La vida de Joachim Wtewael , pintor de Utrecht

Biografía desde

Karel van Mander , Schilder-boeck

 



Cuando el amor sagrado del arte se apodera de un alma en llamas, nada puede frenar sus impulsos. Es al más alto grado de perfección que aspira, como un árbol vigoroso que empuja sus ramas hacia el cielo. Así fue con Joachim Wttewael, un pintor de Utrecht, que nació en esta villa en 1566.

Su padre era pintor de vidrieras, y su abuelo materno, llamado Joachim Schuyck, contado en su tiempo entre los buenos pintores.

Hasta la edad de dieciocho años, Joachim Wttewael siguió la profesión de vidriero, y pintor de vidrieras; tomando entonces su profesión con disgusto, ya que aspiraba a producir obras de un orden superior, por lo que estudió durante un par de años con un pintor de Utrecht bastante bueno: Joos de Beer, alumno de Frans Floris.

Wttewael partió entonces hacia Italia, y en Padua, entró en contacto con un prelado francés, el obispo de Saint-Malo, con quien viajó durante dos años por Italia, y le acompañó a Francia, pasando otros dos años más con él.
Durante todo este tiempo, Wttewael realizó para el obispo un gran número de obras, todas de su propia invención.

Regresó a Holanda, y desde entonces reside en Utrecht, donde hizo muchas obras pequeñas y grandes, que se pueden encontrar en varios lugares entre los aficionados, que los tienen en alta estima.

Es difícil decir si sobresale más en las obras pequeñas o en las grandes obras. Este hecho no es común, ya que demuestra la inteligencia y el juicio de un artista.
¿Cuántas veces, en efecto, nos encontramos con creaciones de la misma mano, que creemos que son de dos autores diferentes, según sean pequeñas o grandes?.

Wttewael no es menos excelente en todos los aspectos de su arte.
Así puedo citar de su pincel, hermosos interiores de cocina toda llena de objetos pintados del natural. Hay por ejemplo, en Gouda, una obra capital de este tipo, un gran lienzo ejecutado por él.

En Amberes, en la casa de un italiano, hay un cuadro de seis pies de alto y diez de ancho, representando a Lot y sus hijas. Los desnudos y las cabezas están notablemente bien tratadas. Del mismo modo, el incendio de Sodoma, los troncos de los árboles, etc., son muy interesantes de  ver.
(En fechas, el más grande es el de Hermitage # 209x166. La dimensión de Mander es aun mayor de 300x180 ¿?)

En Ámsterdam, en casa de Cosijn  Lucas, pintor de Utrecht, bajo el signo de Apeles, hay un cuadro alto muy bueno, en gran parte pintado, de excelente dibujo y coloreado. Representa la Anunciación a los pastores, durante la noche, y demuestra suficientemente cuáles son las habilidades artísticas de Joachim.
(Si la propiedad no insistiera en la fecha 1606 ¿#?)

Encontramos de su mano muchos cuadros pequeños, que se distinguen por la más notable precisión de los detalles.
En Ámsterdam, en la casa del señor Joan Ycket, o de su hijo, una encantadora pintura sobre cobre del Banquete de los Dioses
¿#?, una pintura muy detallada y cuidadosamente pintada.

Recientemente ha entregado al señor Jan van Weely, un excelente pequeño cobre en altura: Marte y Venus, todo salpicado de detalles minúsculos, y tan acabado como el ojo más exigente puede desear: la mesa, la cama, y, en el cielo, la asamblea de los dioses con numerosos pequeños amores.
(Cumplen en tamaño, fecha y soporte #,# seguramente una de ellas sea la referencia siguiente)

Otra pintura de Marte y Venus puede verse en Melchior Wijntgis, en Middelburg.

En resumen, considero a Joachim Wttewael digno de un lugar entre los mejores pintores holandeses.
También es extraordinario lo mucho que destaca en la pintura, teniendo en cuenta que ésta, es sólo una ocupación secundaria para él, porque los negocios ocupan la mayor parte de su tiempo.
Incluso he oído expresar el temor de que el pintor se transforme un día en lino,  el material con el que trata, como Aracne, atrapada en su propio lienzo por la ira de Minerva.
(Wttewael no le recogió el guante)

Tiene, en el presente año 1604, treinta y ocho años.


 

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