CAPITULO XVL En qué tiempo se ha de trasplantar el barbado. Ei mismo método se observa en la trasplantación del cabe- nido: pues al segundo otoño, si la calidad del clima y del terreno lo permite, se planta muytiempo, si se ha arran cadoeste fin, después de los idus de octubre; pero si lo impide la mala disposición de la tierradel aire , no será tiempo de hacerlo hasta la primavera inmediata: y no se ha de dejar mucho tiempo en las viñas , porque consume Jas fuerzas del terreno y perjudicalas plantas que están en los liños, que se fortificarán tanto mas fácilmente, cuan to mas pronto se liberten de la compañía de los barbados; pero en la almáciga se puede conservar la vid de tres y aun de cuatro años, cortándola enteramentepodándola corta, porque no se trata en estas almácigas de tener cosecha. Lue go que la viña que se ha puesto pase de treinta meses , esto es, al tercer otoño, se le han de poner apoyos mas fuertes inmediatamente, y esto no se ha de hacer por capricho ú á la ventura. Porquese clava la estaca cerca del tronco, en cuyo caso se retirará de él cerca de un pie , para que no oprimahiera la raiz , y para que el cavador cave por to dos lados al rededor de las plantas; y se ha de poner de ma nera que reciba la violencia de los fríos y de Jos aquilones y proteja la vid:se pone enmedio del entreliño, y en és te caso,se ha de meter en la tierra,haciendo antes un agujero en el suelo con una estaquilla se ha fie introducir bien hondo, para que sostenga con mas facilidad el yugo y el fruto. Pues por lo que hace al rodrigón cuadrado, mien tras mas cerca se pone del tronco es mas estable, aunque no esté muy metido en tierra, porque como la toca, es sos tenido por ella , y la sostiene mutuamente. En seguida se han de atarlos rodrigones yugos mas fuertes, que se ha . t6a COLUMELA. ráa con varales de sauce,con muchos hacecillos de cañas, por decirlo así , para que estén tiesos , y no se blandeen con el peso de los frutos. Porque ya deberán dejarsecada plan ta dos sarmientos,no ser sin embargo que la pequenez de alguna cepa exija que se pode mas corta,la cual se deja rá un sarmiento solo , y éste con pocas yemas.

CAPITULO XVII.1 Como se ha de hacer el yugo de cañas, y que después de los primeros dos años se han de seguir dando las mis mas labores que en ellos. Los varales hacen el yugo mas firme, y se necesita para formarlo menos trabaja Los yugos de cañas emplean mas jornales, porque también se atan por muchas partes, ponien* do las puntas de las unas con las cabezas de las otras, pa ra que todo el yugo sea igualmente grueso; porque si las puntas se juntan en un lado solo, gravada la debilidad de este ladu con su peso echatierra el fruto ya maduro , y lo exponeque se lo coman los perros y las fieras. Pero cuan do se ha arreglado el yugo con muchas cañas hechas haz, de manera que sus puntas estén vueltas alternativamentedi ferentes lados, sirve por casi cinco años. Y no es distinto el método de la poda y el de las demás labores del que se ha seguido en los primeros dos años: pues se ha' de hacer con cuidado, la excava de otoño, y no menos se han de aplicar mugroneslas estacas desocupadas: porque no se ha de pasar un año tan solo sin repetir ésta labor. Pues la9 cosas que plantamos nosotros no pueden ser inmortales; sin embargo el medio que tenemos de proveersu perpe tuidad , es sustituir otras plantaslas que se han perdido, y no dejamos que toda la especie vayapararsu total ruina por la negligencia de muchos años. Se han de dar asi* mismo frecuentes cavas, aunque se puede dar una menos que el año anterior. Los de?pajnpános se han de hacer tam bién muchas veces, y no e9 suficiente quitarla vid la ho ja supérflna unados veces en todo el estío. Pero sobre to do se han de echar abajo cuantos renuevos hubieren brota* . LIBRO CUARTO i63 do por bajo de la cabeza 3 del tronco : asimismo si cada yema hubiere echado por bajo del yugo dos sarmientos de una vez, aunque muestren abundancia de fruto, se les ha de quitar uno, para que el otro se levante con mas fuerza, y crie mejor el fruto que le quede. A los cuarenta y un me ses, concluida que sea la vendimia, se ha de podar la vid de manera , que dejando muchos sarmientos , se distribuya en forma de estrella. Pero el deber del podador es: acor tar la vid hasta dejarla un pie por bajo del yugo, para que todo lo tierno que hubiere brotado por encima de la cabeza al través de los brazos, se excite, y encorvándose por encima del yugo se precipite hacia la tierra , de suerte que no pueda llegarella. Mas es menester po ner límitesesto en proporciónlas fuerzas del tronco j no dejar mas ramas de las que pueda sostener la vid. Por lo común en esta edad, siendo fértil el terreno y el tronco, quiere tres sarmientos y rara vez cuatro, que se deben re partir por el aligador por otras tantas partes, pues cfe nada sirve cruzar el yugo y dividirlo formando estrella, si no se Je aplican los sarmientos en la misma forma. La cual no ha sido sin embargo de la aprobación de todos los cultivadores; pues muchos se han contentado con arreglar las ramas de un modo sencillo: pero tiene mas consistencia , asi para sos tener los sarmientos como para llevar el fruto , la vid que atada al yugo por un lado y otro , está retenida por un con trapeso igual , como por cierta especie de áncoras : ademas, cuando está sostenida por todos lados, extiende sus saruaien* tos en mas brazos , y I03 abre con mas facilidad , que «nan» do tiene una porción de ramas amontonadas confusamente " sobre un simple cauterio. Sin embargo si la viña no está plantada con mucho desahogo,que es poco fértil,está bajo de un clima que no está sujetotempestades, podrá contentarse con un yugo: pues donde hay mucha abundan cia de lluvias y las tempestades son fuertes; donde por Jas muchas aguas está la vid, poco firme; donde, estando como suspendida sobre colinas escarpadas, necesita muchos apo. yos , se deberá fortificar por todos lados , y sostenerla como por un batallón cuadrado. Pero en los parages cálidos y muy secos se ha de extender el yugo hacia todas partes, para . i64 COLUMELA. ' que los sarmientos que salen de todas las ramas se reú nan , y condensándose en forma de bóveda cubran con su sombra la tierra que está sedienta. Por el contrario en los paises fríos y ocasionadosheladas se han de ordenar sobre una línea sola ; pues de ésta manera la tierra se asolea con mas facilidad , el fruto madura muy bien y goza de un ai re mas saludable; los cavadores juegan con mas libertad y comodidad las azadas, los viñadores tienen masla vista el fruto, y los vendimiadores lo recogen mas cómodamente.

CAPITULO XVIII. Cómo se han de dividir las viñas en cuadros separados por sendas. Pero cuando se quisieren poner las viñas en orden , se se paran cuadros por medio de sendas , que cada uno tenga cien cepas,como algunos quieren, se distribuirá todo el terreno por suertes demedia yugada. Cuya distribución, ademas de la comodidad que les proporciona de tener mas sol y viento las vides, facilita mas que el amo las vea y en tre en la viña, cosas muy útiles para la heredad, y fija el juicio para regular los jornales que se han dado, pues no nos podemos engañar, en estando divididas las yugadas en porciones iguales. Y ademas la distribución por cuadros, á medida que su extensión es menor, disminuye por decirlo así la fatiga, y al mismo tiempo excitalos que están dan do las laboresdespacharlas pronto: pues \o inmenso del trabajo que tenemos por hacer, por lo común nos des alienta. También es de alguna utilidad conocer las fuerzas y producto de cada parte de las viñas, para hacer juicio de cuales se han de cultivar mas y cuales menos. Asimismo es tas sendas facilitanlos vendimiadores ylos qué reparan los yugos y los apoyos la amplitud conveniente, para que por ellas se acarreen los frutos y los rodrigones» '- . LIBRO CUARTO i65

CAPITULO XIX. A qué altura se debe levantar el yugo. En cuantola posición del yugo hasta qué altura se ha de levantar de la tierra , baste decir , que su menor elevación es de cuatro pies, y la mayor de siete. Y esto último no obs tante eso se ha de evitar en las plantas nuevas. Pues no de ben levantarse desde el principioesta altura, sino que se han de conducirella por una larga serie de años. Pero cuanto mas húmedo es el suelo y el clima y los vientos mas apacibles, tanto mas se debe levantar el yugo, porque la fer tilidad de las vides permite que Se eleven mas, y el fruto, es tando retirado de la tierra, se pudre menos, y éste es el único modo de que goce de los vientos que secan prontamente las nieblas y el rocío pestilencial , y que contribuyen muchísi mohacer caer la flor yla bondad del vino. Por el contra rio, la tierra endeble, pendiente, y la abrasada por el calor, ó la que está expuestala violencia de las tormentas, quiere yugo mas bajo. Pero si todas las cosas sonmedida de nues tro deseo, la altura regular de la viña es de cinco pies: y no hay duda sin embargo que las vides dan el mosto de tanto mejor gusto , cuanto mas elevados son los yugosque se levantan.

CAPITULO XX. Cómo se ha de llevar la vid al yugo cuando sea tient' po de hacer ésta maniobra. Después de puestos rodrigonesla viña, y de haberla echado sobre el yugo, se sigue el cuidado del aligador, el que debe poner todo su conato (como dije arriba) en con servar el tronco derecho, y que no siga la comba del ro drigón, para que la deformidad de los apoyos no déla vid una configuración semejantela suya. Porque el tron co que es derecho tiene la médula del mismo modo, y por ella, como por una especie de camino, pasan los ali mentos que suministra la madre tierra sin rodeo ni es 13 . 166 COLüMELA. torbo, y lleganlo alto de la planta. Pero las qne están encorvadas y torcidas no se «rnpapau con igualdad en el jugo de la tierra, por estorbarlo los nudos, y por retar dar su llegada la comba, como podria hacerlo ñn mal pa so. Por lo cual , luego que la vid ha subido en linea rec ta hasta lo alto de la estacarse afianzaella con una atadura , para que con el peso de su fruto no se aplome ni se encorve. En seguida desde el sitio que se ha atado mas cerca del yugo, se distribuyen los brazos ácia diver sas partes, y los sarmientos de fruto que están por enci ma , se encorban ácia abajo con otra atadura , después de ha berlos hecho pasar sobre el yugo, y así lo que cuelga de éste se llena de fruto, y por otra parte la curvatura ha ce que broten sarmientos cerca de la atadura. Algunos extienden por encima del yugo la parte que nosotros echamos ácia abajo , y la sujetanél con muchas ata duras de mimbre: cuyo método creo que no 6e ha de aprobar. Pues las lluvias, ni las heladas, ni los granizos no hacen tanto dañolos sarmientos que están colgan do ácia abajo, comolos que están atados, y puestos como de frentelos malos temporales: sin embargo-es tos mismos sarmientos que se han dejado colgando, de ben atarse antes que maduren los frutos , cuando empie zapintar la uva y está todavía en agraz,fin de que se pudran menos con los rocíos, y que no las destrocen las fieras y los vientos. Juntolas lindes y las sendas se han de torcer los sarmientos ácia dentro , para que los que pasan no les hagan daño. Y este es el modo de condu cir al yugo la vid regular. Pues la que es endeblecorta se ha de podardos yemas,fin de que eche un sar miento mas fuerte, y que pueda subir desde luego has ta el yugo.

CAPITULO XXI. Cómo se ha de formar la vid, y conservar siempre nueva. La viña que tiene cinco años no tiene otra poda que la conveniente para continuarle la forma que le hemos designado arriba, e impedirle que se extienda por alto, . LIBRO CUARTO 167 sino hacer que la cabeza del tronco esté cerca de un pie mas baja que el yugo, y que se distribuya por cuatro brazos, que algunos llaman duramenlos, en otras tantas partes. Será bastante qu«cada uno de estos brazos se le deje un sarmiento para fruto, hasta que las viñas tengan toda su robustez. Pero cuando algunos años después ha yan llegado, por decirlo así,la edad juvenil , no es fi jo el número de sarmientos que se les ha de dejar. Por que la fertilidad del terreno exige muchos, y la esteri lidad menos. Supuesto que la vid viciosa , si no se la re* prime dejándola llevar fruto , deja mal la flor y toda se vuelve madera y pámpanos ; la endeble por el contrario padece en cargándose mucho. Y así en un terreno pin güe se podrán dejar dos sarmientoscada brazo; y sin embargo no se han de cargar mas que con los corres pondientesque una vid sola mantenga ocho :no ser que la excesiva fertilidad del terreno exigiere mas. Pues la que tiene mas número del que acabamos de decir, pa rece mas bien parra que cepa. Y no debemos consentir que los brazos sean mas gruesos que el tronco , sino siem pre que se pudieren dejar sarmientos de los que salen por los lados de los brazos , se cortarán estos con frecuencia, para que no superen el yugo, sino que se vaya renovan-; do continuamente la vid con ramas jóvenes, las que, si crecieren suficientemente , se pongan sobre el yugo; pe ro si alguna se quebrarefuere de poca longitud , y es tuviere en parte apropósito para que desde ella se pue da renovar la viña el año siguiente, pódese, dejándola hecha pulgar, al cual unos llaman custodio, otros resex, algunos presidiario: éste es un sarmiento de dostres yemas , del cual así que han salido ramas de fruto , se corta todo lo que hay de él para arriba en el brazo viejo, y de esta suerte brota la vid por un vastago nuevo. Y este método, por el cual se habrán puesto las vi buen estado , se ha de observar siempre. l4

CAPITULO XXII. Cómo se han de renovar las viñas viejas. Pero si hubiéremos adquirido viñas formadas de otra ma nera , y por haber estado descuidadas muchos años hu bieren subido mas arriba del yugo, se deberá examinar de qué largo son los brazos que pasan de dicha medi da. Porque si fueren de dos piespoco mas , se podrá poner todavía en el yugo toda la viña, con tal que su estaca esté aplicada al mismo tronco: pues aquella se des vía de la vid , y se clava en tierra sobre el mismo liño en el espacio que media entre dos de sus brazos: después de lo cual , ladeando la vid , se conducela estaca , y de ésta manera se ata al yugo. Pero si sus brazos se alarga ren mucho mas ,se extendieren hasta la cuarta ,aun hasta la quinta estaca, se restablecerán, pero con mayor gasto, por medio de mugrones; pues por éste medio, que es muy de nuestro gusto, se propagará la viña con mu cha prontitud. Sin embargo, si la superficie del tronco está vieja y corroída, exige esto mayor trabajo; pero si está robusta y entera , con menos hay bastante. Porque después de haber excavado la vid , se le echa en el in vierno mucho estiércol , se la poda corto, y entre los tres ó cuatro pies de altura sobre la tierra , se le hace una herida con la punta de la podadera en la parte mas ver de de la corteza: en seguida se voltea la tierra con fre cuentes cavas , para que pueda excitarse la vid, y arrojar renuevos, sobre todo por la parte que ha sido herida. Pero muchas veces sale un germen de la cicatriz , que si crece mucho se deja para vara , si se queda mas corto para pul gar, y si es demasiado pequeño para alarife: éste último se puede formar, aunque sea del mas corto filamento. Pues cuando ha brotado de lo duro un sarmiento , aunque no tenga mas que unados hojas , con tal que lleguema durar, sino se ha cortado ni escamondado en la prima» vera siguiente dará un sarmiento recio : el cual , así que se ha consolidado y formado cierta especie de brazo, se . LIBRO CUARTO puede cortar la parte del duramento que había subido so bre el yugo , y atarél la que queda. Muchos , con la mira de ahorrar tiempo, desmochan esta clase de vides por mas arriba de cuatro pies sobre la tierra , sin temer nada de éste corte: porque de ordinario la mayor par te de las plantas se presta naturalmenteechar nuevos brotes por juntola cicatriz. Pero nosotrosla verdad no aprobamos éste método : pues que una herida muy gran» de si no tiene por encima madera sana, por cuyo me dio pueda consolidarse Ja cicatriz 1 se deseca bien pron to con el calor del sol, y después se pudre con los ro cíos y las lluvias. Sin embargo , cuando hay precisión de cortar absolutamente una vid , conviene excavarla prime ro , y en seguida cortarla un poco por bajo de tierra , pa ra que la que se le eche por encima la ponga al abrigo del calor del sol , y dé pasolos retoños que saldrán de las raices ,fin de que puedan maridarse con sus apoyos,si hay algunos desocupados en la inmediación, cubrirlos con sus mugrones. Pero ^sta operación no debe rá hacerse (como hemos dicho) si las vides no están pues tas bien hondas, de suerte que no tengan las raices va cilando en la superficie , y si no fueren de buen vidue ño : pues de otra suerte se emplea el trabajo en valde; porque las degeneradas , aunque se hayan renovado, con servarán su antigua calidad , y las que apenas estarán asi dasla superficie de la tierra , perecerán antes de to mar fuerza. En el primer caso será mejor injertar las con púas fructuosas, y en el segundo arrancarlas de cuajo y plantar otras nuevas, con tal que la bondad del suelo lo persuada ; pero si se han deteriorado por vicio de éste , no creemos que se deban restablecer de modo algu no. Los vicios del terreno, que por lo común llevan las vi ñassu destrucción , son la poca sustancia y esterilidad, la tierra saladaamarga , la humedad , la situación despe ñada y escarpada, la muy sombría y privada de los rayos del sol , los valles arenosos , la toba también arenosa , la arena gruesa mas estéril de lo regular , y no menos el cas cajo sin tierra y puro, y si hay alguna tierra de propieda des semejanteséstas que no suministra alimentola . i7<*i COLOME L A. ' vid. Pero' si está libre de 'tátas incomodidades y otras serie-¡ jantes ¿ ee^tfette arrancar y 'plantar 'de nuevo del modo 'que < hemos enseñado en el libro anterior. Por el contrario, ios viñedos de mala especie , que por su esterilidad carecen de fruto; , aunque estén robustos, se corrigen (como hemos dicho )! por la incisión , de la cual hablaremos en su lugar ' /cuando lleguemostratar de ella. " »t >
CAPITULO XXIII. Cómo se han de podar las viñas. Ahora , supuesto que parece que hemos hablado poco de la P°da de las viñas, vamostratar con ma3 cuidado de esta labor, que es la parte mas necesaria de todas las que nos Proponemos darlas viñas. Somos pues de sentir que si en el país donde cultivamos , lo permite la benigna y mo derada suavidad del clima, se comience ia poda después de haber hecho la vendimia, acia los Idus de octubre, con tal sin embargo que hayan precedido las lluvias del equi noccio , y los sarmientos hayan adquirido la madurez re gular. Pero si una temperatura fria y con heladas anun cia un invierno rigoroso, diferiremos esta labor hasta los Idus de febrero , y esto se podrá hacer si la posesión fue re de poca cabida : pues donde la extensión de nuestra ha cienda nos niega la elección del tiempo, convendrá podar la parte mas vigorosa de la viña durante los fríos, la mas endeble en la primavera ú otoño, y también las vides ex puestas al sur en el solsticio.de invierno; las que lo están al aquilón por la primavera y otoño. Y no hay duda, que es tal la naturaleza de estos arbustos, que cuanto roas tempra no se hayan podado dan roas madera , y cuanto mas tarde mas fruto. . .-.

CAPITULO XXIV. Qué cosas ha de observar y cuáles lia de evitar el buen viñero en ¡a poda de la viña. En fin, siempre que el viñero haya de dar esta labor, ha de observar tres cosas principalmente. La primera llevar ' . LIBRO CUARTO i?I latirá, teuanto sea posible , de que produzca fruto ; la se. guada e$coger ya desde entonces para el año siguiente los sarmientos mas fértiles ; y por último asegurarla viña la mas larga duración. Pues cualquiera de éstas cosas que se omita acarrea al dueño un perjuicio grande. Pero como la vid está.dividida en cuatro partes, miraotras tantas pla gas del cielo ; y CQmQ' estas: , plagas tengan cualidades con trarias entre sí , piden, también arreglos diversos en las vi ñas en razón de sil exposición. Por k) cual , los brazos que están expuestoslos septentriones deben recibir muy poeos cortes; y sobre todo, si se podaren cuando ya amena zan loé friOs, con los Cuales se queman las cicatiices. Y así solo se ha. de. dejar un sarmiento próximo, al yugo, y un torni'Uoipor bajo, que renueve la vid el año siguiente.. Pe ro por el contrario, ácia el mediodía se dejarán muchas ra mas que hagan sombrala madre , cuando padezca con los calores del estío , y no dejen míe el fruto se seque an tes de madurar. En cuantola exposición de levante y de poniente no hayla verdad una diferencia grande en la poda , porque en ambas recibe la vid el sol por igual nú mero de horas. Y así el número de sarmientos que se ha de dejar es el que dictare la fertilidad del terreno y de la misma planta. Estos sop los preceptos generales de la poda: los que siguen se han de observar en particular. Porque para comenzar por la parte mas baja de la vid, como por sus fundamentos (para explicarme así) siempre se ha de desviar con un azadoncillo la tierra que tiene alrededor del pie ; y si está unidolas raices el renuevo que la gen te del campo llama suffrago 1 , se ha de arrancar con cui dado, y alisar con el hierro para que despida las aguas del invierno. Pues es mejor quitar los brotes que salen del corte, que dejarlo lleno de nudos y desigual. Porque en el primer caso se cicatriza pronto la herida, y en el segundo se excava y se pudre. Después de haber cuida do los pies (por decirlo así) se han de registrar las mis mas cañas y los troncos, para no dejar sarmiento alguno pampinario, que haya brotado del medio de ellos,al gún tumor semejanteuna verruga .no ser que la vid haya subido mas alta que, el yugo y necesite rebajarse. . 17a COLUMELA. Pero si la parte del tronco que se ha cortado se ha quedado séca del todo por el ardor del sol,la vid se ha puesto hueca con las aguas,los insectos dañosos que se introducen por la médula, convendrá limpiarla con la azuela de toda la madera muerta; después rasparla con la podadera hasta lo vivo, para que se cicatrice en lo ver de del tronco. Y no es dificil untar las heridas, después de haberlas alisado, con tierra que hayas humedecido an tes con alpechin. Porque ésta especie de untura desvía de la vid la carcoma y las hormigas, y la preserva del sol y de las lluvias , por lo que se consolidan mas pronto, y se conserva el tronco verde. Asimismo se ha de qui tar hasta lo vivo la corteza seca y hendida, que está col gando por lo alto del tronco; porque libertada Ja vid de esta especie de inmundicias se recupera mejor, y deja su vino menos heces. Igualmente se ha de quitar y raspar con el hierro el musgo que tiene liadas y comprimidas las cañas de la vid como con grillos, y con la suciedad y orrura antigua las debilita. Y esto es lo que hay que ha cer en la parte inferior de la vid. Y no menos se prescri birá en seguida lo que se ha de observar en la cabeza. Las heridas que se hacenla vid en lo duro deben ser oblicuas y redondas, parque se recuperan mas pronto, y mientras no se hayan cicatrizado, dejan correr mas có modamente el agua: las horizontales reciben mas agua j la retienen. Esta es una falta que ha de evitar sobre to do el viñero. Corte los sarmientos chupones , los viejos, los que han salido en mal sitio, los torcidos , los que mi ran ácia abajo ; deje los nuevos y los fructuarios que sean derechos : conserve los brazos tiernos y verdes ; corte con la podadera los secos y viejos; pode los espolones de los tor nillos de un año. Cuando la vid haya subidola altu ra de casi cuatro pies, fórmele otros tantos brazos, ca da uno de los cuales esté mirandocada una de las par tes del yugo cruzado : en seguida , si la vid fuere muy endeble, deje un sarmientocada brazo, y si fuere mas grueso dos , y después de puestos en el yugo los deja rá caer ácia abajo. Pero convendrá tener presente no per mitir haya sobre la misma línea y en un mismo lado . LIBRO CUARTO i73 del brazo dos 6 mas sarmientos, pues es muy perjudi cialla vid que todas las partes de un brazo no tra bajen igualmente , y que no suministre iguales porciones de jugo nutriciosus hijos , sino se le saca por un la do solo todo el jugo, de que resulta que la vena cuyo jugo se agota queda seca como si la hubiera herido un rayo. Se llama focáneo el sarmiento que suele salir en el seno de la horquilla, que forman dos brazos de la vid; y por eso le da La gente del campo este nombre, pues nacien do -entre dos de los brazos en que se divide la vid, tie nen sitiadas sus fauces por decirlo así , e intercepta los alimentos de uno y otro. Este sarmiento, pues, tienen los mismos buen cuidado de cortarlo , y de alisar el corte antes que se fortifique. Sin embargo, si ha turnado tan ta fuerza qué ha hecho padeceruno úotro brazo, se corta el que está mas débil de los dos, y se le sus tituye el mismo focáneo. Pues cortado el brazo, la madre da fuerzas con igualdaduna parte yotra. Después pon drás un pie por bajo del yugo la cabeza de la vid, des de la cual se desplegarán (como he dicho) los cuatro bra zos, sobre los cuales se renueve la misma todos los años, cortandolos sarmientosantiguos,ydejandoen sulugarnue vos, cuyá elección se debe hacer con inteligencia. Pues donde hay mucha abundancia de ellos , ha de procurar el podador no dejar los mas inmediatoslo duro; esto es , al tronco yla cabeza , ni por el contrario los ma» retirados: pues aquellos contribuyen muy poco para la -vendimia , porque producen un fruto escaso , respectoque ion semejanteslos pampinarios, y esfbs apuran la vid, porque la cargan de demasiado' fruto, y se extienden has ta una segundatercera estaca , lo que hemos dicho ser vicioso. Por lo cual será lo mejor dejar los sarmientos que se hallen en medio del brazo , para qué no nos hagan per der la esperanza de la vendimia , ni desustancien su plan ta. Algunos , movidos de codicia , hacen producir fruto á la vid , dejando los sarmientos de la extremidatP y los de enmedio, y podando también para tornillo el mas cer canolo duro: lo cual de ninguna manera pienso que se ha de hacer , si no lo permiten las fuerzas del suelo y . i74 . . -COLUMELA. del tronco: porque se cubren de tantas uvas, que no pue den llegarmadurarlas si no hay. fertilidad; en Ja tierra) y en el tronco. El subsidiariocustodio no se debe de-, jar de pulgar , cuando los sarmientos de que se esperan los frutos próximos están situados en lugar convenien* te: pues luego que los hayas atado y los hayas encorva do acia la, tierra, los excitarásque arrojen sarmientos por bajo de la, atadura. Pero si la vid se hubiere., exten dido maj lejos de kr que permite la costumbre, de los cultivadores, y que arrojando por la cabeza se hubiere adelantado con sus brazoslos caballetes de los yugos ex traños, dejaremos junto al tronco un tornillo vigorosq y muy_ grande*:. de dostres nudos : para que el sarmien to que arroje ésta especie de pulgar el ano siguiente se fprme de. él un brazo ,fin de que podada de esta suer te la vid, se renueve, y se contenga dentro de los lí mites de su yugo. Pero para dejar este tornillo se han de observar sobre todo estas cosas. Primeramente que el cor te no esté horizontal. >ni mirando al, cielo, $inp mas bien oblicuo e inclinado,.ápia. la, tierra , pues de ésta suerte se defiende por sí mismo de las heladas, y se oculta del sol: en segundo lugar que ,éste corte no jsea semejanteuna saeta,, sinolos, cascos, de. Jas. b&tiaB 'Virque, aquel se deseca, mas prpnto,|y en, rnayor.dBXtQnsiopii.ésíe^olo cesa de crecer , pero mas tarde; y ppr^. mexio^, espacio. Y sobre tocio se ha de evitar una cosa que veo practicarle muy viciosamente. Pues sin mas : objeto que el 'que el tornillo esté bonito, cprtan ej!(sarmien,to, junto a), nudo j$ra que sea mas corto aquel y semejante al pulgar. Pero estoes muy perjudicial, porque la yema que-esta junto alicor te padece con las heladas y el trio, y después con el ca lor. Y así lo mejor es cortar el sarmiento -subsidiario ó tornillo por la mitad poco masmenos del cañuto, in clinando el corte ácia.el lado ppuestpla yema, para que no llore sobre ellap como hemos dicho ya,1 y la cie gue cuando vabrotar. Pero si no hubiere de que for mar un tornillo, se ha.de ver si hay con qué hacer un , alarife, que aunque se pode muy corto,manera de ver ruga, dé en la primavera inmediata un sarmiento que de . LIBRO CUARTO hifi jemos para brazopara fructuario. Si ni aun éste se 'en cuentra, se ha de herir la vid con un hierro enáque- Jla parte de donde queremos hacer brotar sarmientos. En fin, soy de sentir que los sarmientos de fruto, qué pre paramos para la vendimia, se han de limpiar muy bien de zarcillos y de nietos. Mas se ha de observar distin to método en el corte de estos, que en el de los que salen del tronco. Pues lo que sale de lo duro , se corta aplicando fuertemente la podadera, y se alisa el corte para que se ci catrice mas pronto; por el contrario, iodo lo qué ha sa lido de lo tierno se corta un poco mas lar^o: pcngo por ejemplo el nieto, porque ordinariamente tiéné en el la do una yema, por la cual sé ha de mirar para que no se corté 'ton la podadera, pues si la podas ma3 al casco aplicándole la podadera ,se quita toda la yema,se hiere: por lo cual el sarmiento qué arrojare en llegan do el 'tiempo de la germinación , será endeble y poco fructuoso t ademas padecerá mas con los vientos , sin du da porqúe salió-sin vigor de la cicatriz. Pero la tongU tud de estos mismos sarmientos que hemds de dejar es difícil determinarla^ Sin embargo, la mayor parte de los cultivadores los prepara de modo que tengan la longitud suficiente para pasar por encima del yugo , encorvarse y caer por él , sin llegarla tierra. Nosotros creemos que se ha de examinar más por menor., en primer lugar la naturaleza de la vid : porque si es robusta sostiene sar mientos mas largos; en segundó si el terreno es pingüe, porque si no lo es, por mas robusta que sea la vid, la haremos morir prontamente, debilitada con sarmientos muy largos. Pero Ja longitud de estos no se estimar por su me dida, sino púr él liúrnerb de sus yemas: porque cuando son mayores los éspacióS que hay entré los nudos, se pue den dejar crecer hasta que casi lleguenla tierra , pues á pesar dé esto echará pocos renuevos : mast: cuando aque llos son cortos y-las yemas muchas, aunque' no es largo el sarmiento, se cubre dé muchos vastagos, y produce fru tó en abundancia. Por lo que et sarmiento dé 'ésta clase1 es dé toda precisión acontarlo, para que rio se cargue Ja' VÍd !de ramas de fruto muy altas. Tf ha de examinar el' . (-i7/5 (. \. viñero, si la vendimia del año anterior ha sido grande ó no, pues después de haber producido la vid muchos frutos se debe dejar descansar, y por lo tanto podar cor to,, y después de haber tenido cosecha escasa, se ha de podar largo. Sobre todo lo demás , creemos que toda esta labor , se debe ejecutar con herramientas duras , muy del gadas y afiladas: pues una podadera obtusa, gruesa y blan da detiene al podador , y hace menos trabajo con mas fa tiga » porquese dobla el filo , lo que sucedela herra mienta blanda,tarda mas en penetrar como se verifi ca en la obtusa y gruesa, y entonces se necesita de mas esfuerzo; y también los cortes ásperos y desiguales des pedazan la viña, pues la operación no se hace con un so- Jo golpe, sino con muchos: de lo que resulta frecuente mente, que lo que se habia de cortar se quiebra, y que la vid , despedazada y llena de desigualdades , se pudra con las aguas, y las heridas no se sanen. Por lo cual se ha de hacer al podador el mas estrecho encargo para que sa quesu herramienta un filo largo y de. tanto corte si puede ser como el de una navaja de afeitar, y que no ig nore de qué parte de la podadera se ha de servir para ca da operación , pues yo he sabido que muchas personas por ignorar esto han destruido los viñedos. •;n J! ..x

CAPITULO XXV. : Figura de la podadera. Pero la figura de la podadera está dispuesta de suerte que la parte mas inmediata al mango se llama cuchillo, por la semejanza que tiene con este instrumento; la que está en corvada, seno; la que baja de la curvatura, tranchete; la que la sigue y está engarabitada, pico; la que tiene por encima ésta última en forma de media luna, hacha; y el que está inclinado ácia adelante en el remate, se llama punta. Cada una de estas partes tiene sus funciones particulares, con tal que el viñero sepa manejar esta herramienta. Pues cuando debe cortar alguna cosa, apoyando la mano delante de sí, se sirve del cuchillo; cuando tirar, del seno; cuando . LIBRO CUARTO i77 alisar, del tranchete; cuando excavar, del pico; cuando dar un golpe, del hacha; cuando limpiar algún sitio de abertu ra estrecha, de la punta. Pero la mayor parte de ésta labor, que se hace en la viña , debe ejecutarse mas bien tirando ácia sí, que dando golpes: porque el corte, que se hace del primer modo, se alisa con una vez que pase el instrumen to, pues el podador lo aplica antes y corta lo que ha deter minado cortar. Pero el que da golpesla vid, si ha errado alguno (loque sucede muchas veces), hiere con muchos la planta. Por consiguiente es mas segura y mas útil la po da, que se hace (como he dicho) tirando el podador de la podadera ácia sí, que la de golpe.

CAPITULO XXVI. Del cuidado que se ha tener en poner apoyos y aplicar al yugo la viña. Concluidas estas operaciones, se sigue (como ya hemos dicho antes) el cuidado de apoyar la viña y de ponerla so bre el yugo; y para hacer lo primero con mas estabilidad es mejor el rodrigón que la estaca; y aquel no cualquiera, pues el mejor es el que se hace de madera de olivo, de en cina y de alcornoque, y si hay algunos robles, que son se mejantesestos últimos, hendida con cuñas: el segundo lugar lo obtiene la estaca rolliza, de las cuales, las mas apro badas son las de enebro, las de laurel , y las de ciprés. Tam bién sirven para esto los pinos silvestres, y asimismo se aprueba el sabuco para el mismo destino. Sin embargo estos apoyos y otros semejantes se han de reparar después de la poda, y las parte9 de ellos que estuvieren podridas se han de acepillar, los sanos se han de volver; otros se han de quitar, que son los que están carcomidos,mas cortos de lo que se necesita , y se han de poner en su lugar otros que seanpropósito; los caidos se han de levantar, y los ladea dos se han de enderezar. Si el yugo no necesita renovarse, póngansele ataduras nuevas: si pareciere que se debe reha cer de nuevo, antes que la vid se aplique al rodrigón, fór mese con varalescañas , y entonces por último atemos la m . i78 COLUMELA. vid al rodrigón juntola cabeza y por bajo de los brazos, como hemos prescrito para la vid nueva; y esto no con vendrá hacerlo tocios los años en un mismo sitio, no sea que la atadura apriete y corte el tronco. En seguida se dis tribuirán los brazos en cuatro partes por bajo de la estrella formada por el yugo; y se atarán los sarmientos nuevos so bre éste , sin forzar en nada su naturaleza , sino encorván dolos ligeramente, según se preste cada uno, para que no se quiebren cuando se doblan,no se arrollen las yemas ya hinchadas y prontasbrotar. Y cuando dos sarmientos se echaren por una misma parte del yugo, habrá enniedio de ellos un varal,fin de que dejándose caer por el que formará el tejado del yugo, tomen con sus puntas la dirección ácia la tierra, como si se hubieran sumergido desde el caballete de éste tejado. Para que esto se haga con perfección , tenga presente el aligador que no ha de retor cer el sarmiento, sino atarlo después de haberlo encorvado, y que toda la madera que puede dejarse caer ácia abajo se ha de poner sobre el yugo, para que mas bien esté apo yada en el varal que colgando de la atadura. Pues he repa rado muchas veces que la gente del campo ponen por igno rancia los sarmientos por bajo del yugo, y los atan de ma nera que solamente estau colgando de la atadura de mim bre: cuya viña en recibiendo el peso del sarmiento y délos racimos se quiebra.

CAPITULO XXVII. Que se saquen de la viña los sarmientos y los fragmentos de los yugos; y de la cava y despampano. Ordenadas de ésta manera las viñas, nos daremos prisa á limpiarlas, ysacar de ellas los sarmientos y los fragmen tos de los yugos. Los cuales sin embargo no se deben reco ger si no está el suelo seco, para que la tierra pisoteada cuando está hecha barro no dé mayor trabajo al cavador, él que se debe enviarlas viñas prontamente cuando to davía no se han movido. Porque si lo envías cuando han empezadobrotar, serás causa de que caiga al suelo gran . LIBRO CUARTO i 79 parte de la vendimia. Por consiguiente se ha de darlas viñas una cava muy profunda, antes que arrojenla salida del invierno y entrada de la primavera, para que broten con mas lozanía y abundancia , y luego que se cubran de pám panos y uvas se ha de disminuir el número de los sarmien tos mientras están tiernos y jóvenes. Y el mismo viñero, que antes los ha echado abajo con el hierro, los echará ahora con la mano, quitará las sombras, y derribará los pám panos supérfluos: pues es de la mayor importancia que es ta labor se dé con inteligencia, porque el despampáno aun es de mas utilidadla vid que la poda;causa de que aunque ésta les aprovecha mucho, las hiere sin embargo al cortarlas, y éste cura con mas piedad sin hacer heridas, y hace mas fácil la poda del año siguiente. Deja asimismo menos cicatricesla vid: porque la parte de ella, de don de se ha separado lo verde y lo tierno, prontamente se res tablece. Fuera de que los sarmientos que tienen fruto se fortifican mejor, y las uvas asoleándose se sazonan con mas comodidad. Por \o cual un viñero que sea prudente y muy hábil , debe discurrir y examinar en qué sitios deberá de jar sarmientos para el año siguiente, y no quitar solamente los que no tienen fruto, sino también los que lo tienen, si su número se hubiere multiplicado excesivamente: su puesto que sucede que algunas yemas echan de una vez dos 6 tres vastagos ,las cuales conviene quitarles uno ú dos á fin de que tengan mas facilidad para alimentar cada una el único que le quería. Pues un cultivador sábio debe cal. cular si se ha cargado de mas fruto del que puede sostener. Y así no debe quitar solamente la hoja supérflua, lo cual se debe hacer siempre, sinoJas veces derribar alguna parte del fruto, para aliviarJa vid agoviada bajo el peso de su fer tilidad. Y esto lo hará por varios motivos el despampanador diestro, aunque no haya mas fruto del que pueda ma durar. Pues si la vid estuviere fatigada por una série conti nuada de cosechas abundantes en los años anteriores, justo será que se deje descansar y reponerse, y proveer por éste medioque haya rama en los años sucesivos. Por lo tocan tequebrar las puntas de los sarmientos para reprimir la lozanía de la vid , quitar los que salen de una parte dura ó m. x . ,8o COLUMELA. del tronco,no ser que se haya de conservar uno íí dos pa ra renovar la vid , arrancar de la cabeza asimismo todo lo que brota entre los brazos, quitar los que están en ellos mismos, y siendo estériles ocupan inútilmentela madre, son cosas que puede hacer cualquiera , aunque sea un mu chacho.

CAPITULO XXVIII. Cuándo se ha de despampanar la viña , y cuántas cavas se han de dar, y en qué tiempos. Pero el tiempo que se ha de elegir con preferencia para el despampáno es ántes que la vid muestre su flor, bien que se pue de también repetir después que la baya dejado caer. Por consiguiente el espacio medio de los dias en que se forman las uvas, nos niega la entrada en las viñas, porque no con viene mover el fruto mientras está en flor; pero desde que ha salido de la infancia y está, por explicarme así, en la ado lescencia , conviene atarlo , despojarlo de todas las hojas, darle cavas frecuentes, porque se hace mas grueso con los pol vos. Y no niego que la mayor parte de los maestros de Agri cultura anterioresmí han estado contentos con tres cavas; de los cuales es uno Grecino que dice así: "puede parecer suficiente cavar una viña hecha tres veces". Celso también y Atico convienen en que hay tres movimientos naturales en la vid ,por mejor decir en toda especie de árbol , uno pa ra germinar, otro para florecer, y el tercero para madurar. Estos movimientos, pues, piensan que se excitan con las ca vas. Pues la naturaleza no llega completamente al objeto de sus deseos, si para ayudarla no empleas el trabajo junto con el estudio. Y éste es el cuidado de cultivar las viñas que finaliza con la vendimia. ,

CAPITULO XXIX Del injerto de la vid, en qué tiempo se debe hacer, y có* mo se ha de cuidar. Vucl vo ahorala parte de este tratado , en que prometí dar reglas para injertar las vides y cuidar los injertos. El . LIBRO CUARTO iSi tiempo de injertar ha dicho Julio Atico ser desde las calen das de noviembre hasta las de Junio, que es el tiempo que asegura se puede conservar una púa sin brotar; y de esto debemos inferir que ninguna parte del año hay exceptuada, si hay proporción de sarmiento que no haya brotado. Yo á la verdad concedería que esto pudiera hacerse en otros gé neros de plantas que son de corteza mas firme y jugosa. Pero no correspondemi sinceridad disimular que ha ha bido demasiada indiscreción en permitirlos cultivadores de viñas injertarlas durante el espacio de tantos meses. No porque yo ignore que el injerto que se hacela vid en el solsticio de invierno prende algunas veces; sino porque de bemos enseñarlos que aprenden, no lo que resulta por casualidad de uno ú dos experimentos, sino lo que sucede comunmente y por razones ciertas. En efecto, si se ha de f hacer el ensayo en corto número , en el que el mayor cui dado remediala temeridad, podré conformarme hasta cierto punto; pero cuando la inmensidad de la obra que hay que hacer ocuparía toda la atención del cultivador, aun el mas aplicado, debemos remover todo escrúpulo. A la verdad es contrarioesto lo que prescribe Atico ; pues él mismo dice que por el solsticio de invierno no es bueno podar la viña: en lo que tiene razón, porque aunque ésta operación la perjudica menos, en tiempos de frió todas las plantas están pasmadas , y por causa de las heladas no mue ven la corteza para que consolide la cicatriz. Y con todo eso el mismo Atico no prohibe que se injerte en este tiem po mismo, y prescribe que se haga desmochando entera mente la vid , y hendiéndola en el mismo sitio en que se ha desmochado. Y asi el mejor tiempo de injertar es cuan do ya hacen dias templados después del invierno, cuando mueven naturalmente las yemas y la corteza, y cuando no amenaza frió que pueda quemar el injertola herida de la hendidura. Sin embargo yo permitiríalos cjue tienen prisa injertar la vid por el otoño, porque la cualidad del aire no es desemejantela del de la primavera. Pero en cualquier tiempo que quiera alguno injertar, sepa que no tiene que tener otro cuidado para la elección de las púas, que el que hemos prescrito en el libro anterior para la de m3 . 18a COLUMELÁ.1 los cabezudos. Luego que haya escogido púas de vidueño excelente, fecundas y las mas maduras, escoja también un dia templado y que no corra viento. En seguida examine si la púa es rolliza, si su cuerpo es sólido, si la médula no es fungosa , si tiene muchas yemas , y si los entrenudos no son largos : pues es de la mayor importancia que no sea largo el sarmiento que se injerte, y que tenga muchas yemas por donde brotar. Y así , si los cañutos son largos es preciso cortar la púauna yemacuando masdos , para que no la formemos mas larga que lo suficiente, y que pueda aguan tar las tempestades, los vientos, y las lluvias sin moverse. La viña se injerta cortándoladejándola entera, y hora dándola con una barrena. Pero el primer modo de injertar es el mas frecuente y el mas conocido por casi todos los cultiva dores de viñas; el segundo es mas raro y practicado por po cos. Por consiguiente trataré en primer lugar del que está mas en uso. La vid se corta comunmente sobre la tierra; sin embargo algunas veces también se corta por bajo dé ella, en cuyo sitio es mas sólida y con menos nudos. Cuando se ha injertado juntola tierra, se éntierra el injerto hasta la punta ; pero si se ha injertado mas levantado sobre ella, se cubre la hendidura cofí barro bien amasado, y se lía con musgo por encima, lo cual la preserva de los calo res y de las lluvias. Se corta la púa de suerte qué, no sien do desemejanteuna flauta, una la hendidura: debajo de la cual conviene que en la vid haya un nudo que haga ve ces de atadura, y no deje pasar esta hendidura adelante. Aunque éste nudo esté cuatro dedos distante del corte, convendrá que se lie ántes que se hienda la vid, para quecuando se haga caminola púa con el tranchete de la podade ra, no se abra la hendidura mas de lo regular. Y la púa no debe adelgazarse mas que tres dedos , y se adelgazará de suerte que esté lisa por la parte que se le hace ésta opera ción; y se hace de manera que por un lado lleguela mé dula, y por el opuesto pase poco de la corteza dándosele la figura de cuña, de modo que aguzada por abajo sea por un lado mas delgada y por otro mas gruesa, e injerida por la parte mas delgada , se apriete por el lado mas grueso y to que por ambas partes la hendidura, pues si una corteza no . LIBRO CUARTO i83 se aplicala otra de forma que por ninguna parte pase la luz, no puede incorporarse. No es una sola la clase de ata duras que hay para el injerto: unos se sirven de mim bre , otros lian la hendidura con corteza , la mayor parte lo lia con junco, que es lo maspropósito ; porque la mim bre, luego que se ha secado, penetra y corta la corteza; por lo cual son mas de nuestra aprobacien las ligaduras blan das, las cuales luego que han rodeado al tronco, se aprie tan metiendo entre ellas y el árbol cuñas de caña. Pero el principal cuidado que se ha de tener, es que autes de ésta operación se excave la vid, y se corten las raices someras V las sierpes, después de lo cual se cubra el tronco. Y este, luego que el injerto haya asido, pide también otro cuida do: pues cuando brote, se ha de despampanar muchas ve ces, y quitarle con mas frecuencia los renuevos que arro je de los lados, y de , las raices. En seguida se debe atar lo que brota el injerto, no sea que éste movido por el viento, vengatierra,que el brote todavía tierno se desgaje. Lue go que haya tomado incremento , se le han de quitar los nietos;no ser que se les deje para mugrones, por estar aquel sitio sin cepas. En seguida, Juego que estén Jos sar mientos en estado de podarlos, se Ies aplicará en el otoño la podadera. Pero el método que se observa en la poda de los injertos es que , donde ningún mugrón se necesita , no se lleve al yugo mas de un sarmiento, y el otro se corte al ras del tronco, pero de manera que nada se quite de lo duro. No se ha de¡ despampanar la vid injertada de otra manera que , el barbado nuevo, pero se ha de podar de suerte que se le deje poca madera hasta el cuarto año, tiempo en el cual ja herida del tronco estará cicatrizada; y éste es el mo do de /injertar la vid por hendidura y de cuidar el injerto. Pero en el que se hace t\e barreno, conviene en primer lugar examinar, cual es la vid mas fructuosa de la inmediación, de la que atraerás un sarmiento como los que se pasan de un árbolotro sin separarlos de la madre que los alimenta, y lo introducirás por el agujero que habrás hecho en la vid que vasinjertar: pues éste es el modo mas seguro y mas cierto de hacerlo, porque aunque no prenda en la prima vera próxima, en la segunda sin duda , luego que ha engrue m4 . " COLUMELA. sado, está en la necesidad de prender; después se separa de la madre , y en seguida se corta la parte superior de la vid injertada, hasta el sitio donde se ha puesto el injerto. Si no hay proporción de atraer este sarmiento, sin separarlo de la madre, se escoge, el mas nuevo que se pueda encontrar y se separa de la vid, y raspado ligeramente, de suerte qne tan solo se le quite la corteza, se ajusta al agujero, y están- do así se embarra la vid cortada , para que el tronco ente-, ro se emplee en alimentar ésta vid de otro vidueño, lo que á la verdad no sucede en estos sarmientos largos de que he mos hablado, que se alimentan del seno materno mientras crecen. Pero el instrumento con que los antiguos horada ban la vid es diferente del que la experiencia me ha hecho conocer ahora ser máspropósito para ésta operación. Por que la barrena antigua, que era la única que conocian los cultivadores de los tiempos pasados, hacía serrin y quema-' ba la parte que habia horadado, pero después de quemada aquella parte, rara vez reverdecíase unía con la primera, ni la púa que se habia injertado en ella asía. Ademas que nunca se sacaba el serrin tan perfectamente que no queda se alguno pegado dentro del agujero, el cual con su interposicion impedía que el cuerpo de la púa se aplicase al de la vid. Nosotros-, habiendo discurrido para ésta clase de in-1 jerto una barrena que llamamos gálica, la hemos halla do mucho maspropósito y mas útil, porque horada de tal manera el tronco que no quema el agujero: pues no ha ce serrin sino virutas, sacadas las cuales, queda el 'agujero liso, el cual toca con mas facilidad en toda su superficie el sarmiento que se ha introducido en él , respecto k no inter ponerse el serrin que formaba la barrena antigua. Por consi guiente tened concluida la incisión de las vides hácia el equi noccio de primavera , y en los sitios áridos y secos injertadlas en vid negra, en los húmedos en blanca. No hay 'necesidad' de multiplicar los injertos sobfe'un mismo tronco , con tal que sea su grueso tan mediano que una sola púa pueda cu^ brir la herida luego que haya engruesado ,que no haya si tio vacío que necesite se ponga una vid nueva en lugar de otra qpe «e haya perdido: iól cual cuando sucede, una de las' dos pua&sé acoda, y Ja otra se deja ir' al yugo para llevar i. > . LIBRO TERCERO i85 fruto. Y no es inútil criar los sarmientos que nazcan en el ar co de un mugrón que hayas echado, para poder después, si conviniere, amugronarlos,dejarlos para que lleven fruta

CAPITULO XXX. Ve lo que se lia de plantar para proveerse de apoyos, yugos y mimbres. Después de haber dado los preceptos que nos han parecido mas útiles para el establemiento y cultivo de las viñas, se debe manifestar el modo de proveerse de apoyos, yugos y mimbres*, pues estas cosas se preparan de antemano como cierta especie de dote para las viñas, de las cuales si carece el cultivador no tiene motivo para formar viñedos, habien do de buscar fuera de su heredad todas las cosas que son precisas : y no solo como dice Atico el precio de su compra aumentaría el gasto de la viña, sino que su adquisición se ría muy molesta , por haber de acarrearlas en un tiempo tan contrario como el del invierno. Por lo cual se han de plan tar mimbrerales, cañaverales, bosques comunes,planta dos expresamente de castaños. Cada yugada puesta de mim bres, en sentir de Atico, puede dar para atar veinte y cin co yugadas de viña : cada yugada de cañaveral puede surtir de yugosveinte de viña: y la yugada de castañar dará estacas para tantas yugadas de viña como surte de yugos la de cañave ral. La mimbresauce viminal, que es lo mismo, se cria muy bien en un terreno de riegoen el pantanoso, y sin em bargo no se cria mal en el llano y pingüe.Y este debe voltearse con la azada hasta dos pies y medio de hondo (pues asi lo pre vienen los antiguos). Y no importa cuál ha de ser el géne ro de mimbre que pongas, con tal que sea muy flexible. Sin émbargo se cree que hay tres géneros principales de sauce: el Griego, el Gálico, y el Sabino que muchísimos llaman Amerino. El Griego es él de color amarillo, él Gálico de purpúreo rancio y vareta muy delgada: el sauce Amerino tiene la vareta delgada y roja. Se plantan por estacaspor tallos. Estos, en siendo dé'un grueso regular, que sin embar go no exceda el dé'una pesa de dús libras, son muy buenos . i86 COLUMELAR para plantarlos, pero se han de meter en tierra hasta que su extremidad quede en la superficie del suelo. Las estacas de pie y medio, después de haberlas introducido en la tierra, se cubren ligeramente con una poca de la movida. La tierra de riego quiere mayores distancias entre las plantas, y es bueno que sean de seis pies en tresbolillo : la de secano mas pequeñas, pero de suerte que los que las cultivan puedan llegarellas con facilidad. Los entreliños es suficiente que tengan cinco pies de ancho en este caso , pero las plantas en el mismo liño estarándos pies de distancia una de otra. Se plantan antes que germinen , cuando todavía no han te* nido movimiento las varetas, que convendrá cortar de los árboles ya enjutas, porque si se hace cuando están cubier tas de rocío, prosperan poco, y asi se huye de los dias llu viosos para escamondar los sauces. En los primeros tres años se han de cavar los saucedales muymenudo , como se hace con los majuelos: después en habiendo tomado fuerzas, es- tan contentos con tres cavas; cultivándolos de otra manera descaecen prontamente, pues, aunque se ponga cuidado se pierden muchísimos sauces, y en lugar de estos se de ben propagar otros por medio de mugrones, que se toma rán de las plantas inmediatas, cuyas puntas se encorvarán y enterrarán para con ellas reemplazar todo lo que se habrá perdido. Después en teniendo el mugrón un año se separa rá de su planta, para que pueda sacar, como la vid,. el ali mento de sus propias raices. . . , ... •

CAPITULO XXXV, cVnr. .'.'.H vm De la retama y de los mimbrones, ' ';" r! ' Los sitios muy secos, en que no ase esta clase de árboles, quieren retamas: la atadura que se hace de ella, al paso que es bastante firme, es también muy flexible. Se siembra sugrana,, la cual luego que ha nacido,se trasplanta un barba do de ellalos dos años,se deja después de pasado este tiempo, y se puede segar todos los años por juntola tier ra como las mieses. Las demás ataduras, como por ejemplo las de zarza1, piden mayor trabajo, pero indispensable en . LIBRO CUARTO 187 caso de necesidad. El sauce mimbrón para vigas quiere casi el mismo terreno que el para mimbres mimbremimbrera: sin embargo se da mejor en la de riego y se planta de esta cas ,las que no se deja mas que un varal : asi que han ar rojado, se cavanmenndo, se les quita la hierba y no se des hoja menos que la viña, para que se excite mas bienla longitud quela latitud de las ramas: cultivado de esta suer te se corta por último al cuarto aúo. Pues el que se destina para ataduras puede cortarse cuando tenga un añodos pies y medio sobre la tierra , para que eche varetas del tronco y se arregle en brazos como la viña baja ; pero si el terreno éa muy seco , será mejor cortarlelos dos años.

CAPITULO XXXII. De los cañaverales y de su cultivo. La caña se pone en tierra cavada con el azadónmenos profundidad, pero es mejor hacerlo con la azada. Como quiera que sea muy vivaz y no le sea contrario terreno al guno, se pone con mejor éxito en el suelto que en el apre tado, en el húmedo que en el seco, en los valles que en las pendientes: y con mas comodidad en Jas orillas de los rios, en las lindes, y en setos, que en medio de las heredades. Se siembra un tubérculo de la raiz , se pone un trozo de la misma caña,se tiende toda ella en la tierra. El tubérculo enterradotres pies de distancia de los otros , da en menos de un año una caña madura. El trozo y la caña entera echan mas tiempo. Pero, bien sea que se pongan trozos dedos pies v medio, bien cañas enteras tendidas, es menester que Jas puntas queden fuera de la tierra, porque si están entera mente cubiertas se pueden rodar ellas. El cultivo de los ca ñaverales en los tres primeros años no es' distinto del de las demás plantas de que hemos hablado: cuando en seguida se han envejecido se ha de agostar la tierra otra vez. Y su ve jez ha llegado cuando se ha secado con el moho y el descuido de muchos años,cuando se ha espesado de suerte que so lo produce cañas delgadas y semejanteslos carrizos. Pero en el primer caso se debe arrancar enteramente; en el se . i88 . : COLUMELA. gundo se pueden cortar algunas entremedias y aclararlas, ¿ cuya labor llaman las gentes del campo castración: sin etnbargo esta reparación del cañaveral esciegas, pues no se ve en la tierra lo que se ba de quitar ni lo que se ha de de jar: no obstante es mas tolerable castrar la caña antes de cortarla poique los carrizos indican lo que se ha de arran car. El tiempo de cavar la tierra y plantarla de cañas es an tes que germinen los tubérculos de éstas, se cortan después del solsticio de invierno, pues hasta este tiempo están to mando incremento, y se paran cuando se han endurecido con los frios del invierno. Se han de dar al cañaveral tantas cavas comolas viñas; pero su esterilidad se ha da socor rer con cenizacon otra especie de estiércol : por lo cual muchos pegan fuego al cañaveral después de haberlo cor tado.

CAPITULO XXXIII. De los castaños y de las encinas. El castaño se acercala naturaleza de los robles, por lo tan to es apropósito para proveer de apoyoslas viñas. Pues la castaña sembrada en una tierra agostada nace prontamente. Y si se corta la plantalos cinco años, se renueva como el sanee, y la estaca que se hace de ella dura casi hasta el cor te siguiente1. Necesita una tierra obscura y suelta, y. no le es contraria la arena gruesa húmeda, ni la toba deshecha: le acomodan las pendientes sombrías y septentrionales ; teme el terreno denso y el rojo. La tierra seca y agostada hasta dos pies y medio de hondo se siembra por todo el invierno desele el mes de noviembre: las castañas en el liño estándis tancia de medio pie una de otra, pero los liños tienen en tre sí espacios de cinco pies. La castaña se pone en surcos cavadosnueve pulgadas de profundidad y luego que es tán sembrados antes de allanarlos se elevan cañas al lado de cada castaño para que sirviendo de señales se pueda cavar y escardarmano con mas precaución. Así que tienen pies que poder trasplantar, lo que se verificalos dos años , se arrancan algunos de en medio de los liños de manera que queden dos pies de vacío entre cada arbolito para que la es . LIBRO CUARTO 189 pesnra no debilite las plantas. Pero el sembrarlas espesas es por varios accidentes que pueden sobrevenir: pues algunas veces se seca la castaña por falta de. humedad,se pudre por abundancia de aguas: otras veces se devastan por los animales subterráneos, como los ratones y los topos, y por este motivo muchas veces se despueblan los castañares nue vos, y cuando se han de repoblar vale mas si hay propor ción de hacerlos abajar un varal' de un árbol inmediato , á manera de mugrón para propagarlo , que arrancarlo y plan tarlo. Pues aquel como no se ha movido de su lugar arroja con fuerza: pero la que se ha atrancado de raiz y se ha plantado otra vez , no se restablece hasta pasados dos años. Por lo cual es una cosa averiguada que semejantes bosques se forman mejor con castañas que con barbados. Sembran do las castañaslas distancias que se han escrito arriba, ca ben en cada yugada dos mil ochocientos y ochenta castaños que darán fácilmente, como dice Atico , doce mil apoyos. Porque los trozos cortados de la parte de la rama mas inme diata al tronco suministran ordinariamente rodrigones, que cada uno tiene la cuarta parte del trozo partido de alto'á ba jo; y los mas retirados, que llaman segundos, dos que cada uno tiene la mitad. Esta especie de apoyo hendido dura mas tiempo que la estaca cilindrica. Lo mismo se cava la tierra y se pone que la viña. Se debe escamondar cuando ten ga dos años y aun cuando tenga tres : pues se le debe apli car dos veces el hierro al principio de la primavera. Puede también ponerse la encina de un modo semejante, pero se corta dos años mas tarde que el castaño , por lo que la ra zón pide que se gane mas bjen tiempo , poniendo esta con preferencia: si no es que los montes llenos de malezas y de cascajo, y aquellas tierras que hemos dicho arriba pedirán mas bien bellota qne castaña. Hasta aqui he tratado copiosámente, y nb sin utilidadmi parecer, de laí -viñas de Ita lia y de sus adminículos, para manifestar en seguida el cul tivo que danlas viñas los viñeros de las provincias, y no menos el de las vides maridadasárboles tanto en nuestro pais como en la Galia. . 190 COLUMELA. NOTAS AL LIBRO CUARTO. Nota al

CAPITULO VII. 1. Tanto por causa de la solución de continuidad que se causala corteza, como porque la savia se extravasa por las aberturas que ha hecho la podaderalos conductos por don de pasa. Nota al

CAPITULO XI. 1. Ceorg. lib. 2, v. 362 y 363. Notas al

CAPITULO XVII. 1. ¿Para qué haber desunido las diferentes especies de yu gos y empezado aquí un capítulo? Ya he repetido muchas veces que las divisiones por capítulos no son de nuestro autor. No es menester mas prueba que ésta. 2. Llama cabeza del troncola misma distribución de los brazos , donde suele haber algún nudo que es como la cabeza. Notas al

CAPITULO XXII. 1. Como sucede en algunos injertos cuya herida se cica triza con tanta mayor facilidad cuanto la sávia, que tiene siempre su tendencia ácia lo alto , la consolida pocopoco con la madera superior, ólo menos no la deja secarse. 2. Véase el capítulo XXIX. Notas al

CAPITULO' XXIV. 1. Sierpes. 2. Efectivamente en el primer corte la herida es larga , y la parte que se ha dejado y la ha recibido delgada : en el se gundo es la herida pequeña y mas, redonda, y la parte que la ha recibido mas gruesa. Es pues preciso' que en aquella se seque mas pronto la parte herida y que muera ; pero en ésta no solo no muere tan fácilmente, pues ésto de ningún modo sucede , sino solamente deja de crecer. Nota al

CAPITULO XXXI. , 1. Plinio en el lib. 3 cap. 37, pone las zarzas en el núme ro de las plantas que sirven para atar las vides , pero con tal que se les quiten las espinas. Nota al

CAPITULO XXXIII. . 1. Esto es hasta otros cinco años, pues pasados se puede cortar de nuevo el castañar. . LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA. De las cosas del campo. LIBRO QUINTO.

CAPITULO I. Cómo deberás medir las diferentes formas de campos que te se presenten. Me has dicho, Silvino, que en los libros anteriores, que yo te habia escrito sobre la formación y cultivo de las vi» ñas, faltaban algunas cosas, que echaban menos los afi cionadosJas labores del campo; y no niego que he omi tido algunas, aunque he hecho una indagación exacta de lo que han dejado por escrito los cultivadores de nuestro siglo, y los antiguos v pero cuando he prometido dar los preceptos de agricultura, no he asegurado, si no me en gaño, que habia de decir todas las cosas que contuviese la inmensidad de esta ciencia, sino la mayor parte. Por que aquello no cabe en la capacidad de un hombre solo; pues no hay ciencia ni arte alguna que se haya llevado á Ja perfección por el ingenio de un hombre. Por lo cual, así comoun cazador, que va persiguiendo fieras en un bosque dilatado, no se le puede pedir mas que el que co ja muchas, yninguno se ha culpado por no haberla» cogido todas : así tambiénnosotros nos basta haber en señado la mayor parte de una materia tan difusa, como la que hemos emprendido tratar : siendo así que las cosas que se echan menos en nuestra obra , son extrañasnuestra profesión: como por ejemplo nuestro Marco Trebelio, cuan do poco ha pretendía que yo diese reglas para medir las. . iq» COLUMELA. tierras , porque estaba entendido en que demostrar el mo do con que hemos de agostar un terreno , y enseñar como hemos de medirlo después de agostido, son dos cosas muy semejantes , y que deben ir juntas: la cual decia yo que no era función de labrador, sino de agrimensor, principal mente cuando los arquitectos que tienen precisión de sa ber el método de tomar las medidas , ni aun se dignan ha cerlo con los edificios de que ellos mismos han dado el plan despues que se han acabado ; sino que creen que una cosa es la que correspondesu profesión , y otra distinta la que es del cargo de los que miden los edificios que se han construido ya, y hecha la cuenta calculan el valor de la obra. Por lo cual con tanta mas razón se ha de disimular á nuestra profesión , si solo llega hasta el punto de decir el modo con que se ha de hacer cada cosa , y no cuanto sea lo que se haya hecho. Pero como tú también, Silvino, quie resfuer de amigo , que yo te dé los preceptos de las me didas , condescenderé con tus deseos, con tal que no dudes que esto es mas bien cosa de geómetras, que de gentes del campo, y que me disculpes , si hubiere cometido algún er ror en una C03a cuya ciencia no me atribuyo. Mas para en trar en materia, digo, que todas las medidas se reducen á la del pie , que consta de diez y seis dedos. El pie multi plicado da. progresivamente pasos, actos, climas, yugadas, estadios y centurias, y enseguida también otras medidas mayores. El paso tiene ci,ncp pies.. El acto, menor * como di ce Marco Varron 1 , tiene cuatro pies de ancho y ciento y veinte de largo. El clima es de sesenta pies ácia todas par tes. El acto cuadrado se termina por todos lados con ciento y veinte phs. Este duplicado hace la yugada, que ha toma-, do este npiábre por estar juntos los dos actos.; Maseste ac to llama la gente .del campo de la provincia Bélica acnua\ y al espacio de treinta pies de ancho, y ciento y ochenta de largo llaman los mismos porca. Pero los Galos llaman cán delo en las superficies urbanas al espacio de cien pies , y en las rústicas al de eiento y cincuenta, i y también arepennis á la media yugada. Por consiguiente, como he di cho , dos actos hacen una yugada de doscientos y cuarenta pies de largo, y ciento y veinte de ancho, cuyas cantidades . LIBRO QUINTO i93 multiplicadas entre sí dan el producto de veinte y ocho mil y ochocientos pies cuadrados. En seguida viene el estadio, que tiene ciento veinte y cinco pasos de largo, tsto es, seiscientos veinte y -cinco pies, que multiplicados |>or ocho hacen mil pasos, que son cinco mil pies. Ahora llamamos centuria (como dice el mismo Varton)una medida de doscientas yugadas, que antes se llamaba así por tener ciento2: mas aunque después se ha duplicado, ha conser vado su nombre antiguo, al modo que Jas tribus, llamadas así al principio por haberse dividido el pueblo romano en tres partes: las cuales sin embargo, multiplicadas al presen» te, conservan el nombre anticuo. Ha sido conveniente explicar ríe antemano estas palabras, que no son agenas ni distantes de los cálculos que vamosdar. Vamos ahora á nuestro propó-ito. No hemo* puesto aquí todas las parres en que puede dividirse la yugada, sino solamente aquellas que erítran en la estimación del trabajo que se ha dado; pues sería sapérftuo tratar
CAPITULO II. Continuación del anterior. Todo campo es cuadrado,rectangular,en forma de cuña,triangular,circular,también presenta la for ma de un semicírculo,de un arco de círculo: asimismo algunas veces la de un polígono. La medida de un cua drado es muy fácil , porque como es por todos lados de un misino número de pies , se multiplican dos lados en tre sí, y el producto da el número de pies cuadrados que contiene. Como por ejemplo, hay un terreno de cien pies por todos cuatro lados; multiplicamos ciento por ciento, resultan diez mil. Diremos por consiguiente que este ter . LIBRO QUINTO 195 reno tiene diez mil pies cuadrados, que hacen un tríente y una séxtula de yugada; por cuya proporción convendrá calcular el trabajo que se ha dado. Pero si fuere mas lar go que ancho, como v. gr. la figura de la yugada, esto es, doscientos y cuarenta pies de largo, y ciento y vein te de ancho (como dije poco antes) multiplicaremos los pies de la longitud por los de la latitud de ésta manera: ciento y veinte veces doscientos y cuarenta son veinte y ocho mil y ochocientos. Diremos que la yugada de tierra tiene es tos mismos pies : e igualmente se hará con todos los terrenos cuya longitud sea mayor que su latitud. Pero si tuviere la for ma de una cuña, como por ejemplo, si tiene cien pies de lar go 1 , veinte pies de ancho por un lado , y diez por otro , eu este caso sumaremos las dos latitudes , que harán el total de treinta. Su mitad es quince , que multiplicaremos por la longitud, y sacaremos un mil y quinientos pies. Por consi guiente diremos que este es el número de pies que hay en aquel terreno en forma de cuña, cuya parte de yugada será media onza y tres escrípulos. Pero si debieres medir un trián gulo equilátero 1 , seguirás este método. Sea un terreno trian gular de trescientos pies por cada lado. Multiplicado éste número por sí mismo , el producto es noventa mil. To ma su tercera parte, esto es, treinta mil; toma también la décima , esto es , nueve mil ; suma ambas partidas : el total será treinta y nueve mil , este es el número de pies cuadra dos que diremos haber en éste triángulo , cuya medida es una yugada, un triente y un sicílico. Pero si el terreno fue re un triángulo con los lados desiguales, que tiene un án gulo recto, se ordenará la cuenta de otra manera. Sea la línea de un lado de los que forman el ángulo recto de cincuenta pies, y la del otro de ciento. Multiplica estas dos cantidades entre sí: cincuenta veces ciento hacen cin co mil ; su mitad son dos mil y quinientos , cuya parte hace una onza y un escrípulo de yugada. Si el campo fue re redondo, de suerte que tenga figura circular, ajusta los pies que tiene de esta manera. Sea una área redonda , cu yo diámetro tenga setenta pies. Multiplica este número por sí mismo; setenta por setenta hacen cuatro mil y nove cientos. Multiplica este total por once; resultan cincuenta y tres mil y novecientos pies. Divido este producto por catyrce, saco de cuociente tres mil ochocientos y cim cuenta pies. Estos son los que digo haber cuadrados en aquel círculo 3 , cuya cantidad, hace ouza, y media y dos escrípulos y medio de yugada. Si .el terreno fuere un se micírculo, cuya hase tenga ciento cuarenta pies, y la Ja« titud de la curvatura, esto es, el radio, setenta, con vendrá multiplicar ésta por la base: setenta veces ciento y cuarenta son inieve mil y ochocientos, que multiplica dos por once hacen ciento siete mil y ochocientos. La déci ma cuarta parte de este totales siete mil y setecientos4. Estos pies diremos que hay en el semicírculo, que hacen, un cuadrante, y cinco escrípulos de yugada. Pero si fue», re lóenos que un. semicírculo j, mediremos, el arco ( eje, esta, manera.. Sea. un arco , cuya base tenga diez? y seis pies, y su¡ latitud cuatro. Sumo la base y, la. latitud; el total.es veinte» que multiplicados por cuatro hacen ochenta. La mitad de estos es cuarenta. También tomo Ja mitad dejá base, que es' Qcho pies» y multiplicada por.qí injsnia . Íiac_e.^se»ta y cua-, tro. Saco, la décima -ciiar, ta parte, que es,, cuatro ;p.iefl. y un., poco mas, añado esto, á, los cuarenta Ja s tuna será, cuarenta y «uatro pies. Estos digo que soii los. pies cua drados quo hay en el arco. 5 y hace» med»o. escrúpulo Je yugada menos, una vigésioiarqumta parpe.6. Si fuere de, seis, ángulos, se reduce.pies cuadrados de esta manera. Sea un exágono, cuyos lados tengan todostreinta pies. Mullí-, plico un lado por sí mismo: treinta veces treinta son no vecientos. Tomo la tercera parte de este producto que es trescientos; tomo ademas la déoima qpe es noventa: la añadoía anterior, y hace la suma de trescientos y no venta. Esta se ha de .multiplicar, por seis, porque, hay seis, lados, cuyo producto es dos mil trescientos y cuarenta. Por consiguiente diretnos que hay este número de pies cuadrados.,7.. ¡Y así hahrá una ouza de yugada menos seis, decimas .paites de. escríputo.

CAPITULO III.

Cuántas plantas quepan en una yugada distribuidas á tres pies de distancia entre, ómayores, hasta diez pies de una otra.

Conocidos pues bien estos principios de semejante cál culo, haremos sin dificultad las, medidas de las tierras, cuyas especies todas es cosa dilatada yárdua exponer aho ra. Al presente voyañadirlo >que he dicho otras dos fórmulas de que se sirven con frecuencia los labradores en la colocación de las plantas. Sea un terreno de mil y doscientos pies de largo y ciento y veinte, de ancho: en él se han de colocar las vides de manera que se dejen cin " co pies entre los liños. Pregunto, ¿cuántas plantas se ne cesitan cuando se quiere que estén, en el liñocinco pies de distancia unas de otras? Saco la quinta parte de la lon gitud, que son doscientos y cuarenta, y la quinta de la la titud, esto: es, veinte y cuatro:cada , una rde estas dos can tidades, añado siempre una unidad por la planta de la ex tremidad de los liños que llaman angular : de consiguien te se hace una suma de doscientos cuarenta y uno, y otra <3e veinte y ' cinco.. Multiplica estas sumas de esta mane ra:, ¡veinte y cinco veces doscientos cunreata.y uno son seis •mil y veinte y cinco. Tantas són las plantas que se necesi tan. Del mismo moda si las quisieres poner-á'seis pies de distancia, tomarás la sexta párte dé la longitud de mil y dos cientos 'que =es doscientos^ y-la sexta parto tío Ja latitud de ciento y veinte, que es veinte. A cada una deíestas canrielad tií añadirá? la-unidad que -dije: por las plantas angolares que hará doscientos y uno* y veinte y uno. Estas sumas las multiplicarás entre sí veinte y una veces dos cientos y uno, y de esta suerte harás cuatro mil. doscien tos veinte y uno, y dirás, que se necesitan otras tantas plan tas. Asimismo, si las : quisieres ponersiete pies, toma rás la séptima parte de la longitud y 'de la latitud: aña dirás las unidades angulares, y del mismo modo , y por el misino orden hallarás el número de plantas que se necesi n3 . iQ8 COLUMELA. tan. Finalmente, sea el que fuere el número de pies que has de dejar de intervalo entre cada planta , has de multi plicar por él la longitud y la latitud del terreno, y has de añadir las antedichas unidades. Siendo esto así , se sigue que la yugada de tierra que tiene doscientos y cuarenta pies de longitud y ciento y veinte de latitud , poniendo las plan tastres pies de distancia (que es el menor intervalo que se deja cuando se ponen las vides) , necesitará de ochenta y una plantas para la longitud , y veinte y cinco para la la titud , estando en ella alineadascinco pies de distancia, cuyos números, multiplicados entre sí, hacen dos mil y veinte y cinco plantas. O si estuviere la viña puesta'cua tro pies de distancia en ambas direcciones, tendrá el liño á lo largo sesenta y una plantas, ylo ancho treinta y una, cuyos números hacen en la yugada mil ochocientas noven ta y una vides. O si estuviere puestacuatrb pies de distan cialo largo , ycincolo ancho , el liño de la longitud tendrá sesenta y una plantas , y el de la latitud veinte y cin- OOi Pero si el plantío es'cinco pies tendrá el liño de lo largo cuarenta y nueve plantas, y el de lo. ancho veinte y cinco r cuyos dos números multiplicados entre sí hacen •mil doscientos veinte y cinco. Pero si se quisieren poner las vides en un terreno de la misma; cabidaseis; pies de dis tancia, no hay duda que se han de darla longitud cua renta y una vides, yla latitud veinte y una; que mul tiplicadas entre sí hacen el número de ochocientas sesen ta y una. Mas si se quiere poner la viñasiete pies de dis tancia , recibirá el liñolo largo treinta y cinco plantas, ylo ancho diez y ocho, cuyos números multiplicados entre sí hacen seiscientas y treinta, por. lo que diremos que se ha de prevenir igual número dé plantas; Stai se plantare la viñaocho pies , recibirá el liño de laMongitud treinta y una plantas, y por la latitud diez y seis, cuyos números multiplicados entre sí hacen cuatrocientos noven ta y seis. Pero si las plantannueve pies, tendrá e! liño á lo largo veinte y siete plantas , ylo ancho catorce: estos números, multiplicados entre sí, hacen trescientas seten ta y ocho. Mas si se plantarendiez pies, al liñolo lar go la cabrán veinte y cinco plantas , ylo ancho trece, . LTBRO QUINTO i99 I09 cuales números , multiplicados el uno por el otro,Jia- cen trescientas veinte y cinco. Y para no llevar el cálcu lo al infinito, se pondrán las plantas en la misma propor ción que quiera cada cual dejar mas largos los intervalos. Baste ya con lo que se ha dicho de la medida de las tierras, y del número de plantas que necesitan. Ahora vuelvo al or den que me he prescrito.

CAPITULO IV. Del cultivo de las viñas en las provincias. lie observado que hay muchos géneros de viñas en las pro vincias: pero de las que yo mismo he conocido, las que se tienen por las mejores son Jás que semejantesarbolitos tie nen la caña corta y se mantienen por sí solas sin apoyo: después de éstas las que sostenidas por apoyos se ponen so bre yugos separados cada una:éstas llama la gente del campo cuntheriadus: en seguida vienen las que están rodea das de cañas clavadas en el suelo, y cuyos sarmientos aplica doséstas cañas, que les sirven de apoyos , se encorvan, formando emparrados circulares:estas las llaman algunos characatas. La última clase es la de las vides tendidas, y que al salir la cepa de la tierra, se extienden por ella como si las hubieran tirado. Pero el modo de plantarlas es en todas casi uno mismo , pues las plantas se ponen en hoyoen zanja, porque los cultivadores de las naciones extrangeras no en tienden de agostado; él cual sin embargo es casi supérflua en aquellos países en los cuales el terreno está mullido, y suelto naturalmente, porque. éste (como dice Virgilio, Georg. lib. II, v. 184.) lo imitamos arando,también agostándo lo. Y asi la Campania , aunque puede tomar éste ejemplo de nosotros, como que es nuestra vecina, no usa dar esta la borla tierra , porque la franqueza 'dé su suelo necesita menos trabajo. Pero si en algunas provincias lo muy com eto del terreno exige mayor gasto de parte del cultivador, que nosotros hacemos agostando la tierra, él lo consigue haciendo una zanja, esto es, para poner, las plantas en ua terreno mas bien labrado. . !, .!.•" ... . < n4 . aoo COLUMELAR!

CAPITULO V. De las diferente? clases que hay de ella$¡ y del cultivo de, cada cual., Pero para tratar de cada una de las especies de viñas que he propuesto, lo iré haciendo por el orden con que las he nombrado. La vid qlíejsí (rúajatiene por sus propias fuerzas sin apoyo, si la tierra es suelta, se ha de poner en hoyo ; si es muy densa , en zanja : pero tanto los hoyos , como las zanjas , son muy ventajosas , si en los países templados y donde los estíos son muy ardientes se ha cen un año antes de plantar las viñas. Sin embargo-se ha de examinar primero la bondad del suelo, pues si las planJ tas se. han de poner en el que sea endeble y ligero, se debe hacer el hoyo ú la zanja;al mismo tirmpo de la plantación. Si se hace. el hoyo el año antes de ésta, es-suficiente que tenga tres pies de largO'y de hondo, y dos de anchov pero si hemos de dejar los entreliños de" cuatro pies de ancho tene^ mos por mas cómodo que los hoyos tengan esta misma inej dida eu ancho y largo, y Con solos tres de profundidad. Mas las plantas se apiicará«-á los cúatroáñgnlos , poniendo debajo tierra desmenuzada^ después de lo cual secubvirán los hoyos. Y en cuátttd á; los' éntreliños solamente tenemos que preve nir que tengan enterfdlido los cultivadores , si han de labrar las viñas con el otado, que los dejen mas anchos, y si con tes ázatjáe, más angostos. Y ¡no han de ser mas anclíos que dfe diez' 'p'fés ,' ni' d"la$> estréchos que de cnaíro. Sin embargo mucho» disponen los* -liños» de manera que en línea recta de jan dos pie?, y cuaúdo mas tres, entre planta y planta: por el contrario, los entreliños los hacen de mayor extensión, par* qnrt;ahde ipor-elk)(S'el' cavado» <ó-el arador. Pero el cui dado de te' plantación fnoirjehefcer otro que el que he pres-* crito"1 en' el ' tercer ¡¡libro. .:8in ¡embargo el' cartaginés MttgOn añade1éste método una cosa:, y es qne las plantas se pongan de'manera que nó se llene desde luego el hoyo en tecamente de1 áccra , ginq que se deje desocupada la mitad jx>- eo masmenos, y en los dos afi09 siguiente» se vaya 11c . LIBRO QUINTO aoi nando pocopoco: pues cree que de ésta suerte se obliga á la vidque eche raices acia abajo. Yo no negaré que esto se haga con utilidad en los terrenos secos ; pero donde el pais es húmedoel cielo lluvioso, no creo que deba ha cerse, porque la mucha agua que está parada en estos ho yos medio llenos de tierra, mata las plantas antes que se fortifiquen. Por lo cual pienso que es mas útil llenar los ho yos asi que se Vían puesto Ia3 plantas; mas luego que ha yan asido convendrá excavarlas cuidadosa y profundamen te, al instante que haya pasado el equinoccio de otoño, y después de haberles cortado las raicillas, si hubieren echa do algunas en la superficie del suelo, cubrirlas al cabo de pocos dias. Pues de ésta suerte se evitarán ámbas incomodi dades; la de que no se exciten las raicessalir en la parte superior, y la de que las plantas que todavía tienen poca fuerza padezcan con las lluvias inmoderadas. Pero cuando hayan tomado ya fuerzas no hay duda que las aguas del cie lo les sirven de muchísima utilidad. Y así en los garages en que lo permita la suavidad del invierno, convendrá dejar las vides descubiertas, y tenerlas excavadas en toda esta estación. En cuantola cualidad de Jas plantas que se han de po ner, no están conformes los autores; unos creen que es me jor plantar la viña desde luego con cabezudos, otros con barbados: sobre lo cual ya he manifestado mi modo de pen sar en los libros anteriores. Y sin embargo añado aho ra que hay ciertas tierras en las cuales no se dan también las vides trasplantadas, como las que se ponen de asiento: pero esto sucede raras veces. Por consiguiente se ha observar y examinar con cuidado lo que lleva cada pais, y lo que reusa producir1. Conviene pues arreglar Ja planta que se ha puesto, ésto es, el cabezudoel barbado, de manera que dé una cepa que se mantenga derecha sin apoyo: pero esto no se puede hacer desde luego. Pues si no pones apoyola vid mientras está tierna y endeble* los sarmientos caerán á tierra conforme vayan saliendo. Y por eso al ponerla plan ta se le aplica una caña que proteja, por decirlo así, y man tenga su infancia, y la llevetanta altura comoquiera dar le el cultivador: la cual seguramente no debe ser muy con siderable ,-pues no se debe dejar pasar de pie y medio. Así . aoa COLUMELA. que en seguida toma fuerza, y puede sostenerse ya sin apo yo, recibe su incremento por la cabezapor los brazos. Porque de esta cultura hay también do3 especies: unos aprueban mas las viñas que solo tienen cabeza , y otros las que están distribuidas en brazos. Los que gustan armar la viña de esta última manera , conviene que conserven todo Jo que habrá arrojado la vid nueva al rededor de la cicatriz que le habrán hecho al cortarla por lo alto, y la distribuyan en cuatro brazos de un pie de largo, de manera que miren 'todos los puntos cardinales del cielo. Pero estos brazos no se dejan inmediatamente al primer año con todo su largo, para que no se cargue la vid mientras todavía está endeble; sino al cabo de muchas podas se les hace llegarésta medi da. Después conviene se dejen cierta especie de cuernos, que salgan de los brazos, y que de ésta suerte se extienda la vid entera por todas partes en redondo. El método de la poda es el mismo que en las viñas yugadas: pero se diferencia en una cosa, y es que en lugar de sarmientos mas largos se dejan pulgares de cuatrocinco yemas, y en lugar de subsidiarios, tornillos de dos yemas. En la vid que dijimos con cabeza, se corta el sarmiento-que rodeala misma madre al casco, dejándole unados yemas adherentes al tronco. Pero esto se puede hacer con seguridad en las tierras de riegoen las muy pingües , cuando sus fuerzas pueden dar á un tiempo fruto y madera. Los que dan ésta formasus viñas las cultivan principalmente con el arado, y siguen es te sistema de quitar los brazoslas vides, porque no te niendo las cabezas cosa alguna que sobresalga , no están ex puestasque las per judiquen el arado ni los bueyes. Pues en las que están distribuidas en brazos, sucede comunmen te que las ramillas de las vides se quiebran con la pierna ó con las astas de los bueyes : también muchas veces se veri fica lo mismo con la esteva , cuando el gañan cuidadoso se empeña en llegar con la reja hasta el liño, y en labrar lo mas inmediato que puede serlas cepas. Y éste cultivo se dalas vides con cabeza, ólas distribuidas en brazos an tes que broten. Luego que esto se verifica , viene el cava dor, y labra con las azadas las partes donde no ha podido llegar el gañan. En seguida, luego que la vid echa sarmien . LIBRO QUINTO ao3 tos, entra el despampanador, quita los supérfluos y deja los fructíferos, los cuales asi que se han endurecido los atan en forma de corona: esto se hace por dos motivos: el uno no sea que si se dejan crecer con libertad se extiendan vi ciosamente y atraigansí todo el alimento: y el otro, para que atada la vid de ésta manera , dé entrada libre al gañan y al cavador para que la labren. Pero el modo de despam panar será éste: en los sitios sombríos, húmedos y fríos se despojará el verano la vid, y se quitarán los pámpanoslos sarmientos, para que el fruto pueda madurar, y no se pu dra con la humedad; pero en los secos, calientes y abriga dos, por el contrario se cubrirán los racimos con los sar mientos, y si Ja vid tuviere pocos, se resguardará el fruto con hojas,, y alguna vez con paja, que se traerán de otra parte al efecto. Marco Columela mi tio, varón instruido en las bellas artes, y cultivador aplicadísimo de la provincia Bética , hacía sombralas vides ácia el nacimiento de la Canícula con esteras de palma, porque en el tiempo en que aparece esta constelación, algunas partes de aquella provin cia son por lo común tan infestadas del aire solano, que los habitantes llaman Vulturno, que si no se hace sombralas vides con algunas cubiertas, se quema el fruto como si hu biera pasado la llama por ellas. Y este es el cultivo de Ja vid distribuida en brazos y de la que solo tiene cabeza. Pues la que se pone sobre un yugo solo,la que se le dejan cre cer los sarmientos, para aplicarloscañas que les sirven de apoyos redondeándolas en forma circular, exigen poco mas ó menos el mismo cuidado que la vid yugada. Con todo eso he advertido que algunos enterraban en la superBcie del suelo,modo de mugrones, unos sarmientos largos de las vides characatas, sobre todo cuando son del vidueño heluenaco, que después los enderezaban otra vez aplicándolos á cañas, y los dejaban para fruto:estos los llaman mergos nuestros cultivadores, y los Galos candosoceos , y los cu bren con tierra por un motivo sencillo ; y es , porque creen que ésta da mas alimentoéstos sarmientos de fruto. Y asi después de la vendimia los cortan como inútiles y los se paran de la cepa. Pero nosotíos mandamos que éstas mis mas varas, luego que se hayan separado de la madre, se . 204 COLUMELA. pongan en lugar de barbados, si bubiere algunos sitios des ocupados en los liños, por haberse perdido algunas plantas, ó si alguno quisiere poner un majuelo, porque las partes de los sarmientos que han estado enterradas tienen segu ramente bastante cantidad de raices, que desde que han si do plantadas en los hoyos , prenden al instante. Resta ha blar del cultivo de la viña tendida , que no se debe empren der, como no sea en un clima muy sujetovientos, por que dalos cultivadores un trabajo difícil y porque nunca se saca de ellas vino de gusto generoso. Pero donde la cualidad del pais admite solamente éste cultivo, se pone el cabezudo en hoyos de dos pies , y luego que ha brotado, se reduceun sarmiento solo , el cual el primer año se cor ta, dejándole dos yemas: después el siguiente, así que ha echado mas sarmientos, se deja crecer uno y se suprimen I03 demás. Y así que el que se ha dejado ha dado fruto, se poda en términos que estando tendido en tierra, no pase del claro del entreliño: y no hay gran diferencia entre la poda de la viña tendida , y la de la que está derecha : sino quela primera se le deben dejar los sarmientos mas cor tos; y los tornillos también han de quedar muy cortos á manera de alarifes: pero después de la poda, que en esta clase de viña se ha de hacer indispensablemente en el oto ño, se doblará toda entera acia el otro entreliño, y de es ta suerte aquella parte que había estado ocupada se cava ó se ara , y asi que esté labrada se le echa otra vez la misma vid, para que la otra parte pueda también labrarse. Sobre el modo de despampanar esta viña no están muy de acuer dó los autores : unos dicen que no se ha; de despojar de ho jas la vid, para que proteja mejor el fruto contra la injuria de los vientos y de las fieras: otros quieren que se despam pane con mas moderación, p'ara que la vid no se cargue de hojas enteramente supéifluas, y sin embargo pueda cu brir y proteger el fruto : cuyo método me parecemí tam bién mas conveniente. . LIBRO QUINTO ao5 t

CAPITULO VI De los árboles y vides maridadasellos. Pero ya hemos hablado bastante de las viñas: ahora es me nester dar preceptos acerca de los áibolcs. El que quisiere tener una arboleda mandadavides, poblada, y distribuida á iguales distancias y íructuoüa, tendrá cuidado que no se ponga clara por jierderse los árboles; sino que sacará los que padezcan con la vejezla tempestad, y en lugar de ellos, sustituirá [llantas nuevas: lo que podrá conseguir con fa cilidad, si tuviere pieparada una almáciga de olmos:, la cual, no tendré inconveniente en prescribircontinuación <ór, nao se ba de hacer y de qué especies de olmos. Todos es» t,án acordes en que hay dos especies de olmos, de Galja y de nuestro pais: aquel se dice Atinio, y éste de la tierra. Tremelio Escrofa lia opinado falsamente que el olmo Ati nio no,llevaba samara (que es la grana de este, aibol), pitea, sin duda,cHa muy poca, y por lo mismo parece;muchos estéril, estando como está») escondidas las, granas cutre la hoja qiie echa al primer brote, y así nadie la pone de si miente, sino de sierpes. Pero este olmo es micho mas fronr doso. y; altó que el de la tierra, y da una hoja agradable á los bueyes, con la cual si has mantenido mucho', tiempo á éste ganado y después tratas de darle la de los de la otra es? pecíe, les causa lastidio. Por lo que, si pudiere hacerse, plantaremos todo el campo solamente de Ja especie Atinja: si nó, procuraremos al arreglar las hileras, poner alterna^ pvamente, y en igual número, de la tierra y Atinios. De ésta suerte usaremos siempre de hoja mezclada, y atraído el ganado con esta especie de condimento, consumirá mas pronto la comida que necesite. Perola v'rd parece que el árbol que mas bien la sostiene es el dunllo, en seguida olmo, en tercer lugar también el fresno. ,EI durillo, ppr,da< ppca hoja y no ser ^(.¡para el ganado, lo lian desechado la, mayor, parte denlos, cultivadores. El fresno, que es muy agradablelas cabras ylas ovejas, y no inútil para los bueyes, se planta con justo .motivo en lus sitios ásperos y . ao6 COLUMELA. montuosos, en los cuales no se da bien el olmo. Este lo pre fieren los mas, porque sostiene la vid muy cómodamente, dálos bueyes un pasto muy de su gusto, y prospera en muchas especies diferentes de terrenos. Y asi el que se pro pone criar una arboleda nueva para maridar con vides, pre parará de antemano almácigas de olmosde fresnos, del modo que vamosmanifestar en seguida: pues los durillos es mejor plantar desde luego de asiento tallos en la arbole da. Después en un suelo que sea pingüe y medianamente húmedo, cavaremos la tierra con la azada, y gradándola y mulléndola muy bien, la distribuiremos por la primavera en tablas. En seguida echaremos en éstas tablas la samera que ya estará de color rojo, y habrá estado muchos dias ten» dida asoleándose, de suerte sin embargo que tenga algún jugo y humedad : la samera se echará tan espesa que se cu bran enteramente las tablas. Y en éste estado cerneremos so bre ella con una criba tierra desmenuzada, hasta que tenga dos dedos encima, regaremos ligeramente las tablas, y las cubriremos con paja, para que no piquen los pájaros las puntas de los tallos que vayan naciendo. Después, asi que las plantas hayan acabado de nacer, recogeremos la paja, y arrancaremos la yerbamano: lo que se ha de hacer con tiento y cuidado , para no arrancar al mismo tiempo las rai ces de los olmos, que todavía están tiernas y cortas. Y éstas mismas tablas las arreglaremos tan estrechas, que los que les han de arrancar las yerbas , alcancen con facilidad al medio de ellas : pues si fueren mas anchas, se les hará daño , como tambiénlas mismas plantitas que se pisarán. En seguida conviene rociar de cerca mas bien que regar las almácigas durante el estío, antes de salir el sol óla tarde, y cuando las plantas tengan tres pies de alto se trasladaránotra al máciga, y para que no echen raices muy profundas (lo cual trae mucho trabajo en lo sucesivo, cuando queremos mu dar las plantasotra almáciga diferente) convendrá abrir unos hoyuelos no muy grandes,distancia de pie y me dio unos de otros : después se anudarán las raices si son cor tas, y si son mas largas se retorcerán en redondo en for ma de corona , y después de untarlas con boñiga de buey se pondrán en los hoyuelos y se pisotearán todo al rededor . LIBRO QUINTO ao7 con cuidado. El mismo método se ha de seguir con las plan tas que se han cogido con su tallo: lo que es preciso hacer con el olmo Atiuio, que no se siemhra de samera. Pero es te olmo se planta mejor en el tiempo de otoño, que en el de primavera , y sus ramillas se quitan con la mano poco á poco retorciéndolas, porque en los dos primeros años teme el corte con hierro. Finalmente al tercero se limpia con tina podadera afilada , y luego que está en estado de trasplantar se se pone bien desde el tiempo de otoño , en que la tierra se habrá mojado bastante con las lluvias hasta la primavera, antes que la raiz del olmo se descortece al arrancarlo. Des pués se harán hoyos detres pies en todas direcciones , si la tierra es suelta: pero si fuere densa , se prepararán zanjas de la misma profundidad, para que reciban los árboles. Y ademas se cuidará, si se han de plantar los olmos en terre no abundante de rociadas y nebuloso, que se dirijan sus ra maslevante yponiente, para que el medio de los árbo les , donde está aplicada y atada la vid , y donde se apoya, reciba mas sol. Mas si tratamos también de sembrar granos, se pondrán estos árbolescuarenta pies de distancia unos de otros, siendo el terreno fértil; y si es endeble, solo se reti rarán veinte pies1. En seguida, cuando empiecenponer se grandes, se han de arreglar con el hocino, y formar los órdenes de ramas horizontales, que en latin se llama tabú* lata. Pues con éste nombre suelen los cultivadores distin guir las ramas y troncos que salen hacia afuera, y estos los acor tanlos alargan con el hierro para que las vides se extien dan con mas libertad; esto en el terreno pingüe, aquello en el endeble. Los tablados no han de estarmenos de tres pies de distancia unos de otros, y se han de formar de ma nera que la rama superior no esté en la misma línea que Ja inferior, pues ésta quebrantará el sarmiento que germine y caiga de la superior y le echará abajo el fruto. Mas cual quier árbol que hubieres plantado no conviene podarlo en los dos primeros años. Después 6Í el olmo toma un incre mento pequeño, en la primavera antes que suelte la corte za* se ha de descabezar por juntola ramilla que parecie re mas brillante, dejando sin embargo en el tronco por en cima de ella nueve pulgadas, al cual llevada y aplicada se . ao8 COLUMELA. atará,fin que corregida y tomando la dirección del tron co, provea de cabeza al árbol. En seguida convendrá cortar al cabo de un año este pedazo de tronco que se había de jado sobre la ramilla, y alisar el corte. Pero si el árbol nin guna rama tuvierepropósito para esto , será bastante de jarlo de nueve pies de alto, cortándole toda la parte supe rior, para que las ramas nuevas que arroje estén al abri go del daño del ganado. Y si pudiere hacerse convendrá cortarlo de un solo golpe, y si no aserrarlo y alisar el corte con el hocino y cubrirlo con barro amasado con paja, pa ra que no se pudra con el solcon las lluvias. Un año ú dos después, cuando las ramillas nuevas hubieren tomado bastante fuerza, convendrá cortar las supérniia"3 y dejar las que seanpropósito para arreglarlas. En el olmo que desde que se plantó ha sido de buen medro, se deben quitar los nudoslas ramas mas altas. Pero, si las ramillas fueren robustas, se han de cortar de manera que quede un pedaeo de ellas fuera del tronco. Luego que en seguida el árbol haya tomado toda su fuerza, se ha de cortar y alisar todo aquello adonde se pueda llegar con el bocino, sin tocar al cuerpo de la madre. El olmo nuevo se ha de formar de esta manera: en él terreno pingue se han de dejar sin ramas Ocbo pies sobre la tierra ;: en el endeble siete: por encima dé este espacio se Ha de distribuir el árbol en tres partes por su circunferencia,cada una de las cuales se dejará una rama para formar el primer tablado. En seguida, después de haber dejado tre9 pies por encima desocupados, se ban de arreglar otras ramas de modo que no estén puestas etl •las mismas líneas que las anteriores, y bajo del mismo mé¿ todo se deberá arreglar el árbol hasta lo alto. En la limpia ee ha de procurar ;nó dar mucha longitudlos espolones que se dejarán al cortar las ramas, ni por el contrario atu* sarlos tanto' que se haga daño al mi^mo troncosé Je des cortece, porque el olmo que se le quita parte de la corteza del tronco está poco frondoso. También se ha de evitar qué se haga de dos llagas una, puessemejante cicatriz no la cubre con facilidad la corteza, El cultivo de e?te árbol e« continuo y no solo se ha de arreglar con cuidado al princi pio, sino que se ha de cavar al rededor de su tronco, y cor» . LIBRO QUINTO tar con el hierrodesgajar con Ja mano un año sí y otro n o todas las hojas que habrá echado, para que la demasiada sombra no sea perjudiciallar vid. En seguida, cuando el árbol se hubiere puesto viejo, se horadará juntouna ra ma hasta la médula , para que por allí tenga salida la hu medad , que se habrá juntado de la parte superior. También conviene plantar la vid juntoél , antes que baya tomado toda sn fuerza. Pero si' maridaresun olmo nuevo una vid nueva la sostendrá: si le aplicáres uñar vid vieja , ésta mata rásu compañero. De tal suerte conviene que los árboles y las vides que se les maridan sean iguales en edad y en fuerzas. Masfin de maridar una vidun árbol, se debe hacer para el barbado un hoyo , si es en tierra lijera de dos pies de ancho y otro tanto de hondo, y si es en tierra densa de dos pies y nueve pulgadas, y de seis pies de largo,cuando me nos de cinco : y ha de estar éste retirado del árbol no me nos de pie y medio. Pues si lo juntareslas raices del olmo prenderá mal la vid, y aun cuando haya prendido, se opri mirá en creciendo el árbol. Este hoyo, si hay proporción, hazlo en otoño, para que se ablande con las lluvias y con las heladas. En seguida al rededor del equinoccio de primavera se han de poner dos vides en cada hoyodis tancia de un pie una de otra, para que cubran mas pronto el olmo, y se cuidará de no ponerlas con vientos del norte, 6 mojadas con el roclo, sino secas. Esta observación preven go que se tenga, no solo en la plantación de las vides, sino también en la de loa olmos y los demás árboles: como tam bién que cuando se sacan de la almáciga; se les señale por un lado con lápiz colorado ; para recordarnos que no demos á los árboles distinta posición de la que tenían en ella, pues es de la mayor importancia que mirenla parte dei cielo á que están acostumbrados desde pequeños. Pero en los si tios que estáíl expuestos ai 'sol, donde el clima nd'«s muy fino ni demasiado lluvioso,' el mejOr tiempo de plantar los árboles y las-vides es el otoño después del equinoccio.-Mas se han de poner de manera qne -echemos medio* pie de la tierra de la superficie labrada con el -arado debajo de ld$ plantas, desenredemos todas fa6i 'íbices*-, ia^íestercQlettios segun mi opinión, después de-plomadas las clibram'os tkm . aio 'COLUMELA. tierra labrada , y la pisoteemos al rededor del mismo tronco de la planta. Las vides conviene ponerlas en la extremidad del hoyo mas' retirada del árbol, ele jar extenderse los sar mientoslo largo de él, en seguida levantarlos y aplicarlos al mismo, y resguardarlos con un seto de los insultos del ga nado. Pero en los parages cálidos se han de aplicar las vides al árbol por el lacio del nortev'en, los Jribs por el del me diodía; en un clima templadopor el de levante -ó por el de poniente, para que no sufran todo el dia -el sel.la sombra. Celso piensa que es mejor en la primera poda des pués de la plantación abstenerse del hierro, y rodear al árbol con los mismos vastagos retorcidos.' ten. forma .de corona, para que la curvatura arroje sarmientos, y ;se pueda em plear el año siguiente el mas fuerte de estos para formar Ja caheza de la vid. Peromí me ha enseñado una larga ex» periencia ser mucho mas útil aplicarlas vides la podaderá desde el principio, y no dejar que se. hagan un bosf que de sarmientos inútiles. Y tamban pierdo «jué di pib mero, que se le deje se corte)á segundatercera yema , para que arroje vastagos mas robustos ; los cua les luego que hayan llegado al primer tablado en Ja po» da inmediata se distribuirán en todas -sus ramas, dejando por otra parte, siémpre un sarmiento, que' 6e excitará.subir al tablado superior;, y que se aplicará al tronco, del áfboL, para que sé dirija' ácia su cima. Yla vid que se halla ya maridada al árbol, le imponen los cultivadores «vía ley fija; muchos pueblán de sarmientos los tablados mas bajos , con la mira de tener mas abundancia de frutos. y , mas facilidad en el cultivo, i Pero los que van tras dé, la bondad del vino excitan la vidá subirlo mas alto de los árboles, y conforme va echando sarmientos nuevos así van extendiéndoloslas ramas mas altas, de manera quedo mas alto de-fe vid siga lo mas alto del árbol, esto es.^qUe. los-dos sarmientos aia's elevados se apliquen al ¡troncó'del -árbol: ton-direcciónsu cima, ymedida que. cada rama se baya: fortificado, reciba la vid. En las ramas mas gruesas del árbol se pondrá mas número de sarmientos* que estaráh separados unos de otros» y en las mas,deJgadas j8©ipondkán:meno9¿ y, Jai-vid nueva se atará al árbol con tres cordeles: uno en la caña del árbol, á LIBRO QUINTO in cuatro pies cíe distancia de la tierra: otro que coge la vid por la paute nías alta; y el tercero que la abraza per el me dio. No conviene poner el cordel mas bajo porque quita las fuerzasla vid 3 : sin embargo algunas veces es preciso: la primera, cuando el árbol está desmochado y sin ramas": la segunda cuando la vid llena de vigor se extiende con loza nía 5 i Lo demás que se ha de observar en la poda es cortar todos los sarmientos antiguos que han tenido fruto en el año anterior, dejar los nuevos, quitándoles todos los zarci llos y los nietos; y si la. vid es fértil dejar caer por las pun tas de las ramas del árbol mas bien los últimos sarmientos que otros; si es endeble, los mas inmediatos al tronco; y si es mediana los de enmedio : porque el último sarmiento lleva muchísimo fruto, y el mas inmediato apura y exte núa muy pocola vid. Y éa de la mayor utilidad a las vi des . desatarlas todos los años, porque, *e limpian con mas comodidad y se refrescan6: cuando se lían por otro sitio, reciben menos daño y convalecen mas pronto. Y conviene que estos mismos sarmientos expongan sobre los tablados, de suerte que estén colgando atados por. la terceracuarta yema, y que no se les apriete krlatadurá, no, sea que se corten con ella. Pero si el tablado ésta tan lejos que no 6e puede conducir á él cómodamente el sarmiento, lo ataremosla vid por en cima déla tercera yema. El motivo queteiiemos para prevenir que se haga esto, es porque la partedpl sarmiento que se ha dejado caer del tablado , se llena ide fruto ; pero la qué está atada, se dirige hacia arriba y da madera para el año si guiente. Mas de estos mismos sarmientos hay dos géneros, uno que nace de lo duro, el cual porque comunmente el primer año da hojas sin fruto, lo llamacr pampinario-. al otro que nace de un sarmiento de, un año , por producir fru to inmediatamente, lo llaman fructuario1. Para tener siem pre abundancia de estos en la viña, se han de atar las partes del sarmientotres yemas, para que todo lo que está por bajo de la atadura , arroje madera. Cuando en seguida la vid ha aumentado sn fuerza con los años, se han de ha* cer pasarlos árboles inmediatos sarmientos largos, y es» tos conviene cortarloslos dos años, haciendo pasar al mismo tiempo otros mas tiernos, porque aquellos con su ,ata o;COLUMELA. [ vejez fatigan la vi»3. También ha sido alguná vez conve niente , cuando la vid no puede abrazar todo el árbol, hun dir en tierra alguna parte de ella , que se ha encorvado al intento, y excitarsubir al mismo árbol dostres vástagos de este. mugrón , para que estando rodeado de mas núme ro de vides , se cubra mas pronto. A la vid nueva no con viene dejarle pampinario,no ser que haya salido de un sitio donde sea necesario para maridar una rama que haya perdido los que la cubrían. A las vides viejas les son útiles los sarmientos pampinariosi, que les hayan nacido eu un sitio conveniente, y es muy bueno dejarles la mayor parte cortándolosla tercera yema, porque el año siguiente dan madera. Todo sarmiento nacido en un sitio conveniente, que se ha quebrado cuando se podabacuando se ataba la vid, no 6e debe quitar con' tal que Icquede alguna yema, porque al año siguiente criará un sarmiento mas fuerte aunque no haya quedado mas deituna sola. Se llaman sar mientos precipitados los que nacidos de varas de un año se atanlo duro. Estos llevan muchísimo-trino, pero son muy perjudicialesla madre. Y así' no conviene precipitar el sarluiento sino de la extremidad de las ramas,si-la vid su biere mas arriba de la cima tlel árbol. Pero si alguno qui siere dejar esta especie de rama, con la mira de tener mu*- cho fruto, lo doblará, después, lo atará y " la précüprtará.' Pues detras del t sitio que, se habrá doblado echará mucho» sarmientos, y precipisándolas atraerán menossí las-fuerzas» de la vid , aunque den fruto en abundancia. Mas el sar miento precipitado no conviene dejarlo mas que un año» Hay otra especie de sarmiento, que nace de uno nuevo y se atala parte tierna de éste para dejarlo colgando: lo lla mamos materia: éste produce bastante fruto y sarmien tos nuevos: y aunque se dejen dos varas de una misma- cabe/a, se llaman ambas materia. Mas arriba he ensena do la fuerza que tiene el pampinario. El focaneo es el que nace de enrttedio de1 dps brazos como de enme-_ dio de una horca. Este sarmiento he observado que es el peor de todos, porque no lleva fruto y extenúa los dos brazos entre que se ha nacido, por lo cual se ha de quitar. Muchos han creido falsamente que una vid fuerte y viciosa LIBRO QUINTO ai* se hace mas feraz si se carga dejándole muchos sarmientos. Eu Jo que se, han eugañado, ppes teniendo muchas varas, echa de ellas mucho* pámpanos, y cubriéndose de infinidad, de hojas , deja caer peor la flor , retiene mas las nieblas y los rocíos, y pierde toda la uva. Yo pienso pues que la vid que sea fuerte se distribuya en las ramas del árbol , que se extienda en forma de radios, dispersando sus sarmientos largos en los árboles inmediatos, que se precipiten los de más , y si se enviciare demasiado, se dejan sueltas las mate rias : este es el método de hacer la vid mas feraz. Pero así como una arboleda con v irles es recomendable cuando está espesa, por su fruto, y, hermosura, del mismo. modo cuan do se aclara por la vejez., es inútil y fea. Y para que esto no suceda, un padre de familia que sea cuidadoso, debe in mediatamente que cualquier árbol vengamenos por la vejez arrancarlo, para substituir eu su lugar otro nuevo, dándole una vid,, no tanto de barbado aunque tenga pro porción , cuanto de mugrón tomado de )os mas inmediatos, que es mucho mejor. E)í métodoide upa,. y otra manera dj propagación es semejante al que hemos ya enseñado. Y bas te con Jos preceptos que hemos dado sobre loa árboles ma ridadosvides al uso de Italia. ; (i '.. j .

CAPITULO Y IJ. Ve la arboleda Gálicaque se maridan vides. •Hay también otra especie de arboleda mandadavides, .que está en uso en las Galias^y, se llama rumpolinq1. Esta .desea árboles bajos y de pocas, hojas. . Para lo cual parece muypropósito el durillo; este es un árbol semejante al cornejo. Y aun también muchas personas ponen para esto mismo el cornejo, el carue ¡y,, el fresno silvestre, y alguna . vez también el sauce. Pero -éste no se ha de poner sino en si tios húmedos, donde otros árboles asen con dificultad. Se puede también poner el olmo , de manera que se descabece cuando esté todavía tierno, para que no pase de quince pies de alto. Pues yo he advertido que el rumpotino está ordina riamente formado de manera que, los tablados se disponen en oS ai4 COLUMELA. los sitios secos y pendientesocho pies de altura , y en los llanos y húmedosdoce. Pero por lo común este árbol se divide en tres ramas ,cada una de las cuales se les dejan muchos brazos por ámbos lados, y se les cortan casi todas las varetas al tiempo de la poda de la vid, para que no ha gan sombra. Si no se siembra trigo entre los árboles rumpotinos , se deja de claro de unootro por ámbos Jados vein te pies ; pero si se trata de tener cosecha de granos , se de jan por un lado cuarenta pies, y por otro veinte2. Lo de- mas del cultivo se da por el mismo orden que en la arbole da con videsuso de Italia, esto es, que se ponen las vi-* des en hoyos largos, que se labran con el mismo cuidado, que se distribuyen sobre las ramas de los árboles , que se hagan pasar de unosotros , y se enlacen entre sí nuevos sarmientos largos, y se corten los antiguos. Pero si un sar miento largo de estos no llegasu inmediato, se atará una varalos dos. Cuando después el fruto los encorve con su peso , se sostendrán con apoyos que se les pondrán por de bajo. Pero esta clase de arboleda , y todos los demás árbo les, mientras mas profundamente se aran y se Ies cavan los pies, mas abundantes dan los frutos. Lo cual si sea conve niente al padre de familia hacerlo, lo hace ver el producto.

CAPITULO mu Del 0/1V0, de sus variedades, y qué terreno sea convenien te para plantarlo. No obstante el cultivo de todo árbol es mas sencillo que el de las viñas, y el olivo qué es el primero de todos los ár boles, es entre todas las plantas el que necesita menos gas to. Pues aunque no lleva fruto todos los años de seguida, sino por lo común uno sí y otro no, merece la mayor con sideración, porque se sostiene cdn'hn cultivo ligero, y cuan do no tiene fruto, apenas exige gasto alguno, y por poco quese cultive, multiplica inmediatamente el fruto: cuan do se descuida por muchos años, no desenere romo la viña, y entretanto en aquel mismo tiempo da algun producto al padre de familia, y cuando se le vuelveciar cultivo en un año se reforma. Por esto hemos determinado dar precep* LIBRO QUINTO ai5 tos exactos para este género de árbol. Creo que hay muchas variedades de olivas, como las hay de vides: peromi noticia solamente han llegado diez: la Pausia, la Algia' na, la Liciniana1, h Sergia, la Nevia, fa Calminiana*, la Orquis3, la Regia*, la Circitesi y la Murtea6. De las cuales la aceituna mas agradable es la Pausia , la mas her mosa la Regia7, y ambas son mejores para comerlas que pa ra aceite. Sin embargo de que la Pausia , mientras está ver de, da aceite de un gusto superior, en añejándose se echa á perder. También es mejor coger la Orquis y el Radio pa ra comer que para aceite. La Liciniana da el mejor aceite, la Sergia en mas abundancia. Y por lo común toda la aceitu na mas grande es mejor para comerla, y la mas pequeña para sacar aceite. Ninguna de estas clases aguanta la tem peratura muy ardiente ni la muy fria: y así en los paragea muy cálidos aman las colinas que están al norte, y en los frios, las que están al mediodía. Pero no quieren los sitios muy bajos, ni los muy elevados, sino mas bien pendientes moderadas , como las que vemos en Italia en el pais de los Sabinos,por toda la provincia Bética. Este árbol creen muchos que no viveno es fértilmas distancia del mar que la de sesenta millas, pero en algunos parages que es tán mas distantes prevalece bien. La Pausia aguanta gran demente los calores, y la Sergia el frió. El terreno mejor para las olivas es e\ que tiene el fondo de cascajo, y la ca pa de encima de arcilla mezclada con arena gruesa. No me rece menos aprobación el suelo donde hay arena pingüe. La tierra densa, si es húmeda y pingüe,' recibe también con comodidad este árbol. La greda se ha de desechar entera mente, sobre todo si nacen en ella manantiales y está siem pre parada el agua. Igualmente le es contrario el terreno, que no tiene mas que arena estéril y cascajo pelado. Pues aunque no muere en él, no obstante nunca toma vigor. Sin embargo se puede plantar en tierras de granos ,donde se han criado madroñoscoscojas. Por lo que hacela enci na, ésta aun después de cortada deja raices dañosas al oli var, cuya ponzoña mata estos árboles. Esto es lo que he te nido que deciros en general sobre toda la especie de este ár bol. Ahora voyexplicar por partes su cultivo. 04 ai6 COLUMELAR T I :

CAPITULO IX. J)e los planteles.de olivos y de su cultivo en ellos, del trasplante y del cultivo después de éste. La almáciga para el olivar se preparará al aire libre, en un terreno medianamente fuerte, pero jugoso, no denso ni suelto, sin embargo es mejor en el suelto. Este género de tierra es por lo común negra: la cual luego que la ha yas agostadotres pies de profundidad , la dejarás fer mentar, cercándola antes con una zanja profunda para que no entre el ganado : en seguida quitaráslos árboles unas ramas nuevas largas y brillantes , que puedas abar car con la mano, y de las mas fértiles, y de ellas corta rás estacas muy frescas, de suerte que no lastimes la cor teza ni otra parte alguna, sino la que la sierra cortare. Y esto se consigue con facilidad, si pones una horquilla por bajo de la rama que se vacortar , y cubres aquella parte de la horquilla sobre que se vaponer la rama con henopaja, para que se asierre suavemente, y sin per juicio de la corteza. En seguida se cortarán estas estacas de pie y medio de largo con la sierra, y sus cortes de am bas partes se alisarán con el acha , y se señalarán con lápiz colorado para ponerlas en la tierra en la misma posición en que estaban sobre el árbol, y de suerte que se dirijan por su extremidad inferior ácia la tierra, y por la pun ta ácia el cielo, pues si se entierran en modo inverso, nacen con dificultad , y aunque hayan adquirido mucho vigor serán perpetuamente estériles. Pero será convenien-' te untar las cabezas y las partes inferiores de las estacas con estiércol mezclado con ceniza, y enterrarlas enteramente, de manera que estén cubiertas con tierra mullidala altu ra de cuatro dedos. Pero se entierran con dos señales , una por cada parte: estas son de cualquier árbol , y se ponen á muy corta distancia de ellas: se unirán entre sí por las pun tas con una atadura , no sea que si están separadas se echerí abajo fácilmente. Estoes útil hacerlo, para prevenir la ig norancia de los cabadores, y que cuando determinares la LIBftO QUINTO ái7 brar la almáciga con los azadonescon los escardillos, na se lastimen las estacas que se habrán plantado. Hay algu nos que creen ser lo mejor plantar las yemas de los oli vos, arreglándolas con una cuerda por un método seme jante ; pero sea de un modode otro se debe hacer des pués del equinoccio de primavera , y escardarse la almáci ga las mas veces que se pueda el primer año , el segundo y los siguientes labrarla con los rastros cuando hayan ya toma do fuerzas las"raicillas. Pero convendrá abstenerse de podar las en los dos primeros años , y dejarcada una el tercero dos ramillas, escardandomenudo la almáciga. Al cuarto ¡año se cortará la rama mas endeble de las dos. Cultivados de esta suerte los arbolitos por cinco años, están buenos pa ra trasplantarlos. Se colocan las plantas en el olivar con mu cha oportunidad, si el terreno es seco y nada pantanoso por el otoño;por la primavera, poco antes que arrojen, si es pingüe y húmedo; y se les preparan un año antes hoyos decuatro pies; y si el tiempo no da lugar, an tes que se pongan los árboles se quemarán los hoyos con paja , para que la ablande el fuego , como debían haberlo hecho el sol y las heladas. El intervalo menor que de be haber entre los liños , si el terreno es pingüe y pro pio para sembrar granos es de sesenta pies por un lado, y cuarenta por otro; y si es endeble y no bueno para siem bras de veinte y cinco. Pero los liños conviene dirigirlos ácia la parte de donde viene el viento Favonio, para que se refresquen con él en el estío. Estos mismos arbolitos pueden trasplantarse de esta manera : antes de arrancar uno señalarás con lápiz encarnado la parte que mira al me diodía,fin de que se plante del mismo modo que esta ba en la almáciga. En seguida se dejará al rededor de él un pie de tierra , y de esta suerte se sacará con su césped ; y para que éste no se desbarate al arrancar la planta conviene en lazar entre sí unas varetas medianas y aplicarlas al césped que se está sacando, sujetándolas con mimbres, de tal mane ra, que estrechada la tierra con ellas se retenga como si es tuviera encerrada. Desarraigado en seguida el arbolko se sa cudirá el césped ligeramente , se ataráunas varas que se le pondrán por debajo, y se trasplantará. Antes de ponerlo en ai8 COLUMELA el hoyo convendrá cavar con azadones el suelo de éste: en seguida echar dentro tierra de la que habrá sido labrada en la superficie con el arado, si es pingüe, poner debajo unos granos de cebada, y si hay agua parada en los hoyos se ha de sacar enteramente antes que se pongan en ellos los ár boles: en seguida se han de echar piedras menudas,cas cajo mezclado con tierra pingüe t y puestas las plantas se han de rebajar todo al rededor los lados de los hoyos , y po ner entre la tierra un poco de estiércol. Pero si no conviene plantar el árbol con su tierra, entonces será lo mejor despo jar el tronco de todas sus hojas , alisar los cortes, untarlos con estiércol y ceniza, y ponerlos en un hoyo ú en una zanja. El tronco maspropósito para trasplantarlo es el que tiene el grueso de un brazo ; pero se puede también trasplantar el que sea mucho ma9 grueso y robusto: el cual conviene ponerlo de manera que quede una parte muy pequeña de él fuera del hoyo , si no tiene peligro de par te del ganado , pues brota con mas pujanza. Si', no obstante esto , no se pudieren evitar de otra suerte los insultos del ganado, se elevará mas el tronco, para que esté libre de ellos. Y también se han de regar las plantas cuando han llegado las sequedades, y no se les ha de llegar con hierro hasta que hayan pasado dos años ; y en el primero se les deben quitar todos los renuevos, sin dejarle mas que un ta llo solo , que será mas alto que el buey de mas alzada , pa ra que, cuando éste are, no se lastime el anca ú otra cual quiera parte de su cuerpo. Es también muy bueno resguar dar con setos las plantas, después de haberlas puesto, y dis tribuir en seguida el olivar, cuando ya está formado y en estado de producir, en dos partes que se cubran de fruto al ternativamente cada una su año, pues el olivo no lo da con abundancia dos consecutivos. Cuando el terreno en que está plantado el olivar no está sembrado, echan brote los olivos; cuando se siembra llevan fruto, y así distribuido como hemos dicho da todos los años igual producto. Pero se ha de arar lo menos dos veces al año, y se le han de cavar los pies profundamente con azadones. Porque como la tierra se abre con los calores después del solsticio, se ha de procurar que el sol no penetre por estas grietas has LIBRO QUINTO aio ta las raíces cíe los árboles. Después del equinoccio de otoño se han de excavar, de manera que, si están en pen diente, se hagan regueras por la parte superior que con duzcan agua cenagosa hasta el tronco. En seguida se han de arrancar todos los años todas las sierpes que nacen al pie del árbol , y de tres en tres se han de alimentar con es tiércolcon alpechin. Y estercolando el olivar por el mis mo método que he propuesto en el libro segundo, apro vecharálos granos que se sembraren en él ; pero si no quieres buscar mas que la utilidad de los árboles planta dos, deben echarsecada uno seis libras de estiércol de cabras,unmodiode ceniza,óuncon«iodealpechin,pa ra que mezclado con la tierra caliente el invierno las rai ces. £1 alpechin se ha de echarlos que estén sanos, porque si por el invierno sobrevinieren gusanos ú otros animales, se matan con este líquido. Muchas veces tam bién, tanto en sitios secos como en húmedos, se infestan los árboles con el musgo , del cual si no lo libertares con el hierro , no se cubrirá el olivo de fruto ni de mucha hoja. También conviene podar el olivar, aunque con in termisión de muchos años, porque debe tenerse presen te el proverbio antiguo, que dice: que el que ara el oli var le pide el fruto , el que Jo estercola se lo ruega con instancia , y el que lo corta lo obligaque lo dé. Pe ro será bastante hacerlo de ocho en ocho años , no sea que se corten una ú otra vez las ramas de fruto. Suelen también los árboles, aunque estén frondosos, no llevar fruto. Estos conviene horadailos con una barrena gáli ca,introducir en el agujero un trozo de acebuche ver de : de esta manera el árbol , como fertilizado por una semilla fecunda, queda mas feraz1. Pero también se ha de ayudar sin excavarlo, con alpechin sin sal, con ori na añeja de cerdo ,con Ja de hombre : ambas se sumi nistran con moderación , porque para el árbol mas gran de habrá bastante con una urna como no se le mezcle otra tanta agua. Suelen también las olivas negar el fruto por vicio del terreno, que se remediará de esta manera: las excavaremos haciendosus pies pozas hondas, des pués las rodearemos de cal masmenos según la mag aao COLUMELA. nitud del árbol; pero el mas pequeño exige un modio. Si no se hubiere adelantado nada con este remedio , se debe acudir al recurso del injerto. Pero después diremos de qué modo se ha de injertar el olivo. Alguna vez tam bién hay en este árbol una rama un poco mas frondo sa que las demás, la cual si no la cortares, todo el árbol se deteriorará. Lo que hemos dicho hasta aquí de los oli? vos es suficiente. Resta el cultivo de los árboles frutales: vamosdar preceptos en seguida para él.

CAPITULO X. De los árboles frutales, su plantío y cultivo. Antes de plantar los árboles frutales conviene que cerques con albarradas, con setocon una zanja perpendicular, el sitio de la arboleda, para que estorve la entrada no solo al ganado, sino al hombre: porque, si éste manosea1 muchas veces las cimas de los árboles ,el ganado las roe , no pue den tomar jamas incremento. Y es útil distribuir estas plan tas por clases, sobre todo para que la endeble no sea opri mida por la mas fuerte , porque no son iguales en fuerza ni en magnitud, y toman su incremento en espacio desigual de tiempo. La tierra que espropósito para las vides es también útil para los árboles. Un año antes que quieras plantarlos, abre los hoyos: de esta manera se ablandará la tierra con el sol y con las lluvias, y lo que se ha puesto asi rá pronto. Pero si quisieres hacer los hoyos y plantar, loe árboles en un mismo año, ábrelos con dos meses de auticir pación , y en seguida caliéntalos con paja que quemará? dentro de ellos: si los hicieres mas anchos y abiertos seráu mas hermosos y mas abundantes los frutos que cojas. Pero estos hoyos se han de hacersemejanza de ollas, cuyo fon do es mas ancho que la boca, para que las raices se extien dan mas, y penetre por su boca angosta menos frió en el invierno y menos calor en el estío , y asimismo para que la tierra de que se les habrá rellenado no se arrastre por las •lluvias si el terreno está en pendiente. Pon los árboles cla ros, para que cuando hayan crecido, tengan espacio eufi LIBRO QUINTO an cíente para extender Ia9 ramas : pues si I09 pusieres espesos, no podrás sembrar debajo cosa alguna, ni ellos serán fruc tuosos si no los entresacares : por Jo cual conviene dejar de entreliños cuarenta pies,lo menos treinta. Escoge plantas gruesas, no menos que el astil de un azadón, derechas, al tas, lisas, sin heridas y con la corteza entera: estas asirán bien y pronto. Si las tomáres de ramas antiguas, escóge las también de las que llevan todos los años timos buenos y mas abundantes, y mas bien de las que están expuestas al sol, que de Jas que están privadas de él |x>r la sombra de las ramasde las plantas. Pero antes que trasplantes los ai bo híos, notaqué vientos estaban antes dirigidos, después aplica tus manos para trasplantarlos de un terreno jjendiente y secouno húmedo. Cuida sobre todo de ponerla con tres brazos y de tres pies de alto cuando menos. Si qui^ sieres poner en un mismo hoyo dostres arbolaos, pro cura que no se loquen unos con otros, porque con el con tacto mutuo,se podrirán,los matarán los gusanos. Cuando pusieres las plantas, mete por la «lerecha y la iz quierda hasta lo hondo del hoyo unos hacecillos de sarmien tos deJ grueso de un brazo, de suerte que asomen un poco sobre Ja tierra, por cuyo medio puedas con poco trabajo suministrar en el estío aguaJas raices. Los árboles y plan tas que las. tengan, ponías en el otoño, esto es, hácia las ca lendas y los idus de octubre. Las estacas y ramas ponías al principio de la primavera, antes que broten los ai botes. Y para que las polillas no incomodenlas de higuera, pon en lo honrlo del hoyo unos trozos de lentisco con las puntas acia abajo. No plantes este árbol cuando hace frió. Ama los sitios abrigados, Jos pedregosos, los cascajosos y algunas veces los peñascosos. Presto se hace grande si hicieres los lioyos ancho» y abiertos. Las varias especies de higueras, aunque se dife rencian en el sabor de su fruto y en su porte exterior, se plantan de un mismo modo, pero se ha «le tener conside raciónla diversidad de terrenos: en los que son frios y aguosos, por el otoño se ponen higueras tempranas, pura coger el fruto antes de las lluvias: en los cálidos plantarás higueras de invierno. Pero si quisieres hacer tardía una hi guera, aunque ella no lo sea por su naturaleza, echa abajo las »aa COLUMELA. brevasel primer fruto, y producirá otra vez otro, que se conservará en el árbol hasta el invierno. Alguna vez también, cuando han empezadoechar hojas las puntas de las r.imas de las higueras es provechoso cortar con hierro sus extremidades: de esta manera se hacen los árboles mas fuertes y mas fértiles; y siempre será conveniente, desde que las higueras comiencencubrirse de hojas , desleír al magra en alpechín, y echar esta composiciónla raiz mez clada con estiércol humano. Esto hace que el fruto sea mas abundante, y que la pulpa esternas llena y mejor. Pero so bre todo se han d-3 plantar higueras de Livio, de Africa, de Calcis, de Chio, de Lydia, Calistruthias, Mariscas, de R bo das, de la Libia^ de Invierno, y también todas las que prome ten dos^ y las que prometen tres frutos al año. Planta el al-» mendro, que es el árbol que brota primero 4 liácia las calen das de febrero; quiere un terreno duro, cálido y seco, pues si lo pusieres en terreno de diferente cualidad , se pudre co munmente. Antes de sembrar la almendra, remójala en agua de aloja que no esté demasiado dulce: de esta suerte cuando el almendro esté gnnde, dará fruto de sabor mas agradable, y entretanto se cubrirá de hojas mejor y mas pronto. Pon tres almendras en triángulo de suerte que disten entre sí un palmolo menos1, y que la que esté en el vértice3 mire al punto del cielo de donde sopla el viento Favonio. Cada una de las tres no dará mas que una raiz sola y un solo tallo: y cuando aquella llega al fondo del hoyo rechazada por la du-f reza de la tierra, se encorva, y extendiéndose arroja otras raí» eesmanera de ramas. A la almendra yla avellana las po drás hacer Tarentinasmollares de esta suerte. En el ho yo que le hubieres destinado echarás tierra desmenuzada hasta la altura de medio pie, y allí sembrarás semilla de cañaheja. En habiendo ésta nacido , hiéndela , y en su médula introducirás una almendrauna avellana monda da, y estando así cúbrela con tierra. Esto lo harás antes de las calendas de marzo,aunque sea entre las nonas y los idus de este mes. En el mismo tiempo conviene sembrar la nuez, el piñón y la castaña. El granado es bueno plantarlo desde este tiempo hasta las calendas de abril. Pero si su fruto es agrio,menos dulce, se corregirá de esta manera: LIBRO QUINTO aa3 echasus raices estiércol de cerdos , de hombres , y orina añeja : esto hará mas fértil el árbol ; en los primeros años pone el fruto vinoso, y al cabo de cinco dulce y de pipa tier na. Nosotros hemos desleído en vino una porción muy pe queña de asafétida y con ella hemos untado las extremida des del árbol , y esto ha corregido la acidez de las granadas. Para que estas no se abran, el remedio es tres piedras, si al plantar el ai bol las colocares juntosu mitma raiz. Pero si ^ya lo' tuvieres plantado, siembra una cebolla alharrana ter ca de su raiz. Otro remedio hay que se aplica cuantío están ya maduras, y es torcerles las ramillas, por cuyo medio es tán colgando de los árboles. De este mismo modo se con sejarán todo el año sin podrirse. Planta el peral en el oto ño antes del solsticio de invierno, veinte y cinco d ías lo me nos antes de éste. Para que sea fértil conviene luego que es té grande excavarlo profundamente, henderle el tronco jun to a Ja misma raiz y en la hendidura introducirle una cuña de tea de pino que se dejará allí: en seguida luego que se ha ya cubierto la excava, se echará ceniza sobre la tierra. Pero ee ha de cuidar de plantar en las huertas de árboles frutales perales de las mejores especies. Estos son Jos de Palombara, Jos Reales , los de Señi , Jos de Taranto, los que se JJaman Syrios, los Purpúreos, Jos Soberbios, los Hordeáceos, Jos Anicianqs, los Nevianos, los Favonianos, los Lateritanos, los de Dolábela, los deTurranio, los de Fruto grande, los Melares, los Tempranos, los de Venus, y algunos otros cuya enumera ción sería ahora larga. Se han de buscar ademas diferentes' especies de manzanos, principalmente los de Escandio, los de Matio, los peros, los manzanos de Scxtio, los de Pelusio, los de Ameria, los colorados, Jos Melapios; y también Jos membrillos de que hay tres especies , Jos pequeños, Jos phrysomelianos y los Zamboos. Todos los cuales no solotraen deleite al paladar, sino salubridad. Igualmente los servales, Jos albaricóques y los duraznos, no son los que tienen me nos estimación. Plantarás los manzanos, Jos servales, y los ciruelos desde mediados de invierno hasta los idus de febrero. El plantío de los morales es desde estos idus hasta el equinoccio ele primavera. La algarroba, que algunos llaman ceratio, y el durazno, plántalos por el otoño antes del sois* 1*4 COLUMÉLA. tioio de invierno. El almendro, si fuere poco fértil, horá dalo y métele una piedra , que dejarás cubrirse con su cor teza. Conviene después de haber labrado y estercolado la tierra de las huertas ácia las calendas de marzo, poner sobre los caballones de las tablas ramas de todas especies de árboles. Se ha de tener cuidado de que, mientras las plan tas tienen las ramillas tiernas, se despampánen, por decir lo así , y se reduzcanun solo tallo el primer año: y cuan do haya entrado el otoño , y antes que el frió queme las ci mas , conviene quitarles todas las hojas , y estando de esta manera , cubrirlas con canutos gruesos que tengan por un lado los nudos enteros y les sirvan como de sombreros, pre servándose de esta suerte las varetas , que están todavía tier nas , del frió y de las heladas. En seguida pasados dos años, bien quieras trasplantarlos y distribuirlos en liños, bien in jertarlos, puedes hacer ámbas cosas con bastante seguridad. '.

CAPITULO XI. De los injertos. \ -* •" i». Toda púa se puede injertar en todo árbol, si no es dese mejante en la cortezaaquel en que se injerta; pero si también produce frutos parecidoslos de éste y en el mis* mo tiempo, se injerta admirablemente y sin escrúpulo; Pe ro los antiguos nos han enseñado tres especies de injer tos. Uno por el cual el árbol cortado y hendido recibe púas cortadas de otro árbol1. Otró por el cual las admite entre la corteza y la madera": estas dos clases de injertos se hacen en la primavera. El tercero es por el que recibe la misma yema con un pedacito de corteza sobre una parte de su cuerpo, que han despojado de la suya:este llaman algunos cultivadores empastracion y otros inociilacion*. Es ta especie de injerto se hace muy bien en el estío. Luego que hayamos manifestado el modo de hacer estos injertos, en señaremos también uno de nuestra invención. Injerta to dos los árboles luego que empiecendesarrollar las yemas, y en la creciente de la luna : pero el olivó ácia el equi noccio de la primavera hasta los idus de abril. El árbol de LIBRO QUINTO aa5 que quieras injertar y de que ha9 de tomar púas para la inci sión, procura que sea tierno, fértil, y con muchos nudos, y cuando empiecenhincharse las yemas, toma lns púas del grueso del dedo pequeño, y con dostres brazos de rami llas de un año, que miren al nacimiento del sol y estén in tactas. El árbol que quisieres injertar, lo has de aseirar con precaución por la parte que esté mas brillante y sin cica triz, cuidando de no lastimar la corteza. En seguida, cuan do hayas cortado el tronco, alisarás el corte con una herra mienta afilada; después introducirás una cuña delgada de hier rode hueso entre la corteza y la madera , no menos de tres dedos, pero con precaución, para que no lastimes ó rompas la corteza. En seguida raspa por un lado en las púas que quieras introducir, con una podadera afilada, una parte igual al lugar, quedará la cuña que se habrá clavado de suerte que no hagaslas médulas nila corteza de la otra parte daño alguno. Luego que tengas preparadas las púas , saca la cuña y mételas en los agujeros que has hecho con ella entre la corteza y la madera. Introducirás dichas púas hasta donde hubiere llegado la raspadura , de tal ma nera que quede fuera del árbol medio pie y no mas. En un árbol podrás injertar bien dos púas,mas, si el tronco es mas grueso, dejando entre ellas un espacio de cuatro dedos: lo que harás según la magnitud del árbol y la bondad de la corteza. Asi que hayas puesto en un árbol todas las púas que pueda recibir, lo atarás con una corteza de olmo, con un juncocon una mimbre: después untarás todo el cor te con barro bien amasado con paja , y lo mismo harás con el espacio que hay entre las púas , de manera que queden descubiertos cuatro dedos de éstas lo menos : en seguida ponle encima musgo, que atarás de suerte que no se in troduzca la lluvia. Algunos hay sin embargo, que quieren mas bien hacer lugar en el tronco del árbol con una sierra para poner las púas y alisar con una navaja bien afilada las partes que han aserrado , y hecho ésto , a justar dichas púas. Si quieres injertar un árbol pequeñito, córtalo por abajo, de modo que no quede fuera de tierra mas de pie y medio : y después de haberlo cortado , alisa con cui dado el corte: hiende muy ligeramente el tronco por el P aa$ COLIMELA;.-. t medio con una navaja afilada', de manera qüe.la hendidura Bea de tres dedos: en seguida introducirás en ella una cuña, para separar sus labios, y pondrás púas raspadas por una parte y por otra , de suerte que su corteza esté al nivel de la del árbol. Luego que bayas ajustado con cuidado estas púas, saca la cuña, ata y unta el árbol, como be dicho ar riba: en seguida amontona tierra todo al rededor de él has ta el mismo injerto: esto lo defenderá muy bien del viento y del calor. El tercer género de injerto, como es muy deli cado, no convienetoda especie de árboles, pero ordina riamente lo reciben los que tienen la corteza húmeda , ju gosa y fuerte, como la higuera. Pues echa mucha leche, y tiene la corteza récia , y por consiguiente se injerta muy bien por éste, método. Escoge en el árbol de que quieres tomar el injerto unas ramas nuevas y brillantes , y observa en ellas una yema bien aparente y que tenga esperanza segura de brotar, hazle una señal al rededor de dos dedos cuadrados, de suer te que quede la yema en medio, y hecho esto corta la cor teza con una navaja siguiendo la señal, despréndela con cuidado, de suelte que no, hagas dañola yema. Escoge en seguida igualmente la, rama: mas brillante del otro árbol que vasinjertar , .corta en ella un pedazo de corteza del mismo tamaño que la primera , y quítala , dejando descubier ta la madera: en seguida aplica la corteza que tienes pre paradala parte que has despojado de la suya , de modo que corresponda exactamenteelía. En habiendo hecho esto así, átalo todo bien al rededor de la yema, cuidando de no hacer daño al mismo germen. En seguida untarás las junturas y las ataduras eon barro, dejando un intérvalo has ta la yema, para que esté en libertad, y la atadura no Ja apriete. Corta, las -sierpes y las ramas superiores del árbol injertado, para que no haya cosa alguna que pueda hacer llamada al jugo,para que no se emplée éste mas que en alimentar al injerto. Pasados, veinte y un dias desátalo, y de este modo se injerta tarobjen grandemente el olivo. Ya hemos enseñado la cuarta, .especie de injerto, cuando trata mos de las vides: por, tanto es supérfluo repetir en este lu gar, el método que enseñamos de injertar de barrena. Pero comp los antiguos hayan negado que toda especie de púa LIBRO QUINTO aa7 puede injerirse en todo árbol, y hayan «stablecido como una ley invariable la decisión de que hemos usado poco antes, diciendo que solamente pueden prender aquellas púas que son semejantes al patrónárbol en que se in jertan, por su corteza exterior e interior y por6u fruto: he mos creído deber disipar el error de esta opinión, y mani festarla posteridad el método de poder injertar toda es pecie de púa en toda especie de árbol. Y' para no fatigar al lector alargando mas este libro, pondremos un ejemplo que pruebe poderse injertar toda especie de púa sobre todo árbol. Haz un hoyo de cuatro pies en todas dimensiones, tan retirado de un olivo, que lo último de sus ramas pue da llegarel. Pon en el mismo una higuera pequeña, te niendo el mayor cuidado en que tome, fortaleza y brillo. Tres a'jos después, cuando la higuera habrá tomado ya bas tante incremento, encorvarás la rama del olivo que parezca mas brillante, y la atarásla caña de la higuera: y hecho esto , y habiéndole cortado todas las mas de la3 ramillas, dejarás solamente las que quieras injertar: en seguida des mocharás la higuera , alisarás el corte y la henderás por medio con una cuña: después rasparás por ambos lados los tallos del olivo, sin mudarlos de la posición en que están unidossü madre, y preparados así los introducirás' en la hendidura de la higuera, saca la cuña y ata con Cui dado los tallos , para que ninguna fuerza los saque. De esra manera al cabo de tres años se une la higuera con el olivo, y al cuarto, cuando se hayan incorporado bien, se separan los tallos del último dé su madre ',' como se hace con los mu grones: de este modo injertarás toda püa en todo árbol. Pe ro antes de dar fineste libros ya que en 'los anteriores hemos tratado de casi todas las especies' de plantas, ahora es tiempo de hablar del cítiso,4. > . . " > •'" >'í '.V.I.;" ' > i,:

CAPITULO XII. V; ! ' " Del cítiso. >~erá muy útil que haya en la heredad la mayor porción po sible de cítiso, porque es muy provechoso para las gallinas, P* aa8 COLUMELA. las abejas y las cabras, y también para los bueyes y toda clase tle ganados: pues los engorda pronto y da mucha lechelas ovejas: e igualmente puedes emplearlo ocho meses en cali dad de forrage verde, y después en la de pasto seco. Ade mas prende presto en cualquier terreno, aunque sea muy endeble; y aguanta cualquier contratiempo sin detrimento. A la verdad, si las mugeres tienen falta de leche, convie ne echar en agua cítiso seco , y asi que haya estado en ella toda la noche , al dia siguiente se esprimirá el jugo y se mezclarán tres heminas de él con un poco de vino, y se le daránbeber: de este modo ellas estarán buenas, y los niños se pondrán robustos con la abundancia de leche. Y la siembra y plantío del cítiso se puede hacer en el oto ño hacia los idus de octubre,en la primavera. Luego que hayas labrado bien la tierra , harás unos tablares pequeños, en los cuales sembrarás el otoño la simiente del cítiso , co mo se siembra la de albahaca: en seguida arreglarás por la primavera las plantas, de suerte que disten entre sí por to dos lados cuatro pies. Si no tuvieres semilla , pon por la pri mavera cogollos de cítiso, y arrímales al rededor tierra es tercolada. Si no viniere la lluvia, los regarás los quince días inmediatos, y al instante que empieceechar la hoja nue va, lo escardarás, y tres años, después lo cortarás y se lo darás al ganado. Para el caballo hay bastante con quince Vi bras de cítiso verde , para el buey con veinte :los demás ganados se les daproporción de sus fuerzas. También se puede plantar el cítiso de estaca con bastante oportunidad antes del mes de setiembre, porque prende fácilmente, y nada le hace daño. Cuando se les da secolos animales , ba de ser en menor cantidad que verde, porque tiene mayor virtud : y antes lo remojarás en agua y lo mezclarás des pués de haberlo secado, con paja. Cuando quieras secar el cítiso, lo cortarás hácia el mes de setiembre, luego que principieengruesar su semilla , y lo tendrás al sol algunas horas hasta que se marchite: en seguida lo acabarás dese carla sombra , y en estando seco , lo guardarás. Basta ha ber dado hasta aquí preceptos en ordenlos árboles: en el siguiente volumen los daré acerca del cuidado y de los remedios del ganado. LIBRO QUINTO NOTAS AL LIBRO QUINTO. . No TAS AL

CAPITULO I. 1. Estas palabras no se leen en el dia en la obra de lascotas del campo de Marco Varron, pero si las que siguen, de que infiero que allí taita algo. a. ¿ Y por qué no se ha de decir de cien heredios, que cada uno tiene dos yugadas, y es la cuenta de Varron en el lib. i cap. ioflum. 3 de dicha obra? Notas al

CAPITULO II. T. Aquí se debe observar que por la longitud de un cam po en forma de cuña , no entiende Columela la de sus lados; en éste caso su método sería falso. Llama longitud la altura de la cuña, que siempre se mide por una perpendicular que se baja desde la base superior*la inferior, y en éste senti do su método es exacto, pues su procedimiento se reduce á éste principio cuya verdad se extiendetodos los casos par ticulares. Para valuar la superficie de un terreno en foima de cuña, multiplica la altura por la semisuma de sus bases supe rior e inferior. La prueba de éste principio se halla resolvien do el terreno en dos triángulos y un rectángulo; aunque se ría mas sencilla si se resolviera en dos triángulos, tirando una diagonal sola desde la extremidad de una de las basesla extremidad opuesta de la otra. 2. ¿Cuánto mas fácil era, y cuánto mas cierto seguir en éste caso el cálculo común de los geómetras , por el cual se encuentra la superficie de un triángulo multiplicando la base por la mitad de la altura? no siendo verdadero el resultado de 39000 pies que dá Columela, sino aproximado. 3. Sale mas exacto el cálculo multiplicando el radio por la mitad de la circunferencia,ésta entera por la mirad del radio. 4. Esta superficie se encuentra mejor siguiendo el método de la nota antecedente. f. El medio de que se valen los geómetras para medir la superficie de éste arco, que ellos llaman segmento, es medir la del sector, cuyos radios intercepten el mismo arco: de la extremidad de uno de é«tos radios se tirará una línea rectala del otro, que se llama cuerda, se mide la superficie del trián gulo que forman éstas tres lineas, y deduciéndola de la del Sector , lo que resta es la del segmento. 6, La vigésimaquinta parte de un escrípulo es cnatro P3 a3o COLUMELA. pies; habiendo cuarenta y cuatro en la superficie del segmen to, faltan seis pies para cincuenta, que es el medio, escrípulo, y no cuatro. 7. Columela resuelve el exágono en seis triángulos iguales, y repite seis veces la operación que hizo para medir la super ficie del triángulo, y por la misma razón que se dio en la no ta segunda, sale mas exacta la medida, haciéndola como allí se indicó. Nota al

CAPITULO V. \ . I. Virg. Georg. lib. 1, v. 53. Notas al

CAPITULO VI. t. Se trata de terreno en que se siembran granos: éste,es fértil de suerte que haya esperanza de que los árboles tomen mayores incrementos, y así se han de distribuirmayores distancias , para que no hagan dañolas mieses con la dema siada sombra;es endeble, en el cual se crian mas pequeños los árboles, y por eso se han de plantar menos retirados unos de otros. 2. Aquí creo que se indica le nota del tiempo, como poco mas arriba en el número 3 habia dicho antes que la raiz se descortece al arrancarla, pues consta que cuanto mas lleno de sávia está el árbol, con tanta mayor facilidad se le quita la corteza. 3. Apretándola mucho en ésta parte, por la cual debe pa sar toda la sávia. . 4. Porque en éste caso la vid tiene necesidad de estar bien sujeta,causa de no encontrar ramas que poder abrazar. 5. Porque entonces conviene reprimirla estrechándole los canales de la sávia. 6. En efecto, la ataduracordel quema y corta la vid. , 7. Es decir , rama de fruto. Notas al

CAPITULO VIL 1. De la palabra rumpi, que significa entretejido de ramal de vides de árboles en árboles. 2. Quizá será el motivo porque los árboles distribuí3os de ésta manera, dirigidos por lo común al Favonio, están ex puestos al sol una vez todos los dias ,lo menos por un lado, por medio de éstos espacios desiguales, para que las raices puedan calentarse; lo que no podría conseguirse tan fácilmen te si las distancias fueran iguales por todos lados. Notas al

CAPITULO VIII. 1. El padre Harduino en sus notasPlinio lib. if, cap. j LIBRO QUINTO a3i dice que éste nombre le viene de Licinio Craso. 2. Tanto menos podemos saber [a etimología de éste nom bre cnanto es incierto: Varron llama ésta aceituna colminia , Columela cu ¡minian a , Plinio y Paladio cominia. 3. " Palabra tomada del griego, y significa testículo. 4. Sería extrangera, pues éste epíteto lo daban los romanos á los frutos de los países extr&ngeros donde habia reyes. <¡. De la palabra griega xesxis que significa lanzadera de tejedor. 6. Sin duda porque ésta aceituna era semejantelas bayas de myrto ú arrayan. 7. En el cap. 17 del tratado de los árboles ha dado nues tro autor la preferencia sobre la regia, aun en cuantola hermosura, a otras tres variedades;saber, la Liciniana , la Orquis y la Pausia. Pero es verosimil que allí hablase del ár bol , como se puede inferir del título de éste tratado, en lu gar de que aquí habla del fruto. Nota al

CAPITULO IX. ia No se piense que esto es una especie de injerto, sino una medicina, pues el trozo que se introduce por medio del tronco se corta por ambas partes, . . ,,,, ., ,, , ,, ... 1 '. i. ' .II!., II ', Notas al

CAPITULO X. 1. En el libro de los árboles cap. 18, en lugar de manu nominis tractata, que he traducido si el hombre manosea las cimas de los árboles , se lee cacumina manu pro/acta , que significa quebradas con la mano. .. 2* Pareqe.que aquí se debe añadir lo siguiente, tomado del Jibro de {pj ¿ir boles, cap.22: y la parte mas agudala pun~ ta esté ácia abajo , porque de alli echará las raices. ' ,3. ' Para'sáber cuíl está en el vértice del triángulo, en caso fie ser equilátero, es menester suponer que la que está en dicho punto est.i sobre una línea perpendicular, y ¡a* dos restantes se balian con les cabezas inclinadas ácia ella de ésta manera. " ' Notas." al '

CAPITULO XI. v< k'. '" Iiijertode púa. "" "' ' 2. De corona. 3. De escudete. .4. El cítiso es la alfalfa árbol, según el señor Arias-en las adiciones ai Herrera, tom. 2, pag. 444. .. -« " -i-i:' . ' 1 u\.i..-;>.,- 1. 1, LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA. De las cosas del campo. .. . . . _ LIBRO SEXTO. *j De los bueyes, caballos y mulos, y de sus mediciuas. Prefacio. De la unión que hay entre la ganadería y la labor, y de las excelencias del buey. Yo sé, oh Publio Silvino, que algunos labradores enten* didos han condenado la cria de ganados, y que lian des* echado con la ,mayor constancia la profesión de los pastores, como contrariala suya. Y yo no niego que esto lo han hecho con alguna razón, considerando el objeto que se pro» pone el pastor, como opuesto al del Librador: pues que és te tiene su mayor complacencia en tener un terreno muy bien labrado y limpio de yerbas, y aquel en tener uno in culto y lleno de ellas: éste tiene su esperanza en el fruto de la tierra , y aquel en el del ganado: de que resulta que la copia de yerbas, que es lo que abomina el labrador, es lo que por el contrario apetece mas el pastor. Perosin embargo en estos deseos tan opuestos hay cierta especie de sociedad y de unión: lo uno porque comunmente es de mas utilidad aprovechar el pasto de nuestra heredad con ganado propio que con el ageno , y lo otro porque con el copioso alx>no, que se consigue con el estiércol de los rebaños, abundan los frutos de la tierra. Y no hay tampoco ¡>ais alguno en que, si se producen granos, -no se ayuden las operaciones conducentesesto, tanto con el auxilio de los ganados co mo con el de los hombres: por lo cual los jumentos1 han traído el nombre de la cosa misma,causa de que ayudan LIBRO SEXTO a33 nuestro trabajo, bien sea conduciendo cargas, bien arando la tierra. Y asi yo pienso que conviene conocer tan perfec tamente lacriadelosganados,comoelcultivodeloscam pos, según lo previnieron los antiguos romanos. Pues en la agricultura la industria de apacentar ganados aun es la mas antigua y al mismo-tiempo da mas lucrativa: pqr lo cual los nombres latinos de pecunia y peculium, que el primero significa la moneda y el segundo lo que suena, y también el pegujari, parecen, haberse derivado de pecuj, que significa ganado: porque esto fue solamente : Jo que poseyeron I09 antiguos,, y íe¿> algunas naciones es esta todavía Ja única es* peciederiquezasqueseacostumbratener:y 'á¡laverdad entre.nuestroscultivadoresningunacosa lesproducemasel cha de. ihoy. De quya opinión fue también MarcoCaron , que consultando cón él uno en qué paite de Ja industria rural se ejercitaría para poderse poner en poco tiempo rico, le respondió, que en apacentar bienel ganado: y preguntán dole otra vez, qué haría en segundo lugar para sacar utili dad de bastante consideración, le aseguró que la sacaría si lo apacentaba medianamente bien. Pero me e9 molesto re ferir3 de un varon'tan sábio lo qíie cuentan algunos auto res, y es: que preguntándole el miqm©,» qué era lo que te nía en la agricultura el tercer lugar en faton de lucrativo, había asegurado quejel apacentar el ganado, aunque fuera mal: cosa muy extraña, cuando es mayor la pérdida que haceunpastordesidioso6ignóramevq^ 'agananciaque tiene uno entendido y'diligente!' Por lo q«é! haeéla se gunda respuesta , no hay duda que la utilidad del ganado es superior al descuido mediano del dueño de él. Por este mo tivo, Silvino, nosotros siguiendo los; preceptos de nuestros mayores, hemos transmitido también¡la posteridad esta parte de la industria rural con todo el cuidado que hemos podido. Por consiguiente, como hay dos especies de cua drúpedos, de las cuales la una la adquirimos para que nos acompaño y ayude en nuestros trabajos , como et btléy, la. muía1, el caballo y él asno; y los de la otra que los tene mosparanuestradiversión,'parárinestrautilidad,y para'-la custodia de los demás, como la oveja, la cabra, el cerdo y el perro: hablaremos primerode la especie'de losqueson par »34 columüla: ' tícipes de nuestros trabajos. Y no hay duda en qne, como dice Varron', debe superar en honorlos demás animales el buey, sobre todo en Italia, que se cree haber traído de este su denominación, porque los priegos antiguamente llamabanlos toros Ítalas, y mas toda vil en esta ciudad, en la que se sirvieron al construirla de<«ste animal, tanto machos como hembras, pora trazar con el arado las mura llas y las puertas4 : también por decirse que en Athenas fue ministro de Ceres? y de Triptolemo: >porqne tiene lugar en el cielo entre das raas 1 refulgen tes oortstelaoionesíj porque arlemas ehel día es el mas laborioso compañero del hombre en la agricultura: al cual tuvieron tanta veneración los antiguos, que fue un crimen tan capital entre ellos haber qui* tado la vidaun buey, como habérsela quitadoun ciu dadano. Por este, pues, demos principiola obra que he mos prometido; . :<: . : .i ; ni. ; ,¡ 'i ' " :r'1-' CÁPITUEO X! •' '•••'l> De la compra y adquisición de los bueyes,, y de su forma. JNoes fácil que. yp.digalp que sé ha de buscan y lo que se ha de evitar en la, cowrpra de 4os bueyes, supuesto; que es tos animales tienen l« talla, las propiedades y el color del pelo según es el :pais y el clima: unas formas tienen, los de Asia, otra* Jo/§[tl¿l^Qál¿as,, y otras; lóftfleJ EpiifOí y no¡ so lo se encuentra est^. diversidad fen |*s diferentes provincias, siuo ep ¡aviarias partes de)¡haÜa> La Catupania por lo coi mun cria bueyes blancos y ¡pequeños, pero no inhábiles para el trabajo y para el cultivo de su pátrio suelo. La Umbria los efiagraades y.,blaiíQOs., también lo« cria rojos y no menos eétiiuadosjpQr t6tf ¡b,$a>uía,ique por sus cuerpo». La Etrurin y el Laci^ reheclios^.pero fuertes para tfl trabaje> El Apefiiiio durísimos y qne sufren todo iñal rato, y. al mis; mo tiempo no de buena presencia. Cuyas cualidades, como quiera «pie sean tan .varias y tan ¡diversas, el labrador .sin embargo debe seguir, p^ra. Ja compra de los novillos fiinps preceptos como comunes ¡y, ciertos, que el cartilágines (Mag0u d)ó según nosotros los expondremos en seguida. Se han de. comprar bueyes nuevos, cuadrados, que téngan lo» LFBRO SEXTO 235 miembros grandes, las astas largas, negras y fuertes, la frente ancha y crespa, las orejas erizadas, los ojos y los belfos negros, las narices romas y abiertas, el cerviguillo largo y carnoso, la papada grande y que baje hasta cerca de las rodillas, el pecho ancho, las espaldas espaciosas, la barriga gruesa y como de vaca preñada, las costillas largas, los lomos anchos, el espinazo derecho y llano,aunque «sté abajado , las ancas redondas , las piernas recias y dere chas, pero mas bien cortas-que largas, las rodillas no ma las, las pezuñas grandes, las colas muy largas y pobladas de cenias, el pelo en todo el cuerpo espeso y corto, el co« k>r rubio ú obscuro, el tacto del cuerpo muy suave. -» .> •"•'. : •" .i •'» " :

CAPITULO n. De cuánta edad , y cómo se han de domar. Los becerros que son de esta suerte conviene, mientras son todavía nuevos, acostumbrarlosmanosearlos, yatarlos á los pesebres, para que haya menos trabajo al domarlos, y menos peligro. Pero yo soy de parecer que no se domen an tes de los tres años, ni después de los cinco, porque aque lla edad es todavía tierna, y ésta es ya muy .dura: pero los que se cojen cerriles de la manada, conviene domarlos de esta suerte. Ante todas cosas se preparará un establo espa cioso, donde el domador pueda andar de una parteotra con facilidad, y de donde pueda salir sin peligro. Delante del establo no habrá estrechuras algunas, sino un campo rasoun camino bien ancho, para que, cuando se echan fuera, tengan libertad para correr, y que con el miedo no se enreden en los árbolesen otra cualquier cosa que es té al paso y se lastimen. En el establo habrá pesebres gran des, y encima de ellos se pondrán vigas atravesadassie te pies del suelo ymodo de yugos, para que se puedan atarellas. Escogerás, para empezarlosdomar un dia sin tempestades y que no sea de fiesta1, y los at;uás por las as tas con cordeles de cáñamo. Pero los lazos que se les echan para cogerlos han de estar envueltos en pieles con su lana^ para que no se les lastimen las frentes tiernas por bajo a36 COLUMELA. de las astas. En seguirla así que hayas cogido los novillos, los llevarás al establo y los atarásestacas, de suerte que tengan una poca libertad y estén separados unos de otros á alguna distancia, no sea que se lastimen rifando los que es tán inmediatos. Si son demasiado fieros, los dejarás un dia y una noche que desfoguen , y luego que hayan quebrado la cólera, hágaseles salir, conduciéndolosmano, de suer te que los retengan con cordeles, uno que vaya delante y muchos que irán detras, y los seguirá pasoá paso otro que llevará una maza de sauce, y les dará con ella de cuando en cuando unos golpes ligeros para reprimir sus esfuerzos. Pero si fueren pacíficos y sosegados, los podrás hacer salir del establo, aun el mismo dia que los hayas atado antes de la tarde, y enseñarlosandar despacio y sin espantarse por espacio de una milla: cuando los hayas traidoea*a, los atarás cortoslas estacas, de manera que no puedan mover la cabeza. Ultimamente así que estén atados, te lle garásellos con agrado, y adulándolos , por decirlo así, con el tono de la voz, no por detras ni por lado, sino de frente, para que se acostumbrenmirar caracara al que se les arrima. En seguida les frotarás les narices, para que se habitúenconocer el hombre por el olor. Después tam bién conviene manosearle todo el pellejo y rociárselo con vino, para que se familiaricen mas con el boyero: también pasarle la mano por bajo de la barriga y de las bragadas, para que no se espanten en lo sucesivo cou esta clase de tocamiento, cuando se le arranquen los reznos, que or dinariamente se peganesta última parte. Por lo cual, cuando esto se hace, debe estar el domador por el lado del animal , para que no le puedan llegar las coces En seguida les abrirás la boca, les echarás fuera de ella la lengua, les frotarás todo el paladar con sal, les meterás tortas delibra mojadas en pringue bien salada , y les echarás con el cuerno un sextario de vinocada uno, pues por medio de estos halagos ordinariamente se amansan en tres dias, y al cuarto reciben el vugo: al cual se atará una rama , de que tirará como lo habia fie hacer del timón del arado, y alguna 'vez se le aplicará una cosa de peso, pa ra que con el mayor esfuerzo que tiene que hacer , se haga LIBRO SEXTO a37 prueba de su aguante para el trabajo. Después de semejan tes ensayos, se han de unciruna carreta vacía, y en ade lante se les ha de ir haciendo pocopoco alargar el cami no con carga. Así que se hayan domado de esta manera, en seguida se han de aplicar al arado, pero en un campo labrado, para que no tomen desde luego horror al trabajo por la dificultad que encuentren en él ,no se magullen los cuellos que están todavía tiernos con el fuerte tiro que tie nen que hacer para romper la tierra. En cuanto al modo con que el gañan ha de enseñar al bueyarar ya lo he expli cado en el primer volumen1. Se ha de aiidar que en el tiempo que el buey se está domando, no dépersona alguna coz ni cornada , porque si no se evitan estas cosas, jamas se le po drán quitar estos resabios aunque esté domado. Pero esto, que prescribimos se haga como hemos dicho, es en el ca so de que no haya bueyes domados, porque si los hay, el método mas fácil y seguro que hay de domar novillos, es el que nosotros seguimos en nuestras heredades. Pues cuan do vamosacostumbrar el novillola carretaal arado, uncimos el de mas poder y que al mismo tiempo sea el mas sosegado de los bueyes domados, con el que está sin domar para que lo detenga cuando vaya muy apriesa, y le haga andar cuando vaya despacio. Pero si no tenemos dificultades en fabricar un yugo al cual se unzan tres bueyes , conseguire mos con esta industria que aun los que son mas reacios , no repugnen los trabajos, por mas fuertes que sean : pues cuan» do un novillo flojo se unce enmedio de dos bueyes doma dos , y aplicándolo de esta manera al arado , se le obliga á labrar la tierra, no tiene facultad alguna para dejar de ha. cer lo que se quiere que haga. Pues si salta enfurecido, se contiene por los otros dossu arbitrio: si se para, tiene también que seguirlos cuando van adelantándose; y si ha ce esfuerzos para echarse en tierra, los compañeros mas tuertes que él kHevantan y lo llevan consigo: por lo cual se ve obligado forzosamente por todos ladosdeponer su tenacidad, y con muy pocos golpes se le hace llegarso portar el trabajo. Hay también algún buey de especie mas delicada, que después de domado se echa en el surco. Es te creo que no se ha de corregir con rigor, 6ino con un mo» »38 COLUMELA. do particular: porque los que hacen juicio que este vicio se quita mejor con las aguijadas , con el fuegocon otros tormentos, ignoran el verdadero medio de conseguir esto, pues la obstinada tenacidad por lo común fatiga al que es tá irritado. Por lo que es mas útil corregir al. buey que acostumbra echarse en el surco con hambre y sed, sin mal tratarle el cuerpo, pues le hacen mucha mayor impresión los deseos naturales, que los golpes. Y asi, si un buey se ha echado, será muy útil atarle los pies con cordeles de ma nera que no pueda estar en pie, ni andar, ni pacer. Hecho lo cual , el hambre y la sed lo obligandeponer su floje dad; la cual sin embargo es muy rara en el ganado de la tierra: y todo buey nacido en ella es mucho mejor que el de otra; poique no se incomoda con la mudanza del agua, del pasto ú del clima, ni es molestado por la naturaleza del país, como lo seria el que se llevase de sitios llanos y ata bleslos montañosos y ásperos,délos montañososlos llanos. Y asi también , cuando tenemos precisión de ha cer venir bueyes de tierras lejanas, se han de procurar traer de la que sea semejanteá la nuestra. También se ha de obser var en la formación de la yunta, no juntar al inferior en al zada y fuerzas con el que le excede en cualquiera de estas cosas, pues la disparidad en unaen otra, acarrea pronta mente la ruina del inferior. Las cualidades que se tienen por apreciables en estos animales son , si se acercan mas á sosegados quevivos, pero no flojos: si temen los golpes y las voces, pero confiados en sus fuerzas no se espantan de nada que vean ni oigan, ni son medrosos para pasar los riospuentes : grandes comedores pero espaciosos para mascar: pues los que comen pocopoco, digieren mejor que los que lo hacen apriesa, y por lo mismo mantienen la robustez de sus cuerpos y no se ponen flacos. Pero tanto defecto es en el boyero poner el buey gordo como flaco: pues e| cnerpo del ganado de labor debe ser proporcionado y mediano, robuíto en nervios y músculos, no pesado por la mucha gordura, para que no sea oprimido por su peso, ni por la fatiga del trabajo. Pero después de haber dado los preceptos que se han de seguir para comprar y domar los bueyes , vamosdarlos para cuidarlos. LIBRO SEXTO. ¡»39

CAPITULO III. Del modo de cuidar d los bueyes, y de la comida que se les ha de dar. Los bueyes conviene que en tiempo de calor estén al raso, y en el de frió debajo de techado: para tenerlos el invierno en el establo, se ha de prevenir paja, que se segará el mes de agosto treinta dias después de alzada Ja cosecha y se amon tonará. La siega de esta paja es útil, tanto al ganado, como á la heredad : con ella se libertan las tierras de matas espi nosas, que cortadas por el nacimiento de la canícula, or dinariamente mueren basta las raices, y puestas debajo de las camas del ganado, hacen muchísimo estiércol. Después de haber dispuesto estas cosas de Ja manera que hemos di cho , prevendremos forrage de toda especie, y pondremos nuestro conato en que éste ganado no se ponga flaco por falta de comida. No es uno solo el método de mantener bien los bueyes : porque si la fertilidad del pais subministra for rage verde nadie duda que se ha de preferir éste género de comida: pero esto no sucede sino en los parages que se rie ganestán cubiertos de rocío. Y en los de esta naturaleza hay una comodidad muy grande, y es que con un hombre hay suficiente para dos yuntas , que en un mismo dia aran ó pacen alternativamente. En las tierras mas secas se han de mantener los bueyes en los pesebres,los cuales se da de comer según la naturaleza de los paises: y nadie duda que la mejor comida es veza atada en manojos, gálgana y heno de los prados. No mantenemos tan ventajosamente es te ganado con la paja , la cual es un recurso para esto en todas partes, y en algunas el único. La mas estimada es la de mijo, en seguida Ja de cebada, y en tercer lugar también Ja de trigo. Pero ademas de la paja se dalos bueyes ceba da, cuando trabajan todo el dia. Mas la cantidad de forrage se arregla según los diferentes tiempos del año. En el mes de enero se han de darcada uno cuatro sextarios de yeros molidos, remojados y revueltos con paja.,un modio de altramuces remojados ,medio de gálgaua también 240 COLUMELA. remojada , y ademas mucha paja. Se puede también , si hay falta de legumbres, revolver con la paja el orujo de la uva que se habrá labrado para estrujar el agua -pie después de haberlo secado : y no hay duda que es mucho mejor darlo con sus hollejos antes de lavarlo: porque teniendo virtud de ali mento y de vino, pone al ganarlo lustroso, alegre y corpu lento. Si no les damos grano, basta darles una espuerta de las que sirven para el forrage de veinte mochos de cabida llena de hoja seca,treinta libras de heno,sino un modio de hoja verde de laurelde carrasca ; peroestas co sas se añade bellota, si la abundancia con que la produce el pais lo permite: la cual, si no se Ies da hasta que se harten, Ies causa sarna. Se puede también darles medio modio de habas molidas, si por haber sido la cosecha abun dante, se encuentra utilidad en ello. En el mes de febrero son suficientes por lo común las mismas cantidades de forrages. En marzo y abril se debe añadir algo al peso del heno, porque se da la primera rejala tierra: y será bas tante darcada uno cuarenta libras de heno. Se hará bien sin embargo en segar forrage verde, para darles desde los idus de abril hasta los de junio: se podrá también darles lo mismo en los lugares mas frios hasta las calendas de ju lio: desde cuyo tiempo, tanto en el estío como en el otoño hasta las calendas de noviembre, se les darán hojas de ár boles hasta que no quieran mas: las cuales sin embargo no les son provechosas antes que hayan madurado con las lluviascon las rociadas continuas : las mas estimadas son las de olmo, en seguida las de fresno, y después las de álamo. Las últimas son las de carrasca , las de enci na y las de laurel , pero indispensablemente después del es tío, por faltar las demás. Pueden darse asimismo bien las hojas de higuera , si las hay en abundancia 6 fuere conve niente talar los árboles. Las de carrasca son mejores que las de encina , pero ha de ser de la especie que no tiene espi nas : pues el buey no la quiere en teniéndolas , como ni tampoco las de enebro, por el mismo motivo. En los me ses de noviembre y diciembre, durante la sementera, se ha de dar al buey tanto como apetezca : sin embargo basta pa ra cada uno un modio de bellota con toda la paja que quie LIBRO SEXTO »4i ra,un modio de altramuces remojados, 6 siete sectarios de yeros rociados con agua y revueltos con paja,doce «extarios de gálgana: sodados del mismo modo y mezcla da con paja,un.modip de orujo de uvas, condal que , se les añada paja en abundancia :en fin , si nada de estas cosas hay, cuarenta libras de heno sin mezcla alguna.

CAPITULO IV. Remedios para mantener los bueyes saludables., , .' :> '.i '.\t.! i Pero de ningún provecho será saciar de comida los ganados, si no se les ayuda con todo cuidadoque'tengan el cuerpo saludable, yque conserven sus fuerzas: cuyos dos objetos se consiguen dándoles con abundancia tres días se guidos una composición, que se hace con partes iguales de altramuces molidos y ciprés y con agua , la cual se tendrá una noche al sereno; y esto se debe hacer cuatro veces al año:fin de primavera, de estío, de otoño, y de invierno. Muchas veces se puede también desechar la debilidad y el tédioJa comida que tienen los bueyes, si se les introdu ce en las fauces un huevo de gallina entero y crudo, cuan do están en ayunas ; y al dia siguiente les molerás ajos castañuelos ó comunes con vino, y les echarás éste por las na rices. Y no son solamente estos remedios los que loe mantie nen saludables:, muchas personas mezclanlos forrages una porción grande de sal: algunas les han dado manrubio con aceite y vino: otras echan en infusión en vino hojas de puerro: otras granos de incienso, y otras sabina, y les danbeber alguna de éstas infusiones.. Muchos medici nanlos bueyes con tallos de nueza blanca y vainillas de yeros: algunos echan en infusión en vino camisas de cu lebra molida. Sirve también de remedio el serpol molido con vino dulce y la cebolla albarrana cortada y echada en agua. Todas las sobredichas bebidas dadas en la dosis de tres heminas al dia por tres consecutivos* purgan el vientre, y echando fuera los humores pecantes, restablecen las fuer» eas: pero se tiene por el remedio mas saludable de todos el alpechin, si se le mezcla igual cantidad de agua, y se ha¡ ''Cíílüm'ela; ¡ bitúa el ganadoél; pero no se le puede dar desde luego, sino al principio se rocía con él la comida; en seguida se tintura el agua con una ligera porción: y en fin, mezclada con ella en partes iguales, se les da hasta saciarlos, ¡ ¡¡' " ;> K...a •)' " r»;i u-».1. ¡, r ,i

CAPITULO V. Cosas que se han de evitar-para que no enfermen les bue yes, medidas que se han de tomar si les ataca una epizootia, y remedios que se les fian de aplicar si lle ga este caso. '' O'V; *•* No conviene excitar los bueyescorrer en tiempo alguno del año, pero menos en el estío, pues ésto,les mueve el vientreles ocasiona calentura. También se ha de evitar que se metan en los pesebres las gallinaslos cerdos, pues sus excrementos mezclados con el forrage causan la muerte á los bueyes, y principalmente los de una puerca enferma son capaces de causar una epizootia; la cual cuando ha aco metidola boyada, se ha de mudar al punto de clima, y distribuido el ganado en muchas partes, enviarlopaises lejanos ; y se han de separar los animales enfermos de Jos sanos, en tal manera que no haya ninguno de aquellos en tre é3tos que los contagie. Y así cuando se han de alejar , se han de llevarparages en que ningún ganado se apacienta, no sea que con stí ida , si hay alguno , le lleven la enfermedad pestilencial. Pero por roas pestíferas que sean , se han de supe rar con remedios que se buscarán con toda diligencia. En llegando este caso, se han de mezclar raices de panace y de eryngio con semillas de hinojo, y se han de rociar con harina de trigo molido, arrope y agua hirviendo, y con este medi camento se han -de poner fomentos al ganado enfermo. Tam bién se hace una infusión de partes iguales de cásia , mirra é incienso, y otra tanta porción de sangre de tortuga mari na en tres sextarios de vino añejo, y estando así, se le echa por las narices. Pero será suficiente dar el mismo medica mento en tres dias, dividido en porciones iguales deonza y media, v mezclado con vino. Hemos conocido también por un remedio eficaz la raicilla que los pastores llaman consi LIBRO SEXTO ligo1. Esta nace en grande cantidad en los montes Marsos, y es muy saludabletodo ganado. Se arranca con la mano iz quierda , antes que salga el sol , pues se cree que cogida de esta manera tiene mayor virtud. El uso de ella se dice que es de esta suerte : con una lesna de cobre se raya en redondo la parte mas ancha de la oreja , de modo que con la sangre que «ale aparezca un circulito que tenga la forma de la letra O. Después de haber hecho esto en la parte interior y en la exterior de la oreja , se pasa de parteparte con la lesna el centro del circulito trazado y se introduce en el agujero di» cha raicilla. La cual asida por la herida reciente, la retiene esta tan bien , que no puede escaparse : en seguida acude á aquella oreja toda la fuerza de la enfermedad y la ponzoña pestilencial , hasta que la parte que se ha circunscrito con la lesna cae muerta y con la pérdida de una parte muy pe* quena se conserva la restante. Cornelio Celso previene también que se les eche por las narices vino en el cual se habrán machacado hojas de muérdago. Estas, cosas se han de hacer si toda una piara está mala : las que siguen se ha* rán si lo están algunas reses en particular. > i " " .•i '.j?

CAPITULO VI. «! , >-< Qué remedio se aplica al buey que tiene indigestión. " Has señales de crudeza son eructos frecuentes, ruido en el vientre, astíola comida, contracción de los nervios, los ojos débiles: por cuyos motivos el buey no rumia, ni se lame. El remedio será dos congios de agua caliente 4 y en seguida treinta tronchos de col ligeramente cocidos y echados en vinagre ; pero se ha de abstener un dia de otra Comida. Algunos lo tienen encerrado en casa para qne no pueda pacer: después de lo cual echan en un congiodeágna cuatro libras de tallos de lentisco y de acebuche, y una li bra de miel, molido todo junto; dejan-esta infusión al sé- reno una noche, y pasada ésta, se la introducen en las fau ces: al cabo de una hora les echan cuatro libras de yeros remojados, y no les permiten otra alguna bebida. Esto se debe hacer por espacio de tres días, hasta que se desva »44 COLUMELA/ nezca toda la causa de la enfermedad. Porque si no se ha hecho caso de la crudeea se sigue la hinchazón del vientre^ mayor dolor en los intestinos, que no le deja comer, le ha ce bramar, no le permite estar en su lugar, lo obliga á echarsetierra,agitar la cabeza, ymenear continua mente la cola. El remedio evidente es apretarle fuertemen te con una ligadura la parte de ésta que está mas inme diataLis ancas, introducirle en las fauces un sextario de Vino con una hemina de aceite, y excitado de esta manera, hacerle anclar mil y quinientos pasos. Si el dolor permane ce, se le han de cortar las pesuñas todo al rededor, e intro duciéndole por el ano la mano untada con manteca, extraer le el estiércol, y hacerle correr otra vez. Si ni aun esto ha aprovechado, se machacan unos cabrahigos secos, y se le dan con tres raciones1 de agua caliente. Cuando ni aun con esta medicina se ha adelantado nada, se pulverizan dos libras de hojas de arrayan silvestre, y echándolas en dos sexíarios de agua caliente, se le introduce en las fauces con un vaso de madera , y hecho esto, se le hace una sangria por debajo de la cola: y en habiendo salido bastante sangre, se sujeta con una ligadura de papyroa. Después se le hace cor- •rer aprisa, hasta quede falte el aliento. Hay también, es tos remedios ,que se puede recurrjr antes de hacerlo á la Sangria: sé mezclan tres onzas de ajos molidos con tres heminas de vino, y después de haberle dado esta bebida, se le haíe correr:se muelen dos onzas de sal con diez ce bollas, y añadiendo miel hervida se hacen calas, que se le introducen por el ano; después de lo cual se le hace correr apriesa. '-o ~".n. " " * > -,! ?. v.u

CAPITULO VII. fpn, ifu,é remedio se calma el dolor de vientre y el de lo$ . ,.. intestinos. , . . , . (. .•" »>'. r /. '< :•.'•! u: . También se sosiega el dolor de vientre y de los intestinos, con ver las aves acuátiles, sobre todo los patos,Jos cua les si mira unO el buey que le duelen los intestinos, pron tamente se liberta de su dolor. El mismo pato sana coa mayor seceso los mulos y caballos con su vista. Pero algu LIBRO SEXTO 145 ñas veces ninguna medicina aprovecha, en cuyo caso estos males son seguidos de una disenteria , que se reconoce por la evacuación del vientre sanguina y mucosa. Los remedios son quince pinas de ciprés con igual número de agallas, y otro tanto en peso de queso muy añejo , lo cual molido todo junto, se echa en cuatro sextarios de vino fuerte, que se les dará en cuatro dias, y cuatro porciones iguales, sin que falten cogollos de lentisco, de arrayan, y de acebuche ver de. Los cursos quitan las fuerzas, debilitan el cuerpo, y dejan al animal inútil para el trabajo: Jos cuales, cuando le acometen, no se ha de dejar beber al buey en tres dias, y en el primero ni comer: pero después se le han de dar co gollos de acebuche y de caña, y también bayas de lentisco y de arrayan, y no se le ha de dejar beber sino muy parca mente. Hay algunos que le dan una libra de cogollos de laurel con otra de abrótano remojado y dos sextarios de agua caliente, y se los introducen eu las fauces, y les echan los mismos forrages que hemos dicho arriba. Otros tuestan dos libras de orujo de uvas , después las muelen y se las dan á beber echadas en dos sextarios de vino fuerte; sin que falten los cogollos de dichos árboles. Pero si no se contuvie ren las frecuentes evacuaciones del vientre, ni cesare el dolor de éste* aüel de los intestinos, y reusare el animal la comida, si tiene la cabeza pesada, le caen las lágrimas de los ojos, y la pituita de las narices con mas abundancia hastao acostumbrado , se le quema la frente por medio de ella que 1 los huesos, y se le hará con un hierro una incisión en las orejas. Pero las llagas que habrá hecho el fuego, con vendrá lavarlas con orina de buey , hasta que se sanen ; mas lo cortado con el hierro se cura mejor con pez y aceite.

CAPITULO VIH De las ránulas, de la inapetencia, y cómo se cura uno y otro. . ¡: . Suelen también ocasionarles fastidiola comida las excres cencias viciosas de la lengua, que llaman los albéitares ra na1. Estas se cortan con hierro, y se frotan con sal molida q3 346 COLUMELA. juntamente con ajo, hasta que fluye la pituita provocada con la frotación. En seguida se le lava la boca con vino, y pasada una hora se le da yerba verde ú hojas, hasta que las úlce ras se cicatricen. Si no tuviere ranas ni cursos , y con todo eso no apetece la. comida, le será provechoso introducirle por las narices ajo molido con aceite ,frotarle las fauces con salajedrea ,untarle la misma parte con ajo molido y salsa de aleche3. Pero estos remedios se harán si el buey no tiene mas que inapetencia.

CAPITULO IX. De la calentura. Cuando un buey tiene calentura , conviene tenerlo un dia sin comer: al dia siguiente sacarle, cuando esté todavía en ayunas, un poco de sangre debajo de la cola, y pasada una hora , hacerle tomar treinta tronchos medianos de col cocida en aceite y garó1, en forma de salivato" ; esta comida se le se guirá dando en ayunas por espacio de cinco dias, y ademas se le darán tallos de lentisco,de olivo,cualquiera otra hoja muy tierna,pámpanos de vid: asimismo se le lim piarán los lábios con una esponja , y se les dará de beber agua fría tres veces al dia. Cuya curación debe hacerse en la casa , y no dejar salir al buey hasta que esté bueno. Las señales de calentura son llorarle los ojos y tenerlos cerra dos, la cabeza cargada, echar babas de la boca, la respira ción mas larga que lo acostumbrado, y coa cierto embara zo , y alguna vez con bramido.

CAPITULO X. De la tos de los bueyes. La tós reciente se quita muy bien con un salivato de hari na de cebada. Algunas veces son de mas provecho las gra mas picadas, mezclándoles habas molidas. También se echan en dos sextarios de agua caliente, anas lentejas sin vainas bien molidas, y hecho el caldo, se le echa con el cuerna LIBRO SEXTO 147 La tos antigua se cura con dos libras de hysopo, echadas á remojar en tres sextarios de agua. Pues este medicamento se machaca y se da en forma de salivato, mezclado con cua tro sextanas de lentejas bien molidas, como dije, y des pués se le echa el agua de hysopo por el cuerno. También es remedio el zumo de puerro con aceite ,su misma hoja machacada y revuelta con harina de cebada. Las raices del mismo, lavadas con cuidado y molidas con harina de trigo y dadas al buey en ayunas, quitan Ja tos, por mas invete rada quesea. Lo mismo hacen los yeros sin vainas, moli dos con parte igual de cebada tostada, e introducido por las fauces en forma de salivato.

CAPITULO XI. De las apostemas, y del modo de curarlas. La apostema es mejor abrirla con hierro que con medica mento. Después de haber exprimido la concavidad que contenia la materia, se lava con orina de buey caliente, y se ata poniendo hilas empapadas en pez líquida y aceite; ó •i la parte donde se halla la apostema no se puede lavar, se le echa gotagota sebo de cabrade buey por medio de una plancha de hierro hecha ascua. Algunos después de haber quemado la parte enferma, la lavan con orina añeja, y en seguida la untan con pez líquida cocida con manteca rancia en partes iguales.

CAPITULO XII. De la cojera y de los dolores. La sangre agolpadalos pies, ocasiona cojera. Cuando es to sucede, inmediatamente se le registra la pesuña al buey: al tacto se conoce si hay ardor, y no consiente que se le apriete muy fuertemente la parte accidentada. Pero si la sangre está todavía en las piernas mas arriba de las pesuñas, se resuelve por friegas continuadas; y cuando no se ha ade lantado con ellas cosa alguna, se le hace salir escarificando la parte. Pero si ya está en las pesuñas, se hace entre las dos ?4 248 COLUMELA. una ligera incisión con un cuchillo : en seguida se le apli can lulas empapadas en sal y vinagre, se le cubre el pie con una esparteña , y sobre todo se procura que no lo meta en agua , y que esté el establo seco. Si no se echa fuera esta sangre, hará materia, que si formare apostema, la cura ción perfecta tardará, y se conseguirá, si al principio la cortas todo al rededor y la limpias, y en seguida metes un clavo de hilas empapadas en vinagre, sal y aceite, echán dole encima manteca añeja y sebo de macho derretido uno y otro en partes iguales. Si la sangre está en la parte infe rior de la pesuña, se corta su extremidad hasta lo vivo, y de esta suerte se echa la sangre fuera, y envuelto el pie en hilas, se cubre con una esparteña. No conviene abrir por medio la pesuña en la parte inferior si no se ha hecho ya Ja supura ción en aquel sitio. Si cojea el buey por causa de dolor de nervios, se le han de frotar las rodillas, los corvejones y las piernas con aceite y sal, hasta que se ponga bueno. Si se le hincharen las rodillas, se le han de fomentar con vinagre ca liente, y se lia de poner encima linazamijo molido y ro ciado con aguamiel : también es bueno aplicarlelas rodi llas esponjas mojadas en agua caliente y exprimidas untadas también con miel , y bendarlas con fajas. Pero si debajo de la hinchazón hay algún humor, se aplica encima levadura ó harina de cebada cocida con vino de pasasaguamiel, y luego que madure la apostema se abre con una lanceta; y asi que se haya echado fuera la materia, se cura con hilas, como lo hemos enseñado arriba. Pueden también sanarse todas las apostemas que se han abierto con hierro (según ordena Cornelio Celso) con raiz de azucenacon cebolla albarrana y sal,con la yerba1 sanguinal que los griegos llaman polígono,con manrubio. Pero casi todos los do lores del cuerpo, si* están sin herida, y son recientes, se desvanecen mejor con fomentos; si son antiguos, se caute» rízala parte dolorida, y sobre ella, después de hecho, se eclia manteca de vacassebo de cabras gotagota. LIBRO SEXTO

CAPITULO XIII. Remedios para la sarna , para la mordedura de perra rabiosade lobo, y para cuando se les pega el pellcjo á los huesos. , La sarna pierde su malignidad frotándola con ajo molido, y con el mismo remedio se cura la mordidura de perra ra biosade lobo, la cual sin embargo se cura igualmente bien aplicando sobre la herida pescado salado añejo. Y pa ra la sarna hay otra medicina : se muelen juntos orégano y azufre, y se cuecen con aceite, agua y vinagre, mezclán doles al pechin : en seguida, cuando esta composición está tibia, se le polvorea con alumbre de pluma molido. Este me dicamento es muy provechoso si se aplica al buey puesto á un sol muy fuerte. Para las úlceras sirven de remedio las aga llas molidas, y no menos el zumo de manrubio con hollín. Hay también una enfermedad per judicial al ganado vacuno, que la gente del campo llama coriago1, que consiste en es tar la piel tan pegada al espinazo, que asiéndola con las manos, no se puede separar de las costillas. Este accidente no lo tienen nunca, sino cuando de resultas de alguna en fermedad se han puesto flacos ,se han enfriado estando sudando por haber trabajado,si se han mojado con la llu via cuando estaban cargados. Lo cual como es pernicioso, se ha de tener cuidado así que los bueyes hayan vuelto del trabajo y estén todavía calientes y jadeando, de rociarlos con vino y de introducirles en las fauces unas bolillas de manteca. Pero , si tuvieren esta enfermedad , será prove choso cocer laurel y fomentarles las espaldas con este co cimiento caliente, apretarlo inmediatamente, echándole por encima mucho aceite y vino, y asirle la piel por todas par tes, tirando de ella hacia sí, y esto se hace muy bien al ra so, cuando el sol calienta mucho. Algunos mezclan borras de aceite con vino y manteca, y se sirven de esta medicina después de dichos fomentos. «" COLUMELA. "

CAPITULO XIV. Para las úlceras del pul/non y para los tumores del paladar. , »m »" . También es una enfermedad muy grave cuando se ulce ran los pulmones: de que resulta tós, consunción, y últi mamente tisis. Y para que no acarreen la muerte , se intro duce eu la oreja horadada la raiz de consíligo del modo que hemos ensenado arriba; después se mezcla al rededor de una hemina de zumo de puerros con igual medida de acei te, y se dabeber por muebos dias con un sextario de vi* no. Algunas veces por tener una hinchazón en el paladar reusa la comida, echa frecuentes suspiros, y parece que se deja caer hacia un lado. En este caso es necesario abrirle el paladar con una lanceta, para que salga la sangre, y darle hasta que sane yeros mondados y remojados, hojas verdes ú otro forrage tierno. Si se le hubiere magullado el pescue zo con el trabajo, el remedio mas eficaz será sangrarlo de una oreja, y si esto no se hubiere hecho, se aplicará la yerba llamada avia 1 machacada y con sal. Si el cerviguillo se le ha conmovido y abatido, se observará hacia cuál par te se inclina , y lo sangraremos de la oreja contraria. Y aque lla vena, que, parece ser -la mayor de todas las de la oreja, se le dan antes golpes con un sarmiento, y en seguida lue go que los golpes la han engruesado , se abrirá con una lan ceta; al dia siguiente se hará otra sangría del mismo sitio, y se le darán dos dias de descanso. Al tercero se le da nn trabajo ligero, y pocopoco se va llevando al ordinario. Pe ro si el cerviguillo no se ha dejado caer hacia lado algu no, y se ha hinchado por medio, se sangra el buey de las dos orejas: y si esto no se ha hecholos dos dias de haber contraído esta enfermedad, se le hincha el pescuezo, se le atirantan los nervios, y la dureza que resulta en aquella parte no le permite recibir el yugo. Para esta enfermedad hemos descubierto un remedio excelente, que se compone de pez líquida, tuétano de buey, sebo de macho cabrío, y aceite añejo, cocido todo junto por partes iguales. De cuya LIBRO SEXTO. a5i composición se Ka de usar en esta forma. Así que se haya desuncido el buey después de su trabajo , se baña el tumor del cerviguillo con agua en la piscina donde bebe, y en estan do algún tanto enjuto , se frota y se unciona con dicho me dicamento. Si el animal reusa absolutamente el yugo por causa de este tumor , se le ha de dar descanso unos pocos dias: se le ha de lavar el cerviguillo con agua fria, y se le untará con litargirio. Celsola verdad ordena que se machaque la yerba llamada avia, como dije arriba, y se ponga so bre el tumor. Los callos , que por lo común infestan el cer viguillo, son menos difíciles de curar: pues es fácil echar les por encima aceite gotagota con una candileja , sin des uncir los. bueyes. Sin embargo es mejor procurar que no se formen estos callos,que no se ponga calvo el pescuezo de los bueyes , lo que no sucede sino cuando se le9 ha mojado mientras trabajan, bien sea con el sudorbien con la llu via : y así en caso de verificarse, se frotarán dos ladrillos vie jos uno con otro , y con aquel polvo se rociarán sus cuellos, antes de desuncirlos, y en seguida luego que estén secos, se les echará aceite de cuando en cuando. ;

CAPITULO XV. Para las heridas de las, pesuñaspiernas con la reja del arado , y para cuando se despean. Si la reja del arado hubiere herido el talónla pesuña del buey, derrite sobre la herida por medio de un hierro he» cho ascua pez dura y manteca envueltas con azufre en lana sucia. Este mismo remedio es también excelente para el ca so en que el buey haya pisado por casualidad una rama de árbol, sacándole antes la astilla que se le hubiere meti do dentro del pie,si hubiere roto la pesuña con algún tiesto puntiagudocon alguna piedra. Pero si la herida há sido mas profunda, se le dilata mas en redondo, y se quema , como he prevenido arriba. En seguida se cura tenién dole el pie cubierto con una esparteña, y echándole vina gre por encima tres dias. También , si la reja hubiere heri doalgún buey en la pierna , se le pone sobre la herida le chuga marina, que los griegos llaman tühymala\ con sal. a5a COLUMELA. , Cuando se ha despeado el buey se le lavan los pies con ori na tle la misma especie de animal, puestacalentar; en se guida se enciende una gavilla de sarmientos, y cuando con eJ fuego se ha reducidoceniza, se le obligapisarla y estar parado sobre ella cuando está todavía bien caliente, y se le untan las pesuñas con pez líquida y aceitemanteca de puer co. Sin embargo cojearán menos los bueyes si después de desuncidos y concluido el trabajo se les lavan los pies con mucha agua fria , y se les frota con manteca añeja los jarre tes, las coronas y la misma separación que hay entre Jas dos pesuñas.

CAPITULO XVI. Para cuando se despaldillan, se quiebran las astas, y cuando les salen gusanos en las llagas. Muchas veces también se despaldilla el buey,por la fa tiga de un trabajo dilatado,por el violento esfuerzo que lia hecho al romper un suelo muy duro,por encontrar el arado una raizsu paso. Cuando ésto sucede se le ha de sangrar de las piernas delanteras. Si la espaldilla desencaja da es la derecha, se ha de hacer la sangría en la pierna iz quierda, y en la derecha si el mal se ha hecho en la espal dilla izquierda: si han sido lastimadas con mucha gravedad ámbas, también se han de abrir las venas en las piernas traseras. Si se han quebrado las astas, se les ponen encima unos pedazos de lienzo empapados en sal , vinagre y aceite, y se les refresca con lo mismo tres dias seguidos sin desliar» los. Al cuarto; por último, se les pone manteca tle puerco j pez líquida en partes iguales y corteza de pino pulverizada. Y al fin cuando van ya cicatrizando, se les polvorea con hollin. Suelen también las llagas de que no se ha hecho caso, llenarse de gusanos,los cuales , si se les echa por la ma ñana agua fria, caen encogidos con la frialdad :si por este medio no se, pueden q rutar, se machaca manrubiopuerro, y se aplica polvoreado con sal: esto mata prontamente los referidos bichos. Pero desde que la* úlceras se han limpiado, se les, han de aplicar inmediatamente unas hilas con pez, aceite y manteca añeja, y con el misino medicamento se LIBRO SEXTO a53 tan de frotar por fuera para que no las infesten las moscas, las cuales , en habiendo estado paradas sobre las úlceras, crian gusanos.

CAPITULO XVII. Para las mordeduras de las culebras y animales venenosos» Pero también es mortal para los bueyes la mordedura de una serpiente; les es también dañosa la ponzoña de algu nos animales mas pequeños: pues muchas veces la víbora y la culebra cieg.i, cuando se lia echado el buey sobre ellas en el pastadero sin precaución, fatigadas con su peso, le ti ran un bocado. Y la musaraña , que los griegos llaman mygale, aunque con dientes pequeños, les ocasiona una enfer medad que no es chica. Los venenos de la víbora los echa fuera una yerba que llaman personada1 , majada y puesta con sal sobre la escarificación que se habrá hecho con hierro en la parte mordida. La raíz machacada es mas útil, y también el sesel de las montañas. El trcbol , que se en cuentra en sitios pedregosos, pasa por muy eficaz: tiene el olor fuerte y semejante al del betún, por lo que los grie gos lo llaman aspfwltion; los nuestros por su figura lo lia* man trébol agudo, pues tiene hojas largas y vellosas, y su tallo es mas recio que el del trébol de prados. El zumo de esta yerba se le echa en las fauces mezclado con vino; y sus hojas machacadas con sal se aplicanla escarificación en forma de cataplasma : pero si la estación del año no es á propósito para que se encuentre la yerba verde, se echan en vino las semillas pulverizadas, y se les dabeber: y las raices machacadas con el tallo y mezcladas con harina y sal echadas en aguamiel , se ponen sobre la escarificación. Hay también un remedio eficaz, que consiste en machacar cinco libras de cogollos tiernos de fresno con cinco scxtarios de vino y dos de aceite, y echarles en las fauces el licor que habrás expri mido de todo esto, y en poner sobre la parte escarificada co gollos del mismo árbol machacados con sal. La mordedura de la culebra ciega cansa tumor y supuración; lo mismo hace la de la musaraña: pero aquella se cura punzándola con una lesna de cobre , con la cual se punza la parte mordida, y a54 COLUMELA. después se unta con tierra cíe jaboneros desleida en vinagre. La musaraña paga con su cuerpo el*mal que ha hecho, pues se la mata sumergiéndola en aceite, y así que se ha podri do se machaca, y con este medicamento se unta el sitio mor dido. O si no estámano cuando el tumor anuncia la mor didura, se muelen cominos y se les añade un poco de pez líquida y de manteca, de manera que tenga la consistencia de cataplasma , que puesta sobre la mordedura , echa fuera el veneno. Pero si antes de resolverse el tumor se vuelve apostema, es mejor abrirla con una hoja de hierro hecha ascua , quemar todo lo que esté corrompido , y en seguida untar la parte con pez líquida y aceite. Suele también em barrarse el mismo animal vivo con arcilla de alfareros y ea seguida colgarse, después de haberse secado, del pescuezo de los bueyes: y esto los liberta del daño que podía cau sarles esta mordedura. Las enfermedades de los ojos se les curan comunmente con miel : pues si se han inflamado se polvorea con un poco de aguamiel con harina de trigo, y se pone sobre ellos: si le sale alguna nube en el ojo, la disipa la sal gema de Españade Armenia, ó también la de Gapadocia , molida bien menuda y mez clada con miel. Lo mismo hace el hueso de xibia molido y soplado tres veces al dia en el ojo por medio de un tubo: asimismo lo hace la raíz que los griegos llaman silphio, y el vulgo en nuestra lengua láserpido. A esta raíz, tenga el pe so que tuviere la porción que se toma, se le añaden diez tantos de sal amoniaco, y ámbas cosas se muelen juntas, y se soplan del mismo modo en el ojo,se machaca esta misma raiz, se echa en aceite de lentisco y aplicada sobre el ojo, lo limpia de este defecto. La fluxión la cura la hari na de cebada , sobre la cual se habrá echado aguamiel, pues ta en las cejas y en las mejillas. La simiente de la chirivía sil vestre, y el zumo de la coclearia, aplicados con miel aplacan el dolor de los ojos. Pero todas ias veces que entrará miel ú otro jugo en los remedios , se ha de untar al rededor del ojo con pez líquida mezclada con aceite, para que no lo in festen las moscas; pues no son solas estas las que acudeo volandola dulzura de la miel y de otros medicamentos, si no también las abejas. , LIBRO SEXTO

CAPITULO XVIIL Remedio para si ha tragado alguna sanguijuela. También cansa mucho daño la sanguijuela que se ha tragado con el agua que se bebe: ella, pegándoselas fauces, chupa la sangre, y engrasándose cierra el pasola comida. Si está en un sitio tan dificultoso que no se puede separar con la mano, introducirás un tubouna caña, y por ella echarás aceite caliente, pues con su contacto inmediata mente cae este insecto. Se puede también hacer llegarla sanguijuela por medio de un tubo el olor de las chinches quemadas. Pues desde que este insecto está en el fuego, despide un humo que llena el tubo, y lo lleva con su mal olor hasta donde está la sanguijuela , y éste olor la despega del sitio adonde está adherente. Pero si está asida al estó mago úlos intestinos, se mata echando al buey vinagre caliente por medio de un cuerno. Aunque hemos prescrito estos remedios para los bueyes, no hay duda alguna que la mayor parte de ellos pueden también convenirtodo el ganado mayor.

CAPITULO XIX. De cómo se ha de hacer la máquina para curar las bes tias y bueyes. Pero se ha de fabricar una máquina en la cual se encerra rán las bestias de carga y los bueyes para curarlos, yfin de que los albéitares que los medicinan se puedan acercar masellos, sin que puedan estos animales dejar de tomar los medicamentos resistiéndosetomarlos. Y la hechura de la máquina es de esta manera. Se entarima con tablones de roble un pedazo de terreno de nueve pies de largo , dos y medio de ancho por la parte anterior y de cuatro por la pos terior. A este entarimado se le aplican cuatro estacas derechas por un lado y otro, las cuales están clavadas en los cuatro ángulos , y tiene cada una siete pies de largo. Todas estas estacas se sujetan entre sí por seis travesanos, formando en a56 COLUMELA. rejado, de suerte que pueda entrar por la parte posterior, que es 'a mas ancha , el animal como en una jaula,y no pue da salir por lar otra,causa de impedírselo los pequeños pernios que están atravesados en ella. Sobre las dos estacas de delante se pone un yugo firme, yeste se sujetan las bestias de cargase atan los bueyes por las astas. O se pue den fabricar allí mismo unas cabezadascollares, para que metiendo en ellas la cabeza, se sujete Ja cerviz con unos palos, eme bajarán por agujeros hechos para el caso. Peto el cuerpo atado y extendido está aseguradolos travesa nos; y de esta manera queda sin movimiento, y abandona dola voluntad del que lo vacurar. Esta misma máqui na podrá servir para todo el ganado mayor. «-. .

CAPITULO XX De la figura del toro. Después de haber dado bastantes preceptos acerca de los bueyes, es tiempo de hablar de los toros y de las vacas. Yo pienso que se deben preferir principalmente los toros que tengan los miembros muy grandes, el natural pacífico y la edad mediana. Las demás cosas que hemos de observar pa ra elegirlos serán casi jas mismas que en los bueyes, pues un toro bueno no se diferencia del buey castrado en otra co sa sino en que aquel tiene el semblante fiero, el aspecto mas vigoroso, las astas mas cortas, el cerviguillo mas car noso, y tan grueso, que es la mayor porción de su cuerpo, el vientre un poco mas enjuto; y se ha de buscar uno que sea ágil ypropósito para cubrir las vacas. v

CAPITULO XXL De la figura de la vaca. También se aprueban las vacas de talla muy alta y larga, que tengan los vientres muy grandes, las frentes muy an chas, los ojos negros y abiertos, las astas hermosas, lisas y que tirannegras, las orejas pobladas de pelo, las quijar LIBRO 'SEXTO a57 das angostas, las papadas y las colas muy largas, las pesu ñas mediana», y medianas Jas piernas. Las demás cosas que «e desean en las hembras, son también las mismas que en los machos, principalmente que sean nuevas: porque en habiendo pasado de diez años son inútiles para la genera ción; por lo contrario, no conviene que se cubran antes que tengan dos años. Sin embargo si hubieren concebido antes, conviene quitarles la »cria , y sacarles la leche duran te tres dias, pero después no dejar que se las ordeñe. .

CAPITULO XXII. De la separación que se ha de hacer anualmente. Pero conviene procurar todos los años hacer en este ganado una separación , como se hace en los rebaños de los demás. Pues se deben separar las que, por estar apuradasviejas, no pueden concebir; y sin duda alguna las machorras, que están ooupando el higar de las fecundas, se han de echar fueradomarlas para que aren , porque con motivo de su esterilidad no tienen menos aguante para el trabajo y para la labor que los novillos. Esta clase de ganado quiéré du« rante el invierno pastos marítimos y que les dé el sol , y en el estío los de los bosques mas espesos, y los altos de las montañas mas bien que los de las llanuras. En efecto las no» villas viven mas tiempo en los bosques abundantes de yer« ba en los sotos y en los carrizales , que en los sitios pedregosos. Y no quieren tanto los rioslos arroyos, co mo las charcas hechasmano, porque, el agua dedosjríos, que comunmente es mas fría, las hace abortar, y la de lluvia las es mas agradable. Sin embargo la vaca) aguanta mas bien que el caballo todo frío exterior, y por consiguiente inver na corr'facilidád al raso.^ -\: v.o', ' <» .»•'•' -O t . . . " , r:

CAPITULO XXIIL,; -Cómo se han de hacer las corralizas y los establos.' '» 'jv ; i-i: i
CAPITULO XXIV. Qué edad ha de tener el toro para echarlolas vacas. De éstos, los que son menores de cuatro años y mayores de doce, no se les deja cubrir las vacas: aquellos porque es tando, por decirlo asi, en la edad pueril, no se tienen por idóneos para el caso ; estos , por tenerlos apurados la vejez. Ordinariamente se permitelos machos acercarselas LIBRO SEXTO a59 hembras en el mes de julio,fin de que quedando éstas preñadas en este tiempo, paranla primavera siguiente, cuando ya esten ios pastos en su fuerza, pues su preñado du ra diez meses, y no sufren que se les acerque el macho por orden del vaquero , sino de su propia voluntad. Y por el tiempo que he dicho poco masmenos corresponden en ambos sexos los deseos naturales, porque alegrándose los animales con los demasiados pastos deja primavera, se ponen lozanos. Pero si la hembra reusa al macho,éste no siente deseos de ella , se excita su ardor por el modo que prescribiremos después para los caballos que miran con astíolas yeguas , esto es , aplicandosus narices el olor de las parres naturales. Pero acia el tiempo en que se de ben cubrir las hembras , se les acorta el pienso , para que la demasiada obesidad de sus cuerpos no las haga estériles, y se les aumentalos toros, para que las cubran con mas vigor. Un toro es suficiente para quince vacas, y lupgo que ha cubiertouna novilla, se puede conocer por seña les ciertas el sexo de lo que ha engendrado, porque si ha bajado por el lado derecho, es evidente que ha engendrado un macho; si por el izquierdo, una hembra. Sin embargo no se conoce ser cierta esta señal, sino en el caso de que, cu bierta una vez la vaca, no admite segunda vez al toro: lo cual rara vez sucede, pues, aunque está llena, no está sa tisfecha su pasión ; tanto es el poder de los lison ¡eros atrac tivos del deleke, aun sobre los animales, excediendo los lí mites prescritos por la naturaleza. Mas no hay duda que donde liay abundancia de pastos, se puede criar todos los años un becerro por cada vaca; pero donde hay escasez, se puede cubrir solamente uno sí y otro no: lo que queremos que se haga principalmente en las de labor, para que los becerros puedan hartarse de leche durante un año, y la va ca no tengaun mismo tiempo el gravamen del trabajo y el déla preñez. Luego que una vaca ha parido, por buena criadora que sea, si no se la mantiene bien , fatigada con el trabajo, sustrae el alimentosu hijo. Por lo cualla pa rida se le dá cítiso verde , cebada tostada y yeros remojados, y al tierno becerro un salivato compuesto de mijo molido y tostado y de leche. Pero para criar se prefieren las vacas ra a6o O XIOLUMELA.: de Altino ,las cuales llaman cevas los habitantes de aquel pais: ellas son de talla pequeña y abundantes de leche, por lo cual se les quitan sus crias , y aplicándoles otras de raza superior, se mantienen e9tas con leche agena,si falta es te recurso las alimenta bien el haba molida y el vino; y es to conviene hacerlo principalmente en las piaras numerosas. . g.ii . . .:.«.;r i<.< > e g -j y l> i ''

CAPITULO XXV. í:",,',; 1 1 <" i " > i _ ;í.-*«vi "ii ;-•<*.:"q .fc . . , Remedios para las lombrices de los becerros. ...... <-. c ' Suelen también ser perjudiciales á.los becerros ías lombri ces, que se originan comunmente de crudezas. Por lo cual -se les ha de dar con arreglo la comida , para que la digie ran bien ,si padecen ya este achaque , se muelen altra muces medio crudos , y se hacen con la harina bolillas," que se les introducen en las fauces, como el salibato. Tam bién puede machacarse la artemisa santónica con higos pa sados y yeros , y haciendo con todo una bolita , introducir la del mismo modo. Igual efecto hace una parte de mante ca mezclada con tres de hisopo. El zumo de marrubio y el de puerro pueden también matar semejantes animales. ->.

CAPITULO XXVI. ' . ...Déla castración de los becerros. , , Magon es de parecer que se castren los novillos mientra» están todavía tiernos, y que esto no se haga con hierro» sinoque se compriman los testículos con un pedazo de caña* hoja hendida, y se vayan quebrantando pocopoco, y cree que el mejor género de castraciones es el que se ha- Ce en la edad tierna sin herida; pues cuando se ha endu recido ya el animal, se castra mejor de dos años que de uno. Y ordena que esto se haga en la primaveraen el otoño., cuando la luna esté menguando, y que el becerro se atela máquina; en seguida, antes de aplicar el hierro, quiere: quet :se cojan con dos listones angostos de madera: ((¡ue su van como de tenazas) los nervios de los testículos» LIBRO SEXTO a«i qne los griegos llaman chremnsteras , porque' las partes ge nitales están suspendidas de ellos, y después de asidos se abra inmediatamente el escroto, y apretándolos para que» salgan •de él , 1 se" ¡corten de manera que sé' 'deje (la " extremidad' " por donde están unidosdichos nervios. Pues de este modo , ni el becerro peligra por la erupción de la sangre , ni se afe mina enteramente , como si se le hubiera; quitado toda la -roasculini^ad , y epnsfcrvala forma' dé macho ¡¡ habiendo de jado el poder-dfe engendrar'/leí'coal ski embargo no pierde desde liiegd rprWsi'fo^déjaS^lwiri una',hWrkibraTecieti¡ cas trado, es constante que puede concebir de-' él ; pero esto no ee ha de permitir de modo alguno, -tío «ea-que muera de un flujo de sangre. Mas las heridas se han de'Wntar con ceniza de sarmitífito y'liiargnio , feméndelo aqtiel"dia sin-beber-, odiándole mu^poc* comida. En lo» tres diaá'siguierttessé ha dé re^álar coifco c-nfei'mo'cón cogbllrjs'de árboles , y segárU dolé forrage verde, y no sé Icha" de dejar qne beba muerto. Tamb-etime parece que ^ pasados tresdias, se unten-las mismas heridascon pez líquida, ceniza, y un poco de aceite, para que sb éieátrlcén'mak ¡prontamente, y no lásiinfes(eil las moscas. Bastante eé¡ > lo 'hablado Hasta aquí de los ^tU/fhü" ' "' ^w •' k'u,u"v i " rt*' -:/9iq I irxni.íat ni > /ti t\ -{ev .', -v¿n, ¿APÍTÜLo XXVII. orp o.jTri:: I : i -"tt <" •••" > ,.¿l . / . un-na * ¡ -'Mi'.-íüj aoi A-y> i De los caballos. ' , ¡i ah che! Í'jIj VMi'.Ml" *cl lot. ., 1H .'" <> ,: . i . .¡i «»i,n Los qué'tÁeftén'aficiórjrti ctiár 'tabalips , conviene sobre to- A> q\ie,se'rprdyéari de1 líhí yegüero diestro-, yd^ürra? grarí cantidad de forrage , enyas dos cosas pueden emplearse en Jos' demás gañidos ,; áunqró sean medianas; pero él caballar desea: sumo cuidado V y estar1 inüy harto de comida. Esté átíJmd'gáhadó.'se 'Bi*Wé 'éh; tres 'especies dé'razas: Pues -U Sáy 'géh&rfisa , wSt ríá'cabatlós ^arWtef'c'ircb'y ^«rá los cotfl- bátes'sagráHds'i'la'riay tirulaT, q.né'pof 'el valor de sús cñasí lié compara a la géríerósa; y lá hay común,' que procrea machos f héinbías mediar/Ss'. Mientras mas sobresaliente es cada Una.de estás raras , pace en carrfpó tatito mas fértil. Pero p^raMds^WrWs'de1 1 éW'ga riada' Sé-'liad 'He 'e'scoger' pastade- rc^ ü7m] ^APiTUE:(y"i-xxviii-,K:r5'5 r- 10'">iFV& "9ít9 ir.'.'\ .íviy i >' -i é"¡ í .ov» j ."Hli'< '" De laedaddelcaballopadreyde layeguadevientre. ' •''i : •' •»:!!• ' t •' I»! .••» • •«» e hace juicio que un caballo menor de tres años no es idóneopara la-monta,peroquepuedeiengendrarhastalos .veinte ; v que .la hembra concibe bienlos dos años, para .quepariendo'despuésdoJosttes-* pueda criar su hijo;y después dé los dietz, que no ea útil , porque la cria de ma dredeedadespesaday.desidiosa..Demócrito aseguraque estará en nuestro arbitrio el que sea macho ú hembra lo que se conciba; y ordena que, cuando queramos que sea macho, liguemos el testículo izquierdo dol caballo con un cordoncillo de liuo ú deotrucualquieracosa ^ycuandoque LIBRO SEXTO. a65 ramos herribra el derecho; Y opina que se' ha 'efe' hacer lo misma «n. casi todos los animales. 1 . '«>.> --X < ' > sí " " -"ir.ei"'mi : ' " i

CAPITULO XXIX. 1 -: " . Del natural y buena conformación del caballo, y delco, nocimicntp ,de su edad. , . . , Pero cuándo ha nacido el potro se puede juzgar de su na tural inmediatamente. En efecto, si es alegre, si es intré pido, si no se espanta al veral oir alguna cosa nueva, si yá corriendo delante de la piara, si excedesus iguales en lozanía, ligereza, y alguna vez en la carrera, si salta sin titubear una zanja, y pasa jo mismo un puente y un río , estas serán señales de un natural noble. Pero la her- niosuradeVtfúér^HÍ córisistiité^n 'lene* la cabeza pequeña-, los ojos negros, las narices abiertas, las orejas cortas y de rechas, la cerviz flexible, ancha y no larga, la crin espesa, y que cae por el lado derecho, el pecho ancho y lleno de músculoi', las espaldas grandes y derechas , los costados > ar queados, el espinazo doble, el vientre angosto, los testícu los pequeños e iguales, los lomos anchos y deprimidos,' la cola larga, cerdosa y crespa, las piernas iguales, altas y de rechas, la rodilla rolliza, pequeña y que: no esté vuelta acia dentrot, las ancas redondas, los-muslos musculosos y proporcionados; los cascos duros^ alto», cóncavos, y redon^ dos, que tengan unas edronas medianas. El cuerpo ha dé estar dispuesto en general de manera que sea grande, alto, derecho, que parezcala vista ágil, y (en cuanto lo permi te su figura) entre redondo y largo. El carácter que se es tima en estos animales, es que, sin ser arrebatados,. tengan viveza, y sin embargo de tenerla sean mansos, pues estos se hallan hábiles para obedecer, y muy: prontos para los combates y para el trabajo. Un caballo es bueno domarlo á los dos años para el tiso doméstico; pero para los comba teslos tres cumplidos: de manera sin embargo que no se dediqueellos hasta después de los cuatro. Las señales de los años se mudan con el cuerpo. Poes cuando tiene, dos y medie se le caen los dientes de enmedio, tatito tos de ar a66 COLUMELA. riba, como los ele abajo. A los cuatro, después de habérse le caído los colmillos, le salen otros: en seguida, antes de seis años se le caen las muelas de arriba ;los seis años se le igualan los dientes que mudó primero: al séptimo todos sin distinción se le igualan: y de éste en adelante se le po nen huecos y no se puede conocer con certeza la edad que tiene: sin embargolos diez años empiezanhundírsele las sienes, y alguna vezponerse canas las cejas, y salir* sele los dientes de la boca. Basta con lo que se ha dicho acerca del natural, del carácter del cuerpo y de la edad del caballo. Ahora corresponde manifestar el cuidado que se ha de tener con él, ya cuando está sano, y ya cuando está enfermo. -¡¡ »*'" »»' ' ¿!" >. ;'.» ,¡ .ürr-. r v. . '

CAPITULO XXX; r-u\ ,: * Del cuidado que se ha de tener con este animal, y reme* dios para algunas de sus enfermedades. Si estando sanos se ponen flacos, mas pronto se restable cen con trigo tostado que con cebada: pero al mismo tiempo se les ha de dar de beber vino, y en seguida irles quitando pocopoco esta especie de mantenimiento, mez clando salvadola cebada , hasta que se les acostumbre á las habas yla cebada pura. Todos los dias se han de limpiar los cuerpos de estos animales, no menos que los délos hombres, y muchas veces les es mas provechoso manosearles las espaldas , apretándoles la mano , que si les dieras largamente de comer. Y es muy importante conser varles la robustez del cuerpo y de los pies. Cuyas dos cosas guardaremos, si los llevamossu debido tiempolos pe sebres, al agua, ysus ejercicios, y si se tiene cuidado de que la caballeriza esté seca, para que los cascos no se Jes ablanden con la, humedad. Lo que evitaremos fácilmente si se entarima el suelo con tablas de roble,si se limpia con cuidado de cuando en cuartdo, y se le echa paja por encima. Comunmente contraen enfermedades estos anima les con el cansancio, con el calor, y algunas veces con el ifrio, y cuando, no han orinadosu tiempo,si sudan en la carrera e inmediatamente después de ella beben,si LIBRO SEXTO 267 después de haber estado mucho tiempo parados, se les ha* ce correr de repente. £1 mejor remedio para el causaucio es la quietud, con tal que se le eche en las fauces aceite, ó manteca con vino. Para el frió se aplican abrigos, y tam bién se les unta la cabeza y el espinazo con manteca tibia ó con vino. Si no orina se usan casi los mismos remedios, pues se le vierte sobre los hijares y sobre los ríñones acei te mezclado con vino; y si esto ha aprovechado poco, se le introduce tpor la via de la orina una candelilla delgada, hecha con miel hervida y sal,una mosca viva,un grano de incienso,una candelilla de betún. £1 mismo remedio se aplica si la orina le hubiere escocido las par tes. El dolor de cabeza lo indican las lágrimas que les cor ren de los ojos, y el tener las Orejas agachadas, la cerviz y Ja cabeza cargadas, hasta caer en tierra. En este caso se le •angra de la vena que está debajo del ojo, Sé le fomenta la boca con agua caliente, y no se Je da de comer el primer dia. El siguiente se le da de beber agua tibia en ayunas, y yerba verde. £11 seguida se le echa debajo heno añejo ó paja blanda, y al anochecer se le da otra vez agua, y una poca de cebada con dos libras y media de veza, para que dándole raui poca comida, vuelva pocopocopoder to mar su ración ordinaria. Si le duelen al caballo Jas quija das, se le han de fomentar con vinagre caliente, y frotar con manteca añeja: el mismo remedióle le ha de aplicar cuando se le hinchen. Si se lastimare las espaldasecha re sangre de ellas , se sangrará casi de en medio de las dos piernas, y se untarán las espaldas con manná de incienso, mezclado con la sangre que salga de las piernas, y para que no evacué mas de lo regular se aplicarálas cisuras del animal un poco de su estiércol, y se ligarán con bendas. Al dia siguiente se, le sacará sangre de las mismas ve nas., se curará del mismo modo, no se le dará cebada, y sí solamente una corta cantidad de heno. Desde el tercer dia hasta el sexto se le echará en las fauces como tres cyathoa de zumo de puerros, mezclados con una hemina de acei te, lo que se hará por medio del cuerno. Después del sexto dia se: le hará andar despacio, y asi que haya vuelto del paseo convendrá hacerle entrar en la piscina, de manera »68 COLUMELA." que nade: de eeta suerte,i ayudado con comidas mas sustan ciosas, se Vá trayendo pocopococumplir su tarea or dinaria. Pero é\ -la bilis molestaeste animal , se le infla el vientre y rio puede ventosear.. En este caso se le intrd- •duce-la niano untada con aceite f>> manteca, Se abren los .conductos naturales que estaban obstruidos, y después de -echado fuera el estiércol, se machaca orégano y yerba pe- *iicular(con sal, se cuecen y se mezclan con iinelj se liaren jcalasv-qué se Je entran por el conducto regulor, las cua les le mueven el vientre; y 'te hacen expeter toda la éilísl- Algunos le echan por las fauces un cuadrante* de mina molida con un hemina de vino, y le froten el ano con pe¿ liquida. Otros le lavan'el vientfe-con* agua del mar, y otros con salmuera reciente. Suelen también < hacerles daño ' erl lis intestinos unos gusanos' como1 las lombrices: las señales1 dé esto son, si los animales se revuelcanmentido Con lá fuerza del doler, si llevan la cabeza al vientre, y si meneaii uiuebas veces la cola. El remedio eficaz es, como se hd dich,o ¡arriba, rrccterle la mano-en el vientre, sacarlé el es4 tiercol , en seguida lavárselo corí agua del mar, ó1 con saH muera fuerte, después echarlepor las fauces raiz de alca4 parro machacada con-un séxtafio de vinagre, ptíes de este* modo mueren dichos gusanos. " i .1 •/.-: .... •-f . ".íi , e.. ^ApITtJLO' XXXI. . ,(! #»Ó -< ! '! : > til Olti ti)-. „':" .' ¡: > •_ >-'mi«. iJ (til, :•,,[ Refriedlos para la tos y los empánest u.;t : -.i . . ¡.it: i 'i. . i -.1.•i-1-.' '•« ' i i '| A toda bestia enferma se le ha de echar roncha pajadebap, para que teuga la cama mas blanda. La tos recién-' te seiuura pronto con lentejas mondadas y ¡molidas, hnsta' reducirlasharina mui fina. Lo cual; después de haberse hecho de esta manera', se mezcla tlli sextario de agua ca-' líenteigual medida de lentejas, y se ' M ¡echa en las fáuces: se le dá e6te remedio por espacio de tres dias, y para que se restablezca el ganado enfermó, se le mantiene con' yerbas iverdes y cogollos de árboles; Pero¡ la tós antigua ser quita Ochándole por las fauces rumio r -.; . ••o .¡i,f < 11, " " " .

CAPITULO XXXU t:'. Para las rozaduras y para la sarna. Olí! La rozadura se, lava dos vece9 al dia con agua caliente , en seguida-se frota con sal molida y hervida córi manteca, hasta que la sangre-corrompida 9alga en abundancia. La sarna es mortal para este cuadrúpedo si prontamente no se le aplica remedio. La cual, si e9 ligera, se frota al sol con resina de cedro,aceite de lentisco,con semilla de ortigas molida con aceite,con aceite de ballena, ó con el licor que suelta en los platos el atún salado: sin em bargo, lo que es saludable sobre todo parae9ta enfermedad es la grasa del becerro marino: pero si y^a se ha inveterado, se necesitan remedios mas activos; por lo cual se cuecen betún, azufre, y eléboro con pez líquida y manteca añeja, de todo partes iguales, y sé cura con esta composición, des pués de haber' raspado la saina con un hierro, 'y.lavádola con orines. Muchas veces también há aprovechado cortar hasta lo vivo la sarna con un bisturí, separar lo cortado, y después curar las heridas que se han hecho de resultas de esta operación con pez líquida y aceite, pues este reme dio hace que se limpien y llenen las llagas hasta igualar las. Las cuales, 'luego que sé'han igualado, les será de la mayor utilidad polvorearlas con tizne dé caldera, para que se cicatricen mas pronto , y les nazca el pelo. ¡ 1 ," •!-ji.».;'. 1' < i-•< .. U.Ui«it. «•_>._" ',. »»" .i ó""''1'] ' '' ' "' COLUMELA.

CAPITULO XXXIII. Para las moscas , males de ojos y hemorragias. Las moscas que infestan las llagas las desviaremos tam bién con pez mezclada con aceitemanteca echada por encima. Las cicatrices de los ojos se alivian frotándolas con saliva en ayunas y sal,con polvos de xibia mezclados con sal gema molida, ó. exprimiendo por un lienzo sobre los ojos semilla de mostaza silvestre molida. Y todo dolor de ojos se alivia prontamente con una unción de zumo de llantén y miel sacada sin humo, y si no la hay,lo me nos con miel de tomillo. Algunas v.eces ha puesto también en peligroestos animales el flujo de 6angre por las nari ces, y se ha contenido echándoles por ellas zumo de ci lantro verde.

CAPITULO XXXIV. Remedios contra la inapetencia , la gana de vomitar y elmuermo. , . ." . Algunas veces también se descaece este ganado por tener astíola comida. Cuyo remedio es la especie de semilla que se llama git1: dos cyatho$ de la cual se muelen, se echan en tres de aceite y un sextario de vino, y se le in troducen en las fauces. También se le quita la gana de vomitar haciéndole beber muchas veces una hemina de vino con una cabeza de ajos molida. La apostema es me jor abrirla con una chapa ú hoja de hierro hecha ascua que con un instrumento de hierro frío, y estrujándola para; que salga la materia, se cura después con hilas. Hay taro* bien una enfermedad pestilencial , que consiste en que de repente y en pocos clias se ponen flacas las yeguas, y en seguida se mueren: lo cual cuando sucede, es bueno echar lecada una por las narices cuatro sextarios de garó, si son de menos alzada, pues si son de mucha, se les echará hasta un congio. Este remedio les hace echar toda la pitui ta por las narices , y purga enteramente estos animales. LIBRO SEXTO a7i

CAPITULO XXXV. Del furor de las yeguas y sus remedios. Es rarala verdad , pero conocida esta rabia de las yeguas, que consiste en que cuando han visto su figura en el agua, se apodera de ellas una pasión vana, que les hace olvidar Ja comida,) y morir consumidas por ella. Las señales de es ta locura son cuando andan dando carreras de una parte á otra por medio de las dehesas, como si las hubieran exci tado, y mirando de tiempo en tiempo hacia todas partes, de manera que parece buscardesear alguna cosa. Este error de su imaginación se les disipa si las llevas al agua: pues,' como ven su deformidad, se les borra la memoria de su antigua figura. Lo que hemos dicho basta con res pectolas yeguas en general. Ahora daremos preceptos particulares para los que quieren dedicarsetener pia ras de millas. « "

CAPITULO XXXVI. De las muías. Para la cria de muías lo mas principal de todo es exami nar y escoger con cuidado los padres de ta futura prole, así el macho, como la hembra, pues si uno de los dos no es idóneo, es defectuosa la cria que producen ambos. Con viene escoger la yegua en los diez años primeros de su edad, pues hasta cumplirlos, tiene una forma muy grande y hermosa, de miembros fuertes y mucho aguante para la incomodidad,fin de que pueda recibir con facilidad una especie extrangera, que se vá, por decirlo así,injertar en ella,llevar en su vientre un feto que no concuerda con su naturaleza, para comunicarle no solamente la bondad de su cuerpo, sino las cualidades de su instinto. Porque al paso que se anima el referido feto con dificultad en el útero de la yegua, después de concebido echa mucho tiempo en adquirir el grado de perfección necesaria para salir al mundo, pues apenas nace cumplido un año al dé *7a COLUMELA.I cimotercío mes y tiene mas de la flojedad de] padre que del vigor de la madre., Pero, sin embargo, con cuanto me nor cuidado se encuentran yeguas para dichos usos, tanto mayor es el trabajo para escoger machó, porque muchas veces la experiencia deja burlado el juicio del que lo aprueba. Pues muchos garañones , admirables en la apariencia, producen unas crias muy malas en cuantosu figura, 6 en cuanto al sexo , porque bien procreen hembras de poca alzada,,, bien porque aunque la tengan hermosa, dan mas machos que hembras, con cualquiera de estas dos cosas dis¿ minuyeu la utilidad al padre de familia. Mas algunos des* preciablesla vista son fecundos en crias de mucho valor. Algunos tal cual vez transmiten su generosidadsus hijos, pero debilitados por el placer, rarísimas veces se excitan al amor. A semejante garañón deben los que cuidan de esto arrimarle hembra de su misma especie, porque la natura leza ha hecho mas familiares entre sílos que son seme jantes. Pues con esto se consigue que, encendido, por de* cirio así , y obcecado con la pasión de la que se le ha pre sentado, y aun ser le ha atraído, dejándoje que la monte, quitándole ésta, sé arroje sobre la yegua que había des deñado.


CAPITULO XXXVII. .
Que se madere el furor del garañón., y, modo que hay de hacerlo; precauciones que se han de tomar-para es' ta monta; y del mulo romo. ., /i.n: e:.'.i u Hay otra especie de" garañones furiosos en su pasión , y que , si no se contienen con destreza , causan perjuicio á la piara. Pues el que es de esta suerte , rompe muchas ve ces las cadenascordeles conque está atado, e inquieta las yeguas preñadas, y cuando cubre las otras les tira bo cados en las cervices y en las espaldas. Lo cual , para que no lo haga , atándolo por un ratouna atahona , modera con el trabajo la vehemencia de su pasión , y cubre la ye-f gua cuando ya está maS1 calmada aquella. Y sin embargo no se le ha de echar de otra manera aquel cuyas pasiones son meuos exaltadas, porque es muy importante que el LIBRO SEXTO a73 natural de este animal, de suyo dormido, se sacuda y ex cite con un ejercicio moderado, y que el macho no cubra á Jas hembras hasta que, habiéndose hecho mas vivo, co muniquesu producción por medio de una fuerza oculta principios mas ágiles para su formación. Pero la ínula no solo se engendra por un asno y una yegua, sino también por una burra y un caballo , y por un asno silvestre y una yegua. Mas algunos autores , que no se deben pasar en si lencio , como Marco Varron 1 , y antes de él Dionisio 2 y Magon han dicho que las crias de las muías pasaban en loa países de África por una cosa tan poco prodigiosa, que es tán tan familiarizados los habitantes con los partos de ellas, como nosotros con los de las yeguas. Y sin embargo, no hay en esta casta de animales otro mejor, así en cuanto á u natural, como por lo respectivo al cuerpo, que el pro creado por el asno: aunque puede compararse algún tan-' toéste el que proviene de un asno silvestre ,no ser que sea indómito y rebeldela sujeción, según la costumbre de los animales que no están domesticados, y que haya salido 6 la figura macilenta de su padre. Y así un asno de esta clase es mas útil para dar nietos, que para dar hijos. Pues cuando se echauna yegua un garañón , hijo de una burra y de un asno silvestre, quebrantado gradualmente el natural silvestre, saca la cria que resulta de esta unión la figura y moderación del padre , y la fortaleza y agilidad del abuelo, Los mulos procreados por un caballo y una bur ra , aunque turnan de su padre el nombre, pues se llaman en latin hinni 3 , se parecen mas en todosu madre. Y así es muy -conveniente destinarla cria de muías un as no cuya especie habrá dadoconocer la experiencia ser mas bien formado. Sin embargo, no se debe aprobar por el aspecto, sino el que tenga el cuerpo muy grande, la cerviz fuerte, los costados robustos y anchos, el pecho mus culoso y extendido , los muslos nerviosos , las piernas com pactas, el color negropiel de rata:, pues el rucio,pe sar de ser común en el asno, no prueba muy bien en la muía. Y no nos dejemos engañar por el con junto de la fi gura de este animal, si la vemos tal como es de nuestra aprobación , porque así como las manchas que se hallan ea a74 COLUMELA. las lenguasen los paladares de los carneros , se encuen tran comunmente en los vellones de los corderos, del mis ino modo , si el asno tiene en las pestañasen las orejas pelos de otro color que el de lo restante de su cuerpo, saca también con frecuencia crias de color diferente del suyo, y que el mismo color, aunque se haya examinado en el garañón con la mayor prolijidad por el amo, lo engaña sin embargo muchas veces; pues en algunas ocasiones, aun sin las antedichas señales, engendra muías que rto se le pare cen lo que no pienso sea motivado dé otra cosa que de ha ber dé resucitarse en los nietos él color de su abuelo, por la mezcla de los principios generativos del padre. Por coneiguiente , desde que un rucho, tal como yo lo he delinea do, acaba de nacer, conviene que se le quitesu madre» y se apliqueuna yegua sin que ésta lo conozca. Es muy fácil eiigañarla en las tinieblas , pués quitándole su hijo en un sitio oscuro , criará al rucho como si lo hubiera parido, y desde que se ha acostumbradoél por espacio de diez días, en lo sucesivo siempre que quiera mamar leda la fétá." Criado -el garañón fie esta manera aprendeamar las yeguas. Algunas vécés también , aunque se haya criado Con la leche de su madre , puede apetecer tener comercio con aquellas, si ha estado desde pequeño con ellas. Pero no convierte que las cubra antes que tenga tres años, y si es to se le concede, será del casó que 6ea en primavera, co mo que se lia de foWrficatf , y aun engordar con forrage ver de,' que se lé cortarátrozos, y con cebada en abundan cia. Y sin embargo, no se echaráyegua nueva ; pues, sí ésta no ha sido cubierta-antes por macho de su esi>ecie, echa de sícoces al garañón al irla6altar, y la ofensa que ha recibido de ella , le hace concebir aversión aun á las demás yeguas. Para que esto no suceda; se arrimala yegua un burro degenerado y común, que solicite sus favo res; y 6¡n embargo no se deja que la cubra: pero fi ella está dispuestarecibirlo gustosa, separando ininedi llámen te el mas ordinario , se le echa el garañón fie ia?a supe rior; Hay un sitio dispuesto para este efecto ( las gentes del Campo le llaman maquina 4), el clial tienp dos paredes le vantadas en uu repecho, ytan corta distancia uua de LIBRO SEXTO a75 otra, que la hembra no se puede resistir, ni hurtar el cuerpo al garañón que la vacubrir : hay entrada por ambas partes, pero la de la inferior la cierran rejas de hierro,la» cuales atan Ja yegua, poniéndole una cabezada, de suerte que esté en lo mas bajo del repecho, para que estando in clinada acia adelante, reciba mejor [al garañón , y en atenciónser mas pequeño que ella , le proporcione subir «obre sus espaldas con mas facilidad desde un sitio eleva do. Luego que la yegua haya parido lo que concibió del asno , lo cria , estando vacía, por todo el año siguiente : pues esto es mas útil que lo que hacen algunos , que aunla recien parida le echan el caballo. Así que la muía tiene un año, será bueno apartarla de su madre, y después de ha berla apartado llevarlapacermontañasparages incul tos ,fin de que se le endurezcan los cascos , y después sea á propósito para caminatas largas; pues para albarda es me jor el mulo. Aquellala verdad es mas ágil ; pero uno y otro sexo anda bien al camino, y rompe cómodamen te la tierra,no ser que el precio de este cuadrúpedo sea gravoso al labrador,el campo, por lo pesado de la tierra, exija Jas fuerzas de los bueyes. . . . v t

CAPITULO XXXVIII. De las enfermedades de este ganado y de sus remedios, y cómo se han de aplicar. Ya he manifestado la mayor parte de los remedios que convienenéste ganado al tratar de las otras especies: sin embargo, no omitiré algunas enfermedades que le son pro pias , cuyos remedios voyescribir. Cuando una mulá tie ne calentura se le da col cruda. A la que tiene huérfago, se sangra y se le echa como una hemina de zumo de marrubio , mezclado conj un sextario de vino, y media onza de aceite de incienso. A la que tiene esparavanes se le pone ha rina de cebada, después se le abre la apostema con hierro, y se cura con hilas,se le echa por la nariz izquierda un sextario de garó superior, mezclado con una libra de aceite, y se añadeneste medicamento las claras de trescuatro $* a76 COLUMELA. huevos, separando las yemas: se suele abrirla los muslos, y alguna vez aplicarles fuego. Si la sangre se les bajalos pies se les extrae lo mismo quelos caballos,si hay la yer ba que llama la gente del campo veratro 1 , se les da en lu gar de forrage. Hay otra llamada hyosciamo 1 ,cuya semilla, molida y dada con vino , cura dicha enfermedad, La fal to de carnes y la languidez se remedia dando muchas ve ces una bebida compuesta de azufre molido, un huevo crudo, y Una dragma de mirra molida. Estas tres cosas se mezclan con vino, y después se le echan en las fauces. Y estos mismos remedios curan igualmente la tós y los do lores de vientre. Para la falta de carnes nada es tan eficaz como la alfalfa. Esta yerba verde , pero cuando ya no tarda rá en secarse, dada en lugar de heno, engorda las bestias; pero se les ha de dar con moderación , no sea que se so foquen con la mucha sangre que cria. Cuando una muía está cansada y acalorada, se le echa grasa en las fauces, y vino puro en la boca. Las demás cosas , con respectolas Inulas , se harán como hemos manifestado en los primeros capítulos de este volumen , que contienen el modo de cui dar los bueyes y las yeguas. LIBRO SEXTO NOTAS AL LIBRO SEXTO./ í -./I. Notas ax prefacio. 1. De juvo que significa ayudar. 2. Seguramente le fue molestoPlínjo, que habiendo re ferido en el lib. 18, cap. V, las dos primeras preguntas y ^nr respuestas, calla la tercera, sin embargo de ser muy amante de las hipérboles. Pero no fue molestoCicerón, que en el libro 2. cap. 25 De Officiii refiere la tercera y añade la cuarta que es arar la tierra. 3. Lib. 2, cap. Tf de su obra de las cosas del campo. 4. Fue costumbre entre los antiguos cuando querían fondar una ciudad, uncir un buey y una vacaun arado y con él ir trazando el sitio en que ¡a habían de edificar : iban ce ñidos al modo de los Gabinos, y llevaban el arado con la man cara ladeada, para que los terrones cayesen al lado de adentro, y trazaban un surco todo al rededor del terreno que había de ocupar la ciudad, para levantar allí las murallas, levantando el arado en el lugar donde se habían de poner las puertas.
CAPITULO II. X. En el cap. 138 de Catón y en el 22 lib. 2 de nuestro autor, se dice que en los días de fiesta se permite uncir los bue yes solamente para ciertos trabajos que allí se refieren y. no para otros algunos. . 'j i. Y;., " Sí ,n ,j. J| ,-i¿ En él cap. 2 , del lib. 2. Este primer volúmen contie ne los dos primeros libros. Nota ai

CAPITULO V-\ x. En castellano pulmonaria. . A .:j oír:-* ,\ t' " . 'v..\t'. ' " [ í'o'j" :up*. 0;ij; . 3u ;:!'jO« M.p ¡}[ .¿> Notas al

CAPITULO VL;' ¡j -a Nueve onzas. ' 2. El papiro es una planta conocida en Egypto, que ha servido para varios usos, y entre otros para ligaduras; como se .« en la sátira 4.* de Juvenal, y en la oda 4.a de Anacreonte. . " ' ; Nota s al cXMtbIo VlIIi' -" 1. En castellano ránula. "" 2. En el original .dice allecula, que significa un pez muy s3 »78 .. pequeño; y como es diminutivo de hallec , que significa tam bién esta salsa, por eso lo he vertido así. Notas ai

CAPITULO IX. 1. La misma salsa. 2. Bebidamedicamento que usaban administrar los albeytares á los animales enfermos , llamado tal vez así porque les excitaba la salivación. ^ ., v „,.... ,, .. Nota ai

CAPITULO XII. I. CentinóJia,polígono avicular. Nota al

CAPITULO XIII. X. De corium , que significa pellejo. Nota al

CAPITULO XIV. Solo Columela nombra esta yerba. Sus anotadoves em plean mucha erudición para averiguar qué nombre tiene en el dia , pero no se ha averiguado. Notas al

CAPITULO XV. I. Bardanalampazo. ' NEn castellano lechetrezna. « ' •) Notas .
CAPITULO XXVII.. 1. Virg. Georg. lib. a. v. 266 y siguientes. 2. Este Glauco, hijo de Sisipho, rey de Potnia, fue devo rado según unos por las yeguas que mantenía con carne hu mana; según otros fue hecho pedazos por las yeguas que ti» raban de; su carro, en castigo del desprecio que había mani festado por los sacrificios de Venus. -Viento que sopla por el punto cardinal del horizonte, por la parte del occidente. 4. £1 que sopla entre el oriente y el mediodía, que se lla ma Sudeste. . ." j. Viento del Norte. .;.'.'.:> ..... .: 6. El que sopla de entre el septentrión y el occidente, que es elNoroestcl r.~ ( . »*t : ': " :> .* " 7. Viento de MediodíaSur. 'A t '8. PJinio en el lib. 4, cap. 22 confirma éste hecho; pero no debe dejar de tenerse por una fábula que dehe verosímil mente su origen tantola fecundidad de las yeguas de éste pais, comosu excesiva ligereza, que habrá dado lugar sin dudala cóstiímbre^de
CAPITULO XXVIII. r» Este pasage se cita en varios autores, como de Afri cano ; sin embargo Paladio lo atribuye tambiénDemócrito. Aunque la ridiculezade esta opinión sea evidente, no sería fá cil quitársela de la cabezamuchas mugeres , y aunciertos hombres. Nota ai

CAPITULO XXXIV. i. Neguilla , yerba muy común en los sembrados. Notas al capituxo XXXVII. 1. En el lib. 2.0 cap. i." de las cosas del campo. 2. Este es Casio Dionisio de Ütica, que tradujo al griego la obra de Magon. 3. De hinnitus que es el relincho del caballo. 4. Máquina en latin y en castellano, significa todo lo que puede servir para aumentar las fuerzas motrices. Notas al

CAPITULO XXXVIII. 1. Vedegambre,eléboro. 2. Beleño. 3. Aunque en el prefacio de esta traducción me he empe ñado , siguiendo la opinión de Saboureux, en persuadir que Columela no es el autor de la división de su obra por capítu los, como la tenemos en el día ; sin embargo y por este pasage parece que sus libros estaban divididos en muchas partes, que asi llama el autorlo que yo, conformándome con el modo vulgar de hablar adoptado por los editores , llamo capítulos. LUCIO JUNIO MODEKATO COLUMELA. De las cosas del campo. LIBRO SEPTIMO. .1 1VV.XY. n t-r i i\ ' Del, ganado menor.

CAPITULO I. Del borrico. IT'T,, " Habiendo de tratar del ganado menor, Publio Silvíno, fendrá el primer lugar el asnillo menor de Arcadia: este ani mal yil y común que quieren los mas de los autores de las cosas del campo que cuando se trata de comprar y mante ner bestias de carga, sea el que principalmente se procure adquirir; y no sin razón. Porque se puede mantener, aun que sea en un campo que carezca de pastos, pues se con tenta con poco forrage y con cualquiera que seá: como que se alimenta con hojas de árbolcon matas espinosas , con ramas de saucecon un haz de sarmientos. Pero con la pa ja que abunda en casi todos los países aun se pone gordo. Aguanta muy bien la desidia de un borriquero atolondrado, y no menos los golpes y la escasez; por lo cual tarda mas en perder las fuerzas que cualquiera otro animal, pues co mo resiste sobre manera el trabajo y el hambre , rara vez le acometenlasenfermedades.Esteanima),cuyomantenimiento esdetanpococosto,seempleaenmuchísimostrabajosymuy precisos,' mayores de lo que correspondesu valor, pues no solorompeconaradosligerosla tierrafranca,comoeslade la Bética y la de toda la Lybia, sino que tira de los carros en no teniendo demasiado peso. Muchas veces también , como dice el mas célebre de los poetas (virgaioOsono. ia>. i.t. a73) el conductor de un borriquillo pesado lo carga de frutas os LIBRO SEPTIMO a8i diñarías, y al volver de la ciudad trae una piedra de moli« no picada sobre él ,una carga de pez negra. Pero el tra bajo casi ordinario de este animal es hacer dar vueltaslas piedras referidas y moler trigo. Por lo cual toda hacienda de campo ha menester el borrico, como el instrumento mas necesario, el cual puede llevar cómodamentela ciudad y retornar de ella , como he dicho , en el cuelloen la es palda las mas de las cosas que sirven para nuestro uso. Pe ro cuál sea la especie mas apreciable, y cuál el mejor modo de cuidar estos animales, se ha explicado suficientemente en el libro anterior1 cuando se dieron preceptos en ordenlos de raza superior. > ••!:.-...'< . . ' i.. . : ••> ' " "' '

CAPITULO Ií. De las ovejas y de sus diferentes castas. Después de los cuadrúpedos mayores tienen el segundo lu gar las ovejas , qúe tendrían el primero con respectola*ufili- dad tan grande que se saca de ellas. Pues este ganado es el que nos defiende principalmente del frió, y nos provee de los ves tidos mas decentes para cubrir nuestros cuerpos. Ademas de que no solo hartanlos campesinos con la abundancia de le che y queso , sino también adornan las mesas de las personas de gusto con agradables y copiosos manjares. Yalgunas naciones que les falta el trigo les sirven de único alimento, por lo cual la mayor parte de los Nómades y Getas se llaman galactopotasbebedores de leche. En fin este ganado, aun que es delicadísimo, como dice muy sabiamente Celso, es de una salud muy segura y no padece enfermedad pestilencial. Sin embargo se ha de escoger acomodadola naturaleza del pais: lo cual previene Virgilio (Gioho. ia>. a. t. 89) , que se observe siempre, no solamente en ordeneste ganado, sino con respectotodas las partes de la agricultura, cuando dice: "Pero ni todas las tierras pueden llevar todas las cosas." Los terrenos pingües y llanos mantienen ovejas grandes : el endeble y de colinas las cuadradas, el inculto y montuoso las pequeñas : el ganado que se cubre con pieles se apacien ta con muchísima comodidad en los prados y en los barbe a8a COLUMELA. cbos que están en llanos. Y este ganado no solo es de muy diferentes castas, sino de muy diferentes colores. Nuestros ma yores tenían por de una casta sobresaliente las ovejas de Mileto, las de Calabria y las de Apulia, y por las mejores de estas las de Tarento. Ahora pasan por mas excelentes las de Ja Galia, y entre ellas principalmente las de Altino, y también Jas que pastan en los campos de Macra, cerca de Parma y Mó» dena. En cuanto al color no solo es el mejor el blanco, sino también el mas útil : pues con él se tienen muchísimos co lores , y este color no se puede tener por medio de otro. Son también de un precio recomendable por su naturaleza, el color obscuro y negruzco, los que dan en Italia Polen- cia, y en la Bética Córdoba. También los de Asia rojos, que llaman erythreos. Pero la experiencia ha enseñado á sacar otras variedades en esta clase de ganado : pues como 6e hubiesen traido de los países de Africa vecinos al muni cipio de Cádiz, entre otros animales feroces, carneros silves tres y montaraces de un color admirablelos empresarios de espectáculos, Marco Columela mi tio paterno, varón de agudo ingenio y célebre labrador, habiendo comprado algunos, los enviósus haciendas, y después de haberlos amansado los echóovejas cubiertas. Al principio parieron corderos burdos, pero del color de los padres, y estos mis mos, echados despuésovejas de Tarento, procrearon carne ros de vellón mas fino. Después de lo cual todo lo que pro vino de estos sacó la suavidad de la lana de las madres y el color de la de los padres y abuelos. De este modo decía Co lumela que la especie de un animal silvestre fuese como fuese volvíareproducirse en sus nietos, mitigado por grados su natural silvestre. Volveré al asunto. Hay pues dos especies de ovejas, finas y burdas. Pero aunque hay muchas cosas qne conviene observar con respectoánibas y son comunes á una y otra, ya en la compra y ya en la manutención de ellas, hay algunas peculiares de la especie mejor. Si lo que mas agrada es la blancura de la lana, siempre escogerás los moruecos mas blancos, porque muchas veces un carnero que lo es tiene un hijo de color obocuro, pero de uno de este colorrojo, nunca se produce uno blanco. LIBRO SEPTIMO a83

CAPITULO IIIT. Be la elección de moruecos , de la edad que han de te ner éstos y las ovejas que lian de cubrir, y del cuidado que exigen. Y así no solo es motivo para aprobar un morueco el que su vellón sea blanco, sino también el que el paladar y la lengua sean del mi«mo color de la lana: pues cuando éstas pai tes del cuerpo sonnegrasmanchadas, nacen también los corderos obscuros y pintados, y esto lo ha explicado grandemente entre otras cosas el mismo poeta que cité arri ba iv¡rg. Gkoro. i¡b. 3. r 38-j) por estas palabras : "Pero por mas blanco que sea un carnero, si tiene en su húmedo paladar una lengua negra, deséchalo, no sea que obscurezca con manchas negruzcas los vellones de sus hijos". Lo mismo se ha de observar en los carneros rojos y en los negros, en los cuales el paladar y la lengua deben ser igualmente (como he dicho ya) del mismo color de la lana, y mucho menos ha de ser manchado el todo de la piel: por lo cual no con» -viene comprar las ovejas sino cuando están sin esquilar, para que se manifieste mejor la unidad del color, que, si no es muy completa en los'carneros, las manchas del pa dre las sacan por lo común los hijos. La figura que mas se apcueba en un carnero es cuando es alto y largo, tiene el vientre descolgado y cubierto de lana, la cola muy lar ga, el vellón espeso, la fíente ancha, las criadillas gruesas, los cuernos retorcidos, no porque en teniéndolos sea mas Útil, pues es mejor el carnero mocho, sino [jorque hacen mucho menos daño los cuernos retorcidos que los levantados y abiertos. Sin embargo en algunos países en que el clima es húmedo y airoso, escogeremos los machos de cabrío y los carneros que tengan cuernos aunque sean muy grandes, porque siendo extendidos y altos defienden de la tempestad la mayor parte de la cabeza. Y así si el invierno es común* mente muy rigoroso, escogeremos esta casta de cuernos grandes: si es m«t3 benigno, aprobaremos un morueco mo cho; pues en el que tiene cuernos hay el inconveniente de a34 COLUMELA. que como se siente armado de cierta especie de dardo natu ral en la cabeza corre frecuentementepelear y se hace mas atrevido con las hembras: pues persigue con la mayor violenciasu rival, aunque él solo no sea suficiente para cubrir el rebaño, y no permite que otro lo haga sino cuan do él está fatigado. Pero el mocho , conociéndose como de sarmado, al paso que no es inclinadopelear, es mas mo derado en los placeres. Y asi los pastores reprimen la vio lencia del machocarnero topador con esta industria: Cla van alambres puntiagudos en una tabla de roble de un pie de largo que le atanlos cuernos con las puntas acia la frente. Esta precaución impide al animal , por mas feroz que sea , que riña con los otros , porque no puede dar una tope tada sin herirsesí mismo con el golpe que da contra las puntas. Pero Epicarmo de Syracusa, que escribió con mu cha exactitud de las medicinas de los animales, asegura que el carnero peleador se aplaca barrenándole los cuernos por la parte de la curvatura mas inmediatalas orejas. La me jor edad de este cuadrúpedo para la generación es la de tres años, y con todo eso no es inhábil hasta los ocho. La ove ja debe cubrirse después de los dos años; pasa por nueva á los cinco, y deja de parir después de los siete. Con que (co mo he dicho) comprarás las ovejas sin esquilar: desecharás la que tenga la lana manchada y la de color obscuro con pelo blanco, porque es color incierto. También desecharás la que sea mayor de tres años , tenga los dientes fuera de la boca y sea estéril. La escogerás de dos años , de cuerpo gran« de , larga de cola, y de lana que esta no sea áspera , que ten ga el vientre cubierto de lana y ancho, porque se ha de evitar el lampiño y pequeño. Y estas cosas son las que se han de observar comunmente poco masmenos en la com pra de las ovejas. Estas se hau de tener también presentes para cuidarlas: los establos hacerlos bajos, pero mas largos que anchos, para que"un mismo tiempo estén calientes en el invierno y las estrechuras no sofoquen las crias. Se expon drán hácia el mediodía, porque este ganado aunque es el mas vestido de todos los animales, es sin embargo el que menos aguanta el frió así como el calor del estío. Por lo cual debe haber delante de la entrada un corral cercado con paredes LIBRO SEPTIMO a8S altas para que pueda salir el ganado con seguridad durante el estío. Y se procurará que no pare humedad alguna en los establos, y que estén siempre cubiertos de heléchos muy se cospaja, para que las paridas tengan camas muy limpias y blandas. Estarán los establos muy aseados, para que la sa lud de las ovejas, que es lo que se debe atender principal mente, no padezca con la humedad. Perotodo ganado se le han de dar pastos abundantes. Pues aunque sea un corto número, si está harto de ellos, rinde massu dueño, que un hato muy grande que sienta escasez. Pero buscarás unas dehesas no solo yerbosas sino libres de espinas, porque pa ra usar de la autoridad del divino poema (Virgilio Gto»o. Ub, 3. ». 384 y 44») muchas veces, si tienes aficiónla lana, en pri* mer lugar huye de los bosques ásperos , no haya bardana mayor , ni abrojos. Porque estas plantas ocasionan sarna á las ovejas, como dice el mismo, cuando después de haber las esquilado se les ha pegado el sudor por no haberse lava do , y las pinchudas espinas han desgarrado sus cuerpos, dis minuyéndoseles también la lana de dia en dia , supuesto que mientras mas le crece al ganado, mas expuesta está á arrancársele de Ja piel, mientras está paciendo, por las zar zas que se agarranella como anzuelos. Pero el ganado fi no 2 pierde también su cubierta con que está resguardado, y ésta no cuesta poco reponerla. Convienen comunmente los autores en que el primer tiempo para echar el morueco á las ovejas, es, si está la oveja temprano en disposición, el de la primavera en las fiestas de Pales; pero si ha parido por aquel tiempo, ácia el mes de julio. Sin embargó el primer tiempo es sin duda mejor, porque así comola recolección de granos sucede la vendimia,esta suceda el parto de las üvejas, y el cordero harto con la yerba de todo el otoño, to me fuerzas antes de la tristeza de los frios, y del ayuno del invierno. Pues el cordero de otoño es mejor que el de pri mavera, y es mas útil que se fortifique antes del solsticio de estío que antes del de invierno; y este es el único de todos los animales que nace cómodamente en este último. Pero si el caso exige que se hayan de procrear muchísimos machos, Aristóteles, varón el mas instruido en las cosas de la natura leza, ordena que en el tiempo de cubrir las ovejas se obser a86 ' COLUMELA. * " ven en los dias secos los vientos del septentrión?fin de ha cer pacer el ganado ácia este viento y se cubran las ovejas mirandoél: pero si son hembras las que se han de producir se deben buscar los vientos del mediodía y hacer cu» brir las ovejas mirando al sitio por donde soplan. Pues lo que hemos enseñado en el libro anterior de que se ligue el testículo derechotambién el izquierdo, en los hatos gran des es engorroso. Cuando el pastor ha de irbuscar pastos á algún parage lejano después de haber parido las ovejas, pues el capataz reserva casi toda la cria para que paste en las in mediaciones del pueblo, entregará al carnicero los cordero* tiernos, antes que hayan gustado la yerba, porqué no solo se llevan con poco gasto, sinj porque destetados se percibe no menor utilidad de la leche de las madres. Sin embargo convendrá dejar crecer algunos en la inmediación de la eiudad, pues el ganado del pais es mucho mas útil que el foras tero, y no se debe dar lugarque el dueño se quede de una vez sin todo el rebaño, por haberse consumido con la vejez: principalmente siendo el primer cuidado de un buen pastor, sustituir todos los años en lugar de las ovejas muertasenfer mas, otras tantasaun mas cabezas; porque muchas veces el rigor de los frids y del invierno engaña al pastor y mata aquéllas ovejas que habia él dejado en el otoño, y persua dido que todavía podian aguantar el invierno no las habia quitado dé enmedio: cuanto mas que también por estas ca sualidades no se completará el número sino con las» criaí nuevas y mas fuertes que rio se encierren en el establo el invierno. Lo cual el que lo luciere tendrá presente no dejar la criala oveja menor de cuatro años, ni*á la que pase de ocho, pues ninguna de estas dos edades es propia para criar. Ademas de que :1o que .s& forma ;de un material viejo, saca la vejez.deisU) Gfigerii'por.lo. cojmuri : pueses estéril .ó débil. £1 parío de Ja^ovejase ha de .asistir no de otra maoexa que lo hacen las corrJadres parteras con las mugeres, pues no pare de otra manera e$t0 animal que como lo hacen las mugeres, y muchas veces también padece tanto mas en el parto, cuanto mas privado está de toda razón : por lo cual el mayoral de este ganado debe estar instruido en la veterinaria, para que si el caso lo exige si está, el feto atravesado en la matriz lo ex LIBRO SEPTIMO »37 traiga entero ópedazos, partiéndolo con un instrumento de hierro sin perjuicio de la madre,lo que llaman los griegos embrosxein. Pero desde que el cordero ha nacido se debe' poner en pie y aplicarlolas tetas de la madre, y ademas abrirle la boca y humedecérsela con leche que se hará sa lir de la madre ordeñándola para que aprendasacar el alimentó de ella: mas antes de hacer esto se ha de extraer un poco de la leche que los pastores llaman calostros, la que si no se hace salir algún tanto, hace mal al cordero: el cual dos dias después de haber nacido se encierra con su madre para que ella lo abrigue y él aprendaconocerla. Después, mientras no retoza, se guardará en un encierro obscuro y caliente: y cuaudo ya retoce, convendrá que se le encierre en un aprisco formado coh varetas junto con lo6 de suedad, no sea que con los demasiados brincos y saltos pueriles, por decirlo así, se ponga flaco: y se ha de procurar que el mas delicado se separe de los mas fuertes, porque el robus to fatiga al endeble. Y es bastante que por la mañana, an tes que el rebaño ealgapacer, después tambiénla en trada de la noche, cuando vuelvan las ovejas hartas, se junten con ellas los corderos:los cuales, así que empiecen á 'tomar fuerzas, se les ha de echar dentro del establo cítiso ó alfalfa y también salvado,si el precio de los granos lo permite, harina de cebadade yeros; después de lo cual luego que hayan tomado toda su robustez, se arrimarán las madreslos prados ólos barbechos contiguosla casa de Campo, y los corderos se harán salir de su encierro para que aprendanpacer fuera. En cuanto al género de forrage que les conviene, tendremos presente (como hemos di cho antes, y acordándonos ahora de lo que hemos omitido) que las yerbas mas agradables son las que nacen en los campos labiados con el arado: en seguida las que se crian en los campos que carecen de humedad , y que las de las lagunas y bosques pa«an por las menos convenientes: y sin embargo uiugunns forragesni aun pastos hay tan gratos que á Ij larga no dejen de disgustarlas ovejas, si no ocurresu fastidio el pastor dándoles sal, la cual puesta en dornajos de madera, como para condimento. del .torrage. la lamen las ovejas cuaudo vuelven de pastar, y sen su sabor se les »88 COLUMELA. abre la gana de beber y pacer. Y por el contrario se socor re la escasez del invierno echándoles de comer en los pe sebres debajo de techado: se alimentan muy bien con ho jas de olmode fresno que se habrán guardado,con he no de otoño que se llama cordo: pues este es mas tierno, y por lo mismo mas agradable que el que se ha cogidosu tiempo. También se mantienen muy bien con cítiso y veza cultivada. Sin embargo cuando las demás cosas faltarán es menester paja aunque sea de legumbres : pues la cebada so lael haba molida con sus vainasla gulga son mas cos tosas que para poderlas dar en las inmediaciones del pueblo por poco dinero; pero si su precio equitativo lo permite son sin duda muy buenas. En cuantolos tiempos de apa centar el ganado y de llevarlo al agua , no soy de distinto sentir que Virgilio (Georo. iüj. 3. r. 324). cuando dice: "Cuando aparece el lucero de la mañana4 , cuando apunta el dia, cuando las yerbas blanquean con la helada , llevemos el ga nadopacer en los campos frios, pues el rocío le es muy agradable en la yerba tierna." En seguida luego que la ho ra cuarta del dia les hará sentir la sed, lo conduciremoslo» pozos ólos estanques profundos , y al mediodía (como di ce el mismo) al valle, si en alguna parte de él una grande y antigua encina consagradaJúpiter extiende sus largas ramas,si hay algún bosque sagrado, inaccesiblelos rayos del sol por su espesura y multitud de acebos. Después, mi tigado ya el calor, los llevaremos otra vez al agua ypa cer, cuando se pone el sol y el fresco lucero de la noche templa los aires, y la luna trayendo el rocío da nuevo vi gorlos bosques. Pero se ha de observar en el estío mien tras aparece la Canícula, que antes del mediodia se conduz ca el ganado con la cabeza mirando ácia el poniente, y después de mediodia ácia levante: como que es muy im portante que las cabezas de los animales que pacen no es tén caracara con el sol , que por lo común les es perjudi cial al nacer dicha constelación. El invierno y la primave ra se tendrán encerradas en el aprisco por las mañanas has», ta que el sol quite la heladalos campos, porque la yer ba que está cubierta de ella ocasiona catarro al ganado, y. le alarga el vientre: por lo cual también en los tiempos LIBRO SEPTIMO. a89 fríosyhúmedosdelañono9e lehadedejarbebermasde una vez al día. Ademas de esto el que va con el rebaño ha de ser muy cauto y vigilante (lo que se previenetodos los que guardan toda especie de ganados ), y lo ha de gobernar conmuchablandura:massemejanteáconductorque ádue ño; y para reunirías y recoger las ovejas las amenazará con la voz y el cayado; y jamas les ha de tirar dardo: ni se reti rará muy lejos de ellas: ni se recueste ni se siente, pues si noandadebeestarenpie :porquelaobligacióndeunguar da de ganado , es tener los ojos colocados , por decirlo así, sobre una atalaya muy alta y elevada, para no permitir que las mas pesadas y las preñadas deteniéndose, y las ágiles y paridas corriendo, se separen de las demás: no sea que al gún ladrónalguna fiera engañe al pastor que se descuide. Pero estos preceptos son generalescasi toda especie do ovejas. Ahora diremos los que son propios de las de raza su perior.

CAPITULO IV. . , . ¡ De las ovejas cubiertas. El ganado griego, que comunmente se llama tarentino, apenas conviene tenerlo, sino cuando el amo está presente: pues necesita mas cuidado y mas alimento que los demás. Porque si todo el ganado lanar es mas delicado que los otros ganados, entre los de esta especie ninguno bay que lo sea tanto como el deTarento, que no aguanta descuido alguno, y mezquindad mucho menos de parte del amo ni de la de los mayorales, 'ni puede tolerar el calor ni el frió. Comun mente se mantiene en la casa, y rara vez fuera, y es muy ansioso de comida : por lo que si se le sisa por fraude del capataz se sigue la destrucción del rebaño. Cada cabeza se mantiene bien al pesebre en el invierno con tres sextarios de cebadacuatro de habas molidas con sus vainas,de gálgana, con tal que ademas se le dé hoja de árbol seca, al* faifa secaverde,cítiso, y también siete libras de heno de otoño,paja de legumbres en abundancia. En este ga nado es muy pequeña la utilidad que se puede sacar de la venta de los corderos, y de la leche ninguna, porque ios t que no se han de conservar; se mataft p0f loitfomu'niá muy pocos días de haber nacido, sin aguardarque estén for mados, y las madres que han quedado sin hijos dan de mamarlos ágenos, puescada cordero señalan dos ove jas que lo crien ; y no conviene privarlos de la mas peque ña parte de la leche , para que estando mas saciados de ella, se fortifiquen prontamente , y la que los lia parido , asociada con la nodriza, tenga menos trabajo en. criar su hijo. Por¡ cuyo motivo se han de observar con el mayor cuidado^ aplicar todos los dias los corderoslas tetas de las madres, ylas extrañas que no les tienen cariño; Mas en semejantes rebaños conviene criar mas machos ¿jue en ItoSde lana bur da: pues castrados estos antes que' puedan cubrir las hera-i bras, asi que han cumplido los dos. años, se matan, y su» pieles por la hermosura de su lana se vendenlos comer ciantesmayor precio que otros vellones. Pero teugamos presente que la oveja griega se apaciente en campiñas rasas limpias de todo arbusto y zarza, nc-sea que, como dije arri ba, se arranque la lária y ta cubierta. Y sin embargo ella no quiere el cuidado menos diligente que se tiene fuera, porque no salga todos los diaspacer , sino el mayor que se tiene dentro de la casa de campo: pues se ha de descubrir y refrescar masmenudo: se ha de abrir su lana y regar con aceite y vino mas veces: alguna vez se ha de lavar entera mente si el buen temple del dia lo permite, y esto es bas tante que se haga tres veces al año; pero los establos se han de barrer y limpiar frecuentemente, y se ha de dar salida á toda la humedad que ocasiona la orina, la cual se seca con muchísima comodidad horadando las tablas con que se entariman para que el rebaño se eche sobre ellas. Y no so lamente se han de libertar los establos del cienodel es tiércol, sino también de las serpientes venenosas: lo cual para que se haga ( Virgilio Gborg.ui». 3.». 414.) habitúatequemar en los establos el oloroso cedro , yahuyentar con el olor del galbano las venenosas serpientes. Muchas veces la víbo» ra peligrosa para tocarse ha estado oculta bajo de los pese bres que están fijos;, y llena de terror ha huido de la luz: ó la culebra acostumbradaestar debajo de techado. Por lo cnal, según el mismo ordena , toma piedras en la mano , ps LIBRO SEPTIMO. a9i tor; toma el cayado y echa fuera este reptil que te amenaza y que infla bu cuello dando silbidos. Y para que no sea pre ciso hacer esto con peligro, quema muchas veces cabellos de mugerasta de ciervo: cuyo olor sobre todo no deja parar en los establos semejante peste. Para el esquilo no se puede fijar un tiempo cierto, y que sea el mismo en todos los paises, porque el estío no es en todos tardío , ni en todos tem prano: y asi lo mejor es examinar los tiempos en que la ove ja, si le quitares la lana, no sienta el frió , ni el calor si to davía no la hubieres esquilado. Pero cuando quiera que se esquilare se debe untar con la composición siguiente: Se mezclan partes iguales de caldo de altramuces cocidos , he ces de vino añejo y alpechín , y con esta mezcla se rocía ; y cuando su piel, que se frotará bien con ella por espacio de tres dias , la hubiere embebido , el dia que baga cuatro si el mar está cerca se llevala orilla y se mete dentro : si no lo está , se echará sal en agua llovediza que se dejará al raso hasta que se impregne bien de ella, y con ella se lava bien el rebaño. Curado de esta manera el ganado , afirma Celso que no puede tener sarna en aquel año ; y no hay duda que también por este motivo la lana que les vuelvenacer es mas fina y mas larga. '. -<

CAPITULO V. r J)e las enfermedades del ganado lanar y de sus remedios. Después de haber referido el cuidado y atención que exi« gen las ovejas que están sanas, ahora vamosprescribir el modo con que se han de curar las que tienen defectos ó adolecen de enfermedades, aunque esta parte del libro está ya casi apurada toda, cuando tratamos en el anterior del modo de curar el ganado mayor : porque como la naturale za de los cuerpos es casi la misma en los ganados menores que en los mayores , las diferencias que se pueden encon trar en las enfermedades y en los remedios, son pequeñas; sin embargo por mas pequeñas que sea omitiremos. Si se pone malo todo el rebaño, es (conformelo que hemos prevenido antes, y ahc tx soa / COLUMELA. r I naos, porque creemos ser sumamente saludable ) mudarlos pastos y los aguaderos de todo el pais, y buscar otro clima; procurando, si la enfermedad atacó al ganado por motivo del calor y del ardor del sol, escoger campos sombríos, y si ha sido ocasionada por el frió, buscarlos abrigados: pero con vendrá conducir el ganadoun paso regular y sin prisa, para que su debilidad no se agrave con la fatiga de un ca mino largo; aunque no acomodará llevarlo absolutamente con desidia y lentitud, porque así como no es conducente sacar mucho de pa6o las ovejas fatigadas con el mal, así también es útil ejercitarlas moderadamente, despertarlas (por decirlo así) de su letargo, y rio dejar que desfallezcan y perezcan en su adormecimiento. En seguida luego que el rebaño haya llegadosu destino se distribuirálos colonos en pequeñas manadas, pues dividido en esta forma conva lece mas fácilmente,porque el vapor de la misma enfer medad es menor en un número corto de cabezas,porque se tiene con mas facilidad mayor cuidado con los menos. Estas cosas pues , y las demás que hemos especificado en el libro anterior (para no repetir ahora las mismas) son las que debemos observar si todas las ovejas están generalmen te enfermas; pero si lo estuviere una ú otra haremos lo si guiente. Las ovejas se inficionan de sarna con mas frecuen cia que algún otro animal: la cual les acomete, como dice nuestro poeta (v¡rgii¡0, geobc, i¡b. 3. t. 440 cuando una lluvia fría, ó en el crudo invierno la helada blanca, las ha penetrado mas profundamente en lo vivo:si después del esquilo no les aplicas dicho remedio , si no les lavas en el maren un rio el sudor del estío, si dejas que el rebaño después de esquilado se hiera con las zarzas silvestreslos espinos, si te sirves para ellas de un establo donde ha habido muías, caballosborricos: pero 6ohre todo la escasez de comida hace que las ovejas se pongan flacas, y de estarlo se origina la sama. Se conoce que ha empezadoentrarestos ani males la enfermedad , si se rascan con los dientes la parte en que la tienen , si se dan en ella con el cuernocon el pie,si la refriegan con un árbol,si se la frotan contra las paredes : lo cual así que veas que alguna lo hace , con viene que la agarres y le abras la lana: pues debajo está el LIBRO SEPTIMO " 2q3 cutis áspero , y en él haymodo de postillas :cuyo mal se ha de poner remedio inmediatamente, no sea que contagie todo el rebaño; lo quela verdad sucederá pronto, porque otros ganados se infestan por el contagio; pero principal mente las ovejas. Son muchos los remedios que hay, los cuales vamosreferir, no por que sea preciso servirse de todos, sino porque como hay paises donde no se encuen tran algunos , con uno ú otro de entre estos muchos que se hallen se puede curar. En primer lugar es útil la composi ción que hemos dadoconocer poco antes, si mezclasla hez de vino, al alpechin y al cocimiento de altramuces igual porción de eléboro blanco molido: puede también quitar la sarna el zumo de cicuta verde : la cual cortada en primave ra cuando ha entallecido ya y no ha echado todavía semilla, se muele, y el zumo que se exprime de ella se guarda en una vasija de barro echandodos urnas de él medio modio de sal tostada : luego que se ha hecho esto se tapa la vasija y se entierra en el estercolero, y después de cocido por espa cio de un año entero con el calor del estiércol, se saca, y se unta la parte enferma con el medicamento tibio, ha biéndola frotado antes con un ladrillo sin rasparcon pie dra pómez hasta lo vivo. También es remedio para la mis ma enfermedad el alpechin cocido hasta que embeba dos terceras partes: asimismo orina de hombre añeja en que se haya metido un tiesto hecho ascua. Algunas personas sin embargo ponen esta misma orina al fuego hasta que dis minuya la quinta parte, y le mezclan igual porción de zu mo de cicuta verde: en seguida echan polvo de ladrillo, pez líquida y sal frita, de cada cosa un sextario: aprovecha' también el azufre molido y la pez líquida en partes iguales espesadasfuego lento. Pero el poema de Jas Geórgicas (Virgilio iib. 3 v. 45i.) afirma: que no hay medicina mejor que si alguno ha podido cortar con el hierro la extremidad de los labios de las úlceras, pues este mal subsiste y hace progre sos manteniéndolo cubierto. Por lo cual se han de abrir las úlceras y se han de curar con medicamentos como las demás heridas. Añade en seguida con igual prudencia, quelas ove jas que tienen calentura conviene sangrarlas del talónde entre las do3 pesuñas : puesla verdad ha sido muy prove a94 COLUMELA. choso corregir los ardores de la fiebre , y picar la vena que hay entre las extremidades de los pies y que pulsa con la mucha sangre que tiene. Nosotros también las sangramos por bajo de los ojos, y en las orejas. Los callos infestan la oveja de dos maneras,cuando aparece en la misma sepa ración de la pesuña alguna materia y rozadura,cuando en el mismo sitio hay un tumorcillo en cuyo medio casi se levanta un pelo semejanteuno de perro, debajo del cual hay un gusanillo. La materia y la rozadura desaparecerán un tándolas con pez líquida sola;mezclándole alumbre, azu fre y vinagre,con granada que aun no haya formado los granos molida con alumbre y rociada con vinagrecon cardenillo pulverizarlo ,aplicando sobre ella polvos de aga lla quemada con vino fuerte. El tumorzuelo que tiene de bajo un gusanillo se debe cortar al rededor con hierro, usan do de la mayor precaución , no sea que cuando se hace la amputación, él animal que está debajo se hiera: pues cuan do se verifica esto echa una sangre envenenada , la cual si cae en la llaga la hace tan incurable, que es menéster cor tarle todo el pie : ' luego que se haya cortado con cuidado el tumorcillo, echa en la llaga gotagota sebo derretido por medio de una vela encendida. A la oveja que tenga pulmo nía conviene curarla del mismo modo que;la cochina , in troduciéndole en la oreja la raiz que los veterinarios llaman consiligo: de esta ya hemos hablado cuando enseñamos el método de curar al ganado mayor. Pero esta enfermedad ordinariamente acometetodos los animales en el estío si les ha faltado el agua, por lo cual en tiempo de calores se les ha de proporcionar que la beban en abundancia. Celso es de opinión que así que la enfermedad ha acometidola oveja en los pulmones, se le dé tanto vinagre fuerte como pueda beber:tres heminas poco masmenos de orina añeja de hombre tibia que se le echen con un cuerno pe queño por la nariz izquierda, y que se le introduzca en las fauces un sextante de manteca de puerco. Es también incu rable el fuego sacro que los pastores llaman piísula. Si no se sujeta en la primera oveja que ha sido acometida de él, destruye todo el rebaño contagiándolo como que no sufre los remedios de apositos ni del fierro: pues se irrita común LIBRO SEPTIMO a95 mente con todo lo que le toca: sin embargo los remedio» que admite solamente son los fomentos de leche de cabras, la cual sirve únicamente para mitigar el rigor de la enfer medad, difiriendo mas bien que impidiendo la destrucción del rebaño. Pero Bolo Mendesio, célebre autor de nación Egypcia, cuyos comentarios (que se llaman en griego ipomnémata) se atribuyen falsamenteDemócrito, es de sentir que se deben registrar muchas veces y con atención las espaldas de las ovejas por ver si tienen esta enfermedad; y si por casualidad se encontrare en alguna, que se haga inmediatamente un hoyo en la puerta del establo, y enter remos viva y boca arriba la oveja que tenga el fuego sacro, dejando que pase sobre ella todo el rebaño; hecho lo cual se quita la enfermedad. Se echa la bilis, que no es muy po co perjudiciallas ovejas en el estío, bebiendo orina añeja de hombre, la cual asimismo sirve de remedio al ganado cuaudo tiene ictericia. Pero si las molesta el moquillo, se le introducen en las nances palillos de oréganode yerba ga tera silvestre envueltas en lana, y se mueven hasta que es tornude la oveja. Cuando se quiebran las ovejas las piernas, no se Jes curan sino comoá los hombres, envolviéndoselas en lana empapada en aceite y vino, y en seguida entabli llándoselas y ligándoselas. Es también grave el daño que causalas ovejas la yerba sanguinaria , la cual si la ha comido la oveja, tiene todo el vientre tirante, se encoje, y echa por la boca una espuma sutil de muy mal olor. Conviene sangrarla prontamente por bajo de la cola en la parte inmediatalas ancas, y también del labio superior. A las que tienen dificultad para respirar, se les ha de hacer incisiones con hierro en las orejas , y se les ha de mudar de pais, lo que somos de opinión que debe hacerse en todas las enfermedades contagiosas. Los corderos se han de curar también cuando tienen calentura ú otra enfermedad, los cuales cuando están malos no se han de arrimarlas ma dres para que no las contagien ; y a8Í se han de ordeñar las ovejas separadamente, v se ha de echarla leche igual can tidad de agua llovediza , y esta bebida se ha de darlos eorJeros que tengan calentura. Muchos medicinanestos mismos con leche de cabras que les echan en las fauces con t4 296 COLUMELA. un cuerno. Hay también una especie de empeine que los pastores llaman ostigo , y es mortal para los corderos que están mamando. Esta se origina comunmente de haber te nido los pastores el descuido de dejar salirlos corderos, ó tambiénlos cabritos que la padecen igualmente, y haber pastado yerbas cubiertas de rocío: lo que de ningún modo se debe hacer. Pero cuando se ha hecho, se les llena la bo* ca y los labios de úlceras sucias como cuando tienen el fue go sacro. El remedio es el hysopo molido con una parte igual de sal : pues con esta mezcla se les frota muy bien el paladar , la lengua y toda la boca : en seguida se les lavan las úlceras con vinagre, y después se les untan con pez Jíquida y manteca de puerco. A algunos les parece bien mez clar una parte de cardenillo con dos de manteca añeja , y usar de este medicamento tibio. Algunos mezclan hojas de ciprés molidas con agua, y con ella lavan las úlceras y el paladar. Por lo tocantela castración ya se ha enseñado, pues no se hace de otra manera en los corderos que en el ga nado mayor.

CAPITULO VL Del ganado cabrío. Habiéndose ya hablado suficientemente de las ovejas, voy á tratar ahora de las cabras. Este género de ganado apetece mas bien los matorrales que una situación llana: se apacien ta muy bien aun en parages ásperos y silvestres. Pues no repugna las zarzas, no le ofenden los espinos, y mas que to do la agradan los arbustos y sitios llenos de matas: los ar bustos que le gustan son el madroño, el alaterno y el cíti so silvestre, y no menos las matas de carrasca y chaparro que no descuellan. Un macho cabrío se tiene por excelen te, cuando tiene debajo de las quijadas dos verruguillas que le cuelgan del pescuezo, el cuerpo muy grande, las piernas gruesas, el cerviguillo gordo y corto, las orejas caidas y pesadas, la cabeza pequeña, el pelo negro, espeso, lucio y muy largo, pues también se esquila (Virgilio, georg.i¡i>. 3. v. 3i3) para que sirva en las campañas, y para velaslos infeli ces marineros, Perolos siete meses es suficientemente LIBRO SEPTIMO 197 hábil para la generación, porque es tan poco contenido en la liviandad que cuando está todavía mamando cubresu madre; y por esto se envejece pronto, y antes de los seis años,causa de estar desustanciado por los placeres prema turos de que ha gozado en los primeros tiempos de su infan cia: y asílos cinco años se tiene por pocopropósito pa ra cubrir las hembras. La cabra se aprueba sobre todo si es muy semejante al niacho que hemos descrito, y si tiene tam bién las tetas muy 'grandes y muy abundantes de leche. Este ganado en un clima templado Ib adquiriremos mocho: pues en el tempestuoso y lluvioso siempre tiene cüernos. Los pa dres han de ser mochos en todo pais: porque los que tie nen cuernos son perjudiciales por sü inclinación 4 topar. Pero no conviene tener -en un establo mas dé 'cien cabezas de este ganado, al paso que se pueden tener con igual co modidad mil del lanar; Y cuando se empiezancomprar ca bras es me jor tomar un rebaño entero que comprar por par tes de muchos, para que no se paren en atajos cuando van á pacer, y estén enel establo con mas urtion y tranquilidad. A este ganado-le perjudica el calor, pero roas el frió , porque las heiadaBideJ'inwwrnodestntíyeníelíetode ja* hembras que están preñadasvüfi sin embargo ño son sola men te él calor y el frió causas de los abortos, sino también la bellota si no se les ha dado hasta que se-rj arten^ y asi ,no podérsela dar con abundancia , no se les ha de dejar que la coman. El tiempo de cubrirlas Revenimos que sea ^br*l'ótóño poco antes del mes de diciembre, para que paran al acercarse la primave ra cuándo empiézarfró'bró^if 'íás matas. Pero el mismo es tablo ee ha de escoger cubierto el suelo naturalmente de piedraempedradomano, porqueeste ganado no se Je echa nada para cama:1 y eltpastor cuidadoso barre todos los diás el establo, y no deja que pare en él el estiércolJa humedad, ni que se haga lodo, pues todas estas cosas son perjudiciales. Pero si la cabra es de raza superior, pare con frecuencia dos de una vez, y alguna vez tres: la peor cria es cuando entre dos madres paren tres cabritos. Luego que es tos han nacido se crian del mismo modo que los corderos, sino que se ha de reprimir mas su lozanía y se ha de con tener en límites mas estrechos. Ademas de que han de te 498 COLUMELA. ner leche en abundancia , se les ha de dar semilla de olmo, ó cítiso,yedra,se les han de echar también cogollos de lentisco ú, otras hojas menudas* Pero de dos mellizos se re serva, una-cabeza la que parezca mas robusta, y la otra se vendelos marchantes. A la cabra de un añode dos no conviene dejarle el cabrito (pues paren las cabras de ambas ¡edades): porque no debe criar sino la que tenga tres años. PeroU de uno inmediatamente se le ha de quitar la cria, eu Jugar de;que á,la de dos se le ba de dejar hasta que sea buena para venderla, y las madres no se han de conservar jen pasando de ocho años: porque la fatiga que experimen tan con la continuación de parir las hace estériles. El ma yoral de este ganado ha de ser diligente, duro, activo, muy laborioso, vigilante y atrevido, y que ande con facilidad .por las rocas, los desiertos y las malezas, y que no vaya .detrás del refbaño como los pastores de otras especies de ga nado, sino delante las mas veces, por lo cual es preciso que sea vivo en extremo.. Cuando las cahras pacen en terrenos cubiertos de matas, van delante de los machos, pero la que va así se debe contener de cuándo en cuando,fin de que no corra, sino que pazca tranquila y lentamente, para que sus tetas engruesen y no tenga el cuerpo muy flaco. ' ,

CAPITULO VII. .. t. ¡i . . <~y-i-H í'j. •"' De sus enfenneciares y remedios. j,¡¡i Otras especies de; ganado cuando les acomete una enferme» dad contagiosa, se ponen antes flacos con el mal y la languidez. Solas las cabras, aunque estén gruesas y alegres, caen muertas repentinamente, como si algún desastre general hubiese arruinado todo ,el rebaño: esto suele suceder sobre todo por abundancia de comida. Por. lo .cual al instante que la enfermedad pestilencial ha atacadouna óotra, se han de sangrar todas, y no se les ha de dejar pacer durante to do el día, sino que se han de encerrar en el establo por cuatro horas ácia el medio de él. Pero si padecen otra en fermedad^ se curan con un brevage de caña y raices de uva cspin,que molidas con manos de mortero que sean de hier LIBRO SEPTIMO 299 ro, las mezclamos con agua llovediza, y esta es la que 'sé les dá solamentebeber. Si esto no cura la enfermedad , sé venderá el ganado; y si esto no puede lograrse, se degolla rá y se salará. Después al cabo de algún tiempo convendrá formar otro rebaño , pero esto no se hará antes que haya pa sado la estación pestilencial del año, esto es , que si fue éste el invierno, se forme aquel en el estío; y 6i fue el otoño, en la primavera. Mas cuando algunas padecieren en particular en el establo, les aplicaremos los mismos remedios quelas ove jas. Pues cuando el agua habrá hinchado su cutis,cuya en fermedad llaman los griegos odrouxa1, se hará una incisión ligerala piel por debajo de la espalda , para dar salida al hu mor pernicioso, y en seguida se curará la herida que se ha hé* cbo con pez líquida. Cuandola que ha acabado de parir' sé le hayan hinchado las partes,no hubiere echado las pares, se le echará por las fauces un sextario de arrope, ófalta de éste uno de vino bueno4. Pero para no ir hablando de cada enfermedad de por sí, baste decir que lo mismo he mos de curar las cabras que hemos dicho se han de curar las ovejas. ¡I »: n:.> >> ^ t'íAVli t..\;^ 1-' .> t.viA , i. iK.nv r.i on; , CAptTÜta ,fVHÍ.": ír'lb';:l Del modo con que se 1ia. de hacer el queso. . . iNfo.se deberá tampoco omitir el cuidado de hacer el queso, sobre todo én parages retirados de los pueblos, en los que no conviene traer a ellos la leche1. Si la qué se emplea pa ra hacerlo es muy clara, se ha de vender loi mas pronto que se pueda, mientras que por estar todavía fresco conserva el jugo: si se hace con leche mantecosa y espesa, aguanta que se le guarde por mas tiempo: pero se debe hacer de leche pura y lomas fresca que pueda ser,, porque la reposada ó mezclada prontamente se aceda. Se cuaja por lo común con cuajo de corderode cabrito; aunque también puede ha cerse con la flor del cardo silvestre,con la grana del cardo llamado gnico, y no menos con leche de higuera, que es la que da este árbol , si le haces una incisión en la corteza verde. Pero el mejor queso es el que tiene menos ingredientes: lo menos que necesita de cuajo un tarro de leche, e6 el peso de 3oo COLUMELA. un denaiio de plata. Y no hay duda que el queso cuajado con ramillas de higuera tiene un gusto muy agradable. Mas cuan do la vasija en que se recoge la leche que se ordeña está llena no debe estar sin un poco de calor , aunque no ha de arrimar selas llamas , como algunos quieren , sino que se ha de po ner no lejos del fuego, e inmediatamente que se ha cuajado el heor, se ha de trasladarlas canastillascestillas, óJasencelias,; pues es muy importante que el suero se cuele, y se se pare de la materia coagulada. Por cuya causa la gente del cam po no dejan que vaya goteando por sí mismo lentamente2, si no así que ha tomado un poco mas de consistencia , Je car gan peso para exprimir el suero: en seguida así que se ha sacado de las cestillasde las encellas, se coloca en un si tio sombrío y fresco sobre tablas muy limpias: para que no se pueda echarperder se le rocía con sal molida ,fin de que sude el suero acedo: luego que ha tomado consistencia, se comprime fuertemente, para que se ponga compacto: des pués se polvorea con sal molida , y por último se condensa echándole cosas de peso. Cuando se ha hecho esto por nue ve dias, se lava con agua dulce, se colocanla sombra en zarzos hechos al intento, de suerte que no toque un queso á otro, y que se sequen medianamente: después para que se conserven mas tiernos se ponen unos sobre otros, por muchas tandas, en un sitio cerrado y no expuestovientos. De esta manera no salen con ojos, ni salados, ni secos. El primero de estos tres defectos suele resultar de haberlos com primido poco , el segundo de haberles echado demasiada sal, y el tercero de haberse requemado al sol. Este género de queso se puede transportar del lado de allá del mar. Pues el que se debe gastar fresco dentro de pocos dias, se hace con menos esmero : como que en habiéndole sacado de las cestjllas, se echa en sal ó. en salmuera, y en seguida se seca Un, poco al sol. Algunos antes de sujetar las cabras con las cabezadas echan piñones verdes en el herrado, en seguida ordeñan las cabras sobre ellos, y no los sacan sino cuando han pasado el material coaguladoJas encellas. Otros mue len los mismos piñones, los mezclan con la leche y Ja cua jan. Hay quien cuaja con la leche el tomillo molido y pa sado por tamiz. De este mismo modo puedes hacerlo del sa LIBRO SEPTIMO 3oi bor que'quieras echándole el condimento que escojas. Pero es muy conocido aquel método de hacer queso que llama* mos comprimido con la mano. Poes luego que la leche es tá un poco cuajada en el herrado, se corta mientras está ti bia, y después de haberle echndo por encima agua hirviendoó se figura con la manose comprime en encellas de box. Es también de gusto no desagradable el que se ha endure cido con salmuera y después se le ha dado color con humo de leña de manzanode paja. Pero volvamostomar el hito,m -.. , \ . :«1

CAPITULO IX. Del ganado de cerda y cria de lechones. •En todo género de cuadrúpedos se escoge con cuidado él porte exterior del macho , porque la progenie es con fre cuencia mas parecida al padre quela madre. Y así en el ganado de cerda se han de aprobar sin duda los que son so- bresalientes-por el grueso general del cuerpo, y mas bien los que son cuadrados que los qué son largosredondos, que tengan el vientre bajo, los cuartos traseros grandes, las piernas y las pesuñas menos largasproporción,' el cerviguillo ancho y lleno de glándulas, los hocicos cortos y ro mos. Pero lo que importa mas para el objeto es que Jos ma chos sean muy inclinadoslas hembras: estos procrean muy bien desde la edad de un año hasta la de cuatro; sin embargo pueden cubrir las hembras aunla de seis meses. Las cochinas se aprueban si tienen el cuerpo muy largo, y en los demás miembros se asemejanlos varracos que he mos descrito. Si el pais es frió y sujetoescarchas, se ha de escoger el rebaño de cerda muy dura, densa y negra. Si es templado y abrigado, se puede criar ganado pelónaun blanco, como el que ceban los tahoneros. La cochina pasa por idónea para parir hasta los siete añoscorta diferencia, y cuanto mas fecunda es, mas pronto se envejece. De un año no concibe mal ; pero se debe cubrir el mes de febrero, á fin de que habiendo estado preñada cuatro meses, páraal quinto, cuando ya estarán las yerbas mas fuertes, para que los lechones encuentren una leche sazonada y nutritiva, y 3oa COLUMELAR ' cuando dejen de mamar se puedan mantener con la rastro* jera y los demás granos que se caigan de las vainas. Mas esto. sé hace en parages retirados de la ciudad donde nada tiene cuenta sino sacarlos adelante ; pero en los inmedia tos se ha de vender el lechon : pues de esta suerte no crian do la madre se liberta de esa pensión, y tendrá mas pron to otro parto. Los machos, cuando han empezadocubrir las hembraslos seis meses,cuando lo han hecho mu chas veces, se castranlos trescuatro años, para que puedan engordar. A las hembras se les hace una incisión también en las vulvas, y se cierran con las cicatrices, para que no puedan concebir. Lo que no entiendo qué razón los obliguehacerlo, como no sea la escasez de comida: pues cuando hay abundancia de ella , siempre conviene hacer crias. Todas, las situaciones del campo acomodan seguramen teeste ganado : pues pace convenientemente en las mon tañas y en las llanuras; sin embargo lo hace mejor en las tierras pantanosas que en las secas. Le son muy útiles los bosques que están cubiertos de encina , alcornoque , haya, rebollos, carrascas, estacas ,de acebuches, avellanos y fru tales silvestres, como son: la uva espin, los algarrobos, el enebro, el almez, el pino, el cornejo, el madroño, el ciruelo , y los perales silvestres, pues estos se madu ran en diversos tiempos, y hartan el ganado casi todo el año. Pero donde hay falta de árboles, buscaremos el pasto de la tierra, y preferiremos la cenagosala seca, para que hocen qn los pantanos, saquen las lombrices, y se revuelquen en el fango , lo que es muy agradableeste ganado, y tara» bien para que puedan desperdiciar las aguas : porque el ha ber hecho esto sobre todo por el estío les ha sido muy pro vechoso, y también el haber sacado las raicillas dulces de la .selva acuática, tales como las de las juncias y los juncos, y las de la caña degenerada que el vulgo llama carrizo. El campo cultivado sin duda engorda las cochinas cuando es abundante de yerbas gramíneas, y está plantado de muchas especies de árboles frutales , para que produzca por los di versos tiempos del año manzanas, ciruelas , peras, y nueces de muchas formas , y higos. Y sin embargo no por esto se dejará de gastar de los graneros: pues muchas veces cuan LIBA O SEPTIMO 3p3' do no hay (que darles de comer fuera 6«"le8i dafáiíf'ttnanóf1 por lo cual'se' encerrará. muchísima bellota, feñ 'ciá!r>:.-¡' » !i [ «i.» .:i' ' 1> ' " : ci : t <

CAPITULO X. ' De las, enfermedades de los cerdos, y sus remedios. Ahora sigue el .decir el cuidado que se ha de tener con el enfermo. Las señales de tener calentura las cochinas, son cuando llevan la cabeza de través inclinada hácia la tier ra, cuando han corrido un poco de tiempo y de repen te se paran enmedio de los pastaderos y caen atacadas de vértigo. Se advertiiá hácia qué parte se les inclina la ca beza para sangrarlas de la oreja contraria. También le he mos de abrir una vena que tiene debajo del rabodos de dos de los jamones, y es bastante gruesa, y conviene dar le antes golpes con un sarmiento : en seguida , cuando esté hinchada con ellos, abrirla con la lanceta, y así que se ha ya sacado la sangre , se bendará la cisura con corteza de saucede olmo. Asi que hayamos hecho esto, tendremos las cochinas encerradas en las zahúrdas unodos dias, y les daremos agua tibia cuanta quisieren, ycada una un LIBRO SEPTIMO 3o5 sexfario de harina de cebada.los que tienen paperas se les ha de sangrar por debajo de la lengua , y en habiéndoles sa lido la sangre , conviene frotarles toda la boca con sal molida y harina de trigo. Otros creen que e9 remedio mas eficaz echarles con un cuernocada uno tres-sextarios de gerso : en seguida lian con un cordoncillo de lino unos pedazos de caña lie ja partidos por medio, y se los cuelgan al pescue zo de suerte que toquenlas paperas. También se tiene por saludable para los que tienen ganas de vomitar el ser rín de marfil mezclado con sal frita y harina menuda de habas , dándoselo en ayunas antes que vayanpacer. Suele también ponerse mala toda la porcada, de suerte que se po nen flacos los cochinos, no toman la comida, y cuando los sacanpacer se tienden enmedio del campo, y oprimidos por cierta especie de letargo, se duermen al sol del estío. Lo cual , cuando lo hacen , se encierra toda ella en un esta blo cubierto, y se tiene un dia sin beber ni comer: el si guiente se dalos que tienen sed raíz de cohombro cule brina machacada y echada en agua: la cual luego que la han bebido , les dá náusea , vomitan y se limpian : después de haber arrojado toda la bilis , se les deja que coman galgana ó haba rociada con salmuera fuerte, y en seguida se les permite (comolos hombres) que beban agua caliente. Pero al paso quetodo cuadrúpedo le es perjudicial la sed en el estío, es todavía mas contraria quelos demás al cer do. Por lo cual no prescribimos que se lleve este animal al agua dos veces al dia como la cabrala oveja , sino que si es posible se tenga , cuando nazca la canícula , bien despa ciola orilla de un riode un estanque , porque como es calidísimo no se contenta con beber agua, si no zabulle , y refresca su gorda papada y su panza llena de comida: y con ninguna cosa se recrea mas que con revolcarse en los arro yosen los cenagales. Pero si la situación de los lugares no permitiere hacer esto, se les ha de dar agua sacada del po zo que se les eche en los dornajos con abundancia , de la cual si no se sacian copiosamente les dá pulmonía. Y . esfa enfermedad se cura grandemente introduciéndoles consíligo en las orejas: de cuya raiz hemos ya hablado con exac titud muchas veces. Suele también molestarlos el dolor del 3o6 COLUMELA. bazo por habérseles éste viciado, lo que sucede cuando viene una grande sequedad , y como dice el poema bucólico (Virgau Egloga 7 t. 54) están las frutas esparcidas cada una debajo de su árbol. Porque es un ganado insaciable, y procurándose con exceso la dulzura del alimento, padecen en el estío hincha zón del bazo. La cual se cura fabricando dornajos de taray y de brusco3 llenándolos de agua, y en seguida arrimándo selos cuando tengan sed. Porque bebido el jugo medicinal de esta madera, contiene la hinchazón interna.

CAPITULO XI. En qué tiempo y cómo se han de castran Pero se observa castrar este ganado en dos tiempos \ en primavera y en otoño: y hay dos métodos de hacer es ta operación. El primero que ya hemos manifestado, y consiste en hacer dos heridas y sacar por cada una un testículo: el otro és mas curioso, pero mas peligroso, el cual sin embargo no lo tengo de omitir, y se hace de esta manera: Así que hayas arrancado un testículo y lo hayas cortado, introducirás la lanceta por la abertura que hayas hechoeste fin, cortarás la telilla que hay en tre los dos , y con los dedos encorvados sacarás también el otro: de esta manera se hará una cicatriz sola aplicando los remedios que hemos dado antesconocer. Pero no he creí do deber pasar en silencio una cosa que pertenecela re ligión tíel padre de familia. Hay algunas cochinas que se comen sus cria6 ; lo Cual cuando sucede, no se debe tener V)or ^rqdi^i6i pUes 'as cochinas' son entre todos los ganados las que menos aguantan el hambre, de manera que algu nas •veces si tienen necesidad de comida, devoran* (si las de jan) no solo los lechones ágenos, sino también los suyos. He tratado con bastante exactitud (si no me engaño) de los ganados mayores, de los menores, y de los pastores que •;coh ía industria que cabe en los hombres cuidan y custo dian los rebaños de cuadrúpedos en la casa de campo y fuera de ella. LIBRO SEPTIMO.

CAPITULO XII. De los perros. Ahora voyhablar, como he ofrecido en el libro ante rior, de los guardas raudos del ganado: aunque al peno se le di ce falsamente guarda mudo. ¿Pues qué hombre anuncia la presencia de una fierade un ladrón con mas distinción ó con un grito tan alto, como lo hace éste animal con su ladrido? ¿(jué criado hay mas amante de su amo? ¿qué com pañero mas fiel? ¿qué guarda mas incorruptible? ¿qué cen tinela se puede encontrar mas vigilante? y finalmente ¿qué vengadordefensor de mas constancia? Por lo cual un la brador debe comprar y mantener este animal con preferen ciaotro cualquiera, porque custodia la casería, los frutos, la familia y los ganados. Tres motivos hay para adquirirlo y mantenerlo. Pues una especie hay que se escoge para ser virse de él contra las asechiinzas de los hombres , y éste guarda la casería y lo dependiente de ella: otra hay de los que se emplean en rechazar los ataques de los hombres y de las fieras, y estos guardan en la casa los establos, y fuera los ganados mientras están paciendo: la tercera especie es la de los que se adquieren para cazar, y estos no solo no son útiles al labrador, sino lo distraen de su trabajo y lo hacen desidioso en él. Conque se ha de hablar del de la casería y del del ganado: pues el de caza en nada pertenecenues tra profesión. £1 perro para guardar la casería se ha de es coger de un cuerpo muy grande, de ladrido espacioso y so noro, para que amedrente al malhechor, primero cuando lo oiga, y después también cuando lo vea, y para que ahu yente alguna vez, aun sin ser visto, con el horror de sus ahullidos, al que trata de poner asechanzas. Pero ha de ser de un color solo, y este 6e ha de elegir mas bien blanco en el de pastor, y en el de la casería negro: el manchado no se aprueba en uno ni en otro. El pastor prefiere el blanco, porque es desemejantela fiera, y algunas veces es preci so cuando se trata de rechazar los lobos en la obscuridad de la madrugadade la prima noche, que sea muy diferente va 3o8 'COLUMELA. de ellos, no sea que si el color blanco no se lo dacono cer , hiera al perro, en lugar de herir al lobo. El de la casería que se oponelos ataques de los hombres, si el la drón viene de dia claro, siendo negro, es mas terriblela vista: y si viene de noche, por la semejanza que tiene este color con la obscuridad, ni aun siquiera se ve, por lo cual cubierto como está con las tinieblas puede llegar con mas seguridad al que está poniendo asechanzas. Se aprueba mas bien un perro cuadrado que uno largocorto, y que ten ga la cabeza tan grande que parezca la parte mayor de sur cuerpo, las orejas caídas y colgando, los ojos negroszar cos que centelleen con una luz viva, el pecho ancho y bien j)oblado de pelo , las espaldas espaciosas , las piernas grue sas y peludas, la cola corta, los dedos y uñas de los pies muy grandes, en griego se llaman draxai1. Esta es la figu ra mas recomendable en el perro de la casería. Pero su natural no debe ser ni muy sosegado , m por el contra rio feroz y cruel : porque en el primer caso alhaga aun al ladrón , y en el segundo enviste hastalas gentes de la ca ca. Basta que sean severos y no cariñosos, de suerte que al"« guna vez miren con ceñosus consiervos *, y siempre se ir riten con los de fuera. Y sobre todo deben mostrarse vigi lantes en la custodia de lo que estásu cargo; y no vaga mundos, sino estar de continuo en la casería; y mas bien circunspectos que temerarios, pues aquellos no anuncian sino lo que han averiguado ser cierto: estos se alborotan con un ruido vano y una sospecha mal fundada. He creido deber advertir estas cosas, porque las propiedades no soló las da la naturaleza, sino también la enseñanza las forma, para que, cuando podamos comprarlos, los escojamos de Ja manera que hemos dicho, y cuando criáremos los que han nacido en nuestra casa , los enseñemos conformeestos principios. Y no importa mucho que los perros de las ca serías sean pesados ú poco ligeros: pues deben hacer de cer ca y en el sitio en que están , mas que de lejos yla car rera dilatada; como que deben hallarse siempre al rededor de las cercas y dentro del edificio, y por mejor decir ni aun deben separarselarga distancia, y cumplen suficien» teniente con su obligación si ventean con sagacidad al que LIBRO SEPTIMO 3c9 viene y lo espantan con su ladrido, si no lo dejan acercarse demasiado, y si, en caso de obstinarse en llegar alguno, le acometen con ímpetu : pues lo primero es no dejarse atacar; y lo segundo, en caso de haberlo sido, vengarse con valen tía y tesón. Y esto es lo que tenia que decir de los perros que han de guardar la casería. Ahora lo que sigue pertenecelos de ganado. Este perro no debe ser tan flaco ni tan ligero como los que persiguenlos gamos,los ciervos ylos animales mas veloces ; ni tan grueso ni pesado como el que guarda la casería y el granero: pero sin embargo ha de ser en algun tanto pronto y ágil: porque nos hacemos con él para que riña y pelée, y no menos para que corra: pues debe rechazar las asechanzas del lobo , seguireste ladrón Cero cuando huye, hacerle que suelte la presa, y traérsela} por lo cual si su cuerpo es largo , es maspropósito para estas ocurrencias que si es cortocuadrado: porque (como he dicho) algunas veces exige la necesidad que se persiga con ligereza la ligereza de la fiera : los demás miembros se aprueban si son semejanteslos del perro de la casería. A estas dos especies de perros se ha de darcorta diferencia el mismo alimento: porque si las heredades son de tanta extensión que sostengan rebaños de ganados, todos sin dis tinción se mantienen cómodamente con harina de cebada y suero: pero si la hacienda está plantada de árboles y sin pasto, se han de hartar de pan de escañade trigo , mezclándole sin embargo caldo de habas cocidas, pero tibio: pues el que está hirviendo les ocasiona rabia. A este animal , sea machohembra , no se le ha de permitir juntarse hasta que tenga un año, porque si se les deja hacerlo cuando están tiernos, padece su cuerpo y pierden las fuerzas y el brio» A la primeriza se le ha de quitar la primera cria, porque co mo inexperta no cria bien, y el hacerlo le impide que crez ca todo lo que habia de crecer. Los machos engendran con vigor juvenil hasta los diez años; después de este tiem po no parece que sonpropósito para esto, porque los hi jos de un perro viejo son flojos. Las hembras conciben has ta los nueve años, y no son útiles después de los diez. No 'conviene dejar salir los cachorros en los seis primeros me ses, hasta que se fortifiquen, sino para que vayan con su 3io COLUMELA. madrejugar y retozar: después se han de atar con cade nas de dia, y se han de soltar de noche. Y nunca oonsen* tiremos que aquellos cuyo natural generoso queramos con servar, se crien por nodriza extraña, porque la leche y el aliento de su madre promueve siempre mucho mas los au mentos de sus buenas propiedades y de su cuerpo : y si Ja parida no tiene leche, convendrá sobre todo dársela de ca braslos cachorros hasta que tengan cuatro meses. Se les han de poner nombres que no sean muy largos , para que en lla mandocualquiera lo oiga mas pronto; pero no mas cortos que de dos sílabas. Tales son el griego Sxilas (cachorro), el latino Ferox, el griego Lexion (perro de Laconia), el lati no Celer (veloz en la carrera ) ,para las hembras como los griegos Sjjodé (pronta), Alxé (fuerte), Goime (fuerte); y los latinos Lupa, Cerva, Tigris (loba, cierva, tigre). Las colas de los cachorros convendrá castrarlaslos cuaren ta dias de haber nacido, de esta manera. Hay un nervio que atraviesa por las vertebras del espinazo y llega hasta la ex tremidad de la cola: éste se ase con los dientes, y sacándo lo algún tanto, se corta: en haciendo esto, la cola no toma una extensión desagradable en longitud, y (como asegu ran muchísimos pastores) se precave la rabia, enfermedad mortal para esta especie de animales.

CAPITULO XIII. De sus enfermedades, remedios para ellas, y para li bertarlos de los insectos que los infestan.. Pero en el estío se ulceran comunmente las orejas de los perros, de tal manera que muchas veces las pierden del todo: para que ésto no suceda se les han de frotar las orejas con almendras amargas molidas; pero si ya estuvie ren con úlceras convendrá destilar sobre ellas-pez líquida1 cocida con manteca de puereo. Los reznos aplicándoles este mismo medicamento se caen; pues no se han de ar rancar con la mano, para que (como había yo dicho an tes 2 ) no se les hagan úlceras. Los-remedios; para el perro que tiene pulgas ,-*on ;frotarlos con cominos molidos-, con LIBRO SEPTIMO 3il igual parte de eléboro, y humedecido todo con agua; ó con zumo de cohombro culebrino; ó, si no hay uno ni otro, echándole por encima de todo el cuerpo alpechín añejo. Si lo infestáre la sarna, muele partes iguales de ye» so y de ajonjolí, mezcladas con pez líquida; y unta la parte enferma con ésta mezcla: cuyo medicamento se cree ser también convenientelos hombres: si esta misma en fermedad es mas violenta, se quita con resina líquida de cedro. Las dema3 enfermedades se han de curar como he mos prescrito respectolos otros animales. Hasta aquí lo concerniente al ganado menor. En el volumen siguiente darémos preceptos «obre las crias que se hacen en las ca sas de campo, en que se contienen la de las aves, la de los pescados, y la de los animales silvestres, y el modo de cuidarlos. NOTAS AL LIBRO SÉPTIMO. Nota al

CAPITULO I. x. Capítulos 36 y 37. Notas ai

CAPITULO TIL T. ¿Cómo nos hemos de persuadir que sea Columela el que ha desunido el principio de «ste capituk) del fin del preceden te ? 2. Esto es , el cubierto con pieles , el griego , -el tarentino, del cual se hablará en el capítulo inmediato. 3. Casi todos los autores prescriben este método sin dar la razón. La que dá san Alberto el grande no me parece muy convincente. Dice que el motivo -de concebirse macho cuando sopla el viento norte , es porque éste sujeta dentro del cuerpo el calor natural, y por lo mismo lo hace mas robusto, y la genitura se hace mejor; por el contrario , cuando sopla el del sur , están Jos cuerpos abatidos y debilitados por falta del ca lor que se evapora hacia fuera por la transpiración, y por consiguiente en este caso se conciben con mas facilidad hem bras, que son mucho mas endebles y delicadas que los machos. 4. Los antiguos malos astrónomos hacían dos luceros del planeta que nosotros conocemos con el nombre de Venus , y que como dice P linio, mejor instruido que Virgilio 1 en el 04 3i4 COLUMELA. líb. 2, cap. 8 de su Historia natural) previene el dia por la mañana, y prolonga su luz por la noche como otra luna, y también nuestro autor en el libro 10. Notas al

CAPITULO VII. 1. Hydrops en latín , y en castellano hidropesía. 2. Y se le llenarán las partes de cerato líquido. Notas al

CAPITULO VIII. i No puede tener cuenta llevar la leche al pueblo, sí éste no está muy cerca, porque se acedaría en el camino. Por lo que en estando la cabaña retirada, acomoda mas hacer queso, que es mas fácil de conducir y de conservar. -2. En efecto , «mientras el suero no destila mas que gota á gota, hay algunos sitios donde se detienen porciones, que corrompiéndose bastan para corromper el queso. 3. Hermolao Bárbaro enmienda este pasage , que en latía está efcrlto: si fabrüentur canales, ex tamaricibus, et rusco; si fabiiccntur canales tamaricis i trunco: cuya enmienda adopta Pontedera, y Escho et gennio, porque del brusco no se pueden hacer canales , que en castellano se llaman dornajos. Y en este caso se dirá '. fabricando dornajos del tronco del taray. Dioscórides en el lib, 1. cap. 93, y Plinio en el" lib. 24 cap. 9 recomiendan que así los animales como los hombres coman y beban en vasijas hechas de esta madera para curarse de la hincha zón del bazo; pero Saboureux en este lugar dice que este re medio es semejante al pan remojado en vino que prescribe Moliere para hacer hablarlos mudos. Notas al

CAPITULO XII. 1. Los artejosarticulaciones de los dedos de los pies, y fas uñas. . 2. He aqui adonde llega el desprecio que hacían los Romaeos de los esclavos, que los llamaban consiervos de los perros. (1 . Notas al

CAPITULO XIII. j tu Brea. . 2. 'Tal vez en el cap. <¡.° de este libro, cuando habla de ún gusanillo encerrado bajo de un tumor, que aconseja quitar á las ovejas con precaución , no sea que se hiera. 3i3 ÍNDICE de los libros y capítulos contenidos en este primer tomo. LIBRO PRIMERO. PrólogoPublio Silvino pág. -i* Capítulo I. Preceptos que seguirán los que ' quieran cultivar el campo. . .: .:. í -10' H Cuál ha de ser la disposición y situación de la heredad que merezca mas nuestra aprobación, i 3 III. Qué cosas se han de observar principal-•' mente cuando-se reconozca antes de comprarIti\-"i < IV. De su salubridad y fertilidad. . .'i V. ;" " 18 V. Del agua , y de la situación y exposición de la casa de campo ai VI. De la distribución, y de sus habitaciones y oficina?. . . .-. \ í'-.-'i''. *'¿ J a VII. De los deberes del padre de familia. '; . : a 8" VIII. Del capataz, de sus cualidades y obli gaciones, y cómo ha de tratar el padre de familiala gente del campo. . 30 IX; De qué estatura han de ser los hombres que' se destinancada ciase de trabajó , y de las cualidades que han de tener para ca da encargo. > . . .... .... 34 Notast 37 a LIBRO SEGUNDO. 4 1 v. Gap. I.. Qjue la tierra no se envejece ni sefa~ .' tiga si sé estercola T 47 Cuántos .géneros hay de terreno, en cuántas ± ¿especies, se . divide cada .uno , qué, suelo se.'.. 3r4 apruebe mas, cómo se mete en cultivo un si tio inculto y se hace de labor', cómo se co noce un campo pingüe y propio para granos. Qué es lo que se ha de seguir, y qué es lo que se ha de evitar cuando se da la prime ra labor a la tierra 49 III. Como se han de cuidar los bueyes después que han dejado de trabajar y se han desuncido. 5 5 IV. En qué tiempos, y cómo se ha de alzar y se ha de binar cada género de terreno. . 5 6 V. Cómo se estercola la tierra endeble 58 VI. De los géneros de granos cereales 59 VII. De los géneros de legumbres 60 VIII. Cual sea el tiempo de sembrar id. IX. Cuántos módios de simiente necesita cada yugada de tierra, cómo se han de elegir los granos para sembrar, y de las prepara ciones de estos para emplearlos 6 1 X. De las legumbres; qué terreno convienecada especie, y de su cultivo después de sembradas. 66 XI. De los forrages ; de la alfalfa , de la ve za, del verde de cebada, de la avena, de las alholvas , de los yeros, y de ¡a gálgana. 7» XII. De qué modo y con cuántos jornales se cultiva cada especie de granos cereales 6 de legumbres 7 5 XIII. Cuántos jornales y obradas se regulan cada yugada de tierra 77 XIV. Qué legumbres perjudicanlas tierras, y cuáles les aprovechan 79 XV. De las especies de estiércol. 81 XVI. En qué tiempos se han de estercolar los campos. . . " 85 XVII. Cómo se forman los prados * 84. 3i5 XVIII. Cómo se cultivan los prados después dt haberlos formado 85 XIX. Cómo se haya de cuidar y guardar el heno después de segado 87 XX. De la formación de la era 8 8 XXI. De la siega y de la trilla. . . ¿>. v 89 XXII. De las cosas que se permiten a los la bradores hacer en dias feriados , y de las que no se les permiten 90 Notas 92 LIBRO TERCERO. " •" L Qué especie de vid convengacada terreno ycada clima.. 98 II. Qué vides se hayan de poner en las inme diaciones del pueblo para uvas de comer, . cuáles para vino. Nombres y cualidades de ¡as vides masmenos generosas 100 III. Que nada es mas couvenientelos agriculcultores que el cultivo de la vid i y se .sa*-. \ tisfacelos reparos que suelen oponerse. . . 107 IV. Lo que debe observar el que forma viñas. . id. V. De las cualidades del terreno en que se ha de poner el plantel de vides, y cómo se ha de hacer ni VI. Cómo ha de ser el cabezudo , y de qué parte de la vid se ha de cortar. ......... nü VII. Como se ha de examinar la fecundidad de la vid, y si esta cualidad la poseen exclu sivamente ciertos vidueños 114 VIII. Se confirma lo contrario con ejemplos. . . id. IX. Cómo se harán feraces ¡as vides Amineas. . 116 X. De cuál parte de la vid se han de escoger 3i6 las plantas para que\seán fértiles. ....... i ig XI. Qué cualidades se han de tener en considera ción en el terreno que se destina para viña, i 2 4 XII. Lo que ha enseñado Julio Grecino acerca de la tierra propia para viña 126 XIII. Como .se agosta la tierra 128 XIV. De cuántas maneras se pone la viña , bien . 1 sea en las provincias , bien en Italia 131 XV. Que es mejor ponerlas en el terreno agostado y que-en. hoyos,zanjas abiertas enyel erial ó inculto. 132 XVI. Cuánta profundidad será suficiente darle al agostado 133 XVII. Cómo y de qué manera se ha de poner la vid. 134 XVUI-. Qué debe observar el que la pone. .... 135 XIX. Qué longitud debe tener el cabezudo. .... 137 XX. Cuántas especies de vides se han de poner 138 XXI. Si se han de plantar los cuadros cada uno con distinto vidueño sin mezclar unos con otros 140^ JWotas~. í*»-. «,-" " # w.«r. '*.-..« * " ... i*43 "O! . .*!'.' 1' ; 1 't\' ,> '.. . » .«'.. ¿;. . .-: LIBRO CUARTO. :.: : .VI I. Se establece, contra la opinión de Atico y ; 1 de Celso, que no .es .suficiente profundidad la de 'dos 'pies1; envíos, hoyas para plantar 'viñas. 147 IL Que no conviene cubrir dos estacas con un barbado , sinocada planta . se ha de deS~ . •' finar un apoyo. . ; 149 líl. Que.si el. plantía nuevo de viña no se ayu da, con gran cuidado y diligencia, pronta* ¡. u 1viente .sépierden.> ... . . .-. .\ . . ; .. . -. •, ... .. . 1f6 IV. Que es conveniente tender la vid en el sue 3,7 lo del hoyo, y después de encorvarla se ha de aplicar, enderezándola desde lo hondo de el,a tina caña que se clavará. . . , i 5 i ^ V. Que desde que se plante el majuelo-se ha de cavar todos los meses ; que no se ha de dejar que nazcan yerbas en él, y que se han de despampanar ios barbados de manera que queden reducidos cada unoun sarmiento. 15» Vi. Que se han de despampanar los cabezudos. 153 VII. Que el tiempo oportuno de despampanar es cuando se quitan los renueves fácilmente con el dedo , 154 Vllt. Que se ha de excavar la vid por el otoño, r 5 5 IX. Que después de excavada la vid se podeY y cómo se ha de hacer esta labor para que no la perjudique r 5 6 X. Cuál es el mejor tiempo de podar 156 XI. Cómo se ha de cortar el cabezudo 157 XH. Cómo se ha de rodrigar la vid, y del canterio * 5 8 XIII. Cómo se ha de atar la vid . , id. XIV. Quelos cabezudos se ha de poner canterio , y qué altura se ha de daréste. . 159 XV. Cómo se ha de poblar el majuelo y se han de echar los mugrones. . . I 160 XVI. En qué tiempo se ha de trasplantar el barbado .-. , 161 XVII. Como se ha de hacer el yugo de cañas, y que después de los primeros dos años se han de seguir dando las mismas labores que en ellos. 16a XVIH. Como se han de dividir las viñas en cuadros separados por sendas. 164 XIX. A qué altura se debe levantarro el yugo. 1 6 5 3i8 XX. Cómo se hade llevar' ¡a vid al yugo cuan do sea tiempo de hacer esta maniobra. . . . ,/;»•> '" t *. » vf * 224 XII. Del cítiso , .v.;...t. ; . *r. . ^ , .... 227 Notas «.....«.» 229 i LIBRO SKXTO~, , . De los bueyes, caballos y mulos,, y de sus me dicinas. Prefacio. De la unión que hay entre la gana dería y la labor, y de las excelencias del buey. " " " '. .v. .'* .•••». » av.'. . 232 I. De la .compra y adquisición de los bueyes, y de su forma. . 2 J4 II. De cuánta edad, y cámo se .han. de domar. .235 III. Del modo de ctiidar.las bueyes ± y de' la : comida que se. les ha de éáfi.;t-l. i-'. 239 IV. Remedios, para, mantener los bueyes' jAV ludables. . . . .... .. 241 V. Cosas que se han de evitar para que no t 4 tnfermen. los . bueyes^, medidas .que-se -han de tomar si les\ ataca una epizootia , y re medios que se les han jde . aplicar si llega . Sao este caso 242 VI. Qué remedio se aplica ai buey que tiene indigestión *" « ** 243 Vil. Con qué remedio se calma el dolor de vien tre y el de los intestinos. 244 VIII. De las ránulas, de la inapetencia, y có mo se cura uno y otro 1 245 IX. De la calentura. 246 X. De la tos de los bueyes id. XI. De las apostemas, y del modo de curarlas. 247 XII De la cojera y de los dolores . id. XIII. Remedios para la sarna, para la morde dura de perra rabiosade lobo, y para cuando se les pega el pellejolos huesos. 249 XIV. Para las úlceras del pulmón, y para los tumores del paladar »$" XV. Para las heridas de las pesuñaspier, ñas con la reja del arado, y para cuand» se despean a $ 1 XVI. Para cuando se despaldillan, se quiebran las astas, y cuando Jes salen gusanos en las Hagas. 252 XVII. Para las mordeduras de las culebras y animales venenosos. i$3 XVIII. Remedio para si ha tragado alguna sanguijuela. . . . 255 XIX. De cómo se ha de hacer la máquina pa ra curar las bestias y bueyes id. XX. De la figura del toro f 256 XXI. De la de la vaca id. XXII. De la separación que se ha de hacer anualmente. . . ...... . j ." '. a 57 XXIII. Cómo se han de hacera las corralizas y los establos. . , ....... " Id. 3*i XXIV. Qué edad ha de tener el toro para echarlo a las vacas, XXV. Remedios para las lombrices de los be -" > cerros . . i.'w '. . 260 XXVI. De la castración de los becerros id. XXVII. De los caballos . a 61 XXVIII. De la edad del caballo padre , y de la . yegua de vientre. -. 364 XXIX. Del natural y buena conformación del caballo , y del conocimiento de su edad. . . 26 5 XXX. Del cuidado que se ha de tener con este animal^ y remedios para algunas de sus en fermedades. . ;A» .'. .v.4 i . . . (-... ... . \266 XXXI. Remedios para Ja tós-y los empeines. . 268 XXXII. Para las rozaduras y para la sarna. 269 XXXHL Para las moscas, males de ojos , y he morragias. 270 XXXIV. Remedios contra la inapetencia , Ja ga na de vomitar , y el muermo id. XXXV. Del furor de las yeguas y sus remedios. 271 XXXVI. De las muías id. XXXVII. Que se modere el furor del garañón, y modo de hacerlo ; precauciones que se han de tomar para esta monta, y del mulo romo. 272 XXXVIII. De las enfermedades de este ganado, y de sus remedios , y cómo se han de aplicar. 275 Notas 277 LIBRO SEPTIMO. Del ganado menor. I. Del borrico 280 II. De las ovejas, y de sus diferentes castas. . a 8 2 x 3ai III. De la elección de moruecos , de la edad que han de tener éstos y las ovejas que han de cubrir, y del cuidado que exigen. 283 IV. De las ovejas cubiertas 289 V. De las enfermedades del ganado lanar, y de sus remedios. 291 VI. Del ganado cabrío . . 296 VII. De sus enfermedades y remedios. 298 VIII. Del modo con que se ha de hacer el queso. 299 IX. Del ganado de cerda y cria de ¡echones. . . 301 X. De las enfermedades de los cerdos, y sus remedios « " 304 XI. En. qué tiempo y cómo se han de castrar. . . 306 XII. De los perros 307 XIII. De sus enfermedades, remedios para ellas y para libertarlos de los insectos que los infestan. 310 Notas i1i Fin del toho primero. LOS DOCE LIBROS DE AGRICULTURA QUE ESCRIBIÓ EN LATIN LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA, traducidos al castellano POR D. JUAN MARIA ALVARIZ DE SOTOMAYOR T RUBIO. TOMO IL Comprende los cinco últimos libros. MADRID 1824, IMPRENTA DE D. MIGUEL DE BURGOS r-'\\ . ».\.:. » . -ir¡J. •! . y,". VI r :. 1 LUCIO JUNIO MODERATO COLIMELA. De las cosas del campo. LIBRO OCTAVO. De las crias que se hacen en la casería. i8 I

CAPITULO I. De las utilidades que rinden estas crías. Nosotros hemos expuesto, oh Fublio Silvino , en estos sie te libros todas las cosas en que consiste poco masmenos la ciencia de cultivar el campo , y las que exige la granje* ría de la cria de ganados. Este libro tendrá el título del nú mero que sigueestos , esto es , el octavo i y no se une á «esta obra porque las cosas que hemos de decir en él nece siten el cuidado inmediato y propio del labrador, sino por que no deben administrarse sino en las heredades!en las caserías, y redundan mas bien en utilidad de la gente del campo que de la del pueblo : como que las crias de las ca serías, lo mismo que las de ganados, no rinden un produc to pequeño al colono, porque con el estiércol de las aves remedia no solo las viñas que están muy endebles, sino to do plantío y tierra de labor: y con las mismas aves provee de manjares el hogar familiar y las mesas suntuosas; por lo cual he creido deber también hablar de esta especie de cria. Ella por lo común se hace en la caseríacerca de ella. En la casería está la que llaman los griegos ornibionas 1 xaiperisereionas *. Y también se manejan con mucho cui dado cuando hay proporción de agua los ixduoiropca3. Estas son para explicarme en latin como4 stabula de las 4 COLUMELA. aves de corral , y no menos de las que se engordan encer radas en cuartosreceptáculo. 5 de los animales acuátiles. Por el contrario cerca de la casería se ponen los melissiones 6 xaixenotropeia 7, y aun también se cuidan con esmero los lagotropeia*, los que nosotros igualmente llamamos, cuan do sirven de acogidalas abejas, apiario.9 i si sirven de de pósitoslas aves acuátiles que gustan de los estanquescis ternas, aviaria10; y cuando sirven para los animales sil vestres que se custodian en bosques cerrados, vivaría11.

CAPITULO n. De las especies que hay de gallinas; de la compra, cui dado y manutención de las de corral. Voydar pues en primer lugar preceptos sobre las que se mantienen dentro del recinto de la casería. Y de algunos animalesla verdad quizá se dude si los han de tener las gentes del campo; pero la cria de gallinas la tienen ordi nariamente la mayor parte de los labradores. Hay tres es pecies de ellas: de corral, silvestres, y africanas. Las de cor ral son las que se ven ordinariamentre en casi todas las casas de campo: las silvestres, que se les parecen, son las que se cogen por el cazador; y de éstas hay muchas en una isla del mar Ligústico, que los marineros alargando el nombre de esta ave han llamado gallinera: las africanas, que muchos llaman gallinas de Numidia, son parecidaslas meleagrides1,excepción de que tienen la cresta y la bar ba roja, y éstas la tienen azulada. Pero de estas tres especies las hembras de corral se llaman propiamente gallinas, los machos gallos , y los medio machos capones , que se les ha dado este nombre cuando han sido castrados para extinguir en ellos la inclinaciónlas gallinas. Y no solo les sucede esto si se les quitan las partes genitales , sino quemándoles los espolones con un hierro hecho ascua , después de lo cual, luego que se han consumido con la actividad del fuego, se untan con barro de alfareros las llagas que se les han hecho hasta que se pongan buenas. No es despreciable pues la utilidad de esta especie doméstica, si se emplea la inteli LIBRO OCTAVO 5 gencia para hacer las crias ; lo que hizo célebresla mayor parte de los griegos, especialmentelos de Délos2: pero estos también, como buscaban gallos altos de estatura y de ánimo constante para las riñas, aprobaban principalmente »» la casta de Tanagra y de Rhodas, y no menos la de Calcis y la de Media,la cual el vulgo ignorante mudándole una letra llama mélica:nosotros la especie que mas nos agra da es la de nuestro pais , no haciendo sin embargo caso de aquella afición de los griegos 3 que preparaban para las pe leas y las riñas la mas feroz de estas aves; pues nosotros tra tamos de proporcionar una gananciaun industrioso pa dre de familia, no la de un adiestrador de aves para las peleas, cuyo patrimonio enteco se ha llevado muchas ve ces en una apuesta sobre riña de gallos el atleta que ha sa lido vencedor. Así el que quisiere seguir nuestros precep tos, conviene que considere cuántas gallinas ponedoras y de qué cualidades han de ser las que ha de adquirir: en se guida cómo los ha de custodiar y mantener: después en qué tiempos del año $e han de reservar los huevos para que los^ incuben y saquen la echadura; y por último el modo de cuidar los pollos para que se crien como corresponde : pues con estos cuidados y estos trabajos se saca adelante un cor ral de aves,cuyo ejercicio llaman los griegos ognidongopian. Lo mas que te debe comprar son doscientas cabeza», que ocuparán el cuidado de un guardián , con tal sin embargo que se ponga una vieja cuidadosaun muchacho para que Custodie las que se separan de la» demás y evitar que sean presa de los hombresde los animales que las acechan. Ademas no conviene comprar aves si no son muy ponedo ras. Han de tener el plumage encendidonegruzco y las alas negras; y si fuere posible se escogerán todas de cual quiera de estos coloresde uno que se les acerque : pero sitio se evitarán las blancas que son por lo común delici as y poco vivas, ni tampoco so encuentran con facilidad que sean ponedoras , y también como son notables por su color blanco , esta divisa es causa de que muchas veces las arrebaten los gavilanes y las águilas. Sean pues las gallinas que se destinanponer de buen color, cuadradas, de pe cho ancho, con las cabezas grandes, las crestas derechas y Tom,JJ. A 3 COLUMELA. ; : encarnadas, las orejas blancas, y bajo esta conformación lo mas grandes que puedan ser, y las uñas desiguales; se cr-;e ser las mejores las que tienen cinco dedos, pero con tal que no les sobresalgan espolones de través en las piernas: pues la que tiene esta divisa peculiar de los machos, es rea cia para dejarse pisar por el gallo y no lo recibe, fuera de que rara vez es fecunda, y aun cuando empolla quiebra los hue vos con los espolones. Gallos no conviene tenerlos , si no son muy alentados ; y en éstos se busca el mismo color y el mismo número de unas que en las gallinas: la talla se desea mas alta, las crestas altas, de color de sangre y derechas, los ojos rojosque tirennegros , los picos cortos y en corvados, las orejas muy grandes y , muy blancas, las bar billas rojas que tirenblanquizcas, y cuelguen como barbas de anciano, las plumas del cuello pintadasamarillas color de oros, y que por los cuellos y las cervices bajen á extenderse en los hombros: asimismo los pedios-anchos y musculosos, las alas fuertes semejantesbrazos, las colas muy largas, dobladas én dos órdenes, sobresaliendo por ca* da lado una pluma; al mismo tiempo los muslos gran des y poblados de plumas que seerizen frecuentemente» las piernas fuertes y no largas, pero armadas ofensivamen» te de una especie de chuzo prontoherir. La índole , aunque no se destinen para pelear ni para la gloria del vencimiento, se aprueba sobre todo que sea noble, y por consiguiente que los gallos sean orgullosos, vivos, vigilantes, prontos á cantar qon frecuencia, y que no se espanten con facilidad, porque algunas veces deben hacer frenteotros animales y proteger el rebaño conyugal , y aun matar la' serpiente amenazadoraalgún otro animal dañino. Pero para se mejantes machos se previenen cinco gallinas para cada uno, pues en la especie de Rhodasde Media, por su pesadez ni los padres son demasiado alentados ni las madres fecundas: y éstas sin embargo se destinan tres á cada gallo ; y ademas de poner pocos huevos son pere zosas para incubar, y mucho mas para sacar los pollos , que crian raras veces: y así los que quieren tener gal luías de es tas especies por su hermosura , luego que han recogido sus huevos, se los echanlas comunes que crian los pollos que LIBRO OCTAVO. salen. Las gallinas de Tanagra , iguales por lo común en lo grandeslas de Rhodas y Media, no difieren mucho en sus propiedades de las de nuestro pais, como igualmente las de Calcis. Sin embargo los bastardos de todas especies pro cedentes de gallinas del pais y gallos extrangeros, son muy buenos pollos, porque tienen la hermosura de los padres y el aliento y fecundidad de las madres. Las aves ena nas no las apruebo demasiado, ni por su fecundidad, ni por otra ganancia que puedan dejar, y lo mismo me su cede con el gallo peleador, y que anda con pendencias por satisfacer 6ii pasión : pue6 envistelos demás , no los deja 'pisar las hembras, no siendo él mismo suficiente para muchas. Por lo cual -se ha de refrenar su avilan tez con un pedaz-o de pellejo de bota 4 de vino cortado en redondo que se abre por enmedio, y por su abertu ra se introduce el pie del gallo: con cuya especie de gri llo se reprime su feroz natural. Pero voytratar ya como Jie propuesto del cuidado de todas estas especies.

CAPITULO III. . ,» Del establecimiento de los gallineros. ios gallinetos se deben colocar en la parte de la casería que mire al oriente de invierno; han de estar contiguos al horno óla cocina, para que llegue el humo al ave , por que es muy saludableesta especie. Pero de toda la oficina, esto es, del gallinero, se hacen tres separaciones en una misma línea, cuyo frente entero, .como he dicho, estará mirando al oriente. En seguida se dará en este frente una entrada sola y pequeña por la separación de enmedio, la cual será la de menor altura de todas tres y tendrá siete pies en todas direcciones. En sus . paredes de derecha e izquierdase hará en cada una una entradacada separa ción, y esta entrada estará juntola paredqiie iiace fren* tela entrada principal. Yésta pared se aplicará un ho gar de tal longitud, que al paso que no impida dichas en tradas, el humo que haga llegueuna y otra separación; j éstas tendrán de largo y alto doce pies, y el mismo ancho COLUMELA. que la de enmedio. La elevación se dividirá por medio de tablados que tendrán por encima de sí cuatro pies y por debajo siete, libres unos y otros, porque cada uno de ellos ocupa uno: ambos tablados deben servirlas gallinas, y cada uno iluminarse con una ventanilla pequeña bácia el oriente que les dará por la mañana salida al corral, y no menos entrada por la tarde: pero se cuidará que siempre se cierren de nocbe, para que estén las aves con mas seguri dad. Por bajo de los tablados se abrirán ventanas mayores que se resguardarán con rejas para que no entren los ani males dañinos; pero sin embargo de manera que estén es tos sitios claros para que habiten en ellos las aves con mas comodidad: y el pollero debe registrar de tiempo en tiem po los huevos de las lluecasde las que ponen. A este efec to conviene también que las paredes de los gallineros sean tan gruesas que den lugarque se puedan hacer en ellas excavándolas órdenes de nidales para las gallinas, en los cua les pongan los huevossaquen los pollos; pues este méto do ts mas saludable y mas primoroso que el que usan algu nas personas de meter profundamente en las paredes unas estacas, y sobre ellas poner cestos de mimbres. Pero sean los nidales excavados en las paredes como hemos dicho, ó de cestos de mimbre, se les han de poner delante unos vestíbulosentradas, por donde pasen para llegarellos bien seaponer, bienempollar, para que no entren de vuelo, no sea que al caer quiebren los huevos con los pies: en seguida se facilitalas aves la subidalos tablados ea ambas separaciones, arrimandola pared unas alfagías me dianas, que se desigualan un poco formando escalones, pa ra que no se resbalen al subir por ellas. También se aplica rán por fnera de la parte del corraldichas ventanillas unas alfagías en forma de escaleras para que por ellas suban las aves al descanso nocturno. Pero sobre todo se ha de procu rar que así estos gallineros, como las demás oficinas deque hemos de hablar después, se enluzcan de fino por dentro y por fuera, para que ni los gatos ni las culebras puedan acer carselas aves, y se impida la entradaotros animales igual mente dañinos. No conviene que el ave cuando duerme se apoye sobre el tablado, para que no ki perjudique su es LIBRO OCTAVO 9 tiercol , que pegándoselelos pies le ocasiona gota. Para evitar este perjuicio se labranescuadra unos palos, no sea que si están rollizos y lisos no puedan recibir el ave al sal tar sobre ellos: después de haberlos labrado así, se intro ducen por sus extremidades en las dos paredes opuestas de manera que estén un pie mas altos que el tablado ydos de distancia entre sí. Esta será la disposición del gallinero. Pero el corral por donde se pasean las gallinas no ha de estar tan libre de estiércol como de humedad, pues es de la mayor importancia que no haya agua en él, sino en un sitio solo para que la beban, y ésta muy limpia, pues cuan do está llena de basura les ocasiona pepita. Sin embargo no se puede conservar pura sino encerrada en vasijas fabrica das al intento. Pero estos son unos dornajos de plomo que se llenan de aguade comida, los cuales está averiguado ser mas útiles que los de maderade barro cocido. Estos se cierran con tapaderas que se ponen sobre ellos y se horadan por los lados mas arriba de la mitad de su altura con aguje ros medianos, por los que puedan las aves meter y sacar las cabezas, y disten un palmo los unos de los otros. Pues sino se resguardan estos dornajos con tapaderas, las poca agua ó comida que hay en ellos la echan fuera las gallinas con los pies. Hay algunos que agujerean las mismas tapaderas por la parte superior, lo que no conviene que se haga , por que el ave poniéndose encima, ensucia con su basura la cernida y el agua. 1

CAPITULO IV. t , , De la comida de las gallinas. jLa mejor comida que se dalas gallinas es cebada molida pn un mortero y veza, y no menos gálgana, también mijo y panizo; pero estos granos donde lo barato de su valor lo permite, mas donde están mas caros es cómodo darles aecha duras menudas de trigo: aunque éste grano, aun en los parages en que está mas barato, no es útil dárselo, porque ha ce mallas aves. También se les puede dar vallico cocido, y no menos salvados medianamente apurados, los cuales si io COLUMELA. ho tienen harina alguna, de nada sirven, ni aun son apete cibles." A las que tienen hambre les gustan en extremo las ho jas y las semillas de cítiso, que les son muy agradables; y no hay pais alguno en que no pueda haber muchísima abun dancia de este arbusto. El orujo de la uva aunque las man tiene tolerablemente no se les debe dar sino en los tiem pos del año en que no ponen , porque con esta comida lo hacen raras veces, y ésas huevos pequeños: mas cuando des pués del otoño dejan de poner absolutamente pueden soste nerse con ella. Pero dése la comida que se délas que an dan por el corral , se dividirá en dos porciones , una se le» dará al principio del dia , y otra cuando ya va declinando la tarde, no solo para que por la mañana no se alejen mucho desde que salen del gallinero, sino para que antes de ano checer vuelvanél mas temprano por la esperanza de la comida y se pueda reconocer mas veces el número que hay de cabezas, pues el ganado de pluma burla con facilidad la vigilancia del que lo guarda. Donde quiera que hubiere en el corral un sitio cubierto por un colgadizo ú otra clase de techado se pondrá juntolas paredes polvo secoceniza, para que las gallinas puedan echárselo , pues con estas co sas se limpian las plumas y las alas, si es que damos crédi toHeracleto de Epheso 1 que dice lavarse los cerdos con cieno y las aves de corral con polvoceniza. A la gallina se le debe hacer salir del gallinero después de la hora pri mera del dia, y se ha de encerrar antes de la undécima. Es te cuidado que hemos referido es el que se ha de tener con la gallina que está libre en el corral: y sin embargo no se rá distinto el que se tendrá con la encerrada, sino queés ta no se deja salir y se le echa de comer en eí gallinero tres veces al dia y en mayor porción, pues la comida diaria de cada cabeza es cuatro cyathos , al paso quelas que están en libertad se les dan dostres. También conviene que la encerrada tenga un vestíbulo espacioso donde salga y tom$ el sol: y este ha de estar resguardado con redes, no sea que se arrojeél el águilael gavilán: cuyos gastos y cuidados no es útil emplearlos sino en los parages en que éstas aves tienen buenos precios. Pero lo mas principal así en estas aves como en toda especie de animales es la fidelidad del LIBRO OCTAVO n que cuida de ellas, el cual si no la observa para con su amo, ninguna ganancia que deje el corral excederásus costos. Basta con lo que se ha dicho sobre el modo de cuidar las gallinas : ahora vamoscontinuar tratando lo que resta por el orden propuesto.

CAPITULO V. De los huevos , su custodia , y modo de echarlos d las lluecas. Esta especie de aves acostumbra poner por lo común pasa- .do el solsticio de invierno; y las que son mas fecundas co mienzanhacerlo en los países mas templados al rededor de las calendas de enero; pero en los frios después de los idus del mismo mes. Mas conviene excitar su fecundidad con comidapropósito para que pongan mas temprano : es muy bueno darles cebadamedio cocer cuanta quieran» porque hace que los huevos sean mayores y que los pon gan masmenudo; pero esta comida se ha de sazonar, por decirlo así, mezclándole hojas y semillas de cítiso, porque lo uno y lo otro se cree que aumenta muchísimo la fecundidad de Jas aves. La porción de comida que se les ha de darlas que están en libertad será, como he dicho, dos cyathos de cebada; sin embargo se les ha de mezclar un poco de cítiso, y en su defecto1 de vezamijo. Pero el pollero deberá te ner cuidado de que éstas aves tengan cuando vayanpo ner los nidales cubiertos con paja muy limpia, y de bar rerlos de tiempo en tiempo, y de poner en su lugar otra paja lo mas fresca que pueda ser , pues en no haciendo es to se llenan de pulgas y de otros insectos semejantes que .lleva consigo el ave cuando vuelve al mismo nidal. Debe el pollero ser cuidadoso, y acechar las que están para poner , lo que ellas indican con frecuentes cacaréos interrumpidos por gritos agudos. Y así deberá observarlas hasta que .pongan los huevos, y visitar inmediatamente los nidales para reco ger los que hubieren puesto, y anotará los que haya reco gido y el dia en que lo ha hecho de cada cual, para poner á las lluecas los mas frescos: las lluecas las llamaban las gen la COLUMELA. tes del campo glocientes en Roma, y son las que quieren incubar. Los demás huevos se guardaránse venderán. Pe ro los maspropósito para echarloslas gallinas son los mas frescos , aunque también pueden echársele los que se han guardado con tal que no tengan mas de diez dias. Pe ro por lo común desde que las gallinas han concluido la primera postura , desean incubar cuanto pasan los idus de enero, lo que no se ha de permitirtodas que lo hagan; porquela verdad las nuevas son mas propias para po ner huevos que para empollarlos, y se les quita la gana de incubarlos con una plumilla que se les pase por las naric3s¡. Por lo cual convendrá echar mano para esto de gallinas viejas , que lo hayan hecho ya muchas veces , y sobre todo conocer bien sus propiedades , porque unas son mejores para sacar los pollos, otras son maspropósito para criar los que han salido; pero por el contrario hay otras que quiebran y se comen sus huevos y los ágenos, en cuyo caso se les deben quitar al instante. Mas los pollos sacados por dostres aves se deben trasladar, mientras todavía son chiquitos ,una que sea mejor cria dora, y esto ha de ser el primer dia que se pueda, an« tes que la madre pueda distinguir los suyos de los ágenos, por la semejanza que tienen entre sí. Sin embargo convie ne que esto tenga sus límites, pues no deben darseuna. gallina mas de treinta cabezas, y se asegura que no puede criar un número mayor. Se observa echarlas gallinas los, huevos en número impar, el cual no es siempre el mismo, pue3 en el primer tiempo, esto es, en el mes de enero, se les deben echar quince, y nunca mas; en marzo diez y nue* ve, y no menos que éstos: en abril veinte y uno¡ en seguí» da en todo el estío hasta las calendas de octubre otros tan tos : después es lupérfluo el cuidado de esto, porque los pollos que se sacan durante los frios mueren. Sin embargo muchas personas creen que no es bueno el echar lluecas desde ci solsticio del estío en adelante, porque aunque des de este tiempo es fácil criarlos, no toman sin embargo bal* tanto incremento, Pero en los parages inmediatosla ciu» dad, donde los pollos sacados de debajo del ala de la roa» dre se vendenprecios no pequeños, y no se mueren por LIBRO OCTAVO. i3 lo comnn, se ha de aprobar que se saquen en el estío. Cuando se echan los huevosuna llueca, se ha de tener siempre cuidado de hacerlo en la creciente de la luna, des de el décimo dia hasta el decimoquinto ; porque el echár selos en estos dias es ordinariamente lo mejor, y porque se debe manejar ésto de manera, que cuando salen los pollos esté la luna otra vez en creciente. Los huevos de gallina ne cesitan veinte y un dias para animarse y tomar la figura de aves ; pero los de pava real y los de gansa han menester un poco mas de veinte y siete : los cuales si se echanlas ga llinas dejaremos que los estén empollando diez dias antes de echarles los de su especie, que se les pondrán cuatroá lo mas cinco: pero estos de los mas grandes, pues de hue vos pequeños salen aves diminutas. Fuera de esto cuan do alguno quisiere sacar muchisimos machos pondrála gallina los huevos mas largos* y puntiagudos que encuen tre; y por el contrario cuando quisiere tener hembras los mas redondos. Pero la práctica de echar lluecas que han en señado los que ponen mas esmero en estas cosas, es del mo do siguiente. En primer lugar escogen los nidales mas reti rados para que las lluecas no sean inquietadas por las otras aves: en seguida, antes de extender cosa alguna por encima de ellos, los limpian con cuidado y sahuman con azufre, betún y tea encendida la paja que han de echar debajo de los huevos ; después de sahumada la echan en los ni dales, excavándola de suerte que no caigan los huevos trastornados por ellas cuando entran en el nidalcuan do salen de él. Hay también muchísimas personas que ponen debajo de la paja un poco de grama y unas ra millas de laurel , y asimismo cabezas de ajo con clavos de hierro: todo lo cual se cree ser remedio contra los true nos , que echanperder Jos huevos y matan los pollos á medio formar, antes que se desenvuelvan todos sus miem bros. Pero el que pone los huevos debajo de la gallina pro cura no irlos arreglando unouno con la mano, sino los junta todos en un dornillo, y en seguida los deja caer con suavidad en el nidal que ha preparado. Maslas gallinas que están empollando se les ha de poner la comida inme diata, para que estando satisfechas se mantengan en el i4 COLUMELA. nidal con mas afición, no sea que alejándose mas enfrien los huevos, los cuales aunque ellas los vuelvan con los pies, sin embargo cuando las madres hayan salido del nidal el pollero debe registrarlos y rodearlos con la mano, para que que recibiendo el calor con igualdad se animen fácilmente y para si algunos se han lastimadoquebrado con las uñas de la llueca, los saque. Y cuando haga esto examine el dia diez y nueve si los pollos han horadado los huevos con los piquillos , y escuche si pian , pues muchas veces no pueden salir por lo recios que son los cascarones. Y así convendrá sacar con la mano los pollos que se detengan en salir, y ponerlos debajo de la madre para que les dé calor, sin ha cer esto mas que tres dias, pues pasados los veinte y uno, los huevos en que no pian pollos no los tienen , y se han de sacar para que la gallina no se detenga mas tiempo so bre ellos con la vana esperanza de sacar pollos. Pero no conviene quitárselossu madre unouno conforme van saliendo, sino dejarlos un dia en el nidal con la madre sin darles de comer ni de beber hasta que todos estén fuera. Al dia siguiente, cuando toda la echadura habrá salido, se sa ca del nidal del modo siguiente. Se pondrán los pollos so bre un harnero que haya servido ya para acribar vezaaun vallico, en seguida se les sahumará con ramas de poleo; este sahumerio parece que los preserva de la pepita, la cual los mata con mucha prontitud cuando son chiquitos. En se guida se han de encerrar con la madre, y se han de man tener moderadamente con harina de cebadade escaña que se rociará con vino; pues se ha de evitar sobre todo el que tengan indigestión , y por esolos tres dias se han de en cerrar con la madre en una jaula, yantes que se echen fue ra para tomar comida nueva , se han de tentar cada uno de por sí para ver si tienen en el buche alguna cosa del dia anterior , pues si no está vacío es señal de indigestión , y en este caso no se les debe dejar comer hasta que digie ran. A los pollitos pequeños no se les debe permitir alejar* se , sino que se les debe retener cerca de la jaula y se les ha de dar de comer harina de cebada hasta que se fortifiquen: también se ha de procurar que no les llegue el aliento de las serpientes, cuyo olor es tan pestilencial quetodos los LIBRO OCTAVO i5 mata. Esto se precave quemando muchas veces asta de ciervo,galbauo,cabello de muger; porque ordinaria mente con el humo de todas estas cosas se alejan dichos ani males pestilenciales. Pero se ha de procurar mantenerlos en un calor moderado , porque no aguantan el calor ni el frió; y lo mejor es tenerlos encerrados en el gallinero con ra madre, ylos cuarenta dias dejarlos andar por donde quieran. Pero en los primeros dias de su infancia por de cirlo así se han de tomar en las manos y quitarles las plu millas de debajo de la cola , no sea que ensuciándose con la basura se endurezcan y le tapen el orificio; y aunque se tomen estás precauciones muchas veces sucede que el vien tre no tiene por donde desocuparse, y entonces se aguje rea el sitio tapado con una pluma y se abre caminolos excrementos. Pero se ha de evitar1 que Ies dé la enfermedad de la pepita , tantolos pollos cuando ya se han fortifica do j cOraolas mismas madres; la cual para que no se les forme, les daremos agua muy limpia en vasijas muy asea das, les sahumaremos siempre los gallineros, y los limpia remos de suerte que no quede estiércol en ellos. Mas sipe sar de ésto les acometiere esta enfermedad , hay algunos que les introducen en las fauces unos pedacitos de ajo mo jados en aceite tibio. Otros les echan en el pico orina tibia de hombre, y se lo aprietan hasta que lo salado de la ori na con la náusea que les causa les obligueechar la pe pita por las narices. También les hace provecho la uva que los griegos llaman angian saphilén* mezclada con la comida, ó molida y dadabeber en el agua. Y estos remedios se aplicanlas que no están todavía muy malas, pues si la pepita rodea los ojos y el ave reusa ya la comida, se le abren la mejillas con un hierro, se exprime toda la mate ria que se ha recogido debajo de los ojos, y después se pol vorea sobre las heridas un poco de sal molida. Esta enfer medad se origina principalmente cuando las aves padecen frió y escasez de comida ; también cuando por el estío be ben el agua encharcada en los corrales: igualmente cuando se les ha dejado comer higosuvas sin madurar, aunque no haya sido todo lo que han querido, de cuyos alimentos se han de abstener seguramente las aves; y para que las i6 , { tomen oposición se presentalas que tienen hambre un racimo de uva silvestre cogido sin madurar de los vallados y cocido con harina fina de trigo , e incomodadas las aves con el mal gusto que tiene, desprecian toda clase de uvas. Lo mismo sucede con el cabrahigo que se dalas aves co cido con la comida y les causa fastidiolos higos. Obsér vese, como en los ganados, la costumbre de escoger las me jores cabezas y vender las peores, para que todos los años por el tiempo de otoño, cuando cesa su producción, se dis minuya su número. Y nos desharemos de las viejas, estoes, de las que han pasado de tres años : asimismo de las que son poco ponedoraspoco buenas criadoras , y principal mente las que se comen sus huevoslos ágenos, y no me nos de las que empiezancantar como gallos ypisar las otras gallinas; asimismo ,de los pollos1 tardíos, que habien do nacido después del solsticio no han podido tomar todo sn incrementa Pero en los machos no se observará el mismo método, sino que los conservaremos en siendo de buena casta todo el tiempo que puedan cubrir las hembras» porque en es tas aves es muy raro el macho que sale bueno. En el tiempo que hemos dicho dejan de poner las aves , esto, es , des pués de los idus de noviembre , se les han de dejar de dar las comidas mas costosas, y se les ha de dar orujo de uvas que las mantiene bastantemente bien , añadiendo alguna vez aechaduras de trigo. '>•(. -j •;,.,!....... r . . ; '*

CAPITULO VL De cómo se han de guardar los huevos para que duren mucho tiempo. La conservación de los huevos por un largo espacio de tiempo no es tampoco agena del cuidado que se ha de tp? ner con estas aves: estos se conservan bien en el invierno si los cubres con paja, y en el verano con salvado, Algunas personas los cubren antes durante seis horas con sal moli da: después los limpian y los meten en pajasalvado. Al gunos los ponen entre habas enteras y otros entre las mis« mas molidas; otros los cubren con sal sin moler, otros los LIBRO OCTAVO endurecen con salmuera caliente. Pero la sal , esté como estuviere, así como no los deja corromperse, así también lo* disminuye1, impidiendo -que permanezcan llenos, lo cual aleja al comprador. Y asi ni aun los que echan los huevos en salmuera los conservan en su integridad. .. "

CAPITULO VII. tj. 1 , Del modo de cebar las gallinas. Aunque el engordar las gallinas sea mas de la incumben cia de un recovero que de la de un labrador, con todo eso, como se consigue sin dificultad-, be creído dar preceptos al intento. Para esto se necesita un sitio muy caluroso y de muy poca luz: en él se meterán las gallinas cada' una en una jaula muy estrecha,en una espuerta, que se colgarán, pero tan apretadas que no puedan revolverse. Mas las jau laslas espuertas tendrán unas aberturas por ámbos lados, la una para que saquen la cabeza, y la otra para la cola y el cuarto trasero ,fiu de que puedan tomar la comida, y, después de haberla digerido echar el excremento de manera que no se ensucien con él. Se les extenderá por debajo paja muy limpiaheno blando, esto es tardío, porque si la cama es dura, no engordan con facilidad. Toda la pluma de la ca beza , de por bajo de las alas y de los muslos , se les arran ca, aquella para que no crie piojos, ésta para que no se les ulcere el ano con la basura. Y para comer se les dá harina de cebada que se amasa con agua y se hacen pelotas con las cuales engordan. Los primeros dias se les deben dar és tas con mas economía , hasta que se hagandigerir .una porción mayor; porque es menester sobre todo evitar las in digestiones, y darles solamente la cantidad que puedan di gerir; y no se les lia de arrimar la comida nueva antes de que tocándoles el buche se reconozca no haberles quedado nada de la antigua. En seguida, luego que el ave se lia har tado de comer, se baja un poco la jaula y se echa fuera, pero no para andar por todas partes, sino para que en el caso de que algún vicho la piquela muerda, lo persiga con el pico. Este es por lo común el método que siguen los Tom. II. B 18 '" COLUMELA. -! que engordan aves. Pues los que ademas de ponerlas gordast quieren que estén tiernas" V echan aguamiel nueva sobre la harina que hemos dicho, y de pstá suerte las ceban: algu nos mezclan una parte de vino buen» con tres de agua, y engordan el ave con pan de trigo-remojado en ella. La ga llina que se ha empezadocebar el primer dia de la luna (porqueesto también se^ha de atender) está perfectamen te gorda al vigésimo. Pero si la fastidiare la comida , con vendrá dismiiiuírséía por btVos tantos dias' corno han pasado desde que se empezócebar: de suerte sin embargo que el tiempo de la ceba no pase del dia vigésimoquinto de la lu na. Pero lo mas esencial es destinar las aves ma3 grandes á las mesas mas suntuosas: pues-de esta suerte tiene el traba*1 jó / el gasto una digna recompensa! 1 1 ' QAPITULO VIII. '."', Del modo de engordar las palomas torcaces y de otrat castas , y del establecimiento del paloináf¿' ' . .. ...(.. .. . " Por estetismo método se consigue poner muy gordos los palomos tanto' torcaces como caseras: V sin embargo no hay tanta utilidad en cebarlos como en criarlos. Pero el tener estas aves no desdice del cuidado de un buen labrador. Y se mantienen con menos comida en los parages que están le jos de poblado, etilos duales se les permite salir libremen te, porque entran con frecuencia en los sitios que se Ies se ñalan en las torres mas altasen los edificios mas elevados por las ventanas que se les dejan abiertas , por las cuales sa len volandobuscar su alimento. Sin embargo por dos ó tres meses se les da comida que se ha tenido el cuidado de prevenirles; en los demás del año ellas mismas se mantie nen con las semillas que encuentran eh el campo. Pero es to no lo pueden hacer en los sitios inmediatospoblado, porque caen en las Varias especies de lazos que Ies ponen los cazadores: y así se les debe echar de comer debajo de techado, en un sitio de la casería que no esté en bajo ni sea frió, sino sobre un piso que se hará eri un sitio eleva do que mire al' medio dia de invierno. Y sus paredes, para no repetir lo que ya hemos dicho, se excavarán con órde LIBRO OCTAVO. nes de hornillas, como Hemos prevenido para el gallinero, ó si no acomodare de este modo, se meterán en la pared unos palos y sobre ellos se pondrán tablas que recibirán ca silleros en los cuales harán las aves sus nidos, ú hornillas de barro con sus -vestíbulos por delante, por los cuales pasen para llegarlos nidos. Pero todo el palomar y las mismas hornillas de las palomas se deben cubrir con un enlucido blanco, porque es el color con que se deleita principalmen te esta especie de aves, y también se han de enlucir por fuera las paredes-principalmente en la inmediación de la ventana; que 'estará colocada de manera que dé entrada al sol la mayor parte del dia de inviernovy tendrá puesta una jaula bien espaciosa rodeada de redes que no deje entrar á los gavilanes y dé acogidalas palomas que salgantomar el sol, proporcionando asimismo á.las que éstán en huevos ó sobre los pichones la facilidad de salín del palomar, no sea que las fatigue demasiado la pesada esclavitud de una cárcel perpétua: pues así que hayan volado un poco al rede dor de los edificios1, con el gusto que tienen se restablecen y vuelven con mas ardorestar con sus pichones, que son causa de que no procuren alejarse ni huir. Los bebederos deben ser semejantesJos de las gallinas, queden entrada á los cuellos de los palomos que hayan de beber en ellos, pero nolos cuerpos de los que quieran bañarse, pues no es con veniente para los huevos, ni para los pichones que han de cu brir, que hagan esto.' La comida convendrá echárselalo largo de la pared , porque éstas son ordinariamente las par tes del palomar que están sin palomina. La comida que se cree convenirles mas es la vezael yero, también la len teja, el mijo, el vallico, y no menos las aechaduras de tri go , y si hay algunas otras legumbres con que se manten gan igualmente las gallinas. El palomar se debe barrer y limpiar de tiempo en tiempo, porque mientras mas aseado esté, mas alegre se deja ver el ave, y es tan difícil de con tentar, que muchas veces toma aversión
CAPITULO -I IX. : .> De cómo se engordan las tórtolas. , ». . , »*»'.•; " •.. .) : i .,!:;•; :fV| r. (»i.o i. i >•; .i':.¡ib r. ) La cria de las tórtolas es;in«til, porque esta especie no po* ne ni saca en la pajarera: del mismo modo que están cuan do se cogen al vuelo se destinan para cebarlas: y por lo mismo se engordan con menos trabajo que las demás aves; pero no eü todo^ tiempos,' pues en el invierno aunque se pongan los medios lo hacen con dificultad , y sin embargo baja su precio por haber mas abundancia de zorzales. Por el contrario en el estío engorda la tórtola por sí misma, con tal que no le falte comida. Pues no hay nada mas que ha cer que echarle de comer; pero sobre todo mijo , y no por que engorden menos con el trigocon otros granos, sino porque éste es el que mas les gusta: sin embargo las sopas de pan remojadas en vino las engorda en el invierno así á ellas comolos palomos torcaces mas que las deroas comi das. Para que se aniden no se les hacen comolas palomas casilleros ú hornillas excavada» en la pared , sino que se cla van en ella palos en líneas, y sobre estos se ponen esterillas de cáñamo, y por delante redes que les impiden volar, pues si hacen esto se ponen flacas. Aquí se les echa continua mente para alimentarlas mijotrigo ; y estos granos no Tom. II. B3 Mi columela. convienen sino secos; quedando satisfechas ciento y veinte tórtolas con medio inódio de comida que se les dé cada dia. El agua se les dá siempre recien cogida y muy limpia en bebederos como los que sirven para las palomas y las galli nas, y las esterillas se limpian para que la basura no les queme los pies: ésta sin embargo se debe conservar con cui dado para el abono de los campos y de los árboles, lo mismo que la de todas las avesexcepción de las acuáticas. La edad avanzada de esta ave no es tanpropósito para engordarla como lo es la nueva. Y así se escoge cerca de la recolección de granos cuando ya se ban fortificado los pichones.

CAPITULO X. '' " r '"!" ' j .. Del modo de engordar los zorzales, i . .. r " ó Los zorzales necesitan mas trabajo y mayor gasto. A Ta ver dad en toda clase de campos pueden mantenerse, pero les es mas saludable el en que se han cogido, pues se trasladan con dificultadotro parage: porque en estando encerrados en jaulas la mayor parte 6e desesperan, lo . que les sucede también si en el mismo momento en que han sido cogidos se trasladan desde la redlas pajareras, y asi, para que es to no se verifique, se deben mezclar entre ellos algunos co gidos algún tiempo antes, que criadoseste efecto por los cazadores , sirvan de añagaza para los que se cogen nueva» mente, y volando entre ellos, mitiguen su tristeza, pues de esta suerte se acostumbrarán los silvestresquerer beber y Comer , si vieren que los amansados lo hacen. Quieren un sitio resguardado y expuesto al sol , como lo quieren los palomos: pero en él se ponen varales atravesados que se me ten en agujeros que se hacen en las dos paredes opuestas, en los que se encaramarán cuando después de haberse satis fecho de comida quieren descansar : estos varales no de ben estar mas elevados de la tierra que lo que permita la estatura de un hombre, de suerte que estando en pie pue da llegarellos. La comida se pone en los sitios de la pa jarera que lio tienen varales sobre sí, para que se manten ga mas limpia: pero siempre se les deben dar higos secos molidos con cuidado, y mezclados con ñor de harina tan co LIBRO OCTAVO a3 piosamente que se los dejen de sobra. Algunas personas hay que los mascan y se los echan después de mascados, pero esto apenas tiene cuenta cuando hay un número grande de zorzales, porque no es corta la paga de los que los mascan, y ellos mismos se comen algunos por lo agradable de su sa» bor. Muchas gentes piensan que se les debe dar variedad de comidas, no sea que se fastidien si se les da una sola. £sta variedad es cuando se les echan semillas de arrayan y de lentisco, también aceitunas de acebuche, bayas de ye» dra y no menos madroños, pues esto es'io que también- apetecen ordinariamente erf los campos; lo cual, asimismo lesquita ladesganacuando'estánenlaápajareras,yalmis mo tiempo les excita el apetito,; lo quei' es muy ventajoso; pues mientras mas comen mas pronto engordan. Sin embar go también se les ponen comederos llenos de' mijo,' que es unalimentomuysólido,porque lasCosasquehemosdicho arriba se Ies dán por vía de postres. Los bebederos en que; se les dará agua recien cogida y limpia serán no desemejan teslos de las gallinas. Marco Terencio dice que con este' gasto y con este cuidado se habia vendido en tiempo de nuestros abuelos cada, uno en tres denafios, cuando los que triunfaban daban Un convite al pueblo. Pero como ahora el lujo de nuestra édad ha hecho cuotidianos estos precios, no deben despreciar seguramente los labradores esta utilidad. Ya hemos recorrido casi todas las especies de animales que se mantienen dentro de la casería: ahora es menester tratar de los que se dejan salircomer en el campo. ' * • 1 " J '

CAPITULO XI. 1 Delospavosreales,ymododecriarlos. •)í¡-, j., v. i: . • , • •.. r Hj •:>". ,u:¡: > t.u .t.t> :?• n'tt, •>», aiV -> La criadelospavosrealespidemasbienelcuidadodeun padre de familias que habite en la ciudad que el de nn campesino tétrico. Pero sin embargo no es este cuidado age* no de un labrador que procura adquirir de todos modos placeres con que hacer agradables las soledades del campo. La hermosura de estas aves deleita aunlos extraños, y cori mayor motivosus dueños. Y así se guardan con facilidad ¿4 O COLUMELA. en islas pequeñas y cubiertas de bosques , como son las que están cerca de las costas de Italia : porque como no pueden volar muy alto ni muy largo, y por otra parte no hay te mor de que las arrebaten los ladrones, ni los animales no civos, vagan con seguridad sin guarda, y se adquieren la ma yor parte de la comida. Las hembrasla verdad, como que están libres de la esclavitud, crian espontáneamente y con mas afición sus hijos i y el que cuida de estas aves no debe hacer otra cosa que llamarlasciertas horas del dia con una señal, que les dará, y echar un poco de cebadaá.las que acu dan,paraque elavenotengahambreysereconozcaelnúme rode lasquevienen.Peroraravezse poseeuna islasemejan te;por loqueenloslugaresqueestán tierraadentroen elcon* tinenteesmenestertenermayorcuidado:yéste esen la for ma siguiente. Se cerca con una tapia elevada un campo llano cubiertodeyerbas iybosque:átresdesusladosseaplican unos colgadizos, y en el cuarto se hacen dos apartamentos, para que uno sea habitación del guarda, y el otro establo de los pavos. En seguida se hacen debajo de los colgadizos uuos encañados ámaneradejaulascomolasqueseponensobrelos palomares. Estosencañadosseseparan por ciertasespeciesde rejas formadas de cañas que se atraviesan, por mediotre chos y cada parte debe tener dos entradas, una por cada la do. Y el establo debe estar libre de humedad, en su suelo se clavarán hiladas de estaquitas pequeñas, cuya extremi dadsuperior estaráaguzadaformando lengüeta,queseintro ducirán en varales transversales que estarán agujereados al intento. Estos varales que se han de poner sobre las está- quitas deben ser cuadrados; pero son de quita y pon, para que cuando el caso lo exigiere , sacándolos de las estaquitas, den entrada librelos que vayanbarrer el establo. Esta especie de aves así que ha cumplido tres años procrea muy bien, como quiera que en la edad tierna es estérilpoco fecunda. El pavo tiene la lubricidad de los gallos , y por es to necesita tener cinco hembras, porque si ha pisado mu chas vecesuna ú otra que están llenas echaperder los huevos apenas formados en el vientre, y no deja que el ave llegue a ponerlos naturalmente, porque caen de Ja matriz antes de llegarsu perfección. A fines de invierno se ha LIBRO OCTAVO a5 de excitar el ardor de estas aves en uno y otro sexo con co midas estimulantes : contribuye muchísimoesto tostar habasun fuego ligero , y dárselas calientes en ayunas de cinco en cinco dias , sin exceder no obstante la tasa de seis cyathos para cada ave. Esta comida no se ha de echar á todos en común , sino separadamente en las divisiones que he propuesto conviene hacer con cañas entretejidas se ha de poner lo que correspondacinco hembras y un ma cho, y también agua que sea para beber. Así que se ha hecho esto se llevan los machos cada unosu división con las hembras, ytoda la pavada se da de comer con igualdad. Lo que es muy conveniente, pues en esta es pecie de aves hay algunos machos peleadores, que no de jan que los mas endebles coman ni pisen las hembras, como no estén separados de esta manera. Pero por lo co mún en los parages expuestos al sol , el deseo de pisar las hembras fatigalos machos cuando empiezanso plar los vientos favonios : este tiempo es después de los idus de febrero antes del mes de marzo. Las séllales de estar estimulada su pasión son cuando se cubre como si se admirara de sí mismo con las plumas brillantes de su cola, y cuando hace esto se dice que hace la rueda. Des pués del tiempo en que se han pisado las hembras se han de guardar para que no pongan en otra parte que en el establo; y se les ha de tentar muchas veces con los dedos el orificio , porque las que están cerca de po ner , tienen los huevos asomados ; y así las que están en este caso se han de encerrar para que no pongan fuera del establo. Y sobre todo en el tiempo de la postura se ha de extender en éste mucha paja , para que se reci ban con mas seguridad los huevos, y sin quebrarse, por que por lo común las pavas, cuando vienentomar el descanso de la noche, ponen los huevos subidas en los antedichos varales , pues mientras mas de cerca y mas en blando caigan, mas intactos se conservan. Por consi guiente en los tiempos de postura se han de recorrer to dos los dias los establos , y se han de recoger todos los huevos que están en el suelo, los cuales cuanto mas fres cos se echenlas gallinas, con tanta mas facilidad se sa a6 COLUMELA. can los pavillos1. La primera postura es ordinariamente de cinco huevos ; la segunda de cuatro ; y la tercera de tresde dos. Y no hay que permitir que las gallinas de Rhodas incuben los huevos de pava real ', pues ni aun sus pollos los crian bien; sino que se escojerán gallinas vie jas de las mas grandes entre las de nuestro pais , y se las tendrá nueve días contados desde la entrada de la luna sobre nueve huevos , cinco de ellos de pava , y cuatro de gallina : el dia décimo se sacarán estos últimos , y se pondrán en su lugar otros tantos nuevos de la misma es pecie, para que salgan con los de pava el dia treinta de la luna, que por lo común es el de la luna nueva. Pe ro no se ha de escaparla vigilancia del guarda' el ob servar cuando sale la llueca del nidal para llegarseél con frecuencia, y rodear con la mano los huevos de pa va que por su magnitud se mueven con mas dificultad por la gallina , y para hacer esto con mas exactitud , se ñalará un lado de ellos con tinta, lo que le servirá de se ñal para ver si la gallina los ha rodeado. Mas tengamos presente que se preparen para esta operación las gallinas mas grandes de corral , porque si son medianas de cuer po , no deben empollar mas que tres huevos de pava, y seis de su especie. Así que haya sacado los pollos se deberán poner los de gallina con otra, y juntar con una los que salgan de pava, hasta que se forme una camada de veinte y cinco cabezas. Pero en habiéndose sacado los pollos no se quitarán (como ni los de gallina) el pri me* dia de debajo de la madre: al siguiente se trasla daránuna jaula con la que los ha de criar : en los pri meros días se mantendrán con harina de cebada rocia da con vino ,con una papilla hecha con cualquiera es pecie de grano, y dejada enfriar. Pocos dias después se ha de añadiíéste alimento puerro de Tarento picado, y queso tierno fuertemente exprimido, porque es evi dente que el suero es -dañosolos pavillos. Las lan gostas que 6e les han quitado los pies se tienen por úti les para mantenerlos, y se les deben dar hasta el sexto mes ; después basta echarles cebadamano. También pue den sacarse con bastante seguridad al campolos trein LIBRO OCTAVO a7 ta y cinco días de haber salido del cascaron , y sigue la carnadala gallina que va cacareando, como si ésta fue ra su madre. El guarda la lleva al campo metida en una jaula, y echándola fuera, la custodia teniéndola atada de un pie con una guita larga, y van voleteando al rededor de ella los pa vi líos: los cuales, así que han comido hasta no que rer mas, dan la vueltala casería, siguiendo como he dicho los cacareos de la que los está criando. Y están bastante conformes los autores en que no se debe echar de comer en el mismo sitio queesta gallina ,otras que estén criando pollos de su especie , porque desde que han visto los pavillos, dejan de querersus pollos, y los abandonan sin haberlos acabado de criar , habiéndoles se* guramente tomado aversión, porque no igualan al pavo ni en magnitud ni en hermosura. Las mismas enferme dades sufren estas aves que suelen padecer las gallinas, y no se les dan otros remedios que los que se aplican á éstas : pues la pepita , la indigestión , y otras cualesquie ra enfermedades, si les dan, se curan con las mismas me dicinas que hemos propuesto. Pasados siete meses de ha ber salido, deben encerrarse en el establo con Jos demás* para que tomen el descanso de la noche; pero se ha de procurar que no se mantengan sobre la tierra, pues los que se acuestan así se han de levantar, y poner sobre los varales, para que no los incomode el frió.

CAPITULO XII. De las gallinas de Numidia y de las rústicas, .. . El modo de criar las gallinas de Numidia es poco mas ó menos como el de los pavos reales ; pero las silvestres, que se llaman rústicas , no ponen en la esclavitud , y por esto nada prescribimos con respectoellas , sino que se Jtes dé de comer hasta que no quieran mas ,fin de que sean maspropósito para cubrir las mesas en los convites. a8 COLUMELA. r. i , ".!.. ... .' - ' *f 1 " •" '

CAPITULO XIII. ; De las aves amphibias en general, y de los gansos en particular. Ahora pasotratar de las aves que llaman amphibias \ porque no solo apetecen los pastos de la tierra , sino tara- bien los del agua, no t estando mas habituadosaque lla quelos estanques, Y entre las de esta clase ningu na hay tan gratala gente del campo como el ganso, pdrque no exige ei mayor cuidado, y es un guardián mas vigilante que el perro , pues eon su graznido des cubrelos que ponen asechanzas, según se nos ha trans mitido por la historia haber sucedido en el asedio del capitolio 2 cuando gritó unola llegada de los galos, mientras los perros no chistaron. Y esta ave no se pue de tener en todas partes , como opina muy verdadera mente Celso, que 'dice de >esta "manera : wel ganso no sé sostiene fácilmente sin agua ni sin mucha yerba, ni es útil en los plantíos , porque arranca todas las produc ciones tiernas-á que puede alcanzar." Pero si en algún parage hay un; rio .ó una laguna, abundancia de yerbas, y no menos siembras inmediatas, también se ha de criar esta especié de aves , lo que pensamos nosotros hacer igualmente, no porque sea de gran producto , sino por que es de poco gravamen : sin embargo da de sí ansa rones y plumas , que se pueden arrancar no una vez al año, como se corta la lana a las ovejas , sinb'düs, en la pri mavera y en el otoño. Y por estas causas conviene segur ramente, si la dualidad de los lugares 'lo permite , criáf, aunque sean pocos , y destinarcada macho tres hem bras : pues por su pesadez no pueden pisar mas. Asimis mo para que estén puestoscubierto , conviene hacerles en lo interior del corral, y en rincones retirados, unos co bertizos donde se echen y hagan sus posturas, •1" LIBRO OCTAVO

CAPITULO XIV. Del modo de criar los gansos , y de la preparación del tugar donde se haga esto con comodidad. L09 que quieran tener manadas de aves nadadoras han de formar chenoboscios 1 , que solo estarán florecientes si se hubieren dispuesto del modo siguiente: se cerca un cor ral separado de todo el demás ganado con una tapia de nueve pies de alto , y sus colgadizos de manera que en alguna parte de elios esté el cuarto para el guarda. En se guida se construyen debajo de estos colgadizos unos co bertizos cuadrados de mampuesto,aunque sea de unos ladrillemos, los cuales basta que tengan tres pies en todas direcciones cada uno, y una entrada con puerta sólida, porque en el tiempo de la postura se deben cerrar exac tamente. Y si fuera de la casería , y no lejos de ella hubie re rio ú estanque, no se buscará otra agua; pero si no hay uno ni otro, se harán una cisterna y una piscina ar tificiales, para que baya donde puedan zabullirse, pues sin este recurso no pueden vivir con comodidad mas que con el de la tierra. Se les destinará también un campo pantanoso , pero abundante de yerbas , y se sembrarán otros pastos, como veza, trébol, alholva , y sobre todo aquella especie de chicoria que los griegos llaman se- gis \ También se han de sembrar para este efecto muy particularmente semillas de lechuga, porque es una ven. dura muy tierna, y la apetecen con muchísima ansia estas aves : fuera de que es una comida útilísima para los ansarones» Preparadas estas cc«as, se ha de procurar escoger machos y hembras de cuerpo muy grande, y blan» eos, pues hay otra especie de ganso pintado, que sien* do al principio silvestre se ha amansado , y se ha hecho doméstico: este no es igualmente fecundo, ni de tanto precio, por lo cual de ninguna manera se ha de criar, £1 tiempo maspropósito para juntar los gansos con las hembras es desde el solsticio de invierno, y el-mas ade« cuado para que pongan y empollen las gansas es desdé 3o COLIMELA. ! las calendas ele febreromarzo, hasta el solsticio que se verifica ácia fines de junio. Y se juntan, no como las aves anteriores de que hemos hablado manteniéndose sobre la tierra, sino que lo hacen comunmente en ios rios ó en las piscinas; y cada hembra hace tres posturas al año , si no se la deja que empolle sus huevos , lo que es mas conveniente que el dejarlas que lo hagan: pues las gallinas crian mejor los ansarones, y se hace la carnada mu* cho mayor. En la primera postura ponen las gansas cin co huevos, en la segunda cuatro, y en Ja tercera tres: algunas personas dejan que saquen esta última las mis mas madres , porque han de estar sin poner en el resto del año. Pero de ninguna manera se ha de permitirlas hembras poner fuera de su corral , sino cuando se viere que buscan sitio donde hacerlo , se les ha de apretar el vien tre para examinar su estado, porque si se acerca la ho ra de poner se tocan con el dedo los huevos que están abocadosla boca de la matriz, por lo cual se deben lle var al cobertizo , y encerrarlas en él para que pongan; y esto es suficiente hacerlo una vez con cada una , por que todas ellas vuelven al mismo sitio donde han pues to la primera vez. Mas en la última postura, cuando que remos que ellas mismas empollen, se han de señalar los huevos de cada gansa , para que se echenlas que los lian puesto : porque se dice que la gansa no saca los agenos si no incuba al mismo tiempo los suyos. A las gallinas se les echan tantos huevos de esta especie como de pava real ; esto es , cinco cuando mas , y tres cuando menos; perolas mismas gansas , sietelo menos , y oncelo mas. Y se debe tener cuidado de poner raices de ortigas debajo de los huevos. Con cuya especie de remedio se curan para que no se pueda hacer dañolos ansarones cuando hayan salido del cascaron , los cuales mueren si les pican las ortigas cuando chiquitos: para que estos se formen, y salgan se necesitan treinta dias cuando hace frió, porque en los días calientes son bastantes veinte y cinco ;isin embar* go el ansarón sale muchas mas veceslos treinta. Y mien tras es pequeño, en I09 diez dias primeros come en el co bertizo con su madre: después, cuando el buen tiempo lo LIBRO OCTAVO 3i permite, se sacalos prados ylas piscinas , y se ha de cuidar que no se pique con las espinas de la ortiga, y que no entre con hambre en el pastadero, sino que antes co ma chicorias picadas ú hojas de lechuga hasta que no quiera mas, porque si váél cuando todavía está poco fuerte, y con necesidad de comida, se obstina tanto en tirar de las matas y de las yerbas mas chiras, que se le rompe el pescuezo3. También es bueno echarle mijo, y aun trigo mezclado con agua ; y luego que se ha pues to algún tanto fuerte se junta con sus iguales en la ma nada, y se mantiene con cebada, la cual no es inútil dársela tambiénlas madres. No conviene-meter en nn cobertizo mas de veinte ansarones, ni de manera algu na encerrar los pequeños con los mayores, porque el mas fuerte mata al mas débil. Los nidales en que empollan conviene que estén muy secos , y que tengan paja exten dida ; y si no la hubiere, heno, que les es muy agradable: En cuantolo dema» se ha de observar lo mismo que en los pollos de oirás especies-, que no puedan llegar don de están la culebra, el hurón, el gato, ni aun la co madreja, porque esto» animales dañinos hacen una car nicería terrible en estas aves cuando son pequeñitas. Hay algunas personas que arrimanlas gansas que están em pollando cebada remojada, y no-dejan que desamparen muchas veces el nidal: después, en habiendo sacado los ansarones, les echan los cinco dias primeros polentaha rina amasada con agua, comolos pavos reales. Algu no» también les dan mastuerzo verde picado muy menu do1 en el agua, y es para ellos una cernida muy agrada ble. Después, así que tienen cuatro meses, los 'mas gran des se destinan para cebarlos, porque la tierna edad se tiene principalmente por la maspropósito para esto: y el engordar estas aves es una cosa muy fácil, porque no- hay necesidad de darles otra' cosa mas que polenta ,' y flor de harina tres veces al dia :, con tal que' se les pro porcione beber copiosamente, y no se les deje! libertad para andar de una parteotra , y estén en un sitio ca liente y obscuro : cosas que contribuyen muchocriar gordura. De esta manera en dos meses engordan, y por 3» COLUMELA. lo mismo aun los ansarones mas nuevos se ponen gordos muchas veces en cuarenta días.

CAPITULO XV. De los patos domésticos y silvestres, de las cercetas, mergansares y otras aves semejantes. El cuidado del nesotrophio 1 es semejanteeste , pero su costo es mayor: porque se mantienen encerrados en él los patos , las cercetas , los patos silvestres , los mergansares y otras aves semejantes que escarban en los estanques y lagu nas. Se escoge un sitio llano que se cerca con una tapia de quince pies de alto: en seguida se cubre con un enrejado que se le pone por encimacon redes de malla grande, para que no puedan irse las aves domésticas, ni entrar las águilasgavilanes. Y toda esta cerca se enluce bien por dentro y fuera, para que no se introduzca ningún gato ni hurón * : en seguida se abre en medio del nesotrophio un estanque de dos pies de hondo : dándole de largo y ancho el espacio que permita la situación del lugar. Para que las orillas del estanque no se destruyan con la impetuosidad del agua que siempre debe correr al través de él, en caso que rebose, se solarán con obra de Segni, y no conviene que estén cortadas en forma de gradas, sino que se vayan decli nando pocopoco en pendiente para bajar al agua como se baja al mar desde la orilla. Pero el suelo del estanque se ha de cubrir en . todo su circuito hasta las dos terceras par tes de su longitud y latitud con piedras clavadas y mezcla para que no pueda criar yerba, y presentelas aves, cuan do nadan, el agua libre de estorbos : por el contrario la par te que está en medio debe ser de tierra para que se pueda sembrar de colocasias y otra9 yerbas acuáticas que hacen sombralas guaridas de las aves, pues hay algunas que tie nen gusto en estarse aun en bosquecillos de tarayes,en jun cadas. Pero no por esto ha de estar todo el estanque cubier to de bosquecillos, sino ha de estar, como he dicho, des ocupado por su circuito, para que cuando por lo templado del dia estén las aves contentas porfíencuál nada con mas LIBRO OCTAVO 55 velocidad : pues así como desean tener donde meterse y don " de poner asechanzaslos animales acuáticos que estén ocul tos; del mismo modo se enfadan si no encuentran espacios libres por donde atraviesen. Estarán ademas de esto las ori llas fuera del estanque cubiertas de yerba por todas partes hasta vemté pies, y "después de este espacio habrá unas hor nillaslo largo de las tapias de un pie en cuadro, fabrica das de piedra y enlucidas, en las cuales harán las aves sus nidos: y éstas se separarán por boxes y mirtos que las cu brirán, y no pasarán de la altura de las paredes En segui da se abrirá inmediatamente en la tierra un caño pequeño que seguirá por todo el largo, de las hornillas, en el cual se echará todos los dias la comida, que correrá mezclada con el agua , pues este es el modo con que se dáesta clase de aves. Entre las semillas terrestres ningunas les son tan agra dables como el panizo y el mip, como también la ceba da : asimismo donde hay proporción se les dá bellota ' f orujo de uvas. En cuantocomida acuática , si hubiere facilidad , se les dará camarón ,la barata anchoa ,si hay algunos animales fluviátiles de poco tamaño. Los tiem pos de juntarse estas aves son los mismos que guardan las demás silvestres, esto es, el mes de marzo y el siguiente, en los cuales se ban de esparcir por todos lados en el cor ral paja y ramillas de árboles,fin de que puedan recoger las aves las que hayan menester para hacer sus nidos. Pe ro lo mas importante que hay que hacer cuando se quie ra establecer un nesotrophio es recoger I09 huevos de diehas ave9 de las inmediaciones de las lagunas donde fcs ponen comunmente, y echárselosgallinas de corral para que los saquen: pues sacados y criados por ellas los pollos deponen su carácter salvage, y encerrados en viveros procrean sin duda: pues 9i quieres encerrar aves acabadas de coger y acostumbradasvivir en libertad, tardan en poner en ;él cautiverio. Pero bastante se ha hablado de la manntcncioü de las aves nadadoras. 1 ; ;; " f ' "" ' t. i < " . * . . , " i : -. < i * ¡ \ . : -: J '•. ' i. '! ? : r.;V •.!"" / r. " >:ih>:» Tom, II. 0 34 i COLUMELA.

CAPITULO XVI. De las piscinas , y del mantenimiento de los peces. Al tratar de los animales acuáticos llegaremos opor tunamentehablar del cuidado que 6e debe tener con los peces, cuyo producto aunque yo lo contemple muy ageno de los labradores ( ¿ pues qué cosa se puede concebir mas contraria que lo de tierralo fluido?) sin embargo no lo omitiré. Porque nuestros mayores celebraron la afi ciónestas cosas, hasta el punto de encerrarlos pesca dos de mar en agua dulce , y de mantener con tanto cui dado el mujol y la pintaroja , como ahora la murena y el lobo marino. Pues tenia en mucho aquella antigua y rús tica progenie de Rómulo y de Numa comparando Ja vi da del campola del pueblo, el que no les faltara ren glón ninguno de provisiones: por lo cual, no solo pobla ban las piscinas que ellos mismos habían construido , sino también llenaban de pescados que hacían traer del mar, los lagos formados por la naturrleza. De ahí resultó que el lago Volino, el Sabatino, el de Volsena y el de Viterbo, hubie sen procreado lobos marinos , y doradas , y todas las demás especies de pescados que aguantan en el agua dulce. Des pués la edad siguiente abandonó este cuidado, y el lujo de los opulentos cerró el mar, y al mismo Neptuno en tiempo de nuestros mayores, cuando corría como muy agudo un hecho y un dicho de Marcio Philipo: que eran dictados por una vanidad excesiva. Pues cenando por casualidad en una casa donde estaba hospedado en Casino, y habiendo gustado un lobo pescado en un rio inmediato que le habían servido y echado fuera el bocado, continuando su mala acción coa un dicho igual dijo : muera yo, si no pensé que era un pescado. Este juramento falso hizo mas sutil' la gula de mu chas personas, y enseñólos paladares mas inteligentes y delicadosmirar con hastío los lobos de rio como no fue sen los que el Tiber hubiera fatigado cuando subiesen su corriente arriba. Y así dice Terencio Varron: ningún faramallista, ni ningún hombre bajo hay en este siglo que LIBRO OCTAVO 35 no esté entendido en que es indiferente tener el vivero po* blado de semejantes pescadosde ranas. Sin embargo en los mismos tiempos en que Varron referia este lujo, se alaba sobremanera la austeridad de Catón, que con todo eso cuando era tutor de Lúculo vendió en la suma enorme de cuatro millones de sextercios las piscinas de su pupilo; pues ya eran célebres las comilonas en las hosterías cuan do se hacia venir el agua del mar para llenar los vive ros ; y Sergio Grata y Licinio Murena , muy apasionados á ellas, que se complacían tanto con estos sobrenombres que tomaron por razón de los peces que hablan pescado, como los que tomaron antes los de Numantino e Isáurico, por las naciones que habian vencido. 1 Pero como las costumbres se han pervertido de suerte que estas cosas se tengan no por de moda, sino por muy laudables y decorosas; nosotros también para no parecer censores tardíos de tantos siglos como han pasado, enseñaremos igualmente esta ganancia que puede sacar el padre de familia con su casería. El que hubiere comprado islashaciendas marítimas, y no pudie re sacar frutos de la tierra por la esterilidad del suelo que se advierte comunmente en la orilla del map, constituirá un fondo de rentas sobre sus aguas. Pero es como el princi pio de esta empresa examinar la naturaleza del lugar don de se hubiere determinado hacer las piscinas , pues no se pueden tener todas las especies de pescados en todas las cos tas. La situación fangosa cria el pescado aplastado, como el lenguado, el rodaballo y la platija: esta misma es también muy conveniente para los conchylios , para los múrices y para las ostras, como también para las pechinas de púrpu ras y perlas , para las bellotas marinas y para los esphondyles. Mas la situación arenosala verdad no mantiene muy mal los peces aplastados, pero alimenta mejor los de alta mar, como las doradas, los dentones y las ombrinas, bien sean de Cartago ,bien de nuestro pais ; y para las conchas son menospropósito. Por otra parte el mar, que está lle no de peñascos, cria pescados de su nombre, esto es saxáti les en latin, que equivale en castellanocosa de peñascos,- porque se recogen en ellos, como los meros, los tordos ma rinos y los melanuros. Y así como conviene saber las dife 36 r COLUMELAR ' renciasde costas, así también es conveniente conocer las de los mares, para no dejarnos engañar con pescados extrangeros; pues no pueden todos estar en todos los mares; co« mo el helope, que vive en el mar de Pamphilia, y no en otro: como en el mar Atlántico la gallineta, que en nuestro municipio de Cádiz se cuenta entre los mejores pescados, y por una costumbre antigua lo llamamos seo, y como el es caro que sale con muchísima abundancia de las costas de toda el Asia y de la Grecia hasta Sicilia, y nunca ha llega do al mar de Liguria , ni ha pasado por las costas de las Ga» lias al de Iberia. Y así aunque después de cogidos se trai gannuestros viveros, no se pueden conservar mucho tiempo. De todos los pescados exquisitos solamente la mu rena, aunque originaria del mar de Tarso y del de Escar pante que estála extremidad de éste , aguanta cualquie ra mar extrañoque se transporte. Pero ya es menester hablar de la situación de las piscinas.

CAPITULO XVH."'"' De la posición de la piscina* Creemos que un estanque es perfecto, cuando está dis puesto de manera que la ola del mar que entra en él echa fuerala anterior, y no deja que permanezca allí.; Pues el estanque es muy semejante al mar , que agita do por los vientos se renueva continuamente, y no pue de calentarse, porque hace subir el agua fresca desde el fondola parte superior. Pero este estanque,se abre en piedra, para lo que se presenta muy rara vez la oca sión,se construye en la orilla con obra de Segni. Pero como quiera que se haya fabricado, si está siempre fres co por el agua que le está entrando, debe tener caver nas junto al suelo, unas sencillas y derechas para que se metan en ellas los rebaños escamosos, otras con revuel tasmanera de caracol , y no demasiado espaciosas para que se escondan las murena»; aunquealgunas personas no Ies agrada que se mezclen con pescados de otra es pecie, porque si les acomete la rabia1 ,la cual están su LIBRO OCTAVO 3^ jetas por lo común como los perros, persiguen con fu rialos pescados de escama, y consumen muchísimos co miéndoselos. Y si la naturaleza del sitio lo permite, se rá conveniente dar paso al agua por todos los lados de la piscina, pues, sale fuera con mas facilidad la que ha estado en ella algún tiempo cuando al entrar la ola por alguna parte, tiene abierta la salida por la opuesta. Y los conductos para este paso, somos de opinión que se ha gan por la parte inferior del dique, si la situación del lu gar es tal que puesto el nivel en el suelo ele la piscina, haga ver estar la superficie del marsiete pies de ele vación sobre él: porquelos peces del estanque es su ficiente tener el aguaesta altura ; y no hay duda que cuanto de mayor profundidad viene el agua , mas fresca está , lo que es muy convenientelos peces. Pero si el si tio donde tratamos establecer el vivero está á. nivel con el agua del mar, se abrirá una piscina de nueve pies de hondo, y se conducirán las aguas por dos canales que se harán en la parte superior , y se ha de procurar que ven gan con muchísima abundancia, pues las aguas estancadas que están por bajo de dicho nivel no se echan fuera de otra suerte si no entra un gran golpe de agua nueva. Muchas personas piensan que se han de hacer en semejantes estan ques largos escondrijos para los peces , y en los lados ca« vernas con revueltasfin de que cuando tengan calor pue dan estarla sombra. Pero si no entra continuamente en el estanqueaguanueva les es perjudicialque sehaga esto:por que estos escondrijos no reciben fácilmente las aguas nuevas, y no saliendo las antiguas sino con dificultad, les hacen mas dañoestaspudriéndose,queprovecho lasombra.Sinembar go se deben excavar en las paredes cierta especie de horni llas, de tal manera que sean capaces de ponercubierto los peces que huyen del ardor del sol , y con todo eso den fácil salida al agua que haya entrado en ellas. Pero convendrá te ner presente poner en las bocas de los conductos por donde sale el agua de las piscinas unos enrejados de cobre agujeros pequeños para impedir que se escapen los pee si la anchura de ellas lo permitiere, no será fuera dey^u sito que queden dentro algunos peñascos de la orill/cepai:-^. if.TCPll Tom. II. c 3 • ^^Blouuitun 38 COLUMELAR tidos en el espacio que ocupan , sobre todo los que están cu biertos de alga,fin de que representen, en cuanto puede alcanzar el ingenio del hombre, la imagen de un verdade ro mar, y que los peces que estén encerrados en ellas sien* tan su prisión lo ménos que sea posible. Así que se hayan dispuesto I09 establos por este orden introduciremos en ellos el ganado acuátil ; y sea para nosotros lo primero de todo terier presente aquella máximá adoptada con respectola ne gociación terrestre, que también tiene lugar en la de rio, re ducidaque se observe lo que da de sí cada pais. Pues, aunque queramos, no podemos mantener en un vivero una multitud de barbos1 como la que hemos visto algunas veces Milel-mar, porque está especie de pescados es muy delicada y que lleva muymal la esclavitud: y así entre muchos millares -es cosa rara encontrar uno ú otro que aguante el encierro; pero por el contrario advertimos dentro de las pis cinas cpn frecuencia rebaños marinos de flojo mujol y de lobo rapaz. Por lo cual hemos de considerar, como yo habia propuesto, la cualidad de nuestra costa para ver si he mos de evitar dejar en nuestras piscinas peñascos,no lo hemos de evitar. Echaremos en ellas tordos de muchas es pecies, meros , lampreas glotonas, como igualmente lobos sin manchas (pues los hay manchados). Y también mure nas de Sicilia, que son las mas celebradas; y si hay algunos otros pescados de buenos precios entre los saxátiles; pues los ordinarios no digo mantenerlos, pero ni aun pescarlos acomoda. Estas mismas especies pueden también encerrarse en estanques que se hagan en la playa arenosa : pues los que están llenos de fango y cieno son maspropósito, co mo he dicho antes , para las conchas y para pescados aplastados. Y no es la misma posición la de los estanques que recibenestos, pescados que la dejos que reciben los que se mantienen derechos, ni se les dá la misma comida: porquelos lenguados,los rodaballos yotros pescados semejantes, se les abre una piscina de la pequeña profun didad de dos pies en aqualla parte de la orilla que nunca deja el reflujo en seco. En seguida se fijan en las márgenes enrejados cerrados que excedan siempre la altura del agua por muy grande que sea la marea. Después se rodea de di LIBRO OCTAVO 3$ que» que se forman delante, de suerte que comprendan eu su seno toda Ja extensión del estanque y tengan mas eleva ción que él : pues así con la oposición de este parapeto se quebranta la impetuosidad de las olas, y los pescados, man teniéndose en calma, no son arrojados desús moradas, fue ra de que el estanque no se llena del cúmulo de algas que vomita la violencia del piélago en las tempestades. Pero convendrá que en algunas partes se hagan cortaduras tor tuosasestos diques, y que sean pequeñas y angostas, pa ra que den paso sin agitaciónlas aguas del mar en lo mas rigoroso del invierno. La comida de los peces aplastados de be ser mas tierna que {a de los. saxátiles, porque como no tienen dientes,la lamed ,se la tragan enteca sin poder la mascar. Y así conviene darles anchoas secas, cálcides sa ladas, sardinas podridas, y no menos aletas de escaros, y todos los intestinos que tiene el atún nuevo y la chocha ma rina; asimismo los ventrículos de la caballa, del can mari no, y de la elacata, en una palabra todas las inmundicias de I03 pescados salados que se arrojan de las tiendas de los que tratan en ellos. Pero nosotros hemos referido todas es tas especies de alimentos, no porque se encuentran en to das las costas, sino porque de todos ellos se den algunos que *e tenganmano. Entre las frutas verdes les acomoda el higo abierto ; también se les han de dar nueces partidas con los dedos , y no menos servas tiernas cocidas en agua , y aquellas especies de comida que se acercanlas que se pue den sorber, como queso fresco hecho de leche recien orde ñada, si la condición del lugar y el valor de la léchelo per miten; sin embargo ninguna comida se les dá maá conte niente que las referidas salazones, porque tienen olor, y to do pez aplastado busca mas bien la comida con las narices que con los ojos , porque como siempre está tendido boca arriba, dirige la vista ácia lo alto, y no vé con facilidad. la» cosas que están en el suelosu derecha ysu izquierda; y así cuando se le echa pescado salado siguiendo su olor llegaesta comida. Estos pescados salados son suficientes para alimentar los demás peces, tanto saxátiles como los de kalta~ mar» per° se mantienen mejor, con los frescos. Pues la anchoa recien pescada, el camarón, y el gobio pequeño, y G4 4o < 'COLUMELA. .por último cualquiera pescado menudo sirve de comida al mayor. Sin embargo si lo rigoroso del invierno no permi te que se les dé comida de esta especie, se les echan pe dazos de pan bazofrutas de la estación picadas. El hi go pasado se les echa siempre si lo hay en mucha abun dancia (como en las provincias de Bética y Numidia). Pe ro no se debe incurrir en lo que hacen muchas gentes de no darles cosa alguna , bajo el pretesto desque se pue den mantener sin comer , aunque estén encerrados mucho tiempo. Pues si el pez no se engorda con la comida de su amo, lo flaco que está cnando se llevala pescadería in dica que no se ha pescado -en medio dei mar, sino que se ha sacado de la piscina, lo que hace bajar muchísimo su precio. Y con esta cria que se hace desde la casa de cam po, daré fineste tratado , para que el lector no se fati gue con lo-demasiado largo de este volumen. Pero volve remos en el siguiente la vista al cuidado que se ha de te» ner con los animales silvestres, y al de las abejas. 1 " NOTAS AL LIBRO OCTAVO. •_. ||, I_ ' 'líoTÁS Al

CAPITULO! Íl ' ' ' i. Pajareras. 2. Palomares. 3. Estanques de peces. -4. Establos. > ' < :5-Acogidas. , , . .>,,.-; , . ' . ,: . Colmenares. 7. Lugares donde se mantienen los gansos y otras aves amphibias. 8. Parques donde al principio no se encerraban mas que liebres, y después toda especie de animales silvestres. ;¡ 9, 10 y 11. Nombres latinos, de los que hemos dado los castellanos en los números anteriores. )." >. ,<.:... •V 1 Notas al

CAPITULO II. 1. Plínio en el libro 10 , cap. 26, dice que el sepulcro de Meleagro en Beoda las ha hecho célebres, y que vienenél desde Ethiopia en ciertos tiempos ; pero ni él ni Varrorr nos dices de qué especie son. ., , . ¡ .> ¡. t" LIBRO OCTAVO. 41 2. Dice Plinio en el libro 10, cap. 50, que estos pueblos son los primeros que han pensado en criar gallinas: llevaron tan adelante este arte, que Cicerón dice en el libro 2 de las Cuestiones académicas, que habia entre ellos personas, que so lo con mirar un huevo conocían cuál era la gallina que lo ha bia puesto. . -3-Por este pasage, por Varron en el libro 3 , cap. 9 De las cosas del campo, y por Plinio en el lib. 10, cap. 21 se ve que los antiguos se divertían en ver las peleas de gallos, que los criaban sin otro destino que éste, y que habia grandes apues tas sobre cuál vencia. Esta afición dura en el día entre noso tros, unas veces con mas fervor y otras con menos: yo he co nocido en esta ciudad de Lucena un reñidero, y en Cabra dos, que servían todos los dias festivos. En Inglaterra la hay mucho mayor , en Méjico y en Bohemia. 4. Nuestro autor dice: ampullaceo coreo, sea que quiera que este pellejo sea un pedazo de bota (pues los antiguos tam bién las hacían), ólo menos que estuviese doblado como si se hubiera cortado de ella. " or '. Nota al

CAPITULO IV. 1. Este filósofo es el que lloraba continuamente sobre las miserias de la naturaleza humana. Escribió mucho, aunque se dice no haber tenido maestro y haberse formadosi mismo. Habiéndose puesto hidrópico consultólos médicos por enig mas , preguntándoles ¿ si podrían poner sereno un tiempo llu vioso? y no habiendo entendido su pregunta, se enterró en el estiércol , creyendo disipar por su calor la demasiada hume dad que tenía en el cuerpo, y como no se curó con este re medio, se dejó morirla edad de 60 años. Nota» ai

CAPITULO V. o, ¡i-, Parece sin embargo, por lo que ha dicho en el capítulo precedente , que nunca debe faltar el cítiso. 2. Los antiguos atribuían también otras cualidadeslos huevos largos, que los hacían superioreslos otros. Horacio en el lib. 2. sátira 4. v. 12 y siguientes dice que son los de me jor gusto y mas nutritivos. Plinio se valió también de este pa sage en el libro 10 cap. 5 2. 4. Staphis agria en latín y en castellano albarraz. Nota al

CAPITULO VI. i. ¿No se podría atribuir este efectola misma causa que hacela sal liquidarse en el aire húmedo ? y éstos dos erec tos ¿no provienen de que la sal atrae hácia sí las partes líquidas del huevo, como atrae la humedad del aire, en consecuencia 4» de este principio de adhesión , que hace que todos los cuerpos fluidos se apliquenlos sólidos mas graves que ellos ? ,;, .--..!••.. r . Nota al

CAPITULO XI. i. Y al padre de familia tiene mucha cuenta echar estos huevoslas gallinas, pues las pavas que no sacan hacen por Jo común tres posturas al año, y las que sacan gastan todo el tiempo de poner en incubar y criar los pavillos. . . Nota al

CAPITULO XIII. i. £1 Capitolio era una ciudadela grande edificada porTarquino el Soberbio en el monte Saturnino en Roma. Se llamaba así porque cuando se cavaba para poner los cimientos del tem plo; que se construyó en ¿1, en honor de Júpiter, se encontró una calavera de un hombre.. ... ... Notas al

CAPITULO XIV. 1. Lugares donde se crian los gansos y otras aves nadadoras. 2. Lemeri dá el nombre de serisdos especies de chico rias,la endivia verdadera yla riza. 3. Por mas extraño que nos parezca esto, parece que no se puede dudar que se verifica en Italia , pues está confirmado por Varron en el lidro 3.0 cap. 10 de su obra De las cotas del campo, y por Plinio en el libro 10 cap. 59. ... N°TAS AL

CAPITULO XVn.,: ... ; i. Lugar donde se crian ánadespatos que es lo mismo. _ ,.3. En la edición latina que tengola vista dice viverra que significa hurón, en lugar ¿e vípera qat se leía en las edi ciones anteriores, y significa víbora ; no porque las víboras no puedan subirlo alto de una pared, como quiere Victorio autor de esta enmienda , sino porque éstas son menos perni ciosas y temibles que los hurones , como dice Gronovio, que adopta también esta enmienda. --" Nota al

CAPITULO XVI. 1. Sobrenombres el primero de Publio Escipion Emiliano el menor por haber destruidoNumancia, y el segundo de Publio Servilio por haber conquistadolsauria. . .... .*.., Nota"' "al'

CAPITULO XVII. " 1. Yo creo que ésta es una hipérbole, de que se sirve Co- Jumela, para expresar la voracidad de estos pescados; y que un animal que está continuamente en el agua, no puede estar sujetoesta enfermedad, que proviene siempre de un exceso de calor y sequedad. LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA. 'De las cosas del campo. LIBRO NOVENO. " ©e las crias de la casa dé campo. ¡I p« > i ,PREFACIO. Paso ahoratratar de Ja manutención de los anímales silvestres, y de la cria de las abejas, que yo llamaría con razón , oh Publio Silvino, crias de la casa de campo, supues to que había ía costumbre antiguamente de poner vive rosJas liebres ,'los corzos yotras fieras semejantes juntola casería , y por lo común por bajo de Jas habita ciones del amo , para que no solo recrease los ojos de su dueño la vista de la caza encerrada , sino también para qué se sacasen de allí, como de una despensa, cuando la nt'' cesidad de ponerlas en la mesa lo exigiese. También se excavaban todavía en nuestro tiempo moradas para las abe-; jas en las mismas paredes de la casería ,sé les hacían en corredores cubiertos ,en huertas de árboles frutales

CAPITULO I. De la formación, de cotos , y que se encierren en ellos los animales montaraces. Los animales silvestres, como los corzos y los gamos, y no menos todas las especies de cabras monteses , venados y javalíes, sirven unas veces para la magnificencia' y pía 44 COLUMELA. cer de los dueños , y otras para ganancia y renta. Los que encierran la caza para su diversión se contentan con cer rar el coto en un parage inmediatola casería , sea co mo fuere, y con darles siempre de comer y beberma no; pero los que desean ganancia y rentas, en habiendo un bosque próximola casería, lo destinan sin detención para estos animales (pues importa que no estén retira dos de la vista del amo). Y si faltáre agua que nazca allí, se introduce agua corriente,se abren albercas que se pavimentan con obra de Segni, para que retengan la que recojan de lluvia. La extensión' del bosque que se ocu pa es con arreglolas facultades de cada cnal; y si Ta equidad de la piedra y del trabajo lo persuade, se cer ca sin duda con un muro de cal y canto, y si sucede lo contrario, con uno de adobes y barro. Pero cuando no tiene cuenta al padre de familia una ni otra cerca , la razón dicta que se cierre con vacerras : pues así se lla ma cierta especie de enrejados que se forman de roble, encina ,de alcornoque , porque rara vez hay propor ción de olivo. Por último , para esto se echa mano de cualquiera madera que resista maslas lluvias, según la condición del pais. Y bien sea un palo entero,según; diere de sí su grueso un medio palocuartón, se ho rada por el lado en muchos sitios, y después de clava dos perpendicularmente al rededor del coto, de trecho en trecho se introducen varales por los agujeros de los la dos, para que impidan que salgan las ñeras. Y es suficien te clavar las vacerras de ocho en ocho pies , y formar los enrejados con los varales que se introduzcan transversal- mente, de manera que la anchura de los espacios que hay de agujeroagujero no facilite la fugaJos ani males. Y de este modo se pueden cerrar aun países de muchísima extensión , y cadenas de montañas , como lo permite en las Gálias y en otras algunas provincias tam bién lo vasto del terreno: pues no solo hay grande abun dancia de madera para fabricar las vacerras , 6Íno que las demás cosas necesarias para formar estos cotos están por fortuna de sobra , porque el terreno no solo tiene gran muchedumbre de manantiales, cosa en extremo saluda LIBRO NONO " 45 blelas antedichas especies de animales, sino también les suministra pastos con la mayor abundancia , y es pontáneamente; y sobre todo se eligen bosques fértiles en producciones de la tierra y. de los árboles, pues tantía necesidad tienen de frutos de árboles como de yerbas gramineas; y se celebran mas que todos los que son mas fértiles en bellota de encina , de carrasca , y no menos en la de rebollo , como asimismo en madroño , y en las demás frutas silvestres de que hemos hablado con mas individualidad al tratar de las aves de corral: pues por lo común casi lo mismo es la comida de los animales silvestres que la de los domésticos. Sin embargo, no se debe contentar el diligente padre de familia con los manteni mientos que lar tierra produce por sí misma, sino que en los tiempos del ' año en que los bosques no tienen pas tos , ha de socorrerlos animales que tiene encerrados con los granos que ha entrojado, y mantenerlos con cebada, con escañacon habas, como también con orujo de uvas en muchísima cantidad ; y en vina palabra, darles de to do aquello que esté mas barato. Y para que las fieras ad viertan que se les da esto , convendrá soltar en el coto unados de las que se habrán amansado en la casa, pa ra que discurriendo por todo él atraigan al sitio donde se les ha echado la comida la9 que duden irél. Y no solo conviene hacer esto! durante ía escasez del invierno, sino también cuando hayan parido las hembras para que crien mejor sus hijos. Y así el guarda del coto debe exa minarmenudo si lo han hecho ya para que se man tengan con grano , que se les darámano. Pero no se ha de permitir que ninguna cabra monté9, ningún javalí, ni otro algún animal silvestre se envejezca mas allá de cua« tro años; pues hasta esta época van cada vezmas, y después con la vejez se enflaquecen: por lo cual se han de vender mientras el vigor de la edad les conserva la hermosura del cuerpo. Pero el venado se puede conser var por muchos años, porque le dura bastante tiempo la juventud, pues que le ha cabido en parte una vida mas larga. Mas por lo tocantelos animales pequeños , como «8 la liebre, lo que tenemos que prevenir es que en los 46 ' COLUMELA. cotos que están cercados con tapias, se echen granos de mixtura , y semilla de chicoria silvestre , y de lechuga en er illas pequeñas, que se harán en diversos sitios. Y tam> bien se sacarán del granero garbanzos de Cartago ,de estos de la tierra , y no menos cebada y gáigana , que se les darán después de haberlos remojado en agua llovedi za , pues 6ecos estos granos no los apetecen mucho las liebrecillas. Por último , estos animales ú otros semejan tes, se entiende fácilmente (aunque yo no lo diga) que no conviene encerrarlos en cotos cercados con vacerras : su. puesto que por la pequenez se introducen fácilmente por los enrejados ; y consiguiendo salidas libres , disponen la fuga. 1

CAPITULO II. De las abejas. Paso ahoratratar del cuidado que se ha de tener con las colmenas, del cual no se pueden dar preceptos con mas exactitud que los que ha dado ya Hygino, con estilo mas florido que Virgilio , ni con mas elegancia que Celso. Hygino recogió las opiniones de los autores an tiguos que estaban esparcidas en monumentos separados; Virgilio las adornó con las flores de la poesía; Celso se ar regló por los dos referidos. Por lo cual, ni aun debíamos empezartocar la materia de este tratado,no ser por que el complemento de la enseñanza que hemos toma donuestro cargo exige, como una de sus partes, el ha blar de ella ,fin de que el todo de nuestra obra que hemos empezado no pareciese mutilada e imperfecta, co mo si se le hubiese cortado algún miembro. Y aquellas co sas que se han contado fabulosamente sobre el origen de las abejas, y que Hygino no ha omitido, mas bien las condonaré, haciéndome cargo de la licencia poética , que admitirlas para darles crédito. Yla verdad , no corres pondeun hombre del campo investigar si hubo una muger muy hermosa llamada Melisa 1 que Júpiter con virtió en abeja ,si (como dice el poeta Euhemero) las abejas engendradas por los tábanos y el sol , y que fueron LIBRO NONO 47 criadas por las ninfas Phryxonides * , después han sido ámás de Júpiter en la caverna de Dicte , y han tenido por con cesión de este Dios la misma comida con que lo criaron cuando pequeño. Pues aunque estas cosas no desdigan de un poeta , sin embargo Virgilio las tocó sumaria y lige ramente tan solo en un verso, diciendo de esta mane* ra: «mantuvieron al Rey del cielo bajo del centro de Dic» te." Pero ni aun pertenecelos labradores saber cuándo y en qué pais han nacido primero: si en Thesalia bajo Aristeo3,en la isla Cea, como escribe Euhemero; en el monte Hymeto en tiempo de Erichtonio, como dice Euthronio; ó en Creta 4 en el de Saturno, como quiere Ni» candió ; y no les corresponde mas saber si los enjambres se multiplican por la unión de los dos sexos , como los demás animales ,si cogeu los herederos de su especie en las flores, lo que afirma nuestro ¡Marón (oeorg. iu>. 4. ». ™í] y si vomitan por el pico el licor de la miel,lo echan por ptra parte. Pues es mas propio de los que están de dicadosdescubrir los secretos de la naturaleza , que de las gentes del campo, hacer indagaciones sobre estas cosa?, y sobre otras semejantesellas. Y este trabajo es mas agrá* dablelos hombres estudiosos , que tienen lugar de leer, quelos labradores que están con ocupaciones , pues en nada alivian su trabajo, ni aumentan sus ganancias.

CAPITULO III 1 Cjudntas especies hay de ellas » y cuál " es la mejor de todas. Por lo cual volvamosaquellos objetos que son mas con-, venienteslos que tratan en colmenas. Aristóteles, fun dador de la secta peripatética, en los libros que escribió sobre los animales hace ver que hay muchas especies de abejasde enjambres ; y de estos unos tienen abejas grandes y abultadas, como también negras y peludas: otros las tienen mas pequeñasla verdad, pero igualmente re dondas, de color obscuro, y con el pelo herizado : otros mas pequeñas que estas , y no tan redondas ; pero con to 4* O'CÓLUMELÁ." do eso gruesas, anchas, y de color de miel; algunas mujr pequeñas , delgadas , con el vientre puntiagudo, manchas de color de oro y lisas. Virgilio (oeorg. tib. 4: T. siguien do su autoridad, aprueba sobre todas las peqneñitas , oblon gas, lisas 4 brillantes j que resplandezcan como el oro>,: y manchadas con pintas iguales , é1 igualmente déuri carác ter pacífico: pues cuanto mas grande1 y -mas redonda es la abeja , tanto peor es. Pero la cólera de las abejas de lá especie mejor se aplaca' fácilmente con la asistencia con tinua de los que cuidan las colmenas ; pues andando mas con ellas, se amansan mas pronto, y sí^se lian cuidado con! c6m3ro duran diez años, y ningún enjambré puede pasar de esta edad, aunque se sustituyan todos los años abe jas nuevas en lugar de las que han muerto, porquelos diez años por lo común sé consume enteramente la pobla ción de una colmena. Y así para que esto no suceda en todo *1 colmenar, siempre se 'ha dé, estar propagando Ja raza de estos insectos, y se ha de tener cuidado eñ la pri mavera, cuando salgan los enjambres nuevos, de recoger los, y de aumentar el número de las colmenas, pues mu chas veces son sorprendidas por enfermedades, las cuales M dirá en su lugar tómtir convenga curaras. tí " '•••» Pe la situación en que se han de colocar , y cuál es la mejor comida para ellas, . ,. [ > > ' Así que se han escogido las abejas con arreglolas cua lidades que hemos dicho, se les deben destinar sitios don de se provean de comida, yestos deben ser muy solita rios, y como previene nuestro Marón, (ceorg. iib. 4bres dé ganados y en un clima templado, y de ninguna manera expüeátotormentas, donde no tengan, dice, én« trada los vientos, porque ellos las impiden que-lleven sus provisionesla colmena; ni las ovejas ni los petulantes machos de cabrío insulten las flores; ni la ternera, qué va guea por la llanura, sacuda el rocío que cubre las yerbas, ni las pisotee cuando van naciendo. Y el mismo para ge ha de ser fecundo en plantas pequeñas, sobré iodo éa tomillo, LIBRO NONO 49 en orégano, igualmente en mejorana silvestre,en cunila de nuestro pais, que la gente del campo llama ajedrea. Ade mas de estas plantas habrá también otros arbustos m as des collados, como el romero, las dos especies de cytiso , pues lo hay sativo y silvestre , el laurel de esta clase siem pre ver de, y la carrasca, llamada en latin ilex minor, pues el ace bo, que es ilex major, se reprueba por todos : las yedras tam bién se aprueban no por su bondad, sino porque dan mu chísima miel Pero los árboles que se aprueban mas son el azufaifo rojo y el blanco, y no menos el taray; también los almendros, los pérsicos, los perales: en una palabra, la ma yor parte de los árboles frutales, para no detenerme en nom brarlos uno por uno. Pero entre los árboles silvestres sirven grandemente los que producen bellotas, como también la cornicabra, el lentisco, que no le es desemejante, y el cedro oloroso. Mas de todos los árboles solo los tilos 1 son los que perjudicanestos insectos; los tejos también se desechan. Ademas de estos hay una infinidad de semillas que produ cen yerbas en el césped inculto,en las tierras labradas, que echan flores muy agradableslas abejas , como son en Ja tierra de riego las matas de amelo, los tallos de acan tilo, los de gamón, la espatha del narciso. Mas en las tablas del jardin brillan las blancas azucenas, los alelíes que no les ceden en hermosura , como también los rosales de Cartago , las violetas amarillas y las moradas, y no menos el jacinto de color azul celeste : también se ponen bulbos de azafrán de Corycosde Sicilia , para que den color y olor á las mieles. Por último , nacen tanto en las tierras cultiva das como en las de pastos innumerables yerbas de clase in ferior que hacen llenar de miel los panales: como la lapsa» na silvestre común , el rábano rusticano, que no es mas es timado que ésta, algunas hortalizas como el m yagro y la chicoria silvestres , las flores de la adormidera negra , la za nahoria silvestre y la cultivada, que los griegos llaman saphuquinón *. Pero de todas las yerbas que he propuesto , y de las que he omitido, por ahorrar tiempo (pues su nú mero era incalculable ) el tomillo es el que dá miel de me jor gusto: después de éste se siguen la mejorana silvestre, el serpol y el orégano : el romero y la cunila de nuestro pais, Tom.II. ' d 5o COLUMELA. que he dicho llamarse ajedrea , aunque superiores , están en tercer lugar; las flores de taray 3, las de azufaifo y las de- mas especies de comida que liemos propuesto, la dan de un gusto mediano. Pero la miel que pasa por peor que todas es la de bosques que se saca del esparto y del madroño; y la de la. casería que dan las hortalizas y las yerbas que se crian en el estiércol. Y una vez que he expuesto la situación de la comida de las abejas, y las especies que bay de ella, ahora voyhablar de las mismas acogidas y domicilios de los enjambres;:. ! '

CAPITULO V. ••, .•. De la elección de sitio para el colmenar. Se ha de colocar el domicilio, de las abejas frente del me diodía de invierno1, lejos del tumulto y de la compañía de los hombres y de loa animales, en un sitio que no sea ca liente ni frió, pues ambas cosas les son dañosas. Y este sitio ha de estar ea la parte mas baja del valle , para que cuando salgan las abejas vacíastraer la comida , suban vo lando con mas facilidadloa sitios mas altos, y después de haber recogido lo que necesiten, bajen sin, trabajo con su carga, siguiendo la pendiente. Si la situación: de la casería lo diere de sí, no hay duda que conviene poner el colme- .nar unido al. edificio y cercarlo con tapias; pero en parte que esté libre de los olores pestilentes de la letrina, de la estercolera y* del baño» Pero si la posición de-la case ría no permitiere evitarlos , y sin embargo no se siguieren muy grandes inconvenientes, aun en este caso conviene mas que el colmenar estéla vista del amo. Mas si todo fuere contrario,lo menos se pondrán las colmenas en un va lle vecino, donde no sea molesto al dueño bajar muchas veces , pues esta granjeria, exige una fidelidad muy grande, y como esta sea una virtud rarísima, se guarda mejor y con mas seguridad con las-visitas-del amo. Yla adminis tración del colmenar, no solo le es contrario un hombre frau dulento, sino el que es perezoso y desaseado, y no menos le perjudica ser tratada, con porquería, que manejada con fraude. Pero donde quiera que estén las colmenas, no ha LIBRO NONO 5i de ser muy elevado el muro que las cerca: pero sí seqvilsie" re hacer mas alto por miedo de lo s ladre res, tenga entra" das para las abejas por ventanillas que se abriréntres pie8 por encima del suelo; y juntoeste cercado se hará una choza en la que habitarán los colmeneros y se guardarán los utensilios convenientes: y sobre todo estará provista de colmenas preparadas para r ecoger los enjambres nuevos, como también de yerbas medicinales, y todas las demás cosas que se aplican alas en ferinas. ( Virgilio Georg.ub. 4. » 20.) Haga sombra al vestíbulo una palmaun acebuebe gran de, para que cuando las reinas nuevas conduzcan Jos primeros enjambres en la pr imavera , y la juventud que sale de los panales se pongajugar, las orillas de un arro yo vecino las convidenguarecerse del calor, y el árbol que encuentrenla salida los mantenga en su frondosa acogida. También si hay proporción se les introducirá agua que corra de continuo; si no , se les echará en una pileta á mano, pues sin ella no se pueden formar los panales, la miel i ni finalmente las abejas nuevas. Ademas de esto, ya sea que se les haya introducido agua corriente, ya que se les haya echado en piletas la de pozo, se pondrán en ella muchas varas y piedras por causa de las abejas ( li-Ceorg. ta». 47-) para que puedan reposarse sobre esta especie de puentes multiplicadas, y extender sus alas al sol del estío, si por casualidad un fuerte aire solano las ha dispersado cuando estaban paradas,las ha sumergido en el agua. Se deben asimismo plantar todo al rededor del colmenar arbustos pequeños, y sobre todo los que son conducentes para conservar la salubridad de las abejas: pues también el cy tiso , la cásia , el laurel silvestre, y el romero, como igualmente la ajedrea y el tomillo, y asimismo las viole tas,cualesquiera otras plantas que la cualidad de la tierra permita que se pongan ^n ella con utilidad, sirven de remediolas abejas que están enfermas. No solo se ale jarán las plantas de olor fuerte y fastidioso, sino también cualquiera cosa que lo tenga , como el del cangrejo quema do %el del cieno de Jas lagunas : igualmente se han de evi tar los sonidos que causan las cavidades de las rocas, que los griegos llaman exos3. 5a COLUMELA.

CAPITULO VI. Cuáles son las mejores, colmenas. Ordenados pues los domicilios de las abejas, se han de- fabricar las colmenas según la condición del país. Si es» te es abundante en alcornoque, sin duda las haremos con la mayor utilidad de corcho, porque no están muy frias en el invierno ni muy calientes en el verano: si es muy fecun do en cañahejas, se hacen de ellas con igual utilidad , pues que la naturaleza de éstas es semejante al corcho : si no hu biere uno ni otro, se hacen con mimbres entretejidas : y si ni aun éstas hay , se fabricarán con troncos de árboles ex cavados ,aserrados , y hechos tablas. Las peores de todas son las de barro cocido , que se encienden con Tos calores del estío , y se hielan con los fríos del invierno. Las demás especies que hay de colmenas son dos , que unas se hacen con boñiga, y otras se construyen con ladrillos; una de las cuales la condenó con razón Celso, porque está' muy expues taquemarse, y aunque aprobó la otra, no disimuló su principal inconveniente, que consiste en no poderse mudar si el caso lo exige. Y así no pienso como él quepesar dé esto se han de tener colmenas de la últimaespecie: pues no solo es contrario el que sean inmuebleslos intereses der dueño , si quiere venderlasproveer de ellas otras hereda des (razones de comodidad relativas solamente al padre dé familia) sino también lo eslo que se debe hacer por cau sa de las mismas abejas, cuando convenga trasladarlas á- otros parages , por estar afligidas de enfermedadpor la esterilidad ó escasez de los lugares en que se hallan, y no pue dan moverse por el referido motivo. Esto se ha de evitar absolutamente. Y así, aunque yo veneraba la autoridad de este doctísimo varón, no obstante, dejando aparte los res petos, no he dejado de decir mi sentir. Pues lo que mueve principalmenteCelso , que es el temor de que las colme nas estén expuestas al fuego ylos ladrones , se puede evi tar revistiéndolas con ladrillos, lo que las preservará de la rapacidad de los ladrones, y las protegerá contra la violen LIBRO NONO cia de las llamas, y cuando se hayan de ihóvefc se podrá hacer rompiendo el revestimiento de ladtillos. '." V . . .'. o •i.j/in ') i-, : ' i )i <•'!-n,t-.•!" '.i " i; r-t: :' \ •nt -

CAPITULO VII. ... Cómo se /jan tic colocar éstas. " ¡ Perq corrió esto parecerá engorrdíomuchas personas , sean .como > sean las colmenas que se quisieren emplear, se debe* ra hacertodo lo largo del colmenar un poyo de piedra de tres pies de alto y otro tanto de grueso, y después que se haya construido de esta suerte, se enlucir». de manera que no puedan subir los lagartos v las culebras ni otros animales nociVos. Después $e pondrán encima de él las colmenas , ya sean hechas de ladrillos, como quiere Celso,' ó. ya de 'otro material, rodeadas, según mi opinión, de fábrica por todas partes menos por detras ,lo que practican casi todos los que las cuidan con atención: recójanse las colmenas pues* tas en fija con ladrilloscantos , de modo que cada una quede encerrada entredós paredes inmediatas unaá otra, de manera que las frentes estén libres por delante y por detras, pues por delante se han de abrir algunas veces, y muchas mas por la parte posterior,, pues por ella se cuidan de euan* do en cuando los enjambres. Pero si ningunas paredes hu biere entre las colmenas , s'm embargo se han.de colocar de manera que esténalguna distancia unas de otras, no sea que cuando se les dá vuelta,, la que se toca para cuidarla conmueva la otra que está pegadaella, y despachurre las abejas vecinas, que 'temen todo movimiento que se comuni casus delicadas obras de cera, como 'si fuera una ruina. Es suficiente que haya tres filas de colmenas colocadas las unas mas arriba de las otras, pues aun en este caso registra el colmenero con poca comodidad las de la fila superior. Las piqueras que dan entradalas abejas han de estar mas inclinadas que la parte posterior, para que no entre el agua de la lluvia, y si hubiere entrado por casualidad, no pare, sino salga por la piquera. Por lo cual convendrá que los colmenares se resguarden por encima con cobertizos ,con bardales unidos con barrola Cartaginesa , cuya cubierta Tom.II. D 3 54 COLUMELA. las pone al abrigo, tanto del frió y do la lluvia, como del calor. Y sin embargo no perjudica tanto éste, aunque sea muy fuerte,las abejas, como el invierno: y así conven drá que haya siempie detras del colmenar un edificio, que reciba la violencia del Aquilón , y délas colmenas un ca lor moderado; y no basta que estén defendidas por un edi ficio , sino que deben estar expuestas al oriente del invier no , para que les dé el sollas abejas cuando salgan por ta mañana, y 'estén mas ágiles, pues el frió las hace perezosas. Por lo cual también las piqueras por donde entran y salen deben ser muy estrechas, para que penetre en la colmena el menos frió que sea posible; Y es suficiente que tengan la anchura precisa para, que quepa una abeja. De esta suerte ni la venenosa salamanquesa , ni la casta inmunda del e* caraba jode la mariposa1de las polillas, ni las cochinillas que huyen de la luz , como dice Marón ( oeorg. i¡b. 4. 343.) podrán entrardevastar los panales como lo harían por piqueras mas anchas. Y es útilísimo abrir , según lo pobla do de la colmena , en la misma tapadera del agujero gran de que ésta tendrá , dostres piquerasalguna distancia unas de otras , para precaver las abejas de la malicia del la garto, que está con la boca abierta como si fuera guarda de la piquera , acechandoque salgan para matarlas , y tantas menos mueren , cuando podrán evitar las asechanxas de este enemigo escapando por. otra piquera.. > .

CAPITULO VIÚ De la, adquisición ,, de los enjambres y y del modo de cogerlos silvestres^., , , •! . Suficientemente hemos hablado de la comida de las abejas, de las colmenas, y colocación que se les debe dar; así que se habrá proveídoestas cosas, se 6Ígue que procu remos los enjambres. Estos los adquirimos por el dinero ó gratuitamente. En el primer caso, comprobaremos con mas atención su bondad por las señales que hemos da do, y examinaremos, antes de comprarlos, sisón nume rosos, abriéndolas colmenas al intento; y sí no hay pro* LIBRO NONO , 55 porción de verlas por dentro,lo menos' observaremos lo que se pueda examinar: por ejemplo veremos si hay muchas paradas en la piquera ,si se oye dentro de la colmena un zumbido considerable. Y también (si da la casualidad que todas estén tranquilas y en silencio dentro de la colmena) aplicando los labiosla piquera , y so plando por ella» por el ruido con que corresponderán in mediatamente, podremos hacer juicio de si hay muchas ó pocas. Pero sobre todo se ha de tener cuidado de adqui rirlos mas bien de la vecindad que de paises lejanos., por que suelen, incomodarse) con la novedad del clima. Mas si no hay proporción de esto, y nos viéremos en precisión de hacer un largo viage para traerlos , procuraremos que no se molesten por los caminos malos, y será muy bien hecho portear las colmenascuestas , y de noche , por que de dia se les ha de dar descanso, y se les han de echar licores agradableslas abejas, para que, se manten gan con ellos dentro dé su encierro. Después, luego que hayan llegadola casa, si fuere ya de dia, no se abri rá la colmena , ni se colocará en su lugar sino al ano checer , para que salgan gustosa», por la mañana las abejas, después de haber descansado toda la noche; y debemos observar cerca de tres dias, si toda» salen de una vez , lo cual cuando lo hacen, es señal que tratan de huirse. Des pués prescribiremos los remedios con que se les debe im pedir esto. Pero los que se adquieren por regalo,cazán dolos, se han de examinar con menos escrúpulo; aunque ni de esta manera quisiera yo tenerlos, sino excelentes, porque los mismos gastos y los mismos cuidados de un colmenero exigen las buenas que las malas. Y lo mas im portante de todo es que no se mezclen las degeneradas con las superiores, que quiten el créditoestas; pues hay menos cosecha de miel cuando hay algunos enjambres perezosos en el colmenar. Pero sin embargo , como según la naturaleza del pais se ha de adquirir algunas veces ganado , aunque sea mediano (pues el malo seguramente de ningún modo se debe adquirir), procuraremos buscar los enjambres del. modo siguiente. En nada penen mas co nato las abejas, donde, quiera, que hay bosques , que les »4 5E . OGOI/UMEIiAJ acomodan y' de donde pueden sacar miel que en esco ger para sn uso manantiales; inmediatos al lugar en que están. Y así conviene ponerles sitio comunmente desde la hora segunda del dia , y observar qué porción de ellas van por agua. Pues si son muy pocas Jas que vuelan al rededor del agua* se ha desconocer su escasez (si no suce de sin embargo que la* multitud i de manantiales las ¡ ha* ce parecer mas claras, por estar repartidas en ellos), por la cual sospecharemos también -que' aquel parage no tie ne miel ; péro si jviena^imnchár^dBnj motivb de espe rar también < con' mas fondámento coger enjambres, los cuales se; encuentran .-de esta; manera.' Primeramcpte se ha de averiguar lo distantes' ¡que están, yeste fin se ha de preparar un vasito con almagra eohada en agua: en et mojarás unas pajas ; y untando con ellas las espaldas de las abejas que están tomando agua, ^manteniéndote en el mismo sitio1, ¡podrás' reconocer con ¡ mas facilidad las que vuelvan $ y si no tardan en hacer esto conocerás que están en la inmediación ; pferia si pasa' algún tiempo sin que vuelvanyerse, se inferirá* la distancia del sitio don de están del tiempo que' tardan en dar Ja vuelta. Guan do se advirtiere que vuelven .pronto; 's\ ¡ siguieres «n /tra bajo su vuelo ¿< seras guiado á' ¡ la habitación 'del enjam bre. Pero con* aquellas que parece van' mas' lejos, se em* pleará un cuidado mas esmerado, el cual es de esta suer te. Se corta un canuto de caña con sus nudos, se barre- fiapjSo'í ún lado^' rjoifi el< ggafató' se -le echa un poco ¡de itóeldé 'arrope5 yi'se' p*ohe jimtoaj manantial': después, así que 'han entrado en él muchas abejas , atraidas por el olor de este licor dulce se recoge, y poniendo el dedo pul gar en él agujero, no se deja salir mas que una, Ja cuaí aáí 'qne há escapado!, hace ver al observador la dirección dé sti fllga ,' y éste ' mieritras puedá sigue su *¡uelo. Después; isí qute ba' dejado de* ver la abejay eofup Otra fueran y s¿ .a por ei' mismo lado que la primera 4 ¡sigue el mismo ca^ mino; pero si :va"> por otro, deja salir muchas , abriendo el *gojé**o< y poniendo atención al lado»-acia > el cual irán ^oláttdo 'toas1;! lA';Beg«}rá^^ hasta ' llegar al sitio donde está itóetWa:'el^a}alt>br^^l" cual si estántmiuua-ctieva*,1 6é^t LIBRO: --NONO ¿£ bace salir por medio -del humo; y así que lia salido-, se le detiepe haciendo ruido con instrumentos de metal.. Pues amedrentado con él , se deja caer inmediatamente sobre un arbusto,sobre la cima del árbol mas elevado que hay en el bosque, y se introduce por el ,que lo wa buscando en una colmena, que tendrá preparada al efecto. Pero si tiene su domicilio en, el hueco de un árbol, ya sea en una rama, ya en el tronco del mismo árbol, entonces, si la medianía de uno ú otro lo permite, se corta primerb'4a parte superior que no ocuparán Jas abejas con una sier ra muy afilada, para que esto se haga mas pronto; des pués la inferior hasta donde parezca que está ocupada por ellas. En seguida, luego que se haya cortado el tronco ó la rama por ambas partes, se cubre con un paño limpio, porque esto es de la mayor importancia también, y des* pues de haberle embarrado los agujeros, si tiene algunos; se llevará al sitip donde se ha de colocar; y dejándole piqueras pequeñas (como he dicho ya) se pone como las demás colmenas. Y conviene que el que se dedica á buscar enjambres, destineello las mañanas,fin de te ner todo un dia para examinar el camino que toman las abejas: pues «i, es tarde cuando empiezaseñarlas, su* cede muchas veces, que: acabada su tarea se recogen, y no vuelven mas al agua, aun cuando están en la inme diación , y por consiguiente el que busca los enjambres, se queda sin saber cuánto distan del manantial. Hay atgunaá personas que «>' principios de primavera hacen un manójoi de torongil-cidrado, y como dice el poeta (otorg. su.,4-». de torongil común ¿ y de la ordinaria san dáraca, can otras yerbas semejantes que son agradables á esta especie de insectos, y con ellas frotan las colmenas, de suerte que queden impregnadas de su olor y de su jugo; y en seguida, después de haberlas limpiado, las rocían con un poco de miel, y las colocan en los bosques no lejos de los manantiales, y cuando están llenas de abe jas las llevansu casa. Pero esto no conviene hacerlo oino en los parages en qué hay abundancia de abejas: pue,s -machias veces-Ios que pasan por casualidad encontrándose las colmenas' vacías se las llevan consigo, en cuyo caso kt 58 COLUMELA. ventaja de conseguir unados llenas no recompensa la pérdida de muchas vacías. Pero en donde hay mas abun da de abejas, aunque roben muchas colmenas, es mas lo que se adquiere en las abejas que se han encontrado. Y este es el modo de coger los enjambres silvestres.

CAPITULO IX. Cómo se observan los enjambres de nuestras colmenas, . y cómo se,recojcn en otras. . ,i •(, -, El modo de retener los enjambres que se forman en núes» tras colmenas es el que voydecir en seguida. El colmenero á la verdad debe visitarlas siempre con cuidado, pues no hay tiempo alguno en que no necesiten su aten ción ; pero la exigen mas esmerada cuando viene la pri mavera, y hormiguean sus crias nuevas, las cuales, si no está en acecho el colmenero para recogerlas al instante, huyen. Porque la naturaleza de las abejas es tal , que cada enjambre se engendra al mismo tiempo que sus reinas, las cuales, así que han adquirido fuerzas para volar, des deñan la compañía de los mas antiguos, y mucho mas su mundo, porque en el reinar no hay compañía , no so lo entre la especie de mortales dotada de razón , sino mas bien entre los animales mudos que carecen de ella. Por «ato los gefes nuevos salen al frente de su juventud , que parada en pelotón unodos dias en la misma pique ra de la colmena, manifiesta con su. salida el deseo que tiene de un domicilio peculiar , y si se \e designa inme diatamente por el colmenero, está tan comenta con él como con el paterno ; pero si éste ha caido en falta , se dirigeparages extraños, como si se le hubiera echado deL en que estaba por el mal tratamiento. Para que es to no suceda, debe el buen colmenero observar en los tiem pos de primavera las colmenas hasta la hora octava del dia poco masmenos, después de cuya hora no se van por lo común los nuevos batallones, y también debe atender con el mayor cuidado cuando salen, y cuando vuelven á entrar , pues algunos al instante que salen suelen ponerse LIBRO NONO 5$ en fuga sin detenerse. Podrá de antemano certificarse de si meditan verificarla, aplicando por la tarde el oidocada colmena , supuesto que cerca de tres dias antes de haber de hacer esta tuga se levanta un alboroto y ruido sordo, co mo el que arman los soldados, cuando mueven las insignias militares; el cual, como dice Virgilio (ocorg. iu>. 4. v. 70^ con muchísimo fundamento, daconocer de antemano la intención de la multitud, porque aquel ruido bélico del bronce ronco reprendelas perezosas , y se oye una voz que imita los sonidos interrumpidos de las trompetas. Por lo cual debe observar sobre todolas que hacen es to , para que si 6alencombatir ( porque pelean entre sí, como en la guerra civil ,con las de otra colmena, como cuando la hay con naciones extrangeras),si salen para huir,fin de que esté prevenido para uno y otro caso: la pelea de un enjambre, cuyas abejas están mal avenidas en tre sí,de dos enjambres que están discordes, se corta con facilidad, pues, comodice el mismo poeta (Georg. iu>. 4. t. g7.J se apacigua echando sobre ellos un poco de polvo ,rodándolos con vino mezclado con miel ,con vino de pa sas , ú otro cualquier licor semejante : mitigando segura mente con la dulzura, que les es familiar, sus iras, por mas encarnizadas que estén. Pues esto mismo reconcilia maravillosamentelas reinas que están opuestas entre sí. Pues frecuentemente sucede que en un mismo enjambre hay muchas reinas, y la multitud se divide en partidos, como se verifica en las sediciones excitadas por los gran des, lo cual se ha de estorbar que se hagamenudo, porque las naciones enteras se consumen con la guerra intestina. Por esto cuando los gefes están amigos, perma nece la paz , y no hay derramamiento de sangre. Pero si vieres que las abejas pelean muchas veces, procurarás matarlos gefes que mueven las sediciones ; mas los com bates que están travados se mediarán por los medios que hemos dicho antes. Y cuando en seguida de esto se hu biere puesto la tropa en una rama de un arbusto verde que esté cerca , repara si todo el enjambre está colgando de ellamanera de un racimo de uvas, y esto será se ñal de que hay una reina sola , ólo menos de que sí 6ó COLUMELA..' lia v muchas están reconciliadas de buena fe , las quede* jarás de esta manera hasta que vuelvansu domicilio; . pero bí estuviere dividido en dosen tres como en pe chos, no te quedará duda de que no solo hay muchos gefes , sino que están todavía irritados entre sí , y deberás buscarlos en aquellas partes en donde vieres que hay mas abejas amontonadas. Y por consiguiente después de ha berte frotado la mano con el zumo de dicha* yerbas, esi» toes, de torongil comúncidradq y para que no huyan Jas abejas cuando las toques, introducirás suavemente los dedos, y registrarás las abejas después de desunirlas, hasta que. encuentres al autor de la discordia (pie debes des pachurrar. :>•>•> > •> , ¡! ; . .1*1 ";J " CiOrUV» «•' J ^

CAPITULO x." 5 d i. . ."•:)•' ''.i ' i¡ i ;. lí . ... Qué figura tiene la reina de las abe/ast,, . r, ' E stas reinas son un poco ma9 gruesas y mas lar gas que las demás abejas, con las piernas mas derechas, pero con las alás menos grandes, de un color hermoso y limpio , lisas y sin pelo ni aguijón ,menos que alguno tal vez tenga por tal una especie de cabello mas grue so que tienen én el vientre, del cual sin embargo no se sirven para hacer daño. También se encuentran algu nas obscuras y herizadas de pelo , por cuya apariencia juzgarás mal de sus propiedades (virgiUo geo»g. iü>. 4, ». 8j, 91, 93.J Porque hay dos figuras entre las reinas, como entre las abejas comunes , las unas brillan con manchas de color de oro,iy se distinguen por sus escamas rojas, como tambien son notables por su pico. Y éstas son las que mas se aprueban, y son las mejores : pues las mas mala» pa recidasun gargajo son tan feas como cuando un via jero viene de pasar por un camino lleno de polvo , y es cupe tierra de su boca seca, y (como dice el mismo -Vir- -gilio, de quien se ha copiado lo que precede) 'son des preciables por su desidia, y por el vientre abultado que arrastran por el suelo. Por consiguiente darás muertelos gefes de peor especie , y dejarás reinar solos en su cor te los de la mejor. Los cuales sin embargo se han de des LIBRO NONO pojar de sus álas, siempre que se empeñen en hacer á menudo salidas impetuosas con su enjambre y huirse. Pues quitando las álaseste gefe vagamundo, lo retendremos como con cierta especie de grillete, y destituido del recurso de la fuga , no se atrevesalir de los límites de su reino, y por lo tanto no permite al pueblo de su man do alejarse

CAPITULO XI. Cómo se enmienda la despoblación de las colmenas. Alguna vez conviene matarlo, cuando aína colmena vie ja disminuye el número de sus abejas, y se ha de res tablecer su despoblación con algún enjambre. Y así lue go que al principio de la primavera se hubiera avivado la cria nueva en aquella colmena , se despachurra el rey nuevo,fin de que la multitud viva con sus padres sin discordia. Pero si los panales no hubieren producido pro le alguna, se podrán incorporar las abejas de dostres colmenas en una ; mas se han de haber rociado antes con algún licor dulce: por último se podrán encerrar, y te nerlas así casi tres dias, poniéndoles comida hasta que se acostumbrenestar unidas con las otras , y dejándoles nnas aberturas pequeñas. Hay algunas personas que pre fieren quitar de enmediola rema mas vieja; lo cual es contrario al bien estar de la colmena ; pues si esto se ve rifica , la tropa mas antigua , que se debe considerar co mo un senado, es preciso que obedezcalas mas jóve nes , y si hay algunas que se empeñen en despreciar el mando de éstas que son mas fuertes, las castigan y las dan muerte. Sin embargo, cuando la reina que hemos de jado de las abejas antiguas muere de vejez, suele tener el enjambre nuevo la incomodidad de que la familia con la demasiada licencia está discorde, lo que nace de la muer te del gefe. A cuya incomodidad se ocurre fácilmente; pues se elige una de aquellas colmenas que tienen mu chas reinas , y trasladándolalas que no tienen quien las gobierne, se constituye gefe de ella. Pero en aquellas co 62, COLUMELA. menas que son perseguidos por algún animal dañino, se puede enmendar la escasez de abejas con menos mo lestia. Pues luego que se ha conocido . la mortandad , con viene visitar los panales de una que esté poblada; y en seguida cortar en los que contienen Jos huevecillos de las abejas la parte en que se anima la prole real. Y-ésta es fácil de reconocerse , porque aparece comunmente en la extremidad de los panales como un pezón , mas levan tada , y con abertura mas ancha que las otras celdillas don de se anidan los gusanos de las abejas comunes. Celso á la verdad asegura que en la extremidad de los panales hay tubos transversales que contienen los pollitos que han de ser reinas. Hygino también , siguiendo la autoridad de los griegos, dice que el gefe no proviene de un gu sanillo , como las demás abejas, sino que al rededor de los panales se encuentran alveolosceldillas poco ma yores que los que contienen la semilla de éstas, cubier tos y llenos de una especie de basura de color rojo, de la cual se forma en un instante la reina alada.

CAPITULO XII. Del modo de recoger los enjambres y de impedir su fuga Hay también otro cuidado que tener con el enjambre que se ha formado en nuestro colmenar, si por casualidad ha hecho una salida en el tiempo que hemos dicho, y fasti diado de la vivienda paterna ha manifestado que procura huir mas lejos. Y esto lo danentender las abejas cuando se alejan de la entrada de tal suerte que ninguna vuelve adentro, antes bien se van volando inmediatamente eleván dose muchísimo. En este caso se ha de atemorizar la ju ventud que va huyendo con sonajas de metal,haciendo ruido con tiestos de los que se encuentran comunmente, en todas partes esparcidos por el suelo; y luego que ésta obligada del susto habrá vuelto al domicilio materno, y esté colgando amontonada en la piquera ,que en el mis mo instante se habrá idoun árbol próximo, el colme nero estregará inmediatamente con las yerbas referidas por LIBRO NONO. 63 dentro una colmena nueva que tendrá preparada al inten to; en seguida la rociará con una3 gotas de miel y la arrimará: después encerrará en ella las abejas que están amontonadas, bien sea con la mano,bien con un cazo. Y cuando habrá tomado las demás medidas convenientes para el cuidado de la colmena, como es de su obligación, y la haya compuesto y embetunado con exactitud, dejará que se mantenga en el mismo sitio hasta que anochezca, y al principio de la noche la trasladará, y la pondrá en hilera con las demás. Y conviene también tener en los colmenares colmenas desocupadas. Pues hay algunos enjambres que cuanto han salido buscan un domicilio en la inmediación de su colmena y ocupan la que encuentran vacía. Esto es poco masmenos lo que hay que enseñar en orden al cui dado de adquirir y conservar las abejas. " VCÁPITULO tilt " l'V '' ;; De las enfermedades de las abejas y de sus remedios , y precauciones para que no las contraigan. Ahora se sigue buscar remedios para las que padecen en. fermedades comunespestilenciales. El estrago de estas úl timas es raro en-las abejas , y sin embargo no encuen tro que se pueda hacer otra cosa que lo que hemos pres crito para el demás ganado, es decir, que se trasladen las colmenas roa» lejos. Pero por lo tocanteJas enfermedades comunes, se descubren las causas y se encuentran los re medios con mas facilidad. Mas su mayor enfermedad es todos los años al principio de la primavera cuando em. piezanflorecer las lechetreznas, y los olmos echan su gra na. Porque-atraídas por estas primeras flores como si fueran frutas-tempranas , comen de ellas con ansia después de haber pasado la-hambre del invierno; cuya comida por otra parte no les haria mal Vi no se llenaran de ella, de Ja cual en habiéndose atestado en demasía, mueren de flujo de vientre,.si no se les socorre prontamente. Pues la-lechetrez- na alarga el vientre aun de los animales mayores, y la gra na del olmos hace el mismo efecto, particularmente en las abejas: y esta es la causa de que en los países de Italia 64 COLUMELA. que están plantados de esta especie de árboles es raro que duren las colmenas con bastantes abejas. Por consiguiente si se les dan al principio de la primavera comidas medi cinales,un mismo tiempo se podrá precaver que les moleste semejante enfermedad, y cuando ya la padecen cu rarlas. Porque lo que ha dicho Hygino siguiendolos auto res antiguos, como yo no lo he experimentado por mí mis mo, no me atrevo i asegurarlo, sin embargo los que quieran podrán ensayarlo. Pues previene que los cadáveres de las abejas, que cuando les ha acometido semejante enferme» dad pestilencial se encuentranmontones debajo de los panales, se guarden en un lugar seco durante el invierno; y que cerca del equinoccio de la primavera se saquen al sol después de la hora tercera del día , cuando lo templado del tiempo convideello, y se cubran con ceniza de hi guera. Hecho lo cual asegura que reanimadas al cabo de dos horas con este calor vivificante, recobran su espíritu jr entran en una colmena preparadaeste efecto, si se les presenta. Nosotros creemos que es mejor darlos enjam bres enfermos para que no mueran , los remedios que va mosdecir en seguida. Pues se les deben dar granos de gra nada molidos y regados con vino Amineo,pasas molidas con una parte igual de zumaque, y humedecido uno y otro con vino áspero;si cada una de estas medicinas de por sí no han hecho efecto, se muelen todas juntas en pesos igua les, se hierben en un puchero con vino Amineo, y después de haberse enfriado se les ponen en comederos de madera. Algunas personas les dan para que beban agua miel en que se haya cocido romero , echándola después de haberse en* friado en unas tejas. Otros , como asegura Hygino , les po nen juntolas colmenas orina de bueyde hombre. Es también muy conocida aquella enfermedad que las debili ta y lás pone feas y encogidas, y la señal de tenerla es cuan do unas sacan de sus domicilios frecuentemente los cadá veres de las que han muerto, y otras están dentro de ellos sin movimiento en un triste silencio, como cuando hay un luto público. Cuando esto sucede, se les pone comida en comederos de caña , y ésta consiste principalmente en miel cocida y molida con agallarosa seca. También con LIBRO NONO viene quemar gálbano, para que con su olor se medicinen, y fortificarlas que están descaecidas con vino de pasas ó con arrope añejo. Sin embargo lo que les aprovecha mal es la raiz de amelo, cuya flor es amarilla y purpúrea: és ta, después de haberla hervido con vino amineo añejo, se exprime, y en seguida se dá este jugo colado. Hygino en el libro que escribió sobre las abejas dice: Aristomaeo 1 es de opinión que se han de socorrer las abejas enfermas de esta manera : en primer lugar se quitarán todos los pana les viciados , se les pondrá comida nueva enseguida álas abejas, y por último se fumigarán. También cree que es útillas abejas degeneradas agregarles un enjambre nuevo, aunque hay el peligro de que se destruya con la discordia; pero que se han de alegrar con la multitud que se les agre ga, y quefin de mantener la unión entre unas y otras, se quiten las reinas del enjambre que se traslada de otra colme na , como que pertenecenun pueblo estrangero. Y con to do eso no hay duda que los panales y los enjambres muy po. blados, que tienen formadas las abejas, se han de trasladar y agregarlos que han quedado con menos, para que se fortifiquen las colmenas con la adopción, por decirlo así, de esta nueva prole. Pero también se ba de tener la adver tencia , cuando esto se haga , de no poner mas panales que aquellos en que las abejas nuevas abren ya sus celdillas, y roen la cera que cubre las bocas de estas, sacando por ellas la cabeza. Pues si se trasladan los panales con las abejas sin acabar de formar, morirán estas así que se les deje de dar calor. Muchas veces también se mueren las abejas de la en fermedad que los griegos llaman phagedasnan (phagedena ) *. Esta enfermedad proviene de que teniendo las abejas la costumbre de hacer desde el principio tantos alveolos como creen poder llenar, sucede algunas veces, que des pués de concluidas estas obras de cera , el enjambre que se ha alejado mucho por irbuscar miel , se halle sorprendi do en los bosques por lluviasuracanes imprevistos, y pier da la mayor parte de su pueblo: lo cual en habiéndose ye* rificado, las pocas abejas que restan no son suficientes pa ra llenar los panales; y entonces las partes que quedan va* cías se pudren, y cundiendo la corrupción paulatinamente; Tom. II. E 66 COLUMELA. la miel también se pudre y las mismas abejas se mueren. Para que esto no suceda, se deben juntar dos enjambres que puedan llenar los panales que estén todavía sanos, y si no hay proporción de otro enjambre, se han de cortar con una herramienta muy afilada las partes de los panales que estén vacías, antes que se pudran. Pues es importante la perfec ción de la herramienta , no sea que si ésta está muy embo tada, la dificultad de penetrar haga que se dé un golpe muy fuerte y que éste disloque los panales, lo cual si suce de abandonan las abejas su domicilio. Hay también otra cau sa de mortandad para las abejas, y es haber en algunos años seguidos muchísimas flores, y dedicarse mas bienhacer miel quemultiplicar. Y así algunas personas que tienen menos inteligencia en estas cosas, se alegran con la mucha abundancia de fruto, ignorando la destrucción que amena zalas abejas, porque no solo mueren muchas fatigadas por el excesivo trabajo , sino que no reponiéndose por otras nuevas las que quedan, por último vienenperecer. Por lo cual si entra una primavera en que los prados v campos labrados tengan flores en mucha abundancia , es útilísimo cerrar las piqueras de las colmenas de cada tres dias uno, dejando unos agujeros pequeños por donde no puedan sa lir las abejas,fin de que separadas de la fabricación de miel, por tener perdida la esperanza de poder proveer todos los alveolos de este licor, los llenen de prole3. Estos son po co masmenos los remedios de que nos valemos para los enjambres que padecen alguna enfermedad.

CAPITULO XIV. Método para gobernar las abejas en toda el año, y lo que . ha de. evitar el colmenero. , . •, Vamostratar en seguida de aquel cuidado que para todo el año prescribe con tanto acierto Hygino. Desde el primer equinoccio, que se verifica en el me» de marzo ácia el octa vo dia antes de las calendas de abril, cuando el sol se halla en el octavo grado de Aries hasta que se dejan ver las Plé yade , hay cuarenta y ocho dias de primavera. Durante es LIBRO NONO te tiempo," dice, se han de principiarcuidar la9 abejas, abriendo las colmenas,fia de sacar todas las inmundicias que se han juntado en el invierno, y después de haber qui tado las arañas que destruyen los panales, se introduzca bu* mo de boñiga de buey: pues éste, por cierta afinidad 1 que hay entre las dos especies, es muy conveniente para las abe jas. También se han de matar los gusanillos que llaman po lillas, y asimismo sus mariposas: cuyos animales dañinos que comunmente se peganlos panales, se caen si mez clas con la boñiga de buey tuétano del mismo animal , y quemando uno y otro introduces el humo en la colmena. Con este cuidado se fortificarán los enjambres en el tiempo que hemos dicho, y se dedicarán con mas vi gorsus trabajos. Pero lo principal que debe observar el colmenero cuando deberá andar con las colmenas, es ha berse abstenido el dia anterior de los placeres sensuales, no acercarseellas borracho ni sin haberse lavado, privarse de todos los comestibles que echan olor fuerte, como los pescados y demás cosas saladas, y todos los jugos que des tilan también de las hediondas acrimonias del ajode las cebollas, y de las demás cosas semejantes. El dia cuarenta y ocho después del equinoccio de primavera, cuando se empiezandejar ver Jas Pleyadas ácia el dia quinto an tes de los idus de mayo, principian los enjambresau mentar sus fuerzas y el número de las abejas. Pero en los mismos dias se destruyen los que tienen pocas y enfermas, y en este tiempo se procrean en las extremidades de los pa nales fetos de mayor tamaño que las demás abejas , y algu. ñas personas hacen juicio que estas son reinas, perola verdad no faltan autores griegos que los llaman ocstrost porque atormentanlas abejas y no las. dejan sosegar: por lo cual previenen que se maten. Desde el nacimien to de las Pleyadas hasta el solsticio , que esúltimos de junio ácia el tiempo en que el sol está en el octavo grado de Cáncer, enjambran por lo común las colmenas: en cuyo tiempo se deben guardar con mas cuidado, no sea que hu yan las crias nuevas. Y entonces desde que se ha verificado el solsticio hasta el nacimiento de la canícula, que son casi treinta dias, se hace la cosecha de los panales juntamente £a 68 COLUMELA. con la de los granos. Pero cómo deban recogerse aquellos lo enseñaremos en seguida, cuando tratemos del modo de sa car la miel. En cuantolo demás Deniócnto, Magon, y no menos Virgilio, han hecho correr la especie de que en este mismo tiempo se pueden procrear abejas matando un no. villo3. Magon asegura que se puede hacer lo mismo con panzas de bueyes. Cuyo método pienso que es supérñuo ex plicarlo con mas individualidad, agregándome al parecer de Celso, que dice muy prudentemente, no causar la pér dida de estos insectos un perjuicio tal , que se ha de procu rar adquirir por este medio. Mas en este tiempo y hasta el equinoccio de otoño se han de abrir y fumigar las colme nas : lo cual , aunque es molestolos enjambres, convienen todos en que les es muy saludable. En seguida luego que las abejas habrán sido perfumadas, y se les habrá dado ca lor, convendrá refrescarlas regando las partes de las colme nas que estén vacías con agua fria muy recien cogida , y aquellas que no se hayan podido regar será bueno limpiar las con plumas de águilade cualquiera otra ave grande, que tengan resistencia. Ademas de esto se barrerán las po lillas, si se dejáren ver, se matarán sus mariposas , que es tando por lo común dentro de las colmenas son la destruc ción de la9 abejas, porque roen los panales, y porque en gendra su estiércol los gusanos que llamamos polillas de las colmenas. Y así en el tiempo en que las malvas echan flor, que cs-cuando hay la mayor multitud de ellas, si se pone por la tarde dentro de las colmenas Una vasija de cobre se mejante á-un miliario 3, y en su fondo se pone alguna luz, acuden mariposas de todas partes, y revoloteando al rede dor de la llama se abrasan, porque no pueden salir volan do con facilidad ácia arriba ,causa de lo estrecho de la vasija, ni retirarse del fuego, estando como están rodeadas de sus paredes que son de cobre; por lo que se queman con el ardor del fuego que tienen inmediato. Casi cincuenta dias después del nacimiento de la canícula es el de Arcturo : en tonces es cuando las abejas hacen las mieles de las flores de tomillo, de orégano y de mejorana silvestre: y la miel que se tiene por de mejor calidad en esta misma es la que hacen en el equinoccio de otoño , que cae antes de las ca* LIBRO NONO lendas de octubre cuantío el soi toca al octavo grado de Li-: bra. Después del nacimiento de Arcturo , que es cer ca del equinoccio de Libra, como he dicho, es la segunda castra. Pero se ha de tener cuidado en el tiempo que me dia entre el nacimiento de la canícula y el de Arcturo de que las abejas no sean sorprendidas por la violencia de los tábanos , que están por lo común delante de las colmenas^ acechandolas que salenu En seguidaf;desde el equinoc cio , que es acia el día octavo antes de las calendas de octubre hasta el ocaso dé las Pleyadas, emplean las abe* jas cuarenta días en > hacer sa repuesto de las mieles que han recogido dé las doces del taray y de las de los arbustos silvestres para mantenerse en el invierno: y de estas mieles nada se les ha de quitar absolutamente, no sea que fatiga das con las frecuentes injurias que reciben huyan desespe radas. Desde el ocaso de las Pleyadas hasta el solsticio de in vierno, que es el dia octavo antes de las calendas de enero, cuando el sol se' halla en el grado octavo de Capricornio, se sirven ya los enjambres de la miel que tienen de repuesto* y se mantienen de ella hasta el nacimiento de Arcturo. Y no ignoro el modo de contar de Hiparco* que pretende que los solsticios y los equinoccios se verifican no cuando el sol está en el octavo grado de los signos, sino cuando está en el primero. Pero en este arreglo de los trabajos del campo si go yo ahora los calendarios de Eudoxio , de Meton y de los astrólogos antiguos que están adaptadoslos sacrificios pú blicos; poique esta opinión abrazada desde tiempos anti guos es mas conocida de los labradores, y porque esta suti leza de Hiparco no es necesariala grosera instrucción de la gente del campo. Por lo cual desde que comience el oca so de las Pleyadas, convendrá abrir inmediatamente las col menas, limpiarlas de toda inmundicia, y cuidarlas con el mayor esmero , porque en el tiempo de invierno no es conveniente moverlas ni abrirlas. Y así mientras queda algún tiempo de otoño todavía, después de haberlas limpiado en un dia muy templado, se han de meter las coberteras den tro de ellas hasta que lleguenlos panales, dejando fuera lo vacío, para que estando estrechas por este medio se ca lienten con mas facilidad. Y esto se ha de hacer siempre Tom. II. E3 7e COLUMELA. aun en aquellas colmenas que están pobladas por un nú mero pequeño de abejas. En seguida untaremos por defuera con boñiga y barro amasados tolas las rendijas y aguje ros que hubiere , sin dejar mas aberturas que las piqueras, por donde entren y salgan: y aunque estén las colmenas debajo de un colgadizo, con todo eso las cubriremos con paja y bojas que se amontonarán por encima de ellas, y en cuanto sea posible las resguardáremos con esto del frió y de las tem[ t stades. Algunas personas meten dentro de las colmenas aves muertas, después de haberles sacado las tri pas y las entrañas, las cuales en tiempo de invierno dan ca lorlas abejas, que se ocultan entre sus plumas; al mismo tiempo que si se han consumido las provisiones las alimen tan cómodamente, cuando tienen hambre, de suerte que no les dejan mas que los huesos *, pero si hay bastantes pa nales, permanecen sin tocarlas, y aunque son tan amantes de la limpieza las abejas, no las ofenden estas aves muertas con su olor. Sin embargo nosotros somos de sentir que esi mejor darlas que tienen hambre en uno* comederifos, que se pondrán juntolas mismas piqueras, higos secos machacados y remojados en agua,bien arropevino de pasas. En cuyos licores será conveniente empapar lana que esté limpia , para que poniéndose sobre ella las abejas chu pen estos jugos como por un sifón. También será bueno darles pasas picadas y un poco rociadas con agua. Y con es tos géneros de comidas se han de mantener no solamente en el invierno, smo también en aquellos tiempos (como ya he dicho) en que estarán en flor la lechetrezna y los olmos. En casi cuarenta dias contados desde el solsticio de invier no consumen toda la miel que tienen de repuesto (á no se:' que el colmenero se la haya dejado en mueba abundan cia), y aun muchas veces después de haber desocupado los panales se echan juntoellos y están 6in comer y adorme cidasla manera de las serpientes 5 hasta el nacimiento de Arcturo que es desde los idus de febrero, conservando la vida con su reposo, la cual sin embargo para que no la pierdan, si sobreviniere una hambre mas larga , es muy bueno introducirles con sifones por la piquera licores dulces, hasta que el nacimiento de Arcturo y la llegada LIBRO NONO 71 de las golondrinas les anuncien tiempos mas favorables. Por lo cual después de este tiempo, cuando lo despejado del dia lo permite , se atrevensalirlos pastos. En efecto, desde que ha llegado el equinoccio de primavera ya andan sin detención por todas partes, cogen florespropósito para las crias y las llevanlas colmenas. Esto es lo que prescribe Hygino para que se observe con exactitud en los diferentes tiempos del año. Pero Celso añade que como en pocas par tes hay la felicidad de que se puedan darlas abejas unos pastos en la primavera y otros en el estío, en los parages donde pasada la primera estación faltan floresproj>ósito para las abejas, no deb;n dejarse las colmenas, sino que así que se hayan consumido éstas flores, se han de trasladar á aquellos que puedan mantener las abejas mejor con las flo res tardías de tomillo, de orégano y de mejorana silvestre: 10 que dice practicarse no solo en Acaya, de donde las tras ladanlos pastos de la Atica, en la Eubea, y en las islas Cy ciadas, en donde las mudan desde las otrasla de Scyros , sino, también en Sicilia, llevándose al monte Ilybla las de las demás partes de la isla. Y el mismo autor dice que la cera se hace de las flores , y la miel del rocío de la maña na, y que una y otra toman tanto mejor cualidad, cuanto mas agradable sea el material de que se ha hecho la cera. Pero previene que antes de la mudanza se reconozcan con atención las colmenas, y que se saquen los panales viejos, los que tengan polillas, y los que estén poco asegurados, y que no se reserven sino pocos, y que esqs sean los mejores, para que también al mismo tiempo se hagan muchísimos de la flor mejor : y que las colmenas que cualquiera per sona quiera trasladarotra parte, no las lleve sino de no che y sin agitarlas; . < : u . ' , ' '

CAPITULO XV. 11 > .'l'J"r. '' > . D.el {nodo de sacarla miel, y cuándo se deben castrar ¿as colinchas. Después de pasada la primavera viene en seguida , como he dicho, la recolección de la miel,la cual se dirige e4 7a COLUMELA. «1 'trabajo de-todo -el año. Se conoce qne es tiempo de hacerla cuando se advierte que las abejas echan de la colmena y ahuyentanlos zánganos. Los cuales son una especie cíe insectos de mayor tamaño que Jas ahejas, y muy semejantesellas; y (como dice Virgilio, Georg. ub. 4 ¡*Ji«8.) un ganado perezoso y que está juntolos panales «in industria, pnes no solo no. proveen de alimento, si no que consumen eh que han traído las abejas. Pero sin embargo parece que estos zánganos contribuyen en algo á la procreación, incubando las semillas de que se forman las abejas. Por lo cual los admiten con mas familiaridad para que fomenten y crien la nueva prole. En se guida, después de sacados los pollos, los echan fuera de las colmenas; y, como dice el mismo poeta, los alejan de los pesebres. Estos , previenen algunos autores que es conveniente exterminarlos xlel todo: lo cual, conformándo me yo con Magon, soy de opinión que no se ha de ha cer, sino que se ha de moderar este rigor, pues nb/sé ha de hacer una matanza universal de ellos, no sea que las abejas se hagan perezosas1, supuesto que cuando los zánganos les comen alguna parte de sus provisiones, se hacen mas ágiles reparando sus daños: ni por el contrario se ha de permitir que tome cuerpo esta multitud de la drones , para que no devasten todas estas riquezas que no son suyas. Por consiguiente r cuando vieres que se arman masmenudo peleas entre los zánganos y las abejas , abri rás las colmenas, y las registrarás, para que si los pana les están medio llenos se difiera la castra , y si están llenos, y cubiertos de cera por encima de los alveolos, se haga. Pero para esta operación se ha de elegir comunmente la mañana; pues no conviene irritar en medio del calor* á las abejas que ya están exasperadas. Para este efecto son menester dos herramientas de pie y medio de largo,un. poco mas, una de las cuales será un cuchillo largo de dos filos que tenga en la punta un tranchete corvo ; la otra es plana por un lado, y muy afilada, para que con ésta se corten mejor los panales, y con aquella ee raigan, y se saque toda la porquería que hubiere caído. Pero cuando por la parte posterior en que no hay ningún vestíbulo LIBRO NONO 73 estuviere abierta la colmena , se introducirá humo de gálbano ó de boñiga seca. Esto se echa con ascua9 en una vasija de barro; y esta vasija se hace con asas, y de fi gura de olla estrecha, de suerte que por una parte sea mas delgada , y tenga un agujero mediano por donde sal ga el humo , y por la otra mas ancha con una boca bien abierta , por la cual se pueda soplar. Cuando una olla tal como esta se habrá introducido su pico en la colmena •% soplando por el otro lado, 6e hace llegar el humolas abe jas , las cuales , no pudiendo soportar este olor , se pa sanla parte anterior de la colmena inmediatamente, y alguna vez salen de ella. Y cuando hay proporción de registrarla con mas libertad , si hay dos enjambres se en cuentran por lo común dos especies de panales. Pues, aun que estén en paz cada uno guarda su costumbre para ar reglar y dar figurasus ceras. Pero todos los panales es tán siempre suspendidos en la parte superior de las col menas , y ligeramente adheridoslas paredes , de suerte que no lleguen al suelo, porque esto dá pasolos en jambres. Por otra parte la torma de los panales está mo delada por la de las colmenas, pues sus capacidades, ya sean cuadradas, ya redondas , y ya largas, danaquellos sus figuras como una especie de molde ; y por esto no se hallan siempre los panales de una misma forma. Pero es tos, sean como sean, no se sacarán todos; pues en la primera castra , cuando todavía abundan los campos de co mida , se ha de dejar la quinta parte; en la segunda, cuán do ya se está temiendo que llegue el invierno , se de jará la tercera. Sin embargo, esta proporción no es fija en todos los países, pues se ha de proveerla subsisterícia de las abejas en cada uno según la multitud de flo¡- res y abundancia de comida. Pero si las ceras suspendi dasla colmena están alargadas perpendieularmente, se han de cortar los panales con la herramienta parecida á un cuchillo: en seguida se han de recibir en los dos brazos que se pondrán debajo t y de esta manera se han de sacar : mas si los panales están adheridos horizontalmente á lo alto de la colmena, entonces es precisa una hertauiienta con la punta encorvada, para que se corten 74 COLUMELA. apretándolos con esta. Y se deben sacar los viejosdefec tuosos, y dejar sobre todo los sanos y llenos de miel, y si hay algunos que tengan pollos,fin de que se reser ven para la reproducción de un enjambre. En seguida se han de llevar todos los panales que se hubieren sacado al sitio en que quieras sacar la miel , y se han de tapar exac tamente los agujeros de las paredes y de las ventanas, pa ra que las abejas no puedan entrar en él por parte al guna, porque se obstinan en buscar sus riquezas, por de cirlo así, que han perdido, y en encontrándolas las con sumen. Por lo cual se ha de hacer también humo con los referidos materiales en la entrada de aquel sitio, que eche de allílas que intenten entrar. En seguida las colme nas castradas que tengan panales atravesados en la entra da se han de volver: para que las partes posteriores sir vansu turno de entradas; pues de esta suerte en la cas tra próxima se sacarán mas bien los panales antiguos que los nuevos, y se renovarán las ceras, que son tanto peo res, cuanto mas antiguas4. Pero si por casualidad estu vieren las colmenas revestidas de fábrica, y por lo mis mo inmobles, tendremos cuidado de que se castren unas veces por la parte posterior, y otras por la anterior; y es to deberá hacerse antes de la hora quinta del dia , después repetirlo pasada la nona ,al dia siguiente. Mas sean cuantos fueren los panales que se han recogido, convie ne extraer de ellos la miel el mismo dia de la castra : mien tras están calientes se cuelga en un sitio obscuro un ces to de sauce,una manga de mimbre menuda de regi do claro, parecidaun cono inverso , como el que sir ve para colar el vino ; en seguida se echan en ella los panales hechos pedazos; pero se ha de tener cuida- do.de separar aquellas partes de ellos que tengan pollos ó inmundicias rojas: pues son de mal gusto, y con su jugo echanperder la miel. En seguida ," luego que la que se ha colado ha caido en un librillo, que se habrá puesto debajo, se mudavasijas de barro, que estarán destapadas, hasta que deje de hervir la miel nueva, y es ta se ha de limpiarmenudo con una espumadera. Des pués se exprimen con las manos los fragmentos de los pa LIBRO NONO 75 nales que han quedado en la manga; y la miel que dan es de segunda calidad, la cual los mas curiosos la guar dan aparte , no sea que la que es de un gusto excelen te, se deteriore mezclándole ésta.

CAPITULO XVI. De la cera. El fruto de la cera , aunque de poco valor 1 , no se ha de pasar en silencio , siendo su uso necesario para muchas cosas. Los restos de los panales, así que se han exprimido, y se han lavado bien en agua dulce, se po nen en una caldera de cobre, y echándoles agua por en cima , se derriten al fuego. Luego que esto se ha hecho, •e derrama la cera sobre pajajuncos , y se cuela ; se cue ce de nuevo como la primera vez, y se vacia en los-mol des que cada uno tienebien , llenándolos antes de agua: en estando cuajada la cera es fácil sacarla, porque el agua que hay debajo impide que se peguelos moldes. Mas, una vez que hemos concluido el tratado de los ganados y de las crias de la casa de campo, vamosdar en ver so (para dartetí ynuestro Galion gusto) lo que nos queda que explicar de las cosas del campo, esto es, el cultivo de los huertos. COLUMELA, NOTAS AL LIBRO NONO. Notas al

CAPITULO II. 1. Hija de Meliso, rey de Creta, que mantuvoJúpi ter, juntamente con su hermana Amalthea, con leche de cabras y miel , de donde se originó la fábula de que lo habia criado una cabra , y que habían ido volando las abejas y llenado de miel la boca del niño. 2. No se conoce otro autor mas que el nuestro que hable de estas ninfas. 3. Por esto en las medallas de plata de los Cretenses se vé por un lado la figura de una abeja, lo que tieue relación coa esta fábula. 4. Esto lo afirma Virgilio en las Geórgicas Iib. 4. v. 283. Notas al

CAPITULO IV. 1. Sin embargo Plinio es de contraria opinión en el libro 11. cap. 13; pero lo mas estraño es que Virgilio aprueba tara- bien este árbol en el libro 4. v. 141. de las Geórgicas. 2. Staphi linos. 3. En el original dice amarantos; pero Pontedera, 4 quien sigue Escoetgenio, en lugar de esto ponen tamarix, que significa taray , porque el amaranto es yerba anual, y el autor va hablando de árboles. Ademas que aquel es inútil, para las abejas, y al rededor de éste, cuando está en flor, vuelan en gran número. Lo que alguno estrañará es que al prin cipio del capítulo se dice que el azufaifo y el taray son los que se aprueban mas para la miel, y mas adelante que la dan de un gusto mediano:lo que se satisface, advirtiendo que aunque estos sean para el efecto los mejores entre todos los árboles , son inferioreslas yerbas y demás plantas que se han citado aquí. Notas al

CAPITULO V. I. Esta expresión y otras semejantes que se encuentran en nuestro autor podrian muy bien entenderse de un sitio frente del cual no se encuentre cosa alguna que impida el que lle guenél los rayos del sol, aunque este lugar esté cubierto por lo alto, en cuyo caso un sitio expuesto al mediodia del estío seria aquel delante del cual se hallaría un cuerpo que in terceptaría los rayos del sol en el invierno, sin estar bastante mente elevado para interceptarlos en el estío. LIBRO NONO i. No es de creer que hable aquí Columela de los cangre jos que se cuecen para la mesa , sino de los que se queman pa ra medicinas; y no se hace con ellos una sola, pues se aplican para la mordedura de perro rabioso, para la gangrena, y para otras que se pueden ver en la Historia natural de Plinio. 3. Ecos. Nota al cípiíuiq VIL 1. Esta mariposa hace dañolas colmenas de varios mo dos, como nos lo enseña Plinio eri el libro it cap. 10, ya co miéndose los panales, ya dejando sus excrementos, de que se producen las polillas , y ya haciendo telarañas. El decir que de los excrementos se producen las polillas es un error, pues de lo que se engendran es de los huevos que ponen las mari posas. Notas al

CAPITULO XIII. 1. Este autor, natural de Solos, tenia una pasión tan grande á las abejas que en cincuenta y ocho años no hizo mas que cuidarlas, y también escribió libros acerca de ellas, como dice Plinio en el lib. 11 cap. 9. Z.' Plinio en dicho libro cap. 19 llamaesta enfermedad citrónsclcron , voz de origen obscuro (como dice el pa dre Harduino). La de phugedena se halla numerada por el mismo Plinio en el libro 20, cap. 7 entre las enfermeda des, de que infiero ser una putrefaccióncorrupción que suele extenderse demasiado, y consume las carnes por don de corre. ' " .>'•"' ""*.' , "> ' j. ' No puedo decir si las 'abejas ajustan de esta manera seis cuentas. Pero puede suceder que este «ramalillo inquie to, impidiéndole una especie de trabajo, se dediqueotro. Notas al

CAPITULO XIV. X. Por la opinión en que estaba de que un buey muerto engendra las abejas, como va prontodecirlo. 2. El no querer explicar Columela el modo de producirse las abejas de un novillo muerto, convence el desprecio con que miraba esta simpleza. 3. Esto es , alto y angosto , como dice Paladio en el li bro 5 cap. 8 núm. 9. 4. Petavio en la Uranología dice que Hiparco no fue au tor de este modo de contar, y que se engaña Columela. 5. Cuya razón es conocida por la fábula del hombre del campo, que abrigaba en su seno una serpiente amortecida por el frió, y que después fue muerto por ella. COLUMELA. Notas ai

CAPITULO XV. 1. Y lo principal es porque no se acabe todo el enjambre, pues matándolos todos, que son los únicos machos, no podrá fecundarse la reina, que es la sola hembra. 2. Creo que su picada es mas fuerte así que han entrado mucho en calor. Es constante que las mordeduras de otros ani males, y las picadas de los demás insectos son mucho mas ás peras durante los ardores de la canícula. 3. Parece que el humo se echaría levantando un poco la colmena por la parte posterior, y que huyendo de él las abe jas, subiránla parte superior de la colmena, pues de otra suerte se meterían en medio del humo. Sobre todo lo mejor es tener una colmena que pueda abrirse por arriba,fin de ha cer pasar las abejasotra, que se pondrá por encima de la primera. Esto se conseguirá mejor en las colmenas de muchas alzas, inventadas por P altean, y perfeccionadas por otros sa bios agrónomos, como se puede,, ver en Rozier y Quinta. 4. Tanto mas que los gusanos, al transformarse en abejas, dejan sus camisas pegadaslas paredes de las celdillas, lo que indispensablemente debe comunicar alguna porqueríala cera. Nota al

CAPITULO XVI. 1. No es ahora de muy poco valor la cera, pues con una libra de ella se pueden comprar cuatro de miel ; lo que tiene dos motivos, uno el mucho consumo que hay de ella para el culto divino; y otrp el menor que hay de mjel que ejn tiem po de Columéla, por darse, la preferencia al azúcar, que en tonces era raro, y ahora se ha hecho muy común. LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA. De las cosas del campo. LIBRO DÉCIMO. Prefacio. I?ecibe, oh Silvino, el resto de los intereses que me habia obligadopagartepropuesta tuya. Porque en los nueve libros anteriores te habia satisfecho la deuda ,excepción de la parte que ahora te solvento. Resta pues el cultivo de los huertos, singularmente despreciado en otro tiempo por Jos labradores antiguos, y ahora ya el mas célebre. En efec to, al paso que la frugalidad en nuestros mayores tocaba en Ja parsimonia, los pobres tenian la comida mas abundante, manteniéndose, tanto los mas principales como los mas ba jos, con abundancia de leche y con carne de caza y de ani males domésticos, lo mismo que con agua y trigo. Después, como la edad siguiente y principalmente la nuestra, haya dado valorlos manjares exquisitos, y no se regulen las ce nas por los deseos naturales, sino por los bienes que se po seen , la pobreza de la plebe , no teniendosu alcance las comidas delicadas, ha quedado reducidalas ordinarias. Por lo cual nosotros hemos de dar preceptos con mas cui dadosobre elcultivode loshuertosque lohanhechonues tros mayores; porque el fruto de ellos está ahora mas en uso que entonces ; y este tratado lo daría yo en prosa, como me habia propuesto para ponerlocontinuación de los libros anteriores, si no hubieran combatido mi determinación tus 8o COLUMELA. repetidas instancias que me han vencidocompletar en verso las partes omitidas en el poema de las Geórgicas que el mismo Virgilio habia dadoentender las dejabala posteridad para que los tratara después de él (Georg.iib. 4, v. 147% Pues nosotros no nos debíamos atreveresta empresa de otra suerte que por la voluntad del mas respetable poeta; y así como por su inspiración hemos tomadonuestro car go (sin ganala verdad por la dificultad del trabajo, bien que no sin esperanza de feliz suceso), una materia de muy poca sustancia y casi sin cuerpo, que es tan fútil que si se considera el todo de mi obra se puede contar por una partecilla de ella; pero si se mira de por sí, y como ceñida á sus propios límites, de ningún modo puede parecer bien. Pues aunque hay muchos miembros de ella, por decirlo así, de que podemos hablar algo, con todo eso son tan peque ños como granos de arena, de cuya incomprehensible pequeñez (como dicen los griegos) no se puede hacer un corele! Por lo cual este fruto de mis vigilias, sea como sea, está tan lejos de aspiraralgún elogio particular, que se da rá por servido si no se hace juicio que deshonra los libros que he publicado antes. Pero concluyamos ya el prefacio. POEMA. También voyenseñarte ¡oh mí Sil vino! A cultivar el huerto deleitoso , Con lo demás que el Vate Mantüano (Cuando cantaba las jocundas mieses, Los dones de Lyéo, las fragantes1 Mieles, ytí ¡oh gran Pales"! invocaba) Oprimido. del tiempo por la angustia Omitió adréde porque mas despacio Nosotros completásemos sú obra. Lo primero de todo es que tu huerto Para ser fértil , se coloque en tierra Pingüe, no pegajosa sino afable, Que no estalle en terrones al labrarla, Mas antes la menuda arena imite. Señal es de tal tierra el que se vista Por sí de mucha grama y bayas rojas De yezgos, que con dulce y no excesiva Humedad se fomentan ; pues no cumple La tierra seca , y menos la encharcada Bajo inmóbiles limos do resuenen De vocinglera rana eternos gritos, Tampoco será mala en la que nazcan Olmos frondosos espontánamente, Y en parras fértil sea , y que se cubra De perales, ciruelos y manzanos No plantados por mano de mótales; Y no produzca eléboro3, ni tejos, Tom> II. r COLUMELA. v. Ni gálbanos, dañosos por su jugo, Ni otra especie de yerbas ponzoñosas, Aunque crie la planta parecida A la inferior mitad del cuerpo humano \ ¡Atropa! monstruo vegetal que llama Mandragora el botánico estudioso; Ni la letal cicuta5, úpar della, La férula , cruel para las manos 6, Las zarzas, enemigas de las piernas , Ni espinos de sangrientos aguijones., Haya en la inmediación aguas corrientes Que el hortelano atraiga para ajivio- De la continua sed que al huerto aqueja; O nazca .yn manantial en cuya concha No esté tan honda el haz que la6 entrañas Le comprima el tirar de la cigüeña. ¡ ,, Dueño de tal terreno cercaráslo . . : " De tapia,bien de arbustos espinosos, Que no dejen entrar ladroiv pi bestia. Pon en él una estátua de ItipháloWK . ¡ ; Que, teniendo en la mano su guadaña, Al rapaz y al ladrón, torvo amenace.; Y no emplees en ella la. alta industria De. Dédalo7, ú Phradmón8, ú Pojigléto,, U Agelades9; pues bastatal servicio , " ; Que un árbol viejo labres toscamente, Y la torpe deidad con él figures. Ea pues , Musas , hijas de Piério , Cantad en versos dulces bien que humildes El cultivo, y los tiempos oportunos De entregarla tierra las .semillas , Y los desvelos que después reclaman. Y cuando empiezanbrillar las ñores,. . . 6o. LIBRO DECIMO Cuando el pésto rosal su prole ostenta. : Cuando la vid se encorva y mece el fruto. Y cuando el árbol, hijo de la inculta Selva, regido por injerto extraño,' Nos ofrece sus frutos adoptivos. <' ' ' Luego que la canícula insaciable Habrá ca9i agotado el Oceáno*0, Y el hijo de Latona y del gran Jove ;-' Igualado las noches con los dias, Y Vertumnio, de frutas satisfecho, <" La corona pomífera manchada11 ' v De dulce mosto, la espumante uva Habrá exprimido ; entonces es el tiempo De voltear la tierra, (con la laya ; T De roble,quien el hierro tenaz calce). Si es que restablecida del cansancio ' La lluvia la esponjó; pero si yerta, Con el adusto tiempo, permanece '" '<>'' f Inactiva por agua suspirando, r -'-^ Venga én declivio providente acequia Que mitigue su sed, y redundante ' Entre y rebose en sus abiertas bocas. i Mas ay! si ni sus venas ni los cielos . >; ¡ Jugo le dan; si el natural avarq-1 ' A Del clima se lo niega, y el gran Jove" fl Desoye sus clamores, esperemos Al infalible Invierno, en que del todo Quede en el mar cerúleo sumergida De Ariádna la fúlgida corona,'. ü< '. ¡. 1 Por Baco en el Empírio colocada; Y las Pléyades'^ teman quesu frente Parezca Febo; y Febo14 mal seguro Se juzgue en el Olimpo, y cauto huya ' <. COLUMELA; í v. Del Escorpión cruel y de sus dardos, ,.!,. " Montado en áncas del centauro Cróta A tu mentida madre no respetes1*, Pueblo incauto, ignorante de tu origen; Porque en verdad , aunque ella ya fue madre Del linage infeliz de Proraetheo, Nosotrosotra madre el sér debimos Allá cuando colérico Neptano . , La tierra sumergió bajo sus moles, Y, el báratro profundo conturbando, . , Terror pusolas ondas del Lethéo. " Entónces vieron por la vez primera L09 infiernos temblar al Rey EstígtolS; Y bajo el peso del inmenso Ponto vi i Los ecos de los Mánes resonaron. t -,< ¡ A nosotros, estando el orbe yermo, Una fecunda mano dió la vida. De los montes sublimes arrancadas t .. ) Por Deucalion, las rocas nos parieron. Mas , héla yá quemas tenaz y duro Afán os llama. Sús: lanzad del pecho Esos sueños estériles , y al punto " La yerta enmarañada cabellera *: A la tierra quitad y el mustio ornato , Para forzarladarse nuevas galas. ' i " ; Rompan luego los rastros ponderosos La dura costra que oradar no puede La planta tierna; las azadas anchas . -'. Osen herir la tierra y revolverla Sobre sí misma; 6us entrañas rotas i , Mézclense con el césped extendidas En flojos lechos, porque el Noto adusto Y la nocturna escarcha las marchiten, ; v. i2Ó LIBRO DECIMO Y el Cauro occidental y el vorticóso : " ' Bóreas con sus embates las condensen , Ysu vez el Solano las dilate. Después, cuando ya Céfiro apacible Con su fundente soplo habrá disuelto Las aguas que cuajó bruma Riphéa, Y ansiosa de arrojarse al mar profundo La Lira'7 descendiere huyendo el polo; Cuando la golondrina ya en su nido Al amor y al verano haya cantado : Entonces de la tierra se repare La escasez de alimentos con jugosos Desperdicios y estiércol de ganado Grandepequeño, de cualquiera raza. Ni desdeñe cargarse el hortelano Los trabados cestones rehenchidos De cuanta inmunda escoria los conductos Arrojan de sus fétidas cloacas. Con esto han de nutrirse los tablares, Del tanto procrear desustanciados. Segunda vez, después hiera y revuelque De la azada con ambos gavilanes t ' La tierra, que la lluvia habrá cuajado, Y endurecido las heladas frias; " Yá de los azadones., con los dientes, Ya con la misma azada , rompa y corte Del verde césped las vivaces yerbas, Y los terrones, que reduzcapolvo. El ágil escardillo, reluciente A fuerza del ludir, empuñe luego;. , Y haciendo de una lindela otra linde Eras angostas, pártalas de nuevo, Transversalmente con pequeñas sendas. Tom. II. r3 COLUMELA. v. En fin, cuando la tierra ya esté limpia, En eras dividirla, y (su dureza Domeñada) reclame el beso amante De la semilla, désela, y produzca De flores un terrestre firmamento. El cándido alelí ; la rutilante Caléndula dorada; del hermoso Narciso tas guedejas; las terribles Abiertas bocas de león rugiente18; La azucena fragante esplendorosa; Albinoscerúleos los jacintos; Amarilla y morada la que esparce Su olor, cual la virtud, aunque escondida, ¡Violeta! por humilde mas preciada. Y la purpúrea rosa , sol del prado , Tipo de las que pinta en las mejillas El cálido pudorlas doncellas. También es tiempo de entregarla entonces Del correctivo pánace ta grana: Y la del Glaucio, de salubre jugo; Y adormideras, grillos de los sueños Cuando intentan fugarse de los ojoa; La preciada semilla Megarense Del restaurante Bulbo, y del que el suefo De Getúlia produce19; y lá que siembran Cabe la estatua del germíneo numen ; El galán perifollo , y la achicoria Gratalos paladares embotados ; El tierno y diminuto lechuguino ; Los blancos ajos, de apretados dientes; Los úlpicos, que huelen desde lejos; Los aliños que diestra cocinera Emplear suele en sazonar las habas. 195. LIBRO DECIMO Siémbrese Chirivía; y la simiente De Asíria, fértil madre de raices Que en rodajas partiéndolas se comen Juntas con altramuces remojados ; Cuya mixtura excita el apetito ' . A beber la cerbeza de Pelusio. También entonces de sembrar es tiempo Las alcaparras; énulas campanas; La cañaheja, gárrula y tremante; La yerbabuena ; el oloroso eneldo ; La ruda, aliñadora de aceitunas50; La mostaza , que saca alegre llanto Tragada mal; de Esrairnio las raices; Y la que si la partes descuidado También te hará llorar, blanca cebolla; La yerba quela leche abona el gusto21 , Borra al esclavo prófugo las marcas, Y su virtud declara por el nombre Que la Grecia le dió. Siémbrese entonces La hortaliza común que en todo clima Rica y fácil vejeta , y en invierno Al pobre como al rico da repollos , Y mórbido bretón en primavera. Muchas sus razas son: las de la costa De Cumas, en cebollas abundante, Es la primera. Sígnenla indistintas Las marrucinas ; las que en copia ofrecen Segni la amena en el Lepino monte., .. Cápua la exuberante, y los caudinos , ¡ Desfiladeros ; las que cria Estábia , Célebre por sus fuentes de aguas vivas; Las que adornan los campos del Vesubio; Las que la docta Ñapóles cultiva f4 COLUMELA. .í v. aa5. Regadas por el plácido Sebéto; i-' Las del sabroso lago de Pompeya, " Cerca de las salinas Herculánas; Las que riega con onda transparente Próvido el Síler; las de tallo envuelto En retoños copiosos, que cultiva El inculto Sabélo; las del lago De Turno; las que Tívoli en sus vegas, Las que el Abruzo, las que Aricia crian. " Luego que éstas simientes ofrecido Hubieresla tierra, bien mullida, Asistirásla en su preñez con cuanto El buen cultivo y tu interés exigen Si'el premio ba de pagarte con usura. Lo primero, has de ser profuso en riegos A fin de que no muera el fermentado Fruto de sed, hiriendo sus entrañas. Cuando al parto la vieres ya cercana y Y que dilata el seno descogiendo ,•>>.' 'KiO Los lazos que la oprimen , y la prole Lívida salga del materno vientre, . " Próvido auxiliador darás entonces A las primicias de su amor un riego A manera de lluvia moderada,; Y en seguida con hierro de dos puntas Escardarás las excrecentes yerbas Quela prole legítima sofocan. . ' . " Mas-, si la situación del huerto fuere En colina abundante de maleza > A quien el bosque superior no envíe Perenne arroyo, elevarás la tabla Colmándola de tierras porque logre La planta acostumbrarse al seco polvo t. aS8. LIBRO DECIMO Y de él nritrirse y a! -calor resista, -' 'i Y no muera al secano trasplantada. Después, al presentar su frente altiva Sobre las aguas el primero signo, También entre los brutos el primero", (De Phriso portador, mas no de Heles El seno ensanchará la-madre tierra 4 . ' Y , pidiendo al plantél agenas crias , Semillas nutrirá ya germinadas. Hortelanos, alerta! porque el tiempo Huye con pasos sordos, y volando 1 £1 año silencioso se desliza. Ved cómo la mas tierna de las madres No ya solalos hijos que pariera " ' ' Abraza, y nutre f y minia, y engalana, Sino que hace lomtsmo'á sus alnados 3K Ea , pues , comomadre ynodriza Dadla cuanto os reclama: llegó el tiempo. Cercadla de sus hijos y sus crias. ' Arreglad su tocado, y que la cubra Su rica y matizada cabellera. Adórnela encrespado el apio verde ; O yá se goce en recoger la luenga Melena de los puerros cabezudos; 7 O la azenória sombra désu seno. " '" ' También descienda yá para alegrarla De las montañas simias de Hybla Planta extrangera de azafrán odóro. Las mejoranas que en Canópo nacen , (Ciudad alegre) vengan; y la mirra De Acáya 34 que tus lágrimas retrata Doncella ilustre de Cinaras hija , Y prefierela líquida. Hechas plantas COLUMELAi . v. as Las que sembró semillas, ramos forme . El hortelano de las flores bellas De Caco '5, y las que nacen de la sangre Del varón condenado injustamente, Y de los inmortales amarantos, .,. Y la infinita copia de colores . r ! Que pinta la feraz Naturaleza. Venga yá la corambre Jí, aunque enemiga De los ojos ; parezca la lechuga Que disipa con sueño saludable De terca enfermedad la fastidiosa . : / Melancolía. Varia en sus especies, .' > Dos de ellas se conocen con el nombre De Cecilio Mécelo; una con hoja -.••..![ Rugosa y verde, la otra oscura y tersa; Mas la tercera el nombre de su origen Conserva (que lo fue la Capadocia) Y es de hoja lisa, pálida y molluda. , Venga también la que mi Cádiz cria1}7, . ) De troncho y de cogollo albo y suave, En la arenosa costa de Tarteso. Las que produce Chipre en las fecundas Vegas de Paphos, de encrespadas hojas ! Y blanco troncho. Cuantas son las razas De tal verdura, tantos son los tiempos De entregarlala tierra. En el principio Del año planta Acuario las Cecilias, Pan las de Capadocia en el mes mismo En que para memoria y honor suyo Se celebran las fiestas lupercales. Tú plantas , oh Mavorte, en tus calendas Las de Cádiz. Y tú, de Paphos diosa , En las tuyas nos das las de tu Chipre, 3a4. LIBRO DECIMO En tanto que deseas y procuras Unirte con, tu aladre, que impaciente Te llama , por tu abrazo suspirando, Y como madre tierna nupcial lecho Bajo su superficie te prepara De terreno feraz, húmido y blando. 1 Engendra pues ¡oh Venus! Llegó eldiá A la generación predestinado. Hoy corre amante amorlas uniones. Hoy el alma del mundo se dedica A engendrar, y de amor estimulada Se enamora ella misma de sus miembros Y de fetos los hinche. Hoy el gran padre Del mar29, hoy el potente de las aguas*", Abrazan, á.su Théri*el primero, El otrosu Amphitríte , y las fecundan, Porque les den después cerúleos hijos , Quefuer de esposas tiernas les presenten, Y con ellos lea pueblen sus imperios. Hasta el rey ¿de -los dioses3' hoy olvida El rayo, y sus falacias repitiendo, (Por la hija de Acrisio3* sus amores 1 « " Antiguos imitando otra vez), cáe De su madre en el seno, ardiente siempre, Bajo la forma dé violenta Ihrviíf. Mas esta vez' la amada no se opone Del amante al abrazo, aunque es su hijo / Y enamorada acepta sus caricias. He aquí por qué los mares, las montañas, El firmamento, el universo todo, Celebran la florida primavera. He aquí por qué el amor , por qué el deseo , Del hombre, del cuadrúpedo, del avey columelar: v. 357. Hoy se enciende en sus mentes, y cual llatna Penetra devora? en sus medulas,' * *H::',; ¡ Hasta que ya saciada de placeres La misma Venus, los maternos senos Hinche, engendrando tantos seres varios. Así continuamente puebla al mundo De-nueva prole , porque no se. véa Bruto y yermo en edades sin guarismo.^ A Mas ¡ah! ¡cómo osé yo soltar la rienda A mis caballos» y dejar que hendiendo Espacio tan suhli me desbocados . :" > Hayan dejado atrás con raudo giro u " Las regiones ethéreas! Esto cante Aquel varón quecoronarse aspire.. De deifico laurel , y que consiga La inspiración del hijo de Latona. . v/:¡ I. Las causas de las cosas éste canté. ; Este cante el supremo Sér que rige De la Naturaleza los arcános, Y del Empíreo las ignotas leyes. Cibeles 33este vate influya y guie Para que corra y grite por los montes Díndimo, Cytherón , Nysa y Parnaso ¿ (Altanes suyo», yi de Baco y Phébo), ' Entre el silencio amigo de lás musas En el Pierio bosque, cual bacante: «Viva Apolo de Délos! Evio viva34!"' '. A mí, que vago humilde con cuidados L Dé menor excelencia , me previene Calíope que un círculo mas corto . .,< Recorra, y con su ayuda haga una estrofa De humilde verso, que cantarla puedan, Al compás que ella diere (desde el alba 39o LIBRO DECIMO Hasta que ledos al bogar tornaren) El labrador del huerto deleitoso, Y el podador de maridadas vides. Volvamos, pues,hablar de las labores; Veremos cuáles siguenlas dichas. En el hendido de un somero surco Espárzanse semillas de mastuerzo, Tósigolas lombrices que se crian En los vientres cargados de manjares No digeridos, échense igualmente Las de ajedrea, cuyo gusto imita Los del común tomillo y del salsero. Las de la calabaza y el cogómbro, De cuellos éste tierno , aquella frágil. Plántese el herizado cardo hortense QueBaco cuando bebe es agradable , DesapacibleFhébo cuando canta. Éste unas veces conglobado sube Formando una maceta purpurina; Otras esvelto crece, con guedeja •, . De color de arrayan; otras la frente, Por partes separada, humilde dobla; Otras hiere con puutas aguzadas; . < . . ¡ Otras al canastillo imita , lleno . , De espinas que amenazan entre ñores; Otras pálido, en fin, torpe retrata Lias hojas retorcidas del acántho. > < i Pues, cuando el árbol de Cartágo, luego De sanguinos granates se cubriere, ' '" Y Tiempo es entonces de sembrar los yáros, Y el célebre cilantro nace entonces , Con el melánthio, que al comino imita. Del espárrago entonces se levanta " . 1 orí neo LUMEL A. v. £1 tallo entre sus matas espinosas. « '" ' ; La malva, que del sol el curso sigue, Y al perderlo reclina la cabeza. La planta en fin que sin pudor se atreve T.us videsimitar ¡oh Dios de Nysa! Y malezas arrostra, y con descaro Por en tre los abrojos campa y sube Del silvestre peral y abraza al chopo. De tí digo, brióniablanca nueza. >Al modo que el experto pendolista La béta,B del alphabéto griego ' Con punzón graba en la encerada tabla , Así el agricultor en pingüe suelo Hinca el ferrado palo en cuya huella Pone la verde acelga de pie blanco, Que también llama beta el docto griego. . Ea , ya la avenida de fragancias Próxima está; ya vuelve Primavera De púrpura teñida; ya se engríe La madre universal de ver que adornan Su sieu-guirnaldas dé sus propios hijos. Yá los lotos de Phrigia su brillante Blancura Ostentan ; yá las aromosas •' Violetas abretí sus dormidos ojos;- Yá en flores brota él anthirríno bello; Yá la tímida rosa con su sacro Pudor, cubrir queriendo sus mejillas Virginales, dá honoreslos dioses, '' i Y al sabéo su olor mezcla en los templos. Hora pues ¡compañeras de las musas! ¡Del Aquelóo ninfas! hora humilde Os imploro; y del Ménalovosotras3* Oh Dryadas! ¡Napeas habitantes 56. LIBRO DECIMO Del sacro inspirador bosque de Ainphryso37! Las que del' prado del ameno Tempe{>^>i A Las que las cumbres de Cyléne-erguidas', ¡ Las que el sombrío campo del Lycéo! ' i Las de las grutas que contino manan " Furo el humor dé la Castalia fuente! Yvosotras también imploro ¡oh nkifas Que os ornabais con flores del Haléso Mientras de Ceres38 se os robó la hija (Allá cuando asistiendovuestras danzas Cogía las. brillantes azucenas :>•* :. * De los pensiles de Enría), y al fin diose Por esposa al tirano del Lethéo3? : ... " .t Prefiriendo las sombraslos astros , Los infiernos-al cielo, PlútoJove¿ ¡ /I Ala vida la muertes, y hora reina ; mi-'' En el averno: ¡insana Proserpina! : !" ' Venid vosotras, ya dejado el llanto; Encaminad, aquí , con pasos vivos -¡ :" ; Y sin pavor, la planta delicada, : " oui> Y en loa sagrados canastillos vuestro» > < ~ Recoged el tocado de la tierra. Aquí no hay robadores que las ninfas Deban temer y ni engaños, ni asechanzas, . Pues son de nuestro culto los objetos, La fé .incorrupta y los peni tea santos. . ! Hoy todo brilla aquí de gracias lleno, < '< Lléno de vino y risas, despojado Tan solo de peligros y zozobras, ' » . , . ) Cubiertas de convites las praderas. ?f 1 ' Y Ya tenemos la hermosa de las flores, La Primavera dulce y jubilosa; Del año la estación mas apacible -."i ••"COLUMELA. v. Nos cerca ya; ya Febo nos incita A recosíamos en la verde alfombra Perfumada , y beber las aguas puras Del fugaz arroyuelo, que salpica Al marañado césped, murmurando Templado de las brisas del Invierno, Y del calor ingente del Estío. Con flores de la hija de Dióne4Ya se corona el huerto; ya la rosa Brilla más que la púrpura de Tiro, Y vence en esplendorla rotunda Faz de Lucina, pálida y mudable, Aun cuando Bóreas de su trono aléje Las nubes, y le bruña el Orizoute. Ni Pyrois rojo, ni el ardiente Syrio, Tanto esplenden , ni el nuncio de la noche Cuando regresa precediendo al dia; Ni alegra el tricolóro arco celeste De la garrida prole de Thaumante, ' Como luce y se alegra el fértil huerto -^ Con las hermosas flores que lo bordan. " Venid, pues, ninfas; óra cuando el Alba Dé el primer beso al Céfiro adormido Ante el lucero confidente suyo; Ora cuando de Iberia en el templado Mar su cuadriga bañe el áureo Phebo. Sus : coged la olorosa mejorana Que ha cubierto la tierra con su sombra; Cortad el árdua greña del narciso , Y del estéril granadal silvestre. Y tú, Náyade41 ; tú que eres mas bella, Cierto, que el bello adolescente Alexis! Para que no desprecie las riquezas v.5a* LIBRO DECIMO 97. De Coridón, en tus cestilias poale Violetas , con atados ramilletes De bálsamo, y de casia, y de aligustre, Y flores de azafrán , sobre los cuales Vino rociarás , puesto que Baco Es solo quien exalta los olores. Y vosotros, ¡oh agrestes! que con toscos Dedos troncháis los tallos de las flores, De jacintos azules las uiimbréas Bandejas cogolmad, y las cestilias, 1 Imitadas coa juncos retorcidos, . J De rosas rehenchidas las rebosen , Yla espuerta rebienten apretadas lias gualdosas caléndulas brillantes. . , . . -.1 \iVertumnio4* el rico, próvido administre Los caudales que en dote obtuvo Flora ; Y el mozo quela plaza los conduzca Volverá de! lapasos vacilantes , Por el mucho licor que habrá bebido , ' j Y henchidas de metal las faltriqueras. , r Mas, cuando las espigas ya maduras Los campos dorarán, y el sol entrando En Géaúnis dará prórroga al diaé .... It; , Y habrá deshecho con su activa llama „, Los angulosos brazos del cangrejo Que mordió en Lerna el pie del grande Alcides, Entonces con el ajo y la cebolla Juntad. la cereal43 adormidera -; -. ', Y el eneldo oloroso, y (mientras verdes) Llevadlos en manojos al mercado, .. a Y cantad , en habiéndolos vendido , De la Buena-Fortuna los loores, Alegres retornandovuestros huertos. Tom. II, o COLUMELA. y. 555» También entonces con pesados rollos Condensareis las verdes albahácas, Que habréis sembrado en campos regadíos, Porque no las abrasen los ardores Del terreno, volátil hecho polvo, Ni que el pulgón pequeño con su diente Las acometa ,la rapaz hormiga Pueda llevarse su menuda grana. Mas no solo roer las tiernas hojas Osan el caracol y el erizado Invólvulo, pues suele muchas veces Airado ú impropicio el mismo Jóve Lanzar aguas cuajadas desde el cielo Destruyendo con piedra, que ellas forman, Del hombre y de su buey flor y esperanzas, Cuando la col cetrina campa oronda Sobre el nudoso troncho, y cuando hinchada La penca amarillosa de la acelga, Celebra, yá seguro el hortelano, Tener prevalecidas y maduras Sus legumbres, y empuña victorioso La segadora hoz.... que llega tarde!! Otras veces adverso el mismo Numen Lanza contra el cultor aguas preñadas, De que nacen gusa; os revoltones, " " Dañososlos sauces ylas vides; Y la ortiga también, que el huerto asalta, Se arrastra por su faz, mutila y quema Las plantas con su diente ponzoñoso, Dejando en un instante sus cabezas Despojadas, y heridas mortalmente Sus entrañas con tósigo violento. La experiencia casual, constante y varia, y. 588 LIBRO DECIMO 99 Junta con el estudio, ha descubierto Modo nuevolos tristes labradores Si nó de obviar el nial de remediarlo. Ese infalible y gran maestro, el Uso, Les ha enseñadopropiciar los viento* Y conjurar las recias tempestades Con Thúscoe sacrificios. El origen l.<: > . Es éste de que aplaquen con la sangre T las entrañas de un mamón cachorro A la dañina alheña44. De aquí vino Que Táges el Tirréno, colocara4' -, En el confin de su heredad nativa La calavera de un Arcádio rucho ; Y que Tarcón 4Í, para esquivar los rayo* Del Potente, cercase su morada Con seto de Brionia; y que Melampo47 (Del centauro Qtiiron alumno docto) En cruces suspendiese aves nocturnas Que entonces y por siempre causa fueron De que siniestros cantos no se oyeran En los lóbregos bosquesaltas cumbre*. También alguna vez fué provechoso. Para salvar las plantas ternezuelas Del voraz diente de animal nocivo, Rociar las semillas con jámila Sin sal,revolverlas con el polvo > ni. Del atezado hollín de los hogares. Otras veces lo fué esprimir sobre ellas De los marrubios el amargo zumo, O yá de la puntéra con la savia .,! : " Frotarlas y frotarlas muchas veces. Mas sí de estos remedios no se El anelado fin, vengan las artes ^BIBLIOTECAV't Ca ioo COLUMELA. y. 6ai. De Dardano48, y tres veces dé la vuelta Contra las mustias éras de tu huerto, Y en derredor del séto que las guarda, Una doncella con el pie desnudo , Que su infalible deuda esté pagando A la edad juvenil, y ruborosa, Vertiendo lentamente sangre impura, " O Camine triste, con el pelo suelto, Y el cinto virginal desanudado. Al punto en que este rito haya cumplido, Verás caér rodando ¡oh maravilla! " " •<„' Al suelo las orugas, enroscadas ••" 1 Y sin vida, con lluvia tan espesa Como cae del árbol vareado " « ", Granizada de nuecesbellotas, Con mágicos encantos adormida ••" '•« ' Así vio ya rodar precipitada1[.'" <<: •> Yolcos del vellocino la serpiente. ^ Mas, ya es llegado el tiempo favorable De cortar los bretones tempraneros, / ' Y las lechugas del Tartéso y Páphos Arrancar, y de hacer bellos manojos ¡ De ápio curado, y de sectívo puerro. Ya la provocativa oruga nace i /J En el fecundo huerto, y la acedera ! ;¿ .<¡l De diurético efecto; los serbales " , 'n tu . De gérmen no sembrado, y la albarrana; La dulce de jardin esparraguera, \ . . \ Y la amarga silvestre,quien imita. -< ! J '< Ya la jugosa verdolaga cubre ; i ! i!. . •\ Las secas éras. Ya las luengas matas I De la judía, que al armuelle ofuscan, A levantarse empiezan. Ya el cogó rubro, ' •.c , .*-1 r. 654. LIBRO DECIMO io\ A veces dé encanados suspendido, A veces por las eras arrastrado A manera de acuática serpiente Que se oculta en la herbosa y fresca sombra Mientras la asesta el sol en el Estío. También parecen ya las calabazas, " " Quegrado tnyo crecerán biformes;- i Pues si las quieres largas, y que cuelguen Del vértice sutil de su cabeza , Tomarás de la parte mas delgada Del cuello la semilla; y si te gustan* Globosas, como hidrópica barriga, La sacarás del mismo centro de ellas. Estas te serviránvarios usos: ' > :" O bienconservar peces Narycios , Y dulce ática miel del monte Hyméto; O para sacar agua ,verter vino ; 0 en fin para ayudartus hijuelos Cuando en ios ríosnadar empiecen. Pero el cogómbrof cárdeno que nace Panzon, velludo, y cual reptil maligno Se fija en tierra , echado sobre el vientre Corbo,;y cubierto de nudosa yerban . ..; .". Siempre enroscado y frío, es pernicioso, Y los males agrava del verabo. Pestilente es su jugo, y sus pepitas Se distinguen en ser mas abultadas. No así el otro que ansioso se desliza Por bajo el encañado tras del agua, Cuyo curso acompaña , y por efecto De amante simpatía se extenúa; Mas que ubre de cochina blanco y trémulo; Mas dulce y tierno que reciente nata Tom. II. G3 COLUMELA. Servida en banderillas de hoja y juncos. Este es el que maduro palidece,) Y algún dia se aplicalos mortales En sus dolencias por remedio simple49. Cuando ardiendo de fuego Hyperionéo5* De Erígone la perrá comenráce A mostrar de los árboles el fruto; Y cuando la cestilla blanca , henchida De moras atezadas , el sanguino > Jugo destile que matice el suelo: Entonces se recogen Jas primicias " De la higuera -brevál, y los canastos Con colmo encerrarán albaricóques, Tierna ciruela blanca ó.tlamasceoa , n Y la fruta que un tiempo (según fama) ' De la bárbara Férsia recibimos " _>'•. Con su veneno patrio corrompida, Y hoy olvidada del mortal oficio, Y despojada del poder siniestro,, . o'twi: O Nos dá jugo de célica ambrosía.-, ' Las mas pequeñas de éstas, que conservan El nombre de su patria, se apresuran ..„, A madurar; las que la extensa Galia . i k) Nos dá, al tiempo ordinario se sazonan. ¡¿ Los árboles del Asia son tardíos, 'i •, •(,! E inmaturos esquivan el verano; Mas después que Boótes aparece, Dán sus frutos: la higuera de la Livia, Que emula, si no vence,la de Calcis; Las tardas purpurinas chelidólias; Y las mariscas; y la calistrútia De tersa grana de color rosado, Que guarda el nombre de amarilla cera. 7ao. LIBRO DECIMO La de Libia, que tiene abierto el fruto; Y la lidiaría de pintado olléjo. Después de santamente celebradas Las fiestas de Vuleano, y mientras pendan Quietas las aguas en las altas nubes, Sembraránse las nabas , que nos vienen De las famosas vegas de la Nursia , Y los nabos, del campo de Amiterno. Mas ¡ah! que al ver las uvas ya maduras Evio, inquieto nos llama y nos ordena Que cerremos el huerto cultivado. Sí, Numen! con placer te obedecemos, Como humildes y gratos labradores ; Y ufanos entre sátiros traviesos54, Y entre bicornes panes 5 5 que sacuden Los brazos con el vino entorpecidos, Cogeremos tus dones ¡dulce Yáco! Y en nuestro hogar, después, himnos gloriosos Te cantarémos dándote los nombres De gran padre Lenéo56, y de Menálio¿ De Baco y de Liéo, porque hiervan Los lagares , y henchidas de Falerno Espeso mosto, las tinajas hondas Rebosen y echen la espumosa nata. He aquí cuanto enseñarte ¡oh mi Silvino! Te prometí del cultivar los huertos, ImitandoMarón (divino Váte!), Aquel que osó el primero descubrirnos Las de sacro, raudal antiguas fuentes, Y por los pueblos del romano imperio Cantó los versos del poeta de Ascra*7. . . NOTAS AL LIBRO DECIMO. » ii iBini m v Nota al prefacio. 1. Refrán usado entre los griegos para designar una cosa enteramente imposible , la cual sin embargo se empeñaba al guno en hacerla. ' . Notas al poema. X. Diosa de los pastores y de los pastos. 2. Columela dice celestialla miel, bien sea por confor marse con la opinión de los antiguos que creían formarse del rocío, bien por el origen que atribuíanlas abejas. 3. Hay cinco especies de eléboros, el blanco 6 de invier no, el negro, el verde, el fétido, y el de hojas de tres en rama. ... ' " 4. La mandrdgora parece en su raizla mitad inferior del hombre, esto es,las piernas ylos pies. Los médicos antiguos creían que el jugo de esta planta era un veneno que ponia tontoslos que lo bebian. í Aludela costumbre que habia en Athenas de condenar a los criminalesbeber el jugo de esta planta. A esta muerte fue condenado Sócrates. •, 6. Con esta planta castigaban los antiguoslos muchachos. Ha quedado esté nombre en latín para designar un instrumen to con que se les castiga, el que llamamos palmeta en nuestro idioma, aunque no es de esta planta, sino de madera. 7. Hubo dos artistas conocidos por este nombre en la anti güedad ; el de Athenas, que era un arquitecto famoso y hizo el Laberindo de< Creta, y el de Sicione del que hace mención Plinio en el libro 34, cap. 8 como de un célebre estatuario. Es te verso lo entiendo del último ion relaciónPriapo. Tam bién se podría referir al primero respectola cerca de que acaba de hablar Columela. 8. Este era un artista de Argos, pintor y escultorá, un mis mo tiempo, del "cual hace también mención Plinto en' el lugar citado. ' ' ¡ ;' 9. Este artista fue maestro de Policleto. 10. La huerta se cava después del ocaso de la canícula: y como los poetas fingían que iban las estrellas, cuando se ponían, á beber al Océano, por eso dice esto, para denotar el ocaso de esta constelaejon. LIBRO DECIMO io5; it. Alusiónla embriaguez que pone la cabeza pesada basta el extremo de no poderla llevar derecha. 12. Júpiter lo toman los poetas por el aire. 13. Estas son las PléyadesCabrillas, llamadas Atktntidas porque según la fábula eran hijas de Atlante y de Pleyone. 14. Uno de los nombres del sol. -15. La ficción de nuestro poeta consiste en aconsejarlos labradores que no dejen de romper la tierra bajo el pretestode que es su madre , pues no lo es, respectoque aunque Prometheo hubiese hecho los primeros hombres con el cieno, noso tros no descendemos de ellos ; pues todos perecieron en el diluvio de Deucalion, y por consiguiente no estamos hechos de la tierra, sino de las piedras que dichos Deucalion y Pyrra arrojaron hacia atrás. Esto como he dicho es una ficción, pues por la sagrada escritura sabemos que todos descendemos de Adam formado por Dios de la tierra, y animado por obra su ya-. 16. Este es Pluton hijo de Saturno y de Ops, y hermano de Júpiter y Neptuno,quien tocó en la partición del reino de su padre el infierno, y por pertenecer según la mitología la laguna Stygia al infierno , se llama aquí rey de ellarey Stjgio. 17. Esta lira la hizo Mercurio y se la dioApolo, y es teOrpheo, después de cuya muerte la colocaron las Musas en el cielo, y hoy es una de las constelaciones. 18. Aigunos quieren que por esta figura designe Columela al leontapétaloal leontopodio; pero dice Saboureux que es mas probable sea el antírrino (es con efecto el antírrino lla mado vulgarmente becerra , boca de dragón, conejitos , galli tos y cabeza de ternera). 19. Este era el Dios de los jardines. Era hijo de Baco y de Venus, y se le representaba comoCeres con una corona de espigas. ..... 20. La ruda la usaban los antiguos como antídoto. Y la empleaban en aliñar las aceitunas, como consta de este pasage y de los cap. 47 y 48 lib. 12, y del cap. 1 19 de Catón. 21. Este es el Carnero, colocado entre los astros por haber llevadoPhrixo y i Hele cubiertos con una nube. El día on ce antes de las calendas de abril hace el sol su pasoAries, nombre latino de este signo y del carnero. Aries es el princi pal de los signos,porque los romanos empezaron el año por marzo,porque el ganado lanar es el mas digno de todos. Marr co Varron dice en el libro a.° cap. i.° de Re rustica que los antiguos tuvieron en tanta estima este ganado, que dijeron te nía la lana de oro. * 106 COLUMELA. 22. Este es el carnero que llevóPhríxoy no pasóHele, porque la dejó caer en el mar, que por este fracaso se llamó Helesponto. 23. Columela mira la tierra adonde se trasponen las plan tas comosu madrastra, porque han nacido en el seno de otra madre;por mejor decir mira en generalla tierra como ma dre de las plantas que produce naturalmente, y como madras tra de las que se han sembrado en ella. 24. Entiende Columela por esta mirra la yerba que los la tinos llaman smyrnium y olus atrum , que nosotros llamamos apio caballar: la dice Acalca porque se cria en Grecia,la que decían los romanos Acaya. ' 2'j. Esta es la flor del jacinto. Pli'nio dice en el lib. 2r, eap. it: "de la sangre de Ayax, cuando se mató, dicen que nació la yerba llamada jacinto." Este héroe se quitó la vida de despecho por la injusticia que cometieron los arbitros en la con tienda que tuvo con Ulises sobre las armas de Aquiles, adjudi cándoselassu contrario. Fue nieto de Eaco ; por eso llama Columela i los jacintos flores de este. ; 26. No es fácil explicar lo que entiende Columela por co« ramble (es la col marina). Jacobo Constantino de Fano opina que es la col, fundado en un pasage del comentariola come dia los caballeros de Aristóphanes que traduce al latin, y pues to ert castellano dice así : La crambe llamada por los antiguos cor amble de dos dicciones griegas que significan dañarlot ojos; la cual dicen que nació de los ojos de Licurga. Pues te niendo Baco temor de éste , lo echó al mar atado con vides y llorando, de cuyas lágrimas nació la col. De aquí dicen que resultó tener la vid y la col virtudes contrarias entre sí. 27. Esto es, la que yo, por ser coman en mi tierra, co nozco bien ,suelo comer con gusto. De este lugar y de otros dé nuestro autor se infiere que era de Cádiz. 28. Es decir, en enero , en cuyo mes entra el sol en Acua rio. 1" 29. El Océano, marido de Thetis. 30. Neptuno ? marido de Amphitrite hija del Océano. 31. Júpiter. 32. Esta hija de Acrisio fue Dánae, de quien se enamoró Júpiter, y para poder entrar donde la tenía su padre encerra da, se dejó caer por el techo en forma de lluvia de oro : por eso dice que imita estos amores coando cae en forma de llu via en el seno de la tierra , que es su madre. 33. Muger de Saturno y madre de los dioses. -34. Habiendo muerto Baco elprimer gigante en la guerra de los dioses contra los gigantes, % dijo Júpiter: tu uic , que LIBRO DECIMO 107 quiere decir: valor, hijo mío. De este apostrofe tiene origen el nombre de Evio. 35. Una de las Musas. , 36. Ninfas de los bosques. .' " 37. Ninfas de las fuentesde los ríos. 38. Hija de Júpiter y de Ceres. 39. Este esPluton. . . ;.. : . , " . 40. Esta es Venus diosa de los jardines. 41. Este es el nombre de las ninfas de las aguas. . 42. Tenía un templo en Roma en la calle donde se ven dían todos los aromasespecias. Lo coronaban con las flores primeras de la primavera. , 43. Columela dice que la adormidera es de Ceres ,por que servía de alimentolos hombres como el trigo,porque Ceres usó de ella para olvidar su dolor de resultas del robo de su hija Proserpina. 44. Los romanos hicieron una diosa de esta enfermedad que llamaban en su idioma rubigo 1 nosotros llamamos roya, herrumbre , orin y trigos atabacados , para preservar de ella los granos por ef culto que le daban. Es la roya propiamente dicha. 45. Cicerón cuenta en el libro 2.0 de Divinationibus que un hombre del campo que estaba labrando una tierra suya en Etruria vio salir del surco un muchacho repentinamente que se llamaba Tages, y que lo instruyó en el arte de los arúspices. 46. Este era uno de los capitanes .de los etruscos que au xilióEneas contra Turno y los Rótulo;. 47. Melampo, que era un médico famoso. 48. Este es uno de los mágicos mas célebres de la antigüedad. 49. Erígone era hija de Icaro , cuyo padre habiendo sido muerto por unos hombres del campo de Áthenas, su perro la llevó al sitio donde estaba el cadáver, el cual ella enterró, y después se ahorcó en el monte Hymeto. Después,petición de Baco, Erígone y su perro fueron puestos en el cielo entre los astros: Erigone se llamó Virgo, y su perro Sirio. 50. Hyperion es el padre del sol, y muchas veces lo en tienden los poetas por el sol mismo. 5 r. Duraznos. 52. Pérsicos pequeños. 53. Este es Vulcano, hijo de Jtípiter y de Jnno. Habien do Júpiter, arrebatado de cólera, echado i los dioses del cielo y atadoJuno en el Olympo, quiso Vulcano desatarsu madre, y Júpiter irritado de este atrevimiento lo precipitó á la isla de Lemnos, de cuyas resultas se quebró un muslo. Su fiesta se celebraba en el mes de agosto. 108 COLUMELA. 54. Anímales cuadrúpedos de figura .humana que corren en dos pies, muy lascivos: se crian en el fondo de la Libia,los que dieron culto los antiguos comodioses silvestres. Pu nió lib. 7, cap. 2. 55. Dioses de los campos,los que se Ies suponían dos cuernos encorvados, pies de cabra, barba y cola semejante á la de un macho cabrío. 56. Nombre de Baco de la palabra griega loco que signi fica soltar, porque el vino suelta el entendimiento. 57. Otro sobrenombre de Baco de la palabra griega Une que significa lagar, 58. Este es Hesiodo que ha celebrado la agricultura ea sus poesías. LUCIO JUNÍO MODERATÓ' COLUMELA. De las cosas del campo. LIBRO UNDÉCIMO. El caserocapataz. í: i,. .¡.'.-3 ,m ' ,:- i--

CAPITULO I. ,' .( 2>e Zo que ha de hacer éste dentro de la casa. „.,%,•>f..«...l< i-iY .;• •• -'''»}• ' » Claudio Augustal, tan recomendable joven pórsu noble índole como por su erudición , animado por lo que le han dicho muchos hombres aplicados particularmentela agri cultura, ha conseguido de mífuena de instancias que escribiese en prosa del cultivo de las huertas, Y no se me ocultaba, cuando yo adornaba dicha . materia según las leyes de la poesía , en lo que esto habia de venirpar rar. Pero no podía negarme, Publio Silvino , al empeño con que me pedías te diera el gusto de versificar, pudiendo hacer en seguida, si me parecía, loque emprendo ahor ra, que es tratar de las obligaciones del hortelanocon tinuación de las del capataz; y aunque habia yo referido las de este último, hasta cierto punto en el libro primero de esta obra , sin embargo , como el mismo Augustal , nues tro amigo, me pedia con las mismas instancias que tra tase de las del primero, he excedido el número de vo lúmenes con que parecía haberla concluido, y he escrito este undécimo libro de preceptos sobre la agricultura. Con viene poner al frente de la hacienda y de la gente que la ha de labrar un capataz que no esté en la primera edad ni en la última: porque aquel no conoce todavía no COLÜMELA. las labores del campo, y éste no puede ya ejecutarlas; y al primero lo hace ta juventud negligente, al paso que al último lo hace perezoso; lo que es causa de que los esclavos desprecien tantoun joven aprendiz comoun viejo. La edad media, pues, es la maspropósito para este oficio; y cualquiera tendrá bastantes fuerzas para ejercer la3 funciones de un labrador desde los treinta hasta los sesenta años, si no le sobreviniere casualmente algún defecto corporal. Mas cualquiera que se destinaseeste cargo con vendrá que seaun mismo tiempo muy inteligente y muy robusto, para que enseñelos que le están subordinados, y él mismo haga con facilidad lo que ordene: supuesto que nada se enseña ni se aprende sino con el ejemplo, y que es mas ventajoso que el capataz sea maestro de los ope rónos, que el que sea su. discípulo; pues Catón1, que es un modelo en tratándose de usos antiguos , ha dicho ha blando del padre de familia, que van mal los intereses del amoquien enseña el capataz. Y así se lee en el eco* nornisrno de Xenofonte 2 , que tradujo al latín Marco Ci cerón , que habiendo preguntado Sócratesaquel insigne varón Iscomaco ateniense, si en caso de necesitar un ca pataz para su hacienda , acostumbrabacomprarlo como un artesano,lo Formaba él por sí mismo, le respon dió: »yo mismo lo formo sin duda, pues el que se sus tituye eü mi' lrtgar1 cuando yo me ausento , y entra á suplir mi vigilancia , debe saber lo que yo sé." Pero es tas cosas son demasiado antiguas , yla verdad pertene cenaquel' tiempo , 'en que el mismo Iscomaco decía que nadie dejaba de saber labrar el campo. Mas' nosotros, haciéndonos cargo de nuestra ignorancia^ pondremos al gunos jóvenes de buena comprensión y de cuerpo robus* to bajo la dirección de cultivadores muy instruidos, para que aunque sea uno entre muchos ( pues es difícil el en* señar) consiga con sus advertencias la ciencia , no solo de cultivar, sino de mandar. Pues algunos , aunque muy es timados artífices, teniendo poca prudencia para mandar, perjudican los intereses del amo, haciéndolo con ma* rigorcon mas blandura de lo que conviene. Por lo cual, como he dicho, el que se destinacapataz se ha de en* LIBRO UNDECIMO ni tenar y se ha de endurecer en los trabajos del campo dedde la niñez ; y nos hemos de asegurar de antemano con repetidas experiencias , no solo de que ha aprendido bien la agricultura , sino también de que manifiesta fidelidad y afectosu amo, sin lo cual de nada sirve la ciencia del capataz por grande que sea. Pero lo que debe observar principalmente el capataz es saber y graduar qué oficio y qué trabajo ha de ponercargo de cada cual : pues ni el mas fuerte podrá hacer lo que se le manda , si no sabe loque ha de hacer, ni el mas inteligente si no tiene fuerza. Y así se ha de examinar la cualidad de cada cosa, pues hay algunos trabajos que son solamente de fuerzas, como ayudarcargar y llevar cargas; otros hay de fuer zas acompañadas de destreza, como el arar , cavar, y se gar las ruieses y los prados; en algunos se emplean rae- nos fuerzas , y mas destreza , como en las podas y en los injertos de la viúa ; y otros en que el papel principal lo hace la* ciencia* como en el apacentar ,y curar el ganado. De tocios los cuales oficios no puede ser buen juez el ca pataz de que hemos hablado antes , si no fuere también inteligente para que pueda corregir lo mal hecho en ca da cosa. Pues no es suficiente que reprenda al que yer ra si uo le enseña el camino del acierto. Con gusto insis to en lo mismo que he dicho: no menos se ha de en señar al que vaser capataz, que al que vaser al farero , óejercer otra arte cualquiera. Y no diré fácil mente si estas son. tanto menos dificultosas para los que las aprenden, cuanto menos extensión tienen ; pero el ob jeto de la agricultura es grande y . difuso en tanto grado, quesi queremos pasar revistasus partes, apenas las po dremos contar. Por lo cual no me puedo admirar sufi cientemente de una cosa de que me he quejado con , ra zón en el primer libro de mi obra, y es, de que se Jbayan encontrado personas muy sobresalientes en las demás artes menos necesariasla vida, y de la agricultura no se hallan maestros ni discípulos ,no ser que la mag nitud inmensa de esta ciencia haya sido causa del temor que han tenido unos de aprenderla , ú otros de enseñar la: siendo asi que no se debería haber descuidado el apren na GOLUMELA derla por una vergonzosa desesperación de conseguirlo. Pues la oratoria no se abandona porque en ninguna par^ te se ha hallado un orador perfecto, ni la filosofía por no haberse encontrado un hombre de sabiduría consuma da; sino al contrario muchísimos se excitansí mismos á aprender algunas partes de estas ciencias , aunque no las puedan adquirir enteramente. Porque ¿qué razón plausi ble hay para enmudecer porque no puedes ser un ora dor perfecto,de entregartela desidia por haber per dido la esperanza de conseguir la sabiduría? No es muy pequeña gloria haber adquirido parte , por corta que sea, de una cosa grande. Pero, dices ¿quién ha de enseñar, al que se destina para capataz, si ningún profesor hay? Yo comprendo también que es muy dificultoso aprender de un solo autor, por explicarme así , todos los precep tos de la agricultura ;> 1 *in embargo, así como es dificil 'encoptrar alguno que c$té instruido en toda está artey así también hallaras muchísimos maestros de cada una de sus partes, por cuyo medio podrás formar un capataz perfec to. Pues se encuentra alguno que are bien , excelentes ca. vadoressegadores de heno, y no menos inteligentes po- dadores de árboles, viñeros',' igualmente buenos veierina-* rios y buenos pastores , cada uno de los cuales no se escusará á enseñar lo que' sabe al que quiera instruirse. Por consiguiente , el que tomare el oficio de capataz, después de haberse impuesto en la mayor parte de las labores del campo , y de los conocimientos que tienen los diferen tes trabajadores, evitará principalmente el comercio con los esclavos de la casa , y atin con los de fuera. Será muy contenido en el dormir y en vino : pues estas dos cosas son muy contrariasla exactitud, como que el que acostum braembriagarse pierde el cuidado de su deber junta mente con la memoria de-él , y el dormilón se le es capa una gran parte. Pues un hombre que está continua mente durmiendo , ¿qué puede hacer por sí mismo,qué puede mandarotro ? No sea tampoco inclinadolos "amores impuros,los cuales si se entrega, no podrá pen sar en otra cosa mas que en el objeto de ellos. Porque el alma, atraida por semejantes-vicios, no cree que hay LIBRO UNDECIMO n3 -una recompensa mas agradable que la satisfacción de su apetito, ni suplicio mas duro que la privación de sus .deseos. Por consiguiente ha de ser el primero que des pierte, y que haga salir pronto, según las estaciones del año, al trabajo la gente (que siempre, va despacio), y ha de ir delante de todosi con rescJuciop., .poique importa mucho que los colonos empiecen su. trabajo muj.de ma ñana , y que no lo continúen lenta y perezosamente pa rándose con frecuencia: pues que el mismo Iscomaco di-» ce: »mas quiero el jornal de un hombre solo activo, y la* boi loso, que el negligente y espacioso de diez", pues es muy perjudicial dejar al . trabajador libertad de perder el tiempo en bagatelas : porque así como en un viaje, lle ga al término de él muchas veces la mitad mas tem- .prano el que camina con cuidado y sin parar, que el que habiendo salido, con -/¿h, habrá, buscado las sombras de los , áf boles, Ja amenidad de las. fuentezúelas,la fres cura del aire ; del mismo modo apenas se puede decir cuánto se aventaja en. punto de labores de campo un tra bajador cuidadosouno flojo e indolente. Por consiguien te, lo que ha de observar el capataz es que la gente no vaya al trabajo al apuntar el . dia perezosa y lánguida mente , sino que yendo él con vigor y alegría de espí ritu , como si fuera.una batalla, tosigan con ardor, no de otra suerte, que si fuera su general ; y ha de alegrar con varias exhortacioneslos trabajadores en la mbrna la bor; y de tiempo en tiempo, como que vaayudar al que desmaya, tome por un rato su herramienta, y él mis mo haga lo que habia de hacer éste , adviniéndole que lo debe ejecutar con el mismo brio que él lo ha lucho. Y luego que anochezca no dejeninguno detras de sí, sino vaya detras de todosmanera de un excelente pas tor, que no consiente que se quede en el campo cabe za alguna de su rebaño. Luego que en seguida haya vuel toentrar en la casa , haga lo mismo que un pastor vir gilante, y no se meta al instante en su cuarto, sino ten ga el mayor cuidado con cada uno de los trabajadores, ya aplicando remedioslas heridas que podrá haberse hecho alguno trabajando (lo que sucede comunmente); ya, Tom. II. H n4 ' ' COLUMELAR 7 ú alguno está malo , llevándolo al momentola enfer mería , y mandando se le haga la cura conveniente. Pero de los que estén buenos no se ha de tener menor cui dado, sino procurará que los despenseros li s den de co mer y de beber sin fraude. Apostumbrarálos trabajajadores á comer cerca del lar' del amo, y del hogar de la familia ,'y él mismo comerá igualmentepresencia de ellos , y será modelo de frugalidad : no cenará recostado Bino los dias de fiesta, y en ellos regalará al mas fuerte para, el trabajo, y al mas moderado: alguna ves lo pon drásu mesa, y se prestará tambiénconcederle otras distinciones, igualmente reconocerá en los mismos dias los instrumentos de la labor , sin los cuales ningún tra bajo puede hacerse, y mas veces los de hierro, y siem pre los tendrá dobles \ y tendrá cuidado de hacerlos com poner de tiempo ert tiempo antes de guardarlos , no sea que si alguno se echa'perder trabajando con éí , sea menester pedírselo' al, "vecino , porqué se perderá mas en los jornales de los esclavos que se separan del trabajo con motivo de pedir los instrumentos prestados, que lo que Be gasta en comprarlos. Tendrá la gente cuidada y ves tida con mas utilidad que delicadeza ,! esto es , resguar dada exáctamentede Vos fríos yde la* lluviasy cuyasdos cosas se evitan muy bien con pellicos que tengan man gas y sayos con capucha; y si 'esto se hace se puede aguantar trabajando un dia de invierno casi entero. Por Ib cual pasará revista dos veces al mes, tantola rr> pa de los esclavos , como (según he dicho)las herra mientas, porque el reconocimiento frecuente no les dá es peranza de impunidad ni ocasión de delinquir. Por lo mismo deberá llamar por sus nombreslos esclavos que estarán encadenados en la carecí, y examinará si tienen los grillos bien puestos, si ésta está segura y bien res guardada , y no soltará sin orden del amo los que se ha brán puestola cadena por mandato de éstede él mismo. No hará sacrificios si su amo no se lo manda: no trabará conocimiento voluntariamente con agorero ni con hechicera, dos clases de gentes que infestan las al mas ignorantes con una vana superstición. No frecuen LIBRO UNDECIMO nS tara la ciudad ni mercados algunos, sino para venderpara comprar lo que sea preciso : pues no debe salir de los límites de la hacienda que estásu cargo , para no dar con su ausenciala gente ocasión de pararsedelinquir. No consienta que se hagan en las posesiones sendas ni lindes nuevas. Muy rara vez recibirá buesped que no sea de los amigos del amo. No empleesus consiervos en sus mi nisterios, ni permitaalguno de ellos salir de los con» fines de la posesión, (si no lo obligáreello una grande necesidad). No destine el dinero del amocomprar ga nado ni otras mercancías: pues esto distrae al capataz de «us ocupaciones, y hace de él mas bien un comercian te que un labrador: fuera de que esto no le permite ja mas estar corriente en sus cuentas con el amo ; sino que cuando éste le pide dinero contante, le presenta en su lugar géneros. Y así, tanto ha de evitar esto, como huir sin duda la aficiónla caza de aves y cuadrúpedos, pues con estas cosas se pierden muchísimos jornales. También deberá tener presentes ciertas: cosas, que se observan con dificultad aun en los mayores gobiernos, convienesa ber, no tratarlos que le están sujetos con mucha se veridad, ni con mucha indulgencia : proteger siempre á los buenos ylos aplicados, perdonar tambiénlos me-, nos buenos, y usar con ellos de un temperamento tal, que mas bien teman su severidad , que detesten su cruel dad; lo que podrá conseguir, si quisiere mas bien impe dir que el trabajador cometa alguna falta, que castigarlo tarde después de cometida. Efectivamente, no hay medio mejor para impedir esto, aunque sea al hombre mas mal vado, que exigir todos los dias de él que trabaje, pues na da hay mas verdadero que aquel oráculo de Marco Ca tón 3, que dice: »No haciendo cosa alguna los hombres,, aprendenhacer mal." Por consiguiente, el capataz ten drá cuidado de que toda» las labores se hagantiempo, lo que conseguirá > sin trabajo sitestá siemprela vista de loa trabajadores , pues de esta manera los manijeros de cada labor diferente desempeñarán exactamente sus fun ciones , y la gente fatigada después del ejercicio que ha hecho trabajando , se dedicará mas biencomer, des- HA Íi6 ' COLUMELA. cansar y dormir, qnepicardear. Finalmente, en todas las partes de la administración de, una casa de campo, lo mismo que en lo restante de la vida, lo mas apteciable es, que cada uno conozca que ignora lo que ignora, y desee siempre aprender lo que no sabe : pues aunque la ciencia es de mucha utilidad, sin embargo, la impruden ciala negligencia perjudican mas que lo que ella apro vecha, sobre todo en la agricultura; porque en este arte lo mas esencial es hacer de una vez todo lo qne exige el método del cultivo, pues aunque alguna vez se haya en mendado lo que se habrá hecho mal por imprudencia ó por negligencia, sin embargo, la cosa misma ya se ha perdido para el amo y nunca sale tan bien , que repa re la pérdida del capital , y resarza el lucro que éste debia haber producida ¿Pero quién duda lo irreparable que es la fuga del tiempo que va corriendo? Las labores del campo son muy falaces para los que las retardan, lo mis mo que dióentender con mas claridad el antiquísimo autor Hesiodo en este verso: »el hombre que deja las co sas para después , tiene siempre que luchar con las pér didas." Por lo que aquel proverbio vulgar, »no dudes plan tar," aplicado por la gente del campo al plantío de árbo les, esté entendido el capataz que se refieretodo el cultivo del campo; y tenga por cierto, que como no haya hecho cada una de las cosas que instan en su dia propio , ha perdido no solo las doce horas de que éste se compone, sino un año entero4. Pues como cada co sa se debe hacer hasta cierto punto en ios momentos que se. le han destinado, si una' labor se ha concluido mas tarde de lo que debia, las demás que se siguen se hacen también mas tarde, y después del tiempo regular; con lo que perturbado todo el orden del trabajo se desvane cen las esperanzas del año entero. Por lo que es nece saria una instrucción de las labores que corresponden ha cerse eh cada mes, 1* "que depende del conocimiento de los astros y de su influjo ; pues (como dice Virgilio) lo mismo hemos de observar las estrellas de Arcturo, los dias de los Cabritos, y la brillante constelación del Dra gón , que observan los que vuelvensu patria , navegan LIBUO UNDECIMO 117 " do por mares tempestuosos , el Ponto y el estrecho de Abydos abundante en ostras. No niego que he disputado con muchos argumentos contra estas observaciones en los libros que he escrito contra los astrólogos. Pero en aque llos tratados se criticábala opinión de los Caldeos, que afirman con la mayor desvergüenza que las mutaciones del tiempo correspondendias fijo3, comotérminos inva riables : mas en esta arte rústica no se necesita semejan te escrupulosidad; pero será útil al capataz prever el tiem po futuro , aunque sea groseramente , si estuviere persua didoque la virtud de una constelación obra unas ve ces antes, otras después, y algunas en el dia fijo de su na cimientode su ocaso. Pues bastante previsión tendrá el que pueda precaverse con muchos días de anticipa* cien de I09 tiempos sospechosos. | " . '

CAPITULO II.1 ? , !'. ' : i ' •' )!:< " ¡t:¡ !.. ' ..' ir-* ;o-r.'T r 'V, . Qué se ha de hacer en cada mes , acomodando las labores á los tiempos,sea calendario rústico. . . .—>'.7 '/mu! -. i Y así prescribiremos lo que se ha de hacer en cada mes, acomodando las labores del campolos diferentes tiempos, según lo permita la temperatura del aire: de cuya variedad y mudanza si estuviere instruido el capataz de antemano, ó no se engañará jamas, ólo menos no será con frecuencia. Y para no separarnos de lo que ha prescrito el mejor de los poetas (v¡rg¡iio GEOiía.Kb. n. t. í3, J empezaráalzar la tierra des de el principio de la primavera. Pero el labrador no debe observar el principio de la primavera como el astrólogo, es perando un dia fijo en que se dice comenzar esta estación, sino también ha de tomar alguna parte del invierno, por que pasado el solsticio de éste, ya se va templando el año, y haciéndose los dias mas apacibles, permiten1 emprender las labores. Por consiguiente (para arreglarse con atención al primer mes del año romano) podrá empezar I09 trabajos del cultivo desde los idus de enero. De los cuales los unos que serán residuos de los pertenecientestiempos anterio reséste los concluirá , y los correspondienteslos tiempos Tom. II. H3 n8 en> losí primeros tiempos antes de hacer fttrft cualquiera sementera , y sacar en los últimos después de recogidos todos los frutos. Después de hecha la semen tera,, conviene gradar lo que hayas echada ea la tierra^ Tres m jornalemos gradarán cómodamente dos yugadaá de tierra , y excavarán los árboles que hubiere en ella; aun que los antiguos quieran que se escarde de almocafre , y se grade cada yugada de tierra con un peón: lo cual no me atreveréasegurar si se puede hacer bien. En este mismo tiempo conviene limpiar las zanjas y los arroyos, Tom.II, i3 134 COLUMELA. y hacer atajeas. En el mismo será bueno «larlos bue yes hoja de fresno, si la hubiere; si no la hay, de fresno silvestre ; y si no hay ésta, de carrasca. No es tampoco inútil darcada yunta de bueyes un módio de bello tas ; pero no les darás mas , ni por menos de treinta días. Porque si se les da por menos dias, les da sarnaJos bueyes la primavera , como dice Hygino. Pero la bello ta se ha de revolver con paja , y se ha de dar de esta maneralos bueyes. Ademas si alguna persona quiere formar un bosque barbárico , esto es , que tenga árboles de diferentes especies, puede muy bien sembrar bello tas.Ahoratambién seha decoger laaceitunadequequie ras hacer aceite verde : el cual se hace excelente de la que ha variado de color, y empiezaponerse negra. Pues el áspero no se debe hacer sino de aceituna blanca. En las ca lendas de noviembre , y el dia después , se pone la ca beza de Tauro; anuncia lluvia. El tres antes de Jas no nas nace la Lyra por la mañana; hace frió y llueve. El ocho antes de los idus de noviembre nace enteramente esta constelación ; surfavonio; hace frío. El siete na ce la estrella clara de Escorpión ; anuncia tempestad, frió ó solano, alguna vez rociada. El seis se ponen las Pieyadas por la mañana; anuncia tempestad, algunas ve ces hace frió. El cinco es el principio del invierno; sur ó solano, algunas veces cae rociada. En estos días hasta los idus harás todavía tolerablemente lo que no hayas po dido hacer en el mes anterior. Pero observarás particu larmente lo que sigue, y es esparcir en la tierra en solo un dia , él mal será el próximo anterior al de la luna llena, 6Jo menos este mismo, todas las habas que hubieres de sembrar; pero podrás cubrirlas después, con tal que las guardes de los pájaros y del ganado ; y las tendrás gradadas si diere lugarello el curso de la luna , antes de los idus de noviembre, cuidando antes de sembrarlas en un terreno nuevo y muy pingüe; y si no, en uno que esté muy estercolado. Será suficiente prevenir para ca da yugada de tierra diez y ocho carros de estiércol , y te niendo cada uno de estos ochenta módios, se infiere que es menester esparcir cinco módios de estiércol en un es LIBRO UNDECIMO i35 pació de diez pies en todos sentidos: cuyo cálculo hace "ver que hay bastante para la yugada entera con mil cua trocientos y cuarenta módios '-\ También es convenien te excavar ahora los olivos , y si son poco fructífieros ó tienen las hojas de las puntas de las ramas desecadas, echar al pie de los grandes cuatro módios de estiércol de ca bras , y al pie de los demásproporción de su tamaño; y en el mismo tiempo conviene, después de haber ex cavado las viñas, echarcada vid como un sextari o de palomina,un congio de orina humana,cuatro sex- «arios de estiércol. Con dos jornales se excava una yuga da de viña que tenga las cepasseis pies de distancia unas de otras. El dia de los idus de noviembre, vário; sin embargo mas veces es sereno. El diez y siete antes de las -calendas de diciembre, nordeste; algunas veces sur con llu via. El diez y seis nace la Lyra por la mañana ; sur: al gunas veces nordeste muy violento. El quince nordeste; algunas veces sur con lluvia. El catorce entra el sol en Sagitario; nacen por la mañana las Hyadas; anuncia tem pestad. El doce se ponen al anochecer los cuernos de Tau ro; nordeste, frió y lluvia. El once se pone por la ma ñana una de las Hyadas , hace frió. El diez se pone la Liebre por la mañana , anuncia tempestad. El siete se pone 4a canícula al salir el sol , hace frió. El dia antes de las ca lendas de diciembre se ponen las Hyadas enteramente ; favo niosur, algunas veces lluvia. En estos días conviene con tinuar las labores que se habrán quedado sin dar en los an teriores. Y sino es muchísimo la que sembramos, lo me jor es haber concluido la sementera antes de las calendas de diciembre. Pero también se ha de añadir algo de las no ches largas al tiempo del dia , pues hay muchas cosas que se hacen bien en la vela. En efecto, si tenemos viñas se pueden labrar y aguzar las estacas: si el pais es fér til en cañahejasen corchos, se deben hacer colmenas para las abejas: si es fecundo en palmaen esparto, ca pachosespuertas;si lo es en varetas, cestos de mim bre. Y para no entrarindividualizar ahora las demás cosas que se pueden hacer de noche , ningún pais deja de producir alguna cosa en que se puedan emplear las M j36 ( COLUMELA. ' \ velas. En efecto, es :propio de .un labrador desidioso aguar dar pra trabajarque llegue él dia, que por este tiempo es muy breve ; mayormente en aquellos países en que los dias próximos al solsticio de invierno son de nueve ho ras, y las noches de quince. Se puede también limpiar «n la vela la mimbre cortada el dia antes, y preparar la para ataduras de las vides ; y si es ménos flexible por 6U naturaleza, se ha de cortar quince dias antes, y después de limpiarla enterrarla en estiércol para que se ablande; pero si hay ya mucho tiempo que se ha cortado se ba de echarremojar en el estanque. También se amor Jarán durante la vela los instrumentos de hierro, se le» harán mangos,se les pondrán los que estén ya hechos; Jos mejores de estos son los de carrasca , en seguida los de carpe , y después los de fresno. El dia de las calen das de diciembre, tiempo vario; aunque mas veces es seré» jqo. El ocho antes de los idus se pone la mitad de -Sa gitario; anuncia tempestad. El siete nace por la mañana -el Aguila; ábrego, algunas veces sur, rociada. El tres no* roestenorte, alguna vez sur con lluvia. En estos dias se deben concluir las labores que han quedado , del mes ¡precedente, y esto se entiende, dé los parages templados y calientes, pues. ¡en los fríos ya no puede ser bueno b*> cerlas. El dia de los idus de diciembre nace Escorpión enV tero por la mañana ; hace frió. El diez y seis antes de •las calendas de enero entra: él sol en Capricornio ; sols- •ticio de invierno según Hi pared, y así muchas veces anun cia tempestad. El quince anuncia mudanza de vientos. El diez se pone la Cabra por la mañana ; anuncia tempestad. El nueve solsticio de invierno, según observación de los Caldeos; anuncia tempestad. El seis empiezasalir el DeJün por la mañana; anuncia tempestad. El cuatro se po ne el Aguila al anochecer ; hace frió. El tres se pone Ja canícula al anochecer ; anuncia tempestad. El dia antes de las calenrlas de enero, tempestad de viento. Los mas escrupulosos en punto de agricultura dicen que no de be menearse la tierra con hierro en estos dias ,no ser que la caves con el pastino para plantar viñas. Y así to do lo que se puede hacer fuera de esta especie de labor i LIBRO UNDECIMO jjd ejecdtafl ,;í(CQl»Q-Tel. coger la aceituna" , I hacef, el aceite, •abarquillar la vid, liarla basta Ja cabeza, poner los yugos en las viñas*, y asegurarlasellos. Pero no conviene en .estos dias palmar, esto es, atar las ramas,, porque mu- (ehas se quieran; ácatosa.de la rigidez, que. el frió les lia- rforáib^c^rífQníraef^nfíMWlbifn ,pu«den ífljesrtarse cómodatmentee » estos. dia$ los, cefiezos* ^melocotones, los albaricóques, los almendros, y lósdemas, árboles que floreceo tempra no. Algunas personas también siembran legumbres. El dia de las calendas de eneip),j tiempo va*io. El; tres antes de las no nas se pone Cáncer"; tiempo vario. El dia antes de estas deme dia' el ¡invierno ^viento" fuerte del sur ; algúnas veces lia- via.'Ei dia de las nonas nace la Lyrq'por la mañana; tiem po vario. El seis antes de los idus sur; alguna vez favo* 4)ioí ¡El cinco sur; alguna vez lluvia. (El día antes-de loe idus itienipoj varío. ¡Los labradores mas escrupulosos-sé abstienen -taroJpied en -efetoebdía* de. labianla tierra; .pero (de 1 suerte ique «L fniemoudia< do das itíalendasjde -«heno .empiezan to> ida ésta* especie :dei trabajes* pasa, tener^¿uéne8'auspick»^I',!; .pero» difieren , la labore basta los idus próximos. Mas no delie ignorar el capataz < cuánta comida será suficipnte dar (al dia a lina yunta de .bueyes en cada; mes-: por! lo -cual :Vamoftidarlecondonación el .pormenor de-esíe? ramo de su administración; En el mes de enero les dará paja con seis " sextarios de yeros remojados,con medio mó» dio de gálgaha molida,llenará de hojas un esportón -de los quersirven: para llevarles la comida, que le que. -pan veinte módios ,cuanta paja quieran, y veinte li jaras de heno, ú hojas verdes de carrascade laurel en Brocha abundancia ,( lo que es mejor que todas estas cosas ) les dará verde de cebada seco. En el mes de febre ro lo mismo. En el de marzo lo mismo,si han de trabajar cincuenta libras de beuo. En abril hojas de en cinade álamo, y desde las calendas hasta los idus de este roes paja en abundancia, y cuarenta libras de heno. En mayo forrage copiosamente : en junio desde las calen das hoja de árboles en abundancia : en julio lo mismo: en agosto lo mismo ,cincuenta libras de paja de ye ros : en setiembre hoja en abundancia. En octubre hoja i38 COLUMELA. ^ de cualquier árbolde higuera. En noviembre hasta los idus un esportón de hojáde hojas de' higuera, ftesde los idus un módio de bellota revuelto con paja,un módio de altramuces remojados revueltos también con pa ja,verde temprano. En diciembre hoja eecápaja, con medio módio de yeros remojado*;-ó medié módio de altramuces remojados antes de medirlos,un módio •de bellota, como se ha escrito arriba, -6 verde. ' " capituló nr. ' Tratado en prosa del cultivo de las huertas , pues el . . libro X en el original está en versos exámetros. Ya hemos recorrido los trabajos que debe ejecutar el ca pataz en los tiempos del año que están destinados para cada uno de ellos; vamos ahora , acordándonos de " nues tra promesa,dar fin seguida una instrucción sobre el cultivo de las hutírtas , ' cuyo cuidado deberá tomarsu cargo, tanto para disminuir el gasto de su comida diaria, cuanto para tener manjares del campo no comprados, como ,'dice ' el' poeta , > ( Virgilia Geoeo. lib. 4, t.i33. Horacio, Oda a , t. 48.^ que presentarsu amo cuando, venga. Deraócrito en el libró que tituló Georgicon es de opinión que obran con poca prudencia los qne hacen cercassus huertas, porque la pared fabricada de ladrillo' no puede durar mucho tiempo, maltratrada por lo común con iás -lluvias y tempestades, y si se hace de piedra será un gas to mucho mayor de lo que la cosa merece. Pero si al guno quiere cercar una huerta de mucha extensión es me nester un caudal. Por consiguiente, yo mismo daréco» nocer un método con que sin grandes gastos resguarde mos la huerta de las incursiones de los hombres y de los ganados. Los autores mas antiguos prefirieron el seto vi vo al hechomano, no solo porque exigía menos gas to, sino porque duraba mas tiempo que otras obras de mas entidad; y así han dado el método siguiente para hacer setos, plantando arbustos espinosos. El sitio que determinares cercar , se ha de rodear con dos zanjas distan* LIBRO UNDECIMO iZ9 tes una de otra por el espacio de tres pies, desde el equi noccio de otoño, luego que la tierra se baya humede cido con las lluvias. Basta que estas zanjas tengan dos pies, tanto de ancho como de hondo; pero las dejaremos pa sar el invierno vacías, habiendo preparado las semillas que se hayan de echar en ellas. Estas han de ser de los mayores arbustos de esta clase , y principalmente de zar za de espino, y del que los griegos llaman xúnos batonf y nosotros espina de perro. Pero convendrá escoger las se millas mas maduras de estos arbustos , y revolverlas con harina de yeros : la cual después de humedecida con agua , se pegarácuerdas viejas de navio úotras cua lesquiera ; y estas se guardan en seguida en la cámara se cándolas bien antes: después, así que han pasado cuaren ta dias mas allá del solsticio de invierno ácia la llega da de las golondrinas, cuando empiezasoplar el favo nio , después de los idus de febrero, se saca el agua que podrá haberse recogido el invierno en las zanjas , y la tierra suelta que se había amontonado el. .Otoño en. loa bordes de éstas se-vpeíveechar en ellas hasta que ocu. pe Ja mitad de su profundidad. En seguida se sacan de la cámara las antedichas cuerdas, se desdoblan , y extendién dolasta; tlarga, de jaldos¡.zanjas , se cubren ; pero de suerte , que las semillas de, los referidos arbustos que están pegadaslos hilos deJas cuerdas no ttngan tanta.tierra encima que no puedan . germinar. Ellas salen de la tier ra ácia el dia treinta de haber enterrado la cuerda; y lue go que han tomado algún incremento, se deben habituar de suerte que se inclinen al espacio que media éntrelos dos /S*rco8i Pero convendrá poner en este espacio un se» to de varas, sobre el cual suban los arbustos de ambas zanjas, con el que tendrán una especie de apoyo en que sostenerse, hasta que se fortifiquen. Este seto es eviden te que no se puede destruir ,no ser que quieras arran carlo de raiz; pero por otra parte nadie duda que aun después de quemado retoña mejor. Y este modo det cer car una huerta ha sido seguramente el que mas ha me recido la aprobación de los antiguos. Pero convendrá, si la situación de la heredad lo permite, escoger, para co 14o 0 1 CDLüM>EIÍA?" íi locar lahuertaun¡parajeinmediato*'a -la.casería,qoéso-> bretodo^sea^pingüe, y sepuedaregartooJ¿r*oyoqueen tre en ella, y si :novhubiere agua^cor/iorítev cétt agua de pozo. Ma9fin de tener seguridad de queeste po zo nunca le faltará el agua , no se debe abrir hasta que el sol esíé en los últimos grados de Virgo esto es , en cimes de setiembre, antes del equinoccio del'otoño, su puesto qne el mejor ¿tiempo de explorar las fuerzas de un manantial es cuando por la larga'««quedad del e6tio la tier ra está privada de todanel agua de la lluvia. Y se lia de procurar que la huerta no esté por bajo de la era; para que en el tiempo de la trilla no puedan llevarella los vientos paja ni polvo, cosas una y otra contrariaslas hortalizas. Hay dos estaciones en qne se puede disponer , el terreno, y labrarlo con el pastino: porque hay tam bién dos estaciones en que se pueden sembrar las hor talizas, pues la mayor parte se siembra tanto en el oto ño como en la primavera: sin embargo , en tierras de rie go* es mejor hacerlo en la'priniaverá , porque la templan za del' tiempo que? se » experimenta al principio del año, recibe las semillas al germinar , y la sequedad del estío se apaga con el agua de los manantiales; Pero cuando la naturalezadelátio 'nopermite'que se;suministreaguaá las 9emiHas, bien sea introducida srtificialmehte , bien de nacimientó,-nohay mas >reoursolá la verdad que te llu vias del -invierno.-Sin embargo , puede salir adelante la hortaliza sembrada aunque sea en los terrenos mas secos, si desabra ¿1 suelo con el pastinomayor profundidad; y es suficiente llevar un tajo de dos pies de hondai }iara qne »la. <^etra¿ que se esponjará >cow la labor se levan te hasta cuatro. Pero donde hay proporción de regar se rá suficiente voltear la tierra cruda con un azadón; no piofundamente ,sinoámenosdédos pies.Perotendremos cuidado de cavar con el pastino en el otoño ácia las ca lendas de noviembre, la tierra que se determine sembrar por primavera; y en el mes de mayo la 'que se hubie re de gobernar p ir el otoño, para que se desmenucen los terrones con los frios del invierno,con los soles del estío, y, perezcan las raices de las yerbas. No mucho ant LIBRO UNDECIMO 141 tes se ha de estercolar; y cuando se acerque el tiempo de sembrar se debe limpiar el terreno de yerbas , ester* colarlo y binarlo con el cuidado necesario para que se in corpore la tierra con la basura. Pero el mejor estiércol para este efecto es el de borrico , porque cria menos yer bas : el que le sigue es de ganado mayor ,el de ove jas, si está repudriéndose un año: pues el que ha cen los hombres, aunque se tiene por el mejor, sin em bargo no es preciso emplearlo sino en el cascajo puro, ó en la arena muy suelta y sin virtud alguna, en cu yo caso se necesita alimento mas sustancioso. Por con siguiente el terreno que hubiéremos destinado para sem brarlo en la primavera después de haberlo cavado, lo de jaremos pasado el otoño que se queme con los frios y las escarchas del solsticio de invierno, porque la violencia del frió sazona la tierra y la desmenuza , haciéndola fermen tar, como lo hace por el contrario el calor del estío. Por lo cual no se echará el estiércol hasta que haya pasado dicho solsticio; y en seguida se dividirá el terreno en ta blas acia los idus de enero: cuyas tablas se han de for mar sin embargo de manera que lleguen con facilidad las manos de los que las escardan al medio de su an chura, no sea que los que buscan las malas yerbas, se vean precisadospisotear las plantas , sino mas bien entren por las sendas que rodearán dichas tablas , y es carden alternativamente sus dos mitades. Lo que hemos dicho de las labores que se han de dar antes de la siem bra es bastante. Ahora vamosprescribir qué es lo que 6e ha de cultivarsembrar, y en qué tiempo; y en pri mer lugar se ha de hablar de las especies que se pueden Sembrar en dos estaciones, esto es en el otoño y en la primavera. Estas semillas son las de col, lechuga, alca chofa, oruga, mastuerzo, cilantro, perifollo, eneldo, za» nahoria , chiiivia y adormidera : pues estas se siembran ácia las calendas de setiembre ,mejor en febrero an tes de las de marzo;, aunque se pueden confiarla tier ra en los lugares secos y templados, como son los ma rítimos de Calabria y Apulia,ácia los idus de enero. Al contrario las que solamente se deben sembrar en el oto i4» COLUMELA. ño (con tal no obstante que cultivemos un terreno tria^ rítimoabrigado) son poco masmenos éstas: la de ajo, cebolla, énula, cebolla de Chipre, y mostaza. Pero va mos también ahoramanifestar, siguiendo el orden de los meses, en qué tiempo convenga por lo común confiar cada plantala tierra. Se podrá pues poner bien , inme diatamente después de las calendas de enero , el mastuer zo. Mas en febrero se pondrá de plantade semiila la ruda, el espárrago, y alguna vez de este último inorlo la cebolla y el puerro : también sembrarás las simientes de rábano, de naba y de nabo, si quieres tener fruto ea la primavera y en el estío: el ajo y la cebolla de Chi pre i este es el último tiempo de sembrar uno y otro. Pe ro el puerro (si se ha puesto ya recio) se puede trasplan tar en los parages abrigados ácia las calendas de marzo, y también el panacefines del mismo mes, como asi mismo en seguida ácia las calendas de abril el puerro, la énula y la ruda que se habrá sembrado tarde. También se ha de sembrar en este tiempo el cohombro, la cala baza y la alcaparra, para que nazcan mas temprano: pues por lo que tocala simiente de las acelgas, el me jor tiempo de-sembrarla es cuando florece el granado. Pe ro la cabeza del puerro se trasplanta todavía tolerablemen te ácia los idus de mayo. Después de este tiempo na da se debe poner debajo de tierra cuando el estío se acer ca , sino la semilla del apio , con tal no obstante que Ja hayas de regar, pues de esta suerte se dá muy bien. Por lo demás el tercer tiempo de sembrar es en agosto ácia las fiestas de Vulcano ; y este es el mejor tiempo de sem brar rábanos, nabas, como también nabos, chirivias, y no menos apio caballar. Y estos que he dicho son los tiempos de las siembras. Ahora voyhablar de cada una de aquellas cosas que necesitan algún cuidado particular, y las que omitiré se deberá entender que no necesitan mas trabajo que el del escardador , del cual se ha de decir una vez por todas , que se ha de procurar en todo tiempo ex terminar las malas yerbas. La cebolla de Chipre, que al gunas personas llaman ajo cartaginés , y los griegos aphraxorodon crece mucho mas que el ajo, y se divi LIBRO UNDECIMO 145 dirá en muchas partes una cabeza antes de ponerla en Ja tierra acia las calendas de octubre, pues tiene como el ajo muchos dientes unidos entre sí, y luego que es tos estén divididos, se deberán sembrar por liras , para que puestos en los lomos reciban menos perjuicio de las aguas del invierno. Es la lira semejanteaquel caballón que hacen los gañanes en la tierra llana para libertar el grano de la humedad; pero este se ha de hacer menor en las huertas, y por lo alto de él , esto es en el lomo , se arreglaránun palmo de distancia uno de otro los dien tes de la cebolla de Chipre ,los de ajo ( porque estos se siembran también del mismo modo). Los surcos de las liras estaránmedio pie de distancia los unos de los otros. En seguida, así que los dientes han echado tres hojas, se escardarán de almocafre: pues cuantas mas veces se ha brá dado esta labor, mas incremento tomarán. Después, antes que formen tallo, convendrá retorcer todo lo verde que tienen fuera de la tierra, y tenderlo sobre ella, pa ra que las cabezas se pongan mas gruesas. Pero en los países sujetosheladas no debe sembrarse en el otoño uno ni otro, porque se pierden en el solsticio del invier no; pero como el rigor de esta estación se modera por lo común en el mes de enero, el msjor tiempo de poner el ajola cebolla de Chipre en los parages frios es ácia los idus de dicho mes. Pero cuando quiera que los sem bremos,los guardemos después de maduros en la, cáf mará , se procurará que en aquellos países en que se pon ganse arranquen, esté la luna debajo de tierra, por que haciendo de esta manera lo uno y lo otro , se cree que no tienen el sabor muy fuerte, ni que dan mal olor al aliento del que los masca. Sin embargo hay muchas personas que los siembran el mes. de diciembre antes, de las calendas de enero en medio del dia, si lo permiten lo templado del aire, y la situación de la tierra. La col se debe trasplantar cuando tenga seis hojas, no ponién dola sin untar antes sn raiz con estiércol líquido, y ha berla envuelto en tres tirillas de alga. Pues esto hace que, cuando se cuece se ponga mas pronto tierna, y con serve su color verde sin echarle nitro. Y el mejor tiem 144 f' COLUMELA. ; 1 po de hacer este trasplante en los países fríos y lluvio sos es después de los idus de abril. Cuyas plantas después de puestas, así que hayan asido, escardándolas y esterco lándolas las mas veces que el hortelano pueda , se fortifi can mejor, y dan tallos y repollos mas gruesos. Algunas personas ponen esta hortaliza en los sitios mas abriga dos desde las calendas de marzo; pero la mayor parte de ella subeformar repollo , y cuando se la ha cortado una vez , no da después tallo grueso el invierno. Pero podrás trasplantar los tallos muy gruesos aunque sea dos veces,, y si haces esto, dicen que dan mas simiente y mas grue sa. La lechuga se debe trasplantar con tantas hojas como la col. En los sitios abrigados y en los marítimos es muy bueno ponerla en el otoño , en los de tierra adentro y frios al contrario ; en el invierno no es tan bueno po nerla. Pero la raiz de ésta también se debe untar con es tiércol , y necesita mas agua que la col : de esta suerte se hace su hoja mas tierna. Y hay muchos géneros de le chugas, que conviene sembrar las de cada uno en su tiem po: entre ellas la que tiene hoja oscura y como purpú rea ,también verde y crespa como la Ceciliana, es bue no sembrarla en el mes de enero. Pero la de Capadocia, que tiene la hoja pálida , peinada y espesa , en el de fe brero: en seguida la que es blanca , como la que hay en la provincia Bética en los confines del municipio de Cádiz, se pone muy bien en el mes de marzo. H.iy tam bién una especie de lechuga de Chipre blanca que tira á roja con las hojas lisas y muy tiernas, que se pone cómodamente hasta los idus de abril. Se puede sin em bargo por lo común sembrar la lechuga casi por todo el año siendo el clima templado , y habiendo abundancia de agua. Y para evitar que suba su tallo muy pronto se pon drá en medio de ella un casco pequeño de teja, así que tenga algún incremento, y reprimida con esta especie de carga, se extiende en latitud. El mismo método se sigue tambiéncon lachicoria ,áexcepciónqueaguantamasbien el invierno , y así se puede sembrar aun en los países frios en el principio del otoño. La alcachofa será mejor que la trasplantemos en el equinoccio de otoño ; su simien LIBRO UNDECIMO 145 íe la sembraremos mas utilmente ácia las calendas de mar zo, y aporcaremos su planta ácia las de noviembre, y la estercolaremos con mucha ceniza , pues esta especie de estiércol parece el mas convenienteesta hortaliza. La mostaza , el cilantro , y no menos la oruga y la albahaca, permanecen sin moverse del sitio donde se han sembra do ; y no tienen otro cultivo que , después de haberlas estercolado, escardarlasmano, pero pueden sembrar se, no solo en el otoño, sino también en la primavera. Las plantas de mostaza trasplantadasprincipios de in vierno darán mas copa en la primavera. El panas se siem bra en ambas estaciones en tierra ligera y labrada , y se siembra muy claro , para que tome mejor incremento. Sin embargo es mejor sembrarlo en la primavera. El puerro, si lo quisieres hacer sectivo, han prescrito nuestros ma« yores que se dejará sembrado mas espeso, y así que ha ya crecido estando así 6e cortará. Pero la experiencia nos ha enseñado que se hace mucho mejor si se trasplanta* para ponerlo como el cabezudocortas distancias , esto e9 á cuatro dedos unos de otros , y en habiéndose puesto fuer te se corta. Mas en el que quieras hacer de cabeza gruesa, se ha de tener cuidado cuantío se transplante de cortarle, antes de ponerlo, todas las raicillas y las puntas de las ho jas. Después se en tierra debajo de cada planta un tiestezuelo ó una concha para que le sirva como de asiento, á fin de que las cabezas se aumenten en latitud. El cultivo del puerro cabezudo consiste en escardarlo y estercolarlo sin cesar. Ni es otro sin embargo el del sectivo , sino que se de be regar, estercolar y escardar tantas veces cuantas se cor te. Su simiente en los lugares cálidos se siembra el mes de enero, en los frios se siembra en febrero; y para que tomen mayor incremento, se envuelven muchos granos en unos liencecillos claros, y de esta manera se entierran. Y los que han nacido en sitios donde no se les puede suministrar agua, se deben trasplantar ácia el equinoccio de otoño: mas en los que se les puede dar riego es bueno trasplantarlos el mes de mayo. El apio se puede poner de planta y también de semilla, pero sobre todo nada le viene tan bien como el agua, y por esto lo mejor es ponerlo juntouna fuente. Tom. II. K 146 COLUMELA. Pero si alguno quisiere hacerlo de hoja ancha, envuelva en un liencezuelo claro la semilla que pueda tomar con tres dedos, y envuelta de esta manera la pondrá en las tablas, ó si quisiere mas bien hacerlo de hoja rizada , echará su se* milla en un mortero y después de molida con una mano de madera de sauce y quitadas las cáscaras, la envolverá del mis mo modo en unos liencezuelos y la pondrá deba jo de tierra. Puede también hacerse rizado sin este trabajo, de cualquier modo que se haya sembrado, si así que ha nacido reprimes su incremento pasándole por encima un rodillo. El mejor tiempo de sembrarlo es desde después de los idus de mayo hasta el solsticio del estío. También por lo común se siem bra en estos dias la albahaca , cuya semilla así que se ha cu bierto con tierra se apisona cuidadosamente con un pisón ó con un rodillo: porque si dejas la tierra esponjada, comun mente se pudre. La zanahoria, la chirivia y la énula cam pana toman fuerza en un terreno labrado profundamente y estercolado: pero se han de poner muy claras para que to men mayores incrementos. Mas la énula conviene sembrarla con un intérvalo de tres pies , porque los tallos que echa son grandes y sus raices se extienden por debajo de tierra como los nudos de las cañas. Y no tienen otro cultivo todas estas plantas, sino quitarles las malas yerbasfuerza de es cardas. Se pondrán muy bienprincipios de setiembreá últimos de agosto. El apio caballar, que algunos griegos lla man ipposelinon y otros smicgnion , se debe sembrar de semilla en un terreno cavado con el pastino, sobre todo juntolas paredes, porque le conviene la sombra y se dá bien en cualquier terreno: y éste así que lo hayas sembra do una vez, si no lo arrancas enteramente de raiz, sino que le dejas alternativamente tallos para semilla, dura eterna mente y exige un cultivo ligero de escarda. Se siembra des de las fiestas de Vulcano hasta las calendas de setiembre, pero también en el mes de enero. La yerbabuena quiere también humedad dulce, por cuyo motivo es bueno poner la juntoun manantial , en el mes de marzo. Si por casua lidad faltaren sus semillas , se puede coger de las tierras in cultas yerbabuena silvestre , y ponerla con los cogollos ácia abajo: lo cual le quita la aspereza y la vuelve sativa. La ruda que ha nacido de semilla en el otoño, conviene tras plantarla el mes de marzoun sitio abrigado, se le arrima rá bastante ceniza al pie, y se le quitarán las malas yerba9 hasta que se fortifique, para que éstas no la hagan perecer. Pero se deberá hacer esta operación , cubriendo Ja mano con guantes, pues si no fuere así se harán en ella úlceras perni ciosas. Sin embargo si por ignorancia hubieres escardado con la mano desnuda, y te hubiere sobrevenido picazón con hinchazón, te la frotarás de cuando en cuando con acei te. Su tallo permanece muchos años ileso,no ser que le toque alguna muger en el tiempo que está con la mens truación , y por este motivo se haya secado. El tomillo , el romero , la ajedrea y el serpol , tienen el cuidado de sem brarlos los colmeneros mas bien que los hortelanos; pero nosotros creemos que no es fuera de propósito tener estas plantas también en las huertas, para servirnos de ellas en clase de especias ( pues son muypropósito para sazonar algunos manjares). Quieren un terreno que no sea pingüe ni estercolado, sino que sea abrigado, como que por lo co mún nacen en los países marítimos en la tierra mas ende* ble espontáneamente. Se ponen , tanto de semilla como de plantas, acia el equinoccio de primavera, pero es mejor po ner plantas de tomillo, y en estando puestas en un terreno bieu labrado , conviene .para que no tarden en prender , mo ler tallos de tomillo seco, y así molidos echarlos en agua un dia antes, y así que ésta se haya impregnado de su jugo echarlalas plantas que se han puesto hasta que las fortifi que bien. Por lo demás la ajedrea es una planta muy vivaz, para haberse de afanar en cuidarla. El mastuerzo, si lo tuvieres trasplantado antes de las calendas de marzo , lo po dras cortar como el puerro sectivo, aunque mas raras veces: pues no se habrá de cortar después de las calendas de no viembre, porque perece maltratado por los frios: pero podrá resistir dos anos si se escarda y se estercola con cuidado. También hay muchos sitios donde prolonga su vivacidad hasta diez años. La acelga se siembra cuando el granado es tá en flor , y luego que tiene cinco hojas como la col , se trasplanta en el estío, si la huerta e9 de riego-, pero si el ter reno es de secano, se deberá trasplantar en el otoño, cuanka *' 148 COLUMELÁj T do haya empezado yallover. El perifollo y también la hortaliza llamada armuelle, que los griegos llaman atrapha~ gon, conviene sembrarla ácia el dia de las calendas de oc tubre en un lugar que no sea muy frió; pues si el pais tie ne los inviernos rigorosos, se han de trasladar estas plantas desde la almáciga, dividiéndolas después de los idus de febrero. La adormidera y el eneldo se siembran con el mis mo método que el perifollo y el atraphagon. Las semillas del espárrago sativo y las del que la gente del campo lla man corruda se preparan casi dos años antes de ponerlas en sn lugar: estas se siembran en hoyos pequeños que se abren en un terreno pingüe y estercolado después de los idus de febrero, de suerte que en cada uno se eche la semi lla que se podrá coger con tres dedos. A los cuarenta dias poco masmenos las raicillas que habrán echado se en redan entre sí y hacen como una masa : yestas raicillas enredadas y enlazadas de esta manera llaman los hortelanos esponjas. Y después de veinte y cuatro meses conviene tras plantarlasun sitio abrigado , bien humedecido y esterco lado. Pero los surcos se hacenun pie de distancia anos deotrosy sitimasprofundidadqueladénueve pulgadas, en los cuales sé ponen las esponjillas de manera que echán doles tierra por encima germinen con facilidad. Mas en los sitios secos se han de poner en lo mas hondo de los surcos, paraquepermanezcan allícomoenunas piletas.Por elcon trario en jos húmedos se han de colocar en lo alto del Jo mo del caballón, para que no padezcan con la demasiada humedad. Al primer ano de haber sido plantadas, conviene tronchar el espárrago que hayan' ephado, porque si quisieres arrancarlo de la tierra estando las raicillas tiernas y débiles toda la esponjilla saldrá tras del espárrago: en los demás no setronchará sinoquésearrancaráderaiz.Puessinosehace asílostallosquebradossofocan losojosdelasraices,y loscie gan, para decirlo así, y no los dejan qué arrojen espárra gos.Porlodemáslos tallosquesaldránlosúltimosen laes tación del otoño no se han de quitar todos, sino que se ha dé dejar al^ hayan forinac quemarlos LIBJJO! UNDECIMO cual sin embargo no es tan incomodo (pues se pueden arrancar de cuando en cuando) como perjudicial , pues tienen una ponzoña perniciosa, y con su jugo esterilizan «1 terreno. Ningún cultivo exige,se contenta con uno -muy ligero, como que se mantiene fuerte aun en los campos desiertos sin trabajo del labrador: se siembra en am bos equinoccios. El cebollar quiere mas bien una tierra que se labre con frecuencia, que la que se labre profundamente, Y así desde las calendas de noviembre se debe alzar , para qus se disuelva con los frios y con las heladas del invierno, á los cuarenta dias binarse,los veinte y uno terciarse, j después de esta última labor al instante estercolarse; en se guida se distribuirá en tablas, después de haberla cabado con igualdadpala de azadón, y arrancado todas las rai ces. En seguida convendrá esparcir la semilla después de las calendas de febrero en un dia sereno , mezclándole alguna semilla de ajedrea, para que también tengamos esta planta con las cebollas, porque es agradable para comerla mien tras está verde, y cuando seca no es inútil para sazonar los manjares. Pero los cebollares se han de escardar muchas ve ces, ylo menos no han de bajar de cuatro; cuyas semillas, si quieres recogerlas , pon el mes de febrero los bulbos mas grandes de la especie de Ascalon, que es la mejor ,distan cia de cuatrocinco dedos unos de otros : y cuando em piecengerminar, dales no menos de tres escardas: en se k4 i5a i COLUMELA. guíela, cuando hayan echado tallos, consérvalos derechos, poniendo entre las matas una especie de canterios peque ños muy bajos, pues si no pusieres muchas cañas atravesa das que las sostengan, al modo de las viñas aplicadas al yu go, los tallos de las cebollas caerán al suelo con los vientos, y se dispersará toda la semilla: la cual no hay duda que no se ha de coger antes que empiecemadurar y tener color negro. Pero no se ha de dejar que se seque mucho,que ee caiga toda, sino que se han de arrancar los tallos ente ros y se han de secar al sol. El nabo y la naba se siembran en dos tiempos diferentes, y se cultivan lo mismo que el rábano. Sin embargo es mejor sembrarlos el mes de agosto: se necesitan cuatro sextarios de semilla para sembrar una yugada, pero de suerte que ademas de esto se le eche poco mas de una hemina de semilla de rábanos. El que sembra re estas semillas en el estío, tendrá cuidado de que los mos quitos que se producirán por causa de las sequedades, no se coman las hojas -todavía tiernas, conforme vayan brotan» dó: y para evitar esto se debe recoger el polvo que se en cuentra sobre el piso alto,también el hollín que se pega á los techos de encima de los hogares; y en seguida el día antes que se haga la siembra revolverlo con las semillas y rociarlo con agua, para que toda la noche estén embebien do este jugo. Pues remojadas de está suerte , están buenas para sembrarlas el día después. Algunos autores antiguos, como Demócrito, prescriben que se aderecen todas Jas si mientes con el zumo-de Ja yerba que se llama sedo, y que se use del mismo remedio contra los insectos: lo que la ex periencianoshaenseñadosercierto.Pero sinembargo,como no hay mucha abundancia de esta yerba, nos servimos con mas frecuencia del hollin y de dicho polvo, y con ellos con servamosmuybien las plantasenbuen estado.Hyginocree quesedebeesparcirlasemillade lasnabasenlaeradespués de la trilla^, cuando está extendida todavía la paja-, porque las raices engruesan mas, no dejándolas la dure7a del suelo penetrar en él profundamente. Nosotros hemos hecho muchas veces este ensayo inútilmente: y así creemos que es mejor que se¡siembre la naba, el rábano y el nabo en tier ra-labiada.Ytodavía los labradores más religiosos observan
La costumbre (de los antiguos , que cuando siembran la semilla de estas raices, niegan los dioses que nazcan para ellos y para sus vecinos. Eh los lugares Trios donde hay te mor de que la siembra del otoño se queme con las heladas del invierno, se hacen con cañas unos canterios bajos; por encima se les ponen varas atravesadas, y sobre estas varas se extiende paja, con lo que se ponen las semillas a cubierto de las heladas. Pero en los países abrigados , cuando des pués de las lluvias han sobrevenido aquellos animales perniciosos que nosotros llamamos orugas, y que se nombran en griego xampaiyse deben recoger con la mano sa cudir por las mañana los tallos de las hortalizas: pues de esta suerte si se cayeren cuando están todavía pasmados con el frió, no suben masla parte superior. Sin embargo es inútil tomar estas precauciones , si se han remojado las semillas como ya he dicho antes, antes de sembrarlas en zumo de sedo, pueslas que están preparadas de esta ma nera ningun daño les hacen las oiugas. Pero Demócrito en él libro que ha intitulado pegi antipa¡)}ioon 4 , 'afirma que, estos auimalillos perecen, si una muger que e6tá con la menstruación dá tres vueltas al rededor de cada una de las tablas que están sembradas con el cabello suelto y los pies descalzos, porque después de esto todos los* gusanos caen al suelo y se mueren. Hastá aquí he creído deber dar precep tos sobre el cultivo de bis huertas y sobre las obligaciones del capataz; el cual aunque yo haya opinado en la primera paite de este libro que debe estar instruido y enterado en todos los trabajos-del campo; sin embargo como ordinaria mente sucede que nos falta la memoria de las cosas que he mos aprendido, y se hán de recordar muchas veces viendo" los escrito» que trata,n de ellas, he puestocontinuación los' argumentos de todos mis libros para que cuando el caso lo exija se pueda encontrar en cada uno lo que se ba de bus car, y como se haya de hacer cada cosa. . . .; 54 COLUMELA. NOTAS AL LIBRO UNDECIMO. Notas m capitdio I. X. Estas palabras no se encuentran en la obra de Catoa, pero sí su sentido en el cap. 5 núm. t. 2. Era de Athenas. Compuso una obra de agricultura, j por su elocuencia se le llamó la Musa Atica. 3. Este oráculo, que se atribuye aquíCatón , no se en cuentra en su obra según la tenemos. Sin embargo, es regu lar se hallase eu tiempo de Columela. Prueba de que no nos ha llegado entera, como lo he observado en el prefacio. 4. Sin embargo conviene entender este precepto con el temperamento que vadar nuestro autor al principio del ca pítulo siguiente. Notas ai

CAPITULO II. 1. Si alguno quisiere cotejar en este lugarColumela coa Ovidio, Plinio en el lib. 18 cap. 16 y siguientes, con otros au tores y con los calendarios antiguos, encontrarácada paso muchas cosas que anotar. 2. Plinio redujo este trabajoun número menor, pues di ce en el lib. 18 cap. 26 que en un dia se podían preparar treinta rodrigones y sesenta estacas , y en las velas de la no che y madrugada la misma cantidad que Columela. La medio cridad de la tarea que señala aquel , hace dudar de la integri dad de su pasage. Pero en este se nota que no guardan la mis ma proporción los rodrigones que se labran de dia, y los que se labran en las velas con las estacas , pues sesenta no está en la misma proporción con ciento, que cinco con diez; y eu Plinio se guarda, por lo que hay el mismo motivo de dudar de la integridad del texto de Columela. 3. Si es cierto lo que dice Ovidio en el lib. II v. 192 de los Fastos, y en el lib. II v. { 28 y siguientes de los Metamor fosis que esta constelación no se pone jamas, ¿como se coucilia este poeta con nuestro autor? ~ •. .. 4. Si treinta jornales son suficientes para pastinar ana yu gada de tierrapie y medio de profundidad, cuarenta para la de dos pies, y cincuenta para la de dos pies y medio, pa recerá que para la de tres pies habrá bastante con sesenta. Pe ro sin embargo esto no se ha de calcular asi, pues mientras á mayor profundidad se cava la tierra, la parte inferior por ser LIBRO UNDECIMO. i55 mas dura detiene maslos trabajadores que la superior ; ade mas que es menester mayor esfuerzo para echar la tierra desde lo hondo de una cava profunda que. desde la superficie; y así no es maravilla que entren mas peonesproporción en las cavas mas profundas que en las que lo son menos, aunque yo pienso que hay yerro en los números, pues por mucha dure za que se quiera suponer al medio pie de tierra que hay por bajo de los dos pies y medio para completar tres en la pastinacion de esta profundidad , y por mucho esfuerzo que ten ga que hacer el cavador para sacar la tierra, no ha de ser tan ta que necesite triple número de jornales, pues los cinco pri meros medios pies sale cada unodiez, y el sextotreinta; á no ser que sean tierras de poco suelo en que el sexto medio pie sea de tobatosca. 5. Llamados así de ornis , que quiere decir pájaro. 6. Preciso es que baya alguna falta en el número 21 cuan do dice que ios vientos ornithias duran treinta días, y que después de ellos vienen las golondrinas, y según lo que dice aquí vienenlos cuatro días ; por eso he puesto cuatro dias en lugar de los treinta que pone nuestro autor. 7. Estas eran unas fiestas que se celebraban en honor de esta diosa,la que se había dedicado en este tiempo del año un templo en el monte Aventino. Duraban cinco dias; en el Erimero se hacían sacrificios, durante los tres siguientes se daan combates de gladiatores , y el quinto se purificaba el pueblo. 8. Estas cuentas no vienen unas con otras, pues el hom bre que abre en un dia diez y ocho hoyos de tres pies de lar go y de ancho, y dos de hondo, levanta 324 pies cúbicos; el que labre catorce de la misma profundidad y de cuatro pies de Jareo y de ancho, cava 418 pus cúbicos; el que hace una zan ja de 1 jo pies de largo , dos de ancho, y dos y medio de hondo, cava 600 pies cúbicos , y antes habia señaladoun jornalero en un dia 1440 pies cúbicos. Pues teniendo una yugada 28800 superficiales, multiplicados por dos hacen 57600, y repartidos entre 40, que son los jornales que señala para cavar una yuga dados pies de profundidad , cabencada uno 1440. Mu chas veces observan los andadores que en nada están mas corrompidos los libros que en los número1. En este supuesto, reconocido por Saboureux, es una inconsecuencia decir, como dice en su notaeste pasage, que Coluntela no procura ser muy exacto en sus cálculos. ¡Ojalá fuera esta sola i 9. Mas bien se está en las dos terceras partes de esta es tación si seguimos la división que hace Varron en el lib. cap. 18 de Re rústica 6 la de otros autores; pero Columela no tiene aqui mas consideración quela temperatura del aire ¿56 /'"ICOLUMELA, J.T y al calor. Así en este mismo

CAPITULO se dice que está deme diado el invierno cuando se pone la estrella que está en eí pecho del León. En cuyo tiempo si cuentas los dias se inclina á su fin. " r io Como cada uno de los signos del Zodiaco comprende treinta grados, todos doce comprenderán 360 ; y. teuieado el año 36) dias, es preciso que el sol permanezca alguna vez dos dias en un mismo grado, para correr en un año toda la exten sión del Zodiaco. " ».",; . . " 11. Esto se llama caprific ación* De ella hay un lugar clá sico en el lib. 1 5 cap. 19 núm. 21 de la Historia natural de Plinio que dice así : produce mosquitos el cabrahigo: esto», privados de alimento en su madíe por habérsele corrompido el jugo, vuelan i las higueras, y picando frecuentemente lox higos dan entrada al aire por las. aberturas que les hacen : des pués sacan el humor lácteo y nocivo que tienen, con lo que se mejoran estos notablemente. ' •" ' ' " 12. No indica fenómeno como otros dias. Plinio nota que «11 esie.dia nace la Corona: Pero están 'muy discordes en otras cosas , y no es extraño1 que lo estén en ésta. Lo mismo le sucede en las calendas de diciembre y enero. •< -" nji<» .: 13. Esto es exacto, pues la yugada tiene 28800 pies cua drados. -14. Era costumbre de los romanos hacer este día alguna cosa de su profesión, con la mira de comenzar felizmente el año. :; Notas a-i

CAPITULO III. 1. Aquí se habla verosímilmente de adobes, que son ladri llos crudos y secados al sol. 2. Estas fiestas son lasque llaman quinquatria: se celebra ban en marzo cuando se habia edificado un temploesra diosa en el. monte Aventino. Duraban cinco dias. ~. " 3. No se trata de una era empedrada, sino de una parte de campo, sobre la cual se habrá trillado trigo que se habrá ablandado por las aguas del otoño, y en seguida se habrá la brado. Este autor pretendía sin duda que estando sembrada de esta manera con la paja, no se la comían los pájaros con tanta facilidad ni' se la llevaban los-vientos , y que esr.mdo .cubierta ligeramente de tierra, germinaba con mas facilidad, o 4. De las cosas discordantes con una repugnancia natural. Por eso Plinio dice que toda la doctrina de Deinócrito cons taba de simpatía y de antipatía; esto es, de la concoxdia y de la discordia de las cosas. A "i»** " " r- LUCIO JUNIO MODERATO COLUMELA. De las cosas del campo. LIBRO DUODÉCIMO. .1 De la casera. ..'..! Prefacio. Xenofoote el ateniense, Publio Silvino, dijo en su libro que intituló Económico, que el matrimonio se ha instituido por la naturaleza de tal manera, que no solo se contraía en él una sociedad de vida la mas agradable, sino también Ja mas útil: lo que ya hay tiempo que repitió Cicerón, y que el varón se habia unido con la hembra , para que el género humano no se extinguiese pasado mucho tiempo: como también ademas de esto, para que esta sociedad preparase á los mortales auxiliosfin de ayudarlos en la vejez. Como asimismo el alimento y la manutención de los hombres no se habia de preparar al raso y en sitios silvestres del mismo modo que la de las fieras, sino en casa y debajo de techa do, fue preciso que uno de los dos sexos estuviese fuera y expuestolas injurias del temporal , para procurar lo nece sariodicho fin con su trabajo e industria; y otro dentro para encerrarlo y guardarlo en la casa : pues si era indis pensable cultivar los campos, navegartambién dedicarse á otro género de;comercio para adquirir algunas facultades, convino igualmente, que después de haber acumulado en la casa los bienes que se habían adquirido, hubiese otra persona que los custodiase , y ejecutase los demás trabajos que debian hacerse en ella , pues los frutos y los demás alr* i58 COLUMELA. mentos vegetales tenían necesidad de un techado , las crias y otras producciones de las ovejas y demás animales se habian de guardar debajo de llave, como también todas las demás cosas con que se alimenta y se viste el género bu- mano. Por lo cual , como lo que hemos propuesto exigiese trabajo y cuidado, y no se adquiriesen fuera de casa con poco afán las cosas que convenia guardar en ella: con ra zón, como he dicho, se ha destinado por la naturaleza el trabajo de la muger para el cuidado doméstico, y el del ma rido para los ejercicios forenses y para los exteriores. Por consiguiente ha asignado al hombre calores y frios que su frir, también caminatas y trabajos de la paz y de la guer ra, esto es, de la agricultura y del servicio militar: yJa muger, por haberla hecho inhábil para todas estas cosas, le dio el cuidado de las domésticas. Y como habia dado á este sexo en parte la custodia y la diligencia, por tanto lo ha hecho mas tímido que al viril, pues la timidez contribuye muchísimo al cuidado para la custodia. Pero comolos que procuraban fuera de casa y al raso buscar la comida les era algunas veces preciso rechazar las injurias, por esto hizo al varón mas atrevido quela muger. Y porque después de adquiridos los bienes fueron la memoria y la diligencia igualmente necesarias al hombre yla muger, no dotó en estas facultades menos al uno que al otro. Ademas como la simple naturaleza no quería que sér alguno reuniese todas las perfecciones, tuvobien que uno necesitase de otro, porqué comunmente lo queuno falta se halla en el otro. Esto es lo que expusieron, no sin utilidad, Xenofonte en el Económico, y después Cicerón que lo tradujo al latin. Pues no solo entre las griegos, sino después entre los romanos, hasta el tiempo de nuestros padres casi todo el trabajo do méstico fue peculiar de las mugeres, como si los padres de familia volviesensus casasdescansar de los negocios fo renses desechando todos los cuidados. En efecto había en ellas un respeto sumo, junto con concordia y exactitud, y la esposa animadala vigilancia por una admirable emulación ponía mucho empeño en aumentar y mejorar por su cuida do los bienes de su marido. Nada se veía separado en la ca sa , nada que dijese el maridola muger ser privativamen LIBRO DUODECIMO i59 te suyo, sino ambos conspirabanbeneficiar el caudal comuo , de suerte que la exactitud de la muger en las cosas de la casa , era igualla industria del sPRrido en los nego cios forenses. Por consiguiente el cargo del capataz y el de la casera no era de gran trabajo, como que los mismos amos visitaban diariamente y manejaban su caudal. Pero abora que la mayor parte de las mugeres están entregadas al lujo yla ociosidad, de tal manera, que ni aun se dignan de to mar el cuidado de preparar la lana y hacerla hilar y tejer, y se fastidian de las ropas de telas echadas en la casa, al pa so que arrastradas de una perversa pasión, sacan desús ma ridosfuerza de halagos otras mas exquisitas, que se com pran por una excesiva suma de dinero que se lleva casi to das sus rentas, no es maravilla que las fatigue el cuidado del campo y de los instrumentos de Ja labor, y que tengan por una cosa indecente estar unos pocos dias en la casería. Por lo cual habiendo no solo dejado de usarse , sino aniquiládose enteramente aquella costumbre antigua de las ma dres de familia sabinas y romanas, se ha introducido por necesidad que el cuidado de la casera se extiendaejercer las funciones de aquellas: porque también los capataces han entradoocupar el lugar de sus amos, que en otros tiem pos por una costumbre antigua, no solo cultivaban los cam pos, sino también habitaban en ellos. Perofin de que no parezca que he tomado intempestivamente el oficio de censor para reprender las costumbres de nuestros tiempos voy ahoratratar de las obligaciones de la casera. '

CAPITULO 1. Cualidades de la casera , y reglas que debe observar pa ra cuidar de las cosas de la casa. Así (para no separarnos del orden que empezamosseguir en el volumen anterior) la casera debe ser joven, esto es no demasiado muchacha, por los mismos motivos que he mos referido hablando de la edad del capataz : debe tener también una salud robusta, no ser fea, ni por el contrario muy bonita: pues si tiene robustez completa, resistirá las ,6o COLUMELA. 1 ' vigilias y otros trabajos: la demasiada fealdad hará que su consorte se fastidie de ella, y la mucha hermosura lo hará desidioso. Y así sq^ha de procurar no tener un capataz va gabundo y que huya de su compañera , ni por el contrario un holgazán metido en la casa y en los brazos de la muger. Pero no son estas cosas que hemos dicho las que tan solo hemos de observar en la casera. Pues se ha de examinar so bre todo si tiene mucha oposición al vino,la glotone ría,las supersticiones, al mucho dormir, ylos hombres, si la ocupa el cuidado de lo que debe traerla memoria, y de lo que debe preever para en adelante ,fin de que siga poco masmenos las reglas que hemos prescrito al capa taz : porque las mas cosas deben ser iguales en el hombre y en la muger, y uno y otro han de de evitar tanto el obrar mal, como deben esperar la recompensa de lo que han he cho bien. También pondrá el mayor cuidado en que el ca pataz tenga dentro de casa el menor trabajo que pueda ser, como que ha de salir desde por la mañana con la gente , y volver al anochecer fatigado con el trabajo que ha dado. Sin embargo instruyendola casera en sus obligaciones, no dispensamos al capataz del cuidado de las cosas de la casería sino solamente aligeramos su trabajo , dándole quien le ayu de. Por lo dema3 los cargos del interior de la casa no se han de dejar enteramente de cuenta de la muger, sino se le han de confiar de tal suerte, que de tiempo en tiempo echará el capataz una mirada. Pues este es el medio de que sea mas exacta , si tiene presente que hay allíquien ha de dar fre cuentemente cuenta. Finalmente debe ella estar muy con vencida de que debe permanecer siempre ólo menos la mayor parte del tiempo en la casería: ademas que debe ha cer salir los esclavos que tienen que hacer algo en el -cam po : retener dentro de la casería los que le pareciere preci sos para que hagan en ella alguna cosa , y procurar que no se queden los trabajos sin ejecutar, por una diaria inacción: examinar con cuidado si las cosas que se traenla casería están echadasperder, y no recibirlas sin haberlas recono cido bien, y estar cierta de que están en buen estado: se parar asimismo las que están destinadas para el gasto y guar dar las que no hacen falta, para no consumir en un mes Jo LIBRO DUODECIMO 161 que puede alcanzar para todo el aúo. También si alguno de la familia comenzareestar malo, tendrá cuidado de que se le asista lo mejor que se pueda, pues de semejante aten ción resulta la benevolencia, y no menos la sumisión. Fue. ra de que, así que se han restablecido, procuran servir con mas fidelidad que antes, si se les ha cuidado en su enfer medad. .1

CAPITULO II. ( El orden que debe tener para guardar las provisiones , las ropas y los muebles. i Después de esto deberá tener presente que las cosas que se traigan , permanezcan encerradas sin echarseperder, en sitios convenientes y saludables. Pues de nada se ha de te ner mayor cuidado que de preparar un parage en que se guarde cada cosa , para sacarla cuando sea menester. Ya se ha dicho las cualidades que estos deben tener, tanto en el primer volumen cuando tratábamos de la construcción de la casería, como en el undécimo al hablar de las obligacio nes del capataz; pero ni aun ahora nos será molesto hacer lo ver en pocas palabras. Pues el cuarto mas alto se destina rá para los utensüios mas preciosos y las ropas: el seco y enjuto pasa por conveniente para guardar los granos: el que es fresco conserva excelentemente el vino: el que tiene bas tante luz es bueno para los muebles quebradizos y para las operaciones que necesitan mucha claridad. Preparados pues los cuartos donde se han de guardar dichas cosas convendrá en general colocar cada una en su lugar, y algunas aparte, para que pueda tomar cada una cuando sea menester. Pues hay un refrán antiguo que dice no haber pobreza mas cier ta que cuando necesitas alguna cosa no poderte servir de ella por no saberse donde está tirada. Por consiguiente es mas trabajosa cu la economía doméstica la negligencia que el cuidado. Pues ¿quién dudará que no hay cosa mas hermo sa que el arreglo y el orden? lo que puede conocerse mu chas veces en los espectáculos de los juegos públicos: pues cuando un coro de cantores no está acorde eu medidas cier tas , ni sigue el tono que le dá el maestro que lo dirige , pa recelos oyentes que el canto tiene alguna cosa de diso- Tom. JI. L 16a COLUMELA. ríante y tumultuoso; pero cuando están acordes y forman, por decirlo así , una unidad de canto cuya medida y pro sodia están bien manifiestas, esta consonancia de voces no solo hace oirlos misinos cantores cierta cosa agradable y dulce, sino también encantalos espectadores ylos oyen tes con un suavísimo placer. También en el ejército ni el soldado ni el general pueden llevar cosa algunacabo sin orden y arreglo, pues los armados se confundirían con los desarmados , con el soldado de caballería el de infantería , los carros con los soldados de caballería, si todos estuvieran mezclados. Este mismo método de preparación y de orden es muy ventajoso también en los bajeles, pues cuando sobre viene una tempestad, y está el bajel equipado convenien temente , el contramaestre vá sacando los aparejos del sitio donde están colocados cada uno en su lugar sin alterarse al momento que los ha pedido el piloto. Pues si el orden y el arreglo hacen tanto efecto en los teatros, en los ejércitos, ó también en los navios : no hay duda alguna que sean igual mente necesarios en el cargo de la casera respectolas cosas que debe encerrar , pues cada cosa de por sí se reconoce con mas facilidad cuando tiene lugar señalado; y si alguna por casualidad no está en el mismo lugar vacío, advierte que se debe buscar lo que falta. Pero si es menester cuidarcom poner alguna cosa, se conoce con mas facilidad cuando se les pasa revista por su orden. De todo lo cual Marco Cicerón, siguiendo la autoridad de Xenofonte, introduce de esta ma neraIscomaco , respondiendo lo que siguelas pregun tas que le hizo Sócrates.

CAPITULO III. Preceptos que dd en órdenesto mismo Cicerón siguien do la autoridad de Xenofonte. Habiendo preparado sitios convenientes, hemos empeza dodistribuir en ellos los instrumentos y los muebles: y en primer lugar hemos puesto aparte las partes que acos tumbramos emplear en los sacrificios, en seguida los ador nos que sirvenlas mugeres en los días de fiesta , después LIBRO DUODECIMO i63 también lo que sirvelos hombres para engalanarse en los días solemnes, y no menos los calzados que convienen á uno y otro sexo: últimamente se ponían con separación en una parte las armas y las lanzas , y en otra los utensilios de que se sirven para labrar la lana. En seguida se ponían en su lugar, según costumbre, la batería de cocina, los mue bles que sirven para el baño , los del tocador , la bajilla, mantelería y demás que sirve para la comida de todos los dias y la de los de convites. De las cosas del consumo diario hemos hecho dos partes; hemos puesto aparte lo que se puede gastar en el mes, y la provisión del año es la otra que también hemos dividido en otras dos partes: mediante lo cual se padece menos engaño en razón del tiempo en que se han de acabar. Así que hemos separado todas estas cosas, hemos colocado cada una en su lugar, después hemos entre* gado las de un uso diariolos esclavos que suelen servirse de ellas, como son las que pertenecenlas labores de la lana, á cocer y aviar la comida, les hemos indicado el sitio don de las han de poner, y les hemos prevenido que cuiden de su seguridad. Pero aquellas cosas que empleamos los dias de fiesta cuando nos vienen algunos huéspedesen algunas ocasiones raras, éstas se las hemos entregado al despensero señalandotodas su sitio ; se las hemos contado todas ; des» pues de contadas, hemos formado nosotros una lista y le advertimos que cualquiera cosa que hiciera falta supiera de donde la daba, que la tuviese presente y anotase qué era lo que habla dado, cuando yquién; y cuando lo recibie se, que pusiese cada cosa en su lugar. Así nos han dado los antiguos en la persona de Iscomaco los mismos precep tos de industria y cuidado que damos ahora nosotrosla casera. Y no se ha de ceñir su vigilancia solamenteguar dar bajo de llave las cosas que se hayan traidola casa , si no de tiempo en tiempo ha de reconocerlas y procurar que los muebleslas ropas que tiene guardadas no se deterio ren con la porquería, ni las producciones de la tierra ú otros comestibles se echenperder por su negligenciapor su desidia." Pero en los dias lluviosos,cuando los frioslas heladas no dejaránlas mugeres emplearse al raso en los trabajos rústicos, estarán preparadas y cardadas las lanas pa 164 COLUMELA. ra que se dediquela labor de estas y pueda ella con mas facilidad trabajar su tarea y echárselaotras. Pues nada per judicará que su ropa , la de los aperadores y la de los otros esclavos que Rengan alguna comisión particular se haya he cho en casa , y con ésto tendrá menos gravamen el padre de familia. Pero una cosa ha de observar también siempre, y es registrar la casería desde que habrá salido ya la gente pa ra ver si se ha quedado alguno de los que debían trabajar en el campo; y si alguno (como sucede) rezagándose den tro de la casa hubiere burlado la vigilancia de su marido, le preguntará la causa de su desidia, y averiguará si algu na enfermedad le ha obligadoquedarse,si se ha escon dido por pereza. Y si entendiere que tiene enfermedad, aun que sea fingida, lo llevará sin dilaciónla enfermería: pues mas vale que si está fatigado descanse bajo de custodia uno ó dos dias que el que contraiga una verdadera , abrumado con el excesivo trabajo. En fin de ninguna manera conven drá que esté de asiento en un mismo sitio ; pues su oficio no es sedentario, sino unas veces se arrimará al telar, y si sa be tejer mejor que el que está trabajando en él , enseñarlo; si no sabe tanto, aprender del que entiende mas: otras veces visitará los que preparan la comida para la gen te : cuidará ademas de que se limpien la cocina , los ti nados, y los pesebres: también abrirá de tiempo en tiem po las enfermerías, si están desocupadas de enfermos, y las libertará de inmundicias, para que cuando el caso lo «xi|a, las encuentren loa que entren de nuevo bien arre gladas, pertrechadas y sanas. Estará presente cuando los despenseros y los reposteros pesenmidan alguna cosa , ó cuando los pastores ordeñarán las ovejaslas cabras en los establos,cuando apliquen los corderilloslas crias de los demás animalesque mamen : asistirá también al esquilo, recogerá con cuidado las lanas, y comparará el número de los vellones con el de las cabezas: estrechará ademaslos esclavos que tienen cargo de cuidar de los mueblesque Jos aseen ,que limpien los instrumentos de hierro y les quiten el moho,, y si los demás necesitan de repararse, los llevenlos respectivos artesanos, para que los compongan. -Ep fia, arregladas todas estas cosas, creo que de nada ser LIBRO DUODECIMO i65 vira esta distribución si, como ya he dicho, el capataz, y algunas veces el amo y la señora, no tienen su considera ción puesta en que se observe el orden establecido. Lo cual también se ha observado siempre en las ciudades, que tie nen buena policía,cuyos gefes y magnates no les pare ció suficiente que tuviesen buenas leye6, si no hubieran en cargado que vigilasen sobre que se cumpliesenciudada nos muy exactos nombrados al efecto,los cuales llaman los griegos noxeophilaxas. El oficio de estos era llenar de elo gios y no menos de honoreslos que obedeciesenlas le yes; perolos que no las observan darlos castigo. Lo que ahora hacen seguramente los magistrados que con jurisdic ción permanente mantienen las leyes con vigor. Pero basta ya de preceptos generales sobre esta administración.

CAPITULO IV. Que se prepare un sitio y vasijaspropósito para encur tidos y para guardar las frutas secas. Vamos ahoradar preceptos sobre las demás cosas que se habian omitido en los libros anteriores, porque se reserva ban para cuando se tratase de las obligaciones de la casera: y para guardar algún orden empezaremos por la primavera, porque en esta estación habiéndose concluido las semente ras de invierno y las tremesinas, hay ya tiempos desocupa dos para hacer las cosas que vamosenseñar. La tradición nos ha enseñado que no faltólos autores cartagineses, á los griegos, ni tampocolos romanos, el cuidado de las co sas pequeñas : pues Magon cartaginés , Hamilcarquien pa rece haber seguido Mnaseas y Paxamo, escritores no obscu ros griegos de nación, y finalmente algunos de la nuestra, después que las guerras les dejaron lugar no se han desde ñado de pagar cierta especie de tributola subsistencia de los hombres, como Marco Ambivio, Menas Licinio y Cayo Macio, que se dedicaroninstruir con sus preceptos la in dustria del panadero, del cocinero, y no menos la del repos tero. Pero todos estos autores han querido que el que tome cualquiera de estos oficios sea casto y continente, porque es Tom.II. i 3 ' j66 COLUMELA. muy importante que las cosas de beberde comer no se toquen sino por un impúbero, ólo menos por personas muy abstenidas de la Venus; de suerte que un bonibre ó una muger casados antes de llegarestas cosas, deben ba ñarse en un rio ú en otra agua corriente, por lo cual estos necesitan del ministerio de un muchachode una donce lla por cuyo medio se saquen las cosas que hagan falta de donde están encerradas. En seguida de este precepto pre vienen que se prepare un sitio y vasijas convenientes para guardar hortalizas encurtidas y frutas secas: que el sitio no esté expuesto al sol, y sea muy fresco y muy seco, para que las provisiones, si están allí mucho tiempo, no contraigan moho. Pero que las vasijas sean de barrode vidrio, sean mas bien muchas1 que grandes, y de ellas unas bien baña das de pez, y sin embargo algunas sin baño, según lo exija la calidad del aliño. Estas vasijas conviene que se hagan expresamente de forma que tengan la boca grande y de una misma anchura de altobajo, que su hechura no sea seme jantela de las tinajas, para que después de haber sacado parte de las cosas que están guardadas en ellas para el gas to, se precipite al suelo de la vasija con igualdad todo Jo que quede por medio de un peso que se le cargará3, pues el modo de conservarlas sin que se echenperder es no de jarlas nadar en el licor en que se han echado para guardar las, sino tenerlas siempre sumergidas en él. Lo que apenas podría hacerse si estuvieran en una tinaja por Ja desigual dad de su figura. Pero que para esto es muy preciso el uso del vinagre y de la salmuera muy fuerte, cuyas dos cosas se hacen de esta manera.

CAPITULO T. Modo de hacer vinagre de vino torcido. Para hacer vinagre, echa en cuarenta y ocho sextarios de vino torcido una libra de levadura, tres onzas.de higos se cos y un sextario de sal, todo molido y desleído antes en un cuartário de miel clara. Algunas personas echan en Ja mis ma porción de vino cuatro sextarios de cebada tostada, LIBRO DUODECIMO i67 cuarenta nueces encendidas , y media libra de yerbabuena verde. Otros caldean unas barras de hierro hasta hacerlas ascua y las introducen en la misma medida de vino, y ademas encienden las cascaras de cincoseis piñones, y las echan allí ardiendo: otros hacen lo mismo con piñones encendidos de pinabete. •." :" .i "

CAPITULO VI. Cómo se hace la salmuera fuerte. La salmuera fuerte la harás de esta manera: pon en la parte de la casería mas expuesta al sol una tinaja con la boca muy ancha, llena ésta tinaja de agua de lluvia, pues es la mejor para el efecto, y si no la hubiere, llénala de agua de fuente muy dulce. Mete en ella una canastilla de juncouna esporti lla de esparto que se ha de llenar de sal blanca para que la salmuera salga mas blanca. Cuando vieres que pasados al gunos dias se derrite la sal, inferirás de ello que la salmue ra no está todavia bien hecha. Y asi continuarás echando otra sal por algún tiempo, hasta que permanezca toda en tera en la esportilla y no se disminuya. Y así que adviertas que sucede esto, conocerás que la salmuera ha llegadosu punto de perfección : y si quisieres hacer otra en la misma vasija , echarás ésta en otras que estén bien dadas de pez, y la tendrás cubierta al sol , pues su actividad le quita todo el moho y le dá buen olor. Hay otra manera de saber si la sal muera está en su punto: pues en echando en ella un poco de queso fresco, si se fuerelo hondo, conocerás que no está todavía hecha 1 : si se quedare nadando encima es que está en su pnnto de perfección.

CAPITULO VII. Qué yerbas se aliñan en cada una de las estaciones del año , y de qué manera. Preparadas estas cosas convendrá coger para el gasto hacia ©1 equinoccio de primavera pella y tallo de col , alcaparra, l4 i68 COLUMELA. tallos de apio, ruda, apio caballar con su tallo antes que salga del zurrón , tallos de férulas antes que se desenvuel van, la flor muy tierna de la zanahoria silvestrecultivada con su tallo, la flor sin abrir de nueza blanca, la del espár rago, la del brusco, la de la nueza negra, Ja de la yerba puntera, la del poleo, la de la yerba gatera, la de la lapsana, la del hinojo marino y su tallo que se llama pie de milano. Todas estas yerbas se guardan muy bien con un mismo aliño, esto es, mezclando dos partes de vinagre, con una de salmuera fuerte. Pero la nueza blanca, el brusco, la nueza negra, el espárrago, la lapsana, la zanahoria, la yer bagateray elhinojomarinosecolocaná partecadaunaen su librillo. En seguida después de haber polvoreado estas yerbas con sal se ponenla sombra hasta que dén su hu medad: si echan tanta que se puedan lavar en ella, está bien; si no, se lavan con salmuera fuerte, que se les echa por encima y se comprimen cargándoles un peso: después se pone cada cosa en su vasija, y se echa sobre ella como dije arriba un caldo compuesto de dos partes de vinagre y una de salmuera fuerte y se le pone encima un haz de hinojo seco cogido el año anterior por la vendimia; de suerte que comprima las yerbas y haga subir el líquido hasta el borde de la vasija. El apio caballar, la férula y el hinojo, luego que los hayas cogido, los tenderás en la casería hasta que se marchiten : en seguida les quita rás las hojas y toda la corteza de los tallos. Estos, si fueren mas gruesos que el dedo pulgar, los cortarás con una caña y los dividirás en dos partes: y aun las mismas flores conven drá henderlas y partirlas, para que no estén muy gruesas, y echarlasdeestasuerteenlasvasijas.Enseguidase lesecha rá por encima el líquido que se ha dicho arriba, añadiendo unas pocas raicillas de la serpicio, que los griegos llaman silphion, y cubriéndolo todo con un manojo de hinojo se co, de suerte que el líquido suba por encima. Conviene se car en la casería por muchas dias hasta que se marchiten las pellas y los tronchos de col , las alcaparras , el hinojo marino , el poleo y la yerba puntera , y en seguida encur tirlas del mismo modo que la férula, la ruda, la ajedrea y el orégano. Hay algunas personas que encurten la ruda so LIBRO DUODECIMO lamente con salmuera fuerte sin vinagre , y en seguida, cuando es menester gastarla la remojan en aguaaun en vino, y le echan aceite por encima, y asi la comen. Con es te mismo condimento podría conservarse fácilmente la aje drea y el orégano verdes.

CAPITULO VIII. -, Cómo se hace la oxygala. La oxygala la harás de esta manera. Toma uDa olla nneva y barrénala por junto al fondo: en seguida tapa el agujero que hayas hecho con un taruguillo, y llena esta vasija de le che de ovejas muy fresca, y echa en ella unos manojillos de estos» aliños verdes orégano, yerbabuena, cebolletas y ci lantro. Estas yerbas las has de sumergir en la leche de suer te que sus ataduras queden fuera. Cinco días después saca el taruguillo con que habias tapado el agujero, y deja salir el suero fuera : en seguida luego que la leche empiececorrer» taparás con el mismo taruguillo el agujero, y pasados tres días deja salir el suero como se ha dicho arriba, saca los ma nojos de aliños y tíralos: después estrega sobre la leche un poco de tomillo y orégano secos , echa la porción que te parezca de puerro sectivo picado, y revuélvelo todo bien, y al cabo de dos dias deja salir otra vez el suero, tapa el agu jero, echa la sal molida que sea suficiente, revuélvelo todo, y por último después de haber puesto una cobertera sobre la olla y de haberla cogido con yeso no la abrirás antes que la necesidad lo exija. Hay algunas personas que después de haber cogido la yerba del mastuerzo sativoaun del silves tre, le secanla sombra, en seguida echan en salmuera sus hojas, tirando el tallo, las exprimen y las echan en la leche sin mas aliños, añadiendo la porción de sal que esti man suficiente, y en lo demás hacen lo que hemos prescrito arriba. Otros mezclan en una olla hojas frescas de mas tuerzo cultivado con leche dulce, ylos tres dias vacian el suero como hemos prescrito: después de lo cual echan aje drea verde picada, y también semillas secas de cilantro, de eneldo, de tomillo y de apio molidas todas juntas y mez 170 COLUMELA. í ciadas con sal bien cocida y tamizada. Y en lo demás ha cen lo mÍ9mo que hemos dicho arriba.

CAPITULO IX. "' Cómo se han de encurtir los tronchos de lechuga, la achi coria, y los cogollos de zarza, tornillo, ajedrea, oréga no y rábano rústico. . ,>.o. '. ' .1'd ' ! Conviene salar en un lebrillo los tronchos de lechuga mon* dados desde el pie hasta el sitio donde se verán salir hojas tiernas, y dejarlos en él un día y una noche hasta que arro jen la salmuera: en seguida lavarlos en ella, exprimirlos y extenderlos sobre zarzos hasta que se sequen: ponerles un lecho de eneldo seco, hinojo, con un poco de ruda y puer ros picados, y mezclado todo: después poner eslos tronchos secos de manera que haya entre ellos guisantes verdes ente ros, los cuales asimismo deberán antes estar en remojo un dia y una noche en salmuera fuerte, y luego que se hayan secado del mismo modo se echarán con los manojos de lechugas, y se les echará por encima un caldo compuesto de dos terceras partes de vinagre y una de salmuera, y por último se com primirán con un manojo de hinojo de manera que sobre nade el caldo. Para que esto se verifique, la personacu* yo cargo corra , deberá echar muymenudo caldo nuevo sobre el primero y no dejar que se sequen las yerbas encur tidas, sino ademas de lo dicho, que es muy propio para es to, enjugará por defuera las vasijas con una esponja limpia, y las refrescará con agua de fuente muy recien cogida. Del mismo modo que la lechuga, conviene aliñar la chicoria, los cogollos de zarza, como también ios de tomillo, los de ajedrea, los de orégano, y los de rábano rústico. Y se ha de advertir que ésto que hemos escrito, se compone en el tiempo de la primavera. LIBRO DUODECIMO i?t ;,..-: fu >'--"

CAPITULO X. Del aliño de las cebollas, de las peras, ciruelas y otras Jrutas. . ." i . Ahora varaosdar preceptos acerca de las cosas que se de ben recoger en el estío, para guardarlas hacia el tiempo de la cosechadespués. Escoge la cebolla de Pompeyala de Ascalon,también la sencilla del pais de los Marsos que llama la gente del campo unión: ésta es la que no tiene ta llos ni hijuelos juntosi. Esta la secarás antes al sol, en se guida después de haberla refrescadola sombra, la pondrás en una olla sobre un lecho de tomillo ú orégano, y echán dole un caldo de tres partes de vinagre y una de salmuera, le pondrás encima un manojillo de orégano de suerte que la cebolla esté bien sumergida, y así que haya embebido, se llenará la vasija del mismo líquido. En este tiempo se componen para guardarlas las frutas del cornejo, las cirue las harta -bellacos, las silvestres, y no menos las peras y las manzanas de todas especies. Las frutas del cornejo de que nos hemos de servir en lugar de aceitunas , y también las ciruelas silvestres y los harta-bellacos, se han de coger cuan do están todavía duras y no han madurado, pero sin embar go no demasiado verdes: en seguida han de estar secándo se un diala sombra: y después se mezclarán partes igua les de vinagre y arropemosto cocido, y se les echará es ta mezcla por encima. Pero será conveniente añadir un poco de sal para que no crien gusanos ú otros vichos; se guardan mas cómodamente, mezclando dos partes de ar rope con una de vinagre. Las peras de Dolabela , las de Palombara, las Reales, las de Venus que son muy coloradas las Grandes, las de Nevio, las Zatericianas , las Decumanas, las de olor de laurel, Jas Mosquéatelas, así que las hayas cogido sin madurar, pero no muy verdes, míralas con atención si están sanas, sin defecto y sin gusanos: en seguida acomódalas en una olla de barro dada de pez, que llenarás de vino de pasasde mosto cocido hasta quedar en la mitad, de suerte que toda la fruta esté sumergida, y des 17a O COLUMELA. M pues ponle una cobertera que cogerás con yeao. Lo que he creído advertir como una ináxima general es que no hay- especie alguna de fruta que no se pueda conservar en miel. Por lo cual , como las frutas confitadas en miel son algunas veces saludableslos enfermos, yo pienso que se conser ven en miel aunque sean unas pocas, pero cada especie aparte : pues si las revuelves unas con otras se echaránper der mutuamente. Y por cuanto esto nos ha dado la oportu« nidad de hacer mención de la miel , debemos recordar que en este mismo tiempo se han de castrar las colmenas , se ha de sacar la miel y derretir la cera : de cuya materia hemos hablado ya en el libro nono; ni ahora exigimos de la case ra otro cuidado , sino que asistaestas operaciones y custo die el fruto.

CAPITULO XI. Del modo de sacar la meloja. Por lo que hacelo demás , como en esta estación se de be guardar para bastante tiempo la meloja, y también el agua de aloja , convendrá tener presente que así que se ha ya extraído de los panales la miel de segunda clase , se des menucen estos inmediatamente y se echen en agua de fuen tede lluvia : que en seguida se cuele el agua después de haberla exprimido, que se eche en un perol de plomo, se cueza , y se le quite toda la porquería espumeándola. Así que se haya cocido y haya tomado la consistencia del arrope se dejará que se enfrie y se echará en frascos bien baña dos de pez. De esta meloja se sirven algunas personas en lu gar de agua de aloja: otras también la emplean en lugar de arrope para aliñar las aceitunas: para estola verdad la creo mas propia, pues tiene un gusto ordinario, y no pue de servir de remediolos enfermos en lugar del agua de aloja, porque si se bebe, ocasiona ventosidades en el estó mago y en los intestinos. LIBRO DUODECIMO i73 v ,.

CAPITULO XII. Cómo se hace el agua de aloja. Por lo cual puesta aparte la meloja y dejándola para contervar las frutas, se ha de hacer agua de aloja con miel muy buena. Y esta no se hace de un modo solo. Pues algunas personas encierran muchos años antes. agua de lluvia, y la tienen al raso en un sitio donde dé el sol , en unas vasijas: en seguida después de haberla trasegadootras y haberla aclarado ( pues todas las veces que se trasiega , aunque dure mucho tiempo, se encuentran en el fondo de la vasija unos asientos lo mismo que heces) mezclan un sextario de esta agua con una libra miel. Sin embargo algunos que quieren darle un gusto mas áspero , deslien en un sextario de agua nueve onzas de miel, llenan con esta porción un frasco, lo tapan con yeso, y lo dejan hacia el nacimiento de la canícu la que esté cuarenta dias al sol ; y por último lo ponen en un sobrado donde llegue el humo. Otros que no han tenido el cuidado de añejar el agua de lluvia, la toman reciente y la cuecen hasta que quede en la cuarta parte: en seguida así que se ha enfriado, si quieren hacer mas dulce el agua de aloja, mezclan un sextario de miel con dos de agua: y si mas áspera, le echanun sextario de agua nueve onzas de miel, y después de haberla hecho, guardando estas propor ciones, la echan en un irasco, y habiéndola asoleado por cuarenta dias, como he dicho arriba, la ponen en seguida en un sobrado en que entre el humo. .. .-.

CAPITULO XIII. Tiempo en que se ha de hacer el queso para el gasto de la casería , y modo de encurtir la verdolaga y el hino jomarine*. •,, , . t ' ' El tiempo mas propio de hacer queso para el consumo de la casería es aquel en que el queso dá menos suero : ylo último cuando ya hay poca leche , no es tan conveniente j74 COLUMELA. perder jornales en llevar estos esquilmosla plaza, yla verdad muchas veces se echanperder los que se llevan en tiempo de calor por ponerse acedos. Y asi vale mas hacer los en este mismo tiempo para el gasto propio. Y el hacer el queso con la mayor perfección es obligación del pastor de ovejas ,quien hemos dado preceptos al intento en eJ li bro séptimo, los cuales debe seguir. Hay también ciertas yerbas que puedes encurtir al aproximarse la vendimia, co mo la verdolaga y la hortaliza tardía, que algunos llaman hinojo marino cultivado. Estas yerbas se limpian con cui dado , y se extiendenla sombra : en seguidalos cuatro dias se acomodan cada una con separación sobre un lecho de sal que se pone en los fondos de las ollas, y echándoles vinagre se les pone por encima una capa de sal: pueses tas yerbas no les conviene la salmuera.

CAPITULO XIV. Modo de secar las manzanas y las peras. En este mismo tiempotambién k principios del mes de agosto se escogen las manzanas y las peras de gusto mas dulce, y después de haberlas partido en dostres pedazos con una cañacon un cuchillo de hueso, se ponen al sol hasta que se sequen. Si hay muchas no hacen la menor par te del alimento de la gente del campo en el invierno, pues les .tiene lugar de comida sólida: lo mismo sucede con les higos , que si se han guardado secos , ayudanmantener los durante la misma estación.

CAPITULO XY. Modo de pasar los higos. Estos no se deben escoger ni muy maduros ni sin madurar, y se han de extender en un sitio donde dé todo el dia el sol. Se clavan unas estacascuatro pies de distancia unas de otras , y se unen en forma de yugo por medio de pértigas : en seguida se ponen sobre los yugos unos LIBRO DUODECIMO i75 cañizos hechos para este efecto , de suerte que estén dos pies levantados,fin de que los higos no puedan atraer la humedad que despide la tierra comunmente1 por las no ches: entonces se echan los higos sobre este cañizo y se ex tienden sobre la tierra por ambos lados unos zarzos entrete jidos de paja larga, de carrizosde helécho, para que se levanten al ponerse el sol , y echados el uno sobre el otro en forma de bóveda como las chozas, defiendan los higos mientras se van secando del rocío, y algunas veces de las lluvias, pues ambas cosas echanperder dicha fruta. En seguida luego que se hayan secado, convendrá meterlos al mediodía cuando estén calientes en orzas bien bañadas de pez y apretarlos con cuidado, teniendo sin embargo la pre caución de extender por debajo de ellos un lecho de hinojo seco, y de cubrirlos con una capa de lo mismo luego que estén llenas las vasijas, las cuales conviene cubrirlas con tapade ras y coger éstas con yeso, poniéndolas en un granero muy «eco para que se conserven los higos mejor y por mas tiem po. Algunas personas después de haber cogido los higos, Ies quitan los cabillos y los extienden al sol : en seguida así que se han secado un poco, y antes que se pongan duros, los echan en unos lebrillos de barrode piedra : después los pisotean con los pies lavados como se pisa la harina para amasarla, y les mezclan ajonjolí tostado con anís de Egipto, semilla de hinojo y cominos. Luego que han pisado bien esto, y han amasado bien toda la pasta de higos deshechos, hacen unas tortas medianas que envuelven en hojas de hi guera , las lian con juncoscon otra cualquiera yerba , las ponen sobre zarzos y las dejan secarse. En fin , luego que se han secado bien , las encierran en vasijas bañadas de pez; otros encierran esta misma pasta de higos en unas orzas sin pez, y después de tapadas las calientan en una hornillaen el horno para que se enjugue mas prontamente toda la hume dad , y asi que están secas las ponen en un sobrado ; y cuando es menester gastar la pasta quiebran la orza , pues no pueden sacarla de otra suerte cuando está endurecida. Otros escogen los higos mas gruesos cuando están todavía verdes y los ex tienden al sol ; después de haberlos abierto con una caña ó con los dedos, allí los dejan hasta que se sequen: luego que 176 ' COLUMELA. están bien secos los recogen durante el calor del mediodía, cuando se han ablandado con el ardor del sol , y después de haberlos colocado con orden , los prensan , como usan los africanos y los españoles, haciéndoles tomar la figura de una estrella, de una florecitala forma de un pan: des pués los secan otra vez al sol , y en seguida los guardan en vasijas. . ,'" .

CAPITULO XVI. " /. .. \ Modo de pasar las uvas y de secar las servas. Fü\ mismo cuidado exije la uva. La cual conviene cogerla blanca, muy dulce, que tenga los granos muy gruesos y no apretados, en la menguante de la luna y en un tiempo se» co y sereno después de la hora quinta del dia: se exten derá un rato en unas tablas, no sea que se rebien ten unas, con otras comprimidas con su propio peso : en segui da conviene calentar en una calderaen una olla de bar ro grande y nueva, legía que se habrá preparado de ceniza de sarmientos :la cual cuando esté hirviendo se le echa rá un poco de aceite superior, y se mezclará todo muy bien: después de esto se introducirán en la caldera que está hir viendo' dostres racimos, según sea su tamaño , atados entre sí, y se dejarán un rato hasta que muden de color, mas no tan to que se cuezan, pues se necesita cierta moderación y rier» tos limites. Así que los hayas sacado, los pondrás sobre un zarzo , retirándolos unos de otros lo bastante para que no se toquen : tres horas después los volverás uno después de otro, sin ponerlos otra vez en el mismo sitio que ocupa ban, para que no se pudran, si se dejan en la legía, que habrán escurrido: por las noches convendrá cubrirlas como á Jos higos, para libertarlas de la rociada y de la lluvia. En seguida, luego que se hayan secado medianamente, las pon drás en un sitio seco, metidas en vasijas nuevas sin pez con tapaderas cogidas con yeso. Algunas personas envuelven la uva pasada en hojas de higuera y la secan: otros cubren las uvasmedio pasar con hojas de vid, otros con hojas de plá tano , y de esta suerte las guardan en cántaros. Hay alguuoí LIBRO DUODECIMO 177 que queman paja de habas , de su ceniza hacen legía , y en seguida echan en seis sextarios de esta tres cyathos de ni y uno de aceite : después calientan esta mezcla ar rimándole lumbre , y k» demás lo hacen del mismo mo do que hemos dicho. Pero si se viere que hay poco acei te en la caldera , se le añadirá lo que fuere suficiente pa ra que la pasa se ponga mas gruesa y reluciente. En el mismo tiempo echarás las servas , cogidasmano con cu riosidad , en unas orcitas bañadas de pez con sus tapade ras, que también lo estén; las cogerás con yeso, en se guida las colocarás en unos hoyos de dos pies , que abri rás dentro de la casería , de suerte que las bocas estén ácia abajo; y por último les echarás tierra enci mi, y las apre taras ligeramente con los pies. Pero es mejor colocar en muchos hoyos estas vasijas en menor número , y distan tes entre sí, pues si al sacarlas, al tiempo de quitar una conmueves las otras , se echan prontamenteperder las servas. Algunas personas conservan también cómodamen te e*ta misma fruta en arrope , añadiéndole un manojo de hinojo seco, con el cual sumen las servas de tal mane ra en las vasijas, que siempre las esté cubriendo el líqui do , lo que no quita que cojan exactamente con yeso las tapaderas bañadas con pez, para que no pueda entrar elaire. 1 ¡

CAPITULO XVII. Modo de hacer vinagre de higos. Hay algunos países donde escasea el vino, y por consi " guiente no se puede hacer vinagre. Por lo cual se han de coger en este mismo tiempo higos blancos muy ma duros, aunque hayan venido las lluvias, y por causa de ellas se hayan caído, y así qne se hayan cogido se echan en tinajasen ámphoras , donde se dejan frrmentar: así que se han agriado, y soltado su jugo, se colará con cui dado todo el vinagre que haya, y se echará en vasijas huelan bienla pez de que estarán bañadas, tiene lugar de un vinagre muy fuerte de primera/ y nunca contrae husmo ni moho , como no se Wf^V^SjLlQJEQ^ to en un sitio húmedo. Hay algunas personas que aspi randotener vinagre en mucha cantidad , echan agua so bre los higos, y de tiempo en tiempo les añaden otros frescos muy maduros, dejando que se consuman en aquel licor, hasta que adquiera el gusto de un vinagre bastante fuerte; en seguida lo cuelan en cestillas de juncoen sacos de esparto, y hacen hervir este vinagre después de ha berlo colado i hasta quitarle la espuma y toda la porque ría t después le añaden un poco de sal tostada , lo cual lo liberta de criar gusanos ú otros bichos.

CAPITULO XVIII.

CAPITULOPe lo que se ha de prevenir para la vendimia , y co-. mo se ha de preparar el lagar y las vasijas para el vino.

CAPITULOAunque en el libro anterior , que tiene por título el ca pataz, hemos dicho ya las cosas que se lian de preparar para ia vendimia, no deja sin embargo de ser del caso instruir tambiénla casera de las mismas cosas , para que tenga entendido que to«lo lo que se hace en la ca sa relativola vendimia estásu cargo. Si la hacienda es de mucha extensión , y hay viñedos plantíos de árboles maridados vides considerables, se han de hacer cestos cubetos de diez módios de cabida , otros de tres; se han de hacer canastillas, y se las ha de dar un baño de pez: también conviene prevenir un gran número de hocinillos y de garabatos de hierro, y amolarlos, pa ra que el vendimiador no arranque los racimos con la roano, y no caiga al suelo el fruto rodándose por él las uvas, también se han de poner cordelillos las canastillas, y correas los cestos de tres módios. En seguida se fregarán los pozuelos, las prensas y los lagares, como también todas las vasijas con agua del mar, si éste está cérca, si no con agua dulce, se enjugarán, y se secarán pa ra que no tengan humedad. La bodega del vino también se ha de libertar de toda inmundicia, y se ha de sahumar con buenos olores, para que no los tenga malos, ni huela ácido.
También 8c han de ofrecer muy piadosa y castamente sacrificios en honor de Baco, de Proserpina, y de los instrumentos de la prensa. No se separará la case ra en el tiempo de la vendimia de la prensa ni de la bodega del vino , tanto para que los que sacan el mosto hagan todas las cosas con aseo y curiosidad , como pa ra que no se dé ocasión al ladrón de robar parte de los frutos. También se ha de dar de pez a las tinajas ,las tinajillas y las demás vasijas, cuarenta dias antes de la vendimia; y de una manera las que están empotradas l, y de otra las que están fuera de tierra. Pues las que están empotradas se calientan con candiles de hierro en cendidos y llenos de pez, y así que ésta ha goteado al fondo se sacan los candiles, y se quitan con una pala de madera, y con una raedera de hierro encorvada , las gotas que han caído, y lo que se ha pegadolos lados: &n seguida se limpia con un estropajo, y echando pez hirviendo se baña con otra pala nueva 8 y una escobilla. Pero las que están sobre la tierra se sacan al sol muchos dias antes de darles de pez: en seguida, así que están su ficientemente asoleadas, se vuelven boca abajo, de suerte que estén suspendidas por medio de tres piedras peque» ñas, sobre las cuales se ponen; después de esto se les in troduce fuego por debajo que esté encendido, hasta que llegue al fondo de la vasija un calor tan fuerte , que puesta en él la mano no lo pueda aguantar: en fin se vuelca la tinaja en tierra, y estando de lado se le echa pez que esté muy hirviendo, y se la hace rodar, hasta que todas sus partes queden bañadas. Pero estas cosas deben hacerse en un dia que no corran vientos, no sea que apli cando el fuego cuando soplen estos se quiebren las vasija?. Mas para las tinajas de cúleo y medio son suficien tes veinte y cinco libras de pez dura Y no hay duda que si al total de la pez que se ha de derretir se le añade una quinta parte de pez del p: is de los Brucios, será muy útil para toda la vendimia.

CAPITULO XIX.

Cosas que se han de mezclar al vino para que tomefuerza; y del arrope. Se ha de poner también cuidado en que el mosto que se ha sacado sea de larga duración , ólo menos se conserve has ta el tiempo de la venta. Lo cual de qué modo deba hacer se, y con qué ingredientes ayudarse, vamosexponer á continuación. Algunas personas cuecen el mosto que han echado en vasijas de plomo, hasta que disminuya la cuarta parte; otros hasta que disminuyala tercera; y no hay duda que si alguno lo cociere hasta que quede en la mitad hará una sapa mejor, y por lo mismo mas útil para los usos á que se destina , de tal suerte que aun puede servir en lugar de arrope al mosto de las viñas viejas. Cualquiera clase de vino que puede durar mucho tiempo sin arroparlo lo tene mos por de primera calidad, y creemos que no se le ha de mezclar cosa alguna con que se altere su sabor natural; porque lo que puede agradar por su misma naturaleza es lo mejor de todo. Pero cuando el mosto no fuere de bue na calidad por defecto del pais,por ser de viñas nue vas , se ha de escoger un pedazo de viña Aminea , si lo hu biere, y si no, una que dé vino muy bueno, que sea muy vieja, y de ninguna manera húmeda. En seguida observa remos el tiempo de la menguante cuando la luna esté deba jo de, la tierra , y en un dia sereno y seco cogeremos los racimos mas maduros que haya en la viña, y después de haberlos pisado, sacaremos del pozuelo inmediatamente el mosto que haya caido en él antes que se haya prensado la uva, lo llevaremoslas calderas del arrope, y encendere mos la hornilla al principio con un fuego ligero y leña muy menuda que llama la gente del campo cremia\ para que hierva el mosto despacio. Y el que tenga el cargo de cocer éste tendrá prevenidos coladeros de juncode esparto crudo, esto es que no esté majado: y también unos palos con manojos de hinojo atadosla punta , con los que pue da llegar al fondo de las vasijas, para remover todas las LIBRO DUODECIMO 181 heces que se hubieren sentado, y hacerlas subirlo alto, y después quitar con los coladeros toda la porquería que hubiere rebosado , y no dejará de hacer esto hasta que pa rezca que el mosto está clarificado y enteramente sin heces. Echará asimismo membrillos que sacará en estando bien cocidos,cualesquiera olores convenientes, que escogerá á su gusto, y sin embargo removerá de cuando en cuando el mosto con el hinojo, no sea que se haya pegado al fon do de la caldera de plomo alguna cosa que la pueda ho radar. En seguida , cuando la caldera pueda ya resistir un fuego mas fuerte, esto es, cuando el mosto se habrá ya co cido en parte, e hirviere interiormente, entonces se echa rán por debajo troncos y leña mas gruesa ; pero de suerte que no toquen al fondo de la caldera, lo cual si no se evita re se horadará la misma caldera 5 ,si esto no sucediere, se quemará seguramente el mosto, y contraerá un amargor, que lo hará inútil para arropar el vino. Pero convendrá , an tea de echar el mosto en las calderas untarlas por dentro con aceite bueno y frotarlas bien con él. Esto impide que el ar rope se queme.

CAPITULO XX. Especias que se han de echar al mosto con que se ha de ¿ hacer el arrope, y d éste después de haberlo hecho. Y aun, lo que es mas, el arrope hecho con cuidado suele agriarse como el vino: lo cual siendo así, acordémonos de arropar éste con arrope de un año, cuya bondad esté ya experimentada. Pues un mal arrope no puede menos de echarperder el fruto que se ha recogido. Y las calderas en que se cuece el arropela sapa mas bien deben ser de plomo que de cobre; pues las de éste metal dan cardenillo durante la cochura y echanperder el gusto del arrope. Pero los perfumes que son por lo común mas convenientes para el vino, y se han de cocer con el arrope, son el lirio, la alholva y el junco oloroso; de cada una de estas cosas se lia de echar una libra en la caldera que le quepan noventa amphoras de mosto cuando haya acabado de hervir y esté Tom.II. U3 i8» COLUMELA. purificado. En seguida si el mosto fuere ligero por su natu raleza, luego que esté cocido hasta quedar en la tercera par te, se ha de quitar el fuego y se ha de refrescar la hornilla echándole agua por encima: lo cual si lo hiciéremos queda rá el arrope por bajo de la tercera parte de la caldera. Pero aun cuando esto tenga algún detrimento, sin embargo es útil , porque cuanto mas cocido está (con tal que no se haya quemado) mejor y mas espeso se pone. Mas del arrope cocido de esta suerte es suficiente echar un sextario ácada ámphora. Por lo demás así que hayas cocido en la caldera del ar rope noventa ámphoras de mosto, de suerte que ya quede poco para acabarse de cocer, echarás las drogas que sean lí quidasresinosas, esto es, diez sextarios de pez líquida1 Ñemetúrica , después de haberla lavado muy prolijamente con agua del mar cocida: y también libra y media de tre mentina. En habiendo echado estas drogas removerás el ar rope para que no se quemen. Así que haya quedado en Ja tercera parte, quitarás el fuego, y removerás de cuando en cuando la caldera para que se incorporen las drogas con el arrope; después, así que se vea que está éste algo tibio, le polvorearás pocopoco las demás especias molidas y tami zadas, y mandarás que se menée lo qne hubieres cocido con una pala de madera hasta que se enfrie. Y si no hubieras revuélto las especias de la manera que hemos prescrito, se hubieran sentado en el fondo y se hubieran quemado. Y á la referida cantidad de mosto se deben echar las especias si guientes: hoja de nardo, lirio de Florencia, valeriana cél tica, costo, palma, juncia y junco, de cada cosa media li bra: ademas cinco onzas de mirra, una libra de cálamo aro mático, media de canela, tres onzas de amomo, cinco de aza frán, y una libra de meliloto. Estas especias, como he dicho, deben echarse secas, molidas y tamizadas, y mezclarles ra éis, que es una especie de pez cruda, que cuanto mas anti gua es por tanto mejor pasa , pues habiéndose endurecido mucho con el largo tiempo que ha pasado por ella, se re ducepolvo cuando se muele y se revuelve bien con es tos ingredientes. Es suficiente mezclarla cantidad que hemos dicho de estos seis libras. No se sabepunto fijo qué cantidad de esta composición se ha de echar en cuaren LIBRO DUODECIMO i83 ra y ocho sextarios de mosto, porque esto se debe graduar segtin la calidad del vino para ver lo que es suficiente, y se ha de evitar que se conozca que el gusto del viuo proviene del aliño, pues esto aleja al comprador. Yo sin embargo he seguido la práctica de echardos ámphoras de mosto, si la vendimia ha sido húmeda, cuatro onzas, y tres si ha sido seca. Bien sé que alguuos labradores han echado tres onzas á cada ámphora , pero también sé que lo lian hecho obliga dos por la demasiada debilidad de su vino, que apenas permanecía treinta dias sin torcerse. Sin embargo este mos to, si hay proporción de leña, es mejor hacerlo hervir, y lim« piarlo de todas las heces espumeándolo , hecho lo cual mer mará la décima parte, pero lo restante se conservará mu cho tiempo. Pero si hay escasez de leña convendrá echar en cada ámphora una onza de la tierra que se llama ñor de marmolde yeso,dos sextarios de arrope que ha ya quedado en la tercera parte del mosto que se ha co cido para hacerlo. Esto, aunque no hace al vino durable enteramente ,lo menos le hace por lo común conser var su gusto hasta otra vendimia.

CAPITULO XXI. Cuánto arrope se ha de echar , y de otros aliños para el vino. Se cuece hasta quedar en la tercera parte un mosto que tenga un gusto el mas dulce y cocido, como hemos di* cho arriba, y se llama defruto1. Así que se ha enfriado, se pasaunas tinajas, y se guarda para servirse de él al cabo de un año. No obstante , puede echarse también al vinolos nueve dias de haberse enfriado; pero es me jor dejarlo reposar un año. A dos urnas de mosto se echa un sextario de este defruto , si el mosto es de viñas que están en cuestas; pero si es de las que están en llanos se le echan tres heroínas. Y dejamos que, así que se ha tacado el mosto del pozuelo, hierva por dos dias y se purifique , y al tercero le echamos el de/ruto. En segui da, pasados otros dos dias, luego que este mosto habrá M4 184 COLUMELA. dejado de hervir con el arrope, se desnata, y se echa á cada dos urnas una cucharada colmada de sal tostada y molida. Y se hechaeste efecto sal muy blanca en una olla de barro sin pez: cuya olla así que se le echa la sal se embarra toda cuidadosamente con mezcla amasada con pa ja , y después se arrima al fuego donde se le deja mien tras está decrepitando; así que empiezadejar de hacerlo , se cree que se ha acabado de cocer. Ademas de es to se echan albolvasremojar en vino añejo por tres dias : en seguida se sacan y se enjugan en el horno ú al sol ; así que están enjutas se muelen , y se echa un coclear lleno de esta semilla molida,un vasito de igual cabi da también lleno, que hace la cuarta parte de un cyatho , en cada dos urnas de mosto después de salado : des pués, cuando el mosto ha dejado entéramente de hervir y está tranquilo, le mezclamos tanta porción de flor de yeso cuanto le habíamos echado de sal , y en seguida desnatamos la tinaja, cubrimos el vino después de haberlo aderezado, y tapamos la tinaja. De este aderezo ha acos tumbrado usar mi tío Columela, ilustre labrador, en aque llas heredades en que tenia viñas pantanosas; pero el mis mo, cuando aderezaba los vinos de cuestas, les echaba en lugar de sal agua sal cocida hasta quedar en la tercera parte. Ella sin duda hace cundir al vino, y le da mejor olor ; pero tiene el peligro de que se echeperder , si está mal cocida el agua. Esta se coge, como ya había yo dicho, lo mas lejos que se pueda de la orilla, porque mientras mas de alta mar se toma , es mas clara y mas pura. Si alguno la guardare (como hacía Columela), y al cabo de tres años la pasaotras vasijas , después de ha berla aclarado, y al cabo de otros tres la cuece hasta que quede en la tercera parte , será mucho mejor para com poner el vino, y no habrá riesgo alguno de que lo eche á perder. Y es suficiente echarcada dos urnas de mos to un sextario de agua sal, aunque muchas personas echan también dos, y otras hasta tres; v yo no reusaré hacer esto, si el vino tiene tanta fuerza que no se conozca el gusto al agua sal. Y así el diligente padre de familia, cuan do adquiera una posesión, inmediatamente después de la LIBRO: DUODECIMO i85 primera vendimia, ensayará trescuatro métodos de ade rezar el vino en otras tantas ámphoras de mosto para cer tificarse de cuanta agua sal es la mas que puede aguan* tar el vino que haya hecho, sin ofender el gusto.

CAPITULO XXII. Preparación de la pez Nemetúrica , y de la de los Brucios para eeharla al vino. Echa una metreta de pez líquida Nemetúrica en un le brillo ú en un tinajón, y echa en el mismo dos cóngios de legía de ceniza ; en seguida revuélvelo todo con una espátula de madera. Así que se habrá reposado cuela la legía; después echa otra tanta , revuélvelo todo del mismo modo, y cuélala: haz lo mismo también tercera vez. La ceniza quita el olorla pez, y la limpia de sus inmun dicias. En seguida toma cinco libras de pez del pais de los Brucios, y si no de otra que sea muy limpia. Esta la desmenuzarás bien, y la mezclaras con la Nemetúrica: des pués echarás dos congios de agua del mar muy añeja si la tuvieres, y si no de la misma reciente y cocida hasta que haya quedado en la tercera parte. Deja el lebrillo des cubierto al sol durante el nacimiento de la canícula, y me nea muchas veces lo que hay en él con una espátula de madera , hasta que las cosas que hubieres echado se fun dan en la pez líquida, y todo se incorpore. Pero por la noche convendrá tapar el lebrillo, para que no caiga den tro de él la rociada. En seguida, luego que parezca que el agua del mar que has echado se ha evaporado con el sol, harás que se lleve debajo de techado la vasija sin quitar le cosa alguna. Hay algunas personas que han solido echar á razón de tres onzas de esta composición en cuarenta y ocho sextarios de vino, y estar contentos con esto: otros echan tres cyathos en la cantidad de sextarios que hemos dicho. " " COLUMELA..!..!

CAPITULO XXIII.

De la pez que echan los Alobroges al vino.

Se llama pez con corteza 1 la que usan los Alobroges para los aderezos del vino. Se hace de suerte que sea dura, y cuanto mas se ha añejado tanto mejor es para emplearla en esto, pues como ha perdido toda su viscosidad, se reduce mas fácilmentepolvo y se tamiza. Por consiguiente conviene molerla y pasarla por tamiz: en seguida, luego que el mosto haya hervido dos ve ces, lo que sucede comunmentelos cuatro dias de haberlo sacado del pozuelo, se limpia prolijamente con las manos; y entonces por último se echan dos onzas y media de dicha pez en cuarenta y ocho sextarios de mosto, se mezcla muy bien con una pala de madera, y después no se llega él mientras esté hirvien do, 15 que sin embargo no se le ha de dejar continuar mas de catorce dias contados desde el en que se aderezó: pues será conveniente, pasados estos, desnatar el vino inmediatamente, y si se han pegado algunas heces los bordes o las paredes de las vasijas, raer las y frotarlas suavemente, y puestas las tapaderas lo- darlas al instante. Pero si quisieres aderezar con esta pez toda la vendimia de manera que no pueda cono cerse en el gusto del vino este aderezo, será suficien te echar seis escrúpulos de pez en cuarenta y ocho sex tarios de este mosto cuando haya dejado de hervir, y v dejado las heces. Pero será conveniente echar en la mis ma cantidad de mosto media onza de sal cocida y mo lida. Y no solo se ha de echar sal al vino compues to con pez, sino que se ha de salar toda especie de vino en todos los países con esta misma cantidad de sal, si puede hacerse, pues esto no deja que el vine conserve husmo alguno. LIBRO DUODECIMO 187

CAPITULO XXIV. De la pez Nemetúrica, modo de echarla al vino, y en qué cantidad. La pez Nemetúriea se hace en la Ligaría. A fin de que se ponga propia para aderezar el vino, se tomará agua de alta mar muy lejos de la orilla y se cocerá hasta que quede en la mitad: así que se haya enfria do en términos de que metiendo la mano en ella no se queme, mezclaremos alguna porción de ella que pa rezca suficiente con dicha pez, y la menearemos exac tamente con una espátula de madera,con la mano, para que si tiene alguna porquería, se le quite. En se guida se dejará que se siente la pez, y así que esto se haya verificado, se vaciará el agua, y con la que que dare cocida se lavará dostres veces, y se amasará hasta que se ponga brillante: después que se haya pu rificado la dejaremos que esté al sol catorce dias para que la humedad que ha quedado del agua se seque. Pero por las noches se cubrirá la vasija para que 00 le caiga la rociada. Así que hayamos preparado Ja pez de esta manera y quisiéremos aderezar los vinos, después que hayan hervido dos veces, 6e echarán dos cyathos de dicha pez en cuarenta y ocho sextarios de mosto del modo sigúeme. Del mosto que vamosade rezar se tomarán dos sextarios, en seguida «e derra marán estos dos sextarios sobre dos onzas de pez, y se amasarán con la mano como el mulso, para que sé mezclen mas fácilmente. Pero cuando estos dos sexta1rios se habrán mezclado enteramente con la pez, y no harán con ella mas que una sola substancia, por decirlo así, entonces se volveránechar en la mis- roa vasija de donde los habíamos tomado, y se me neará el mosto con una pala de madera, para que se mezcle bien con esta composición. 188 COLUMELA. . : T I , .

CAPITULO XXV. Del agua salada, y de la salmuera para aderezar los vinos. .'. . Como algunos y aun por mejor decir todos los grie gos, aderezan el mosto con. agua salcon salmuera, he creído que no debía omitir tampoco esta especie de hacienda. En los países tierra adentro, donde no es fácil .traer el agua del mar, se ha de hacer la sal muera para los aderezos del vino de esta manera. El agua maspropósito para esto es la de lluvia; en su defecto la que saquemos de un manantial muy puro. Una ú otra de estas aguas procurarás pouerla al sol en vasijas muy buenas y en mucha cantidad cinco años antes: en seguida cuando se haya corrompido, se de jará el tiempo preciso para que vuelvasu primer esjtado. Así que haya vuelto tendrás otras vasijas, y la pasarásellas pocopoco, hasta llegarlas heces, pues siempre se encuentra un sedimento espeso en el Agua que ha estado en reposo. Después de estos cui dados se ha de cocer hasta que quede en la tercera parte como el arrope: en seguida se echarán en cin cuenta sextarios de agua dulce uno de sal, y otro de miel superior. Convendrá cocer esta mezcla junta y Jim piarla de toda su porquería, y después en habién dose enfriado echar otra tanta porción de mosto en el ámphora como agua hay. Pero si se tiene la ha cienda cerca del mar, se ha de tomar el agua de al ta mar cuando no haya vientos y él esté en mucha calma, y se ha de cocer hasta que quede en la ter cera parte, echándole si pareciere algunas especias de Jas que he referido arriba para que den mejor olor ¡A " vino. Pero antes de sacar el mosto del pozuelo perfumarás las vasijas con romero,con laurel ,con arrayan, y las llenarás bastante, para que el vino se limpie bien hirviendo; después las frotarás suavemen te con piñones. El vino que quisieres que esté mas LIBRO DUODECIMO 189 dulce lo aderezarás al día siguiente de haberlo sacado del pozuelo, ylos cinco el que quisieres que esté nías áspero; en seguida rellenarás y taparás las vasijas. Algunas personas también, así que han perfumado las tinajas, les echan antes el aderezo y después el vino-

CAPITULO XXVI. Remedios para el vino que se pone agrio. Cuando en una heredad suele agriarse el vino, se ha de procurar que así que hayas cogido y pisado la uva, y antes que el orujo se exprima en la prensa, se der rame el mosto en un cesto y se le añada una décima parte de agua del pozo dulce de la misma y se cueza hasta que se haya disminuido una cantidad igual al agua que hubieres añadido. En seguida, luego que se haya enfriado, lo echarás en las vasijas, las taparás, y las lodarás: de esta suerte durará mas tiempo, y no tendrá merma alguna. Mejor es, si le echares agua añeja guardada por muchos años, y mucho mejor si no le echas agua ninguna; lo cueces hasta que dismi nuya la décima parte, lo trasiegas en estando frió, y si mezclas yeso con élrazón de una hemina en siete sextarios, así que se haya enfriado después de cocido. El mosto restante que se exprima del orujo lo gastarás inmediatamente,lo venderás^ . '.. '<

CAPITULO XXVIL Modo de hacer el vino dulce. El vino dulce conviene hacerlo de esta manera. Co gerás las uvas, las extenderás al sol por tres dias, el cuarto las pisarás al medio dia, cuando estén calientes, sacarás el mosto lixivo, esto es, el que haya caido en el pozuelo antes de haber estrujado la uva : así que haya dejado de hervir, echarás una onza de lirio bien molido, y no mas, en cincuenta sextarios, y después i9o LIBRO DUODECIMO de purificado de las heces, échalo en las vasijas. Este vino es suave , durable y saludable para el cuerpo.

CAPITULO XXVIII. Aderezos para que el vino dure. De esta suerte harás otras composiciones muypro pósito para aderezar el vino y hacerlo durable. Muele lirio muy blanco, echaremojar alholvas en vino añe jo; ponías después al sol,mételas en el horno para que se sequen, en seguida muélelas muy finas: tam bién les mezclarás muy bien especias molidas, esto es nueve onzas poco masmenosi de lirio pasado por tamiz, igual peso de alholvas, y cinco onzas de junco oloroso: después echarás en cada tinajiüa de siete ámphoras de cabida una onza y ocho escrúpulos de esta composición , y tres heminas de yeso ,; si el mosto es de tierras pantanosas, un sextario si es dé majuelos, y si es de viñas viejas y tierras secas una hemina. A los tres dias de haber, pisado las uvas echarás el aderezo, pero antes sacarás de la tinajilla un poco de mosto y lo pasarásotra, no sea que hierva con la composi ción, así que se le habrá echado, y rebose. Pero re volverás muy bien él yeso y la composición en un le brillo pequeño, procurando que uno y otro sea muy bueno, y que sea lo preciso para cada tina jilla , y des pués de haberlo desleído con mosto lo echarás en ellas y lo revolverás bien: así que haya dejado de hervir el mosto, llénalas y lúdalas. Así que hayas aderezado todo el vino, no lo quieras trasegar al instante, sino déja lo reposar en las tinajas: después cuando quieras tra segarlo de éstasde las tina jil lasotras' vasijas, pro cura que estén bien bañadas de pez y aseadas, y no ha gas el trasiego hasta la primavera, cuando habrán abier to las rosas, y el vino esté sin heces y muy limpio. Si lo quisieres guardar para mucho tiempo, echa en na barril de dos urnas de cabida un sextario de vino del mejortres de madres recientes de vino generoso, ó LIBRO DUODECIMO si tuvieres vasijas de donde hayas sacado poco antes vi no, vacia los barriles en estas vasijas. Si hicieres algu na cosa de éstas, será el vino mucho mejor y mas du« rabie. Aunque le hayas echado buenos olores, retira los malos todos , y todas las cosas de mal gusto , pues nin guna cosa hay que atraiga mas pronto el olor extra ñoque el vino. 1 t-..'. .v CA^lTULO XXÍX. Para que el mosto se conserve siempre dulce como si , fuera fresco. , ., f, , ' ,c . '. Para que el mosto permanezca siempre dulce como si fuera fresco , haz lo siguiente. Antes que se ponga el pie debajo de. la prensa echa mosto muy nuevo en una ámphora, que también lo sea, al instante que lo saques del pozuelo, tápala y empégala exactamente, para que no pue da entrar en ella agua ninguna : en seguida sumerge el ámphora enteramente en una piscina de agua dulce y fría , de suerte que nada de ella esté fuera del agua : en seguida sácala al cabo de cuarenta dias, y de esta suerte permanecerá dulce un año. é

CAPITULO XXX. Modo de cuidar el vino y de remediarlo. Desde el tiempo en que hayas empezadocubrir las tinajas hasta el equinoccio de primavera es suficiente cui dar el vino una vez cada treinta y seis dias; después de este equinoccio dos,si el vino empezareformar na ta , mas ; no sea que esta nata se vaya al fondo de la tina ja , y deteriore el gusto del vino. Cuanto mayor fuere el calor , tantas mas veces conviene que el vino se cuide, ee refresque y se ventile, pues todo el tiempo que estu viere bien fresco, se conservará en buen estado. Siempre que se cuide el vino, se han de frotar suavemente con piñones los. bordeslas gargantas de las tinajas. Si algu i9i COLUMELA. nos vinos fueren muy durosmenos buenos , sea por defecto del terreno,por tempestades que hayan sobre venido , toma heces de buen vino , haz con ellas panes, sécalos al sol, y cuécelos al fuego: después muélelos , pol vorea sobre cada ámphora tres onzas, tápalas, y se pon drá buena

CAPITULO XXXI. Remedios para si cayere y se ahogare algún animal en el vino. Si algún animal, como culebra, ratóntopo cayere en el mosto y muriere en él, para que no haga que el vi* no contraiga mal olor, quema su cuerpo como se haya encontrado, y echa su ceniza luego que esté fria en Ja misma vasija en que haya caído, y mézclese bien con una pala de madera , y esto será el remedio.

CAPITULO XXXII. Del vino de marrubio. Muchas personas creen que el vino de marrubio es útil para todas las enfermedades internas, y principalmente para la tos. Cuando hicieres la vendimia coge tallos tier nos de marrubio, principalmente en terrenos incultos y endebles, y sécalos al sol: después harás con ellos unos manojillos que . atarás con tomizas de palmade junco, y los meterás en la tinaja dejando fuera la atadura: en doscientos sextarios de mosto dulce echarás ocho libras de marrubio para que hierva con él : después sacarás el mar- rubio , y taparás exactamente el vino así que esté clari ficado.

CAPITULO XXXIII. Como se hace el vino escUítico. Jül vino escilítico, que es bueno para la digestión, para restablecer el cuerpo, como también para la tos invete LIBRO DUODECIMO i93 rada , y para el estómago, conviene prepararlo de esta ma nera. En primer lugar cuarenta dias antes de que quie ras hacer la vendimia, coge la cebolla alcarrana, córtala en rebanadas nmv delgadas, como se hace con el rába no, y cuelga estas rebanadasla sombra para que se se quen: en seguida, luego que estén secas, echa una libra de ellas en cuarenta y ocho sextarios de mosto Aminco, y déxalas en él treinta dias; después sácalas, y echa el vino después de haberlo clariBcado en ámphoras buenas. Otros escriben que conviene echar en cuarenta y ocho sextarios de mosto una libra y tres onzas de cebolla albarrana seca; lo qne yo tampoco rcpruebo.

CAPITULO XXXIV. Del vinagre escilítico. Los que quieren hacer vinagre escilítico echan e9ta mis ma cantidad de cebolla albarrana en dos urnas de vina gre j y la dejan en él cuarenta dias. Los que quieren ha cer un embamma1 , echan en tres ámphoras de mosto un congio de vinagre fuerte,dos si no lo es; y en una olla en que quepan tres ámphoras cueces esta mezcla has ta que disminuya un palmo, esto es la cuarta parte, ó si el mosto no es dulce la tercera : se espumeará ; pero el mosto ha de ser del cogollo y claro.

CAPITULO XXXV. Modo de hacer el uno de ajenjos , de hysopo de abró tano, de tomillo, de hinojo y de poleo. . .» Ei vino de ajenjos, el de hysopo, el de abrótano, el de tomillo, el de hinojo y el de poleo conviene prepararlo de esta manera. Cuece una libra de ajenjos del Ponto con cuatro sextarios de mosto hasta que quede en las tres cuar tas partes, y echa el resto luego que esté frió en una ur na de mosto A mineo: haz lo mismo con las demás plan tas que se han escrito arriba. También se pueden cocer Tom. II. N i94 COLUMELA. tres libras de poleo seco con un oongio de mosto hasta que se disminuya la tercera parte, y cuando el líquido se haya enfriado, sacar el poleo, y echar aquel en una ur na de mosto: este vino se da después en el invierno con utilidadlos que tienen tos, y esta especie se llama gleconites \ .

CAPITULO XXXVL Del mosto de recorte con romero. El mosto de recorte es el que se exprime del pie cortado en redondo después del primer estrujón. Este mosto lo echarás en una ámphora nueva, y la llenarás hasta lo al to; después echarás unas ramillas de romero seco liadas con hilo, y se dejarán hervir con el vino siete dias: en se guida sacarás el manojo de ramillas, y lodarás exactamen te el ámphora en que está el vino después de clarifica do. Pero será bastante echar libra y media de romero en dos urnas de mosto. Se podrá emplear este vino como re medio al cabo de dos meses.

CAPITULO XXXVII. -Modq de hacer vino semejante al griego. Manera de hacer el vino semejante al griego. Coge uvas tempranas que estén muy maduras, sécalas al sol durante tres dias, al cuarto písalas, y echa en una tinajilla el mos to que nada tenga del recorte , y ten mucho cuidado de que así que haya dejado de hervir se limpie de las heces: en seguidalos cinco dias de haberlo limpiado echa dos sextarios, ólo menos uno de sal tostada y molida en cuarenta y ocho de mosto. Algunas personas revuelven tam bién un sextario de arrope, otros echan dos si creen que el vin