La vida de Joachim Beuckelaer , pintor de Amberes

Biografía desde

Karel van Mander , Schilder-boeck

 



Es siempre una gran ventaja para el principiante, tratar de unir a su disposiciones naturales, el buen ejemplo y consejos claros.
Este fue el caso de Joachim Buecklaer de Amberes, quien tuvo la suerte de ver a su tía,
(Catherine Beuckelaer) casarse con el famoso pintor Pieter Aertsen, conocido como "Pieter el largo", que se convirtió para él en un verdadero guía a la perfección.

Al principio tuvo mucha dificultad para pintar y colorear bien, hasta el día que su tío Pieter le enseñó a hacer de todo según su naturaleza, frutas, legumbres, carnes, caza, pescados, etc., y este sistema de estudio le dio tal grado de habilidad, que se convirtió en uno de los mejores pintores de su género, procediendo como si sin esfuerzo, y llegando a un notable poder de efecto.

Desafortunadamente en este mundo, las cosas actuales, que se consiguen fácilmente, se tienen en consideración mediocre, mientras que por el contrario, se buscan con avidez las que se obtienen con más dificultad, y así fue con las bellas pinturas de Buecklaer, para las obras que multiplicaba, y que le daban una pequeña ganancia, ahora son muy apreciadas desde su muerte, y se pagan hasta doce veces el precio que en vida consiguió el artista.

Se dedicó sobre todo a pintar cocinas, e hizo entre otras cosas, para el maestro de la Casa de la Moneda de Amberes, la obra más notable, por la que sólo se le pagó un precio irrisorio. Todos los días, el maestro de la Moneda de Amberes, quería que el trabajo se incrementara con algunos nuevos objetos, trayendo constantemente algo para introducir en él. De modo que el pintor apenas ganaba lo suficiente para vivir, tanto así se volvió engorroso el cuadro de accesorios, aves, pescado, frutas y verduras.

Estaba de Buecklaer, en la Iglesia de Nuestra Señora en Amberes, un Domingo de Ramos, muy bien ejecutado, y que pereció en la segunda devastación de iglesias
(En Amberes, la 1º 1566 Iconoclastas, 2º 1581 bajo la administración protestante).

Dos excelentes obras de su pincel existen en Ámsterdam, en casa del Señor Zion Luz, uno representa un Mercado de Pescado, el otro un Mercado de frutas, con todo tipo de comida, muy bien pintado del natural, con las amas de casa y otros personajes, coloreado y figurando con mucha naturalidad.

En casa de Melchior Wijntgis, maestro de la Casa de la Moneda de Middelburg, hay una muy buena cocina, con figuras de tamaño natural, y una grisalla que representa el Domingo de Ramos.

Vi en casa de Jacob Raeuwaert, en Ámsterdam, un pequeño cuadro de un mercado, en cuyo fondo está el Ecce Homo, fue muy entretenido de  ver.
(Perduran unas 200 piezas, con motivos tipo bodegón popular muy parecidos. Incluso de esta pieza que parece bien definida, hizo tantas réplicas, que es imposible dar con la que cita exactamente, 4 de su mano al menos tiene atribuidas #,#,#,# )

En Harlem, con Hans Verlaen, un comerciante, no lejos de la Kraen , están dos bellas pinturas de Buecklaer, con figuras de tamaño natural. Una representa a los Cuatro Evangelistas, un cuadro de un gran explosión de color, el otro la Familia de Santa Ana.

También, me sería imposible designar todos los lugares donde encontrar las obras del maestro, que se encuentran esparcidas, ni alabarlas según se merecen.

Es profundamente lamentable, que la forma en que tenía que trabajar, por así decirlo sin provecho, y el poco caso que parecía hacer de sí mismo, hizo que los demás le degradasen tanto.

Trabajaba por ejemplo, por el día para Antonio Moro, que le dio para pintar los arreglos de sus retratos, y para otros más, y que al precio de un florín o de un florín y medio al día, por cinco o seis libras hacía un cuadro grande y hermoso.

El Ecce Homo del que hablé, creo que está con el emperador, habiendo sido vendido por Jacob Raeuwaert al Conde de Lip, al tiempo que un mercado de frutas de Buecklaer, y los cuatro fines. de Heemskerck
(Título ambiguo "las 4 fases del alma" #), y una Escena llamada el Diluvio del mismo. Vimos en esta última obra, los cadáveres de hombres y mujeres flotando en el agua; también hay niños cuya perversidad precoz, se manifiesta por la energía con la que agarran sus juguetes en sus manos, contorsionados en agonía.
Había de Dierick Barentszen un Perseo con muchos personajes convertidos en piedra. Todo se vendió por unas mil libras, moneda de Flandes, y valía mucho más.
Joachim murió en Amberes, al final de la estancia del duque de Alba en Holanda
(1573). Estaba trabajando entonces para un líder militar, con el nombre de Vitello (Alessandro Vitello).
Se dice que cuando murió, se lamentó de haber trabajado a tan bajo costo.
Apenas tenía cuarenta años.



 

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