El efecto de pérdida de paralelismo es mayor cuando desplazamos cada bloque de forma que las baldosas formen zig-zag y cuando la separación entre los bloques es mínima. 

 

Comprueba también que el efecto es más intenso cuando la luminosidad de las separaciones es media (un tono gris medio).

 

Las líneas de separación entre los bloques, cuando son suficientemente delgadas, no son percibidas como un todo. Las células cerebrales encargadas de la orientación filtran la imagen procedente de la retina y asignan orientaciones oblícuas, causadas por la falta de alineación de los bloques, a cada pequeño tramo de las líneas de separación. Cuando el cerebro recompone la imagen, percibe entonces una línea horizontal que "se inclina" en cada parte de ella. Esto hace que interprete toda la línea como oblícua.     

 

Este efecto se conoce como "ilusión de la pared del café", debido a una cafetería del siglo XIX situada en Bristol, Inglaterra.