La vida de los hermanos Hubert y Jan van Eyck pintores de Maesyck

Biografía desde

Karel van Mander , Schilder-boeck





Por varios parecidos, hombres ilustres, que han sido exaltados en loables ejercicios de virtud y bondad, pues nuestro buen país holandés ha estado, desde la antigüedad y hasta ahora, no del todo desprovisto de fama.

Tanto el honor en las armas se ha obtenido, a través de nuestra antigua Nobleza, ¿no se saben con valentía, como: también la gran fama que tenemos, de nuestro Fénix de la ciencia , Desiderius Erasmus Roterdamus, que en estos últimos Siglos, lo citan como Padre del antiguo discurso noble del Lacio?

¿Acaso el suave Cielo, con una amistosa naturaleza, no nos ha rendido el más alto honor en la pintura?, porque no se puede encontrar en el ingenio griego, y romano , ni otra gente a pesar de su esfuerzo ha producido, el renombrado holandés, Ioanne van Eyck, que, que nació en Maeseyck, en la gloriosa rivera de rio Mosa, que apuesta por este honor, contra el Arno, el Po y el valiente Tiber, porque en su orilla ha surgido tanta luz, y tan brillante, que en Italia, tierra de las artes, ha quedado deslumbrada y asombrada y manda los pintores allí después, para mamar de los nuevos senos en Flandes.

Ioannesvan Eyck era muy sensato desde su juventud, y de una mente noble, muy rápida, estando naturalmente dotado para el dibujo, se convirtió en discípulo de Hubertus, su hermano, que era mayor que él unos cuatro años.

Hubertus fue un pintor muy hábil: pero no se sabe de su maestro.

Es de considerar que en esa época tan temprana, todo era aridez, y aunque algún rincón contaría con algunos pintores, serían pocas los buenos ejemplos de pinturas que seguir: porque eso se puede adivinar.

Huber debió nacer, en el año 1366 (Maaseik 1366-1426 Gante).y Jan varios años después
(aprox. Maaseik 1390-1441 Brujas): pero ya sea que su padre fuera pintor o no, parece que su casa fue inundada de genio artístico, porque su hermana Margriete van Eyck también fue mimada, con el talento de la pintura, y como Minerva(frente a Himen y Lucina) permaneció célibe hasta el fin de sus días.(Aparte de Karel, no hay noticias. Probablemente la confunde con la mujer de Jan, Margriete )

Es sabido que a nuestros Países Bajos, el arte de la pintura debió llegar desde Italia , es decir, el empleo de los colores a la cola y clara de huevo, porque este camino comenzó por primera vez en Italia en Florencia, en el año 1250. También en la vida de Cimabue lo hemos contado.

Los hermanos Jan y Hubert van Eyck, hicieron muchas obras a la cola, y a la clara del huevo, pues no se conocía otro procedimiento, aparte del fresco que se practicaba en Italia.

Y porque la ciudad de Brujas en Flandes, rebosaba anteriormente de gran riqueza, debido al floreciente negocio, que varias naciones producían allí, más que en cualquier ciudad de todos estos Países Bajos: y debido a que los artistas buscan estar cercanos a los ricos, para ser sostenidos por ellos con un salario rico, Jan marchó a vivir a la citada ciudad de Brujas, donde abundaban los negociantes.
Allí realizó muchos trabajos en madera, con cola y la clara de huevo y fue muy admirado y célebre en varios países, donde llegaron sus obras.

Era, (algunos piensan) también un hombre instruido, muy conocedor de las cosas relacionadas con el arte, estudioso de las propiedades de los colores, practicando la Alquimia y la Destilación.

Hizo tanto que procedió a barnizar su tejido con un barniz hecho con un cierto óleo, lo que agradó mucho a la gente, porque el trabajo tenía un brillo muy limpio y reluciente.

Éste secreto, muchos lo habían buscado en vano en Italia, pero no encontraron los caminos correctos.

Una vez sucedió que Jan había hecho una tabla, porque dedicó mucho tiempo, diligencia y trabajo en ella (siempre hacía sus cosas con gran pulcritud). Barnizada, la puso a secar al sol, pero o no estaba debidamente preparada, o el calor del sol era muy intenso, resultando que la tabla se resquebrajó, y partió en dos. Jan estaba tan insatisfecho, de que su trabajo por el sol se perdiera y destruyese, que resolvió asegurarse de que el daño por el sol ya no lo afectaría, y que sería vencido convirtiéndose en un enemigo. Empezó a investigar y consultar para hacer un barniz que dejó secar al sol.

Estudiando otras cosas en la naturaleza, encontró que el de Linaza y el de nuez fueran los más secos de todos, estos luego se asientan con algunas otras sustancias que le agregó, y hacen el mejor barniz posible.

Y , buscando más y más lejos, buscando la integridad , descubrió con mucha investigación, que la mezcla de los colores con el óleo lo hacían de maravilla, y que al secarse endurece con consistencia, volviéndose impermeable al agua.
El óleo también hacía mucho más vivo el brillo, sin necesidad de barniz. Y lo que le sorprendió y agradó aún más, fue que descubrió que los colores se mezclaban mejor con el óleo, que con el huevo o la cola.

Jan se alegró mucho de esto, como podría hacerlo con grandes oídos: porque desde aquí nace una nueva generación, y forma de trabajo, para asombro de muchos, también en los países lejanos, donde la fama rápidamente voló, y vinieron de las regiones más lejanas. Desde el antro de los Cíclopes y la montaña siempre ardiente del Etna, para ver este maravilloso hallazgo.

Este noble invento, hizo que nuestro artista se acercara a la naturaleza con la práctica, y se hiciera más visible.

Si los antiguos griegos, Apelles, Zeuxis y otros, hubieran vivido este procedimiento, y estas nuevas formas, seguramente no se habrían asombrado menos que el combativo Aquiles u otros héroes que combatían de los viejos tiempos, y  que ahora escucharan en la guerra la fiera artillería atronadora, que el alquimista Bartholdus Schwartz, monje danés, encontró en 1354. O a la vista de la imprenta, que Haarlem  se jacta de la fama del primer invento
(Excepto Van Mander,  se da a la ciudad de Maguncia en Alemania por el célebre Gutenberg).

El tiempo en que Jan encontró el óleo ha sido, de todo lo que he podido encontrar y consultar, el año 1410.

Vasari  o su impresor se equivoca, dando este invento un centenar de años antes
(¡¿?! No sabemos que ponía su ejemplar, pero el dato dado es el que da Vasari). Tengo varias razones para ello, y también sé que Jan no vivió tanto tiempo, como dice Vasari , aunque Jan, no murió joven, como piensa algún escritor.

Ahora que esto fue descubierto, los dos hermanos mantuvieron en secreto este nuevo hallazgo, que pintaron juntos y separados, pero diferían de los demás. Jan, aunque era el más joven, superó a su hermano.

La obra más destacada y más llamativa que han hecho, está en Gante #,  en la iglesia de Saint-Jean, el retablo que les mandó hacer  el 31º conde de Flandes Philippe van Charolais, hijo del Duque Jean de Dijon, cuyo retrato aparece  allí en una de las tablas.

Algunos piensan que Hubertus había comenzado primero esta Tabla solo, y que Jan la completó después: Yo sostengo que trabajaron desde el principio ambos hermanos: pero que Hubertus murió, en 1426. ya que fue enterrado en Gante, en la misma iglesia, cuyo epitafio diré luego.

La tabla interior de esta obra es del Apocalipsis de San Juan, donde se ora al Cordero místico los patriarcas, donde hay mucho trabajo en ello, y teniendo una pulcritud extraordinaria, también en toda la obra.

Encima del panel está representada una virgen María, que está coronada por el padre y por el hijo, donde Cristo en su mano tiene pintada una cruz, como de cristal transparente, adornado con botones de oro, y otros ornamentos, con piedras: según la opinión de algunos pintores, solo este cetro de la cruz tiene tanta perfección que le llevarías un mes de trabajo.

Alrededor de esto, la virgen María está representada con ángeles, cantando como músicos, tan bien hechos que uno puede distinguir fácilmente sus acciones, el contralto, el tenor y el bajo.

Arriba, en la tabla derecha, hay un Adán y Eva, que porta un cierto miedo en Adán como remordimiento, pareciendo gruñir, Su nueva compañera le ofrece un higo, no como suelen pintarlos los pintores con una manzana,  donde por algunos eruditos como Agustín, parecen haber estado en Jan, piensan que bien puede ser un higo lo que le dio Eva su esposo, mientras que Moisés distingue la fruta, porque ella no se cubre con hojas de manzana, sino de higuera luego de haber pecado.

En otra puerta hay (me parece) una Santa Cecilia además, la tabla central tiene dos alas, cuyas dos partes junto a la tabla central  son imágenes, que corresponden con la Historia interior.

En las otras tablas, está a caballo,  el conde de Flandes, como dije: también los dos Pintores, Hubert y Jan.  Hubert a la derecha del hermano, por su edad, pareciendo viejo respecto a su hermano: con un gorro singular sobre su cabeza con piel preciosa. Jan tiene un sombrero muy adornado, que cuelga casi como un turbante en la parte posterior, porta un tabardo negro con un pater noster en una medalla.

Pero para resumir este trabajo, es excepcional para esta época desde el dibujo, las actitudes, la estructura, la inventiva, y el acabado superior,

Los tejidos están drapeados como Albertus Durero, y los colores, azules, rojos y morados, son inmortales, y todos tan hermosos que no parecen recién hechos, y superan a todas las demás pinturas.

El artista que nos ocupamos, ponía toda su atención, y parece querer convencernos de desmentir al ilustre escritor Plinio  con esta obra suya,  donde escribe
(Plinio Hª Natural libro7 -8) que los Pintores, cuando hacen un número grande de personajes acaban haciendo algunos que se parecen, siendo imposible copiar a la Naturaleza, ya que donde ésta reúna 1000 rostros, no produce 2 iguales. En este trabajo hay 330. figuras y no hay ninguna igual.

En cuyo rostro uno ve varios afectos, el recogimiento divino, la seriedad, el amor, o la devoción: también parecen brotar las palabras de María, pronunciándolas al leer, de un libro.

En el paisaje hay muchos árboles extraños,  aunque se pueden reconocer, las hierbas en los hermosos terrenos. Se pueden contar los pelos de la cabeza de las figuras y los de las crines y colas de caballos. Tan transparente todo, que maravilla a todos los artistas, se asombran y los acobarda.

Muchos grandes príncipes, reyes y emperadores, vieron la obra con gran placer. El rey Felipe, el 36º conde de Flandes, querían poseerla, para no privar a la ciudad de Gante de esta riqueza, le hicieron copiar a Michiel Coxcie #, pintor de Malinas, que lo hizo con mucho talento.

Y en estos países no se tiene un azul tan hermoso, de Venecia lo envió Titian, a petición del rey, que era un azul, que se tiene por natural, y se halló en unas montañas del Hungría, que era más fácil de conseguir antes de que el Turco hubiera tomado aquella tierra. La poca cantidad solo del manto de la imagen de María, costó 32. Ducados.

Coxcie recibió instrucciones de cambiar algunas cosas en su copia, como Santa Cecilia, demasiado de espaldas, cosa que no parecía gentil. La copia fue enviada a España.

La tabla principal tenía una grada, que estaba pintada con cola, o clara de huevo, y en ella había un infierno, donde los condenados doblaban las rodillas infernales, o que están debajo de la tierra, sus rodillas por el nombre Jesús, el cordero místico: pero la limpieza la llevaron a cabo pintores torpes, se perdió.

Los dos hermanos, cabalgando a caballo en compañía del conde Philips, que también era duque de Borgoña, eran personas estimadas y protegidas por él, con los mayores honores, sobre todo Jan, a quien además la gente considera, por la excelencia de su arte, y por sus grandes conocimientos, y lo tenía como consejero íntimo, como el gran Alejandro quería a Apeles.

Esta tabla narrada, solo se abría para algunos grandes señores, pagando.

También el pueblo la podía ver algunas veces en los grandes días de fiesta. Esos días había un gran gentío, en la capilla durante todo el día. Aquí los pintores, jóvenes y viejos, y todos los aficionados al arte se reunían, como en un día de verano, igual que las moscas, alrededor de una cesta de higos o de uvas.

En la misma capilla, llamada de Adán y Eva, en la iglesia de Sant-Jean, frente a la obra, se podía leer un poema, de Lucas Heere, pintor de Gante, que añado aquí, con ligeros cambios,  a una medida alejandrina.

Elogio y alabanza de la obra, en la capilla de Sant-Jean, Que nació en Maeseyck, y que con razón es el Apeles flamenco.
Leed bien lo que dice, comprended, y luego contemplad el trabajo.
Oda.
Llegaos amantes del arte cualquiera que seáis, y contemplad esta obra laberíntica, un tesoro, una noble prueba,
Al lado el tesoro de Creso no tiene valor,
Porque es un regalo celestial, para la hermosa Flandes.
Venid os digo: pero estimad atentamente con recogimiento e inteligencia, cada cualidad de la obra, y veréis aquí,
un mar que se desborda de arte, donde cada cosa, merece ser elogiada.
Ved el Padre eterno, ved el rostro de Jan,
y cómo María muestra una cara tan dulce,
Parece verse cómo sus labios dicen las palabras que lee con sinceridad.
¡Perfecta su corona y sus adornos!
Mira lo aterrador y vivo que está Adán;
¿Quién pintó así la carne sobre un cuerpo?
Parece que rehúsa la oferta de Eva 
Cuando le ofrece tiernamente un higo para sus labios.
Ninfas hábiles y ángeles celestiales
A coro se oye sus cantos melódicos
el tono como que se percibe, pues los ojos y la boca lo expresan con naturalidad.
Pero sería todo vano, alabar una cosa más que otra,
Pues todas son hermosas como ricas joyas preciosas:
Porque parece que aquí ya vive, y de la tabla se quieren salir.
Son espejos, espejos, y no pinturas.
Que honorables quedan los  patriarcas, reunidos
El grupo de sacerdotes, forma en cortejo
Se destaca ¡o pintores! entre otras partes, ejemplos de paños buenos, para ese tiempo.
Mirad, las vírgenes, cada rostro nos regocija,
su actitud púdica debe guiarnos
Apreciad lo majestuoso que cabalgan en las tablas
Reyes, príncipes, condes, con sus señores,
Entre ellos se ve al pintor en justicia,
El que era el más joven, aunque el mejor, y el que terminó la obra
Un rosario rojo viste su ropa negra,
Hubert cabalga sobre él como se sabe el hermano mayor.
Había comenzado la obra, pero la muerte ha socavado su intención.
Aquí descansa enterrado, cerca de su hermana,
Quien también ha asombrado a muchos con su pintura.
¡Y ved en la obra los rostros,
lo distintos que son unos de otros!
Son más de trescientas.
Ninguna se parece a la otra 
Por otro lado, ¿Qué elogio se le debe atribuir,
ya que continúan limpios sus colores ?
En casi doscientos años, se mantienen estables
Que no se deteriore en el tiempo, se ve en muy pocas obras.
A este artista le golpeó la fama merecidamente, por ser un pintor extraordinario, y un verdadero maestro.
Tenía cuatro aptitudes, que deberían tener todos los pintores, paciencia, templanza, raciocinio, e ingenio en abundancia.
Con la claridad recuerda, su humor afable y su paciencia.
La agudeza revela su templanza, y la inteligencia, de las grandes mentes,
en todas las cosas del arte que se distinguen de la manera deseada.
Con esto su fama crecerá aún más.
por lo que él haya sabido brillar
Pues ningún cuadro le guiaba los ojos, ni para servirle de ejemplo, mejor que los suyos
Escribe un italiano, hombre de crédito,
Que este Jan van Eyck descubrió la pintura al óleo.
Y dice tres hermosas obras que realizó.
Podían verse en Florencia, en Urbino y en Nápoles.
¿Dónde mejor se pueden escuchar de sus maravillas, cuando un artista nuevo y limpio, comienza mostrando toda su perfección?
Nada se sabe del comienzo de estos dos hijos de Maeseyck,
ningún documento dice quién fue su maestro.
Con razón, Jan había sido amado toda su vida del conde Philips, y él se mantuvo fiel a su joven señor, quien lo honró, y tuvo en gran estima,
Considerándolo como la joya de Flandes.
Sus obras, fueron buscadas desde todos sitios. Por lo que solo ésta obra en Brujas se puede ver.
Y otra en Ypres,
(Perdida en el XVIII por ocupación francesa, copia en museo de Brujas #)  que está sin terminar. Temprano perdió la vida esta noble flor.
Quedó triste la ciudad, Maaseyck de donde salieron. En Brujas quedó el cuerpo descansando, donde murió.
Pero su nombre, y fama inmortal, vivirá.
Nuestro conde, el rey Philips ha exaltado tanto este trabajo, (como buen aficionado que gusta de todo artista honorable) Que  hizo que se copiara, y pagó cuatro mil florines mas o menos.
Michiel Coxcie, en unos dos años, hizo la copia en esta capilla.
Salvó su honor, ejecutando bien el trabajo, del primero al último, como un artesano bien capaz.
En España está la copia en Valladolid ahora, por la admiración de nuestro rey, ya dicho arriba, para gloria de Van Eyck, y también de Coxcy.
Lucas de Heere.

Después que Jan hubo completado la tabla en Gante, volvió a Brujas, donde también de su mano hay una tabla, delicada. 
(¿#? Posiblemente la Virgen de la Cartuja de Brujas)

Tiene muchas más obras, que han sido transportadas lejos por los comerciantes, y que fueron contempladas por muchos artistas con mucho asombro, deseando poder imitar su camino sin saber cómo pintar esas nuevas formas. Aunque algún Príncipe obtenía alguna de estas obras maravillosas, el procedimiento del artista se quedaba en Flandes.

El duque de Urbino, Federico II. tenía de Jan una stufa
(Usa a Vasari y su término que dice "la stufa sua" en el capítulo XXI en la pintura, podría ser de forma figurada una escena con desnudos en un baño), que era obra muy pulcra y diligente.
Lorenzo de Medici también tuvo un San Jerónimo de su mano en Florencia
(# Se le da al taller), y muchas otras cosas loables.
También algunos comerciantes florentinos en Nápoles, enviaron al rey Alfonso I de Nápoles, una pieza muy hermosa de Flandes de Jan, en la que había muchas figuras, y maravillosamente bien hechas, que el rey se alegró mucho por ello.

Para ver este maravilloso nuevo trabajo, los pintores, vinieron incluso de otros lugares. Y aunque los italianos hacían todo tipo de comentarios incluso oler la tabla que desprendía olor a aceite, este secreto permaneció oculto para ellos.
Hasta que un Antonello, de la ciudad de Messina en Sicilia, deseoso de aprender esta técnica, se fue a Brujas en Flandes, donde luego de aprenderlo, lo llevó a  Italia, como hemos dicho en su vida.

Había de Jan en Ypres, en la iglesia de Saint-Martin, una escena de una Madonna, con un abad orando al lado #. Las tablas que estaban sin terminar, cada una tenía dos partes, con varias referencias a la virgen María, como la zarza ardiendo, el Vellocino de Gedeón y similares, toda ella parecía ser más celestial que humana.

Jan también tiene muchos retratos del natural, y todos con la mayor diligencia y paciencia, creando detrás paisajes muy pulcros y limpios.

Sus bocetos eran mucho más suaves y nítidos que las obras de otros maestros terminadas. Vi de él un panel pequeño con una mujer, y detrás un paisaje que no era más que un boceto, pero muy bello y dulce, y estaba en casa de mi maestro, Lucas de Heere, en Gante.

Jan también realizó en un cuadro dos retratos, de un hombre y una dama, que la toma de la mano derecha, como si  estuvieran casados, y los uniese la fidelidad en la representación #.

Esta escena está en realidad en manos de un barbero que se encuentra en Brujas (me parece que lo había heredado).
Maria, la tía del rey Felipe de  España y la viuda del rey de Hungría, que murió luchando contra los turcos, lo vio.
Esta princesa noble amante del arte, se había complacido con esta obra del artista, y para conseguirlo le otorgó al barbero, una oficina que le daba cien florines al año.

De Jan he visto dibujos muy buenos, muy correctos.

Jan murió en Brujas ya bien viejo, y fue enterrado allí, en la iglesia de Saint-Donatien, cuya tumba tiene escrito en una columna en latín el siguiente epitafio:

Hic jacet eximia clarus virtute Ioannes,
In quo picturae gratia mira fuit,
Spirantes formas y humum florentibus herbis
Pinxit y ad vivum quodlibet egit opus.
Quippe illi Fidias et cedere debet Apeles:
Arte illi inferior ac Policletus erat.
Crudeles igitur, Crudeles dicite Parcas,
Quae talem nobis eripuere virum.
Actum sit lachrymis incommutabile fatum, Vivat tut in coelis jam deprecare Deum.

Aprox. Aquí yace Jan, famoso por su destreza excepcional. Su gracia pintando fue maravillosa. Plantas que respiran y florecen pintó para ganarse la vida con cualquier trabajo. Hasta que Fidias y Apeles debieron cederle el paso. Su arte no era inferior al de Policleto. Crueles Parcas, porque sois crueles. Hemos rescatado a un hombre así. Que el destino inmutable lo trata con lágrimas. Ora porque Dios lo tenga en el cielo.

La sepultura del hermano mayor está en Gante en Saint-Jean, como ya dije. Su lápida en piedra, en la pared, tiene una muerte esculpida en piedra blanca, que sostiene una placa de cobre delante, que contiene un epitafio de un antiguo poema flamenco.
 
Reflexionad sobre mí que me pisas,
Yo era como vosotros, ahora estoy aquí abajo enterrado muerto.
Ni los consejos, ni los saberes de artista, ni la medicina me ayudaron.
Ni arte, ni honor, ni sabiduría, poder, o gran riqueza grande valen cuando llega la muerte.

Hubert van Eyck me llamaba.
Fui famoso, ahora comida de gusanos, recuerdo en versos.
Aunque muy elogiado como pintor, pronto desapareceré en la nada
En el año del Señor,
de mil,  cuatrocientos veintiséis, en el mes de septiembre, el dieciocho en días, di mi alma a Dios.
Amantes del arte rogad a Dios por mí, para que pueda ver su rostro.
Y huye del pecado, arrepiéntete a tiempo, porque deberás seguirme al fin.

Hace poco se han publicado en Amberes, retratos en grabados al cobre, de los artistas más célebres en Holanda, y figuran en los primeros puestos, estos hermanos  como los más antiguos ejercitantes de la noble pintura en los Países Bajos. Se los ve acompañados de unos hermosos versos en latín, por el gran poeta Dominicus Lampsonius de Brujas, secretario del obispo de Lieja, no solo un gran mecenas para los artistas, sino también muy sabio en la cosa.
Coloco aquí los poemas en lenguaje común, para alabanza de estos eminentes hombres.

A Hubertus van Eyck, Pintor.
¡Oh Hubert! tu, y tu hermano, habéis recibido el elogio bien merecido de nuestra musa.
Añadid además, que gracias a ti,  tu aprendiz, tu hermano, por tu ayuda te superó.
Esto enseña el trabajo en Gante, de la que el conde Philips, maravillado, pidió hacer una copia, de mano experta de Coxy con mano bien cuidada, para enviarla a España.

Ioannes van Eyck, diciendo de si.
"Yo fui quien apuntó primero, junto a mi hermano  Hubert, como lograr los bellos colores mezclado con el aceite de linaza. He asombrado a Brujas con este nuevo hallazgo. Cosa que no pudo hacer Apeles. Y se ha expandido rápidamente por todo el mundo."



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