sobre los caminos y caleros en Montesclaros

 

 

CAMINOS

Son múltiples los caminos que salen de Montesclaros, hechos con pico y pala por nuestros antepasados y reconstruidos en los últimos años. Así podemos disfrutar de varios caminos que ahora solo se frecuentan para pasear, caminos que hasta los años 1970, recorrían los montesclareños para ejercer las distintas tareas del campo y el acarreo que suponía la dedicación a la industria de la cal.

Podemos enumerar algunos de éstos caminos, quizás los más frecuentados:

El camino del Pozo-Navalmoral y las Pilas,  por el cual se puede acceder a Casa Gata y el pueblo de Lanzahita - Ávila. En los últimos años, a unos tres kilómetros de Montesclaros se encuentra cerrado por los dueños de la finca de Nainos.

El de Nainos y el de Las Mimbres, Que se juntan en un punto y que nos lleva hasta Buenaventura - Toledo. Cerrado a unos tres kilómetros igualmente por los dueños de Las Mimbres y Nainos con reses bravas sueltas.

El de La Calera que nos lleva hasta el Sotillo - Toledo. Cerrado a menos de un kilómetro por los propietarios de la Calera con reses bravas sueltas.

El de la Cuesta Blanca, que se junta con el de la Calera y que nos lleva hasta el Sotillo Cervera y Navamorcuende. Cerrado por los propietarios de la Calera a menos de un kilómetro, con reses bravas sueltas, por este motivo no se puede acceder a uno de los parajes más hermosos que tiene nuestro pueblo, como es el arroyo Calancha (llamado arroyo La Lancha).

El del Pilar, que rodea al cerro de Don Pedro y se junta con la Cañada Real, por este camino se accedía a Velada - Toledo. Cerrado a unos tres kilómetros por varios propietarios de tres fincas,(con reses bravas sueltas).

El camino de Talavera ahora llamado el de los Caleros, este es uno de los más transitados por los montesclareños, añoramos los tiempos en que los caleros estaban todos encendidos y el humo de la hornija llegaba hasta el pueblo inundándonos con el agradable olor de la jara, tomillo, romero, chaparros y retamas, (todo leña fina llamada en su conjunto "hornija").

LOS CALEROS Y LA CAL

Los caleros están situados todos en el camino de Talavera a derecha e izquierda del camino. Lo primero que nos encontramos en dicho camino es la restaurada Ermita de San Sebastián, con un crucero, gótico tardío con el escudo de los Señores de Montesclaros, a 300 metros encontramos a un lado y otro del camino los dos primeros caleros el de tía Cenara a la izquierda y el de tío Carlos Chato a la derecha (en éste último, tío Carlos fabricaba tejas y ladrillos), se encuentran en mal estado. Recorremos otro trecho y nos encontramos el calero de tío Juan, relativamente bien conservado, tiene tres metros de profundidad y cuatro de diámetro, cerca de éste se encuentra el de la Viña, también llamado el de la Campana Gorda, su nombre se debe a que tiene las mismas medidas que la campana gorda de la Catedral de Toledo, está bien conservado, el del Chaparro Alto, se encuentra bien conservado, el del Charcón la fachada está en mal estado, el Calero Nuevo, bien conservado, el Calero Chico, en mal estado, el de la Cosa Mala, en muy mal estado, el de la Casilla, en muy mal estado, el de la Coscoja, en muy mal estado, el de tío Juanito, ha sido derruido., los Caleros de los Industriales que son cinco y se encuentran muy próximos entre sí, el de tío Cándido, situado en el camino del Renjel, en muy mal estado.

¿QUÉ ES UN CALERO?

Es un horno circular de cinco metros de altura y unos cuatro metros de diámetro. Sus paredes interiores están revestidas de piedra berroqueña, sujetas entre sí con barro colorado. En la parte inferior una pequeña puerta por donde se alimentaba el fuego, por encima de la puerta en el interior tiene una repisa en círculo de unos 20 centímetros de ancho, donde se encañaban las piedras , es decir a partir de ésta repisa se colocaban las piedras en redondo y con pericia, más o menos abovedadas para que absorbieran bien el calor.

Los Caleros son nuestro referente con el pasado más próximo, en Montesclaros ha sido durante muchos años la única industria que daba trabajo a las personas que no disponían de agricultura y ganadería. El trabajo en verano venía dado por las múltiples tareas de la recolección de los cereales en la zona, (siega, Transporte, trillado y recogida).

En otoño, invierno y primavera los hombres de Montesclaros se dedicaban a la industria de la cal, los jornaleros rozaban los montes y los picapedreros sacaban la piedra de las canteras próximas a los caleros, los gañanes transportaban la hornija en múltiples carros rodados por bueyes y mulas, todos en romería juntos, para ayudarse en la carga y descarga y así hacer más liviano éste duro y difícil trabajo de realizar, pues los caminos que recorrían eran muy accidentados y la carga si no estaba bien repartida y sujetada en el carro éste podía volcar. Mientras, los caleros encendidos a todo fuego con una buena cuadrilla de hombres rudos y sufridores dado el esfuerzo y calor que tenían que soportar, no se podía dejar de meter hornija ya que si se despistaban, el calero al bajar bruscamente de temperatura se les podía venir abajo y perder todo el trabajo hecho. El fuego se alimentaba sin parar durante tres días y dos noches en los hornos o caleros para cocer la piedra de mármol cárdeno, que se convertía al cabo de éstos días en blanquísima cal, la cual se utilizaba en múltiples usos.

La cal se seleccionaba para su uso final, las paredes se construían con mortero de cal y arena y la más blanca se destinaba para pintar las viviendas por fuera y por dentro. Nuestros hombres recorrían todos los pueblos de los alrededores para vender ésta cal bien conocida por su calidad, en muchos pueblos a la redonda.

En la actualidad los montesclareños tenemos el proyecto de pedir ayudas económicas para la reconstrucción de los caleros, dado el interés etnológico que representan para la Diputación y la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, formando así la Ruta de los Caleros.

Trabajo elaborado, por una montesclareña enamorada de su pueblo: Angélica Pascual Barroso

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