Si alguna vez te has despertado con el sonido de las palomas graznando en tu ventana, o has tenido que soportar el ruido de sus alas mientras revolotean al amanecer de un sábado, sabrás lo irritante que puede ser el ruido de las palomas, especialmente si vives en una ciudad como Madrid donde abundan estas aves.
No solo ensucian los edificios, los monumentos y los vehículos con sus excrementos, el ruido ambiental puede provocar estrés, ansiedad, insomnio, irritabilidad, pérdida de concentración, problemas auditivos y cardiovasculares. El ruido de las palomas puede superar los 70 decibelios, que es el nivel máximo recomendado por la OMS para evitar efectos adversos en la salud.
Además, el ruido de las palomas puede interferir con la comunicación, y en el trabajo, el estudio, el descanso y el ocio de las personas.
¿Qué se puede hacer para reducir el ruido de las palomas? Existen varias medidas que se pueden tomar para disuadir a las palomas de anidar, alimentarse y volar cerca de las zonas habitadas. Algunas de estas medidas son:
- Instalar redes antiapalomas, y pinchos antipalomas, en los lugares donde las palomas suelen posarse o anidar, como los aleros, los balcones, las cornisas o las ventanas.
- Evitar alimentar a las palomas o dejar comida al alcance de ellas, ya que esto las atrae y las acostumbra a la presencia humana.
El ruido de las palomas es un problema que afecta a muchas personas que viven en zonas urbanas.
Información en: